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Pasado y presente continuo

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La artista joyera Roxana Casale realiza una muestra individual en la Galería Núcleo, en San Pablo


«Violenta opresión» y «Delicado equilibrio» dos de las series artísticas expuestas


El engaste electromagnético de Chris Kiseno

Apuntes | Notas

Mi obra es el recurso que utilizo para alzar la voz


Chris Kiseno innova

con el  engaste electromagnético

 

 

 

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La aplicación del engaste electromagnético en joyería contemporánea es la última innovación del artista de origen colombiano residente en Barcelona, Christian Kiseno.

Se trata de una nueva propuesta de ensamble en frío que caracterizan su trabajo que acaba de presentar y que utilizó en un complejo anillo para sostener una piedra, mecanismo que exhibe mediante tubos de acrílico. Enterate en detalle de cómo funciona.

Además, en estos días expone una de sus icónicas piezas en la nueva edición de queerphoria, que forma parte de New York Jewelry Week.


Una vez más el artista de origen colombiano residente en Barcelona  Christian Kiseno se destaca por sus innovaciones mecánicas aplicadas a la joyería contemporánea. Acaba de presentar una serie con su último trabajo: el engaste electromagnético.

Su primera pieza con este sistema es un anillo construido en plata, latón, tubos de acrílico, imanes, citrino orange y esmalte sintético. El uso de imanes resalta su propuesta.

Es que su trabajo consiste en ensamblar esa piedra con la presión de imanes que se repelen y la sostienen en cilindros transparentes que permiten visualizar su original juego mecánico. “La fuerza electromagnética de los imanes hace que se cierren las uñas (forma que le da a esa magnetita) y atrapen el citrino

Con los imanes siempre traté de buscar lo contrario de la atracción que se acostumbra. Me llamaba la atención que se repelían. Entonces quise experimentar y empezar a utilizar esa fuerza de repulsión. La construcción del anillo me llevó dos semanas. Que los dos imanes estuvieran en un tubo hizo que la fuerza se acrecentara, contrariamente a lo que había pensado en un principio ya que dudaba que tuviera la fuerza precisa para que esas uñas se unieran con el fin de sujetar la piedra, pero lo logré. Fue recién cuando comencé a armarlo que advertí que sí funcionaba el engaste electromagnético pretendido.

El artista joyero da cuenta de cómo se le ocurrió este renovado proyecto de ensamble en frío. “Surgió de saber que los trenes chinos se elevan por fuerzas electromagnéticas y no van sobre los rieles sino casi como flotando, por eso logran esas velocidades.

“Quise probar esa fuerza que repele en un sistema de engaste. En cada tubo hay tres imanes y funcionan como un amortiguador o resorte que empuja para que se sujete la piedra.

Ya había utilizado muelles para engastar piedras en un broche de la serie «Fabi», la de la consigna “Me We” que aludía a las palabras de Muhammad Ali, en la que también quise pasar de “yo a nosotros”. Todos los sujetadores sostenían la piedra pero si los quitaba no, volvía al yo, y viceversa.

Otro antecedente de este novedoso tipo de engaste es un anillo que hizo en su primera etapa de trabajo entre 2016 y 2017, que tiene una piedra sujetada con cadenas y dos imanes repeliéndose, con la que quiso enviar el mensaje de si realmente estamos o somos libres.

“Siento que atravieso o transito dos caminos en la joyería contemporánea, esa joyería subversiva que denuncia y hace visible lo que se oculta o no deja ver, como se representa en el broche «Los colores de la violencia».

“Y también está esa otra línea de investigación que parte de la mecánica, como los imanes. Ahora, hay un cierre que quiero hacer con este mismo sistema de engaste, en el que se cierre porque los imanes se repelan”.

“Con los imanes siempre traté de buscar lo contrario de la atracción que se acostumbra. Me llamaba la atención que se repelían. Entonces quise experimentar”.

Levantando la voz

En tanto, expone uno de sus piezas emblemáticas en la Semana de la Joyería de Nueva York.

Mi obra es el recurso que utilizo para alzar la voz y dar golpes en la mesa, demostrando que aquí estamos los nadie, dispuestos a luchar por nuestra dignidad.

Mi medio de expresión es la joyería subversiva. Esa que no está dispuesta a seguir el camino de la repetición y la costumbre que nos ha impuesto una sociedad capitalista, sexista, racista, homofóbica, clasista, clerical y heteropatriarcal que nos arrebata la dignidad y el derecho a la desobediencia, yendo más allá de este poder que nos obliga a luchar contra el otro, porque es nuestro enemigo y debemos verlo como una amenaza”, sostiene Kiseno.

Una declaración de principios con la que desde hace unos días expone su obra «Los colores de la violencia», una pieza que, como con su icónica «Ausencia», visibiliza el asesinato de los líderes sociales de su Colombia natal.

Se trata de broche hecho en resina de color que se destaca por sus ya clásicos y minuciosos ensambles mecánicos, el cual donó a [queerphoria], una organización que presenta el trabajo de artistas internacionales 2SLGBTQIA+ en la Semana de la Joyería de Nueva York.

Experiencia [queerphoria] vol.4 explora el concepto de conexión en su forma más amplia: con la cultura, la Tierra, la identidad, la política, el entorno, la naturaleza y la familia, entre otras.


Gualicho, lo último de Inés Bonadeo

Apuntes | Notas

Cuando las manos trabajan, el espíritu deambula y la mente imagina


Gualicho, lo último

de Inés Bonadeo

 

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Con una colección de piezas contemporáneas que se suman a las de joyería, Inés Bonadeo lanza «Gualicho». Esta obra pone en valor y actualiza el universo mapuche y también se inspira en los accesorios gauchescos.

Esta artista joyera destaca que busca reivindicar la fantasía y la posibilidad del armado de una historia propia y la sostiene con un relato visual telúrico, en el que propone el uso deconstructivo de piezas hechas en alpaca y bronce.

Conocé esta “historia de empoderamiento e identidades reforzadas” y por qué sus piezas tienen un poder simbólico y artesanal que generan hechizo.


“Un grupo de mujeres trabaja con sus manos. Forjan, sueldan y arman piezas de metal. Sus cuerpos conocen el oficio y trabajan en un estado de meditación profunda. Cuando las manos trabajan el espíritu deambula, la mente imagina mundos lejanos y posibles. En esta colección reivindicamos la fantasía y la posibilidad del armado de la propia historia y el propio relato”, cuenta Inés Bonadeo de su última colección de joyería contemporánea y accesorios «Gualicho».

