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El ADN de la joyería

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EL ADN de la joyería

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El ADN de nuestra organización está formado por la suma de todos los artistas que participaron en nuestras exposiciones y eventos en todo el mundo. Está hecho de diversidad. Ellos utilizan todos los materiales posibles y se inspiran en todos los ámbitos de la cultura, la ciencia, la política, la historia o la actualidad. Dialogan con el público, el espectador o el participante, interrogándolo, interrogándolo o inquietándolo.

«El ADN de los artistas de la joyería de arte contemporáneo es también la singularidad, la autenticidad y la creatividad. Cada artista tiene su propio enfoque, su propio estilo y su propio mensaje. No hay reglas ni estándares a seguir, sino una investigación personal y constante. El artista de la joyería de arte contemporáneo es un explorador, un inventor y un revelador. Expresa su ADN a través de su arte”.

Así es la muestra «ADN» que comisariada por Juan Riusech y propuesta por Alliages que se estrenará el sábado 10 en el Espace Solidor Museum, en Cagnes-sur-Mer y podrá verse hasta el 5 de noviembre.

Los que exhiben su adn

Entre más de 50 joyeros participan Fabiana Gadano, Mabel Pena, Monique Lecouna, Patricia Iglesias, Raquel Bessudo, Taibe Palacios, Juan Riusech, Isabelle Azais, Sofía Björkman, Elvire Blanc Briand, Rosa Borreda, Isabelle Busnel, Sébastien Carré, Saydee Chandler, Nico Delaide, Nanna Doll, Danica Drago, Åsa Elmstam, Esteban Erosky, Teresa Faris, Paolo Gambarelli, Spam Glam, Juan Harnie, Yu Hiraishi, Peter Hoogeboom, Arisa Inoue y Malene Kastalje.

También presentan su obra Michelle Kraemer, Namkung Lee, Rikke Lunnemann, Carmen López Sánchez, Marta Mattsson, Viktoria Münzker, Eiko Nakahara, Karin Roy Andersson, Linda Savineau, Sara Shahak, Kamile Staneliene, Jason Stein, Claudia Steiner, Anna Talbot, Rho Tang, Maud Traon, Austin Turley, Youjin Um, Charlotte Vanhoubroeck, Tanel Veenre, Nassrin Vessalian, Pilar Viedma Gil de Vergara, Yiota Vogli, Deimezi Xenia, Clara del Papa, Ute van der Plaats y Kristýna Španihelová.

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Monique Lecouna

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Fabiana Gadano

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Taibe Palacios

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Maud Traon

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Raquel Bessudo

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Namkyung Lee

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Patricia Iglesias

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Sara Shahak

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Austin Turley

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Linda Savineau

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Malene Kastalje

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Peter Hoogeboom


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Entrevista a Monique Lecouna

Apuntes | Notas

En la joyería contemporánea encontré más innovación que en otros ámbitos del arte


Entrevista a Monique Lecouna

Por Delia Alicia Piña

 

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Trabaja sobre materiales existentes para contar historias, muchas de las cuales buscan repensar lo femenino, tanto que asegura que “en este momento es obligatorio ser feminista”.

Monique Lecouna es un artista plástica en cuya obra confluyen la pintura y la joyería. “De alguna manera son lo mismo porque tratan o manifiestan mi necesidad de contar algo, de hacer”. Y su hacer cada vez más tiene que ver con lo textil.

No se considera joyera sino una artista que hace joyería. Sus piezas contemporáneas ya recorrieron galerías y exposiciones en distintos lugares del mundo y hasta forman parte de colecciones de museos. Por segunda vez fue elegida para participar en marzo próximo de la semana internacional de joyería Schmuck.

Conocé su historia a través de su obra, qué transmite y por qué. Sus intereses, trayectoria y objetivos que la llevan a seguir proyectando su trabajo.


_¿Por qué empezaste a incursionar en joyería contemporánea?

_Tengo formación en pintura en el Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y un posgrado en la escuela De la Cárcova. Siempre pinté, por eso a cada rato estoy incorporando pintura a mis trabajos de joyería.

Mi acercamiento a la joyería creo que surgió jugando haciéndome collares solo porque tenía ganas. Cada vez me fue interesando más pero advertía la limitación de no tener técnica, ya que quería hacer más y no podía; tenía la idea pero no sabía cómo materializarla.

