Entrevista a Elvira Cibotti
Apuntes | Notas
“El proceso de trabajo con el papel me enseñó que no todo depende de uno”

La docencia que ejerció por décadas le permite sostener la rutina, el tiempo y la paciencia que requiere la preparación de su materia prima favorita: el papel, que lleva a la joyería asemejándose con su resultado a la técnica japonesa de mokumé.
Elvira Cibotti tiene una práctica en diversas artes plásticas que agudizaron su mirada y pusieron sus manos a la obra. Por osadía o seguridad, con los conocimientos adquiridos en el taller de Antonio Pujía, Paula Botto Fiora y Gaby Horvat, prontamente se lanzó a exponer su propuesta.
Cuál es su método, las herramientas de joyería que utiliza, las técnicas que aplica y, sobre todo, cómo va descubriendo necesidades y soluciones para resolver piezas con volumen, color y textura en papel reciclado.
Hoy estrena sus últimos cuencos joyeros en Romanian Jewelry Week. También se acaba de presentar en diversas muestras en Contemporania Barcelona y ya proyecta por dónde seguirá con sus joyas contemporáneas.
_¿Comenzaste por alfarería o escultura?
_Estudié profesorado de nivel inicial y trabajé como maestra jardinera por más de 30 años. Dudé con bellas artes y quedó como pendiente. Pero amé la docencia y la ejercí con alegría. En paralelo siempre hacía algo manual o artesanal, como cerámica en el taller Gente de Barro con Marta Kearns, pintura con el artista plástico Adolfo Nigro, trenzado japonés kumilumo con Norma Rinaudo y origami textil con Romina Goranzky, entre otros como porcelana y hasta tornería. Luego, cuando nació mi primera hija, elegí actividades que pudiera hacer en mi casa y sumé bordado, tejido al crochet y a dos agujas, y arreglo de flores secas.
Después de la muerte de mi sobrino, no encontraba qué hacer para sentirme un poco mejor, y mi propia hermana me insistió para que volviera a mis actividades artesanales, y una amiga de escultura y cerámica me avisó que empezaba uno de los últimos seminarios de Antonio Pujía, en 2007. Fuimos a las 6 de la mañana a ver si podíamos ingresar y conseguimos cupo de hecho. Se trató sobre Modelado en cera y su aplicación a la fundición de metales, escultura especialmente e incluyó pequeño formato para joyería, y eso me voló la cabeza. Por eso, mi trabajo por años fue muy escultórico. Me dije esto es lo mío y me instalé en mi casa para trabajar con cera de abeja para pequeñas piezas escultóricas en plata.
Mirada aguda
Tenía muy agudizada la mirada para detectar formas, texturas, colores de objetos y elementos de la naturaleza: las líneas de una flor, una huella en el camino, cómo la luna iba cambiando de forma. Así, por años, con la técnica de la cera perdida fui pasando a plata innumerables elementos naturales. Fueron mis fundidores, Raúl y Olga, quienes me sugirieron que fuera a aprender joyería porque cada vez les llevada piezas más grandes que, por ejemplo, requerían de soldadura.
Justo, en 2013, fui a ver una exposición de Paula Botto Fiora y le insistí en que me diera clases. Con ella adquirí muchas técnicas y aprendí a calar, empernar, soldar y a construir una pieza de principio a fin; ella es muy rigurosa y prolija en las terminaciones de una joya y lo suyo me sirvió mucho. Incursioné un poco en la madera, luego manejé telas en el taller de experimentación textil de Silvina Romero. Y por entonces también comencé a acercarme al papel a partir del workshop sobre Diseño de joyas en papel de Luis Acosta.
Y de a poco empecé a entender más lo que era la verdadera joyería contemporánea artística. Es que todo lo que uno hace y elige hacer tiene que ver con lo que quiere decir, pero no es que buscaba un tema que me interesaba para trabajar con esa técnica. Decidí incluir otro material que sintiera como propio. Probé con el plástico pero no me sentí cómoda. Siempre todo lo que fui haciendo por mí, porque me hacía bien.
“Comencé a acercarme al papel a partir del workshop sobre Diseño de joyas en papel de Luis Acosta”.
_Pero optaste por el papel.
_Sí. Por una amiga, en 2015 llegué a Gaby Horvat cuando comenzó a dar clases y las tomé con la intención de ensayar con ese otro material. Arranqué a probar y Gaby me dio uno de los mejores consejos: “olvidate del cuerpo y de la pieza, investigá el material” y en eso estuve todo ese año. Ella tiene un taller muy amplio en el que vos te expresás un montón y haces lo que te parece. Miraba mucho, seguía las líneas, en particular los cantos de las piezas en papel.
Observaba para descubrir procedimientos, en tanto que cortaba, pegaba con cola vinílica cientos de láminas de papel. Hacía mucha cosa que luego hasta rompía para advertir volúmenes, para ver cómo se comportaba el material, hasta que me aproximé a lo que hago hoy de manera intuitiva siempre a partir de pegar muchas láminas. Conseguí altura y empecé a trabajar la pieza desde arriba. Al principio eran papeles elegidos al azar, un poco viejos y muy opacos, para ver qué pasaba.
“Me aproximé a lo que hago hoy de manera intuitiva siempre a partir de pegar muchas láminas.”
_¿Aplicás distintas técnicas?
_Desde entonces sumé muchas otras técnicas a través de diversos workshops de Taller Eloi, como esmaltado sobre metales, electroformado, arcilla polimérica, engarces en cera, sistemas de broches, ensambles en frío, enfilado de perlas y otros seminarios de procesos creativos y más conceptuales con Caroline Broadhead y con Rodrigo Acosta. Además del último con Chris Kiseno sobre ensambles mecánicos, que ofreció Estudio Joya, a partir de lo cual aplico retenedores que resuelven muy bien una pieza.
Gaby Horvat siempre me dice anímate a más pero yo necesito tiempo, voy de menos a más, de algo sutil a algo más grande y explícito. Mi primera pieza desafió ese consejo porque no me aguanté y quise hacer algo: una serie de collares con cuentas redondas de papel, «Reflejos», que terminé por presentar en el Sofia Paper Art Fest, en Bulgaria, en 2017.
Sin embargo ese olvídate de la pieza de joyería y del cuerpo me sirvió. Me di cuenta que hay que mirar la joyería con cierta perspectiva y analizar cómo legar, cómo investigar un material para hacerlo propio, de manera de tener un poco más de identidad artística; de hecho ahora voy a dar un curso en la Escuela de Bellas Artes de Pocosin de Columbia, Carolina del Norte.
Me gusta mucho la situación de aprendizaje y si no estoy en un curso o una exposición o una conferencia, como las Jornadas de Reflexión sobre la Joyería Contemporánea que en su momento se dieron en a 1ª Bienal latinoamericana de Joyería Contemporánea con la participación, entre otros joyeros modernos argentinos, del maestro Jorge Castañón, en la que se discutió sobre si la joyería tiene tenía que ser estéticamente linda y él planteó que no, que tiene que transgredir y provocar; un postulado que trato de seguir. Un planteo que me quedó, aprendí y me ayuda a ubicarme, a tomar aquello que me resuene, guste, sirva y me reafirme como joyera; por esto estoy atenta a esos encuentros que se convierten en una oportunidad de aprendizaje.
“Hay que mirar la joyería con cierta perspectiva, y analizar cómo legar, cómo investigar un material para hacerlo propio, de manera de tener un poco más de identidad artística.”
Trabajo en etapas
_¿Cómo preparás y trabajás el papel?
_Trabajo el papel en etapas, y entre capa y capa capaz pasan tres semanas. Es un trabajo con mucha impronta. Además te digo desde que preparo el papel no desde que lo corto, elijo el color, la textura o el gramaje, sino cuando pego incide el clima. Los papeles no responden todos de la misma manera, cada edición es distinta, si la pulpa del papel no está embebida de la misma manera se comporta diferente, por eso siempre aparece blanco porque es el color que tiene la pulpa del papel; los papeles muy encerados enseguida levantan el color y lo pierdo.
Después le doy una lijadita para crear una mordiente porque sino no se une, tocan; y si después le hago un agujero con una mecha capaz que se me levanta por más que prenso; llego a una consistencia de madera con todas esas capas de papel y suelo calar con sierra de madera. No trabajo solo con cola vinílica sino con un poco de agua, y embebo en etapas para lograr que quede un bloque, para que me dé estructura a la pieza con el fin de que no se abra ni explote.
El anillo «Nenúfar», de la Serie Mi propio estanque, es un ejemplo de ese trabajo en bloque para conseguir una sola pieza. Está inspirada en los Nenúfares de Monet y busca crear ese refugio, esa ilusión y lo hice con una técnica que usaba al principio de mi trabajo como joyera, reproduje esa semilla de la amapola que hice en plata, símil madera, y le armé la flor nenúfar. Ahora voy probando el manejo del material y en el medio le meto hojas más gruesas sin importar su color o brillo. A partir de esta pieza hice collares con esta misma flor ninfeácea.
“Voy probando el manejo del material y en el medio le meto hojas más gruesas sin importar su color o brillo.”
_Tu propuesta se asemeja al resultado de la técnica de mokumé, ¿tu objetivo fue aplicarla al papel?
_No, fue al revés. Hice lo que quería y después en una etapa posterior advertí esa semejanza al mokumé. No lo vi al principio o en las primeras piezas, en la que trabajaba con módulos tipo cubo que parecían pintados, sino después de dos años de trabajar con el papel, cuando comencé a indagar más, al pulir, limar, liar o pretender barrer para buscar distintos patrones de estampado lineales, veteados u ondeados. Pero fue Gaby Horvat quien advirtió ese parecido. Entonces sí lo asocié, aun no habiendo hecho mokumé, porque al meterme con el papel solté el metal y lo dejé de lado mucho tiempo. Por ejemplo, con una de mis primeras piezas reconocidas, el «Ponchito», apliqué otras técnicas de papel y costura; la cosí y emperné con tarugos de madera.
“Lo asocié al mokumé cuando comencé a indagar más, al pulir, limar, lijar o pretender barrer para buscar distintos patrones de estampado lineales, veteados u ondeados.”
Mokumé reversionado
_¿Con qué tipo de papel trabajás?
_Fui ensayando, las primeras pruebas las hice con el papel de revistas de diarios que no daban mucho color, quedaban bastante grisáceas, muy opacas, y les daba una terminación con una cera especial, similar a la cera incolora de zapatos, la cual les daba cierto satinado, porque lo muy brillante no me gusta. Luego seguí con papel de revistas, que es algo más de ilustración. Los papeles no responden de la misma manera, las distintas ediciones tampoco y porque la pulpa siempre tiene blanco y aparece. Luego empecé a elegir el color del papel. Algunas piezas eran multicolores y otras resultaban engamadas.
Me encantan las rutinas porque me ordenan y puedo llevar adelante este método que implica muchas etapas y en cada una me lleva mucho tiempo. El tiempo de trabajo en el taller tiende a ser un momento placentero.
Hay días en que dejo limas y sierritas de lado y preparo papeles, después de mirar revistas y catalogar por color, en particular, separo verde y negro que ahora estoy usando en un proyecto. También elijo por grosor para ganar altura, las de más gramaje son especiales y sobre todo si tienen colores fuertes porque al trabajarlo y rasquetear queda un color impresionante. Hay piezas que llevan 30, 40 o hasta 50 capas de papel y el color se sostiene. Y luego vas cortando o calando con arco de joyería o sierra de madera como en el caso de «Venus» que calé con a partir de un rectángulo.
A veces para algunos módulos, como los círculos, uso una maquinita de cortar y luego los pulo. Esta es otra etapa, la de preparar formas base o cortar círculos o tiras de distinto ancho y color. Con esto luego trabajo sobre el papel para lograr ese desdibujo o vetas a veces requiere de un rayado previo o mordiente, como mencionaba, mediante el lijado. En un principio el proceso tenía mucho de ensayo o de hacer por las dudas, un paso que ya salteo pero que realizaba para investigar sobre distintos tipos de papel. Al principio usaba una prensa de flores hasta que pasé a una de metal.
Sigo con papel de revista no de libros, como mucho las hojas de atrás previas a la contratapa, tal fue lo usado para el anillo «El Regreso», una pieza realizada con esas páginas del libro El Principito de Antoine de Saint-Exupéry para el proyecto «Sepan cuántos…», que celebró el aniversario de la editorial Porrúa, en la que se propuso utilizar como materia prima el papel de algunas de sus ediciones.
Otra vez usé unas hojas medio destruidas de un ejemplar que hasta tenía olor de humedad para trabajar la resiliencia. Un papel que elegí por viejo y por el tono que tenía, y lo hice inspirada en fotos que tomaba en las salidas que podía hacer durante la pandemia, en las que advertí que siempre terminaba enfocando en paredes rotas o ramitas que aparecen a pesar de todo entre el cemento. A partir de esto surgieron las piezas de la serie «Muro» en papel con plata patinada. A veces elijo papel de catálogos que no sean brillantes ni encerados para que peguen bien. Aunque a veces me sirven para determinados proyectos de acuerdo a lo que quiera expresar
El pegado y secado son parte importante del proceso y junto con el prensado llevan su tiempo; en esas etapas siempre estoy con muchos proyectos a la vez. Al papel hay que esperarlo.
El proceso de trabajo con el papel me enseñó que no todo depende de uno, no todo queda exactamente como uno quiere, hay que tener paciencia y esperar al material porque éste también ofrece lo que puede o quiere de acuerdo a sus propiedades y “me pelea”. Esta enseñanza está buenísima porque se aplica a la vida también.
Como destaqué, soy una persona de rutinas y puedo seguir con esta técnica por años pero siempre estoy aprendiendo algo nuevo. Eso incluye la mirada del otro, como la devolución de jurados ante la presentación de proyectos. Y en ese aprendizaje fue importante el paso de trabajar en plano a la necesidad de volumen para lo cual recurrí a elementos curiosos como bombitas de agua.
Ahora voy a empezar a llevar un registro del tipo de papel que uso para tener en claro su aplicación o cómo se comporta y para qué sirve más y en qué tipo de pieza lo aplico.
“Me encantan las rutinas porque me ordenan y puedo llevar adelante este método que implica muchas etapas y en cada una me lleva mucho tiempo. El tiempo de trabajo en el taller tiende a ser un momento placentero.”
“El proceso de trabajo con el papel me enseñó que no todo depende de uno, no todo queda exactamente como uno quiere, tengo que tener paciencia y esperar al material porque éste también ofrece lo que puede o quiere de acuerdo a sus propiedades”.
_¿De alguna manera aplicás la técnica de cartapesta?
_El armado en capas, pegadas unas sobre otras, es una técnica de cartapesta. En un momento hice cartapesta. La inclusión de elementos ajenos me sirvió para armar estructuras y conseguir volumen. Con lo cual, siempre se puede probar y sumar algo nuevo en el proceso de trabajo del papel. En el caso de «Muro» incluí un tejido, por ejemplo.
Un método similar aplico en los cuencos. Siempre los hice en cerámica y escultura. Las vasijas o contenedores de este tipo son un objeto que me gusta mucho, es un utilitario que acompaña la historia de la humanidad, desde que el hombre empezó a recolectar, las ánforas egipcias me fascinan; no menos interesante es lo que se genera entre el espacio interior y el exterior; lo más preciado está dentro, pero se adquiere por la forma y el color; y se plantea una analogía con el cuerpo o el ser humano interesante. A partir de esto, además de cuencos y vasijas empecé a trabajar con bowls grandes y luego chicos. Y esto es lo que presento en la Semana de la Joyería de Rumania.
“Siempre se puede probar y sumar algo nuevo en el proceso de trabajo del papel”.
_¿En la inclusión de elementos y técnicas también están los pernos?
_Sí, a partir del curso con Chris Kiseno, un excelente maestro que explica muy bien. Hasta entonces podía pegar y armar piezas pero había cierto tipo de trabajos que no hacía.
Cuando no tenés una formación académica aprendés a ingeniártelas para resolver. Como docente, acostumbrada a la planificación de contenidos, soy muy metódica, siempre tengo un plan con etapas que a esta altura ya las tengo más dominadas. Y eso me pasa con piezas con cierta estructura que tuve que aprender a cómo sostenerlas, y aquí usé el conocimiento sobre ensambles en frío con retenedores que me permitió resolver muy bien el trabajo. Así, soldé pernos que se impregnan al metal, necesario porque con el papel se iba a mover, abrir o soltar. Aunque en su momento no pude estar a full en el curso, luego sí pude aprovecharlo muy bien usando retenedores o argollas que se encastran y quedan perfecto.
Un antes y un después
En mi trabajo el retenedor marcó un antes y un después. Aprendimos a hacer una herramienta especial para usar pernos que también aplico, aún no tanto tornillos sobre los que pretendo trabajar en su diseño.
“Cuando no tenés una formación académica aprendés a ingeniártelas para resolver. Como docente, acostumbrada a la planificación de contenidos, soy muy metódica, siempre tengo un plan con etapas que a esta altura ya las tengo más dominadas”.
_¿Creaste herramientas especiales para tu trabajo con el papel?
_No. Trabajo con herramientas de joyería como limas, sierras de calar y arcos, durante la preparación del papel antes de que se convierta en joya; el pegamento, como mencioné, cumple un papel importante.
Ahora estoy aprendiendo carpintería en un taller en el que se enseña a trabajar de manera artesanal y eso está buenísimo porque me da independencia, usamos madera de descarte limpiándola con espátula, cutter y otro tipo de lima; de un lado le haces rebarba con una lija y vas comiendo y sale el rollito de viruta, un proceso que intento probar en papel para ver qué pasa. De eso se trata el aprendizaje, de probar e incursionar, de cruzar métodos y saberes.
“Trabajo con herramientas de joyería como limas, sierras de calar y arcos.”
_Ahora estás volviendo o sumando más metal.
_Sí estoy usando metal en remaches y estructuras que están al servicio de la pieza, no como protagonista sino como soporte, en diálogo con el papel. Sin embargo, el metal en mi obra -cobre, bronce y plata- participa o importa en la pieza siendo parte del diseño, como en el anillo y el colgante «Cuenco». En «Reflejos», pieza vista en la muestra de Gabinete de Curiosidades durante la 3ª Bienal latina, el metal es fundamental. Hoy me ayuda a montar, para armar al cuerpo, siempre en función de lo que quiero comunicar.
“Estoy usando metal en remaches y estructuras que están al servicio de la pieza, no como protagonista sino como soporte, en diálogo con el papel.”
_Qué técnicas de joyería aplicás hoy.
_Lo que más aplico es la técnica de ensambles en frío, porque eso me permite montar el papel al sistema de cierre o a la cadena o a lo que sea. Se trata de retenedores o pernos; los tornillos no los uso todavía, como dije. Esto me resuelve mucho una joya, que al principio era toda cocida.
Con lo que sea, busco hacer como un dibujo que voy descubriendo, no puedo definirlo previamente de manera exacta, sí tengo en claro la intención pero puede que quede una pieza más barrida, más acuarelada o pictórica u otra de aspecto más mokumé. Si ahora busco que me queden espacios sin pulir. Aprendí que el papel hace un poco lo que quiere, me sorprende y ayuda a descubrir. Depende mucho del tipo y color de papel para que esa intención sea un hecho o tenga su correlato con el supuesto resultado pretendido. La joyería no es un arte exacto.
A veces los colores del papel quedan re vivos pero a veces quedan lavados porque la pulpa es sobre todo blanca; puede que con menos presión de la lima resulte como quiero, pero no es preciso. Y no tengo la última palabra y eso es una enseñanza; puede que parezca librado al azar y sí algo de eso hay.
“Busco hacer como un dibujo que voy descubriendo, no puedo definirlo previamente de manera exacta, sí tengo en claro la intención pero puede que quede una pieza más barrida, más acuarelada o pictórica u otra de aspecto más mokumé.”
_Trabajás el volumen.
_Sí. En ese sentido, dentro de mi último trabajo, creé piezas o módulos tipo cajita con las que hice una serie de collar, broche y anillo. A eso se suma lo de las vasijas que me apasionan; sumé modelos variando el formato.
El interior de estas piezas es muy importante por lo que representa. Son espacios de memoria; un tema muy sensible para mí ya que tengo bloqueados muchos recuerdos de niña ya que perdí a mi madre de pequeña; tengo baches impresionantes. Venía trabajando estos segmentos o módulos y al ver cómo armarlos me ayudó a rearmarme, también de alguna manera a sumar memoria; me he reconciliado mucho con esas ausencias y con eso no dicho o con esos recuerdos velados. Desde la joyería lo trabajé mucho en «Recuerdos velados», la obra que hice con el colectivo Sincronía y fue muy sanador. Fue para la exposición «Evocaciones» que se realizó como parte de la 3ª Bienal. La joyería te lleva a una constante exploración, evolución y aprendizaje.