«Gualicho» sucede en un contexto telúrico, con una puesta que remite a las tradiciones argentinas pero no termina de tener tiempo ni ubicación identificables. Presenta un tipo de mujer que vive en una atmósfera recia, sensual, fantasiosa y diría que son de temer. Hasta podría asegurar que huyen de algo o alguien y juntas sortean controles y límites”.

Un relato que se materializa en una serie de piezas únicas, hechas a mano, con que la artista joyera busca poner en valor nuestra cultura ancestral originaria.

Me inspiré en las formas de la joyería mapuche y de los accesorios gauchescos. Ambos universos se cruzan y mezclan mucho.

“Me interesó establecer un contacto con esa esencia que de alguna manera nos constituye, a mí particularmente porque fui criada en el Interior, en Sierra de a Ventana, en contacto con la montaña, donde pude absorber la expresión cultural gauchesca, con sus jineteadas, por ejemplo, y, sobre todo, captar cómo operan los accesorios derivados de culturas ancestrales originarias en esa y otras prácticas descendientes.

“Fundamentalmente, busqué reivindicar y actualizar el universo mapuche. Por esto, se destaca el trarilonco, pieza de cabeza en la que se basa el casquete que presentamos, el cual tiene un poder simbólico muy fuerte y nos lleva a conectarnos con nuestros antepasados”, señala.

Relata que gualicho en un concepto mapuche que fue adoptado de diversas maneras. Una de ellas es la acepción argentina de embrujo o hechizo.

“Me lo apropié para dar la posibilidad y oportunidad de construir un gualicho artesanal que permita armar piezas con un significado personal.

“Presento mi gualicho y propongo que cada una también lo haga suyo y se involucre para crear su propia pieza, esa que va a llevar sobre su cuerpo. Aunque quien la use no sea quien la haya hecho sí será quien la pueda usar y combinar de manera personal”, invita.

Pretendo que no sea un accesorio o una joya más sino que tenga el poder simbólico de nuestra historia. Los nombres de las piezas de esta colección remiten al lunfardo gauchesco y sin duda tienen que ver con la irreverencia, la rebeldía y lo indómito que define la cultura de la que somos parte”.

“En esta colección reivindicamos la fantasía y la posibilidad del armado de una historia propia”.

Piezas de inspiración mapuche

Para «Gualicho» eligió trabajar en alpaca y bronce porque los considera metales “resistentes, accesibles y cotidianos” e incluyó de botones antiguos de nácar rescatados de una mercería en remate que le dan un toque iridiscente distintivo.

Es una colección de piezas contemporáneas que se suman a las de joyería, con una cantidad acotada pero de formas contundentes.

Hay brazaletes, aros, anillos y también broches para usar como gargantilla y como accesorio de zapatos y sombreros. Sumé fajas y cinturones similares a las rastras gauchescas, que cuentan con dos piezas laterales que unen el cuero con el metal y están conectadas entre sí a través de cadenas construidas según el saber mapuche, es decir, con argollas unidas por eslabones planos con flejes o cintas de metal; las presentamos como corpiños o tops, entre otros usos, con la intención de habilitar la posibilidad de jugar.

“Además, hay varias piezas de mano del tipo armaduras, con cadenas que acompañan el movimiento de las manos; muchos aros articulados, y una pieza liga-portaliga con cadenas”, detalla.

Buscó romper con los usos convencionales ofreciendo una alternativa deconstructiva. Así presenta piezas para llevar en distintas partes del cuerpo, como la pierna, tanto directamente sobre la piel como sobre la ropa, y en accesorios, como sombreros.

La estética de la colección exhibe un relato visual que deja entrever cómo son las mujeres Gualicho.

“Construyen con mucha fuerza, trabajo e inteligencia artesanal piezas hechas con sus manos en su taller. En ese proceso de creación van imaginando mundos posibles que pueden habitar, como modelos o personajes protagónicos fuertes de sus propias historias o relatos.

“Queda abierta a la imaginación si eso que armaron es real, fantasía o un gualicho… La intención es jugar con la construcción del personaje que uno quiere encarnar y del mundo que quiere habitar.

Ese relato visual se registró con las fotos de Camila Lavalle, el estilismo de Segundo Etchebehere y el maquillaje de Barbie Mendoza, y las protagonistas de esta “historia de empoderamiento e identidades reforzadas” son Juana Cravero, Leta Cirulli y Cande Agüero.


Tali-Wasserman-Alejo-Wilkinson-Efimera-nota-La-Joyeria-de-Autor

Efímera, nueva firma de joyería

Apuntes | Notas

Una joya también se define al ser portada en el cuerpo


Se lanza Efímera,

nueva firma de joyería contemporánea

Por Delia Alicia Piña

 

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La joyera Tali Wasserman y el artista y origamista Alejo Wilkinson Hassler presentan una nueva firma de joyería contemporánea a partir de papel plegado.

Se exhibe en la edición cordobesa de Casa FOA hasta el domingo 18 de este mes


Plegar, abrir y replegar el papel para generar un universo de figuras es un arte oriental que ahora también puede derivar en joyería contemporánea.

Tali Wasserman aplica técnicas joyeras sobre objetos de papel creados por el artista visual y escénico Alejo Wilkinson Hassler, especialista en origami, para conseguir piezas únicas y portables.

“La primera vez que vi los papeles plegados de Alejo durante un evento en un taller de encuadernación no pude evitar imaginarlos en metal, convertidos en anillos. Desde entonces empezamos a probar papeles, gramajes, métodos y procesos de trabajo”, cuenta la maestra joyera, que lanza “una propuesta de joyería distinta, especial para usar”.

Durante 10 años fueron gestando este proyecto que nació de la fascinación de hacer origamis, por un lado, y joyas, por el otro. Lograr fusionar ambas artes fue una decisión que llevó tiempo, experimentación e imaginación.

Aplico casting al papel plegado por Alejo, quien diseña patrones para módulos originales. Uso una mezcla de cera, parafina y resina en la que baño el objeto de papel para luego fundirlo en metal. Una técnica artesanal simple que sirve para transformar. Por eso, el acento está puesto en la textura y morfología de la pieza original de papel”, señala Wasserman.

Y Wilkinson precisa su aporte fundamental para las nuevas joyas: “Trabajo con el plegado, con origamis en corrugado, de esos que se abren cual fuelle. Armo un mapa de dobleces que pasa o se refleja tal cual en metal. Con esto, se consiguen piezas 3D, con un volumen y textura original. Cada plegado hecho a mano es único y distinto con patrones propios.

