Conversaciones entre Agustina Ros y Jorge Manilla
Apuntes | Notas
“Decidimos involucrarnos en las técnicas del otro”

Jorge Manilla y Agustina Ros cuentan cómo se dió el proceso de desarrollo de «Interior-Exterior». Un trabajo de años que se fue presentando en etapas y evolucionando hasta lo que ellos llaman “Conversaciones truncadas”, vistas hasta hace unos días en Melting Point Valencia.
“Objetos con características escultóricas que no pierden su uso ni su relación con el cuerpo y se presentan en tipologías que podrían considerarse anillos o collares en el lenguaje de joyería convencional”.
Se trata de piezas hechas en vidrio borosilicato y aluminio vaciado en tierra, que son el resultado de una conversación entre ambos artistas, fruto de encuentros y reflexiones y, sobre todo, del acuerdo mutuo de involucrarse en las técnicas del otro, de vivir ese proceso y aprender juntos.
“Vivimos procesos, aprendimos y deconstruimos los conocimientos previos de técnicas, definiciones e interpretaciones, sin tener nunca la intención de llegar a una conclusión exacta, porque para nosotros esta conversación continúa y continuará”.
«Interior-Exterior» es una muestra de la obra colaborativa entre Agustina Ros y Jorge Manilla, resultado de una conversación entre ambos artistas, el fruto de encuentros y reflexiones, y, sobre todo, del acuerdo mutuo de involucrarse en las técnicas del otro, de vivir el proceso juntos, de aprender de ese proceso, “lo cual no fue fácil ya que vivimos en países diferentes –una en Barcelona, el otro en Gantes– y teníamos que ser muy humildes para aprender del otro”.
Una idea que creció en un proceso que avanzó en partes y que comenzó a revelarse hace años. En 2019 presentaron por primera vez una muestra de su colaboración. «Este proyecto está basado en una conversación entre artistas bajo el nombre «Interior-Exterior»«.
Se trató de una conversación que exploró la manera en cómo utilizaron la percepción y la interpretación, la cual “comenzó sólo con dos imágenes compartidas, sin más información, con silencios, pensamientos, representaciones y emociones que luego se expresaron en los resultados materiales”.
Parte I
Así, lo expusieron durante la semana de la Joyería de Atenas 2019. Entonces, los dos artistas discutieron sobre la definición de joyería a través de diferentes medios, y las ideas sobre interior/exterior teniendo diferentes perspectivas tanto emocional, física, material y conceptual, con el objetivo de redefinir los significados con respecto a su entendimiento sobre lo que consideran de la joyería hoy.
Con dibujos, objetos y algunas piezas terminadas construyeron un diálogo, que lejos de considerarla como una exposición de diálogo visual, fue una confrontación sin palabras, un laboratorio de imágenes y conceptos que generó preguntas a la audiencia y a ellos mismos.
Esa primera parte se dio en una mesa de una antigua librería en el centro de Atenas, en Grecia. “Un laboratorio visual donde lo prosaico y lo poético de las interpretaciones como artistas fueron materializadas; dibujos, vidrio, piel, madera y algunas pinturas fueron los resultados de ese diálogo silencioso. Una conversación real, donde seleccionamos los aspectos más relevantes para representarlos nuevamente en el siguiente proyecto en una secuencia de piezas más definidas. Como consecuencia, fueron presentados posteriormente en Barcelona en un contexto completamente diferente”.
Parte II
En una segunda parte, entonces, durante Joya Barcelona 2019, los artistas decidieron definir algunas de sus conclusiones del proyecto anterior y lo reinventaron en un contexto completamente diferente.
Se dió en un espacio expositivo más formal y establecido, en una galería, donde en paralelo invitaron a otros cuatro proyectos para exponer en diferentes áreas, bajo un proyecto común llamado «Sinergia».
Esa vez, se enfocaron en el aspecto expositivo y en cómo las piezas podían dialogar. Los diálogos y conversaciones que acontecieron en esta exposición les dieron la pauta de cómo iban a continuar con el proyecto: se cuestionaron directamente qué significaba la palabra colaboración, y cómo era empleada la definición en proyectos en conjunto.
Mostraron piezas en las que encontraron soluciones técnicas y visuales que rompieron sus propios preconceptos.
Integraron y tradujeron sus definiciones en piezas y desarrollaron un montaje que mostró un universo de pensamientos mimetizados de ambos artistas.
