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Se lanza Espacio Joya

Apuntes | Notas

La comunidad joyera local necesitaba un punto de encuentro


Entrevista a Tali Wasserman y Laura Ferrari

Por Delia Alicia Piña

 

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Se anuncia Espacio Joya. Tali Wasserman, de Estudio Joya, y Laura Ferrari, de Espacio AuRoom, se unen y relanzan sus escuelas taller en un emprendimiento único, abarcativo y ambicioso: una nueva escuela de joyería contemporánea que incluye un espacio de cowork, una residencia para estudiantes del interior y exterior del país, una tienda de insumos para joyeros y hasta un café bar, además de que proyectan una galería de arte.

Oficialmente se inaugurará en unas semanas pero ya funciona desde principios de este año.

En qué consiste el proyecto, qué cambia, qué ofrecerá o en qué innova. Cómo la virtualidad tendió lazos hacia una nueva realidad. Joyeros y escuelas en red.


Un recorrido común las identifica y el presente las une. Ambas comenzaron por la joyería fina o más clásica, arrancaron en escuelas de tradición joyera y siguieron su formación con diversos maestros en distintos talleres, una en la Ciudad de Buenos Aires y la otra en Córdoba capital. Tali Wasserman, de Estudio Joya, y Laura Ferrari, de Espacio AuRoom, dicen que acercarse de manera virtual en plena pandemia fue un hito en sus carreras y se convirtió en la base de un proyecto que hoy comienza a concretarse. Ya se habían contactado por un workshop de cera perdida de Rocío Bastida al que asistió Laura, quien quedó enganchada con Estudio Joya por la experiencia vivida en ese taller.

Recuerdan que en ese encuentro sembraron esos valores que hoy buscan cosechar. Por eso, sostienen que “la calidez, la empatía y la diversidad para que todos se sientan cómodos son los pilares de esta nueva propuesta”.

La novedad ya está en marcha en una casona reciclada de Villa Urquiza. Un espacio abierto al que se accede por escalera. Luminoso, con acentos de color que las identifica, y precisamente equipado en respuesta demandas de estudiantes y docentes.

“¿Qué necesitás para enseñar o aprender? fue el disparador para instalar un espacio colectivo y participativo. Así sumaron un sector especial para la fundición, un equipo de pulido y, entre otros, un banco joyero exclusivo para piezas de oro.

No dudaron en repetir la exitosa experiencia de cowork que se da en Espacio AuRoom, en Córdoba capital. “El espacio de trabajo compartido es la solución a una búsqueda personal y colectiva, y responde a una necesidad”, destacan. Además, ofrecen la segunda residencia especializada en joyería del país.

 

_¿Hacer alianzas es clave?

Tali Wasserman: _Sin duda, Laura con Espacio AuRoom siempre se dedicó a la llamada joyería fina y desde Estudio Joya buscamos integrar lo expresivo y lo contemporáneo, y ahora sumarlo a la técnica de oficio es genial. No es que Estudio no ofrezca técnicas sino que nos sumamos a ese fuerte de AuRoom que también viene de a poco incorporando expresiones en materiales no convencionales.

Laura Ferrari: _Es que comencé trabajando con mayoristas con productos clásicos, como alianzas, sellos o anillos de inicial y después como artista plástica fui sumando otros saberes y prácticas, porque la historia o vida laboral te impone quehaceres. Me fascina la precisión de la técnica que implica la joyería fina.

T. W.: _Tenemos un recorrido similar. Por recomendación de Miguel Mindlis, un profe de Engarce de la Escuela de la Joya donde estudié, arranqué como pasante en una empresa en la que se hacía engarce de joyería en platino para exportar y luego seguí en una fábrica en la calle Libertad hasta que en 2001 me puse un taller y abrí mi propia marca.

 

“Buscamos integrar lo expresivo y lo contemporáneo, y ahora sumarlo a la técnica de oficio es genial”.

 

_¿Cómo surgió este proyecto y en qué consiste?

L. F.: _Comenzamos a conversar en septiembre de 2021 porque me interesaba hacer algo juntas. Ambas tenemos una escuela, la mía de Córdoba con un coworking y una marca de fabricación de alianzas con muchos clientes en Buenos Aires. Y decidimos aliarnos para expandir y potenciar esta idea de compartir mucho más que joyería desde la diversidad.

Proyectamos abrir una escuela apta para todos o muchos, incluso personas con alguna discapacidad como aquellas que se manejan con lenguaje de señas u otros. Empezamos con talleres especiales y pensamos sumar becas para personas que no tienen acceso; apuntamos a que esté coordinado desde un departamento Social y podrá incluir de clases para presos, como ya se ofrecieron desde La Coope, más un cupo trans y lgtb entre los empleados. La joyería será una excusa para que en este lugar, en el que circulará mucha gente, se genere un espacio más abierto y diverso.