Se arma el doblez y de acuerdo con la morfología resultante se define la pieza de joyería en que se va a convertir, es decir, si va más para ser portado por la muñeca, el brazo, los dedos, oreja o cuello alto: brazaletes, gargantillas, aros y anillo. Proyectamos sumar pins y otros adornos para el pelo.

“Consideramos importante cómo se lleva la joya o cómo se amolda al cuerpo. Buscamos que un papel liviano y flexible se rigidice sin que pierda su posibilidad de adaptabilidad. Lo mejor es que logramos formas propias que no remiten a la organicidad de algo ya visto”, sostienen.

Lejos de lo que pudiera creerse, por su origen en la geometría que marca el origami, son piezas orgánicas que siguen las curvas de las diversas partes del cuerpo.

Las piezas, siempre son el resultado de la fundición. Pero ya estamos trabajando en módulos que pretendemos matrizar para no perder esa factura artesanal y para facilitar el proceso hacia una mayor diversidad de piezas”, detallan.

Por ahora, funden en bronce con el que logran jugar con las luces y brillos del dorado y blanco, pero no descartan toques contrastantes como el que se consigue con una pátina negra, indican como ejemplo. También estudian optar por otras aleaciones y baños, como plata, y hasta piensan en poder sumar oro.

No se trata de piezas sueltas sino que presentan un conjunto, en el que cada una de las joyas se vincula conceptualmente con otra por más que sean distintas, porque “hay patrones de pliegues que se continúan, tocan o repiten”.

 

“Este proyecto nació de la fascinación de hacer origamis, por un lado, y joyas, por el otro. Lograr fusionar ambas artes fue una decisión que llevó tiempo, experimentación e imaginación”.

“Consideramos importante cómo se lleva la joya o cómo se amolda al cuerpo. Buscamos que un papel liviano y flexible se rigidice sin que pierda su posibilidad de adaptabilidad”.

Lanzamiento

Esta nueva propuesta de joyería contemporánea se está lanzando en la tercera edición cordobesa de Casa FOA, que se realiza en la ex Academia Argüello en Córdoba Capital, hasta el domingo 18.

Se encuentran en el stand 17 de espacios creativos de esa feria, pensado por las diseñadoras Natalia Scozzari y Teresita Candela. Es un espacio habitable que explora el universo de la joyería con la instalación de un taller funcional y participativo que conjuga la práctica del oficio y la arquitectura interior.

Un proyecto logrado con la participación y protagonismo de Espacio Auroom la escuela de joyería con sede en Alta Córdoba que dirige Laura Ferrari -ofrece un enfoque contemporáneo y tecnológico a un oficio de tradición artesanal- ahora en colaboración con Tali Wasserman de Estudio Joya, que aporta una propuesta pedagógica y conceptual y muestra piezas de joyería contemporánea como elementos que pueden ocupar un lugar en la arquitectura cotidiana.

Esas piezas contemporáneas que se exhiben junto a ese atelier temporario son las de esta nueva firma de Wasserman-Wilkinson: Efímera.

La marca de define en el proceso en el que el papel es quemado, se calcina y evapora, más precisamente, y se genera un vacío que es llenado por otro material.

“Efímera es el nombre de nuestra firma porque marca el instante en el que ese espacio puede ser completado. Muestra ese juego contradictorio entre el papel y el metal, que lejos de lo que pudiera parecer se complementan, pasan de uno a otro, del efímero papel al duradero metal. Exhibe joyas que representan una forma creativa de hacer durar lo efímero”, destaca el origamista.

Y dan cuenta de las impresiones o la devolución recibida durante la presentación que se está dando en este evento cordobés. “Es increíble que la referencia a la naturaleza es lo primero que perciben muchas de las usuarias.

“Nos damos cuenta de la transformación que logramos con el tratamiento del material porque varias comentan que advierten líneas naturales, como la de los caparazones de mulitas o tortugas, las nervaduras de hojas o la textura de las ramas, entre otras. Marcan su preferencia al elegir este tipo de piezas como una suerte de caparazón, no por su tamaño sino por considerarlo un objeto natural que protege su piel, que se destaca como imponente o atractivo. Con esto comprobamos una vez que una joya también se define al ser portada en el cuerpo”.

Proyectos

Efímera ya cuenta con una tienda virtual linkeada desde sus redes. También proyectan estar en tiendas de diseño.

Además, la joyera anunció que el próximo año abrirá una sede de Espacio Joya en Valencia, con la conducción de una ex docente de su escuela porteña, la joyera Belén Herrera, residente en esa ciudad española. Como también buscan introducir Efímera en el mercado europeo, esta orfebre se hará cargo de la producción que se requiere en ese continente.


Entrevista a Paula Zuker

Apuntes | Notas

La única mirada necesaria es la propia


Entrevista a Paula Zuker

Por Delia Alicia Piña

 

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Obtuvo el premio Joya Chile en la última Bienal y también ya había logrado un galardón similar como argentina, en la primera edición. Aunque prefiere no poner el acento en esta singular dualidad, vale mencionarlo porque demuestra que resida donde resida Paula Zuker consigue sobresalir.

Tiene una innata mirada crítica, ordenada por el periodismo y la fotografía. Sus inquietudes e intereses responden a una experiencia y opinión personal que la animan a innovar en el uso de materiales diversos en la joyería contemporánea y a un hacer inédito, por su parte, como el bordado dentro de un proceso creativo disruptivo y original.

El aspecto humanitario que despiertan las consecuencias de la limpieza étnica, la persecución y las masacres que se registran en diversos lugares del mundo es un tema que la preocupa y ocupa. Por eso, lo llevó y materializó en piezas de joyería pensadas, elaboradas, “integrales” e integradas a un discurso preciso. Y más, la imagen de parte de esa obra, su broche «Franja de Gaza», fue elegida para la portada del último libro del filósofo chileno Eduardo Sabrovsky.


_¿Cuánto del periodismo y la fotografía influye en la joyería que hacés?

_Muchísimo, en todo. El periodismo ordenó mi innata mirada crítica, es como un chip. Ordenó en un relato esa suerte de rebeldía y actitud crítica constante, respetuosa y con sentido. Y obviamente la fotografía me entrenó la conexión ojo-cerebro, agudizó mi mirada para detectar más allá de lo que se ve o muestra.

