Entrevista a Paula Zuker
Apuntes | Notas
“La única mirada necesaria es la propia”

Obtuvo el premio Joya Chile en la última Bienal y también ya había logrado un galardón similar como argentina, en la primera edición. Aunque prefiere no poner el acento en esta singular dualidad, vale mencionarlo porque demuestra que resida donde resida Paula Zuker consigue sobresalir.
Tiene una innata mirada crítica, ordenada por el periodismo y la fotografía. Sus inquietudes e intereses responden a una experiencia y opinión personal que la animan a innovar en el uso de materiales diversos en la joyería contemporánea y a un hacer inédito, por su parte, como el bordado dentro de un proceso creativo disruptivo y original.
El aspecto humanitario que despiertan las consecuencias de la limpieza étnica, la persecución y las masacres que se registran en diversos lugares del mundo es un tema que la preocupa y ocupa. Por eso, lo llevó y materializó en piezas de joyería pensadas, elaboradas, “integrales” e integradas a un discurso preciso. Y más, la imagen de parte de esa obra, su broche «Franja de Gaza», fue elegida para la portada del último libro del filósofo chileno Eduardo Sabrovsky.
_¿Cuánto del periodismo y la fotografía influye en la joyería que hacés?
_Muchísimo, en todo. El periodismo ordenó mi innata mirada crítica, es como un chip. Ordenó en un relato esa suerte de rebeldía y actitud crítica constante, respetuosa y con sentido. Y obviamente la fotografía me entrenó la conexión ojo-cerebro, agudizó mi mirada para detectar más allá de lo que se ve o muestra.
Una conexión que sin duda me sirvió en mi última obra, presentada en la reciente Bienal latina. Como en otros trabajos, se dio una búsqueda de imágenes para conseguir la información que la sustente. Parecería muy fácil salir a patalear o criticar sobre diversos temas pero cuando son muy complejos, o no también, es imprescindible investigar y fundamentar opiniones.
Puede que parta de un tema que me interesa y después busco esa mirada crítica traducida en un relato o puede darse al revés, que el relato sea consecuencia de un tema que me preocupa. Más allá de qué se da primero o cómo se da el proceso que deriva en una pieza de joyería de arte, es claro que todo es consecuencia de mucha reflexión durante años, en los que aprendí que la única mirada necesaria es la propia. Todo lo demás está dicho y hecho.
Desde el periodismo y la fotografía transité un camino autoral singular. Tomé clases con Andy Goldstein, cuando el uso del color se cuestionaba y no obstante me animé. Un camino que se manifestó muy fuerte en los años 90 en el Centro Cultural Rojas particularmente de la mano de Alberto Goldenstein. Allí, hablé de lo que tenía delante, por entonces a través de la exposición de mis fotos familiares.
Cuando no supe qué hacer y pretendía hacer cosas o fotos lindas el maestro Goldenstein me dijo que yo no veía así y añadió una frase que me marcó y acompaña: “Está todo fotografiado, la luna y el fondo del océano, lo único que no está fotografiado es lo que vos ves”. Y eso lo aplico a todo. Es una premisa innegociable, una necesidad de honestidad, de apertura, de reflexión, muy personal, que valoro sobremanera.
Entonces, aprendí si lo que decís o hacés te sale de las entrañas, la mente y el alma seguro es un punto de vista original, único y necesario. Lo interesante es lo propio, lo que uno tiene para aportar. Por eso, siempre estoy hablando de temas que me interesan, de los que necesito hablar, a los que llamo inevitables.
“Si lo que decís o hacés te sale de las entrañas, de la mente y del alma seguro es un punto de vista original, único y necesario. Lo interesante es lo propio, lo que uno tiene para aportar”.
_No perdiste la mirada fotográfica.
_Creí que por haberme apartado del trabajo de fotografía que hacía en Buenos Aires, ya que dejé de fotografiar cuando me radiqué en Santiago de Chile, había perdido esa mirada particular de ver el mundo. Pero con la joyería me di cuenta que seguía intacta, seguía viendo esas imágenes, seguía haciéndolas o generándolas, aunque no las tomara, es que ya no necesito capturarlas.
Ese diálogo interno a través del cual se conversa con uno mismo, por el que uno se pregunta y responde, solo quedó de lado por un tiempo. La inquietud, el interés personal y el ojo entrenado para ver no se pierden.
Simplemente, el ojo ya no está tras el lente de la cámara sino en los materiales que pueden convertirse en joya. La joyería me dio la oportunidad de seguir mirando, haciendo, conversando y comunicando.
“La joyería me dio la oportunidad de seguir mirando, haciendo, conversando y comunicando”.
_¿Qué temas te interesan?
_Me interesó la problemática de la limpieza étnica y la persecución que se ve en Kutupalong, Bangladesh, donde se asienta un inmenso campamento de refugiados; también la masacre de la harina en la Franja de Gaza y, de igual modo, la explotación ilegal del oro en la Amazonia, en la frontera entre Brasil y Venezuela.
Esto es lo que tuve por delante, es decir, me interesé en tenerlo delante, más bien. Está a la vista del mundo; lo vi y entonces no pude hablar de otra cosa. Y me adapté o lo adapté a la temática de la convocatoria, ya que lo presenté en la última bienal joyera latinoamericana, devenida en internacional.
Un ejercicio de adecuación que ya había hecho para la primera edición de la Bienal, en 2016. Entonces, presenté una obra que trataba sobre la violencia contra la mujer, a propósito del trabajo que venía haciendo denominado «Mal de amores», que puntualizaba sobre las relaciones tóxicas.
