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Mundos de juego

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Mundos de juego

Ensayamos mundos a través del juego. Probamos, soñamos, nos equivocamos, y sobre todo, aprendemos. Consideramos reglas de convivencia, nos animamos a arriesgar, a ponernos a prueba y a superar nuestros propios límites. El juego facilita el crecimiento en el hacer de cuenta que… y nos permite asomarnos a vivencias pasadas, revivirlas, enriquecerlas y modificarlas en nuestra experiencia.

“La joya comparte con el juego su origen etimológico. Deriva del latín jocale / jocus que significa juguete y objeto placentero. El término se retoma en el francés como joie, hoy joyeau”, señalan Fabiana Gadano y Mabel Pena, de la propuesta con la que exponen los trabajos de los estudiantes de sus talleres de joyería contemporánea.

Dicen que “la conocida expresión francesa joie de vivre, la alegría de vivir, denota el gozo que siente una persona ante la vida. Describe una expresión de vitalidad, optimismo, creatividad y felicidad en quien la experimenta.

“También en el portugués encontramos asociaciones interesantes: joia entendida como joya y también como alegría. La joya es motivo de alegría. Podemos pensarla y asociarla a lo mas entrañable de momentos ya vividos o proyectar otros, aún por vivir. Por eso creamos joyas. Para vivir mundos de juego”, invitan a «Mundos de juego», una muestra con una treintena de artistas que se inaugura hoy, a las 18, en El Obrador, Bme. Mitre 1670, CABA.

Exponen Silvia Abad Prat, Mirta Allutto, Hebe Argentieri, Natalia Astesiano, Graziela Belussi,  Cecilia Borghi, Paula Botto Fiora, Sara Cardenal, Mariel Castelli, María Victoria Cundom, Nadia Curi Antún, Graciela Fassi, Mirta Figueroa, Andrea Galeano, Cecilia Galeano, Blanca Gobbo, Alicia Hidalgo, Vero Horak, Mónica Is, Marcela  Lescarboura, Hilda Liker y Susana Mandelbaum.

También,  Cecilia Mattera, Erica Mendizábal, María Rosa Mongelli, Bárbara Moses, Gabriela Nirino, Susana  Ortiz, María Gracia Pane, Candelaria Quiroga, Mima Rodríguez Romero, Marisa Rogel,  Marita Sario, Victoria Sosa, Gabriela Squassini, Lara Szwarcbart, Sandra Tamborini, Irene Walsh y Anita Zalts.

Barbara-Moses-Mundos-de-juegos-IVBienal-La-Joyeria-de-Autor

De Bárbara Moses, sobre el juego de la oruga, que realizaba con sus hijos

Erica-Mendizábal-Mundos-de-juegos-IVBienal-La-Joyeria-de-Autor

De Erica Mendizábal, hecho con fibras de palo borracho

Susana-Mandelbaum-Mundos-de-juegos-IVBienal-La-Joyeria-de-Autor

De Susana Mandelbaum, Laberintos

Irene-Walsh-Mundos-de-juegos-IVBienal-La-Joyeria-de-Autor

De Irene Walsh, anillos con piedras desmontables para jugar a La Payana

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De Mariel Castelli, sobre juego de un hilo y las formas que se generan al entretejerlo entre los dedos

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De Graziela Belussi, pines

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Monica Is, sobre las tardes de juego y cocina con su abuela

Marcela-Lescarboura-Mundos-de-juegos-IVBienal-La-Joyeria-de-Autor

De Marcela Lescarboura, sobre el arcano XV del juego del tarot

María-Gracia-Pane-Mundos-de-juegos-IVBienal-La-Joyeria-de-Autor

De María Gracia Pane, barriletes


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El ADN de la joyería

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EL ADN de la joyería

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El ADN de nuestra organización está formado por la suma de todos los artistas que participaron en nuestras exposiciones y eventos en todo el mundo. Está hecho de diversidad. Ellos utilizan todos los materiales posibles y se inspiran en todos los ámbitos de la cultura, la ciencia, la política, la historia o la actualidad. Dialogan con el público, el espectador o el participante, interrogándolo, interrogándolo o inquietándolo.