Una conexión que sin duda me sirvió en mi última obra, presentada en la reciente Bienal latina. Como en otros trabajos, se dio una búsqueda de imágenes para conseguir la información que la sustente. Parecería muy fácil salir a patalear o criticar sobre diversos temas pero cuando son muy complejos, o no también, es imprescindible investigar y fundamentar opiniones.

Puede que parta de un tema que me interesa y después busco esa mirada crítica traducida en un relato o puede darse al revés, que el relato sea consecuencia de un tema que me preocupa. Más allá de qué se da primero o cómo se da el proceso que deriva en una pieza de joyería de arte, es claro que todo es consecuencia de mucha reflexión durante años, en los que aprendí que la única mirada necesaria es la propia. Todo lo demás está dicho y hecho.

Desde el periodismo y la fotografía transité un camino autoral singular. Tomé clases con Andy Goldstein, cuando el uso del color se cuestionaba y no obstante me animé. Un camino que se manifestó muy fuerte en los años 90 en el Centro Cultural Rojas particularmente de la mano de Alberto Goldenstein. Allí, hablé de lo que tenía delante, por entonces a través de la exposición de mis fotos familiares.

Cuando no supe qué hacer y pretendía hacer cosas o fotos lindas el maestro Goldenstein me dijo que yo no veía así y añadió una frase que me marcó y acompaña: “Está todo fotografiado, la luna y el fondo del océano, lo único que no está fotografiado es lo que vos ves”. Y eso lo aplico a todo. Es una premisa innegociable, una necesidad de honestidad, de apertura, de reflexión, muy personal, que valoro sobremanera.

Entonces, aprendí si lo que decís o hacés te sale de las entrañas, la mente y el alma seguro es un punto de vista original, único y necesarioLo interesante es lo propio, lo que uno tiene para aportar. Por eso, siempre estoy hablando de temas que me interesan, de los que necesito hablar, a los que llamo inevitables.

 

“Si lo que decís o hacés te sale de las entrañas, de la mente y del alma seguro es un punto de vista original, único y necesario. Lo interesante es lo propio, lo que uno tiene para aportar”.

 

_No perdiste la mirada fotográfica.

_Creí que por haberme apartado del trabajo de fotografía que hacía en Buenos Aires, ya que dejé de fotografiar cuando me radiqué en Santiago de Chile, había perdido esa mirada particular de ver el mundo. Pero con la joyería me di cuenta que seguía intacta, seguía viendo esas imágenes, seguía haciéndolas o generándolas, aunque no las tomara, es que ya no necesito capturarlas.

Ese diálogo interno a través del cual se conversa con uno mismo, por el que uno se pregunta y responde, solo quedó de lado por un tiempo. La inquietud, el interés personal y el ojo entrenado para ver no se pierden.

Simplemente, el ojo ya no está tras el lente de la cámara sino en los materiales que pueden convertirse en joya. La joyería me dio la oportunidad de seguir mirando, haciendo, conversando y comunicando.

“La joyería me dio la oportunidad de seguir mirando, haciendo, conversando y comunicando”.

_¿Qué temas te interesan?

_Me interesó la problemática de la limpieza étnica y la persecución que se ve en Kutupalong, Bangladesh, donde se asienta un inmenso campamento de refugiados; también la masacre de la harina en la Franja de Gaza y, de igual modo, la explotación ilegal del oro en la Amazonia, en la frontera entre Brasil y Venezuela.

Esto es lo que tuve por delante, es decir, me interesé en tenerlo delante, más bien. Está a la vista del mundo; lo vi y entonces no pude hablar de otra cosa. Y me adapté o lo adapté a la temática de la convocatoria, ya que lo presenté en la última bienal joyera latinoamericana, devenida en internacional.

Un ejercicio de adecuación que ya había hecho para la primera edición de la Bienal, en 2016. Entonces, presenté una obra que trataba sobre la violencia contra la mujer, a propósito del trabajo que venía haciendo denominado «Mal de amores», que puntualizaba sobre las relaciones tóxicas.

 

“Lo vi y entonces no pude hablar de otra cosa. Y lo adapté a la temática de la convocatoria. Un ejercicio de adecuación que ya había hecho para la primera edición de la Bienal”.

 

_¿Cómo fue el proceso de «Aseo profundo»? 

_Fue un tema elegido de manera colectiva, lo conversamos mucho con las colegas que convoqué para ese trabajo: Pamela Cavieres y Carolina Hornauer. Hicimos un ping pong de ideas, votamos y resultó ganadora esa denominación. Un feed back que se dio cuando acababa de ver la película de Wim Wenders, «Días perfectos», que motivó y reforzó conversaciones sobre la limpieza y el aseo.

Y justo cuando me preguntaba qué hacer específicamente, se produjo la llamada masacre de la harina en el oeste de la Franja de Gaza a fines de febrero del año pasado, cuando cientos de refugiados palestinos murieron por disparos del ejército israelí al amontonarse para conseguir alimentos de un convoy que trasportaba sacos de harina y enlatados, como ayuda humanitaria. Cuando vi la noticia no pude hablar de otra cosa porque me impactó, fue tremendo, me afectó mucho. Tal vez por mi cercanía, ya que soy de familia judía por parte de mi padre.

Como parte del proceso, en un momento tuve una conversación con mi papá, cuando me dijo que quería ir a la Bienal y le advertí de qué iba mi trabajo. Discutí el tema y quedé angustiada, también por lo que leía sobre lo que le ocurría a los palestinos en el mundo. Me di cuenta que era un tema grave, que no podía lanzar ideas y obras de una manera liviana e irresponsable o por mera ilustración. Decidí no meterme en la parte política porque es un tema complejo y de larga data, y como lo que más me preocupa es el aspecto humanitario amplié la temática en esa línea, ya que no es el único pueblo que sufre atrocidades.

Definí que mi hilo conductor sean las fotos aéreas. Una perspectiva con la que no busqué tomar distancia sino que pretendí generar un acercamiento empático a esa dura realidad. Y elegí la del campamento de refugiados ubicado al oeste de Bangladesh, donde viven más de 900 mil rohingyas expulsados de Myanmar. Contradictoriamente son imágenes espectaculares, similares a otras migraciones como las de los colombianos o venezolanos que pasan por el norte de Chile. Y ciertamente una vez que avancé en esa temática más abierta me relajé, empecé a dormir más, le encontré un sentido a esa tarea.

 

«Porque lo que más me preocupa es el aspecto humanitario amplié la temática, ya que no es el único pueblo que sufre atrocidades. Mi hilo conductor fueron las fotos aéreas”.