Indagando me llamó la atención el proyecto de Taller Eloi, me encantó la propuesta de Jimena Ríos y comencé con su seguimiento de obra. Entonces no existía la escuela sino talleres de formación, en los que aprendí a medida que fui necesitando a engarzar, soldar, calar o lo que se me fue presentando. Pasé por distintas técnicas a medida que las fui precisando.

Por entonces, no conocía mucho de joyería contemporánea y descubrí un mundo increíble, en el que encontré más innovación que en otros ámbitos del arte, porque permite trabajar con cualquier material y en distintos tamaños. Lo interesante, que marca y diferencia a la joyería es que podés contar una historia, cada joya siempre tiene un relato detrás.

Empecé en 2013 en Eloi y sigo con la clínica de obra dos veces por semana, en un grupo reducido con la tutoría de Jimena Ríos. Cada una trabaja su proyecto, todos comentan y opinan, señalan cosas que tal vez no se te ocurren y suman, ves qué hace el otro, salís de tu mundo, tenés en cuenta otras miradas y eso es muy enriquecedor.

 

“Lo interesante, que marca y diferencia a la joyería es que podés contar una historia”.

 

_Tenés una línea en más en metal que presentaste en el Callenge de Tincal lab, por ejemplo, y otra más artística, que se ve habitualmente en el circuito de galerías, como en «Hasta que la muerte nos separe» vista en Lalabeyou, Madrid.

_Sí. Cuando arranqué, inicié con metales. Desde entonces trabajo sobre materiales y piezas que ya existen, no con cosas nuevas salvo que sea una pieza por encargo, y pueden ser desde un metal hasta un textil. Como la estola sacerdotal de un tío abuelo en la que trabajo para presentar en Schmuck; un textil que elegí porque me ayuda a contar mejor la historia. Siempre algo de la pieza, sea su color, textura o su historia, tiene que ver con lo que quiero decir a través de la obra. En joyería no hay nada elegido al azar o solo porque gusta.

 

“Trabajo sobre materiales y piezas que ya existen, pueden ser desde un metal hasta un textil.”

 

Historias de joyería

 

_¿Partís de algo que ya existe para contar una historia que ya tenés o la vas contando a partir de esa pieza o material existente?

_La historia la tengo, siempre está en mí, durmiendo aunque no sea consciente de eso, pero a veces me pasa que me regalan una pieza, como esa estola, y no es que de inmediato sé que voy a hacer sino que es un proceso; en este caso arrancó con convivir con esa pieza, viéndola permanentemente y, así, de alguna manera comenzó a crecer la necesidad de contar una historia. Se trata de un trabajo conjunto, un lenguaje; trabajo a la vez que lo pienso, no es que lo tengo definido de antemano. Es como cuando escribís un relato, lo vas desarrollando, contando, acomodando, sacando y poniendo hasta que queda claro. A veces, hay algo que cuesta más porque sé lo que quiero y lo que no me gusta; otras, no sé bien cómo pero tengo en claro lo que no es así. Siempre guardo cosas que en un momento no sé para qué y luego descubro la necesidad de usarlas durante el proceso de creación de una obra.

En la pieza que mencioné bordé una trama similar al tejido mamario que saqué de un libro de histología que me regaló una compañera de Eloi. Cuando me lo ofreció lo recibí porque me gustaron las imágenes y trabajando en esta última obra me di cuenta que me venían bien para incorporarlas. Así se construye una obra, pensándola, viendo cómo hacerla, qué requiere y se van sumando elementos con sentido.

 

“Se construye una obra, pensándola, viendo cómo hacerla, qué requiere y se van sumando elementos con sentido.”

 

_Tu formación artística te da una perspectiva y un manejo distinto de la joyería contemporánea que no se ve en otros ¿Cómo es esa mirada?

_El tener una base artística me facilitó ciertas herramientas y sí probablemente me dio otro manejo. En un inicio, al no tener un criterio joyero no tenía el prejuicio de usar un material con otro, tal vez por desconocimiento o por no tener idea de qué metal iba con qué o si debía ir o no uno con otro, por eso probaba de todo. Esa desventaja me dio la ventaja de tener la libertad de hacer y ensayar.