“Lo vi y entonces no pude hablar de otra cosa. Y lo adapté a la temática de la convocatoria. Un ejercicio de adecuación que ya había hecho para la primera edición de la Bienal”.
_¿Cómo fue el proceso de «Aseo profundo»?
_Fue un tema elegido de manera colectiva, lo conversamos mucho con las colegas que convoqué para ese trabajo: Pamela Cavieres y Carolina Hornauer. Hicimos un ping pong de ideas, votamos y resultó ganadora esa denominación. Un feed back que se dio cuando acababa de ver la película de Wim Wenders, «Días perfectos», que motivó y reforzó conversaciones sobre la limpieza y el aseo.
Y justo cuando me preguntaba qué hacer específicamente, se produjo la llamada masacre de la harina en el oeste de la Franja de Gaza a fines de febrero del año pasado, cuando cientos de refugiados palestinos murieron por disparos del ejército israelí al amontonarse para conseguir alimentos de un convoy que trasportaba sacos de harina y enlatados, como ayuda humanitaria. Cuando vi la noticia no pude hablar de otra cosa porque me impactó, fue tremendo, me afectó mucho. Tal vez por mi cercanía, ya que soy de familia judía por parte de mi padre.
Como parte del proceso, en un momento tuve una conversación con mi papá, cuando me dijo que quería ir a la Bienal y le advertí de qué iba mi trabajo. Discutí el tema y quedé angustiada, también por lo que leía sobre lo que le ocurría a los palestinos en el mundo. Me di cuenta que era un tema grave, que no podía lanzar ideas y obras de una manera liviana e irresponsable o por mera ilustración. Decidí no meterme en la parte política porque es un tema complejo y de larga data, y como lo que más me preocupa es el aspecto humanitario amplié la temática en esa línea, ya que no es el único pueblo que sufre atrocidades.
Definí que mi hilo conductor sean las fotos aéreas. Una perspectiva con la que no busqué tomar distancia sino que pretendí generar un acercamiento empático a esa dura realidad. Y elegí la del campamento de refugiados ubicado al oeste de Bangladesh, donde viven más de 900 mil rohingyas expulsados de Myanmar. Contradictoriamente son imágenes espectaculares, similares a otras migraciones como las de los colombianos o venezolanos que pasan por el norte de Chile. Y ciertamente una vez que avancé en esa temática más abierta me relajé, empecé a dormir más, le encontré un sentido a esa tarea.
«Porque lo que más me preocupa es el aspecto humanitario amplié la temática, ya que no es el único pueblo que sufre atrocidades. Mi hilo conductor fueron las fotos aéreas”.
_¿Y por qué bordar?
_Hace rato que tenía ganas de meterme en el mundo textil. El año anterior había hecho algunas investigaciones textiles con Silvina Romero, y pedí ayuda para poder bordar con la aguja rusa para lograr relieve que se usa para alfombras. Aprendí, practiqué mucho y busqué especialmente sacos de harina para hacerlo. Comencé por bordar impresos y logré como mini alfombras. Advertía que era demasiado figurativo y luego vi fotos aéreas tomadas desde un dron del momento de la masacre y me dije: es esto.
Empecé a bordar con variaciones de puntos porque me di cuenta que no se veía bien en blanco y negro como quería. Previamente, investigué cómo transferir una foto, continué probando puntos de bordado, un mundo nuevo y desconocido porque no había cosido un botón en mi vida. Me encantó esa incomodidad tanto del tema como del bordado. Me pasé bordando casi 5 meses sin parar, fue maravilloso. Era lo único que quería hacer, menos yoga anulé todas mis actividades.
Y sobre esto, opté por trabajar con mucho color. Mis amigos me ayudaron a buscar hilos, aprendí a usar agujas, rompí muchas, tuve inflamación muñeca y brazo porque literalmente uno pone el cuerpo y me dolía todo porque mi bordado era muy apretado, entonces tenía que casi que martillar la aguja para que pasara.
No obstante, el bordado consigue colaborar con el relax porque es una labor muy meditativa. En esa apertura de tema, como parte de lo presentado en «Aseo profundo» nació la serie llamada «Limpieza étnica».
“Me encantó esa incomodidad tanto del tema como del bordado. Me pasé bordando casi 5 meses sin parar y fue maravilloso.”
_¿Todo es parte del mismo trabajo?
_Sí, parece una mezcla de temas pero como ya mencioné el hilo conductor son las imágenes aéreas.
Y muchas de ellas las bordé en público porque vendía joyas en pop up en cafés durante fechas claves como el día de la madre, y además llevaba mi trabajo a ese espacio porque no podía estar horas sentada en un lugar sin bordar. Entonces, se me acercaban para ver y preguntar qué hacía bordando bajo una gran lupa. Dejaba que se metieran a opinar sobre los colores, el tamaño tan chiquito del bordado, expresaban su gusto y preferencia y, cuando se involucraban, les contaba que representaba al campamento de refugiados más grande del mundo en Bangladesh, entonces huían…
Sin embargo, creo que la información opera como insecto venenoso, cuando te pica ya está adentro tuyo por más que salgas corriendo, solo hay que esperar su efecto. También durante la exposición muchos preguntaron por el trabajo de bordado o de joyería y les consultaba si habían leído el texto y cuando lo mencionaba la reacción era diferente. Así me di cuenta que la joyería resulta una manera efectiva de comunicar, de transmitir o despertar lo que uno quiere.
