Apuntes | Notas

La  joyería en perspectiva

El ensayo La urgencia subjetiva publicado por Joyeros Argentinos fue el puntapié inicial. La joyería en perspectiva y cómo interrogar este quehacer, una continuidad que reflexiona desde una mirada que sostiene el pensamiento crítico como herramienta necesaria para la joyería contemporánea y para la vida misma.

Caco Honorato y Mariela Vicencio trabajan la joyería contemporánea como arte en Chile, donde tienen un estudio “dedicado al desarrollo de diversos proyectos de educación, difusión y creación, para darle a la joyería contemporánea un espacio dentro del panorama cultural y artístico chileno. Cada vez somos actores más activos, críticos conscientes”, se definen, y dan respuesta a más interrogantes.


_¿Cómo instalan la crítica de la joyería contemporánea? ¿Qué importancia tiene hacerlo?

_Instalar la crítica en joyería contemporánea es una tarea muy difícil. Nosotros llevamos 20 años trabajando en la escena (Caco lleva 20 años y Mariela algo más de 10) y los avances han sido pocos. A pesar del desánimo que esto pueda provocar, para nosotros es tan necesario, fundamental más bien. Desde nuestra vereda, hacemos todo lo que podemos: hacemos clases (a artistas, creadores y joyeros), charlas, libros, muestras individuales, grupales, curatorías nacionales e internacionales. Hemos desarrollado escritura; no solo nuestra, también para otros. Hemos construido alianzas y desarrollado teoría. Pero lo que está de fondo a todo esto es el deseo de contribuir al desarrollo de un pensamiento crítico, motivar a la creación del hábito de pensar, cuestionar y hacer mapas; todo lo que signifique, finalmente, tener una posición, ver en perspectiva. En nuestra cultura, tener una posición es un gesto tremendamente conflictivo. Sabido es ya que estamos inmersos en una cultura en donde los sistemas de poder necesitan gente lo menos pensante posible. En nuestro caso en particular, podemos decir que no han sido pocos los roces y los malos entendidos que se han generado debido a nuestra posición enfática.

El pensamiento crítico no solo es una herramienta necesaria para la joyería contemporánea sino, más bien, para la vida misma. El pensamiento crítico sirve tanto para cuestionar la lógica mercantil, como para para poder abrir puertas a la poesía; todo esto es lo que está en juego. Como dijo el poeta chileno Raúl Zurita: “La poesía es la primera víctima y la primera que se levanta de entre los muertos para decir que vienen nuevos días”… y los que trabajamos en “joyería contemporánea como arte”, la entendemos como poesía visual, poesía de la materia. Existe un relato profundo detrás de la creación desde esta vereda. Los joyeros que trabajan más ligados a la artesanía o al diseño no necesitan tanto al pensamiento crítico; declaran, en general, que no es bueno para el negocio. Es una lógica completamente diferente.

 

_¿Qué relaciones se pueden establecer entre la joyería contemporánea y otras disciplinas? ¿Con cuáles?

_Los proyectos interdisciplinarios son tremendamente necesarios y naturales. Se nos hace imposible pensar en la “joyería contemporánea como arte” como un campo cerrado, como algo que incumbe solamente a joyeros. Si bien, existe una raíz que proviene desde el oficio de joyería (en una primera instancia), esta disciplina se encuentra atravesada por otros intereses y necesidades, por otras disciplinas. Todos reconocen la existencia de un cruce entre arte, diseño y artesanía;  pero para nosotros, se hace necesario una observación más amplia de este fenómeno, ya que el arte no tiene una casa definida y no se puede limitar a un quehacer específico. En el arte se cruzan conocimientos y saberes que vienen de todos lados.

