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Entrevista a Caroline Broadhead

Apuntes | Notas

La joyería es lo que vos quieras que sea


Entrevista a Caroline Broadhead

Por Delia Alicia Piña

 

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Por años trabajó con ropa y sillas como metáforas de una persona y exploró otros objetos que entran en contacto con el cuerpo, entre los que se destacan las joyas contemporáneas.

Líder del curso de BA Jewellery Design en Central Saint Martins, hoy profesora emérita,  investigadora y gran artista visual, la maestra inglesa Caroline Broadhead se convirtió en una de las referentes mundiales de la joyería contemporánea.

Una creativa que se mueve con facilidad a través de diversas disciplinas que incluye joyería, textiles, muebles, instalaciones y colaboraciones con artistas en vivo. Así, su trabajo multidisciplinario se ve desde hace 50 años en retrospectivas, exposiciones y colecciones de galerías y museos del mundo.

Ganadora del Premio Herbert Hofmann 2022, hoy define la propuesta de la próxima edición de Schmuck.

De cómo fue ampliando su campo de trabajo y llegó a una joyería que desafía y hasta cuestiona definiciones convencionales. El objeto de sus investigaciones y su verdadero interés. Qué valora de una joya, definiciones y sugerencias.


_Comenzó haciendo joyería, fue ampliando su campo de acción y abarcó ropa, textiles, muebles, fotografía, artes escénicas, coreografías, instalaciones, performances ¿por qué? 

_Mi trabajo siempre ha sido sobre ideas para cuestionar, averiguar cosas, y vi en la joyería un espacio para jugar con las posibilidades que ofrecía. Una idea lleva a otra, así que supongo que desde un principio tenía muchas ganas de mirar todas las alternativas para que mi trabajo entrara en otras áreas. Tiendo a explorar un tema o un material hasta que no se me ocurre nada más que hacer con él y entonces empiezo a buscar otro punto de partida; a veces, es una idea existente desarrollada en otro contexto.

 

“Vi en la joyería un espacio para jugar con las posibilidades que ofrecía… desde un principio tenía muchas ganas de mirar todas las alternativas”.

 

La joyería como índice de valor

 

_Su joyería desafía y hasta cuestiona definiciones convencionales, ¿cómo la describiría?

_Dado que la joyería tiene una historia tan sólida y, en cierto modo, un conjunto de costumbres bastante fijas, es un campo rico para explorar e intervenir. Comencé mi carrera a principios de los años 70, una época en la que se estaban redefiniendo muchas normas culturales y surgían nuevas áreas de creación respaldadas por organizaciones como el Crafts Council de UK, que defendió este auge en el replanteamiento de los límites anteriores de la artesanía.

Estoy fascinada por la forma en que las joyas encajan en el panorama más amplio de nuestras vidas. La joyería es un índice de valor y exactamente lo que valoramos siempre es de interés. Es personal por su naturaleza. Las ideas sobre el valor, la forma, el significado de los materiales, la relación con el cuerpo se superponen con otras áreas. La joyería contemporánea se ha labrado un lugar que ofrece conexiones en todo el mundo con toda una gama de enfoques e interpretaciones, lo cual es muy alentador.

 

“La joyería es un índice de valor y exactamente lo que valoramos siempre es de interés. Es personal por su naturaleza.”

 

_¿La relación con el cuerpo de una persona parece ser el hilo conductor de su trabajo ¿qué le interesa expresar o descubrir con esa presencia?

_Todo mi trabajo se relaciona con lo personal. Un cuerpo vivo no existe sin una persona y eso involucra todos los sentidos inherentes, experiencias y recuerdos que son intrínsecos a esa persona. Entonces, ya sea que un objeto se ajuste, interactúe u ocupe espacio alrededor del cuerpo, está ahí para ofrecer una experiencia, provocar un recuerdo, un pensamiento u otra respuesta.

“Sea que un objeto se ajuste, interactúe u ocupe espacio alrededor del cuerpo, está ahí para ofrecer una experiencia, provocar un recuerdo, un pensamiento u otra respuesta”.

_¿La portabilidad o la usabilidad de joyas e indumentos es fundamental para darles sentido o es condición sine qua non?

_Aprecio que hay mucho sentido en que la joyería o la ropa que se crea sea para ser vestida y usada. Sin embargo, para mí, estos también son temas para examinar, explorar y en los que se puede ejercitar y apreciar la imaginación.

 

“(La portabilidad o la usabilidad de joyas) son temas para examinar, explorar y en los que se puede ejercitar y apreciar la imaginación”.

 

_¿A través de sus piezas busca explorar el uso, el contacto, el desgaste, el paso del tiempo, lo manipulable o lo susceptible de ser modificado?

_Sí, muchas de mis piezas son para ser manejadas y manipuladas. Me gusta la idea del cambio y la interacción. La sensación es algo importante y el peso, la flexibilidad y encontrar diferentes formas de llevarlo son interesantes para mí. Algunas de las piezas más grandes, como las prendas, no estaban hechas para ser manipuladas, pero esperaba que de alguna manera hubiera una sensación de tacto y prueba que se hasta se pudiera sentir a través de la imaginación.

 

“Algunas de mis piezas más grandes, como las prendas, no estaban hechas para ser manipuladas, pero esperaba que de alguna manera hubiera una sensación de tacto y prueba que se hasta se pudiera sentir a través de la imaginación”.