“Me di cuenta que la joyería resulta una manera efectiva de comunicar, de transmitir o despertar lo que uno quiere.”
_¿Por qué Bangladesh?
_Cuando uno pone el problema lejos es más fácil de verlo. El drama de la migración, la persecución y la limpieza étnica está en todos los continentes y se dio a lo largo de la historia de la humanidad. Si lo personalizás la gente genera anticuerpos, pero cuando está lejos es más fácil de visualizar.
Esto también incluye la problemática de la explotación de oro en la Amazonía, haciendo pie en Latinoamérica. Lamentablemente siento que podría bordar temas de este tipo hasta el infinito, podría sacar del archivo de la humanidad situaciones similares y hasta puedo adivinar lo que se viene… no sé si lo haré, veremos cómo evoluciona.
“Lamentablemente, siento que podría bordar temas de este tipo hasta el infinito, podría sacar del archivo de la humanidad situaciones similares y hasta puedo adivinar lo que se viene…”
_¿Cómo integrás el textil a la joyería?
_Todas las piezas están bordadas en lana, hilos de algodón sobre sacos de harina y tienen una estructura en plata. Las aludidas a la Franja de Gaza dejan ver los rastros del saco de harina.
Me interesa que las piezas sean 360, es decir, busco que la pieza no sea una de frente y otra por detrás, prefiero que esté integrada, que sea una en sí misma, entera, porque completa el relato. Cada paso de esta obra fue muy reflexionado.
A medida que fui ganando experiencia en hacer joyas y contar historias a través de ellas, me llené de reglas y muchas de esas las adquirí en workshops internacionales que después fui contextualizando y sumando herramientas. Nada de adorno, todo tiene que tener un sentido es una de ellas. En esa línea, la estructura que sostiene la pieza debe completar el relato además de sostener. Me gustan las estructuras, soldar, unir, coser… Cada pieza tiene una estructura por detrás que sigue hablando de lo que pasa adelante.
Por esto mismo, uno de mis de mis desvelos fue unir lo textil con la joyería. Busqué muchas referencias, conversé con personajes, hasta que decidí seguir con mi idea.
“A medida que fui ganando experiencia en hacer joyas y contar historias a través de ellas, me llené de reglas.”
_¿Cuál?
_Las piezas que hablan de lo ocurrido en Gaza tienen una estructura parecida a una mira telescópica a través de la cual podría verse cuando se dispara. Otra tiene un círculo grande que alude a una olla popular, ya que había o hay muchas en Palestina.
Y la vista en la Bienal, que tiene un marco limpio con líneas cual palos superpuestos mediante soldadura, refiere a los campamentos donde construyen sus viviendas con palos de bambú. Esta pieza es la única que tiene el trazo de los hilos del bordado que van de una punta a la otra y esto tiene que ver con que esas personas caminan para llegar a Bangladesh y se visten de color. Esa estructura es similar a un estadio porque viven en un espacio comunitario. Otra tiene un enrejado, porque no pueden salir del campamento. Además, para todo esto el bordado me cerraba muy bien porque Medio Oriente está muy ligado a la cultura de lo textil, en Bangladesh, por ejemplo, se hace gran parte de la ropa que usamos.
En la Amazonía esto no es tan preponderante, pero sí es muy fuerte la cestería y la trama.
“El bordado me cerraba muy bien para este trabajo porque Medio Oriente está muy ligado a la cultura de lo textil”
_¿Cómo llegó tu pieza de joyería a la portada de un libro tan diferente a tu quehacer?
_El dr. en filosofía Eduardo Sabrovski acaba de publicar un ensayo que analiza el conflicto de Gaza, que se llama «Israel en Gaza Israel en Gaza, la encrucijada histórica del judaísmo», en el que asume una postura desde su historia como hijo de padre judío, no de madre, al igual que yo, y hace un análisis político muy bien fundamentado y documentado sobre la ocupación judía en la Franja de Gaza. Al hablarle de mi último trabajo quedó prendado y me pidió que la imagen de mi broche «Franja de Gaza» fuera la imagen de la portada de su libro.
Esto fue muy importante porque logré tener un diálogo con una persona que se emocionó con un gesto, una dedicación, un trabajo con una materialidad diferente, con un discurso ajeno a su saber, como la joyería contemporánea.
Es que a veces la percibo a la joyería contemporánea como una disciplina muy hermética, ensimismada, que gira en torno a un círculo, a su mismo círculo de creadores y sus familiares. Y es necesario que pueda abrirse y dialogar con otras disciplinas o quehaceres. En un punto, da lo mismo que una pieza sea de joyería o no, lo importante es el trabajo y lo que dice o comunica, porque a fin de cuentas, como en este caso, uno descubre que hablamos de lo mismo desde otra mirada o quehacer, en distintos niveles, claro, pero ambos investigamos, discutimos, profundizamos, buscamos recursos para expresar en un proceso similar. Por supuesto, que este trabajo artístico lo hice porque necesité hacerlo y sin duda que él también. Llegar a otros de diferentes ámbitos es muy valioso.
“Estar en la portada de ese libro fue muy importante porque logré tener un diálogo con una persona, como este filósofo, que se emocionó con un gesto, una dedicación, un trabajo con una materialidad diferente, con un discurso ajeno a su saber, como la joyería contemporánea.”
_¿Antes de este textil en qué otros materiales trabajaste?
