Taller Abierto de Coty Nolé

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De visita | Talleres

Taller Abierto de Coty Nolé


Estrenó taller en su nueva casa en La Calera, Córdoba, donde crea piezas definidas por el movimiento, la repetición y el desplazamiento

En un entorno natural de paisaje serrano, muy luminoso, con una vista hermosa, recién mudada a su casa de la Calera, en el Gran Córdoba a 10 km de la capital provincial, Coty Nolé tiene su taller estudio de joyería contemporánea.

Está dividido en dos sectores, por un lado una mesa de trabajo con herramientas de joyería, como un torno colgante, soplete y pulidora, donde hace el trabajo “sucio” y otra mesa paralela, en frente donde hace el trabajo “limpio”; dibujar, hacer planos en la compu, prototipear en papel y packaging.

Cuenta que el año pasado compró un plotter de corte de cartón que le permite calar los interiores de sus cajas y maquetear de manera más ágil.

Define a su joyería como provocadora, delicada y etérea. Son piezas definidas por el movimiento, la repetición y el desplazamiento que evidencian un diálogo constante entre los recursos que adquirió como diseñadora industrial y las técnicas de orfebrería aprendidas, que le permiten conjugar arte, artesanía y diseño.

Se inició en Caelum, el taller escuela de Cecilia Richard, un año después al abrirse la convocatoria para el Salón Diario La Capital en Rosario, donde su maestra y referente había sido seleccionada y premiada y en el afán de seguir sus pasos se presentó con las primeras piezas de su obra «Emerger» con que fue parte de la muestra.

“Desde ese momento me propuse hacer crecer esa serie y buscarle la viabilidad productiva y comercial. En 2016 registré la marca, pero fue en 2018 cuando, gracias a la propuesta de Cecilia de hacer una muestra en su espacio con Rocío Moreno, terminé de resolver detalles constructivos, packaging incluido. Así, nació Supuesto Fruto, una propuesta que se convirtió en el comienzo de mi camino joyero”, explica.

Dice que le apasiona “lo posibilitante” de la joyería, ya que admite diversidad de materiales, de procesos y, además, porque facilita la intervención de artistas, diseñadores, arquitectos, artesanos, escritores o cualquier voz que necesite contar algo.

“Soy muy afín con la escala y me permite generar mucho con poco. Me permite e interesa ampliar el horizonte significativo de la joya y la capacidad evocativa de los materiales, a través de piezas que propongan experiencias estéticas y simbólicas”.

Para esto, utiliza diferentes materiales según el trabajo que se propone. “En «Emerger», la búsqueda estética es morfológica, con un despliegue que genera volúmenes etéreos y delicados, y el protagonismo se lo disputan la pieza y la proyección de su sombra. En este caso es el metal, el material que permite elevar el plano a la tridimensionalidad, y por medio de acciones mínimas, como el calado y desplegado, genero estructuras complejas.

Técnicas propias

“Esta es una técnica que considero propia. A lo largo del tiempo fui puliendo, modificando y registrando para poder lograr simetrías y similitudes entre las piezas. Para hacer el calado, primero destino mucho tiempo a la planificación y maquetas para generar ruteos de corte industriales. El desplegado es la parte más larga en este proceso productivo, en el que adapto algunas herramientas de ferretería que sirven de ayuda”, precisa.

En «Sumergir» explica que la búsqueda es más poética. “Difícilmente las piezas se pueden replicar, tiene un argumento más íntimo, que me conecta con el pasado. El proceso comienza con la construcción interior, tejidos que luego fosilizo en resina, generando cuerpos que aparentan ser un mineral, que luego engarzo en metal.

La forma en que abordo el trabajo con la resina también es propia. Primero genero estructuras que permiten que el hilo haga un recorrido espacial, la resina tiene la finalidad de fosilizar ese tejido, para luego poder observarlo y volver a transformarlo. Luego, la forma de componer con estas gemas, tiene vínculos lúdicos, que permiten el movimiento, y algunas tienen correa de transmisión”.