A partir de nuestra experiencia en el campo de la joyería contemporánea, lo primero que podemos identificar con claridad, es el surgimiento de una profunda necesidad de entender lo que hacemos, lo que devino en un inevitable acercamiento a la literatura; y aquí la teoría del arte se hizo indispensable. Sucedió espontáneamente, descubrimos aquí la posibilidad de desarrollar una forma de expresión. Esta posición, no solamente tiene que ver con la joyería contemporánea, sino también con la visión que tenemos de cultura y con el cómo este “relato material y simbólico de lo que hacemos” dialoga con el resto del sistema de la cultura. Nosotros hemos trabajado con psicoanalistas, antropólogos, pintores, poetas, entre otros artistas. Para nosotros, la joyería contemporánea cuenta con una naturaleza híbrida que le permite acceder de forma orgánica y natural a diálogos diversos, a un amplio rango de relaciones. Todo depende, en definitiva, de la imaginación e interés de los creadores. Es por esta razón que disentimos con ímpetu cada vez que escuchamos la insistencia de aquellas voces que defienden a las “técnicas de joyería tradicional” como principal y más importante herramienta. Reducir a la joyería contemporánea a un oficio, hablar de que “la joyería contemporánea debe tener impecable factura” como principal paradigma, o delimitar su campo de acción al mundo del adorno, son los principales enemigos de la posibilidad que tiene la joyería contemporánea de mantenerse con vida.

 

_¿Qué confusiones conceptuales circulan?

_Se observan que circulan confusiones conceptuales de todo tipo. La falta de interés por generar un conocimiento base en relación a la historia del arte o a la teoría de la imagen, el poco amor por la lectura y el rechazo a una posible expansión del área de trabajo, son factores que terminan, finalmente, en la conformación de un ambiente en el cual el desarrollo de pensamiento crítico -que mencionamos al principio- no logra generar su nacimiento. La nota de complacencia que se observa en todo esto, está relacionada con la posición actual del foco de atención. El foco hoy, está orientado mayormente a la fabricación de  adornos para el cuerpo, de objetos “bellos” en un sentido clásico. Que estas piezas circulen y se vendan es el objetivo principal. Esto es lo que nosotros llamamos “una lógica de mercado”, algo que no tiene nada que ver con ser artista.

En la II Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea, presentamos la charla “Arte y Diseño. Territorios en disputa”; presentación que generó mucha discusión por su contenido, en  el cual se reflejaban estos problemas conceptuales. Presentamos una teoría de mapa de la escena de joyería contemporánea (a través de ejemplos), con los distintos paradigmas de los diferentes campos y como estos interactúan entre sí (arte, diseño, artesanía). Las reacciones fueron variadas. Hubo una parte de la audiencia que manifestó una gran molestia por lo planteado; no querían participar de una conversación sino poner sus ideas en la mesa. Prácticamente, no recibimos preguntas. Se generó una reacción apresurada, calificando estos planteamientos como una falta de respeto a ciertos grupos; acusación que no fue respaldada en ningún caso por argumentos que pudiesen ser motivo de construcción de diálogo. Se pudo observar con claridad en aquella instancia, la necesidad imperiosa de la construcción de una identidad; lo que hace que cada creador busque su propio nombre, sus definiciones para tomar distancia del otro. Fue muy difícil agrupar a los creadores bajo un nombre común, hacer que nos veamos los unos a los otros. Para esto, fue fundamental la existencia de la Bienal, que quedó inscrita, finalmente, bajo el nombre de Joyería Contemporánea. Gracias a esto van quedando de lado las diferencias y, de a poco, va primando la necesidad de agruparnos. Pero esta agrupación no debiese navegar en la ingenuidad -como sucedía en un principio- sino, más bien, desplazarse alrededor de una mirada en perspectiva; para lo cual se hace necesario  reconocer ciertos mapas, entender por ejemplo, esta gran disputa (mencionada en un principio) entre arte y diseño.

 

_¿Qué se puede proponer para generar audiencias interesadas en la joyería contemporánea?