 

Cuando la joyería es una excusa

 

T. W.: _Funcionará una escuela taller de joyería contemporánea, un lugar de trabajo cooperativo con alquiler de espacios de trabajo exclusivo de joyería, una tienda de insumos en alianza con Casa Wasser y Metales Julio no solo para alumnos sino para la comunidad joyera local. Además de una residencia para joyeros, con alojamiento, uso de las instalaciones, horas de seguimiento de proyecto y de otros talleres con combos de 30 y 45 días en principio; ya arranca en estos días con una estudiante brasilera.

Buscamos promover o visibilidad la joyería contemporánea local en Latinoamérica mediante alianzas, intercambios o trabajos en conjunto con otras escuelas.

 

“La joyería será una excusa para que en este lugar, en el que circulará mucha gente, se genere un espacio más abierto y diverso.”

 

_¿Qué cambia en la oferta educativa que vienen brindando?

L. F.: _No es específicamente la suma de técnica y libre expresión o más artística porque de alguna manera se da en cada uno de nuestros espacios sino que el cambio o salto se da en una mayor infraestructura y disposición de recursos, equipos y maquinaria en un lugar más amplio. Además, pretendemos proyectarnos en el exterior a partir de nuestra experiencia online y de coworking. Ya contamos con una agenda de intercambio de estudiantes con escuelas de Chile y Brasil que se va a hacer extensiva a docentes.

“El cambio o salto se da en una mayor infraestructura y disposición de recursos, equipos y maquinaria en un lugar más amplio”.

_¿Es una respuesta a una necesidad?

L. F.: _En mi caso, responde a eso que hubiese querido tener cuando estudiaba: una propuesta educativa que integre taller, insumos, un espacio de trabajo cooperativo y hasta una residencia con intercambio. Muchos trabajan en su casa no pueden hacer más por falta de herramientas y creemos que este espacio va a completar y enriquecer mucho el trabajo joyero, porque se dispone de un banco, equipo de fundición, laminadora, pulido, recepción de clientes, wifi, es decir, un taller completo que responde a las necesidades de hoy.

T. W.: _Los estudiantes avanzan, crecen, arman marcas y esa respuesta tan grande requiere de una oferta acorde. Creo que lo que podía ofrecerles en relación al volumen de crecimiento daba para más. Así que esta propuesta estimula a una reacción aún mayor. Sin duda hay mucha demanda y eso, en lo personal, me lleva a que también evolucione, progrese y ofrezca un servicio más completo. Sé que soy potenciadora y he conseguido que quienes han venido a mi taller armen un estilo de vida diferente, y estoy feliz y orgullosa de eso. El quincho de mi casa que fue una alternativa en pandemia me quedó chico sobre todo después de haber tenido un local para una escuela con cerca de una docena de docentes para cien alumnos; pareció que retrocedí pero no, me permitió continuar y ahora impulsarme mucho más.

También, es una necesidad de la comunidad joyera local porque a poco de contarlo, muchos colegas se acercaron para apoyarnos, aplaudirnos o plantear sus inquietudes, que estamos teniendo en cuenta.

 

“(Espacio Joya) responde a eso que hubiese querido tener cuando estudiaba… Esta propuesta estimula a una reacción aún mayor. Sin duda hay mucha demanda y eso, en lo personal, me lleva a que también evolucione, progrese y ofrezca un servicio más completo”.

 

_¿Fusionaron ambas escuelas?

T. W.: _Ahora todo es de todos. Estudio Joya y Espacio AuRoom se convierten en Espacio Joya con sede en Córdoba capital y Villa Urquiza, con una misma escuela unificando espacios de comunicación, como la web y las redes sociales.

Sin embargo, la integración no supondrá similitud, ya que ambas escuelas conservarán ciertas particularidades con algunas propuestas que funcionan en cada uno de los lugares, como los workshops internacionales que se dictarán de acuerdo a la demanda de cada lugar y la modalidad valor del coworking que en Córdoba se da de manera permanente y entendemos que en Buenos Aires tal vez no es tan necesario sino que la demanda se dará por una necesidad de trabajo más puntual, en particular, para intercambiar o generar comunidad, creemos que se dará por estilo de vida.

 

“Ahora todo es de todos. Estudio Joya y Espacio AuRoom se convierten en Espacio Joya con sede en Córdoba capital y Villa Urquiza, con una misma escuela unificando espacios de comunicación”.

 

_¿Qué se podrá encontrar en Espacio Joya?

T. W.: _Siguen las clases regulares libres de seguimiento de proyecto, con una clase de técnica pautada y guiada. Ya este mes arrancan los workshops presenciales, como el de PET de Fabiana Gadano, y el de modelado en cera de Eliana Irazábal. Mucha de la oferta online que se dio en estos años se volverá a hacer en forma presencial aunque se preservará la modalidad virtual porque contamos con alumnos en todo el mundo: Chile, Brasil, México y España, sobre todo, además de Colombia, Venezuela e Italia, entre otros. Y pronto sumaremos a Lara Sturzenbaum que además de sus clases de joyería habituales ofrecerá clases en inglés, una vez que abramos nuestra comunidad virtual al habla inglesa.

