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Joya Brava, anfitriona de la IV Bienal

Apuntes | Notas

Hay mucha política en el discurso joyero latinoamericano


Joya Brava, anfitriona de la IV Bienal

Por Delia Alicia Piña

 

Rita-Soto-Yael-Olave-Paulina-Latorre-Joya-Brava-nota-IVBienal-La-Joyeria-de-Autor

Se inaugura oficialmente la IV Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea en Santiago de Chile, donde mañana se estrena la muestra del concurso «Co-Devenir» y se darán a conocer los ganadores, también de los premios Joya por cada uno de los países latinos participantes.

En simultáneo se presentan otras 23 exposiciones del circuito Ruta Brava, concentrado en el casco histórico para poder recorrerlo caminando, pero también se extiende a otros barrios de la ciudad y a Temuco.

Rita Soto, directora de la Bienal; Paulina Latorre, directora de Ruta Brava, y Yael Olave, directora de Comunicaciones, tres de las joyeras de la asociación Joya Brava, cuentan cómo se gestó el principal evento joyero latinoamericano y cómo consiguieron convertirlo en internacional.

Detallan qué ofrecen tras dos años de intenso trabajo para contactar y atraer a 332 artistas de 22 países con más de 1000 obras de joyería de arte. Workshops, seminarios, conferencias y muestras virtuales para seguir desde la plataforma labienal.ar Enterate cómo podés participar y celebrar la joyería de arte latina.


_¿Joya Brava es una asociación única en su tipo?

Rita Soto: _Es muy relevante estar asociadas porque desde el punto de vista legal tenemos una personería jurídica que nos avala cual empresa pero sin fines de lucro. Esta formalización nos facilita la gestión, la administración y el trabajo colectivo y genera un compromiso tal que nos permite sostenernos. El mes próximo la asociación Joya Brava cumple 14 años y es destacable porque solo existe PIN. La Asociación Portuguesa de Joyería Contemporánea, que fue nuestro referente; no conocemos otra asociación gremial de nuestro tipo en el mundo.

Por esto, nos han pedido contar nuestra experiencia en distintos encuentros o simposios internacionales y semanas de joyería. Tenemos un núcleo activo de 29 socias y un socio que siempre está generando y activando proyectos. Muestra una potencia femenina reflejo no solo del ámbito de la joyería contemporánea sino de la sociedad. Es un número con mucha movilidad que se ha ido renovando en esta casi década y media. El ingreso, sobre todo, de camadas más jóvenes, nos permite extendernos en particular en el interior de nuestro país y provoca un cambio positivo en el trabajo con nuevas metodologías y proyectos.

Paulina Latorre: _Es muy importante la asociatividad porque nos permite sostenernos y mantenernos en el tiempo y, fundamentalmente, sin duda, sirve para el desarrollo de los artistas. La asociación es lo que se genera cuando juntás energía y, como consecuencia, se da una gran sinergia, con su efecto superior. Es que el artista siempre está luchando en soledad y cuando se promueve el encuentro nos potenciamos y generamos más recursos y hasta se da un crecimiento personal de la obra.

De la asociación, destaco la evolución de todas las compañeras/o, el trabajo en conjunto a partir de esa unión inicial a partir de un workshop, y la realización exposiciones colectivas en las que pudimos desafiar el trabajo de obra en pos de una exhibición grupal. De esta manera, conseguimos expandirnos y desarrollarnos aún más. Y así se fueron formando distintas referentes, como Rita Soto o Vania Ruiz, quienes también crecieron mucho por trabajar colectivamente. Y este es el principal logro de la Joya Brava, animarse al desafío que permitió un interesante círculo virtuoso.

Yael Olave: _Sin duda evolucionamos en conjunto, nos formamos juntas en workshops, discutimos sobre nuestros trabajos. Se da una conversación interna muy valiosa. Y de este diálogo, surgió el tema de la Bienal y la importancia de «Co-Devenir», enfatizando que es mejor trabajar en equipo; por eso el prefijo co encabezó nuestra propuesta porque indica o destacamos la importancia de la colaboración, la unión el trabajo en compañía.

P. L.: _Esto no solo se ve en colectivos de joyería contemporánea sino que en cualquier equipo artístico se advierte que la suma de las fuerzas siempre genera mejores resultados. La joyería es una labor solitaria en un escenario de arte difícil, complejo y a veces elitista, pero cuando se trabaja en conjunto aunque no se consiga el resultado esperado siempre te queda el haber podido experimentar en conjunto por eso el saldo es indudablemente positivo. Es que en el camino hay un intercambio del hacer, de datos, de materiales, de recomendaciones, además del paso por el proceso que es lo mejor.

El trabajo joyero no se valida por la elección de los materiales ni por la técnica individual sino por cómo abordarla, cómo imprimirla; con lo cual no importa si coincidimos en el hacer, en la misma técnica porque el cómo siempre es personal.

R. S.: _El objetivo inicial de Joya Brava fue la difusión de la joyería contemporánea de Chile y una de las actividades para lograrlo fue generar exposiciones itinerantes que hasta llegamos al exterior. Y otra de las metas fue la profesionalización y capacitación, ya que en Chile no hay instituciones en las que se pueda aprender joyería, salvo escuelas chicas o talleres independientes no certificados oficialmente. Por eso, buscamos emparejar la cancha para que todos pudiéramos tener un mismo nivel, para lo cual trajimos expertos de otros países que se convirtieron en nuestros tutores.

 

“Es muy importante la asociatividad porque nos permite sostenernos y mantenernos en el tiempo y, fundamentalmente, sin duda, sirve para el desarrollo de los artistas”.

 

Con poco se hace mucho

 

_¿Cómo es la joyería contemporánea de Chile?

R. S.: _Es complejo definirla porque la joyería contemporánea tiene características regionales más que locales. Crecimos rápido. Argentina y Chile fueron los primeros en desarrollarse en esta disciplina y se fueron sumando otros a la movida latina de la joyería de arte. Y la Bienal es el espacio que ha albergado a la joyería de la región. En ella se manifiesta un lenguaje muy particular y característico de Latinoamérica.

 

“La Bienal es el espacio que ha albergado a la joyería de la región. En ella se manifiesta un lenguaje muy particular y característico de Latinoamérica.”

 

_¿Qué se valora de la joyería chilena?

Y. O.: _Que con poco se hace algo muy creativo. Hay menos recursos en relación a otras regiones como Europa, donde se aplica toda la tecnología disponible, por ejemplo. En Chile lo hacemos todo nosotros mismos, desde instrumentos o herramientas, generamos nuevos materiales, hasta técnicas originales. Con poco se logran buenos resultados y hasta mejores porque son muy personales y originales, con conceptos interesantes y universales.

P. L.: _Que nuestra expresión siempre o generalmente remite a nuestro territorio, a lo que nos atraviesa, como lo social, entre otros aspectos, que marcan nuestra idiosincrasia e identidad. Esto también se repite en otros países como Colombia, que por ejemplo en esta Bienal presenta la problemática de la migración de la región selvática fronteriza del Tapón del Darién -que se verá en «Tránsitos invisibles – Darién» de galería Zamia de Medellín-, o Brasil que se enfoca en el hambre.

Los temas de la joyería latina siempre muestran que sus artistas somos personas muy conectadas con nuestro territorio, expresamos nuestra realidad, somos sensibles a lo que está ocurriendo en los lugares donde nos manifestamos.

R. S.: _La discusión e intercambio es otro de nuestros valores. Y la aplicamos para definir el tema de la Bienal, como parte de un trabajo colaborativo. Todas/o aportaron con sus opiniones para definir los conceptos guía que, coincido, tienen que ver con lo que le pasa a la gente o el público del que formamos parte en nuestro territorio; ese estar atentos se dio mediante las cualidades y metas que nos constituyen como asociación.

 

“Los temas de la joyería latina siempre muestran que sus artistas somos personas muy conectadas con nuestro territorio. Expresamos nuestra realidad, somos sensibles a lo que está ocurriendo en los lugares donde nos manifestamos.”

 

_¿Cuáles son los temas que se verán en las muestras de la Bienal?

Y. O.: _Territorios, biodiversidad, equidad, feminismo, derechos sociales y democracia, entre otros. Desde el taller joyero uno transmite un mensaje, a través de la joya, claro, sobre los  hechos que nos ocurren, y al hacerlo público, convertir en portable esa pieza y mostrarla pasa a ser conceptualizada por un espectador, que en general no tiene idea o no conoce mucho sobre lo que uno hace; así ese comunicado individual se transforma en un mensaje más universal. Además puede que ese mensaje cuestione la realidad y se convierta en político.

P. L.: _Hay mucha política en el discurso joyero latinoamericano, son temas sociales vigentes que nos preocupan o más bien nos ocupan.

R. S.: _En la Bienal se repite la idea o importancia de volver a los orígenes o a cosmovisiones originarias para ponerlas en valor, se ve simbología mapuche, por ejemplo, y mucha crítica a la realidad social, denuncia y reivindicaciones. Asimismo, también es una constante las obras con mucho reciclaje, en particular, de residuos plásticos.

 

“En la Bienal se repite la idea o importancia de volver a los orígenes o a cosmovisiones originarias para ponerlas en valor.”

 

Textiles, reciclaje y biomateriales

 

_¿En qué se ve la evolución joyera mencionada: en potenciar la creatividad, en el manejo de los materiales o en reversionar técnicas ancestrales culturalmente arraigadas?

R. S.: _Sobre todo en reversionar técnicas, particularmente, en las relacionadas con lo textil. Y esto también se observará tanto en las propuestas de la Ruta Brava como las del concurso de la Bienal.

P. L.: _El interés de Joya Brava como asociación tiene que ver con los temas de discusión de la joyería contemporánea, y su evolución es muy amplia. Abarca todo eso que preguntás y más.

Abrimos el espacio a muchas expresiones no tan artísticas pero sí contemporáneas. Por eso al co-organizar la Bienal incluimos a actores procedentes de países que nunca antes habían participado, tal es el caso de Bolivia. Nuestra intención es dar a conocerlos para mostrar la amplitud de la joyería en todas sus variantes dentro del mundo del arte. Es que uno de nuestros principales objetivos es difundir la joyería contemporánea.

Por esto, buscamos mostrarla en espacios que no son de arte, porque a veces lugares como los museos son considerados elitistas; elegimos espacios no convencionales: un restaurante (Chipre libre, en Santiago, donde se verá «Chi ́xi: las tres caras de un broche» del colectivo Sudakas), un hotel, (Magnolia, donde se podrá visitar «Tránsitos invisibles – Darién» de la galería colombiana Zamia), una peluquería (Saloon 2 de Santiago donde estará «Rices» de la joyera brasileña Nina Lima) y en diversos centros culturales (como el Montecarmelo, de Providencia, donde expondrán nuestras socias Vania Ruiz con «Devociones domésticas. Una retrospectiva de dos cabezas 2010-2024» y Yael Olave con «Resignificación. Dos décadas transformando objetos»).

“El interés de Joya Brava tiene que ver con los temas de discusión de la joyería contemporánea”.

_Además de lo textil, ¿qué otras temáticas hay en las propuestas de la Bienal?

Y. O.: _El reciclaje y los biomateriales aparecen fuerte en esta Bienal. Esto último es una experimentación que parece estar de moda y se pone de manifiesto en esta oportunidad.

R.S.: _Es un fenómeno creciente. De hecho, en Chile hay varios espacios creativos, como distintos laboratorios, que trabajan muy bien la elaboración de los biomateriales.

 

“El reciclaje y los biomateriales aparecen fuerte en esta Bienal”.

 

_¿Además de Bolivia qué otros países participan por primera vez?

P. L.: _Entiendo que hay artistas de Costa Rica y Perú que participan por primera vez. Pero hay de muchos otros de países que vienen participando. Por ejemplo, La brújula Arte en tránsito hizo una convocatoria amplia, a la que respondieron artistas de gran cantidad de lugares para su propuesta «Persistencia del deseo». Fueron seleccionados joyeros de Francia, Países Bajos, Hungría, Irán/Bélgica, Corea del Sur, Austria, España e Italia, entre otras procedencias.

También ya están las muestras virtuales «Desde el dolor hacia el vacío» de Francesca Pennesi de Italia, y «Essentivora», de Gema Pinedo de Pedro y Martha Gómez, de España. México, de la mano de Andrés Fonseca y Ofelia Murrieta, viene con la gran exposición colectiva mencionada que incluye el «Proyecto Sepan cuántos…» y «Desolación y ternura en palabras de Gabriela». En general, a los ya clásicos países vecinos, se suman artistas de Venezuela, Uruguay, Canadá, Estados Unidos y Polonia, además de los dos nuevos mencionados.

 

“Fueron seleccionados joyeros de Costa Rica, Perú, Francia, Países Bajos, Hungría, Irán/Bélgica, Corea del Sur, Austria, España, Italia, Venezuela, Uruguay, Canadá, Estados Unidos y Polonia”.

 

Caminata joyera por Santiago

 

_¿Cómo es la Ruta Brava?

P. L.: _La Ruta Brava se hace en Santiago y consiste en el recorrido de 23 exposiciones en paralelo, además de la muestra central del concurso de la Bienal. Este circuito se concentra en el centro de la ciudad, en el barrio Lastarria, también incluye las del centro cultural del barrio Montecarmelo, donde expondrán Joya Brava con «Reflejos de penumbra», además de las citadas de Yael y Vania. Hay otras muestras en la comuna de Vitacura, en la cafetería Rita Roux, donde se verá «Confluencias» de Carolina Yovane, y otra del Taller de Joyas Pascale Durandin. En la comuna La Reina, en la Galería Aldea del Encuentro, se expondrá «Una joya de ciudad, vínculos urbanos y no urbanos», de Daniella Castro y Silvana Bustamante.

R. S.: _La intención es que la ruta sea lo más caminable posible y de hecho hay una veintena que bien se puede hacer a pie. Están en el casco antiguo, en la zona más turística de Santiago, de gran circulación de público, por eso nos enfocamos en ese radio para aprovecharlo al máximo. Cada espacio fue especialmente elegido en función de la temática a exhibir. El armado y construcción de la Ruta Brava supuso un gran trabajo de las socias que demandó dos años de un trabajo mancomunado muy enriquecedor.

Y. O.: _También hay instituciones importantes que incluyen tres espacios patrimoniales importantes e icónicos de Chile, como el Palacio Pereira, donde estará «Co-Devenir», el Museo Nacional de Bellas Artes, donde Joya Brava ofrecerá «El cuerpo del Relato»; o la Biblioteca Nacional, donde se verá «Desolación y ternura en palabras de Gabriela», la exposición internacional que trae México.

También intervienen otras instituciones reconocidas como el espacio City Lab del Centro Cultural Gabriela Mistral, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile y el Centro Cultural Palacio Moneda.

R. S.: _Por otra parte, la Bienal incluye workshops dictados por los miembros del jurado: Tatiana Apráez de Colombia, Miriam Pappalardo de Brasil y Fabiana Gadano de Argentina, evento pagos que nos permiten financiar su venida, junto con rifas que también sirvieron para sostener la organización. Joya Brava es una asociación sin fines de lucro y la Bienal es gratuita.

Además, habrá una serie de conferencias sin costo pero con cupo por lo que requieren de inscripción. Fueron definidas a partir de las postulaciones de joyeros de distintos países y se realizarán en el espacio City Lab del Centro Cultural Gabriela Mistral.

Se hablará sobre la gestión de la Bienal, sobre el estado de arte de la joyería, se hará una revisión histórica de la joyería chilena, se analizará el abordaje conceptual, se indagará sobre experiencias personales, procesos creativos y el quehacer del oficio.

Por otro lado, contamos con el apoyo del programa de Oficios Creativos de la Universidad Católica de Temuco para difundir y también itinerar la muestra del concurso, que se inaugura en esa ciudad el 14 de noviembre y se ofrecerá durante un mes. Allí también se darán seminarios y talleres a cargo del jurado para activar con los joyeros del Sur del país, en la 9na Región. Nos interesa que los artistas locales puedan conocer, vincularse e intercambiar con el trabajo de las maestras joyeras que integran el jurado de la Bienal.

Y. O.: _La itinerancia es un compromiso que asumimos al co-organizar la Bienal y para nosotras es muy importante porque implica un mayor alcance de este gran evento joyero y supone una mayor difusión.

 

“La intención es que Ruta Brava sea lo más caminable posible y de hecho hay una veintena que bien se puede hacer a pie”.

 

_¿Qué expectativas tienen de la Bienal y cómo evalúan su intervención?

R. S.: _Tenemos experiencia adquirida en exposiciones, seminarios, workshops y en el V Encuentro Hispanoamericano de Plateros. Esta ha sido una gran vivencia, única, con un saldo altamente positivo, ya que organizamos un encuentro regional de una disciplina no tan difundida en la zona. Esto sin duda lo capitalizaremos y nos servirá para seguir desarrollando proyectos, armando y sosteniendo equipos ya especializados, potenciando el expertise adquirido y descubriendo habilidades que se van manifestando en el hacer.

El gran objetivo era la Ruta Brava y ahora nuestra meta es poder seguir replicándola más allá de la Bienal.

P. L.: _Además de acrecentar el contacto entre joyeros, insisto, nuestro objetivo es difundir el quehacer de la joyería contemporánea. Con la puesta en escena de «Co-Devenir», la organización del itinerario de la Ruta Brava y de todas las muestras en simultáneo pudimos cumplirlo con creces.

Y. O.: _La continuidad, crecimiento e independencia de la Ruta Brava por todo Chile ahora es nuestro próximo objetivo.

 

“La continuidad, crecimiento e independencia de la Ruta Brava por todo Chile ahora es nuestro próximo objetivo”.

 

Las mujeres ganan en la joyería

 

_¿Cómo se da la distribución de las expresiones joyeras en Chile?

R. S.: _Al igual que en Buenos Aires, se concentran en Santiago pero también hay varios exponentes en diversas regiones, como Puntarenas, Temuco, Viña del Mar, Limache y Valparaíso. A esto se suma que hay otras socias desde Barcelona o Francia.

 

“La joyería chilena se concentra en Santiago, pero también hay en Puntarenas, Temuco, Viña del Mar, Limache y Valparaíso”.

 

_Y mujeres en su mayoría.

Y. O.: _Sí, la mayoría de los exponentes de la joyería son mujeres, pero muchos de los premiados o destacados, directivos y docentes de instituciones y universidades referentes a nivel mundial, al menos en Europa, son hombres, inclusive en ciudades que se estiman como más vanguardistas como Oslo.

Seguro decantará y se irá revirtiendo porque la mujer joyera cada vez más gana espacio y se destaca.

 

“La mayoría de los exponentes de la joyería son mujeres, que cada vez más ganan espacio y se destacan”.

 

_La jura de premios ya se hizo.

R. S.: _Sí, el jurado trabajó en la elección de los ganadores en la Plataforma Cultural, un espacio ubicado en el Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile, en Ñuñoa, Región Metropolitana.

Pero la decisión de los premios, tres y una mención, a partir de 76 obras previamente seleccionadas, se darán a conocer (hoy) el día de la inauguración oficial de la Bienal. A esto se suman los premios país: Joya Argentina, Joya Chilena, Joya Brasileña, Joya Mexicana y Joya Colombiana.

 

“La decisión de los premios, tres y una mención, a partir de 76 obras previamente seleccionadas, se darán a conocer hoy”.

 

_¿Expectativas?

Y. O.: _Quiero destacar nuevamente que la Ruta Brava está pensada para que se pueda hacer con desplazamiento fácil y para que el espectador no pierda inauguración alguna.

Todo el circuito está bien coordinado. Hay de dos a tres inauguraciones por día, y el domingo es una jornada destacada, organizada para que también los turistas puedan acercarse atravesando o visitando puntos emblemáticos de la ciudad de Santiago.

R. S.: _Como anfitrionas, nos interesa dejar abierta la invitación a participar. Conseguimos atraer a artistas y amigos con mucho esfuerzo, extendimos nuestra red mediante contactos y conversaciones sostenidas que dieron sus frutos. Se trató de un trabajo personal que resulta de conocer el circuito joyero del que formamos parte.

Hemos movido los resortes necesarios para hacer de la sede chilena de la Bienal un gran evento internacional. Pretendemos hacer entre todos la gran fiesta de la joyería latina.


Entrevista a Mariana Cazzulino

Apuntes | Notas

Quiero usar la joyería para hablar de mi obsesión por los altares


Entrevista a Mariana Cazzulino

Por Delia Alicia Piña

 

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Dice que quiso aprender joyería para hablar de sus intereses, sobre todo, para desarrollar un trabajo más artístico. Mariana Cazzulino reconoce que su formación y trabajo tuvieron un cambio significativo y se potenciaron cuando decidió dejar otros proyectos y dar clases para volver a estudiar. Y eligió a Taller Eloi donde hasta hoy se dedica a profundizar en sus investigaciones.

Su tema pasa por los altares y las iconografías religiosas. Una obsesión que se alimenta de objetos y experiencias familiares que supo sublimar y materializar en piezas de joyería contemporánea y otros objetos de arte.

Premiada por su «Sárcofago de mano» en el concurso «Anillos», convocado por Taller Eloi y la Cranbrook Academy of Art de Michigan, su obra se prepara para expandirse en NYC Jewelry Week.

De como una obra la lleva a otra y crece exponencialmente. Su imaginería joyera en detalle, con su método, influencias y maestros.


_¿Cómo empezaste en joyería?

_Me vine de Entre Ríos a estudiar Veterinaria, pero me di cuenta que me atraía y estimulaban más los materiales que trabajaba mi hermana en su estudio de Diseño de imagen y sonido, entonces decidí dejar esa carrera. Al pensar qué hacer, opté por joyería porque en ese momento estaba muy interesada en la artesanía, en los materiales de las piezas hechas artesanalmente. Comencé estudiando en la escuela del Sindicato Unificado de Relojeros, Joyeros y Afines (Surja), luego en el Instituto de Joyería y Diseño Benvenuto Cellini de Silvana Chiavetti, y después aprendí y trabajé mucho en el taller de Juan Vellavsky.

En simultáneo fui haciendo otros talleres porque entiendo que la formación es muy importante, reveladora, te ubica mucho y te permite tener identidad, en este caso como joyera y artista.

En un momento de transición, en el que cerré la galería y trasladé mi taller a otro espacio y luego a mi casa, se abrió el programa de la escuela Eloi donde conseguí una beca y pude arrancar realmente con lo que me gustaba. Decidí empezar de cero intentando volver a reaprender todo, para volver a encontrarme.

Por entonces estaba trabajando mucho en cera, y adquirí el método de Vellavsky para hacer piezas a pedido y producciones más comerciales, pero sentía que me faltaba desarrollar un trabajo más artístico.

Quería aprender a usar la joyería para decir otras cosas además de para vender o hacer algo bonito. Ahora sí me siento segura de que estoy en ese camino, luego de haber hecho la formación de tres años y con la clínica de Jimena Ríos. Sigo haciendo cursos de técnica como el de Engarce con Maxi Dattoli, Cincelado con Rita Hampton. Empecé hace muchos años recorrí un montón de espacios, haciendo cursos e intensivos de distintas técnicas, pero siento que donde más me anclé y terminé por encontrar lo que buscaba fue en Taller Eloi.

 

“La formación es muy importante, reveladora, te ubica mucho y te permite tener identidad”.

 

_¿Qué querés decir a través de la joyería?

_Quiero usar la joyería para hablar del tema que me obsesiona: el mundo de los altares y de las iconografías religiosas. Está relacionado con lo fúnebre o la muerte o con lo que queda en este mundo una vez que uno no está, también con los objetos que quedan en este plano y representan a la persona que se fue. La relación entre los objetos que uno usó y deja a las próximas generaciones; la carga que tienen, y cómo vive una persona dentro de un objeto en relación de la imagen de un objeto son los temas que estoy trabajando.

Mi última serie la desarrollé a partir de un ejercicio de familia haciendo hincapié en los rituales cotidianos como individuo y dentro del grupo familiar. En mi familia nunca hubo muchas tradiciones ni rituales, pero sí una en particular que era, y es todavía, prenderle una vela a mi abuela cuando se necesita pedir o agradecer por salud, trabajo o lo que sea. A partir de ese ritual empecé a desarrollar una serie de imaginería para mi propia religión.

“Quiero usar la joyería para hablar del tema que me obsesiona: el mundo de los altares y de las iconografías religiosas”.

Imaginería joyera

 

_ ¿En qué consiste esa imaginería para tu religión?

_Se trata de un anillo de mi abuela que no tiene mucho que ver con su historia, es decir, no era una pieza que ella recibió de regalo o sí, pero es que había mucho misterio en su alrededor. Cuando decidí que mi tema de tesis iba a tratar sobre los altares domésticos, porque siempre me interesaron y porque desde el punto de vista estético había mucho por desarrollar o investigar, comencé a conversar con mi mamá y descubrí que mi bisabuela tenía un altar en su casa, que hacía curaciones, que la gente cercana al campo donde vivía la buscaba para pedirle favores y le dejaba ofrendas, cosas que quedaron en mi familia, entre ellas, un anillo que mi abuela heredó. Un anillo que como otras joyas muy diversas no tiene nada que ver con la situación o clase social a la que pertenecía a mi familia.

Entre los altares de mi bisabuela, las velas que le prendíamos a mi abuela y las piezas encontradas comenzó a cobrar sentido mi interés y decidí crear una serie de piezas reflejo de imágenes que yo usaría si tuviese mi propia religión. Entonces, empecé a trabajar con velas de distintas formas, generé artefactos juntando objetos, algunos son de mi historia familiar pero en su mayoría fui juntando o coleccionando, y seguro son los que yo voy a dejar…

 

“Entre los altares de mi bisabuela, las velas que le prendíamos a mi abuela y las piezas encontradas comenzó a cobrar sentido mi interés”.

 

_¿Son piezas de joyería?

_Son piezas hechas desde la joyería, como el anillo que menciono, pero no con los formatos de joyería porque lo que hice no fue una joya o una pieza para usar en el cuerpo sino que derivó en algo distinto.

Bueno de hecho la joyería no necesariamente tiene que ser portada en el cuerpo, una característica que adquirió relevancia en los últimos años, una idea que cambió o al menos no era lo que yo sabía de la joyería; lo mismo con el tipo de material, hoy se tiene una mirada mucho más amplia o abierta de lo que es o se entiende por joyería.

 

“Hoy se tiene una mirada mucho más amplia o abierta de lo que es o se entiende por joyería”.

 

_Te encantan las velas, las incluiste en la investigación de «Cucharas» y previamente las convertiste en broches para «Amuletos», ¿qué significan para vos?

_Me interesa tratar un tema o tomar un material y profundizarlo todo lo posible llevándolo a todos los formatos. Las velas son muy significativas para mí porque están relacionadas con el ritual de prender una vela a mi abuela para pedir, pero también con celebraciones o fiestas, se encuentra en una iglesia o al lado de la ruta, es un símbolo bastante universal. Me interesa como parte de la iconografía de los cultos, el católico porque es en la que crecí, pero también como parte de la religiosidad popular. De todo esto rescato lo que visualmente me interesa y lo llevo a mi universo, lo mezclo e integro, la joyería incluida.

Portar una vela en una pieza de joyería resulta llamativo o es original, sobre todo porque en algunas de mis obras se trata de velas prendidas. El que sean velas usadas, prendidas y apagadas, fue deliberado porque buscaba que represente algo que sucedió; las velas son un testimonio de algo que pasó, como una celebración. Busco que queden así como para recordar ese evento cada vez que se ve, y que sea blanca, como uno de los broches presentados en «Amuletos» que es testimonio de haber hecho un pedido.

Lo de «Cucharas» tuvo que ver objetos relacionados con una historia del pasado y quise tratar de velarlos para poder despedir esa experiencia.

También trabajé la vela en los collares-pin articulados, cuyo pábilo prendí puesto, y tienen calotas en plata y en bronce; son los que se vieron en la exhibición «Mirar» que realicé junto con Florencia Caligiuri-. Me encantaría que algunas de estas piezas se prendan fuego y dejen una marca pero obviamente todavía tengo que trabajar y ver bien cómo llego a esa instancia. Es difícil, además de la técnica y el objetivo, decidir que una pieza se transforme en otra porque se corre el riesgo de que el resultado no guste; sin embargo, esto forma parte del proceso creativo.

Las velas hablan mucho del tiempo transcurrido y, también, me interesa particularmente cómo el tiempo pasa sobre las cosas, sobre los materiales, las telas.

 

“Es difícil decidir que una pieza se transforme en otra porque se corre el riesgo de que el resultado no guste; sin embargo, esto forma parte del proceso creativo”.

 

Atesorar para crear

 

_¿Juntas y guardás muchas cosas?

_Atesoro objetos y los guardo en un archivo separados por material para después usarlos. Para mi serie «Imaginería para armar mi propia religión» realicé unos estandartes como una manera artística de guardar o archivar algunos de esos objetos que bordé entretelas. Fue una respuesta al cuestionamiento de cómo usar el objeto sin que sea el objeto en sí mismo, en una forma de personalizarlos, fijándolos o momificándolos a través del bordado. Las telas funcionaron como una veladura de los objetos, que así dispuestos son como tótems.

Hacer este trabajo me llevó a hacer exvotos con la misma forma. Y comencé una serie o conjunto que formó un artefacto nuevo y que puedo llevar a otro formato. Todo derivado de los altares que en su mayoría tienen conllevan el efecto de repetición y acumulación, una dinámica que traslado a mi trabajo: genero una imagen que después repito y la paso a todos los materiales posibles para ver qué voy descubriendo.

 

“En mi trabajo, genero una imagen que después repito y la paso a todos los materiales posibles para ver qué voy descubriendo”.

 

_¿Aplicás técnicas de joyería?

