Espacio Auroom

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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

Salimos averiguarlo y hoy virtualmente llegamos hasta Espacio Auroom, el taller-escuela de Laura Ferrari.

Cuál es y dónde queda. La escuela de joyería Espacio Auroom está ubicada en pleno centro de Córdoba capital, sobre la calle Colón frente al histórico edificio Cinerama. “Como un juego de palabras que hacen alusión a un espacio dorado o una habitación de oro, nos apropiamos del color amarillo (au es el símbolo del elemento químico del oro de color amarillo intenso) para el nombre de la escuela, y para que orgullosos nuestros alumnos digan: amarillo Auroom!”, comenta su fundadora y directora, Laura Ferrari.

Cómo es. El taller tiene varias áreas en dos pisos. En la planta alta hay un espacio de coworking, en la que emprendedores comparten el lugar para desarrollar sus proyectos, el cual tiene una capacidad para seis bancos donde hoy se encuentran cinco joyerxs con su taller fijo instalado.

Comparten con emprendedores que desarrollan sus proyectos

En otra habitación, está el taller de Laura Ferrari -también docente del espacio- y algunos bancos más que alquila bajo la modalidad de turnos para que joyerxs que no tengan espacio físico ni herramientas, puedan trabajar con todas las instalaciones a su disposición. En la planta baja se encuentra un aula con capacidad para seis personas, y una mesa que se convierte en el lugar de encuentro de desayunos, almuerzos y meriendas de la gente que transita por el espacio. Tiene un patio (con asador) y un oasis de bananos que se convierte cada día en el escenario de fotos y selfies de joyerxs que trabajan allí.

Qué se enseña. Tiene varias propuestas: clases grupales cuatrimestrales, clases grupales intensivas de iniciación, clases personalizadas 1 a 1 y ahora clases de iniciación online. Los contenidos incluyen técnicas clásicas, como alianzas, engarce y fundición. “Hacemos  hincapié en las bases clásicas de joyería para incentivar la investigación de un estilo propio”. Ofrecemos workshops con técnicas específicas con docentes invitados.

“Hacemos hincapié en las bases clásicas de la joyería para incentivar la investigación de un estilo propio”, dice la joyera del objetivo de Espacio Auroom.

Modalidad de trabajo. No hace falta algún tipo de experiencia para llegar al taller. Las clases regulares duran cuatro horas y se cursa una vez por semana. La mayoría de los talleres son presenciales, con clases personalizadas que se armar de acuerdo con la necesidad del alumnx.

Habilidades que se aprenden. “Sabemos que la práctica sostenida hace al oficio y la promovemos. Siempre decimos que las horas “culo” son imprescindibles para lograr aprender una técnica. Insistimos en la importancia de aprender las técnicas básicas de soldado, calado, engarce, fundición y estirado de metales y trafilado, entre otra, para tener herramientas con las cuales desempeñarse y proyectarse”.

La práctica sostenida hace al oficio

Meta. “Al comenzar las clases, siempre preguntamos objetivos, para tratar de adecuar los contenidos en base a sus necesidades. Sin embargo, la meta siempre es aprender en comunidad”.

Perfil. La mayoría de los que concurren tiene un perfil comercial, pero también hay quienes van con un objetivo más artístico o simplemente por hobby.

Actividades. “Cada año en el taller -menos en estos por la pandemia- se generan una muestra colectiva con los trabajos del año, pero siempre se convierte en la excusa perfecta para reunirnos, tomar y comer algo mientras hablamos de lo que más nos gusta: la joyería”.


Taller de Metales

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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

Salimos averiguarlo y hoy virtualmente llegamos hasta Taller de Metales, la escuela de Florencia Gargiulo.

Cuál es y dónde queda. Taller de Metales es la escuela de Florencia Gargiulo que gira alrededor del uso del metal y sus posibles combinaciones con otros materiales. “Al principio nos centrábamos en técnicas que se aplicaban al metal pero con los años fuimos sumando otras y más materialidades.” Taller de metales Joyería moderna es su nombre y cuenta que prefiere esa denominación antes que contemporánea, que está más asociada a piezas artísticas.

“Mi propuesta pasa por el diseño de joyas para usar más que por la joyería artística. La joyería es un ornamento que se lleva en el cuerpo, tiene que ser usable y cómoda”, sostiene. Egresada de diseño industrial de la UBA, estudió joyería con Jorge Castañón y otros maestros, da clases desde hace 21 años. “A unos pocos estudiantes al principio, como todos, y con los años la escuela fue creciendo. La trasladé a mi Neuquén natal pero regresé a Buenos Aires hace 10 años y Taller de Metales sigue con eje en la enseñanza de técnicas sobre metal y otros materiales en el mismo barrio, Palermo Soho.

“Lo que más me gusta es transmitir el potencial de la joyería; me interesa el diseño, la técnica y me encanta poder comunicarlo, contar de qué se trata, enseñarlo”, señala. Recién mudada a un nuevo espacio sumó la modalidad virtual que se fortalece desde su canal de videos. Precursora, recuerda que filma  el paso a paso de diversas técnicas desde hace 15 años aproximadamente y esta etapa pandémica le sirvió para poner en valor ese material, compartirlo y usarlo como material de estudio; https://www.youtube.com/channel/UCk2Y4ogvm9k3hmcg786SN8Q/featured.

Cómo es. Es un espacio de encuentro y aprendizaje, completamente equipado con herramientas y materiales para desarrollar cualquier técnica de joyería.

“El alumne no tiene que llevar herramientas a las clases, están para uso libre dentro del taller y para hacer su propia experiencia, con el fin de poder, por ejemplo, montar luego su espacio en función a lo aprendido y lo que le guste hacer”. También está equipado para que se puedan aprender y desarrollar técnicas alternativas al metal, como el trabajo con resinas, madera, modelado e impresión 3D, esmaltado, cerámicas y hasta origami.

Cuenta con una biblioteca abierta a  consulta y “clases de Historia de las civilizaciones a través del art, con las técnicas y piezas que usaban para representar sus historia de vida, cómo se identificaban, cómo se integraba la joyería a su vida y mucho más”.

