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Entrevista a Magalí Anidjar

Apuntes | Notas

Hay que buscar otras fuentes y dejar entrar diferentes puntos de vista


Entrevista a Magalí Anidjar

Por Delia Alicia Piña

 

Magalí-Anidjar-taller-San-Cugat-del-Vallès-entrevista-La-Joyeria-de-Autor

Desde San Cugat del Vallès, en Cataluña, donde ahora reside, Magalí Anidjar vuelve con sus manos a la obra, esta vez sobre la porcelana. Cuenta cómo se apropia de un proceso creativo que la reencuentra con el hacer joyero.

Tras su enriquecedora experiencia como profesora y gestora educativa en Casa Petit Comité, su espacio de intercambio interdisciplinario que llevó adelante en Buenos Aires con la participación de importantes referentes de la joyería internacional, plantea su interés de volver a las aulas como docente.

De cómo redefinirse y reconvertirse para volver al quehacer joyero, la importancia de seguir aprendiendo, la oferta educativa existente y su proyección. El valor de otros puntos de vista sobre la joyería, definiciones, opiniones y cómo es su trabajo.


_¿Estás trabajando sobre tu obra?

_Desde hace un año y dos meses estoy con mi familia en San Cugat del Vallès, en la provincia de Barcelona, Cataluña, tratando de volver a conectarme con mi trabajo porque durante los años de Casa Petit Comité, en Buenos Aires, mi obra quedó relegada por la enseñanza. Estoy volviendo y reinventándome.

Tenía muchas ganas de reencontrarme con otros materiales y, por lo que quería hacer, se impuso la porcelana.

Ya desde Argentina no encontraba quién me pudiera ayudar en esto;  mis amigas ceramistas me decían que desde hace años que no se conseguía -aunque entiendo que ahora sí- porcelana para hacerla líquida. Entonces los que saben hacían su propia formulación pero es complicado, no lograba llegar a hacerlo porque la porcelana es muy liviana, a diferencia de la arcilla, y te permite llegar a espesores bien finitos, y me interesaba esta dimensión para que las piezas resulten con un peso portable.

 

Manos a la obra

 

Además, quería indagar en la moldería, y aprendí a hacer los moldes de mis propias piezas y a modificarlas antes de que están secas. Es que se trata de piezas en porcelana de Limoges que viene premezclada y uno la prepara con agua y un agente defloculante en moldes de yeso, los hice también en madera, y las modifico cuando están húmedas, antes de pasarlas al horno.

Son piezas de color; empecé a trabajar con blanco, marrón y verde pero ahora estoy trabajando con negro y también se pueden esmaltar.

Por ahora, son piezas portables, más cerca de lo escultórico, pero bien podrían ser gigantes y me gustaría, cuestión de animarme, saltar de escala a ver qué pasa. Así saldría del espacio de la joyería que tiene que ver con portar en el cuerpo.

Para esto, estoy haciendo un curso de Moldes y Porcelana aplicada a la joyería con la joyera Trinidad Contreras, y también voy a un taller de Cerámica a alta temperatura para aprender más sobre las distintas pastas o arcillas que se pueden usar, con el fin de poder elegir cuál es la más adecuada para lo que quiero hacer; todo para independizarme y poder instalar un taller en mi casa. Hay mucho por aprender de este material, el uso del horno, los engobes, los pigmentos, es súper interesante. Estoy incursionando en un mundo que no era mío hasta ahora, estoy en proceso de apropiármelo.

 

“Por ahora, son piezas portables, más cerca de lo escultórico, pero bien podrían ser gigantes”.

“La joyería es una manera de construir espacios a mínima escala y me encanta trabajar esos espacios con humor y sorpresa”.

_¿Estudiaste joyería?

_Todo lo que estudié está conectado de alguna manera. Mi formación es en Diseño gráfico en la asociación ORT y luego hice un máster en Diseño y Dirección de Espacios Expositivos en la Elisava Escola Superior de Disseny de la Universitat Pompeu Fabra en Barcelona, donde viví poco más de tres años hace 15 atrás aproximadamente.

Comencé a estudiar joyería cuando terminaba la carrera de Diseño gráfico porque necesitaba trabajar con lo manual, lo tangible, lo tridimensional. Empecé no porque me interesase la joyería per se sino porque me parecía un formato manejable para diseñar objetos, la arquitectura –que me gusta- tiene otra escala, así que fui a por la joyería. Y descubrí que me gustaba aprender sobre los materiales, cómo desarrollar mis ideas en metales y otros materiales y me encantó el aspecto constructivo y formal de la joyería.

Mi idea era poder llevar a cabo mis diseños en tres dimensiones, intentar que fueran factible, después si eso era ponible o arte fueron cuestiones sobre las que me fui preguntando con el tiempo. Hacía, y aún hoy sigo haciendo, dibujos de formas, volúmenes para luego llegar a construir y/o cambiarlo sino no funciona, sea porque es una línea recta que no se puede soldar con una curva, por ejemplo, es decir, todo eso que descubrís al llevar a cabo ideas. Esto es lo que me fascinaba y fascina de la joyería.

En un principio, durante mucho tiempo, trabajaba en plata, madera y acrílico y los mezclaba de acuerdo con lo que necesitaba para el diseño. Tenía mucho más que ver con lo geométrico, con lo constructivo, con observaciones de la arquitectura que me encanta. La joyería es una manera de construir espacios a mínima escala y me encanta trabajar esos espacios con humor y sorpresa. No es algo planificado; es el resultado. Es que si no se dan estos factores me deja de gustar, por eso también  prefiero no repetir.