_Para el último trabajo el que ganó el concurso «Anillos» -convocado por Taller Eloi y el departamento de Metalsmithing de la Cranbrook Academy of Art- sí apliqué la técnica de cincelado, pero no necesariamente uso técnicas de joyería. Estuve haciendo bordado que no había hecho hasta el momento y ahora estoy experimentando con cerámica y esmaltado pasando estos artefactos que incluí en los estandartes.

No me limito ni me lo planteo como meta pero cuando llego a piezas que resultan portables me pongo muy contenta, como «Sarcófago de mano», que además resultó el primer premio del concurso «Anillos».

 

“Aplico la técnica de cincelado, pero no necesariamente uso técnicas de joyería. Estuve haciendo bordado que no había hecho hasta el momento y ahora estoy experimentando con cerámica y esmaltado”.

 

_¿Cómo es «Sarcófago de mano»?

_Es una pieza que se dio en dos partes. A partir del anillo de mi bisabuela que mencioné, delineé su contorno y lo cincelé para darle volumen y una vez que logré que el volumen contenga el volumen del anillo original lo cerré. Pasé por varias etapas, en un principio quería dejar el anillo adentro pero me di cuenta que en la mano generaría ruido y se iba a transformar en un cascabel pasando a ser otra cosa.

Dejarlo adentro implicaba no solo un desprendimiento y hasta un sacrificio sino que también esa iba a ser una forma de atesorar. Pero tenía más sentido generar la inquietud de si el anillo estaba o no adentro que efectivamente guardarlo. Fue una pieza que se construyó en comunidad, como todas las que se generan en la clínica de Eloi, sumando opiniones y hasta el nombre que se dio por sugerencia de un profesor. Lo bueno fue que a medida que se daba ese paso a paso, todas las resultantes tenían potencial o posibilidades de diversificación, pero por cuestiones de tiempo lo pospuse.

 

Premios y proyecciones

 

Ahora trabajo en ese paso a paso, para postularme a Schmuck. Se trata de una serie que incluirá una réplica de un anillo también heredado, otro con una tapa cincelada, otra recortada, otro con dos tapas con bisagra que se abren para contener el anillo primero y el último cerrado, y dos van a ser prendedor y collar. La idea es mostrar todas las etapas por las que pasa el anillo hasta convertirse en su propio sarcófago.

En el trabajo también voy descubriendo cosas, por ejemplo, haciendo fotos advertí que los anillos son como la sombra de sí mismos, generan una imagen de vida-muerte, de gran contraste, dando la impresión de que hasta estoy haciendo la sombra de algo que fue, incluso hasta por el tono ceniza de la plata envejecida con la pátina y, a su vez, por el golpe del cincel que le da una textura o profundidad únicas.

Esta es mi primera serie de piezas cinceladas para llevar en el cuerpo. Ya había aplicado la técnica en exvotos. Ahora los retomé con la intención de replicarlos en otros materiales como piezas sueltas fuera del estandarte, como mencioné, y también estoy haciendo otros bordando textiles, como ropa de mi bisabuela. Todo el tiempo voy y vengo con las obras incorporando o llevándolas a otros materiales o aplicando otras técnicas.

Vale mencionar una selección de «Anillos», que incluye Sarcófago, también se expondrá en Pratt Institute Jewelry como parte de NYC Jewelry Week en noviembre próximo. Además de los anillos expuestos en Galería Eloi, estoy trabajando en otras dos piezas, una para una alianza guardada y una más para otro anillo, así que van cuatro sarcófagos joyeros a esa expo.

En estos últimos tres años lo más transformador que me pasó en la escuela Eloy fue entender que el tema que me interesa lo puedo profundizar lo más posible, y para esto allí cuento con la guía y el estímulo para lograrlo. En la instancia de clínica, ponemos en común la obra en proceso y recibimos devoluciones, opiniones, descubro cosas que no había advertido y se da una construcción colectiva interesante, aunque el trabajo sea individual. Fue a partir de ese ámbito que me animé a profundizar en mi interés por los altares; es que advertí que detrás de esa acumulación de objetos que se ve en los altares hay una historia que puede ser contada, expresada.

 

“Todo el tiempo voy y vengo con las obras incorporando o llevándolas a otros materiales o aplicando otras técnicas”.

 

_¿Por qué elegiste centrarte en los altares domésticos, en qué consisten y para qué o qué buscás en y con ellos?

_Me atrae la forma aleatoria con que se organizan las cosas, tienen elementos en común que se repiten tanto en los que se ven en instituciones, puertas adentro o en los de la ruta. Lo elegí como tema para la tesis de del final de la formación en la escuela de joyería y, como parte de mi investigación, hice una encuesta para ver cuáles eran los elementos que se repetían y descubrí que en un altar siempre había: una vela, una piedra, un incienso que genera humo o un perfume generalmente de flores y una imagen que puede ser tanto religiosa como de algún familiar. Concluí que con estos cinco elementos ya tenés un altar.

 

Obsesión por los altares

 

Mi primer altar lo armé intuitivamente con una vela y me preguntaba cómo habría sido el altar de mi bisabuela por eso comencé a investigar en ese modelo arquetípico. Y con esto creé una serie de piezas, un set de charms -pequeños accesorios que se enganchan en un collar o pulsera y que junto con una banda conforman la pieza de joyería- con una vela, una piedra, esta que simboliza un incienso, la flor y la imagen, en bronce unidos por un lazo de gamuza. Mi idea es que cada uno se arme su propio altar joyero. A partir de estos cinco dijes se pueden sumar otros que tengan que ver con cada uno. Me encantaría que muchos de los que se llevan este set me muestren cómo lo completaron.

Con este «Altar de viaje» participé del Desafío Joyería & Viajes de Tincal lab expuesta en el Centro Cultural Bombarda, en Oporto, Portugal.

Yo tengo mi propio altar que son objetos que traigo de distintos viajes, como esta pieza del carnaval de Jujuy. Y este altar lo representé con una pulsera.

Esta temática de los rituales diarios también la presenté en «La belleza en la vida cotidiana», una propuesta curada por Jimena Ríos y Rodrigo Acosta finalmente vista en Melting Point Valencia 2023, e incluyó un altar con una edición de ex votos con sus cirios. Se trató de miniestandartes de viaje con su respectivo ensamble de objetos que derivaron en nuevos artefactos acompañados de sus velas y exvotos. Ahora sigo trabajando para agrandar la colección de estandartes con la ropa de mi bisabuela.

A propósito, en un workshop de Rodrigo Acosta fue la primera vez que tomé un anillo de mi abuela, lo cosí en una tela y lo atrapé. Aunque hablamos de mi obra y la relación con los rituales, lo fúnebre y el contacto con lo pasado, no tomé real consciencia de ese trabajo. Y un año después, haciendo los anillos sarcófago me di cuenta que eran el efecto de mi reflexión en ese taller.

 

“Los altares domésticos me atraen por la forma aleatoria con que se organizan sus cosas, tienen elementos en común que se repiten. Por eso los elegí como tema para la tesis de del final de la formación en la escuela de joyería”.

 

_¿Con esta simbología materializas tu propia religiosidad?

_«Imaginería para armar mi propia religión» fue una obra que se materializó en una serie de estandartes bordados.

Mi referente es el artista brasileño Arthur Bispo do Rosário a quien admiro mucho. Vivió durante la mayor parte su vida en una institución psiquiátrica de Río de Janeiro, donde creaba obras de arte con objetos encontrados, en respuesta a una revelación en la que Dios le pidió que haga un inventario para el día del juicio final. La descripción, la repetición y el ensamble de objetos son algunas de las características de su trabajo que me influencia. Envolvía objetos y los reproducía, les escribía el nombre bordado, una idea de la cual partí para hacer empezar a hacer mis estandartes. Mi obsesión por los altares, las velas y los objetos acumulados hoy se manifiesta de esta manera.

La religiosidad me atraviesa hoy y trato de hacer una bajada que se parezca a algo pero que, a la vez, no esté imitando algo que ya existe.

No sé si mi trabajo siempre se va a referir a esta temática pero sí creo que siempre va tratar de profundizar la relación de las personas con los objetos: por qué algunos son más importantes que otros, por qué a veces no están relacionados con lo material ni con la historia de cada objeto, qué hace que decida qué objeto es basura y otro sagrado. Este es mi interés, que en esa obra se convirtió en imaginar mi propia religión. Veremos cómo evoluciona.

“La descripción, la repetición y el ensamble de objetos son algunas de las características del trabajo de Arthur Bispo do Rosário que me influencia”.

Como lenguaje del arte

 

_¿Usás técnicas que tienen que ver con el arte en general?

_La joyería es un lenguaje más del arte, no está separada. Por eso, no me limito a hacer piezas de joyería portables o que sean más obvias o clásicas. Creo con telas, bordados, cerámica. Ahora estoy construyendo objetos con cera. También trabajo con ensambles.

Hoy hay muchos artistas joyeros que históricamente ya construyeron en materiales diversos, no convencionales, y eso está bueno.

 

“No me limito a hacer piezas de joyería portables o que sean más obvias o clásicas”.

 

_¿Te definís como joyera?

_Sí soy joyera y no siento que eso me limite. Tal vez limita para afuera o para quien ve mi obra que puede decir que no es joyería, pero no tiene que ver con que sea joyera y que como tal puedo hacer de todo o todo lo que hago; más bien eso tiene que ver con el conocimiento del otro.

Es muy lindo tener un tema que me gusta porque lo puedo profundizar y convertir mi mundo de interés en una oportunidad y aplicarlo en cualquier convocatoria. Mi trabajo sostenido me dio mucha confianza, adquirida después de mucho profundizar, insistir y repetir. Hasta una cuchara puedo llevarla a mi universo y reversionarla trabajándola con mis materiales, todo con la misma energía, así adquiere sentido dentro de un todo.

Estoy enfocada en hacer piezas enmarcadas dentro de mi temática de investigación: la relación de las personas con los objetos y por qué éstos son sagrados o no.

No se trata de a dónde quiero llegar sino trabajar para ir descubriendo nuevas cosas. Por esto o para esto, siempre sigo con mi formación a través de diversos talleres, continúo tomando clases en Eloi.

 

“Estoy enfocada en hacer piezas enmarcadas dentro de mi temática de investigación: la relación de las personas con los objetos”.

 

_¿Pudiste responder a algunas de las inquietudes o hipótesis de trabajo que te planteás?

_Las preguntas son abiertas, siempre retóricas. Para responder a esas preguntas me falta mucho camino, mucha información, seguir preguntándome y preguntarle al otro sobre su relación con los objetos. No obstante, sus respuestas pasan por ir descubriendo nuevas cosas en el trabajo. En ese sentido, participar de convocatorias a concursos o muestras, por ejemplo, me ponen un límite que necesito para ordenarme y no irme por las ramas.

De todos modos, sí me respondí muchas cosas respecto de mi propia relación con mi trabajo:  cómo me lo tomo, el tiempo que le dedico. Así, entendí que lo importante es trabajar y hacer mucha obra; la mayoría es descartada en el camino, pero que no hay otra manera que trabajar para obtener un resultado coherente; siempre es re difícil el contexto y la vida en general, pero sin excusas hay que darle el espacio que se merece para que tenga sentido. Después, las preguntas respecto de mi trabajo van a seguir siendo abiertas para seguir profundizando y trabajando, valga la redundancia.

 

“Lo importante es trabajar y hacer mucha obra… no hay otra manera que trabajar para obtener un resultado coherente”.

 

_¿Disfrutás de ese proceso?

_A veces sí y otras no. El último trabajo de los anillos sarcófago sí lo disfruté un montón, me encantaron, fue un trabajo orgánico y coherente, también gracias a la ayuda de mi maestra Jimena Ríos, que me orientó bastante sobre guardar en tela -primero, partir de trabajo con Rodrigo Acosta, como mencioné-, y luego en metal; siempre con la idea de atesorar.

En este proceso advertí cómo una cosa lleva a la otra, y todo lo que hago y estudio me sirve para seguir profundizando, por eso insisto mucho en trabajar y estudiar. Es la única manera de que el trabajo sea gratificante, cuesta mucho pero vale. Hay que darle tiempo al trabajo en medio de muchas otras obligaciones, dejar que madure y no apurarlo de manera ansiosa, hay que atravesar el proceso para que el mismo trabajo se exprese o manifieste.

 

“En este proceso advertí cómo una cosa lleva a la otra, y todo lo que hago y estudio me sirve para seguir profundizando”.

 

_¿Seguís dando clases?

_No, hace tiempo. Empecé a dar clases de joyería básica para aficionados. Lo hice hasta la pandemia y me di cuenta que ya había dado todo lo que sabía por eso era momento de formarme y estudiar mucho más. Sentí que tenía que aprender más, que tenía mucho por aprender. Y me di cuenta que mi ambición de trabajar en joyería haciendo obra no la podía llevar a cabo. Por eso reconfiguré mi sistema de trabajo y decidí volver a estudiar aprovechando la oportunidad que me dio Taller Eloi. El lugar de alumna me sienta muy bien, me encanta y hay tanto por hacer, aprender y mejorar ya que la joyería tiene técnicas que llevan mucho tiempo de desarrollo.

Estuve muchos años trabajando con cera, hace tres años que volví al metal directo, a los sistemas y, en particular, con el cincelado. Ahora estoy trabajando en plata y empezando a animarme a manejar oro, además de una línea más comercial, como el set de charms para los pequeños altarcitos para llevarte de viaje que son en bronce y plata. También me encantan las piedras facetadas. Hay algo de la joyería clásica que me reconquistó. Ahora interesada en aprender a hacer bien engarce y manejar mejor la parte constructiva de una joya.

Me encantaría hacer residencias; en poco tiempo voy a ir a Tilcara a hacer una investigación de los altares con ofrendas comestibles que se hacen en la zona del NOA con la joyera Josefina Puch, de Río de Plata, para seguir ampliando el alcance de mi tema.

En breve aprovecharé la plaza en el taller que en octubre próximo dará Iris Eichenberg en Eloi; me interesan estas instancias formativas -como la que dio Manon van Kouswijk el año pasado en la que intervine bolsas plásticas con fuego y resultaron piezas interesantes- porque después decantan y surgen proyectos muy enriquecedores como el que mencioné.

Más allá de este tema, no se si por el momento me interesa buscar otro porque no va por un solo carril. Hay mucho contenido entro del mismo tema, como el de las ofrendas comestibles, Me siento cómoda en eso y sé que puedo profundizar mucho más.

 

“Me di cuenta que mi ambición de trabajar en joyería haciendo obra no la podía llevar a cabo. Por eso reconfiguré mi sistema de trabajo y decidí volver a estudiar”.

 

Entre investigaciones y estudios

 

_¿Estas investigaciones siempre derivan en materializaciones?

_Sí claro y casi en paralelo voy haciendo una bajada joyera, como en el set de charms y sus cinco elementos que, mientras iba recolectando la información, los iba haciendo en cera, arcilla, metal, tela y hasta en bordarlo. Es que también se investiga con las manos. Es una manera de visualizar y probar. Tengo claro cuál es mi interés pero no siempre tengo claro la pieza a la que quiero llegar.

Pienso más de lo que hago, entonces me cuesta bajar a la materialidad, pero me gustaría hacer más porque es la manera de encontrar más cosas.

Por otra parte, hago piezas por encargo, otras en oro reciclado con piezas de mis 15. Sorprende pero es un desprendimiento habitual entre los joyeros, porque tenemos la capacidad de poder cargar las piezas con el trabajo y eso es una transformación importante. Uso ese oro como un capital que me permite crear. Agarro ese material que tiene que ver con mi historia para seguir contando otra historia y que también es mía. De todos modos, reconozco ese nivel de sacrificio que implica hacer piezas de joyería, ya que en algún momento desaparecen de nuestro ámbito; todavía estoy en proceso de aceptarlo. Tengo que pasar un tiempo con la pieza hasta que siento que ya se puede ir y listo.

 

“Los joyeros tenemos la capacidad de poder cargar las piezas con el trabajo y eso es una transformación importante”.

 

_¿Tu trabajo como joyera es prioritario?

_Mi trabajo como joyera es prioritario pero no es lo único que hago. Estoy en un muy buen momento de mi práctica al que no fue fácil llegar. Un proceso en el que estuvo bueno arriesgarse porque implicó un compromiso muy fuerte. Hay que animarse a transformar una pieza que tiene mucha carga histórica y familiar y de repente destruirla, rasgarla o quemarla porque supone correr un riesgo; sin embargo, permite dar un poco más y moverse de los lugares conocidos. Mi método de trabajo pasa por repetir, una acción que podría sentirse cómodamente peligrosa porque puede llevar a quedarse ahí y terminar haciendo siempre lo mismo.

También, parte de mi trabajo incluye dedicarme a una línea más comercial. Tengo en producción una serie de candelabros que forman parte de la investigación de los rituales y celebraciones. Los hice pensando en que puedan ser heredables. La joyería te permite experimentar más allá del objeto, y agarré tres velas, las puse arriba en papel manteca, dejé que se derritan y reproduje esa huella en una chapa de bronce a la que apliqué pintura poliuretánica y así se convirtió en el soporte de ese candelabro.

Todas mis piezas son hechas con método y tienen la energía de una pieza que bien pudo pertenecer a mi abuela… Busco hacer objetos de calidad que acompañen la historia de la gente, para que quienes los adquieran se sientan identificados, los hagan suyos y pretendan que sigan presentes en sus futuras generaciones. Esa sola idea me llena de alegría.

Aún cuando el material es efímero, como la vela, siempre queda algo, como se ve en las piezas de «Cucharas» -reproducciones de una muy especial- que se queman pero siempre queda algo en su base de bronce patinado que después puede continuar…; la cuchara tiene un formato que parece destinado a la vela, y hasta genera su sombra. Estas son todas observaciones que se descubren en la práctica, en el trabajo, compartiendo e intercambiando ideas.

Otra línea de candelabros que hice es desmontable. Surgió en plena pandemia cuando no se podía soplar, entonces el soporte estaba por fuera de una torta; los hice pensando en lo lindo que sería que todos los cumpleaños se celebren con este objeto, dando la posibilidad de que se cargue con la historia de una familia. La intención con que se hace una pieza de joyería es tan importante como el material y el formato.

Por eso, me interesa hacer piezas de calidad y con significado. Es que la calidad no se la da solo la hechura o el material con que está hecha una pieza u objeto sino la intención con que se realiza y con el tiempo dedicado. Estos son valores alineados con el conservar y usar hasta el final y que lo usen los demás, lo cual es muy importante para mí porque no se trata de la pieza en sí sino de todo lo que conlleva o genera alrededor. Me encanta hacer cosas nuevas que parezcan viejas y que puedan tener una historia.

 

“La intención con que se hace una pieza de joyería es tan importante como el material y el formato”.


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Entrevista a Ana Pina

Apuntes | Notas

La joyería de arte tiene que alcanzar a otro tipo de público


Entrevista a Ana Pina

Por Delia Alicia Piña

 

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Como muchas otras u otros arquitectos, buscó dar rienda suelta a su interés artístico y optó por la joyería que siempre le gustó tanto como el dibujo. Formada en técnicas tradicionales en un país más metalero prefiere la plata para crear piezas minimalistas, geométricas y abstractas.

La artista portuguesa Ana Pina pasó por Buenos Aires, para participar del evento gubernamental Mercado de Industrias Culturales Argentinas. Habló de su experiencia joyera, su propuesta como galerista, su proyecto en el laboratorio Tincal y del éxito de su concurso ya de alcance internacional, que en días dará a conocer quiénes expondrán en el próximo, referido al tema Viajes.

Su obsesión por sensibilizar y llegar a un público más amplio fuera del círculo joyero, difundir e informar sobre el proceso y las obras de joyería de arte contemporáneo, y su mirada sobre la joyería argentina.


_Elegiste la joyería después de haber ejercido arquitectura.

_Estudié arquitectura y trabajé en un estudio durante cinco años y siempre me gustó diseñar. Mi pasión inicial siempre fue la pintura, me fascinaban las actividades más artísticas y, como muchas, desde chica me la pasaba jugando con cuentas.

Me interesaba poder construir una pieza y manejar el proceso, y esto es algo que le pasa a muchos arquitectos que terminan por optar por la joyería. Entonces, tomé la decisión de profundizar en el tema. Cuando todavía estaba trabajando como arquitecta, me inscribí en un curso corto en Contacto Directo en Oporto, la entonces escuela de joyería de Filomeno Pereira de Sousa. Y al querer trabajar más seriamente en joyería continué con un curso profesional en la Escola Engenho e Arte hasta 2012. Ya ese año lancé mi marca, Ana Pina, y comencé a dedicarme exclusivamente.

Posteriormente complementé esta formación con talleres de corta duración, siendo los más importantes los de cera perdida con el profesor José Pereira, modelado en cera con Susana Teixeira, porcelana aplicada a la joyería con Trinidad Contreras y diseño de joyería modular con Luis Acosta.

Quería principalmente aprender las técnicas de la joyería para tener herramientas para poder hacer mis propias piezas y terminé por crear esa marca para poder presentarla y, además, tuve la oportunidad de participar de diversas ferias y locales. En un principio, mi trabajo se centró en piezas en plata y esto resultó ser mi fuerte.

Di los primeros pasos para abrirme y no concentrarme en un trabajo de taller solitario, porque el contacto con otros colegas es y fue muy enriquecedor. Esta necesidad de comunidad fue la previa de la fundación de Tincal lab.

 

“Me interesaba poder construir una pieza y manejar el proceso, y esto es algo que le pasa a muchos arquitectos que terminan por optar por la joyería”.

 

_¿Qué de esa disciplina aplicás de la joyería?

_Gran parte de mi experiencia en arquitectura se refleja en mi trabajo de joyería, aunque sea indirectamente. A veces es realmente la fuente de mi inspiración, pero casi siempre influye en mi forma de desarrollar el proceso creativo, organizar mis pensamientos y crear colecciones. En particular, se refleja en las líneas minimalistas, geométricas y abstractas de las piezas o en las nociones de medida y proporción.

 

“Gran parte de mi experiencia en arquitectura se refleja en mi trabajo de joyería… en las líneas minimalistas, geométricas y abstractas de las piezas o en las nociones de medida y proporción.”

 

_Previamente te dedicaste también al dibujo y la ilustración.

_Desde que era joven supe iba a estudiar arte y mi pasión artística siempre fue la pintura. Sin embargo, cuando llegó el momento de elegir la carrera de educación superior mi lado racional pesó más y opté por la arquitectura. Durante la cursada, al mismo tiempo, dibujé mucho y durante un tiempo incluso vendí algunos dibujos originales y productos ilustrados, pero nunca lo consideré como un trabajo formal.

Después de cinco años de trabajar en un estudio de arquitectura, mi lado más creativo empezó frustrarse por pasar más de ocho horas al día haciendo dibujos técnicos en un ordenador y, al principio por pura curiosidad, como mencioné, decidí apuntarme al taller de iniciación a la joyería. En parte porque siempre me gustó la joyería como consumidora y, sobre todo, porque quería aprender más sobre el proceso. Gradualmente la joyería fue ocupando cada vez más espacio en mi vida y el dibujo pasó a un segundo plano. Por supuesto, lo sigo utilizando como herramienta durante el proceso creativo de joyas.

Como siempre me gustó diseñar, dibujar e ilustrar, tenía muchos dibujos más bien orgánicos, un mundo totalmente diferente a mi formación. Hoy combino diseño y joyería, como una serie de aros pendientes pintados sobre papel combinados con acrílico.

Entre la arquitectura y mi joyería hay muchos puntos en común: no solo en cuanto a las formas que se plasman en las piezas sino también en el proceso creativo.

Un proceso que siempre me lleva a la serie, lo cual no supone copias a partir de un molde sino como variantes de una pieza original que buscan ampliar y enriquecer la propuesta. Cuando imagino una joya no pienso en una sola sino en sus distintas posibilidades de formas, por eso integran una colección de piezas, tal vez más anillos y aros, de simples a más complejos, combinables o intercambiables, lo cual permite un sinfín de alternativas.

También recurro a las propuestas arquitectónicas de edificios, como las piezas exclusivas que creé según las sinuosas líneas del Museu de Arte, Arquitetura e Tecnologia de Lisboa (MAAT); fue un trabajo inspirador con el que me sentí muy cómoda y advertí que ese era mi camino. Se trata del anillo «Horizon Line», que fue desarrollado en el contexto de una iniciativa conjunta entre el MAAT y la Associação de Ourivesaria e Relojoaria de Portugal (AORP) en 2019. Entonces, nueve diseñadores fueron seleccionados para presentar una pieza exclusiva inspirada en ese museo, la cual fue vendida en la tienda del museo.

 

“Cuando imagino una joya no pienso en una sola sino en sus distintas posibilidades de formas… de simples a más complejos, combinables o intercambiables, lo cual permite un sinfín de alternativas”.

 

_¿Cómo es tu proceso creativo?

_Es un proceso muy mental que comienza por materializarse en dibujos, siempre es una idea que se dispara o lleva a diseñar, en general, a partir de un esquema. Esos bocetos esquemáticos me ayudan a definir formas, medidas, graduación, pesos y proporciones geométricas. Las piezas finales toman forma en el banco de joyero a través de la experimentación; a menudo nacen variantes de unas pocas piezas que se multiplican durante el desarrollo de la colección de manera informal e impredecible.

Busco un estilo minimalista con mucha personalidad. Me gusta jugar con piezas que combinan entre sí, con la abstracción de formas, articulaciones y diferencias de escala. Pienso más en colecciones que en piezas únicas, series que van desde el elemento más simple hasta la composición más compleja, como si fueran letras que forman palabras en un texto más grande.

 

“Es un proceso muy mental que comienza por materializarse en dibujos, siempre es una idea que se dispara o lleva a diseñar, en general, a partir de un esquema… que me ayuda a definir formas, medidas, graduación, pesos y proporciones geométricas”.

 

Minimalista y geométrica

 

_¿Preferís los metales?

_Sí, sobre todo metales por mi formación basada en las técnicas convencionales. Prefiero la plata pero también he trabajado en bronce, tal vez con formas un poco más orgánicas, con el paso previo de la cera que luego se funde. En algunas series limitadas combino metal, como la plata, con otros materiales, como arcilla que luego pinto con acrílico.

Por otra parte, por ejemplo, para la colección inspirada en el centenario de la Bauhaus, creé piezas edición limitada en plata y cuero reutilizado, que juega con el color y la relación entre líneas, planos y la tridimensionalidad de la geometría. Fueron especialmente realizadas para una exposición en el laboratorio Tincal en el año del centenario de la escuela alemana.

Además, desarrollé piezas relacionando la joyería y la pintura, las que formaron parte de la colección «Figurae»: una línea de aros pendientes geométricos en plata y pasta de modelar pintada con acrílico; los pendientes se presentaron junto con su diseño abstracto.

En general, como señalé, me manejo con las técnicas convencionales aplicadas a propuestas contemporáneas buscando soluciones técnicas lo más simples posibles, intentando una expresión más sutil. Como estas piezas que llevo puestas, que son parte de «Duo Collection», una colaboración artística que fue hecha en 2020 con Telma Olivera, arquitecta y joyera autora de Wek, en la que desde dos formas distintas creamos joyas de líneas geométricas, fuertes y contemporáneas. Trabajamos dos materiales diferentes, como la plata y los impresos en tecnología 3D (PLA) en varios colores; el elemento plateado se separa de la base permitiendo cambiar de color y lograr las combinaciones que se deseen.

“Me manejo con las técnicas tradicionales aplicadas a propuestas contemporáneas, buscando soluciones técnicas lo más simples posibles, intentando una expresión más sutil”.

_¿La movida joyera de Portugal tiene una identidad propia? ¿Cuál es?

_Portugal tiene una gran tradición en joyería con, por ejemplo, la técnica de la filigrana. Pero hay una nueva generación de joyeros contemporáneos con mucho potencial, algunos con un enfoque más artístico, pero este número no es muy significativo y el trabajo que desarrollan aún no es muy visible para el público ni tiene gran demanda de compradores y coleccionistas. Es que el público sigue siendo conservador y muy apegado a la joyería más convencional en la que el material determina el valor de la pieza.

Existen pocos los sitios donde es posible comprar o ver exposiciones de joyería contemporánea artística. En Oporto, Tincal lab es prácticamente el único espacio con un programa regular y frecuente de exposiciones con autores nacionales e internacionales de joyería contemporánea artística. Hay otras galerías, pero principalmente en Lisboa.

También contamos con el impulso de dos asociaciones vinculadas a la joyería: Associação de Ourivesaria e Relojoaria de Portugal, más vinculada a la industria; y PIN, la única asociación portuguesa de joyería contemporánea, responsable de la Bienal de Joalharia Contemporânea de Lisboa que tuvo su primera edición en 2021.

 

“Tincal lab es prácticamente el único espacio con un programa regular y frecuente de exposiciones con autores nacionales e internacionales de joyería contemporánea artística”.

 

_¿El nombre Tincal alude al mineral también llamado bórax?

_Sí, es el que se usa para retardar la aparición del óxido en el metal que entra en contacto con el calor de la fundición, como la plata 925 que habitualmente se utiliza en Portugal; es que si se oxida es más difícil la soldadura, por eso es muy usado. Y elegimos ese nombre por ser un elemento de uso habitual y conocido por los joyeros, porque de alguna manera nos identifica.

 

“Elegimos el nombre Tincal porque alude a un elemento de uso habitual y conocido por los joyeros, porque de alguna manera nos identifica”.

 

_¿El objetivo del laboratorio fue generar un lugar donde pueda circular la joyería?