«El ADN de los artistas de la joyería de arte contemporáneo es también la singularidad, la autenticidad y la creatividad. Cada artista tiene su propio enfoque, su propio estilo y su propio mensaje. No hay reglas ni estándares a seguir, sino una investigación personal y constante. El artista de la joyería de arte contemporáneo es un explorador, un inventor y un revelador. Expresa su ADN a través de su arte”.

Así es la muestra «ADN» que comisariada por Juan Riusech y propuesta por Alliages que se estrenará el sábado 10 en el Espace Solidor Museum, en Cagnes-sur-Mer y podrá verse hasta el 5 de noviembre.

Los que exhiben su adn

Entre más de 50 joyeros participan Fabiana Gadano, Mabel Pena, Monique Lecouna, Patricia Iglesias, Raquel Bessudo, Taibe Palacios, Juan Riusech, Isabelle Azais, Sofía Björkman, Elvire Blanc Briand, Rosa Borreda, Isabelle Busnel, Sébastien Carré, Saydee Chandler, Nico Delaide, Nanna Doll, Danica Drago, Åsa Elmstam, Esteban Erosky, Teresa Faris, Paolo Gambarelli, Spam Glam, Juan Harnie, Yu Hiraishi, Peter Hoogeboom, Arisa Inoue y Malene Kastalje.

También presentan su obra Michelle Kraemer, Namkung Lee, Rikke Lunnemann, Carmen López Sánchez, Marta Mattsson, Viktoria Münzker, Eiko Nakahara, Karin Roy Andersson, Linda Savineau, Sara Shahak, Kamile Staneliene, Jason Stein, Claudia Steiner, Anna Talbot, Rho Tang, Maud Traon, Austin Turley, Youjin Um, Charlotte Vanhoubroeck, Tanel Veenre, Nassrin Vessalian, Pilar Viedma Gil de Vergara, Yiota Vogli, Deimezi Xenia, Clara del Papa, Ute van der Plaats y Kristýna Španihelová.

Monique-Lecouna-exposicion-ADN-La-Joyeria-de-Autor

Monique Lecouna

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Fabiana Gadano

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Taibe Palacios

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Maud Traon

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Raquel Bessudo

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Namkyung Lee

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Patricia Iglesias

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Sara Shahak

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Austin Turley

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Linda Savineau

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Malene Kastalje

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Peter Hoogeboom


Entrevista a Fabiana Gadano

Apuntes | Notas

La joyería artística supone expresarse sobre la base de una necesidad interna


Entrevista a Fabiana Gadano

Por Delia Alicia Piña

 

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La paradoja de visitar un acuario la llevo a canalizar su preocupación por la propagación de plásticos. Y la necesidad de tomar conciencia la hizo asumir una postura e intentar llamar la atención para paliar la acumulación creciente. “Hay tantos materiales que pasamos por alto que a lo mejor podemos agregarles valor”, se decía, y desde hace 15 años puso manos a la obra en el PET con que se hacen las botellas de bebidas para convertirlos en joyas que resultaron destacadas y hasta premiadas.

Fabiana Gadano es una de las maestras joyeras más reconocidas del país. Está dedicada a dar clases en su taller, otras escuelas y museos y en la universidad de La Plata, donde estudió Diseño industrial.

Se especializa en la transformación de uno de los materiales más sintéticos y contaminantes, creando piezas únicas que hoy exhibe en Munich, a propósito de Schmuck, la feria de joyería contemporánea más importante del mundo.

Cómo lo consigue, qué técnicas joyeras y proyectuales aplica, el “espíritu más reflexivo, analítico y crítico” que adquirió con al estudiar curaduría de arte.

Sus últimos trabajos, proyectos y opiniones que la definen.


_¿Cuál es el discurso que sostenés y con qué idea?

_Todo lo que usamos, nos ponemos y toda nuestra actitud comunica y dentro de eso está el el llevar de la joyería. Elegir ciertos materiales que de alguna manera hablen sobre algo determinado es una forma es asumir una postura. La decisión de usar plástico no implica que vaya a solucionar la problemática de la basura sino que busco concientizar o sugerir o poner el foco en que hay tantos materiales que pasamos por alto que a lo mejor podemos agregarles valor, ponerles una etiqueta estética, hacer algo más lindo o más poético, más saludable, por supuesto, que nos haga pensar en la naturaleza que castigamos día a día.