 

_¿Y por qué bordar?

_Hace rato que tenía ganas de meterme en el mundo textil. El año anterior había hecho algunas investigaciones textiles con Silvina Romero, y pedí ayuda para poder bordar con la aguja rusa para lograr relieve que se usa para alfombras. Aprendí, practiqué mucho y busqué especialmente sacos de harina para hacerlo. Comencé por bordar impresos y logré como mini alfombras. Advertía que era demasiado figurativo y luego vi fotos aéreas tomadas desde un dron del momento de la masacre y me dije: es esto.

Empecé a bordar con variaciones de puntos porque me di cuenta que no se veía bien en blanco y negro como quería. Previamente, investigué cómo transferir una foto, continué probando puntos de bordado, un mundo nuevo y desconocido porque no había cosido un botón en mi vidaMe encantó esa incomodidad tanto del tema como del bordadoMe pasé bordando casi 5 meses sin parar, fue maravilloso. Era lo único que quería hacer, menos yoga anulé todas mis actividades.

Y sobre esto, opté por trabajar con mucho color. Mis amigos me ayudaron a buscar hilos, aprendí a usar agujas, rompí muchas, tuve inflamación muñeca y brazo porque literalmente uno pone el cuerpo y me dolía todo porque mi bordado era muy apretado, entonces tenía que casi que martillar la aguja para que pasara.

No obstante, el bordado consigue colaborar con el relax porque es una labor muy meditativa. En esa apertura de tema, como parte de lo presentado en «Aseo profundo» nació la serie llamada «Limpieza étnica».

 

“Me encantó esa incomodidad tanto del tema como del bordado. Me pasé bordando casi 5 meses sin parar y fue maravilloso.”

 

_¿Todo es parte del mismo trabajo?

_Sí, parece una mezcla de temas pero como ya mencioné el hilo conductor son las imágenes aéreas.

Y muchas de ellas las bordé en público porque vendía joyas en pop up en cafés durante fechas claves como el día de la madre, y además llevaba mi trabajo a ese espacio porque no podía estar horas sentada en un lugar sin bordar. Entonces, se me acercaban para ver y preguntar qué hacía bordando bajo una gran lupa. Dejaba que se metieran a opinar sobre los colores, el tamaño tan chiquito del bordado, expresaban su gusto y preferencia y, cuando se involucraban, les contaba que representaba al campamento de refugiados más grande del mundo en Bangladesh, entonces huían…

Sin embargo, creo que la información opera como insecto venenoso, cuando te pica ya está adentro tuyo por más que salgas corriendo, solo hay que esperar su efecto. También durante la exposición muchos preguntaron por el trabajo de bordado o de joyería y les consultaba si habían leído el texto y cuando lo mencionaba la reacción era diferente. Así me di cuenta que la joyería resulta una manera efectiva de comunicar, de transmitir o despertar lo que uno quiere.

 

“Me di cuenta que la joyería resulta una manera efectiva de comunicar, de transmitir o despertar lo que uno quiere.”

 

_¿Por qué Bangladesh?

_Cuando uno pone el problema lejos es más fácil de verlo. El drama de la migración, la persecución y la limpieza étnica está en todos los continentes y se dio a lo largo de la historia de la humanidad. Si lo personalizás la gente genera anticuerpos, pero cuando está lejos es más fácil de visualizar.

Esto también incluye la problemática de la explotación de oro en la Amazonía, haciendo pie en Latinoamérica. Lamentablemente siento que podría bordar temas de este tipo hasta el infinito, podría sacar del archivo de la humanidad situaciones similares y hasta puedo adivinar lo que se viene… no sé si lo haré, veremos cómo evoluciona.

 

“Lamentablemente, siento que podría bordar temas de este tipo hasta el infinito, podría sacar del archivo de la humanidad situaciones similares y hasta puedo adivinar lo que se viene…”

 

_¿Cómo integrás el textil a la joyería?

_Todas las piezas están bordadas en lana, hilos de algodón sobre sacos de harina y tienen una estructura en plata. Las aludidas a la Franja de Gaza dejan ver los rastros del saco de harina.

Me interesa que las piezas sean 360, es decir, busco que la pieza no sea una de frente y otra por detrás, prefiero que esté integrada, que sea una en sí misma, entera, porque completa el relato. Cada paso de esta obra fue muy reflexionado.

A medida que fui ganando experiencia en hacer joyas y contar historias a través de ellas, me llené de reglas y muchas de esas las adquirí en workshops internacionales que después fui contextualizando y sumando herramientas. Nada de adorno, todo tiene que tener un sentido es una de ellas. En esa línea, la estructura que sostiene la pieza debe completar el relato además de sostener. Me gustan las estructuras, soldar, unir, coser… Cada pieza tiene una estructura por detrás que sigue hablando de lo que pasa adelante.

Por esto mismo, uno de mis de mis desvelos fue unir lo textil con la joyería. Busqué muchas referencias, conversé con personajes, hasta que decidí seguir con mi idea.

“A medida que fui ganando experiencia en hacer joyas y contar historias a través de ellas, me llené de reglas.”

_¿Cuál?

_Las piezas que hablan de lo ocurrido en Gaza tienen una estructura parecida a una mira telescópica a través de la cual podría verse cuando se dispara. Otra tiene un círculo grande que alude a una olla popular, ya que había o hay muchas en Palestina.

Y la vista en la Bienal, que tiene un marco limpio con líneas cual palos superpuestos mediante soldadura, refiere a los campamentos donde construyen sus viviendas con palos de bambú. Esta pieza es la única que tiene el trazo de los hilos del bordado que van de una punta a la otra y esto tiene que ver con que esas personas caminan para llegar a Bangladesh y se visten de color. Esa estructura es similar a un estadio porque viven en un espacio comunitario. Otra tiene un enrejado, porque no pueden salir del campamento. Además, para todo esto el bordado me cerraba muy bien porque Medio Oriente está muy ligado a la cultura de lo textil, en Bangladesh, por ejemplo, se hace gran parte de la ropa que usamos.

En la Amazonía esto no es tan preponderante, pero sí es muy fuerte la cestería y la trama.

 

“El bordado me cerraba muy bien para este trabajo porque Medio Oriente está muy ligado a la cultura de lo textil”

 

_¿Cómo llegó tu pieza de joyería a la portada de un libro tan diferente a tu quehacer?