_Tincal lab surgió inicialmente de mi necesidad de tener un espacio de trabajo fuera de casa, donde comencé estableciendo mi primer taller mientras cursaba. Este laboratorio abrió sus puertas en 2015 en un segundo piso en Rua de Cedofeita, en el centro de Oporto. El objetivo era tener un espacio de trabajo sustentable permitiendo que otros autores trabajasen en una gran oficina compartida. Quería un lugar de difusión de la joyería contemporánea que aunara trabajo técnico y experimentación, exposición y venta, y también quería que fuera un punto de encuentro entre compañeros y un espacio de conexión entre el público y los joyeros. Una gran oportunidad para mostrar joyería contemporánea, ya que hasta ese entonces no existía un espacio de ese tipo.

“Quería un lugar de difusión de la joyería contemporánea que aunara trabajo técnico y experimentación, exposición y venta, y también quería que fuera un lugar de encuentro entre compañeros y un espacio de conexión entre el público y los joyeros”

 

Laboratorio en crecimiento

 

Cuando Tincal lab se mudó al Centro Comercial Bombarda, a fines de 2018, ganó más visibilidad, porque se convirtió en un espacio más abierto al público. CCBombarda es una galería comercial alternativa en lo que llamamos quarteirão das artes en Oporto, por el protagonismo de las galerías de arte en la zona desde la primera década de los años 2000.

De a poco fui invitando a colegas a participar en diversas exposiciones temáticas, que en un principio eran portugueses y, con el tiempo gracias a la difusión del Desafío, se fueron sumando de otros países; ahora la relación se revirtió y reunimos a un número importante de creativos internacionales.

Es que esta ubicación nos permitió tener un escaparate con cierta visibilidad, por lo que podemos mostrar piezas de otros autores con mayor regularidad en una galería mural donde cada dos meses se presenta una nueva exposición individual o colectiva. Además de las exposiciones temporales, mantenemos alrededor de 20 a 25 autores en la tienda de forma más permanente. La mayoría también están disponibles en la tienda online.

Entre los autores actualmente están: Gabriela Marcos y Rocío Britos de Argentina; Anna Vlahos de Australia; Rita Martínez de Costa Rica; Samuel Coraux de Francia; Silvia Valz de Alemania; Amálgama, Llunante y Valeria Rossini de Alemania Cristina Celis de México; Karen Gillis de Países Bajos; Marcin Boguslaw de Polonia; Ana Iturri y Montse Basora de España.

Y hay muchos de los exponentes portugueses, entre los que me cuento junto con Olga Marques, Ana Azevedo, Inês Sobreira, María Benedita, Susana Barbosa y Joyería Possante.

Esta es una propuesta que llevo adelante con Olga Marques. Como decía, la idea original era crear un taller de joyería compartido, aprovechando la maquinaria y el espacio para alquilar bancos de trabajo; iniciativa que se abandonó desde que nos mudamos a este otro espacio. Es que Olga alquilaba un puesto durante el período inicial y cuando cambiamos de ubicación empezamos a trabajar juntas en el taller todos los días para que el público pueda ver dónde y cómo se crean las joyas.

Como Tincal lab fue capaz de recibir pequeños grupos de trabajo, varios joyeros se interesaron ​​en talleres para cubrir su necesidad de formación en diversas técnicas, materiales y procesos. Desde entonces organizamos talleres con temas puntuales y de corta duración, que se realizan de tres a cuatro veces al año durante los fines de semana con propuestas de joyeros especialistas en técnicas específicas.

Los talleres realizados más destacados fueron: Resinas, a cargo de Susana Barbosa; Técnica japonesa de cera mitsuro para textura hikime, por Calixto Sánchez; Electroformado, Gastón Rois; Porcelana blanca, Celia Lostrego; Diseño modular, Luis Acosta; Porcelana con papel, Trinidad Contreras; Modelación en cera, Lyra Lin, y Fundición de huesos de choco y Granulado, ambos dictados por Gustavo Paradiso.

 

“Cuando cambiamos de ubicación empezamos a trabajar en el taller todos los días para que el público pueda ver dónde y cómo se crean las joyas”.

 

_¿A la par surgió la idea de hacer el Desafío?

_El desafío conocido como Tincal Lab Challenge se convirtió en un evento anual que se repite anualmente con diversos temas. Ahora estamos lanzando Viajes, Jewelry and Travel, cuyo llamado acaba de cerrar, cada vez con más convocatoria.

Es una iniciativa anual que tuvo su primera edición en 2015. Comienza con una convocatoria abierta a joyeros de todo el mundo y da como resultado una exposición colectiva que pretende inspirar a los artistas y sensibilizar al público sobre la joyería contemporánea, mostrando calidad y diversidad.

Esta convocatoria resulta un evento internacional para la exhibición y venta de joyas. La inauguración tiene lugar en el laboratorio cada noviembre, en coincidencia con las inauguraciones simultáneas que se dan en Miguel Bombarda y está acompañada de un catálogo. En cada edición, se entrega el Premio Selección del Jurado y dos Premios Selección del Público (presencial y votación online), que consisten en una exposición que se realiza durante el año siguiente.

Actualmente, el jurado está trabajando en el proceso de selección. Se recibieron casi 350 presentaciones de autores de todo el mundo, el número más alto hasta el momento. Ochenta joyeros serán seleccionados para integrar la exposición que se inaugurará el 11 de noviembre. Sus nombres se conocerán a partir del próximo viernes 21.

“Tincal Lab Challenge es una exposición colectiva que pretende inspirar a los artistas y sensibilizar al público sobre la joyería contemporánea, mostrando calidad y diversidad.”

_¿Cómo plantean los temas del Desafío?

_Los temas del Desafío surgen por el interés de crear algo inspirador. Arrancó con 30 participantes invitados y ahora estamos en más de 300 interesados, como destaqué. El jurado selecciona por sus antecedentes, luego se presentan piezas con personalidad, de calidad, coherentes, con un perfil artístico y un precio máximo para darle valor a la obra, la cual ofrecemos en una exposición y venta.

El año pasado contamos con la participación de 14 artistas joyeros argentinos y la última ganadora fue Lara Solia Barenboim, que hoy nos acompaña como jurado. Con todo, nos interesa llegar a esa persona curiosa, a sensibilizar y desmitificar la joyería como pieza inaccesible o desconocida. No solo pretendemos llegar por el precio accesible, aunque solo se vende un 20 por ciento de lo que se oferta, sino que también nos proponemos sumar conocimiento porque muchos se interesan para entender qué significa o cómo se hizo una joya.

Los temas tratados fueron arquitectura, cine, música, literatura, naturaleza, tecnología, anatomía y ahora viajes, como dije. Buscamos temas generales, amplios para no limitar propuestas.

Por otra parte, tenemos relación con artistas joyeros como el argentino Luis Acosta, residente en Países Bajos, que por lo menos una vez al año nos acerca su propuesta de curaduría que muchas veces incluye latinoamericanos.

 

“Nos interesa llegar a esa persona curiosa, a sensibilizar y desmitificar la joyería como pieza inaccesible o desconocida”

 

Necesidad de apertura

 

_¿A la joyería le cuesta abrirse?

_Sí, puede ser porque el público no está muy sensibilizado, insisto, no conoce o no usa piezas contemporáneas y/o artísticas. Pero es un fenómeno que pasa en otros ámbitos también: en eventos de arquitectura, hay más arquitectos; en exposiciones de arte, más artistas, lo mismo en fotografía y otras áreas; es común, hay que saltar el cerco y llegar más allá. La joyería de arte tiene sus años y sin embargo se mueve en un mismo círculo que está bien y es lógico, pero tiene que poder alcanzar a otro tipo de público.

 

“(A la joyería le cuesta abrirse) porque el público no está muy sensibilizado, insisto, no conoce o no usa piezas contemporáneas y/o artísticas. Pero es un fenómeno que pasa en otros ámbitos también.”

 

_¿Tincal Lab Challenge se convertirá en una muestra itinerante?

_Recientemente, la exposición Tincal lab Challenge viajó por primera vez, por invitación de la joyera y curadora Lena Lindahl de Gotemburgo, ciudad que fue nombrada por la Unesco como Ciudad de la Literatura; además de ser parte del Desafío, Lena Lindahl organizó en mayo último una exposición que vincula Joyería y Poesía, en la Galería Lerverk, por lo que decidió invitar a Tincal lab para exhibir, al mismo tiempo, la muestra de Joyería y Literatura.

Hay otras posibilidades de llevar esa misma expo a otros lugares este año, una de ellas podría ser la Semana de la Joyería Rumana.

 

_¿Qué te pareció MICA?

_Mi experiencia fue sumamente enriquecedora. Ya conocía el trabajo de varios joyeros argentinos por su participación en el Desafío, a otros a través del colectivo Joyeros Argentinos y por la Escuela Eloi de Jimena Ríos, también a través de las redes en línea, pero fue un placer tener la oportunidad de conocerlos en persona, ver sus trabajos en vivo, conocer sus espacios de trabajo en encuentros que resultaron un intercambio interesante. El trabajo local tiene algunos puntos en común pero es bastante diferente al portugués.

Venir me permitió entrar en contacto con la increíble ciudad de Buenos Aires y la cultura argentina en general, además porque MICA es un evento que involucra diferentes áreas creativas.

La experiencia de las intensas ruedas de negocios fue completamente nueva para mí y me permitió conocer a muchos autores con obras muy diversas de manera eficiente y en poco tiempo.

También por primera vez tuve la oportunidad de compartir mi camino y experiencia en la charla: “El reto de trabajar en joyería contemporánea” y fui muy bien recibida, tanto por la organización como por compañeros joyeros con quienes tuve la oportunidad de interactuar.

Creo que Joyeros Argentinos -asociación a la que debo mi presencia en el MICA- hace un gran trabajo en la promoción de la joyería contemporánea argentina y espero que de aquí en más surjan nuevas oportunidades de colaboración.

 

“Fue un placer tener la oportunidad de conocer a los joyeros argentinos en persona, ver sus trabajos en vivo, conocer sus espacios de trabajo en encuentros que resultaron un intercambio interesante.”

 

_¿Cuál es tu opinión de la joyería contemporánea argentina?

_Me parece que hay una comunidad grande de joyeros argentinos, con obras originales, coherentes a su identidad y con una personalidad fuerte. Noté un gran respeto por la cultura argentina, una conexión con la tradición y la voluntad de reinterpretarla de manera contemporánea. Hay una mirada artística que se refleja en la combinación y exploración de materiales diferentes y alternativos. Sentí una energía increíble, tienen una gran capacidad de cooperación y creatividad para superar las dificultades.

Por lo que conocí, hay propuestas de joyería, algunas ligadas más a la técnica tradicional, muchas otras piezas contemporáneas más relacionadas a lo artístico con una interesante variedad de materiales alternativos que en Portugal no es común ya que trabajamos más con metales.

Allá sí existen propuestas artísticas pero he visto que aquí se dispone de una oferta inmensa y esa opción por materiales distintos con manejos personales deriva en métodos o adaptaciones de técnicas que hacen a una propuesta individual muy singular.

Percibí que esa búsqueda de materiales tuvo que ver en muchos casos con la situación económica, porque la plata es cara; y sé que también se dio por una opción artística porque el material probado les permitió transmitir mejor lo que quisieron o quieren expresar; así muchos joyeros formados en técnicas han ido paulatinamente incorporando otros materiales, manejándolos de manera original hasta especializarse. Con todo, resultan muy creativos superando obstáculos y abriendo caminos impensados, por ejemplo, de la mano del textil, los plásticos y el papel. Aquí hay una joyería de arte contemporáneo muy buena.

En Portugal, aún en búsquedas más artísticas, se tiende a usar plata y oro de una forma distinta; el metal no es un problema. Pero como la joyería depende de lo que se quiera decir o crear, el material no es un impedimento sino un medio de expresión; no es con qué sino qué.

Es cierto que es incomparable la situación de Portugal y Argentina, pero en el contexto de Europa mi país está como al fin de la lista y nos vendría bien aprender a sacar ventaja de la crisis o de situaciones no muy favorables.

 

“Hay una comunidad grande de joyeros argentinos, con obras originales, coherentes a su identidad y con una personalidad fuerte… con una mirada artística que se refleja en la combinación y exploración de materiales diferentes y alternativos.”

 

_¿Proyectos?

_En este momento tengo la intención de seguir trabajando en Tincal, tratando de llevar todo el trabajo realizado hasta ahora más allá: un calendario regular de exposiciones y talleres, con énfasis en el Desafío. Eventualmente colaboraré con otras galerías para que puedan albergar esta exposición colectiva, como se dio este año. Paralelamente, seguiré trabajando en mi marca, desarrollando nuevas colecciones y colaborando con otras tiendas de Portugal y otros países.

También, podría ser ampliar el espacio para presentar más joyas, tal vez en uno directo a la calle y no en una galería, veremos…


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Entrevista a Juliana García Bello

Apuntes | Notas

El concepto es más innovador que la técnica


Entrevista a Juliana García Bello

Por Delia Alicia Piña

 

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Cuando hace diseño se siente más artista y cuando se asume como artista se percibe diseñadora. Aunque ese dilema resulta una equivalencia, Juliana García Bello admite que la balanza termina inclinándose hacia el arte.

Es más conocida como diseñadora que como joyera, pero desde chica le interesó la joyería. La estudió en Taller Eloi, donde hasta hoy participa de una clínica de obra que la llevó a exponer sus piezas en la reciente edición de Melting Point Valencia.

Curiosa por naturaleza, decidió enfocarse en el textil para poder investigar mejor y tener algún tipo de reflexión acerca de lo que hace. Y en lo que hace siempre hay una hebra y una aguja. Hizo suya la técnica de cestería selk’man, la del pueblo originario de la “isla” -como le gusta decir- a la que pertenece, Tierra del Fuego, y creó su propio método que aplica al cubrir objetos que se transforman en piezas de joyería contemporánea.

Austera, sustentable, reutiliza mucho material y prefiere que sus piezas salgan de una acción sencilla. Cree que “en conjunto se logran cosas mejores, como compartiendo conocimientos, promoviendo acciones cotidianas y reclamando otras más globales”.

Desde Arnhem, a 45 minutos de Amsterdam, cuenta por qué el tiempo dedicado a un objeto puede transformarlo en joya. Las piezas más grandes en las que trabaja y su decisión de regresar a la Argentina para seguir proyectando su obra.


_Se te conoce más como diseñadora de indumentaria que como joyera, sin embargo siempre estuviste relacionada con la joyería ¿Cuál fue tu intención con la joyería?

_Cuando terminé la carrera de Diseño de Indumentaria, al igual que ahora, siento que cuando hago diseño me siento más artista y cuando soy artista me siento diseñadora. A veces me dicen: pero vos sos diseñadora no artista, y me pregunto ¿cuál es la diferencia? Es que cuando hago cosas de diseño resultan tan chiquitas que al final termino haciendo una pieza accesorio. Siempre estoy ahí en el límite de un área u otra.

Toda la vida, me interesó la joyería. Creo que mi primer pinza me la regalaron a los 9 años y hacía lo que hace un montón de personas cuando son chicos: aritos con alambre doblados en curvitas y contracurvas que generan flores.

En 2013, para mi tesis de Diseño había hecho unas piezas tipo nido y como ya me inclinaba más hacia lo artístico decidí que eso podía transformarse en una pieza de joyería. Me di cuenta que esa pieza no era un textil en sí, aunque sus estrías eran parte de un textil, pero era un poco más grande, sin embargo no cubría tanto el cuerpo sino un pedazo…

Advertí que había un límite, que quería ver hacia dónde iba o extendía y me dije: voy a estudiar joyería. Siempre fui muy nerd para todo y al terminar la facultad me generó tal vacío que pensé ¿y ahora qué hago? Entonces, decidí estudiar joyería. Si bien al año siguiente de egresar me anoté en un posgrado, opté por joyería también, sobre todo, por la contención que me daba el taller al compartir el hacer y por la posibilidad de generar proyectos.

 

“Opté por joyería también, sobre todo, por la contención que me daba el taller al compartir el hacer y por la posibilidad de generar proyectos”.

 

_Estudiaste en Taller Eloi.

_Sí, arranqué en 2013 y estudié por dos años. Luego continué de manera intermitente, ya que reparto mi tiempo con el diseño de indumentaria. Soy de esas personas que necesita de dedicarse, no solo ir sin hacer porque si no pierdo el tiempo. Por eso, cada vez que voy a Eloi es porque estoy haciendo un proyecto que me demanda estar. Y fue en marzo del año pasado cuando fui a Argentina e hice un workshop con Gastón Rois, que Jimena Ríos me invitó a participar de manera online de la clínica de obra que lleva adelante.

Participé de ese taller de electroformado en un momento en el que venía cubriendo objetos. Desde hace tiempo que estoy trabajando con objetos viejos y me pareció que de alguna manera esa técnica tenía que ver con lo que quería hacer. Bueno, después como siempre, me terminó pasando que como todas las técnicas que se salen un poco del textil me parecen que no son para mí pero me gusta aprenderlas. No obstante, a partir de esa participación o invitación puse en común ese proyecto de cubrir objetos y sigo trabajando en eso.

Además de la conexión online, compartí una semana increíble en la que, entre paréntesis, hacía un año que no hablaba tanto en español y eso me generó una tranquilidad increíble, estar en la calle y saber qué está pasando todo el tiempo es muy reconfortante. En ese sentido, fue una experiencia de desconexión pero a la vez de conexión con algo de lo que más me gusta que es la joyería; y también de conexión por el acercamiento y el compartir con mis compañeras de la clínica.

 

“Todas las técnicas que se salen un poco del textil me parecen que no son para mí pero me gusta aprenderlas”.

 

Técnica propia

 

_¿Lo que hacés tiene que ver con la cestería o con el textil?

_Como soy muy curiosa y me gustan muchas cosas diferentes, en 2012 decidí que todo lo que iba a ser tenía que estar relacionado sólo con el textil, me impuse ese límite. Por momentos, lo que hago es cestería, como esos nidos que mencionaba hice en 2013.

Aprendí cestería con Margarita Maldonado, descendiente de los pueblos originarios de Tierra del Fuego, perteneciente a la cultura selk’man, con quien hice varios talleres y esa técnica quedó en mí. La técnica de cestería selk’man se parece mucho al punto festón, pero con una hebra de un pasto muy largo con la diferencia de que en el medio tiene un cabo de más. Y me enamoré de las cestería pero no soy selk’man. Entonces, si bien soy nacida y criada en la isla y me identifico con esa historia porque me la han transmitido, porque he caminado ese lugar al que pertenece, porque tengo amigos descendientes de selk’man, creo que es una técnica sagrada como para apropiármela. Por esto, comencé a generar técnicas propias a partir de esa técnica.

La primera cestería que hice fue simplemente para un tejido con ramas muy duras y busqué ese punto de flexión de la fibra, en el que otro puede pensar que es imposible de lograr porque puede quebrarse, un desafío complejo que pude lograr. Hago cestería todo el tiempo. Salgo a caminar por Arnhem, al borde del río Rin, al este de los Países Bajos, arrancó una rama y ya estoy haciendo algo como una pieza pequeña. Hice de todo, desde animales con hojas de palma de la casa de mi tía, es una técnica que me acompañó es lo mismo que el upcycling que está siempre presente en el hacer.

El anteaño pasado empecé a cubrir objetos con un hilo de lino súper resistente que encontré por acá y me recordó a la fibra de la cestería selk’man que también es muy resistente. Lo hice y repetí con esa fibra ultra mini mediante un punto que si bien tiene muchas similitudes con el selk’man, porque la acción para conseguirlo es la misma, no es igual porque está hecho con un hilo que requiere ser enhebrado con una aguja debido a que no puede hacerse con la mano simplemente. En fin, mi tejido deriva de una técnica de cestería ancestral propia del pueblo originario de mi isla natal; al estar hecho con un hilo no podría ser considerado como cestería.

 

“Decidí que todo lo que iba a ser tenía que estar relacionado sólo con el textil”.

 

_Estás cubriendo objetos con esta técnica derivada de la cestería selk’man, ¿por qué?

_Sí. Lo apliqué en la colección que llevé a Melting Point Valencia, se llama «Cuidar las memorias». Surgió cuando me mudé a Holanda con mi compañero, por entonces la familia de Alfred, un vecino que había fallecido, nos ofreció un montón de objetos, incluso casi toda la casa podría decirte: desde la máquina de coser, ropa, la plancha, agujas y, entre otras, un cajón tipográfico en los que tenía objetos raros como souvenirs, piedras, un masa de plastilina, de todo, era como una caja de recuerdos. La envolví, la traje a mi casa pero a los días uno de esos objetos se cayó y se rompió, y sentí que no había podido cuidarla… Pensé cómo repararlo sin que lo que hiciera no interfiriera en poder ver el objeto original, no quería usar un pegamento o costura. Y decidí hacerlo como lo haría una fueguina y, como tal, cubrí el objeto.

Es que de chica pertenecía el voluntariado de la Reserva Ecológica de Tierra del Fuego y hacíamos anillado de aves migratorias y también veíamos fósiles de la Patagonia. Me quedó ese recuerdo de que los objetos o tesoros a veces están en un lugar donde no se piensa que están; corrés una piedra y ahí hay una cosa mágica que viene de otro tiempo, otro mundo, por eso me nace proteger, cuidar, cubrir piezas u objetos cotidianos.

De esa manera, si alguien quiere ver ese objeto original no tiene más que cortar ese tejido. Y como prevención, como pensé que podían empezar a caer y romperse el resto de los objetos, los cubrí todos: otras piezas más portables, de bolsillo y hasta algunas de joyería que Alfred guardaba, como aros o un collar.

 

“Comencé a generar técnicas propias a partir de la técnica de cestería selk’man”.

 

_Estás cubriendo objetos con esta técnica derivada de la cestería selk’man, ¿por qué?

_Sí. Lo apliqué en la colección que llevé a Melting Point Valencia, se llama «Cuidar las memorias». Surgió cuando me mudé a Holanda con mi compañero, por entonces la familia de Alfred, un vecino que había fallecido, nos ofreció un montón de objetos, incluso casi toda la casa podría decirte: desde la máquina de coser, ropa, la plancha, agujas y, entre otras, un cajón tipográfico en los que tenía objetos raros como souvenirs, piedras, un masa de plastilina, de todo, era como una caja de recuerdos. La envolví, la traje a mi casa pero a los días uno de esos objetos se cayó y se rompió, y sentí que no había podido cuidarla… Pensé cómo repararlo sin que lo que hiciera no interfiriera en poder ver el objeto original, no quería usar un pegamento o costura. Y decidí hacerlo como lo haría una fueguina y, como tal, cubrí el objeto.

Es que de chica pertenecía el voluntariado de la Reserva Ecológica de Tierra del Fuego y hacíamos anillado de aves migratorias y también veíamos fósiles de la Patagonia. Me quedó ese recuerdo de que los objetos o tesoros a veces están en un lugar donde no se piensa que están; corrés una piedra y ahí hay una cosa mágica que viene de otro tiempo, otro mundo, por eso me nace proteger, cuidar, cubrir piezas u objetos cotidianos.

De esa manera, si alguien quiere ver ese objeto original no tiene más que cortar ese tejido. Y como prevención, como pensé que podían empezar a caer y romperse el resto de los objetos, los cubrí todos: otras piezas más portables, de bolsillo y hasta algunas de joyería que Alfred guardaba, como aros o un collar.

 

“Los objetos o tesoros a veces están en un lugar donde no se piensa que están”.

 

_¿Algunas piezas son de joyería y otras no?

_Desde hace tiempo advertí que una piedra o un amuleto también es una pieza de joyería. También, muchas piezas que en un inicio no son joyería luego se transforman en una pieza de joyería, como una piedra, un caracol. Alfred no lo guardó pensando que era una pieza de joyería la guardó porque era simplemente una piedra, aunque luego ese tesoro se transformó en joyería por el tiempo dedicado a cubrirlo. Por ejemplo, una de esas piezas, una piedra particularmente me acompañó durante un montón de viajes, porque la técnica de tejido para cubrirla lleva tanto tiempo que estuvo guardada en mi bolsillo hasta con la aguja; simplemente la sacaba, seguía cubriéndola un rato, la guardaba…, por eso siento que son todas piezas de joyería.

Algunas son piezas de joyería desde su origen, su esencia sigue siendo la misma y llegaron a mis manos como tal, no tuve que preguntarme cómo se ubica en el cuerpo; al aro podía haberlo prendido en el cuello de mi suéter pero seguiría siendo un pendiente por el registro que se tiene de este tipo de pieza, claro.

«Cuidar las memorias» incluye más de 60 piezas pero en Melting Point presenté cinco, esas que en su esencia eran piezas de joyería, porque creí que con ellas iba a resultar más clara la lectura de esas piezas. Es que es complejo entender que son piezas cubiertas, objetos de otra persona, que ahora forman parte de una colección de objetos… entendí que era mucha información por eso elegí mostrar esas piezas de joyería que Alfred guardó, que él pensaba que tenían una memoria en la joyería. Y las exhibí como invitada en «La belleza de la vida cotidiana», la muestra que curaron Rodrigo Acosta y Jimena Ríos.

“Desde hace tiempo advertí que una piedra o un amuleto también es una pieza de joyería. También, muchas piezas que en un inicio no son joyería luego se transforman en una pieza de joyería”.

_En general, ¿en las piezas de joyería que hacés también aplicás esa técnica derivada de la cestería?

_No, depende del proyecto. Cuando hago joyería o cualquier tipo de creación más artística trabajo con una técnica textil. Y ese límite, como mencionaba, lo marqué para poder tener una mejor investigación en el campo que trabajo y algún tipo de reflexión acerca de lo que hago. Y lo que hago es un tipo de cestería con hilo, con ramas.

Es que me interesan muchas cosas: las aves, los pueblos originarios, la antropología, la sociología, entre muchas cosas, pero me enfoqué en ser especialista en el textil. Ahora también estoy haciendo algunas piezas de joyería un poco más grandes que las muy pequeñas de «Cuidar las memorias», trabajo con prendas viejas y las cubro con una técnica parecida también derivada de la cestería que describí, varían un poco pero tienen un hilo conductor. Me gusta que algo de lo anterior que estaba haciendo siga conmigo porque siempre hay una reflexión que puedo continuar y sostener; me gusta repetirme porque genero una identidad; no hace falta estar haciendo cosas nuevas todo el tiempo porque finalmente soy esto.

No necesito hacerme la innovadora todo el tiempo sino que dentro de las posibilidades que tengo innovo y, a veces, el concepto es más innovador que la técnica, porque simplemente termino uniendo dos cosas que antes alguien no había unido y lo hago con una técnica ya usada; mi trabajo es muy artesanal por eso generalmente no hay mucha innovación; sí me repito mucho de manera intencional.

 

Con el tejido como eje

 

Respecto de otras obras, para responder a tu pregunta, recuerdo «Cascote abandonado», una serie que había cubierto con arcilla y luego con tela para después romperlas y así generaba piezas que resultaron una mezcla de materiales. Un trabajo de joyería que estaba en el borde de ser una obra performática.

Me gusta mucho jugar al límite o que el resultado esté al borde de ser o no ser algo que no se sabe cómo definirlo del todo. Creo que no definir, no definirme me da más apertura, al final podés jugar un poco más y eso me divierte.

Más que cestería, lo mío es el tejido y siempre me acompaña. Por momentos es más cestería por otros más el tejido en sí: cubro más con tejido, tejido sobre tejido; en mi trabajo, siempre hay una hebra y una aguja.

 

 

“Cuando hago joyería o cualquier tipo de creación más artística trabajo con una técnica textil”.

 

_¿Y tejidos metálicos?

_Nunca probé tejidos metálicos, quizás podría hacerlo, pero como soy un poco fundamentalista con lo que hago, siendo del Sur amo mucho la montaña y por eso me cuesta usar metal. Si lo uso es porque vienen de otras piezas, bronce de piezas que he guardado, por ejemplo; reutilizo mucho material; los pins derivan de otros pins.

La técnica la aprendí y me encanta. Sé muchas técnicas de joyería e indumentaria pero no las uso todas pero me sirven para entender cómo funcionan, cómo son los procesos y, sobre todo, me ayudan a desarrollar técnicas propias. En general, soy muy austera, me gusta que una pieza salga de una acción sencilla, sin tanta vuelta. Por eso, no probé con metal aún, porque siempre pienso qué tengo en casa y siempre es hilo, aguja y algo de tela; todo parte de algo de mi taller, de algo que estoy rodeada. Tal vez si estuviera más en Eloi me inspire y vuelva a soldar otra vez…

Sobre mi mesa encontré un aro de alpaca y me dije para qué voy a hacer uno si ya tengo. Arranco siempre de juntar junto muchas cosas y después veo que hago. Me gusta mucho la pieza única para la joyería, es algo que disfruto mucho, un lujo que no me permito tanto en indumentaria. Hago muy pocas piezas únicas en indumentaria, si bien por el textil terminan siendo únicas. En joyería, cada vez que cubro un objeto renace y cada vez lo hago de manera diferente porque parte de mi mano. Como mi forma de trabajar parte de mi mano, lo que hago cambia todo el tiempo; además, para no aburrirme hago pequeñas modificaciones en la técnica, así una pieza difiere de otra. La joyería me da más libertad jugar, me divierto más.

 

“Soy un poco fundamentalista con lo que hago, siendo del Sur amo mucho la montaña y por eso me cuesta usar metal”.

 

_¿Coleccionás muchas cosas?

_Junto muchas cosas no de todo, o sea, no junto cualquier cosa. Colecciono pequeños perros de porcelana, dedales, botones, piezas de joyería que encuentro tiradas en la calle, postales de montañas, patitos de bronce. Y con algunas de ellas se me ocurre hacer algo. Ahora estoy viendo qué hago con los perritos, como una pieza de joyería o una pieza más de arte no sé, algo que me dé ganas de hacer. Coleccionar me ayuda a visualizar objetos nuevos o a conectarme un poco con los objetos del pasado que me traen un montón de historias y me conectan conmigo, con mi historia y con otras que también me inspiran. Me gusta ver objetos que fueron de otras personas u objetos abandonados.