Además, observo mucho arte. No hay exposición que no vea en Buenos Aires. En todo viaje que realizo voy a la mayor cantidad de museos que puedo y suelo volver a ver obras y muestras una y otra vez. Tengo mis favoritos como las pinturas negras de Francisco de Goya en el Museo del Prado. Este año tuve la suerte de poder ir a la Bienal de Berlín y a la Bienal de Venecia y sé que eso en algún momento lo visto va a decantar y salir. Me gusta mucho ver lo que no conozco, nuevos artistas y conmoverme; asimismo, observar miradas distintas para percibir qué me despierta, qué me suma.

Otra de mis predilectas es la artista contemporánea belga Berlinde De Bruyckere. Fui especialmente a Maastricht, en Países Bajos, a ver su retrospectiva. Hace esculturas del cuerpo humano impactantes en cueros, textiles, pieles, pelo, madera y metales. Ya la había visto en Praga en una muestra en la que cinco artistas mujeres, Berlinde más Marlene Dumas, Tracey Emin, Kiki Smith y Louise Bourgeois exhibían su punto de vista sobre el cuerpo humano y me impresionó. También, me conmueve la pintura de la sudafricana Marlene Dumas que critica la identidad racial, sexual y social. Y la escultora parisina Louise Bourgeois nacionalizada estadounidense, la de la megaaraña, cuyo trabajo también hace referencia a la figura humana.

Me di cuenta que me gustan mucho las obras de las artistas mujeres, que puedo conocer y admirar porque ahora se muestran más. Cuando estudié Bellas Artes casi que no se nombraban a las mujeres…

 

“No tenía el prejuicio de usar un material con otro, por eso probaba de todo; y esa desventaja me dio la ventaja de tener la libertad de hacer y ensayar.”

 

_La joyería es para vos también un medio de expresión artística.

_Sin duda. No me considero joyera sino una artista que hago joyería en tal caso. Por empezar no tengo la técnica que sí tiene un joyero tradicional sino que, reitero, adquiero la técnica que necesito y me alcanza para lo que quiero hacer, y si no busco ayuda en el Taller. Sin lugar a dudas la joyería es un arte.

 

“No me considero joyera sino una artista que hago joyería.”

 

_¿Cómo es esa joyería que querés hacer?

_Es que no me planteo hacer joyería. Va surgiendo y sin quererlo me doy cuenta que voy más hacia lo textil. Antes trabajaba más en metal, y sigo haciéndolo, pero de a poco fui trabajando con textiles y ya estoy en ese camino; aunque no sé hacia dónde pero sí sé lo que quiero contar.

Mi trabajo tiene dos ejes principales: uno tiene que ver con lo formal, con materiales existentes, y el otro tiene relación con la temática de repensar lo femenino. Me parece necesario hablar y volver a hablar y seguir hablando de este tema; creo que en este momento hasta es obligatorio ser feminista. Mis últimos trabajos tienen que ver con lo femenino y, por otra parte, también con temas relacionados a la iglesia en general, con la iglesia y las atribuciones que se toma con el cuerpo femenino.

Esto lo planteo en la reciente muestra Joyas devocionales con mi obra «Joyas de luto», un trabajo en homenaje a las mujeres afganas. Cuando leí que los talibanes tomaron el poder sentí dolor y luto porque fue una vuelta atrás, ya que las mujeres debieron volver a cubrirse, no pudieron salir más solas y perdieron un montón de derechos ganados, fue un retroceso no solo para ellas sino para todas, hasta para toda la humanidad. En ese momento, sin saber de esta convocatoria de Elena Alfonsi y María Rosa Franzin, cuando la vi, dije justo para exhibir mi obra.

Trabajé en esta temática e incorporé pintura. La pieza está hecha con capas de tules y encajes negros; la primera capa es una pintura de un cuerpo femenino en su parte de  adelante y desnudo en la parte de atrás, todo en un escapulario. Y fue otra oportunidad para sumar pintura. Hay obras que tienen escondido un rastro de pintura, no hace falta que se vea; por ejemplo, puedo teñir una tela con pintura porque el color que tiene no es el que quiero; trato de que haya una huella de pintura. No siempre lo hago, pero al hacerlo me ayuda a fusionar estos dos mundos: la pintura y la joyería confluyen. Cuando empecé creí que no se tocarían, pero me fui dando cuenta que de alguna manera son lo mismo porque tratan o manifiestan mi necesidad de contar algo, de hacer.

El mundo de la joyería es increíble. También miro mucha joyería y actualmente advierto que la profundidad de las propuestas es impresionante.