_El dr. en filosofía Eduardo Sabrovski acaba de publicar un ensayo que analiza el conflicto de Gaza, que se llama «Israel en Gaza Israel en Gaza, la encrucijada histórica del judaísmo», en el que asume una postura desde su historia como hijo de padre judío, no de madre, al igual que yo, y hace un análisis político muy bien fundamentado y documentado sobre la ocupación judía en la Franja de Gaza. Al hablarle de mi último trabajo quedó prendado y me pidió que la imagen de mi broche «Franja de Gaza» fuera la imagen de la portada de su libro.

Esto fue muy importante porque logré tener un diálogo con una persona que se emocionó con un gesto, una dedicación, un trabajo con una materialidad diferente, con un discurso ajeno a su saber, como la joyería contemporánea.

Es que a veces la percibo a la joyería contemporánea como una disciplina muy hermética, ensimismada, que gira en torno a un círculo, a su mismo círculo de creadores y sus familiares. Y es necesario que pueda abrirse y dialogar con otras disciplinas o quehaceres. En un punto, da lo mismo que una pieza sea de joyería o no, lo importante es el trabajo y lo que dice o comunica, porque a fin de cuentas, como en este caso, uno descubre que hablamos de lo mismo desde otra mirada o quehacer, en distintos niveles, claro, pero ambos investigamos, discutimos, profundizamos, buscamos recursos para expresar en un proceso similar. Por supuesto, que este trabajo artístico lo hice porque necesité hacerlo y sin duda que él también. Llegar a otros de diferentes ámbitos es muy valioso.

 

“Estar en la portada de ese libro fue muy importante porque logré tener un diálogo con una persona, como este filósofo, que se emocionó con un gesto, una dedicación, un trabajo con una materialidad diferente, con un discurso ajeno a su saber, como la joyería contemporánea.”

 

_¿Antes de este textil en qué otros materiales trabajaste?

_Lo primero que hice fue con unas bolas de algodón nacarado, un material que sigo usando. Eran unas esferas grandes para un broche-colgante construido con plata 925 que trabajé en un workshop, por entonces como miembro de Joya Brava con una tutoría de un artista. Las desarrollé para un trabajo llamado «JoyEros» que trataba sobre el erotismo. Creé una serie llamada «Brote» en la que había que trabajar con una foto puesta sobre un cuerpo, y elegí hacerlo sobre la imagen del pecho de mi hijo preadolescente, lo cual resultó ser el mejor escenario en un homenaje a su inminente pubertad.

Luego opté por la porcelana para una obra que denominé «Mal de amores», resultado también de un workshop con la diseñadora finlandesa Mia Maljojoki. Una propuesta con la que gané un premio en la primera edición de la bienal de joyería y por eso después pude presentarla en mi exposición individual.

Con ese material trabajé las emociones que no pasan desapercibidas en nuestro cuerpo, que nos atraviesan como un rayo de luz o como un cuchillo afilado. Son una evidencia, una muestra de lo que no vemos pero sucede en nuestro interior. Trató sobre el mal llamado amor, ese que enferma lentamente, siempre se estanca en algún recoveco o fisura y duele. Se siente en carne viva sin poder cicatrizar. Y dentro de esto, en general se inscriben los femicidios que no cesan. Las cifras de femicidio en América Latina representan una alarmante desgracia. Ese fue mi homenaje a esas mujeres sufridas, desaparecidas y asesinadas por sus mal llamados amores. Con esta idea, planteé mi mirada sobre la violencia contra las personas en una de sus peores manifestaciones. Y opté por materializarla en porcelana esmaltada y plata 950.

 

“Lo primero que hice fue con unas bolas de algodón nacarado, un material que sigo usando. Luego opté con porcelana.”

 

_Fuiste la única que ganó el Premio Joya Argentina y, a la vez, Joya Chile. 

_No lo menciono mucho porque llama la atención y a veces lo cuestionan. Entiendo que parezca extraño y hasta contradictorio. Sin embargo, no fue más que premiar distintos trabajos, en una instancia como argentina de origen y, en esta última Bienal, como residente chilena desde hace añares.

De alguna manera habilité a la migrante que soy y pude ser parte. Y justamente las joyas presentadas hablan al extremo de migraciones, de pueblos desplazados y de persecución.

El premio fue muy gratificante porque tenía adentro mucho para decir y que se haya reconocido; fue un honor.

 

“Me premiaron por distintos trabajos en una instancia como argentina de origen y otra como residente chilena.”

 

_Después seguiste con las piedras.

_Sí, de ahí me puse a tallar piedras. Siempre me gustaron y con la venta de una máquina pulidora que gané en esa primera Bienal viajé a estudiar a un singular pueblo de lapidadores, Idar-Oberstein, al suroeste de Alemania, capital de la industria de piedras preciosas.

Aprendí y trabajé mucho la técnica de tallado y lapidación. Usé piedras de parques de la zona que tallé y creé «Arqueología fantástica», con intervenciones con plata 925 en los broches. Un trabajo que presenté como parte del colectivo joyero Delirios. Representaban fabulaciones, rastros de historias que no habían sucedido, que solo se dieron por manipulación de información, justamente mediante la manipulación de las piedras.

Y ya en Chile, donde resido hace más de 25 años, seguí con «Fake news», también trabajando sobre lo que en realidad no había sucedido; eso que aún hoy seguimos advirtiendo al prender la tele o leer el diario o cuando comienza una campaña política. Para esto usé piedras andesita y riolita, rocas volcánicas formadas en los Andes que recolecté en el Parque Metropolitano de Santiago de Chile. Practico yoga y mi profe subiendo al parque del cerro San Cristóbal me dijo que había piedras que me encantarían y no se equivocó. Y así seguí con esa serie de evidencias falsas en la construcción de mis news joyeras sobre relatos que nunca existieron.

 

“Aprendí y trabajé mucho la técnica de tallado y lapidación… Representé fabulaciones, evidencias falsas que trabajé con el tema de las fake news.”

 

_¿Tenés una línea comercial?

_Todo lo que hago de mi firma comercial «Joyas Fantásticas» es una excusa para comprar materiales para crear y experimentar, como con botones que me rayan. En esta propuesta, de líneas simples, pongo el acento no tanto en la estructura o sostén sino en lo que se sostiene, como los botones, por ejemplo, o piedras o cristales y hasta mini brújulas que funcionan o ahora se me ocurrió incluir mini niveles antiguos. La materialidad diversa me puede.

 

“«Joyas Fantásticas» es una excusa para comprar materiales para crear y experimentar.”

 

_Hiciste muchos workshops.