Aprender la técnica es fundamental

Qué se enseña. En el taller regular se enseñan las técnicas propias del oficio, como fusiones, fundición, soldadura, esmalte, repujado, relieve, aleaciones y todo lo que tenga que ver con el uso del metal, “siempre a partir del interés que cada alumne trae, se reenfoca de manera personalizada. Aprender la técnica es fundamental para luego dar rienda suelta a la creatividad”, destaca Florencia Gargiulo.

En su taller, también se dan intensivos de técnicas específicas, como Grabado sobre metales y Engarce en tensión, por ejemplo, que no se extienden a más de dos clases, generalmente son de una clase. Además, ofrece “un súper taller anual de Colecciones, dividido en módulos de 4 clases cada uno, en el que se dan todas las herramientas autogestivas necesarias para realizar una propuesta de diseño de piezas de joyería: de la génesis de una colección, inspiración, aplicación, diseño, proceso de sistematización de su producción, cálculo de costos, packaging, imagen de marca, comunicación y producción de imagen y hasta manejo de redes. Es una propuesta integral en la que participan profesoras de otras disciplinas, como Cecilia Meroño que da clases de Historia del arte.

“La capacidad de cada curso, depende de la técnica que se enseña, algunas requieren de más atención y son de hasta 6 alumnes, y hay otras técnicas cuyas clases pueden llegar hasta 12 alumnes”.

Suma con material escrito, escribe una guía de su técnica favorita: la soldadura. “Cómo soldar plata surgió por necesidad. En el trabajo diario me di cuenta que era importante dejar por escrito el paso a paso, trucos, consejos de uso, con gráficos y dibujos que esclarezcan para lograr mejores resultados o los resultados deseados, y la pandemia también fue el empujón que me llevó a concretar este proyecto. Advertí que en joyería es importante saber soldar. Es preciso que el que se siente a soldar tenga la seguridad de que lo va a hacer bien. Hay miedo e inseguridad y es básico poder manejar esta técnica. Por eso, esta guía sirve para tener a mano en el banco de trabajo”.

“La intención es que aprendan las herramientas para que cada uno pueda sacar de adentro lo que le gusta hacer”, dice Florencia Gargiulo, directora de Taller de Metales.

Modalidad de trabajo. Por el momento, debido a las restricciones y cuidados necesarios por la pandemia, las clases se ofrecen de manera online. Se trata de clases personalizadas e individuales, para principiantes o avanzados, en las que se reciben consultas a partir de las cuales se hace un seguimiento de proyectos.

“Durante las clases se transmiten videos especiales con el paso a paso de cada técnica, explicando cómo se hace, qué materiales se requieren y alternativas de aplicación. A medida que avanza cada clase, les alumnes hacen consultas, se responden y aclaran dudas durante la clase y después cuantas veces lo requieran. No se trabaja en el momento de la clase sino que se hace un planteo teórico, tipo tutorial, para que cada uno pueda practicar luego. Incluye un link para que puedan revisar el video cuantas veces quieran y trabajar en su casa o taller.

«Los videos muestran todo lo que se necesita para aprender. Esta me parece la mejor manera porque no todos tienen los materiales en el momento ni tienen la misma destreza. Nivela disponer de la misma información que después cada uno maneja o aplica de la manera en que necesita”.

Habilidades que se aprenden. Todas las que se requieren para desempeñarse en el oficio de joyero. “La intención es que aprendan las herramientas para que cada uno pueda sacar de adentro lo que le gusta hacer”.

Información y técnicas, las mejores herramientas

Meta. “El objetivo es que aprendan el oficio y que les sirva para que puedan mostrar su potencial creativo. Milito la no copia, no repetir el trabajo del otro sino hacer el propio de acuerdo a sus intereses y necesidades. Cuando no se conoce una técnica no sabe qué resultados da o para qué le va a servir, no puede imaginarse lo que puede hacer. Con información sobre las técnicas uno tiene más herramientas para trabajar y desempeñarse”.

Perfil. “Taller de Metales está orientado a cualquier persona de cualquier edad que quiera aprender técnicas, disfrutar de hacer y la compañía del grupo. También a quienes quieran perfeccionarse o que solo quieran hacer por el solo hecho de hacer. Es un oficio que da mucho placer”.

Actividades. Se han hecho actividades hacia afuera del taller con el apoyo de otros joyeros, como el desfile por las calles de Palermo durante la Bienal Latinoamericana de Joyería. “La joyería es una actividad de puertas adentro, muy de encierro, salir no es lo habitual pero me pliego a la energía del grupo. Cuando el taller funcionó en Neuquén nos vinimos a Buenos Aires a exponer en Puro Diseño y fue una experiencia espectacular. En experiencias de este tipo está bueno lo que se genera durante el proceso en el taller, los preparativos de las actividades son enriquecedores, mucho más que los resultados que se exhiben. Este no es momento de estar hacia afuera sino para aprovechar el adentro. Ya llegará el momento para otra vez hacer trabajos colaborativos”.


Patricia Gallucci Taller

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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

Salimos de visita para conocer el taller de Patricia Gallucci,  recientemente relanzado en Saavedra. 

Cuál es y dónde queda. Siente que su taller, que lleva su nombre, es su lugar en el mundo. Es  donde hace sus piezas de joyería y donde también enseña, y comparte con alumnos y colegas procesos de creación diversos.

Reconoce que siempre se sintió cómoda en los talleres de arte e  industriales. “Donde sea que hayan herramientas y un pequeño espacio para crear me siento como en casa. Por suerte me casé con un ex luthier, quien comparte mi pasión por las herramientas; nuestra casa está siempre llena de herramientas, piezas de joyería y arte”.

Está en un PH ubicado en el barrio de Saavedra, en el límite entre Núñez y Vicente López. La cuarentena la agarró en plena reforma, así que mudó provisoriamente su taller a Caseros donde comenzó la etapa de las clases online. Pero ahora ya está de vuelta, con el espacio acondicionado para las clases presenciales cuidadas para un grupo reducido.

Cómo es. El taller tiene dos espacios: el principal, de joyería, y un anexo. El de joyería cuenta con 6 bancos de trabajo y una mesa de soldado con una gran campana, para poder hacer todo tipo de fundiciones, trabajar con ceras y experimentar con materiales de manera más segura. Cuenta con herramientas para que los alumnos puedan crear sin necesidad de trasladarse con las suyas, muchas cajas llenas de materiales y una buena cantidad de libros y catálogos. Se suma un taller anexo al que llama “el taller sucio, no porque sea una mugre, sino porque es donde están la pulidora, la lijadora, el taladro, la caladora de banco y otras herramientas grandes”.