Colaboración y Proceso
Dando continuidad a la tercera parte del proyecto, reflexionaron sobre el tema colaboración. ¿Qué es colaborar entre artistas? ¿Qué aporta para el público y para los artistas una colaboración?
“Muchas veces se entiende como colaborar que cada quien realiza una parte del proyecto usando su expertise y especialidad, pero eso es lo que no queríamos hacer. De mutuo acuerdo decidimos involucrarnos en las técnicas del otro, vivir el proceso juntos, aprender de ese proceso”.
Organizando conversaciones en línea y encuentros presenciales en cada una de sus ciudades entendieron que no sólo es importante la práctica artística del otro, sino también el entorno y cómo este influye en la manera de pensar.
“Vivimos procesos, aprendimos y deconstruimos los conocimientos previos de técnicas, definiciones e interpretaciones, sin tener nunca la intención de llegar a una conclusión exacta, porque para nosotros esta conversación continúa y continuará. Por eso, estamos muy contentos de mostrar los resultados de esta última fase, durante Melting Point Valencia 2023”; destaca Jorge Manilla.
Parte III. Conversaciones truncadas
Ese diálogo continuó en los talleres de cada uno. Primero, Jorge Manilla visita a Agustina Ros en su taller de vidrio en Barcelona donde tiene su primera experiencia con esta técnica y durante cinco días juegan con los límites de la técnica de vidrio generando resultandos sorprendentes. Luego, Agustina Ros visita a Jorge Manilla unos meses después en Gante para continuar su diálogo en esta ciudad belga.
Los resultados, objetos con características escultóricas que no pierden su uso y relación al cuerpo en tipologías que podrían considerarse anillos o collares en el lenguaje de joyería convencional.
Esta serie exclusiva se mostró en Melting Point Valencia 2023, después de dos años de pandemia, diálogos a la distancia y posteriores cruces que los llevaron a revelar la consecuencia material de sus diálogos interminables.
Taller Abierto de Fauna Fuego

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Taller Abierto de Fauna Fuego
Fauna Fuego es una joyería que fusiona el metal y el vidrio en manos de Inés Bonadeo y Javiera Yañez Correas
Forman una dupla que cumple cinco años. Inés Bonadeo y Javiera Yañez Correas son las hacedoras de Fauna Fuego. Se trata de una alianza entre dos artistas eclécticas que lograron fusionar sus abordajes a la joyería desde el metal y el vidrio.
Aunque el aspecto de sus piezas se refiere más a la flora, a la naturaleza que las inspira y se representa en excluyentes formas orgánicas, eligieron ese nombre porque se consideran “animales” del fuego, “formamos parte de esa fauna del fuego”. Con su potencia crean a partir de este elemento. Así, conjugan su hacer al flamear, soplar, fundir y soldar.
Recuerdan que se conocieron en 2018 por intermedio de una alumna y por afinidad decidieron planear un workshop de Vidrio+Metal, a partir del cual comenzaron a sentir la necesidad de realizar piezas en conjunto. Un proyecto que sostienen hasta hoy.
Dicen que la búsqueda de expresiones creativas diferentes para ser usadas cotidianamente las llevó a optar por la joyería contemporánea. “La joyería nos permite dialogar con el otro, abrir el juego y provocar”. Sostienen que el solo hecho de llevar o portar joyería habla y propone algo fuera de lo habitual o preestablecido, y eso les interesa.
Suma de partes
Cada una trabaja desde su propio espacio. Inés Bonadeo en su taller de metales y piedras en Villa Crespo. Cuenta con una gran mesa central donde se despliegan proyectos, materiales y herramientas, como sopletes, pinzas, alicates, limas y lijas. Además dispone de superficies donde martillar y una laminadora. Todo, principalmente, para la fundición a la cera perdida de elementos de la naturaleza modelados, entre otras técnicas tradicionales de orfebrería.
El taller de Javiera Yañez Correas está en Colegiales y se especializa en vidrio. Maneja el de murano y borosilicato, muy diferentes entre sí y con capacidades técnicas diversas, aunque reconoce que prueba con lo que sea, si le gusta un vidrio intenta meterlo en la llama. Explica que entre sus elementos de trabajo se destacan los sopletes, con sus equipos de tubos de oxígeno y gas, mangueras, tijeras y pinzas de grafito, especiales para cortar, moldear y trabajar el vidrio. Todas herramientas específicas de su técnica favorita, el lampwork -denominada así porque antiguamente se hacía con lámparas de aceite- o de vidrio a la flama. Tiene además un horno de enfriado, ya que el vidrio levanta a 800 grados para empezar a moverse, y su respectivo extractor de aire porque se quema gas y además al soplar el vidrio puede romperse y quedar partículas de cristal flotando.