No se trata de un simple reciclado porque de por sí no tiene mucho valor, por eso tiene que haber una búsqueda, un valor agregado por lo utilitario o estético, algo que aporte sino seguimos acumulando objetos y no es el objetivo.

 

“Elegir ciertos materiales que de alguna manera hablen sobre algo determinado es una forma es asumir una postura”.

 

_¿De qué manera portar joyería en el cuerpo facilita la difusión de esa idea? ¿Es condición sine qua non?

_No es condición necesaria. Es una manera posible. Genera una posibilidad de interacción o comunicarse con otro y siempre es un motivo de conversación, especialmente cuando no son las piezas de joyería habituales.

Es que la joyería siempre comunica, aun cuando tenga puesta una simple y habitual cruz, que dice algo de mis creencias.

Cuando esas piezas no son las acostumbradas, las decodificamos y también generan otro canal de comunicación, a veces explícito porque hay gente curiosa que le interesa saber y pregunta, otras es implícito porque se interpreta según la relación que se establece. Esta es una manera.

Hay otras maneras porque la joyería no siempre es para usar. Hay personas que atesoran porque la joya tiene un valor afectivo o porque hay una idea detrás y le encantó y la comparte pero no necesariamente la lleva sobre el cuerpo. En este caso, también hay una instancia previa que tiene que ver con la comunicación, que implica enterarse, saber el por qué esa pieza, para qué se hizo, cómo se construyó. Hay muchas maneras de ver o de entrarle a la joyería. También hay muchos que no se preguntan qué es esa joya, simplemente les gusta y se la llevan y la portan o exhiben y esto tiene más que ver con lo ornamental, con el gusto personal. Es igualmente importante porque tiene que ver con el deseo que provoca una joya, revela cierta intimidad ese interés por tocarla, agarrarla y llevarla.

 

“El gusto por una joya tiene que ver con el deseo que provoca, ese interés por tocarla, agarrarla y llevarla revela cierta intimidad.”

 

_¿Hace cuánto que trabajás este material?

_Aproximadamente desde 2009. Por entonces visité el Acuario de los Dos Océanos en Ciudad del Cabo, hoy me parece controvertido porque al tener una mayor educación cuestiono la necesidad de los zoológicos y acuarios entre otros espacios de cautiverio de animales aunque entiendo que algunos buscan generar conciencia de lo hermoso que es ese mundo y la necesidad de preservarlo. Era bellísimo y entonces me preguntaba si se pudiera plasmar algo de esa belleza, qué hacer para que la naturaleza no se pierda; me hizo tomar conciencia de lo hermoso que es el mundo y lo imprescindible que es cuidarlo para que sobrevivamos y vivamos mejor.

Un par de años antes había visto en Península de Valdés unos móviles hechos de botellas que evocaban el mar que me llamaron la atención. Y me sumó mucho el seminario «Entrando al Ma» de los artistas japoneses Sayumi Yokouchi y Jiro Kamata, invitados por la entonces Casa Petit Comité, en el que trabajé con PET.

 

“…Me preguntaba si se pudiera plasmar algo de esa belleza, qué hacer para que la naturaleza no se pierda.”

 

Ampliar la mirada

 

_¿Qué descubriste en esa instancia que te sirvió para tu trabajo?

_Por empezar fue una semana en la que me dispuse a vivenciar, un momento de experiencias que siempre es positivo porque implica una suspensión de la rutina diaria, en  el que los sentidos se ponen en alerta.

Ese concepto ma, que es un vocablo japonés que significa el espacio o tiempo entre, que puede ser una pausa o se refiere también al momento entre que bajas los palillos y te llevás la comida a la boca, también un ma pueden ser esas piedras entre los senderos japoneses en los que pisás y elegís dónde vas a dar el próximo paso, y referido a las formas puede ser la silueta que se dibuja entre nuestros perfiles mientras conversamos.

Uno de los ejercicios consistía en recuperar la silueta que se formaba entre los objetos; esto fue un descubrimiento interesantísimo que me permitió recuperar esos espacios y desde entonces me amplió la mirada en todo sentido; adquirí un repertorio formal antes no visto.

Otro, supuso sobre la base de esos ma tomar un material y, valga la redundancia, materializar estas formas y, como en esos días ya había empezado a trabajar con plásticos y gomas, elegí el PET. Un seminario de apertura a herramientas creativas que me permitió adquirir otros elementos para trabajar.