 

Estudios de joyería

 

Primero estudié en la escuela de María Medici, luego me fui a estudiar a Florencia a Le Arti Orafe Jewellery Scuola hasta que descubrí Alchimia, que entonces se ofrecía tres años de estudios: el primero para principiantes, el segundo con un artista y el tercero con dos artistas; el segundo año lo hice con el joyero portugués Manuel Vilhena y me encantó.

Después seguí estudiando en la Elisava. Y regresé a Buenos Aires y continué durante cuatro años en el Taller de La Nave de Jorge Castañón. Entonces, no me alcanzaba ir una o dos veces por semanas, quería ir todos los días pero bueno las jornadas en que concurría eran de casi todo el día; buscaba que me rindiera, hasta sentir que estaba lista para estar todo el día en mi casa haciendo joyería sola; menos me parecía una actividad extra curricular o un hobby.

 

“Esa diferenciación entre diseñador y artista es ridícula, porque no es incompatible una con la otra.”

 

_¿No te gusta la repetición en la joyería?

_Me cuesta repetir. La repetición en la joyería, se da más en la comercial, es algo complicado; te tiene que gustar repetir, pero podés hacer una pieza varias veces o en serie y eso no te convierte en una marca comercial, sin embargo, creo que esa repetición tiene que cumplir alguna función. Depende de lo que quieras expresar.

Es que todo tiene que ver con la expresión, el arte en general, incluso el diseño. Esa diferenciación entre diseñador y artista es ridícula, porque no es incompatible una con la otra. Tampoco es que uno tiene que ser un artista porque es algo bueno en sí mismo; esa obsesión por ser un artista tampoco me cierra.

Tal vez invierto mucho tiempo en pensar las cosas y me siento mejor cuando las libero cuando las hago. Pase mucho reflexionando sobre el ámbito de trabajo, el alcance de actividad, por qué se llama joyería o joyería contemporánea, qué interpreta el otro cuando decís joyería o qué es o no joyería de arte, pero esto se traslada a cualquier disciplina, como el diseño gráfico también y el arte; cada uno interpreta con las herramientas que tiene.

“Tenía muchas ganas de reencontrarme con otros materiales y, por lo que quería hacer, se impuso la porcelana…”

Proyectos

 

_Conocés el circuito de cursos y maestrías universitarias.

_Sí, y ahora quiero insertarme aún más. Me gustaría incursionar como docente, para lo cual estoy elaborando un curso para dar en algunos de estos ámbitos y está referido al diseño de objetos como vehículo conector entre la joyería y el diseño.

En mi proceso de formación a través de los años he ido analizando o rumiando sobre estas relaciones o conexiones, como las limitaciones de la joyería, o si la joyería es un arte y cómo transmitirla o comunicarla más allá de su nicho, si interesa que sea joyería o diseño.

Insisto, la dicotomía entre el arte y el diseño es un absurdo que no tiene fin, hay maneras de explicarla intelectualmente. Creo que se usan herramientas de estas dos disciplinas y de muchas otras más.

Y se ve en la práctica cómo se cruzan las profesiones; en la joyería hay muchos psicólogos, psiquiatras, médicos, químicos, arquitectos, diseñadores, y cada uno trae lo suyo y no se están preguntando si lo que hacen es arte o diseño, hacen.

 

“Me gustaría incursionar como docente, para lo cual  estoy diseñando un curso referido al diseño de objetos como vehículo conector entre la joyería y el diseño”.

 

_La joyería tiene más que ver con el hacer que con el definir.

_Sin duda. La joyería tiene que ver con lo que se hace, el definir es posterior y depende de la mirada de cada uno. Hacer es mucho más importante hacer que interpretar.

Pero me fascina cuando las interpretaciones se fusionan en una muestra, sobre todo cuando interviene más de un artista; cuando se ve un concepto en común que los une, a partir del cual cada uno suma, desarrolla, cuenta una historia, es fascinante, pero al hacerlo quien lo hace no está pensando en cómo combinar con el otro, con suerte alguien los une.

Hacer, manifestarse y expresarse es lo más importante.

 

“La joyería tiene que ver con lo que se hace, el definir es posterior y depende de la mirada de cada uno”.

 

Circuito económico

 

_¿Se vive de la joyería?

_Yo tuve que trabajar en paralelo para subsistir, porque es muy difícil vivir de la joyería, ya sea de manera artística o comercial, conozco muy poca gente que puede vivir de la joyería, hasta los famosos que están en todas las exposiciones y venden en las mejores galerías, en general, viven de la enseñanza.

Existe la fantasía de que si te dedicás podés vivir de la joyería, pero insisto la mayoría vive de la enseñanza, solo algunos logran un proyecto comercial sostenible.

Yo fui fluctuando con los años. Participé en ferias, como Joya Barcelona y Puro Diseño, y me fue bien y me entusiasmé porque me contactaron de varias tiendas de museos de Estados Unidos, por ejemplo, hasta que me agarraron las restricciones económicas de principios de la década de 2010 cuando resultaba muy caro exportar y pagaba más por exportar que el rédito que podía conseguir por la venta de mis piezas en el exterior, un absurdo.

Entonces me puse a generar un proyecto educativo; opté por enseñar más que hacer y vender.

 

“Yo tuve que trabajar en paralelo para subsistir, porque es muy difícil vivir de la joyería.”

 

_¿Cómo fue la experiencia de Casa Petit Comité?

