Entrevista a Ana Pina
Apuntes | Notas
“La joyería de arte tiene que alcanzar a otro tipo de público”

Como muchas otras u otros arquitectos, buscó dar rienda suelta a su interés artístico y optó por la joyería que siempre le gustó tanto como el dibujo. Formada en técnicas tradicionales en un país más metalero prefiere la plata para crear piezas minimalistas, geométricas y abstractas.
La artista portuguesa Ana Pina pasó por Buenos Aires, para participar del evento gubernamental Mercado de Industrias Culturales Argentinas. Habló de su experiencia joyera, su propuesta como galerista, su proyecto en el laboratorio Tincal y del éxito de su concurso ya de alcance internacional, que en días dará a conocer quiénes expondrán en el próximo, referido al tema Viajes.
Su obsesión por sensibilizar y llegar a un público más amplio fuera del círculo joyero, difundir e informar sobre el proceso y las obras de joyería de arte contemporáneo, y su mirada sobre la joyería argentina.
_Elegiste la joyería después de haber ejercido arquitectura.
_Estudié arquitectura y trabajé en un estudio durante cinco años y siempre me gustó diseñar. Mi pasión inicial siempre fue la pintura, me fascinaban las actividades más artísticas y, como muchas, desde chica me la pasaba jugando con cuentas.
Me interesaba poder construir una pieza y manejar el proceso, y esto es algo que le pasa a muchos arquitectos que terminan por optar por la joyería. Entonces, tomé la decisión de profundizar en el tema. Cuando todavía estaba trabajando como arquitecta, me inscribí en un curso corto en Contacto Directo en Oporto, la entonces escuela de joyería de Filomeno Pereira de Sousa. Y al querer trabajar más seriamente en joyería continué con un curso profesional en la Escola Engenho e Arte hasta 2012. Ya ese año lancé mi marca, Ana Pina, y comencé a dedicarme exclusivamente.
Posteriormente complementé esta formación con talleres de corta duración, siendo los más importantes los de cera perdida con el profesor José Pereira, modelado en cera con Susana Teixeira, porcelana aplicada a la joyería con Trinidad Contreras y diseño de joyería modular con Luis Acosta.
Quería principalmente aprender las técnicas de la joyería para tener herramientas para poder hacer mis propias piezas y terminé por crear esa marca para poder presentarla y, además, tuve la oportunidad de participar de diversas ferias y locales. En un principio, mi trabajo se centró en piezas en plata y esto resultó ser mi fuerte.
Di los primeros pasos para abrirme y no concentrarme en un trabajo de taller solitario, porque el contacto con otros colegas es y fue muy enriquecedor. Esta necesidad de comunidad fue la previa de la fundación de Tincal lab.
“Me interesaba poder construir una pieza y manejar el proceso, y esto es algo que le pasa a muchos arquitectos que terminan por optar por la joyería”.
_¿Qué de esa disciplina aplicás de la joyería?
_Gran parte de mi experiencia en arquitectura se refleja en mi trabajo de joyería, aunque sea indirectamente. A veces es realmente la fuente de mi inspiración, pero casi siempre influye en mi forma de desarrollar el proceso creativo, organizar mis pensamientos y crear colecciones. En particular, se refleja en las líneas minimalistas, geométricas y abstractas de las piezas o en las nociones de medida y proporción.
“Gran parte de mi experiencia en arquitectura se refleja en mi trabajo de joyería… en las líneas minimalistas, geométricas y abstractas de las piezas o en las nociones de medida y proporción.”
_Previamente te dedicaste también al dibujo y la ilustración.
_Desde que era joven supe iba a estudiar arte y mi pasión artística siempre fue la pintura. Sin embargo, cuando llegó el momento de elegir la carrera de educación superior mi lado racional pesó más y opté por la arquitectura. Durante la cursada, al mismo tiempo, dibujé mucho y durante un tiempo incluso vendí algunos dibujos originales y productos ilustrados, pero nunca lo consideré como un trabajo formal.
Después de cinco años de trabajar en un estudio de arquitectura, mi lado más creativo empezó frustrarse por pasar más de ocho horas al día haciendo dibujos técnicos en un ordenador y, al principio por pura curiosidad, como mencioné, decidí apuntarme al taller de iniciación a la joyería. En parte porque siempre me gustó la joyería como consumidora y, sobre todo, porque quería aprender más sobre el proceso. Gradualmente la joyería fue ocupando cada vez más espacio en mi vida y el dibujo pasó a un segundo plano. Por supuesto, lo sigo utilizando como herramienta durante el proceso creativo de joyas.
Como siempre me gustó diseñar, dibujar e ilustrar, tenía muchos dibujos más bien orgánicos, un mundo totalmente diferente a mi formación. Hoy combino diseño y joyería, como una serie de aros pendientes pintados sobre papel combinados con acrílico.
Entre la arquitectura y mi joyería hay muchos puntos en común: no solo en cuanto a las formas que se plasman en las piezas sino también en el proceso creativo.
Un proceso que siempre me lleva a la serie, lo cual no supone copias a partir de un molde sino como variantes de una pieza original que buscan ampliar y enriquecer la propuesta. Cuando imagino una joya no pienso en una sola sino en sus distintas posibilidades de formas, por eso integran una colección de piezas, tal vez más anillos y aros, de simples a más complejos, combinables o intercambiables, lo cual permite un sinfín de alternativas.
También recurro a las propuestas arquitectónicas de edificios, como las piezas exclusivas que creé según las sinuosas líneas del Museu de Arte, Arquitetura e Tecnologia de Lisboa (MAAT); fue un trabajo inspirador con el que me sentí muy cómoda y advertí que ese era mi camino. Se trata del anillo «Horizon Line», que fue desarrollado en el contexto de una iniciativa conjunta entre el MAAT y la Associação de Ourivesaria e Relojoaria de Portugal (AORP) en 2019. Entonces, nueve diseñadores fueron seleccionados para presentar una pieza exclusiva inspirada en ese museo, la cual fue vendida en la tienda del museo.
“Cuando imagino una joya no pienso en una sola sino en sus distintas posibilidades de formas… de simples a más complejos, combinables o intercambiables, lo cual permite un sinfín de alternativas”.
_¿Cómo es tu proceso creativo?
_Es un proceso muy mental que comienza por materializarse en dibujos, siempre es una idea que se dispara o lleva a diseñar, en general, a partir de un esquema. Esos bocetos esquemáticos me ayudan a definir formas, medidas, graduación, pesos y proporciones geométricas. Las piezas finales toman forma en el banco de joyero a través de la experimentación; a menudo nacen variantes de unas pocas piezas que se multiplican durante el desarrollo de la colección de manera informal e impredecible.
Busco un estilo minimalista con mucha personalidad. Me gusta jugar con piezas que combinan entre sí, con la abstracción de formas, articulaciones y diferencias de escala. Pienso más en colecciones que en piezas únicas, series que van desde el elemento más simple hasta la composición más compleja, como si fueran letras que forman palabras en un texto más grande.
“Es un proceso muy mental que comienza por materializarse en dibujos, siempre es una idea que se dispara o lleva a diseñar, en general, a partir de un esquema… que me ayuda a definir formas, medidas, graduación, pesos y proporciones geométricas”.
Minimalista y geométrica
_¿Preferís los metales?
_Sí, sobre todo metales por mi formación basada en las técnicas convencionales. Prefiero la plata pero también he trabajado en bronce, tal vez con formas un poco más orgánicas, con el paso previo de la cera que luego se funde. En algunas series limitadas combino metal, como la plata, con otros materiales, como arcilla que luego pinto con acrílico.
Por otra parte, por ejemplo, para la colección inspirada en el centenario de la Bauhaus, creé piezas edición limitada en plata y cuero reutilizado, que juega con el color y la relación entre líneas, planos y la tridimensionalidad de la geometría. Fueron especialmente realizadas para una exposición en el laboratorio Tincal en el año del centenario de la escuela alemana.
Además, desarrollé piezas relacionando la joyería y la pintura, las que formaron parte de la colección «Figurae»: una línea de aros pendientes geométricos en plata y pasta de modelar pintada con acrílico; los pendientes se presentaron junto con su diseño abstracto.
En general, como señalé, me manejo con las técnicas convencionales aplicadas a propuestas contemporáneas buscando soluciones técnicas lo más simples posibles, intentando una expresión más sutil. Como estas piezas que llevo puestas, que son parte de «Duo Collection», una colaboración artística que fue hecha en 2020 con Telma Olivera, arquitecta y joyera autora de Wek, en la que desde dos formas distintas creamos joyas de líneas geométricas, fuertes y contemporáneas. Trabajamos dos materiales diferentes, como la plata y los impresos en tecnología 3D (PLA) en varios colores; el elemento plateado se separa de la base permitiendo cambiar de color y lograr las combinaciones que se deseen.
“Me manejo con las técnicas tradicionales aplicadas a propuestas contemporáneas, buscando soluciones técnicas lo más simples posibles, intentando una expresión más sutil”.
_¿La movida joyera de Portugal tiene una identidad propia? ¿Cuál es?
_Portugal tiene una gran tradición en joyería con, por ejemplo, la técnica de la filigrana. Pero hay una nueva generación de joyeros contemporáneos con mucho potencial, algunos con un enfoque más artístico, pero este número no es muy significativo y el trabajo que desarrollan aún no es muy visible para el público ni tiene gran demanda de compradores y coleccionistas. Es que el público sigue siendo conservador y muy apegado a la joyería más convencional en la que el material determina el valor de la pieza.
Existen pocos los sitios donde es posible comprar o ver exposiciones de joyería contemporánea artística. En Oporto, Tincal lab es prácticamente el único espacio con un programa regular y frecuente de exposiciones con autores nacionales e internacionales de joyería contemporánea artística. Hay otras galerías, pero principalmente en Lisboa.
También contamos con el impulso de dos asociaciones vinculadas a la joyería: Associação de Ourivesaria e Relojoaria de Portugal, más vinculada a la industria; y PIN, la única asociación portuguesa de joyería contemporánea, responsable de la Bienal de Joalharia Contemporânea de Lisboa que tuvo su primera edición en 2021.
“Tincal lab es prácticamente el único espacio con un programa regular y frecuente de exposiciones con autores nacionales e internacionales de joyería contemporánea artística”.
_¿El nombre Tincal alude al mineral también llamado bórax?
_Sí, es el que se usa para retardar la aparición del óxido en el metal que entra en contacto con el calor de la fundición, como la plata 925 que habitualmente se utiliza en Portugal; es que si se oxida es más difícil la soldadura, por eso es muy usado. Y elegimos ese nombre por ser un elemento de uso habitual y conocido por los joyeros, porque de alguna manera nos identifica.
“Elegimos el nombre Tincal porque alude a un elemento de uso habitual y conocido por los joyeros, porque de alguna manera nos identifica”.
_¿El objetivo del laboratorio fue generar un lugar donde pueda circular la joyería?
_Tincal lab surgió inicialmente de mi necesidad de tener un espacio de trabajo fuera de casa, donde comencé estableciendo mi primer taller mientras cursaba. Este laboratorio abrió sus puertas en 2015 en un segundo piso en Rua de Cedofeita, en el centro de Oporto. El objetivo era tener un espacio de trabajo sustentable permitiendo que otros autores trabajasen en una gran oficina compartida. Quería un lugar de difusión de la joyería contemporánea que aunara trabajo técnico y experimentación, exposición y venta, y también quería que fuera un punto de encuentro entre compañeros y un espacio de conexión entre el público y los joyeros. Una gran oportunidad para mostrar joyería contemporánea, ya que hasta ese entonces no existía un espacio de ese tipo.
“Quería un lugar de difusión de la joyería contemporánea que aunara trabajo técnico y experimentación, exposición y venta, y también quería que fuera un lugar de encuentro entre compañeros y un espacio de conexión entre el público y los joyeros”
Laboratorio en crecimiento
Cuando Tincal lab se mudó al Centro Comercial Bombarda, a fines de 2018, ganó más visibilidad, porque se convirtió en un espacio más abierto al público. CCBombarda es una galería comercial alternativa en lo que llamamos quarteirão das artes en Oporto, por el protagonismo de las galerías de arte en la zona desde la primera década de los años 2000.
De a poco fui invitando a colegas a participar en diversas exposiciones temáticas, que en un principio eran portugueses y, con el tiempo gracias a la difusión del Desafío, se fueron sumando de otros países; ahora la relación se revirtió y reunimos a un número importante de creativos internacionales.
Es que esta ubicación nos permitió tener un escaparate con cierta visibilidad, por lo que podemos mostrar piezas de otros autores con mayor regularidad en una galería mural donde cada dos meses se presenta una nueva exposición individual o colectiva. Además de las exposiciones temporales, mantenemos alrededor de 20 a 25 autores en la tienda de forma más permanente. La mayoría también están disponibles en la tienda online.
Entre los autores actualmente están: Gabriela Marcos y Rocío Britos de Argentina; Anna Vlahos de Australia; Rita Martínez de Costa Rica; Samuel Coraux de Francia; Silvia Valz de Alemania; Amálgama, Llunante y Valeria Rossini de Alemania Cristina Celis de México; Karen Gillis de Países Bajos; Marcin Boguslaw de Polonia; Ana Iturri y Montse Basora de España.
Y hay muchos de los exponentes portugueses, entre los que me cuento junto con Olga Marques, Ana Azevedo, Inês Sobreira, María Benedita, Susana Barbosa y Joyería Possante.
Esta es una propuesta que llevo adelante con Olga Marques. Como decía, la idea original era crear un taller de joyería compartido, aprovechando la maquinaria y el espacio para alquilar bancos de trabajo; iniciativa que se abandonó desde que nos mudamos a este otro espacio. Es que Olga alquilaba un puesto durante el período inicial y cuando cambiamos de ubicación empezamos a trabajar juntas en el taller todos los días para que el público pueda ver dónde y cómo se crean las joyas.
Como Tincal lab fue capaz de recibir pequeños grupos de trabajo, varios joyeros se interesaron en talleres para cubrir su necesidad de formación en diversas técnicas, materiales y procesos. Desde entonces organizamos talleres con temas puntuales y de corta duración, que se realizan de tres a cuatro veces al año durante los fines de semana con propuestas de joyeros especialistas en técnicas específicas.
Los talleres realizados más destacados fueron: Resinas, a cargo de Susana Barbosa; Técnica japonesa de cera mitsuro para textura hikime, por Calixto Sánchez; Electroformado, Gastón Rois; Porcelana blanca, Celia Lostrego; Diseño modular, Luis Acosta; Porcelana con papel, Trinidad Contreras; Modelación en cera, Lyra Lin, y Fundición de huesos de choco y Granulado, ambos dictados por Gustavo Paradiso.
“Cuando cambiamos de ubicación empezamos a trabajar en el taller todos los días para que el público pueda ver dónde y cómo se crean las joyas”.
_¿A la par surgió la idea de hacer el Desafío?
_El desafío conocido como Tincal Lab Challenge se convirtió en un evento anual que se repite anualmente con diversos temas. Ahora estamos lanzando Viajes, Jewelry and Travel, cuyo llamado acaba de cerrar, cada vez con más convocatoria.
Es una iniciativa anual que tuvo su primera edición en 2015. Comienza con una convocatoria abierta a joyeros de todo el mundo y da como resultado una exposición colectiva que pretende inspirar a los artistas y sensibilizar al público sobre la joyería contemporánea, mostrando calidad y diversidad.
Esta convocatoria resulta un evento internacional para la exhibición y venta de joyas. La inauguración tiene lugar en el laboratorio cada noviembre, en coincidencia con las inauguraciones simultáneas que se dan en Miguel Bombarda y está acompañada de un catálogo. En cada edición, se entrega el Premio Selección del Jurado y dos Premios Selección del Público (presencial y votación online), que consisten en una exposición que se realiza durante el año siguiente.
Actualmente, el jurado está trabajando en el proceso de selección. Se recibieron casi 350 presentaciones de autores de todo el mundo, el número más alto hasta el momento. Ochenta joyeros serán seleccionados para integrar la exposición que se inaugurará el 11 de noviembre. Sus nombres se conocerán a partir del próximo viernes 21.
“Tincal Lab Challenge es una exposición colectiva que pretende inspirar a los artistas y sensibilizar al público sobre la joyería contemporánea, mostrando calidad y diversidad.”
_¿Cómo plantean los temas del Desafío?
_Los temas del Desafío surgen por el interés de crear algo inspirador. Arrancó con 30 participantes invitados y ahora estamos en más de 300 interesados, como destaqué. El jurado selecciona por sus antecedentes, luego se presentan piezas con personalidad, de calidad, coherentes, con un perfil artístico y un precio máximo para darle valor a la obra, la cual ofrecemos en una exposición y venta.
El año pasado contamos con la participación de 14 artistas joyeros argentinos y la última ganadora fue Lara Solia Barenboim, que hoy nos acompaña como jurado. Con todo, nos interesa llegar a esa persona curiosa, a sensibilizar y desmitificar la joyería como pieza inaccesible o desconocida. No solo pretendemos llegar por el precio accesible, aunque solo se vende un 20 por ciento de lo que se oferta, sino que también nos proponemos sumar conocimiento porque muchos se interesan para entender qué significa o cómo se hizo una joya.
Los temas tratados fueron arquitectura, cine, música, literatura, naturaleza, tecnología, anatomía y ahora viajes, como dije. Buscamos temas generales, amplios para no limitar propuestas.
Por otra parte, tenemos relación con artistas joyeros como el argentino Luis Acosta, residente en Países Bajos, que por lo menos una vez al año nos acerca su propuesta de curaduría que muchas veces incluye latinoamericanos.
“Nos interesa llegar a esa persona curiosa, a sensibilizar y desmitificar la joyería como pieza inaccesible o desconocida”
Necesidad de apertura
_¿A la joyería le cuesta abrirse?
_Sí, puede ser porque el público no está muy sensibilizado, insisto, no conoce o no usa piezas contemporáneas y/o artísticas. Pero es un fenómeno que pasa en otros ámbitos también: en eventos de arquitectura, hay más arquitectos; en exposiciones de arte, más artistas, lo mismo en fotografía y otras áreas; es común, hay que saltar el cerco y llegar más allá. La joyería de arte tiene sus años y sin embargo se mueve en un mismo círculo que está bien y es lógico, pero tiene que poder alcanzar a otro tipo de público.
“(A la joyería le cuesta abrirse) porque el público no está muy sensibilizado, insisto, no conoce o no usa piezas contemporáneas y/o artísticas. Pero es un fenómeno que pasa en otros ámbitos también.”
_¿Tincal Lab Challenge se convertirá en una muestra itinerante?
_Recientemente, la exposición Tincal lab Challenge viajó por primera vez, por invitación de la joyera y curadora Lena Lindahl de Gotemburgo, ciudad que fue nombrada por la Unesco como Ciudad de la Literatura; además de ser parte del Desafío, Lena Lindahl organizó en mayo último una exposición que vincula Joyería y Poesía, en la Galería Lerverk, por lo que decidió invitar a Tincal lab para exhibir, al mismo tiempo, la muestra de Joyería y Literatura.
Hay otras posibilidades de llevar esa misma expo a otros lugares este año, una de ellas podría ser la Semana de la Joyería Rumana.
_¿Qué te pareció MICA?
_Mi experiencia fue sumamente enriquecedora. Ya conocía el trabajo de varios joyeros argentinos por su participación en el Desafío, a otros a través del colectivo Joyeros Argentinos y por la Escuela Eloi de Jimena Ríos, también a través de las redes en línea, pero fue un placer tener la oportunidad de conocerlos en persona, ver sus trabajos en vivo, conocer sus espacios de trabajo en encuentros que resultaron un intercambio interesante. El trabajo local tiene algunos puntos en común pero es bastante diferente al portugués.
Venir me permitió entrar en contacto con la increíble ciudad de Buenos Aires y la cultura argentina en general, además porque MICA es un evento que involucra diferentes áreas creativas.
La experiencia de las intensas ruedas de negocios fue completamente nueva para mí y me permitió conocer a muchos autores con obras muy diversas de manera eficiente y en poco tiempo.
También por primera vez tuve la oportunidad de compartir mi camino y experiencia en la charla: “El reto de trabajar en joyería contemporánea” y fui muy bien recibida, tanto por la organización como por compañeros joyeros con quienes tuve la oportunidad de interactuar.
Creo que Joyeros Argentinos -asociación a la que debo mi presencia en el MICA- hace un gran trabajo en la promoción de la joyería contemporánea argentina y espero que de aquí en más surjan nuevas oportunidades de colaboración.
“Fue un placer tener la oportunidad de conocer a los joyeros argentinos en persona, ver sus trabajos en vivo, conocer sus espacios de trabajo en encuentros que resultaron un intercambio interesante.”
_¿Cuál es tu opinión de la joyería contemporánea argentina?
_Me parece que hay una comunidad grande de joyeros argentinos, con obras originales, coherentes a su identidad y con una personalidad fuerte. Noté un gran respeto por la cultura argentina, una conexión con la tradición y la voluntad de reinterpretarla de manera contemporánea. Hay una mirada artística que se refleja en la combinación y exploración de materiales diferentes y alternativos. Sentí una energía increíble, tienen una gran capacidad de cooperación y creatividad para superar las dificultades.
Por lo que conocí, hay propuestas de joyería, algunas ligadas más a la técnica tradicional, muchas otras piezas contemporáneas más relacionadas a lo artístico con una interesante variedad de materiales alternativos que en Portugal no es común ya que trabajamos más con metales.
Allá sí existen propuestas artísticas pero he visto que aquí se dispone de una oferta inmensa y esa opción por materiales distintos con manejos personales deriva en métodos o adaptaciones de técnicas que hacen a una propuesta individual muy singular.
Percibí que esa búsqueda de materiales tuvo que ver en muchos casos con la situación económica, porque la plata es cara; y sé que también se dio por una opción artística porque el material probado les permitió transmitir mejor lo que quisieron o quieren expresar; así muchos joyeros formados en técnicas han ido paulatinamente incorporando otros materiales, manejándolos de manera original hasta especializarse. Con todo, resultan muy creativos superando obstáculos y abriendo caminos impensados, por ejemplo, de la mano del textil, los plásticos y el papel. Aquí hay una joyería de arte contemporáneo muy buena.
En Portugal, aún en búsquedas más artísticas, se tiende a usar plata y oro de una forma distinta; el metal no es un problema. Pero como la joyería depende de lo que se quiera decir o crear, el material no es un impedimento sino un medio de expresión; no es con qué sino qué.
Es cierto que es incomparable la situación de Portugal y Argentina, pero en el contexto de Europa mi país está como al fin de la lista y nos vendría bien aprender a sacar ventaja de la crisis o de situaciones no muy favorables.