L. F.: _En la sede de Córdoba, los contenidos seguirán un poco más estructurados en diversos niveles que sistematizan el aprendizaje de técnicas como parte de un programa que va de Inicial, Avanzado, Proyecto a Taller libre; además de workshops y clases personalizadas. Pretendemos integrar ambas modalidades o propuestas en una sede y otra, con meta a una carrera oficial.

Ahora, estamos trabajando en el montaje del cowork, del mobiliario de exhibición de la tienda y terminando de instalar a residencia

 

“Pretendemos integrar ambas modalidades o propuestas en una sede y otra, con meta a una carrera oficial.”

 

_¿Con los intercambios, pretenden una red de escuelas?

T. W.: _Hay muchas escuelas de joyería en Latinoamérica y buscamos conectarnos para potenciar saberes a través del intercambio de estudiantes y maestros. Por eso, sostenemos que este proyecto quiere ser colectivo. Si bien cada una tiene su propuesta consolidada, con Espacio Joya damos un paso más allá, con muchas ganas de hacer y acercarnos a otros.

Ya estamos en contacto con la Escuela de Joyería de Pamela de la Fuente en Santiago de Chile, la Escola Brasileira de Joalheria de Río de Janeiro, la Escola Brasileira de Joalheria y la Escola Laboratório Núcleo Joalheria Contemporânea de San Pablo, entre otras. Una de las ideas es armar giras de artistas joyeros internacionales por las escuelas asociadas. Para este año estamos en conversaciones con Jorge Manilla, eventualmente vendría Chris Kiseno y tal vez Tania Crane.

“Este proyecto quiere ser colectivo. Si bien cada una tiene su propuesta consolidada, con Espacio Joya damos un paso más allá, con muchas ganas de hacer y acercarnos a otros.”

_¿Y en el ámbito nacional?

T. W.: _Sin duda que crearemos un tejido local y el espacio nos ayudará, por ejemplo, disponiendo de este taller como espacio multiuso, auditorio incluido. Hay muchos joyeros con valiosos conocimientos que podrán hacer uso de este espacio para transmitir lo suyo. La intención es unirnos y potenciarnos entre nosotros, entre los joyeros.

Obviamente, no todo el fuerte o no todo pasa por el exterior o Europa porque acá hay muy buenos maestros y referentes que también son reconocidos internacionalmente. Por esto, nos interesa fortalecer nuestra identidad latinoamericana. La comunidad joyera local necesitaba un punto de encuentro.

L. F.: _Y sí también haremos intercambio con otras escuelas joyeras de Argentina. Ya estamos en ese relevamiento y tendiendo líneas para conectarnos y empezar a tejer esa red.

 

“Nos interesa fortalecer nuestra identidad latinoamericana. La comunidad joyera local necesitaba un punto de encuentro”

 

_¿Qué se necesita aprender de joyería hoy?

L. F. _Soy fan de la técnica pero no considero que tenés que saber todas las técnicas al cien por ciento para ser joyero. La técnica te da libertad para crear. Cuantos más recursos técnicos adquirís más posibilidades tenés para definir y hacer una joya. Si tus conocimientos son acotados probablemente tu capacidad de diseñar una joya también sea pequeña.

T: W.: _Hay muchas formas de ser joyero, depende de la inquietud y de lo que busque cada uno. A las personas les interesan distintos aspectos de la joyería. Hay algunos que quieren saber mucha técnica, otros que solo aprenden lo que necesitan para expresar lo que desean, hay quienes solo buscan una salida laboral y buscan vender piezas de joyería, otros quieren aprender solo por hobby y hay quienes no aplican técnicas de joyería sino ingenio en el uso de materiales no convencionales.

 

Alcance sin límites

 

No hay límites en el alcance de la joyería, de su aplicación, de los materiales que se usen. Los límites se corrieron bastante, se fusionan entre diversas artes. Lo mismo, no hay límite de tiempo. No se requiere de un tiempo mínimo para estudiar y poder hacer. Ahora somos más libres, solo está bueno saber qué queremos contar, con qué material nos sentimos más cómodos o si nos sirve para lo que queremos decir y ya. Vamos viendo qué herramientas o conocimientos necesitamos.

L. F.: _En el proceso de enseñanza aprendizaje de la joyería tampoco se lo ve al docente como una figura que verticalmente imparte conocimientos sino que más bien se da una relación horizontal, más de igual a igual, en la que todos aprendemos y descubrimos. Obviamente aprendemos mucho de los estudiantes, muchos de los cuales son profesionales en otras disciplinas, como diseño de moda o indumentaria, vestuario, artes plásticas en general y otras que aportan mucho al quehacer joyero; suman una mirada diferente que nos permite ver a la joya desde otros puntos de vista.