Señala que los conceptos de estas dos series son muy posibilitantes, crecen casi orgánicamente, en «Emerger empiezan a aparecer módulos que sugieren el movimiento, sin tanto volumen y justo en estos días estoy maqueteando algo nuevo que tiene que ver con las sombras que arrojan las piezas más volumétricas… como un camino inverso, estoy trabajando con la imagen que proyectan, para convertir el volumen en plano…

Además, trabaja en un proyecto colectivo con otras colegas cordobesas: Cecilia Richard, Rocío Moreno, Sol Sieber, Andrea Libovich y Cecilia Kessman, llamado  “Cuerpo del delito”, que responde a la modalidad de cadáver exquisito al que ya había aludido Cecilia Richard en la entrevista exclusiva de LJdeA-. Empezó como una actividad lúdica, en el que pudimos intervenir descartes que cada una producimos para arribar a piezas súper interesantes”.

Si bien este año aún no aplicó a ninguna convocatoria, pero ya fue seleccionada algunas de sus piezas para  exponer en espacios del rubro. Tiene como antecedente el año último, en 2022 participó de «Earrings Galore 2022-2023», una muestra itinerante que se da en Estados Unidos que selecciona aros de todo el mundo con que hizo su debut en la semana de la Joyería Contemporánea de Nueva York.

También estuvo presente en Collectiva Meeting, muestra internacional habitual de Oporto, Portugal. Y no faltó de la III Bienal Córdoba Ciudad Diseño, como disertante del panel local, lo mismo que en el Festival de Diseño de Córdoba, así como en MICA, como participante por el sector diseño.

Lo suyo también se vio en la exhibición virtual de Jewellry Activist con 70 artistas y en AdornAxis que presentó la muestra «Black & White in Color», en Palm Beach Design.

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AMHE, joyería de diseño

Apuntes | Notas

Hacemos joyería de diseño brutalista, puro y lúdico


AMHE, nueva firma de diseño

AMHE-Laura-Egea-Carolina-Moya-Marisa-Kesman

AMHE es la marca de joyería de las diseñadoras cordobesas Laura Egea, Carolina Moya y Marisa Kesman.

Una es arquitecta, la otra es comunicadora social y la tercera es escultora, quienes se especializaron en Espacio Caelum, el taller escuela de joyería contemporánea de Cecilia Richard.

Con una fusión interdisciplinaria, crearon una nueva marca que se juega por piezas de diseño único. Un proyecto de siete meses que se define a través de joyas metálicas, lúdicas, intercambiables, sin género ni edad.

De su Córdoba natal, se proyecta en Buenos Aires y ya consiguió poner un pie en Nueva York.

Su proceso creativo. Cómo sus piezas resignifican viejos elementos de ferretería, entre otros; por qué son funcionales, y de qué manera se intercambian. La experiencia de compra que ofrecen. Y sus planes a futuro.


Brutalista, lúdica y de aspecto industrial. Así es AMHE, la nueva firma de las joyeras cordobesas Laura Egea, Carolina Moya y Marisa Kesman, que se juegan por piezas de diseño único que seducen.

Una apuesta exitosa que en siete meses se consolidó con una clara identidad: joyas metálicas, funcionales, sin género ni edad, que ya se proyecta en Buenos Aires y consiguió poner un pie en Nueva York.

Ellas se conocieron en Espacio Caelum, el taller escuela de la maestra Cecilia Richard, durante un workshop de la española Pilar Cotter en la especialidad de porcelana aplicada a la joyería.

Luego siguieron cursando juntas hasta que tras el aislamiento duro por la pandemia, en julio de 2020, se encontraron y se plantearon la posibilidad de hacer algo de joyería. “Le buscamos nombre al proyecto antes de armarlo de manera precisa; sin embargo, desde entonces, no paramos de reunirnos periódicamente para definirlo y de manera progresiva terminamos por dedicarnos a full”, cuentan.

AMHE es un juego de letras que surgió en una lluvia de ideas asociadas al amor, amé, querer, entre otras, en alusión a la pasión que les despierta la joyería. “Estuvimos un año y medio trabajando en el proceso creativo, maquetando mucho, definiendo conceptos y sentando las bases de la marca. Hicimos varios workshops de capacitación y salimos al mercado en noviembre último”.

Desafío conjunto

Reconocen que fue un desafío hacer joyería en grupo porque es un trabajo individual, bastante solitario, además cada una tiene su línea, estilo y una disciplina o profesión diferente: Laura es arquitecta, Carolina es licenciada en comunicación y Marisa Kesman, docente y escultora.

Sin embargo demuestran que lograron un trabajo cien por ciento artesanal, ya que “pasa por las manos de las tres con un buen aprovechamiento de los materiales y los recursos y para poner énfasis en las terminaciones”.  Forman parte de su equipo parte de su equipo de trabajo, que resulta ser un team femenino, quienes hacen el baño y algo de grabado.