“Hay una comunidad grande de joyeros argentinos, con obras originales, coherentes a su identidad y con una personalidad fuerte… con una mirada artística que se refleja en la combinación y exploración de materiales diferentes y alternativos.”
_¿Proyectos?
_En este momento tengo la intención de seguir trabajando en Tincal, tratando de llevar todo el trabajo realizado hasta ahora más allá: un calendario regular de exposiciones y talleres, con énfasis en el Desafío. Eventualmente colaboraré con otras galerías para que puedan albergar esta exposición colectiva, como se dio este año. Paralelamente, seguiré trabajando en mi marca, desarrollando nuevas colecciones y colaborando con otras tiendas de Portugal y otros países.
También, podría ser ampliar el espacio para presentar más joyas, tal vez en uno directo a la calle y no en una galería, veremos…
Entrevista a Juliana García Bello
Apuntes | Notas
“El concepto es más innovador que la técnica”

Cuando hace diseño se siente más artista y cuando se asume como artista se percibe diseñadora. Aunque ese dilema resulta una equivalencia, Juliana García Bello admite que la balanza termina inclinándose hacia el arte.
Es más conocida como diseñadora que como joyera, pero desde chica le interesó la joyería. La estudió en Taller Eloi, donde hasta hoy participa de una clínica de obra que la llevó a exponer sus piezas en la reciente edición de Melting Point Valencia.
Curiosa por naturaleza, decidió enfocarse en el textil para poder investigar mejor y tener algún tipo de reflexión acerca de lo que hace. Y en lo que hace siempre hay una hebra y una aguja. Hizo suya la técnica de cestería selk’man, la del pueblo originario de la “isla” -como le gusta decir- a la que pertenece, Tierra del Fuego, y creó su propio método que aplica al cubrir objetos que se transforman en piezas de joyería contemporánea.
Austera, sustentable, reutiliza mucho material y prefiere que sus piezas salgan de una acción sencilla. Cree que “en conjunto se logran cosas mejores, como compartiendo conocimientos, promoviendo acciones cotidianas y reclamando otras más globales”.
Desde Arnhem, a 45 minutos de Amsterdam, cuenta por qué el tiempo dedicado a un objeto puede transformarlo en joya. Las piezas más grandes en las que trabaja y su decisión de regresar a la Argentina para seguir proyectando su obra.
_Se te conoce más como diseñadora de indumentaria que como joyera, sin embargo siempre estuviste relacionada con la joyería ¿Cuál fue tu intención con la joyería?
_Cuando terminé la carrera de Diseño de Indumentaria, al igual que ahora, siento que cuando hago diseño me siento más artista y cuando soy artista me siento diseñadora. A veces me dicen: pero vos sos diseñadora no artista, y me pregunto ¿cuál es la diferencia? Es que cuando hago cosas de diseño resultan tan chiquitas que al final termino haciendo una pieza accesorio. Siempre estoy ahí en el límite de un área u otra.
Toda la vida, me interesó la joyería. Creo que mi primer pinza me la regalaron a los 9 años y hacía lo que hace un montón de personas cuando son chicos: aritos con alambre doblados en curvitas y contracurvas que generan flores.
En 2013, para mi tesis de Diseño había hecho unas piezas tipo nido y como ya me inclinaba más hacia lo artístico decidí que eso podía transformarse en una pieza de joyería. Me di cuenta que esa pieza no era un textil en sí, aunque sus estrías eran parte de un textil, pero era un poco más grande, sin embargo no cubría tanto el cuerpo sino un pedazo…
Advertí que había un límite, que quería ver hacia dónde iba o extendía y me dije: voy a estudiar joyería. Siempre fui muy nerd para todo y al terminar la facultad me generó tal vacío que pensé ¿y ahora qué hago? Entonces, decidí estudiar joyería. Si bien al año siguiente de egresar me anoté en un posgrado, opté por joyería también, sobre todo, por la contención que me daba el taller al compartir el hacer y por la posibilidad de generar proyectos.
“Opté por joyería también, sobre todo, por la contención que me daba el taller al compartir el hacer y por la posibilidad de generar proyectos”.
_Estudiaste en Taller Eloi.
_Sí, arranqué en 2013 y estudié por dos años. Luego continué de manera intermitente, ya que reparto mi tiempo con el diseño de indumentaria. Soy de esas personas que necesita de dedicarse, no solo ir sin hacer porque si no pierdo el tiempo. Por eso, cada vez que voy a Eloi es porque estoy haciendo un proyecto que me demanda estar. Y fue en marzo del año pasado cuando fui a Argentina e hice un workshop con Gastón Rois, que Jimena Ríos me invitó a participar de manera online de la clínica de obra que lleva adelante.
Participé de ese taller de electroformado en un momento en el que venía cubriendo objetos. Desde hace tiempo que estoy trabajando con objetos viejos y me pareció que de alguna manera esa técnica tenía que ver con lo que quería hacer. Bueno, después como siempre, me terminó pasando que como todas las técnicas que se salen un poco del textil me parecen que no son para mí pero me gusta aprenderlas. No obstante, a partir de esa participación o invitación puse en común ese proyecto de cubrir objetos y sigo trabajando en eso.
Además de la conexión online, compartí una semana increíble en la que, entre paréntesis, hacía un año que no hablaba tanto en español y eso me generó una tranquilidad increíble, estar en la calle y saber qué está pasando todo el tiempo es muy reconfortante. En ese sentido, fue una experiencia de desconexión pero a la vez de conexión con algo de lo que más me gusta que es la joyería; y también de conexión por el acercamiento y el compartir con mis compañeras de la clínica.
“Todas las técnicas que se salen un poco del textil me parecen que no son para mí pero me gusta aprenderlas”.
Técnica propia
_¿Lo que hacés tiene que ver con la cestería o con el textil?
_Como soy muy curiosa y me gustan muchas cosas diferentes, en 2012 decidí que todo lo que iba a ser tenía que estar relacionado sólo con el textil, me impuse ese límite. Por momentos, lo que hago es cestería, como esos nidos que mencionaba hice en 2013.
Aprendí cestería con Margarita Maldonado, descendiente de los pueblos originarios de Tierra del Fuego, perteneciente a la cultura selk’man, con quien hice varios talleres y esa técnica quedó en mí. La técnica de cestería selk’man se parece mucho al punto festón, pero con una hebra de un pasto muy largo con la diferencia de que en el medio tiene un cabo de más. Y me enamoré de las cestería pero no soy selk’man. Entonces, si bien soy nacida y criada en la isla y me identifico con esa historia porque me la han transmitido, porque he caminado ese lugar al que pertenece, porque tengo amigos descendientes de selk’man, creo que es una técnica sagrada como para apropiármela. Por esto, comencé a generar técnicas propias a partir de esa técnica.
La primera cestería que hice fue simplemente para un tejido con ramas muy duras y busqué ese punto de flexión de la fibra, en el que otro puede pensar que es imposible de lograr porque puede quebrarse, un desafío complejo que pude lograr. Hago cestería todo el tiempo. Salgo a caminar por Arnhem, al borde del río Rin, al este de los Países Bajos, arrancó una rama y ya estoy haciendo algo como una pieza pequeña. Hice de todo, desde animales con hojas de palma de la casa de mi tía, es una técnica que me acompañó es lo mismo que el upcycling que está siempre presente en el hacer.
El anteaño pasado empecé a cubrir objetos con un hilo de lino súper resistente que encontré por acá y me recordó a la fibra de la cestería selk’man que también es muy resistente. Lo hice y repetí con esa fibra ultra mini mediante un punto que si bien tiene muchas similitudes con el selk’man, porque la acción para conseguirlo es la misma, no es igual porque está hecho con un hilo que requiere ser enhebrado con una aguja debido a que no puede hacerse con la mano simplemente. En fin, mi tejido deriva de una técnica de cestería ancestral propia del pueblo originario de mi isla natal; al estar hecho con un hilo no podría ser considerado como cestería.
“Decidí que todo lo que iba a ser tenía que estar relacionado sólo con el textil”.
_Estás cubriendo objetos con esta técnica derivada de la cestería selk’man, ¿por qué?
_Sí. Lo apliqué en la colección que llevé a Melting Point Valencia, se llama «Cuidar las memorias». Surgió cuando me mudé a Holanda con mi compañero, por entonces la familia de Alfred, un vecino que había fallecido, nos ofreció un montón de objetos, incluso casi toda la casa podría decirte: desde la máquina de coser, ropa, la plancha, agujas y, entre otras, un cajón tipográfico en los que tenía objetos raros como souvenirs, piedras, un masa de plastilina, de todo, era como una caja de recuerdos. La envolví, la traje a mi casa pero a los días uno de esos objetos se cayó y se rompió, y sentí que no había podido cuidarla… Pensé cómo repararlo sin que lo que hiciera no interfiriera en poder ver el objeto original, no quería usar un pegamento o costura. Y decidí hacerlo como lo haría una fueguina y, como tal, cubrí el objeto.
Es que de chica pertenecía el voluntariado de la Reserva Ecológica de Tierra del Fuego y hacíamos anillado de aves migratorias y también veíamos fósiles de la Patagonia. Me quedó ese recuerdo de que los objetos o tesoros a veces están en un lugar donde no se piensa que están; corrés una piedra y ahí hay una cosa mágica que viene de otro tiempo, otro mundo, por eso me nace proteger, cuidar, cubrir piezas u objetos cotidianos.
De esa manera, si alguien quiere ver ese objeto original no tiene más que cortar ese tejido. Y como prevención, como pensé que podían empezar a caer y romperse el resto de los objetos, los cubrí todos: otras piezas más portables, de bolsillo y hasta algunas de joyería que Alfred guardaba, como aros o un collar.
“Comencé a generar técnicas propias a partir de la técnica de cestería selk’man”.
_Estás cubriendo objetos con esta técnica derivada de la cestería selk’man, ¿por qué?
_Sí. Lo apliqué en la colección que llevé a Melting Point Valencia, se llama «Cuidar las memorias». Surgió cuando me mudé a Holanda con mi compañero, por entonces la familia de Alfred, un vecino que había fallecido, nos ofreció un montón de objetos, incluso casi toda la casa podría decirte: desde la máquina de coser, ropa, la plancha, agujas y, entre otras, un cajón tipográfico en los que tenía objetos raros como souvenirs, piedras, un masa de plastilina, de todo, era como una caja de recuerdos. La envolví, la traje a mi casa pero a los días uno de esos objetos se cayó y se rompió, y sentí que no había podido cuidarla… Pensé cómo repararlo sin que lo que hiciera no interfiriera en poder ver el objeto original, no quería usar un pegamento o costura. Y decidí hacerlo como lo haría una fueguina y, como tal, cubrí el objeto.
Es que de chica pertenecía el voluntariado de la Reserva Ecológica de Tierra del Fuego y hacíamos anillado de aves migratorias y también veíamos fósiles de la Patagonia. Me quedó ese recuerdo de que los objetos o tesoros a veces están en un lugar donde no se piensa que están; corrés una piedra y ahí hay una cosa mágica que viene de otro tiempo, otro mundo, por eso me nace proteger, cuidar, cubrir piezas u objetos cotidianos.
De esa manera, si alguien quiere ver ese objeto original no tiene más que cortar ese tejido. Y como prevención, como pensé que podían empezar a caer y romperse el resto de los objetos, los cubrí todos: otras piezas más portables, de bolsillo y hasta algunas de joyería que Alfred guardaba, como aros o un collar.
“Los objetos o tesoros a veces están en un lugar donde no se piensa que están”.
_¿Algunas piezas son de joyería y otras no?
_Desde hace tiempo advertí que una piedra o un amuleto también es una pieza de joyería. También, muchas piezas que en un inicio no son joyería luego se transforman en una pieza de joyería, como una piedra, un caracol. Alfred no lo guardó pensando que era una pieza de joyería la guardó porque era simplemente una piedra, aunque luego ese tesoro se transformó en joyería por el tiempo dedicado a cubrirlo. Por ejemplo, una de esas piezas, una piedra particularmente me acompañó durante un montón de viajes, porque la técnica de tejido para cubrirla lleva tanto tiempo que estuvo guardada en mi bolsillo hasta con la aguja; simplemente la sacaba, seguía cubriéndola un rato, la guardaba…, por eso siento que son todas piezas de joyería.
Algunas son piezas de joyería desde su origen, su esencia sigue siendo la misma y llegaron a mis manos como tal, no tuve que preguntarme cómo se ubica en el cuerpo; al aro podía haberlo prendido en el cuello de mi suéter pero seguiría siendo un pendiente por el registro que se tiene de este tipo de pieza, claro.
«Cuidar las memorias» incluye más de 60 piezas pero en Melting Point presenté cinco, esas que en su esencia eran piezas de joyería, porque creí que con ellas iba a resultar más clara la lectura de esas piezas. Es que es complejo entender que son piezas cubiertas, objetos de otra persona, que ahora forman parte de una colección de objetos… entendí que era mucha información por eso elegí mostrar esas piezas de joyería que Alfred guardó, que él pensaba que tenían una memoria en la joyería. Y las exhibí como invitada en «La belleza de la vida cotidiana», la muestra que curaron Rodrigo Acosta y Jimena Ríos.
“Desde hace tiempo advertí que una piedra o un amuleto también es una pieza de joyería. También, muchas piezas que en un inicio no son joyería luego se transforman en una pieza de joyería”.
_En general, ¿en las piezas de joyería que hacés también aplicás esa técnica derivada de la cestería?
_No, depende del proyecto. Cuando hago joyería o cualquier tipo de creación más artística trabajo con una técnica textil. Y ese límite, como mencionaba, lo marqué para poder tener una mejor investigación en el campo que trabajo y algún tipo de reflexión acerca de lo que hago. Y lo que hago es un tipo de cestería con hilo, con ramas.
Es que me interesan muchas cosas: las aves, los pueblos originarios, la antropología, la sociología, entre muchas cosas, pero me enfoqué en ser especialista en el textil. Ahora también estoy haciendo algunas piezas de joyería un poco más grandes que las muy pequeñas de «Cuidar las memorias», trabajo con prendas viejas y las cubro con una técnica parecida también derivada de la cestería que describí, varían un poco pero tienen un hilo conductor. Me gusta que algo de lo anterior que estaba haciendo siga conmigo porque siempre hay una reflexión que puedo continuar y sostener; me gusta repetirme porque genero una identidad; no hace falta estar haciendo cosas nuevas todo el tiempo porque finalmente soy esto.
No necesito hacerme la innovadora todo el tiempo sino que dentro de las posibilidades que tengo innovo y, a veces, el concepto es más innovador que la técnica, porque simplemente termino uniendo dos cosas que antes alguien no había unido y lo hago con una técnica ya usada; mi trabajo es muy artesanal por eso generalmente no hay mucha innovación; sí me repito mucho de manera intencional.
Con el tejido como eje
Respecto de otras obras, para responder a tu pregunta, recuerdo «Cascote abandonado», una serie que había cubierto con arcilla y luego con tela para después romperlas y así generaba piezas que resultaron una mezcla de materiales. Un trabajo de joyería que estaba en el borde de ser una obra performática.
Me gusta mucho jugar al límite o que el resultado esté al borde de ser o no ser algo que no se sabe cómo definirlo del todo. Creo que no definir, no definirme me da más apertura, al final podés jugar un poco más y eso me divierte.
Más que cestería, lo mío es el tejido y siempre me acompaña. Por momentos es más cestería por otros más el tejido en sí: cubro más con tejido, tejido sobre tejido; en mi trabajo, siempre hay una hebra y una aguja.
“Cuando hago joyería o cualquier tipo de creación más artística trabajo con una técnica textil”.
_¿Y tejidos metálicos?
_Nunca probé tejidos metálicos, quizás podría hacerlo, pero como soy un poco fundamentalista con lo que hago, siendo del Sur amo mucho la montaña y por eso me cuesta usar metal. Si lo uso es porque vienen de otras piezas, bronce de piezas que he guardado, por ejemplo; reutilizo mucho material; los pins derivan de otros pins.
La técnica la aprendí y me encanta. Sé muchas técnicas de joyería e indumentaria pero no las uso todas pero me sirven para entender cómo funcionan, cómo son los procesos y, sobre todo, me ayudan a desarrollar técnicas propias. En general, soy muy austera, me gusta que una pieza salga de una acción sencilla, sin tanta vuelta. Por eso, no probé con metal aún, porque siempre pienso qué tengo en casa y siempre es hilo, aguja y algo de tela; todo parte de algo de mi taller, de algo que estoy rodeada. Tal vez si estuviera más en Eloi me inspire y vuelva a soldar otra vez…
Sobre mi mesa encontré un aro de alpaca y me dije para qué voy a hacer uno si ya tengo. Arranco siempre de juntar junto muchas cosas y después veo que hago. Me gusta mucho la pieza única para la joyería, es algo que disfruto mucho, un lujo que no me permito tanto en indumentaria. Hago muy pocas piezas únicas en indumentaria, si bien por el textil terminan siendo únicas. En joyería, cada vez que cubro un objeto renace y cada vez lo hago de manera diferente porque parte de mi mano. Como mi forma de trabajar parte de mi mano, lo que hago cambia todo el tiempo; además, para no aburrirme hago pequeñas modificaciones en la técnica, así una pieza difiere de otra. La joyería me da más libertad jugar, me divierto más.
“Soy un poco fundamentalista con lo que hago, siendo del Sur amo mucho la montaña y por eso me cuesta usar metal”.
_¿Coleccionás muchas cosas?
_Junto muchas cosas no de todo, o sea, no junto cualquier cosa. Colecciono pequeños perros de porcelana, dedales, botones, piezas de joyería que encuentro tiradas en la calle, postales de montañas, patitos de bronce. Y con algunas de ellas se me ocurre hacer algo. Ahora estoy viendo qué hago con los perritos, como una pieza de joyería o una pieza más de arte no sé, algo que me dé ganas de hacer. Coleccionar me ayuda a visualizar objetos nuevos o a conectarme un poco con los objetos del pasado que me traen un montón de historias y me conectan conmigo, con mi historia y con otras que también me inspiran. Me gusta ver objetos que fueron de otras personas u objetos abandonados.
“Coleccionar me ayuda a visualizar objetos nuevos o a conectarme un poco con los objetos del pasado que me traen un montón de historias y me conectan conmigo, con mi historia y con otras que también me inspiran”.
_¿Tu eje siempre pasa por la reutilización creativa?
_Sí, eso es algo que me acompaña, que es parte de mi proceso creativo y que nace de mi familia. Esa creatividad se pone en marcha en cualquier tipo de cosa, desde cocinar o poner una planta en el patio o cerrar una cortina, todo se resuelve y se pone en práctica creativamente reutilizando cosas que ya no están en uso.
Me di cuenta que era parte de mi familia dar valor a eso que ya no está en uso. Yo lo hacía y pensaba que simplemente me había sido dado y no es algo heredado y es un gesto vital muy interesante que vale preservar. Es poder mirar con otros ojos cosas que quizás para algunos ya no tiene valor. Esa mirada familiar, resultado de pequeñas soluciones grabadas en la memoria, me moviliza a hacer. Poder pensar en todas las posibilidades de renacer algo me genera mucha apertura a nuevas cosas, a un nuevo universo.
Por ejemplo, los ganchitos metálicos que me sobraron de una cortina los convertí en ganchos con forma de patitos que pongo en algún mueble para colgar bolsas o trapo. Muchos me los ponderan o exclaman: qué lindo! y me encanta poder decirles que el patito sostenedor surgió de reutilizar un ganchito común y corriente con dos maniobras de despliegue; la tabla del escritorio de mi taller la rescaté de la basura; los lapiceros y contenedores están hechos con latas. Darle valor a cosas simples me encanta. Encontrar algo abre un mundo de posibilidades que surgen de observar que, en mi caso, es observar los materiales que tengo. Reutilizar es parte de mi forma de ser.
Ese conocimiento adquirido es el que me impulsó cuando empecé a hacer indumentaria en 2017, y lo mismo me pasó con la joyería. Cuando arranco, siempre comienzo con cero peso. Y puedo, por ejemplo, porque no hice más que pedirles a mis vecinos ropa en desuso; uno me regaló hilos, la máquina de coser de Alfred, entre otras. Ese hacer con poco, es un buen gesto para compartir con otros. No se necesitan tantas cosas u objetos como creatividad, la cual surge de observar el mundo o eso que tenemos.
“No se necesitan tantas cosas u objetos como creatividad, la cual surge de observar el mundo o eso que tenemos”.
_La creatividad no es poco.
_Es muchísimo, pero hay que tomarse el tiempo de observar. La creatividad se funda en la observación. Y en la escucha, por ejemplo, haber podido escuchar hablar de mi trabajo presentado en Melting Point me permitió disponer demás herramientas, palabras y reflexiones, y redescubrir métodos que los otros me ayudaron a rever. A veces te olvidás de lo que sos como resultado de cómo hacés. Y las observaciones y reflexiones sobre las obras te permiten poner en valor nuevamente lo que hacés, cómo rehacerlo, recrearlo o continuarlo.
Siempre pongo énfasis en que soy del Sur porque siento que es muy necesario para entender lo que hago: estuve 19 años viviendo una isla, me crié en una ciudad muy pequeña, y eso forma parte de mi identidad. Haberlo charlado con mis colegas en Melting y luego con mi compañero me hizo ver que mi forma de hacer es el resultado de lo que soy; mi hacer es inherente a lo que soy.
De ahí mi trabajo minucioso fruto de mi paciencia, de mi tiempo de meditación en lo que hago, de ejercicios que pueden tardar hasta un año, lo cual para otros más ansiosos es demasiado; vivir en una isla o aislada me llevó a ser más introspectiva. La internet de entonces me llegó a los 10 años; hablábamos por teléfono con mis abuelos y la familia del Norte tal vez cada quince días o un mes no todos los días como hoy. Había mucho más tiempo para hacer, pensar, meditar, para estar más tranquilos, nos veíamos con muchas menos personas, podía pasar toda una tarde mirando la playa juntar caracoles o piedras
“La creatividad se funda en la observación y en la escucha.”
_¿Regresás a la Argentina?
_Intento ir una vez al año pero a fines de éste me vuelvo a vivir al Sur. Estamos muy entusiasmados con volver a la isla, después de cuatro años en Holanda. Vinimos con mi compañero para participar de varios concursos, gané el Fashion Makes Sense Award, una competencia para jóvenes diseñadoras que trabajan en proyectos sostenibles, y también el Redress Design Award que supuso desarrollar una colección cápsula junto a The R Collective, una de las marcas de moda de upcycling más importante a nivel internacional.