Proceso creativo
El puntapié inicial de mi proceso creativo siempre es la idea, la pretensión o intención y la defino: de qué color la hago, qué textura puede tener, opaco más brillante, más o menos colorido o prevalecerá el no color o convivirán los opuestos como el negro-blanco. Dibujo muy mal, así que escribo mucho y hago un boceto que aunque es horrible me sirve. A partir de esto elijo el papel. Y mientras preparo el papel estoy pensando cómo montarlo o armarlo. Muchas veces hasta armo una maqueta en cartón para ver si va a funcionar la forma; es que estoy haciendo convivir un metal con un no metal.
Me gusta que haya movimiento de los módulos, algunos collares circulares giran. El movimiento en las piezas aporta y da idea que estamos en constante movimiento y evolución y que vamos hacia algún lugar. Pesar en cómo construyó se da 24/7. Si no quiero que se mueva tengo que ser muy rigurosa porque es técnicamente más complejo y ver, por ejemplo, que la argolla esté en el lugar donde tiene que estar, justo en el canal donde tenía que estar para que ajuste; si quiero que se mueva tengo que dar un espacio, pero no tanto, etc. Bueno por todo eso estoy todo el tiempo pensando en joyería. Entonces primero viene la idea el diseño, después qué tipo de papel y el color y mientras estoy esperando que seque voy pensando, cómo lo armo con metal y pernos es una opción. Sigue la pátina de fuego y después se ensambla con el papel. Aprendí que es mejor trabajar el papel en placa si elijo piezas pequeñas, luego las calo y doy la forma.
“La joyería te lleva a una constante exploración, evolución y aprendizaje.”
“El puntapié inicial de mi proceso creativo siempre es la idea, la pretensión o intención y la defino: de qué color la hago, qué textura puede tener, opaco más brillante, más o menos colorido o prevalecerá el no color o convivirán los opuestos.”
_Conseguiste ir avanzando en un recorrido internacional para exhibir tus joyas contemporáneas, ¿qué destacarías y por qué elegís este camino?
_No necesito ser vista sino que me gusta trabajar más para adentro, necesito estar bien y la joyería me hace bien. Si esto es así puedo mostrar lo que hago como parte de mi expresión y lo hago si el tema me resuena, si es algo que he trabajado, y esto me divierte. Tengo una formación docente en la que las historias o armar cuentos para enseñar era una constante y es un ejercicio que aplico naturalmente, la narrativa es muy importante, tener algo para contar o decir.
En la primera exposición internacional que apliqué fue Sofia Paper and Fest de Bulgaria con «Reflejos», una pieza con módulos planos cocidos que buscaba reflejar el agua, con un montaje sencillo y menos conceptual.
Es que 35 años de docencia me formatearon. Por eso tuve que aprender a no ser tan literal, a dejar que complemente el espectador o usuario, a ser menos simbólica y más abstracta, lo cual me cuesta por eso voy jugando, porque soy de planificar y de procesos lentos.
La joyería me fue corriendo de mis lugares de confort y me ayuda a estimular mi creatividad, a evolucionar y no hacer siempre lo mismo.
Con el papel logré una identidad artística y pude avanzar, explorar, lograr volumen, el metal a veces es protagonista o complementa, y juego con los colores y las texturas.
Identidad artística
Ahora proyecto participar de KORU8 2024, una trienal internacional de joyería contemporánea que organiza la Asociación Finlandesa de Arte de Joyería con una propuesta que en la que trabajo con araucarias. Y posiblemente en la Semana de la Joyería de Bélgica, entre otras.
Entre medio de este camino de proyectos destaco la participación de Alliages Legacy Award & collection 2019, vista en el Espace Solidor Cagnes sur Mer, con la curaduría de Sébastien Carré, Isabelle Busnel y Claude Pelletier, en la que presenté el collar «¿Hacia el Sur?», una reflexión sobre el cambio climático.
La Tercera Mención en el concurso de la II Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea de «Ponchito», una pieza hecha con papel reciclado de un atlas del continente americano, suplemento de un diario de 2003 e hilo, fue muy importante para mí. También por ser parte de un encuentro que cada vez más se amplía a Latinoamérica.
Me encantó formar parte de «Purificando el Alma» de Felicia Li, en China, una expo que me sorprendió por lo original, que incluyó una ceremonia de purificación en Qinghai. Presenté «Nunca solos I» en una performance espectacular transmitida en vivo, un video llamativo y un catálogo interactivo.
Creo que la joyería contemporánea y artística tiene que dialogar con otras disciplinas más arraigadas en el colectivo popular, la enriquece. Y en ese broche que mostré, por primera vez corté el papel con láser, y de esto derivó una colección muy interesante, incluso con desprendimientos de papel o sobrantes de dicho corte.
“La joyería me fue corriendo de mis lugares de confort y me ayuda a estimular mi creatividad, a evolucionar y no hacer siempre lo mismo”
_¿Qué presentás en Rumania?
_La última serie de «Cuencos» con piezas mucho más chicas inspirados en vasijas antiquísimas con protagonismo del interior, con tapas de plata de pulseras que reciclé. Tiene un tratamiento de realce del papel que técnicamente no resulta tan perfecto como el metal, en cuanto a volumen y curvas. Estoy trabajando con plata recuperada. Para este proyecto maqueté mucho, tuve especial cuidado en esconder hilos, es decir, en que quede muy prolijo.
Previamente, en Contemporania participo de la expo «Missing Memories» de Alliages, en el Centro Artístico Sant Lluc, en Barcelona, con el broche de la «Serie En Construcción». También se vuelve a ver mi trabajo «Asteroide B612» inspirado en el Principito, especial para «Joyería y literatura» del último Tincal Challenge.
Y estoy a la expectativa de Aros o Pendientes, la última edición de libros de joyería contemporánea que presenta Nicolás Estrada, en la que se publicará una obra mía.
Para el año que viene tengo muchos proyectos, muchos ojalá como Schmuck. También trabajo en la pieza para Joyería y Viajes del próximo desafío de Tincal Lab con una propuesta que bucea en un viaje interior con un barquito de papel. Siempre estoy pensando o proyectando.
Sudakas
Apuntes | Notas
“No es casual que las mujeres lideren el movimiento de joyería contemporánea”

Hoy se estrena Sudakas, un nuevo colectivo joyero integrado por 10 artistas que se presenta en Contemporania High Craftsmanship Barcelona, la feria internacional que inaugura un formato más ampliado que incluye no solo joyería contemporánea sino también textiles, cerámica, vidrio, laca, metal, papel y madera.
Rita Soto, Patricia Iglesias, Valeria Martínez, Yael Olave y Lorena Jarpa, por Chile; Ana Calbucci, Renata Meirelles y Mayumi Okuyama, por Brasil, y Fabiana Gadano y Mabel Pena, por Argentina, son las protagonistas.
Estas habitantes del Sur, como les gusta llamarse, porque se expresan desde un territorio afín, revelan cuestiones que nos interpelan en Latinoamérica: la diversidad, la ecología, el reciclaje y el feminismo.
«Sudakas» es también el nombre de la exposición con la que buscan resignificar y revalorizar su origen sudamericano. Las joyas de arte que exponen muestran su preocupación por la situación social que atraviesan en cada uno de sus países. Algunos de los temas que las reúnen son las condiciones en que viven las mujeres, la necesidad del cuidado del medioambiente y la falta de políticas que incentiven el reciclaje.
Conocé en profundidad sus motivaciones e inquietudes y cómo son sus últimas obras que ya se ven en Barcelona.
Esta iniciativa surgió por inquietud de las joyeras chilenas Rita Soto y Patricia Iglesias en conversación con su colega brasilera Ana Calbucci durante la última edición de Brazil Jwelry Week, en el que se plantearon la posibilidad de converger o acercar la joyería contemporánea de ambos países a propósito de la feria de arte Contemporania. Y las promotoras chilenas hicieron extensiva la convocatoria a la Argentina.
“Aceptamos el convite de reunir la obra de las exponentes de estos tres países en un colectivo sudamericano. El propósito es que consigamos que se mire más a nuestro continente a través de nuestro trabajo en joyería contemporánea. Y lo distintivo es que todas somos mujeres latinoamericanas y representamos lo mucho que podemos dar y crear.
“La pesquisa tiene que ver con el territorio en que nos desarrollamos, por ahora de estos países pero que bien podría extenderse. En principio fue por afinidad y necesidad de juntarnos y potenciarnos para poder presentarnos en el exterior, en esta exposición y feria de Barcelona. Porque tenemos un conocimiento intrínseco de cada una, quisimos iniciar un diálogo y acá estamos haciendo conversar nuestras joyas”, cuenta Ana Calbucci.
“Nuestra intención es sumar el trabajo que a cada una nos convoca, siguiendo nuestra propia línea. Advertimos que tenemos muchos puntos en común con conceptos base similares. Se trata de temas relacionados con el lugar donde estamos, el territorio que habitamos y con las cuestiones que nos interpelan en Latinoamérica: la diversidad, la ecología, el reciclaje y el feminismo que se vive en nuestra región, siempre con una mirada desde el arte”, explica Fabiana Gadano.
Sudakas es un colectivo de diez mujeres joyeras que comienza por presentarse en la feria de arte Contemporania, ex Joya Barcelona, que ahora se amplía y no solo trata sobre joyería contemporánea sino que incluye textiles, cerámica, vidrio, laca, metal, papel y madera. Lo integran Rita Soto, Patricia Iglesias, Valeria Martínez, Yael Olave y Lorena Jarpa, por Chile; Ana Calbucci, Renata Meirelles y Mayumi Okuyama, por Brasil, y Fabiana Gadano y Mabel Pena, por Argentina.
“Nos inspiramos en la reversión del significado del término cuir o queer que termina por poner en valor y fortalecer socialmente a las distintas identidades o disidencias de género o sexual, las que en un primer momento eran discriminadas con esta palabra. Haciendo un paralelo con esto, tomando el concepto de distinto o extraño, sudacas también se usaba despectivamente, quisimos revertir esa idea y convertirla en nuestra identidad. Y tomamos la sudakía como una característica, con la posibilidad de ser como otros grupos o comunidades, con toda su valía y potencial; así lo hicimos propio, desde un lugar de fortaleza no de disminución.
“Así nos resignificamos y revalorizamos con nuestra joyería de arte, ya que nos reconocemos y exponemos como tales muy orgullosas de ser sudamericanas o sudacas”, precisa Fabiana Gadano.
“Somos mujeres joyeras latinas que tenemos en común no solo el hacer obra de manera sostenida sino que también ponemos en valor la joyería difundiéndola desde nuestros talleres escuela. Esto nos define también como sudakas”, añade Mabel Pena
En la puesta en escena que se ve en Contemporania se advierte la preocupación común por la situación social que se atraviesa en cada uno de sus países. Algunos de los temas que las convocan son las condiciones en que viven las mujeres, la necesidad del cuidado del medioambiente y la falta de políticas que incentiven el reciclaje. A partir de esto, cada una presenta su propia colección de joyas.
“El trabajo de cada una es bastante compacto y a pesar de que los temas son densos visualmente se contrarrestan con piezas muy coloridas, entre engamadas y contrastantes, y con el despliegue técnico que caracteriza a la joyería contemporánea visto en piezas de escala importante, según el lenguaje o la mano de cada una”, destacan.
Esta primera edición de Contemporania reúne a 130 profesionales de la artesanía y la creación de todo el mundo con propuestas basadas en la innovación y la visión artística de la artesanía contemporánea.
Cuenta con 12 ganadores de prestigiosas ferias de joyería de arte a nivel mundial; 23 artesanos representadas por galerías; 33 artistas de cinco colectivos, entre los que está Sudakas; y 26 profesionales de cuatro instituciones internacionales de artesanía como el World Crafts Council Europe, el Consorcio de Comercio, Artesanía y Moda de Cataluña y el World Crafts Council África. En paralelo, más de 240 profesionales participarán en el Off Contemporania, un circuito que ofrece exposiciones en galerías y espacios artísticos de Barcelona.
Joyería sudaka
“Hay mucho uso de materiales plásticos, reciclados, como el que trabaja Yael Olave y el PET que interviene Fabiana Gadano, y de fibras 3D que utilizan Ana Calbucci, Mabel Pena y Renata Meirelles quien también suma fibras textiles, como cordones y cuerdas. Asimismo, hay fibras naturales que emplea Patricia Iglesias u otras de origen animal como el crin que teje Rita Soto. Y está presente el metal con el característico cobre chileno en las piezas de Valeria Martínez; un mix entre textiles y metal que se ve en el trabajo de Lorena Jarpa, y metal y esmalte en las creaciones de Mayumi Okuyama”, señalan, sobre las piezas que se ven desde hoy y hasta pasado mañana en el Palau de Pedralbes de Barcelona, abierto al público con registro previo en su web.
La decisión del colectivo de estrenar su trabajo mancomunado en Contemporania se debe a que “en Barcelona siempre se ha generado un polo de vanguardia en diseño, joyería contemporánea y, ahora, se abre a otras artes. Nos interesa presentar nuestra mirada latina con nuestro lenguaje.
“Contamos con la curaduría y apoyo de Paulo Ribeiro que también tiene el ojo puesto en el trabajo latinoamericano. Nos encantó su proyecto y éste nos permite estrechar lazos en un espacio que sin duda nos abrirá muchas puertas, también a países de habla hispana.
“Una oportunidad que aprovechamos porque se trata de una feria con ventas directas de los artistas al público en general, coleccionistas, galerías y otras instituciones. Y supone una vinculación interesante entre los diversos realizadores, ya no solo de joyería.
“Estamos alertas para que esto pueda continuar. Se verá una edición de Sudakas en octubre del año próximo en la 4ª Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea, en uno de los circuitos de exposiciones que se realizarán en varios países, con sede central en Santiago de Chile, bajo la consigna Co-Devenir”, indica Gadano.
“Hay temas que nos convocan y no es casual que el movimiento de joyería contemporánea latinoamericana esté protagonizado por mujeres, por eso nos interesa en particular su realidad y problemática. Si bien hay muchos hombres joyeros, es interesante el liderazgo femenino porque tradicionalmente fue un oficio reservado a los varones. Por eso este grupo está para fortalecer a las habitantes del Sur.
Colecciones personales
“Entre todas las sudakas presentamos la alegría latinoamericana y, aunque contrasta con nuestra realidad compleja, creo que hacemos un aporte importante del color y la forma. Esto tiene que ver con ese revertir el nombre, con las joyas queremos resignificar la realidad.
“No hacemos más que fortalecer la idea de sudakas que ya está incorporada de manera positiva. Ya logramos darle una vuelta de tuerca con bastante fuerza”, destaca Mabel Pena, que en esta oportunidad exhibe sus últimas piezas de «Humedales», hecho con bolsas de plástico recicladas en mix con otras fibras o texturas, además de su trabajo manual del 3D en otra paleta de color.
“En el trabajo de Sudakas se juega mucho con los opuestos, sobre todo, en el uso de últimas tecnologías y técnicas ancestrales. En particular, presento piezas de plata, texturadas con 3D -dice Pena- y, por ejemplo, Rita Soto también actualiza una antigua técnica que aplica crin de caballo, entre otras propuestas”.
Por su parte, Ana Calbucci cuenta que exhibirá “lo último de «Mimesis», hecha con un bolígrafo 3D con el que dibujo los hilos uno a uno y luego también los pinto uno a uno para tejerlos al crochet”. Una obra que recuerda comenzó en la pandemia, en un entorno diferente que influyó en sus nuevas piezas “exageradamente coloridas”, con mucho verde y rosa. Señala que es un material similar con el que trabaja Mabel Pena con resultados distintos que se enriquecen.
Lo de Fabiana Gadano es «Sitiados», una serie muy sanguínea, orgánica, que toma la forma de arterias y venas, como partes de un cuerpo desgarrado. “Se refiere a la cantidad de plástico que estamos ingiriendo y que de alguna manera ya tenemos incorporados. Quedé muy impresionada con un artículo que leí sobre este tema y casi sin pensarlo, empecé a trabajar con el color rojo para piezas más dramáticas. Un giro que revela una necesidad de expresión. También sigo con tonalidades azules, celestes y grisáceas que aluden al agua vital que estamos arruinando o malogrando permanentemente. Con todo, mantengo la necesidad de experimentar con los materiales en busca de un nuevo lenguaje, con una mirada estética”.
Entrevista a Jorge Castañón
Apuntes | Notas
“Decido no agregar más materiales a este mundo sino utilizar lo que tengo”

En unos días Jorge Castañón estrena su tercera muestra individual internacional llamada «Manual para pequeñas reparaciones» en Jewelers’Werk Galerie, en Georgetown, Washington DC.
Una serie de piezas que representan lo que siente y piensa: “Si todos hiciéramos unas pequeñas reparaciones, tal vez tendríamos un mundo más vivible, más creíble, más saludable”, sostiene.
Una propuesta que se suma a su participación de la nueva edición de «La Frontera», la exposición itinerante que este mes vuelve renovada a diversas galerías de México y Estados Unidos.
Además, también formará parte de la exhibición homenaje del maestro cincelador Edgar Michaelsen del que fue discípulo.
Pensamientos que materializa, reflexiones que comunica a través de joyas únicas para “poner algo de poesía a este mundo”. De como Frankenstein puede dejar de ser un monstruo y un auto chocado un descarte, y más.
Lleva un pin medio esfera en mix de metales que recuerda a las piezas que formaron parte de su primera etapa como joyero, una más metalera, esa que aunque alejada vuelve de alguna manera.
El maestro Jorge Castañón recibe en su “ecléctico” taller para hablar de sus proyectos: estrenos y presentaciones que dan cuenta de su obra en los últimos años.
En el espacio de La Nave, en variedad de cajones y estantes sus piezas representativas se guardan, aguardan. Parecen como agazapadas a punto de dar el salto exhibicionista.
Allí está su primera pieza cincelada, un broche tipo fíbula con el bajo relieve de ramas de orquídeas que le regaló a su hija, y la última, de 1985, un elaborado espejo de mano que se pudo apreciar en «Respirar, pensar, hacer de cuatro joyeros contemporáneos» y que ahora volverá a escena en una exposición homenaje al maestro cincelador Edgar Michaelsen del que fue discípulo.
Hay algo de lo reflexionado en «Mientras los circos duermen», su libro con trabajos, reflexiones y dibujos sobre la joyería contemporánea de 2004-2005.
Pruebas truncas, algunas piezas “distópicas” que no cree que salgan del taller u otras trabajadas en metal, también potenciales pedazos de maderas de laurel o limón, mucha joya en proceso como broches sin terminar entre los que se destaca la figura de un “hombre que estuvo como fantasma” esperando ser terminado como colgante y otros proyectos que se van definiendo y tal vez puedan verse en la próxima edición de Schmuck, “hay que tirar la botella al mar”, propone, y trabaja sobre la idea de reparación que luego charlará en detalle. En paralelo, experimenta con cúrcuma y maderas varias.
Muestra que prepara piezas que representan “una conversación entre animales y hombres” y señala contento: “En esto se me pasan los días”. Se guardó su primer broche autito chocado en madera e hilo de lino porque representa un momento de su vida que lo cambió o le permitió repararse, dice, y un par de aros-caja similar al que en breve exhibirá en Washington, que admite, lo “enamora”.
Todo en medio de un taller que, aunque lo niegue se ve prolijamente ordenado con cientos de herramientas dispuestas para ser usadas, para crear “lo que pienso o siento”.
Señala que sus joyas son sus “mejores palabras o mejores actos… y cuando termina dice: “Estoy feliz de que pueden salir al mundo a comunicar”. Y en eso está porque en unos días estrena su tercera muestra individual internacional llamada «Manual para pequeñas reparaciones».
Es una muestra de su trabajo de los últimos tres años. Se trata de su segunda exhibición individual en Jewelers’Werk Galerie, en Georgetown, Washington DC, el espacio de la artista y galerista Ellen Reiben que lo representa.
Pero es su tercera exposición individual internacional, ya que la primera que hizo en el exterior fue en Velvet da Vinci contemporary jewelry and sculpture en San Francisco con el invaluable apoyo de Mike Holmes y Elizabeth Shypertt en 2012.
«Gestos, reparaciones y otras emergencias» fue su segunda expo en 2016 y ésta es una suerte de continuidad. “Siento que ese título está vigente porque continúan faltando los gestos y las reparaciones siguen siendo muy necesarias. Además es una propuesta en la que sigo haciendo para reparar”.
Recuerda que a Jewelers’Werk de alguna manera llegó por la joyera alemana Andrea Wippermann, quien a la distancia le señaló o presentó a Ellen Reiben durante una edición de Schmuck. Con los años ese saludo se convirtió en una comunicación para invitarlo a realizar su primera muestra individual.
“Una experiencia muy valiosa y gratificante que este mes repito después de tres años de postergación por la pandemia. Tras esta primera exhibición, las piezas quedaron en su galería y desde entonces comercializa mis obras”.
_¿Por qué un manual y cómo son esas reparaciones?