“De a poco fui trabajando con textiles y ya estoy en ese camino; aunque no sé hacia dónde pero sí sé lo que quiero contar”.

Repensar lo femenino

 

_¿Para ese repensar lo femenino la joyería es tu mejor herramienta?

_Busco repensar qué pasa con la mujer en la sociedad y qué hacemos nosotras por ese rol. Por eso, en paralelo porque no se trata de la joyería sino de la vida misma, he hecho grandes cambios en lo personal. En paralelo a que sentí la necesidad de expresarlo también sentí la necesidad de mucho cambio.

En otros trabajos también hablo de mi abuela y de mis tías para homenajearlas en sus luchas porque hicieron lo que pudieron, al igual que mi mamá que como profesora de letras y militante política también hizo su aporte, lo que pudo en el contexto que la limitaba; sin embargo, me dio alas, seguridad y conciencia por eso siento que está bueno homenajearlas. Me guío mucho por lo que siento.

 

“Busco repensar qué pasa con la mujer en la sociedad y qué hacemos nosotras. No se trata de la joyería sino de la vida misma”.

 

_Así como estos homenajes que mencionás y este último a las mujeres afganas, también lo hiciste hasta con Juan de Arco.

_Sí, siempre. Fui evolucionando desde mis primeros trabajos fuertes, a lo mejor más directos, como uno de los corsets que mencionás, hasta llegar a otros más sutiles en los que me siento más cómoda. No es el grito sino el susurro, que puede ser más permanente. No salgo con una pancarta a una marcha, aunque sí voy, pero con estas manifestaciones me expreso igual de manera genuina, en mi vida también.

 

“Fui evolucionando desde mis primeros trabajos fuertes, a lo mejor más directos, hasta llegar a otros más sutiles en los que me siento más cómoda”.

 

_Hacer y deshacer, reciclar, recuperar y poner en valor o darle un significado a piezas, que en una composición son una obra de joyería de arte, pareciera ser una constante en tu trabajo.

_Sí porque me gustan los textiles, investigo y los busco en ferias locales y durante viajes. Reitero, no es que lo veo y se me ocurre qué hacer o lo adquiero para algo en particular; aquellos telones de terciopelo manchados que adquirí los terminé usando en su parte interior en varios trabajos. No casualmente, habiendo tantas mujeres ocultadas o forzadas a ocultarse, me encantaron esos telones que ocultan, los cuales terminé usándolos en piezas que hablaban de lo femenino.

Es una constate la relación entre la pieza y la historia, mediante la cual el significado sale a la luz. Eso es lo que me pasó con el pectoral Juana de Arco, porque cuando lo estaba haciendo Jimena Ríos me dijo: “Me hace acordar Juana de Arco”…, y no me había dado cuenta hasta ese momento. Entonces, recordé que mi mamá era devota de esta santa Juana de Arco por lo que en el comedor de mi casa había un retrato de esta santa francesa. De todos modos, cuando empecé con la obra no lo tenía en claro y después fue saliendo y advertí que surgió porque toda la vida la veía a diario e inconscientemente su imagen me quedó grabada; así, algo de ella salió a la luz.

Es lo genuino y la honestidad del trabajo lo que lleva a manifestarnos tal cual somos, siempre algo de cada uno surge y eso está muy bueno.

A veces veo algunos trabajos de joyería y pienso cómo me encantaría hacerlo de esa manera, pero después me doy cuenta que no sería mío, no me representa, no sería yo. En el caso de esta pieza utilicé otro telón de teatro del cual usé la parte de afuera labrada, la de adentro la apliqué en otras piezas.

 

“Es una constate la relación entre la pieza y la historia, mediante la cual el significado sale a la luz.”

 

_¿Coleccionás piezas antiguas?

_Tengo locura por las cosas antiguas. Desde la vajilla diaria, con platos de porcelana distintos de diversos lugares del mundo que fui comprando con los años, hasta un sinfín de piezas algunas de las cuales derivan en obras.

A propósito, cuando en 2018 expuse en Bucarest tuve la oportunidad de hacer un coaching con Paulo Ribeiro y le contaba que me gustaban las cosas viejas y oxidadas porque me interesa el paso del tiempo, él me insistió en que había algo más detrás de ese afán. Entonces recordé que mi papá también compraba cosas viejas todo el tiempo en remates y las guardaba porque pensaba hacer algo con ellas pero después no lo hacía… Me hizo ver que ese interés mío tenía que ver con mi padre, que pude continuarlo y hacer algo, y eso me reconcilió con él que en un principio no aprobaba o se disgustó cuando le dije que iba a estudiar Bellas Artes, aunque me apoyó y me bancó… Por eso, siempre hay una historia y mucho por indagar dentro de uno a partir de una obra.