 

Desafíos artísticos

 

_¿Se acercó a la coreografía para explorar el movimiento, la luz, la sombra y los reflejos?

_Me invitaron a trabajar con un coreógrafo en 1991. Eso fue una sorpresa y no tenía perspectivas muy alentadoras, bueno o también pudo ser que las perspectivas eran abrumadoras y, como me gusta que me desafíen o que me asusten un poco con un desafío, acepté. Estaba feliz de trabajar con bailarines y ver cómo una prenda podía moverse con o en contra de sus movimientos o incluso provocar ciertos movimientos. También fue emocionante tener un trabajo basado en el tiempo, una fecha límite muy precisa, con una audiencia en vivo y todo en menos de una hora.

Entonces, después de algunos proyectos que se realizaron en teatros, con toda la parafernalia emocionante del vestuario, de las instalaciones y de la iluminación, continué desarrollando, de manera mucho más reducida, efectos similares que podría crear en mi estudio o en una galería.

 

“Vi cómo una prenda podía moverse con o en contra de sus movimientos o incluso provocar ciertos movimientos. También fue emocionante tener un trabajo basado en el tiempo, una fecha límite muy precisa, con una audiencia en vivo…  Continué desarrollando, de manera mucho más reducida, efectos similares.”

 

_¿Más que objetos en sí mismos, le interesa mostrar relaciones, interacciones?

_Creo que mis piezas representan a una persona, particularmente las prendas y las sillas. Estos objetos comparten las dimensiones de un cuerpo y están construidos para adaptarse a una persona. La ropa toma su forma de un cuerpo y proporciona capas para mostrar facetas de la personalidad que se pueden cambiar fácilmente, por lo que hay mucho para explorar sobre esto. Una silla tiene términos que se relacionan con una persona: un asiento, una espalda, brazos y piernas. Puede hablar de estabilidad y de la posibilidad de descansar o relajarse y tiene la función de soportar tu peso, puede hacer que su postura responda a su diseño. También habla de estatus, desde un taburete bajo que lo sienta cerca del piso, hasta un trono que generalmente es de una escala más grande y eleva al que se sienta por encima de los demás. Entonces, supongo que la respuesta a esta pregunta es sí.

 

“Mis piezas representan a una persona, particularmente las prendas y las sillas. Estos objetos comparten las dimensiones de un cuerpo y están construidos para adaptarse a una persona.”

 

_¿Es importante la puesta en escena de una joya o de cualquier tipo de pieza de arte para que pueda ser comprendida o para acercarla al público?

_Comunicar ideas es importante. La presentación puede dar forma a nuestras percepciones de los objetos e ideas, por lo que la forma en que la información útil se puede transmitir de manera adecuada y directa de entender es una ventaja.

 

“La forma en que la información útil se puede transmitir de manera adecuada y directa de entender es una ventaja.”

 

_Cuando mira joyería, ¿qué valora?

_Valoro la claridad de visión, una forma pertinente de comunicar una idea, el sentido del humor o ingenio y las buenas elecciones de materiales. Me gusta que me sorprendan. También valoro un reflejo de lo que es o podría ser la joyería, y una conexión con el mundo fuera de la joyería. No necesariamente todo esto en la misma pieza.

“Valoro la claridad de visión, una forma pertinente de comunicar una idea, el sentido del humor o ingenio y las buenas elecciones de materiales. También valoro un reflejo de lo que es o podría ser la joyería, y una conexión con el mundo fuera de la joyería.”

_¿Qué tiene en cuenta a la hora de elegir una pieza de joyería contemporánea en una competencia?

_Algunos de los procesos de selección en los que he estado involucrada han sido online y otros físicos, todos hasta ahora han sido con un panel de jueces. Hace una diferencia si puedes mirar de cerca o manejar el trabajo, pero si no entonces busco algo que me llame la atención, algo inusual, algo que cree asociaciones. Si hay un texto que lo acompaña, entonces busco información sobre el contexto de la obra, lo que no se comunica inmediatamente por la pieza en sí, pero que enriquece y profundiza la comprensión de la obra.

 

“Busco algo que me llame la atención, algo inusual, algo que cree asociaciones, y el contexto de la obra, lo que no se comunica inmediatamente por la pieza en sí”

 

Entre la diversión y la investigación

 

_¿Qué le sugeriría a noveles joyeros o postulantes a concursos como Schmuck?

_Que investiguen bien sus ideas, que vayan a donde los lleven esas ideas. Que se diviertan y entusiasmen con lo que están haciendo.

 

“(Les sugiero) que investiguen bien sus ideas, que se diviertan y entusiasmen con lo que están haciendo.”

 

_¿En la actualidad, hay diferentes estilos, intereses y hasta modos de presentar joyería, ¿qué de todo le interesa o qué tipo de objetos o piezas le gustan?

_La joyería es un campo muy amplio. No tengo un dogma sobre lo que me gusta, pero aprecio las transformaciones misteriosas de los materiales, los resultados simples de una idea compleja, las formas apropiadas de colocar el trabajo en el cuerpo, el sentido del ingenio y también aprecio el trabajo que me toca emocionalmente; y además, las cosas que me gustaría usar.