_Muy enriquecedora, se generó un intercambio único, interesantísimo. Un taller en el que organizaba e invitaba a especialistas a dictar cursos y talleres breves.

Convoqué a expertos que sumaron otras perspectivas y experiencias, como la profesora de joyería contemporánea japonesa Sayumi Yokouchi que ofreció dos workshops, uno de siete días junto con Jiro Kamata, entonces asistente artístico en el departamento de Joyería de la Academia de Bellas Artes de Munich, sobre «Engarces creativos y Material»; o Peter Vermanderer que dio un taller «Insignia para la vida cotidiana» de fundición directa de metales.

En todos, se trabajó de manera individual y también en equipos, se hicieron distintos ejercicios, se evaluaron los trabajos, se tuvo una comunicación constante con los profesores, una relación única con el trabajo y el material.

“La experiencia de Casa Petit Comité fue muy enriquecedora, se generó un intercambio único, interesantísimo. Entre los que participaron: Sayumi Yokouchi, Jiro Kamata y Peter Vermanderer.”

_Para entrar en el circuito internacional de la joyería tenés que aplicar y pagar.

_Sí, pero pasa en todas las disciplinas. Mi madre era escultora y recuerdo de chica que se quejaba de lo mismo. Para participar de concursos y exposiciones tenés que aplicar, te eligen y en su mayoría tenés que pagar.

Primero, hay que decidir si se quiere esa proyección  internacional, qué se quiere y luego hay que saber elegir, dónde participar, con quién, para qué, de qué manera, etc.

En su momento, opté por Joya Barcelona, que me costaba lo mismo que Puro Diseño… porque iba a tener -y tuve- más exposición, porque vio más gente que en La Rural, y en ese momento quería vender.

Algunos de estos eventos forman parte de circuitos muy aceitados en lo económico, por eso mismo hay que evaluar muy bien el costo beneficio.

Pero para mí lo mejor de participar del circuito internacional fue el intercambio con artistas y joyeros de distintos lugares del mundo, que permitió conocer otras obras, otras miradas y resultó muy interesante.

Otra cuestión son las ferias que cobran entradas y se nota gran resistencia a pagar para ingresar cuando después tenés que pagar por una pieza, el pago para comprar no cierra; es una modalidad que se cuestiona y a la larga va tener que cambiar.

Además muchas de estas propuestas son muy de nicho, terminan siendo eventos de joyeros para joyeros y no están bueno, son muy limitantes. Sin embargo, son una vidriera que conecta.

Por otra parte, es cierto que en el exterior, las galerías y museos te compran las piezas; la consignación es una modalidad que se da solo en Argentina y resulta una falta de respeto con el artista o joyero, te hacen cargo de un riesgo que no corresponde.

 

“Para mí lo mejor de participar del circuito internacional fue el intercambio con artistas y joyeros de todo el mundo, que permitió conocer otras obras, otras miradas y resultó muy interesante”

 

_¿Tu intención es repetir la experiencia de Casa Petit Comité en Barcelona?

_Me encantaría. Aún estoy instalándome, adaptándome, intentando sentirme cómoda con lo que hago para después proyectar y ver si sumo y a quién puedo convocar.

Solo hace poco más de un año que estoy en Barcelona y voy paso a paso. Y recién ahora se puede empezar a salir, estuvimos encerrados, más que allá, en Buenos Aires, no podíamos salir de la comarca y salvo las escuelas y los supermercados no había nada abierto.

Me gustaría mucho retomar ese proyecto y sumar otras voces. Es que cada vez más la joyería necesita alejarse de la joyería, porque hay que buscar otras fuentes de alimentación, hay que dejar entrar diferentes puntos de vista, ampliar la mirada; todavía la joyería tiene algo de medieval al remitirse solo al oficio, que está bien para aprender, pero después tiene que poder soltarse y abrirse si quiere ser considerado arte o entrar al mundo del arte. Hay que dejarse influir, y que los joyeros no solo se dediquen o enseñen joyería.

En ese sentido, destaco muchísimo el trabajo de la Cátedra Kweitel de Proyecto de Accesorios de la FADU-UBA que propone un marco conceptual amplio e interdisciplinario para  abordar los procesos creativos.

 

Necesidad de un abordaje interdisciplinario

 

En Casa Petit Comité recibí a varios estudiantes universitarios y advertí que no entraban por la joyería sino por lo conceptual, porque tenían las ideas de lo que querían hacer y sabían experimentar libremente con los materiales pero necesitaban ayuda para resolverlas  como joya. Venían a aprender cómo se hacía un broche, por ejemplo, cómo se soldaba o si convenía que haya metal. Tenían -y tienen- un camino recorrido al revés de lo que se ve en algunas escuelas de joyería, con un bagaje conceptual súper; sabían -y saben- exactamente cómo manejar los volúmenes, tienen el criterio estético y el conocimiento de la morfología que, en general, la gente que hace solo joyería no lo tiene, porque trabajan más con los ejercicios clásicos de la joyería para aprender.

Varios de esos estudiantes universitarios mostraron una capacidad especial para aprender lo que necesitaban con el fin de hacer lo que querían, como Carolina Rico que tiene ese don hacer lo que la representa en cada momento de su vida; se empodera para decidir qué le sirve, qué es lo que expresa lo que quiere y lo lleva adelante.

Sé que hay algunos talleres, como el de Jorge Castañón, con lista de espera, en los hay que demostrar un interés real para ingresar. Y también está la escuela de Jimena Ríos, la única integral, muy completa e interesante.