Cuento con muchas piezas en medio de un gran desorden porque soy bastante caótica y las piezas están dónde y cómo puedo tenerlas; sí están reunidos las lozas, por un lado, los metales, por el otro, más allá los textiles.

Respecto de ese pectoral por el que me preguntaste incluye parte de una pieza Limoges que corté especialmente con un disco diamantado. A veces respeto la forma de la pieza tal como la encontré y otras, como en este caso, la corto y adapto para que me acompañe en lo que quiero hacer.

 

“Tengo locura por las cosas antiguas, un sinfín de piezas algunas de las cuales derivan en obras”

 

_Te inspira también la literatura, como en el anillo «Mi pequeño tesoro» a partir de “Una habitación propia” de Virginia Woolf. ¿Qué tipo de lectura te gusta? ¿Ahora estás trabajando a partir de algún texto?

_Sí, obvio. Mi madre era profesora de letras, nos leía libros a diario y nos contaba historias no infantiles sino a partir de los textos que utilizaba para dar clases, como El Cid Campeador, por ejemplo, y nos inculcó la lectura. Leo un montón, tengo varias bibliotecas y hasta libros en el baño y la cocina, compro e invierto mucho en libros.

Trabajar a partir de ese libro surgió con la obra «Amuleto para proteger una habitación propia» en plena pandemia cuando me quedé sin taller y me preguntaba qué hacer; entonces comencé a trabajar en esta pieza que tiene entretelas en las que puse mis tesoros más preciados: perlas, partes de cerámicas, telas favoritas y hasta látex que es lo último que incorporé; todo esto es mi mundo. Es que sentí la necesidad de proteger mi cuarto. Me di cuenta que en realidad estaba dentro mío; mi cuarto propio es mi capacidad de crear. Tuve la necesidad de crear esa enorme pieza que me cubría, la cual me sirvió para preservar mi mundo, que se llama mi habitación propia.

Otro libro inspirador que usé fue “Agua Viva” de Clarice Lispector, para una serie de corsets que hablaban acerca de la violencia contra la mujer: incluí en su interior frases de este texto.

Con estas obras me pasó algo especial pero no siempre suelo trabajar a partir de libros o aún no me lo planteo; tal vez este recurso esté en mí y aún está un poco dormido.

A veces leo novelas y otras, como ahora, que estoy con catálogos de obras de las artistas que mencioné. También, de Anselm Kiefer, uno de los artífices del renacimiento de la pintura alemana en los años 70, cuya obra se vio en la última Bienal de Venecia, en el monumental palacio Ducal.

Hace poco me impresioné con la novela de terror “Nuestra parte de noche” de Mariana Enríquez, por cómo activa la imaginación; las imágenes se sucedían sin parar en mi cabeza y me atrajo la manera en que te va llevando con el relato.

 

“…Mi cuarto propio es mi capacidad de crear”

 

Materiales favoritos

 

_¿Tus materiales favoritos son las telas, las perlas, las cerámicas o porcelanas y ahora el látex?

_Las perlas me encantan por su simbolismo, son súper femeninas, tienen la delicadeza y la fuerza de una mujer y suman para lo que quiero contar, por eso están en la mayoría de mis trabajos. Hace poco incorporé el látex, sobre el cual trabajo y pruebo porque no envejece bien. Estos dos materiales fueron los que use en el anillo «Mi pequeño tesoro» del que hablamos.

Además de materiales antiguos, para no quedarme con la nostalgia de las cosas, como diría Iris Eichenberg: “Hay que actualizar la nostalgia”, sumo nuevas materialidades, el látex es uno de ellas; ahora estoy experimentando con látex líquido. También estoy añadiendo pesas de plomo que, entre otras, ya usé en «Julia».

Los hilos rojos son otros de mis elementos preferidos con los que me atrevo a bordar, no busco un bordado perfecto sino que me sirva; lo que hago con ellos me permite definir, resolver e interpretar algo de la mejor manera. Por eso, es importante ver y analizar los materiales adecuados para cada proyecto; en mi caso, cada pieza tiene el material que a mí me ayuda a expresarme.