_Me reconozco adicta a ellos y son parte de mi formación errática y espontánea. Y hasta los promoví. Con una amiga alemana y un pequeño grupo organizamos una suerte de latin tour para traer a Daniela Malev pero justo coincidió con el estallido. Sí conseguimos la gira de Peter Venmandere con su propuesta de fundición de metales que estuvo buenísimo.

eso te ofrece la joyería: la posibilidad de hacer lo que a uno le gusta y también a hacer grandes amigos; eso es lo que quiero, tomar contacto con otros artistas.

Entre otros, destaco el simposio En Construcción, el primero de joyería contemporánea liderado por Francisca Kweitel, con talleristas como Ruudt Peters, Nelly Tanner y Jorge Manilla, fue un antes y un después porque se convirtió en un espacio de discusión, debate y análisis de la joyería contemporánea único, hace diez años, y muy necesario.

Ahora de paso por Buenos Aires estoy haciendo un seminario de enfilado, bordado para generar volumen con un proyecto personal de aplicación de técnicas textiles muy interesante a cargo de Lara Solía de Taller Eloi. Y ya estoy contactando para retomar una clínica de seguimiento con Silvina Romero que me entusiasma.

 

“La joyería te ofrece la posibilidad de hacer lo que a uno le gusta y también a hacer grandes amigos.”

 

_A partir de las secuelas del estallido social de Chile también creaste piezas de joyería.

_Sí, para la Bienal del concurso «Vecinos», que en Chile coincidió con el estallido social. Comencé a levantar piedras de restos de cordones, veredas y asfalto de calles de las inmediaciones del kilómetro 0 que habían sido destruidos, las tallé y convertí en piezas contemporáneas. De esta manera, una vez más con la joyería hablé de lo que no podía dejar de hablar.

 

“Una vez más con la joyería hablé de lo que no podía dejar de hablar.”

 

_¿Cómo ves la joyería?

_Muy hermética, cerrada sobre sí misma en muchos casos. Es necesario que se abra, es preciso que se pueda salir del mismo círculo joyero. Por eso, lo del libro es muy importante porque se dio esa apertura, logré tener un diálogo con alguien que no es del mismo palo, que no conoce, que no es del ámbito de la joyería; con alguien –y a través de ese autor con muchos otros quizá- que tal vez no le importa la joyería, pero que se emocionó con un trabajo, con un discurso, con una materialidad, con un gesto, daba lo mismo el soporte, que sea o no una joya.

Me di cuenta que hablamos de lo mismo, dialogamos con dos obras diferentes, una literaria y otra joyera. Así pude establecer contacto, pude llegar con la joyería más allá de un círculo cercano. Ambos dialogamos, discutimos, investigamos, ensayamos, creamos en dos niveles distintos. Pasamos por un mismo proceso. En mi caso, por un proceso artístico que necesité hacer, que elegí hacer para expresarme. Y pude emocionar más allá de a mis allegados o círculo inmediato o del mismo quehacer.

 

“El libro fue muy importante porque logré tener un diálogo con alguien que no es del ámbito de la joyería, que se emocionó con un trabajo, con un discurso, con una materialidad, con un gesto, daba lo mismo el soporte, que sea o no una joya.”

 

_¿Tenés idea de seguir por lo textil?

_No sé, hago piezas constantemente. Por lo general, las convocatorias me activan. La pandemia fue durísima y lo último que había hecho fue en 2022. Retomé recién al año siguiente generando este espacio nuevo con lo textil. Fue un mundo desconocido al que llegué desnuda. Empecé a experimentar, a crear mis propias reglas, como mencioné, y fue buenísimo. Esto, después de una primera instancia de pánico en la que sentí que tenía que consultar, como pidiendo permiso, hasta que reflexioné y recordé que hice piezas de porcelana y no pedí permiso a ceramistas, hice piezas de piedra y no pedí el pase a lapidadores, por eso entonces me preguntaba por qué tanta duda con los hilos y el bordado… Será porque lo considero un mundo tan cotidiano como ancestral y sagrado, en algún punto y decidí seguir adelante con esa experiencia tan personal para ver qué podía presentar y me hizo muy feliz. Mis colegas no sabían que estaba bordando, incluso el jurado que lo evaluó, de manera que nadie acreditaba que podía ser mío pero lo fue.

Sí, volví a bordar. Después de «Kutupalong» y «Aseo profundo» pasé por el síndrome de la hoja en blanco, negra, más bien, y me di cuenta que esos trabajos fueron muy pocos, que podía seguir explorando, otros temas, otras maneras de hacer, otros puntos. Recuperé unas imágenes aéreas tomadas desde una cámara fija sobre la plaza Italia, en Santiago, centro de las manifestaciones durante el estallido social en Chile porque siempre hay una reflexión para hacer. Transferí esas tomas a tela y comencé a bordar. No sé si derivará en piezas de joyería. Veré, hay mucho para decir todavía sobre si el tema pasó, envejeció, si estamos mejor o peor que antes, sobre el despliegue desmesurado de recursos represivos de entonces, a veces sobre grupos pequeños de manifestantes. Siempre es bueno reflexionar sobre el pasado para prevenir el futuro.

Un trabajo con mucho color, a través del cual puedo identificar a los personajes de la plaza, los manifestantes, los represores, carros hidrantes, los veedores internacionales vestidos de rojo, el gris de los gases, el reflejo del atardecer, porque muchos se manifestaban luego de la jornada laboral y mucho más. Estoy disfrutando mucho del uso del color y viendo de experimentar otros puntos.

Y hoy comparto el tiempo de esa tarea con las clases que ahora estoy empezando a dar a pedido compartiendo mi experiencia, no en el marco de un taller escuela sino de un taller artístico.


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Suri Vecchiato en Buenos Aires

La joyera veneciana Suri Vecchiato por primera vez presentó su obra en Buenos Aires


El estreno se hizo en una edición del evento «A la cima no se llega sola» que lidera Luján Haeder


Ofrendas en Schmuck

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Jimena Ríos e Iris Eichenberg, es la dupla creativa elegida para participar de la feria de joyería contemporánea más importante del mundo


Offerings, una pieza hecha por las dos artistas


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Ensayos de fusión de una cartografía fragmentada

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Ensayos de fusión de una cartografía fragmentada

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Prácticas que parten de cada uno de nuestros puntos de anclaje. Búsquedas de conexión entre nuestros imaginarios y nuestros territorios. ¿Qué nos une a nuestro territorio? ¿Desde dónde nos conectamos? ¿Cómo nos constituimos en ese mundo? ¿Qué intersecciones vemos entre materiales, cuerpo, territorio? Sonidos, imágenes, historias… que nos sitúan en un espacio”, relata Hebe Argentieri de «Ensayos de fusión de una cartografía fragmentada», la muestra de su taller con invitadas que se estrena hoy.