 

“Aprecio las transformaciones misteriosas de los materiales, los resultados simples de una idea compleja, las formas apropiadas de colocar el trabajo en el cuerpo, el sentido del ingenio, el trabajo que me toca emocionalmente y las cosas que me gustaría usar.”

 

_¿Qué representa la joyería contemporánea hoy?

_La joyería es lo que vos quieras que sea, por lo que el campo es muy amplio y esto lo hace realmente emocionante. Es muy saludable que haya tantos practicantes, todos con diferentes ideas y objetivos. En su punto culmine, la joyería representa una forma de arte que comenta sobre la condición humana y demuestra un proceso de pensamiento original junto con habilidades materiales y de comunicación.

 

“La joyería representa una forma de arte que comenta sobre la condición humana y demuestra un proceso de pensamiento original junto con habilidades materiales y de comunicación.”

 

_¿Cómo ve a la joyería contemporánea latinoamericana?

_Por lo que he visto en Santiago de Chile, en Buenos Aires e incluso en Munich y hasta online, me gusta la aventura, la libertad de uso de materiales y la facilidad para participar y expresar ideas que se ve en los creativos, y también me gusta algunos que enfrentan temas de sostenibilidad. Veo que hay frescura y entusiasmo. Es genial que haya algunas galerías y otras iniciativas para crear oportunidades con el fin de discutir y compartir el trabajo en distintos puntos de Sudamérica y que, a su vez, sean parte de la comunidad joyera mundial.

 

“Me gusta la aventura, la libertad de uso de materiales y la facilidad para participar y expresar ideas que se ve en los creativos.”

 

_¿Qué opina de la joyería que se hace en Argentina?

_Tuve la suerte de visitar Buenos Aires y realizar un workshop en Taller Eloi hace unos años y quedé impresionada por la forma positiva y entusiasta con la que los participantes abordaron las ideas y la manera abierta y amistosa en la que interactuaron y se involucraron con el taller y entre ellos mismos. Hay mucho potencial.


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Entrevista a Cecilia Richard

Apuntes | Notas

En la joyería, lo precioso se traslada al concepto


Entrevista a Cecilia Richard

Por Delia Alicia Piña

 

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Cecilia Richard es una de las maestras joyeras más importantes del país. La primera en ser reconocida en el ámbito internacional. Desde sus inicios buscó hacer piezas “con significado”. Aprendió joyería mirando y haciendo y completó con una formación académica en escultura.

Considera a la joyería como un arte visual y hoy prefiere hablar de joyería a secas. Cuenta que trabajó mucho para ampliar los límites entre la joyería, el arte, la artesanía y el diseño hasta borrarlos, con el fin de hacerlos más permeables a propuestas novedosas.

Disruptiva, innovadora, una adelantada que habla de cómo evolucionó su trabajo e hizo que la joyería creciera desde el interior del país, particularmente, en su Córdoba natal, donde hoy se consolida un destacado polo joyero.

De sus iniciáticos objetos de mano en plata a megapiezas hechas con elementos de la naturaleza que requieren de más de un cuerpo. El concepto de cuerpo ampliado y cómo una joya contemporánea es llevada por un cuerpo social y hasta por un territorio. El por qué de su opción por la enseñanza en Caelum en vez de su proyección en el exterior. Sus definiciones, reflexiones y proyectos.


_¿Sos joyera autodidacta?

_Hace muchos años que me crucé con la joyería. No era un campo específico que me llamara o sobre el que tuviera un deseo, como cualquiera la disfrutaba aunque, en particular, no me interesaba. Sin embargo, mi cruce con el quehacer con los metales data de cuando tenía 22 años,  en un viaje.

Desde muy joven tuve la necesidad de hacer cosas pero que me significaran, de ser autónoma, quería activar simplemente por deseo de libertad. En 1988 ya tenía una producción artesanal que ofrecía en el Paseo de las Artes de Córdoba, se trataba de armadores volumétricos con formas determinadas, lo que hoy llamaríamos esculturas blandas. Entonces, decidí viajar a la feria de Villa Gessel con unas marionetas desarrolladas especialmente y conocí al orfebre brasilero Jorge Acevedo de Jesús, quien me enseñó los recursos básicos de la joyería. Como su forma de vida era el viaje, su taller entraba en una mochila muy ordenada. Viajé y aprendí como creo que él aprendió: mirando, como se aprende en la mayoría de los oficios, mirando y haciendo. Y esto tiene que ver con mi desarrollo en el campo de la joyería, con cómo entro a él. Esos recursos básicos eran el AB no el ABC: trabajaba con el alambre, cortaba con tijera de metales, soldaba y pulía. En un principio eso era la joyería para mí hasta que descubrí que se calaba y engarzaba.

 

“Desde muy joven tuve la necesidad de hacer cosas que me significaran, de ser autónoma, quería activar simplemente por deseo de libertad. Aprendí mirando y haciendo como se aprende en la mayoría de los oficios”.

 

_¿Qué te interesaba?

_Nunca me interesó la técnica por la técnica misma ni el diseño por el diseño en sí, sino la posibilidad atrapante que ofrece la joyería de pensar, imaginar y de llevarlo a la materia. Y esto ha sido el vector para hacer y sostenerme. Entro en la joyería buscando un medio de subsistencia haciendo algo que tuviera un significado; si me hubiese sentido presa de una mesa y de un deber hubiese soltado. El axioma que me acompaña desde entonces es el de prueba y error. Y abordé la joyería lejos de lo pedagógico y de la sistematización de conocimientos más bien desde la exploración material, técnica y formal. Eso fue mi motor.

