Más allá de la joya
Una pieza de joyería no solo involucra su materialidad, su portabilidad sino también su lenguaje, lo que simboliza y su alcance. Más allá, puede representar y ser promovida a través de otras expresiones. Y esto es lo que buscan Carolina Bernachea y Mercedes Castro Corbat con «Más allá de la joya».
Una exposición fotográfica de joyería contemporánea en el espacio público que se estrena mañana en el Museo de Arquitectura y Diseño, Av. Del Libertador 999, con intervenciones en diversas paradas de transporte público de la Ciudad de Buenos Aires.
“Es un proyecto en el que participan 36 joyeros nacionales e internacionales para dar a conocer la joyería contemporánea a un público más allá del habitual, un poco más masivo.
«Pretendemos ampliar los canales de circulación que tiene este lenguaje y hacer reflexionar sobre la relevancia de la joyería y, a la vez, cuestionar su consideración de accesorio y adorno en nuestra cultura”, explican las organizadoras, quienes cuentan con el apoyo del Patronato Cultural porteño.
Fotos joyeras
Los artistas participantes son Luz Arias, Sofia Bestard, Caroline Broadhead, Eva Burton, Cecilia Capisano, Felicitas Castaños, Tim Carson, Rosario De la Sota & Sofía Masman, Fabiana Gadano, Zoel Gastou, Hanna Hedman, Lucía Hernaez, Lauren Kalman, Manon van Kouswijk y Otto Künzli.
Asimismo, intervienen Francisca Kweitel, Agostina Laurenzan & Paula Clay, Heng Lee, Laura Leyt, Gala Maciel, Mia Maljojoki, Renata Meirelles, María Molina, Micaela Mornaghi, Ted Noten, Seth Papac, Miriam Pappalardo, Renata Porto, Ramón Puig Cuyàs, Marina Vázquez & Constanza Sorella, Brent Stirton y Deborah Tseng.
Las curadoras también presentan fotografías de sus propias obras, Bernachea de «Atravesar», un collar corona tejido en lino y alpaca, y Castro Corbat de «La Dote», collar hecho con cuentas de papel proveniente de manuales escolares y oro.
Una expresión sobre la otra
Cecilia Capisano presenta imágenes de «Minimalismo», pendiente hecho en resina, bronce e hilo con fotografía de su autoría.
Eva Burton forma parte de la propuesta con una foto de Federico Paladino sobre su obra «Yabba Dabba Doo», un collar gargantilla en aluminio anodizado y plata con pintura metálica y circonita.
Laura Leyt también con fotografías de Vera López Leyt de su serie «Plasticeno», con anillos y collar en materiales plásticos reciclados.
Y Luz Arias con fotos de Paula Menga de «¿A qué nos atamos?», cadenas en vidrio borosilicatado. Entre otras, también participan Marina Vazquez & Constanza Sorella con fotos de Fernanda Cid de «Encuentro eléctrico”, pieza hecha con precintos plástico y red tubular.
Participación internacional
Se destaca la participación de Ted Noten con fotos de Studio Schuurmans sobre «Una tiara para Máxima», un casco-tiara hecho a partir de un casco de polo Bad Boy en plástico cortado a láser de la colección Design Museum Den Bosch of the Stedelijk, de los Países Bajos.
Esta tiara de 2002 para Máxima Zorreguieta, la entonces futura princesa heredera (ahora reina consorte) de los Países Bajos, comenzó como una presentación a un concurso de diseño organizado por el Museo Stedelijk ‘s-Hertogenbosch para celebrar la boda de Su Alteza Real el príncipe de Orange Willem-Alexander con su novia argentina.
El diseño ganador de Ted Noten se basó en un casco de polo de plástico Bad Boy existente, que cromó para este propósito. La fantasía de Noten era que la princesa usaría el casco cada vez que saliera con su esposo. Si los paparazzi los siguieran, como hacían con la princesa Diana, entonces el casco la protegería.
Además, siempre tendría una tiara con ella porque Noten talló una en el casco, y se la podía quitar y volver a sujetar a voluntad. Las perlas de la tiara contienen los perfiles recortados de sus predecesoras, las cinco reinas anteriores de los Países Bajos”.
De un pionero de la joyería contemporánea
Igualmente relevante es la participación del artista joyero pionero de origen suizo, residente en Alemania, Otto Künzli, con fotos de Miriam Künzli sobre «Mari con colgante Sumi», un colgante hecho en tinta sumi-e y seda.
“La tinta japonesa en bloque se llama sumi y se frota en un plato de piedra con un poco de agua para usarla, por ejemplo, en caligrafía. Los bloques de tinta negra mate suelen estar adornados con caracteres de escritura. Para familiarizarme más con el material, quité la capa exterior con una sierra de mano. Sumi es increíblemente denso y resistente y exuda un aroma incomparable de resina agridulce. La superficie aserrada brilla como el grafito, como el metal.
«Cuando expongo Sumi, escribo en la lista de precios: ‹Advertencia: este material es sensible a la humedad, si se usa bajo la lluvia, este colgante puede crear un gran desorden en tu vestido, que también podría describirse como caligrafía coincidente›.
«En caso de que alguna vez desee viajar en avión con un colgante sumi, debe preocuparse por lo siguiente: cuando su equipaje de mano sea sometido a rayos X, sumi se identificará como acero macizo.
“Desde los primeros días de la humanidad ha habido un hilo, una estrecha conexión entre los ritos de iniciación y los objetos relacionados con el cuerpo y lo que hoy llamamos joyas. Los precursores fueron las aplicaciones de tierra y otros pigmentos (pintura corporal / tatuaje) y cicatrices en el cuerpo. En mi propio trabajo utilicé conscientemente el tema de la iniciación en su sentido original sólo de vez en cuando. Además de Sumi, el colgante Terra Australia de 1990 sería otro buen ejemplo”, explica el maestro joyero.
Imperdible, la muestra se extiende hasta el 6 de febrero del año próximo en el Marq.