Allí trabaja con cerámica, porcelana, resinas, maderas y cualquier material que se le cruce en el camino. “Incentivo a mis alumnos para que sean curiosos, investiguen, experimenten con todo tipo de materiales. Muchas veces trabajan con químicos  o se necesita un espacio donde poder hacer más polvo de lo normal, por eso el apodo de sucio”. Agrega que, además, a veces en verano, salen a hacer ejercicios creativos en la terraza, llena de cactus y plantas.

Qué se enseña. Las clases regulares son muy abiertas, “es un toma y daca entre alumno y profesor”. Las intensivas tratan sobre técnicas específicas, bien pautadas, en su mayoría dictadas por Patricia, quien además de estudiar joyería es diseñadora industrial y desde chica que hizo cursos de perfeccionamiento de todo tipo. Cada tanto suma con clases magistrales de colegas que se especializan en otras técnicas, “es algo que todos disfrutamos mucho y que definitivamente suma”. Desde hace un par de años tiene algunos alumnos a distancia, que toman clases para despejar dudas o para asesorarse.

Seguimiento online

Por la pandemia empezó a dar clases de seguimiento y talleres intensivos online, como Modelado de ceras por goteo, Modelado de ceras semiblandas, Tallado de ceras duras, Fundición de orgánicos, Fundición en tierras delft, Ganchos, Remaches, Moldes de caucho y silicona, Reconstituido y Básicos de metales, entre otros intensivos. Está terminando de dar el segundo nivel de Cierres.

Y para abril-mayo prevé repetir Resina expoxi por colada. Para mayo y junio anuncia el Taller de Exploración con Textil, Telar Circular y Upcycling a cargo de Sabina Tiemroth.

“Las clases regulares son muy abiertas, es un toma y daca entre alumno y profesor… Los incentivo para que sean curiosos, investiguen, experimenten con todo tipo de materiales”, dice la diseñadora y joyera Patricia Gallucci.

Modalidad de trabajo. El curso anual es libre, cada alumno aprende a su ritmo y con los conocimientos e inquietudes propias, de acuerdo con sus motivaciones y necesidades. “Los guío y empujo a romper sus propios moldes, a que se atrevan a equivocarse, a jugar y a disfrutar del proceso, más allá del resultado… así es como realmente se aprende. Las técnicas siempre son un medio que nos permite hacer y expresarnos, no se aprenden sino que se adquieren con mucha práctica y paciencia, por eso es fundamental que en ese camino haya disfrute y una elección propia de los materiales o procesos con los que cada uno decide trabajar. También hay quienes vienen a aprender un oficio, como salida laboral o para generar un emprendimiento propio: a ellos intento transmitirles mi propia experiencia como diseñadora, los enfoco dentro del desarrollo de colecciones y los oriento en costos (una gran enseñanza que me dejo el secundario orientado en administración), sin dejar de lado la experimentación y el disfrute.

Otros vienen a explorar su veta más artística, entonces los procesos son tan diversos como las personas: con ellos conversamos mucho, indagamos en qué hacer y por qué, en quiénes son y cómo las piezas son un reflejo de ellos mismos, de sus intereses y hasta sus lugares más oscuros”. Para todos, abundan los ejercicios creativos, las maquetas y materiales “raros”. Y cada uno encuentra su propia manera de hacer. Nos sorprendemos siempre de los resultados. “Las clases de seguimiento virtuales dieron lugar a esta manera de abordar la joyería, más desde el pensamiento y el corazón”.

Búsqueda para experimentar

Habilidades que se aprenden. Se aprenden procesos creativos y de joyería tradicional y contemporánea. Se trabaja con materiales metálicos y no metálicos, y se busca crear y emplear técnicas experimentales, muy propias de cada uno. También, “se aprenden a trabajar desde lo placentero y no desde la exigencia; a equivocarse sin castigarse, a frustrarse sin abandonar. El que no se equivoca es porque no hace”. Además del trabajo de taller, la joyera dice que se aprende a observar una joya más allá del gusto personal; hasta se aprende a comprar herramientas, tratar con proveedores y personas que brindan servicios de fundición, fotografía, etc. Es decir, a trabajar en colaboración con otros

Meta. Su objetivo más importante es que los estudiantes se puedan conectar con lo que les pasa desde la materialidad, desde el hacer con las manos. La intención es que cada uno transite un camino muy personal, no hay una única meta, pero apunta a que todo aquello que se haga se adecue a lo que quiere comunicar y expresar en la búsqueda de un lenguaje y estética propia.

Perfil. Vienen personas curiosas, con ganas de aprender algo nuevo, relajarse, pasarla bien y compartir. A veces vienen cansados después de un largo día y con una sonrisa de oreja a oreja me dicen que esperan ese momento para compartir con sus compañeros. En la virtualidad, eso ya no se puede, pero se siente el cariño, respeto hacia lo que hace o dice el otro, por más diferentes que sean; incluso admiración. En estos momentos es muy importante el compañerismo que se refleja en las clases o chats, con palabras de aliento y agradecimiento.

Actividades. Al terminar de cada año lectivo se organiza un encuentro entre todos los grupos, en el que se comparte lo que hacen los alumnos, se charla sobre las piezas, pero más que nada sobre los procesos y aprendizajes. “En el 2020 el encuentro fue virtual, y también se sumaron alumnos desde distintas partes de Latinoamérica hasta de España. Año a año, a todos les agradezco y repito que la que más aprende soy yo”.


Estudio Joya

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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

Salimos averiguarlo y hoy virtualmente llegamos hasta Estudio Joya, la escuela de Tali Wasserman.

Cuál es y dónde queda. Estudio Joya está en Saavedra con vista a un espacio abierto con plantas, huerta y el cielo de fondo. Un lugar luminoso y cálido, con ambiente climatizado.

“Su nombre simplemente fue elegido porque es fácil de recordar y habla de su propósito. Se trata de una escuela presencial/virtual que  a partir de la pandemia expandió su red de alumnxs al mundo. Tenemos alumnxs locales presenciales y también virtuales de México, España, Venezuela, Colombia, Chile, Uruguay, Francia, Italia y hasta de Estados Unidos”.