Es genial que exista un espacio que proponga una formación constante y profunda del oficio y otro con la amplitud y la mirada desprejuiciada que suma a otros actores del arte, como bailarines, músicos, escultores. Todas propuestas que equilibran la oferta

 

“…Cada vez más la joyería necesita alejarse de la joyería, porque hay que buscar otras fuentes de alimentación hay que dejar entrar diferentes puntos de vista, ampliar la mirada.”

 

_¿Es accesible hacer joyería contemporánea?

_No es barato hacer joyería contemporánea, en general; hay muchos que tienen recursos económicos.

Y hay otros que tienen la decisión de querer vivir de la joyería y eso es un motor increíble, hasta en la vida misma, y lo logran; se potencian, como decía, se empoderan y revalorizan. Aprenden enseguida porque tienen interés, no esperan a la próxima clase para seguir probando, avanzan, investigan y descubren solos.

Son los que tienen un bagaje conceptual importante, los que vienen del campo proyectual: ya tuvieron la idea, ya la imaginaron, ya la construyeron, la pudieron plasmar en el papel o la pudieron transmitir en palabras o con música, con lo que sea y luego prueban materializarla. Ese bagaje les permite discernir y saber lo que quieren y suelen quererlo ya; a ellos más que enseñarles, enseñan.

 

“No es barato hacer joyería contemporánea, en general.”

 

_¿Trabajar en el exterior valida lo que uno hace?

_Cuando te vas al exterior naturalmente tenés que redefinirte, contextualizarte: quién soy, qué estoy haciendo acá, o que quiero o puedo hacer acá, qué tengo para ofrecer, cuál es mi experiencia.

Tenés que adaptarte de alguna manera y encontrarte con lo tuyo. Y en eso estoy.


Entrevista a Vivian Heidenreich

Apuntes | Notas

Muy pocos saben que existe la joyería como disciplina de bellas artes


Entrevista a Vivian Heidenreich

 

Por Delia Alicia Piña

 

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Le atrae hacer con las manos obras en pequeños formatos, tanto que dejó la arquitectura para dedicarse a full a la joyería contemporánea.

Vivian Heidenreich trabaja con el textil para mostrar el rol histórico que tiene la mujer en su uso, pero también elige otros materiales, como el esmalte sobre cobre, que se amoldan a lo que quiere comunicar, siempre referido a relatos cotidianos.

Dice que el papel de los artistas en la sociedad es poder mostrar y hacer una crítica constructiva de eso que no se puede o quiere ver, y hacia esa meta pretende orientar su incipiente carrera joyera.

Es alumna de Escuela Eloi y se especializa en joyería en la prestigiosa Academia de Bellas Artes de Munich.

Su experiencia en uno de los institutos más destacados, donde ya expuso su trabajo; lo hay que tener en cuenta a la hora de elegir un lugar para estudiar Joyería; la dinámica de las galerías que trabajan con joyería artística, y las obras que la definen.


_Estudiaste joyería en Eloi.

_Sí arranqué en Taller Eloi y me interesó muchísimo el programa de la escuela y lo quiero hacer completo. Empecé cuando ya ejercía como arquitecta, tenía un estudio con una amiga.

Paralelamente comencé a hacer joyería una vez por semana y descubrí que eso era lo mío. Dejé el estudio, me dediqué full time a la joyería en Escuela Eloi, en tanto apliqué a la Academia de Bellas Artes de Munich y conseguí ser aprobada.

 

“Me dediqué full time a la joyería en Escuela Eloi, en tanto apliqué a la Academia de Bellas Artes de Munich y conseguí ser aprobada”.

 

_¿Por qué pasaste de la arquitectura a la joyería?

_Siempre hice mucho trabajo artístico. Al mismo tiempo que estudié arquitectura en la UBA hice pintura y muchísimos talleres de escultura y cuando estaba trabajando en una pieza por fundir se la mostré a una compañera y al verla me dijo que si hacía ese formato tendría que hacer joyería; esa pieza era de formato pequeño, el cual me gusta mucho; cuando era adolescente había hecho un taller de joyería pero quedó ahí.

Esa compañera me recomendó Eloi y así empecé a incursionar formalmente en la joyería contemporánea con un curso intensivo de verano, luego un taller semanal, hasta que advertí que estaba toda la semana en el estudio de arquitectura pensando cuándo llegaría el miércoles para ir a hacer joyería.

Me encanta la arquitectura pero en Argentina cuando ejercés como arquitecta te ves obligada a ser contadora, financista, hacer marketing, etc. y me resultó cansador estar lidiando con proveedores en este contexto económico hasta que dije basta! Y fue entonces cuando opté por joyería contemporánea en Escuela Eloi.

En un principio, la escuela empezó online con proyectos en simultáneo con Cranbrook Academy of Art y contamos con la invalorable observación crítica de la artista visual y orfebre, jefa del departamento de Metales de esa escuela, Iris Eichenberg. 

También, seminarios con la historiadora y maestra en artes visuales Lori Talcott, entre otras oportunidades, únicas, que de otra manera no hubiesen sido posibles, sobre todo, si hubiesen tenido que ser presenciales, fundamentalmente por el costo. Fue una experiencia buenísima, enriquecedora, invalorable, de las que aprendí un montón.

 

“Advertí que estaba toda la semana en el estudio de arquitectura pensando cuándo llegaría el miércoles para ir a hacer joyería.”

 

_¿Hay algo de la arquitectura que apliques a la joyería?

_Lo que más disfruté de estudiar arquitectura fue la parte manual de hacer las maquetas. El hacer con las manos me atrae, pero no sé si me viene de la arquitectura específicamente. La vida profesional es muy diferente como en todas las carreras.