_Entre las nuevas propuestas que se pueden generar, tener una Bienal como la de Buenos Aires es un buen paso, que se convierte en fundamental. Poner el foco aquí y no en Alemania (Schmuck) es un esfuerzo grande para comenzar a mirarnos a nosotros mismos. Si queremos construir una voz latinoamericana, hay mucho trabajo por hacer en este sentido. En algún momento vimos a los creadores muy interesados en ser aceptados, muy preocupados por ser vistos y circular en otros territorios, muy lejos de Latinoamérica. La joyería contemporánea es un mito principalmente europeo, por lo tanto, lo que nos corresponde es trabajar por construir “el mito latinoamericano”. En ese sentido, los artistas se desempeñan mejor que los diseñadores a la hora de crear mitos, por esta razón es que para nosotros es tan importante reforzar, fomentar y hacer crecer a la “joyería contemporánea como arte” y fomentar el surgimiento de creadores con “cuerpo de obra”.

Volvemos a la idea de que instalar el pensamiento crítico es fundamental para asegurar la calidad de esta nueva creación. Para la evolución, consideramos necesarias las instancias asociativas, tanto como la urgente instalación de “diálogos críticos” (que son profundamente diferentes a los “diálogos de relaciones públicas”). En Chile los distintos grupos de creadores funcionan en su mayoría por separado, existe muy poca comunicación y pareciera que también pocas ganas de establecer estos diálogos; por lo menos en nuestros intentos, hemos obtenido un bajo nivel de respuesta.

 

_¿Qué otras audiencias hay y cómo se reconocen?

_La escritora chilena Diamela Eltit que en una entrevista dijo: “Las obras eligen a su audiencia”,  y pensamos que tiene la razón. Mientras la joyería esté con el foco puesto en hacer mercados de objetos bellos hechos a mano, obtendrá públicos que buscan diseño, algo original, con la tendencia del momento, que son finalmente audiencias que se mueven y eligen “por gusto”; obtendrá entonces: consumidores. Por esto mismo, nosotros planteamos la idea de que los artistas que trabajan un “cuerpo de obra” -que tiene contenido, relato, discurso- lo que hacen en el fondo es navegar en la profundidad, encontrando audiencias que no consumen (necesariamente), pero que si  generan fidelidad, complicidad. Las obras de arte conectan sensibilidades, maneras de entender el mundo, generan incluso amor. Se establece aquí un compromiso. Surgen de esto las mejores audiencias y de la más diversa índole; porque hay una parte del arte que no es intelectual, no estamos hablando solo de élites, se trata del púbico aquél que vive con la necesidad presente de encontrar relatos que conecten con la realidad, intensamente. El diseño, por su parte, pareciera tener una lectura de corto plazo; lo que se genera aquí son objetos de consumo, los cuales tienden, finalmente, a lo desechable. Las obras de arte, por el contrario, generan patrimonio, construyen “una voz” que se queda dándole forma a la identidad cultural de un lugar del mundo.

Cabe también mencionar en este punto la gran importancia de las audiencias que provienen de otras disciplinas que se relacionan con lo que hacemos, como el caso del  psicoanálisis y la antropología, por dar dos ejemplos en donde hemos encontrado audiencias preparadas, agudas, curiosas y que se dan el tiempo de hacer lecturas, relaciones, hacer vivir a las piezas.

Otra manera de reconocer las nuevas audiencias es mediante el grado de felicidad con que es recibida una muestra, una charla, un conversatorio. Nos pasó por ejemplo, con una muestra que llevamos a una galería y escuela de Punta Arenas, en donde la vida cultural cuesta y funciona alejada de los grandes centros. Nos sorprendió ser motivo de tanto cariño, motivación y felicidad con la que fue recibida la exposición y la charla que la acompañó. En otra oportunidad, tuvimos una sorpresa similar por la reacción con otra muestra y conversatorio llevados a cabo en una institución de educación superior, en una facultad en la que no se establece una relación directa con ninguna rama del arte. Las audiencias (no especializas en esta área precisamente) nos han llenado de preguntas, son públicos muy curiosos e interesados. A veces los nuevos circuitos son los mejores, porque no están colonizados por un determinado aparato cultural que los controla. En resumen, la clave para reconocer una buena audiencia es la curiosidad; que escasea en los círculos de la Joyería Contemporánea. Las ferias de ventas, por otro lado, son abundantes; encontrando aquí a las peores audiencias (para dar el ejemplo inverso)… ¿Cuánto cuesta? pasa a ser la única pregunta y ¡Qué caro! el comentario más recurrente.