Cómo es. Cuenta con bancos equipados con soplete y torno para cada estudiante, y tiene todas las herramientas necesarias.

Qué se enseña. Tiene diferentes propuestas: cursos de uno, dos, tres, cuatro y doce encuentros. Workshops, intensivos personalizados y clases regulares de Joyería y Cincelado. Ofrece workshops de Fotografía de joyas con smartphones, Electroformado, Pátinas, Grabado menos tóxico, Resina aplicada a la joyería, Cálculo de costos, Casting/baño de orgánicos, Dibujo aplicado a la joyería, Cestería, Morfología, Modelado digital 3D,Tallado en ceras duras, Modelado en ceras blandas, Terminaciones y acabados, Engarces en cera, Engarce invisible en cera y siempre vamos generando nuevas propuestas.

“La propuesta de la escuela es modalidad libre, una clase al mes es guiada para que los estudiantes no se repitan y salgan de su zona de confort”, dice Tali Wasserman de su Estudio Joya.

Modalidad de trabajo. En las clases regulares, hay encuentros de dos horas, ya sea modo online o presencial. Para las clases virtuales, cada docente cuenta con dos cámaras, una enfocada en sus manos para poder mostrar con detalle las distintas técnicas y la otra para poder tener un intercambio fluido con lxs estudiantes. La propuesta de la escuela es de modalidad libre, una clase al mes es guiada para que los estudiantes no se repitan y salgan de su zona de confort.

Habilidades que se aprenden. Integra técnicas clásicas con contemporáneas. Cada estudiante puede armar su propio recorrido y hay un acompañamiento de las soluciones técnicas, diseño, costos y de la mirada artística para una búsqueda de identidad de cada unx.

Meta. Acompañar a cada unx a encontrar un camino propio. Brindar técnicas y diversas herramientas para que lxs alumnxs puedan desarrollar su propio emprendimiento.

Perfil. La mayoría de sus alumnxs ya cuentan con marca propia o la van desarrollando con la colaboración y guía de los docentes. Y otro grupo de alumnxs tienen el objetivo de plasmar piezas y series con acento en lo artístico/conceptual con la idea de participar en muestras y concursos  a nivel nacional e internacional.

Actividades. Cada dos años realizamos una muestra colectiva con un disparador conceptual en común, como Refugiados, 2018, en el Centro Cultural De La Ciencia; Latinoamérica, 2016, en el Centro Cultural Dr. Ricardo Rojas; Piel, 2014 en el Galería Arte y Parte, y La calesita, 2011, en la Galería Arte y Parte.


Taller Eloi

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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

Presentamos el nuevo espacio de Taller Eloi, la escuela de Jimena Ríos. 

Cuál es y dónde queda. Taller Eloi tiene su nombre en honor San Eloi, patrono de joyeros y orfebres. Está en Florida, partido de Vicente López, muy cerca de Capital, con muy buen acceso, líneas de colectivos y tren para poder llegar, espacio para estacionar y bicicletero en la vereda.

Cómo es. Se mudó hace 5 meses a un espacio muy cómodo, una casa antigua reformada especialmente. Cuenta con un aula que tiene diez bancos de joyero, un lugar para las clases teóricas, vitrinas para exposiciones y otro espacio donde se puede fundir, laminar y hacer uso de la maquinaria más pesada. El nuevo taller permite enseñar todos los procesos que van desde el material en bruto a la joya acabada.

Qué se enseña. Desde el año último tiene un programa de Escuela: una formación integral de dos años y medio con una cursada de tres veces por semana y distintas materias. “El objetivo principal es enseñar el oficio de la joyería, porque esa es nuestra herramienta de comunicación. Ese es el punto de partida, la joyería es el medio y cuanto más afianzada esté la técnica más fluido va a ser el lenguje. No nos interesa el virtuosismo técnico, creemos que cuanto mejor sea el manejo de las herramientas menos se ve y más clara resulta la idea, que está más allá de la forma. Tener esta prioridad también da a los alumnos una formación más completa, que les permite poder realizar piezas comerciales con calidad, y hacer de la joyería una profesion rentable. Al mismo tiempo que los alumnos desarrollan sus habilidades técnicas les damos ejercicios creativos para que encuentren su propio lenguaje, la creatividad se ejercita tanto como la técnica. Todos los meses intentamos tener al menos un taller que sume conocimientos especificos y siempre buscamos a los referentes de cada técnica: Laura Licandro en Enfilado; Dal Drajnudel en Resina; Gastón Rois en Electroformado, y Rodrigo Acosta en talleres conceptuales con enfoque textil, entre otros. Desde hace 7 años una vez por mes ofrece clases de Historia de la joyería, a cargo de Isabel Iriarte. Cada año, excepto este que pasó por obvias razones, intentamos traer a algún referente mundial de la joyería contemporánea”.

Taller Eloi tiene una alianza con diferentes escuelas de otros lugares para que los alumnos puedan acceder a intercambios. Las clases de proyectos se comparten con Cranbrook Academy of Art de Detroit y junto con su directora Iris Eichenberg coordinan actividades.

Para quienes busquen algo más espaciado, brindan cursos semanales. Y para alumnos del interior o del extranjero que vienen a Buenos Aires por poco tiempo, hay cursos intensivos que se arman según las necesidades del interesado con los profesores del taller de acuerdo a lo que cada alumno busca.

“El objetivo principal es enseñar el oficio de la joyería, porque esa es nuestra herramienta de comunicación. Ese es el punto de partida, la joyería es el medio y cuanto más afianzada esté la técnica más fluido va a ser el lenguaje. No nos interesa el virtuosismo técnico, creemos que cuanto mejor sea el manejo de las herramientas menos se ve y más clara resulta la idea, que está más allá de la forma”.

Modalidad de trabajo. “Como a todos, la pandemia, nos cambió los planes. En nuestro caso después de un mes de crisis y de suspender exposiciones, workshops internacionales y otros proyectos, pudimos ver la oportunidad que nos permitía la virtualidad. Creemos que la técnica tiene que aprenderse de manera presencial porque nuestra manera de enseñar va mas allá del hobby y necesitamos ver la postura física del alumno, el manejo de las herramientas, el sonido del trabajo y además para alguien que quiera dedicarse a esto en serio es imprescindible tener todas las herramientas necesarias y eso es imposible de afrontar económicamente cuando se empieza en la actividad; además, es importante primero ver si de verdad les interesa.