Puede ser que tanto en la arquitectura como en la joyería trato de alguna manera mantener al usuario en el centro. Siempre pienso en que sea cómodo, práctico y útil, tanto como poder meter en el lavarropas un collar de tela. Me dedicaba al interiorismo y ubicaba al usuario cotidiano en el centro de la historia, en ese sentido, lo mismo hago con la joyería.

Con la joyería trato de contar historias que tengan al usuario cotidiano en el centro de la escena.

 

“Con la joyería trato de contar historias que tengan al usuario en el centro de la escena.”

 

_Ahora estudiás en la Academia de Bellas Artes de Munich, ¿cómo accediste, por qué ahí y qué estás estudiando?

_Apliqué tras una entrevista exhaustiva meses antes para Schmuck und gerät, es decir, Joyería y contenedores u objetos de mesa, que ahora está dentro de Bellas Artes. Es que la técnica para hacer una cosa u otra termina siendo muy similar, como soldar o fundir oro y plata. Pero allí se hace mucha joyería y menos holloware.

 

La joyería como bella arte

 

La directora del programa es la artista visual de origen danés Karen Pontoppidan, quien se desempeñaba como profesora desde 2015 y hoy fue nombrada presidenta de la Academia de Bellas Artes de Munich, la primera que viene del mundo de la joyería, lo cual es un gran incentivo para la actividad y una gran oportunidad para mí formar parte de ese programa que se impulsa.

El profesor que la reemplazará como docente será David Clarke, un egresado del Royal College of Art especializado en platería que hace bastante trabaja con holloware, y entiendo que su designación tiene la intención de hacer crecer ese departamento.

De las academias más interesantes e importantes del mundo: la Rietveld Schröder House en Utrecht, Países Bajos; Cranbrook Academy of Art en Bloomfield Hills, Michigan, y esta, la Akademie der Bildenden Künste de Munich, me cerraba más esta última porque al ser estatal resulta más accesible y, además, logré conciliar mi vida personal mucho mejor.

Hice un seguimiento de los trabajos presentados o el alcance que han tenido los proyectos de alumnos de estas dos últimas academias y se advierte un excelente nivel. Sé que hay otras opciones, en Italia, por ejemplo, pero la elegida y a la que logré ingresar para mí es mucho mejor.

 

“Apliqué tras una entrevista exhaustiva meses antes para Schmuck und gerät, es decir,  Joyería y contenedores u objetos de mesa, que ahora está dentro de Bellas Artes.”

 

Para tener en cuenta

 

_¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir un lugar para estudiar Joyería?

_Me parece que está bueno no solo ver si los directivos son buenos joyeros sino también ver que sean buenos docentes. Para eso hice un relevamiento de las opiniones de los alumnos, lo cual recomiendo a la hora de decidir dónde estudiar sea lo que fuere tanto en el exterior como en el país. En este caso, todos los estudiantes de la academia de Munich hablaban muy bien del programa y me pareció que sus trabajos eran maravillosos.

Allí entonces estudio Joyería, dentro de un marco artístico. Y en ese camino me dedico a hacer obra, joyería artística, como otros pueden hacer esculturas, por ejemplo; es del tipo de obras que pueden verse en galerías, no son en serie; bueno, pueden ser series limitadas como las de David Bielander, artista suizo egresado de la Academia de Bellas Artes de Munich que hace series de 12, las cuales, no obstante, son piezas únicas; ciertamente otros artistas también hacen en cantidad pero nunca son piezas iguales; no son las que se mandan a fundir y se hacen cientos de la misma.

Tal vez esto no es tan rentable pero el trabajo que se aprende y desarrolla no es ni más ni menos que como otro del rubro del arte.

“Hago obra, joyería artística, como otros pueden hacer esculturas.”

_Esa joyería artística es independiente del material.

_Sí, en la academia se trabajan todos los materiales y se tiene muy en cuenta cuál es la historia y posibilidades que ese material proporciona; se trata de usar el material a tu favor. Es decir, no es lo mismo hacer una pieza en oro que en bronce; el oro tiene una historia, un contenido y hasta un precio muy diferente al de otros metales y es totalmente diferente que trabajar con madera, cerámica, vidrio o papel. Es decir, el uso del material depende de la historia el tema o el mensaje que se quiera transmitir.

Se hace mucho hincapié en ver cuál es la historia que se quiere contar con la pieza que estás haciendo, qué mensaje lleva tu pieza y cuál es el tema.

 

“El uso del material depende de la historia el tema o el mensaje que se quiera transmitir”.

 

Trabajo textil

 

 

_¿Cuál es el tuyo?

_Depende mucho del trabajo que haga. Como cualquier otro artista puedo tener una línea de trabajo que vaya en un material y puedo tener otras con relatos de historias que usan varios materiales.

En este momento, estoy trabajando mucho con el textil en particular sobre el peso histórico que tiene la mujer en su uso; desde la generación de nuestras abuelas que hicieron que el textil fuera doméstico con la confección de la ropa, los textiles de la mesa y el bordado por horas; me interesa la historia que pone de manifiesto el lado femenino del textil; y obviamente, la historia sería otra si trabajara con bronce, por ejemplo.

Pero también trabajo con otros materiales que cuentan otras historias; según lo que quiero contar elijo el material adecuado.

 

“Estoy trabajando mucho con el textil, en particular, sobre el peso histórico que tiene la mujer en su uso”.

