AMHE, joyería de diseño

Apuntes | Notas

Hacemos joyería de diseño brutalista, puro y lúdico


AMHE, nueva firma de diseño

AMHE-Laura-Egea-Carolina-Moya-Marisa-Kesman

AMHE es la marca de joyería de las diseñadoras cordobesas Laura Egea, Carolina Moya y Marisa Kesman.

Una es arquitecta, la otra es comunicadora social y la tercera es escultora, quienes se especializaron en Espacio Caelum, el taller escuela de joyería contemporánea de Cecilia Richard.

Con una fusión interdisciplinaria, crearon una nueva marca que se juega por piezas de diseño único. Un proyecto de siete meses que se define a través de joyas metálicas, lúdicas, intercambiables, sin género ni edad.

De su Córdoba natal, se proyecta en Buenos Aires y ya consiguió poner un pie en Nueva York.

Su proceso creativo. Cómo sus piezas resignifican viejos elementos de ferretería, entre otros; por qué son funcionales, y de qué manera se intercambian. La experiencia de compra que ofrecen. Y sus planes a futuro.


Brutalista, lúdica y de aspecto industrial. Así es AMHE, la nueva firma de las joyeras cordobesas Laura Egea, Carolina Moya y Marisa Kesman, que se juegan por piezas de diseño único que seducen.

Una apuesta exitosa que en siete meses se consolidó con una clara identidad: joyas metálicas, funcionales, sin género ni edad, que ya se proyecta en Buenos Aires y consiguió poner un pie en Nueva York.

Ellas se conocieron en Espacio Caelum, el taller escuela de la maestra Cecilia Richard, durante un workshop de la española Pilar Cotter en la especialidad de porcelana aplicada a la joyería.

Luego siguieron cursando juntas hasta que tras el aislamiento duro por la pandemia, en julio de 2020, se encontraron y se plantearon la posibilidad de hacer algo de joyería. “Le buscamos nombre al proyecto antes de armarlo de manera precisa; sin embargo, desde entonces, no paramos de reunirnos periódicamente para definirlo y de manera progresiva terminamos por dedicarnos a full”, cuentan.

AMHE es un juego de letras que surgió en una lluvia de ideas asociadas al amor, amé, querer, entre otras, en alusión a la pasión que les despierta la joyería. “Estuvimos un año y medio trabajando en el proceso creativo, maquetando mucho, definiendo conceptos y sentando las bases de la marca. Hicimos varios workshops de capacitación y salimos al mercado en noviembre último”.

Desafío conjunto

Reconocen que fue un desafío hacer joyería en grupo porque es un trabajo individual, bastante solitario, además cada una tiene su línea, estilo y una disciplina o profesión diferente: Laura es arquitecta, Carolina es licenciada en comunicación y Marisa Kesman, docente y escultora.

Sin embargo demuestran que lograron un trabajo cien por ciento artesanal, ya que “pasa por las manos de las tres con un buen aprovechamiento de los materiales y los recursos y para poner énfasis en las terminaciones”.  Forman parte de su equipo parte de su equipo de trabajo, que resulta ser un team femenino, quienes hacen el baño y algo de grabado.

Puntualizan en que pasaron por un gran proceso de aprendizaje que “llevó su tiempo porque el diseño necesita de cierta decantación para terminar de resolverse. Definido, se hizo y hace una muestra que se prueba para ver si la joya es cómoda o  pesada; es decir, se lleva la pieza al extremo en todas sus posibilidades de uso para ver si queda bien y se puede sacar, mostrar y presentar”.

Sistematizan el proceso, admiten, pero tienen mucho trabajo y estudio previo. “Están pensados y estudiados todos los detalles del diseño y construcción de la pieza. Así aprovechamos los materiales al máximo para lograr el menor desperdicio posible”.

El trabajo en conjunto fluyó muy bien porque descubrimos la fortaleza de cada una, qué podíamos sumar y así nos complementamos justo. Aprendimos la principal enseñanza de la pandemia: de las situaciones se sale colectivamente construyendo juntos.