_En un manual a veces tenés instrucciones, pasos a seguir o sugerencias para hacer con las manos, y siempre está bueno reparar o, más bien, repararse. Yo siento que soy un hombre reparado y como tal me muestro a través de mi obra de joyería contemporánea, que hoy es una expresión de esas reparaciones. La pandemia, como a muchos, me afectó y el taller La Nave salió a flote a pesar de no haber presencialidad, seguimos adelante cambiados, reparados. Mis piezas hablan de algunas cosas por la que yo pasé y se destaca esa imagen de auto chocado porque siento que soy uno de los que también chocó y, tal vez, metafóricamente, así vivimos. Esa sensación de chocado me hizo pensar que había algo que reparar. Y está bueno rescatarla porque hoy más que nunca hay que entrar en un proceso de reparación. Cuando hablamos de reparar, en general, nos referimos a un objeto o lo aplicamos a un uso externo, pero creo que llegó el momento de que el principal objeto a reparar seamos nosotros mismos.
Con «Gestos, reparaciones y otras emergencias» planteé la segunda oportunidad de los objetos, ahora llegó el tiempo de pensar cuanto antes en nuestra segunda oportunidad. Inmersos en esta situación en la que estamos, tenemos que repensarnos si no vamos terminar chocando mal. Hay que llamar a la reflexión porque estamos al límite.
Ya el naturalista británico David Attenborough hizo suyo el precepto del economista también inglés Kenneth Boulding que ya a mediados de los años 60 decía que cualquiera que crea que el crecimiento exponencial puede continuar indefinidamente en un mundo finito es un tonto o un economista.
Y Attenborough lo sostuvo al decir que si imaginamos que los recursos de este mundo finito son infinitos estamos locos o somos economistas. Es que estamos atrapados en esta lógica económica en la que tiende a prevalecer lo redituable.
Más aún, en su ensayo «Vida líquida» el sociólogo Zygmunt Bauman plantea que necesitaríamos no uno sino tres planetas iguales al nuestro para mantener a todos los seres humanos con el mismo nivel de confort que el ciudadano norteamericano medio. Con todo, en momentos que hasta se niegan las condiciones en que estamos o en que dejamos al planeta es fundamental empezar a cuestionarnos y repensar lo que hicimos, hacemos y haremos porque el ambientalismo no es un invento ideológico ni el planeta está perfecto.
En este contexto, creo que no podemos seguir fabricando, consumiendo y gastando. Por eso, decido no agregar más materiales a este mundo sino utilizar lo que tengo con mis herramientas. Sostengo la reutilización, pero ya en este momento no hay que pensar en fabricar algo más. Hoy no alcanza con reutilizar, hace falta hacer menos para cambiar los paradigmas de consumo.
Para mi trabajo, combino técnicas de joyería y de carpintería. Reúno muchos materiales que encuentro, sobre todo, madera en pequeños trozos de descarte. Y vuelven para tener una segunda oportunidad, para contar una nueva historia aunque sea mínima. Les doy una nueva voz.
En «Manual para pequeñas reparaciones» intento comunicar la fragilidad de los semejantes y del mundo que los rodea e insisto en hacer un llamado urgente a que nos examinemos, nos reparemos y cuidemos los unos a los otros. Es que veo el valor de las cosas desgastadas, rotas, usadas y abandonadas, y la necesidad de rescate y renacimiento. Utilizo materiales básicos, sencillos, trabajados con cariño, con paciencia y en silencio. Si se rompe, trato de repararlo. Me hicieron eso muchas veces…
Hay muchos que coinciden con esta convicción. Por ejemplo, la socióloga especializada en moda Susana Saulquin plantea los nuevos dilemas del consumo y la importancia de incluir valores éticos tanto a la hora de elegir la ropa, accesorios y joyería incluida, como de producirla. Dice que hay que hacer nuestra vestimenta sin dañar el medio ambiente, sin explotar a nadie y aprovechando o cuidando los materiales disponibles o con que se trabaja.
“Veo el valor de las cosas desgastadas, rotas, usadas y abandonadas, y la necesidad de rescate y renacimiento. Utilizo materiales básicos, sencillos, trabajados con cariño, con paciencia y en silencio”.
_Hay que comprar menos y elegir más.
_Sin duda. Es la disyuntiva en la que estamos, algunos tratando de salir de la trampa de la moda que supone comprar y descartar.
Con todo, la muestra quiere ser una reafirmación de esa necesidad de rescate y renacimiento. Y por esto de alguna manera sostengo una conversación a través de objetos, que terminan siendo mis interlocutores o voceros de lo que pienso.
_¿Qué pensás o qué querés transmitir?
_Con mi joyería me apropio del planteo del fotógrafo, crítico de arte y escritor John Berger que decía: si algunas cosas que pienso no las escribo y puede que queden sin decir, reforzado por su colega Diane Arbus que planteó que la fotografía muestra lo que mucha gente se imaginaba que no existía.
Trato de hacer piezas que hablen o se refieran a ciertos temas porque corremos el riesgo de no tenerlos en cuenta o de olvidar. Combatir el olvido o la no memoria es una buena opción para la joyería contemporánea.
Para esto, uso un pedazo de madera que en general siempre tiene grabado un recuerdo que está bueno traducir o poner en evidencia. Con esto puedo sacar de mi imaginario y compartir lo que siento o pienso, también, sobre todo, porque no quiero que hablen por mí o como decía el sociólogo y publicista argentino Rodolfo Fogwill: escribo para que no me escriban. Y bueno, hago joyas para poner algo de poesía a este mundo.
En este sentido, pienso que hay que hacer una nueva creatura, al modo Frankenstein, tal vez, con ese cuerpo a partir de la unión de distintas partes… Tenemos que reconocer que todos tenemos defectos y que no debemos señalar con el dedo y rechazar a las personas que son diferentes a nosotros, si no vamos a acabar destruyéndonos los unos a los otros hasta que no quede nada más por destruir.
En este sentido, opino que Frankenstein no era tan monstruo, el famoso personaje pedía cosas esenciales: necesito alguien que sea como yo y poder amarlo. Por esto, hay que hacer una nueva creatura.
Insisto en que el mundo, el ser humano tiene que repensarse y ver de qué forma puede hacerse preguntas para ser distinto o ser una nueva creatura. No sé, hacer algo distinto de lo que está haciendo que es bastante atentatorio del otro. Tenemos un bajísimo registro del otro, de las necesidades del prójimo, hay un gran nivel de degradación del ser humano, una inconsistencia en los postulados que se plantean públicamente, una falta de ideas fundamentadas y una alarmante inmediatez marketinera, no circula información crítica sino una solapada defensa de intereses que confunden, nos volvimos muy desmemoriados y la situación de vulnerabilidad nos condiciona. Por eso tenemos que discutir ideas, lo que realmente queremos o pretendemos, y así repensarnos, recrearnos,
Desde la joyería contemporánea trato de comunicar estas ideas que pienso y reflexiono. Comencé a pergeñarlas materializándolas en especies de Frankenstein cuando en su momento participé del proyecto de exvotos que propuso la joyera Jimena Ríos.
Esta es una nueva oportunidad para hacer un nuevo o nueva Frankenstein, una nueva creatura rearmada, reparada. Y esta renovada propuesta se suma ahora a esta serie que se incluye en «Manual para pequeñas reparaciones».
“Combatir el olvido o la no memoria es una buena opción para la joyería contemporánea”.
_¿Tu intención es que cada uno haga su propia reparación?
_Estamos en un tiempo de reparaciones, sin duda, y con el concepto de manual o librito de instrucciones de cómo hacer algo sí juego y propongo que cada uno haga su propia reparación a partir de una pieza de joyería contemporánea.
No soy quien para decir cómo se arregla el mundo, pero creo que puedo intentar hacer una contribución, por eso «Manual…» quiere ser de alguna forma un humilde o pequeño aporte. Si todos hiciéramos unas pequeñas reparaciones, tal vez tendríamos un mundo más vivible, más creíble, más saludable.
Así, con esta idea hice algunas piezas que son una reconstitución de otras que nos muestran lo que literalmente es estar chocado o roto, otras con partes de cuerpos como corazones como los que se ven en la pieza del cubilete u otras con figuras de brazos.
Solo quien entiende lo que es romperse y busca reconstruirse puede expresarlo. Reconozco que si no me hubieran reparado, no estaría acá… Por eso insisto en el tiempo para reconstruirnos o repararnos o de salir de esa guerra interna que se exterioriza o mediatiza. Necesitamos un vuelco positivo en nuestro favor, que contribuya a nuestro bienestar, a mejorar. Tal vez ya estamos en eso porque creo que todos nos vamos reparando de alguna manera para seguir adelante y no sólo desde el punto de vista físico o mediante médicos. Todo es reparable, pero primero hay que tomar conciencia.
Cuando se exhiban estas piezas y alguien recepcione esta idea y la haga suya será una gran alegría para mí, la alegría de hacer algo que transmita una idea que pueda contribuir a hacer un mundo mejor.
“Propongo que cada uno haga su propia reparación a partir de una pieza de joyería contemporánea”.
_¿Con qué hiciste tus reparaciones joyeras?
_Con materiales recuperados, maderas juntadas, sobras de luthiers y, sobre todo, maderas de la calle y que me regalan porque muchos saben lo que junto y cuando ven la posibilidad de que sea un Castañón me lo asignan. También hay otras cosas que voy recolectando, como piedras y vidrios de la playa. Todas las piezas tienen la connotación del tiempo, hablan del tiempo que pasa, del que tuvo que transcurrir para que para que un vidrio se esmerilé, todo lo que tuvo que ir y volver del mar, por ejemplo. Y disfruto de trabajar estos materiales porque siento que puedo gritar o hablar con libertad.
Esta serie incluye muchos colgantes, no imaginé hacer tantos anillos y no hay broches como en otros trabajos. Esta obra quedará en Jewelers’Werk Galerie, en Georgetown.
Soy bastante impulsivo y las piezas van saliendo en diálogo con el material. Son 37 porque tengo una manía con un número impar…, el cual prefiero antes que par; lo impar tiene una cuota de incertidumbre que genera expectativa.
“Disfruto de trabajar estos materiales porque siento que puedo gritar o hablar con libertad”.
_Seguís trabajando la forma de lápiz
_La muestra «Manual…» incluye una serie especial de 30 lápices de madera. Como ya dije en otras oportunidades, considero que el lápiz es una herramienta muy poderosa para decir y escribir y hasta hacer.
Es una representación de lo que se puede comunicar. También una herramienta con la que se puede meditar, pensar, reflexionar antes de actuar. Juego mucho con la imagen del lápiz, he hecho lápices de distintos materiales y diversas maderas. Piezas que, por lo que simbolizan, decidí cederlas a la galerista que me representa para que disponga.
“El lápiz es una representación de lo que se puede comunicar. También una herramienta con la que se puede meditar, pensar, reflexionar antes de actuar.”
Además estás participando de una nueva edición de «La Frontera».
_Sí. Se trata de una serie de dos piezas: «Hacia dónde va tu sangre», la que fue parte de la primera muestra, y «Pandora», que representa la idea de caja de Pandora la cual se suponía no había que abrir pero se sabe lo único que queda adentro es la esperanza. Un trabajo que forma parte de la propuesta organizada y curada por la artista joyera mexicana Lorena Lazard, y los galeristas americanos Mike Holms y Elizabeth Shypertt de la Velvet Da Vinci de San Francisco.
Y esas fronteras entre países suelen ser una situación que se repite y mantiene en conflicto por eso se refieren a que algunas veces las queremos cruzar y otras necesitamos cruzarlas buscando recomenzar, renacer, posiblemente también como una segunda oportunidad.
Pero tal vez nuestros cuerpos puedan lograrlo, pero no sé si nuestro corazón acompañará. Qué buscamos y qué dejamos, dos ideas de signos opuestos que nunca se igualan, y así nace una herida, que eternamente intentaremos que cicatrice.
Esta fue mi propuesta hace 10 años y hoy una década después, en la que pasaron muchos acontecimientos que seguramente nos interpelan, retomo para ver si somos mejores representantes de la especie humana… Es que la naturaleza nos da señales permanentemente, de las cuales debemos hacer lecturas y actuar en consecuencia.
Por eso, la primera conclusión es la necesidad de continuar trabajando y no rendirnos en nuestros intentos por seguir abriendo puentes de comunicación y sí tener esperanza como acto de rebeldía frente a los límites y fronteras.
La muestra se exhibirá en el Stanlee & Gerald Rubin Center for the Visual Arts, en El Paso, Texas desde el último jueves 31 de agosto al 15 de diciembre próximo. Seguirá por el Centro Cultural de las Fronteras UACJ, en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, desde mediados de octubre próximo hasta diciembre también.
Continuará en enero del 24 en el Museo Internacional Mingei, de San Diego, California, hasta agosto del año que viene. Para terminar, esta itinerancia se dará en el Centro Cultural Tijuana del 16 de febrero de 2024 al 24 de mayo de 2025.
“Retomo (el tema de las fronteras) para ver si somos mejores representantes de la especie humana… ”
_¿Cómo es el homenaje a Edgar Michaelsen del que participarás?
_Para mí, fue una persona muy importante y también para la platería y orfebrería de Argentina. Un docente único con gran expertise en las técnicas de herrería artística, adquiridas en la Escuela Raggio a partir de lo cual trabajó en platería de forma autodidacta con colecciones de joyas en plata y oro con un estilo propio e irrepetible. Estudió con la maestra de cincelado María Bloch de Arndt y desde entonces adquirió una habilidad con el cincelado que supo transmitir de manera magistral, entre cuyos alumnos me contaba.
La invitación de Andrea, su hija, a participar de esta muestra homenaje que se realizará en breve en el Museo de Arte Popular José Hernández fue un honor.
Lo aprendido con este gran maestro es una técnica sobre un material que ya no uso pero que su aplicación me representó.
En esta oportunidad mostraré una pieza hecha con él y otra de factura posterior, que es un espejo ya visto en «Respirar, pensar, hacer de cuatro joyeros contemporáneos». Se trata de la primera y la última que representan mi trabajo con cincelado.
Un camino infinito
Apuntes | Notas
“Desde la joyería contemporánea queremos ser parte de la época que estamos viviendo”

Hoy se estrena «Un camino infinito», la exposición de joyería contemporánea que organiza Joyeros Argentinos en conmemoración de 40 años de Democracia en el Museo Histórico Sarmiento, en el barrio de Belgrano, hasta fines de octubre.
Continuará en Ituzaingó en noviembre y promete cerrar en Santiago de Chile durante la próxima edición de la Bienal.
Participan 36 artistas mujeres argentinas que exponen su joya de arte junto a una foto inspiradora, entre imágenes periodísticas y testimoniales. Durante la muestra se ofrecerán charlas y talleres asociadas a la propuesta.
Laura Giusti, Paula Isola y Fabiana Gadano, curadoras de la muestra, destacan que “la joyería de arte es un reflejo del momento en que vivimos, un testimonio que consigue expresar la actualidad con su lenguaje; una joya contemporánea sin duda habla del instante en que fue hecha”.
«Un camino infinito» es la muestra de joyería contemporánea que organiza Joyeros Argentinos en conmemoración de 40 años de Democracia ininterrumpida.
Se trata de una expo itinerante que comenzará a exhibirse en el Museo Histórico Sarmiento, en Cuba 2079, desde hoy sábado hasta el domingo 29 de octubre.
Seguirá en noviembre en el Museo Histórico de Ituzaingó y, el año próximo, durante la nueva edición de la Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea, esperan poder llevarla a Santiago de Chile.
Ser parte del relato de nuestra Democracia y de la propuesta de caminos posibles fue la iniciativa a la que se sumaron decenas de artistas.
A partir de una fotografía significativa abordaron estas décadas vividas a través de una pieza de joyería. Fueron seleccionadas 36 obras realizadas por 36 joyeras argentinas de distintas zonas del país.
Laura Giusti, una de las curadoras, junto con Paula Isola, también de Joyeros Argentinos, y Fabiana Gadano, integrante del mismo colectivo, señalaron cómo fue el proceso de curaduría, qué tuvieron en cuenta y cuál es la resultante joyera que se verá a partir de hoy.
Democracia, tema insoslayable
_No es la primera convocatoria por la democracia o con temas relacionados con la vida política del país, ¿Por qué deciden tratar estos temas desde la joyería?
_La primera convocatoria fue «40 años: arte, memoria y futuro» para conmemorar los 40 años del golpe de estado cívico militar. Le siguió la exposición «8M» sobre la mujer trabajadora que se fue actualizando con el aporte de nuevas piezas de joyería de artistas interesados en mantener el tema vigente, y esta es la tercera que tiene que ver con temas sociopolíticos.
Sin duda, este es uno de los temas insoslayables, sobre el que venimos convocando desde el año pasado y, aunque el panorama político cambió mucho y tal vez las percepciones de hoy son otras, busca reflejar la mirada joyera a 40 años de la recuperación de la democracia.
Como cualquier otro ciudadano que puede o no participar de la vida política del país al joyero le interesa mostrar su punto de vista mediante la joyería contemporánea.
Como artistas estamos inmersos en la sociedad en que vivimos y participamos. En particular, lo nuestro es un aporte para seguir consolidando esta democracia que supimos conseguir, destacando la importancia de vivir en ella: por la recuperación de derechos adquiridos y la necesidad de seguir luchando por muchos más que aún nos faltan, sin dejar de estar atentos a que hoy esto no retroceda ni se pierda para no tener que volver a pensar a la democracia como tal; el riesgo es grande y hoy se resignifica más que nunca la propuesta.
Además, la joyería de arte siempre es reflejo o muestra del momento en que vivimos, es un testimonio porque consigue con su lenguaje expresar esa actualidad, una joya contemporánea sin duda habla del instante en que fue hecha. Desde la joyería contemporánea queremos ser parte de la época que estamos viviendo.
_¿Esta inquietud y reflejos se plasmaron en las piezas de joyería presentadas?
_Sí, claro, aunque quedará más evidente en la edición y armado de la muestra en general. Pero sí ya lo vimos particularmente en los textos que acompañan cada pieza que resultaron un manifiesto de cada artista con su mirada sobre el tema, y de alguna manera fueron respondiendo a los cuestionamientos planteados en la convocatoria: ¿Cuáles fueron estas conquistas? ¿Cuánto ganamos y conservamos? ¿Cuánto ganamos y volvimos a perder? ¿Cuánto nos queda por recorrer? ¿Qué luchas continúan, cuáles todavía nos falta comenzar?, aunque todo esto hoy día se resignificó.
No obstante, pudimos encontrar lazos o hilos conductores relacionados que van de lo personal o más íntimo a cuestiones más sociales: el sentido de la democracia, la celebración y su significado, procesos vividos acentuando los vínculos o afectos que los sostuvieron, la lucha o búsqueda de más derechos, tributos como a las Madres o a la baja de cuadros de los genocidas, y los ignorados de la democracia que se mantuvieron fuera de agenda como los pueblos originarios. Y sobre eso que aún nos falta es que hoy nos preguntamos y nos preocupamos porque vemos el riesgo de cuánto tiempo más nos puede seguir faltando.
_¿Qué destacan de este proceso de curaduría: la participación, el interés por el tema, su interpretación?
_Fue lo esperado. Más allá de la cantidad de propuestas presentadas pusimos el acento en la calidad de las propuestas joyeras a partir de su factura, la profundidad de la mirada sobre el tema y, sobre todo, la coherencia, es decir, en el uso de materiales y técnicas aplicadas para que no fuera arbitrario sino que cumplieran una función de acuerdo al discurso, que contribuyera a la comunicación de la idea por transmitir, que la relación con el tema fuera evidente y claramente que tuviera estrecha relación con la foto elegida.
Los participantes son todas argentinas y destaco el género porque esta vez resultaron todas artistas mujeres.
_¿Por qué la sugerencia de que el disparador fuera una foto? Se expone foto y pieza?
_Se propuso trabajar a partir de una foto, de una impresión gráfica de algún momento de estos 40 años de democracia.
Las fotos, sobre todo las periodísticas, son el testimonio más elocuente de estos años de democracia. La posibilidad de elegir libremente una foto tenía que ver con qué los interpelaba más. También hubo fotos personales significativas que en todo caso apelaron a la memoria emotiva de cada artista que permitió expresarse y desarrollarse con libertad y naturalidad, de manera sensibilizada, muy movilizados. Así, hay mucha foto periodística y otras testimoniales, también fotos de obra. Exponemos fotos y obras.
_¿Hubo alguna constante en materiales o técnicas, o coincidencias respecto de miradas e interpretaciones?
_Hay gran variedad de materiales como en todas las muestras de joyería contemporánea. Hay cerámica, metal, textiles tejidos, telas, plásticos, arena, saquitos de té y mucho más, que invitamos a descubrir y ver desde este sábado.
_¿Qué charlas y talleres ofrecerán?
Aún no está definido el calendario de charlas y talleres de estos meses. Habrá un taller infantil abierto al público, seguro. Sí está confirmada una conferencia de la Unidad Nacional de Artistas Visuales, que incluye a la joyería de arte, claro, sobre el proyecto de creación de un instituto y su importancia para las artes visuales.