Era principios de la década del 90 cuando no había internet ni bibliografía. Y también con un taller de mochila pude desarrollar piezas con la idea de poder generar una producción que me permitiera sostener mi austera economía, primero en Cuzco y luego durante un año en Brasil. Tras un viaje de dos años regresé a Córdoba habiendo desarrollado de manera autodidacta cierta habilidad. No he tenido un maestro que me dijera esto se hace así o que me indicara la lógica correcta de construcción de la joyería, porque la mía siempre fue experimentar, más allá de las técnicas de soldar y otros métodos constructivos mi lógica tiene que ver con la estética.

 

“Me interesó la posibilidad atrapante que ofrece la joyería de pensar, imaginar y de llevar a la materia.”

 

_¿La estética, el concepto y la poética son los pilares de la joyería que hacés?

_Sí, de hecho esos tres ítems son una declaración de principios para mí. La joyería es un lenguaje estético. Hoy los cánones de la joyería están abiertos, extendidos y hasta rotos pero en los años 90 no. En el 92 decidí ampliar mi quehacer artesanal e ingresé a la entonces Escuela de Artes de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba para cursar la licenciatura en Escultura que terminé en 2001.

Por entonces, en Córdoba no había quien enseñara joyería y si hubiese querido profundizar mis conocimientos técnicos no tenía opción. Ingresé como orfebre, teniendo una indagación y producción propia, con un conocimiento sobre cómo lidiar con las materialidades, con los  procesos de conformación de la materia y de las formas explorados y experimentados. Para esa ampliación estudié y mi trabajo se fue enriqueciendo. La formación universitaria me permitió comprender otras lógicas posibles del lenguaje plástico y conceptualizar mi trabajo.

En paralelo, trabajaba para la Feria Internacional de Artesanías, que hasta hoy se realiza anualmente en el complejo ferial de Córdoba capital. Por más de 10 años el ámbito artesanal me contuvo y pude desarrollar una propuesta estética interesante. Pero era un espacio que se manejaba con la lógica del producto y en cierta escala, y como ya tenía una propuesta más artística empecé a necesitar otros espacios, a buscar mi nicho. No encajaba en una joyería ni en una galería, que por entonces veían a la joyería no tradicional como un pariente pobre del arte; en ese momento los límites estaban más marcados.

Soy emergente de un contexto en el que he trabajado mucho para ampliar los límites entre la joyería, el arte, la artesanía y el diseño hasta borrarlos, para hacerlos más permeables a propuestas distintas, innovadoras. En este sentido, en 2001 cerrando mi formación de grado generé mi primera muestra individual y la primera de joyería contemporánea en Córdoba en la galería Martorelli-Gasser. Una propuesta que quedó stand by hasta 2007.

“Soy emergente de un contexto en el que he trabajado mucho para ampliar los límites entre el arte, la artesanía y el diseño, para hacerlos más permeables a propuestas innovadoras”.

_Esa muestra fue clave. ¿Cómo fue esa primera propuesta de joyería contemporánea??

_Una joyería de arte hecha en plata, mi material por excelencia en mis primeros 20 años, explorado en sus múltiples posibilidades, sin piedra, ya que en un principio era de las que pensaba que no podía faltar; tardé 10 años en emanciparme de la necesidad de la piedra para legitimar la idea de joyería que en ese momento era un mandato de la joyería tradicional.

Lo mío fue y es pensar haciendo y hacer pensando, en un diálogo interno y solitario como se da en cualquier taller de joyería de arte; entonces en Córdoba no tenía muchos pares… Y hacía una joyería con forma, volumen, tridimensional, espacial, dinámica que ya no necesitaba de las piedras, que solo aparecen cuando tienen una razón de ser estética por su forma y color, por ejemplo, y no per se. Esto que ahora parece una obviedad, algo sencillo, pero en ese momento tuvo que haber un proceso para lograrlo; hoy ya no se discute porque ya se cuestionó y resolvió, por eso está bueno saber cómo era el proceso de entonces y entrar en diálogo con la historia de la joyería local, de cómo se construía estéticamente.

 

“Lo mío fue y es pensar haciendo y hacer pensando, en un diálogo interno y solitario como se da en cualquier taller de joyería de arte”.

 

_Preferiste la joyería contemporánea.

_Hubo un momento en el que era necesario hablar de joyería contemporánea o de autor u otras denominaciones porque había que diferenciarse, porque se manifestaba otra manera de hacer, y esa manera de hacer tenía que ver con el pensar la joyería como un lenguaje y una estética, y había y hay muchas maneras posibles. La joyería tradicional es un lenguaje posible que lo heredamos, que es hegemónico, eurocentrista, patriarcal, que tiene la lógica del debe ser… pone el acento en la técnica, en la destreza y es súper valioso pero no pensaba y sigo sosteniendo que no podemos quedarnos solo con eso.