Ya había hecho otras investigaciones con el PET. Y sí, inconscientemente evoqué esas formas más orgánicas u otras más geométricas no lo sé; no importa qué fue primero sí que surgió en el hacer y resultó una punta muy provechosa.

 

“Me permitió recuperar esos espacios y desde entonces me amplió la mirada en todo sentido; adquirí un repertorio formal antes no visto.”

 

_¿Usás un material producido para desechar como residuo no biodegradable. ¿Al reconvertirlo y sacarlo del circuito buscás frenar esa circulación?

_Esa es mi intención, Y al transcurrir los años voy viendo cómo mi trabajo se hace eco de políticas de reciclado, aunque he visto que para muchos es una postura que termina desvirtuando ciertas intenciones como la mía; hay que tener cuidado de no dejarse manipular y más bien hay que adherir a planes y proyectos que realmente contribuyan a sacar el plástico del circuito vicioso de la contaminación.

Noto que hoy hay más conciencia de lo nocivo del plástico; de hecho se recicla más que cuando empecé a trabajar este material.

Además, ha habido un cambio en el material. Antes el plástico con que trabajaba tenía una calidad y ahora el PET de las mismas marcas es levemente diferente, más gomoso, no es tan quebradizo, tiene un tono más amarronado, antes era más cristalino y esto se debe a que ahora se usan botellas recicladas. Entonces, hay un porcentaje menor de producción de plástico para envases porque se utiliza el circulante; las fábricas sostienen que reciclan algo menos de un 20 por ciento; es decir, algo está cambiando. También hay una restricción, ya que para los alimentos no se puede usar cualquier tipo de plástico lo cual supone una clara trazabilidad del origen de esos plásticos.

“Hay que adherir a planes y proyectos que realmente contribuyan a sacar el plástico del circuito vicioso de la contaminación”.

Trabajar para transformar

 

_Con uno de los materiales más sintéticos conseguiste un aspecto muy orgánico, que no requiere de una transformación química como la que lo formó sino mecánica o ¿cómo lo lográs?

_Sí, es mecánica. Ese impacto que me causó el acuario mencionado y el leer tantas noticias sobre el desastre ambiental que provocamos en el planeta, hace que mis piezas tengan cierto trasfondo de la naturaleza. Por eso es lógico o no me sorprende que lo primero que producen o manipulan mis manos son piezas con un lenguaje orgánico que claramente remite a la naturaleza. Casi todo lo que hago evoca a lo natural.

Aunque tengo una formación muy técnica que también influye por mi carrera de diseño industrial. Como esto responde a un saber más racional, a veces los productos resultantes parecerían más rígidos, más estructurados. Pero en mi caso se filtra ese impacto al que hacía referencia por lo que tiene que ver con lo afectivo. Esto es parte del lenguaje que trabajo.

Respecto a la transformación, las operaciones son muy sencillas. Se trata de migrar técnicas, saberes adquiridos o formados en otros universos, sean de la joyería, diseño, carpintería, manejo del papel o de la construcción. Me alimento de diversos universos y hago una transformación del material casi manual, porque implica, limpiar, recortar, corrijo, trabajo con fuentes de calor suaves, como un secador de pelo, un mechero con alcohol o una vela, para apenas hacer una termocontracción ya que el material reacciona, se curva y modula. No mucho más que eso.

 

“Se trata de migrar técnicas, saberes adquiridos o formados en otros universos, sean de la joyería, diseño, carpintería, manejo del papel o de la construcción”.

 

_¿Pero aplicás técnicas de joyería?

_Me encanta la construcción manual con herramientas, y sobre el PET aplico técnicas propias de la joyería y pruebo para ver resultados, como el uso de lijas para el esmerilado. Esmerillar y aplicar calor sobre el metal para conseguir cierta maleabilidad es muy de joyería.

Esto lo complemento también con construcciones bien de joyería al incorporar metales tales como bronce, alpaca, plata y cobre con, por supuesto, gran protagonismo del PET. El metal me sirve para resolver cierta funcionalidad que con el PET es más complicado de obtener y, en general, tiene que ver con el soporte de la pieza o con la estructura en el caso de los anillos, una base en broches cuyas agujas o espinas hago en acero inoxidable o los aros que son siempre en plata. De todos modos trato de que la intervención con el metal sea mínima, que pase a segundo plano, que acompañe.