Joyeras participantes
Participan Fabiana Gadano con «Respiración», Adriana Gómez con «Verdades dobladas», Alejandra González con «Qué es el amor», Ana Lavarello con «Brotes verdes», Andrea Serini «DEMOCRACIA en-CADENA(da)», Carmen Romero con «Línea Roja», Cecilia Borghi con «Ronda», Cecilia Mortola con «La Ronda», Gabriela Nirino con «Sumá tu voto», Gabriela Varela con «Gesto», Graciela Lescano con «En el país de Nomeacuerdo», Graciela Manzione con «Pasos», Graciela Riva con «Sana, palabra», Hebe Argentieri con «Infinitas Mareas», Iona Nieva con «Trama colectiva», Jessica Morillo con «Vermut, papas fritas y good show», Laura Escliar con «Recital de Serrat», Laura Leyt con «Proceda y Laura Nucenovich con «Habrá que gritar más fuerte».
Asimismo son parte de la expo, Lula Cuestas con «¿Y “ellas” dónde están? », Luna Ventura con «El quinto poder», Luz Arias con «Equilibrio entre las partes», Mabel Pena con «Democracia, presente», María Eugenia Ramos con «Entre sueños y anhelos. Una trama posible», Marita Sario con «Historia de amor», Marta Sánchez con «Voto», Patricia Mogni con «De tierra de sal», Patricia Trigub con «Corazón», Paula Botto Fiora con «1983», Paula Isola con «Haciendo», Poly Iglesias con «Bombas en mi cole… Nunca más», Roxana Casale con «Aunque duela», Silvia Abad con «2 x 1», Susana Nazer con «Atravesades», Susana Ortiz con «Corroída Democracia» y Vicky Biagiola con «Un mar».
Entrevista a Ana Pina
Apuntes | Notas
“La joyería de arte tiene que alcanzar a otro tipo de público”

Como muchas otras u otros arquitectos, buscó dar rienda suelta a su interés artístico y optó por la joyería que siempre le gustó tanto como el dibujo. Formada en técnicas tradicionales en un país más metalero prefiere la plata para crear piezas minimalistas, geométricas y abstractas.
La artista portuguesa Ana Pina pasó por Buenos Aires, para participar del evento gubernamental Mercado de Industrias Culturales Argentinas. Habló de su experiencia joyera, su propuesta como galerista, su proyecto en el laboratorio Tincal y del éxito de su concurso ya de alcance internacional, que en días dará a conocer quiénes expondrán en el próximo, referido al tema Viajes.
Su obsesión por sensibilizar y llegar a un público más amplio fuera del círculo joyero, difundir e informar sobre el proceso y las obras de joyería de arte contemporáneo, y su mirada sobre la joyería argentina.
_Elegiste la joyería después de haber ejercido arquitectura.
_Estudié arquitectura y trabajé en un estudio durante cinco años y siempre me gustó diseñar. Mi pasión inicial siempre fue la pintura, me fascinaban las actividades más artísticas y, como muchas, desde chica me la pasaba jugando con cuentas.
Me interesaba poder construir una pieza y manejar el proceso, y esto es algo que le pasa a muchos arquitectos que terminan por optar por la joyería. Entonces, tomé la decisión de profundizar en el tema. Cuando todavía estaba trabajando como arquitecta, me inscribí en un curso corto en Contacto Directo en Oporto, la entonces escuela de joyería de Filomeno Pereira de Sousa. Y al querer trabajar más seriamente en joyería continué con un curso profesional en la Escola Engenho e Arte hasta 2012. Ya ese año lancé mi marca, Ana Pina, y comencé a dedicarme exclusivamente.
Posteriormente complementé esta formación con talleres de corta duración, siendo los más importantes los de cera perdida con el profesor José Pereira, modelado en cera con Susana Teixeira, porcelana aplicada a la joyería con Trinidad Contreras y diseño de joyería modular con Luis Acosta.
Quería principalmente aprender las técnicas de la joyería para tener herramientas para poder hacer mis propias piezas y terminé por crear esa marca para poder presentarla y, además, tuve la oportunidad de participar de diversas ferias y locales. En un principio, mi trabajo se centró en piezas en plata y esto resultó ser mi fuerte.
Di los primeros pasos para abrirme y no concentrarme en un trabajo de taller solitario, porque el contacto con otros colegas es y fue muy enriquecedor. Esta necesidad de comunidad fue la previa de la fundación de Tincal lab.
“Me interesaba poder construir una pieza y manejar el proceso, y esto es algo que le pasa a muchos arquitectos que terminan por optar por la joyería”.
_¿Qué de esa disciplina aplicás de la joyería?
_Gran parte de mi experiencia en arquitectura se refleja en mi trabajo de joyería, aunque sea indirectamente. A veces es realmente la fuente de mi inspiración, pero casi siempre influye en mi forma de desarrollar el proceso creativo, organizar mis pensamientos y crear colecciones. En particular, se refleja en las líneas minimalistas, geométricas y abstractas de las piezas o en las nociones de medida y proporción.
“Gran parte de mi experiencia en arquitectura se refleja en mi trabajo de joyería… en las líneas minimalistas, geométricas y abstractas de las piezas o en las nociones de medida y proporción.”
_Previamente te dedicaste también al dibujo y la ilustración.
_Desde que era joven supe iba a estudiar arte y mi pasión artística siempre fue la pintura. Sin embargo, cuando llegó el momento de elegir la carrera de educación superior mi lado racional pesó más y opté por la arquitectura. Durante la cursada, al mismo tiempo, dibujé mucho y durante un tiempo incluso vendí algunos dibujos originales y productos ilustrados, pero nunca lo consideré como un trabajo formal.
Después de cinco años de trabajar en un estudio de arquitectura, mi lado más creativo empezó frustrarse por pasar más de ocho horas al día haciendo dibujos técnicos en un ordenador y, al principio por pura curiosidad, como mencioné, decidí apuntarme al taller de iniciación a la joyería. En parte porque siempre me gustó la joyería como consumidora y, sobre todo, porque quería aprender más sobre el proceso. Gradualmente la joyería fue ocupando cada vez más espacio en mi vida y el dibujo pasó a un segundo plano. Por supuesto, lo sigo utilizando como herramienta durante el proceso creativo de joyas.
Como siempre me gustó diseñar, dibujar e ilustrar, tenía muchos dibujos más bien orgánicos, un mundo totalmente diferente a mi formación. Hoy combino diseño y joyería, como una serie de aros pendientes pintados sobre papel combinados con acrílico.
Entre la arquitectura y mi joyería hay muchos puntos en común: no solo en cuanto a las formas que se plasman en las piezas sino también en el proceso creativo.
Un proceso que siempre me lleva a la serie, lo cual no supone copias a partir de un molde sino como variantes de una pieza original que buscan ampliar y enriquecer la propuesta. Cuando imagino una joya no pienso en una sola sino en sus distintas posibilidades de formas, por eso integran una colección de piezas, tal vez más anillos y aros, de simples a más complejos, combinables o intercambiables, lo cual permite un sinfín de alternativas.
También recurro a las propuestas arquitectónicas de edificios, como las piezas exclusivas que creé según las sinuosas líneas del Museu de Arte, Arquitetura e Tecnologia de Lisboa (MAAT); fue un trabajo inspirador con el que me sentí muy cómoda y advertí que ese era mi camino. Se trata del anillo «Horizon Line», que fue desarrollado en el contexto de una iniciativa conjunta entre el MAAT y la Associação de Ourivesaria e Relojoaria de Portugal (AORP) en 2019. Entonces, nueve diseñadores fueron seleccionados para presentar una pieza exclusiva inspirada en ese museo, la cual fue vendida en la tienda del museo.
“Cuando imagino una joya no pienso en una sola sino en sus distintas posibilidades de formas… de simples a más complejos, combinables o intercambiables, lo cual permite un sinfín de alternativas”.
_¿Cómo es tu proceso creativo?
_Es un proceso muy mental que comienza por materializarse en dibujos, siempre es una idea que se dispara o lleva a diseñar, en general, a partir de un esquema. Esos bocetos esquemáticos me ayudan a definir formas, medidas, graduación, pesos y proporciones geométricas. Las piezas finales toman forma en el banco de joyero a través de la experimentación; a menudo nacen variantes de unas pocas piezas que se multiplican durante el desarrollo de la colección de manera informal e impredecible.
Busco un estilo minimalista con mucha personalidad. Me gusta jugar con piezas que combinan entre sí, con la abstracción de formas, articulaciones y diferencias de escala. Pienso más en colecciones que en piezas únicas, series que van desde el elemento más simple hasta la composición más compleja, como si fueran letras que forman palabras en un texto más grande.
“Es un proceso muy mental que comienza por materializarse en dibujos, siempre es una idea que se dispara o lleva a diseñar, en general, a partir de un esquema… que me ayuda a definir formas, medidas, graduación, pesos y proporciones geométricas”.
Minimalista y geométrica
_¿Preferís los metales?
_Sí, sobre todo metales por mi formación basada en las técnicas convencionales. Prefiero la plata pero también he trabajado en bronce, tal vez con formas un poco más orgánicas, con el paso previo de la cera que luego se funde. En algunas series limitadas combino metal, como la plata, con otros materiales, como arcilla que luego pinto con acrílico.
Por otra parte, por ejemplo, para la colección inspirada en el centenario de la Bauhaus, creé piezas edición limitada en plata y cuero reutilizado, que juega con el color y la relación entre líneas, planos y la tridimensionalidad de la geometría. Fueron especialmente realizadas para una exposición en el laboratorio Tincal en el año del centenario de la escuela alemana.
Además, desarrollé piezas relacionando la joyería y la pintura, las que formaron parte de la colección «Figurae»: una línea de aros pendientes geométricos en plata y pasta de modelar pintada con acrílico; los pendientes se presentaron junto con su diseño abstracto.
En general, como señalé, me manejo con las técnicas convencionales aplicadas a propuestas contemporáneas buscando soluciones técnicas lo más simples posibles, intentando una expresión más sutil. Como estas piezas que llevo puestas, que son parte de «Duo Collection», una colaboración artística que fue hecha en 2020 con Telma Olivera, arquitecta y joyera autora de Wek, en la que desde dos formas distintas creamos joyas de líneas geométricas, fuertes y contemporáneas. Trabajamos dos materiales diferentes, como la plata y los impresos en tecnología 3D (PLA) en varios colores; el elemento plateado se separa de la base permitiendo cambiar de color y lograr las combinaciones que se deseen.
“Me manejo con las técnicas tradicionales aplicadas a propuestas contemporáneas, buscando soluciones técnicas lo más simples posibles, intentando una expresión más sutil”.
_¿La movida joyera de Portugal tiene una identidad propia? ¿Cuál es?
_Portugal tiene una gran tradición en joyería con, por ejemplo, la técnica de la filigrana. Pero hay una nueva generación de joyeros contemporáneos con mucho potencial, algunos con un enfoque más artístico, pero este número no es muy significativo y el trabajo que desarrollan aún no es muy visible para el público ni tiene gran demanda de compradores y coleccionistas. Es que el público sigue siendo conservador y muy apegado a la joyería más convencional en la que el material determina el valor de la pieza.
Existen pocos los sitios donde es posible comprar o ver exposiciones de joyería contemporánea artística. En Oporto, Tincal lab es prácticamente el único espacio con un programa regular y frecuente de exposiciones con autores nacionales e internacionales de joyería contemporánea artística. Hay otras galerías, pero principalmente en Lisboa.
También contamos con el impulso de dos asociaciones vinculadas a la joyería: Associação de Ourivesaria e Relojoaria de Portugal, más vinculada a la industria; y PIN, la única asociación portuguesa de joyería contemporánea, responsable de la Bienal de Joalharia Contemporânea de Lisboa que tuvo su primera edición en 2021.
“Tincal lab es prácticamente el único espacio con un programa regular y frecuente de exposiciones con autores nacionales e internacionales de joyería contemporánea artística”.
_¿El nombre Tincal alude al mineral también llamado bórax?
_Sí, es el que se usa para retardar la aparición del óxido en el metal que entra en contacto con el calor de la fundición, como la plata 925 que habitualmente se utiliza en Portugal; es que si se oxida es más difícil la soldadura, por eso es muy usado. Y elegimos ese nombre por ser un elemento de uso habitual y conocido por los joyeros, porque de alguna manera nos identifica.
“Elegimos el nombre Tincal porque alude a un elemento de uso habitual y conocido por los joyeros, porque de alguna manera nos identifica”.
_¿El objetivo del laboratorio fue generar un lugar donde pueda circular la joyería?
_Tincal lab surgió inicialmente de mi necesidad de tener un espacio de trabajo fuera de casa, donde comencé estableciendo mi primer taller mientras cursaba. Este laboratorio abrió sus puertas en 2015 en un segundo piso en Rua de Cedofeita, en el centro de Oporto. El objetivo era tener un espacio de trabajo sustentable permitiendo que otros autores trabajasen en una gran oficina compartida. Quería un lugar de difusión de la joyería contemporánea que aunara trabajo técnico y experimentación, exposición y venta, y también quería que fuera un punto de encuentro entre compañeros y un espacio de conexión entre el público y los joyeros. Una gran oportunidad para mostrar joyería contemporánea, ya que hasta ese entonces no existía un espacio de ese tipo.
“Quería un lugar de difusión de la joyería contemporánea que aunara trabajo técnico y experimentación, exposición y venta, y también quería que fuera un lugar de encuentro entre compañeros y un espacio de conexión entre el público y los joyeros”
Laboratorio en crecimiento
Cuando Tincal lab se mudó al Centro Comercial Bombarda, a fines de 2018, ganó más visibilidad, porque se convirtió en un espacio más abierto al público. CCBombarda es una galería comercial alternativa en lo que llamamos quarteirão das artes en Oporto, por el protagonismo de las galerías de arte en la zona desde la primera década de los años 2000.
De a poco fui invitando a colegas a participar en diversas exposiciones temáticas, que en un principio eran portugueses y, con el tiempo gracias a la difusión del Desafío, se fueron sumando de otros países; ahora la relación se revirtió y reunimos a un número importante de creativos internacionales.
Es que esta ubicación nos permitió tener un escaparate con cierta visibilidad, por lo que podemos mostrar piezas de otros autores con mayor regularidad en una galería mural donde cada dos meses se presenta una nueva exposición individual o colectiva. Además de las exposiciones temporales, mantenemos alrededor de 20 a 25 autores en la tienda de forma más permanente. La mayoría también están disponibles en la tienda online.
Entre los autores actualmente están: Gabriela Marcos y Rocío Britos de Argentina; Anna Vlahos de Australia; Rita Martínez de Costa Rica; Samuel Coraux de Francia; Silvia Valz de Alemania; Amálgama, Llunante y Valeria Rossini de Alemania Cristina Celis de México; Karen Gillis de Países Bajos; Marcin Boguslaw de Polonia; Ana Iturri y Montse Basora de España.
Y hay muchos de los exponentes portugueses, entre los que me cuento junto con Olga Marques, Ana Azevedo, Inês Sobreira, María Benedita, Susana Barbosa y Joyería Possante.
Esta es una propuesta que llevo adelante con Olga Marques. Como decía, la idea original era crear un taller de joyería compartido, aprovechando la maquinaria y el espacio para alquilar bancos de trabajo; iniciativa que se abandonó desde que nos mudamos a este otro espacio. Es que Olga alquilaba un puesto durante el período inicial y cuando cambiamos de ubicación empezamos a trabajar juntas en el taller todos los días para que el público pueda ver dónde y cómo se crean las joyas.
Como Tincal lab fue capaz de recibir pequeños grupos de trabajo, varios joyeros se interesaron en talleres para cubrir su necesidad de formación en diversas técnicas, materiales y procesos. Desde entonces organizamos talleres con temas puntuales y de corta duración, que se realizan de tres a cuatro veces al año durante los fines de semana con propuestas de joyeros especialistas en técnicas específicas.
Los talleres realizados más destacados fueron: Resinas, a cargo de Susana Barbosa; Técnica japonesa de cera mitsuro para textura hikime, por Calixto Sánchez; Electroformado, Gastón Rois; Porcelana blanca, Celia Lostrego; Diseño modular, Luis Acosta; Porcelana con papel, Trinidad Contreras; Modelación en cera, Lyra Lin, y Fundición de huesos de choco y Granulado, ambos dictados por Gustavo Paradiso.
“Cuando cambiamos de ubicación empezamos a trabajar en el taller todos los días para que el público pueda ver dónde y cómo se crean las joyas”.
_¿A la par surgió la idea de hacer el Desafío?
_El desafío conocido como Tincal Lab Challenge se convirtió en un evento anual que se repite anualmente con diversos temas. Ahora estamos lanzando Viajes, Jewelry and Travel, cuyo llamado acaba de cerrar, cada vez con más convocatoria.
Es una iniciativa anual que tuvo su primera edición en 2015. Comienza con una convocatoria abierta a joyeros de todo el mundo y da como resultado una exposición colectiva que pretende inspirar a los artistas y sensibilizar al público sobre la joyería contemporánea, mostrando calidad y diversidad.
Esta convocatoria resulta un evento internacional para la exhibición y venta de joyas. La inauguración tiene lugar en el laboratorio cada noviembre, en coincidencia con las inauguraciones simultáneas que se dan en Miguel Bombarda y está acompañada de un catálogo. En cada edición, se entrega el Premio Selección del Jurado y dos Premios Selección del Público (presencial y votación online), que consisten en una exposición que se realiza durante el año siguiente.
Actualmente, el jurado está trabajando en el proceso de selección. Se recibieron casi 350 presentaciones de autores de todo el mundo, el número más alto hasta el momento. Ochenta joyeros serán seleccionados para integrar la exposición que se inaugurará el 11 de noviembre. Sus nombres se conocerán a partir del próximo viernes 21.
“Tincal Lab Challenge es una exposición colectiva que pretende inspirar a los artistas y sensibilizar al público sobre la joyería contemporánea, mostrando calidad y diversidad.”
_¿Cómo plantean los temas del Desafío?
_Los temas del Desafío surgen por el interés de crear algo inspirador. Arrancó con 30 participantes invitados y ahora estamos en más de 300 interesados, como destaqué. El jurado selecciona por sus antecedentes, luego se presentan piezas con personalidad, de calidad, coherentes, con un perfil artístico y un precio máximo para darle valor a la obra, la cual ofrecemos en una exposición y venta.
El año pasado contamos con la participación de 14 artistas joyeros argentinos y la última ganadora fue Lara Solia Barenboim, que hoy nos acompaña como jurado. Con todo, nos interesa llegar a esa persona curiosa, a sensibilizar y desmitificar la joyería como pieza inaccesible o desconocida. No solo pretendemos llegar por el precio accesible, aunque solo se vende un 20 por ciento de lo que se oferta, sino que también nos proponemos sumar conocimiento porque muchos se interesan para entender qué significa o cómo se hizo una joya.
Los temas tratados fueron arquitectura, cine, música, literatura, naturaleza, tecnología, anatomía y ahora viajes, como dije. Buscamos temas generales, amplios para no limitar propuestas.
Por otra parte, tenemos relación con artistas joyeros como el argentino Luis Acosta, residente en Países Bajos, que por lo menos una vez al año nos acerca su propuesta de curaduría que muchas veces incluye latinoamericanos.
“Nos interesa llegar a esa persona curiosa, a sensibilizar y desmitificar la joyería como pieza inaccesible o desconocida”
Necesidad de apertura
_¿A la joyería le cuesta abrirse?
_Sí, puede ser porque el público no está muy sensibilizado, insisto, no conoce o no usa piezas contemporáneas y/o artísticas. Pero es un fenómeno que pasa en otros ámbitos también: en eventos de arquitectura, hay más arquitectos; en exposiciones de arte, más artistas, lo mismo en fotografía y otras áreas; es común, hay que saltar el cerco y llegar más allá. La joyería de arte tiene sus años y sin embargo se mueve en un mismo círculo que está bien y es lógico, pero tiene que poder alcanzar a otro tipo de público.
“(A la joyería le cuesta abrirse) porque el público no está muy sensibilizado, insisto, no conoce o no usa piezas contemporáneas y/o artísticas. Pero es un fenómeno que pasa en otros ámbitos también.”
_¿Tincal Lab Challenge se convertirá en una muestra itinerante?
_Recientemente, la exposición Tincal lab Challenge viajó por primera vez, por invitación de la joyera y curadora Lena Lindahl de Gotemburgo, ciudad que fue nombrada por la Unesco como Ciudad de la Literatura; además de ser parte del Desafío, Lena Lindahl organizó en mayo último una exposición que vincula Joyería y Poesía, en la Galería Lerverk, por lo que decidió invitar a Tincal lab para exhibir, al mismo tiempo, la muestra de Joyería y Literatura.
Hay otras posibilidades de llevar esa misma expo a otros lugares este año, una de ellas podría ser la Semana de la Joyería Rumana.
_¿Qué te pareció MICA?