_Lo primero que hice fue con unas bolas de algodón nacarado, un material que sigo usando. Eran unas esferas grandes para un broche-colgante construido con plata 925 que trabajé en un workshop, por entonces como miembro de Joya Brava con una tutoría de un artista. Las desarrollé para un trabajo llamado «JoyEros» que trataba sobre el erotismo. Creé una serie llamada «Brote» en la que había que trabajar con una foto puesta sobre un cuerpo, y elegí hacerlo sobre la imagen del pecho de mi hijo preadolescente, lo cual resultó ser el mejor escenario en un homenaje a su inminente pubertad.
Luego opté por la porcelana para una obra que denominé «Mal de amores», resultado también de un workshop con la diseñadora finlandesa Mia Maljojoki. Una propuesta con la que gané un premio en la primera edición de la bienal de joyería y por eso después pude presentarla en mi exposición individual.
Con ese material trabajé las emociones que no pasan desapercibidas en nuestro cuerpo, que nos atraviesan como un rayo de luz o como un cuchillo afilado. Son una evidencia, una muestra de lo que no vemos pero sucede en nuestro interior. Trató sobre el mal llamado amor, ese que enferma lentamente, siempre se estanca en algún recoveco o fisura y duele. Se siente en carne viva sin poder cicatrizar. Y dentro de esto, en general se inscriben los femicidios que no cesan. Las cifras de femicidio en América Latina representan una alarmante desgracia. Ese fue mi homenaje a esas mujeres sufridas, desaparecidas y asesinadas por sus mal llamados amores. Con esta idea, planteé mi mirada sobre la violencia contra las personas en una de sus peores manifestaciones. Y opté por materializarla en porcelana esmaltada y plata 950.
“Lo primero que hice fue con unas bolas de algodón nacarado, un material que sigo usando. Luego opté con porcelana.”
_Fuiste la única que ganó el Premio Joya Argentina y, a la vez, Joya Chile.
_No lo menciono mucho porque llama la atención y a veces lo cuestionan. Entiendo que parezca extraño y hasta contradictorio. Sin embargo, no fue más que premiar distintos trabajos, en una instancia como argentina de origen y, en esta última Bienal, como residente chilena desde hace añares.
De alguna manera habilité a la migrante que soy y pude ser parte. Y justamente las joyas presentadas hablan al extremo de migraciones, de pueblos desplazados y de persecución.
El premio fue muy gratificante porque tenía adentro mucho para decir y que se haya reconocido; fue un honor.
“Me premiaron por distintos trabajos en una instancia como argentina de origen y otra como residente chilena.”
_Después seguiste con las piedras.
_Sí, de ahí me puse a tallar piedras. Siempre me gustaron y con la venta de una máquina pulidora que gané en esa primera Bienal viajé a estudiar a un singular pueblo de lapidadores, Idar-Oberstein, al suroeste de Alemania, capital de la industria de piedras preciosas.
Aprendí y trabajé mucho la técnica de tallado y lapidación. Usé piedras de parques de la zona que tallé y creé «Arqueología fantástica», con intervenciones con plata 925 en los broches. Un trabajo que presenté como parte del colectivo joyero Delirios. Representaban fabulaciones, rastros de historias que no habían sucedido, que solo se dieron por manipulación de información, justamente mediante la manipulación de las piedras.
Y ya en Chile, donde resido hace más de 25 años, seguí con «Fake news», también trabajando sobre lo que en realidad no había sucedido; eso que aún hoy seguimos advirtiendo al prender la tele o leer el diario o cuando comienza una campaña política. Para esto usé piedras andesita y riolita, rocas volcánicas formadas en los Andes que recolecté en el Parque Metropolitano de Santiago de Chile. Practico yoga y mi profe subiendo al parque del cerro San Cristóbal me dijo que había piedras que me encantarían y no se equivocó. Y así seguí con esa serie de evidencias falsas en la construcción de mis news joyeras sobre relatos que nunca existieron.
“Aprendí y trabajé mucho la técnica de tallado y lapidación… Representé fabulaciones, evidencias falsas que trabajé con el tema de las fake news.”
_¿Tenés una línea comercial?
_Todo lo que hago de mi firma comercial «Joyas Fantásticas» es una excusa para comprar materiales para crear y experimentar, como con botones que me rayan. En esta propuesta, de líneas simples, pongo el acento no tanto en la estructura o sostén sino en lo que se sostiene, como los botones, por ejemplo, o piedras o cristales y hasta mini brújulas que funcionan o ahora se me ocurrió incluir mini niveles antiguos. La materialidad diversa me puede.
“«Joyas Fantásticas» es una excusa para comprar materiales para crear y experimentar.”
_Hiciste muchos workshops.
_Me reconozco adicta a ellos y son parte de mi formación errática y espontánea. Y hasta los promoví. Con una amiga alemana y un pequeño grupo organizamos una suerte de latin tour para traer a Daniela Malev pero justo coincidió con el estallido. Sí conseguimos la gira de Peter Venmandere con su propuesta de fundición de metales que estuvo buenísimo.
Y eso te ofrece la joyería: la posibilidad de hacer lo que a uno le gusta y también a hacer grandes amigos; eso es lo que quiero, tomar contacto con otros artistas.
Entre otros, destaco el simposio En Construcción, el primero de joyería contemporánea liderado por Francisca Kweitel, con talleristas como Ruudt Peters, Nelly Tanner y Jorge Manilla, fue un antes y un después porque se convirtió en un espacio de discusión, debate y análisis de la joyería contemporánea único, hace diez años, y muy necesario.