Así, no solo se desdibuja cada vez más el límite entre el docente y el estudiante sino entre la joyería y otras artes. Más bien es un grupo creativo, de intercambio y consulta, en el que todos opinan y discuten la obra del compañero. Pensamos y resolvemos la joyería entre todos. Sí es cierto que se enseña la técnica que nos permite ese nivel de intercambio o discusión; sin esa herramienta no podemos avanzar.

T. W.: _De la misma manera horizontal, estamos gestando el proyecto. Conversando qué herramientas necesitan más los docentes o los estudiantes, cómo les gustaría o necesitan que sea el espacio en el que van a trabajar. Los participamos para tomar decisiones porque pensamos que la escuela la hacemos entre todos. Y esto excede a la joyería. Hoy todo se piensa de manera más horizontal, sobre todo, en las artes. También, pretendemos proyectarnos más allá de la joyería.

 

“La técnica te da libertad para crear. Cuantos más recursos técnicos adquirís más posibilidades tenés para definir y hacer una joya.”

 

_¿Hacia dónde?

T. W.: _Tenemos muchas ganas de incursionar en la tecnología e investigar de qué manera se puede linkear con la joyería. Tenemos algo de experiencia adquirida con la muestra interactiva « Refugiados», hecha con realidad aumentada por Estudio Joya durante la Bienal de 2018. Estamos indagando entre la realidad y virtualidad con joyas mediante. Sumar tecnología hoy es clave, entre otras, pensamos en un desarrollo en el que los estudiantes puedan tener un avatar o identidad virtual para interactuar.

Además, es fundamental lo interdisciplinario, lo cual nos obligará a maridajes con otras expresiones, como la fotografía, por ejemplo. Es claro que ampliar los límites está bueno. Y en este desdibuje surgen otros intereses que enriquecen, que nos contactan. De esta manera, la joyería para a ser un pretexto para conocernos o para entendernos más como seres humanos.

E insisto y repito: la joyería termina siendo una excusa; en muchos casos la joyería te cambia la vida, y eso es lo importante; te cambia no el estilo de vida, o sí, sino la vida como ser humano, porque podés aprender a expresarte, a conectarte con el otro, a ser más sensible a lo que te pasa y le pasa al otro, podés mejorar tu relación con el otro, podés cambiar tu manera de vincularte, podés sentirte más valorada, podés darte cuenta que sos capaz de hacer lo que querés o te proponés y mejorás tu autoestima. En las clases, con la excusa de enseñarles a limar lo que realmente me interesa es que se valoren, que sean independientes, que se animen, que se vinculen con el otro.

La joyería te atraviesa como ser humano. En este caso, es la joyería pero podría ser cualquier otro oficio o actividad, lo importante es conectarnos con nosotros mismos y con el otro.

L. F.: _ También nos interesa ofrecer experiencias. La propuesta de Espacio Joya no busca solo sentarse en un banco joyero o tras una mesa sino que apuntamos a experimentar y poder hacer. La ambientación suma, una degustación también porque no es la comida en sí sino lo que ésta habilita. Apelar a todos los sentidos para movilizar y hasta conmover desde la joyería está buenísimo y hacia eso vamos.

En ese sentido, se inscribe nuestra propuesta de Alianzas únicas, que realizamos desde hace siete años en Córdoba y ahora la traemos a Espacio Joya de Villa Urquiza. En ésta, los novios hacen sus propios anillos y le dan un significado especial, materializando su historia y siempre resultan momentos únicos emocionantes. Es otro espacio de intercambio y de disfrute de la joyería. Proyectamos repetir o ampliar esta experiencia con Joyas Compartidas entre madre-hija, amigos y más.

T. W.: _Nuestro proyecto incluye un bar en la terraza, que no estará abierto al público sino que será un espacio para seguir compartiendo antes o después de hacer una joya en una clase del taller, tras una charla, después de una de estas experiencia o en una pausa durante el coworking. Con el tiempo pretendemos ir sumando y sumando más propuesta, como una galería de arte. Vamos viendo que nos depara la joyería u otras artes…

 

“La joyería te atraviesa como ser humano. En este caso, es la joyería pero podría ser cualquier otro oficio o actividad, lo importante es conectarnos con nosotros mismos y con el otro”


Entrevista a Lara Sturzenbaum

Apuntes | Notas

Pude estudiar y convertir mi hobby en una profesión


Entrevista a Lara Sturzenbaum

Por Delia Alicia Piña

 

Lara Sturzenbaum consiguió transformar un hobby en una “profesión” gracias a una carrera universitaria especializada en joyería, en Nova Scotia, Halifax, que describe de manera apasionada porque así la estudió: “enfocada -casi con obsesión- en aprender todo sobre joyería”.