“Ambos talleres funcionan como laboratorios de experimentación y juego. El taller, más allá del lugar específico, es donde estamos trabajando en conjunto para un proyecto en común”, destacan.
Muestran que los sopletes son los protagonistas, una herramienta en común y específica a la vez, tanto para fundición, sobre todo, y para el vidrio a la flama también. “Son lo principal y generan una adrenalina esencial que enciende. Manipular el fuego es una experiencia única. Es un elemento que brinda las máximas posibilidades de transformación”
Para esto, señalan que consiguen fusionar sus formas de expresión diversa, abstracta, neta y hasta sobrecargada en una sola. Admiten que no tienen un plan previo para lograrlo sino que es el resultado de una expresión orgánica, ligada a la esencia de Fauna Fuego, la cual definen como sensible y desprejuiciada y la califican como genuina. “FF somos nosotras, es el resultado de nuestros encuentros, y para aludir a nuestro elemento, se da siempre en ebullición, con explosiones de ideas que se plasman en las piezas”.
Con método propio
A ese trabajo lo llaman método Fauna Fuego, y lo detallan. “Comienza la pieza en manos de u otra, a veces desde el vidrio, a veces desde el metal, generalmente en solitario. Otras veces primero se da la pieza de vidrio y la de metal la acompaña en una serie de pruebas que busca el mejor ensamblaje, el cual es determinante. En cualquier caso, siempre pensamos qué puede hacer resaltar o lucir el otro elemento. Partimos sin mapa ni rumbo y nos dejamos sorprender. Se da un ida y vuelta en el que aparece una sinergia, una química que genera este universo. No sabemos precisar o sistematizar cómo funciona realmente pero se da en un intercambio de opiniones y alternativas.
“Cuando nos encontramos, la ponemos sobre la mesa a ver qué nos dice. Puede no decirnos nada, y en otras ocasiones nos abre un mundo de formas e ideas por experimentar. Trabajamos intercaladamente con las distintas técnicas, lampwork incluida, en la misma pieza”.
En eso, explican que desde lo técnico se les presentan algunas dificultades entre el metal y el vidrio que generalmente terminan enriqueciendo a la pieza. “Los obstáculos tienen que ver, desde el punto técnico, con la forma en unir ambos materiales de una manera orgánica, para lo cual es un desafío determinar los posibles mecanismos para sujetar el vidrio con el metal.
“Intentamos encontrar un equilibrio entre el vidrio y el metal para superar la vulnerabilidad y convertirla en fortaleza. Se trata de cómo sujetar una pieza de manera firme y segura, pero a la vez que refleje liviandad y ligereza”, explican.
Puntualizan que “desde el punto de vista creativo, increíblemente las piezas se fusionan casi solas. Es como que se enamoran entre sí. Trabajamos con mucho amor y humor. Nos damos el lujo de que nada sale por obligación sino por placer. La identidad de Fauna es muy fuerte, tiene vida propia. Es como si las piezas nos obligaran a reunirnos”.
“Estamos ampliando nuestro universo de criaturas fantásticas únicas, irrepetibles, que aluden siempre a la naturaleza. Están apareciendo piezas con una paleta de color más amplia”. Por ahora, siguen con la flora pero tienen en la mira a los insectos.
Agustina Ros celebra el año del vidrio
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Agustina Ros celebra el año del vidrio


“Usar la forma básica del vidrio, la esfera, como protagonista en el diseño de piezas de uso diario más la vaporización del oro para conseguir una peculiar iridiscencia de colores fue un reto personal”, dice la artista Agustina Ros, quien presenta su último trabajo de joyería y objetos de colección.
Se trata de «Bubble Pinky Collection», en la que juega con originales formas esféricas con espectaculares reflejos de color.
Ros se destaca como una de las protagonistas de «Artistas de Argentina en el Año Internacional del Vidrio», la muestra que desde hoy y hasta el domingo 7 se ve en Artesania Catalunya, comisariada por IVIS Gallery.
La exposición muestra una selección de artistas que trabajan el vidrio de maneras muy diversas: además de Agustina Ros, participan Andrea Da Ponte, Claudia Golzman, Ana Laura Quintana, Silvia Holzkan, Sofía Villamarin, Cecilia Nuñez, Marisa Berrone, Eduardo Nieto, Cecilia López Bravo, Julieta Cajal, Javier Blanco y Celina Re + Juan López.