Por primera vez, pudimos dedicar tiempo a clases teóricas sobre joyería contemporánea, sobre historia de la joyería. Y pudimos tener clases con invitados especiales como Tomás Abraham,  que dio dos charlas de filosofía para nuestros alumnos, algo fundamental para que un artista pueda desarrollar el pensamiento crítico; la escritora Inés Garland dio varias clases de escritura creativa; tuvimos clases con Ana Basarte, referente de la literatura medieval, que resultó muy inspirador; una charla con el sociólogo Martin Aiello sobre Historia Argentina; Dibujo con Francine Schloeth, y seminarios teóricos con Iris Eichenberg y Lori Talcott. Todo esto fue muy enriquecedor porque alimenta nuestro campo de referencias”.

Habilidades que se aprenden. Se aprende el oficio de la joyería con todo lo que eso significa y también todo aquello que afianza la propia mirada.

Meta. “Que todos los que formen parte del taller logren tener su propia identidad, que los alumnos no se parezcan entre ellos ni sigan las tendencias sino que sientan la libertad y legitimidad de usar su propio bagaje cultural para poder usar este medio como lenguaje.

Y, sobre todo, que quienes hayan pasado por Taller Eloi tengan autonomía y herramientas para poder moverse en este mundo de la joyería contemporánea”.

Perfil. Ha ido variando según los años. Cada vez más, concurren personas cuyo interés va más alla del hobby. Las edades son diferentes y las formaciones previas también, pero casi todos los que se acercan continúan su formación en busca de afianzar su lenguaje propio y formarse de una manera más completa.

Actividades. Desde hace unos años forman un colectivo junto con alumnas que se formaron en el taller para organizar exposiciones como la que se hicieron en el Museo de Arte Popular José Hernández, hace dos años, que reunió por primera vez a los principales referentes de la joyería trabajando en exvotos; este mismo grupo fue beneficiado con una beca para el proyecto Amuletos, que se llevará a cabo a mitad de este año. Taller Eloi cuenta con una tienda online. Y, además, cada año intentan participar con el colectivo de los eventos importantes de joyería que pasan en el mundo, y esperan que este no sea la excepción.

Fotos Gentileza Carolina Colmenero Küche


Taller de Gabriela Horvat

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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

El Taller de Gabriela Horvat ofrece un aprendizaje acorde a las fortalezas, necesidades e intereses de cada uno.

Cuál es y dónde queda. El Taller de Gabriela Horvat es una escuela ubicada en el centro de Tigre, a metros del Paseo Victorica, cerca del río, en un antiguo PH con un patio en el medio, con vista a dos ginkgos y al silencio del Tigre; un espacio acogedor en el que no falta la música y un rico té.

Cómo es. Cuenta con un salón con capacidad de hasta seis alumnos, quienes disponen de  un puesto para cada uno. Es un espacio súper relajado que incluye una gran mesa central donde se sientan a trabajar y a compartir experiencia.

Qué se enseña. “Intento sacar lo mejor del otro, ayudarlo a descubrir su potencial, a poner de manifiesto su identidad: quién sos y por qué vas a hacer algo, qué te representa, hacia a dónde querés ir, o acompañarlo a darse cuenta que, tal vez, cree que le gusta cierto trabajo pero su ser apunta hacia otro… Está bueno aprender a conocer la sombra de uno, eso que uno proyecta. Y eso se manifiesta jugando, empezás a hacer, y si hay un espacio en el que te sentís cómodo y está todo habilitado para hacer, surge. Se trata de encontrar ese potencial propio de cada uno”. Así, se enseña a divertirse con el hacer, a encontrarse haciendo. Se trata de un taller de joyería pero está abierto a ayudar y encontrar respuestas a las diferentes necesidades artísticas de cada uno.

“Intento sacar lo mejor del otro, ayudarlo a descubrir su potencial, a poner de manifiesto su identidad: quién sos y por qué vas a hacer algo, qué te representa, hacia a dónde querés ir, o acompañarlo a darse cuenta que, tal vez, cree que le gusta cierto trabajo pero su ser apunta hacia otro...”

Gentileza Marcelo Gómez La Nación

Modalidad de trabajo. Se ofrecen cuatro clases mensuales de tres horas semanales, con herramientas que provee el taller y materiales a cargo de cada alumna. Aun en cuarentena, la escuela funciona, ya que siguen explorándose y trabajando con lo que tienen a mano en encuentros virtuales “porque el arte sigue surgiendo, no importa con qué trabajamos… lo importante es hacer, aprender, sentir y expresar”. Se ofrece un enfoque más clínico que obliga a la introspección. Y en este sentido “cada uno hace lo que quiere, según sus intereses, sean artísticos o comerciales, porque lo importante es que cada uno pueda encontrarse y ser feliz con lo que hace”.

Habilidades que se aprenden. “Las técnicas se aprenden pero es cuestión de práctica; prefiero que cada uno se lance y haga su propia experiencia. La pretensión es estar, compartir y ser uno mismo o descubrir cómo serlo a través de la joyería”. Los medios que se usan son indistintos: puede ser cobre, bronce, plata, maderas, piedras, tejidos, resinas, pelos, trapos, etc. Y se abordan según la proyección de la maestra, que es diseñadora industrial, y amplía la propuesta habitual: mediante diversas máquinas como, por ejemplo, dos puestos de soldadura, un banco de carpintero, morsas, una caladora, muchas herramientas y muchos libros a los que se recurre en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Meta. El taller escuela busca generar espacios y oportunidades para expresarse. “La meta de mi escuela es ayudar o leer en cada persona que asiste para poder guiarla a que se exprese y brille. No se busca la exquisitez de la técnica, sino lo que cada uno quiera hacer en el universo de la joyería: más clásica o más comercial o más artística. No se incentiva seguir un role model sino a uno mismo. Desde la escuela se cranea o piensa intensamente en lo mejor que se puede sacar de cada uno”.