 

“Coleccionar me ayuda a visualizar objetos nuevos o a conectarme un poco con los objetos del pasado que me traen un montón de historias y me conectan conmigo, con mi historia y con otras que también me inspiran”.

 

_¿Tu eje siempre pasa por la reutilización creativa?

_Sí, eso es algo que me acompaña, que es parte de mi proceso creativo y que nace de mi familia. Esa creatividad se pone en marcha en cualquier tipo de cosa, desde cocinar o poner una planta en el patio o cerrar una cortina, todo se resuelve y se pone en práctica creativamente reutilizando cosas que ya no están en uso.

Me di cuenta que era parte de mi familia dar valor a eso que ya no está en uso. Yo lo hacía y pensaba que simplemente me había sido dado y no es algo heredado y es un gesto vital muy interesante que vale preservar. Es poder mirar con otros ojos cosas que quizás para algunos ya no tiene valor. Esa mirada familiar, resultado de pequeñas soluciones grabadas en la memoria, me moviliza a hacer. Poder pensar en todas las posibilidades de renacer algo me genera mucha apertura a nuevas cosas, a un nuevo universo.

Por ejemplo, los ganchitos metálicos que me sobraron de una cortina los convertí en ganchos con forma de patitos que pongo en algún mueble para colgar bolsas o trapo. Muchos me los ponderan o exclaman: qué lindo! y me encanta poder decirles que el patito sostenedor surgió de reutilizar un ganchito común y corriente con dos maniobras de despliegue; la tabla del escritorio de mi taller la rescaté de la basura; los lapiceros y contenedores están hechos con latas. Darle valor a cosas simples me encanta. Encontrar algo abre un mundo de posibilidades que surgen de observar que, en mi caso, es observar los materiales que tengo. Reutilizar es parte de mi forma de ser.

Ese conocimiento adquirido es el que me impulsó cuando empecé a hacer indumentaria en 2017, y lo mismo me pasó con la joyería. Cuando arranco, siempre comienzo con cero peso. Y puedo, por ejemplo, porque no hice más que pedirles a mis vecinos ropa en desuso; uno me regaló hilos, la máquina de coser de Alfred, entre otras. Ese hacer con poco, es un buen gesto para compartir con otros. No se necesitan tantas cosas u objetos como creatividad, la cual surge de observar el mundo o eso que tenemos.

 

“No se necesitan tantas cosas u objetos como creatividad, la cual surge de observar el mundo o eso que tenemos”.

 

_La creatividad no es poco.

_Es muchísimo, pero hay que tomarse el tiempo de observar. La creatividad se funda en la observación. Y en la escucha, por ejemplo, haber podido escuchar hablar de mi trabajo presentado en Melting Point me permitió disponer demás herramientas, palabras y reflexiones, y redescubrir métodos que los otros me ayudaron a rever. A veces te olvidás de lo que sos como resultado de cómo hacés. Y las observaciones y reflexiones sobre las obras te permiten poner en valor nuevamente lo que hacés, cómo rehacerlo, recrearlo o continuarlo.

Siempre pongo énfasis en que soy del Sur porque siento que es muy necesario para entender lo que hago: estuve 19 años viviendo una isla, me crié en una ciudad muy pequeña, y eso forma parte de mi identidad. Haberlo charlado con mis colegas en Melting y luego con mi compañero me hizo ver que mi forma de hacer es el resultado de lo que soy; mi hacer es inherente a lo que soy.

De ahí mi trabajo minucioso fruto de mi paciencia, de mi tiempo de meditación en lo que hago, de ejercicios que pueden tardar hasta un año, lo cual para otros más ansiosos es demasiado; vivir en una isla o aislada me llevó a ser más introspectiva. La internet de entonces me llegó a los 10 años; hablábamos por teléfono con mis abuelos y la familia del Norte tal vez cada quince días o un mes no todos los días como hoy. Había mucho más tiempo para hacer, pensar, meditar, para estar más tranquilos, nos veíamos con muchas menos personas, podía pasar toda una tarde mirando la playa juntar caracoles o piedras

“La creatividad se funda en la observación y en la escucha.”

_¿Regresás a la Argentina?

_Intento ir una vez al año pero a fines de éste me vuelvo a vivir al Sur. Estamos muy entusiasmados con volver a la isla, después de cuatro años en Holanda. Vinimos con mi compañero para participar de varios concursos, gané el Fashion Makes Sense Award, una competencia para jóvenes diseñadoras que trabajan en proyectos sostenibles, y también el Redress Design Award que supuso desarrollar una colección cápsula junto a The R Collective, una de las marcas de moda de upcycling más importante a nivel internacional.

Inicialmente iba a estudiar un máster y cuando fui al open day de la universidad de las artes me sorprendí porque mi título de la UBA tenía validez de máster por la cantidad de horas cátedra, ya que en general acá las carreras son de dos años y luego el máster; tenemos más años de academia y una mirada diferente acerca de lo que es el diseño.

Así que decidí a largo plazo estudiar en Argentina un doctorado no relacionado con la sustentabilidad o la moda sino con la antropología.

El Covid también nos obligó a quedarnos quietos aquí, a miles de kilómetros de la familia y los amigos en un lugar desconocido, fue difícil pero ya estábamos asentados en Arnhem, a 45 minutos de Amsterdam.

Ámsterdam es un lugar muy turístico con mucha gente, es una ciudad muy cara y para para vivir en esa sociedad uno tiene que dedicarle mucho tiempo al trabajo que no tiene ganas de hacer o para generar esa plata que es difícil de conseguir en Holanda, entonces preferimos un lugar un poco más pequeño para llegar con los gastos fijos ya que los dos trabajamos en el arte y es complejo vivir del arte. Arnhem es una ciudad que tiene un museo, una universidad de arte; está acá no más Bélgica, de Alemania y de Ámsterdam, claro; tiene un parque nacional dentro de la ciudad, de manera que te vas cinco cuadras y tenés un lugar donde sentarte y ver naturaleza, con vacas, ciervos y más, y nos conecta mucho. No es Buenos Aires tampoco Tierra del Fuego, es como vivir en Chascomús…

Pero por la distancia la inmediatez no es posible. Y nos interesa estar más cerca de la familia, compartir y plantar nuestro territorio y construir nuestros proyectos. Este es un momento para decidir dónde queremos estar, porque si seguimos avanzando acá después va a ser difícil moverse, mover estas máquinas de un lado para el otro, etc.… y si uno se afianza en un lugar es complejo desterrarse. Viví varias migraciones internas en Argentina y cuesta ir de un lado para otro.

Ya necesito tener el taller ubicado en un solo lugar y estar más cerca, por eso optamos por nuestra Tierra del Fuego. Estar en la isla nos conectará con lo que queremos para nuestra vida tranquila; la distancia es más posible a Buenos Aires, por ejemplo; acá todo es a miles de euros es una gran movida irse o ir y volver, porque cuando vas no todo está a tu disposición, es diferente cuando estás cerca en el cotidiano.

En nuestra experiencia, migrar tiene sus cosas positivas pero también negativas, somos migrantes y te consideran inmigrante aunque hables el idioma. Por eso ponemos en la balanza qué nos hace sentís mejor y qué peor, quizás desde el punto de vista económico es mejor estar acá, pero yo en Argentina igual vivía y trabajaba como profesora universitaria, fui muy privilegiada por tener trabajo del que podía vivir. Y sé que se puede en Argentina a pesar de las dificultades porque acá también tenés para juntar los euros para vivir todos los meses. Sé que en Argentina se está rasguñando las piedras para llegar a fin de mes pero, a veces, acá no tan distinto, muchos deciden meterse en producción metiendo productos en cajitas… eso no es lo mío. Tengo el privilegio de que en Argentina me quieren y yo también y podemos trabajar en conjunto en cosas que me son afines y eso acá cuesta un poco más.

En Holanda, la estructura de una empresa o de un artista es muy diferente; para los holandeses soy una artista no una diseñadora con una marca. Existen organizaciones que se encargan de alquilar ateliers, hay que acreditarlo con la inscripción en la cámara de comercio local y haber facturado como tal, entre otras condiciones; conseguimos un atelier con vidriera y casa, aún sin hablar el idioma, solo porque promueven la diversidad holandesa y ahí entramos. Por eso, en el centro de Arnhem, tenemos un espacio bastante grande con máquinas láser, mesa de corte y hasta probadores.

 

“Ya necesito tener el taller ubicado en un solo lugar y estar más cerca, por eso optamos por nuestra Tierra del Fuego. Estar en la isla nos conectará con lo que queremos para nuestra vida tranquila”.

 

_¿Te proponés proyectarte hacia la antropología y no a la sustentabilidad porque es difícil de sostener desde la moda, la joyería o en lo cotidiano?

_No, no es que no me quiera dedicar a la sustentabilidad. Es algo en lo que trabajo, pero es un camino que se recorre simplemente investigando, poniendo la mano en el hacer y trabajando, por eso no estudiaría algo más sobre sustentabilidad. Para eso prefiero meterme en una empresa de reciclado que voy a sacar mucho más info que yendo a una academia; podría tomar un curso de economía para entender la sustentabilidad… Para mi carrera profesional prefiero orientarme a la educación o la antropología que sí requieren de un espacio académico.

He ofrecido clases magistrales en algunas universidades y me doy cuenta que puedo hacer y demostrar una propuesta a partir de mi experiencia e investigación sin necesidad de la profundización académica de un máster. Me interesa la sustentabilidad desde el punto de vista práctico. Sueño con tener una fábrica de reciclado en el Sur, y me encantaría tener una escuela de diseño upcycling en la Patagonia.

Prefiero profundizar en la antropología, en determinados autores, como parte de un estudio me lleve más a leer.

 

“Me interesa la sustentabilidad desde el punto de vista práctico. Sueño con tener una fábrica de reciclado en el Sur, y me encantaría tener una escuela de diseño upcycling en la Patagonia”.

 

_De todos modos, así como en la reutilización artística que sostenés a diario con tu trabajo, ¿también ejercés la sustentabilidad en tu forma de vida?

_Sí, si, sin duda. Soy muy austera, no consumo absolutamente nada que no necesite en mi día a día. Intento trabajar todos los días de manera colectiva con todos los que me relaciono, comparto todo mi conocimiento; mis bitácoras están abiertas en la puerta de la ventana de mi casa.

Creo que las pequeñas acciones pueden hacer cosas grandes, pero se necesitan acciones políticas mucho más grandes, la sustentabilidad depende más de cambios a nivel global.

Acá, en Holanda me di cuenta que a veces uno se preocupa por una bolsa de basura mal tirada pero sin embargo hay fábricas que tiran millones de prendas y bolsas. Sí hace la diferencia pero en realidad la haría mucho más que el Estado le ponga los puntos a esas fábricas.

Soy una persona sustentable y, por lo que he visto, puedo afirmar que está dentro de la base de ser argentino: básicamente recuperamos la comida del día anterior, intentamos comer sano, generalmente cocinamos lo que comemos, no compramos una manzana envuelta en film en otro país; no tenemos la costumbre de ir al supermercado y comprar una bandeja de plástico con frutas cortadas o comidas elaboradas en Corea o en Pakistán y no les importa porque cuesta un euro; en general, tenemos una relación más cercana de los productos que consumimos; hasta la gente que piensa que no es sustentable en Argentina lo es mucho más que alguien que vive en Europa; quizás las crisis hicieron que el proceso de sustentabilidad de nuestro país vaya mucho más lento por las necesidades básicas insatisfechas de millones, pero tenemos hábitos y costumbres bastante más sanas que otros. Acá se requiere desaprender y, por suerte, en Argentina no aprendimos tanto algunas de estas cosas.

Yo tengo la ropa que uso de toda la vida, el suéter que me hizo mi madre, la remera que me regaló una vecina y me gusta llevarlas a en mi día a día; sostengo lo que pienso y digo con mi forma de ser.

Me gusta mi forma de ser, no quiero cambiarla porque siento que no me sumaría ser más consumista o formar parte de un capitalismo desmedido, sería más egoísta, no sería lo que soy.

 

“Intento pensar más en comunidad, en sociedad, y que en conjunto se logran cosas mejores, como compartiendo conocimientos, promoviendo acciones cotidianas y reclamando otras más globales”.


Entrevista a Mabel Pena

Apuntes | Notas

Trato de generar conciencia resignificando el material para transmitir un mensaje


Entrevista a Mabel Pena

Por Delia Alicia Piña

 

Es la única latinoamericana elegida por la Loewe Foundation Craft Prize para la muestra que mes próximo expondrá en The Noguchi Museum, en Brooklyn.

Mabel Pena es otra de las maestras referentes de la joyería local. Escenógrafa, vestuarista, fotógrafa y también joyera especializada en la técnica de la cera perdida y, sobre todo, en la recuperación de bolsas arrojadas al Delta para convertirlas en piezas únicas.

Su interés por reciclar la llevó a manipular polietileno, que transforma sometiéndolo a determinados tratamientos con base en el calor. Hoy suma otras materialidades como el cemento y la resina y, a largo plazo, proyecta innovar con residuos tecnológicos, sonidos y hasta luces. “Me gusta cambiar, soy más ecléctica, procuro reunir o conciliar materiales y proyectos diversos”, dice.

Cómo es «Humedales», la colección con que fue distinguida. El remo, las experiencias que la inspiran y su fascinación por el río. Las clases que desde hace 20 años ofrece en su taller Km. 0 y los proyectos en los que trabaja en forma simultánea.


_Trabajaste mucho como vestuarista y escenógrafa.

_Sí muchísimo. Empecé estudiando en la escuela técnica Fernando Fader con orientación en Diseño de Artesanías Aplicadas a la Industria, donde comencé joyería en el Taller de Metales. Por eso, la elección de mi trabajo dentro del rubro artesanías por parte de Fundación Loewe me conmueve porque me remite a mis comienzos en artesanías aplicadas; esa selección es como cerrar o coronar esa vuelta que me permitió la vida.

Luego de la Fader empecé a estudiar escenografía en la Escuela de Gastón Breyer, seguí con Saulo Benavente y continué con Graciela Galán. Trabajé en varias obras, como “Boda Blanca” también haciendo la utilería en todo tipo de objetos. Participé del movimiento de resistencia cultural “Danza Abierta” y en la ópera “Manon”, entre otras. Después me desempeñé sola como escenógrafa en cine, pero el teatro fue lo más, me encanta porque es más abarcativo, todas las artes se unen y complementan.

 

“La elección de mi trabajo dentro del rubro artesanías por parte de Fundación Loewe me conmueve porque me remite a mis comienzos en artesanías aplicadas.”

 

_¿Qué habilidades artísticas o mirada te dieron la escenografía y el vestuario que hoy aplicás?

_El manejo del espacio y lo aplico a la joyería. Planteo la joya como un espacio de arte, como un territorio por ocupar y me interesa que pueda verse desde distintos puntos de vista, lo cual puede generar diferentes formas, tal como se da en el teatro que hacés una apuesta de luces, como la vital o la lateral, que dan lugar a diferentes formas. En un ensayo de teatro, por ejemplo, tanto el escenógrafo como el vestuarista están en los detalles y observan la puesta desde distintos lugares. Esto lo aplico también a la fotografía, ya que apunto y me paro con el lente desde distintos punto de vista, y esas imágenes inspiradoras terminan plasmándose de alguna manera en la joyería.

Así, la joya no es un plano en el que trabajo sino que obviamente supone más dimensiones. De esta manera, la joya pasa a ser un ámbito escénico que trabajo desde lo visual. Y como en el teatro, en la joyería ese ámbito escénico es un proyecto conceptual no una simple decoración; en ambas disciplinas se maneja la luz y el color según una idea o concepto.

 

“Planteo la joya como un espacio de arte, como un territorio por ocupar.”

 

_¿La joyería fue un desprendimiento de tu trabajo como escenógrafa?

_Después de mucho hacer teatro, mientras en paralelo hacía diversos talleres, como de vidrio, sentí que el teatro ya era muy inestable para mí porque estaba trabajando en tres obras a la vez, por ejemplo, y después tenía un silencio o parate de tres meses…

Entonces como había hecho Grabado quise volver al metal y busqué a Aschian Sarquis, con quien estudié muchos años. Un gran maestro que siempre recibió mis propuestas, mis ideas no tan tradicionales, mis dibujos y me orientó y capacitó muchísimo. Luego estudié con el maestro orfebre Alfredo Garavaglia con quien me especialicé en la técnica de la cera perdida y eso me abrió un universo creativo buenísimo; y ya no solo creo con metal sino también madera, acrílico y plásticos desechados. Con todo este bagaje hoy trabajo los espacios, el volumen y las texturas.

 

“Ya no solo creo con metal sino también madera, acrílico y plásticos desechados. Con todo este bagaje hoy trabajo los espacios, el volumen y las texturas.”

 

Decisión por reciclar

 

_¿Cómo se dió ese pase del metal a los plásticos y por qué?

_Primero empecé a trabajar con la plata, luego en cobre porque me interesaba incorporar color a través de sus oxidaciones, seguí con acrílicos y maderas, como mencionaba; siempre fue metal y algo más.

A los plásticos llegué por la decisión de reciclar materiales y tienen la interesante característica que se transforman y no lo podés manejar hasta que te das cuenta cómo da o cuáles son las posibilidades que ofrece sometiéndolo a determinados tratamientos, como el calor. Estos procesos son muy cautivantes porque generan un movimiento interesantísimo y, según su densidad o elementos que lo componen, resultan de diferentes maneras; una cosa es el PET, otra el polietileno y distinto es también el polipropileno.

Trabajé mucho con las tapitas de gaseosas y bebidas que la Fundación Garraham procesa en pellets o confites de 5mm e hice una colección trabajada con calor.

En general, uso bolsas de polietileno y ahora con filamentos termoplásticos 3D, algunos están hechos con elementos naturales como almidón de maíz o raíces, entre otras. Pero comúnmente utilizo bolsas de polietileno que lamentablemente se siguen haciendo y que terminan, entre otros lugares, el lecho del río, se observan cuando baja el agua y las saco cuando voy remando por el Delta; es impresionante la cantidad que se tira. También busco bolsas de colores que entregan al comprar comida. Voy juntando para recuperar y transformar.

Con esto se puede hacer un montón, es sabido que rellenado botellas con bolsas y plástico se pueden hacer ladrillos que sirven para la construcción. Y la joyería es otra una gran alternativa.

Me manejo con el color de las bolsas recuperadas aunque no dejo de indagar cómo darles un tono como lo hago con los filamentos 3D, que según necesito tiño con tinturas al alcohol en un proceso pictórico que lleva bastante tiempo.

 

“A los plásticos llegué por la decisión de reciclar materiales y tienen la interesante característica que se transforman.”

 

_Así generás tramas, nuevos textiles.

_Sí, en este caso para representar los arrecifes de los humedales. Ahora estoy haciendo foco en las ramas a partir de bolsas tratadas, que desmecho, genero hilos y también diversas formas con apariencia de papel.

Son tramas que voy dibujando con calor y lo paso a tres dimensiones. Hago un bastante trabajo de campo a partir de la fotografía y la contemplación, para ir al detalle de lo mucho que encuentro y observo en el Tigre cuando por ejemplo brota la humedad y salen unos hongos tremendos. Mi entorno o ámbito escenográfico es el Delta, a partir del cual construyo.

Me gusta profundizar en el detalle y llevarlo a otra escala, a una escala mayor y de paso me doy el gusto que en teatro me complicaba por la logística. No obstante, también pasé a la joyería, como muchos, por una cuestión de escala. En joyería, con poco puedes hacer mucho. Con tres herramientas hacés una pieza, aunque reconozco mi debilidad por estar bien equipada.

Y en ese hacer, sigo con metales, más bien retomé bastante en este tiempo, en mix con filamentos plásticos, también con resina, rafia natural y cemento que simula las piedras de las estacadas que se instalan a la vera del río en Tigre para contenerlo. Con el cemento, creo piedras para una composición de esas orillas ribereñas en las que estoy indagando a partir de fotografías, para reflejar ese urbano que entra en el río con sus connotaciones positivas y negativas. Hay piezas que muestran el humedal virgen, frondoso y con color, y otros descoloridos, pálido, de aspecto seco por el paso destructor del hombre.

En este proyecto sumo piedras, resina, filamentos plásticos y metal. Lo que más me gusta de la joyería contemporánea es la variedad de materiales con que puedo trabajar.

“Lo que más me gusta de la joyería contemporánea es la variedad de materiales con que puedo trabajar”.

_¿Qué te llevó a este tema?

_Estar en el río me fue llevando a un trabajo que busca llamar la atención sobre la necesidad de cuidar el medioambiente en el que vivimos. Me encanta estar en el Delta y remar en el río; el cambio de paisaje que se da cuando estoy navegando por allí es espectacular, aunque lamentablemente la sequía está causando estragos en la zona.

Me encanta también la ciudad en la que vivo, pero también me gusta el contraste de los fines de semana en la naturaleza casi salvaje. Y quise llevar ese paisaje a mi obra de manera más conceptual. Mi trabajo siempre fue bastante orgánico, ahora quizás me llegó el momento de que sea más reflexivo.

Del encantamiento inicial con el metal y las posibilidades visuales que ofrece, después de muchos años de trabajo y de probar diversas materialidades con distintos propósitos, hoy me interesa que mis piezas tengan un mensaje claro. Por eso, decidí comenzar a indagar en el Delta que tanto me atrae y surgió la colección que llevaba su nombre. Ahora  profundizo en los humedales en una investigación que también derivó una colección del mismo nombre. Es un ecosistema muy castigado por la mano del hombre, que interviene destruyéndolo con incendios, por ejemplo; esto también trato de reflejarlo con la incorporación de otros colores más encendidos, valga la alusión. De esta manera, convierto mi preocupación en ocuparme de transmitir mi mensaje de alerta, si se quiere, un llamado de atención a través de la joyería. Si bien hay otra consciencia y muchos grupos y organizaciones luchan por preservar y cuidar, también hay muchas manos interesadas dañinas que no frenan ni se las frena. El desmonte y la intervención de los humedales es un tema de actualidad que debiera estar más en agenda y resolverse. Es precisa la tan vapuleada Ley de humedales que preserve el Delta, entre otras medidas.

Basta con ver lo que pasa con el río Corriente, en la provincia de Corrientes, que está casi seco, en el que los animales corren desesperados en la poca agua que hay, también huyendo de los incendios, y donde también mueren miles y miles de peces, o el cauce del río Miriñay atravesado por terraplenes arroceros que lo terminan por secar. Un deterioro que se acelera, si bien con las redes sociales estamos más informados y es tan evidente que estamos más atentos, hay que dar un paso más porque es un espanto.

 

Toma de consciencia

 

Desde mi lugar trato de generar conciencia resignificando material de desecho para transmitir un mensaje a través de una pieza de joyería, en un proceso que se completa con el sujeto portante que adhiere al mensaje.

Estoy muy interesada en seguir transitando este camino y continuar con ente trabajo sumando puntos de vista, como con las estacadas que de alguna manera muestran como el cemento de la ciudad se instala en la naturaleza del río o del Delta y viceversa cómo plantas autóctonas de los humedales ya son moneda corriente en locales de venta en la ciudad, y este es un ida y vuelta interesante que invita a seguir reflexionando e indagando.

Y me gusta mucho expresarme a través de piezas, como los collares que me encantan porque tengo más espacio así como los broches que se consideran los objetos más neutros, susceptibles de ser usados en cualquier parte no solo en las convencionales.

Como verás mi obra no es minimalista sino todo lo contrario, para mí más es más y la exuberancia de la naturaleza suma aún más a este concepto; tal vez soy minimalista al vestir, porque tal vez es una opción inconsciente que me permite lucir más las piezas de joyería contemporánea.

De alguna manera, la joyería es un paliativo que contribuye a una toma de conciencia para cuidar el medio ambiente. Y esta premisa se establece de manera directa: quien lleva puesta una pieza del tipo que describía o con un mensaje como el que planteaba lo apoya claramente sea donde fuere o donde esté, la bajada es muy directa y la llegada es total, es una vidriera móvil muy interesante, que me interesa aprovechar, sobre todo, con este mensaje.

No es que la joyería contemporánea debe dar un mensaje, es como la indumentaria o cualquier otro lenguaje no es obligatorio, pero para mí está bueno que se plantee, y busco dar ese mensaje a través de mis piezas.

 

“Quise llevar ese paisaje a mi obra de manera más conceptual. Mi trabajo siempre fue bastante orgánico, ahora quizás me llegó el momento de que sea más reflexivo.”

 

_Te gusta navegar.

_Me encanta navegar en bote de madera remo por el Delta. Si bien no soy deportista, me fascinan las experiencias por eso además de esta práctica también hice buceo. Mi bautismo fue en Playa Girón y resultó alucinante, entré caminando y comencé a  sumergirme en un mundo fantástico, que revelé a través de la fotografía que también me gusta mucho como ya dije. Los colores que descubrí, las texturas a que me llevaron, el movimiento sugerente, las características del fondo marino y el atractivo de los peces hicieron que se convirtiera en una experiencia extraordinaria. Y a esto se sumó, para no variar, la mano del hombre con un barco hundido oxidado invadido por la fauna y flora marina impresionantes. Si esto fuera todo sería pasable, pero como sabemos hay más que contamina, como una red de cables submarinos que alimentan internet, además de las tremendas islas de plásticos movibles, a los que se suma la goma de miles de ojotas, mucho telgopor y otros desechos  turísticos. Un mundo increíble. Y aunque tenemos más información de lo que pasa, reitero, de lo que hacemos y de las consecuencias de nuestros  actos, no paramos.

 

“Intento no dar ninguna relevancia al material o a una técnica determinada, solo trato de adaptar cada material a la narrativa y al discurso del momento.”

 

Experiencias creativas

 

_¿Esa conexión, no obstante, tiene un lado positivo por la mayor interrelación de los actores o protagonistas de la joyería contemporánea?

_Sin duda y eso está bueno. Por eso, ir a Nueva York a la presentación de la muestra de los artistas artesanos seleccionados por la Fundación Loewe, del 17 de mayo al 18 de junio, es una oportunidad de ver, conocer y relacionarme con propuestas que se generan en distintos lugares del mundo: Japón, Francia, Estados Unidos, Nigeria, China, Corea, Australia, España, Dinamarca, Reino Unido, India, Bélgica y honrada de ser la única de Latinoamérica. Hay varios proyectos asiáticos y me entusiasma ver su trabajo porque tienen un manejo del tiempo de la técnica impresionante; imagino que no tienen esa ansiedad de terminar sus piezas por eso resultan con una perfección sorprendente, por eso querría verlo y corroborarlo.

Y estoy armando una agenda con otras propuestas que espero sea una apertura de nuevos caminos interesantes.

“Resulté una de las 30 artistas finalistas seccionadas por la Fundación Loewe. Fue una sorpresa, ya me siento premiada al ser finalista.”

_¿Qué presentaste en Loewe Foundation Craft Prize?

_Resulté una de las 30 artistas finalistas seccionadas por la Fundación Loewe para la muestra se inaugura el 16 de mayo en The Noguchi Museum, en Brooklyn. Fue una sorpresa, ya me siento premiada al ser finalista; lo tomo como un premio también a la trayectoria, al uso de técnicas que resultan de un proceso en el que pretendo innovar.

Es una pieza de la colección «Humedales» que explora la relación del ser humano con la naturaleza y me interesó destacar la importancia vital de preservar ecosistemas especializados. La cree a partir de bolsas de polietileno recicladas, manipuladas de diferentes maneras para crear diversas texturas.

Se trata de una representación escenográfica de los humedales no solo del Delta argentino sino de América Latina en general, que juegan un papel importante en el mantenimiento de la biodiversidad y la gestión de inundaciones y se están interviniendo de manera dañina. Este collar documenta la lucha por sobrevivir al impacto humano.

 

“La colección «Humedales» es una representación escenográfica que explora la relación del ser humano con la naturaleza.”

 

_¿Proyectos?

_Ya en lo local, tengo prevista mi participación en la muestra por los 40 años de Democracia, y también proyecto presentarme en «ADN», la convocatoria de Alliages.

A partir de la propuesta de «Sepan Cuantos», el proyecto de los artistas mexicanos Ofelia Murrieta y Andrés Fonseca por el aniversario de esa colección de la Editorial Porrúa, surgió otra línea de trabajo en papel a partir de páginas de un libro de Gabriela Mistral intervenido.

He trabajado mucho en papel, me gusta mucho la cartapesta. Esta convocatoria me entusiasma, porque me gusta cambiar, soy más ecléctica, procuro reunir o conciliar materiales y proyectos diversos. Me siento cómoda llevando adelante distintas líneas de trabajo.

A mis clásicos de metal y plástico, sumo el cemento, como mencioné, cemento con resina, y estoy volviendo al metal. Y tengo en carpeta muchos otros materiales para investigar, como los residuos tecnológicos, y también me interesa trabajar en la incorporación de sonido o de luz en las piezas, pero para esto tendré que sumar ayuda. Me dedico a full, no paro de indagar y comparto mis investigaciones a través de las clases que doy en mi taller Km 0 desde hace 20 años, en una fundación de salud mental y online en el Museo Hernández.

 

“Me gusta cambiar, soy más ecléctica, procuro reunir o conciliar materiales y proyectos diversos. Me siento cómoda llevando adelante distintas líneas de trabajo.”

 

_¿Esa ayuda implica un trabajo interdisciplinario?

_Sí, y me permitiría fusionar el arte y la tecnología, en una suma de conocimientos que me parece súper interesante. Es un proyecto a largo plazo. Me interesan los proyectos de este tipo y también los temáticos o trabajar a partir de una consigna,  porque me recuerda al teatro, a trabajar como en una obra en particular y cambiar o variar a otra, según un guión, si se quiere, o un concepto; así una obra no es igual a otra y puedo sumar en favor de la joyería y la creatividad, es un estímulo constante.