_Mi experiencia fue sumamente enriquecedora. Ya conocía el trabajo de varios joyeros argentinos por su participación en el Desafío, a otros a través del colectivo Joyeros Argentinos y por la Escuela Eloi de Jimena Ríos, también a través de las redes en línea, pero fue un placer tener la oportunidad de conocerlos en persona, ver sus trabajos en vivo, conocer sus espacios de trabajo en encuentros que resultaron un intercambio interesante. El trabajo local tiene algunos puntos en común pero es bastante diferente al portugués.
Venir me permitió entrar en contacto con la increíble ciudad de Buenos Aires y la cultura argentina en general, además porque MICA es un evento que involucra diferentes áreas creativas.
La experiencia de las intensas ruedas de negocios fue completamente nueva para mí y me permitió conocer a muchos autores con obras muy diversas de manera eficiente y en poco tiempo.
También por primera vez tuve la oportunidad de compartir mi camino y experiencia en la charla: “El reto de trabajar en joyería contemporánea” y fui muy bien recibida, tanto por la organización como por compañeros joyeros con quienes tuve la oportunidad de interactuar.
Creo que Joyeros Argentinos -asociación a la que debo mi presencia en el MICA- hace un gran trabajo en la promoción de la joyería contemporánea argentina y espero que de aquí en más surjan nuevas oportunidades de colaboración.
“Fue un placer tener la oportunidad de conocer a los joyeros argentinos en persona, ver sus trabajos en vivo, conocer sus espacios de trabajo en encuentros que resultaron un intercambio interesante.”
_¿Cuál es tu opinión de la joyería contemporánea argentina?
_Me parece que hay una comunidad grande de joyeros argentinos, con obras originales, coherentes a su identidad y con una personalidad fuerte. Noté un gran respeto por la cultura argentina, una conexión con la tradición y la voluntad de reinterpretarla de manera contemporánea. Hay una mirada artística que se refleja en la combinación y exploración de materiales diferentes y alternativos. Sentí una energía increíble, tienen una gran capacidad de cooperación y creatividad para superar las dificultades.
Por lo que conocí, hay propuestas de joyería, algunas ligadas más a la técnica tradicional, muchas otras piezas contemporáneas más relacionadas a lo artístico con una interesante variedad de materiales alternativos que en Portugal no es común ya que trabajamos más con metales.
Allá sí existen propuestas artísticas pero he visto que aquí se dispone de una oferta inmensa y esa opción por materiales distintos con manejos personales deriva en métodos o adaptaciones de técnicas que hacen a una propuesta individual muy singular.
Percibí que esa búsqueda de materiales tuvo que ver en muchos casos con la situación económica, porque la plata es cara; y sé que también se dio por una opción artística porque el material probado les permitió transmitir mejor lo que quisieron o quieren expresar; así muchos joyeros formados en técnicas han ido paulatinamente incorporando otros materiales, manejándolos de manera original hasta especializarse. Con todo, resultan muy creativos superando obstáculos y abriendo caminos impensados, por ejemplo, de la mano del textil, los plásticos y el papel. Aquí hay una joyería de arte contemporáneo muy buena.
En Portugal, aún en búsquedas más artísticas, se tiende a usar plata y oro de una forma distinta; el metal no es un problema. Pero como la joyería depende de lo que se quiera decir o crear, el material no es un impedimento sino un medio de expresión; no es con qué sino qué.
Es cierto que es incomparable la situación de Portugal y Argentina, pero en el contexto de Europa mi país está como al fin de la lista y nos vendría bien aprender a sacar ventaja de la crisis o de situaciones no muy favorables.
“Hay una comunidad grande de joyeros argentinos, con obras originales, coherentes a su identidad y con una personalidad fuerte… con una mirada artística que se refleja en la combinación y exploración de materiales diferentes y alternativos.”
_¿Proyectos?
_En este momento tengo la intención de seguir trabajando en Tincal, tratando de llevar todo el trabajo realizado hasta ahora más allá: un calendario regular de exposiciones y talleres, con énfasis en el Desafío. Eventualmente colaboraré con otras galerías para que puedan albergar esta exposición colectiva, como se dio este año. Paralelamente, seguiré trabajando en mi marca, desarrollando nuevas colecciones y colaborando con otras tiendas de Portugal y otros países.
También, podría ser ampliar el espacio para presentar más joyas, tal vez en uno directo a la calle y no en una galería, veremos…
Entrevista a Juliana García Bello
Apuntes | Notas
“El concepto es más innovador que la técnica”

Cuando hace diseño se siente más artista y cuando se asume como artista se percibe diseñadora. Aunque ese dilema resulta una equivalencia, Juliana García Bello admite que la balanza termina inclinándose hacia el arte.
Es más conocida como diseñadora que como joyera, pero desde chica le interesó la joyería. La estudió en Taller Eloi, donde hasta hoy participa de una clínica de obra que la llevó a exponer sus piezas en la reciente edición de Melting Point Valencia.
Curiosa por naturaleza, decidió enfocarse en el textil para poder investigar mejor y tener algún tipo de reflexión acerca de lo que hace. Y en lo que hace siempre hay una hebra y una aguja. Hizo suya la técnica de cestería selk’man, la del pueblo originario de la “isla” -como le gusta decir- a la que pertenece, Tierra del Fuego, y creó su propio método que aplica al cubrir objetos que se transforman en piezas de joyería contemporánea.
Austera, sustentable, reutiliza mucho material y prefiere que sus piezas salgan de una acción sencilla. Cree que “en conjunto se logran cosas mejores, como compartiendo conocimientos, promoviendo acciones cotidianas y reclamando otras más globales”.
Desde Arnhem, a 45 minutos de Amsterdam, cuenta por qué el tiempo dedicado a un objeto puede transformarlo en joya. Las piezas más grandes en las que trabaja y su decisión de regresar a la Argentina para seguir proyectando su obra.
_Se te conoce más como diseñadora de indumentaria que como joyera, sin embargo siempre estuviste relacionada con la joyería ¿Cuál fue tu intención con la joyería?
_Cuando terminé la carrera de Diseño de Indumentaria, al igual que ahora, siento que cuando hago diseño me siento más artista y cuando soy artista me siento diseñadora. A veces me dicen: pero vos sos diseñadora no artista, y me pregunto ¿cuál es la diferencia? Es que cuando hago cosas de diseño resultan tan chiquitas que al final termino haciendo una pieza accesorio. Siempre estoy ahí en el límite de un área u otra.
Toda la vida, me interesó la joyería. Creo que mi primer pinza me la regalaron a los 9 años y hacía lo que hace un montón de personas cuando son chicos: aritos con alambre doblados en curvitas y contracurvas que generan flores.
En 2013, para mi tesis de Diseño había hecho unas piezas tipo nido y como ya me inclinaba más hacia lo artístico decidí que eso podía transformarse en una pieza de joyería. Me di cuenta que esa pieza no era un textil en sí, aunque sus estrías eran parte de un textil, pero era un poco más grande, sin embargo no cubría tanto el cuerpo sino un pedazo…
Advertí que había un límite, que quería ver hacia dónde iba o extendía y me dije: voy a estudiar joyería. Siempre fui muy nerd para todo y al terminar la facultad me generó tal vacío que pensé ¿y ahora qué hago? Entonces, decidí estudiar joyería. Si bien al año siguiente de egresar me anoté en un posgrado, opté por joyería también, sobre todo, por la contención que me daba el taller al compartir el hacer y por la posibilidad de generar proyectos.
“Opté por joyería también, sobre todo, por la contención que me daba el taller al compartir el hacer y por la posibilidad de generar proyectos”.
_Estudiaste en Taller Eloi.
_Sí, arranqué en 2013 y estudié por dos años. Luego continué de manera intermitente, ya que reparto mi tiempo con el diseño de indumentaria. Soy de esas personas que necesita de dedicarse, no solo ir sin hacer porque si no pierdo el tiempo. Por eso, cada vez que voy a Eloi es porque estoy haciendo un proyecto que me demanda estar. Y fue en marzo del año pasado cuando fui a Argentina e hice un workshop con Gastón Rois, que Jimena Ríos me invitó a participar de manera online de la clínica de obra que lleva adelante.
Participé de ese taller de electroformado en un momento en el que venía cubriendo objetos. Desde hace tiempo que estoy trabajando con objetos viejos y me pareció que de alguna manera esa técnica tenía que ver con lo que quería hacer. Bueno, después como siempre, me terminó pasando que como todas las técnicas que se salen un poco del textil me parecen que no son para mí pero me gusta aprenderlas. No obstante, a partir de esa participación o invitación puse en común ese proyecto de cubrir objetos y sigo trabajando en eso.
Además de la conexión online, compartí una semana increíble en la que, entre paréntesis, hacía un año que no hablaba tanto en español y eso me generó una tranquilidad increíble, estar en la calle y saber qué está pasando todo el tiempo es muy reconfortante. En ese sentido, fue una experiencia de desconexión pero a la vez de conexión con algo de lo que más me gusta que es la joyería; y también de conexión por el acercamiento y el compartir con mis compañeras de la clínica.
“Todas las técnicas que se salen un poco del textil me parecen que no son para mí pero me gusta aprenderlas”.
Técnica propia
_¿Lo que hacés tiene que ver con la cestería o con el textil?
_Como soy muy curiosa y me gustan muchas cosas diferentes, en 2012 decidí que todo lo que iba a ser tenía que estar relacionado sólo con el textil, me impuse ese límite. Por momentos, lo que hago es cestería, como esos nidos que mencionaba hice en 2013.
Aprendí cestería con Margarita Maldonado, descendiente de los pueblos originarios de Tierra del Fuego, perteneciente a la cultura selk’man, con quien hice varios talleres y esa técnica quedó en mí. La técnica de cestería selk’man se parece mucho al punto festón, pero con una hebra de un pasto muy largo con la diferencia de que en el medio tiene un cabo de más. Y me enamoré de las cestería pero no soy selk’man. Entonces, si bien soy nacida y criada en la isla y me identifico con esa historia porque me la han transmitido, porque he caminado ese lugar al que pertenece, porque tengo amigos descendientes de selk’man, creo que es una técnica sagrada como para apropiármela. Por esto, comencé a generar técnicas propias a partir de esa técnica.
La primera cestería que hice fue simplemente para un tejido con ramas muy duras y busqué ese punto de flexión de la fibra, en el que otro puede pensar que es imposible de lograr porque puede quebrarse, un desafío complejo que pude lograr. Hago cestería todo el tiempo. Salgo a caminar por Arnhem, al borde del río Rin, al este de los Países Bajos, arrancó una rama y ya estoy haciendo algo como una pieza pequeña. Hice de todo, desde animales con hojas de palma de la casa de mi tía, es una técnica que me acompañó es lo mismo que el upcycling que está siempre presente en el hacer.
El anteaño pasado empecé a cubrir objetos con un hilo de lino súper resistente que encontré por acá y me recordó a la fibra de la cestería selk’man que también es muy resistente. Lo hice y repetí con esa fibra ultra mini mediante un punto que si bien tiene muchas similitudes con el selk’man, porque la acción para conseguirlo es la misma, no es igual porque está hecho con un hilo que requiere ser enhebrado con una aguja debido a que no puede hacerse con la mano simplemente. En fin, mi tejido deriva de una técnica de cestería ancestral propia del pueblo originario de mi isla natal; al estar hecho con un hilo no podría ser considerado como cestería.
“Decidí que todo lo que iba a ser tenía que estar relacionado sólo con el textil”.
_Estás cubriendo objetos con esta técnica derivada de la cestería selk’man, ¿por qué?
_Sí. Lo apliqué en la colección que llevé a Melting Point Valencia, se llama «Cuidar las memorias». Surgió cuando me mudé a Holanda con mi compañero, por entonces la familia de Alfred, un vecino que había fallecido, nos ofreció un montón de objetos, incluso casi toda la casa podría decirte: desde la máquina de coser, ropa, la plancha, agujas y, entre otras, un cajón tipográfico en los que tenía objetos raros como souvenirs, piedras, un masa de plastilina, de todo, era como una caja de recuerdos. La envolví, la traje a mi casa pero a los días uno de esos objetos se cayó y se rompió, y sentí que no había podido cuidarla… Pensé cómo repararlo sin que lo que hiciera no interfiriera en poder ver el objeto original, no quería usar un pegamento o costura. Y decidí hacerlo como lo haría una fueguina y, como tal, cubrí el objeto.
Es que de chica pertenecía el voluntariado de la Reserva Ecológica de Tierra del Fuego y hacíamos anillado de aves migratorias y también veíamos fósiles de la Patagonia. Me quedó ese recuerdo de que los objetos o tesoros a veces están en un lugar donde no se piensa que están; corrés una piedra y ahí hay una cosa mágica que viene de otro tiempo, otro mundo, por eso me nace proteger, cuidar, cubrir piezas u objetos cotidianos.
De esa manera, si alguien quiere ver ese objeto original no tiene más que cortar ese tejido. Y como prevención, como pensé que podían empezar a caer y romperse el resto de los objetos, los cubrí todos: otras piezas más portables, de bolsillo y hasta algunas de joyería que Alfred guardaba, como aros o un collar.
“Comencé a generar técnicas propias a partir de la técnica de cestería selk’man”.
_Estás cubriendo objetos con esta técnica derivada de la cestería selk’man, ¿por qué?
_Sí. Lo apliqué en la colección que llevé a Melting Point Valencia, se llama «Cuidar las memorias». Surgió cuando me mudé a Holanda con mi compañero, por entonces la familia de Alfred, un vecino que había fallecido, nos ofreció un montón de objetos, incluso casi toda la casa podría decirte: desde la máquina de coser, ropa, la plancha, agujas y, entre otras, un cajón tipográfico en los que tenía objetos raros como souvenirs, piedras, un masa de plastilina, de todo, era como una caja de recuerdos. La envolví, la traje a mi casa pero a los días uno de esos objetos se cayó y se rompió, y sentí que no había podido cuidarla… Pensé cómo repararlo sin que lo que hiciera no interfiriera en poder ver el objeto original, no quería usar un pegamento o costura. Y decidí hacerlo como lo haría una fueguina y, como tal, cubrí el objeto.
Es que de chica pertenecía el voluntariado de la Reserva Ecológica de Tierra del Fuego y hacíamos anillado de aves migratorias y también veíamos fósiles de la Patagonia. Me quedó ese recuerdo de que los objetos o tesoros a veces están en un lugar donde no se piensa que están; corrés una piedra y ahí hay una cosa mágica que viene de otro tiempo, otro mundo, por eso me nace proteger, cuidar, cubrir piezas u objetos cotidianos.
De esa manera, si alguien quiere ver ese objeto original no tiene más que cortar ese tejido. Y como prevención, como pensé que podían empezar a caer y romperse el resto de los objetos, los cubrí todos: otras piezas más portables, de bolsillo y hasta algunas de joyería que Alfred guardaba, como aros o un collar.
“Los objetos o tesoros a veces están en un lugar donde no se piensa que están”.
_¿Algunas piezas son de joyería y otras no?
_Desde hace tiempo advertí que una piedra o un amuleto también es una pieza de joyería. También, muchas piezas que en un inicio no son joyería luego se transforman en una pieza de joyería, como una piedra, un caracol. Alfred no lo guardó pensando que era una pieza de joyería la guardó porque era simplemente una piedra, aunque luego ese tesoro se transformó en joyería por el tiempo dedicado a cubrirlo. Por ejemplo, una de esas piezas, una piedra particularmente me acompañó durante un montón de viajes, porque la técnica de tejido para cubrirla lleva tanto tiempo que estuvo guardada en mi bolsillo hasta con la aguja; simplemente la sacaba, seguía cubriéndola un rato, la guardaba…, por eso siento que son todas piezas de joyería.
Algunas son piezas de joyería desde su origen, su esencia sigue siendo la misma y llegaron a mis manos como tal, no tuve que preguntarme cómo se ubica en el cuerpo; al aro podía haberlo prendido en el cuello de mi suéter pero seguiría siendo un pendiente por el registro que se tiene de este tipo de pieza, claro.
«Cuidar las memorias» incluye más de 60 piezas pero en Melting Point presenté cinco, esas que en su esencia eran piezas de joyería, porque creí que con ellas iba a resultar más clara la lectura de esas piezas. Es que es complejo entender que son piezas cubiertas, objetos de otra persona, que ahora forman parte de una colección de objetos… entendí que era mucha información por eso elegí mostrar esas piezas de joyería que Alfred guardó, que él pensaba que tenían una memoria en la joyería. Y las exhibí como invitada en «La belleza de la vida cotidiana», la muestra que curaron Rodrigo Acosta y Jimena Ríos.
“Desde hace tiempo advertí que una piedra o un amuleto también es una pieza de joyería. También, muchas piezas que en un inicio no son joyería luego se transforman en una pieza de joyería”.
_En general, ¿en las piezas de joyería que hacés también aplicás esa técnica derivada de la cestería?
_No, depende del proyecto. Cuando hago joyería o cualquier tipo de creación más artística trabajo con una técnica textil. Y ese límite, como mencionaba, lo marqué para poder tener una mejor investigación en el campo que trabajo y algún tipo de reflexión acerca de lo que hago. Y lo que hago es un tipo de cestería con hilo, con ramas.
Es que me interesan muchas cosas: las aves, los pueblos originarios, la antropología, la sociología, entre muchas cosas, pero me enfoqué en ser especialista en el textil. Ahora también estoy haciendo algunas piezas de joyería un poco más grandes que las muy pequeñas de «Cuidar las memorias», trabajo con prendas viejas y las cubro con una técnica parecida también derivada de la cestería que describí, varían un poco pero tienen un hilo conductor. Me gusta que algo de lo anterior que estaba haciendo siga conmigo porque siempre hay una reflexión que puedo continuar y sostener; me gusta repetirme porque genero una identidad; no hace falta estar haciendo cosas nuevas todo el tiempo porque finalmente soy esto.
No necesito hacerme la innovadora todo el tiempo sino que dentro de las posibilidades que tengo innovo y, a veces, el concepto es más innovador que la técnica, porque simplemente termino uniendo dos cosas que antes alguien no había unido y lo hago con una técnica ya usada; mi trabajo es muy artesanal por eso generalmente no hay mucha innovación; sí me repito mucho de manera intencional.
Con el tejido como eje
Respecto de otras obras, para responder a tu pregunta, recuerdo «Cascote abandonado», una serie que había cubierto con arcilla y luego con tela para después romperlas y así generaba piezas que resultaron una mezcla de materiales. Un trabajo de joyería que estaba en el borde de ser una obra performática.
Me gusta mucho jugar al límite o que el resultado esté al borde de ser o no ser algo que no se sabe cómo definirlo del todo. Creo que no definir, no definirme me da más apertura, al final podés jugar un poco más y eso me divierte.
Más que cestería, lo mío es el tejido y siempre me acompaña. Por momentos es más cestería por otros más el tejido en sí: cubro más con tejido, tejido sobre tejido; en mi trabajo, siempre hay una hebra y una aguja.
“Cuando hago joyería o cualquier tipo de creación más artística trabajo con una técnica textil”.
_¿Y tejidos metálicos?
_Nunca probé tejidos metálicos, quizás podría hacerlo, pero como soy un poco fundamentalista con lo que hago, siendo del Sur amo mucho la montaña y por eso me cuesta usar metal. Si lo uso es porque vienen de otras piezas, bronce de piezas que he guardado, por ejemplo; reutilizo mucho material; los pins derivan de otros pins.
La técnica la aprendí y me encanta. Sé muchas técnicas de joyería e indumentaria pero no las uso todas pero me sirven para entender cómo funcionan, cómo son los procesos y, sobre todo, me ayudan a desarrollar técnicas propias. En general, soy muy austera, me gusta que una pieza salga de una acción sencilla, sin tanta vuelta. Por eso, no probé con metal aún, porque siempre pienso qué tengo en casa y siempre es hilo, aguja y algo de tela; todo parte de algo de mi taller, de algo que estoy rodeada. Tal vez si estuviera más en Eloi me inspire y vuelva a soldar otra vez…
Sobre mi mesa encontré un aro de alpaca y me dije para qué voy a hacer uno si ya tengo. Arranco siempre de juntar junto muchas cosas y después veo que hago. Me gusta mucho la pieza única para la joyería, es algo que disfruto mucho, un lujo que no me permito tanto en indumentaria. Hago muy pocas piezas únicas en indumentaria, si bien por el textil terminan siendo únicas. En joyería, cada vez que cubro un objeto renace y cada vez lo hago de manera diferente porque parte de mi mano. Como mi forma de trabajar parte de mi mano, lo que hago cambia todo el tiempo; además, para no aburrirme hago pequeñas modificaciones en la técnica, así una pieza difiere de otra. La joyería me da más libertad jugar, me divierto más.
“Soy un poco fundamentalista con lo que hago, siendo del Sur amo mucho la montaña y por eso me cuesta usar metal”.
_¿Coleccionás muchas cosas?