La técnica nos da recursos y cuantos más recursos técnicos adquirimos tenemos más posibilidades de hacer, elegir, para decidir cuál es la mejor opción para plasmar una idea. Lo que hace a la joyería tradicional es el uso de materiales preciosos a través de una capacidad técnica precisa.

En la joyería contemporánea, nueva joyería o joyería ampliada, lo precioso se traslada al concepto. El concepto es básico y cuantos más recursos tenemos, no solo técnicos sino plásticos  con la capacidad de generar e indagar en procedimientos que permitan alcanzar el modo más idóneo para significar una pieza, mejor resulta.

 

“En la joyería contemporánea, nueva joyería o joyería ampliada, lo precioso se traslada al concepto. El concepto es básico, pero cuanto más recursos técnicos y plásticos adquirimos, tenemos más posibilidades de hacer, elegir y decidir cuál es la mejor opción para plasmar una idea”.

 

Cuando un objeto se convierte en joya

 

_¿La joyería es un arte visual?

_Sí, claro. Un objeto se convierte en joya por su relación con el cuerpo y en una pieza de arte por su capacidad de significación. Me interesa cuando en esos procesos se desarrollan obras desde el punto de vista poético conceptual. Valoro todas las manifestaciones o las posiciones desde donde se trabaja la joyería. Yo particularmente trabajo y enseño desde la joyería contemporánea ofreciendo la posibilidad de aprender técnicas orfebres con la básica manipulación de los metales, que es axial a la joyería porque hace a su historicidad, tiene un capital propio inmenso y permite generar mecanismos para vincular el objeto al cuerpo ya que no cualquier material lo permite.

Sin embargo, la joyería contemporánea se centra en el concepto y de ahí que su materialidad es diversa.

Pero adhiero a la tendencia de dejar de sectorizar la joyería en contemporánea, de autor, de diseño o de arte sino de hablar de joyería. Hicimos nuestra ruptura, ya señalamos que estamos y evidenciamos que hay otra posibilidad. Ya se sabe, ahora hablemos de joyería, profundicemos en la joyería que sí obviamente es contemporánea, de nuestro tiempo, es de hoy. El término joyería hoy es abarcativo, y pensamos la joyería como campo del lenguaje que incluye distintas estéticas según desde donde se trabaje.

 

“Un objeto se convierte en joya por su relación con el cuerpo y en una pieza de arte por su capacidad de significación.”

 

_¿La escultura influyó en tu joyería?

_Cuando presenté la muestra-tesis en 2001 me sugerían que añadiera algunas de mis piezas escultóricas, pero no necesité justificar mi trabajo con una disciplina ya legitimada. Lo mío se trataba de joyería no de joyería escultórica o joyería como escultura a pequeña escala; más allá de influencias creo que una cosa es escultura y otra joyería. De esta manera, reivindiqué la capacidad de la joyería como disciplina en el campo de las artes visuales. Entonces, expuse piezas de aspecto arquitectónico, volumétricas, geométricas y dinámicas, porque siempre me inquietó la generación de espacio y volumen, por ejemplo.

Sin duda, que la escultura influenció en mi obra, pero antes de estudiar ya tenía mucha obra propuesta. Por ejemplo, aún tengo una pieza que hice en Perú en mi viaje de los 90, que le había regalado a mi madre, en la que ya aparecía el movimiento y también el trabajo en planos, una geometría con ciertas reminiscencias arquitectónicas, como el volumen. Y esa joyería de arte que expuse proponía una interacción con el espectador porque invitaba a ser manipulada.

 

“Reivindiqué la capacidad de la joyería como disciplina en el campo de las artes visuales”.

 

_¿Cómo eran esos objetos de mano?

_Arranqué con un cubo de 2×2 en plata que se fragmentaba en partes que se vinculaban con bisagras, una suerte de puzzle tridimensional, y fue una propuesta con la que inicié una serie de objetos de mano. Piezas que siempre se manifiestaban como la punta de un iceberg, que encerraban un proceso largo, ya que para llegar a conformarlas hubo años de trabajo. Me tomé más de un año a full para producirlas, sin pensar en el tiempo que me demandaba, la cantidad de material que implicaba o hasta qué necesitaba acelerar para ser vendida o crear para comercializar. No, nada de eso, dejé de lado esas premisas y me dispuse a experimentar y crear libremente.

Como me la planteaba como una pieza de joyería también me llevó tiempo analizar, en una instancia de diálogo interno, como decía, que siempre se da en el trabajo joyero; pensé en cómo vincularla con el cuerpo, pero no quería caer en la obviedad de ponerle un gancho para convertirla en broche, y como no admitía un elemento más decidí que fuera un objeto de mano. Un concepto que años después fue tomado por otros y hasta con evidentes características similares…

La pieza gráfica de esta obra de arte visual, ya que fue mucho más que un catálogo de presentación, circuló bastante y hasta varios años después; llegó a editoriales que colaboraron en su difusión, como Suma+ de la mano de Cayetana Mercé, lo cual le dio bastante visibilidad y fue conocida entre mis pares que no sabían de su existencia. Entré en contacto con Francisca Kweitel en 2006 y a través de ella luego con Ramón Puig Cuyàs, Gemma Draper y Estela Saez Vilanova, entre otros.