Ahora de paso por Buenos Aires estoy haciendo un seminario de enfilado, bordado para generar volumen con un proyecto personal de aplicación de técnicas textiles muy interesante a cargo de Lara Solía de Taller Eloi. Y ya estoy contactando para retomar una clínica de seguimiento con Silvina Romero que me entusiasma.
“La joyería te ofrece la posibilidad de hacer lo que a uno le gusta y también a hacer grandes amigos.”
_A partir de las secuelas del estallido social de Chile también creaste piezas de joyería.
_Sí, para la Bienal del concurso «Vecinos», que en Chile coincidió con el estallido social. Comencé a levantar piedras de restos de cordones, veredas y asfalto de calles de las inmediaciones del kilómetro 0 que habían sido destruidos, las tallé y convertí en piezas contemporáneas. De esta manera, una vez más con la joyería hablé de lo que no podía dejar de hablar.
“Una vez más con la joyería hablé de lo que no podía dejar de hablar.”
_¿Cómo ves la joyería?
_Muy hermética, cerrada sobre sí misma en muchos casos. Es necesario que se abra, es preciso que se pueda salir del mismo círculo joyero. Por eso, lo del libro es muy importante porque se dio esa apertura, logré tener un diálogo con alguien que no es del mismo palo, que no conoce, que no es del ámbito de la joyería; con alguien –y a través de ese autor con muchos otros quizá- que tal vez no le importa la joyería, pero que se emocionó con un trabajo, con un discurso, con una materialidad, con un gesto, daba lo mismo el soporte, que sea o no una joya.
Me di cuenta que hablamos de lo mismo, dialogamos con dos obras diferentes, una literaria y otra joyera. Así pude establecer contacto, pude llegar con la joyería más allá de un círculo cercano. Ambos dialogamos, discutimos, investigamos, ensayamos, creamos en dos niveles distintos. Pasamos por un mismo proceso. En mi caso, por un proceso artístico que necesité hacer, que elegí hacer para expresarme. Y pude emocionar más allá de a mis allegados o círculo inmediato o del mismo quehacer.
“El libro fue muy importante porque logré tener un diálogo con alguien que no es del ámbito de la joyería, que se emocionó con un trabajo, con un discurso, con una materialidad, con un gesto, daba lo mismo el soporte, que sea o no una joya.”
_¿Tenés idea de seguir por lo textil?
_No sé, hago piezas constantemente. Por lo general, las convocatorias me activan. La pandemia fue durísima y lo último que había hecho fue en 2022. Retomé recién al año siguiente generando este espacio nuevo con lo textil. Fue un mundo desconocido al que llegué desnuda. Empecé a experimentar, a crear mis propias reglas, como mencioné, y fue buenísimo. Esto, después de una primera instancia de pánico en la que sentí que tenía que consultar, como pidiendo permiso, hasta que reflexioné y recordé que hice piezas de porcelana y no pedí permiso a ceramistas, hice piezas de piedra y no pedí el pase a lapidadores, por eso entonces me preguntaba por qué tanta duda con los hilos y el bordado… Será porque lo considero un mundo tan cotidiano como ancestral y sagrado, en algún punto y decidí seguir adelante con esa experiencia tan personal para ver qué podía presentar y me hizo muy feliz. Mis colegas no sabían que estaba bordando, incluso el jurado que lo evaluó, de manera que nadie acreditaba que podía ser mío pero lo fue.
Sí, volví a bordar. Después de «Kutupalong» y «Aseo profundo» pasé por el síndrome de la hoja en blanco, negra, más bien, y me di cuenta que esos trabajos fueron muy pocos, que podía seguir explorando, otros temas, otras maneras de hacer, otros puntos. Recuperé unas imágenes aéreas tomadas desde una cámara fija sobre la plaza Italia, en Santiago, centro de las manifestaciones durante el estallido social en Chile porque siempre hay una reflexión para hacer. Transferí esas tomas a tela y comencé a bordar. No sé si derivará en piezas de joyería. Veré, hay mucho para decir todavía sobre si el tema pasó, envejeció, si estamos mejor o peor que antes, sobre el despliegue desmesurado de recursos represivos de entonces, a veces sobre grupos pequeños de manifestantes. Siempre es bueno reflexionar sobre el pasado para prevenir el futuro.
Un trabajo con mucho color, a través del cual puedo identificar a los personajes de la plaza, los manifestantes, los represores, carros hidrantes, los veedores internacionales vestidos de rojo, el gris de los gases, el reflejo del atardecer, porque muchos se manifestaban luego de la jornada laboral y mucho más. Estoy disfrutando mucho del uso del color y viendo de experimentar otros puntos.
Y hoy comparto el tiempo de esa tarea con las clases que ahora estoy empezando a dar a pedido compartiendo mi experiencia, no en el marco de un taller escuela sino de un taller artístico.
Suri Vecchiato en Buenos Aires
Suri Vecchiato en Buenos Aires
Por primera vez se presentó en Buenos Aires la joyería contemporánea de la artista veneciana Suri Vecchiato.
Una línea con lo último de sus piezas esculturales, muy variadas, moldeadas a la cera perdida, con piedras que acompañan su estructura orgánica y siguen la línea corporal destacándose con ciertos detalles punk, en plata 925, algunas con tratamiento de oxidación, otras con detalles dorados y, en general, con piedras naturales no talladas ni brillantes.
Esta propuesta se vio en el estudio fotográfico Lab Sunshine devenido en escenario abierto para ver también las piezas de la escultora argentina Delfina Velar en una experiencia inmersiva sensorial dentro de un entorno sonoro diseñado por el compositor Joaquín Gómez, que buscó reforzar la intención de las artistas de trabajar en “una búsqueda genuina de un mundo más sostenible y armonioso”.