Entrevista a Lara Sturzenbaum

Apuntes | Notas

Pude estudiar y convertir mi hobby en una profesión


Entrevista a Lara Sturzenbaum

Por Delia Alicia Piña

 

Lara Sturzenbaum consiguió transformar un hobby en una “profesión” gracias a una carrera universitaria especializada en joyería, en Nova Scotia, Halifax, que describe de manera apasionada porque así la estudió: “enfocada -casi con obsesión- en aprender todo sobre joyería”.

Cuenta que la práctica y la dedicación a full la llevaron a obtener un título que hoy le permite aplicar a una residencia artística y a un máster. Dice que estudiar es la clave para avanzar y afirma: “Aspiro a seguir aprendiendo y hasta enseñando en la misma universidad en la que estudié”.

De paso por su Río Gallegos natal o, más bien, desde un campo en la zona cordillerana, explica cómo fue su experiencia, por qué elige un máster como transición al mundo laboral, presenta a Malercas, su firma de joyería con piezas únicas hechas en bronce y plata, habla de la enseñanza virtual de la joyería, de su fascinación por el esmaltado y también da detalles de sus investigaciones con biomateriales.


_¿Cómo empezaste en joyería?

_Empecé como muchos, jugando hasta que se convirtió en un hobby. A partir de cierta habilidad con las manos y el interés por los adornos, desde muy chica comencé a hacer bijoux para familiares y amigos. Con los años, pasé a crear piezas con piedras naturales de Río Gallegos, donde nací.

De viaje en un año sabático por Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda, conocí a una joyera en Kumeū, a 40 minutos de Auckland, que me acercó al oficio, en particular, a la técnica de soldado y me encantó, tanto que decidí buscar una carrera de grado universitario para aprender y profesionalizarme en joyería.

Apliqué a varias universidades, algunas de las cuales no me resultaron accesibles, por eso  opté por la pública de Halifax, una ciudad de Nueva Escocia, en Canadá. Se trata de Nova Scotia College of Art and Design, especializada en arte, en la que estudié una licenciatura en bellas artes con especialización en diseño de joyas para orfebrería, un programa súper interesante. Me aceptaron y dieron una beca a partir de un porfolio de esas piezas hechas con esas piedras patagónicas con que comencé a experimentar. Fui totalmente enfocada a aprender todo lo que tuviera que ver con joyería y no dejé materia optativa sin asistir porque me interesaba mucho aprovechar y ver todo lo que podía.

 

“Fui totalmente enfocada a aprender todo lo que tuviera que ver con joyería y no dejé materia optativa sin asistir porque me interesaba mucho aprovechar y ver todo lo que podía”.

 

_¿Cómo es esa especialización en joyería? 

_La carrera son cuatro años, con materias prácticas y teóricas obligatorias y otras optativas específicas de la disciplina elegida, que en mi caso fue joyería a full. Incluyó una orientación en prácticas profesionales muy útil que me sirvió para aprender y aplicar para residencias y para investigar sobre maestrías disponibles. Entre las obligatorias está Joyería en distintos niveles, Orfebrería, CAD/CAM Rhinoceros, Gemología, Técnicas avanzadas y otros estudios de profundización. Aprendí muchísimo.

Tengo mucho por enumerar o citar porque incluye técnicas básicas, como calado, soldado, recocido, lijado, pulido, limado, fundición (trafilado y lingotes), además de la técnica con hueso de pez sepia, modelado digital e impresión 3D con distintos materiales a otras como fotografía de joyería, electroformado, diferentes articulaciones, cierres y sistemas, reticulado, engarces, grabado químico, recubrimiento en polvo, diferentes patinas y acabados.

También, estampado con prensa hidráulica, micro soldado de precisión, plegado y hendido del metal, remachado, embutido y acanalado, forjado, cadenas, texturas con laminadora, fotograbado, diseño y fabricación de una edición limitada de joyería a elección con packaging incluido, corte láser en acrílico y materiales no convencionales y paro de citar porque hay mucho más.

 

Con la mira en aprender todo sobre joyería

 

Entre las optativas, elegí las de joyería porque, como mencioné, preferí apuntar a mi disciplina al 100%. Sumé Fotografía, Programas digitales y Tintes naturales en el departamento de Moda, para aplicarlo a los bioplásticos.

Quiero destacar, en este proceso de aprendizaje, materias como Fundición a la cera perdida, Esmalte sobre cobre en horno, Cerámica para joyeros y Orfebrería que me fascinaron. También impresión 3D en distintos materiales, entre ellos, cerámica y baño de oro.

La forma de enseñar es diferente, recuerdo que cuando recién comencé la facultad les comentaba cómo era a mis amigas de Argentina y se sorprendían de que no tenía finales, salvo excepciones, pero tenía presentaciones todas las semanas, no había opción a no entregar, sí o sí tenía que llevar la carrera al día. Muy intenso.

Los docentes son apasionados, siempre colaboraban muchísimo, buscan distintas actividades, concursos o exhibiciones en las que pudiéramos participar y aprender fuera del estudio.

En particular, destaco Orfebrería a cargo de la maestra coreana Kye-Yeon Son, a quien también tuve la suerte de tenerla como docente en Estudio I y II y además fue mi tutora de estudios independientes; aprendí mucho con ella y compartió su experiencia de vida como artista, lo cual fue muy valioso.

 

“Hice joyería a full, desde técnicas básicas a prácticas profesionales; todas las materias optativas también fueron de joyería… en un proceso de aprendizaje intenso.”

 

_El estudio universitario te aportó mucho. 

_Sin duda. Cuando empecé, pensaba que estudiar en el exterior me iba a facilitar mucho todo, después me di cuenta que no pasa por ir a estudiar afuera o en el país sino por lo que se estudia, lo que uno le dedica y para qué. Es que al principio estaba muy focalizada en hacer una carrera universitaria y obtener el título, pero advertí que la capacitación no es una cuestión de grado. En Argentina hay muchos artistas joyeros que completaron su formación en el exterior pero que también aprendieron en escuelas terciarias, como la Escuela de la Joya, y en talleres escuela a cargo de maestros experimentados muy valiosos e interesantes.

Sin embargo, el título suma y mucho. Aspiro a seguir aprendiendo y hasta enseñando en la universidad NSCAD. Además de la cursada que detallé se dictan muchas otras materias optativas en Joyería que no se dieron todos los semestres así que, aún como egresada, puedo seguir  aprendiendo y experimentando.

Proyecto seguir con una residencia artística y un master. Estoy analizando aplicar a al departamento de Art and Craft de la Oslo National Academy of the Arts porque me interesan los engastes no convencionales que se proponen en el programa de Metal and Jewelry, que hoy dirige el maestro Jorge Manilla. El master “Medium -and material- based art” es un programa de tiempo completo de dos años, en el que se tiene la oportunidad de continuar una investigación personal dentro de las distintas áreas, combina seminarios, críticas grupales, clases teóricas, orientación individual por parte del tutor, entre otras.

Un master es la mejor opción porque te ayuda a transitar el paso entre la universidad y el mundo laboral o el desarrollo profesional, te posiciona y orienta. Me interesa seguir formándome como artista joyera.

Estudiar una carrera universitaria de joyería me dio una visión global de esta disciplina que no conocía, no solo desde el punto de vista práctico sino también una mirada cultural e histórica. Y en esto tuvo mucho que ver la relación con docentes y compañeros internacionales porque implicó aprender de sus culturas y el significado y uso que cada uno hacía de la joyería.

 

“Un master es la mejor opción porque te ayuda a transitar el paso entre la universidad y el mundo laboral o el desarrollo profesional, te posiciona y orienta. Me interesa seguir formándome como artista joyera.”

“Estudiar una carrera universitaria de joyería me dio una visión global de esta disciplina  que no conocía, no solo desde el punto de vista práctico sino también una mirada cultural e histórica”.

_¿Qué te gusta de la joyería?

_El poder trabajar con las manos es algo que me fascina y encuentro en la joyería la mejor alternativa de expresión, sobre todo, porque me genera mucho bienestar emocional; hacer joyería me pone en eje, me tranquiliza, me encanta.

Haber podido estudiar y convertir mi hobby en una profesión en un oficio que a diario me gratifica es una gran alegría. Las herramientas que me dio estudiar joyería hoy me permiten hacer lo que quiera.

Y estoy siempre sobre la joyería. Todo empieza y termina o me remite a la joyería, me cuesta desengancharme, hasta si salgo a caminar por el campo patagónico donde ahora estoy y termino atenta a qué elementos de la naturaleza encuentro para aplicar a la joyería o qué idea puede materializarse a través de la joyería.

 

“La joyería es mi mejor alternativa de expresión, sobre todo, porque me genera mucho bienestar emocional; hacer joyería me pone en eje, me tranquiliza, me encanta”

 

_Trabajás con biomateriales. 

_Sí por eso me interesa especialmente esa orientación. Busco aprender técnicas para incorporar los biomateriales. Comencé con los biomateriales en mi tesis universitaria. Había estudiado con Carolina Etchevers y me animé a presentar un proyecto en la cátedra Estudio, ya que quería hacer algo relacionado con el medioambiente.

Transformé la cocina de mi casa en un laboratorio y probé con bioplásticos a partir de recetas con agar agar, un gel que se extrae de algas, como agente gelificante para utilizarlo como piedra en un bisel o remachado porque pensé que tenía que incluir metal pero después me di cuenta que no era necesario y le di un giro y monté bioplástico sobre bioplástico, hasta lo usé como pegamento; sumé cintas y telas y viré del plano a lo tridimensional, también con lo combiné con mostacillas.

Me doy cuenta que da para mucho más y sin duda volveré sobre este proyecto para seguir indagando. Necesito seguir haciendo pruebas sobre la durabilidad y portabilidad, sobre cómo actúan agentes externos y más. También experimenté con biocompuestos a partir de alginato de sodio y cáscaras de huevo para piezas coloradas con frutas y verduras, como repollo, remolacha, espinaca, entre otros.

Experimentar con los biomateriales en pandemia fue una buena alternativa para sobrellevarla y seguir conectada con la joyería.

Pero después de un año y medio al llegar a la facultad volví a tentarme con los metales, me subyugó la infraestructura joyera de la universidad y continué donde había dejado. De esta manera advertí que me interesa trabajar en ambos senderos y por eso trataré de seguirlos de manera paralela.

 

“Experimentar con los biomateriales en pandemia fue una buena alternativa para sobrellevarla y seguir conectada con la joyería.”

 

Entre los biomateriales y el metal

 

_¿Los biocompuestos son difíciles de portar?

_Sí. Muchas de las piezas hechas se sostienen y otras no tanto, por eso hay que seguir profundizando y descubriendo, probando recetas e ingredientes. Hay muchas posibilidades por abarcar. En estos últimos años se avanzó un montón. Hay muchos especialistas. Me gusta el trabajo de Alice Potts, quien reside en Londres, hizo una colaboración con una marca australiana de joyería Mimco incorporando bioplásticos de manera muy interesante.

Mi trabajo es incipiente y apunta al uso de ese material en joyería. Y esta utilización no se ve mucho.

Se ve más recuperación de materiales o reciclados que generación de nuevos materiales. La aplicación de biomateriales requiere de mucho ensayo y error, de cantidad de pruebas para sostener la estabilidad y durabilidad del material. Por eso, usarlos en joyería supone un proceso previo que también involucra pruebas de flexibilidad y color. Es una previa distinta al proceso directo sobre el metal y del esmalte.

 

“La aplicación de biomateriales requiere de mucho ensayo y error, de cantidad de pruebas para sostener la estabilidad y durabilidad del material. Por eso, usarlos en joyería supone un proceso previo que también involucra pruebas de flexibilidad y color.”

 

_Y también trabajás en metales. 

_Por un lado, trabajo en la técnica de casting que es la fundición de orgánicos o que usa el material orgánico como molde; son elementos de la naturaleza, hojas, ramas y otros, muy afines, ya que me crié en el campo patagónico, donde estoy siempre colaborando con mi familia. Con este material realizo Malercas, mi firma de joyería de autor que tiene piezas únicas hechas en bronce y plata. Es una manera de captar la naturaleza de la Patagonia que siempre me inspira y portarla a través de la joyería.

En Halifax muchos no conocían Argentina, así que usaba esa inspiración en elementos patagónicos para presentársela. Extrañaba mucho porque estudiar no siempre todo es color de rosa cuando se está en el exterior.

Además, el esmaltado en metal, como destaqué, es una de mis técnicas favoritas. Y lo aplico sobre plata en piezas múltiples, cerca de cien, y reversibles; un trabajo que me gusta y siempre da para más.

Me interesa mantener estas dos líneas en paralelo; en un futuro me gustaría prescindir de mi firma comercial y dedicarme a investigar y trabajar la joyería más artísticamente. Sé que no soy la única en este camino, que hay muchos joyeros que se apoyan en una marca y en el dictado de clases para avanzar en su carrera artística. En tanto, no me canso de indagar en uno y otro material, tanto en el metal esmaltado como en bioplásticos.

“El esmaltado en metal es una de mis técnicas favoritas. Lo aplico sobre plata en piezas múltiples y reversibles.”

_¿Qué te gusta del esmalte?

_El color. Soy muy fan de color y el esmalte me permite desplegarlo, exhibirlo en su máxima potencia, jugar, y combinar hasta el infinito. Así como cuando soldé un anillo por primera vez fue un click, el descubrir la potencia del color a través del esmalte fue otro click mayor que me puso en eje, en el eje de la joyería.

Tengo pendiente profundizar en Esmaltado y la universidad me permite seguir anotándome y estudiando lo que quiera, así que cuando regrese a Halifax está entre mis principales intereses.

Es que de antemano sabía que las clases de esmaltado me iban a gustar porque, insisto, me encantan los colores. Aprendimos todas las técnicas básicas de esmaltado sobre cobre, trabajamos con hornos, no con sopletes. Aprendimos varias técnicas de las cuales tuvimos que hacer muestras, como cloisonne o champlevé, acuarelas, diferentes acabados, probar los distintos puntos de fusión del esmalte para conseguir diferentes texturas, etcétera.

Me quede con lo más simple del esmaltado y lo aplico en mi práctica. Uso esmaltes opacos porque expresan mejor lo que busco mostrar en mis piezas, aunque los transparentes son muy bellos también. Me gusta muchísimo trabajar con múltiples, combino formas geométricas estampadas con prensa hidráulica con esmalte.

Acostumbro a trabajar con dos o más colores a la vez de forma muy ordenada y eficiente; esta técnica es mi parte favorita de las piezas, elegir colores, sentarse y estar horas esmaltando.

 

“Soy muy fan de color y el esmalte me permite desplegarlo, exhibirlo en su máxima potencia, jugar, y combinar hasta el infinito… el descubrir la potencia del color a través del esmalte fue otro click mayor que me puso en eje, en el eje de la joyería.”

 

_En tu colección «Voltéame» trabajaste un tema poco usual en joyería como es la salud mental durante la pandemia. 

_Sí, fue un tema que me preocupó, en particular, porque remite a todos aquellos que la pasaron solos con ansiedad y hasta depresión. Y muchos de ellos estaban bien físicamente pero no anímicamente; podés aparentar estar bien pero por dentro es una lucha. Por eso, lo representé con piezas que evidenciaban esa dualidad, reversibles con un color que de un lado es más claro y del otro un tono más oscuro; podés brillar por fuera y por dentro estás sumida en una oscuridad total.

Busqué generar conciencia sobre los efectos que tuvo el Covid-19 en la salud mental. Es a través de la teoría del color, el movimiento y las formas geométricas que mis piezas expresan esas transiciones por las que pasan las personas al atravesar  y buscar recuperarse de enfermedades mentales.

Me gusta mucho trabajar el color y lo hice tanto con los biomateriales como con el esmalte; para mí la mejor opción. La colección incluye objetos, como teteras, tazas, saleros y bowls, en los que a partir de diversas tonalidades de color expresé diversas emociones,  sentimientos positivos y negativos.

 

“Me gusta mucho trabajar el color y lo hice tanto con los biomateriales como con el esmalte es para mí la mejor opción.”

 

_¿Expusiste ese trabajo en una galería en Ottawa?

_Sí, fue a partir del Concurso Nacional de Estudiantes de Joyería, del que resulté una de las seis finalistas. Pude mostrar ese trabajo en la 19ª exposición anual de esa competencia en L. A. Pai Art Jewellery Galery, un espacio de arte contemporáneo que también comercializa obras. Expuse incluso algunos de los objetos que forman parte de «Voltéame». Anteriormente, las había exhibido Anna Leonowens Gallery, perteneciente a la universidad NSCAD.

Creo que destacaron «Voltéame» por la labor  minuciosa y prolija de esmaltado sobre piezas frágiles; un trabajo que requirió de mucha dedicación para conseguir la habilidad necesaria. Además, creo que la eligieron por la propuesta de reversibilidad que de alguna manera le alarga su vida portable, y permite jugar y combinar.

 

“Destacaron «Voltéame» por el trabajo minucioso y prolijo de esmaltado sobre piezas frágiles y por la propuesta de reversibilidad que de alguna manera le alarga su vida portable.”

 

Clases online

 

_¿Estás dando clases?

_Sí, en lo por estos días aún se llama Estudio Joya. Mi acercamiento se dio porque iba a hacer una pasantía como parte de mi carrera, ya que podía realizarla fuera de Canadá, pero me agarró la pandemia. En ese entonces, estaba 24/7 en la facultad porque teníamos acceso ilimitado, pero decidí tomarme unos días, me fui y ya no pude volver por un año y medio. Tuve que suspender la pasantía pero Tali Wasserman me ofreció la secretaría de Estudio Joya y estoy en esa tarea desde hace tres años; una oportunidad que le agradezco especialmente porque me metió en el mundo de la joyería contemporánea local, crecí y aprendí un montón, particularmente, aprendí joyería en mi idioma ya que todo lo que sabía  hasta entonces era en inglés.

Ahora, empecé a dar clases online de introducción a la joyería para principiantes y a colaborar en clases libres, en las que eligen las técnicas para aprender según su proyecto, un desafío súper interesante.

 

“Empecé a dar clases online de introducción a la joyería para principiantes y a colaborar en clases libres”

 

_¿Es difícil enseñar o aprender joyería de manera virtual?

_No, no lo es. Los alumnos pueden visualizar perfectamente lo que el docente quiere mostrarles, sumamos un foro de intercambio de opiniones en el conocido servicio de mensajería, a través del cual se plantean y discuten las dudas, así que estamos muy conectados, mucho más que cuando das una clase presencial y se corta hasta la próxima; también intercambiamos fotos y videos para el seguimiento de los trabajos. Hay muchos alumnos que siguen online desde que comenzó la pandemia y lo hacen desde distintos lugares del país y del exterior, con diferentes experiencias y visiones sobre la joyería, lo cual es muy enriquecedor.

Y las doy con las herramientas que adquirí mientras estudiaba en la universidad; me instalé un taller con un torno y soplete, entre otras, en mi casa de Río Gallegos. Desde allí trabajo, hasta que regrese a Halifax con el fin de aplicar a una residencia artística y empezar a proyectar mis trabajos en joyería.


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Rocío Britos: de la lata a la joya

Apuntes | Notas

Me interesa hacer joyería a partir de materiales recuperados


Entrevista a Rocío Britos

Por Delia Alicia Piña

 

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Siempre supo que la joyería era lo suyo por eso empezó desde chica. Hoy Rocío Britos es arquitecta y joyera contemporánea y encontró en las latas de bebidas una opción para crear piezas únicas y orgánicas aún con el frío y filoso aluminio.

Una propuesta con la que puso un pie en el exterior y se posicionó en Tincal lab, Oporto, y AdornAxis, Nueva York.

Lleva adelante Mujeres Amazonas, una firma de joyería que realiza con su mamá, la artista plástica Analía Basilio.

Los conocimientos que transfiere de una disciplina a otra, el proceso de transformación de residuos que también aplica en su vida cotidiana y sus proyectos.


_¿Cómo te vinculaste a la joyería?

_Siempre estuve vinculada a la joyería antes que a la arquitectura. Desde chica tuve en claro que lo que me gustaba era la joyería. Durante el último año de la secundaria, a los 17 años, empecé a estudiar joyería contemporánea con Mabel Pena, a quien descubrí en la edición de 2016 de la feria de Puro Diseño con mi mamá, Analía Basilio, que es artista visual. Estudiamos las dos juntas. En paralelo comencé con la carrera de arquitectura porque sabía que me iba a capacitar o habilitar para hacer lo que quisiera en términos de diseño. La arquitectura me encanta pero la joyería es mi pasión. Y desde entonces me dedico con todo. Hasta tengo una marca más comercial, Mujeres Amazonas, que llevo adelante con mi mamá.

Mientras estudiaba arquitectura me fui comprando herramientas y me armé mi taller. En tanto conocí el trabajo de Fabiana Gadano y me apunté en su taller porque me di cuenta que, también como ella y al igual que Mabel, quería y me interesa hacer joyería a partir de materiales recuperados. Y, sobre todo, advertí que es inestimable el concepto que hay detrás de una pieza de joyería contemporánea. Desde entonces participo en sus talleres de experimentación de materiales recuperados y encontré en la transformación de latas mi opción para crear.

Seguir estudiando y seguir intercambiando en un grupo de estudio es muy valioso y enriquecedor. Trabajar con Fabiana es una inspiración, y no lo puedo dejar. El hacer joyería en un taller es mi lugar en el mundo.

Primero empecé con papeles metalizados, con envoltorios de alfajor, pero veía que había muchos artistas muy buenos trabajando y aplicando variedad de técnicas sobre papel y es una especialidad bastante desarrollada.

Buscaba algo que me gustara más, distinto, visto pero poco, y pasé a las latas, a las cuales me resistía en un principio porque me parecía un material difícil de manejar, filoso, pero después de mucho ensayo y error, pruebas y trabajo, me di cuenta que con ese material tan duro y frío podía llegar a hacer piezas orgánicas y maleables. Y me encantó el proceso que pude experimentar.

Encontrar el material justo es un logro. Poder manejarlo y trabajar con técnicas que te lleven a una propuesta genuina y original, es genial. Hay muchos artistas joyeros que trabajan con aluminio reciclado de latas, como la surcoreana Eunseok Han quien combina o une pétalos de latas con filamentos PLA, que me encanta. Es cierto que independientemente del material, cada uno hace su camino, su proceso y consigue expresarse de manera distinta.

 

Transformar materiales

 

Mi proceso de creación consiste en el aplanado, laminado, corte y pegado mediante remaches de piezas de latas, a las que eventualmente agrego engarces en plata, aunque generalmente también uso alpaca.

En esta primera etapa de mi trabajo me interesa que conservar los colores propios de las estampas o inscripciones de las latas, siempre para poner en valor o destacar el uso ese material recuperado. Y sigo líneas que genero de manera intuitiva, ya que de alguna manera me dejo llevar por las formas que se van dando en esa manipulación del material y, finalmente, le doy firmeza con resinas.

Como resultado, consigo crear piezas bien orgánicas, no ríspidas ni filosas, y logro llevar ese material a otra instancia.

Hago mucha maqueta, dibujos y armo tableros de inspiración con collages para definir diseños y líneas de trabajo para luego pasar al metal. Ese hábito de maquetear lo adquirí estudiando arquitectura.

Aplico muchos procesos y sistematizaciones que he aprendido en la facultad. También muchas veces trabajando en mi taller de joyería en Marcos Paz descubrí cómo resolver proyectos arquitectónicos. Siempre ha sido un ida y vuelta entre un estudio y otro.

Solía apuntar a collares y anillos pero cuando aprendí los mecanismos que implican un broche y ahora es una pieza que me encanta. El broche tiene presencia, define una personalidad, tiene actitud. Un broche tiene una estructura, un sistema hasta milimétrico y cuidado, un soporte de obra con el que podés portar una composición interesante. Disfruto mucho de hacer un broche y portarlo me fascina.

Recientemente incursioné en aros que suponen técnicas de joyería específicas y su proceso fue un desafío que me gustó atravesar. Sobre todo, porque un par de aros hechos con mi método de las latas no resultan espejados.

 

“Es inestimable el concepto que hay detrás de una pieza de joyería contemporánea”.

 

_Te interesa centrarte en la recolección y transformación de materiales dentro de la joyería.

_Sí, sobre todo. La joyería es un oficio interesantísimo y el manejo contemporáneo le da sostén con el concepto que la define.

De esta manera, la joyería contemporánea es de arte con piezas que se pueden portar. Si a eso se le suma una clara comunicación de ese concepto que se quiere transmitir y el uso de materiales reconvertidos, como en mi caso, la joyería se consolida, proyecta y potencia.

“Con el uso de materiales reconvertidos, la joyería contemporánea se proyecta y potencia”.

_¿Qué querés comunicar?

_La importancia de reciclar para sostenernos, cuidarnos, ya que no solo involucra el medio ambiente, un trabajo de este tipo indica que es posible tener otra actitud, más responsable, más consciente, más saludable.

Y también en cada trabajo que realizo aprovecho a comunicar mis ideas según el contexto de presentación.

 

“Hoy a través de la joyería quiero comunicar a importancia de reciclar para sostenernos, cuidarnos… es posible tener otra actitud, más responsable, más consciente, más saludable”.

 

La sustentabilidad posible

 

_¿En «Retoños» planteaste la necesidad de adquirir conductas de reciclaje, ¿es un hábito o un ejercicio diario en tu vida?

_Eso intento. Reconozco que puedo hacer más y estoy en ese camino. Ahora vivo en Marcos Paz y adquirí muchos hábitos, como el compostaje de desperdicios porque creo que la acumulación de residuos también genera enfermedades. Trato de evitar recibir y usar bolsas plásticas, obviamente si lamentablemente llegan a mí no las tiro a la basura para no sumar; eso sí que me preocupa y desespera. Tengo una plancha de estampado y a veces hago sobres y otros productos. Sé que por la distancia y ubicación al moverme en auto implica un costo ambiental pero trato de reducirlo lo más posible.

Y también me doy cuenta que el no querer tirar para no generar desperdicio hace que acumule, pero lo controlo bastante porque si no con ese criterio te traes de todo. Por ejemplo, de obras de construcción a veces agarro restos de caños de agua que encuentro tirados y ahora los uso de base para anillos.

Por pasión y hasta obsesión por la joyería, a veces termino revolviendo en volquetes pensando  que algo me puede servir para terminar en una joya. Es que si consigo rescatar algo para que el destino no sea la basura contaminante, me siento bien.

 

“Por pasión y hasta obsesión por la joyería, a veces termino revolviendo en volquetes pensando que algo me puede servir para terminar en una joya”.

 

_¿Cómo compatibilizas el manejo de metales, como la alpaca y la plata, por su origen, incluso con el papel, con esa sustentabilidad que busca no causar daño al medio ambiente? ¿O que tu actividad mantenga o no impacte en el ambiente y la calidad de vida? 

_Uso metales reciclados y al fundirlos yo también trato de minimizar el desperdicio. Además hago casamiento de metales para las piezas de Mujeres Amazonas. Reconozco lo que planteás sobre el origen extractivista de los metales y su manejo, admito que me gusta mucho la joyería metálica. Cuido al detalle, investigo y pruebo para que mis piezas sean durables de manera de no generar roturas ni nuevos descartes.

Pretendo que una joya trascienda lo temporal y dure toda la vida. Y si se hace con un material que se recupera de la basura, mucho mejor. Sé que es un granito de arena pero un aporte al fin. Es más honesto plantear que uno intenta disminuir y no decir que no contamina. Hay que ser conscientes e intentar lo que se puede con un esfuerzo sostenido.

 

“Pretendo que una joya trascienda lo temporal y dure toda la vida. Y si se hace con un material que se recupera de la basura, mucho mejor”.

 

_¿Buscás que las piezas sean portables?

_Sí. Por eso, reitero, considero que las joyas contemporáneas son piezas artísticas que se pueden portar. Esa portabilidad que sostengo genera una comunicación entre el artista y el usuario, valga la redundancia, que es muy importante. También lo busco para promover la joyería de arte porque la respuesta o devolución de quien lleva una joya muchas veces sorprende y hasta completa el trabajo. Que la joyería contemporánea circule en diversos espacios es buenísimo.

“Esa portabilidad de la joyería que sostengo genera una comunicación entre el artista y el usuario que es muy importante.”

Personajes familiares

 

_¿De qué se trata Mujeres Amazonas?

_En la mitología clásica las mujeres amazonas son una tribu guerrera. Es una propuesta joyera que tiene que ver con una historia familiar. A mi mamá y a mí nos criaron mis tías abuelas chaqueñas que vinieron a Buenos Aires a lucharla; una de ellas es quien me enseñó a coser, todas muy trabajadoras que nos enseñaron también a ayudarnos entre nosotras.

Las mujeres con actitud tienen gran presencia en mi familia y de esta sororidad surgió el nombre. Crecí en medio de pinturas y esculturas que hacía mi mamá artista plástica.

Y esta firma de joyería contemporánea la llevo adelante con ella. Seguimos estudiando juntas. La joyería es un espacio que compartimos.

Mujeres Amazonas es una propuesta de joyería con piezas únicas en metal, como plata, alpaca y bronce, hoy de líneas orgánicas, inspiradas en la naturaleza, con mucha textura.

 

“Mujeres Amazonas es una propuesta de joyería con piezas únicas en metal, de líneas orgánicas, inspiradas en la naturaleza, con mucha textura”

 

_¿Cómo es hacer joyería con tu mamá?

_Es hermoso, compartimos todo. Desde el estudio hasta el hacer, intercambiando ideas, consultas, opiniones, comprando materiales, yendo a muestras. La joyería es un medio más para comunicarme con mi mamá, nos une mucho.