De alguna manera esta serie quedó cajoneada o en reposo, más bien, hasta que en 2007 las reedité y presenté en el II Salón Diario La Capital Diseño Contemporáneo, que admitía Joyería, organizado en conjunto con el Museo Castagnino Rosario, una ciudad que ha sido abre puertas para las expresiones de arte.

“Arranqué mi obra joyera con un cubo en plata que se fragmentaba en partes que se vinculaban con bisagras, una suerte de puzzle tridimensional, y fue una propuesta con la que inicié una serie de objetos de mano.”

Objetos de mano

 

_Seis años después no dejó de sorprender y fue premiada.

_Sí, esa obra que en 2001 fue innovadora siguió con igual sorpresa en 2007 en ese salón. Un objeto que por su factura, escala y materialidad es una pieza de joyería cuyo nexo es la propia acción de tomar, de agarrar con la mano. Por su confección y naturaleza, puesta de manera estática pedía ser agarrada; es que por su conformación mostraba y muestra indicios de que hay algo más que debe ser visto y puesto en movimiento. Estas piezas que recibieron el Primer Premio adquisición del VI Salón Diario La Capital, en la categoría Diseño Contemporáneo, hoy forman parte de la colección permanente del Museo Castagnino+Macro.

Reconozco que fue una propuesta que alucinó por estar en las lindes de la joyería contemporánea y el arte. Llamó la atención no solo por su realización o justamente porque ésta se realizó muy puertas adentro aunque había sido vista en 2001 pero años después comenzó a trascender en el ámbito nacional.

 

“Un objeto de mano que por su factura, escala y materialidad fue una pieza de joyería cuyo nexo es la propia acción de tomar”

 

_¿Cómo llegaste a Schmuck?

_Entonces supe de Schmuck y entusiasmada por el salón de Rosario apliqué para la edición de 2008, cuando había que realizar un envío físico, presentando dos piezas en las que trabajé en profundidad el concepto de unidad y fragmentación: el Objeto de mano y Objeto formado por dos pulseras. Este último se trató de un prisma en plata que se plegaba y desplegaba, y es el que fue seleccionado por considerar que el otro no era de joyería; es que por entonces la idea de objeto de mano no estaba validada. Así, fui la primera argentina en participar de esta muestra internacional sin más presentación o recomendación que mi propia decisión.

Quiero mencionar algo: cuando inicié tenía un amigo de familia orfebre que trabajaba en el centro de la zona joyera de Córdoba y cuando conocí su taller pensé que yo no podría estar en un lugar así, esto no lo haría ni loca recuerdo que pensé por lo lúgubre del sitio en el que se trabajaba en serie; salvo esta experiencia no volví a entrar a un taller de joyería hasta que conocí el de Jorge Castañón en 2006, aún después de trabajar con los metales desde hacía 15 años, y luego el de la casa taller de Puig Cuyàs cuando estaba en la Massana.

En Schmuck advertí que para ser parte de la escena joyera internacional tenía que estar y dedicarme a estar en ese escenario, por supuesto que implica una construcción pero preferí seguir dedicándome a la enseñanza en el ámbito local.

Desde principio de los años 2000 venía desarrollando un proceso de enseñanza aprendizaje mutuo que arrancó con Andrea Vaggione y Cecilia Romero, y pasé de hacer a sistematizar la experiencia y transmitirla. En este proceso la técnica fue siempre de la mano de la exploración formal y la experimentación.

 

“Fui la primera argentina en participar de esta muestra internacional sin más presentación o recomendación que mi propia decisión… Y apliqué con dos piezas en las que trabajé, en profundidad, el concepto de unidad y fragmentación.”

 

Opción por la enseñanza

 

_¿Cómo es ese proceso de enseñanza aprendizaje?

_De regreso de Schmuck muchos querían aprender el oficio conmigo, pero al no tener una formación sistematizada en joyería tenía cierto pudor; sin embargo, como a muchos les convencía mi obra -la propia obra legitima- y querían interiorizarse en mi proceso decidí poner la energía no en el ámbito internacional sino en el lugar donde vivía y vivo; así comencé a ser docente por pedido del público, ja ja… Tenía mucha demanda porque en Córdoba como mencionaba no había quien enseñara joyería, sí había algunos maestros orfebres pero no desde un taller escuela.

Vale aclarar que si bien no aprendí el oficio con un maestro, no estaba desprovista porque sí  tuve una formación académica que apoyaba mi quehacer. En 2008 arranqué con mi taller escuela.

Recién cuatro años después la Cámara de Joyeros de Córdoba abrió una escuela de joyería, lo cual fue enriquecedor porque amplió el saber tradicional. De hecho hoy llevo adelante Caelum con un egresado de esa escuela de la cámara, Lucas Pinto dos Santos, quien completó su formación en mi taller, y así ofrecemos técnica ampliada.

Desde entonces, trabajo a partir del tema que inquieta a cada uno o genero el espacio que favorezca la escucha de la propia voz porque no quiero que reproduzcan la mía sino que me interesa provocar una disposición corporal que genere una relación o diálogo con la materia, para que se registre o vea si opone resistencia para lo que se quiere hacer. Por ejemplo, a la hora de calar el metal lo primero que podría sobrevenir es hacer fuerza, pero en la experimentación uno se da cuenta que lo mejor es aprender a soltar para no imponer el propio deseo sino verificar cómo se comporta y cómo logro lo que pretendo; y seguro tengo que cambiar algo, por lo pronto aflojar la mano, el brazo, entrar en contacto con el cuerpo, con la propia resistencia; es preciso establecer una conexión entre el cuerpo y la mente.