Cuenta que la práctica y la dedicación a full la llevaron a obtener un título que hoy le permite aplicar a una residencia artística y a un máster. Dice que estudiar es la clave para avanzar y afirma: “Aspiro a seguir aprendiendo y hasta enseñando en la misma universidad en la que estudié”.

De paso por su Río Gallegos natal o, más bien, desde un campo en la zona cordillerana, explica cómo fue su experiencia, por qué elige un máster como transición al mundo laboral, presenta a Malercas, su firma de joyería con piezas únicas hechas en bronce y plata, habla de la enseñanza virtual de la joyería, de su fascinación por el esmaltado y también da detalles de sus investigaciones con biomateriales.


_¿Cómo empezaste en joyería?

_Empecé como muchos, jugando hasta que se convirtió en un hobby. A partir de cierta habilidad con las manos y el interés por los adornos, desde muy chica comencé a hacer bijoux para familiares y amigos. Con los años, pasé a crear piezas con piedras naturales de Río Gallegos, donde nací.

De viaje en un año sabático por Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda, conocí a una joyera en Kumeū, a 40 minutos de Auckland, que me acercó al oficio, en particular, a la técnica de soldado y me encantó, tanto que decidí buscar una carrera de grado universitario para aprender y profesionalizarme en joyería.

Apliqué a varias universidades, algunas de las cuales no me resultaron accesibles, por eso  opté por la pública de Halifax, una ciudad de Nueva Escocia, en Canadá. Se trata de Nova Scotia College of Art and Design, especializada en arte, en la que estudié una licenciatura en bellas artes con especialización en diseño de joyas para orfebrería, un programa súper interesante. Me aceptaron y dieron una beca a partir de un porfolio de esas piezas hechas con esas piedras patagónicas con que comencé a experimentar. Fui totalmente enfocada a aprender todo lo que tuviera que ver con joyería y no dejé materia optativa sin asistir porque me interesaba mucho aprovechar y ver todo lo que podía.

 

“Fui totalmente enfocada a aprender todo lo que tuviera que ver con joyería y no dejé materia optativa sin asistir porque me interesaba mucho aprovechar y ver todo lo que podía”.

 

_¿Cómo es esa especialización en joyería? 

_La carrera son cuatro años, con materias prácticas y teóricas obligatorias y otras optativas específicas de la disciplina elegida, que en mi caso fue joyería a full. Incluyó una orientación en prácticas profesionales muy útil que me sirvió para aprender y aplicar para residencias y para investigar sobre maestrías disponibles. Entre las obligatorias está Joyería en distintos niveles, Orfebrería, CAD/CAM Rhinoceros, Gemología, Técnicas avanzadas y otros estudios de profundización. Aprendí muchísimo.

Tengo mucho por enumerar o citar porque incluye técnicas básicas, como calado, soldado, recocido, lijado, pulido, limado, fundición (trafilado y lingotes), además de la técnica con hueso de pez sepia, modelado digital e impresión 3D con distintos materiales a otras como fotografía de joyería, electroformado, diferentes articulaciones, cierres y sistemas, reticulado, engarces, grabado químico, recubrimiento en polvo, diferentes patinas y acabados.

También, estampado con prensa hidráulica, micro soldado de precisión, plegado y hendido del metal, remachado, embutido y acanalado, forjado, cadenas, texturas con laminadora, fotograbado, diseño y fabricación de una edición limitada de joyería a elección con packaging incluido, corte láser en acrílico y materiales no convencionales y paro de citar porque hay mucho más.

 

Con la mira en aprender todo sobre joyería

 

Entre las optativas, elegí las de joyería porque, como mencioné, preferí apuntar a mi disciplina al 100%. Sumé Fotografía, Programas digitales y Tintes naturales en el departamento de Moda, para aplicarlo a los bioplásticos.

Quiero destacar, en este proceso de aprendizaje, materias como Fundición a la cera perdida, Esmalte sobre cobre en horno, Cerámica para joyeros y Orfebrería que me fascinaron. También impresión 3D en distintos materiales, entre ellos, cerámica y baño de oro.

La forma de enseñar es diferente, recuerdo que cuando recién comencé la facultad les comentaba cómo era a mis amigas de Argentina y se sorprendían de que no tenía finales, salvo excepciones, pero tenía presentaciones todas las semanas, no había opción a no entregar, sí o sí tenía que llevar la carrera al día. Muy intenso.

Los docentes son apasionados, siempre colaboraban muchísimo, buscan distintas actividades, concursos o exhibiciones en las que pudiéramos participar y aprender fuera del estudio.