 

“La joyería es un medio más para comunicarme con mi mamá, nos une mucho.”

 

¿Pensás trabajar en otros materiales o pretendés perfeccionar tu trabajo con el manejo de las latas?

_Me gusta la materialidad, todos los materiales y, como mencioné, soy de guardar elementos para cuando fluya una idea o descubra qué puedo hacer.

Tengo mucho para experimentar con las latas, ya que es un material que puede tener más posibilidades. Además de que el desarrollo de joyas de este tipo implica mucho trabajo e incluye un tiempo de secado importante que hace a la terminación de las piezas, se puede seguir ahondando en ese proceso y descubrir más alternativas. Hoy pienso seguir asociando ese aluminio recuperado a otros metales porque me permite aplicar técnicas joyeras.

Sin embargo, aunque estoy a full en este plan, no descarto sumar o empezar a probar con otros materiales, sobre todo si son reciclados.

 

“Tengo mucho para experimentar con las latas, ya que es un material que puede tener más posibilidades.”

 

_¿Te proponés proyectar tu trabajo en el exterior?

_Me voy presentando a diversas muestras de acuerdo a la temática y veo si mis piezas responden a esa convocatoria. Me interesa mucho interrelación que se da con el público de exposiciones y ferias, no solo en muestras locales sino en el ámbito internacional, desde donde, por ejemplo, recibí mensajes gratificantes como de la muestra del desafío Tincal lab en la que una visitante me dijo “Lo vi, me enamoré y me lo llevé a casa” sobre el broche de «Rebrotes».

Su comunicación me hizo ver la proyección o alcance que puede tener la joyería, lo cual genera un diálogo, una conexión especial y pone de manifiesto sentimientos que muestran cómo una joya moviliza y lo mucho que se puede decir a través de ella.

Otro mensaje daba cuenta del trayecto de una de mis joyas y cómo de mano en mano terminó siendo elegido por unos chicos para el cumpleaños de su mamá. Que de mi taller terminen del otro lado del mundo es impactante. Esos destinos impensados de una joya son estimulantes.

Estos concursos y desafíos me gustan porque incentivan a crear, tal vez, piezas nuevas u otras que si no tuviera que responder a una convocatoria no haría o sí… Lo bueno es que podés hacer algo distinto o, más bien, puede llevarte a algo diferente; con todo, es interesante el intercambio, insisto. A veces pienso que no me va alcanzar la vida para probar y hacer todo lo que quiero y lo mucho que se puede hacer con la joyería contemporánea.

 

“Ver la proyección o alcance que puede tener la joyería, genera un diálogo, una conexión especial y pone de manifiesto sentimientos que muestran cómo una joya moviliza y lo mucho que se puede decir a través de ella.”


Monique-Lecouna-entrevista-La-Joyeria-de-Autor

Entrevista a Monique Lecouna

Apuntes | Notas

En la joyería contemporánea encontré más innovación que en otros ámbitos del arte


Entrevista a Monique Lecouna

Por Delia Alicia Piña

 

Monique-Lecouna-entrevista-La-Joyeria-de-Autor

Trabaja sobre materiales existentes para contar historias, muchas de las cuales buscan repensar lo femenino, tanto que asegura que “en este momento es obligatorio ser feminista”.

Monique Lecouna es un artista plástica en cuya obra confluyen la pintura y la joyería. “De alguna manera son lo mismo porque tratan o manifiestan mi necesidad de contar algo, de hacer”. Y su hacer cada vez más tiene que ver con lo textil.

No se considera joyera sino una artista que hace joyería. Sus piezas contemporáneas ya recorrieron galerías y exposiciones en distintos lugares del mundo y hasta forman parte de colecciones de museos. Por segunda vez fue elegida para participar en marzo próximo de la semana internacional de joyería Schmuck.

Conocé su historia a través de su obra, qué transmite y por qué. Sus intereses, trayectoria y objetivos que la llevan a seguir proyectando su trabajo.


_¿Por qué empezaste a incursionar en joyería contemporánea?

_Tengo formación en pintura en el Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y un posgrado en la escuela De la Cárcova. Siempre pinté, por eso a cada rato estoy incorporando pintura a mis trabajos de joyería.

Mi acercamiento a la joyería creo que surgió jugando haciéndome collares solo porque tenía ganas. Cada vez me fue interesando más pero advertía la limitación de no tener técnica, ya que quería hacer más y no podía; tenía la idea pero no sabía cómo materializarla.

Indagando me llamó la atención el proyecto de Taller Eloi, me encantó la propuesta de Jimena Ríos y comencé con su seguimiento de obra. Entonces no existía la escuela sino talleres de formación, en los que aprendí a medida que fui necesitando a engarzar, soldar, calar o lo que se me fue presentando. Pasé por distintas técnicas a medida que las fui precisando.

Por entonces, no conocía mucho de joyería contemporánea y descubrí un mundo increíble, en el que encontré más innovación que en otros ámbitos del arte, porque permite trabajar con cualquier material y en distintos tamaños. Lo interesante, que marca y diferencia a la joyería es que podés contar una historia, cada joya siempre tiene un relato detrás.

Empecé en 2013 en Eloi y sigo con la clínica de obra dos veces por semana, en un grupo reducido con la tutoría de Jimena Ríos. Cada una trabaja su proyecto, todos comentan y opinan, señalan cosas que tal vez no se te ocurren y suman, ves qué hace el otro, salís de tu mundo, tenés en cuenta otras miradas y eso es muy enriquecedor.

 

“Lo interesante, que marca y diferencia a la joyería es que podés contar una historia”.

 

_Tenés una línea en más en metal que presentaste en el Callenge de Tincal lab, por ejemplo, y otra más artística, que se ve habitualmente en el circuito de galerías, como en «Hasta que la muerte nos separe» vista en Lalabeyou, Madrid.

_Sí. Cuando arranqué, inicié con metales. Desde entonces trabajo sobre materiales y piezas que ya existen, no con cosas nuevas salvo que sea una pieza por encargo, y pueden ser desde un metal hasta un textil. Como la estola sacerdotal de un tío abuelo en la que trabajo para presentar en Schmuck; un textil que elegí porque me ayuda a contar mejor la historia. Siempre algo de la pieza, sea su color, textura o su historia, tiene que ver con lo que quiero decir a través de la obra. En joyería no hay nada elegido al azar o solo porque gusta.

 

“Trabajo sobre materiales y piezas que ya existen, pueden ser desde un metal hasta un textil.”

 

Historias de joyería

 

_¿Partís de algo que ya existe para contar una historia que ya tenés o la vas contando a partir de esa pieza o material existente?

_La historia la tengo, siempre está en mí, durmiendo aunque no sea consciente de eso, pero a veces me pasa que me regalan una pieza, como esa estola, y no es que de inmediato sé que voy a hacer sino que es un proceso; en este caso arrancó con convivir con esa pieza, viéndola permanentemente y, así, de alguna manera comenzó a crecer la necesidad de contar una historia. Se trata de un trabajo conjunto, un lenguaje; trabajo a la vez que lo pienso, no es que lo tengo definido de antemano. Es como cuando escribís un relato, lo vas desarrollando, contando, acomodando, sacando y poniendo hasta que queda claro. A veces, hay algo que cuesta más porque sé lo que quiero y lo que no me gusta; otras, no sé bien cómo pero tengo en claro lo que no es así. Siempre guardo cosas que en un momento no sé para qué y luego descubro la necesidad de usarlas durante el proceso de creación de una obra.

En la pieza que mencioné bordé una trama similar al tejido mamario que saqué de un libro de histología que me regaló una compañera de Eloi. Cuando me lo ofreció lo recibí porque me gustaron las imágenes y trabajando en esta última obra me di cuenta que me venían bien para incorporarlas. Así se construye una obra, pensándola, viendo cómo hacerla, qué requiere y se van sumando elementos con sentido.

 

“Se construye una obra, pensándola, viendo cómo hacerla, qué requiere y se van sumando elementos con sentido.”

 

_Tu formación artística te da una perspectiva y un manejo distinto de la joyería contemporánea que no se ve en otros ¿Cómo es esa mirada?

_El tener una base artística me facilitó ciertas herramientas y sí probablemente me dio otro manejo. En un inicio, al no tener un criterio joyero no tenía el prejuicio de usar un material con otro, tal vez por desconocimiento o por no tener idea de qué metal iba con qué o si debía ir o no uno con otro, por eso probaba de todo. Esa desventaja me dio la ventaja de tener la libertad de hacer y ensayar.

Además, observo mucho arte. No hay exposición que no vea en Buenos Aires. En todo viaje que realizo voy a la mayor cantidad de museos que puedo y suelo volver a ver obras y muestras una y otra vez. Tengo mis favoritos como las pinturas negras de Francisco de Goya en el Museo del Prado. Este año tuve la suerte de poder ir a la Bienal de Berlín y a la Bienal de Venecia y sé que eso en algún momento lo visto va a decantar y salir. Me gusta mucho ver lo que no conozco, nuevos artistas y conmoverme; asimismo, observar miradas distintas para percibir qué me despierta, qué me suma.

Otra de mis predilectas es la artista contemporánea belga Berlinde De Bruyckere. Fui especialmente a Maastricht, en Países Bajos, a ver su retrospectiva. Hace esculturas del cuerpo humano impactantes en cueros, textiles, pieles, pelo, madera y metales. Ya la había visto en Praga en una muestra en la que cinco artistas mujeres, Berlinde más Marlene Dumas, Tracey Emin, Kiki Smith y Louise Bourgeois exhibían su punto de vista sobre el cuerpo humano y me impresionó. También, me conmueve la pintura de la sudafricana Marlene Dumas que critica la identidad racial, sexual y social. Y la escultora parisina Louise Bourgeois nacionalizada estadounidense, la de la megaaraña, cuyo trabajo también hace referencia a la figura humana.

Me di cuenta que me gustan mucho las obras de las artistas mujeres, que puedo conocer y admirar porque ahora se muestran más. Cuando estudié Bellas Artes casi que no se nombraban a las mujeres…

 

“No tenía el prejuicio de usar un material con otro, por eso probaba de todo; y esa desventaja me dio la ventaja de tener la libertad de hacer y ensayar.”

 

_La joyería es para vos también un medio de expresión artística.

_Sin duda. No me considero joyera sino una artista que hago joyería en tal caso. Por empezar no tengo la técnica que sí tiene un joyero tradicional sino que, reitero, adquiero la técnica que necesito y me alcanza para lo que quiero hacer, y si no busco ayuda en el Taller. Sin lugar a dudas la joyería es un arte.

 

“No me considero joyera sino una artista que hago joyería.”

 

_¿Cómo es esa joyería que querés hacer?

_Es que no me planteo hacer joyería. Va surgiendo y sin quererlo me doy cuenta que voy más hacia lo textil. Antes trabajaba más en metal, y sigo haciéndolo, pero de a poco fui trabajando con textiles y ya estoy en ese camino; aunque no sé hacia dónde pero sí sé lo que quiero contar.

Mi trabajo tiene dos ejes principales: uno tiene que ver con lo formal, con materiales existentes, y el otro tiene relación con la temática de repensar lo femenino. Me parece necesario hablar y volver a hablar y seguir hablando de este tema; creo que en este momento hasta es obligatorio ser feminista. Mis últimos trabajos tienen que ver con lo femenino y, por otra parte, también con temas relacionados a la iglesia en general, con la iglesia y las atribuciones que se toma con el cuerpo femenino.

Esto lo planteo en la reciente muestra Joyas devocionales con mi obra «Joyas de luto», un trabajo en homenaje a las mujeres afganas. Cuando leí que los talibanes tomaron el poder sentí dolor y luto porque fue una vuelta atrás, ya que las mujeres debieron volver a cubrirse, no pudieron salir más solas y perdieron un montón de derechos ganados, fue un retroceso no solo para ellas sino para todas, hasta para toda la humanidad. En ese momento, sin saber de esta convocatoria de Elena Alfonsi y María Rosa Franzin, cuando la vi, dije justo para exhibir mi obra.

Trabajé en esta temática e incorporé pintura. La pieza está hecha con capas de tules y encajes negros; la primera capa es una pintura de un cuerpo femenino en su parte de  adelante y desnudo en la parte de atrás, todo en un escapulario. Y fue otra oportunidad para sumar pintura. Hay obras que tienen escondido un rastro de pintura, no hace falta que se vea; por ejemplo, puedo teñir una tela con pintura porque el color que tiene no es el que quiero; trato de que haya una huella de pintura. No siempre lo hago, pero al hacerlo me ayuda a fusionar estos dos mundos: la pintura y la joyería confluyen. Cuando empecé creí que no se tocarían, pero me fui dando cuenta que de alguna manera son lo mismo porque tratan o manifiestan mi necesidad de contar algo, de hacer.

El mundo de la joyería es increíble. También miro mucha joyería y actualmente advierto que la profundidad de las propuestas es impresionante.

“De a poco fui trabajando con textiles y ya estoy en ese camino; aunque no sé hacia dónde pero sí sé lo que quiero contar”.

Repensar lo femenino

 

_¿Para ese repensar lo femenino la joyería es tu mejor herramienta?

_Busco repensar qué pasa con la mujer en la sociedad y qué hacemos nosotras por ese rol. Por eso, en paralelo porque no se trata de la joyería sino de la vida misma, he hecho grandes cambios en lo personal. En paralelo a que sentí la necesidad de expresarlo también sentí la necesidad de mucho cambio.

En otros trabajos también hablo de mi abuela y de mis tías para homenajearlas en sus luchas porque hicieron lo que pudieron, al igual que mi mamá que como profesora de letras y militante política también hizo su aporte, lo que pudo en el contexto que la limitaba; sin embargo, me dio alas, seguridad y conciencia por eso siento que está bueno homenajearlas. Me guío mucho por lo que siento.

 

“Busco repensar qué pasa con la mujer en la sociedad y qué hacemos nosotras. No se trata de la joyería sino de la vida misma”.

 

_Así como estos homenajes que mencionás y este último a las mujeres afganas, también lo hiciste hasta con Juan de Arco.

_Sí, siempre. Fui evolucionando desde mis primeros trabajos fuertes, a lo mejor más directos, como uno de los corsets que mencionás, hasta llegar a otros más sutiles en los que me siento más cómoda. No es el grito sino el susurro, que puede ser más permanente. No salgo con una pancarta a una marcha, aunque sí voy, pero con estas manifestaciones me expreso igual de manera genuina, en mi vida también.

 

“Fui evolucionando desde mis primeros trabajos fuertes, a lo mejor más directos, hasta llegar a otros más sutiles en los que me siento más cómoda”.

 

_Hacer y deshacer, reciclar, recuperar y poner en valor o darle un significado a piezas, que en una composición son una obra de joyería de arte, pareciera ser una constante en tu trabajo.

_Sí porque me gustan los textiles, investigo y los busco en ferias locales y durante viajes. Reitero, no es que lo veo y se me ocurre qué hacer o lo adquiero para algo en particular; aquellos telones de terciopelo manchados que adquirí los terminé usando en su parte interior en varios trabajos. No casualmente, habiendo tantas mujeres ocultadas o forzadas a ocultarse, me encantaron esos telones que ocultan, los cuales terminé usándolos en piezas que hablaban de lo femenino.

Es una constate la relación entre la pieza y la historia, mediante la cual el significado sale a la luz. Eso es lo que me pasó con el pectoral Juana de Arco, porque cuando lo estaba haciendo Jimena Ríos me dijo: “Me hace acordar Juana de Arco”…, y no me había dado cuenta hasta ese momento. Entonces, recordé que mi mamá era devota de esta santa Juana de Arco por lo que en el comedor de mi casa había un retrato de esta santa francesa. De todos modos, cuando empecé con la obra no lo tenía en claro y después fue saliendo y advertí que surgió porque toda la vida la veía a diario e inconscientemente su imagen me quedó grabada; así, algo de ella salió a la luz.

Es lo genuino y la honestidad del trabajo lo que lleva a manifestarnos tal cual somos, siempre algo de cada uno surge y eso está muy bueno.

A veces veo algunos trabajos de joyería y pienso cómo me encantaría hacerlo de esa manera, pero después me doy cuenta que no sería mío, no me representa, no sería yo. En el caso de esta pieza utilicé otro telón de teatro del cual usé la parte de afuera labrada, la de adentro la apliqué en otras piezas.

 

“Es una constate la relación entre la pieza y la historia, mediante la cual el significado sale a la luz.”

 

_¿Coleccionás piezas antiguas?

_Tengo locura por las cosas antiguas. Desde la vajilla diaria, con platos de porcelana distintos de diversos lugares del mundo que fui comprando con los años, hasta un sinfín de piezas algunas de las cuales derivan en obras.

A propósito, cuando en 2018 expuse en Bucarest tuve la oportunidad de hacer un coaching con Paulo Ribeiro y le contaba que me gustaban las cosas viejas y oxidadas porque me interesa el paso del tiempo, él me insistió en que había algo más detrás de ese afán. Entonces recordé que mi papá también compraba cosas viejas todo el tiempo en remates y las guardaba porque pensaba hacer algo con ellas pero después no lo hacía… Me hizo ver que ese interés mío tenía que ver con mi padre, que pude continuarlo y hacer algo, y eso me reconcilió con él que en un principio no aprobaba o se disgustó cuando le dije que iba a estudiar Bellas Artes, aunque me apoyó y me bancó… Por eso, siempre hay una historia y mucho por indagar dentro de uno a partir de una obra.

Cuento con muchas piezas en medio de un gran desorden porque soy bastante caótica y las piezas están dónde y cómo puedo tenerlas; sí están reunidos las lozas, por un lado, los metales, por el otro, más allá los textiles.

Respecto de ese pectoral por el que me preguntaste incluye parte de una pieza Limoges que corté especialmente con un disco diamantado. A veces respeto la forma de la pieza tal como la encontré y otras, como en este caso, la corto y adapto para que me acompañe en lo que quiero hacer.

 

“Tengo locura por las cosas antiguas, un sinfín de piezas algunas de las cuales derivan en obras”

 

_Te inspira también la literatura, como en el anillo «Mi pequeño tesoro» a partir de “Una habitación propia” de Virginia Woolf. ¿Qué tipo de lectura te gusta? ¿Ahora estás trabajando a partir de algún texto?

_Sí, obvio. Mi madre era profesora de letras, nos leía libros a diario y nos contaba historias no infantiles sino a partir de los textos que utilizaba para dar clases, como El Cid Campeador, por ejemplo, y nos inculcó la lectura. Leo un montón, tengo varias bibliotecas y hasta libros en el baño y la cocina, compro e invierto mucho en libros.

Trabajar a partir de ese libro surgió con la obra «Amuleto para proteger una habitación propia» en plena pandemia cuando me quedé sin taller y me preguntaba qué hacer; entonces comencé a trabajar en esta pieza que tiene entretelas en las que puse mis tesoros más preciados: perlas, partes de cerámicas, telas favoritas y hasta látex que es lo último que incorporé; todo esto es mi mundo. Es que sentí la necesidad de proteger mi cuarto. Me di cuenta que en realidad estaba dentro mío; mi cuarto propio es mi capacidad de crear. Tuve la necesidad de crear esa enorme pieza que me cubría, la cual me sirvió para preservar mi mundo, que se llama mi habitación propia.

Otro libro inspirador que usé fue “Agua Viva” de Clarice Lispector, para una serie de corsets que hablaban acerca de la violencia contra la mujer: incluí en su interior frases de este texto.

Con estas obras me pasó algo especial pero no siempre suelo trabajar a partir de libros o aún no me lo planteo; tal vez este recurso esté en mí y aún está un poco dormido.

A veces leo novelas y otras, como ahora, que estoy con catálogos de obras de las artistas que mencioné. También, de Anselm Kiefer, uno de los artífices del renacimiento de la pintura alemana en los años 70, cuya obra se vio en la última Bienal de Venecia, en el monumental palacio Ducal.

Hace poco me impresioné con la novela de terror “Nuestra parte de noche” de Mariana Enríquez, por cómo activa la imaginación; las imágenes se sucedían sin parar en mi cabeza y me atrajo la manera en que te va llevando con el relato.

 

“…Mi cuarto propio es mi capacidad de crear”

 

Materiales favoritos

 

_¿Tus materiales favoritos son las telas, las perlas, las cerámicas o porcelanas y ahora el látex?

_Las perlas me encantan por su simbolismo, son súper femeninas, tienen la delicadeza y la fuerza de una mujer y suman para lo que quiero contar, por eso están en la mayoría de mis trabajos. Hace poco incorporé el látex, sobre el cual trabajo y pruebo porque no envejece bien. Estos dos materiales fueron los que use en el anillo «Mi pequeño tesoro» del que hablamos.

Además de materiales antiguos, para no quedarme con la nostalgia de las cosas, como diría Iris Eichenberg: “Hay que actualizar la nostalgia”, sumo nuevas materialidades, el látex es uno de ellas; ahora estoy experimentando con látex líquido. También estoy añadiendo pesas de plomo que, entre otras, ya usé en «Julia».

Los hilos rojos son otros de mis elementos preferidos con los que me atrevo a bordar, no busco un bordado perfecto sino que me sirva; lo que hago con ellos me permite definir, resolver e interpretar algo de la mejor manera. Por eso, es importante ver y analizar los materiales adecuados para cada proyecto; en mi caso, cada pieza tiene el material que a mí me ayuda a expresarme.

Y las porcelanas desde ya. Tengo mías y muchas otras que me regalan, a veces vienen con restos o pedazos de una pieza rota que son verdaderos tesoros; algunos usé, otros tantos no, están ahí como esperando porque no fuerzo; cada material y cada obra tiene su tiempo; sé  que los voy a usar en algún momento; cuando decante la idea que lo requiera.

 

“Las perlas me encantan por su simbolismo. Hace poco incorporé el látex. Los hilos rojos son otro de mis elementos preferidos. Y las porcelanas desde ya”

 

_¿Mencionaste que Shinji Nakaba es uno de tus artistas joyeros favoritos, ¿por qué y qué otros te interesan?

_Shinji Nakaba participó de la muestra «Verdadero lo hecho. Exvotos y joyería contemporánea» y pude ver de cerca su obra de miniaturas impecables, fascinantes, con mucha técnica y además que atrae y genera emociones, muy bello. Un ser sumamente generoso que accedió a participar de esa propuesta, quien también me conmovió al hablarme de mi obra el día de la inauguración de su muestra en Munich, una persona increíble.

Me gusta mucho el trabajo de Iris Eichenberg, muy completa, cuyas diversas expresiones tienen una profundidad e inteligencia llamativas, también quien tiene un trato súper accesible y agradable. Asistí a sus workshops ofrecidos en Buenos Aires, durante una experiencia de convivencia espectacular, con un trabajo intenso y charlas enriquecedoras.

Lo mismo que Caroline Broadhead, una artista integral que hace desde piezas de joyería hasta performances con una gran sensibilidad que invita a reflexionar. A Manon van Kouswijk también tuve la oportunidad de conocerla en Eloi y explora a través de una variedad de materiales y procesos buenísimos, y eso me gusta muchísimo. Lo mismo, como muchos otros grandes artistas, tienen un trato humilde y ameno.

 

“Shinji Nakaba, Iris Eichenberg, Caroline Broadhead, Manon van Kouswijk, entre otros”

 

_Formás parte de varios colectivos joyeros de formación, de exposición y hasta de tiendas, ¿buscás el intercambio artístico y te gusta trabajar en grupo?

_Mi relación más constante es con Eloi, por supuesto, y con Precious Collective, colectivos en los que se da un gran intercambio artístico, que va de comentarios, difusión de trabajos que ponen en valor el esfuerzo, la constancia y la propuesta, claro, a opiniones muy valederas. Para Adorment me contactó Ilaria Ruggiero a partir de mi trabajo para el proyecto de Caroline Broadhead «Postcards from the Edges» y me invitó a por mi referencia al racismo.

De estos últimos rescato la colaboración porque me gusta mucho saber que cuento con el otro y que si tengo una duda me ayudan o dan su opinión; sé que en estos grupos tengo respaldo. Aplico como una más en las convocatorias y, no obstante, el intercambio que se da es muy bueno.

Resalto Eloi porque se da una interacción más directa y muy rica, porque al tiempo que trabajo, sumo y crezco. En la clínica de obra, pasan muchas cosas buenas como que el otro siempre ve detalles que uno no advierte y mirás el trabajo en perspectiva.

“Siempre hay una historia y mucho por indagar dentro de uno a partir de una obra.”

Cuando la memoria se hace joya

 

_También te vas a presentar con Alliages de la mano de Juan Riusech en «Missing Memories». Trabajaste varias veces el tema de la memoria: «La memoria es un laberinto» o «Amuleto para proteger una habitación propia».

_Lo de «Missing Memories» será un enfoque personal sobre la memoria. Y sí, muchas de mis obras tratan este tema. «La ficción de la memoria: la memoria es un laberinto», como señalás por ejemplo, o los recuerdos de mi infancia presentes en «Amuleto para proteger una habitación propia», tal cual.

En todos mis trabajos está presente de alguna manera, porque no creo que alguien pueda escapar a la memoria. En esa serie denominada «La ficción de la memoria» planteo que la memoria es una ficción, porque cuando recordás y relatás un hecho lo pasás por un tamiz; es lo que recordás que sucedió no sé si es lo que sucedió exactamente; simplemente es la historia que recordás. De un mismo hecho cada uno de los presentes recuerda algo que no siempre es lo mismo, es lo que le impactó y, tal vez, se quiere olvidar de otras cosas. De todos modos, la memoria es donde todo sucede por segunda vez, y recordar es reconstruir porque la memoria es un proceso creativo.

Estas piezas reúnen fragmentos, por eso tiene bronce patinado, parte de jarrón de porcelana japonesa 1950, vidrio, metal oxidado, loza inglesa, un cairel antiguo, parte de un terciopelo devoré de un antiguo telón, que unidos son retazos de lo que uno se acuerda; junté todo y armé una nueva historia.

Muchas de estas piezas que cuento no están conmigo sino en galerías o incluso en la colección permanente de Espace Solidor, en el Contemporary Jewelled Art Gallery & Museum, en Cagnes-sur-Mer, cerca de Niza.

Una pieza que también refiere al tema es «Julia», la cual forma parte de la serie «Rastros Silenciosos» en la que trabajé con una cortina antigua, cuentas de cristal, hilos, tul, pintura acrílica, antiguas pesas de plomo para vestidos y un cierre de plata. Hoy está en manos de Felicia Li de Vonmo Studio, en China, creadora de la iniciativa «Purificando el alma» que se iba a realizar en Qinghai con una ceremonia de purificación en la naturaleza, interesante, pero se suspendió por el rebrote del Covid.

 

“En todos mis trabajos está presente de alguna manera porque no creo que alguien pueda escapar a la memoria”

 

_Y como si fuera poco, otra vez en Schmuck. 

_Es increíble, muy feliz, es grato sentirse reconocida y más por Caroline Broadhead a quien, como mencioné, admiro mucho. Y es increíble porque estoy en la misma muestra de grandes referentes así que es un orgullo, me impacta. Estaría bueno estar presente, pero la distancia, el trabajo y la vida te ubican y, a veces, es más fuerte la necesidad de estar con las manos en el trabajo, en la creación, veremos porque el intercambio es fuerte, muy interesante. Que mi obra circule está bueno.

 

“Es increíble, muy feliz, es grato sentirse reconocida y más por Caroline Broadhead… es un orgullo, impacta.”

 

_¿Proyectos?

_Estoy en tres proyectos o tengo tres posibilidades de trabajo. Es que hay obras que llevan mucho tiempo de elaboración o hasta de maduración. Son piezas que cuando las termino me genera un gran vacío; entonces tengo que despedirla y de alguna manera empezar a enamorarme de la nueva. Estoy en ese proceso con «Los Mandamientos», la elegida para Schmuck 2024. Se trata de parte de una casulla sacerdotal intervenida.

También, para el año próximo quedé seleccionada para Parcours Bijoux y presenté el proyecto «Estolas de protección», derivada de otra parte de la estola que se convirtió en «Amuleto de protección mi cuarto propio», hecha además con telas antiguas, encaje, tul, perlas, algunas de esas pesas de plomo en los dobladillos que mencioné, hilos, cera y pintura acrílica, que se vio en febrero pasado en la muestra de Taller Eloi, «Amuletos», curada por Jimena Ríos y Benita de Simone, en la  Casa de la Cultura de Vicente López.

Tengo otras cuatro estolas en curso; me gusta tener cosas esperándome… por eso busco trabajar en paralelo e ir viendo qué surge hasta estar bien segura y sigo a full hasta terminar. Lo importante es hacer, después se ve si se muestra o no. Tengo muchas piezas hechas que no he mostrado y se ven luego de mucho tiempo, como la que se expuso en Roma Jewelry Week, un brazalete de bronce y hierro oxidado patinado.

Ese fue un evento al que fui convocada. Últimamente me llaman de muchos lados, como para Adorment por parte de Ilaria Ruggiero, como señalé, y lo analizo porque quiero darme el tiempo necesario para crear, que es lo más importante. Esas eran piezas de metal, material al que vuelvo cada tanto, como las que exhibí hasta el sábado último en el pop up de Tienda Eloi.

 

“Estoy en tres proyectos. Me gusta tener cosas esperándome… Cuando termino las piezas me genera un gran vacío; entonces tengo que despedirla y de alguna manera empezar a enamorarme de la nueva.”


Laura Egea, la ganadora de BJW

Apuntes | Notas

Es muy importante tener una personalidad creativa enriquecida


Entrevista a Laura Egea

Por Delia Alicia Piña

 

Laura-Egea-entrevista-ganadora-BJW-2022-La-Joyeria-de-Autor

Inquieta, curiosa, incansablemente estudiosa, amante y obsesiva de los procesos creativos. Aunque lleva un par de premios y distinciones en su haber reconoce que su carrera como joyera está empezando.