Perfil. Hay quienes concurren al taller como hobby, a pasar un buen rato en grupo trabajando, otros asisten a perfeccionar su búsqueda conceptual de obra. “Todo nutre al grupo y genera una diversidad increíble,  enriquecedora”.

Actividades. “Todos los años, se realiza una muestra de taller que permite aprender cómo se ponen en valor las piezas, cómo se presentan, se realiza un montaje o cómo se entiende una muestra como un todo, aprendiendo a manejar egos, etc. Este año, acumulamos fuerzas para el próximo”…


Tacurú

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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

El quehacer textil es la especialización de Tacurú, la comunidad liderada por la diseñadora Silvina Romero. 

Cuál es y dónde queda. Tacurú es el taller escuela creado en 2008 por la diseñadora Silvina Romero, dedicado a la enseñanza de técnicas y al seguimiento de proyectos sobre el hacer textil: producción de obras, diseño de objetos y creación de joyería contemporánea. Una propuesta que explora puntos de encuentro entre el arte y el diseño, que en general parte de materiales textiles recolectados para ser reutilizados. Está ubicado en el barrio de Palermo.

Cómo es. Está en un PH antiguo, que tiene un patio lleno de plantas que se usa para compartir actividades grupales y trabajar técnicas de enchastre. Los talleres están en tres habitaciones conectadas entre sí. El principal cuenta con herramientas para aprender distintas prácticas textiles, muchos materiales e “infinidad de cositas que fui acumulando a lo largo de los años”. También, tiene un espacio con máquinas de coser, sublimadora y tejedora de punto Knittax para experimentar tejido. “Cada une va rotando por el taller según lo que esté haciendo, aunque siempre terminábamos amuchades en una habitación porque nadie quiere perderse la charla; veremos cómo nos organizamos y cuidamos post pandemia”.

Qué se enseña. El taller escuela tiene el objetivo de divulgar técnicas textiles. Se enfoca  en el desarrollo de proyectos personales y se acompaña cada proceso, de acuerdo con lo que cada estudiante necesita. Desde hace 12 años se dicta un Taller anual de proyectos, como actividad principal. Es un espacio de encuentros semanales de dos horas y media, en el que cada uno aprende la técnica que necesita para desarrollar su proyecto; se trabaja de manera individual pero, a la vez, están todos conectados de manera colectiva, ya que se hacen ejercicios grupales. Este año se repensó y adaptó, para seguir compartiendo y aprendiendo, de manera remota, virtual. Además, se brindan varios tipos de talleres; se ven y analizan obras de distintos artistas, y se ofrecen residencias artísticas para joyeros, diseñadores y artistas que trabajan un proyecto específico durante una estadía corta, ya que generalmente no viven en Buenos Aires. Y también, se dictan seminarios a cargo de docentes invitados.

“No es una escuela de joyería exclusivamente. Está muy orientada a la producción de piezas textiles para ser usadas. Si bien esta es la especialización, la joyería es la excusa perfecta para abordar muchos temas que nos gusta trabajar en las clases”, dice la directora de Tacurú, comunidad textil

Modalidad de trabajo. “Este año, tenía previsto arrancar con una propuesta de escuela más completa, que quedó momentáneamente suspendida por la pandemia. Se trata de un programa integral de 2 años de duración que propone un recorrido por distintos saberes especialmente seleccionados, con el fin de adquirir conocimientos sólidos y variados sobre los oficios textiles y también para incorporar herramientas visuales teóricas y prácticas. La cursada está formada por 4 módulos cada año, en los cuales se aprende una técnica textil por vez, de la mano de calificados docentes que brindarán sus conocimientos y acompañarán durante el proceso de aprendizaje. Se dictará durante 6 horas semanales, dos veces por semana, repartidas en talleres textiles, un día, y talleres de herramientas visuales, otro día”.

Habilidades que se aprenden. Las técnicas que se aprenden son muy variadas: bordado, tejido, patchwork, telar, sublimación y serigrafía, como punto de partida “para experimentar, fusionar y desarmar y así lograr que la técnica esté al servicio de las ideas”.

Meta. El objetivo es capacitar en prácticas textiles artesanales. Cada persona que se acerca a Tacurú tiene propósitos particulares y diferentes.

Perfil. Los estudiantes son muy variados. Hay mucha diseñadoras gráficas, artistas visuales que buscan incorporar nuevos lenguajes, diseñadores de indumentaria que pretenden dar valor agregado a sus prendas, joyeros que quieren sumar nuevos materiales y “muches que disfrutan del hacer con textil, que es tan ameno”.

Actividades. La virtualidad permitió sumar alternativas y profundizar en proyectos, “es una gran aliada que nos permite seguir trabajando juntos compartiendo, que en este contexto es una dicha”, destaca y detalla: “Por ejemplo, disfrutamos de una serie de charlas sobre Culturas Precolombinas, a cargo de Jennifer Okragly. Ofrecemos diversos talleres, como el de cestería textil. Además, organizamos ferias y exposiciones. Estamos trabajando en la continuidad de un proyecto que hicimos en 2018, llamado Interiores, en el cual realizamos piezas de joyería a partir de la recolección y deconstrucción de prendas interiores femeninas del siglo XX. Para este año, teníamos planeada una serie de muestras de alumnas y exalumnas con el objetivo de dar a conocer trabajos textiles, pero este es otro de los trabajos que quedó pendiente para el año que viene”.


La Nave

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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

Salimos averiguarlo y hoy virtualmente llegamos hasta La Nave, el taller-escuela de Jorge Castañón.

Cuál es y dónde queda. El taller se llama La Nave porque funciona en la calle que lleva ese nombre en el barrio de Caballito, desde hace 30 años. “Es mi pequeño lugar en el mundo” dice Castañón. Se trata de una escuela en la que participa gente que tiene ganas de comunicar a través de una joya, que quiere encontrar los mecanismos para que su discurso tome forma de joya, al decir del maestro.

Cómo es. Es un lugar pequeño, pero con cientos de herramientas prolijamente ordenadas y los suficientes bancos de joyero para que las clases sean personalizadas.

