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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?
Se relanzó el taller escuela de técnicas mixtas de Mercedes Castro Corbat en Acassuso.
Cuál es y dónde queda. El taller escuela de técnicas mixtas de Mercedes Castro Corbat está en Acassuso, partido de San Isidro.
Cómo es. Está en un espacio muy luminoso con mesas amplias frente a una gran puerta ventana que da a un jardín con un limonero. Tiene además un espacio que sirve de depósito de materiales listos para experimentar y «cajas de tesoros” disponibles para quienes quieran probar de usarlos.
Para contar otras historias
Qué se enseña. Es un taller de artes visuales, de técnicas mixtas que propone trabajar con distintos lenguajes y diversas materialidades con el fin de “crear nuestro propio mundo, profundizar en los temas que nos interesan, conmueven o interpelan o, citándola a la historiadora, epistemóloga y filósofa Donna Haraway, reflexionar sobre “…qué materias usamos para pensar otras materias, qué historias contamos para contar otras historias…”
“Hacemos hincapié en confiar en el trabajo propio y sostenido, pero sobre todo a animarse a poner las manos en la masa con la misma seriedad del niño en el juego”, señala la maestra joyera.
Modalidad de trabajo. La modalidad es de taller libre en un intercambio grupal, dinámico, en el que cada uno trabaja su proyecto. “Durante las tres horas de clase del taller, en algún momento cortamos para hacer ‘el paréntesis’, en el que se presenta la obra de un artista y, a partir del método de Estrategia de pensamiento visual, VTS, se discute ampliando el sentido, linkeando, sumando nuevos puntos de vista, reflexionando sobre otras formas de hacer, pensar y de crear mundos. Esa charla puede estar seguida o no de un ejercicio corto o de una consigna para desarrollar, a voluntad, durante la semana. El objetivo principal del paréntesis es ampliar la mirada como también servir como disparador de ideas.
Ampliando la mirada
“Para este fin, hay una biblioteca itinerante a disposición y todos son bienvenidos a llevarse libros en préstamo”, explica la pintora y maestra joyera, que entre otras actividades también se desempeña como docente en la cátedra Kweitel Proyecto de Accesorios UBA.
Este año la modalidad también es mixta, presencial para un máximo de seis personas, los miércoles, jueves y viernes de 9.30 a 12.30, y para quienes prefieren la virtualidad existe la posibilidad de sumarse al taller vía zoom.
Habilidades que se aprenden. “Se aprende al probar, al equivocarse, porque a veces a partir del error o de aquello que descartamos encontramos algo que nos ayuda, descubrimos el emergente. Hacemos hincapié en confiar en el trabajo propio y sostenido, pero sobre todo a animarse a poner las manos en la masa con la misma seriedad del niño en el juego”.
Meta. “La propuesta es hacerse de una caja de herramientas propias para el autoconocimiento, a partir de incursionar en distintos lenguajes de las artes visuales. En el taller hay un continuo intercambio de ideas. Las personas que asisten tienen como principal motivación disfrutar de una actividad que implica trabajar con las manos, ‘pensar con las manos’. Se trata de en una actividad reflexiva para intentar expresarse de la mejor manera con eso que nos interpela. Esta caja de herramientas es transportable a cualquier otro tipo de actividad”.
Un lugar de no certezas
Perfil. “El rango etario es muy amplio y no hay que tener conocimientos previos de ningún tipo, solo ganas de probar y querer estar en un lugar de no certezas y al mismo tiempo de mucha satisfacción”.
Actividades. “En años anteriores hubo seminarios y workshops dados por artistes invitades, como Verónica Gómez, que dio un taller de Dibujo; María José Lafont, sobre Impresión botánica; Francisca Kweitel, Procesos creativos; Alejandra Agusti, Moldes en distintas materialidades; Silvia Matto, Color; Rafael Alvarez, Electroformado; Francine Schloeth, Laca japonesa, y Francine Oeyen sobre Objetos de papel, entre muchos otros. Y ya estamos listos para mucho más”.