 

“Instalar el pensamiento crítico es fundamental para asegurar la calidad de esta nueva creación. Para la evolución, consideramos necesarias las instancias asociativas, tanto como la urgente instalación de diálogos críticos.”

_¿Cómo construir una mirada Latinoamericana?

_Miremos un poco hacia atrás para reflexionar cómo construir una mirada latinoamericana. Si hace 10 años le hubieras propuesto a un creador trabajar con la identidad, su respuesta probablemente sería: hacer souvenirs del país. Probablemente, de esta petición, surgirían joyas con forma de mini empanada, pequeños huasos o guachos, o así mismo, cualquier cliché de identidad. Las artesanías de cada país han servido a las naciones para establecer cierta imagen; es necesario para que los habitantes de un territorio se reconozcan. Por eso que muchos creadores pensaron que basándose en una artesanía tradicional obtendrían “la fórmula de la identidad” y se podían inscribir como creadores ligados a un territorio. La “Marca Chile”, la “Marca Argentina” son territorios fáciles de reconocer y parecía en aquél entonces que el acto de hacer piezas elegantes, usables, sofisticadas era la fórmula para tener una mirada nacional y Latinoamericana. La única preocupación entonces era desarrollar  una buena factura, un buen producto, con un buen marketing. Nuevamente esta lógica de mercado fue evolucionando y con el tiempo, poniéndose en crisis.

Los creadores con espíritu crítico -los más ligados al arte- encontraron nuevas maneras de pensar lo latinoamericano, sin considerar estas fórmulas, que provienen de las estrategias del diseño. Desde el arte, la pregunta de ¿qué es lo latinoamericano? se abrió de maneras insospechadas. La nueva creación no solo toma distancia de los cánones de identidad tradicionales, sino que además, pone en duda el concepto de identidad mismo, incluso. El post-colonialismo, la orfandad latinoamericana, lo homogéneo y heterogéneo… el relato ha crecido de una manera antes inimaginable desde que empezamos a dejar atrás la camisa de fuerza que era esta visión de la joyería como diseño. Todavía falta mucho, existe en este campo una fuerte presión para quedarse en el área segura de la identidad fácil de reconocer.

 

_¿Cómo enfrentan el momento político la joyería contemporánea en Chile? ¿Cómo se expresa?

_El estallido social y la crisis política que estamos viviendo, marcaron un espacio de replanteamiento para la joyería contemporánea; en realidad, ha sido así en todas las áreas. Lo primero que sucede es la presencia de un gran silencio, marcado por el miedo de “tener una posición”. Esto es algo que proviene de las marcas de la “post-dictadura”, creemos nosotros. Luego se observan algunos gestos tibios, como frases políticamente correctas; todo muy bien calculado. Para nosotros fue, más bien, todo lo contrario. Escribimos en crónica y sacamos un manifiesto, se nos hacía urgente y necesario generar este material que dijera -de manera muy clara y enfática- que la “joyería contemporánea como adorno” ya no resistía dentro de un contexto como el actual. Las respuestas a esto estuvieron bastante polarizadas, como es de esperarse ante una declaración tan categórica. Aquí sigue presente el miedo, creemos nosotros. Un tiempo después, vimos surgir diversas campañas y proyectos.  El estallido logró que la gente se diera cuenta que ya no era tan mal visto manifestar cierto grado de descontento; pero manifiestos u opiniones más radicales, no hubo. En este momento ya se observa con mayor claridad la apertura de un fenómeno inverso a la situación inicial; ahora todos quieren hablar, todos quieren decir algo, estar en alguna marcha. Y desde la vereda del arte, comenzó a instalarse algo que para nosotros era una mala señal: un arte político fácil, rápido, de eslogan, simple, incluso oportunista en algunos casos, podríamos decir. Arte político light, arte ONU, arte ONG, existen varios conceptos que se utilizan para definir cierta manera de ver el arte que, a nuestro juicio, no llega a ser un verdadero arte político. La reacción al momento político de Chile tiene mucho de esto. Esta manera de ver el arte político no solo carece de fuerza, sino que además, es precisamente lo contrario de lo que pretende defender; una muestra más de esta falta de pensamiento crítico en la que insistimos desde el principio.