Qué se enseña. La Nave es un espacio de pensamiento y de reflexión. Y Castañón lo explica: “Todo el mundo tiene algo para decir o tiene cuestiones sobre las cuales siempre está reflexionando. Y tal vez viene acá para ver si dándole forma de joya soluciona lo que le está pasando. Por eso, en principio no hace falta saber nada, si uno sabe algo de uno mismo, alcanza y sobra. Y puede que esa sea la potencia con la que salga esa joya, más allá de la técnica. Materializar algo parecido a una joya puede ser hasta fácil pero darle ese impulso vital es único. Si cada uno encuentra su lugar y su manera de decir, ya sea en este campo o en otros, yo feliz”.

“La joyería contemporánea tiene dos vertientes principales, en líneas generales: una se orienta según los criterios del diseño y, la otra, intenta transitar por una vereda vinculada más al arte. Mi intención de trabajo está por este último camino”, dice el maestro de la propuesta de La Nave.

Modalidad de trabajo. Se trabaja con hasta cuatro personas en clases de tres horas semanales. Se aprenden y utilizan las técnicas de la joyería tradicional, combinadas con otras, las escultóricas y plásticas en general. “Todo lo que sume, material y conceptualmente, a la construcción del lenguaje necesario para crear”. Hoy se reconvirtió en un espacio virtual, en el que se llevan adelante clases a distancia con seguimiento de proyectos personalizados.

Habilidades que se aprenden. La gente que va a su taller solo ganas de trabajar, conocer y conocerse, utilizando las técnicas tradicionales y no convencionales al servicio de lo que se quiere indagar y comunicar. “La técnica es algo que inevitablemente uno necesita porque la joyería tiene una columna técnica importante. Pero cuando uno quiere elaborar o crear algo que tiene la necesidad o la obligación de comunicar no alcanza con saber la técnica. Hace falta darle ese soplo de vida. Y si puedo ayudar me siento muy satisfecho”.

Meta. La idea es que cada uno encuentre la materialidad que le sirva para hablar de lo que siente que tiene que hablar. Muchos de los que pasaron por su taller ahora tienen una identidad propia, se destacan en sus ateliers, y su trabajo se exhibe en galerías y museos del mundo; no es el objetivo de la escuela pero es la principal consecuencia.

Perfil. Las personas que se acercan son muy heterogéneas. Su saber es indistinto, algunos con ningún conocimiento de joyería, otros con muchos; en general, con saberes en un sinnúmero de disciplinas que en definitiva pasan a integrar el bagaje personal y la base para la construcción de un lenguaje propio.

Actividades. El taller a lo largo de sus décadas realizó muchas muestras colectivas, como las vistas en el Centro Cultural General San Martín, el Museo de Arquitectura, la Galería Arte y Parte y la Galería La Casa de Al Lado, entre otras.

 

 

Fotos Gentileza Santiago Cichero/AFV  para La Nación


Escuela de María Medici

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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

Salimos averiguarlo y hoy virtualmente llegamos hasta el taller-escuela de María Medici.

Cuál es y dónde queda. La Escuela de Joyería Contemporánea de María Medici está en Niceto Vega al 4600, en Palermo Viejo, desde hace 22 años.

Cómo es. El taller es amplio, tiene dos salas: una para dibujar, hacer maquetas, corregir y dar las clases teóricas, y otra que es el taller de producción, con capacidad para 10 personas; se suma un tercer espacio igualmente importante que es un patio lleno de plantas que comunica el interior del taller con el exterior.

Qué se enseña. Se ofrece un curso en tres niveles. En el primero se incluyen varias técnicas que se desarrollan durante el curso donde cada alumna/o  propone sus proyectos según el método que se enseña, siempre con un acompañamiento personalizado de su trabajo para lograr que puedan expresarse y comunicar ideas y conceptos. Se trabajan las técnicas de metal directo y fundición a la cera perdida, con ceras rígidas y blandas, papeles, hilos, puntillas y elementos de la naturaleza encerados, entre muchos otros. En el segundo nivel se hace un pasaje por distintos momentos de la historia del arte para tomar conceptos y  llevarlos a una pieza contemporánea. También se acompaña con técnicas (modelado de acrílicos, resinas, grabado en ácido, etc. para ayudar a definir las piezas. Se considera que lo importante es que las ideas lleven a hacer la joya y aprender a trabajar desde el concepto. Y en el tercer nivel se define un tema por todo el grupo y se trabaja el curso sobre esa propuesta generando colecciones. A esta altura de proceso, que se desarrolla durante tres años, se cuenta con un reservorio de técnicas, y cada uno elige como quiere trabajar libremente, partiendo desde donde mejor pueda expresarse: la forma, el color o diferentes elementos que resuelvan la materialización del o los objetos del proyecto personal.

En la escuela también se organizan experiencias creativas puntuales. “Mediante trabajos con papel, cartón, reciclados de plásticos, textiles u objetos encontrados, se apunta al desarrollo de la creatividad desde un lugar menos encorsetado por las técnicas de joyería tradicional. Esto ayuda mucho a liberarse del pánico a la hoja en blanco, y a preservar el medio ambiente con una mirada más ecológica en nuestro quehacer como joyeros”.

“El taller escuela apunta al desarrollo de la creatividad desde un lugar menos encorsetado por las técnicas de joyería tradicional. Busca que cada uno ame lo que produce con las manos y se tome su tiempo para reflexionar, expresarse a través de los objetos o joyas que realizan y para disfrutar del proceso creativo”, dice la maestra del enfoque de su propuesta.

Foto Gentileza Santiago Cichero/AFV para La Nación

Modalidad de trabajo. “Jugar mucho, ser disruptivos, no atarse a nada, dejar que cada alumno disfrute y hable a través de su trabajo de la manera más genuina posible. Permitirse la prueba y el error. Al aprender a trabajar en grupo, aun cuando cada uno trabaje sobre su proyecto individual, intento que las clases sean participativas y todos podamos opinar sobre las piezas del otro con un análisis crítico positivo”. Hoy se reconvirtió en un espacio virtual, en el que se llevan adelante clases a distancia con clases más teóricas que prácticas, y con seguimiento personalizado de proyectos.

Habilidades que se aprenden. “A amar lo que producen con las manos y a tomarse tiempo para reflexionar, para expresarse a través de los objetos o joya que realizan, para disfrutar del proceso creativo  en compañía de otros”.