_Junto muchas cosas no de todo, o sea, no junto cualquier cosa. Colecciono pequeños perros de porcelana, dedales, botones, piezas de joyería que encuentro tiradas en la calle, postales de montañas, patitos de bronce. Y con algunas de ellas se me ocurre hacer algo. Ahora estoy viendo qué hago con los perritos, como una pieza de joyería o una pieza más de arte no sé, algo que me dé ganas de hacer. Coleccionar me ayuda a visualizar objetos nuevos o a conectarme un poco con los objetos del pasado que me traen un montón de historias y me conectan conmigo, con mi historia y con otras que también me inspiran. Me gusta ver objetos que fueron de otras personas u objetos abandonados.
“Coleccionar me ayuda a visualizar objetos nuevos o a conectarme un poco con los objetos del pasado que me traen un montón de historias y me conectan conmigo, con mi historia y con otras que también me inspiran”.
_¿Tu eje siempre pasa por la reutilización creativa?
_Sí, eso es algo que me acompaña, que es parte de mi proceso creativo y que nace de mi familia. Esa creatividad se pone en marcha en cualquier tipo de cosa, desde cocinar o poner una planta en el patio o cerrar una cortina, todo se resuelve y se pone en práctica creativamente reutilizando cosas que ya no están en uso.
Me di cuenta que era parte de mi familia dar valor a eso que ya no está en uso. Yo lo hacía y pensaba que simplemente me había sido dado y no es algo heredado y es un gesto vital muy interesante que vale preservar. Es poder mirar con otros ojos cosas que quizás para algunos ya no tiene valor. Esa mirada familiar, resultado de pequeñas soluciones grabadas en la memoria, me moviliza a hacer. Poder pensar en todas las posibilidades de renacer algo me genera mucha apertura a nuevas cosas, a un nuevo universo.
Por ejemplo, los ganchitos metálicos que me sobraron de una cortina los convertí en ganchos con forma de patitos que pongo en algún mueble para colgar bolsas o trapo. Muchos me los ponderan o exclaman: qué lindo! y me encanta poder decirles que el patito sostenedor surgió de reutilizar un ganchito común y corriente con dos maniobras de despliegue; la tabla del escritorio de mi taller la rescaté de la basura; los lapiceros y contenedores están hechos con latas. Darle valor a cosas simples me encanta. Encontrar algo abre un mundo de posibilidades que surgen de observar que, en mi caso, es observar los materiales que tengo. Reutilizar es parte de mi forma de ser.
Ese conocimiento adquirido es el que me impulsó cuando empecé a hacer indumentaria en 2017, y lo mismo me pasó con la joyería. Cuando arranco, siempre comienzo con cero peso. Y puedo, por ejemplo, porque no hice más que pedirles a mis vecinos ropa en desuso; uno me regaló hilos, la máquina de coser de Alfred, entre otras. Ese hacer con poco, es un buen gesto para compartir con otros. No se necesitan tantas cosas u objetos como creatividad, la cual surge de observar el mundo o eso que tenemos.
“No se necesitan tantas cosas u objetos como creatividad, la cual surge de observar el mundo o eso que tenemos”.
_La creatividad no es poco.
_Es muchísimo, pero hay que tomarse el tiempo de observar. La creatividad se funda en la observación. Y en la escucha, por ejemplo, haber podido escuchar hablar de mi trabajo presentado en Melting Point me permitió disponer demás herramientas, palabras y reflexiones, y redescubrir métodos que los otros me ayudaron a rever. A veces te olvidás de lo que sos como resultado de cómo hacés. Y las observaciones y reflexiones sobre las obras te permiten poner en valor nuevamente lo que hacés, cómo rehacerlo, recrearlo o continuarlo.
Siempre pongo énfasis en que soy del Sur porque siento que es muy necesario para entender lo que hago: estuve 19 años viviendo una isla, me crié en una ciudad muy pequeña, y eso forma parte de mi identidad. Haberlo charlado con mis colegas en Melting y luego con mi compañero me hizo ver que mi forma de hacer es el resultado de lo que soy; mi hacer es inherente a lo que soy.
De ahí mi trabajo minucioso fruto de mi paciencia, de mi tiempo de meditación en lo que hago, de ejercicios que pueden tardar hasta un año, lo cual para otros más ansiosos es demasiado; vivir en una isla o aislada me llevó a ser más introspectiva. La internet de entonces me llegó a los 10 años; hablábamos por teléfono con mis abuelos y la familia del Norte tal vez cada quince días o un mes no todos los días como hoy. Había mucho más tiempo para hacer, pensar, meditar, para estar más tranquilos, nos veíamos con muchas menos personas, podía pasar toda una tarde mirando la playa juntar caracoles o piedras
“La creatividad se funda en la observación y en la escucha.”
_¿Regresás a la Argentina?
_Intento ir una vez al año pero a fines de éste me vuelvo a vivir al Sur. Estamos muy entusiasmados con volver a la isla, después de cuatro años en Holanda. Vinimos con mi compañero para participar de varios concursos, gané el Fashion Makes Sense Award, una competencia para jóvenes diseñadoras que trabajan en proyectos sostenibles, y también el Redress Design Award que supuso desarrollar una colección cápsula junto a The R Collective, una de las marcas de moda de upcycling más importante a nivel internacional.
Inicialmente iba a estudiar un máster y cuando fui al open day de la universidad de las artes me sorprendí porque mi título de la UBA tenía validez de máster por la cantidad de horas cátedra, ya que en general acá las carreras son de dos años y luego el máster; tenemos más años de academia y una mirada diferente acerca de lo que es el diseño.
Así que decidí a largo plazo estudiar en Argentina un doctorado no relacionado con la sustentabilidad o la moda sino con la antropología.
El Covid también nos obligó a quedarnos quietos aquí, a miles de kilómetros de la familia y los amigos en un lugar desconocido, fue difícil pero ya estábamos asentados en Arnhem, a 45 minutos de Amsterdam.
Ámsterdam es un lugar muy turístico con mucha gente, es una ciudad muy cara y para para vivir en esa sociedad uno tiene que dedicarle mucho tiempo al trabajo que no tiene ganas de hacer o para generar esa plata que es difícil de conseguir en Holanda, entonces preferimos un lugar un poco más pequeño para llegar con los gastos fijos ya que los dos trabajamos en el arte y es complejo vivir del arte. Arnhem es una ciudad que tiene un museo, una universidad de arte; está acá no más Bélgica, de Alemania y de Ámsterdam, claro; tiene un parque nacional dentro de la ciudad, de manera que te vas cinco cuadras y tenés un lugar donde sentarte y ver naturaleza, con vacas, ciervos y más, y nos conecta mucho. No es Buenos Aires tampoco Tierra del Fuego, es como vivir en Chascomús…
Pero por la distancia la inmediatez no es posible. Y nos interesa estar más cerca de la familia, compartir y plantar nuestro territorio y construir nuestros proyectos. Este es un momento para decidir dónde queremos estar, porque si seguimos avanzando acá después va a ser difícil moverse, mover estas máquinas de un lado para el otro, etc.… y si uno se afianza en un lugar es complejo desterrarse. Viví varias migraciones internas en Argentina y cuesta ir de un lado para otro.
Ya necesito tener el taller ubicado en un solo lugar y estar más cerca, por eso optamos por nuestra Tierra del Fuego. Estar en la isla nos conectará con lo que queremos para nuestra vida tranquila; la distancia es más posible a Buenos Aires, por ejemplo; acá todo es a miles de euros es una gran movida irse o ir y volver, porque cuando vas no todo está a tu disposición, es diferente cuando estás cerca en el cotidiano.
En nuestra experiencia, migrar tiene sus cosas positivas pero también negativas, somos migrantes y te consideran inmigrante aunque hables el idioma. Por eso ponemos en la balanza qué nos hace sentís mejor y qué peor, quizás desde el punto de vista económico es mejor estar acá, pero yo en Argentina igual vivía y trabajaba como profesora universitaria, fui muy privilegiada por tener trabajo del que podía vivir. Y sé que se puede en Argentina a pesar de las dificultades porque acá también tenés para juntar los euros para vivir todos los meses. Sé que en Argentina se está rasguñando las piedras para llegar a fin de mes pero, a veces, acá no tan distinto, muchos deciden meterse en producción metiendo productos en cajitas… eso no es lo mío. Tengo el privilegio de que en Argentina me quieren y yo también y podemos trabajar en conjunto en cosas que me son afines y eso acá cuesta un poco más.
En Holanda, la estructura de una empresa o de un artista es muy diferente; para los holandeses soy una artista no una diseñadora con una marca. Existen organizaciones que se encargan de alquilar ateliers, hay que acreditarlo con la inscripción en la cámara de comercio local y haber facturado como tal, entre otras condiciones; conseguimos un atelier con vidriera y casa, aún sin hablar el idioma, solo porque promueven la diversidad holandesa y ahí entramos. Por eso, en el centro de Arnhem, tenemos un espacio bastante grande con máquinas láser, mesa de corte y hasta probadores.
“Ya necesito tener el taller ubicado en un solo lugar y estar más cerca, por eso optamos por nuestra Tierra del Fuego. Estar en la isla nos conectará con lo que queremos para nuestra vida tranquila”.
_¿Te proponés proyectarte hacia la antropología y no a la sustentabilidad porque es difícil de sostener desde la moda, la joyería o en lo cotidiano?
_No, no es que no me quiera dedicar a la sustentabilidad. Es algo en lo que trabajo, pero es un camino que se recorre simplemente investigando, poniendo la mano en el hacer y trabajando, por eso no estudiaría algo más sobre sustentabilidad. Para eso prefiero meterme en una empresa de reciclado que voy a sacar mucho más info que yendo a una academia; podría tomar un curso de economía para entender la sustentabilidad… Para mi carrera profesional prefiero orientarme a la educación o la antropología que sí requieren de un espacio académico.
He ofrecido clases magistrales en algunas universidades y me doy cuenta que puedo hacer y demostrar una propuesta a partir de mi experiencia e investigación sin necesidad de la profundización académica de un máster. Me interesa la sustentabilidad desde el punto de vista práctico. Sueño con tener una fábrica de reciclado en el Sur, y me encantaría tener una escuela de diseño upcycling en la Patagonia.
Prefiero profundizar en la antropología, en determinados autores, como parte de un estudio me lleve más a leer.
“Me interesa la sustentabilidad desde el punto de vista práctico. Sueño con tener una fábrica de reciclado en el Sur, y me encantaría tener una escuela de diseño upcycling en la Patagonia”.
_De todos modos, así como en la reutilización artística que sostenés a diario con tu trabajo, ¿también ejercés la sustentabilidad en tu forma de vida?
_Sí, si, sin duda. Soy muy austera, no consumo absolutamente nada que no necesite en mi día a día. Intento trabajar todos los días de manera colectiva con todos los que me relaciono, comparto todo mi conocimiento; mis bitácoras están abiertas en la puerta de la ventana de mi casa.
Creo que las pequeñas acciones pueden hacer cosas grandes, pero se necesitan acciones políticas mucho más grandes, la sustentabilidad depende más de cambios a nivel global.
Acá, en Holanda me di cuenta que a veces uno se preocupa por una bolsa de basura mal tirada pero sin embargo hay fábricas que tiran millones de prendas y bolsas. Sí hace la diferencia pero en realidad la haría mucho más que el Estado le ponga los puntos a esas fábricas.
Soy una persona sustentable y, por lo que he visto, puedo afirmar que está dentro de la base de ser argentino: básicamente recuperamos la comida del día anterior, intentamos comer sano, generalmente cocinamos lo que comemos, no compramos una manzana envuelta en film en otro país; no tenemos la costumbre de ir al supermercado y comprar una bandeja de plástico con frutas cortadas o comidas elaboradas en Corea o en Pakistán y no les importa porque cuesta un euro; en general, tenemos una relación más cercana de los productos que consumimos; hasta la gente que piensa que no es sustentable en Argentina lo es mucho más que alguien que vive en Europa; quizás las crisis hicieron que el proceso de sustentabilidad de nuestro país vaya mucho más lento por las necesidades básicas insatisfechas de millones, pero tenemos hábitos y costumbres bastante más sanas que otros. Acá se requiere desaprender y, por suerte, en Argentina no aprendimos tanto algunas de estas cosas.
Yo tengo la ropa que uso de toda la vida, el suéter que me hizo mi madre, la remera que me regaló una vecina y me gusta llevarlas a en mi día a día; sostengo lo que pienso y digo con mi forma de ser.
Me gusta mi forma de ser, no quiero cambiarla porque siento que no me sumaría ser más consumista o formar parte de un capitalismo desmedido, sería más egoísta, no sería lo que soy.
“Intento pensar más en comunidad, en sociedad, y que en conjunto se logran cosas mejores, como compartiendo conocimientos, promoviendo acciones cotidianas y reclamando otras más globales”.
Conversaciones entre Agustina Ros y Jorge Manilla
Apuntes | Notas
“Decidimos involucrarnos en las técnicas del otro”

Jorge Manilla y Agustina Ros cuentan cómo se dió el proceso de desarrollo de «Interior-Exterior». Un trabajo de años que se fue presentando en etapas y evolucionando hasta lo que ellos llaman “Conversaciones truncadas”, vistas hasta hace unos días en Melting Point Valencia.
“Objetos con características escultóricas que no pierden su uso ni su relación con el cuerpo y se presentan en tipologías que podrían considerarse anillos o collares en el lenguaje de joyería convencional”.
Se trata de piezas hechas en vidrio borosilicato y aluminio vaciado en tierra, que son el resultado de una conversación entre ambos artistas, fruto de encuentros y reflexiones y, sobre todo, del acuerdo mutuo de involucrarse en las técnicas del otro, de vivir ese proceso y aprender juntos.
“Vivimos procesos, aprendimos y deconstruimos los conocimientos previos de técnicas, definiciones e interpretaciones, sin tener nunca la intención de llegar a una conclusión exacta, porque para nosotros esta conversación continúa y continuará”.
«Interior-Exterior» es una muestra de la obra colaborativa entre Agustina Ros y Jorge Manilla, resultado de una conversación entre ambos artistas, el fruto de encuentros y reflexiones, y, sobre todo, del acuerdo mutuo de involucrarse en las técnicas del otro, de vivir el proceso juntos, de aprender de ese proceso, “lo cual no fue fácil ya que vivimos en países diferentes –una en Barcelona, el otro en Gantes– y teníamos que ser muy humildes para aprender del otro”.
Una idea que creció en un proceso que avanzó en partes y que comenzó a revelarse hace años. En 2019 presentaron por primera vez una muestra de su colaboración. «Este proyecto está basado en una conversación entre artistas bajo el nombre «Interior-Exterior»«.
Se trató de una conversación que exploró la manera en cómo utilizaron la percepción y la interpretación, la cual “comenzó sólo con dos imágenes compartidas, sin más información, con silencios, pensamientos, representaciones y emociones que luego se expresaron en los resultados materiales”.
Parte I
Así, lo expusieron durante la semana de la Joyería de Atenas 2019. Entonces, los dos artistas discutieron sobre la definición de joyería a través de diferentes medios, y las ideas sobre interior/exterior teniendo diferentes perspectivas tanto emocional, física, material y conceptual, con el objetivo de redefinir los significados con respecto a su entendimiento sobre lo que consideran de la joyería hoy.
Con dibujos, objetos y algunas piezas terminadas construyeron un diálogo, que lejos de considerarla como una exposición de diálogo visual, fue una confrontación sin palabras, un laboratorio de imágenes y conceptos que generó preguntas a la audiencia y a ellos mismos.
Esa primera parte se dio en una mesa de una antigua librería en el centro de Atenas, en Grecia. “Un laboratorio visual donde lo prosaico y lo poético de las interpretaciones como artistas fueron materializadas; dibujos, vidrio, piel, madera y algunas pinturas fueron los resultados de ese diálogo silencioso. Una conversación real, donde seleccionamos los aspectos más relevantes para representarlos nuevamente en el siguiente proyecto en una secuencia de piezas más definidas. Como consecuencia, fueron presentados posteriormente en Barcelona en un contexto completamente diferente”.
Parte II
En una segunda parte, entonces, durante Joya Barcelona 2019, los artistas decidieron definir algunas de sus conclusiones del proyecto anterior y lo reinventaron en un contexto completamente diferente.
Se dió en un espacio expositivo más formal y establecido, en una galería, donde en paralelo invitaron a otros cuatro proyectos para exponer en diferentes áreas, bajo un proyecto común llamado «Sinergia».
Esa vez, se enfocaron en el aspecto expositivo y en cómo las piezas podían dialogar. Los diálogos y conversaciones que acontecieron en esta exposición les dieron la pauta de cómo iban a continuar con el proyecto: se cuestionaron directamente qué significaba la palabra colaboración, y cómo era empleada la definición en proyectos en conjunto.
Mostraron piezas en las que encontraron soluciones técnicas y visuales que rompieron sus propios preconceptos.
Integraron y tradujeron sus definiciones en piezas y desarrollaron un montaje que mostró un universo de pensamientos mimetizados de ambos artistas.
Colaboración y Proceso
Dando continuidad a la tercera parte del proyecto, reflexionaron sobre el tema colaboración. ¿Qué es colaborar entre artistas? ¿Qué aporta para el público y para los artistas una colaboración?
“Muchas veces se entiende como colaborar que cada quien realiza una parte del proyecto usando su expertise y especialidad, pero eso es lo que no queríamos hacer. De mutuo acuerdo decidimos involucrarnos en las técnicas del otro, vivir el proceso juntos, aprender de ese proceso”.
Organizando conversaciones en línea y encuentros presenciales en cada una de sus ciudades entendieron que no sólo es importante la práctica artística del otro, sino también el entorno y cómo este influye en la manera de pensar.
“Vivimos procesos, aprendimos y deconstruimos los conocimientos previos de técnicas, definiciones e interpretaciones, sin tener nunca la intención de llegar a una conclusión exacta, porque para nosotros esta conversación continúa y continuará. Por eso, estamos muy contentos de mostrar los resultados de esta última fase, durante Melting Point Valencia 2023”; destaca Jorge Manilla.
Parte III. Conversaciones truncadas
Ese diálogo continuó en los talleres de cada uno. Primero, Jorge Manilla visita a Agustina Ros en su taller de vidrio en Barcelona donde tiene su primera experiencia con esta técnica y durante cinco días juegan con los límites de la técnica de vidrio generando resultandos sorprendentes. Luego, Agustina Ros visita a Jorge Manilla unos meses después en Gante para continuar su diálogo en esta ciudad belga.
Los resultados, objetos con características escultóricas que no pierden su uso y relación al cuerpo en tipologías que podrían considerarse anillos o collares en el lenguaje de joyería convencional.
Esta serie exclusiva se mostró en Melting Point Valencia 2023, después de dos años de pandemia, diálogos a la distancia y posteriores cruces que los llevaron a revelar la consecuencia material de sus diálogos interminables.
Entrevista a Marina Molinelli Wells y Celina Saubidet
Apuntes | Notas
“Siempre estamos haciendo algo nuevo. Nos sobran ideas, nos falta tiempo”

Se empeñan en evitar que el hoy no pase a la memoria en el futuro, pero a sabiendas de que así será lo materializan, porque lo que ocurre, sobre todo, es el permanente daño que le causamos a la Tierra. Por eso se aferran a la naturaleza plasmándola de manera artística a través de huellas de seres vivos, la recrean en sus nuevos objetos de mesa, en sus clásicas joyas contemporáneas y en sensoriales e impactantes esculturas.
Lo último de Cabinet Óseo se estrenó el jueves último en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes, en pleno Barrio Parque. Sus hacedoras, Marina Molinelli Wells y Celina Saubidet cuentan cómo se dió el proceso de creación de «Memorias del futuro».
Se trata de una exhibición de joyas “amuletos para la preservación de las especies”, esculturas y objetos en una puesta en escena que incluye performances y homenajes, no solo a Victoria Ocampo, la dueña original de la casa donde exponen, sino de alguna manera al fundador de Volf, ya que intervienen al estilo Dalí una serie de cubiertos de los años 80.
Incluye obras site specific art, el lanzamiento de su prometedora línea home, una serie limitada de piezas contenedoras hechas con Paula Giecco de Finn Design y una nueva colección de joyería.
Un proyecto colaborativo que trabajaron durante más de tres años que ve hasta fines de mayo. Sus próximos pasos y la pretensión de internacionalizar Cabinet con la participación en ferias comerciales del exterior.
_¿Cómo surgió este proyecto?
Marina Molinelli Wells: _Surgió a partir de la muestra «Reinos»
cuando desde la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes nos convocaron para marzo 2020, pero ya sabemos que hasta se canceló la vida para muchos… sin embargo, de alguna manera, la pandemia nos jugó a favor porque esa invitación se suspendió y nos permitió tener tiempo para trabajar en un nuevo proyecto que al momento de la invitación no teníamos resuelto.
En ese tiempo pandémico la escena de la vida comenzó a centrarse en la casa, y como otras firmas empezamos a trabajar en una idea que teníamos hace tiempo: hacer objetos para el hogar.