 

_En la muestra «Amuletos» de Taller Eloi también contaste una historia del quehacer cotidiano pero en otro material.

_Claro, sí. Es una obra que se llama «¿Hoy qué comemos?», una serie de collares con medallas en cobre esmaltado que ilustran las recetas que cociné durante la pandemia, una suerte de amuleto que servía para que no nos pese esa fastidiosa pregunta que surge a diario en cualquier casa.

El material es el esmalte pero terminó siendo un medio para la pintura, que es lo más importante de ese trabajo. La construcción de la obra fue parte de un proceso.

Lo doméstico y la rutina son temas que me interesan, y la pandemia me dio la oportunidad de reflejarlo; nunca antes tan potenciada la cotidianeidad!

 

“Lo doméstico y la rutina son temas que me interesan, y la pandemia me dio la oportunidad de reflejarlos.”

 

Historias cotidianas

 

_¿Cómo surgió «¿Hoy qué comemos?»?

_Surgió en plena pandemia, en la que se me hizo muy pesado definir todos los días qué comer y necesité anotarme ideas o recetas porque no quería estar pensándolo, además me aburre comer siempre lo mismo y la salida del delivery no es sostenible. Y también porque está bueno comer comida casera, que es más sana, equilibrada, estacional.

Por todo esto, decidí hacer piezas de joyería con un repertorio de platos para cocinar. Son medallas de cobre esmaltado con pintura vitrificada; una serie de platitos pintados a mano que justamente fueron al horno; numerados, hasta ahora hice 40.

Es un proyecto que se ampliará, la idea es tener acceso a la receta del platito dibujado, generar un canal de comunicación que incluya sugerencias o pedidos de piezas con determinadas recetas…

 

“Decidí hacer piezas de joyería con un repertorio de platos para cocinar. Son medallas de cobre esmaltado con pintura vitrificada.”

 

_Te gusta dibujar.

_Me encanta dibujar, pintar y hacer acuarelas. No es algo que haga mucho o muy seguido, pero lo hice durante muchos años de chica, y ahora me gustó mucho aplicarlo a la joyería contemporánea. Mi familia materna es muy artística, de hecho mi tataraabuela estudió pintura en la academia de Bellas Artes de Munich.

 

“Me gustó mucho aplicar la pintura a la joyería contemporánea.”

 

_¿«Amuletos» es la primera exposición en la que participaste?

_Fue la primera en la que expuse joyería. Ya había exhibido piezas de pintura y escultura. Estudié con el pintor Ariel Mlynarzewicz en su taller Grupo Boedo; también con el escultor Aldo Caponi y con su hijo Axel que está en la Asociación Estimulo de Bellas Artes.

En el principio de mi trabajo joyero de dediqué a full a la formación técnica en Eloi y no tanto a la obra hasta que hice pequeñas colecciones de aros y collares en plata para Tienda Eloi, pero no mucho más porque por entonces estaba estudiando Arquitectura.

Pero estoy muy contenta porque pasé de la expo de Eloi a la de la Academia de Bellas Artes de Munich, todo un salto.

“Me encanta dibujar, pintar y hacer acuarelas… y me gustó mucho aplicarlo a la joyería contemporánea.”

_¿Cómo es la experiencia de estudiar joyería en una de las academias más importantes o destacadas en su especialidad?

_La academia de Munich, con la dirección de Karen Pontoppidan, busca defender fuertemente la modalidad de enseñanza de maestro con aprendices, que no es igual a otros másteres; no hay créditos ni horarios de clases sino que lo importante es hacer análisis y discusión de los procesos de obra que se presentan, lo cual es súper interesante, práctico y enriquecedor.

 

Maestro con aprendices

 

Aprendés muchísimo con la puesta en común de diversos puntos de vista, y se dan encuentros con las docentes según la necesidad de cada alumno.

La mayoría es gente muy formada, sabe trabajar sola y pide feedback cuando lo necesita; otros solicitan un punto de partida y ejercicios; algunos hacen un proyecto de investigación no obra física.

La modalidad de estudio es abierta e intensa a la vez, y requiere de responsabilidad y dedicación. Los docentes priorizan que cada uno encuentre su camino, y están siempre dispuestos a apoyar y empujar de manera libre, lo cual a veces genera vértigo o miedo porque no sabés si estás en lo correcto, pero insisto aprendés muchísimo.

Es clara la pretensión de que durante los cuatro años y medio que lleva graduarse puedas aprender a trabajar de manera independiente, sin que alguien te diga qué hacer o no.

Los egresados de esta academia terminan con un nivel de independencia fantástico y te permite insertarte y trabajar con gran soltura en cualquier ámbito.

También hoy están sumando algunas materias teóricas con carga horaria, como historia del arte o filosofía, pero no es el fuerte de la propuesta.

Esto responde a que históricamente los estudiantes de Joyería que asisten a la academia de Munich siempre cuentan con una formación sólida y experiencia previa, por eso las discusiones de obra aportan muchísimo y son un gran desafío.

 

“Los estudiantes de Joyería que asisten a la academia de Munich siempre cuentan con una formación sólida y experiencia previa, por eso las discusiones de obra aportan muchísimo y son un gran desafío”

 

_Para llegar a un máster, ¿qué recomendarías?

_Antes de un máster recomiendo una escuela de formación integral, que incluya desde historia, preparación técnica hasta el desarrollo creativo porque con estas herramientas después podés aplicar a una universidad del exterior sin dificultad. Por esto, Escuela Eloi de Jimena Ríos me parece que es la mejor opción disponible en el país.