La cordobesa Laura Egea acaba de obtener el primer premio de Brazil Jewelry Week con una pieza que dejó “madurar y evolucionar” por años hasta que decidió volver a trabajarla y presentarla en diversos eventos sucedidos este año en  Madrid, Buenos Aires y en la reciente semana de la joyería realizada en San Pablo.

Dice que le encanta emprender, observar y explorar procesos con nuevas materialidades y técnicas. La libertad que tienen los artistas plásticos para crear fue tema de investigación de su maestría, a partir del cual definió 100 herramientas, muchas de las cuales aplica a la joyería.

Sostiene que el estudio intensivo es fundamental y que no se puede hacer o crear sin experimentar e investigar. Cuenta que sigue un orden y sistematización para enfocarse, y se define como metódica y algo obsesiva, aunque en su vida es bastante descontracturada.

Alfileres, porcelana, sales, algunos de los materiales con que consigue innovar y llamar la atención. Qué hace, cómo trabaja, porque se retroalimenta con diversos proyectos que lleva adelante a la vez. Sus principios clave.


_Volviste con todo. Un año con muchas presentaciones y reconocimientos: primero seleccionada para la V Muestra de Orfebrería Contemporánea de Madrid; luego seleccionada para el concurso Diseño Emergente de Puro Diseño, y ahora ganadora de Brazil Jewelry Week. ¿Estas postulaciones buscaron proyectar tu trabajo en el ámbito nacional e internacional? 

_Sí y además AMHE, con la que estuve a full porque construir y consolidar una marca lleva mucho tiempo. Por eso también puse en pausa a mi trabajo de arquitecta. Tuvimos (con sus socias de marca) un trabajo de coaching, con un acompañamiento reflexivo por el que nos dimos cuenta la importancia de no perder la identidad que da el desarrollo personal. Entonces, me puse a trabajar de lleno en mi propuesta de joyería y me presenté.

Es curioso porque a los seis meses después del Premio MAD en 2017 trabajé sobre una propuesta en bronce y elásticos -con la que en su momento me presenté también al concurso Diseño Emergente-, luego me tomé una pausa y ahora sí, volví a exponer mi trabajo. Pero en realidad, no me retiré del todo o solo del ámbito expositivo o público porque estuve haciendo exploraciones con alfileres de acero ya en septiembre de ese mismo año.

Entonces arranqué con varios proyectos a la vez: con las barras de bronce, con los alfileres y la porcelana, siempre con la idea de trabajar la materia y ver su respuesta en un proceso es mi pasión. Me encanta emprender, observar e investigar procesos con nuevas materialidades y nuevas técnicas es lo que más me interesa.

Volví a la joyería con la marca en el 2020 junto con Carolina Moya y Marisa Kesman, como ya contamos en LJdeA, A fines del año último reanudé mi proyecto de «Joya topográfica», con un collar y anillo, me presenté al concurso de Madrid y quedé seleccionada.

Lo bueno de trabajar en un colectivo y potenciarse con colegas es que te incentivan a trabajar y proyectarte, porque fueron ellas las que me anoticiaron sobre esa oportunidad. Nuestra intención desde el principio de AMHE, cuando éramos cuatro, era no perder nuestra individualidad como artistas, repito, y eso es lo interesante: que cada uno sume con lo suyo.

La retomé este año entonces y estuve madurando esa técnica que fue decantando y creciendo porque al pasar varios años le sume otros conocimientos adquiridos; estuve cinco años haciendo esa investigación.

 

“Trabajar la materia y ver su respuesta en un proceso es mi pasión”.

 

Trabajo de investigación

 

_¿Qué conocimientos?

_Hay mucho de mi quehacer que me ayudó a crecer, como ser profesora de Morfología de Arquitectura de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba, una materia en la que trabajamos en investigación por eso digo que es como un laboratorio. Si bien lo llevamos a lo espacial tiene mucho de indagación, lo cual además también está atado a mi trabajo de la maestría de Diseño en Procesos Innovativos de la Universidad Católica de Córdoba con un proyecto sobre Procesos de Diseño e Innovación para Creativos.

Es decir, todo este trabajo de investigación hizo que ese proyecto inicial haya evolucionado a punto de ser distinguido con una selección en la V Muestra de Orfebrería Contemporánea de Madrid de febrero último.

Mucho antes estudié arquitectura en la FAUD en la Universidad Nacional de Córdoba, y joyería en el taller escuela Caelum de Cecilia Richard, donde además hice varios workshops con Pilar Cotter, Silvina Romero y Gustavo Paradiso.

 

“Todo mi trabajo de investigación hizo que ese proyecto inicial haya evolucionado a punto de ser distinguido.”

 

_¿En qué consistió esa investigación de cinco años?

_Estudié los procesos creativos de artistas plásticos contemporáneos y construí 100 herramientas para trasladarlas a cualquier proceso de ideación de un creativo. Lo presentado en esos tres eventos por los que me consultabas es el resultado de ese estudio sostenido.

Vengo de una formación con base en la arquitectura, muy creativa pero que tiene un programa duro con el que tenés que responder y ajustarte a las condiciones que pide un cliente, por ejemplo. En cambio, a partir de mi gusto por el arte contemporáneo que veía en distintos viajes, observaba que los artistas tenían ciertas libertades y ese fue mi punto de partida.

Los artistas siempre fueron punta de lanza de lo que después pasa en otras áreas creativas, por esta hipótesis mía de que tienen mayor juego de acción. Analicé las circunstancias y respuestas de distintos artistas, y fue un gran desafío armas esas herramientas. Las uso mucho, también con la marca.

 

“Los artistas siempre fueron punta de lanza den lo que después pasa en otras áreas creativas.”

 

_¿Cuáles son las principales que aplicás en joyería contemporánea?

_Cuando uno tiene ciertas limitaciones está comprobado que se despierta lo creativo porque tenés que responder de todos modos. En un momento, no tenía montado un taller aunque me había comprado todas las herramientas, y resultó un desafío armar una joya sin tener que soldar, por ejemplo. Entonces empecé a buscar alternativas y surgió ese collar de barras de bronce atadas con gomas elásticas. Así una limitación que se transforma en un potencial para desarrollar y despertar la creatividad. Y es apasionante.

El llevar algo cotidiano o un elemento doméstico y ubicarlo en un lugar de objeto precioso, de joya es otro de mis principios; es lo que hago con el uso de alfileres. De acuerdo a su disposición y organización se transforman. De hecho la porcelana y los alfileres tienen una reminiscencia escolar y llevarlos a una posición de joya también es un desafío que cumple con ese principio.

Tomar técnicas propias de otra actividad, llevarlas o transformarlas para otro quehacer no pensado. Eso es innovador porque supone cambios, ajustes en esa adaptación técnica.

Y, sobre todo, buscar el límite del material. Kant planteaba que no le podés obligar a la materia que sea lo que no es, que se comporte de otra manera; es muy de diseñador imponerle a la materia algo que no quiere ser. Explorar, indagar y llevar al punto de entender el material, qué posibilidades tiene, hasta dónde podés llegar y no forzarlo. Y esta herramienta o idea fue un reto que apliqué a la porcelana porque tuve que encontrar el punto adecuado porque si la trabajaba muy blanda no sale y si ya tiene dureza los alfileres que pinchás se salen. Encontrar la posibilidad adecuada se dio en un proceso.

Como parte de «Joya topográfica», este año hice una pieza muy grande, un pectoral, en el que usé 102 mil alfileres Realizarlo, también fue una de las peleas que di porque en un principio no sabía cómo se iba a comportar el material, si iba a reaccionar con contracción, si respondía según la humedad, entre otros factores que aún estudio.

Esto mismo me pasa en el laboratorio que monté para exploración química de sales que evalúo para ver cómo responde con otros materiales, si van mejor con metal, con sogas vegetales o sintéticas, y en un ensayo de prueba y error que estudio, saco conclusiones que aplico de manera intencionada. Por eso, el estudio intensivo es clave, no se puede hacer o crear sin indagación científica me apasiona especialmente experimentar y estudiar. Esta y es una de las principales herramientas por las que me consultás.

Tomar otras cosas de otras áreas también es una herramienta o principio clave. Reconozco que tengo la habilidad de estudiar y detectar técnicas que me sirvan para la joyería, como estos métodos químicos que realizo e implica estar atenta a proporción, temperatura y tiempo, por ejemplo.

 

“Tengo la habilidad de estudiar y detectar técnicas que me sirvan para la joyería.”

 

_¿Cómo es tu proceso de creación de joyería?

_Se da con la materia. Es cierto que en un proceso de ensayo y error a veces uno va manipulando en función el interés al que quiere llegar. Estoy tratando de entregarme al proceso pero si estar atenta y observar para después aplicar lo que orgánicamente se da.

Sigo un orden y sistematización para enfocarme, soy metódica y parezco una obse, aunque en mi vida soy lo más descontracturada.

Me reconozco como una persona ansiosa pero todos los procesos que hago en la joyería son todo lo contrario, por ejemplo, colocando de 12mil a más de 100mil alfileres en diversas piezas. O incluso el tiempo que me llevaron los cristales. Es que canalizo mucho a través de la joyería. La tomo como una forma de meditación, como un mantra.

“Canalizo mucho a través de la joyería. Lo tomo como una forma de meditación, como un mantra”.

_¿Te gusta el multitasking, sos capaz de realizar varias tareas de forma simultánea?

_Me encanta y lo sostengo. Me lleva un largo período la primera parte de exploración porque me tomo el tiempo necesario y por eso arranco con anticipación. Mientras una tarea o proyecto va por un lado, empiezo otra que va por un camino diferente y es lo que se va a venir, tal vez, complementario de la anterior o no. Y lo hago por una cuestión personal, porque me enriquece y porque advertí que está comprobado que las ideas necesitan de un tiempo de decantación, de descanso para luego volver a retomarlas. Es que tengo esa sed o ganas de seguir indagando, además de que a veces me da curiosidad las cosas distintas.

Soy de ir cambiando pero he aprendido que es necesario darle tiempo a las cosas y procesos para que maduren, se expresen. Con los alfileres, por ejemplo, tengo un universo por estudiar impresionante. Le cambié la escala porque primero lo hacía con eslabones chicos que se iban conectando, ahora estoy haciendo piezas monolíticas y grandes, una de las cuales lleva ciento de miles de alfileres, una cantidad inusitada, con la que trabajo en determinadas condiciones climáticas que influyen, como la humedad, que genera cierto movimiento.

El de los alfileres es un experimento curioso porque en apariencia parece una pieza viva, con movimiento pero no. En la feria Puro Diseño, muchos visitantes se acercaban y pedían tocar las piezas porque parecía que se movían. Pero, en realidad, mi pretensión es  congelar el movimiento en un instante. Me inspiré en los paisajes de pastizales que se mueven con el viento, muchos lo ven con cierta reminiscencia marina y puede ser porque hace unos meses estuve haciendo snorkel y el movimiento de los corales me hizo acordar a mis piezas de alfileres. Tienen cierto aspecto orgánico a pesar de la rigidez del alfiler y su textura fría.

No paro de descubrir. Al hacer una producción fotográfica advertí que la pieza parece que se enciende a trasluz, porque la porcelana blanca es traslúcida y se empiezan a observar aspectos que a simple vista no se ven, como si estuviera bajo el microscopio. Esta observación de la luz me viene de la arquitectura, porque tenemos toda una relación con la luz ya que la entendemos como una materialidad más. Cuando empecé a detenerme en este aspecto, pensé en todo lo que se puede sacar de eso. Ahora adquirí porcelana negra y de color, alfileres con punta de vidrio de color para seguir probando. Tengo mucho por hacer.

 

“Soy de ir cambiando pero he aprendido que es necesario darle tiempo a las cosas y procesos para que maduren, se expresen”.

 

Mucho por hacer

 

_¿Por qué alfileres?

_No recuerdo exactamente cómo llegué a ellos. Sí tengo presente una de las primeras piezas en la que los probé, era una banda de porcelana en forma de óvalo al que le clavé alfileres parados y parecía como si te estuvieran pinchando pero en realidad eran las cabezas de los alfileres. Una pieza de líneas arquitectónicas simples con la que empecé. Así, me di cuenta la posibilidad que tenía la porcelana y la empecé a manipular de manera distinta a la convencional. Lo último, que vuelvo a resaltar, es cómo se comporta ante la luz.

Lo interesante es que en el hacer es cuando se pueden sacar conclusiones. Me di cuenta que podía construir a partir de distintas direcciones, presiones y separaciones en superficies cual territorios que se mueven y eso fue un flash. Esto me llevó a pensar en ese juego de niña que tenía alfileres como clavos en el que ponías la mano o la cara y copiabas la forma. Estudiando inglés en Londres, en su momento, descubrí una tienda con juegos de este tipo que compré y que hasta hoy pruebo, porque me gusta lo lúdico y descubrir sistemas y funcionamientos.

 

“En el hacer es cuando se pueden sacar conclusiones”.

 

_¿Qué técnicas de joyería aplicaste en este proceso de años?

_De joyería tradicional no. La primera pieza de esta serie sobre la que charlamos tenía un mecanismo de unión y era articulada. En el camino de entender el material, como cada uno tiene su sistema de articulación o de vínculos, me fui dando cuenta qué método podía aplicar o cuál era más adecuado para lo que pretendía.

En el ejercicio de la arquitectura -que llevé adelante hasta el año pasado y que dejé en suspenso por la marca-, la docencia y la joyería, una disciplina alimentaba a la otra. La arquitectura a la joyería y, viceversa, los vínculos y sistemas joyeriles los quería aplicar a una obra en construcción en una retroalimentación súper interesante.

Creo que hoy vale la interdisciplina y ya no va a haber más compartimentos estancos entre las actividades creativas, sobre todo. Eso de que sos arquitecto, joyero, son definiciones que van a caer en desuso porque hay una mixtura sin límites, solo se sostienen como referencia.

Bueno, valga la presentación, el escritor, antropólogo y crítico cultural Néstor García Canclini planteó en el congreso de la reciente III Bienal Córdoba Ciudad Diseño que las fronteras entre el diseño, el arte y la artesanía se están borrando y son cada vez más porosas a punto tal que esos límites van a tender a desaparecer. Estoy convencida de esto, ya que esa mixtura la experimenté en este trabajo.

Volviendo a tu pregunta de la aplicación de técnicas en la obra de alfileres y porcelana, comprobé que la porcelana es un material blando, maleable y, tal como el hormigón tiene un crecimiento continuo y no tiene esa posibilidad de poder ser cortado y articulado, por eso tuve que dominarlo y seguir su crecimiento nato y orgánico con el fin de que me responda. Todo un desafío para la actual pieza monolítica; el camino más fácil hubiese sido dividirlo porque así serían piezas más chicas y controlables porque cuando el material se endurece no hay vuelta atrás.

Es decir, son piezas que no tienen una técnica de joyería clásica, pero sí esa cierta adaptación al cuerpo que tiene la joya. Quiero empezar a estudiar cómo adaptar desde el punto de vista físico o ergonómico esa cara lisa de la pieza al cuerpo, aprovechando que es un material que puedo modelar, para que el collar se lleve mejor con la forma de la clavícula, por ejemplo.

“Hoy vale la interdisciplina y ya no va a haber más compartimentos estancos entre las actividades creativas.”

_¿Cómo llegaste a Brazil Jewelry Week?

_En abril supimos de este ciclo y con mis socias coincidimos en que teníamos que ir porque nos dimos cuenta que era importante poner un pie en este territorio de la joyería latinoamericana. Desde entonces pasaron muchas cosas en nuestros respectivos quehaceres personales y con la marca, como la reciente participación en el pop up de Curatoria y el atrevimiento de tocar el timbre en Kallalith y lograr estar. En el medio, Ceci Kesman nos recordó el plazo de BJW, nos contactamos con Roxana Casale cuyo compromiso es destacable, nos informó y ayudó de manera muy empática.

 

Ganadora de la semana de joyería brasileña

 

La semana de Brasil se nota que es un evento muy pensado que acompaña a todo un movimiento latino. A veces muchos joyeros tienen esa intención y hasta pretensión de mirar hacia Europa, pero considero que es mucho mejor e importante consolidar esta ola tan fuerte y es un momento espectacular para  ayudar a construir porque están pasando cosas importantes en la joyería local. Basta con ver mi Córdoba natal, donde es impresionante cómo se extiende un polo joyero que se formó en los últimos cuatro o cinco años.

En otras ciudades de Latinoamérica hay mucha efervescencia y está buenísimo poder estar, participar y hacer presencia y, sobre todo, insisto, formar parte de la construcción y ser un eslabón en el que uno puede aportar.

Es que, en lo personal no solo me interesa mucho el proceso de construcción de las piezas sino también el proceso de reflexión y crítica del quehacer joyero que se da en su propio proceso de consolidación en la región. Este es relativamente nuevo en relación a otras artes, por eso hay mucho por hacer y armar entre todos. Me interesó mucho que incluyera un simposio con la participación de embajadores procedentes de los principales países latinoamericanos, resulto un espectáculo enriquecedor como, por ejemplo, la mirada filosófica de Carmen Tapia aplicada a la joyería

No solo fue una experiencia estética alucinante sino también una vivencia con discusiones, críticas y cuestionamientos para poder crecer. Creo que desde la pregunta, aunque no se llegue a todas las respuestas, uno puede ir abordando diversos resultados y generar nuevas preguntas hasta esas que resultan incómodas.

De lo positivo e impensado que generó la virtualidad, como la posibilidad de grupos de estudios con maestros que antes parecían inaccesibles por la distancia, pasamos a encuentros de este tipo en el que se dio un intercambio súper interesante.

Siento que en mi vida hay muchos momentos mágicos, como guiada por ángeles. En marzo último tuvimos la oportunidad de encontrarnos con Luis Acosta, en su paso por Córdoba, y le preguntamos qué nos recomendaba para continuar con nuestro proceso de formación, que para mí es muy importante, y nos dijo que teníamos que hacer algo con Jorge Manilla. Lo acabamos de conocer y quedamos en contacto.

Otro ángel o persona clave que me ha marcado en este camino de la joyería es María Medici, con quien volví a tener la oportunidad de encontrarme durante Puro Diseño. Esa experiencia de tutoría para el concurso del Premio Moda Arte y Diseño, que organizaba el Museo de Arte Decorativo, fue decisivo en mi carrera: valoro mucho la mirada constante y la palabra justa de María.

Cuando le mostré mi proyecto de «PoliPéras» me destacó que la funcionalidad era lo más importante pero que debía convertirse en una pieza multifunción. Ella me ayudó a romper con muchos paradigmas.

Me señaló que era importante conocer y hacer para poder resolver y encontrar posibles soluciones; que lo importante para un diseñador o creativo era indagar en esas nuevas posibilidades, y ese concepto en ese momento de transición en la joyería hizo que me  explotara la cabeza. Esto fue horas antes de regresar a Córdoba -ya que cuando me enteré de mi selección a MAD estaba en Buenos Aires- e incentivada por sus palabras en ese vuelo logré empezar a resolver la multifunción de esa pieza; y eso no me había pasado antes. Por eso, estoy sumamente agradecida con el consejo y seguimiento de María Medici.

En este último tiempo también me encontré y conocí  a muchos joyeros que admiraba, como a Luz Arias que fue la curadora del concurso Diseño Emergente, quien destacó mi representatividad de la joyería contemporánea en ese encuentro y esa distinción me emocionó.

Y qué decir de las embajadoras de BJW, de Jorge Manilla y de Chrissie Barban, súper agradecida de que se hayan atrevido a idear, pensar y materializar un ciclo que reunió la obra de tantos joyeros latinoamericanos.

Se generó una red y una conexión impresionante. Una comunidad con miembros de países con una estructura y problemáticas similares que se juntaron para verse y analizarse y relanzarse como colectivo, por ejemplo, en lo que respecta al valor económico del trabajo y a la especialización. En Brasil había que estar y dijeron presentes 12 firmas argentinas. 

 

“Se generó una red y una conexión impresionante. Una comunidad con miembros de países con una estructura y problemáticas similares que se juntaron para verse y analizarse y relanzarse como colectivo”

 

_¿Qué creés que ven y destacan de tu trabajo?

_En estos encuentros puede observar las reacciones, tanto de estos especialistas que tienen una mirada especializada como del público en general.

Creo que lo mío llama mucho la atención porque tiene una cuestión muy háptica, que te relaciona a través de la percepción del tacto y genera una necesidad pospandémica casi irrefrenable de querer tocar.

Y me valoran mucho la opción de un material tan cotidiano como inusual y su puesta en obra que aparenta un movimiento que no es tal sino que está congelado.

Todas las piezas exhibidas me demandaron mucha energía y tenía un fuerte apego, me costaba desprenderme. En la feria aprendí a soltarlas, en particular, una obra con un pequeño universo portable que resolví con un imán y una chapa de acero inoxidable pulida a espejo que llevaba y terminé por regalársela a Luz Arias por la emoción que le causaba. Fue todo un acto de despojo al que no estaba acostumbrada y me sirvió para la feria de Brasil. Entendí que una pieza lleva una elaboración y una construcción que terminada ya no me pertenece más. Aprendí a soltar.

Muchas cosas que vi en Puro Diseño -donde vi la oportunidad de también mostrar mi trabajo ante el público de Argentina y, además, pude tener una visualización o respuesta en mi país- las pude pulir, mejorar o ampliar para BJW. Descubrí que muchos querían llevarse algo de ese trabajo y, como tenía piezas grandes, más bien escultóricas, traté de cambiar la escala y buscar otras formas para que pudieran llevárselas con mayor uso. Hice anillos más chicos, broches también más pequeños y dijes.

 

“Todas las piezas exhibidas me demandaron mucha energía y tenía un fuerte apego, me costaba desprenderme. En la feria aprendí a soltarlas.”

 

_¿Consciente de la mirada del otro, ¿cómo presentás o describís la joyería que hacés?

_Soy una curiosa y me gusta pensar y decir que lo que tengo es un laboratorio de joyería. Más allá de mi trabajo inicial en metales, como todos, con la interrelación entre el bronce y los elásticos, la porcelana, con la reconversión de los alfileres o con la generación de cristales hay una exploración creativa que hoy es en forma de joya.

Me define ese afán por investigar los procesos de diversas materialidades y la decisión de llevar un elemento cotidiano a la posición de joya contemporánea.

Y advierto que esto lo sostengo desde «PoliPéras», donde había una clara indagación en el uso. Por esto, también me interesa trabajar y jugar mucho sobre las funciones de una pieza. Esto hace a la caracterización contemporánea de mis joyas.

 

“Me define ese afán por investigar los procesos de diversas materialidades y la decisión de llevar un elemento cotidiano a la posición de joya contemporánea.”

 

_De «PoliPéras» llamó la atención el cuidado y minucioso sistema de encastre y sus funciones, el llevar el espacio de un museo a un objeto, las sugerencias de aplicaciones y hasta con un instructivo. ¿La organización, sistematización y funcionalidad son importantes en tu joyería?

_Sí, en ese momento estaba muy marcada por mi formación de arquitecta, sobre todo cómo mostré y conté ese proyecto. Esa pieza la resolví primero en 2D, es decir, con una planimetría de por medio.

Ese manual de uso es una herramienta que aplico mucho con mis alumnos de la facultad; les pido un manual de cómo usar el sistema que proponen, lo cual creo que es revelador y definitorio porque previamente están obligados a resolver muy bien el proyecto para luego poder explicarle al otro cómo se aplica.

Un manual de instrucciones ayuda a ordenar las ideas y a poder comunicarlas para que el otro pueda apropiarse y hacerse cargo. Es un excelente aprendizaje; lo fue para mí y por eso lo transmito.

También, en la facultad usamos mucho la herramienta del diagrama -una pieza gráfica abstracta, como mapas, que permiten muchas lecturas o posibilidades- que plantea el arquitecto español Federico Soriano, y de alguna manera la llevé a la joyería para presentar mis piezas. Tengo una tarjeta con un diagrama de puntos con un orden determinado que representa mi serie «Territorios» y luego hice un video en el que fusioné ese diagrama con las piezas que se van transformando. Así, estoy mezclando continuamente lo que trabajo en una y otra área de competencia, y enriquece miradas, por ejemplo el paso del 2D al 3D.

Y se da otra de las herramientas sobre las que charlamos que es la de cambiarle el soporte a una obra y que todos terminen por completarla. Esto de los soportes que completan la obra lo charle con Vicky Biagiola, otra de las ganadoras de BJW, cuya producción fotográfica de, por ejemplo, el brazalete «Grito Sudamericano» terminó por potenciarlo.

No es solo una joya en sí. La joya es el resultado de un proceso con un montón de elementos. Por eso me interesa lo que pasa en el medio: la indagación, el ensayo, la interrelación, el intercambio de soportes. El pensar este tipo de procedimientos aplicados a la joyería me apasiona.

Por esta experiencia del ida y vuelta entre el estudio y la joyería o entre la arquitectura y la joyería es que me atravesó y vuelvo a destacar el planteo de Canclini sobre ese beneficioso desdibujo de los límites entre las disciplinas artísticas.

 

“La joya es el resultado de un proceso con un montón de elementos. Por eso me interesa lo que pasa en el medio: la indagación, el ensayo, la interrelación, el intercambio de soportes.”

 

Eje conductor

 

_¿Con esta diversificación de propuestas, ¿cuál es el eje conductor de tu trabajo?

_El trabajo con la materia. Explorar esa diversidad de materialidades, ver nuevos modos de uso, indagar en lo que quiere ser y su límite y el manejo de lo lúdico. Esto tiene que ver con mi personalidad creativa.

Soy curiosa, viajera, me alimento mucho de muestras de arte, cine, música, me encanta la ópera. Cuanto uno más consume, ve y nutre esa personalidad creativa y termino por hacer esas conexiones en el cerebro que ni siquiera puedo rastrear o saber cómo surgieron y hasta me sorprendo yo misma; por eso es muy importante tener una personalidad creativa enriquecida, la cual trato de desarrollarla mucho.

En San Pablo, aproveché para ver obras de la arquitecta italo-brasileña Lina Bo Bardi, representativa del Movimiento Moderno, no podía no hacerlo; un imperativo ver in situ obras que vi en libros y estudié, como el centro cultural de Pompéia con esos puentes alucinantes que me emocionaron. Me escapé a probar la comida de autor de los chef Helena Rizzo y Willem Vendeven en el restaurante Maní, imperdible. Un mix inevitable que se me cuela por todos lados.

Son importantes también los espacios de intercambio en los que la sociología, la antropología y la filosofía terminan de dar sustento a esas exploraciones personales, como querer congelar el movimiento o detener el tiempo después de una pandemia es para indagar.

La vida es un instante y después de lo que nos pasó pienso en cómo hago para conservar los buenos momentos; la fotografía es una forma de congelar un instante pero hacerlo a través de la joyería es todo un desafío. Todos éstos son cuestionamientos que me inquietan y apasionan y los llevo a mi obra. La temporalidad también es un tema presente en el manejo de los cristales, por ejemplo, cuya siembra me llevó casi dos meses, en un tipo de sal.

Lo háptico también es un tema que siempre me interesó, que se expone muy bien en el libro “Los ojos de la piel”, una obra clave del arquitecto finlandés Juhani Pallasmaa que siempre llevo conmigo y trato de deshojarlo, lo mismo que “La mano que piensa, en el que plantea lo del diagrama que mencionaba.

Toda esta formación sin duda influye en mi trabajo. La clave está también es estar atento porque cuando uno busca termina por encontrar otras cosas que son igualmente interesante. 

 

“Explorar esa diversidad de materialidades, ver nuevos modos de uso, indagar en lo que quiere ser y su límite, y el manejo de lo lúdico. Esto tiene que ver con mi personalidad creativa”

 

_Llama la atención tu capacidad de absorber o diversificar. 

_Yo antes la sufría porque hacía mucho a la vez y permanentemente me pedían que me focalice. Ahora es un potencial porque logré encauzar mis inquietudes, armar canales y ordenarlos. Cuando era chica hasta me puse a estudiar sobre zapatos entre otras tantas cosas; me cuestionaban luego que era arquitecta y que hacía en otra o en muchas cosas a la vez; lo vivía mal porque eso me llevaba a pensar que no terminaba haciendo o hasta siendo algo, pero me estaba construyendo… hasta que logré ordenarme, hacer una bajada y síntesis. También ahora tengo la madurez para hacer estas transferencias. Sin embargo, creo que de alguna manera me adelanté a lo que hoy es y seguirá siendo valorado. 

 

“Ahora tengo la madurez para hacer estas transferencias”

 

_¿Proyectos? 

_Me gané una beca del Fondo Nacional de las Artes para trabajar con la cristalización química de sales aplicada a la joyería que mencionaba y fue un incentivo para retomar ese proyecto y continuar explorando.

Me gustaría trabajar sobre joyas efímeras, por ejemplo, se me ocurre probar con hielo y ver cuáles serán los resultados. Es que me encanta lo gastronómico, hice un curso durante ocho años y descubrí que la cocina también es un proceso creativo. En un documental de Jeff Table se explicaba cómo había diseñado un postre y advertí lo fabuloso que es la complejidad que hay detrás de un plato.

Tengo muchas ideas, veré en qué me enfoco, sí quiero que Jorge Manilla venga a Córdoba porque es muy pedido y esperado. Y como soy partidaria de crear redes para que todos sumen -hay espacio para todos y cada uno hace cosas distintas, veremos cómo nos asociamos y reunimos para ayudarnos y potenciarnos.

Se abrirá una Licenciatura en Diseño en la universidad Católica, a la que fui convocada como docente. Una propuesta que se alinea con mi pensamiento de que los diseñadores no estarán más encasillados en una disciplina, porque si se logra resolver o encontrar respuestas a problemáticas de diseño después se puede aplicar a cualquier cosa, de una tarjeta, una cerámica o una joya o lo que sea.