 

“Sobre el PET aplico técnicas propias de la joyería y pruebo para ver resultados”.

 

_Imaginaba que en tu taller tendrías un almacén de plásticos por morfología, color y hasta textura.

_Te muestro: tengo una selección de plásticos que me llaman la atención, acumulo muestras y colores y también el resultado de distintos experimentos. Al principio me daban y mandaban de todo pero ahora todos los que colaboran saben qué tipo de plástico uso, que es el PET. Cuando son colores raros, los conocidos me traen. Lamentablemente con el consumo familiar y de amigos me arreglo, porque cada vez hay más envases de plástico tanto para comida como para limpieza de todo tipo. Así que resuelvo sin dificultad la etapa de acumular, lavar y cortar para achicar el volumen y no sólo para realizar piezas de joyería sino también para utilizar como recipientes de teñido, por ejemplo, pero es alarmante cuanto plástico usamos.

La producción de plástico más impresionante que utilicé fue de más de 700 botellas gaseosas y agua mineral que, como fue en un principio y para un evento tan particular como la presentación en Loot Mad About Jewelry, el museo de diseño de Nueva York, la registré especialmente. Con ese procesamiento realicé la colección «Natura» con más de 220 piezas de joyería contemporánea.

Algunas botellas tienen texturas como nervaduras o puntos que son muy lindas pero que requieren de una recolección particular para tener el material suficiente, de manera, por ejemplo, de trabajar todos los módulos con esas nervaduras. Prefiero trabajar con PET liso que no es tan rígido, aunque no es común y corriente.

 

“La producción de plástico más impresionante que utilicé fue de más de 700 botellas gaseosas y agua mineral para más de 220 piezas de joyería contemporánea.”

 

_¿Cómo conseguís ese efecto satinado tipo vidrio?

_Cuando me propuse trabajar con el PET parte del desafío era cambiar ese código de inmediatez con que identificamos al plástico. Por eso trabajé para detectar cuáles eran sus atributos que hacen que lo reconozcamos y busqué cómo contradecirlos. Esas propiedades son, entre otras, el brillo por eso lo bajo con un efecto satinado y la transparencia por eso busco la traslucencia que deja pasar la luz de manera más difuminada.

Lo trabajo con el calor con un método mediante el cual realicé las piezas de la colección «H2O» que en esa primera etapa eran transparentes. Con esta serie obtuve en 2012 el Premio Adquisición del XI Salón Diario La Capital y del Museo Juan B. Castagnino de Rosario.

 

Segunda oportunidad

 

 

Buscaba elementos que me permitieran la calidad de la propuesta estética. Desde ya la forma y la terminación superficial que también aporta mucho. No se trata de que me interese borrar que sea plástico sino más bien evocar o provocar las ideas que están por detrás y que quiero transmitir con estas joyas contemporáneas. Sacarle brillo al material fue un paso importante y esto trajo aparejada la textura y su manejo con lija, faja esmeril o una muela o hasta con la polea; y hasta probé con el torno y hasta arenado. Es decir, me abrió un mundo, el mundo de lo sensible que percibimos.

El efecto reflectante se consigue justamente con la textura pareja que se logra con la aplicación de lija. El trabajo manual es importante, las máquinas ayudan pero la última pasada o terminación a mano hace que la pieza sea única  porque con esta consigo uniformar o controlar la pieza. Así, mientras lo voy transformando dialogo con el material.

Como la mano no hay, y es un tiempo para pensar, requiere de mucha paciencia y de estar en el aquí y ahora. Este es el gran aprendizaje que agradezco y le debo a la joyería, el cual supone respetar el tiempo que llevan los procesos, implica dedicación y asumir que no hay nada para perder y todo para ganar. Si alguna pieza sale mal o no como quería, fue un tiempo que invertí en tener una experiencia… si una pieza se derrite, se arregla o te da la oportunidad de volver a realizarla. La joyería siempre te da una segunda oportunidad.

“A la joyería le debo la paciencia, el respeto, la dedicación y el estar aquí y ahora. En joyería tenés todo para ganar, nada para perder.”

_¿Descubriste otros efectos o estás trabajando en algún otro sobre el plástico u otro material?