Encerradas, ese inicio fue muy difícil porque era un universo que no conocíamos, pero finalmente lo logramos. Nosotras queríamos trabajar con cubiertos y, en particular, de acero inoxidable que es un material apto para llevar la comida a la boca. Comenzamos con cubiertos que adquirimos en los bazares del barrio de Boedo y empezamos a cortar para poder soldar con partes de piezas nuestras. Nos sentíamos un poco traicioneras por andar cortando y pegando cubiertos ajenos tal vez porque no parecía una práctica muy sostenible, pero era buena para probar nuestra idea no tanto una manera de desarrollar.
Y tuvimos mucha suerte porque la bartender Mona Gallosi nos recomendó y contactamos a Leandro Vainberg, bisnieto del fundador de Volf, Moisés Perel, quien nos ofreció un lote de cubiertos que tenía guardados en el depósito que había fabricado su abuelo y su papá como parte de la última tanda de producción en Argentina en década de los 80, que era renuente de vender porque tenía un valor especial, emocional, de manera que su donación fue gloriosa.
Así empezamos a usar estos cubiertos de época, que tienen otra escala, otro peso, otro valor, sobre los que cortamos y soldamos para piezas únicas, con diseño, en una cruza quimérica de Cabinet Óseo y Volf, una muestra de lo que se desarrolla y que exhibimos en «Memorias del futuro». Es un proyecto colaborativo con diversos artistas y artesanos para la terminación, como un pulidor de acero.
“«Memorias del futuro» es un proyecto colaborativo con diversos artistas y artesanos”.
_ ¿Tienen cierto estilo Dalí?
Celina Saubidet: _Lejos de compararnos con tremendo artista, sí son cubiertos surrealistas, con diseño, medio locos, una mezcla de objetos propios de los Locos Adams y The Crown, a la vez.
Van a hacer ofrecidos a pedido, para lo cual nos estamos reorganizando. Nos interesa tener control sobre la producción, y esta implica otro formato, otras maquinarias, otro know how, en particular, de las terminaciones, y está bueno trabajar para tenerlas en nuestras manos. Los detalles son importantes y hacen a la calidad de la pieza, y en eso estamos.
“Nos interesa tener control sobre la producción… Los detalles son importantes y hacen a la calidad de la pieza.”
_Además de las piezas del hogar, como los cubiertos, ¿qué otras hay?
M. M. W.: _Hay muchas esculturas en pequeño formato para la casa, objetos que pueden convivir en un living o sobre una mesa o arriba de un estante.
C. S.: _También presentamos fuentes y otros objetos antiguos provenientes de anticuarios o mercados de pulgas que intervenimos con elementos propios de Cabinet Óseo, como copias de seres de los reinos animal y vegetal, con las que hacemos piezas en metal que aplicamos en esos objetos con distintos procesos.
“Con copias de seres de los reinos animal y vegetal hacemos piezas en metal que aplicamos en esos objetos con distintos procesos.”
_La puesta es en la casa que Victoria Ocampo tenía en Barrio Parque, un lugar con mucha historia arquitectónica y literaria, declarado monumento histórico nacional el año pasado.
M. M. W.: _Sí, es en esta joya maravillosa, hoy sede del Fondo Nacional de las Artes, ubicada en Rufino de Elizalde 2831, donde usualmente no se ven muestras de artistas, por lo que fue todo un desafío. La planta baja es una especie de cubo blanco con luces, como el que estamos acostumbrados a ver, pero arriba se encuentra el primer piso de lo que fue la casa, el cual también intervenimos.
Es un recorrido que empieza en el jardín y terraza de la casa, donde se ven grandes esculturas inspiradas en líquenes y cochayuyos hechas con latas recicladas, siguen otras pegadas en las paredes del exterior, hall e interior de esa de galería más estándar, otras muy singulares con luz y sonido y, al subir al primer piso, es como si entraras a la casa. Es la primera vez que esta zona de la casa se interviene y allí instalamos una gran mesa lista con objetos y esos cubiertos puestos como en un banquete, el Banquete Óseo.
C. S.: _La mayoría de las obras son site specific art porque se instalan especialmente adaptadas para y en esa casa. Esta muestra se divide como en tres grandes temas.
Por un lado, está esa mesa puesta a partir de la mencionada colaboración de la firma Volf que está acompañada de una performance que simula una conversación epistolar que mantuvieron dos escritoras tan potentes como Virginia Woolf y Victoria Ocampo, la cual se estrenó durante la inauguración -el jueves último- y repetirá los fines de semana. Ambos personajes, representados por dos actrices en colaboración con dramaturgas, fueron vestidas por la diseñadora Nikole Tursi -especializada en sombreros y tocados, hoy cursa una beca de la Unesco en Londres, entidad que curiosamente tiene sede en la otra casa de Victoria Ocampo- inspirada en las esculturas que presentamos en «Memorias…».
Obras site specific art
Por otro lado, están esas esculturas de exterior hechas con latas de aluminio que son una emulación de líquenes y cochayuyos. Estas últimas son algas ricas en yodo que crecen en las piedras en el Pacífico Sur, de cuya forma me enamoré, y tienen como unos pelos que pueden llegar a medir hasta 15 metros de largo que se enraizan en las rocas, se mueven con el oleaje, son recogidos por los pescadores y terminan como ingrediente principal de la cocina chilena.
Cual recuperadoras urbanas juntamos latas de gaseosas y cervezas y las trabajamos con un grupo de adolescentes madres pertenecientes a la Fundación Kaleidos de Argentina que junto con Children Action acompañan a adolescentes madres y padres con derechos vulnerados y a sus hijas e hijos, a partir de un abordaje integral e interdisciplinario y alineado con sus derechos y género. Como parte de ese enfoque, las contratamos para realizar el proceso previo que había que hacerle a las latas para después poder utilizarlas como materia prima de las esculturas. Así procesamos las 4000 latas requeridas para hacer la obra.
M. M. W.: _Cabinet Óseo funciona como un ser de dos cabezas y muchas veces la propuesta de una no convence mucho pero nos bancamos. Si bien podíamos haberlo resuelto con un mayorista de aluminio, me pareció súper interesante la propuesta de Celi de sumar un trabajo colaborativo más, porque también de eso se trata nuestro proyecto y porque además la intervención de esas chicas mamás fue súper enriquecedora para nosotras al ver lo que disparó en ellas este trabajo manual y el tiempo de proceso que implica -en su generación del todo ya! y de la supremacía del celular- y, sobre todo, por la proyección laboral que de alguna manera se dio en algunas de ellas. Por esto, pensamos organizar una jornada para compartir las experiencias vividas en ese proceso de trabajo.
Además, se sabe que hay muchos oficios en extinción, como el de pulidor, por ejemplo; sin embargo, muchos creativos buscan equipos para realizar tareas sencillas en materiales para preparar materias primas, como lo que hicimos con las latas; hay una posibilidad de bolsa de trabajo que podría abrirse. Por esto, quedó latente la inquietud de continuar de alguna manera.
“Trabajamos con un grupo de adolescentes madres… para realizar el proceso previo que había que hacerle a las latas para después poder utilizarlas como materia prima de las esculturas. Así procesamos 4000 latas”.
_¿Cuál es el tercer espacio?
C. S.: _El tercer espacio es el instalado en la entrada, en una de las paredes contiguas a la emblemática escalera. Es un mural realizado con 800 piezas de huellas de seres vivos sobre arcilla, hecho también con colaboración de un grupo de adolescentes, con la intención de sacarlo del “estado de pantalla” y para acercarlo al tiempo de hacer con la materia…. De esta manera, Cabinet Óseo se extiende y abarca a muchos otras personas que colaboraron para que fueran posibles las obras que presentamos hoy.
Se suman unas esculturas similares a las del tipo filigranas de «Reinos», de mayor tamaño, hechas en acero inoxidable, que se presentan en tres instalaciones con proyecciones de videos, con sonidos y luces que juegan con sus sombras y hasta tienen un aroma especial, todo en un ambiente muy sensorial.
Una propuesta con tres instancias, bastante diferentes, que hablan de la naturaleza: de cómo es importante darnos cuenta que nosotros formamos parte de ella y que somos responsables del cuidado; conscientes de que hay seres que pueden extinguirse si no hacemos algo para cuidar el planeta… En la naturaleza todo es colectivo, por eso tenemos que apuntar a lo colectivo para la transformación, y trabajar en equipo, promover y generar un trabajo colaborativo es imprescindible.
Es que este es un proyecto megalómano, a lo grande, que implicó mucha mano de obra o mucho trabajo colaborativo, como decíamos, con un costado romántico, si se quiere, que supuso de dar y darnos una nueva oportunidad a reutilizar un material, con un resultado espectacular.
“En la naturaleza todo es colectivo, por eso tenemos que apuntar a lo colectivo para la transformación, y trabajar en equipo, promover y generar un trabajo colaborativo es imprescindible”
_¿Qué técnicas aplican en estas obras?
C. S.: _En la obra a partir de latas de aluminio -en la cual no se distingue que se usaron latas-, el proceso consistió en coser el aluminio al calor de un soplete, se cortaron los bordes para obtener como folios o módulos que se usaron de una manera para la representación de los líquenes y de otra para los cochayuyos. Para realizarlos creamos un montón de herramientas para estrujarlos, en un caso, y unos rodillos para rayar esa chapa con el fin de obtener un efecto de plegado, en el caso de los cochayuyos. Un trabajo artesanal que rondó entre el de un sastre y un joyero, y que implicó, entre otras, forrar una estructura; todo en una labor que supuso mucha precisión.
En los cubiertos aplicamos las mismas técnicas de corte y soldadura habituales pero en vez de con gas lo hicimos con oxígeno que es más preciso y durable para el acero inoxidable.
A esto se suma una sala en la planta baja en la que se exhibirá el clásico corazón Cabinet en resina verde, en un gran tamaño y transiluminado, como un guiño a la campaña del pañuelo verde popularizado en 2018 a la que nos sumamos y también es una clara referencia a la madre naturaleza a su corazón o cuerpo que es necesario proteger desde un punto de vista verde o sustentable, en una puesta con multiplicidad de conceptos e interpretaciones.
“Creamos un montón de herramientas… Un trabajo artesanal que rondó entre el de un sastre y un joyero… una labor que supuso mucha precisión; en los cubiertos aplicamos técnicas de corte y soldadura oxígeno.”
_¿Hay nuevas piezas de joyería contemporánea?
C. S.: _En el mismo ambiente donde está la mesa hay un mueble intervenido con joyas contemporáneas a las que llamamos: amuletos para la preservación de las especies. Son copias fieles de distintos elementos encontrados en la naturaleza y buscados particularmente, como una semilla de tipa, un cráneo de ratón, una tenaza de cangrejo y un caracol, entre otros, para colgantes.
Proyecto colaborativo
Asimismo, estamos presentando otra colaboración con Paula Gieco, de Finn, que se ve en un mueble que pretendimos sea como un dressoire de Victoria Ocampo, con tres elementos simbólicos que la caracterizaron: un estuche de anteojos hecho acrílico por Paula más un aplique de Cabinet Óseo, un joyero también en acrílico Finn con los herrajes de apertura de Cabinet y una cigarrera realizada de igual modo con los mismos aportes.
Un trabajo pensado y definido entre las tres, en el que cada una hizo su propuesta, como un sistema de herraje, una bisagra sencilla que permitió desplegar no solo abrir y cerrar, que sumó y mucho.
M. M. W.: _Es un mix de piezas de joyería propia y otras. La intención es recrear ese espíritu ecléctico de Victoria Ocampo que en esa casa supo fundar la revista Sur y reunir a distintas personas protagonistas del ámbito cultural de entonces. De igual modo tratamos de relacionarlos con artistas, una vestuarista, joyera, un pulidor especializado, artesanas potenciales, diseñadores de alfombras -porque también incluimos obras de El Espartano-. El leit motiv de la muestra es el trabajo colaborativo.
Además de los contenedores hechos en conjunto con Finn, en un claro homenaje al lugar de Victoria que hoy nos recibe, hay piezas de joyería nuevas.
Son piezas amuletos para la conservación de especies, como destacaba Celi. Por ejemplo, una suerte de cofrecito en forma de bellota ahora con la cantidad de giro necesaria, una flor de ceibo, la tipa o esa semilla que gira cual helicóptero cuando cae, un dije cabeza de ratón y otro con huesos del pie humano, una pinza de cangrejo; en fin un poco de todas las especies. Se suman anillos, algunos utilizando estas mismas piezas; una gargantilla nueva con cuentas de algarrobas y de espárragos, y mucho más.
“Lo nuevo son joyas contemporáneas a las que llamamos: amuletos para la preservación de las especies… el leit motiv de la muestra es el trabajo colaborativo”.
_¿Seguirán trabajando en la línea hogar y sumando piezas de joyería?
M. M. W.: _Este año pretendemos retomar el proyecto de internacionalizar la marca. Por eso aspiramos a poder participar del salón Maison & Object, con una mesa similar a la que presentamos ahora en la Casa de la Cultura del Fondo, con nuestros cubiertos, pinchos, bombillas y mates, entre otros, junto con una colección de piezas de joyería y objetos intervenidos.
“Este año pretendemos retomar el proyecto de internacionalizar la marca.”
_¿Por qué «Memorias del futuro»?
M. M. W.: _Es un juego de palabras porque si bien mostramos nuestro presente, cuando decimos «Memorias del futuro» también evocamos la idea de que las cosas que hoy están, posiblemente se transformen y pasen a la memoria en un futuro próximo. Esto se dió con las huellas fósiles o de más de la mitad de los corales de los océanos que están muertos desde hace 30 o 50 años, lo cual es algo que no se habla. Es decir, estamos hablando de todas esas cosas que trataremos de evitar que lleguen a ser memoria en un futuro.
Un poco de todo esto es esta muestra, resumida en ese título que, por un lado, hace referencia al presente y, por otro, al futuro porque quiere ser un llamado a ser conscientes de que todo lo que estamos haciendo ahora y que venimos haciendo los últimos 50 años tiene un nivel de daño tal en la naturaleza, que si no empezamos a cambiar la actitud va a empeorar, va a ser un gran desastre mucho más pronto de lo que nos imaginamos.
«Memorias…» durará un mes y tenemos la ilusión de que como «Reinos» dure más… Es que no se imaginan lo que hicimos en esta casa, es un espacio con mucho potencial, que puede visitarse hasta el 28 de mayo, de jueves a domingos de 14 a 19, con entrada gratuita. Habrá activaciones los domingos de este mes: la performance de las actrices que señalamos, otra musical de Axel Krygier -que vimos el último domingo-; la participación de integrantes del coro del Teatro Colón; una jornada de lectura de cuentos de autores que publicaron en la revista Sur y otros, y hasta un músico que “hace cantar a las plantas” mediante un dispositivo que convierte los biorritmos de las plantas en sonidos musicales.
Se trata de Javier Medialdea que este sábado, a las 16, realizará una experiencia sonora en base a señales bio eléctricas entregadas por plantas y sintetizadas en tiempo real por instrumentos. Será una experiencia de improvisación a partir de la información que brinden las plantas seleccionadas en ese momento.
“Evocamos la idea de que las cosas que hoy están, posiblemente se transformen y pasen a la memoria en un futuro próximo… Estamos hablando de todas esas cosas que trataremos de evitar que lleguen a ser memoria en un futuro.”
_Un proyecto que les llevó años.
M. M. W.: _Sí, porque como mencionábamos arrancamos a poco de «Reinos». Pero siempre estamos haciendo algo nuevo, tenemos un montón de piezas creadas, decenas de cubiertos y piezas para servir de la línea home que estrenamos ahora y que las venimos pergeñando hace rato. Presentamos aproximadamente una docena de joyas. Nos sobran ideas sólo que no nos alcanza el tiempo. No paramos de idear y proyectar. Siempre estamos en un plan nuevo, aunque no sepamos cómo y dónde mostrarlo, porque siempre estas muestras y puestas en escena comunican, definen y terminan de resolver la obra.
“Siempre estamos haciendo algo nuevo, tenemos un montón de piezas creadas, decenas de cubiertos y piezas para servir de la línea home que estrenamos ahora y que las venimos pergeñando hace rato. Presentamos aproximadamente una docena de joyas. Nos sobran ideas sólo que no nos alcanza el tiempo. No paramos de idear y proyectar.”
_¿El próximo?
C. S.: _Tenemos mucho por hacer con «Memorias…» todavía, porque veremos en qué deriva o a qué nos lleva. Y sin duda, a continuación, seguiremos haciendo crecer a Cabinet Óseo. En particular, reiteramos, pretendemos hacer expandir la firma en el exterior.
Joyería contemporánea con Sello de Buen Diseño
Apuntes | Notas
Joyería contemporánea conSello de Buen Diseño

Nueva edición del Sello del Buen Diseño que se estrena este jueves en el Centro Cultural Kirchner, con entrada libre y gratuita.
Entre las propuestas creativas distinguidas, se vuelve a destacar la joyería contemporánea con trabajos de Capisano, Ampara textil, Maison Domecq, Bárbara D’Ambra Designer y más.
Se dieron a conocer los elegidos de la 11ª edición del Sello de Buen Diseño argentino, la distinción oficial que otorga la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo del Ministerio de Economía de la Nación a los productos de la industria nacional que se destacan “por su innovación, por su apuesta a la producción local, su posicionamiento en el mercado y por su calidad de diseño”.
Una propuesta producida por pymes argentinas con productos para Industrias & Transporte, Mobiliario & Equipamiento, Hogar, Oficina & Recreación, Indumentaria, Calzados & Accesorios y Comunicación Estratégica.
Esta marca de Buen Diseño, que pretende reforzar la identidad creativa argentina y “comunica el esfuerzo por lograr una producción nacional de calidad que entienda a la mejora continua como el camino para lograr la excelencia. Asimismo, busca premiar avances y desarrollos significativos. Innovación, identidad y calidad son los atributos que representan al SBD”, destacan desde la organización.
En el rubro accesorios, se incluyen propuestas de joyería contemporánea con diversos trabajos originales.
Estímulo al diseño
Por tercera vez Cecilia Capisano valida su trabajo creativo ante el Sello de Buen Diseño desarrollando piezas de joyería y objetos que merecieron ser destacados “por permitirme ser más sensible, menos morfológica y más plástica que formal o geométrica. No se trata de una propuesta estética sino que entiendo que el disparador conceptual fue importante a la hora de valorar el trabajo”, explica la joyera contemporánea y diseñadora gráfica.
Resalta que le interesaba certificar su línea Gaudí que, como su nombre lo indica, está inspirada en la etapa naturalista y ornamental del arquitecto español. Fue consecuencia de su enamoramiento de la obra de este modernista catalán durante su paso por Joya Barcelona en 2014, cuando expuso por primera vez su obra en el ámbito internacional.
Consiste en una serie de gargantillas y aros de líneas curvadas, con buen contrapunto entre vacíos y bordes orgánicos, muy plásticos hechos en bronce con baños en plata sulfurada, oro 24 y plata.
Otros de sus trabajos puestos en valor fue su serie Vertientes, que surge como reflejo de los diferentes estados anímicos que estuvieron presentes en la pandemia, “siempre emociones optimistas o placenteras a pesar de todo, con las que siempre me vinculo. Es un trabajo introspectivo que alude a los que pudieron salir o reencontrarse, a los que nacieron en ese período, y también es una suerte de homenaje que vibra por lo que le pasó al otro. Soy muy sensible y sea cual fuere el sentimiento me conmuevo, por eso juego con la lágrima que está al borde de la caída según la cantidad de material que cae”.
Es que se trata de un original y funcional objeto, una metáfora de una joya-alhajero, resultado de una búsqueda que materializó emociones que “desbordan en bases de cerámica como si fueran lágrimas de metal”.
Esta propuesta artística se presenta en originales despojadores de cerámica, soportes sobre los que descansan dijes de bronce amorfos no menos orgánicos, que encastran perfectamente. Están hechos en cerámica esmaltada y bizcochada y cada dije está realizado en bronce pulido al espejo “que sugiero grabar -y es bien aceptado- con una fecha o nombre y se lleva con un hilo delgado casi invisible”, describe.
La creativa señala que participar del SBD es “siempre una motivación porque supone una edición, puesta y difusión muy cuidada que impulsa a crear, superarse y cumplir con ciertos objetivos estándares, te estimula a optimizar diseños y a cerrar proyectos. Siempre con una idea y un material originalmente bien manipulado. En mi caso, mi trabajo juega entre el arte y el diseño, con una propuesta conceptual.
«El Sello tiene una buenísima curaduría que te conecta en una vidriera única, te lleva a establecer relaciones comerciales y te permite un intercambio creativo enriquecedor”.
Propuestas contemporáneas
Otra de las que repite con éxito es la diseñadora industrial Mayte Ossorio Domecq por su suprareciclado e impacto visual. Esta vez, mostró una nueva línea de accesorios realizada con remanentes de calzado de seguridad, cuya forma oval permitió a partir del escalado generar el diseño y la resistencia necesaria para su funcionalidad y durabilidad.