En particular, destaco Orfebrería a cargo de la maestra coreana Kye-Yeon Son, a quien también tuve la suerte de tenerla como docente en Estudio I y II y además fue mi tutora de estudios independientes; aprendí mucho con ella y compartió su experiencia de vida como artista, lo cual fue muy valioso.

 

“Hice joyería a full, desde técnicas básicas a prácticas profesionales; todas las materias optativas también fueron de joyería… en un proceso de aprendizaje intenso.”

 

_El estudio universitario te aportó mucho. 

_Sin duda. Cuando empecé, pensaba que estudiar en el exterior me iba a facilitar mucho todo, después me di cuenta que no pasa por ir a estudiar afuera o en el país sino por lo que se estudia, lo que uno le dedica y para qué. Es que al principio estaba muy focalizada en hacer una carrera universitaria y obtener el título, pero advertí que la capacitación no es una cuestión de grado. En Argentina hay muchos artistas joyeros que completaron su formación en el exterior pero que también aprendieron en escuelas terciarias, como la Escuela de la Joya, y en talleres escuela a cargo de maestros experimentados muy valiosos e interesantes.

Sin embargo, el título suma y mucho. Aspiro a seguir aprendiendo y hasta enseñando en la universidad NSCAD. Además de la cursada que detallé se dictan muchas otras materias optativas en Joyería que no se dieron todos los semestres así que, aún como egresada, puedo seguir  aprendiendo y experimentando.

Proyecto seguir con una residencia artística y un master. Estoy analizando aplicar a al departamento de Art and Craft de la Oslo National Academy of the Arts porque me interesan los engastes no convencionales que se proponen en el programa de Metal and Jewelry, que hoy dirige el maestro Jorge Manilla. El master “Medium -and material- based art” es un programa de tiempo completo de dos años, en el que se tiene la oportunidad de continuar una investigación personal dentro de las distintas áreas, combina seminarios, críticas grupales, clases teóricas, orientación individual por parte del tutor, entre otras.

Un master es la mejor opción porque te ayuda a transitar el paso entre la universidad y el mundo laboral o el desarrollo profesional, te posiciona y orienta. Me interesa seguir formándome como artista joyera.

Estudiar una carrera universitaria de joyería me dio una visión global de esta disciplina que no conocía, no solo desde el punto de vista práctico sino también una mirada cultural e histórica. Y en esto tuvo mucho que ver la relación con docentes y compañeros internacionales porque implicó aprender de sus culturas y el significado y uso que cada uno hacía de la joyería.

 

“Un master es la mejor opción porque te ayuda a transitar el paso entre la universidad y el mundo laboral o el desarrollo profesional, te posiciona y orienta. Me interesa seguir formándome como artista joyera.”

“Estudiar una carrera universitaria de joyería me dio una visión global de esta disciplina  que no conocía, no solo desde el punto de vista práctico sino también una mirada cultural e histórica”.

_¿Qué te gusta de la joyería?

_El poder trabajar con las manos es algo que me fascina y encuentro en la joyería la mejor alternativa de expresión, sobre todo, porque me genera mucho bienestar emocional; hacer joyería me pone en eje, me tranquiliza, me encanta.

Haber podido estudiar y convertir mi hobby en una profesión en un oficio que a diario me gratifica es una gran alegría. Las herramientas que me dio estudiar joyería hoy me permiten hacer lo que quiera.

Y estoy siempre sobre la joyería. Todo empieza y termina o me remite a la joyería, me cuesta desengancharme, hasta si salgo a caminar por el campo patagónico donde ahora estoy y termino atenta a qué elementos de la naturaleza encuentro para aplicar a la joyería o qué idea puede materializarse a través de la joyería.

 

“La joyería es mi mejor alternativa de expresión, sobre todo, porque me genera mucho bienestar emocional; hacer joyería me pone en eje, me tranquiliza, me encanta”

 

_Trabajás con biomateriales. 

_Sí por eso me interesa especialmente esa orientación. Busco aprender técnicas para incorporar los biomateriales. Comencé con los biomateriales en mi tesis universitaria. Había estudiado con Carolina Etchevers y me animé a presentar un proyecto en la cátedra Estudio, ya que quería hacer algo relacionado con el medioambiente.

Transformé la cocina de mi casa en un laboratorio y probé con bioplásticos a partir de recetas con agar agar, un gel que se extrae de algas, como agente gelificante para utilizarlo como piedra en un bisel o remachado porque pensé que tenía que incluir metal pero después me di cuenta que no era necesario y le di un giro y monté bioplástico sobre bioplástico, hasta lo usé como pegamento; sumé cintas y telas y viré del plano a lo tridimensional, también con lo combiné con mostacillas.

Me doy cuenta que da para mucho más y sin duda volveré sobre este proyecto para seguir indagando. Necesito seguir haciendo pruebas sobre la durabilidad y portabilidad, sobre cómo actúan agentes externos y más. También experimenté con biocompuestos a partir de alginato de sodio y cáscaras de huevo para piezas coloradas con frutas y verduras, como repollo, remolacha, espinaca, entre otros.