Puntualizan en que pasaron por un gran proceso de aprendizaje que “llevó su tiempo porque el diseño necesita de cierta decantación para terminar de resolverse. Definido, se hizo y hace una muestra que se prueba para ver si la joya es cómoda o  pesada; es decir, se lleva la pieza al extremo en todas sus posibilidades de uso para ver si queda bien y se puede sacar, mostrar y presentar”.

Sistematizan el proceso, admiten, pero tienen mucho trabajo y estudio previo. “Están pensados y estudiados todos los detalles del diseño y construcción de la pieza. Así aprovechamos los materiales al máximo para lograr el menor desperdicio posible”.

El trabajo en conjunto fluyó muy bien porque descubrimos la fortaleza de cada una, qué podíamos sumar y así nos complementamos justo. Aprendimos la principal enseñanza de la pandemia: de las situaciones se sale colectivamente construyendo juntos.

“AMHE es un híbrido, resultado del aporte que cada una da desde su disciplina madre, con modos de pensar, hacer y resolver propios”, comentan.

Suma de las partes

Marisa Kesman es docente y tiene una mirada más artística porque le gusta mucho la escultura. Estudió joyería contemporánea con la intención de hacer piezas a escala. Trabaja en plata y cobre, y en otros materiales para piezas de aspecto escultórico. Como todas, en Caelum también realizó varios workshop con referentes nacionales e internacionales, además de Cotter, con Gustavo Paradiso y Rafael Luis Alvarez, entre otros, explorando diferentes técnicas. En 2020 desarrolló un proyecto que salió seleccionado para la DBC Jewellery & Art Expo, parte de la Semana del Diseño de Beijing, bajo la consigna Shape of Nature 2021.

Como licenciada en Comunicación Social, Carolina Moya plantea la importancia de comunicar a través de la joyería. Dice que llevar una pieza también habla de uno, muestra su personalidad y la intención de querer diferenciarse. Por esto, sostiene que no hacen moda sino un diseño muy personal dirigido a quienes quieren comunicar o decir algo con la joya que portan. A su punto de vista comunicacional suma su orientación en joyería artística con Judy McCaig, Jimena Ríos, Francine Schloeth y Marc Monzó, entre otros.

Uno de sus brazaletes, hecho con capas de acrílico y plata superpuestas y dispuestas cual estrella, se publicó en el libro «Brazaletes 400 Nuevos Diseños en joyería Contemporánea», de Nicolás Estrada en 2021. Y este año fue seleccionada para «On the move joyas», muestra itinerante comisariada por Luis Acosta, que se exhibirá desde noviembre próximo y durante 2023 en galerías de arte de países europeos.

Laura Egea, por su parte, es arquitecta y magister en Diseño de Procesos Innovativos. Tras su paso por Caelum y sus workshops de especialización se destacó por «Poliperas», un relicario contemporáneo en forma de esfera con un sistema para apertura y guardado con un kit de accesorios con que ganó el primer Premio MAD que otorgaba el Museo de Arte Decorativo. Una pieza que se distinguió por su funcionalidad, característica que señala aporta a la joyería que ofrece AMHE. Con su expertise también sumó la importancia de “maquetear para ver y probar; lo hacemos sobre el metal para verificar cómo se comporta la materia, con sus tensiones, durezas y texturas”.

Otros de sus proyectos personales fueron «Nido», un collar realizado por barras de bronce de distintas longitudes amarradas entre sí con gomas elásticas, que fue seleccionado en la edición 2018 de la Feria Puro Diseño. Y «Joya Topográfica», con la que acaba de participar de la 6º Muestra de Orfebrería Contemporánea que formó parte del Madrid Design Festival.

“Aprendimos la principal enseñanza de la pandemia: de las situaciones se sale colectivamente construyendo juntos. AMHE es un híbrido, resultado del aporte que cada una da desde su disciplina madre, con modos de pensar, hacer y resolver propios”.

Joyería de diseño

“AMHE es joyería de diseño, un punto intermedio entre la joyería contemporánea y la orfebrería clásica, sin tanta mezcla de materiales como tiene la joyería contemporánea”,  precisan y señalan que su estilo, además de por gusto, se dio porque buscaban  responder a la falta de piezas de diseño jugadas en un solo material que no fueran de joyería contemporánea.