Un encuentro cultural que reunió dos expresiones artísticas y “rescató el trabajo colaborativo, la camaradería entre mujeres y la importancia de crear redes de apoyo”.
«Este proyecto surge como una extensión del concepto presentado por el estudio de diseño de la creativa Luján Haeder, enfocado en la conservación, revalorización y reedición de piezas de sastrería en desuso y/o deterioradas», destacan.
“Estoy muy contenta de exponer en Argentina, que es un país que me encanta y que estoy conociendo hace cuatro años a fondo: su gente, su tierra, sus costumbres, su cultura. En este tiempo me preguntaba qué respuesta tendría de mi trabajo. Lo mostré en Nueva York, Arabia, Londres y Dinamarca, entre otros, y cada reacción dependió de la cultura, pero nunca lo había hecho en Buenos Aires hasta hoy.
«Por lo pronto, me sorprendí gratamente y agradezco la ayuda colaborativa de todas estas artistas y profesionales argentinas que trabajaron para llevar adelante este proyecto con una puesta original e interesante.
“Me entusiasma traer mi obra a un país que tiene una joyería conceptual interesante, con una cultura distinta y, a la vez, en algunos aspectos similar a la italiana. Me interesa que conozcan mi propuesta, el mensaje y la historia detrás de cada obra. Por eso, una edición de mis piezas quedará en el estudio de la diseñadora Luján Haeder”, cuenta la artista italiana.
Proyectos
La joyera, también es escultora egresada de la Academia de Bellas Artes de Venecia, el próximo mes dictará el primer máster sobre joyería contemporánea de esta casa de estudios, especialmente invitada por el profesor de diseño Roberto Zanon, coordinador de la propuesta.
Junto con BIanca Capello ofrecerá “un laboratorio para transitar el camino hacia el encuentro del propio concepto, el cual puede ser materializado en una pieza. Un planteo investigativo, reflexivo y autocrítico dirigido no solo a joyeros”.
En tanto, cuenta que crece con su alianza con el artista en vidrio Simone Crestani. Trabajan en piezas bien grandes, siempre buscando unir el vidrio y el metal de manera natural u orgánica, por su parte, innovando con el electroformado.
Lo mismo, sigue adelante con sus trabajos en fundición directa y con la prehistórica en jibia. Y prepara una colección cápsula para Dover street market jewelry.
Ofrendas en Schmuck
Ofrendas en Schmuck
La artista argentina Jimena Ríos y la alemana Iris Eichenberg fueron seleccionadas para participar de la próxima edición de Schmuck con «Offerings», una pieza de la serie ya vista en una muestra en septiembre último en la galería neoyorquina Ornamentum.
“Esta serie de joyas es el resultado de una colaboración entre ambas y todas las obras fueron concebidas y hechas por las dos, explorando temas que nos obsesionan respecto a nuestro trabajo y nuestra disciplina. ¿Cuál es el lenguaje compartido que hablamos? ¿Qué piezas de joyería forman parte de nuestro vocabulario común? -se preguntan-.
“Principalmente nos interesan las joyas sin autoría, las que no se centran en los sentimientos personales de un autor, sino que nos ofrecen espacio para leer y evocar.
«La joyería encontrada en el folklore sirve como testimonio, confirmando la efectividad del lenguaje simbólico de los objetos portables, y en ellos, el acto de hacer se convierte en una herramienta para contar y celebrar”, explican las artistas.
Y recuerdan que “todo comenzó con los exvotos-objetos que no existen de manera aislada. Estas piezas son testimonios materiales, una prueba, y al mismo tiempo, son evidencia de hechos, fragmentos de una autobiografía. Ahora estamos haciendo nuestras propias ofrendas; estamos escribiendo con joyas, el lenguaje que conocemos, la biografía de nuestra relación”.
La pieza que se verá en Múnich es un collar de lino francés, con esmalte, plata y madera de nogal.
Lanzamiento
También, en dos semanas Jimena Ríos e Iris Eichenberg presentan un nuevo libro: «Still». El primero de una serie que explora cómo la joyería puede transformar la vida. Trata sobre la relación de una pareja con sus joyas y da cuenta de su significado. Incluye comentarios del protagonista con una cronología de su experiencia personal.
“Anne y Donald Dietz estuvieron juntos durante 37 años. Durante su vida Donald le regaló a Anne joyas que mandó a hacer especialmente para ella o que compró como recuerdo de viajes compartidos; piezas que hoy sirven como testimonio de su vida y de su amor. Desde la muerte de Anne en 2022, Donald usa sus joyas casi todos los días.
“Usar joyas de un ser querido es llevar un recordatorio de su presencia, algo tangible a lo que nos aferramos. El poder de las joyas es el poder que les damos, potenciado cuando las ofrecemos a alguien, cuando ese alguien las acepta y cuando las llevamos con nosotros a lo largo de días, años y generaciones”, destacan las autoras.
Ensayos de fusión de una cartografía fragmentada
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Ensayos de fusión de una cartografía fragmentada


“Prácticas que parten de cada uno de nuestros puntos de anclaje. Búsquedas de conexión entre nuestros imaginarios y nuestros territorios. ¿Qué nos une a nuestro territorio? ¿Desde dónde nos conectamos? ¿Cómo nos constituimos en ese mundo? ¿Qué intersecciones vemos entre materiales, cuerpo, territorio? Sonidos, imágenes, historias… que nos sitúan en un espacio”, relata Hebe Argentieri de «Ensayos de fusión de una cartografía fragmentada», la muestra de su taller con invitadas que se estrena hoy.