_La posibilidad del cambio de color fue fundamental. El color es un atributo muy importante para las formas, muy potente como herramienta de expresión y comunicación. El color no es inocente, dice mucho, permite hacer asociaciones y pensar en determinados mundos, supone muchas idas y venidas y genera un sinfín de posibilidades. Cuando logré hacer algunas transformaciones de color también se me abrió un panorama interesante. En el interín, en el proceso, en la experiencia, muchos procesos fracasaron, hubo muchas maneras de hacer que comprobé e incorporé.

El manejo del color de alguna manera fue gracias a Mabel Pena que me sugirió el uso de color, a propósito de una requisitoria de la curadora del Museo de Arte Popular José Hernández para una expo, y fue un ábrete sésamo. Trabajo con el color del plástico y a veces lo tiño o no, según lo que pretenda.

Mediante la comunicación online con mis alumnas que conocí en los cursos online que ofrezco supe de las tinturas disponibles en otros países, donde hay más circulación de insumos; así voy sumando a la lista de posibilidades. Por ejemplo, una estudiante de México me contó que probó con el pigmento de achiote que tiene un tono rojizo un poco amarronado agradable. Es ese condimento sustituto del azafrán procedente del fruto de una planta, que en el período prehispánico se empleaba en la cocina y hoy se extiende a las industrias alimenticias, cosmética y textil, ahora puedo decir que sirve para aplicarlo a la joyería contemporánea.

 

“La posibilidad del cambio de color fue fundamental. El color es un atributo muy importante para las formas, muy potente como herramienta de expresión y comunicación”

 

_¿La propiedad de termocontraíble fue clave en tu procesamiento del PET?

_Al principio fue clave y es lo más aceptable para piezas orgánicas que remiten a la naturaleza y que tanta fascinación ejercen. Una especie de compensación que hace fluir el plástico que tanto estanca. La naturaleza en el arte siempre ha jugado un papel importante, siempre genera empatía y haberlo conseguido aun con un material sintético me enorgullece. Para esto el uso del calor es fundamental.

Como contrapartida hice otra colección como «Ciudades», que gusta más a los proyectistas o arquitectos, la cual tiene más que ver con esa educación adquirida. Será porque estas piezas, que trabajé con remaches metálicos, se podrían reproducir mediante plantillas y hacer otras casi iguales. También será porque estas piezas remiten a una arquitectura modernista.

Este material es muy rebelde al pegamento por eso apelé a los saberes adquiridos en la joyería como el uso del calor y los remaches que también se usa en la talabartería y en la indumentaria.

 

“La naturaleza en el arte siempre ha jugado un papel importante, siempre genera empatía y haberlo conseguido aun con un material sintético me enorgullece.”

 

_¿Qué conceptos del diseño industrial aplicás?

_Fundamentalmente los criterios constructivos. El proceso de construcción de piezas a mano tiene esta base más técnica o saber más mecánico que deriva en la manera de armar las piezas. La diferencia es que en joyería me quedo en lo que en diseño se conoce como el prototipo, que luego al adaptar procesos se hace la producción o las repeticiones. En algunos casos las hago y en la mayoría me quedo con esa pieza original porque me permite de alguna manera controlar y manejar el resultado hasta el final.

El criterio de proyectar o pensar está siempre presente. La construcción en plástico parecería tener más que ver con lo espontáneo, con la creación artística -que para mí significa crear en base a imágenes internas o expresarse en base a una necesidad interna porque la joyería artística supone crear o expresarse sobre la base de una necesidad interna-, pero bueno en la parte de construcción de la pieza interviene una mirada proyectual. Un proyecto que supone entender cuáles son los requerimientos, sobre todo si es una pieza de uso, ya que algunos materiales y formas pueden ser más aptas que otras.

 

“La joyería artística supone crear o expresarse sobre la base de una necesidad interna.”

 

Cuando lo funcional define

 

_¿Siempre pensás tus joyas como piezas de uso?

_Sí. Me cuesta mucho prescindir del uso o portabilidad de una pieza de joyería, aunque repito, admito que no es su fin y no es necesario. Lo funcional ayuda y termina de definir una pieza de joyería.

 

“Lo funcional ayuda y termina de definir una pieza de joyería.”

 

_En tus últimas piezas incorporaste lo digital.