Inicialmente iba a estudiar un máster y cuando fui al open day de la universidad de las artes me sorprendí porque mi título de la UBA tenía validez de máster por la cantidad de horas cátedra, ya que en general acá las carreras son de dos años y luego el máster; tenemos más años de academia y una mirada diferente acerca de lo que es el diseño.
Así que decidí a largo plazo estudiar en Argentina un doctorado no relacionado con la sustentabilidad o la moda sino con la antropología.
El Covid también nos obligó a quedarnos quietos aquí, a miles de kilómetros de la familia y los amigos en un lugar desconocido, fue difícil pero ya estábamos asentados en Arnhem, a 45 minutos de Amsterdam.
Ámsterdam es un lugar muy turístico con mucha gente, es una ciudad muy cara y para para vivir en esa sociedad uno tiene que dedicarle mucho tiempo al trabajo que no tiene ganas de hacer o para generar esa plata que es difícil de conseguir en Holanda, entonces preferimos un lugar un poco más pequeño para llegar con los gastos fijos ya que los dos trabajamos en el arte y es complejo vivir del arte. Arnhem es una ciudad que tiene un museo, una universidad de arte; está acá no más Bélgica, de Alemania y de Ámsterdam, claro; tiene un parque nacional dentro de la ciudad, de manera que te vas cinco cuadras y tenés un lugar donde sentarte y ver naturaleza, con vacas, ciervos y más, y nos conecta mucho. No es Buenos Aires tampoco Tierra del Fuego, es como vivir en Chascomús…
Pero por la distancia la inmediatez no es posible. Y nos interesa estar más cerca de la familia, compartir y plantar nuestro territorio y construir nuestros proyectos. Este es un momento para decidir dónde queremos estar, porque si seguimos avanzando acá después va a ser difícil moverse, mover estas máquinas de un lado para el otro, etc.… y si uno se afianza en un lugar es complejo desterrarse. Viví varias migraciones internas en Argentina y cuesta ir de un lado para otro.
Ya necesito tener el taller ubicado en un solo lugar y estar más cerca, por eso optamos por nuestra Tierra del Fuego. Estar en la isla nos conectará con lo que queremos para nuestra vida tranquila; la distancia es más posible a Buenos Aires, por ejemplo; acá todo es a miles de euros es una gran movida irse o ir y volver, porque cuando vas no todo está a tu disposición, es diferente cuando estás cerca en el cotidiano.
En nuestra experiencia, migrar tiene sus cosas positivas pero también negativas, somos migrantes y te consideran inmigrante aunque hables el idioma. Por eso ponemos en la balanza qué nos hace sentís mejor y qué peor, quizás desde el punto de vista económico es mejor estar acá, pero yo en Argentina igual vivía y trabajaba como profesora universitaria, fui muy privilegiada por tener trabajo del que podía vivir. Y sé que se puede en Argentina a pesar de las dificultades porque acá también tenés para juntar los euros para vivir todos los meses. Sé que en Argentina se está rasguñando las piedras para llegar a fin de mes pero, a veces, acá no tan distinto, muchos deciden meterse en producción metiendo productos en cajitas… eso no es lo mío. Tengo el privilegio de que en Argentina me quieren y yo también y podemos trabajar en conjunto en cosas que me son afines y eso acá cuesta un poco más.
En Holanda, la estructura de una empresa o de un artista es muy diferente; para los holandeses soy una artista no una diseñadora con una marca. Existen organizaciones que se encargan de alquilar ateliers, hay que acreditarlo con la inscripción en la cámara de comercio local y haber facturado como tal, entre otras condiciones; conseguimos un atelier con vidriera y casa, aún sin hablar el idioma, solo porque promueven la diversidad holandesa y ahí entramos. Por eso, en el centro de Arnhem, tenemos un espacio bastante grande con máquinas láser, mesa de corte y hasta probadores.
“Ya necesito tener el taller ubicado en un solo lugar y estar más cerca, por eso optamos por nuestra Tierra del Fuego. Estar en la isla nos conectará con lo que queremos para nuestra vida tranquila”.
_¿Te proponés proyectarte hacia la antropología y no a la sustentabilidad porque es difícil de sostener desde la moda, la joyería o en lo cotidiano?
_No, no es que no me quiera dedicar a la sustentabilidad. Es algo en lo que trabajo, pero es un camino que se recorre simplemente investigando, poniendo la mano en el hacer y trabajando, por eso no estudiaría algo más sobre sustentabilidad. Para eso prefiero meterme en una empresa de reciclado que voy a sacar mucho más info que yendo a una academia; podría tomar un curso de economía para entender la sustentabilidad… Para mi carrera profesional prefiero orientarme a la educación o la antropología que sí requieren de un espacio académico.
He ofrecido clases magistrales en algunas universidades y me doy cuenta que puedo hacer y demostrar una propuesta a partir de mi experiencia e investigación sin necesidad de la profundización académica de un máster. Me interesa la sustentabilidad desde el punto de vista práctico. Sueño con tener una fábrica de reciclado en el Sur, y me encantaría tener una escuela de diseño upcycling en la Patagonia.
Prefiero profundizar en la antropología, en determinados autores, como parte de un estudio me lleve más a leer.
“Me interesa la sustentabilidad desde el punto de vista práctico. Sueño con tener una fábrica de reciclado en el Sur, y me encantaría tener una escuela de diseño upcycling en la Patagonia”.
_De todos modos, así como en la reutilización artística que sostenés a diario con tu trabajo, ¿también ejercés la sustentabilidad en tu forma de vida?
_Sí, si, sin duda. Soy muy austera, no consumo absolutamente nada que no necesite en mi día a día. Intento trabajar todos los días de manera colectiva con todos los que me relaciono, comparto todo mi conocimiento; mis bitácoras están abiertas en la puerta de la ventana de mi casa.
Creo que las pequeñas acciones pueden hacer cosas grandes, pero se necesitan acciones políticas mucho más grandes, la sustentabilidad depende más de cambios a nivel global.
Acá, en Holanda me di cuenta que a veces uno se preocupa por una bolsa de basura mal tirada pero sin embargo hay fábricas que tiran millones de prendas y bolsas. Sí hace la diferencia pero en realidad la haría mucho más que el Estado le ponga los puntos a esas fábricas.
Soy una persona sustentable y, por lo que he visto, puedo afirmar que está dentro de la base de ser argentino: básicamente recuperamos la comida del día anterior, intentamos comer sano, generalmente cocinamos lo que comemos, no compramos una manzana envuelta en film en otro país; no tenemos la costumbre de ir al supermercado y comprar una bandeja de plástico con frutas cortadas o comidas elaboradas en Corea o en Pakistán y no les importa porque cuesta un euro; en general, tenemos una relación más cercana de los productos que consumimos; hasta la gente que piensa que no es sustentable en Argentina lo es mucho más que alguien que vive en Europa; quizás las crisis hicieron que el proceso de sustentabilidad de nuestro país vaya mucho más lento por las necesidades básicas insatisfechas de millones, pero tenemos hábitos y costumbres bastante más sanas que otros. Acá se requiere desaprender y, por suerte, en Argentina no aprendimos tanto algunas de estas cosas.
Yo tengo la ropa que uso de toda la vida, el suéter que me hizo mi madre, la remera que me regaló una vecina y me gusta llevarlas a en mi día a día; sostengo lo que pienso y digo con mi forma de ser.
Me gusta mi forma de ser, no quiero cambiarla porque siento que no me sumaría ser más consumista o formar parte de un capitalismo desmedido, sería más egoísta, no sería lo que soy.
“Intento pensar más en comunidad, en sociedad, y que en conjunto se logran cosas mejores, como compartiendo conocimientos, promoviendo acciones cotidianas y reclamando otras más globales”.
Conversaciones entre Agustina Ros y Jorge Manilla
Apuntes | Notas
“Decidimos involucrarnos en las técnicas del otro”

Jorge Manilla y Agustina Ros cuentan cómo se dió el proceso de desarrollo de «Interior-Exterior». Un trabajo de años que se fue presentando en etapas y evolucionando hasta lo que ellos llaman “Conversaciones truncadas”, vistas hasta hace unos días en Melting Point Valencia.
“Objetos con características escultóricas que no pierden su uso ni su relación con el cuerpo y se presentan en tipologías que podrían considerarse anillos o collares en el lenguaje de joyería convencional”.
Se trata de piezas hechas en vidrio borosilicato y aluminio vaciado en tierra, que son el resultado de una conversación entre ambos artistas, fruto de encuentros y reflexiones y, sobre todo, del acuerdo mutuo de involucrarse en las técnicas del otro, de vivir ese proceso y aprender juntos.
“Vivimos procesos, aprendimos y deconstruimos los conocimientos previos de técnicas, definiciones e interpretaciones, sin tener nunca la intención de llegar a una conclusión exacta, porque para nosotros esta conversación continúa y continuará”.
«Interior-Exterior» es una muestra de la obra colaborativa entre Agustina Ros y Jorge Manilla, resultado de una conversación entre ambos artistas, el fruto de encuentros y reflexiones, y, sobre todo, del acuerdo mutuo de involucrarse en las técnicas del otro, de vivir el proceso juntos, de aprender de ese proceso, “lo cual no fue fácil ya que vivimos en países diferentes –una en Barcelona, el otro en Gantes– y teníamos que ser muy humildes para aprender del otro”.
Una idea que creció en un proceso que avanzó en partes y que comenzó a revelarse hace años. En 2019 presentaron por primera vez una muestra de su colaboración. «Este proyecto está basado en una conversación entre artistas bajo el nombre «Interior-Exterior»«.
Se trató de una conversación que exploró la manera en cómo utilizaron la percepción y la interpretación, la cual “comenzó sólo con dos imágenes compartidas, sin más información, con silencios, pensamientos, representaciones y emociones que luego se expresaron en los resultados materiales”.
Parte I
Así, lo expusieron durante la semana de la Joyería de Atenas 2019. Entonces, los dos artistas discutieron sobre la definición de joyería a través de diferentes medios, y las ideas sobre interior/exterior teniendo diferentes perspectivas tanto emocional, física, material y conceptual, con el objetivo de redefinir los significados con respecto a su entendimiento sobre lo que consideran de la joyería hoy.
Con dibujos, objetos y algunas piezas terminadas construyeron un diálogo, que lejos de considerarla como una exposición de diálogo visual, fue una confrontación sin palabras, un laboratorio de imágenes y conceptos que generó preguntas a la audiencia y a ellos mismos.
Esa primera parte se dio en una mesa de una antigua librería en el centro de Atenas, en Grecia. “Un laboratorio visual donde lo prosaico y lo poético de las interpretaciones como artistas fueron materializadas; dibujos, vidrio, piel, madera y algunas pinturas fueron los resultados de ese diálogo silencioso. Una conversación real, donde seleccionamos los aspectos más relevantes para representarlos nuevamente en el siguiente proyecto en una secuencia de piezas más definidas. Como consecuencia, fueron presentados posteriormente en Barcelona en un contexto completamente diferente”.
Parte II
En una segunda parte, entonces, durante Joya Barcelona 2019, los artistas decidieron definir algunas de sus conclusiones del proyecto anterior y lo reinventaron en un contexto completamente diferente.
Se dió en un espacio expositivo más formal y establecido, en una galería, donde en paralelo invitaron a otros cuatro proyectos para exponer en diferentes áreas, bajo un proyecto común llamado «Sinergia».
Esa vez, se enfocaron en el aspecto expositivo y en cómo las piezas podían dialogar. Los diálogos y conversaciones que acontecieron en esta exposición les dieron la pauta de cómo iban a continuar con el proyecto: se cuestionaron directamente qué significaba la palabra colaboración, y cómo era empleada la definición en proyectos en conjunto.
Mostraron piezas en las que encontraron soluciones técnicas y visuales que rompieron sus propios preconceptos.
Integraron y tradujeron sus definiciones en piezas y desarrollaron un montaje que mostró un universo de pensamientos mimetizados de ambos artistas.
Colaboración y Proceso
Dando continuidad a la tercera parte del proyecto, reflexionaron sobre el tema colaboración. ¿Qué es colaborar entre artistas? ¿Qué aporta para el público y para los artistas una colaboración?
“Muchas veces se entiende como colaborar que cada quien realiza una parte del proyecto usando su expertise y especialidad, pero eso es lo que no queríamos hacer. De mutuo acuerdo decidimos involucrarnos en las técnicas del otro, vivir el proceso juntos, aprender de ese proceso”.
Organizando conversaciones en línea y encuentros presenciales en cada una de sus ciudades entendieron que no sólo es importante la práctica artística del otro, sino también el entorno y cómo este influye en la manera de pensar.
“Vivimos procesos, aprendimos y deconstruimos los conocimientos previos de técnicas, definiciones e interpretaciones, sin tener nunca la intención de llegar a una conclusión exacta, porque para nosotros esta conversación continúa y continuará. Por eso, estamos muy contentos de mostrar los resultados de esta última fase, durante Melting Point Valencia 2023”; destaca Jorge Manilla.
Parte III. Conversaciones truncadas
Ese diálogo continuó en los talleres de cada uno. Primero, Jorge Manilla visita a Agustina Ros en su taller de vidrio en Barcelona donde tiene su primera experiencia con esta técnica y durante cinco días juegan con los límites de la técnica de vidrio generando resultandos sorprendentes. Luego, Agustina Ros visita a Jorge Manilla unos meses después en Gante para continuar su diálogo en esta ciudad belga.
Los resultados, objetos con características escultóricas que no pierden su uso y relación al cuerpo en tipologías que podrían considerarse anillos o collares en el lenguaje de joyería convencional.
Esta serie exclusiva se mostró en Melting Point Valencia 2023, después de dos años de pandemia, diálogos a la distancia y posteriores cruces que los llevaron a revelar la consecuencia material de sus diálogos interminables.
Entrevista a Marina Molinelli Wells y Celina Saubidet
Apuntes | Notas
“Siempre estamos haciendo algo nuevo. Nos sobran ideas, nos falta tiempo”

Se empeñan en evitar que el hoy no pase a la memoria en el futuro, pero a sabiendas de que así será lo materializan, porque lo que ocurre, sobre todo, es el permanente daño que le causamos a la Tierra. Por eso se aferran a la naturaleza plasmándola de manera artística a través de huellas de seres vivos, la recrean en sus nuevos objetos de mesa, en sus clásicas joyas contemporáneas y en sensoriales e impactantes esculturas.
Lo último de Cabinet Óseo se estrenó el jueves último en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes, en pleno Barrio Parque. Sus hacedoras, Marina Molinelli Wells y Celina Saubidet cuentan cómo se dió el proceso de creación de «Memorias del futuro».
Se trata de una exhibición de joyas “amuletos para la preservación de las especies”, esculturas y objetos en una puesta en escena que incluye performances y homenajes, no solo a Victoria Ocampo, la dueña original de la casa donde exponen, sino de alguna manera al fundador de Volf, ya que intervienen al estilo Dalí una serie de cubiertos de los años 80.
Incluye obras site specific art, el lanzamiento de su prometedora línea home, una serie limitada de piezas contenedoras hechas con Paula Giecco de Finn Design y una nueva colección de joyería.
Un proyecto colaborativo que trabajaron durante más de tres años que ve hasta fines de mayo. Sus próximos pasos y la pretensión de internacionalizar Cabinet con la participación en ferias comerciales del exterior.
_¿Cómo surgió este proyecto?
Marina Molinelli Wells: _Surgió a partir de la muestra «Reinos»
cuando desde la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes nos convocaron para marzo 2020, pero ya sabemos que hasta se canceló la vida para muchos… sin embargo, de alguna manera, la pandemia nos jugó a favor porque esa invitación se suspendió y nos permitió tener tiempo para trabajar en un nuevo proyecto que al momento de la invitación no teníamos resuelto.
En ese tiempo pandémico la escena de la vida comenzó a centrarse en la casa, y como otras firmas empezamos a trabajar en una idea que teníamos hace tiempo: hacer objetos para el hogar.
Encerradas, ese inicio fue muy difícil porque era un universo que no conocíamos, pero finalmente lo logramos. Nosotras queríamos trabajar con cubiertos y, en particular, de acero inoxidable que es un material apto para llevar la comida a la boca. Comenzamos con cubiertos que adquirimos en los bazares del barrio de Boedo y empezamos a cortar para poder soldar con partes de piezas nuestras. Nos sentíamos un poco traicioneras por andar cortando y pegando cubiertos ajenos tal vez porque no parecía una práctica muy sostenible, pero era buena para probar nuestra idea no tanto una manera de desarrollar.
Y tuvimos mucha suerte porque la bartender Mona Gallosi nos recomendó y contactamos a Leandro Vainberg, bisnieto del fundador de Volf, Moisés Perel, quien nos ofreció un lote de cubiertos que tenía guardados en el depósito que había fabricado su abuelo y su papá como parte de la última tanda de producción en Argentina en década de los 80, que era renuente de vender porque tenía un valor especial, emocional, de manera que su donación fue gloriosa.
Así empezamos a usar estos cubiertos de época, que tienen otra escala, otro peso, otro valor, sobre los que cortamos y soldamos para piezas únicas, con diseño, en una cruza quimérica de Cabinet Óseo y Volf, una muestra de lo que se desarrolla y que exhibimos en «Memorias del futuro». Es un proyecto colaborativo con diversos artistas y artesanos para la terminación, como un pulidor de acero.
“«Memorias del futuro» es un proyecto colaborativo con diversos artistas y artesanos”.
_ ¿Tienen cierto estilo Dalí?
Celina Saubidet: _Lejos de compararnos con tremendo artista, sí son cubiertos surrealistas, con diseño, medio locos, una mezcla de objetos propios de los Locos Adams y The Crown, a la vez.
Van a hacer ofrecidos a pedido, para lo cual nos estamos reorganizando. Nos interesa tener control sobre la producción, y esta implica otro formato, otras maquinarias, otro know how, en particular, de las terminaciones, y está bueno trabajar para tenerlas en nuestras manos. Los detalles son importantes y hacen a la calidad de la pieza, y en eso estamos.
“Nos interesa tener control sobre la producción… Los detalles son importantes y hacen a la calidad de la pieza.”
_Además de las piezas del hogar, como los cubiertos, ¿qué otras hay?
M. M. W.: _Hay muchas esculturas en pequeño formato para la casa, objetos que pueden convivir en un living o sobre una mesa o arriba de un estante.
C. S.: _También presentamos fuentes y otros objetos antiguos provenientes de anticuarios o mercados de pulgas que intervenimos con elementos propios de Cabinet Óseo, como copias de seres de los reinos animal y vegetal, con las que hacemos piezas en metal que aplicamos en esos objetos con distintos procesos.
“Con copias de seres de los reinos animal y vegetal hacemos piezas en metal que aplicamos en esos objetos con distintos procesos.”
_La puesta es en la casa que Victoria Ocampo tenía en Barrio Parque, un lugar con mucha historia arquitectónica y literaria, declarado monumento histórico nacional el año pasado.
M. M. W.: _Sí, es en esta joya maravillosa, hoy sede del Fondo Nacional de las Artes, ubicada en Rufino de Elizalde 2831, donde usualmente no se ven muestras de artistas, por lo que fue todo un desafío. La planta baja es una especie de cubo blanco con luces, como el que estamos acostumbrados a ver, pero arriba se encuentra el primer piso de lo que fue la casa, el cual también intervenimos.
Es un recorrido que empieza en el jardín y terraza de la casa, donde se ven grandes esculturas inspiradas en líquenes y cochayuyos hechas con latas recicladas, siguen otras pegadas en las paredes del exterior, hall e interior de esa de galería más estándar, otras muy singulares con luz y sonido y, al subir al primer piso, es como si entraras a la casa. Es la primera vez que esta zona de la casa se interviene y allí instalamos una gran mesa lista con objetos y esos cubiertos puestos como en un banquete, el Banquete Óseo.
C. S.: _La mayoría de las obras son site specific art porque se instalan especialmente adaptadas para y en esa casa. Esta muestra se divide como en tres grandes temas.
Por un lado, está esa mesa puesta a partir de la mencionada colaboración de la firma Volf que está acompañada de una performance que simula una conversación epistolar que mantuvieron dos escritoras tan potentes como Virginia Woolf y Victoria Ocampo, la cual se estrenó durante la inauguración -el jueves último- y repetirá los fines de semana. Ambos personajes, representados por dos actrices en colaboración con dramaturgas, fueron vestidas por la diseñadora Nikole Tursi -especializada en sombreros y tocados, hoy cursa una beca de la Unesco en Londres, entidad que curiosamente tiene sede en la otra casa de Victoria Ocampo- inspirada en las esculturas que presentamos en «Memorias…».
Obras site specific art
Por otro lado, están esas esculturas de exterior hechas con latas de aluminio que son una emulación de líquenes y cochayuyos. Estas últimas son algas ricas en yodo que crecen en las piedras en el Pacífico Sur, de cuya forma me enamoré, y tienen como unos pelos que pueden llegar a medir hasta 15 metros de largo que se enraizan en las rocas, se mueven con el oleaje, son recogidos por los pescadores y terminan como ingrediente principal de la cocina chilena.
Cual recuperadoras urbanas juntamos latas de gaseosas y cervezas y las trabajamos con un grupo de adolescentes madres pertenecientes a la Fundación Kaleidos de Argentina que junto con Children Action acompañan a adolescentes madres y padres con derechos vulnerados y a sus hijas e hijos, a partir de un abordaje integral e interdisciplinario y alineado con sus derechos y género. Como parte de ese enfoque, las contratamos para realizar el proceso previo que había que hacerle a las latas para después poder utilizarlas como materia prima de las esculturas. Así procesamos las 4000 latas requeridas para hacer la obra.
M. M. W.: _Cabinet Óseo funciona como un ser de dos cabezas y muchas veces la propuesta de una no convence mucho pero nos bancamos. Si bien podíamos haberlo resuelto con un mayorista de aluminio, me pareció súper interesante la propuesta de Celi de sumar un trabajo colaborativo más, porque también de eso se trata nuestro proyecto y porque además la intervención de esas chicas mamás fue súper enriquecedora para nosotras al ver lo que disparó en ellas este trabajo manual y el tiempo de proceso que implica -en su generación del todo ya! y de la supremacía del celular- y, sobre todo, por la proyección laboral que de alguna manera se dio en algunas de ellas. Por esto, pensamos organizar una jornada para compartir las experiencias vividas en ese proceso de trabajo.