Hasta el 9 de noviembre en Fundación Casa Pronto, en Junín, como parte de la IV Bienal latinoamericana de Joyería Contemporánea.
Participan Hebe Argentieri, Mabel Pena, Ana Feuillade, Catalina Mecozzi, Delfina Terribile, Elena Pire, Gabriela Ledesma, Graciela Fassi, Graciela Manzione, Graciela Riva, Marcela Cobo, Marita Sario, María Rosa Mongelli, Paula Botto Fiora, Rocío Vergerio y Susana Nazer.
Crónica de una piedra que tendrá que ir más lejos
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Crónica de una piedra que tendrá que ir más lejos


“La cuarta Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea es una posibilidad para seguir conversando y reflexionando a partir de la creación de objetos portables, de joyas, transportadas por cuerpos, en diálogo con él. Una danza a la par de esos cuerpos. Van y vienen. Se mueven y miran el mundo. Cuerpos únicos, piezas únicas.
«Una joya arrojada a su existencia. Pero esta vez, no sólo quieren cierta complicidad. Esta muestra quiere ser “un organismo vivo”, no contemplativo.
«Un intento de enamorar, del deseo de comunicar, para finalmente dar un paso, tal vez, hacia el hacer”, dice Jorge Castañón de «Crónica de una piedra que tendrá que ir más lejos»
La muestra de su Taller de La Nave que se estrena el viernes 18 en la galería Casa de al lado, en el barrio de Caballito, y estará en exhibición hasta el 5 de noviembre. Otra de las propuestas de Circuito Buenas Artes de la IV Bienal que organizan Joya Brava y Joyeros Argentinos.
Participan María Alejandra Oyón, María del Mar Skiadaressis, Alejandra González, Nora Capitman, Adriana Sago, Patricia Rodríguez, Lía Alix Junco, Judith Arvili, Ana Catalina Lavarello, Rocío Carboni, Analía Polito, Yamila Cartannilica, Magdalena Stover, Susana Laguna, María Fernanda Gómez, Marcela Arroyo, Sof Flores, Graciela Di Mónaco, Claudia Olivieri, Cecilia Besada, Liliana Macklin y Jorge Castañón.
El Banquete
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El Banquete


“El banquete, desde tiempos inmemoriales, ha sido un espacio de encuentro donde se cruzan cuerpos, ideas y emociones. Es en esta confluencia donde la celebración se transforma en un acto de creación y comunión. Esta muestra de joyería contemporánea se erige como una alegoría de ese banquete, un lugar donde lo diverso se encuentra no para asimilarse, sino para dialogar, resonar y enriquecerse mutuamente”, dice Laura Egea, curadora de «El Banquete», muestra de 14 joyeros contemporáneos de Córdoba y Buenos Aires que se estrena esta tarde en la Galería Francisco Vidal de la Casa de Córdoba, Av. Callao 332.
“En un mundo que tiende a fragmentarse, la reunión en torno a una mesa común adquiere una dimensión simbólica. Aquí, la diversidad de voces, técnicas y materiales no es una dispersión, sino una orquesta polifónica que resuena en armonía. Cada joya es una manifestación de la singularidad, una expresión única que, al colocarse junto a las demás, enriquece y amplifica su propio significado”, agrega la artista joyera.
“El banquete platónico, con su búsqueda del amor y la verdad a través de la palabra, se transfigura en esta muestra en un diálogo silencioso, donde la materialidad de las piezas articula una conversación profunda. Las joyas, con su capacidad de mediar entre el cuerpo y el mundo, se convierten en los portavoces de un discurso colectivo que celebra tanto la individualidad como la interconexión. No es solo el adorno, sino el acto de crear, lo que une a las artistas en esta celebración.
“Lo festivo, como acto de unión, se convierte en una reflexión sobre la capacidad del arte para reunirnos en torno a un ideal común: el amor por la creación y la belleza. En esta comunión de formas, se reconoce que la riqueza del banquete reside precisamente en la diversidad de sus platos, en la multiplicidad de sabores que, al unirse, conforman una experiencia única”, destaca.
“Así, esta muestra no es solo un despliegue de joyas, sino una invitación a reflexionar sobre la esencia del encuentro y la celebración. Es un banquete de formas y conceptos, donde la pluralidad no es solo una característica, sino la base sobre la cual se construye una narrativa colectiva que nos invita a reconocer en la diferencia, no una barrera, sino un puente hacia la comprensión mutua y la creación compartida”.
Participan Cecilia Kesman, Coty Nolé, Andrea Libovich, Andrea Zenobi, Lucas Pinto dos Santos, Danilo Villacorta, Carolina Moya, Marisa Kesman, Gerardo Domínguez, Nou Chaguri y Laura Egea, por Córdoba, y Roxana Casale, Vicky Biagiola y Barbara D´Ambra, por Buenos Aires.
Las formas del deseo
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Las formas del deseo


«Hay una vibración secreta en todo lo que me rodea, un susurro que viene de más lejos y es deseo«, sostiene la poeta Diana Bellessi y Gabriela Nirino y Andrea Nosetti hacen suyas estas palabras en una muestra de joyería contemporánea que se estrena esta tarde en el Centro Cultural Viva, Anchorena 666, en las inmediaciones del Abasto, parte de la IV Bienal que organizan Joyeros Argentinos y Joya Brava.