Allí aprendí muchísimo porque los docentes están supercapacitados y permanentemente renuevan propuestas en talleres, seminarios y workshops con consultores y artistas de renombre de vasta experiencia.

Comprobé que muchos de mis compañeros de la academia de Alemania no tuvieron ese acceso al conocimiento o esa formación integral en joyería; con lo cual, Escuela Eloi no tiene nada que envidiarle a otras academias. Entiendo que en este caso no son comparables porque los programas son diferentes, la de Munich ofrece un segundo nivel sobre el primero, no menos sólido, el cual podemos alcanzar aquí como una excelente plataforma de lanzamiento. Justamente por eso aprovecharé el receso escolar de la academia para continuar con el programa de Eloi.

Ese segundo nivel al que me refiero, que ofrece la academia de Munich, por ejemplo, no siempre requiere de estudios previos en Joyería sino que se puede acceder desde otras disciplinas del arte o prácticas afines.

Otras academias tienen una propuesta distinta, como las de Londres, Florencia o Utrecht. Incluso Cranbrook es diferente, es espectacular, costo incluido, pero trabaja con la modalidad de campus, un formato que en lo personal no me gusta; prefiero estudiar en una ciudad en la que puedo experimentar, caminar y vivir, no en un lugar apartado.

 

“Antes de un máster recomiendo una escuela de formación integral, que incluya desde historia, preparación técnica hasta el desarrollo creativo, porque con estas herramientas después podés aplicar a una universidad del exterior sin dificultades.”

 

_Con todo, ¿buscabas consolidar tu formación como joyera?

_Me interesaba tener una experiencia en el exterior, para ampliar mi horizonte y enriquecerme con el intercambio social que se da entre estudiantes de distintas culturas con un nivel académico destacado, lo cual pone la vara alto.

Acá lo que ocurre que el entorno no está a la altura porque no hay galerías donde ver, exponer o hasta vender obra ni mercado interesado. Hay desarrollo de joyería artística pero son propuestas muy de nicho y, en el mejor de los casos, se ve en contadas tiendas o de museo con otros valores que no siempre se condicen con el trabajo que implica una pieza artística.

En el exterior se puede aprender la dinámica de las galerías que trabajan con joyería artística, conocer y tener contacto con la gente del rubro y se puede entrar en ese circuito que sin duda tiene otra proyección; todo esto tiene mucho valor. Está bueno intentarlo, al menos.

Y también estudiar y desarrollarse en el exterior es una oportunidad para mostrar el trabajo argentino y su alcance; es una manera de exportar cultura, de contar nuestras historias y, de igual modo, es una oportunidad de evidenciar que en nuestro país también hay una movida joyera; sino salimos no nos ven, es difícil que nos vean o vengan a buscar.

 

“Estudiar y desarrollarse en el exterior es una oportunidad para mostrar el trabajo argentino y su alcance.”

 

Mano a mano con referentes

 

_¿Cómo fue el viaje de egresados de Escuela Eloi junto con Cranbrook?

_Fue un recorrido espectacular por talleres, estudios y galerías de Munich y Berlín. Participé de la primera parte en Munich, donde estuvimos en los estudios de Helen Britton, David Bielander, Jiro Kamata, Gerd  y Daniel Kruger.

Buenísimo porque fueron encuentros personalizados con artistas joyeros, vimos el backstage de sus joyas y sus increíbles procesos creativos. Estar mano a mano con referentes de la joyería contemporánea internacional fue una oportunidad única.

Sumamos visitas a galerías y museos, a pesar de que no estaba la feria de Schmuck pospuesta para julio. Hubo muchas exposiciones interesantes, muy bien armadas y curadas, y al no estar la feria nos dio el tiempo para recorrer bien otras muestras de joyería artística.

 

“Estar mano a mano con referentes de la joyería contemporánea internacional fue una oportunidad única.”

 

_¿La Academia de Bellas Artes también ofreció una muestra?

_Sí, se hizo en un espacio público, a la salida de la estación de subte U-Bahn Station Universität de Munich. Un lugar en el que los estudiantes pudimos exponer nuestras obras.

Las presentamos en la muestra «Deine Zauber Binden Wieder» o Tu magia vuelve a unir, basada en el principio de la Oda a la alegría, en la que realizamos como una víbora de ropa colgada unida por joyería contemporánea. Así la manga de un saco y la pierna de un pantalón se unía con un broche o el cuello de un suéter se enganchaba con un collar a la cintura de una falda, por ejemplo.

Buscamos representar el concepto de que la joyería puede ser un vínculo que una a las personas después de la pandemia de Covid 19. Una propuesta que funcionó muy bien. y aunque no fue la intención original, se planteó justo con la guerra en Ucrania y reforzó la idea de dejar de pelearnos e intentar unirnos.

Allí presenté dos collares hechos con textil de descarte y un anillo de casamiento judío, también realizado con telas de desecho.

“La joyería puede ser un vínculo que una a las personas.”

_¿Cómo es tu trabajo de joyería textil?

_Son piezas clásicas de joyería hechas en diversos textiles. Se trata de cadenas de eslabones realizados con en telas recicladas de descartes de cortinas, cosidas a mano, portables, a escala del cuerpo obvio.

Y trabajo con este material porque el descarte textil es enorme. En el mundo, cada año se generan aproximadamente 92 millones de toneladas de residuos textiles. Y ya es hora de parar, no solo por lo que implica su vertido al suelo y el consecuente efecto invernadero sino previamente por la huella hídrica, solo una remera de algodón supone el uso de más de 2000 litros de agua.