_Trabajé con archivos fotográficos digitales. Son fotos viejas de reuniones familiares, que primero trabajé con un sistema digital para achicarlas en un proceso que también tiene que ver con lo proyectual, lo cual supone un proceso de transformación y adaptación en función a la necesidad, un recurso que claramente me viene del diseño industrial. Luego las imprimí en acetatos, que intervine porque son brillosos, de esta manera otra vez volví a aplicar un saber distinto.

Cómo tratar el material sin perder la imagen me pregunté en el proceso y apliqué herramientas de abrasión y lacas para acentuar el grado de opacidad. Estas son algunas de las operaciones que realicé sobre el acetato, presente en las piezas que presentó en la expo que ahora se ve en Munich.

La incorporación de laca o un barniz al agua mate se debe a que manipulaba un acetato impreso, justamente para preservar las imágenes.

 

“Mi trabajo supone un proceso de transformación y adaptación en función a la necesidad, un recurso que claramente me viene del diseño industrial.”

 

_¿El teñido lo hacés en el proceso inicial o final?

_Se puede hacer en cualquier momento pero prefiero realizarlo en la previa, antes de armar las piezas, pero probé de todo y los resultados son siempre interesantes.

Cuando te desprendés de la pieza como objeto preciado, podés probar libremente con la confianza de que no tenés nada que perder. Si algo no me cierra sigo buscando. Si, por ejemplo, la tintura no me queda como quiero, la pierdo pero gano en otra opción con que me identifique, que me guste más. Y en esas búsquedas he tenido experiencias maravillosas con grandes hallazgos, como así también tengo una caja con piezas que ni muestro porque me parecen horribles, pasa de todo…

“Probé de todo y los resultados son siempre interesantes.”

_Además de diseño industrial hiciste la carrera de Curaduría de Arte.

_Diseño Industrial es muy práctico -además de esta carrera de grado en la UNLP hice el curso anual, School of Visual Arts, en Nueva York-, pero sentía que necesitaba un mayor basamento teórico. Entonces, opté por Curaduría para entender nuestra cultura, de dónde venimos o alimentamos en términos generales; también, me dio herramientas críticas para analizar y empezar a entender por dónde quiero ir; me aportó mucho desde el punto de vista de la semiótica para entender cómo reelaboramos y para comprender que cada uno de nuestros discursos está basado en discursos previos. Con todo, pude desarrollar un espíritu más reflexivo, analítico y crítico.

 

“Pude desarrollar un espíritu más reflexivo, analítico y crítico.”

 

_¿En qué proyectos estás trabajando?

_Estoy bastante abocada a la docencia en mi taller donde ofrezco técnicas de joyería en general no apunto a la aplicación del PET sino a cualquier material que elijan. También, brindo cursos en otras escuelas de manera online, lo mismo volveré en el segundo semestre en el MAP y en abril lo repetiré en forma presencial en el ahora Espacio Joya. Y sigo adelante con la materia de Diseño de Joyería como parte del posgrado Diseño del Indumento, de la Facultad de Artes de la UNLP, que aborda el proceso de diseño de Indumentaria y Joyería.

 

“Estoy bastante abocada a la docencia en mi taller  donde ofrezco técnicas de joyería en general no apunto a la aplicación del PET sino a cualquier material que elijan.”

 

_Trabajaste en otros materiales además del PET y el metal.

_Sí, con papel, maderas, piedras y bastante en mix con metal, claro. Estuve mucho con metal porque después de Diseño industrial estuve por siete años con el maestro de origen armenio Aschian Sarquis trabajando con técnicas tradicionales en oro, plata y piedras, después seguí por otros muchos años con Jorge Castañón donde aprendí otras técnicas más experimentales, en un principio sobre metal y comenzando a pensar más en el concepto. En un momento se enseñó joyería con el mandato del manejo conceptual pero ahora es más libre.

A veces pienso un concepto que materializo en una pieza, otras es al revés; muchas, juego con el material y esa intervención me sugiere algo; también hago el esfuerzo por reconstruir a qué me lleva eso.

Y en esas cosas de la semiosis, de la experiencia, me pregunto a qué remite o por qué me resuena y me doy cuenta que hay algo, que viví algo de eso o alguien me contó y me quedó picando; eso también es muy común, inconsciente y hasta genuino; el presente o el futuro muchas veces responde a eso que ya fuiste, que ya hiciste.