Ampara joyería textil, de Lilia Breyter y Silvia Roldán, fue destacada Puna Cobre. Una línea de collares y pulseras que enlaza comunidades con tejedoras de Jujuy, Neuquén y Buenos Aires. Con una mirada contemporánea, le dieron valor a los textiles andinos con el fin de generar interés en la cultura y geografía de donde provienen.
Estas piezas fusionan materiales suaves con texturados y metálicos como el tejido de cobre, a través de distintas técnicas que involucran diversos telares con una elaboración manual.
Bárbara D’Ambra volvió a presentar la continuidad de su trabajo Insinuaciones. Se trata de una línea de joyería contemporánea que se inicia “en el ejercicio Autorretrato, un trabajo universitario de la materia Accesorios de la entonces cátedra Kweitel- Kohon (FADU-UBA) 2017. Desde esa exploración surge el proyecto de piezas artesanales a partir del corian, superficie sólida de las placas descartadas de la fabricación de mobiliario, reconvertido en piezas de diseño.
De Eugenia Katz junto con Santiago García Aramburu y Morena Lallana fue distinguida la colección América, que surge de la recuperación y resignificación de piezas antiguas. “En este caso un prendedor metálico antiguo de mapamundi, guardado entre recuerdos familiares, fue el disparador de los primeros prototipos metálicos para luego realizar un molde de goma de alta temperatura y las respectivas ceras que mediante el proceso de fundición de cera perdida para aros, collar y pulsera hechos en bronce y plata 925”.
Con buen diseño
La diseñadora industrial Beatriz Palacio fue seleccionada por su línea Topographic, que hace referencia a las diferentes representaciones de la superficie terrestre. Está compuesta por aros y collares reversibles realizados en acrílico y chapa y se llevan con cadena de bronce. Cada pieza es cortada digitalmente y ensamblada a mano, generando un proceso productivo industrial y manual particular.
Carolina De Bassi fue elegida por Matrices, una colección de accesorios artesanales hechos con rezagos industriales de cuero provenientes de la producción de carteras y bolsos. Su objetivo fue resignificar los descartes a través del diseño como herramienta de transformación. Su desarrollo morfológico se dio por las posibilidades que ofrecen los recortes disponibles trabajados a través del plegado y la unión. Señala que estéticamente se remite a las curvas del art decó y al espacio cóncavo del útero.
La diseñadora textil Sofía Moranchel presentó la colección Mineral de su firma Lanaria, creada como resultado de una exploración sobre los límites físicos del hilo de seda, su resistencia al ser sometido a una fuerza de torsión máxima que antecede al momento del desgarro. Son piezas únicas, numeradas, con cadenas de acero quirúrgico y pasantes de plata en los aros.
Los diseñadores industriales Esteban Lapidus y Martín Schvartzman fueron señalados por varios anillos de Loreto Rings: Piedra Alternativa reversiona el concepto de piedras preciosas e incorpora materiales no tradicionales como la madera, el mármol de carrara reconstruido, el concreto y el oro. Rústico Disruptivo combina madera y cemento cohesionados por una aleación con titanio. Y Terrazzo incluye desarrollos de piedras con modelado 3D, resina de color y cemento.
Y en esta singular selección del SBD se incluyó también el collar Diana de Titania, la marca de Romina Coletta, una pieza sin género y liviana, realizada con materiales textiles que combinan técnicas de plisado que exploran el uso del color y las estampas.
Estas piezas y muchas más pueden verse en el Centro Cultural Kirchner hasta el próximo domingo 16, con entrada libre y gratuita.
Entrevista a Mabel Pena
Apuntes | Notas
“Trato de generar conciencia resignificando el material para transmitir un mensaje”

Es la única latinoamericana elegida por la Loewe Foundation Craft Prize para la muestra que mes próximo expondrá en The Noguchi Museum, en Brooklyn.
Mabel Pena es otra de las maestras referentes de la joyería local. Escenógrafa, vestuarista, fotógrafa y también joyera especializada en la técnica de la cera perdida y, sobre todo, en la recuperación de bolsas arrojadas al Delta para convertirlas en piezas únicas.
Su interés por reciclar la llevó a manipular polietileno, que transforma sometiéndolo a determinados tratamientos con base en el calor. Hoy suma otras materialidades como el cemento y la resina y, a largo plazo, proyecta innovar con residuos tecnológicos, sonidos y hasta luces. “Me gusta cambiar, soy más ecléctica, procuro reunir o conciliar materiales y proyectos diversos”, dice.
Cómo es «Humedales», la colección con que fue distinguida. El remo, las experiencias que la inspiran y su fascinación por el río. Las clases que desde hace 20 años ofrece en su taller Km. 0 y los proyectos en los que trabaja en forma simultánea.
_Trabajaste mucho como vestuarista y escenógrafa.
_Sí muchísimo. Empecé estudiando en la escuela técnica Fernando Fader con orientación en Diseño de Artesanías Aplicadas a la Industria, donde comencé joyería en el Taller de Metales. Por eso, la elección de mi trabajo dentro del rubro artesanías por parte de Fundación Loewe me conmueve porque me remite a mis comienzos en artesanías aplicadas; esa selección es como cerrar o coronar esa vuelta que me permitió la vida.
Luego de la Fader empecé a estudiar escenografía en la Escuela de Gastón Breyer, seguí con Saulo Benavente y continué con Graciela Galán. Trabajé en varias obras, como “Boda Blanca” también haciendo la utilería en todo tipo de objetos. Participé del movimiento de resistencia cultural “Danza Abierta” y en la ópera “Manon”, entre otras. Después me desempeñé sola como escenógrafa en cine, pero el teatro fue lo más, me encanta porque es más abarcativo, todas las artes se unen y complementan.
“La elección de mi trabajo dentro del rubro artesanías por parte de Fundación Loewe me conmueve porque me remite a mis comienzos en artesanías aplicadas.”
_¿Qué habilidades artísticas o mirada te dieron la escenografía y el vestuario que hoy aplicás?
_El manejo del espacio y lo aplico a la joyería. Planteo la joya como un espacio de arte, como un territorio por ocupar y me interesa que pueda verse desde distintos puntos de vista, lo cual puede generar diferentes formas, tal como se da en el teatro que hacés una apuesta de luces, como la vital o la lateral, que dan lugar a diferentes formas. En un ensayo de teatro, por ejemplo, tanto el escenógrafo como el vestuarista están en los detalles y observan la puesta desde distintos lugares. Esto lo aplico también a la fotografía, ya que apunto y me paro con el lente desde distintos punto de vista, y esas imágenes inspiradoras terminan plasmándose de alguna manera en la joyería.
Así, la joya no es un plano en el que trabajo sino que obviamente supone más dimensiones. De esta manera, la joya pasa a ser un ámbito escénico que trabajo desde lo visual. Y como en el teatro, en la joyería ese ámbito escénico es un proyecto conceptual no una simple decoración; en ambas disciplinas se maneja la luz y el color según una idea o concepto.
“Planteo la joya como un espacio de arte, como un territorio por ocupar.”
_¿La joyería fue un desprendimiento de tu trabajo como escenógrafa?
_Después de mucho hacer teatro, mientras en paralelo hacía diversos talleres, como de vidrio, sentí que el teatro ya era muy inestable para mí porque estaba trabajando en tres obras a la vez, por ejemplo, y después tenía un silencio o parate de tres meses…
Entonces como había hecho Grabado quise volver al metal y busqué a Aschian Sarquis, con quien estudié muchos años. Un gran maestro que siempre recibió mis propuestas, mis ideas no tan tradicionales, mis dibujos y me orientó y capacitó muchísimo. Luego estudié con el maestro orfebre Alfredo Garavaglia con quien me especialicé en la técnica de la cera perdida y eso me abrió un universo creativo buenísimo; y ya no solo creo con metal sino también madera, acrílico y plásticos desechados. Con todo este bagaje hoy trabajo los espacios, el volumen y las texturas.
“Ya no solo creo con metal sino también madera, acrílico y plásticos desechados. Con todo este bagaje hoy trabajo los espacios, el volumen y las texturas.”
Decisión por reciclar
_¿Cómo se dió ese pase del metal a los plásticos y por qué?
_Primero empecé a trabajar con la plata, luego en cobre porque me interesaba incorporar color a través de sus oxidaciones, seguí con acrílicos y maderas, como mencionaba; siempre fue metal y algo más.
A los plásticos llegué por la decisión de reciclar materiales y tienen la interesante característica que se transforman y no lo podés manejar hasta que te das cuenta cómo da o cuáles son las posibilidades que ofrece sometiéndolo a determinados tratamientos, como el calor. Estos procesos son muy cautivantes porque generan un movimiento interesantísimo y, según su densidad o elementos que lo componen, resultan de diferentes maneras; una cosa es el PET, otra el polietileno y distinto es también el polipropileno.
Trabajé mucho con las tapitas de gaseosas y bebidas que la Fundación Garraham procesa en pellets o confites de 5mm e hice una colección trabajada con calor.
En general, uso bolsas de polietileno y ahora con filamentos termoplásticos 3D, algunos están hechos con elementos naturales como almidón de maíz o raíces, entre otras. Pero comúnmente utilizo bolsas de polietileno que lamentablemente se siguen haciendo y que terminan, entre otros lugares, el lecho del río, se observan cuando baja el agua y las saco cuando voy remando por el Delta; es impresionante la cantidad que se tira. También busco bolsas de colores que entregan al comprar comida. Voy juntando para recuperar y transformar.
Con esto se puede hacer un montón, es sabido que rellenado botellas con bolsas y plástico se pueden hacer ladrillos que sirven para la construcción. Y la joyería es otra una gran alternativa.
Me manejo con el color de las bolsas recuperadas aunque no dejo de indagar cómo darles un tono como lo hago con los filamentos 3D, que según necesito tiño con tinturas al alcohol en un proceso pictórico que lleva bastante tiempo.
“A los plásticos llegué por la decisión de reciclar materiales y tienen la interesante característica que se transforman.”
_Así generás tramas, nuevos textiles.
_Sí, en este caso para representar los arrecifes de los humedales. Ahora estoy haciendo foco en las ramas a partir de bolsas tratadas, que desmecho, genero hilos y también diversas formas con apariencia de papel.
Son tramas que voy dibujando con calor y lo paso a tres dimensiones. Hago un bastante trabajo de campo a partir de la fotografía y la contemplación, para ir al detalle de lo mucho que encuentro y observo en el Tigre cuando por ejemplo brota la humedad y salen unos hongos tremendos. Mi entorno o ámbito escenográfico es el Delta, a partir del cual construyo.
Me gusta profundizar en el detalle y llevarlo a otra escala, a una escala mayor y de paso me doy el gusto que en teatro me complicaba por la logística. No obstante, también pasé a la joyería, como muchos, por una cuestión de escala. En joyería, con poco puedes hacer mucho. Con tres herramientas hacés una pieza, aunque reconozco mi debilidad por estar bien equipada.
Y en ese hacer, sigo con metales, más bien retomé bastante en este tiempo, en mix con filamentos plásticos, también con resina, rafia natural y cemento que simula las piedras de las estacadas que se instalan a la vera del río en Tigre para contenerlo. Con el cemento, creo piedras para una composición de esas orillas ribereñas en las que estoy indagando a partir de fotografías, para reflejar ese urbano que entra en el río con sus connotaciones positivas y negativas. Hay piezas que muestran el humedal virgen, frondoso y con color, y otros descoloridos, pálido, de aspecto seco por el paso destructor del hombre.
En este proyecto sumo piedras, resina, filamentos plásticos y metal. Lo que más me gusta de la joyería contemporánea es la variedad de materiales con que puedo trabajar.
_¿Qué te llevó a este tema?
_Estar en el río me fue llevando a un trabajo que busca llamar la atención sobre la necesidad de cuidar el medioambiente en el que vivimos. Me encanta estar en el Delta y remar en el río; el cambio de paisaje que se da cuando estoy navegando por allí es espectacular, aunque lamentablemente la sequía está causando estragos en la zona.
Me encanta también la ciudad en la que vivo, pero también me gusta el contraste de los fines de semana en la naturaleza casi salvaje. Y quise llevar ese paisaje a mi obra de manera más conceptual. Mi trabajo siempre fue bastante orgánico, ahora quizás me llegó el momento de que sea más reflexivo.
Del encantamiento inicial con el metal y las posibilidades visuales que ofrece, después de muchos años de trabajo y de probar diversas materialidades con distintos propósitos, hoy me interesa que mis piezas tengan un mensaje claro. Por eso, decidí comenzar a indagar en el Delta que tanto me atrae y surgió la colección que llevaba su nombre. Ahora profundizo en los humedales en una investigación que también derivó una colección del mismo nombre. Es un ecosistema muy castigado por la mano del hombre, que interviene destruyéndolo con incendios, por ejemplo; esto también trato de reflejarlo con la incorporación de otros colores más encendidos, valga la alusión. De esta manera, convierto mi preocupación en ocuparme de transmitir mi mensaje de alerta, si se quiere, un llamado de atención a través de la joyería. Si bien hay otra consciencia y muchos grupos y organizaciones luchan por preservar y cuidar, también hay muchas manos interesadas dañinas que no frenan ni se las frena. El desmonte y la intervención de los humedales es un tema de actualidad que debiera estar más en agenda y resolverse. Es precisa la tan vapuleada Ley de humedales que preserve el Delta, entre otras medidas.
Basta con ver lo que pasa con el río Corriente, en la provincia de Corrientes, que está casi seco, en el que los animales corren desesperados en la poca agua que hay, también huyendo de los incendios, y donde también mueren miles y miles de peces, o el cauce del río Miriñay atravesado por terraplenes arroceros que lo terminan por secar. Un deterioro que se acelera, si bien con las redes sociales estamos más informados y es tan evidente que estamos más atentos, hay que dar un paso más porque es un espanto.
Toma de consciencia
Desde mi lugar trato de generar conciencia resignificando material de desecho para transmitir un mensaje a través de una pieza de joyería, en un proceso que se completa con el sujeto portante que adhiere al mensaje.
Estoy muy interesada en seguir transitando este camino y continuar con ente trabajo sumando puntos de vista, como con las estacadas que de alguna manera muestran como el cemento de la ciudad se instala en la naturaleza del río o del Delta y viceversa cómo plantas autóctonas de los humedales ya son moneda corriente en locales de venta en la ciudad, y este es un ida y vuelta interesante que invita a seguir reflexionando e indagando.
Y me gusta mucho expresarme a través de piezas, como los collares que me encantan porque tengo más espacio así como los broches que se consideran los objetos más neutros, susceptibles de ser usados en cualquier parte no solo en las convencionales.
Como verás mi obra no es minimalista sino todo lo contrario, para mí más es más y la exuberancia de la naturaleza suma aún más a este concepto; tal vez soy minimalista al vestir, porque tal vez es una opción inconsciente que me permite lucir más las piezas de joyería contemporánea.
De alguna manera, la joyería es un paliativo que contribuye a una toma de conciencia para cuidar el medio ambiente. Y esta premisa se establece de manera directa: quien lleva puesta una pieza del tipo que describía o con un mensaje como el que planteaba lo apoya claramente sea donde fuere o donde esté, la bajada es muy directa y la llegada es total, es una vidriera móvil muy interesante, que me interesa aprovechar, sobre todo, con este mensaje.
No es que la joyería contemporánea debe dar un mensaje, es como la indumentaria o cualquier otro lenguaje no es obligatorio, pero para mí está bueno que se plantee, y busco dar ese mensaje a través de mis piezas.
“Quise llevar ese paisaje a mi obra de manera más conceptual. Mi trabajo siempre fue bastante orgánico, ahora quizás me llegó el momento de que sea más reflexivo.”
_Te gusta navegar.
_Me encanta navegar en bote de madera remo por el Delta. Si bien no soy deportista, me fascinan las experiencias por eso además de esta práctica también hice buceo. Mi bautismo fue en Playa Girón y resultó alucinante, entré caminando y comencé a sumergirme en un mundo fantástico, que revelé a través de la fotografía que también me gusta mucho como ya dije. Los colores que descubrí, las texturas a que me llevaron, el movimiento sugerente, las características del fondo marino y el atractivo de los peces hicieron que se convirtiera en una experiencia extraordinaria. Y a esto se sumó, para no variar, la mano del hombre con un barco hundido oxidado invadido por la fauna y flora marina impresionantes. Si esto fuera todo sería pasable, pero como sabemos hay más que contamina, como una red de cables submarinos que alimentan internet, además de las tremendas islas de plásticos movibles, a los que se suma la goma de miles de ojotas, mucho telgopor y otros desechos turísticos. Un mundo increíble. Y aunque tenemos más información de lo que pasa, reitero, de lo que hacemos y de las consecuencias de nuestros actos, no paramos.
“Intento no dar ninguna relevancia al material o a una técnica determinada, solo trato de adaptar cada material a la narrativa y al discurso del momento.”
Experiencias creativas
_¿Esa conexión, no obstante, tiene un lado positivo por la mayor interrelación de los actores o protagonistas de la joyería contemporánea?
_Sin duda y eso está bueno. Por eso, ir a Nueva York a la presentación de la muestra de los artistas artesanos seleccionados por la Fundación Loewe, del 17 de mayo al 18 de junio, es una oportunidad de ver, conocer y relacionarme con propuestas que se generan en distintos lugares del mundo: Japón, Francia, Estados Unidos, Nigeria, China, Corea, Australia, España, Dinamarca, Reino Unido, India, Bélgica y honrada de ser la única de Latinoamérica. Hay varios proyectos asiáticos y me entusiasma ver su trabajo porque tienen un manejo del tiempo de la técnica impresionante; imagino que no tienen esa ansiedad de terminar sus piezas por eso resultan con una perfección sorprendente, por eso querría verlo y corroborarlo.
Y estoy armando una agenda con otras propuestas que espero sea una apertura de nuevos caminos interesantes.
“Resulté una de las 30 artistas finalistas seccionadas por la Fundación Loewe. Fue una sorpresa, ya me siento premiada al ser finalista.”
_¿Qué presentaste en Loewe Foundation Craft Prize?
_Resulté una de las 30 artistas finalistas seccionadas por la Fundación Loewe para la muestra se inaugura el 16 de mayo en The Noguchi Museum, en Brooklyn. Fue una sorpresa, ya me siento premiada al ser finalista; lo tomo como un premio también a la trayectoria, al uso de técnicas que resultan de un proceso en el que pretendo innovar.
Es una pieza de la colección «Humedales» que explora la relación del ser humano con la naturaleza y me interesó destacar la importancia vital de preservar ecosistemas especializados. La cree a partir de bolsas de polietileno recicladas, manipuladas de diferentes maneras para crear diversas texturas.
Se trata de una representación escenográfica de los humedales no solo del Delta argentino sino de América Latina en general, que juegan un papel importante en el mantenimiento de la biodiversidad y la gestión de inundaciones y se están interviniendo de manera dañina. Este collar documenta la lucha por sobrevivir al impacto humano.
“La colección «Humedales» es una representación escenográfica que explora la relación del ser humano con la naturaleza.”
_¿Proyectos?
_Ya en lo local, tengo prevista mi participación en la muestra por los 40 años de Democracia, y también proyecto presentarme en «ADN», la convocatoria de Alliages.
A partir de la propuesta de «Sepan Cuantos», el proyecto de los artistas mexicanos Ofelia Murrieta y Andrés Fonseca por el aniversario de esa colección de la Editorial Porrúa, surgió otra línea de trabajo en papel a partir de páginas de un libro de Gabriela Mistral intervenido.
He trabajado mucho en papel, me gusta mucho la cartapesta. Esta convocatoria me entusiasma, porque me gusta cambiar, soy más ecléctica, procuro reunir o conciliar materiales y proyectos diversos. Me siento cómoda llevando adelante distintas líneas de trabajo.
A mis clásicos de metal y plástico, sumo el cemento, como mencioné, cemento con resina, y estoy volviendo al metal. Y tengo en carpeta muchos otros materiales para investigar, como los residuos tecnológicos, y también me interesa trabajar en la incorporación de sonido o de luz en las piezas, pero para esto tendré que sumar ayuda. Me dedico a full, no paro de indagar y comparto mis investigaciones a través de las clases que doy en mi taller Km 0 desde hace 20 años, en una fundación de salud mental y online en el Museo Hernández.
“Me gusta cambiar, soy más ecléctica, procuro reunir o conciliar materiales y proyectos diversos. Me siento cómoda llevando adelante distintas líneas de trabajo.”
_¿Esa ayuda implica un trabajo interdisciplinario?
_Sí, y me permitiría fusionar el arte y la tecnología, en una suma de conocimientos que me parece súper interesante. Es un proyecto a largo plazo. Me interesan los proyectos de este tipo y también los temáticos o trabajar a partir de una consigna, porque me recuerda al teatro, a trabajar como en una obra en particular y cambiar o variar a otra, según un guión, si se quiere, o un concepto; así una obra no es igual a otra y puedo sumar en favor de la joyería y la creatividad, es un estímulo constante.