Apuntes | Notas

La autoría colectiva nos devuelve la fe en el trabajo comunitario


Iris Eichenberg y Jimena Ríos invitan a todos los joyeros del mundo a que hagan medallas para entregar al personal de salud.  Un exvoto contemporáneo para expresar gratitud de forma desinteresada. Energía colectiva desde el banco de joyero.

Las preocupaciones sobre trabajos postergados y la incertidumbre ante la declaración de la pandemia, en marzo último, empezaron a dominar las charlas a la distancia entre dos maestras joyeras: una en Detroit, Iris Eichenberg, y la otra en Buenos Aires, Jimena Ríos. Desde hace años trabajan juntas en el intercambio de ideas y de proyectos: la última ocasión fue para Exvotos y joyería contemporánea, cuya muestra se vio en el Museo José Hernández en septiembre último. Es que las dos comparten el amor por los exvotos y el interés por el ritual de cargar objetos de significado al hacer.

Entre ambas surgió la necesidad de hacer algo para ayudar con algo que estuviera a su alcance, sobre todo, como “comunidad de joyeros”. Y su iniciativa derivó en un proyecto de alcance internacional que hoy involucra a 1789 hacedores o makers de 58 países, con la colaboración de 130 cuidadores o hand keepers, cifras que crecen día tras día.

“Empezamos llamando a amigos en diferentes países para contarles la idea y, juntos o gracias a sus dudas y sugerencias, fuimos dándole forma. Durante las primeras semanas nos pasamos horas en el teléfono hablando con para explicarles el proyecto y pedirles que fueran hand keepers. Son los que nos ayudan a difundir la propuesta dentro de su comunidad y recolectan las medallas una vez terminado el trabajo.

Son muchos los joyeros pero también hay curadores, galeristas, amigos y hasta familiares. Después de este primer grupo, la red empezó a ampliarse a tal punto que personas de países donde no teníamos ningún contacto nos escribieron para pedirnos ser parte, como Nigeria, Honduras y Costa de Marfil.

Hoy, hay 130 hand keepers, arrancaron con 15, después 40 y así se fueron sumando. En Buenos Aires, Jimena Ríos es la principal keeper y reunió alrededor de 200 medallas que se hicieron en Taller Eloi. Se suman 6 joyeros anotados en Córdoba,  5 de Mendoza, 10 de Rosario y hay más grupos en el interior, como en Bariloche.

Intervienen también los hand givers, que son trabajadores de la salud encargados de entregar las medallas a sus colegas.

“En Argentina, tenemos casi 200 joyeros registrados, algunos ya contestaron que están haciendo entre 5 o 10 medallas, pero muchos nos sorprendieron con 100 y hasta 150. Una gran alegría que muestra y demuestra una comunidad que, desde el anonimato y poniendo el oficio por delante, trabaja para honrar a otra comunidad. Creo que tendremos alrededor de 10.000 medallas, que es un muy buen número, pero tenemos tiempo de hacer más (el proyecto se extendió hasta octubre próximo) para realmente trascender lo meramente simbólico”, señala Jimena Ríos. La entrega de medallas se hará el 8 de noviembre.

Las maestras joyeras explican el porqué de las manos: “Son un símbolo universal del hacer, las manos cuidan, acarician, trabajan, dan, reciben, las manos en los exvotos muchas veces se ofrendaban para agradecer el trabajo. Para este proyecto, usamos como plantilla un exvoto real, argentino y anónimo; usamos algo que ya había sido usado y que tenía comprobada eficacia. Buscamos un modelo muy simple que cualquier joyero principiante con herramientas básicas puede hacer”.

Y se extendió por el mundo. En Inglaterra, por ejemplo, una de las hand keepers recibió 230 medallas pero tiene una lista con más de 30 joyeros que están trabajando; en Australia, hay joyeros que enviaron 200, otros 150, otros 30; en Brasil y México, son muy activos con la difusión, pero todavía quedan 3 meses por delante.

Si bien este proyecto es internacional e incluye a todo tipo de joyeros, mantiene la idea del contacto comunitario, ya que las manos serán distribuidas localmente. En algunos casos excepcionales se harán envíos, como a Chaco, por ejemplo, que tuvo muchos contagios y hay dos hand givers que ayudarán a distribuir las medallas en dos hospitales, porque no hay joyeros registrados de la zona. Los hand givers son trabajadores de la salud, encargados de entregar las medallas a sus colegas, porque conocen mejor el trabajo que se hizo dentro de los centros de salud y “van a hacer su propio ritual de entrega”. “No queríamos que cada joyero fuera a los hospitales en cualquier momento ni ser nosotros los que decidiéramos quiénes iban a recibir medallas. Nos pareció mejor que los trabajadores de la salud fueran los encargados de esta tarea, ya que ellos pueden encontrar un momento de calma y tranquilidad para rendir este homenaje y, sobre todo, para que fuera un momento íntimo, en el que el foco no fueran los joyeros”, aclaran.

Los joyeros proponen y contactan a los trabajadores de la salud, muchos de los cuales escribieron directamente para ofrecerse a entregar las medallas. Hay familiares de joyeros que trabajan en centros de salud que fueron propuestos. También, se buscaron lugares donde se sabe que hubo muchos contagios o trabajadores que fueron directamente afectados.

El alcance es inestimable porque es difícil de calcular. Sin embargo, esperan que sean muchos: “más de 50.000, seguro”. De todas maneras, si se piensa en la cantidad de trabajadores de la salud que hay en cada hospital entre médicos, enfermeros, camilleros, personal de limpieza, el alcance no es tan grande. “En San Francisco, Estados Unidos, por ejemplo, nuestra hand keeper hará entrega de las medallas a un grupo de personas que tienen un banco de alimentos para gente que vive en la calle. En Buenos Aires entregaremos, además de a hospitales, a una organización de mujeres de Perú que cuida a ancianos a domicilio y a un geriátrico. En Bucarest, a trabajadores de una ONG que organiza hospitales de campaña”.

Todas las medallas son grabadas con un número por cada joyero; ese número corresponde a su registro que figura en la web del proyecto, para saber quién fue el autor de la medalla y qué  dimensión tuvo el proyecto, una línea de tiempo en la que se ve el progreso y el resultado del trabajo comunitario. Los datos más significativos o curiosos de todo el proceso y algunas de sus imágenes pueden derivar en otros proyectos. Por ahora la energía está puesta en que los joyeros se registren y se pongan a calar medallas. ¿Una exposición? “Quizás al final haremos una exposición, pero por ahora no está  confirmada”. En tanto, el proceso se revela en las redes sociales, gracias a la colaboración de los propios participantes.

Y no esperan nada a cambio. No proyectan una devolución de parte de los trabajadores de la salud, porque su foco está en poner su oficio al servicio del agradecimiento, no en esperar un gracias. “Ver cómo la comunidad funciona y cómo cada día más y más personas se suman es lo más reconfortante del proyecto. Ser testigos del avance mundial de un proyecto donde el ego no es el principal motor y la autoría es colectiva, nos devuelve la fe en el trabajo comunitario donde cada uno desde su individualidad puede sumar. Los joyeros tradicional y socialmente tenemos la posibilidad de materializar deseos y el resultado son joyas (medallas, anillos de casamiento, etc.) que se cargan de un nuevo significado cuando el portador las recibe. Nuestro trabajo en este caso termina cuando estas medallas lleguen a su destinatario”, destaca Jimena Ríos.