En Munich

De esto se trata mi trabajo para «Missing Memories», la muestra comisariada por Juan Rusich para galería Alliages que hoy se muestra en paralelo a Schmuck en Munich. Ese volver, ese continuo activa nuestra memoria. Una herramienta reflexiva que pude adquirir a partir de los planteos del escritor Franklin Velez, como parte de los cursos de la Licenciatura en Curaduría en Artes de la Universidad Nacional de las Artes. Al tomar contacto con sus textos me di cuenta que reflejaban eso que inconscientemente había hecho, y se manifiesta una red en la que se abren y cierran caminos.

 

“A veces pienso un concepto que materializo en una pieza, otras es al revés; muchas, juego con el material y esa intervención me sugiere algo; también hago el esfuerzo por reconstruir a qué me lleva eso.”

 

_¿Qué llevaste a Munich?

_Como respuesta a una convocatoria de Alliages presento una pieza en acetato impreso de la serie descripta. Con esta fundación también formo parte de Legado, que es un proyecto en el que los joyeros donamos piezas para el museo de joyería contemporánea Espace Solidor ubicado en Cagnes-sur-Mer, al sur de Francia, y participo de sus muestras itinerantes que, en el caso de «Missing Memories» arrancó en Lille, ahora se exhibe en una galería del barrio de Schwabing en Munich a propósito de Schmuck, continuará en Melting Point en Valencia, probablemente seguirá por Madrid y también estaría en Contemporania Barcelona la feria que reversiona Joya Barcelona.

De esta muestra también participan las argentinas Monique Lecouna, Elvira Cibotti, Paula Botto Fiora y Hebe Argentieri.

Mi trabajo muestra cómo está presente la memoria, cómo vivimos en la memoria por eso tiene que ver con ese continuo al que hacía referencia, con esa permanente retroalimentación de lo que fuimos para construirnos, vivir el presente y, de alguna manera, perfilarnos hacia el futuro. La pieza de esta serie implica un desplegar, que aparece y desaparece, que en un momento está y en otro no, tal como funciona la memoria; algo nos dispara un recuerdo o una imagen y reconocemos eso que estaba adormecido. Me gusta profundizar una idea a través de una serie, en la que se da una transformación de una pieza a otra aun con un hilo conductor, por eso seguro seguiré trabajando con esta propuesta incipiente.

Tal  como se muestra con este anillo es una suerte de catarata que se despliega y mueve, con imágenes que aparecen y desaparecen con impresiones sobre acetato y se completa con PET y alpaca. Me interesa trabajar este mismo continuo sobre PET, a veces una imagen tan explícita puede que cierre en vez de abrir sentidos, entonces puede que siga con imágenes pero no tan evidentes. En el anillo elegido por Alliages las imágenes están en segundo plano. Lo ambiguo te hace pensar asociar distintos conceptos por eso intentaré seguir en ese camino.

 

“Lo ambiguo te hace pensar asociar distintos conceptos”

 

_¿Y otro material?

_Bueno, recientemente trabajé con las maderas del deck que tengo en el patiecito interno del taller, Veré, no sé, quizá ya es tiempo de pasar a otro material pero cada vez que me lo planteo aparece una nueva manera tratar el PET.

En «Océanos», «Heridas», el color es muy fuerte y según como lo trabaje evoco distintas ideas. Cuando creí que esto estaba agotado, descubrí que podía trabajarlo con fajas de esmeril y no pude parar. Por eso, ya no digo de esto basta…

 

“Cuando creí que esto estaba agotado, descubrí que podía trabajarlo con fajas de esmeril y no pude parar. Por eso, ya no digo de esto basta…”

 

_Muchas de tus piezas están en galerías y museos fuera de Argentina.

_Además del museo Castagnino en Rosario y del museo francés Espace Solidor, en los que mis joyas forman parte de sus colecciones, mi obra se encuentra en la galería parisina Elsa Vanier, en la Fundación Cominelli de Brescia o en el espacio online No-gram con sede en Roma que me conecta con interesados de distintos lugares del mundo; estuve durante mucho tiempo en Quoil Gallery en Wellington con quienes participé del espacio Frame, exclusivo de galerías. En Buenos Aires, ahora estoy en la tienda del Museo de Calcos y Escultura Comparada Ernesto de La Cárcova dependiente de la UNA. Dondequiera que estén es un orgullo.