Además, se sabe que hay muchos oficios en extinción, como el de pulidor, por ejemplo; sin embargo, muchos creativos buscan equipos para realizar tareas sencillas en materiales para preparar materias primas, como lo que hicimos con las latas; hay una posibilidad de bolsa de trabajo que podría abrirse. Por esto, quedó latente la inquietud de continuar de alguna manera.
“Trabajamos con un grupo de adolescentes madres… para realizar el proceso previo que había que hacerle a las latas para después poder utilizarlas como materia prima de las esculturas. Así procesamos 4000 latas”.
_¿Cuál es el tercer espacio?
C. S.: _El tercer espacio es el instalado en la entrada, en una de las paredes contiguas a la emblemática escalera. Es un mural realizado con 800 piezas de huellas de seres vivos sobre arcilla, hecho también con colaboración de un grupo de adolescentes, con la intención de sacarlo del “estado de pantalla” y para acercarlo al tiempo de hacer con la materia…. De esta manera, Cabinet Óseo se extiende y abarca a muchos otras personas que colaboraron para que fueran posibles las obras que presentamos hoy.
Se suman unas esculturas similares a las del tipo filigranas de «Reinos», de mayor tamaño, hechas en acero inoxidable, que se presentan en tres instalaciones con proyecciones de videos, con sonidos y luces que juegan con sus sombras y hasta tienen un aroma especial, todo en un ambiente muy sensorial.
Una propuesta con tres instancias, bastante diferentes, que hablan de la naturaleza: de cómo es importante darnos cuenta que nosotros formamos parte de ella y que somos responsables del cuidado; conscientes de que hay seres que pueden extinguirse si no hacemos algo para cuidar el planeta… En la naturaleza todo es colectivo, por eso tenemos que apuntar a lo colectivo para la transformación, y trabajar en equipo, promover y generar un trabajo colaborativo es imprescindible.
Es que este es un proyecto megalómano, a lo grande, que implicó mucha mano de obra o mucho trabajo colaborativo, como decíamos, con un costado romántico, si se quiere, que supuso de dar y darnos una nueva oportunidad a reutilizar un material, con un resultado espectacular.
“En la naturaleza todo es colectivo, por eso tenemos que apuntar a lo colectivo para la transformación, y trabajar en equipo, promover y generar un trabajo colaborativo es imprescindible”
_¿Qué técnicas aplican en estas obras?
C. S.: _En la obra a partir de latas de aluminio -en la cual no se distingue que se usaron latas-, el proceso consistió en coser el aluminio al calor de un soplete, se cortaron los bordes para obtener como folios o módulos que se usaron de una manera para la representación de los líquenes y de otra para los cochayuyos. Para realizarlos creamos un montón de herramientas para estrujarlos, en un caso, y unos rodillos para rayar esa chapa con el fin de obtener un efecto de plegado, en el caso de los cochayuyos. Un trabajo artesanal que rondó entre el de un sastre y un joyero, y que implicó, entre otras, forrar una estructura; todo en una labor que supuso mucha precisión.
En los cubiertos aplicamos las mismas técnicas de corte y soldadura habituales pero en vez de con gas lo hicimos con oxígeno que es más preciso y durable para el acero inoxidable.
A esto se suma una sala en la planta baja en la que se exhibirá el clásico corazón Cabinet en resina verde, en un gran tamaño y transiluminado, como un guiño a la campaña del pañuelo verde popularizado en 2018 a la que nos sumamos y también es una clara referencia a la madre naturaleza a su corazón o cuerpo que es necesario proteger desde un punto de vista verde o sustentable, en una puesta con multiplicidad de conceptos e interpretaciones.
“Creamos un montón de herramientas… Un trabajo artesanal que rondó entre el de un sastre y un joyero… una labor que supuso mucha precisión; en los cubiertos aplicamos técnicas de corte y soldadura oxígeno.”
_¿Hay nuevas piezas de joyería contemporánea?
C. S.: _En el mismo ambiente donde está la mesa hay un mueble intervenido con joyas contemporáneas a las que llamamos: amuletos para la preservación de las especies. Son copias fieles de distintos elementos encontrados en la naturaleza y buscados particularmente, como una semilla de tipa, un cráneo de ratón, una tenaza de cangrejo y un caracol, entre otros, para colgantes.
Proyecto colaborativo
Asimismo, estamos presentando otra colaboración con Paula Gieco, de Finn, que se ve en un mueble que pretendimos sea como un dressoire de Victoria Ocampo, con tres elementos simbólicos que la caracterizaron: un estuche de anteojos hecho acrílico por Paula más un aplique de Cabinet Óseo, un joyero también en acrílico Finn con los herrajes de apertura de Cabinet y una cigarrera realizada de igual modo con los mismos aportes.
Un trabajo pensado y definido entre las tres, en el que cada una hizo su propuesta, como un sistema de herraje, una bisagra sencilla que permitió desplegar no solo abrir y cerrar, que sumó y mucho.
M. M. W.: _Es un mix de piezas de joyería propia y otras. La intención es recrear ese espíritu ecléctico de Victoria Ocampo que en esa casa supo fundar la revista Sur y reunir a distintas personas protagonistas del ámbito cultural de entonces. De igual modo tratamos de relacionarlos con artistas, una vestuarista, joyera, un pulidor especializado, artesanas potenciales, diseñadores de alfombras -porque también incluimos obras de El Espartano-. El leit motiv de la muestra es el trabajo colaborativo.
Además de los contenedores hechos en conjunto con Finn, en un claro homenaje al lugar de Victoria que hoy nos recibe, hay piezas de joyería nuevas.
Son piezas amuletos para la conservación de especies, como destacaba Celi. Por ejemplo, una suerte de cofrecito en forma de bellota ahora con la cantidad de giro necesaria, una flor de ceibo, la tipa o esa semilla que gira cual helicóptero cuando cae, un dije cabeza de ratón y otro con huesos del pie humano, una pinza de cangrejo; en fin un poco de todas las especies. Se suman anillos, algunos utilizando estas mismas piezas; una gargantilla nueva con cuentas de algarrobas y de espárragos, y mucho más.
“Lo nuevo son joyas contemporáneas a las que llamamos: amuletos para la preservación de las especies… el leit motiv de la muestra es el trabajo colaborativo”.
_¿Seguirán trabajando en la línea hogar y sumando piezas de joyería?
M. M. W.: _Este año pretendemos retomar el proyecto de internacionalizar la marca. Por eso aspiramos a poder participar del salón Maison & Object, con una mesa similar a la que presentamos ahora en la Casa de la Cultura del Fondo, con nuestros cubiertos, pinchos, bombillas y mates, entre otros, junto con una colección de piezas de joyería y objetos intervenidos.
“Este año pretendemos retomar el proyecto de internacionalizar la marca.”
_¿Por qué «Memorias del futuro»?
M. M. W.: _Es un juego de palabras porque si bien mostramos nuestro presente, cuando decimos «Memorias del futuro» también evocamos la idea de que las cosas que hoy están, posiblemente se transformen y pasen a la memoria en un futuro próximo. Esto se dió con las huellas fósiles o de más de la mitad de los corales de los océanos que están muertos desde hace 30 o 50 años, lo cual es algo que no se habla. Es decir, estamos hablando de todas esas cosas que trataremos de evitar que lleguen a ser memoria en un futuro.
Un poco de todo esto es esta muestra, resumida en ese título que, por un lado, hace referencia al presente y, por otro, al futuro porque quiere ser un llamado a ser conscientes de que todo lo que estamos haciendo ahora y que venimos haciendo los últimos 50 años tiene un nivel de daño tal en la naturaleza, que si no empezamos a cambiar la actitud va a empeorar, va a ser un gran desastre mucho más pronto de lo que nos imaginamos.
«Memorias…» durará un mes y tenemos la ilusión de que como «Reinos» dure más… Es que no se imaginan lo que hicimos en esta casa, es un espacio con mucho potencial, que puede visitarse hasta el 28 de mayo, de jueves a domingos de 14 a 19, con entrada gratuita. Habrá activaciones los domingos de este mes: la performance de las actrices que señalamos, otra musical de Axel Krygier -que vimos el último domingo-; la participación de integrantes del coro del Teatro Colón; una jornada de lectura de cuentos de autores que publicaron en la revista Sur y otros, y hasta un músico que “hace cantar a las plantas” mediante un dispositivo que convierte los biorritmos de las plantas en sonidos musicales.
Se trata de Javier Medialdea que este sábado, a las 16, realizará una experiencia sonora en base a señales bio eléctricas entregadas por plantas y sintetizadas en tiempo real por instrumentos. Será una experiencia de improvisación a partir de la información que brinden las plantas seleccionadas en ese momento.
“Evocamos la idea de que las cosas que hoy están, posiblemente se transformen y pasen a la memoria en un futuro próximo… Estamos hablando de todas esas cosas que trataremos de evitar que lleguen a ser memoria en un futuro.”
_Un proyecto que les llevó años.
M. M. W.: _Sí, porque como mencionábamos arrancamos a poco de «Reinos». Pero siempre estamos haciendo algo nuevo, tenemos un montón de piezas creadas, decenas de cubiertos y piezas para servir de la línea home que estrenamos ahora y que las venimos pergeñando hace rato. Presentamos aproximadamente una docena de joyas. Nos sobran ideas sólo que no nos alcanza el tiempo. No paramos de idear y proyectar. Siempre estamos en un plan nuevo, aunque no sepamos cómo y dónde mostrarlo, porque siempre estas muestras y puestas en escena comunican, definen y terminan de resolver la obra.
“Siempre estamos haciendo algo nuevo, tenemos un montón de piezas creadas, decenas de cubiertos y piezas para servir de la línea home que estrenamos ahora y que las venimos pergeñando hace rato. Presentamos aproximadamente una docena de joyas. Nos sobran ideas sólo que no nos alcanza el tiempo. No paramos de idear y proyectar.”
_¿El próximo?
C. S.: _Tenemos mucho por hacer con «Memorias…» todavía, porque veremos en qué deriva o a qué nos lleva. Y sin duda, a continuación, seguiremos haciendo crecer a Cabinet Óseo. En particular, reiteramos, pretendemos hacer expandir la firma en el exterior.
Joyería contemporánea con Sello de Buen Diseño
Apuntes | Notas
Joyería contemporánea conSello de Buen Diseño

Nueva edición del Sello del Buen Diseño que se estrena este jueves en el Centro Cultural Kirchner, con entrada libre y gratuita.
Entre las propuestas creativas distinguidas, se vuelve a destacar la joyería contemporánea con trabajos de Capisano, Ampara textil, Maison Domecq, Bárbara D’Ambra Designer y más.
Se dieron a conocer los elegidos de la 11ª edición del Sello de Buen Diseño argentino, la distinción oficial que otorga la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo del Ministerio de Economía de la Nación a los productos de la industria nacional que se destacan “por su innovación, por su apuesta a la producción local, su posicionamiento en el mercado y por su calidad de diseño”.
Una propuesta producida por pymes argentinas con productos para Industrias & Transporte, Mobiliario & Equipamiento, Hogar, Oficina & Recreación, Indumentaria, Calzados & Accesorios y Comunicación Estratégica.
Esta marca de Buen Diseño, que pretende reforzar la identidad creativa argentina y “comunica el esfuerzo por lograr una producción nacional de calidad que entienda a la mejora continua como el camino para lograr la excelencia. Asimismo, busca premiar avances y desarrollos significativos. Innovación, identidad y calidad son los atributos que representan al SBD”, destacan desde la organización.
En el rubro accesorios, se incluyen propuestas de joyería contemporánea con diversos trabajos originales.
Estímulo al diseño
Por tercera vez Cecilia Capisano valida su trabajo creativo ante el Sello de Buen Diseño desarrollando piezas de joyería y objetos que merecieron ser destacados “por permitirme ser más sensible, menos morfológica y más plástica que formal o geométrica. No se trata de una propuesta estética sino que entiendo que el disparador conceptual fue importante a la hora de valorar el trabajo”, explica la joyera contemporánea y diseñadora gráfica.
Resalta que le interesaba certificar su línea Gaudí que, como su nombre lo indica, está inspirada en la etapa naturalista y ornamental del arquitecto español. Fue consecuencia de su enamoramiento de la obra de este modernista catalán durante su paso por Joya Barcelona en 2014, cuando expuso por primera vez su obra en el ámbito internacional.
Consiste en una serie de gargantillas y aros de líneas curvadas, con buen contrapunto entre vacíos y bordes orgánicos, muy plásticos hechos en bronce con baños en plata sulfurada, oro 24 y plata.
Otros de sus trabajos puestos en valor fue su serie Vertientes, que surge como reflejo de los diferentes estados anímicos que estuvieron presentes en la pandemia, “siempre emociones optimistas o placenteras a pesar de todo, con las que siempre me vinculo. Es un trabajo introspectivo que alude a los que pudieron salir o reencontrarse, a los que nacieron en ese período, y también es una suerte de homenaje que vibra por lo que le pasó al otro. Soy muy sensible y sea cual fuere el sentimiento me conmuevo, por eso juego con la lágrima que está al borde de la caída según la cantidad de material que cae”.
Es que se trata de un original y funcional objeto, una metáfora de una joya-alhajero, resultado de una búsqueda que materializó emociones que “desbordan en bases de cerámica como si fueran lágrimas de metal”.
Esta propuesta artística se presenta en originales despojadores de cerámica, soportes sobre los que descansan dijes de bronce amorfos no menos orgánicos, que encastran perfectamente. Están hechos en cerámica esmaltada y bizcochada y cada dije está realizado en bronce pulido al espejo “que sugiero grabar -y es bien aceptado- con una fecha o nombre y se lleva con un hilo delgado casi invisible”, describe.
La creativa señala que participar del SBD es “siempre una motivación porque supone una edición, puesta y difusión muy cuidada que impulsa a crear, superarse y cumplir con ciertos objetivos estándares, te estimula a optimizar diseños y a cerrar proyectos. Siempre con una idea y un material originalmente bien manipulado. En mi caso, mi trabajo juega entre el arte y el diseño, con una propuesta conceptual.
«El Sello tiene una buenísima curaduría que te conecta en una vidriera única, te lleva a establecer relaciones comerciales y te permite un intercambio creativo enriquecedor”.
Propuestas contemporáneas
Otra de las que repite con éxito es la diseñadora industrial Mayte Ossorio Domecq por su suprareciclado e impacto visual. Esta vez, mostró una nueva línea de accesorios realizada con remanentes de calzado de seguridad, cuya forma oval permitió a partir del escalado generar el diseño y la resistencia necesaria para su funcionalidad y durabilidad.
Ampara joyería textil, de Lilia Breyter y Silvia Roldán, fue destacada Puna Cobre. Una línea de collares y pulseras que enlaza comunidades con tejedoras de Jujuy, Neuquén y Buenos Aires. Con una mirada contemporánea, le dieron valor a los textiles andinos con el fin de generar interés en la cultura y geografía de donde provienen.
Estas piezas fusionan materiales suaves con texturados y metálicos como el tejido de cobre, a través de distintas técnicas que involucran diversos telares con una elaboración manual.
Bárbara D’Ambra volvió a presentar la continuidad de su trabajo Insinuaciones. Se trata de una línea de joyería contemporánea que se inicia “en el ejercicio Autorretrato, un trabajo universitario de la materia Accesorios de la entonces cátedra Kweitel- Kohon (FADU-UBA) 2017. Desde esa exploración surge el proyecto de piezas artesanales a partir del corian, superficie sólida de las placas descartadas de la fabricación de mobiliario, reconvertido en piezas de diseño.
De Eugenia Katz junto con Santiago García Aramburu y Morena Lallana fue distinguida la colección América, que surge de la recuperación y resignificación de piezas antiguas. “En este caso un prendedor metálico antiguo de mapamundi, guardado entre recuerdos familiares, fue el disparador de los primeros prototipos metálicos para luego realizar un molde de goma de alta temperatura y las respectivas ceras que mediante el proceso de fundición de cera perdida para aros, collar y pulsera hechos en bronce y plata 925”.
Con buen diseño
La diseñadora industrial Beatriz Palacio fue seleccionada por su línea Topographic, que hace referencia a las diferentes representaciones de la superficie terrestre. Está compuesta por aros y collares reversibles realizados en acrílico y chapa y se llevan con cadena de bronce. Cada pieza es cortada digitalmente y ensamblada a mano, generando un proceso productivo industrial y manual particular.
Carolina De Bassi fue elegida por Matrices, una colección de accesorios artesanales hechos con rezagos industriales de cuero provenientes de la producción de carteras y bolsos. Su objetivo fue resignificar los descartes a través del diseño como herramienta de transformación. Su desarrollo morfológico se dio por las posibilidades que ofrecen los recortes disponibles trabajados a través del plegado y la unión. Señala que estéticamente se remite a las curvas del art decó y al espacio cóncavo del útero.
La diseñadora textil Sofía Moranchel presentó la colección Mineral de su firma Lanaria, creada como resultado de una exploración sobre los límites físicos del hilo de seda, su resistencia al ser sometido a una fuerza de torsión máxima que antecede al momento del desgarro. Son piezas únicas, numeradas, con cadenas de acero quirúrgico y pasantes de plata en los aros.
Los diseñadores industriales Esteban Lapidus y Martín Schvartzman fueron señalados por varios anillos de Loreto Rings: Piedra Alternativa reversiona el concepto de piedras preciosas e incorpora materiales no tradicionales como la madera, el mármol de carrara reconstruido, el concreto y el oro. Rústico Disruptivo combina madera y cemento cohesionados por una aleación con titanio. Y Terrazzo incluye desarrollos de piedras con modelado 3D, resina de color y cemento.
Y en esta singular selección del SBD se incluyó también el collar Diana de Titania, la marca de Romina Coletta, una pieza sin género y liviana, realizada con materiales textiles que combinan técnicas de plisado que exploran el uso del color y las estampas.
Estas piezas y muchas más pueden verse en el Centro Cultural Kirchner hasta el próximo domingo 16, con entrada libre y gratuita.
Entrevista a Mabel Pena
Apuntes | Notas
“Trato de generar conciencia resignificando el material para transmitir un mensaje”

Es la única latinoamericana elegida por la Loewe Foundation Craft Prize para la muestra que mes próximo expondrá en The Noguchi Museum, en Brooklyn.
Mabel Pena es otra de las maestras referentes de la joyería local. Escenógrafa, vestuarista, fotógrafa y también joyera especializada en la técnica de la cera perdida y, sobre todo, en la recuperación de bolsas arrojadas al Delta para convertirlas en piezas únicas.
Su interés por reciclar la llevó a manipular polietileno, que transforma sometiéndolo a determinados tratamientos con base en el calor. Hoy suma otras materialidades como el cemento y la resina y, a largo plazo, proyecta innovar con residuos tecnológicos, sonidos y hasta luces. “Me gusta cambiar, soy más ecléctica, procuro reunir o conciliar materiales y proyectos diversos”, dice.
Cómo es «Humedales», la colección con que fue distinguida. El remo, las experiencias que la inspiran y su fascinación por el río. Las clases que desde hace 20 años ofrece en su taller Km. 0 y los proyectos en los que trabaja en forma simultánea.
_Trabajaste mucho como vestuarista y escenógrafa.
_Sí muchísimo. Empecé estudiando en la escuela técnica Fernando Fader con orientación en Diseño de Artesanías Aplicadas a la Industria, donde comencé joyería en el Taller de Metales. Por eso, la elección de mi trabajo dentro del rubro artesanías por parte de Fundación Loewe me conmueve porque me remite a mis comienzos en artesanías aplicadas; esa selección es como cerrar o coronar esa vuelta que me permitió la vida.
Luego de la Fader empecé a estudiar escenografía en la Escuela de Gastón Breyer, seguí con Saulo Benavente y continué con Graciela Galán. Trabajé en varias obras, como “Boda Blanca” también haciendo la utilería en todo tipo de objetos. Participé del movimiento de resistencia cultural “Danza Abierta” y en la ópera “Manon”, entre otras. Después me desempeñé sola como escenógrafa en cine, pero el teatro fue lo más, me encanta porque es más abarcativo, todas las artes se unen y complementan.
“La elección de mi trabajo dentro del rubro artesanías por parte de Fundación Loewe me conmueve porque me remite a mis comienzos en artesanías aplicadas.”
_¿Qué habilidades artísticas o mirada te dieron la escenografía y el vestuario que hoy aplicás?
_El manejo del espacio y lo aplico a la joyería. Planteo la joya como un espacio de arte, como un territorio por ocupar y me interesa que pueda verse desde distintos puntos de vista, lo cual puede generar diferentes formas, tal como se da en el teatro que hacés una apuesta de luces, como la vital o la lateral, que dan lugar a diferentes formas. En un ensayo de teatro, por ejemplo, tanto el escenógrafo como el vestuarista están en los detalles y observan la puesta desde distintos lugares. Esto lo aplico también a la fotografía, ya que apunto y me paro con el lente desde distintos punto de vista, y esas imágenes inspiradoras terminan plasmándose de alguna manera en la joyería.
Así, la joya no es un plano en el que trabajo sino que obviamente supone más dimensiones. De esta manera, la joya pasa a ser un ámbito escénico que trabajo desde lo visual. Y como en el teatro, en la joyería ese ámbito escénico es un proyecto conceptual no una simple decoración; en ambas disciplinas se maneja la luz y el color según una idea o concepto.
“Planteo la joya como un espacio de arte, como un territorio por ocupar.”
_¿La joyería fue un desprendimiento de tu trabajo como escenógrafa?
_Después de mucho hacer teatro, mientras en paralelo hacía diversos talleres, como de vidrio, sentí que el teatro ya era muy inestable para mí porque estaba trabajando en tres obras a la vez, por ejemplo, y después tenía un silencio o parate de tres meses…
Entonces como había hecho Grabado quise volver al metal y busqué a Aschian Sarquis, con quien estudié muchos años. Un gran maestro que siempre recibió mis propuestas, mis ideas no tan tradicionales, mis dibujos y me orientó y capacitó muchísimo. Luego estudié con el maestro orfebre Alfredo Garavaglia con quien me especialicé en la técnica de la cera perdida y eso me abrió un universo creativo buenísimo; y ya no solo creo con metal sino también madera, acrílico y plásticos desechados. Con todo este bagaje hoy trabajo los espacios, el volumen y las texturas.
“Ya no solo creo con metal sino también madera, acrílico y plásticos desechados. Con todo este bagaje hoy trabajo los espacios, el volumen y las texturas.”
Decisión por reciclar
_¿Cómo se dió ese pase del metal a los plásticos y por qué?
_Primero empecé a trabajar con la plata, luego en cobre porque me interesaba incorporar color a través de sus oxidaciones, seguí con acrílicos y maderas, como mencionaba; siempre fue metal y algo más.