Y las porcelanas desde ya. Tengo mías y muchas otras que me regalan, a veces vienen con restos o pedazos de una pieza rota que son verdaderos tesoros; algunos usé, otros tantos no, están ahí como esperando porque no fuerzo; cada material y cada obra tiene su tiempo; sé  que los voy a usar en algún momento; cuando decante la idea que lo requiera.

 

“Las perlas me encantan por su simbolismo. Hace poco incorporé el látex. Los hilos rojos son otro de mis elementos preferidos. Y las porcelanas desde ya”

 

_¿Mencionaste que Shinji Nakaba es uno de tus artistas joyeros favoritos, ¿por qué y qué otros te interesan?

_Shinji Nakaba participó de la muestra «Verdadero lo hecho. Exvotos y joyería contemporánea» y pude ver de cerca su obra de miniaturas impecables, fascinantes, con mucha técnica y además que atrae y genera emociones, muy bello. Un ser sumamente generoso que accedió a participar de esa propuesta, quien también me conmovió al hablarme de mi obra el día de la inauguración de su muestra en Munich, una persona increíble.

Me gusta mucho el trabajo de Iris Eichenberg, muy completa, cuyas diversas expresiones tienen una profundidad e inteligencia llamativas, también quien tiene un trato súper accesible y agradable. Asistí a sus workshops ofrecidos en Buenos Aires, durante una experiencia de convivencia espectacular, con un trabajo intenso y charlas enriquecedoras.

Lo mismo que Caroline Broadhead, una artista integral que hace desde piezas de joyería hasta performances con una gran sensibilidad que invita a reflexionar. A Manon van Kouswijk también tuve la oportunidad de conocerla en Eloi y explora a través de una variedad de materiales y procesos buenísimos, y eso me gusta muchísimo. Lo mismo, como muchos otros grandes artistas, tienen un trato humilde y ameno.

 

“Shinji Nakaba, Iris Eichenberg, Caroline Broadhead, Manon van Kouswijk, entre otros”

 

_Formás parte de varios colectivos joyeros de formación, de exposición y hasta de tiendas, ¿buscás el intercambio artístico y te gusta trabajar en grupo?

_Mi relación más constante es con Eloi, por supuesto, y con Precious Collective, colectivos en los que se da un gran intercambio artístico, que va de comentarios, difusión de trabajos que ponen en valor el esfuerzo, la constancia y la propuesta, claro, a opiniones muy valederas. Para Adorment me contactó Ilaria Ruggiero a partir de mi trabajo para el proyecto de Caroline Broadhead «Postcards from the Edges» y me invitó a por mi referencia al racismo.

De estos últimos rescato la colaboración porque me gusta mucho saber que cuento con el otro y que si tengo una duda me ayudan o dan su opinión; sé que en estos grupos tengo respaldo. Aplico como una más en las convocatorias y, no obstante, el intercambio que se da es muy bueno.

Resalto Eloi porque se da una interacción más directa y muy rica, porque al tiempo que trabajo, sumo y crezco. En la clínica de obra, pasan muchas cosas buenas como que el otro siempre ve detalles que uno no advierte y mirás el trabajo en perspectiva.

“Siempre hay una historia y mucho por indagar dentro de uno a partir de una obra.”

Cuando la memoria se hace joya

 

_También te vas a presentar con Alliages de la mano de Juan Riusech en «Missing Memories». Trabajaste varias veces el tema de la memoria: «La memoria es un laberinto» o «Amuleto para proteger una habitación propia».

_Lo de «Missing Memories» será un enfoque personal sobre la memoria. Y sí, muchas de mis obras tratan este tema. «La ficción de la memoria: la memoria es un laberinto», como señalás por ejemplo, o los recuerdos de mi infancia presentes en «Amuleto para proteger una habitación propia», tal cual.

En todos mis trabajos está presente de alguna manera, porque no creo que alguien pueda escapar a la memoria. En esa serie denominada «La ficción de la memoria» planteo que la memoria es una ficción, porque cuando recordás y relatás un hecho lo pasás por un tamiz; es lo que recordás que sucedió no sé si es lo que sucedió exactamente; simplemente es la historia que recordás. De un mismo hecho cada uno de los presentes recuerda algo que no siempre es lo mismo, es lo que le impactó y, tal vez, se quiere olvidar de otras cosas. De todos modos, la memoria es donde todo sucede por segunda vez, y recordar es reconstruir porque la memoria es un proceso creativo.