“AMHE es un híbrido, resultado del aporte que cada una da desde su disciplina madre, con modos de pensar, hacer y resolver propios”, comentan.

Suma de las partes

Marisa Kesman es docente y tiene una mirada más artística porque le gusta mucho la escultura. Estudió joyería contemporánea con la intención de hacer piezas a escala. Trabaja en plata y cobre, y en otros materiales para piezas de aspecto escultórico. Como todas, en Caelum también realizó varios workshop con referentes nacionales e internacionales, además de Cotter, con Gustavo Paradiso y Rafael Luis Alvarez, entre otros, explorando diferentes técnicas. En 2020 desarrolló un proyecto que salió seleccionado para la DBC Jewellery & Art Expo, parte de la Semana del Diseño de Beijing, bajo la consigna Shape of Nature 2021.

Como licenciada en Comunicación Social, Carolina Moya plantea la importancia de comunicar a través de la joyería. Dice que llevar una pieza también habla de uno, muestra su personalidad y la intención de querer diferenciarse. Por esto, sostiene que no hacen moda sino un diseño muy personal dirigido a quienes quieren comunicar o decir algo con la joya que portan. A su punto de vista comunicacional suma su orientación en joyería artística con Judy McCaig, Jimena Ríos, Francine Schloeth y Marc Monzó, entre otros.

Uno de sus brazaletes, hecho con capas de acrílico y plata superpuestas y dispuestas cual estrella, se publicó en el libro «Brazaletes 400 Nuevos Diseños en joyería Contemporánea», de Nicolás Estrada en 2021. Y este año fue seleccionada para «On the move joyas», muestra itinerante comisariada por Luis Acosta, que se exhibirá desde noviembre próximo y durante 2023 en galerías de arte de países europeos.

Laura Egea, por su parte, es arquitecta y magister en Diseño de Procesos Innovativos. Tras su paso por Caelum y sus workshops de especialización se destacó por «Poliperas», un relicario contemporáneo en forma de esfera con un sistema para apertura y guardado con un kit de accesorios con que ganó el primer Premio MAD que otorgaba el Museo de Arte Decorativo. Una pieza que se distinguió por su funcionalidad, característica que señala aporta a la joyería que ofrece AMHE. Con su expertise también sumó la importancia de “maquetear para ver y probar; lo hacemos sobre el metal para verificar cómo se comporta la materia, con sus tensiones, durezas y texturas”.

Otros de sus proyectos personales fueron «Nido», un collar realizado por barras de bronce de distintas longitudes amarradas entre sí con gomas elásticas, que fue seleccionado en la edición 2018 de la Feria Puro Diseño. Y «Joya Topográfica», con la que acaba de participar de la 6º Muestra de Orfebrería Contemporánea que formó parte del Madrid Design Festival.

“Aprendimos la principal enseñanza de la pandemia: de las situaciones se sale colectivamente construyendo juntos. AMHE es un híbrido, resultado del aporte que cada una da desde su disciplina madre, con modos de pensar, hacer y resolver propios”.

Joyería de diseño

“AMHE es joyería de diseño, un punto intermedio entre la joyería contemporánea y la orfebrería clásica, sin tanta mezcla de materiales como tiene la joyería contemporánea”,  precisan y señalan que su estilo, además de por gusto, se dio porque buscaban  responder a la falta de piezas de diseño jugadas en un solo material que no fueran de joyería contemporánea.

Lo suyo es en bronce, con algo de alpaca, siempre bañado en oro 24 y plata, en chapas de 0,7 a 2 mm de espesor, con piedras en bruto y elementos de ferretería, como mosquetones de gran tamaño y grilletes y suman cadenas no convencionales con su peso pero portable.

Trabajan con las técnicas clásicas de la joyería: soldado, calador, pulido, abrillantado y un poco de fundición; en su mayoría crean desde el laminado para piezas planas.