A los plásticos llegué por la decisión de reciclar materiales y tienen la interesante característica que se transforman y no lo podés manejar hasta que te das cuenta cómo da o cuáles son las posibilidades que ofrece sometiéndolo a determinados tratamientos, como el calor. Estos procesos son muy cautivantes porque generan un movimiento interesantísimo y, según su densidad o elementos que lo componen, resultan de diferentes maneras; una cosa es el PET, otra el polietileno y distinto es también el polipropileno.
Trabajé mucho con las tapitas de gaseosas y bebidas que la Fundación Garraham procesa en pellets o confites de 5mm e hice una colección trabajada con calor.
En general, uso bolsas de polietileno y ahora con filamentos termoplásticos 3D, algunos están hechos con elementos naturales como almidón de maíz o raíces, entre otras. Pero comúnmente utilizo bolsas de polietileno que lamentablemente se siguen haciendo y que terminan, entre otros lugares, el lecho del río, se observan cuando baja el agua y las saco cuando voy remando por el Delta; es impresionante la cantidad que se tira. También busco bolsas de colores que entregan al comprar comida. Voy juntando para recuperar y transformar.
Con esto se puede hacer un montón, es sabido que rellenado botellas con bolsas y plástico se pueden hacer ladrillos que sirven para la construcción. Y la joyería es otra una gran alternativa.
Me manejo con el color de las bolsas recuperadas aunque no dejo de indagar cómo darles un tono como lo hago con los filamentos 3D, que según necesito tiño con tinturas al alcohol en un proceso pictórico que lleva bastante tiempo.
“A los plásticos llegué por la decisión de reciclar materiales y tienen la interesante característica que se transforman.”
_Así generás tramas, nuevos textiles.
_Sí, en este caso para representar los arrecifes de los humedales. Ahora estoy haciendo foco en las ramas a partir de bolsas tratadas, que desmecho, genero hilos y también diversas formas con apariencia de papel.
Son tramas que voy dibujando con calor y lo paso a tres dimensiones. Hago un bastante trabajo de campo a partir de la fotografía y la contemplación, para ir al detalle de lo mucho que encuentro y observo en el Tigre cuando por ejemplo brota la humedad y salen unos hongos tremendos. Mi entorno o ámbito escenográfico es el Delta, a partir del cual construyo.
Me gusta profundizar en el detalle y llevarlo a otra escala, a una escala mayor y de paso me doy el gusto que en teatro me complicaba por la logística. No obstante, también pasé a la joyería, como muchos, por una cuestión de escala. En joyería, con poco puedes hacer mucho. Con tres herramientas hacés una pieza, aunque reconozco mi debilidad por estar bien equipada.
Y en ese hacer, sigo con metales, más bien retomé bastante en este tiempo, en mix con filamentos plásticos, también con resina, rafia natural y cemento que simula las piedras de las estacadas que se instalan a la vera del río en Tigre para contenerlo. Con el cemento, creo piedras para una composición de esas orillas ribereñas en las que estoy indagando a partir de fotografías, para reflejar ese urbano que entra en el río con sus connotaciones positivas y negativas. Hay piezas que muestran el humedal virgen, frondoso y con color, y otros descoloridos, pálido, de aspecto seco por el paso destructor del hombre.
En este proyecto sumo piedras, resina, filamentos plásticos y metal. Lo que más me gusta de la joyería contemporánea es la variedad de materiales con que puedo trabajar.
_¿Qué te llevó a este tema?
_Estar en el río me fue llevando a un trabajo que busca llamar la atención sobre la necesidad de cuidar el medioambiente en el que vivimos. Me encanta estar en el Delta y remar en el río; el cambio de paisaje que se da cuando estoy navegando por allí es espectacular, aunque lamentablemente la sequía está causando estragos en la zona.
Me encanta también la ciudad en la que vivo, pero también me gusta el contraste de los fines de semana en la naturaleza casi salvaje. Y quise llevar ese paisaje a mi obra de manera más conceptual. Mi trabajo siempre fue bastante orgánico, ahora quizás me llegó el momento de que sea más reflexivo.
Del encantamiento inicial con el metal y las posibilidades visuales que ofrece, después de muchos años de trabajo y de probar diversas materialidades con distintos propósitos, hoy me interesa que mis piezas tengan un mensaje claro. Por eso, decidí comenzar a indagar en el Delta que tanto me atrae y surgió la colección que llevaba su nombre. Ahora profundizo en los humedales en una investigación que también derivó una colección del mismo nombre. Es un ecosistema muy castigado por la mano del hombre, que interviene destruyéndolo con incendios, por ejemplo; esto también trato de reflejarlo con la incorporación de otros colores más encendidos, valga la alusión. De esta manera, convierto mi preocupación en ocuparme de transmitir mi mensaje de alerta, si se quiere, un llamado de atención a través de la joyería. Si bien hay otra consciencia y muchos grupos y organizaciones luchan por preservar y cuidar, también hay muchas manos interesadas dañinas que no frenan ni se las frena. El desmonte y la intervención de los humedales es un tema de actualidad que debiera estar más en agenda y resolverse. Es precisa la tan vapuleada Ley de humedales que preserve el Delta, entre otras medidas.
Basta con ver lo que pasa con el río Corriente, en la provincia de Corrientes, que está casi seco, en el que los animales corren desesperados en la poca agua que hay, también huyendo de los incendios, y donde también mueren miles y miles de peces, o el cauce del río Miriñay atravesado por terraplenes arroceros que lo terminan por secar. Un deterioro que se acelera, si bien con las redes sociales estamos más informados y es tan evidente que estamos más atentos, hay que dar un paso más porque es un espanto.
Toma de consciencia
Desde mi lugar trato de generar conciencia resignificando material de desecho para transmitir un mensaje a través de una pieza de joyería, en un proceso que se completa con el sujeto portante que adhiere al mensaje.
Estoy muy interesada en seguir transitando este camino y continuar con ente trabajo sumando puntos de vista, como con las estacadas que de alguna manera muestran como el cemento de la ciudad se instala en la naturaleza del río o del Delta y viceversa cómo plantas autóctonas de los humedales ya son moneda corriente en locales de venta en la ciudad, y este es un ida y vuelta interesante que invita a seguir reflexionando e indagando.
Y me gusta mucho expresarme a través de piezas, como los collares que me encantan porque tengo más espacio así como los broches que se consideran los objetos más neutros, susceptibles de ser usados en cualquier parte no solo en las convencionales.
Como verás mi obra no es minimalista sino todo lo contrario, para mí más es más y la exuberancia de la naturaleza suma aún más a este concepto; tal vez soy minimalista al vestir, porque tal vez es una opción inconsciente que me permite lucir más las piezas de joyería contemporánea.
De alguna manera, la joyería es un paliativo que contribuye a una toma de conciencia para cuidar el medio ambiente. Y esta premisa se establece de manera directa: quien lleva puesta una pieza del tipo que describía o con un mensaje como el que planteaba lo apoya claramente sea donde fuere o donde esté, la bajada es muy directa y la llegada es total, es una vidriera móvil muy interesante, que me interesa aprovechar, sobre todo, con este mensaje.
No es que la joyería contemporánea debe dar un mensaje, es como la indumentaria o cualquier otro lenguaje no es obligatorio, pero para mí está bueno que se plantee, y busco dar ese mensaje a través de mis piezas.
“Quise llevar ese paisaje a mi obra de manera más conceptual. Mi trabajo siempre fue bastante orgánico, ahora quizás me llegó el momento de que sea más reflexivo.”
_Te gusta navegar.
_Me encanta navegar en bote de madera remo por el Delta. Si bien no soy deportista, me fascinan las experiencias por eso además de esta práctica también hice buceo. Mi bautismo fue en Playa Girón y resultó alucinante, entré caminando y comencé a sumergirme en un mundo fantástico, que revelé a través de la fotografía que también me gusta mucho como ya dije. Los colores que descubrí, las texturas a que me llevaron, el movimiento sugerente, las características del fondo marino y el atractivo de los peces hicieron que se convirtiera en una experiencia extraordinaria. Y a esto se sumó, para no variar, la mano del hombre con un barco hundido oxidado invadido por la fauna y flora marina impresionantes. Si esto fuera todo sería pasable, pero como sabemos hay más que contamina, como una red de cables submarinos que alimentan internet, además de las tremendas islas de plásticos movibles, a los que se suma la goma de miles de ojotas, mucho telgopor y otros desechos turísticos. Un mundo increíble. Y aunque tenemos más información de lo que pasa, reitero, de lo que hacemos y de las consecuencias de nuestros actos, no paramos.
“Intento no dar ninguna relevancia al material o a una técnica determinada, solo trato de adaptar cada material a la narrativa y al discurso del momento.”
Experiencias creativas
_¿Esa conexión, no obstante, tiene un lado positivo por la mayor interrelación de los actores o protagonistas de la joyería contemporánea?
_Sin duda y eso está bueno. Por eso, ir a Nueva York a la presentación de la muestra de los artistas artesanos seleccionados por la Fundación Loewe, del 17 de mayo al 18 de junio, es una oportunidad de ver, conocer y relacionarme con propuestas que se generan en distintos lugares del mundo: Japón, Francia, Estados Unidos, Nigeria, China, Corea, Australia, España, Dinamarca, Reino Unido, India, Bélgica y honrada de ser la única de Latinoamérica. Hay varios proyectos asiáticos y me entusiasma ver su trabajo porque tienen un manejo del tiempo de la técnica impresionante; imagino que no tienen esa ansiedad de terminar sus piezas por eso resultan con una perfección sorprendente, por eso querría verlo y corroborarlo.
Y estoy armando una agenda con otras propuestas que espero sea una apertura de nuevos caminos interesantes.
“Resulté una de las 30 artistas finalistas seccionadas por la Fundación Loewe. Fue una sorpresa, ya me siento premiada al ser finalista.”
_¿Qué presentaste en Loewe Foundation Craft Prize?
_Resulté una de las 30 artistas finalistas seccionadas por la Fundación Loewe para la muestra se inaugura el 16 de mayo en The Noguchi Museum, en Brooklyn. Fue una sorpresa, ya me siento premiada al ser finalista; lo tomo como un premio también a la trayectoria, al uso de técnicas que resultan de un proceso en el que pretendo innovar.
Es una pieza de la colección «Humedales» que explora la relación del ser humano con la naturaleza y me interesó destacar la importancia vital de preservar ecosistemas especializados. La cree a partir de bolsas de polietileno recicladas, manipuladas de diferentes maneras para crear diversas texturas.
Se trata de una representación escenográfica de los humedales no solo del Delta argentino sino de América Latina en general, que juegan un papel importante en el mantenimiento de la biodiversidad y la gestión de inundaciones y se están interviniendo de manera dañina. Este collar documenta la lucha por sobrevivir al impacto humano.
“La colección «Humedales» es una representación escenográfica que explora la relación del ser humano con la naturaleza.”
_¿Proyectos?
_Ya en lo local, tengo prevista mi participación en la muestra por los 40 años de Democracia, y también proyecto presentarme en «ADN», la convocatoria de Alliages.
A partir de la propuesta de «Sepan Cuantos», el proyecto de los artistas mexicanos Ofelia Murrieta y Andrés Fonseca por el aniversario de esa colección de la Editorial Porrúa, surgió otra línea de trabajo en papel a partir de páginas de un libro de Gabriela Mistral intervenido.
He trabajado mucho en papel, me gusta mucho la cartapesta. Esta convocatoria me entusiasma, porque me gusta cambiar, soy más ecléctica, procuro reunir o conciliar materiales y proyectos diversos. Me siento cómoda llevando adelante distintas líneas de trabajo.
A mis clásicos de metal y plástico, sumo el cemento, como mencioné, cemento con resina, y estoy volviendo al metal. Y tengo en carpeta muchos otros materiales para investigar, como los residuos tecnológicos, y también me interesa trabajar en la incorporación de sonido o de luz en las piezas, pero para esto tendré que sumar ayuda. Me dedico a full, no paro de indagar y comparto mis investigaciones a través de las clases que doy en mi taller Km 0 desde hace 20 años, en una fundación de salud mental y online en el Museo Hernández.
“Me gusta cambiar, soy más ecléctica, procuro reunir o conciliar materiales y proyectos diversos. Me siento cómoda llevando adelante distintas líneas de trabajo.”
_¿Esa ayuda implica un trabajo interdisciplinario?
_Sí, y me permitiría fusionar el arte y la tecnología, en una suma de conocimientos que me parece súper interesante. Es un proyecto a largo plazo. Me interesan los proyectos de este tipo y también los temáticos o trabajar a partir de una consigna, porque me recuerda al teatro, a trabajar como en una obra en particular y cambiar o variar a otra, según un guión, si se quiere, o un concepto; así una obra no es igual a otra y puedo sumar en favor de la joyería y la creatividad, es un estímulo constante.
Entrevista a Alejandra Agusti
Apuntes | Notas
“El proceso que implica la joyería siempre es estimulante”

Alejandra Agusti es escultora, escenógrafa, diseñadora y también joyera. Su taller revela una dedicación casi exclusiva a la joyería contemporánea, con gran variedad de herramientas que fue reuniendo por necesidad, para “ensayar y probar de todo”, cuenta.
Discípula de Antonio Pujía, María Medici y Jorge Castañón, sostiene que aprender joyería le abrió un mundo de posibilidades. Como con la escultura se deja llevar y crea casi inconscientemente: “Me atrapa el material, lo trabajo y recién cuando termino descubro que hay algo de esa materialidad que me evoca una historia”.
Sus últimos trabajos fueron elegidos por la maestra inglesa Caroline Broadhead para exhibirse desde hoy en la feria Schmuck que se realiza en Munich hasta este domingo 12.
Qué hace, con qué, cómo es su proceso creativo y qué papel juega la lucha de las mujeres y la guerra en su trabajo.
_Llegaste a la joyería por la escultura.
_Empecé joyería porque hice escultura con el maestro Leo Vinci en cuyo taller conocí al artista calabrés Antonio Pujía con quien hice un seminario. Por años hice, y aún hago escultura, pero con el tiempo advertí que necesitaba mucho del otro. La escultura requiere de mucho espacio, todos los materiales son grandes e implicaban constantemente una logística y movida importantes por lo que quise indagar en una escala menor.
Una amiga tenía un local de muebles y siempre exponía piezas de joyería -de Carolina Dutari- en la vidriera que me encantaban y, al mismo tiempo, vi una nota sobre el trabajo joyero de María Medici, la contacté y arranqué. Hice primero un intensivo en verano, luego seguí estudiando por años en su taller escuela y con un grupo de compañeras participamos de la feria Puro Diseño y hasta recibimos el premio Revelación por un trabajo con materiales industriales. Una experiencia buenísima. Después pasé a estudiar también por años en el taller La Nave del maestro Jorge Castañón. Así, con la joyería se me abrió un mundo creativo súper interesante.
Sumé otros workshops, simposios, cursos y talleres, con Francisca Kweitel en Proyecto 8, por ejemplo, y de esta manera la joyería me fue atrapando.
En paralelo, siempre hago escultura que también me apasiona. Lo mismo escenografía, con la que llevo adelante un taller educativo. Siempre con las manos en talleres porque para mí es un espacio único que me permite crecer a diario.
“La joyería me abrió a un mundo creativo súper interesante”.
_¿Cómo es tu proceso creativo?
_Nunca pienso antes lo que voy a hacer salvo que sea algo por encargo o un pedido o algo hecho con un fin determinado. En general, me atrapa el material, lo trabajo y recién cuando termino descubro que hay algo de esa materialidad que me evoca una historia.
Es como un trabajo meditativo, en el que me sumerjo a la experiencia y cuando la transito y avanzo en una resolución se manifiesta una respuesta. Esto me pasa en la joyería y no tanto en la escultura. Esta supone admiración o ser vista, la gente la rodea, accede desde el afuera. En cambio, en la joyería se da una experiencia distinta: el que la lleva, la expone, le aporta mucho, le da un significado que tal vez no tenía. Tal vez, por esto último, me gusta más la joyería, porque sé que mi trabajo se completará con el otro y nunca se cómo y con quién y eso es mucho más interesante.
“Me atrapa el material, lo trabajo y recién cuando termino descubro que hay algo de esa materialidad que me evoca una historia.”
_¿Con qué materiales trabajás?
_Los materiales con los que he trabajado son muchos y variados. Empecé con saquitos de té y lana, seguí con una especie de rasta que dejan los animales al rozar el alambrado, también azulejos de demolición, ropa vieja usada, corchos, pirograbado sobre pergaminos, dedales, vainas de balas, suelas de zapatos…
Es que hay materiales que no están visibilizados y me interesa ponerlos en valor. Y en ese proceso de construcción surge una historia que puedo contar a través de mi obra, no es que tengo una intención previa sino que se genera una idea posterior.
Y sin quererlo la repetición juega un papel importante. Al relacionarme con el material puede que se genere un patrón o una secuencia, se abren posibilidades que limpian o aclaran una situación. Son elementos usados que vuelvo a utilizar o a reunir o a hacer visible y que terminan por componer una historia.
El encuentro con el material a veces es fortuito, pocas veces es deliberado. Hay mucho de intuición y hasta de revelación o que una cosa lleva a la otra y termino por ejemplo con los dedales. Siempre se da una intervención importante, como con este elemento de protección de la costura con cuya pieza participo ahora de Schmuck.
“Hay materiales que no están visibilizados y me interesa ponerlos en valor.”
Materialidades evocadoras
_La imagen de la mujer es una constante en tu trabajos.
_Sí, es cierto la imagen de la mujer está muy presente en mi trabajo, como en el collar «Alianza de mujeres» hecho con esos dedales. Una pieza que termina por retratar el comportamiento con el que las mujeres responden a la hostilidad: se protegen, se, juntan, se unen. Esta es una reflexión posterior con la joya resultante en la mano que me interesó exhibir; por eso, estoy orgullosa de que se muestre en Munich.
Mi intención es seguir trabajando con los dedales porque de alguna manera sucede algo, se empieza a dar que se enhebra una historia de protección y unión de las mujeres que me interesa seguir investigando. Es un tema que me toca en lo personal porque estas piezas derivaron en un homenaje a las mujeres de mi vida y de mi pasado, a todas las que lucharon para que podamos estar donde estamos hoy y también a las que con ese legado en la memoria seguirán peleando y conquistando.
Y respecto de la alusión a las mujeres, también participé de «Mujeres abordando la memoria», como resultado de un trabajo en la clínica de obra de la artista Dolores Casares, en el que utilicé suelas de zapatos intervenidos con gofrado. Un material que repetí en la muestra «Somos lo que hacemos» del taller de Jorge Castañón.
“La imagen de la mujer está muy presente en mi trabajo”.
_El proceso es importante.
_Es lo más importante, no me interesa el resultado. Me encanta probar, ver qué pasa con el material, cómo se comporta ante las intervenciones, cómo se desarrolla. El proceso de investigación es siempre fascinante, te permite aprender muchísimo y es lo más valioso.
El proceso me atrapa, como el que supuso la realización de esos collares caravana con los que se identifican a los animales que presenté en la primera bienal de joyería, por ejemplo. Cuando descubro el hilo conductor que va desarrollando la pieza no puedo parar.
“El proceso es lo más importante, no me interesa el resultado…”
_¿Qué te interesa mostrar con la obra que presentás en Schmuck?
_Los collares «Memoria» y «Alianza…» muestran luchas históricas por salir de un yugo, agresión o adversidad, como mencioné. Los presenté porque los procesos de trabajo que implicaron y sus resultantes son muy sugerentes; por eso, me alegró que fueran elegidas para exhibirse en esta feria de Munich.
Tanto los dedales como las vainas son elementos muy fuertes y para mí, que soy hija de inmigrantes eslovenas que se abrieron camino solas y la pelearon duro, representan esa historia invisibilizada que terminé por poner en valor, en la que la mujer tiene un papel tremendamente importante. Estas piezas aluden a esas mujeres que pudieron y debieron hacerse cargo. Cuando terminé de construir las piezas me di cuenta de lo que significaban y me dije: sí es esto, esto me representa, y resultó ser un espejo de mi historia. No solo me pareció interesante sino hasta sanador.
«Memoria» también fue elegida por Schmuck y comenzó a gestarse cuando arrancó la invasión rusa a Ucrania. Ese inicio de la guerra me movilizó, una movida de familias que se ven obligadas a huir, que se separan, parte de ellas se pierde, pero fue tal vez un proceso inconsciente que me llevó a usar esas vainas. Y representan las marcas de la conquista, la lucha por salir de la subyugación y, como siempre, las batallas cobran fuerza en la unión; tal vez por eso se dio el enhebrarlas, porque juntas se vuelven un símbolo, una manifestación de la lucha colectiva. El vacío de esas vainas usadas también tiene que ver con parte de mi familia que padeció la guerra y en su momento se topaba con rastros de una lucha impiadosa que seguía dañándolos.
Esta propuesta que llevo a Munich no es la primera que presento sino la octava creo, si no cuento mal. Fue una gran sorpresa haber sido elegida esta vez. Es que de alguna manera postularse y animarse a participar es parte de ese proceso en el que también se aprende. El intercambio con otros joyeros siempre es enriquecedor, te amplía la mirada.
“Los procesos de trabajo que implicaron (los collares «Memoria» y «Alianza…») resultaron muy sugerentes.”
_¿Trabajás con elementos hechos o usados?
_En un principio me hacía ruido trabajar de cero con metales habiendo tantos materiales y cosas hechas. Por eso, me encanta usar elementos de piezas hechas o materiales ya usados, como esas mangueras o resortes con los que trabajé cuando estudié joyería con Medici, por ejemplo.
Pero también modelar en cera que implica algo de escultura me gusta mucho, lo mismo que en madera aunque no la utilice mucho en joyería.
“Me encanta usar elementos de piezas hechas o materiales ya usados… también modelar en cera que implica algo de escultura me gusta muchos.”
_¿Cómo es tu propuesta de Ensamble Espacio?
_Es un espacio de taller que fusiona y ensambla un mix de saberes, un lugar de experimentación en el que busco acompañar en el proceso que cada uno elige y vivencia para materializar sus ideas, con ciertas herramientas por supuesto. Me interesa que quienes asisten también puedan investigar, ensayar, probar y aprovechar ese proceso para aprender, para hacer su propio recorrido en el que pueden suceder cosas, en el que puede suceder la joyería.
Me gusta acompañar, en particular, a chicos desde 10 años, entre otros, y el trabajo tiene que ver con los ensambles y encastre de materiales. Cada uno de los que vienen a Ensamble trabaja con materiales diversos en procesos que resultan siempre interesantes. Mostrar el proceso que implica la joyería siempre es estimulante, por eso repito que es lo más importante. La joyería es una rama del arte que facilita un sinfín de posibilidades. Un arte que siempre permite canalizar algo interesante.