Estas piezas reúnen fragmentos, por eso tiene bronce patinado, parte de jarrón de porcelana japonesa 1950, vidrio, metal oxidado, loza inglesa, un cairel antiguo, parte de un terciopelo devoré de un antiguo telón, que unidos son retazos de lo que uno se acuerda; junté todo y armé una nueva historia.

Muchas de estas piezas que cuento no están conmigo sino en galerías o incluso en la colección permanente de Espace Solidor, en el Contemporary Jewelled Art Gallery & Museum, en Cagnes-sur-Mer, cerca de Niza.

Una pieza que también refiere al tema es «Julia», la cual forma parte de la serie «Rastros Silenciosos» en la que trabajé con una cortina antigua, cuentas de cristal, hilos, tul, pintura acrílica, antiguas pesas de plomo para vestidos y un cierre de plata. Hoy está en manos de Felicia Li de Vonmo Studio, en China, creadora de la iniciativa «Purificando el alma» que se iba a realizar en Qinghai con una ceremonia de purificación en la naturaleza, interesante, pero se suspendió por el rebrote del Covid.

 

“En todos mis trabajos está presente de alguna manera porque no creo que alguien pueda escapar a la memoria”

 

_Y como si fuera poco, otra vez en Schmuck. 

_Es increíble, muy feliz, es grato sentirse reconocida y más por Caroline Broadhead a quien, como mencioné, admiro mucho. Y es increíble porque estoy en la misma muestra de grandes referentes así que es un orgullo, me impacta. Estaría bueno estar presente, pero la distancia, el trabajo y la vida te ubican y, a veces, es más fuerte la necesidad de estar con las manos en el trabajo, en la creación, veremos porque el intercambio es fuerte, muy interesante. Que mi obra circule está bueno.

 

“Es increíble, muy feliz, es grato sentirse reconocida y más por Caroline Broadhead… es un orgullo, impacta.”

 

_¿Proyectos?

_Estoy en tres proyectos o tengo tres posibilidades de trabajo. Es que hay obras que llevan mucho tiempo de elaboración o hasta de maduración. Son piezas que cuando las termino me genera un gran vacío; entonces tengo que despedirla y de alguna manera empezar a enamorarme de la nueva. Estoy en ese proceso con «Los Mandamientos», la elegida para Schmuck 2024. Se trata de parte de una casulla sacerdotal intervenida.

También, para el año próximo quedé seleccionada para Parcours Bijoux y presenté el proyecto «Estolas de protección», derivada de otra parte de la estola que se convirtió en «Amuleto de protección mi cuarto propio», hecha además con telas antiguas, encaje, tul, perlas, algunas de esas pesas de plomo en los dobladillos que mencioné, hilos, cera y pintura acrílica, que se vio en febrero pasado en la muestra de Taller Eloi, «Amuletos», curada por Jimena Ríos y Benita de Simone, en la  Casa de la Cultura de Vicente López.

Tengo otras cuatro estolas en curso; me gusta tener cosas esperándome… por eso busco trabajar en paralelo e ir viendo qué surge hasta estar bien segura y sigo a full hasta terminar. Lo importante es hacer, después se ve si se muestra o no. Tengo muchas piezas hechas que no he mostrado y se ven luego de mucho tiempo, como la que se expuso en Roma Jewelry Week, un brazalete de bronce y hierro oxidado patinado.

Ese fue un evento al que fui convocada. Últimamente me llaman de muchos lados, como para Adorment por parte de Ilaria Ruggiero, como señalé, y lo analizo porque quiero darme el tiempo necesario para crear, que es lo más importante. Esas eran piezas de metal, material al que vuelvo cada tanto, como las que exhibí hasta el sábado último en el pop up de Tienda Eloi.

 

“Estoy en tres proyectos. Me gusta tener cosas esperándome… Cuando termino las piezas me genera un gran vacío; entonces tengo que despedirla y de alguna manera empezar a enamorarme de la nueva.”


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Purificando el alma

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Nunca solos I es un broche de Elvira Cibotti con el que fue seleccionada para participar de esta muestra en China


Elvira Cibotti, Monique Lecuona y María Eugenia Ramos son las tres argentinas elegidas por la curadora Felicia Li