“Para que el deseo que nació con el estallido social consiga construir un nuevo cuerpo de creación, se necesita más tiempo y dedicación, más reflexión y pensamiento crítico.”

_¿Qué trabajos se realizaron?

_Podríamos mencionar tres campañas que generaron movimiento por esos días: “Ojo Chile”, “Orfebres en Cadena”, “Orfebrería en Resistencia”. “Ojo Chile” tenía como objetivo juntar piezas realizadas en torno a la imagen de los ojos mutilados, lo que ya se había instalado en la opinión pública como el símbolo del abuso policial y de la resistencia. “Orfebres en Cadena” agrupó a artesanos principalmente, tenía algo más de gremio, pero el mismo enfoque respecto a lo político. Ellos hicieron una gran cadena juntando trozos que aportaba cada artesano. “Orfebrería en Resistencia” fue una convocatoria más abierta, en el sentido de invitar a compartir creaciones, no había un pedido específico como en las otras iniciativas, se generó más bien como una instancia que se desarrollaba en torno a la búsqueda de visibilidad.

Según nuestra mirada, todas estas instancias ayudaron a juntar a una serie de creadores, en una suerte de solidaridad de grupo. El perfil de los llamados nació desde un lugar que se encontraba vinculado principalmente a la artesanía, al oficio; a pesar de que participaron varios representantes de la joyería contemporánea. La mayoría de estas iniciativas no contaban con una curatoría, ni una textualidad, fueron más bien, algo espontáneo; lo que a  nuestros ojos parece ser una contradicción, si es que queremos hablar de arte político. El llamado general obedece, mayormente, a una reacción del momento, al momento mismo, no a algo procesado.

Nosotros vemos que hay ganas, es evidente que el estallido social generó el nacimiento de un deseo profundo de que sucedan cosas. Pero aún falta mucho para que todo esto se transforme en una toma de conciencia. Aún escasean las reflexiones de fondo, desde el lenguaje y desde el discurso. Aún no se observan escenarios organizados, con paradigmas o ideas que sustenten cierta estructura conceptual. Para que el deseo que nació con el estallido social consiga construir un nuevo cuerpo de creación, se necesita más tiempo y dedicación, más reflexión y pensamiento crítico. Con el ardor de la pasión del momento, se pueden generar proyectos, sin duda; sucedió así todo este tiempo.

Pero desde nuestra perspectiva, la generación de un nuevo movimiento de creación va a requerir de una mayor profundidad, a la que no vemos forma alguna de llegar si no es de la mano del tiempo, de la reflexión y del desarrollo de una nueva consciencia sobre la importancia que tiene el pensamiento crítico en la conformación de los nuevos escenarios culturales; nos atreveríamos a decir incluso, que todos los nuevos escenarios -más allá de la naturaleza que posean- van a requerir de estas condiciones.

Por nuestra parte, seguiremos dedicando nuestra obra, nuestro discurso, nuestro lenguaje y nuestro apuntalamiento al reconocimiento consciente de la importancia que tienen estos factores en la construcción de lo que viene para el futuro; tanto desde la vereda de la creación, como en todas otras aquellas en las cuales este deseo sea aplicable. Aquí estaremos… persiguiendo el sentido… quedan todos invitados a acompañar la búsqueda.

Caco Honorato y Mariela Vicencio.