Más allá de los intereses, el trabajo permite soltar, calmar, porque nada es urgente ni importa lo que se haga sino lo que pasa cuando se hace. En momentos en que el resultado, la urgencia y lo casi perfecto a veces parecieran prevalecer, en un espacio de taller buscamos todo lo contrario. Soltar para crear es sanador. Se trata de decidir probar qué sucede y elegir. Esto es lo que más me gusta y soy una agradecida
No preparo estudiantes de medicina que deben saber la medida correcta de una medicación, por ejemplo, sino que compartimos con estudiantes y artistas que buscan, en general, un espacio de expresión.
No obstante, en este mismo espacio de taller de joyería se aprenden y trabajan técnicas, nos dedicamos a las terminaciones como corresponde y se jerarquiza el material.
“La joyería es una rama del arte que facilita un sinfín de posibilidades.”
Un arte canalizador
_¿En todas las disciplinas con que trabajás lográs canalizar algo?
_Depende. Sólo trabajar con las manos te lleva a una conexión inesperada, auspiciosa, especial. Es como sintonizar con una especie de mantra que está en continuo y armoniza. Esto se da en la joyería y en la escultura; en escenografía, que es otra de las disciplinas en las que trabajo, está todo un poco más pautado; esto último también se dio en mi desempeño como decoradora o diseñadora de interiores en el que uno sigue ciertos criterios.
En joyería, aunque haga alguna pieza a pedido hago lo que me parece, lo que siento, porque me gusta y desafía ver qué me pasa con el otro; sobre todo, porque después ese otro participa de su exposición al llevarla de aquí para allá. Como decía, el usuario interviene en y con la pieza al portarla.
En «To The Point», y también lo replicó en una charla en su paso por Buenos Aires, la joyera y profesora alemana Daniela Malev, plantea los diversos significados de un broche de joyería de acuerdo a cómo se usa; no siempre resulta lo mismo si se lleva de una u otra manera. En ese mismo sentido, es que me interesa saber del otro, para saber cómo será como usuario de joyería, cómo le interesa portar o no una pieza de joyería porque puede que en ese uso la pieza signifique algo diferente, y está bueno estar abierta o atenta a esa posibilidad.
“Trabajar con las manos te lleva a una conexión inesperada, auspiciosa. Es como sintonizar con una especie de mantra que está en continuo y armoniza.”
_¿Pero no es más eso que el artista joyero puede expresar que aquello que el usuario aporta?
_No, si el otro no aporta o suma no siempre se da ese resultado. Es decir, cuando uno se sienta en el banco a crear para el otro es imprescindible un intercambio. En lo personal, ese contacto con el portador de una pieza de joyería es importante.
Independientemente de esto, cuando creo joyería de alguna manera tengo que generar una historia, y en el proceso se va dando; e insisto, es lo que más me interesa. Cuando hice esas piezas con fósforos, por ejemplo, todo pasaba por la necesidad de iluminar. En los distintos proyectos siempre hubo o se dio una historia.
“El contacto con el portador de una pieza de joyería es importante”
_¿Qué significa Schmuck para vos?
_Schmuck es un evento para comunicar, un encuentro internacional de joyeros que merece ser difundido porque jerarquiza el trabajo artístico de muchos y, sobre todo, muestra una diversidad interesantísima.
Participar de esta muestra es un orgullo que comparto con otras joyeras argentinas, como Cecilia Richard que fue la primera en destacarse, también, por su parte o por parte de una galería -que es otra de las posibilidades que ofrece esta feria- está Fabiana Gadano; también Jimena Ríos, Monique Lecouna y Gabriela Marcos, entre decenas de artistas de otros países.
Incluye decenas de eventos, entre exposiciones, presentaciones, visitas a ateliers, etc. en un gran circuito por Munich que sin duda conecta y enriquece. Veremos qué pasa en estos días…
Entrevista a Fabiana Gadano
Apuntes | Notas
“La joyería artística supone expresarse sobre la base de una necesidad interna”

La paradoja de visitar un acuario la llevo a canalizar su preocupación por la propagación de plásticos. Y la necesidad de tomar conciencia la hizo asumir una postura e intentar llamar la atención para paliar la acumulación creciente. “Hay tantos materiales que pasamos por alto que a lo mejor podemos agregarles valor”, se decía, y desde hace 15 años puso manos a la obra en el PET con que se hacen las botellas de bebidas para convertirlos en joyas que resultaron destacadas y hasta premiadas.
Fabiana Gadano es una de las maestras joyeras más reconocidas del país. Está dedicada a dar clases en su taller, otras escuelas y museos y en la universidad de La Plata, donde estudió Diseño industrial.
Se especializa en la transformación de uno de los materiales más sintéticos y contaminantes, creando piezas únicas que hoy exhibe en Munich, a propósito de Schmuck, la feria de joyería contemporánea más importante del mundo.
Cómo lo consigue, qué técnicas joyeras y proyectuales aplica, el “espíritu más reflexivo, analítico y crítico” que adquirió con al estudiar curaduría de arte.
Sus últimos trabajos, proyectos y opiniones que la definen.
_¿Cuál es el discurso que sostenés y con qué idea?
_Todo lo que usamos, nos ponemos y toda nuestra actitud comunica y dentro de eso está el el llevar de la joyería. Elegir ciertos materiales que de alguna manera hablen sobre algo determinado es una forma es asumir una postura. La decisión de usar plástico no implica que vaya a solucionar la problemática de la basura sino que busco concientizar o sugerir o poner el foco en que hay tantos materiales que pasamos por alto que a lo mejor podemos agregarles valor, ponerles una etiqueta estética, hacer algo más lindo o más poético, más saludable, por supuesto, que nos haga pensar en la naturaleza que castigamos día a día.
No se trata de un simple reciclado porque de por sí no tiene mucho valor, por eso tiene que haber una búsqueda, un valor agregado por lo utilitario o estético, algo que aporte sino seguimos acumulando objetos y no es el objetivo.
“Elegir ciertos materiales que de alguna manera hablen sobre algo determinado es una forma es asumir una postura”.
_¿De qué manera portar joyería en el cuerpo facilita la difusión de esa idea? ¿Es condición sine qua non?
_No es condición necesaria. Es una manera posible. Genera una posibilidad de interacción o comunicarse con otro y siempre es un motivo de conversación, especialmente cuando no son las piezas de joyería habituales.
Es que la joyería siempre comunica, aun cuando tenga puesta una simple y habitual cruz, que dice algo de mis creencias.
Cuando esas piezas no son las acostumbradas, las decodificamos y también generan otro canal de comunicación, a veces explícito porque hay gente curiosa que le interesa saber y pregunta, otras es implícito porque se interpreta según la relación que se establece. Esta es una manera.
Hay otras maneras porque la joyería no siempre es para usar. Hay personas que atesoran porque la joya tiene un valor afectivo o porque hay una idea detrás y le encantó y la comparte pero no necesariamente la lleva sobre el cuerpo. En este caso, también hay una instancia previa que tiene que ver con la comunicación, que implica enterarse, saber el por qué esa pieza, para qué se hizo, cómo se construyó. Hay muchas maneras de ver o de entrarle a la joyería. También hay muchos que no se preguntan qué es esa joya, simplemente les gusta y se la llevan y la portan o exhiben y esto tiene más que ver con lo ornamental, con el gusto personal. Es igualmente importante porque tiene que ver con el deseo que provoca una joya, revela cierta intimidad ese interés por tocarla, agarrarla y llevarla.
“El gusto por una joya tiene que ver con el deseo que provoca, ese interés por tocarla, agarrarla y llevarla revela cierta intimidad.”
_¿Hace cuánto que trabajás este material?
_Aproximadamente desde 2009. Por entonces visité el Acuario de los Dos Océanos en Ciudad del Cabo, hoy me parece controvertido porque al tener una mayor educación cuestiono la necesidad de los zoológicos y acuarios entre otros espacios de cautiverio de animales aunque entiendo que algunos buscan generar conciencia de lo hermoso que es ese mundo y la necesidad de preservarlo. Era bellísimo y entonces me preguntaba si se pudiera plasmar algo de esa belleza, qué hacer para que la naturaleza no se pierda; me hizo tomar conciencia de lo hermoso que es el mundo y lo imprescindible que es cuidarlo para que sobrevivamos y vivamos mejor.
Un par de años antes había visto en Península de Valdés unos móviles hechos de botellas que evocaban el mar que me llamaron la atención. Y me sumó mucho el seminario «Entrando al Ma» de los artistas japoneses Sayumi Yokouchi y Jiro Kamata, invitados por la entonces Casa Petit Comité, en el que trabajé con PET.
“…Me preguntaba si se pudiera plasmar algo de esa belleza, qué hacer para que la naturaleza no se pierda.”
Ampliar la mirada
_¿Qué descubriste en esa instancia que te sirvió para tu trabajo?
_Por empezar fue una semana en la que me dispuse a vivenciar, un momento de experiencias que siempre es positivo porque implica una suspensión de la rutina diaria, en el que los sentidos se ponen en alerta.
Ese concepto ma, que es un vocablo japonés que significa el espacio o tiempo entre, que puede ser una pausa o se refiere también al momento entre que bajas los palillos y te llevás la comida a la boca, también un ma pueden ser esas piedras entre los senderos japoneses en los que pisás y elegís dónde vas a dar el próximo paso, y referido a las formas puede ser la silueta que se dibuja entre nuestros perfiles mientras conversamos.
Uno de los ejercicios consistía en recuperar la silueta que se formaba entre los objetos; esto fue un descubrimiento interesantísimo que me permitió recuperar esos espacios y desde entonces me amplió la mirada en todo sentido; adquirí un repertorio formal antes no visto.
Otro, supuso sobre la base de esos ma tomar un material y, valga la redundancia, materializar estas formas y, como en esos días ya había empezado a trabajar con plásticos y gomas, elegí el PET. Un seminario de apertura a herramientas creativas que me permitió adquirir otros elementos para trabajar.
Ya había hecho otras investigaciones con el PET. Y sí, inconscientemente evoqué esas formas más orgánicas u otras más geométricas no lo sé; no importa qué fue primero sí que surgió en el hacer y resultó una punta muy provechosa.
“Me permitió recuperar esos espacios y desde entonces me amplió la mirada en todo sentido; adquirí un repertorio formal antes no visto.”
_¿Usás un material producido para desechar como residuo no biodegradable. ¿Al reconvertirlo y sacarlo del circuito buscás frenar esa circulación?
_Esa es mi intención, Y al transcurrir los años voy viendo cómo mi trabajo se hace eco de políticas de reciclado, aunque he visto que para muchos es una postura que termina desvirtuando ciertas intenciones como la mía; hay que tener cuidado de no dejarse manipular y más bien hay que adherir a planes y proyectos que realmente contribuyan a sacar el plástico del circuito vicioso de la contaminación.
Noto que hoy hay más conciencia de lo nocivo del plástico; de hecho se recicla más que cuando empecé a trabajar este material.
Además, ha habido un cambio en el material. Antes el plástico con que trabajaba tenía una calidad y ahora el PET de las mismas marcas es levemente diferente, más gomoso, no es tan quebradizo, tiene un tono más amarronado, antes era más cristalino y esto se debe a que ahora se usan botellas recicladas. Entonces, hay un porcentaje menor de producción de plástico para envases porque se utiliza el circulante; las fábricas sostienen que reciclan algo menos de un 20 por ciento; es decir, algo está cambiando. También hay una restricción, ya que para los alimentos no se puede usar cualquier tipo de plástico lo cual supone una clara trazabilidad del origen de esos plásticos.
“Hay que adherir a planes y proyectos que realmente contribuyan a sacar el plástico del circuito vicioso de la contaminación”.
Trabajar para transformar
_Con uno de los materiales más sintéticos conseguiste un aspecto muy orgánico, que no requiere de una transformación química como la que lo formó sino mecánica o ¿cómo lo lográs?
_Sí, es mecánica. Ese impacto que me causó el acuario mencionado y el leer tantas noticias sobre el desastre ambiental que provocamos en el planeta, hace que mis piezas tengan cierto trasfondo de la naturaleza. Por eso es lógico o no me sorprende que lo primero que producen o manipulan mis manos son piezas con un lenguaje orgánico que claramente remite a la naturaleza. Casi todo lo que hago evoca a lo natural.
Aunque tengo una formación muy técnica que también influye por mi carrera de diseño industrial. Como esto responde a un saber más racional, a veces los productos resultantes parecerían más rígidos, más estructurados. Pero en mi caso se filtra ese impacto al que hacía referencia por lo que tiene que ver con lo afectivo. Esto es parte del lenguaje que trabajo.
Respecto a la transformación, las operaciones son muy sencillas. Se trata de migrar técnicas, saberes adquiridos o formados en otros universos, sean de la joyería, diseño, carpintería, manejo del papel o de la construcción. Me alimento de diversos universos y hago una transformación del material casi manual, porque implica, limpiar, recortar, corrijo, trabajo con fuentes de calor suaves, como un secador de pelo, un mechero con alcohol o una vela, para apenas hacer una termocontracción ya que el material reacciona, se curva y modula. No mucho más que eso.
“Se trata de migrar técnicas, saberes adquiridos o formados en otros universos, sean de la joyería, diseño, carpintería, manejo del papel o de la construcción”.
_¿Pero aplicás técnicas de joyería?
_Me encanta la construcción manual con herramientas, y sobre el PET aplico técnicas propias de la joyería y pruebo para ver resultados, como el uso de lijas para el esmerilado. Esmerillar y aplicar calor sobre el metal para conseguir cierta maleabilidad es muy de joyería.
Esto lo complemento también con construcciones bien de joyería al incorporar metales tales como bronce, alpaca, plata y cobre con, por supuesto, gran protagonismo del PET. El metal me sirve para resolver cierta funcionalidad que con el PET es más complicado de obtener y, en general, tiene que ver con el soporte de la pieza o con la estructura en el caso de los anillos, una base en broches cuyas agujas o espinas hago en acero inoxidable o los aros que son siempre en plata. De todos modos trato de que la intervención con el metal sea mínima, que pase a segundo plano, que acompañe.
“Sobre el PET aplico técnicas propias de la joyería y pruebo para ver resultados”.
_Imaginaba que en tu taller tendrías un almacén de plásticos por morfología, color y hasta textura.
_Te muestro: tengo una selección de plásticos que me llaman la atención, acumulo muestras y colores y también el resultado de distintos experimentos. Al principio me daban y mandaban de todo pero ahora todos los que colaboran saben qué tipo de plástico uso, que es el PET. Cuando son colores raros, los conocidos me traen. Lamentablemente con el consumo familiar y de amigos me arreglo, porque cada vez hay más envases de plástico tanto para comida como para limpieza de todo tipo. Así que resuelvo sin dificultad la etapa de acumular, lavar y cortar para achicar el volumen y no sólo para realizar piezas de joyería sino también para utilizar como recipientes de teñido, por ejemplo, pero es alarmante cuanto plástico usamos.
La producción de plástico más impresionante que utilicé fue de más de 700 botellas gaseosas y agua mineral que, como fue en un principio y para un evento tan particular como la presentación en Loot Mad About Jewelry, el museo de diseño de Nueva York, la registré especialmente. Con ese procesamiento realicé la colección «Natura» con más de 220 piezas de joyería contemporánea.
Algunas botellas tienen texturas como nervaduras o puntos que son muy lindas pero que requieren de una recolección particular para tener el material suficiente, de manera, por ejemplo, de trabajar todos los módulos con esas nervaduras. Prefiero trabajar con PET liso que no es tan rígido, aunque no es común y corriente.
“La producción de plástico más impresionante que utilicé fue de más de 700 botellas gaseosas y agua mineral para más de 220 piezas de joyería contemporánea.”
_¿Cómo conseguís ese efecto satinado tipo vidrio?
_Cuando me propuse trabajar con el PET parte del desafío era cambiar ese código de inmediatez con que identificamos al plástico. Por eso trabajé para detectar cuáles eran sus atributos que hacen que lo reconozcamos y busqué cómo contradecirlos. Esas propiedades son, entre otras, el brillo por eso lo bajo con un efecto satinado y la transparencia por eso busco la traslucencia que deja pasar la luz de manera más difuminada.
Lo trabajo con el calor con un método mediante el cual realicé las piezas de la colección «H2O» que en esa primera etapa eran transparentes. Con esta serie obtuve en 2012 el Premio Adquisición del XI Salón Diario La Capital y del Museo Juan B. Castagnino de Rosario.
Segunda oportunidad
Buscaba elementos que me permitieran la calidad de la propuesta estética. Desde ya la forma y la terminación superficial que también aporta mucho. No se trata de que me interese borrar que sea plástico sino más bien evocar o provocar las ideas que están por detrás y que quiero transmitir con estas joyas contemporáneas. Sacarle brillo al material fue un paso importante y esto trajo aparejada la textura y su manejo con lija, faja esmeril o una muela o hasta con la polea; y hasta probé con el torno y hasta arenado. Es decir, me abrió un mundo, el mundo de lo sensible que percibimos.
El efecto reflectante se consigue justamente con la textura pareja que se logra con la aplicación de lija. El trabajo manual es importante, las máquinas ayudan pero la última pasada o terminación a mano hace que la pieza sea única porque con esta consigo uniformar o controlar la pieza. Así, mientras lo voy transformando dialogo con el material.
Como la mano no hay, y es un tiempo para pensar, requiere de mucha paciencia y de estar en el aquí y ahora. Este es el gran aprendizaje que agradezco y le debo a la joyería, el cual supone respetar el tiempo que llevan los procesos, implica dedicación y asumir que no hay nada para perder y todo para ganar. Si alguna pieza sale mal o no como quería, fue un tiempo que invertí en tener una experiencia… si una pieza se derrite, se arregla o te da la oportunidad de volver a realizarla. La joyería siempre te da una segunda oportunidad.
“A la joyería le debo la paciencia, el respeto, la dedicación y el estar aquí y ahora. En joyería tenés todo para ganar, nada para perder.”
_¿Descubriste otros efectos o estás trabajando en algún otro sobre el plástico u otro material?
_La posibilidad del cambio de color fue fundamental. El color es un atributo muy importante para las formas, muy potente como herramienta de expresión y comunicación. El color no es inocente, dice mucho, permite hacer asociaciones y pensar en determinados mundos, supone muchas idas y venidas y genera un sinfín de posibilidades. Cuando logré hacer algunas transformaciones de color también se me abrió un panorama interesante. En el interín, en el proceso, en la experiencia, muchos procesos fracasaron, hubo muchas maneras de hacer que comprobé e incorporé.
El manejo del color de alguna manera fue gracias a Mabel Pena que me sugirió el uso de color, a propósito de una requisitoria de la curadora del Museo de Arte Popular José Hernández para una expo, y fue un ábrete sésamo. Trabajo con el color del plástico y a veces lo tiño o no, según lo que pretenda.
Mediante la comunicación online con mis alumnas que conocí en los cursos online que ofrezco supe de las tinturas disponibles en otros países, donde hay más circulación de insumos; así voy sumando a la lista de posibilidades. Por ejemplo, una estudiante de México me contó que probó con el pigmento de achiote que tiene un tono rojizo un poco amarronado agradable. Es ese condimento sustituto del azafrán procedente del fruto de una planta, que en el período prehispánico se empleaba en la cocina y hoy se extiende a las industrias alimenticias, cosmética y textil, ahora puedo decir que sirve para aplicarlo a la joyería contemporánea.
“La posibilidad del cambio de color fue fundamental. El color es un atributo muy importante para las formas, muy potente como herramienta de expresión y comunicación”
_¿La propiedad de termocontraíble fue clave en tu procesamiento del PET?
_Al principio fue clave y es lo más aceptable para piezas orgánicas que remiten a la naturaleza y que tanta fascinación ejercen. Una especie de compensación que hace fluir el plástico que tanto estanca. La naturaleza en el arte siempre ha jugado un papel importante, siempre genera empatía y haberlo conseguido aun con un material sintético me enorgullece. Para esto el uso del calor es fundamental.
Como contrapartida hice otra colección como «Ciudades», que gusta más a los proyectistas o arquitectos, la cual tiene más que ver con esa educación adquirida. Será porque estas piezas, que trabajé con remaches metálicos, se podrían reproducir mediante plantillas y hacer otras casi iguales. También será porque estas piezas remiten a una arquitectura modernista.
Este material es muy rebelde al pegamento por eso apelé a los saberes adquiridos en la joyería como el uso del calor y los remaches que también se usa en la talabartería y en la indumentaria.
“La naturaleza en el arte siempre ha jugado un papel importante, siempre genera empatía y haberlo conseguido aun con un material sintético me enorgullece.”
_¿Qué conceptos del diseño industrial aplicás?
_Fundamentalmente los criterios constructivos. El proceso de construcción de piezas a mano tiene esta base más técnica o saber más mecánico que deriva en la manera de armar las piezas. La diferencia es que en joyería me quedo en lo que en diseño se conoce como el prototipo, que luego al adaptar procesos se hace la producción o las repeticiones. En algunos casos las hago y en la mayoría me quedo con esa pieza original porque me permite de alguna manera controlar y manejar el resultado hasta el final.
El criterio de proyectar o pensar está siempre presente. La construcción en plástico parecería tener más que ver con lo espontáneo, con la creación artística -que para mí significa crear en base a imágenes internas o expresarse en base a una necesidad interna porque la joyería artística supone crear o expresarse sobre la base de una necesidad interna-, pero bueno en la parte de construcción de la pieza interviene una mirada proyectual. Un proyecto que supone entender cuáles son los requerimientos, sobre todo si es una pieza de uso, ya que algunos materiales y formas pueden ser más aptas que otras.
“La joyería artística supone crear o expresarse sobre la base de una necesidad interna.”
Cuando lo funcional define
_¿Siempre pensás tus joyas como piezas de uso?
_Sí. Me cuesta mucho prescindir del uso o portabilidad de una pieza de joyería, aunque repito, admito que no es su fin y no es necesario. Lo funcional ayuda y termina de definir una pieza de joyería.
“Lo funcional ayuda y termina de definir una pieza de joyería.”
_En tus últimas piezas incorporaste lo digital.
_Trabajé con archivos fotográficos digitales. Son fotos viejas de reuniones familiares, que primero trabajé con un sistema digital para achicarlas en un proceso que también tiene que ver con lo proyectual, lo cual supone un proceso de transformación y adaptación en función a la necesidad, un recurso que claramente me viene del diseño industrial. Luego las imprimí en acetatos, que intervine porque son brillosos, de esta manera otra vez volví a aplicar un saber distinto.