Para advertir esto, también se necesita desarrollar una técnica y la habilidad de manejarla para poder generar ese diálogo y sacar el mejor provecho de la materia. Esta es una tarea humanizante en un tiempo de enajenación, convulsión, de violencia, de velocidad; por esto, lo primero es empezar a aflojar para generar una instancia de escucha y para “escuchar” al material tengo que primero escucharme a mí misma, para encontrar mi deseo, mi voz, la propia inquietud porque lo que me interesa a mí no tiene por qué interesarle al otro.

Por todo esto, en el proceso de enseñanza aprendizaje lo fundamental es preguntarse qué quiero o qué me interesa como punta de un discurso que va a llevar a desarrollar un pensamiento. Esto es lo más importante y lo que promuevo en los procesos de enseñanza aprendizaje que llevo adelante, es un espacio en el que pensamos juntos y vemos las posibilidades técnicas, materiales y analizamos cómo operan esos componentes para establecer una significación; así acompañamos ese proceso personal. Trabajamos de manera grupal y nos enriquecemos con diversidad de miradas, cuestionamientos y experiencias. Y en la medida en que cada uno se va disponiendo o queriendo se avanza en ese proceso que tiene mucho debate.

Creo que el mejor lugar es donde cada uno está, y el mejor interrogante es el que cada uno tiene. Lo importante es lo que a cada uno le interesa o lo que le significa, aunque parezca insignificante porque valorándolo se desarrolla, proyecta, crece y crea. Si logro desplegar los recursos para que se vuelva o se convierta en lenguaje para uno, buenísimo porque lo importante es el proceso y lo que provoca. No obstante, creo que la principal instancia de formación es el contacto y enriquecimiento humano por muy básico que parezca. Si Caelum genera un espacio para preguntarse quién soy o qué quiero, misión cumplida. Después si sos o no joyero o artista no importa.

 

“Decidí poner la energía en el lugar donde vivo… Si logro desplegar los recursos para que ese lenguaje se convierta en uno propio, buenísimo… Si Caelum genera un espacio para preguntarse quién soy o qué quiero, misión cumplida.”

 

_¿Es difícil ver qué hay detrás de una pieza de joyería para advertir su concepto o lenguaje?

_En lo personal mi intención no es transmitir sino de expresar un deseo porque puede suceder o no. No estoy atrás de transmitir algo, pero sí me parece significativo cuando alguien se inquieta frente a una pieza de joyería, cuando lo atraviesa o interpela.

Creo en la joyería como disciplina dentro del arte contemporáneo pero es claro que no todas las piezas que surgen en el proceso de exploración o experimentación son artísticas ni tienen esa poética que considero una de las bases de la joyería contemporánea, puede darse o no tal como sucede frente a una pintura, por ejemplo, puede conmover o no.

En ese sentido, cierta data del concepto, en general, complementa la lectura de la obra. Una pieza puede generar o conmover y después te enterás del concepto de objeto de mano, que el soporte es la propia acción, y esto suma info que te permite profundizar en su lectura; lo sepas o no, no incide en lo que te genera la pieza.

Muchas piezas generan un disfrute estético, aunque no necesariamente tienen que ser lindas o bellas. Repito, no necesariamente tener información facilita la experiencia estética.

Mi propuesta de taller escuela es anual porque creo que los procesos de experimentación y de pensamiento llevan su tiempo de maduración. No creo en los cursos cortos e intensivos. A su vez, sí están buenos ciertos talleres especiales que no solo gestiono y propongo sino que también realizo dentro y fuera del campo específico de la joyería y del arte. Instancias que se convirtieron en puntos de tracción de nuestro propio hacer, y tienen que ver con la escritura, lectura y producción, indagaciones conceptuales, procesos creativos y mucho más.

 

“No estoy atrás de transmitir algo, pero sí me parece significativo cuando alguien se inquieta frente a una pieza de joyería, cuando lo atraviesa o interpela.”

 

Caelum como espacio facilitador

 

_¿Cómo es Caelum?

_Es un espacio facilitador en la escena cordobesa, desde donde salieron nuevos queridos colegas, con quienes generamos una masa crítica súper interesante. Estoy muy orgullosa y soy admiradora de muchos de sus trabajos.

El nombre remite a la constelación del cielo austral Caelum o el Cincel, que también pareciera seguir las líneas  de un buril o un estilete, herramientas del escultor y del orfebre, e incluye más estrellas que también representan el caballete del pintor, todos elementos artísticos que inspiran este espacio. Más allá de esto Caelum también significa cielo, ese bajo el cual creamos.

Del taller de Cecilia Richard pasé a Caelum mediante una reforma edilicia que me permitió  incorporar un salón subsuelo como espacio de exhibición. Es un espacio que en sus 15 años de existencia fue sufriendo distintas transformaciones en el contexto de una casa de plan en un barrio obrero.

Inicialmente contaba con una mesa de trabajo que era para cinco, lo que hoy es la cocina y espacios de agua era un lugar de herramientas. Cerré un patio interno para ampliar y conectamos con el subsuelo, favorecido por la topografía del lugar con diversas alturas. Abajo está la sala de exhibición que se une a Patio Caelum en el que hemos desarrollado ferias.