Volví a quedar seleccionada para la misma muestra de Madrid, pero veré como lo manejo porque me demanda mucha energía y quiero poner el acento en el trabajo de obra. 

 

“Soy partidaria de crear redes para que todos sumen, veremos cómo nos asociamos y reunimos para ayudarnos y potenciarnos”


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Entrevista a Alice Floriano

Apuntes | Notas

No es posible disociar la sociopolítica de la joyería


Entrevista a Alice Floriano

Por Delia Alicia Piña

 

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Tiene una galería en Porto Alegre especializada en joyería contemporánea y representa a muchos de los principales referentes, como Ruudt Peters, Lisa Walker, Jorge Manilla, Sofia Bjšrkman, y acaba de estrenar una muestra de la multipremiada surcoreana Nam-Kyung Lee.

También presenta joyeros noveles, porque “es un estímulo para quienes están comenzando y pone atentos a quienes trabajado desde hace tiempo”.

Aproximar al público a la joyería contemporánea es casi su obsesión. La clave de su éxito, un proyecto de vida por el que lo da todo.

Es joyera, galerista y coleccionista de “cosas interesantes e inesperadas hechas a mano con una mirada artística”.

De paso por Buenos Aires, invitada por MICA, conoció de manera directa propuestas de joyeros locales. Plantea coincidencias entre la joyería argentina y brasilera por la realidad social latinoamericana en común.


_Sos joyera y galerista.

_Sí, estudié joyería artística por cuatro años con Filomeno Pereira de Sousa, en la escuela Contacto Directo de Lisboa, una experiencia muy buena. Entonces esa escuela, que ya no existe, ofrecía más técnica y esto era muy importante para mí que buscaba, sobre todo, aprender a desarrollar conceptos; tenía también seguimiento de proyectos con un enfoque contemporáneo que me interesaba.

También estudié con el joyero suizo Christoph Zellweger en la escuela de joyería Alchimia de Florencia, e hice una especialización en Organic Form in Jewellery con Paul Wells, conocido por sus técnicas directas de trabajo del metal, en el Central Saint Martins.Y siempre estoy haciendo workshops, esos que gestiono y promuevo en Brasil, como el de Bettina Speckner, Iris Eichenberg y Ruudt Peters.

 

“Estudiar técnicas de joyería era importante para mí porque buscaba desarrollar conceptos con ellas; además me interesaba contar con seguimiento de proyectos con un enfoque contemporáneo”.

 

_¿Cómo surgió la idea de instalar una galería de joyería?

_Cinco años después de estar estudiando en Europa regresé a mi ciudad natal, Porto Alegre. Con el tiempo sentí que sostenía un monólogo porque allí no muchos hablaban de joyería contemporánea; pocos comprendían y se interesaban en qué era; si bien tenía clientes y  todo iba muy bien, sentía que quería algo más, que necesitaba hacer otra cosa.

Como tenía la experiencia de haber trabajado como asistente en la galería de Thereza Seabra en Lisboa, donde también tenía un banco joyero en el que trabajaba y hasta soñaba con tener una galería pero creía que era algo lejano a mi realidad, me decidí.

En un principio, cuando volví a Brasil me dediqué a mi trabajo en el taller hasta que quise cambiarlo. Recorriendo en busca de un lugar vi una casa muy grande que me impactó y lo primero que me dije al verla fue: quiero hacer la galería ahora y tiene que suceder! aunque no tenía para invertir, la alquilé y comencé hace siete años invitando a los joyeros que conocía, sumando workshops para también ofrecer espacios de capacitación y práctica.

 

Convicciones

 

La primera exposición que organicé fue con la joyera sueca Sofia Bjšrkman, en 2015. Es que hago las cosas cuando me da la gana y las hago porque creo mucho en ellas.

En un principio la gente se sorprendía preguntándose qué es esto, pero como ya tenía mi propia clientela, venían a curiosear en busca de una historia, esa que siempre encontraban tras una pieza en Alice Floriano.

Desde un principio tenía muy claro qué quería: algo como un ambiente de laboratorio, todo muy blanco para que se destaquen las obras, poniendo el acento en su comunicación, aprovechando las redes, que hace siete años no se usaban mucho o había pocas galerías que las utilizaban como medio de difusión.

Quería exhibir aquello que representara mi identidad, lo que verdaderamente me gusta. Por entonces, no creía que se pudiera vender joyería por e-commerce sino más bien de manera presencial, por quienes se acercaban a experimentar las piezas, pero como además de querer conquistar a los clientes de hoy pretendía y pretendo también a los clientes del mañana empecé a utilizar herramientas diversas de comunicación, redes incluidas.

 

En crecimiento y cambiante

 

Creo que la joyería va a crecer, no como una disciplina estática sino cambiante y, en mi experiencia, a la galería se acercan personas grandes con una mirada muy parecida, con quienes naturalmente tengo una gran identificación en muchos aspectos de la vida, por eso decidí apelar a otros instrumentos. No hay manera de prever quién va a comprender y apropiarse de esta joyería en un futuro.

 

“La joyería va a crecer, no como una disciplina estática sino cambiante… No hay manera de prever quién va a comprender y apropiarse de esta joyería en un futuro.”

 

_¿Por qué joyería?

_Desde niña, a los 6 años, hago joyería y accesorios. Arranqué con macramé; siempre me encantaron las manualidades. De adolescente, vendía pendientes que hacía con alpaca,  tejidos peruanos y un alicate. Después estudié Diseño de Moda y Tecnología en la Uniersidad Feevale en Novo Hamburgo, en la región metropolitana de Porto Alegre.

Luego viviendo en Zaragoza, descubrí una escuela de joyería y comencé a averiguar dónde estudiar. Estaba entre la Escola Massana, que tuve que descartar porque entonces estaba con mi bebe y no podía arreglármelas sola, y Contacto Directo en Lisboa, por el cual opté ya que contaba con la cercanía de una amiga. Así empecé a incursionar y estudiar joyería contemporánea, disciplina en la que me metí con todo.

“Hago las cosas cuando me da la gana y las hago porque creo mucho en ellas… Quería exhibir aquello que representara mi identidad, lo que verdaderamente me gusta… Además de querer conquistar a los clientes de hoy pretendía y pretendo también a los clientes del mañana”.

_¿Y qué te gusta?

_Me gustan las piezas más densas, con fuerza o cierta potencia, sobre todo, con una historia detrás, aunque no es lo único que tengo en mi galería. Me interesa mucho la joyería contemporánea que refleja la situación social; en Brasil, el país en que vivo, no es posible disociar la sociopolítica de la joyería. La joyería es una herramienta para que podamos hablar de lo que nos pasa; hablamos y nos expresamos haciendo o a través de la joyería. Y con esta creencia miro al mundo con preocupación, por cómo estamos.

Quienes comparten esta mirada expresada en la joyería contemporánea que ofrezco tienen sus joyas más clásicas y ahora buscan esas piezas u objetos que representen eso en lo que también creen.

La joya por sí sola tiene que ser algo impactante y cuando se conoce su historia, esa que representa y está por detrás impacta aún más, le da un significado especial.

 

“La joya por sí sola tiene que ser algo impactante y cuando se conoce su historia, esa que representa y está por detrás impacta aún más, le da un significado especial”.

 

Joyería contestataria

 

_Además de esa joyería que elegís o representás, ¿cómo es la joyería que vos hacés? 

_Incluye símbolos mágicos y religiosos que me interesan mucho. Busco que mi joyería sea contestataria, que tenga mucha expresión política. Es el resultado de una mezcla de mis propias experiencias personales que reflejan mi mundo, mi entorno. Y también representa cuestiones cotidianas con elementos de otras culturas con las que he tenido contacto.

A veces cuento una historia en particular y otras es un impacto de las situaciones sobre mí. Me gustan mucho los amuletos y objetos de poder de manera sutil.

He pasado por muchos materiales y técnicas. Me encanta mucho trabajar en metal. En mis últimos proyectos trabajé mucho con acrílico de descarte, objetos y maderas encontradas, hilo de pesca. Una gama muy amplia, en la que utilizo el material que me sirve con la técnica que me permite resolver el proyecto que quiero realizar.

Más que una línea relacionada con material y técnica tengo una línea de pensamiento.

 

“Busco que mi joyería sea contestataria, que tenga mucha expresión política. Es el resultado de una mezcla de mis propias experiencias personales. Y también representa cuestiones cotidianas con elementos de otras culturas”.

 

_¿De ese monólogo inicial al diálogo con otros artistas. ¿Cómo fueron esas otras expresiones u obras que en un principio decidiste poner en valor y exponer en tu galería?

_En Porto Alegre no hay propuestas en la misma línea que mencionaba, sí hay algunos más próximos pero no tan preciso en ese sentido porque están muy apegados a la forma y a la técnica que a una pieza con concepto.

En un principio estaba sola, contacté a algunos para generar un movimiento que muestre lo que acontecía en Brasil, entre los cuales estaba Miriam Korolkovas que ya la conocía de la galería de Thereza Seabra y con quien hicimos muchas exposiciones. En ese momento éramos las que más estábamos viendo cuál era el camino al que se orientaba la joyería contemporánea brasilera.

Empecé a participar como joyera de foros y eventos internacionales y sigo participando aun con la galería, aunque en realidad estoy más enfocada en promover el trabajo de los otros que el mío. Jamás paré de producir, pero tengo cada vez menos tiempo para los proyectos personales aunque estoy intentando cambiar eso.

 

Para poner en valor

 

Desde un principio, para poner en valor el trabajo del otro pienso en cómo presentar esas obras, cómo llegar a los clientes, cómo mostrarles o enseñarles una obra de joyería contemporánea.

Pero muchos joyeros de Brasil no tienen muy en claro de qué parte de la joyería forman parte. Además no siempre tienen muy en claro qué es joyería contemporánea o la joyería de arte, sin embargo hasta muchos no joyeros con intereses artísticos han participado de varios de los workshops que se dieron en mi galería.

Las primeras en ofrecer un workshop fueron la artista joyera sueca Helena Johansson Lindell, la alemana Iris Eichenberg y la japonesa Mari Ishikawa, entre otros que le siguieron.

 

“Para poner en valor el trabajo del otro pienso en cómo presentar esas obras, cómo llegar a los clientes, cómo mostrarles o enseñarles una obra de joyería contemporáneas.”

 

_¿Y qué es la joyería contemporánea?

_Es un arte portátil. No se trata de hacer muy bien una pieza de joyería, lo cual es importantísimo, sino que tiene igual relevancia la historia o el mensaje que comunica y el proceso que la sostiene.

Esta definición está más bien dirigida al público en general para poder llegar y alcanzar a un público no joyero, para no terminar hablando entre nosotros. Creo mucho en la joyería contemporánea, tiene mucho potencial, mucho por crecer y, a veces, no crece porque está muy distante de las personas en general. Por este motivo, pienso mucho qué y cómo lo voy a comunicar.

 

Jóvenes en la mira

 

Muchos jóvenes, de entre 18 y 20 años, visitan la galería pero no compran joyería contemporánea sino que más bien es adquirida por personas mayores. Me interesa que desde edad temprana comprendan la joyería y sepan que pueden portarla, que puede ser accesible para ellos y hasta les puede interesar crearla; me interesa que sepan que la joyería puede ser su opción profesional, a la cual pueden dedicarse y de la cual vivir.

No quiero que solo se acerquen a la galería las clientas de edad media de siempre, con una mente más abierta que aprecian el arte, que conocen y valoran, sino también aquellos que no conocen algo de joyería contemporánea, puedan descubrirla y darse cuenta que es mucho más que un adorno, que es una forma de expresión y que las piezas que ven siempre expresan algo y tienen una historia. Esto es más que una preocupación, es mi ocupación, porque pienso y estudio en cómo acercarme permanentemente.

Incluso muchos me preguntaron por qué siempre promuevo obras de artistas más allá de su género. Es que estoy en un país donde hay más travestis en el mundo y donde más matan travestis, por eso me interesa comunicarme con ellos y darles voz y espacio de alguna manera; y esto no es solo por su situación sino también porque me agrada estéticamente sus obras. Esta es una manera de acercarme al público, fundamentalmente porque la joyería contemporánea no es de hombres o mujeres, es más allá de cualquier género. Hablamos de lo mismo cuando represento a alguien por su obra más allá de que tenga certeza o no de su identidad.

La joyería contemporánea, entonces, más allá del material con que está hecha, de la técnica que se aplique y del género de quien la realice, es por lo que quiere decir.

Por esto, porque hay que ser muy preciso en lo que se dice, me encargo personalmente de la comunicación de la galería; claramente habrá gente más capacitada en marketing digital, pero no sé si estará al tanto o podrá comunicar lo que yo creo o pretendo de mi galería; es que la galería no es un negocio sino un proyecto de vida.

 

“La joyería contemporánea, entonces, más allá del material con que está hecha, de la técnica que se aplique y del género de quien la realice, es por lo que quiere decir.”

 

Mirada sociopolítica

 

_¿Qué querés comunicar?

_Quiero comunicar lo que creo como parte de la sociedad en la que vivo, lo que pasa también desde el punto de vista sociopolítico. Sé que a muchos artistas joyeros no les gusta referirse a la situación política, pero como somos latinoamericanos a muchos nos cuesta abstraernos de nuestra realidad: que tenemos el peor presidente del mundo, que las personas se mueren de hambre, que matan a quienes defienden derechos… ¿cómo no voy a hablar de esto? Como no soy una política no estoy activamente en otro campo sino en este, en la joyería.

Estoy haciendo joyas y a través de una joya podemos cuestionar lo que pasa, lo que nos pasa y creo que esto es muy bueno. En este sentido, claramente la joyería es una herramienta de comunicación. Creo que quienes tienen un espacio para comunicar deben apropiárselo tomarlo para hablar de lo importante que nos pasa, sea cual fuere el campo en que se desempeña.

 

“Quiero comunicar lo que creo como parte de la sociedad en la que vivo, lo que pasa también desde el punto de vista sociopolítico.”

 

_¿Alice Floriano tiene un pie en San Pablo? ¿Una galería itinerante?

_Puntualmente gestiono workshops en San Pablo, donde hay más demanda. En su momento abrí una galería que cerré cuando quedé embarazada en 2017.

Ahora organizo una especie de galería itinerante en lugares no convencionales, como bares u otro similares, los cuales son más interesantes y provocativos, atrae a otro tipo de público, que como decía siempre es la intención: ampliar la frontera de la joyería contemporánea, en los que por ejemplo exhibió Elyse Walker y la joyera japonesa Mari Ishikawa que hizo lo propio en un museo. Una experiencia interesante que pretendo repetir.

 

“Mi intención es ampliar la frontera de la joyería contemporánea.”

 

_¿Otras actividades complementarias?

_Cree grupos de estudios, subastas en favor de las comunidades indígenas e institutos necesitados y, entre otras acciones durante la pandemia, una exposición en un ambiente virtual creado junto con un cineasta que permitió adentrarse en una sala expositiva, como una mini película, la cual se mantiene en línea; bromeo que de manera infinita ya que sigue hasta que la tecnología pueda leer ese dispositivo; todo alrededor del tema máscaras, «Mask», que surgió mayo de 2020 sobre un objeto que experimentábamos y no sabíamos qué nos depararía su uso y que hasta tiene un sentido muy simbólico. La convocatoria fue muy exitosa con la participación de artistas joyeros de todo el mundo.

Por otra parte, ya vamos por la tercera edición de FIO. Surgió como un concurso para artistas joyeros brasileros pero a pedido amplié su alcance a nivel internacional para que puedan participar joyeros de otros países. Un concurso es una buena escuela, especial para joyeros interesados en probarse y desafiarse.

Arrancamos con la arquitecta y artista Nina Lima como jurado, ahora el team curatorial está en manos de Nina Lima también, Theo Smeets, Lisa Walker, Astrid Berens y Laura Cattani.

 

“Un concurso es una buena escuela, especial para joyeros interesados en probarse y desafiarse.”

“A través de una joya podemos cuestionar lo que nos pasa y esto es muy bueno.”

Porto Alegre, punto de referencia

 

_¿Cómo una galería de Porto Alegre consigue un alcance internacional tal que representa a joyeros destacados de todo el mundo y ofrece eventos que tienen gran convocatoria?

_En un principio no tenía idea que tanta gente conocía la Galería Alice Floriano, me sorprendía e impactaba que grandes referentes me tenían; hasta en la última bienal de Lisboa, los joyeros que más admiraba se me acercaban y hablaban conmigo para decirme que estaba haciendo un buen trabajo con la galería.

No lo planeé sino que la galería fue aconteciendo porque soy muy insistente porque la joyería es muy difícil y no siempre todo fluye pero es mi proyecto de vida. La clave está en que es un proyecto personal y como tal todo es sí o sí, doy todo por la galería y por la joyería contemporánea; por esto necesito que la galería acontezca. Siempre estoy a full, atenta, no relajo, siempre estoy haciendo, gestionando, pensando, proyectando y creo que es esta entrega la que hace que la galería tenga un alcance destacado.

Mi intención original era propagar la joyería contemporánea en Brasil y resultó que fue más allá de la frontera. Cuando uno tiene una convicción fuerte el crecimiento de un proyecto sin duda se da.

En consecuencia, estoy feliz de que por la Galería Alice Floriano, Porto Alegre termina siendo un punto de referencia de la joyería contemporánea. Estoy en Porto Alegre como podría estar en cualquier otro sitio, no pasa por la ciudad sino por el trabajo; funciona por las acciones que desde la galería llevo adelante.

 

“Soy muy insistente… la joyería es mi proyecto de vida… y como tal todo es sí o sí, doy todo por la galería y por la joyería contemporánea. Cuando uno tiene una convicción fuerte el crecimiento de un proyecto sin duda se da.”

 

_¿Qué otros puntos de Brasil son representativos de la joyería contemporánea o donde se desarrollan expresiones de joyería contemporánea?

_San Pablo y Río de Janeiro porque es donde están los joyeros que trabajan desde hace más tiempo. De hecho, por ejemplo, la mayoría de los participantes de la tercera edición de FIO fueron de San Pablo.

Es que este evento también tenía como fin mapear la joyería contemporánea de Brasil, quería descubrir a los joyeros que aún no habían llegado o que yo no estaba viendo.

 

“Con FIO quería descubrir a los joyeros que aún no habían llegado o que yo no estaba viendo.”

 

Nueva escuela de joyería

 

_¿Estás por abrir una escuela de joyería contemporánea?

_Sí, Algures, que significa en algún lugar en portugués. Y de eso se tratará, no importa en que lugar sino que le vamos a garantizar una buena formación en joyería. Arrancamos el próximo mes. Es que en Brasil no hay escuelas de joyería contemporánea. Me di cuenta que muchos hacían cursos cortos de manera aislada, de técnica, de escritura aplicada a la joyería, etc. pero al final muchas veces planteaban que no sabían cómo utilizar todo ese aprendizaje de manera integral.

Por eso, pretendo que se puedan preparar joyeros contemporáneos con una formación completa. El enfoque de la escuela será Joyería contemporánea con especialización en la cultura brasilera.

Estaremos a cargo con la joyera Nicole Uurbanus, de Países Bajos residente en San Pablo, y las brasileras Renata Porto y Nina Lima. Ofreceremos una carrera con dos años de joyería contemporánea básica, un año más de joyería contemporánea avanzada y un cuarto año para el desarrollo de un proyecto individual.

Se ofrecerán clases en portugués teóricas virtuales, con materias como Historia, de Arte e Historia de la Joyería, Diseño, Bordado, Ilustración y muchas más, y clases técnicas presenciales; pueden asistir de cualquier lugar del mundo porque las presenciales se pueden realizar en su país de origen ya que elegirá la escuela donde puede hacer las clases técnicas con edición y supervisión de mi escuela; ya tenemos una listas de escuelas prestigiosas y destacadas en distintos puntos del mundo con las que hacemos alianza.

Es un ecosistema de escuelas de joyería que creemos funcionará muy bien porque nos potenciamos entre todos.

Los estudiantes aspirantes no requieren de conocimientos técnicos. Pretendo que sean jóvenes ávidos y hasta puristas, súper interesados en la joyería contemporánea, la escuela no está pensada para quienes quieran distraerse con un hobby.

Me interesa un refresh de la joyería contemporánea por eso apunto a jóvenes que seguro podrán aportar otra mirada, ya no la del diseñador o arquitecto interesado en pasar a un  pequeño formato, cuyos puntos de vista influencia mucho la joyería local.

Este tipo de perfil que pretendo abriría mucho el campo. Es que un joven de 18 años promedio tiene décadas para desarrollarse y crear y eso asegura ampliar de alguna manera el alcance de la joyería contemporánea. Por otra parte, no se trata de cerrarnos a quienes a cierta altura de la vida tienen poder adquisitivo para consumir joyería, pretendemos algo más que consumidores que valoran lo distinto o lo que creen que los distingue.

 

“Con la escuela Algures pretendo que se puedan preparar joyeros contemporáneos con una formación completa. El enfoque de la escuela será Joyería contemporánea con especialización en la cultura brasilera.”

 

_De todos modos, está bueno el cruce de disciplinas.

_Sí, no está nada mal, pero me parece que muchos jóvenes no comprenden que la joyería puede ser una buena profesión y quiero ofrecer la oportunidad para que se den cuenta que es posible. Hago un esfuerzo enorme para comprender y tratar de responder a las expectativas de los jóvenes de la edad de mi hija, por ejemplo; me interesa mucho. Porque me cuestiono mucho a quiénes nos dirigimos, a quién le vamos hablar; cómo preparamos a los joyeros del futuro, cómo será la joyería contemporánea, qué hacemos para que sea, para que acontezca. Me gusta explorar todo, tener distintas miradas que enriquezcan el intercambio y la discusión.

Y quiero que la escuela se especialice en cultura brasilera porque Brasil es muy grande, parece que hay mucho pero cuando vas a buscar trabajos u obras están muy influenciadas por Europa; entonces, por qué no descubrir nuestra cultura; es muy superficial nuestro conocimiento acerca de lo que es el Brasil profundo; tenemos que estudiar más, conocer más.

 

“Me cuestiono mucho a quiénes nos dirigimos, a quién le vamos hablar; cómo preparamos a los joyeros del futuro, cómo será la joyería contemporánea, qué hacemos para que sea, para que acontezca.”

“Tengo en cuenta el impacto visual, el concepto, la coherencia en la propuesta y la técnica precisa, que es lo que hace a una joya.”

_¿Con qué criterio elegís a los joyeros de tu galería?

_Lo primero que tengo en cuenta es el impacto visual, el concepto, la coherencia en la propuesta y la técnica precisa, que es lo que hace a una joya. No podés tener una buena idea si está mal acabada. Hablamos, promovemos y hacemos joyas con esas características y esto debe ser el eje de la joyería contemporánea aunque parezca repetitivo.

Y para mí es condición que sea portable, es mi preferencia personal. Creo en la joyería contemporánea que se relaciona con el cuerpo sin ser portable, pero personalmente me encanta más lo que podés portar. Además, como es tan difícil hablar de joyería contemporánea en Brasil si fuera u optara por piezas muy conceptuales costaría más que se entiendan o acerquen.

 

“Para mí es condición que sea portable, es mi preferencia personal. Creo en la joyería contemporánea que se relaciona con el cuerpo sin ser portable, pero personalmente me encanta más lo que podés portara.”

 

Criterios de selección

 

_Tenés a muchos joyeros con una trascendencia destacada, ¿buscás ese perfil para tu galería?

_La mezcla del artista con una trayectoria con peso en el mercado con otros que están comenzando que tienen una propuesta interesante y sólida es muy bueno. Es un estímulo para quienes están comenzando y pone atentos a quienes están trabajando desde hace tiempo y, claro, está bueno tener variedad de propuestas para que el público pueda acceder.

Busco formar una opinión y por eso es importante tener propuestas posibles, fáciles de llevar porque quiero aproximar al público a la joyería contemporánea.

La galería cuenta con una tienda online que funciona muy bien, más de lo que esperaba, mejor desde fuera de Brasil que dentro. Muchas piezas de artistas del exterior son requeridas desde diversos lugares del mundo y también joyería de Brasil hacia el mundo.

En Alice Floriano están los brasileros Miriam Pappalardo, Nina Lima, Renata Porto, Kika Alvarenga, Mariah Rovery, Marcia Cirne Lima, Marina Sheetikoff, Tissa Berwanger, Cosat Tsailandesa, Vera Monfort, Virgilio Bahde, Thais Costa y Nicole Uurbanus que reside en Brasil.

Represento a cerca de 90 artistas joyeros de todo el mundo entre los cuales están Ruudt Peters de Países Bajos, Lisa Walker de Nueva Zelanda, Tanel Veenre de Estonia, Jorge Manilla de México, Sofia Bjšrkman y Marta Mattsson de Suecia, Julia Obermaier de Alemania, Hee-ang Kim de Corea del Sur, Malene Kastalje de Dinamarca, Carlos Silva y Ana Piña de Portugal, y Aisegul Telli de Turquía.

De Argentina, Agustina Ros, Andrea Vaggione, Eva Burton y Luz Arias

Tengo una lista enorme de joyeros por invitar conforme a la muestra que preveo o simplemente para el acervo de la galería. En breve se sumará Karl Fritsch, por ejemplo.

 

“La mezcla de artistas en mi galería es un estímulo para quienes están comenzando y pone atentos a quienes están trabajando desde hace tiempo y, claro, está bueno tener variedad de propuestas para que el público pueda acceder.”

 

Joyería argentina

 

_¿Cómo llegaste a MICA? ¿te interesa la joyería contemporánea argentina?

_Siempre me interesé por la joyería contemporánea argentina, y me pareció que la invitación a Mercados de Industrias Culturales de Argentina era una excelente oportunidad para ver de cerca la obra joyera local.

Conocía a muchos autores como Jimena Ríos, Jorge Castañón, Fabiana Gadano, Jessica Morillo, a las cuatro que presento en mi galería: Agustina Ros, Andrea Vaggione, Eva Burton y Luz Arias, claro, a quienes he acompañado el desarrollo de sus trabajos.

Conozco la movida de Joyeros Argentinos y la Bienal que llevan adelante con un alcance latinoamericano, lo cual me parece interesante. He participado de dos de sus ediciones con un proyecto del colectivo que lidera Renata Porto y Miriam Pappalardo.

Como artista también participé de Joya Barcelona. Ahora tengo un intercambio pendiente, un premio por el cual debo elegir un artista de Joya para exponer en mi galería, lo mismo con la semana de la joyería de Budapest. Y como galerista participé de las semanas de Milán y Atenas. Un intercambio súper interesante.

 

“Siempre me interesó la joyería argentina y conocía a muchos de sus autores… Y esta es una excelente oportunidad para ver de cerca la obra joyera local.”

 

_De lo que pudiste ver, ¿qué idea te llevás de la joyería contemporánea de Argentina?

_Me parece muy desarrollada, con muchos exponentes buenos. Me impresionó el polo cordobés que desconocía, lo mismo que muchos autores con un trabajo excelente.

Esta fue una experiencia espectacular y estoy segura que necesito venir mucho más para conocer más, para profundizar en la obra de joyeros locales y poder llevarme a la galería a buena parte de los grandes artistas que veo que hay.

 

“La joyería contemporánea de Argentina me parece muy desarrollada, con muchos exponentes buenos. Me impresionó el polo cordobés que desconocía, lo mismo que muchos autores con un trabajo excelente.”

 

_¿Algunos en la mira?

_Veremos… La proximidad de Porto Alegre y Buenos Aires es una ventaja por aprovechar y que tendré muy en cuenta, después de esta primera visita.

 

“La proximidad de Porto Alegre y Buenos Aires es una ventaja por aprovechar.”

 

_¿Ves puntos en común entre la joyería de Brasil y Argentina en general?

_Ciertamente la realidad latinoamericana en común nos puede permitir hablar de las cuestiones sociales que nos ocupan y preocupan. Es un tema que se puede trabajar muy bien.

 

“La realidad latinoamericana en común nos puede permitir hablar de las cuestiones sociales que nos ocupan y preocupan.”

 

Gabinete de curiosidades

 

_¿Qué es Gabinete de Curiosidades?

_Un proyecto que quería hacerlo desde que abrí la galería en 2015 porque une otros intereses personales. Al mudarme en 2020, tomé una sala para exponer moda de autor, objeto de diseño y arte. Durante una década estuve a cargo de la curaduría de una tienda de diseño y fue un ejercicio que hice con miras a realizarlo para mí, de acuerdo con mis gustos personales. La joyería contemporánea es mi interés principal pero no el único.

Es una mezcla de cosas interesantes e inesperadas dentro de una galería. Son piezas únicas o en pequeña escala, hechas a mano con una mirada artística.

 

“Gabinete de Curiosidades es una mezcla de cosas interesantes e inesperadas dentro de una galería. Son piezas únicas o en pequeña escala, hechas a mano con una mirada artística.”

 

_¿Proyectos?

_Gestiono diversos workshops, entre otros, en noviembre próximo con la joyera portuguesa Cristina Filipe. Este mes presento (el último fin de semana) una muestra de la joyera surcoreana Nam-Kyung Lee, ganadora de Joya 2020, Enjoia’t 2021 y Arte y Joya 2021, una selección que surgió como ganadora de Joya Barcelona.

Participaré de un circuito de galerías de Porto Alegre como parte de La Bienal de Mercosur, que se realizará desde mediados de septiembre hasta noviembre, llevando artistas visuales de mi ciudad y, ya que es un evento de la región, quiero incluir a dos joyeros de Argentina que conocí a propósito de esta visita.

Además, en el período de esta bienal expondré los trabajos de la última edición de FIO. Y en este camino sumaré mucho más en favor de la promoción de la joyería contemporánea, casi que es mi obsesión.