Cómo tratar el material sin perder la imagen me pregunté en el proceso y apliqué herramientas de abrasión y lacas para acentuar el grado de opacidad. Estas son algunas de las operaciones que realicé sobre el acetato, presente en las piezas que presentó en la expo que ahora se ve en Munich.
La incorporación de laca o un barniz al agua mate se debe a que manipulaba un acetato impreso, justamente para preservar las imágenes.
“Mi trabajo supone un proceso de transformación y adaptación en función a la necesidad, un recurso que claramente me viene del diseño industrial.”
_¿El teñido lo hacés en el proceso inicial o final?
_Se puede hacer en cualquier momento pero prefiero realizarlo en la previa, antes de armar las piezas, pero probé de todo y los resultados son siempre interesantes.
Cuando te desprendés de la pieza como objeto preciado, podés probar libremente con la confianza de que no tenés nada que perder. Si algo no me cierra sigo buscando. Si, por ejemplo, la tintura no me queda como quiero, la pierdo pero gano en otra opción con que me identifique, que me guste más. Y en esas búsquedas he tenido experiencias maravillosas con grandes hallazgos, como así también tengo una caja con piezas que ni muestro porque me parecen horribles, pasa de todo…
“Probé de todo y los resultados son siempre interesantes.”
_Además de diseño industrial hiciste la carrera de Curaduría de Arte.
_Diseño Industrial es muy práctico -además de esta carrera de grado en la UNLP hice el curso anual, School of Visual Arts, en Nueva York-, pero sentía que necesitaba un mayor basamento teórico. Entonces, opté por Curaduría para entender nuestra cultura, de dónde venimos o alimentamos en términos generales; también, me dio herramientas críticas para analizar y empezar a entender por dónde quiero ir; me aportó mucho desde el punto de vista de la semiótica para entender cómo reelaboramos y para comprender que cada uno de nuestros discursos está basado en discursos previos. Con todo, pude desarrollar un espíritu más reflexivo, analítico y crítico.
“Pude desarrollar un espíritu más reflexivo, analítico y crítico.”
_¿En qué proyectos estás trabajando?
_Estoy bastante abocada a la docencia en mi taller donde ofrezco técnicas de joyería en general no apunto a la aplicación del PET sino a cualquier material que elijan. También, brindo cursos en otras escuelas de manera online, lo mismo volveré en el segundo semestre en el MAP y en abril lo repetiré en forma presencial en el ahora Espacio Joya. Y sigo adelante con la materia de Diseño de Joyería como parte del posgrado Diseño del Indumento, de la Facultad de Artes de la UNLP, que aborda el proceso de diseño de Indumentaria y Joyería.
“Estoy bastante abocada a la docencia en mi taller donde ofrezco técnicas de joyería en general no apunto a la aplicación del PET sino a cualquier material que elijan.”
_Trabajaste en otros materiales además del PET y el metal.
_Sí, con papel, maderas, piedras y bastante en mix con metal, claro. Estuve mucho con metal porque después de Diseño industrial estuve por siete años con el maestro de origen armenio Aschian Sarquis trabajando con técnicas tradicionales en oro, plata y piedras, después seguí por otros muchos años con Jorge Castañón donde aprendí otras técnicas más experimentales, en un principio sobre metal y comenzando a pensar más en el concepto. En un momento se enseñó joyería con el mandato del manejo conceptual pero ahora es más libre.
A veces pienso un concepto que materializo en una pieza, otras es al revés; muchas, juego con el material y esa intervención me sugiere algo; también hago el esfuerzo por reconstruir a qué me lleva eso.
Y en esas cosas de la semiosis, de la experiencia, me pregunto a qué remite o por qué me resuena y me doy cuenta que hay algo, que viví algo de eso o alguien me contó y me quedó picando; eso también es muy común, inconsciente y hasta genuino; el presente o el futuro muchas veces responde a eso que ya fuiste, que ya hiciste.
En Munich
De esto se trata mi trabajo para «Missing Memories», la muestra comisariada por Juan Rusich para galería Alliages que hoy se muestra en paralelo a Schmuck en Munich. Ese volver, ese continuo activa nuestra memoria. Una herramienta reflexiva que pude adquirir a partir de los planteos del escritor Franklin Velez, como parte de los cursos de la Licenciatura en Curaduría en Artes de la Universidad Nacional de las Artes. Al tomar contacto con sus textos me di cuenta que reflejaban eso que inconscientemente había hecho, y se manifiesta una red en la que se abren y cierran caminos.
“A veces pienso un concepto que materializo en una pieza, otras es al revés; muchas, juego con el material y esa intervención me sugiere algo; también hago el esfuerzo por reconstruir a qué me lleva eso.”
_¿Qué llevaste a Munich?
_Como respuesta a una convocatoria de Alliages presento una pieza en acetato impreso de la serie descripta. Con esta fundación también formo parte de Legado, que es un proyecto en el que los joyeros donamos piezas para el museo de joyería contemporánea Espace Solidor ubicado en Cagnes-sur-Mer, al sur de Francia, y participo de sus muestras itinerantes que, en el caso de «Missing Memories» arrancó en Lille, ahora se exhibe en una galería del barrio de Schwabing en Munich a propósito de Schmuck, continuará en Melting Point en Valencia, probablemente seguirá por Madrid y también estaría en Contemporania Barcelona la feria que reversiona Joya Barcelona.
De esta muestra también participan las argentinas Monique Lecouna, Elvira Cibotti, Paula Botto Fiora y Hebe Argentieri.
Mi trabajo muestra cómo está presente la memoria, cómo vivimos en la memoria por eso tiene que ver con ese continuo al que hacía referencia, con esa permanente retroalimentación de lo que fuimos para construirnos, vivir el presente y, de alguna manera, perfilarnos hacia el futuro. La pieza de esta serie implica un desplegar, que aparece y desaparece, que en un momento está y en otro no, tal como funciona la memoria; algo nos dispara un recuerdo o una imagen y reconocemos eso que estaba adormecido. Me gusta profundizar una idea a través de una serie, en la que se da una transformación de una pieza a otra aun con un hilo conductor, por eso seguro seguiré trabajando con esta propuesta incipiente.
Tal como se muestra con este anillo es una suerte de catarata que se despliega y mueve, con imágenes que aparecen y desaparecen con impresiones sobre acetato y se completa con PET y alpaca. Me interesa trabajar este mismo continuo sobre PET, a veces una imagen tan explícita puede que cierre en vez de abrir sentidos, entonces puede que siga con imágenes pero no tan evidentes. En el anillo elegido por Alliages las imágenes están en segundo plano. Lo ambiguo te hace pensar asociar distintos conceptos por eso intentaré seguir en ese camino.
“Lo ambiguo te hace pensar asociar distintos conceptos”
_¿Y otro material?
_Bueno, recientemente trabajé con las maderas del deck que tengo en el patiecito interno del taller, Veré, no sé, quizá ya es tiempo de pasar a otro material pero cada vez que me lo planteo aparece una nueva manera tratar el PET.
En «Océanos», «Heridas», el color es muy fuerte y según como lo trabaje evoco distintas ideas. Cuando creí que esto estaba agotado, descubrí que podía trabajarlo con fajas de esmeril y no pude parar. Por eso, ya no digo de esto basta…
“Cuando creí que esto estaba agotado, descubrí que podía trabajarlo con fajas de esmeril y no pude parar. Por eso, ya no digo de esto basta…”
_Muchas de tus piezas están en galerías y museos fuera de Argentina.
_Además del museo Castagnino en Rosario y del museo francés Espace Solidor, en los que mis joyas forman parte de sus colecciones, mi obra se encuentra en la galería parisina Elsa Vanier, en la Fundación Cominelli de Brescia o en el espacio online No-gram con sede en Roma que me conecta con interesados de distintos lugares del mundo; estuve durante mucho tiempo en Quoil Gallery en Wellington con quienes participé del espacio Frame, exclusivo de galerías. En Buenos Aires, ahora estoy en la tienda del Museo de Calcos y Escultura Comparada Ernesto de La Cárcova dependiente de la UNA. Dondequiera que estén es un orgullo.
Se lanza Espacio Joya
Apuntes | Notas
“La comunidad joyera local necesitaba un punto de encuentro”

Se anuncia Espacio Joya. Tali Wasserman, de Estudio Joya, y Laura Ferrari, de Espacio AuRoom, se unen y relanzan sus escuelas taller en un emprendimiento único, abarcativo y ambicioso: una nueva escuela de joyería contemporánea que incluye un espacio de cowork, una residencia para estudiantes del interior y exterior del país, una tienda de insumos para joyeros y hasta un café bar, además de que proyectan una galería de arte.
Oficialmente se inaugurará en unas semanas pero ya funciona desde principios de este año.
En qué consiste el proyecto, qué cambia, qué ofrecerá o en qué innova. Cómo la virtualidad tendió lazos hacia una nueva realidad. Joyeros y escuelas en red.
Un recorrido común las identifica y el presente las une. Ambas comenzaron por la joyería fina o más clásica, arrancaron en escuelas de tradición joyera y siguieron su formación con diversos maestros en distintos talleres, una en la Ciudad de Buenos Aires y la otra en Córdoba capital. Tali Wasserman, de Estudio Joya, y Laura Ferrari, de Espacio AuRoom, dicen que acercarse de manera virtual en plena pandemia fue un hito en sus carreras y se convirtió en la base de un proyecto que hoy comienza a concretarse. Ya se habían contactado por un workshop de cera perdida de Rocío Bastida al que asistió Laura, quien quedó enganchada con Estudio Joya por la experiencia vivida en ese taller.
Recuerdan que en ese encuentro sembraron esos valores que hoy buscan cosechar. Por eso, sostienen que “la calidez, la empatía y la diversidad para que todos se sientan cómodos son los pilares de esta nueva propuesta”.
La novedad ya está en marcha en una casona reciclada de Villa Urquiza. Un espacio abierto al que se accede por escalera. Luminoso, con acentos de color que las identifica, y precisamente equipado en respuesta demandas de estudiantes y docentes.
“¿Qué necesitás para enseñar o aprender? fue el disparador para instalar un espacio colectivo y participativo. Así sumaron un sector especial para la fundición, un equipo de pulido y, entre otros, un banco joyero exclusivo para piezas de oro.
No dudaron en repetir la exitosa experiencia de cowork que se da en Espacio AuRoom, en Córdoba capital. “El espacio de trabajo compartido es la solución a una búsqueda personal y colectiva, y responde a una necesidad”, destacan. Además, ofrecen la segunda residencia especializada en joyería del país.
_¿Hacer alianzas es clave?
Tali Wasserman: _Sin duda, Laura con Espacio AuRoom siempre se dedicó a la llamada joyería fina y desde Estudio Joya buscamos integrar lo expresivo y lo contemporáneo, y ahora sumarlo a la técnica de oficio es genial. No es que Estudio no ofrezca técnicas sino que nos sumamos a ese fuerte de AuRoom que también viene de a poco incorporando expresiones en materiales no convencionales.
Laura Ferrari: _Es que comencé trabajando con mayoristas con productos clásicos, como alianzas, sellos o anillos de inicial y después como artista plástica fui sumando otros saberes y prácticas, porque la historia o vida laboral te impone quehaceres. Me fascina la precisión de la técnica que implica la joyería fina.
T. W.: _Tenemos un recorrido similar. Por recomendación de Miguel Mindlis, un profe de Engarce de la Escuela de la Joya donde estudié, arranqué como pasante en una empresa en la que se hacía engarce de joyería en platino para exportar y luego seguí en una fábrica en la calle Libertad hasta que en 2001 me puse un taller y abrí mi propia marca.
“Buscamos integrar lo expresivo y lo contemporáneo, y ahora sumarlo a la técnica de oficio es genial”.
_¿Cómo surgió este proyecto y en qué consiste?
L. F.: _Comenzamos a conversar en septiembre de 2021 porque me interesaba hacer algo juntas. Ambas tenemos una escuela, la mía de Córdoba con un coworking y una marca de fabricación de alianzas con muchos clientes en Buenos Aires. Y decidimos aliarnos para expandir y potenciar esta idea de compartir mucho más que joyería desde la diversidad.
Proyectamos abrir una escuela apta para todos o muchos, incluso personas con alguna discapacidad como aquellas que se manejan con lenguaje de señas u otros. Empezamos con talleres especiales y pensamos sumar becas para personas que no tienen acceso; apuntamos a que esté coordinado desde un departamento Social y podrá incluir de clases para presos, como ya se ofrecieron desde La Coope, más un cupo trans y lgtb entre los empleados. La joyería será una excusa para que en este lugar, en el que circulará mucha gente, se genere un espacio más abierto y diverso.
Cuando la joyería es una excusa
T. W.: _Funcionará una escuela taller de joyería contemporánea, un lugar de trabajo cooperativo con alquiler de espacios de trabajo exclusivo de joyería, una tienda de insumos en alianza con Casa Wasser y Metales Julio no solo para alumnos sino para la comunidad joyera local. Además de una residencia para joyeros, con alojamiento, uso de las instalaciones, horas de seguimiento de proyecto y de otros talleres con combos de 30 y 45 días en principio; ya arranca en estos días con una estudiante brasilera.
Buscamos promover o visibilidad la joyería contemporánea local en Latinoamérica mediante alianzas, intercambios o trabajos en conjunto con otras escuelas.
“La joyería será una excusa para que en este lugar, en el que circulará mucha gente, se genere un espacio más abierto y diverso.”
_¿Qué cambia en la oferta educativa que vienen brindando?
L. F.: _No es específicamente la suma de técnica y libre expresión o más artística porque de alguna manera se da en cada uno de nuestros espacios sino que el cambio o salto se da en una mayor infraestructura y disposición de recursos, equipos y maquinaria en un lugar más amplio. Además, pretendemos proyectarnos en el exterior a partir de nuestra experiencia online y de coworking. Ya contamos con una agenda de intercambio de estudiantes con escuelas de Chile y Brasil que se va a hacer extensiva a docentes.
“El cambio o salto se da en una mayor infraestructura y disposición de recursos, equipos y maquinaria en un lugar más amplio”.
_¿Es una respuesta a una necesidad?
L. F.: _En mi caso, responde a eso que hubiese querido tener cuando estudiaba: una propuesta educativa que integre taller, insumos, un espacio de trabajo cooperativo y hasta una residencia con intercambio. Muchos trabajan en su casa no pueden hacer más por falta de herramientas y creemos que este espacio va a completar y enriquecer mucho el trabajo joyero, porque se dispone de un banco, equipo de fundición, laminadora, pulido, recepción de clientes, wifi, es decir, un taller completo que responde a las necesidades de hoy.
T. W.: _Los estudiantes avanzan, crecen, arman marcas y esa respuesta tan grande requiere de una oferta acorde. Creo que lo que podía ofrecerles en relación al volumen de crecimiento daba para más. Así que esta propuesta estimula a una reacción aún mayor. Sin duda hay mucha demanda y eso, en lo personal, me lleva a que también evolucione, progrese y ofrezca un servicio más completo. Sé que soy potenciadora y he conseguido que quienes han venido a mi taller armen un estilo de vida diferente, y estoy feliz y orgullosa de eso. El quincho de mi casa que fue una alternativa en pandemia me quedó chico sobre todo después de haber tenido un local para una escuela con cerca de una docena de docentes para cien alumnos; pareció que retrocedí pero no, me permitió continuar y ahora impulsarme mucho más.
También, es una necesidad de la comunidad joyera local porque a poco de contarlo, muchos colegas se acercaron para apoyarnos, aplaudirnos o plantear sus inquietudes, que estamos teniendo en cuenta.
“(Espacio Joya) responde a eso que hubiese querido tener cuando estudiaba… Esta propuesta estimula a una reacción aún mayor. Sin duda hay mucha demanda y eso, en lo personal, me lleva a que también evolucione, progrese y ofrezca un servicio más completo”.
_¿Fusionaron ambas escuelas?
T. W.: _Ahora todo es de todos. Estudio Joya y Espacio AuRoom se convierten en Espacio Joya con sede en Córdoba capital y Villa Urquiza, con una misma escuela unificando espacios de comunicación, como la web y las redes sociales.
Sin embargo, la integración no supondrá similitud, ya que ambas escuelas conservarán ciertas particularidades con algunas propuestas que funcionan en cada uno de los lugares, como los workshops internacionales que se dictarán de acuerdo a la demanda de cada lugar y la modalidad valor del coworking que en Córdoba se da de manera permanente y entendemos que en Buenos Aires tal vez no es tan necesario sino que la demanda se dará por una necesidad de trabajo más puntual, en particular, para intercambiar o generar comunidad, creemos que se dará por estilo de vida.
“Ahora todo es de todos. Estudio Joya y Espacio AuRoom se convierten en Espacio Joya con sede en Córdoba capital y Villa Urquiza, con una misma escuela unificando espacios de comunicación”.
_¿Qué se podrá encontrar en Espacio Joya?
T. W.: _Siguen las clases regulares libres de seguimiento de proyecto, con una clase de técnica pautada y guiada. Ya este mes arrancan los workshops presenciales, como el de PET de Fabiana Gadano, y el de modelado en cera de Eliana Irazábal. Mucha de la oferta online que se dio en estos años se volverá a hacer en forma presencial aunque se preservará la modalidad virtual porque contamos con alumnos en todo el mundo: Chile, Brasil, México y España, sobre todo, además de Colombia, Venezuela e Italia, entre otros. Y pronto sumaremos a Lara Sturzenbaum que además de sus clases de joyería habituales ofrecerá clases en inglés, una vez que abramos nuestra comunidad virtual al habla inglesa.
L. F.: _En la sede de Córdoba, los contenidos seguirán un poco más estructurados en diversos niveles que sistematizan el aprendizaje de técnicas como parte de un programa que va de Inicial, Avanzado, Proyecto a Taller libre; además de workshops y clases personalizadas. Pretendemos integrar ambas modalidades o propuestas en una sede y otra, con meta a una carrera oficial.
Ahora, estamos trabajando en el montaje del cowork, del mobiliario de exhibición de la tienda y terminando de instalar a residencia
“Pretendemos integrar ambas modalidades o propuestas en una sede y otra, con meta a una carrera oficial.”
_¿Con los intercambios, pretenden una red de escuelas?
T. W.: _Hay muchas escuelas de joyería en Latinoamérica y buscamos conectarnos para potenciar saberes a través del intercambio de estudiantes y maestros. Por eso, sostenemos que este proyecto quiere ser colectivo. Si bien cada una tiene su propuesta consolidada, con Espacio Joya damos un paso más allá, con muchas ganas de hacer y acercarnos a otros.
Ya estamos en contacto con la Escuela de Joyería de Pamela de la Fuente en Santiago de Chile, la Escola Brasileira de Joalheria de Río de Janeiro, la Escola Brasileira de Joalheria y la Escola Laboratório Núcleo Joalheria Contemporânea de San Pablo, entre otras. Una de las ideas es armar giras de artistas joyeros internacionales por las escuelas asociadas. Para este año estamos en conversaciones con Jorge Manilla, eventualmente vendría Chris Kiseno y tal vez Tania Crane.
“Este proyecto quiere ser colectivo. Si bien cada una tiene su propuesta consolidada, con Espacio Joya damos un paso más allá, con muchas ganas de hacer y acercarnos a otros.”
_¿Y en el ámbito nacional?
T. W.: _Sin duda que crearemos un tejido local y el espacio nos ayudará, por ejemplo, disponiendo de este taller como espacio multiuso, auditorio incluido. Hay muchos joyeros con valiosos conocimientos que podrán hacer uso de este espacio para transmitir lo suyo. La intención es unirnos y potenciarnos entre nosotros, entre los joyeros.
Obviamente, no todo el fuerte o no todo pasa por el exterior o Europa porque acá hay muy buenos maestros y referentes que también son reconocidos internacionalmente. Por esto, nos interesa fortalecer nuestra identidad latinoamericana. La comunidad joyera local necesitaba un punto de encuentro.
L. F.: _Y sí también haremos intercambio con otras escuelas joyeras de Argentina. Ya estamos en ese relevamiento y tendiendo líneas para conectarnos y empezar a tejer esa red.
“Nos interesa fortalecer nuestra identidad latinoamericana. La comunidad joyera local necesitaba un punto de encuentro”
_¿Qué se necesita aprender de joyería hoy?
L. F. _Soy fan de la técnica pero no considero que tenés que saber todas las técnicas al cien por ciento para ser joyero. La técnica te da libertad para crear. Cuantos más recursos técnicos adquirís más posibilidades tenés para definir y hacer una joya. Si tus conocimientos son acotados probablemente tu capacidad de diseñar una joya también sea pequeña.
T: W.: _Hay muchas formas de ser joyero, depende de la inquietud y de lo que busque cada uno. A las personas les interesan distintos aspectos de la joyería. Hay algunos que quieren saber mucha técnica, otros que solo aprenden lo que necesitan para expresar lo que desean, hay quienes solo buscan una salida laboral y buscan vender piezas de joyería, otros quieren aprender solo por hobby y hay quienes no aplican técnicas de joyería sino ingenio en el uso de materiales no convencionales.
Alcance sin límites
No hay límites en el alcance de la joyería, de su aplicación, de los materiales que se usen. Los límites se corrieron bastante, se fusionan entre diversas artes. Lo mismo, no hay límite de tiempo. No se requiere de un tiempo mínimo para estudiar y poder hacer. Ahora somos más libres, solo está bueno saber qué queremos contar, con qué material nos sentimos más cómodos o si nos sirve para lo que queremos decir y ya. Vamos viendo qué herramientas o conocimientos necesitamos.
L. F.: _En el proceso de enseñanza aprendizaje de la joyería tampoco se lo ve al docente como una figura que verticalmente imparte conocimientos sino que más bien se da una relación horizontal, más de igual a igual, en la que todos aprendemos y descubrimos. Obviamente aprendemos mucho de los estudiantes, muchos de los cuales son profesionales en otras disciplinas, como diseño de moda o indumentaria, vestuario, artes plásticas en general y otras que aportan mucho al quehacer joyero; suman una mirada diferente que nos permite ver a la joya desde otros puntos de vista.
Así, no solo se desdibuja cada vez más el límite entre el docente y el estudiante sino entre la joyería y otras artes. Más bien es un grupo creativo, de intercambio y consulta, en el que todos opinan y discuten la obra del compañero. Pensamos y resolvemos la joyería entre todos. Sí es cierto que se enseña la técnica que nos permite ese nivel de intercambio o discusión; sin esa herramienta no podemos avanzar.