Meta. Cada uno decide qué quiere hacer con su trabajo, orientarlo al diseño con colecciones seriadas o a la pieza de autor para presentar en galerías de arte u otros espacios de exposición, muestras colectivas, concursos, ferias etc.

Perfil. Es muy variado, no se necesitan conocimientos previos ni formación dentro del campo del arte o el diseño. Eso genera muy buena energía al encontrarse personas  con diferentes conocimientos  y  vivencias  personales.

Actividades. Anualmente, se organiza una muestra con los estudiantes del tercer nivel junto con otros que siguen en el taller durante muchos años. Un trabajo que genera una vivencia de grupo especial, no solo por hacer sus joyas de autor para la exposición colectiva sino también porque implica la elaboración del montaje, la presentación de fotos, flyer y mucho más.

Fotos Gentileza Melisa Levin


Caelum

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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

Salimos averiguarlo y hoy virtualmente llegamos hasta Caelum, el taller-escuela de Cecilia Richard.

Cuál es y dónde queda. El taller se llama Caelum, nombre que remite a una tenue constelación del hemisferio celeste austral: Caelum, el buril o el cincel, aludiendo a herramientas del escultor, el orfebre, para “esculpir o labrar el cielo”. Es un espacio autogestionado dedicado a la joyería contemporánea en el barrio Alto Alberdi de  Córdoba capital. Se inscribe como el primer taller escuela dedicado al oficio de la joyería en la ciudad. Se trata de un espacio de formación, producción y pensamiento dirigido por Cecilia Richard, orfebre autodidacta y licenciada en Escultura en la Universidad Nacional de Córdoba. “Desde sus inicios, hace 12 años, está orientada a la joyería contemporánea, pensando esta disciplina como un campo de lenguaje plástico, visual, objetual, posible de concepto, diseño y poética”.

Cómo es. Caelum cuenta con dos espacios operativos definidos. El taller escuela y, desde 2018, tiene un espacio de exhibición para muestras y eventos, es una sala semi-subsuelo que se abre hacia un espacio verde. El taller escuela está preparado y equipado con herramientas para grupos de seis alumnos por turno. Tiene capacidad para más personas, pero ofrece una cursada grupal personalizada.

Qué se enseña. “Tomando como eje pedagógico la exploración tanto técnica, formal como conceptual, el objetivo es facilitar una dinámica que permita indagar sobre el lenguaje, su capacidad de significación y posibilite el desarrollo del propio discurso”, explica la maestra. El plan de cursado es anual, una clase semanal de tres horas de duración. De abril a diciembre, “nueve meses, como los de la gestación humana. Es que creemos en el valor y el sentido de los procesos, no sólo para el aprendizaje técnico propio de un oficio, sino también para el desarrollo de ideas. La propuesta de la escuela se ordena en dos espacios o niveles de acuerdo a la experiencia de los participantes en relación al oficio: el inicial o introductorio y el avanzado.

“Caelum busca promover la joyería contemporánea mediante acciones de formación, difusión, visibilización y circulación, pensando la joyería como campo de construcción de sentidos en el marco de las artes visuales”, dice la maestra de su taller-escuela.

Modalidad de trabajo. Caelum propone para quien recién se inicia, un primer curso llamado Introducción a la joyería contemporánea, en el que se incursiona en el aprendizaje y práctica de las técnicas básicas de la joyería, forjando los recursos técnicos esenciales del oficio volcados siempre hacia el desarrollo de un proyecto propio. Ordenado en forma de módulos, en ese primer año, se enseñan las técnicas de alambre, calado, soldadura, construcción, forja, fundición, terminación de superficies, acabados, engaste y remache. Los avanzados son los que ya construyeron “esa caja de herramientas de recursos básicos orfebres” y buscan profundizar tanto técnica como conceptualmente sus procesos de trabajo”. Cada uno trabaja sobre su proyecto personal con acompañamiento y asesoramiento del docente a cargo, “en una atmósfera de intercambio y cooperación entre los componentes del grupo”.

Habilidades que se aprenden. “La búsqueda de la materialidad no se circunscribe sólo a los metales. La mirada expandida del objeto-joya traslada el carácter “precioso” al concepto o poética del objeto, lo que determinará el o los materiales, y consiguientes técnicas y procedimientos, idóneos y expresivos para la materialización de la idea”, entre otros, se trabaja con madera, papel, textil piedra, hueso, caucho, acrílico, plástico, cartón,  resinas,  metal,  cemento, yeso, cerámica, vidrio, látex, goma, orgánicos y más.

Meta. El objetivo es que cada alumno logre una capacitación técnica integral en la disciplina.

Perfil. “Un porcentaje interesante de las personas que se acercan a la escuela vienen con una formación previa o paralela en el campo del arte o el diseño: arquitectos, artistas visuales, diseñadores, fotógrafos, etc. Pero no es necesario ni requisito tener conocimientos previos. En general, buscan una práctica manual especializada que les permita desarrollar habilidades y materializar en un objeto portable, sus ideas. Hay quienes también buscan un recurso que habilite un emprendimiento de producción, comercial, personalizado.

Actividades. Paralelo a las clases regulares, todos los años se ofrecen actividades anexas complementarias: workshops, seminarios, cursos técnicos monográficos intensivos con carácter interdisciplinario ofrecido por profesionales locales, nacionales e internacionales, “invitados a compartir sus saberes con el fin de ampliar y diversificar la propuesta formativa integral del espacio”. Además, ofrece Talleres Abiertos como extensión del espacio de formación de la escuela. También,  muestras individuales y colectivas de artistas joyeros y las ferias colectivas de exhibición y venta, que se ven en Subsuelo y Patio Caelum. Taller Abierto es un evento anual de cierre del ciclo lectivo, para presentar y compartir una selección de lo producido, y visibilizar procesos y producciones.

Se suma el proyecto de la sala de exhibición que tiene como objetivo mostrar la obra de joyeros contemporáneos locales e invitados de otros contextos, para dar a conocer, difundir y promocionar la joyería contemporánea con curaduría general de su directora, y otros curadores.

Y Subsuelo y Patio Caelum, son eventos puntuales con carácter de feria comercial, llevados adelante por un equipo organizador, que convoca y reúne a joyeros locales con emprendimientos desde la joyería contemporánea.