Experimentar con los biomateriales en pandemia fue una buena alternativa para sobrellevarla y seguir conectada con la joyería.

Pero después de un año y medio al llegar a la facultad volví a tentarme con los metales, me subyugó la infraestructura joyera de la universidad y continué donde había dejado. De esta manera advertí que me interesa trabajar en ambos senderos y por eso trataré de seguirlos de manera paralela.

 

“Experimentar con los biomateriales en pandemia fue una buena alternativa para sobrellevarla y seguir conectada con la joyería.”

 

Entre los biomateriales y el metal

 

_¿Los biocompuestos son difíciles de portar?

_Sí. Muchas de las piezas hechas se sostienen y otras no tanto, por eso hay que seguir profundizando y descubriendo, probando recetas e ingredientes. Hay muchas posibilidades por abarcar. En estos últimos años se avanzó un montón. Hay muchos especialistas. Me gusta el trabajo de Alice Potts, quien reside en Londres, hizo una colaboración con una marca australiana de joyería Mimco incorporando bioplásticos de manera muy interesante.

Mi trabajo es incipiente y apunta al uso de ese material en joyería. Y esta utilización no se ve mucho.

Se ve más recuperación de materiales o reciclados que generación de nuevos materiales. La aplicación de biomateriales requiere de mucho ensayo y error, de cantidad de pruebas para sostener la estabilidad y durabilidad del material. Por eso, usarlos en joyería supone un proceso previo que también involucra pruebas de flexibilidad y color. Es una previa distinta al proceso directo sobre el metal y del esmalte.

 

“La aplicación de biomateriales requiere de mucho ensayo y error, de cantidad de pruebas para sostener la estabilidad y durabilidad del material. Por eso, usarlos en joyería supone un proceso previo que también involucra pruebas de flexibilidad y color.”

 

_Y también trabajás en metales. 

_Por un lado, trabajo en la técnica de casting que es la fundición de orgánicos o que usa el material orgánico como molde; son elementos de la naturaleza, hojas, ramas y otros, muy afines, ya que me crié en el campo patagónico, donde estoy siempre colaborando con mi familia. Con este material realizo Malercas, mi firma de joyería de autor que tiene piezas únicas hechas en bronce y plata. Es una manera de captar la naturaleza de la Patagonia que siempre me inspira y portarla a través de la joyería.

En Halifax muchos no conocían Argentina, así que usaba esa inspiración en elementos patagónicos para presentársela. Extrañaba mucho porque estudiar no siempre todo es color de rosa cuando se está en el exterior.

Además, el esmaltado en metal, como destaqué, es una de mis técnicas favoritas. Y lo aplico sobre plata en piezas múltiples, cerca de cien, y reversibles; un trabajo que me gusta y siempre da para más.

Me interesa mantener estas dos líneas en paralelo; en un futuro me gustaría prescindir de mi firma comercial y dedicarme a investigar y trabajar la joyería más artísticamente. Sé que no soy la única en este camino, que hay muchos joyeros que se apoyan en una marca y en el dictado de clases para avanzar en su carrera artística. En tanto, no me canso de indagar en uno y otro material, tanto en el metal esmaltado como en bioplásticos.

“El esmaltado en metal es una de mis técnicas favoritas. Lo aplico sobre plata en piezas múltiples y reversibles.”

_¿Qué te gusta del esmalte?

_El color. Soy muy fan de color y el esmalte me permite desplegarlo, exhibirlo en su máxima potencia, jugar, y combinar hasta el infinito. Así como cuando soldé un anillo por primera vez fue un click, el descubrir la potencia del color a través del esmalte fue otro click mayor que me puso en eje, en el eje de la joyería.

Tengo pendiente profundizar en Esmaltado y la universidad me permite seguir anotándome y estudiando lo que quiera, así que cuando regrese a Halifax está entre mis principales intereses.

Es que de antemano sabía que las clases de esmaltado me iban a gustar porque, insisto, me encantan los colores. Aprendimos todas las técnicas básicas de esmaltado sobre cobre, trabajamos con hornos, no con sopletes. Aprendimos varias técnicas de las cuales tuvimos que hacer muestras, como cloisonne o champlevé, acuarelas, diferentes acabados, probar los distintos puntos de fusión del esmalte para conseguir diferentes texturas, etcétera.

Me quede con lo más simple del esmaltado y lo aplico en mi práctica. Uso esmaltes opacos porque expresan mejor lo que busco mostrar en mis piezas, aunque los transparentes son muy bellos también. Me gusta muchísimo trabajar con múltiples, combino formas geométricas estampadas con prensa hidráulica con esmalte.