En «Las formas del deseo», Gabriela Nirino presenta «Las del amor», conjunto de piezas tejidas con lana merino, pompones y cuentas, y «Las de añorar», conjunto de bolsitas de colgar tejidas con lana Merino en telar de ocho lizos
Y Andrea Nosetti, «S/T 008» en fieltro de lana de oveja, y «Mother» en fieltro de lana de oveja agujado.
Hasta el 31 de octubre, puede verse de miércoles a domingo 17 a 21.
Rituales de pasaje
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Rituales de pasaje


“La propuesta de «Rituales de pasaje» se originó en tiempos de pandemia: como en un ritual intercambiamos entre nosotras fragmentos de piezas. Casi como un juego aceptamos el desafío de incorporar materiales desconocidos a los propios. Con diferentes consignas las piezas tomaron nuevas formas en cada pasaje ritual. A través del tiempo fuimos encontrando hilos conductores”, cuenta Mabel Pena coordinadora del grupo de intercambio que integra Hebe Argentieri, Natalia Astesiano, Paula Botto Fiora, María Rosa Mongelli, Susana Ortiz y Marita Sario.
“Una construcción colectiva que nos permitió crear un cuerpo de joyas, cada una con sus características y expresiones. Un espacio para imaginar, un ejercicio de vida, una apuesta al desarrollo de estas obras compartidas, en la intimidad de nuestros talleres abiertos para el encuentro”, señala la maestra joyera de la exposición que se inaugura hoy en el Centro Cultural Viva, Anchorena 666, CABA, parte de la IV Bienal que organiza Joyeros Argentinos y Joya Brava.
Devociones domésticas
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Devociones domésticas


“Vivir y sobrevivir 15 años entre la joyería de arte y la joyería de autor es un ejercicio constante de equilibrio y negociación. Son dos cabezas compitiendo por habitar un mismo cuerpo y tiempo, entrelazando mundos que intentaba sin éxito mantener separados hasta hoy que los reúno.
“Mi joyería de arte nace de un universo interior y una necesidad por comprender las manifestaciones del amor: intrincada, familiar y doméstica. En ella, afectos, recuerdos y revelaciones se tejen en homenajes íntimos, resonando con la ternura y la protección del adorno popular de las casas de mis abuelas: honesto, devoto, laborioso y latinoamericano.
«Esta obra es una exploración constante de materiales y técnicas, dando vida a objetos que se inspiran en flores artificiales, vestimentas para artefactos, animitas, paños bordados y virgencitas.
«Joyas con más vida social que la mía, viajando por museos, galerías y publicaciones del mundo, regresando siempre al cajón de mis tesoros.
“En contraste, Casa Kiro Joyas surge del universo exterior, donde imaginarios del mar, el aire y la tierra construyen paisajes oníricos. Este mundo es ligero, colorido, alegre e intuitivo, con la resina como protagonista en múltiples formas y técnicas propias. Es una creación pensada para ser llevada por otras, donde el acto de soltar y dejar es parte del proceso creativo”, relata Vania Ruiz de la muestra «Devociones domésticas: una retrospectiva de dos cabezas» en la que expone “la historia ruidosa de mi joyería de arte, la historia silenciosa de Casa Kiro y las 3 piezas premiadas en la I, II y III Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea de 2016, 2018 y 2021”.
Hasta el 4 de noviembre en la sala Bob Borowicz del Centro Cultural Montecarmelo, en el barrio de Providencia, Santiago de Chile.
Remiendos del alma histórica
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Remiendos del alma histórica


“¿Cuántos caminos debemos recorrer antes de comenzar a encontrar respuestas a la interrogante universal del cómo nos habitamos?, ¿cómo funciona aquello que portamos dentro, eso que contenemos, eso que no tiene nombre, pero que en esencia nos constituye?, ¿cuánto mide y pesa?, ¿qué edad tiene?… ¿y cómo podemos llegar a proporcionarle los remiendos que necesita, para poder al fin existir?”, se preguntan desde el Estudio Honorato+Vicencio al presentar «Remiendos del alma histórica», la propuesta que también se estrena hoy en la IV Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea.
Mariela Vicencio y Caco Honorato, curadores de la muestra, señalan que “la joyería contemporánea da cabida a una amplia formulación de nuevos cuestionamientos y replanteos sobre las distintas posibles relaciones existentes entre los objetos y los cuerpos.
“Desde la tradicional portabilidad material hasta la búsqueda incansable de diferentes posibilidades, la exploración libre nos lleva a encontrar un punto en común en relación a las potencialidades del desplazamiento del lenguaje. Una diversidad de medios acaba por concentrarse en trabajar con la subjetividad y el inconsciente de cada creador”.
Y destacan que esta muestra, “fruto del trabajo desarrollado por las creadoras del Taller de Creación Objetual del estudio de procesos creativos Honorato+Vicencio, es una búsqueda, un afán de conectar al cuerpo con la totalidad de sus sentidos.
“Es un viaje metafórico a las raíces, un encuentro con los antepasados, con símbolos y tradiciones olvidadas… los cuerpos que construyen nuestras historias aparecen aquí como portadores de memorias…
“Las obras están abiertas, el espectador es quien completa el proceso desde su propia lectura y experiencia, el espectador es quien da la última puntada y acompaña el último remiendo…”
La expo también se realiza en Veta Espacio Creativo y como todas las de Ruta Brava puede verse hasta el próximo jueves 10.