 

Lo bueno de reutilizar

 

Además hay mucho desprecio por el textil: si se rompe se tira, si está viejo también se descarta. Está bueno reutilizar, nos hemos olvidado de cómo se reparan y arreglan las cosas. A pesar de todo, acá se conserva, cuida y arregla mucho más que en otros países de Europa o de Estados Unidos.

El textil está muy relacionado a lo femenino y como dije es un tema que me interesa y define. Y también está muy vinculado a la vestimenta, está bueno empezar a asociarlo con la joyería contemporánea porque hay trabajos buenísimos hechos con descarte textil.  Uno no cuida la ropa como cuida las joyas y poner el textil en valor desde la joyería es una labor que me interesa. El textil es un material precioso que hace falta cuidar no descarar y nada mejor que la joyería para hacerlo.

 

“El textil es un material precioso que hace falta cuidar no descartar, y nada mejor que la joyería para hacerlo.”

 

_¿Cómo es tu trabajo?

_En este momento estoy haciendo joyería textil, no sé más adelante. También trabajo en otros materiales, como metales esmaltados, pero creo que mi trabajo es más de investigación. Estoy en el inicio de un proceso, que veremos a dónde me llevará.

 

“Mi trabajo es más de investigación.”

 

_¿Qué obras te definen?

_Tengo un trabajo extenso sobre mi familia. Es una pieza corporal en la que cada persona de mi familia está representada por una parte del cuerpo y a partir de esta hice un mapa familiar con moldes de costura.

Un trabajo interesante porque siempre aprender, estudiar, pensar y reflexionar de dónde venimos, de dónde saliste o quiénes estuvieron antes nos ayuda y nos da herramientas para seguir adelante.

Me gusta mucho un trabajo que hice con llaves que fue más una investigación que no se si terminó siendo una pieza de joyería o no tampoco creo que sea lo importante; fue más un punto de partida que me gustaría retomar.

Se trata de un trabajo de edición fotográfica a partir de una serie de fotos de una misma llave, armado como un rompecabezas, que es una crítica a la seguridad, o más bien inseguridad, informática por cómo entregamos toda nuestra información personal, por ejemplo al aceptar todas las cookies, para que después sepan cómo venderte más cosas; un ciberespionaje a escala masiva que incentivamos de manera inconsciente al dar esas llaves con las que se meten en nuestra vida.

 

“Aprender, estudiar, pensar y reflexionar de dónde venimos, de dónde saliste o quiénes estuvieron antes nos ayuda y nos da herramientas para seguir adelante.”

 

Metas

 

_¿Y cuál es tu intención con esta joyería?

_El rol de los artistas en la sociedad es poder mostrar eso que no se puede o quiere ver. Y me parece interesante que los artistas puedan tener una mirada externa para hacer críticas constructivas, lo cual lleva años de estudio e investigación que permitan aprender a leer o decodificar una sociedad.

Este es un papel que bien puede asumir el artista joyero. Y en este enfoque pretendo inscribirme a lo largo de mi carrera.

 

“El rol de los artistas es poder mostrar eso que no se puede o quiere ver. Y me parece interesante que puedan tener una mirada externa para hacer críticas constructivas, lo cual lleva años de estudio e investigación que permitan aprender a leer o decodificar una sociedad… En este enfoque pretendo inscribirme a lo largo de mi carrera”

 

_¿Qué criticarías hoy?

_La resistencia a aceptar la igualdad de géneros y la negación de la necesidad del movimiento feminista, aún en Alemania que se compara con otras sociedades más avanzadas en esto como la danesa. La manera en que se trabaja que hace que laburemos más y vivamos menos. Pero hay muchos otros temas que no involucran a toda la sociedad, como la inseguridad o los miedos personales que nos atraviesan e igualan, pero de los cuales no se habla mucho.

Estos son temas que podemos visibilizar desde la joyería contemporánea y eso me entusiasma.

Por ahora estoy tratando de hablar del papel de la mujer o de lo femenino en el cotidiano, en el hacer doméstico rutinario hasta ritual, porque aunque creamos que avanzamos y estamos en condiciones de más igualdad con el hombre millones de mujeres siguen relegadas y condicionadas en sus casas, se hacen cargo de tareas domésticas de todo tipo más que los hombres; nos falta mucho por hacer, decir y denunciar y creo que la joyería contemporánea es un buen vehículo.

 

“Nos falta mucho por hacer, decir y denunciar y creo que la joyería contemporánea es un buen vehículo.”

 

_¿Qué pretendés de tu futuro como joyera?

_Lo primero que me pregunto como cualquier estudiante de joyería es de qué voy a vivir. Y en este escenario es muy difícil sustentarse; la gran mayoría se sostiene económicamente con otro trabajo, como docente por ejemplo; es poco probable vivir exclusivamente de la joyería durante la primera década de trabajo. Es una cuestión que se escucha mucho en la academia, por ejemplo. Es una pena pero sabemos que son las reglas del juego.

La joyería me encanta y me gustaría que hubiera más gente dedicada a este rubro porque habría más voces, expresiones y desafíos, más variedad que siempre enriquece la discusión  y suma miradas sobre lo que nos pasa. Que se agrande el rubro haría que se amplíe el mercado o al menos eso me gustaría. Muy pocos saben que existe la joyería como disciplina de bellas artes.

 

“Me gustaría que hubiera más gente dedicada a este rubro porque habría más voces, expresiones y desafíos, más variedad que siempre enriquece la discusión y suma miradas sobre lo que nos pasa”.