Acostumbro a trabajar con dos o más colores a la vez de forma muy ordenada y eficiente; esta técnica es mi parte favorita de las piezas, elegir colores, sentarse y estar horas esmaltando.

 

“Soy muy fan de color y el esmalte me permite desplegarlo, exhibirlo en su máxima potencia, jugar, y combinar hasta el infinito… el descubrir la potencia del color a través del esmalte fue otro click mayor que me puso en eje, en el eje de la joyería.”

 

_En tu colección «Voltéame» trabajaste un tema poco usual en joyería como es la salud mental durante la pandemia. 

_Sí, fue un tema que me preocupó, en particular, porque remite a todos aquellos que la pasaron solos con ansiedad y hasta depresión. Y muchos de ellos estaban bien físicamente pero no anímicamente; podés aparentar estar bien pero por dentro es una lucha. Por eso, lo representé con piezas que evidenciaban esa dualidad, reversibles con un color que de un lado es más claro y del otro un tono más oscuro; podés brillar por fuera y por dentro estás sumida en una oscuridad total.

Busqué generar conciencia sobre los efectos que tuvo el Covid-19 en la salud mental. Es a través de la teoría del color, el movimiento y las formas geométricas que mis piezas expresan esas transiciones por las que pasan las personas al atravesar  y buscar recuperarse de enfermedades mentales.

Me gusta mucho trabajar el color y lo hice tanto con los biomateriales como con el esmalte; para mí la mejor opción. La colección incluye objetos, como teteras, tazas, saleros y bowls, en los que a partir de diversas tonalidades de color expresé diversas emociones,  sentimientos positivos y negativos.

 

“Me gusta mucho trabajar el color y lo hice tanto con los biomateriales como con el esmalte es para mí la mejor opción.”

 

_¿Expusiste ese trabajo en una galería en Ottawa?

_Sí, fue a partir del Concurso Nacional de Estudiantes de Joyería, del que resulté una de las seis finalistas. Pude mostrar ese trabajo en la 19ª exposición anual de esa competencia en L. A. Pai Art Jewellery Galery, un espacio de arte contemporáneo que también comercializa obras. Expuse incluso algunos de los objetos que forman parte de «Voltéame». Anteriormente, las había exhibido Anna Leonowens Gallery, perteneciente a la universidad NSCAD.

Creo que destacaron «Voltéame» por la labor  minuciosa y prolija de esmaltado sobre piezas frágiles; un trabajo que requirió de mucha dedicación para conseguir la habilidad necesaria. Además, creo que la eligieron por la propuesta de reversibilidad que de alguna manera le alarga su vida portable, y permite jugar y combinar.

 

“Destacaron «Voltéame» por el trabajo minucioso y prolijo de esmaltado sobre piezas frágiles y por la propuesta de reversibilidad que de alguna manera le alarga su vida portable.”

 

Clases online

 

_¿Estás dando clases?

_Sí, en lo por estos días aún se llama Estudio Joya. Mi acercamiento se dio porque iba a hacer una pasantía como parte de mi carrera, ya que podía realizarla fuera de Canadá, pero me agarró la pandemia. En ese entonces, estaba 24/7 en la facultad porque teníamos acceso ilimitado, pero decidí tomarme unos días, me fui y ya no pude volver por un año y medio. Tuve que suspender la pasantía pero Tali Wasserman me ofreció la secretaría de Estudio Joya y estoy en esa tarea desde hace tres años; una oportunidad que le agradezco especialmente porque me metió en el mundo de la joyería contemporánea local, crecí y aprendí un montón, particularmente, aprendí joyería en mi idioma ya que todo lo que sabía  hasta entonces era en inglés.

Ahora, empecé a dar clases online de introducción a la joyería para principiantes y a colaborar en clases libres, en las que eligen las técnicas para aprender según su proyecto, un desafío súper interesante.

 

“Empecé a dar clases online de introducción a la joyería para principiantes y a colaborar en clases libres”

 

_¿Es difícil enseñar o aprender joyería de manera virtual?

_No, no lo es. Los alumnos pueden visualizar perfectamente lo que el docente quiere mostrarles, sumamos un foro de intercambio de opiniones en el conocido servicio de mensajería, a través del cual se plantean y discuten las dudas, así que estamos muy conectados, mucho más que cuando das una clase presencial y se corta hasta la próxima; también intercambiamos fotos y videos para el seguimiento de los trabajos. Hay muchos alumnos que siguen online desde que comenzó la pandemia y lo hacen desde distintos lugares del país y del exterior, con diferentes experiencias y visiones sobre la joyería, lo cual es muy enriquecedor.

Y las doy con las herramientas que adquirí mientras estudiaba en la universidad; me instalé un taller con un torno y soplete, entre otras, en mi casa de Río Gallegos. Desde allí trabajo, hasta que regrese a Halifax con el fin de aplicar a una residencia artística y empezar a proyectar mis trabajos en joyería.