“Lo primero que salió fue una línea de anillos geométricos en un mix con acrílico para un combo de tres, tipo manopla para usar en varios dedos; tienen un círculo interior que se hace en distintos tamaños según cada dedo; estos formatos de los círculos se fueron usando en otras piezas como las de la línea Regia. Y quedó mucho por hacer porque es una pieza que permite muchas posibilidades”.

Le siguieron varios collares, chokers, brazaletes, pulseras y aros. Todo en líneas puras, simples y algunas un poco más orgánicas por el movimiento de las piezas, como en el collar «Soberbia».

Clásicos y novedades

Tienen varias líneas de diseño: Soberbia, Atrevida, Regia, Espléndida y su intención es sumar productos.

La última novedad es Cigarette que sigue la línea de un cigarrillo, es una joya contenedora de un cigarrillo, una carta o nada, con accesorios similares a los que usan en los chokers, como el grillete, de cierto aspecto industrial.

No quieren sumar muchas líneas pero no pueden con su genio, se les ocurren ideas, se tientan, las maquetean, prueban y van sumando.

“AMHE es joyería de diseño, un punto intermedio entre la joyería contemporánea y la orfebrería clásica, sin tanta mezcla de materiales como tiene la joyería contemporánea.”

Sus piezas además de lúdicas son funcionales porque se pueden llevar de diversas formas con soportes y accesorios intercambiables.

Un choker se puede usar solo o con un pendiente o una pulsera y queda como corbatín; un collar que se luce en el pecho o también en la espalda con una línea vertebral sobre la columna.

Se destacan los anillos para uno, dos y hasta de cuatro dedos bien contundentes; son tres propuestas en plata, acrílico y oro que se usan juntos o separados y también como dije. Así invitan a jugar.

Experiencia multisensorial

Además de ofrecer una joya proponen una experiencia que va más allá. “Nuestra intención es que la compra de la joya sea un gran mimo, una experiencia gratificante.

“Para esto trabajamos con una perfumista con la que diseñamos cuatro fragancias que llevan como nombre cada una de las letras de nuestra firma. Sus aromas son sándalo, naranja, jengibre y palo santo que se presentan en una talla chica para llevar en la cartera.

Se ofrece junto con un pañuelo de seda que también diseñamos, al igual que una tarjeta con la info de cuántas horas de trabajo lleva la joya, sus cuidados y la garantía. Todo esto con la intención de ofrecer una especie de  recorrido con distintos momentos para después llegar a la joya. Esta experiencia se repite en la mayoría de las piezas”.

Esto lo generan desde su espacio taller y showroom en la zona norte de Córdoba capital, donde el boca a boca fue clave.

Trabajan en la proyección de la marca en Buenos Aires, y ya están en Atelier – objects of infatuation en Brooklyn y están en tratativas para estar en tiendas de diseño de Punta del Este y Miami. Su firma ya es un hito en el circuito joyero cordobés.

Córdoba, polo joyero

Y lo describen: “La propuesta de joyería contemporánea de Córdoba creció mucho en estos últimos cinco años y al puntapié inicial de Cecilia Richard se sumaron otras escuelas taller, muchos artistas joyeros y hasta accesorios como cafés temáticos; hasta en la facultad de Arquitectura de Córdoba hay una diplomatura en Joyería Urbana.

“Sin duda Córdoba ofrece el campo propicio para el germen de muchos joyeros que tienen mucho para decir”.

Puntualizan que AMHE es un concepto que hoy toma la forma de joya pero bien puede derivar en otro tipo de piezas jugando con el metal.

“No nos cerramos en la joyería. Empezamos por la joyería que nos encanta y nos reúne, pero como diseñadoras nos planteamos constantes desafíos y es posible que trabajemos con otros elementos para otros objetos de diseño.

“Hoy hacemos joyería de diseño brutalista, pura y lúdica, mañana veremos…”