Hasta el 9 de noviembre en Fundación Casa Pronto, en Junín, como parte de la IV Bienal latinoamericana de Joyería Contemporánea.

Participan Hebe Argentieri, Mabel Pena, Ana Feuillade, Catalina Mecozzi, Delfina Terribile, Elena Pire, Gabriela Ledesma, Graciela Fassi, Graciela Manzione, Graciela Riva, Marcela Cobo, Marita Sario, María Rosa Mongelli, Paula Botto Fiora, Rocío Vergerio y Susana Nazer.

Ana-Feuillade-Ensayos-de-fusión-de-una- cartografía- fragmentada-IVBienal-La-Joyeria-de-Autor

Ana Feuillade

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Catalina Mecozzi

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Elena Pire

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Graciela Riva

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Graciela Manzione

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Rocío Vergerio


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Crónica de una piedra que tendrá que ir más lejos

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Crónica de una piedra que tendrá que ir más lejos

La cuarta Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea es una posibilidad para seguir conversando y reflexionando a partir de la creación de objetos portables, de joyas, transportadas por cuerpos, en diálogo con él. Una danza a la par de esos cuerpos. Van y vienen. Se mueven y miran el mundo. Cuerpos únicos, piezas únicas.

«Una joya arrojada a su existencia. Pero esta vez, no sólo quieren cierta complicidad. Esta muestra quiere ser “un organismo vivo”, no contemplativo.

«Un intento de enamorar, del deseo de comunicar, para finalmente dar un paso, tal vez, hacia el hacer”, dice Jorge Castañón de «Crónica de una piedra que tendrá que ir más lejos»

La muestra de su Taller de La Nave que se estrena el viernes 18 en la galería Casa de al lado, en el barrio de Caballito, y estará en exhibición hasta el 5 de noviembre. Otra de las propuestas de Circuito Buenas Artes de la IV Bienal que organizan Joya Brava y Joyeros Argentinos.

Participan María Alejandra Oyón, María del Mar Skiadaressis, Alejandra González, Nora Capitman, Adriana Sago, Patricia Rodríguez, Lía Alix Junco, Judith Arvili, Ana Catalina Lavarello, Rocío Carboni, Analía Polito, Yamila Cartannilica, Magdalena Stover, Susana Laguna, María Fernanda Gómez, Marcela Arroyo, Sof Flores, Graciela Di Mónaco, Claudia Olivieri, Cecilia Besada, Liliana Macklin y Jorge Castañón.

Maria-del-Mar- Skiadaressis-Crónica-de-una-piedra-que-tendrá-que-ir-más-lejos-Taller-La-Nave-IVBienal-La-Joyeria-de-Autor

María del Mar Skiadaressis

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Patricia Rodríguez

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Nora Capitman

Alejandra Oyón

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Adriana Sago

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Yamila Cartannilica


El Banquete

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El Banquete

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“El banquete, desde tiempos inmemoriales, ha sido un espacio de encuentro donde se cruzan cuerpos, ideas y emociones. Es en esta confluencia donde la celebración se transforma en un acto de creación y comunión. Esta muestra de joyería contemporánea se erige como una alegoría de ese banquete, un lugar donde lo diverso se encuentra no para asimilarse, sino para dialogar, resonar y enriquecerse mutuamente”, dice Laura Egea, curadora de «El Banquete», muestra de 14 joyeros contemporáneos de Córdoba y Buenos Aires que se estrena esta tarde en la Galería Francisco Vidal de la Casa de Córdoba, Av. Callao 332.

“En un mundo que tiende a fragmentarse, la reunión en torno a una mesa común adquiere una dimensión simbólica. Aquí, la diversidad de voces, técnicas y materiales no es una dispersión, sino una orquesta polifónica que resuena en armonía. Cada joya es una manifestación de la singularidad, una expresión única que, al colocarse junto a las demás, enriquece y amplifica su propio significado”, agrega la artista joyera.

“El banquete platónico, con su búsqueda del amor y la verdad a través de la palabra, se transfigura en esta muestra en un diálogo silencioso, donde la materialidad de las piezas articula una conversación profunda. Las joyas, con su capacidad de mediar entre el cuerpo y el mundo, se convierten en los portavoces de un discurso colectivo que celebra tanto la individualidad como la interconexión. No es solo el adorno, sino el acto de crear, lo que une a las artistas en esta celebración.

Lo festivo, como acto de unión, se convierte en una reflexión sobre la capacidad del arte para reunirnos en torno a un ideal común: el amor por la creación y la belleza. En esta comunión de formas, se reconoce que la riqueza del banquete reside precisamente en la diversidad de sus platos, en la multiplicidad de sabores que, al unirse, conforman una experiencia única”, destaca.

“Así, esta muestra no es solo un despliegue de joyas, sino una invitación a reflexionar sobre la esencia del encuentro y la celebración. Es un banquete de formas y conceptos, donde la pluralidad no es solo una característica, sino la base sobre la cual se construye una narrativa colectiva que nos invita a reconocer en la diferencia, no una barrera, sino un puente hacia la comprensión mutua y la creación compartida”.

Participan Cecilia Kesman, Coty Nolé, Andrea Libovich, Andrea Zenobi, Lucas Pinto dos Santos, Danilo Villacorta, Carolina Moya, Marisa Kesman, Gerardo Domínguez, Nou Chaguri y Laura Egea, por Córdoba, y Roxana Casale, Vicky Biagiola y Barbara D´Ambra, por Buenos Aires.

El-Banquete-Laura-Egea-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor
El-Banquete-Caro-Moya-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor
El-Banquete-Lucas-Pinto-dos-Santos-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor
El-Banquete-Coty-Nole-Egea-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor
El-Banquete-Roxana-Casale-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor
El-Banquete-Barbara-DAmbra-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor
El-Banquete-Gerardo-Domínguez-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor
El-Banquete-Cecilia-Kesman-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor
El-Banquete-Vicky-Biagiola-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor
El-Banquete-Andrea-Zenobi-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor
El-Banquete-Nou-Chaguri-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor
El-Banquete-Danilo-Villacorta-muestra-colectiva-Casa-de-Cordoba-La-Joyeria-de-Autor