T. W.: _De la misma manera horizontal, estamos gestando el proyecto. Conversando qué herramientas necesitan más los docentes o los estudiantes, cómo les gustaría o necesitan que sea el espacio en el que van a trabajar. Los participamos para tomar decisiones porque pensamos que la escuela la hacemos entre todos. Y esto excede a la joyería. Hoy todo se piensa de manera más horizontal, sobre todo, en las artes. También, pretendemos proyectarnos más allá de la joyería.
“La técnica te da libertad para crear. Cuantos más recursos técnicos adquirís más posibilidades tenés para definir y hacer una joya.”
_¿Hacia dónde?
T. W.: _Tenemos muchas ganas de incursionar en la tecnología e investigar de qué manera se puede linkear con la joyería. Tenemos algo de experiencia adquirida con la muestra interactiva « Refugiados», hecha con realidad aumentada por Estudio Joya durante la Bienal de 2018. Estamos indagando entre la realidad y virtualidad con joyas mediante. Sumar tecnología hoy es clave, entre otras, pensamos en un desarrollo en el que los estudiantes puedan tener un avatar o identidad virtual para interactuar.
Además, es fundamental lo interdisciplinario, lo cual nos obligará a maridajes con otras expresiones, como la fotografía, por ejemplo. Es claro que ampliar los límites está bueno. Y en este desdibuje surgen otros intereses que enriquecen, que nos contactan. De esta manera, la joyería para a ser un pretexto para conocernos o para entendernos más como seres humanos.
E insisto y repito: la joyería termina siendo una excusa; en muchos casos la joyería te cambia la vida, y eso es lo importante; te cambia no el estilo de vida, o sí, sino la vida como ser humano, porque podés aprender a expresarte, a conectarte con el otro, a ser más sensible a lo que te pasa y le pasa al otro, podés mejorar tu relación con el otro, podés cambiar tu manera de vincularte, podés sentirte más valorada, podés darte cuenta que sos capaz de hacer lo que querés o te proponés y mejorás tu autoestima. En las clases, con la excusa de enseñarles a limar lo que realmente me interesa es que se valoren, que sean independientes, que se animen, que se vinculen con el otro.
La joyería te atraviesa como ser humano. En este caso, es la joyería pero podría ser cualquier otro oficio o actividad, lo importante es conectarnos con nosotros mismos y con el otro.
L. F.: _ También nos interesa ofrecer experiencias. La propuesta de Espacio Joya no busca solo sentarse en un banco joyero o tras una mesa sino que apuntamos a experimentar y poder hacer. La ambientación suma, una degustación también porque no es la comida en sí sino lo que ésta habilita. Apelar a todos los sentidos para movilizar y hasta conmover desde la joyería está buenísimo y hacia eso vamos.
En ese sentido, se inscribe nuestra propuesta de Alianzas únicas, que realizamos desde hace siete años en Córdoba y ahora la traemos a Espacio Joya de Villa Urquiza. En ésta, los novios hacen sus propios anillos y le dan un significado especial, materializando su historia y siempre resultan momentos únicos emocionantes. Es otro espacio de intercambio y de disfrute de la joyería. Proyectamos repetir o ampliar esta experiencia con Joyas Compartidas entre madre-hija, amigos y más.
T. W.: _Nuestro proyecto incluye un bar en la terraza, que no estará abierto al público sino que será un espacio para seguir compartiendo antes o después de hacer una joya en una clase del taller, tras una charla, después de una de estas experiencia o en una pausa durante el coworking. Con el tiempo pretendemos ir sumando y sumando más propuesta, como una galería de arte. Vamos viendo que nos depara la joyería u otras artes…
“La joyería te atraviesa como ser humano. En este caso, es la joyería pero podría ser cualquier otro oficio o actividad, lo importante es conectarnos con nosotros mismos y con el otro”
Entrevista a Lara Sturzenbaum
Apuntes | Notas
“Pude estudiar y convertir mi hobby en una profesión”

Lara Sturzenbaum consiguió transformar un hobby en una “profesión” gracias a una carrera universitaria especializada en joyería, en Nova Scotia, Halifax, que describe de manera apasionada porque así la estudió: “enfocada -casi con obsesión- en aprender todo sobre joyería”.
Cuenta que la práctica y la dedicación a full la llevaron a obtener un título que hoy le permite aplicar a una residencia artística y a un máster. Dice que estudiar es la clave para avanzar y afirma: “Aspiro a seguir aprendiendo y hasta enseñando en la misma universidad en la que estudié”.
De paso por su Río Gallegos natal o, más bien, desde un campo en la zona cordillerana, explica cómo fue su experiencia, por qué elige un máster como transición al mundo laboral, presenta a Malercas, su firma de joyería con piezas únicas hechas en bronce y plata, habla de la enseñanza virtual de la joyería, de su fascinación por el esmaltado y también da detalles de sus investigaciones con biomateriales.
_¿Cómo empezaste en joyería?
_Empecé como muchos, jugando hasta que se convirtió en un hobby. A partir de cierta habilidad con las manos y el interés por los adornos, desde muy chica comencé a hacer bijoux para familiares y amigos. Con los años, pasé a crear piezas con piedras naturales de Río Gallegos, donde nací.
De viaje en un año sabático por Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda, conocí a una joyera en Kumeū, a 40 minutos de Auckland, que me acercó al oficio, en particular, a la técnica de soldado y me encantó, tanto que decidí buscar una carrera de grado universitario para aprender y profesionalizarme en joyería.
Apliqué a varias universidades, algunas de las cuales no me resultaron accesibles, por eso opté por la pública de Halifax, una ciudad de Nueva Escocia, en Canadá. Se trata de Nova Scotia College of Art and Design, especializada en arte, en la que estudié una licenciatura en bellas artes con especialización en diseño de joyas para orfebrería, un programa súper interesante. Me aceptaron y dieron una beca a partir de un porfolio de esas piezas hechas con esas piedras patagónicas con que comencé a experimentar. Fui totalmente enfocada a aprender todo lo que tuviera que ver con joyería y no dejé materia optativa sin asistir porque me interesaba mucho aprovechar y ver todo lo que podía.
“Fui totalmente enfocada a aprender todo lo que tuviera que ver con joyería y no dejé materia optativa sin asistir porque me interesaba mucho aprovechar y ver todo lo que podía”.
_¿Cómo es esa especialización en joyería?
_La carrera son cuatro años, con materias prácticas y teóricas obligatorias y otras optativas específicas de la disciplina elegida, que en mi caso fue joyería a full. Incluyó una orientación en prácticas profesionales muy útil que me sirvió para aprender y aplicar para residencias y para investigar sobre maestrías disponibles. Entre las obligatorias está Joyería en distintos niveles, Orfebrería, CAD/CAM Rhinoceros, Gemología, Técnicas avanzadas y otros estudios de profundización. Aprendí muchísimo.
Tengo mucho por enumerar o citar porque incluye técnicas básicas, como calado, soldado, recocido, lijado, pulido, limado, fundición (trafilado y lingotes), además de la técnica con hueso de pez sepia, modelado digital e impresión 3D con distintos materiales a otras como fotografía de joyería, electroformado, diferentes articulaciones, cierres y sistemas, reticulado, engarces, grabado químico, recubrimiento en polvo, diferentes patinas y acabados.
También, estampado con prensa hidráulica, micro soldado de precisión, plegado y hendido del metal, remachado, embutido y acanalado, forjado, cadenas, texturas con laminadora, fotograbado, diseño y fabricación de una edición limitada de joyería a elección con packaging incluido, corte láser en acrílico y materiales no convencionales y paro de citar porque hay mucho más.
Con la mira en aprender todo sobre joyería
Entre las optativas, elegí las de joyería porque, como mencioné, preferí apuntar a mi disciplina al 100%. Sumé Fotografía, Programas digitales y Tintes naturales en el departamento de Moda, para aplicarlo a los bioplásticos.
Quiero destacar, en este proceso de aprendizaje, materias como Fundición a la cera perdida, Esmalte sobre cobre en horno, Cerámica para joyeros y Orfebrería que me fascinaron. También impresión 3D en distintos materiales, entre ellos, cerámica y baño de oro.
La forma de enseñar es diferente, recuerdo que cuando recién comencé la facultad les comentaba cómo era a mis amigas de Argentina y se sorprendían de que no tenía finales, salvo excepciones, pero tenía presentaciones todas las semanas, no había opción a no entregar, sí o sí tenía que llevar la carrera al día. Muy intenso.
Los docentes son apasionados, siempre colaboraban muchísimo, buscan distintas actividades, concursos o exhibiciones en las que pudiéramos participar y aprender fuera del estudio.
En particular, destaco Orfebrería a cargo de la maestra coreana Kye-Yeon Son, a quien también tuve la suerte de tenerla como docente en Estudio I y II y además fue mi tutora de estudios independientes; aprendí mucho con ella y compartió su experiencia de vida como artista, lo cual fue muy valioso.
“Hice joyería a full, desde técnicas básicas a prácticas profesionales; todas las materias optativas también fueron de joyería… en un proceso de aprendizaje intenso.”
_El estudio universitario te aportó mucho.
_Sin duda. Cuando empecé, pensaba que estudiar en el exterior me iba a facilitar mucho todo, después me di cuenta que no pasa por ir a estudiar afuera o en el país sino por lo que se estudia, lo que uno le dedica y para qué. Es que al principio estaba muy focalizada en hacer una carrera universitaria y obtener el título, pero advertí que la capacitación no es una cuestión de grado. En Argentina hay muchos artistas joyeros que completaron su formación en el exterior pero que también aprendieron en escuelas terciarias, como la Escuela de la Joya, y en talleres escuela a cargo de maestros experimentados muy valiosos e interesantes.
Sin embargo, el título suma y mucho. Aspiro a seguir aprendiendo y hasta enseñando en la universidad NSCAD. Además de la cursada que detallé se dictan muchas otras materias optativas en Joyería que no se dieron todos los semestres así que, aún como egresada, puedo seguir aprendiendo y experimentando.
Proyecto seguir con una residencia artística y un master. Estoy analizando aplicar a al departamento de Art and Craft de la Oslo National Academy of the Arts porque me interesan los engastes no convencionales que se proponen en el programa de Metal and Jewelry, que hoy dirige el maestro Jorge Manilla. El master “Medium -and material- based art” es un programa de tiempo completo de dos años, en el que se tiene la oportunidad de continuar una investigación personal dentro de las distintas áreas, combina seminarios, críticas grupales, clases teóricas, orientación individual por parte del tutor, entre otras.
Un master es la mejor opción porque te ayuda a transitar el paso entre la universidad y el mundo laboral o el desarrollo profesional, te posiciona y orienta. Me interesa seguir formándome como artista joyera.
Estudiar una carrera universitaria de joyería me dio una visión global de esta disciplina que no conocía, no solo desde el punto de vista práctico sino también una mirada cultural e histórica. Y en esto tuvo mucho que ver la relación con docentes y compañeros internacionales porque implicó aprender de sus culturas y el significado y uso que cada uno hacía de la joyería.
“Un master es la mejor opción porque te ayuda a transitar el paso entre la universidad y el mundo laboral o el desarrollo profesional, te posiciona y orienta. Me interesa seguir formándome como artista joyera.”
“Estudiar una carrera universitaria de joyería me dio una visión global de esta disciplina que no conocía, no solo desde el punto de vista práctico sino también una mirada cultural e histórica”.
_¿Qué te gusta de la joyería?
_El poder trabajar con las manos es algo que me fascina y encuentro en la joyería la mejor alternativa de expresión, sobre todo, porque me genera mucho bienestar emocional; hacer joyería me pone en eje, me tranquiliza, me encanta.
Haber podido estudiar y convertir mi hobby en una profesión en un oficio que a diario me gratifica es una gran alegría. Las herramientas que me dio estudiar joyería hoy me permiten hacer lo que quiera.
Y estoy siempre sobre la joyería. Todo empieza y termina o me remite a la joyería, me cuesta desengancharme, hasta si salgo a caminar por el campo patagónico donde ahora estoy y termino atenta a qué elementos de la naturaleza encuentro para aplicar a la joyería o qué idea puede materializarse a través de la joyería.
“La joyería es mi mejor alternativa de expresión, sobre todo, porque me genera mucho bienestar emocional; hacer joyería me pone en eje, me tranquiliza, me encanta”
_Trabajás con biomateriales.
_Sí por eso me interesa especialmente esa orientación. Busco aprender técnicas para incorporar los biomateriales. Comencé con los biomateriales en mi tesis universitaria. Había estudiado con Carolina Etchevers y me animé a presentar un proyecto en la cátedra Estudio, ya que quería hacer algo relacionado con el medioambiente.
Transformé la cocina de mi casa en un laboratorio y probé con bioplásticos a partir de recetas con agar agar, un gel que se extrae de algas, como agente gelificante para utilizarlo como piedra en un bisel o remachado porque pensé que tenía que incluir metal pero después me di cuenta que no era necesario y le di un giro y monté bioplástico sobre bioplástico, hasta lo usé como pegamento; sumé cintas y telas y viré del plano a lo tridimensional, también con lo combiné con mostacillas.
Me doy cuenta que da para mucho más y sin duda volveré sobre este proyecto para seguir indagando. Necesito seguir haciendo pruebas sobre la durabilidad y portabilidad, sobre cómo actúan agentes externos y más. También experimenté con biocompuestos a partir de alginato de sodio y cáscaras de huevo para piezas coloradas con frutas y verduras, como repollo, remolacha, espinaca, entre otros.
Experimentar con los biomateriales en pandemia fue una buena alternativa para sobrellevarla y seguir conectada con la joyería.
Pero después de un año y medio al llegar a la facultad volví a tentarme con los metales, me subyugó la infraestructura joyera de la universidad y continué donde había dejado. De esta manera advertí que me interesa trabajar en ambos senderos y por eso trataré de seguirlos de manera paralela.
“Experimentar con los biomateriales en pandemia fue una buena alternativa para sobrellevarla y seguir conectada con la joyería.”
Entre los biomateriales y el metal
_¿Los biocompuestos son difíciles de portar?
_Sí. Muchas de las piezas hechas se sostienen y otras no tanto, por eso hay que seguir profundizando y descubriendo, probando recetas e ingredientes. Hay muchas posibilidades por abarcar. En estos últimos años se avanzó un montón. Hay muchos especialistas. Me gusta el trabajo de Alice Potts, quien reside en Londres, hizo una colaboración con una marca australiana de joyería Mimco incorporando bioplásticos de manera muy interesante.
Mi trabajo es incipiente y apunta al uso de ese material en joyería. Y esta utilización no se ve mucho.
Se ve más recuperación de materiales o reciclados que generación de nuevos materiales. La aplicación de biomateriales requiere de mucho ensayo y error, de cantidad de pruebas para sostener la estabilidad y durabilidad del material. Por eso, usarlos en joyería supone un proceso previo que también involucra pruebas de flexibilidad y color. Es una previa distinta al proceso directo sobre el metal y del esmalte.
“La aplicación de biomateriales requiere de mucho ensayo y error, de cantidad de pruebas para sostener la estabilidad y durabilidad del material. Por eso, usarlos en joyería supone un proceso previo que también involucra pruebas de flexibilidad y color.”
_Y también trabajás en metales.
_Por un lado, trabajo en la técnica de casting que es la fundición de orgánicos o que usa el material orgánico como molde; son elementos de la naturaleza, hojas, ramas y otros, muy afines, ya que me crié en el campo patagónico, donde estoy siempre colaborando con mi familia. Con este material realizo Malercas, mi firma de joyería de autor que tiene piezas únicas hechas en bronce y plata. Es una manera de captar la naturaleza de la Patagonia que siempre me inspira y portarla a través de la joyería.
En Halifax muchos no conocían Argentina, así que usaba esa inspiración en elementos patagónicos para presentársela. Extrañaba mucho porque estudiar no siempre todo es color de rosa cuando se está en el exterior.
Además, el esmaltado en metal, como destaqué, es una de mis técnicas favoritas. Y lo aplico sobre plata en piezas múltiples, cerca de cien, y reversibles; un trabajo que me gusta y siempre da para más.
Me interesa mantener estas dos líneas en paralelo; en un futuro me gustaría prescindir de mi firma comercial y dedicarme a investigar y trabajar la joyería más artísticamente. Sé que no soy la única en este camino, que hay muchos joyeros que se apoyan en una marca y en el dictado de clases para avanzar en su carrera artística. En tanto, no me canso de indagar en uno y otro material, tanto en el metal esmaltado como en bioplásticos.
“El esmaltado en metal es una de mis técnicas favoritas. Lo aplico sobre plata en piezas múltiples y reversibles.”
_¿Qué te gusta del esmalte?
_El color. Soy muy fan de color y el esmalte me permite desplegarlo, exhibirlo en su máxima potencia, jugar, y combinar hasta el infinito. Así como cuando soldé un anillo por primera vez fue un click, el descubrir la potencia del color a través del esmalte fue otro click mayor que me puso en eje, en el eje de la joyería.
Tengo pendiente profundizar en Esmaltado y la universidad me permite seguir anotándome y estudiando lo que quiera, así que cuando regrese a Halifax está entre mis principales intereses.
Es que de antemano sabía que las clases de esmaltado me iban a gustar porque, insisto, me encantan los colores. Aprendimos todas las técnicas básicas de esmaltado sobre cobre, trabajamos con hornos, no con sopletes. Aprendimos varias técnicas de las cuales tuvimos que hacer muestras, como cloisonne o champlevé, acuarelas, diferentes acabados, probar los distintos puntos de fusión del esmalte para conseguir diferentes texturas, etcétera.
Me quede con lo más simple del esmaltado y lo aplico en mi práctica. Uso esmaltes opacos porque expresan mejor lo que busco mostrar en mis piezas, aunque los transparentes son muy bellos también. Me gusta muchísimo trabajar con múltiples, combino formas geométricas estampadas con prensa hidráulica con esmalte.
Acostumbro a trabajar con dos o más colores a la vez de forma muy ordenada y eficiente; esta técnica es mi parte favorita de las piezas, elegir colores, sentarse y estar horas esmaltando.
“Soy muy fan de color y el esmalte me permite desplegarlo, exhibirlo en su máxima potencia, jugar, y combinar hasta el infinito… el descubrir la potencia del color a través del esmalte fue otro click mayor que me puso en eje, en el eje de la joyería.”
_En tu colección «Voltéame» trabajaste un tema poco usual en joyería como es la salud mental durante la pandemia.
_Sí, fue un tema que me preocupó, en particular, porque remite a todos aquellos que la pasaron solos con ansiedad y hasta depresión. Y muchos de ellos estaban bien físicamente pero no anímicamente; podés aparentar estar bien pero por dentro es una lucha. Por eso, lo representé con piezas que evidenciaban esa dualidad, reversibles con un color que de un lado es más claro y del otro un tono más oscuro; podés brillar por fuera y por dentro estás sumida en una oscuridad total.
Busqué generar conciencia sobre los efectos que tuvo el Covid-19 en la salud mental. Es a través de la teoría del color, el movimiento y las formas geométricas que mis piezas expresan esas transiciones por las que pasan las personas al atravesar y buscar recuperarse de enfermedades mentales.
Me gusta mucho trabajar el color y lo hice tanto con los biomateriales como con el esmalte; para mí la mejor opción. La colección incluye objetos, como teteras, tazas, saleros y bowls, en los que a partir de diversas tonalidades de color expresé diversas emociones, sentimientos positivos y negativos.
“Me gusta mucho trabajar el color y lo hice tanto con los biomateriales como con el esmalte es para mí la mejor opción.”
_¿Expusiste ese trabajo en una galería en Ottawa?
_Sí, fue a partir del Concurso Nacional de Estudiantes de Joyería, del que resulté una de las seis finalistas. Pude mostrar ese trabajo en la 19ª exposición anual de esa competencia en L. A. Pai Art Jewellery Galery, un espacio de arte contemporáneo que también comercializa obras. Expuse incluso algunos de los objetos que forman parte de «Voltéame». Anteriormente, las había exhibido Anna Leonowens Gallery, perteneciente a la universidad NSCAD.
Creo que destacaron «Voltéame» por la labor minuciosa y prolija de esmaltado sobre piezas frágiles; un trabajo que requirió de mucha dedicación para conseguir la habilidad necesaria. Además, creo que la eligieron por la propuesta de reversibilidad que de alguna manera le alarga su vida portable, y permite jugar y combinar.
“Destacaron «Voltéame» por el trabajo minucioso y prolijo de esmaltado sobre piezas frágiles y por la propuesta de reversibilidad que de alguna manera le alarga su vida portable.”
Clases online
_¿Estás dando clases?
_Sí, en lo por estos días aún se llama Estudio Joya. Mi acercamiento se dio porque iba a hacer una pasantía como parte de mi carrera, ya que podía realizarla fuera de Canadá, pero me agarró la pandemia. En ese entonces, estaba 24/7 en la facultad porque teníamos acceso ilimitado, pero decidí tomarme unos días, me fui y ya no pude volver por un año y medio. Tuve que suspender la pasantía pero Tali Wasserman me ofreció la secretaría de Estudio Joya y estoy en esa tarea desde hace tres años; una oportunidad que le agradezco especialmente porque me metió en el mundo de la joyería contemporánea local, crecí y aprendí un montón, particularmente, aprendí joyería en mi idioma ya que todo lo que sabía hasta entonces era en inglés.
Ahora, empecé a dar clases online de introducción a la joyería para principiantes y a colaborar en clases libres, en las que eligen las técnicas para aprender según su proyecto, un desafío súper interesante.
“Empecé a dar clases online de introducción a la joyería para principiantes y a colaborar en clases libres”
_¿Es difícil enseñar o aprender joyería de manera virtual?
_No, no lo es. Los alumnos pueden visualizar perfectamente lo que el docente quiere mostrarles, sumamos un foro de intercambio de opiniones en el conocido servicio de mensajería, a través del cual se plantean y discuten las dudas, así que estamos muy conectados, mucho más que cuando das una clase presencial y se corta hasta la próxima; también intercambiamos fotos y videos para el seguimiento de los trabajos. Hay muchos alumnos que siguen online desde que comenzó la pandemia y lo hacen desde distintos lugares del país y del exterior, con diferentes experiencias y visiones sobre la joyería, lo cual es muy enriquecedor.
Y las doy con las herramientas que adquirí mientras estudiaba en la universidad; me instalé un taller con un torno y soplete, entre otras, en mi casa de Río Gallegos. Desde allí trabajo, hasta que regrese a Halifax con el fin de aplicar a una residencia artística y empezar a proyectar mis trabajos en joyería.