Lo suyo es en bronce, con algo de alpaca, siempre bañado en oro 24 y plata, en chapas de 0,7 a 2 mm de espesor, con piedras en bruto y elementos de ferretería, como mosquetones de gran tamaño y grilletes y suman cadenas no convencionales con su peso pero portable.

Trabajan con las técnicas clásicas de la joyería: soldado, calador, pulido, abrillantado y un poco de fundición; en su mayoría crean desde el laminado para piezas planas.

“Lo primero que salió fue una línea de anillos geométricos en un mix con acrílico para un combo de tres, tipo manopla para usar en varios dedos; tienen un círculo interior que se hace en distintos tamaños según cada dedo; estos formatos de los círculos se fueron usando en otras piezas como las de la línea Regia. Y quedó mucho por hacer porque es una pieza que permite muchas posibilidades”.

Le siguieron varios collares, chokers, brazaletes, pulseras y aros. Todo en líneas puras, simples y algunas un poco más orgánicas por el movimiento de las piezas, como en el collar «Soberbia».

Clásicos y novedades

Tienen varias líneas de diseño: Soberbia, Atrevida, Regia, Espléndida y su intención es sumar productos.

La última novedad es Cigarette que sigue la línea de un cigarrillo, es una joya contenedora de un cigarrillo, una carta o nada, con accesorios similares a los que usan en los chokers, como el grillete, de cierto aspecto industrial.

No quieren sumar muchas líneas pero no pueden con su genio, se les ocurren ideas, se tientan, las maquetean, prueban y van sumando.

“AMHE es joyería de diseño, un punto intermedio entre la joyería contemporánea y la orfebrería clásica, sin tanta mezcla de materiales como tiene la joyería contemporánea.”

Sus piezas además de lúdicas son funcionales porque se pueden llevar de diversas formas con soportes y accesorios intercambiables.

Un choker se puede usar solo o con un pendiente o una pulsera y queda como corbatín; un collar que se luce en el pecho o también en la espalda con una línea vertebral sobre la columna.

Se destacan los anillos para uno, dos y hasta de cuatro dedos bien contundentes; son tres propuestas en plata, acrílico y oro que se usan juntos o separados y también como dije. Así invitan a jugar.

Experiencia multisensorial

Además de ofrecer una joya proponen una experiencia que va más allá. “Nuestra intención es que la compra de la joya sea un gran mimo, una experiencia gratificante.

“Para esto trabajamos con una perfumista con la que diseñamos cuatro fragancias que llevan como nombre cada una de las letras de nuestra firma. Sus aromas son sándalo, naranja, jengibre y palo santo que se presentan en una talla chica para llevar en la cartera.

Se ofrece junto con un pañuelo de seda que también diseñamos, al igual que una tarjeta con la info de cuántas horas de trabajo lleva la joya, sus cuidados y la garantía. Todo esto con la intención de ofrecer una especie de  recorrido con distintos momentos para después llegar a la joya. Esta experiencia se repite en la mayoría de las piezas”.

Esto lo generan desde su espacio taller y showroom en la zona norte de Córdoba capital, donde el boca a boca fue clave.

Trabajan en la proyección de la marca en Buenos Aires, y ya están en Atelier – objects of infatuation en Brooklyn y están en tratativas para estar en tiendas de diseño de Punta del Este y Miami. Su firma ya es un hito en el circuito joyero cordobés.

Córdoba, polo joyero

Y lo describen: “La propuesta de joyería contemporánea de Córdoba creció mucho en estos últimos cinco años y al puntapié inicial de Cecilia Richard se sumaron otras escuelas taller, muchos artistas joyeros y hasta accesorios como cafés temáticos; hasta en la facultad de Arquitectura de Córdoba hay una diplomatura en Joyería Urbana.

“Sin duda Córdoba ofrece el campo propicio para el germen de muchos joyeros que tienen mucho para decir”.

Puntualizan que AMHE es un concepto que hoy toma la forma de joya pero bien puede derivar en otro tipo de piezas jugando con el metal.

“No nos cerramos en la joyería. Empezamos por la joyería que nos encanta y nos reúne, pero como diseñadoras nos planteamos constantes desafíos y es posible que trabajemos con otros elementos para otros objetos de diseño.

“Hoy hacemos joyería de diseño brutalista, pura y lúdica, mañana veremos…”