Caelum también tiene una llamada mesa blanca, que es como un papel en blanco a partir del cual creamos partiendo del análisis y reflexión de los procesos que realizamos, donde además aparecen nuevas materialidades y otras. Una biblioteca y la mesa orfebre propiamente dicha, que es una mesa a lo Cecilia Richard…, con la altura pero no las excavaciones convencionales. Y se agrega un espacio de herramientas.

Tenemos una repisa con los tarjetones de las exhibiciones anuales que realizamos desde 2008. Se trata de un evento pedagógico en el que seleccionamos y mostramos piezas y procesos realizados durante el año por todos los participantes de los grupos de Caelum.

“Creamos partiendo del análisis y reflexión de los procesos que realizamos, donde además aparecen nuevas materialidades y otras.”

_¿Cómo siguió tu obra?

_En los últimos ocho años he dado una vuelta de tuerca a mi obra como resultado de situaciones personales y procesos que siempre te rondan; están como soplándote la nuca y de pronto pasan al frente y entran en la escena de tu vida.

En 2015 logré emanciparme de la plata, con una transición en la que este metal comienza a dialogar con otras materialidades, pero seguía siendo protagonista.

Y en ese proceso de emancipación modifiqué mi punto de apoyo y fui incorporando otros materiales con ideas que aparecían en ciertos procesos creativos, como en «Cactácea» en 2010 que la plata convivió con tanzas elastizadas. Y en «Abla», que trabajé el concepto de ablandar las piedras desde lo poético e indagué todas las formas posibles de ablandarlas partiendo de perforar, desgranar, pigmentar y hasta vincularlas con el textil y coserlas; en eso también desgrané la acción de ablandar y en un juego de palabras resultó abla… esta materia aparece porque surge de las sierras, el entorno que habito.

A esto le siguió «Posibles diálogos entre la mano y el molle», en el que trabajé con una recolección de hojas del árbol molle presente en la zona aledaña que frecuento.

En estos proyectos, desaparece la idea tradicional de la pieza de joyería como objeto en relación al cuerpo y aparece en la acción de construcción de la pieza de joyería porque para perforar piedras necesito de las manos o de los dedos que tienen que tener una tensión específica del cuerpo, implica una actitud que requiere que mi propio cuerpo no se ponga como piedra, cómo ablandar la piedra sin ponerme como piedra; mientras que cuando cosí las hojas del molle debí alivianar mis manos de manera tal de no romperlas, entonces la consciencia del cuerpo camó.

Entonces, este proceso de reflexión va más allá de la joyería y apunta a la relación entre los objetos y el cuerpo como sujeto vivo, no es un simple soporte sino que tiene una sensibilidad y capacidad de experimentar increíbles. Esto me interesa sobre manera porque tiene un potencial de significación tremendo para los artistas.

En «Posibles diálogos entre la mano y el molle» hice un trabajo morfológico porque cosí las hojas en relación al cuerpo. Como cada obra implica un cuerpo de obra, valga la redundancia, que incluye un registro de la relación del objeto con el cuerpo y esas piezas eran efímeras, decidí electroformarlas para que quede un objeto portable y usable en los dedos, manipulables. Lo hice  gracias al aporte de Rafael Álvarez quien fue uno de los que nos enriqueció con su saber.

Me gustaría destacar también el aporte que han brindado Jimena Ríos, Silvina Romero, Pilar Cotter, entre muchos otros joyeros, artistas visuales, poetas y diversos que pasaron por Caelum.

Y aprovecho para resaltar que en uno de esos intercambios albergamos la muestra de exvotos liderada por Jimena Ríos, que se presentó como ampliación del espectro de la joyería, en paralelo a una expo significativa: «Que tales cosas fuesen» en el Espacio Cultural Museo de las Mujeres en Córdoba, que mostró el potencial y alcance de la joyería contemporánea local.

 

“Un proceso de reflexión va más allá de la joyería y apunta a la relación entre los objetos y el cuerpo como sujeto vivo, no es un simple soporte sino que tiene una sensibilidad y capacidad de experimentar increíbles.”

 

Ábaco, una obra transformadora

 

_¿Ahora te dedicás a materiales provenientes de la naturaleza?

_Venía cosiendo materiales de la naturaleza y nos agarró la pandemia, y con la misma lógica habitual de búsqueda, recolección y registro, empecé a trabajar con cáscaras de naranja. Fue parte de un proyecto de seguimiento online en el que propuse desarrollar un proceso creativo con elementos posibles, al alcance de la mano, reflexionando sobre el material de descarte, su significación y una posible construcción poética. En esa propuesta, como siempre, fui arte y parte y desarrollé mi propia exploración.

En ese quehacer aparece «Ábaco» como consecuencia de separar la basura, actividad que hago desde hace años, y no incluir los cítricos en el compost. Con el tiempo que nos dio la pandemia pude volver a sostener las manos en la obra con más intensidad después de estar tan absorta a la actividad docente, que te toma tanta energía.

Empecé a hacer una exploración formal de la cáscara, su forma y color, y al concatenar sentidos, decidí hacer una obra duracional que se iba a extender tanto como la pandemia, aunque luego resultó a la par del aislamiento social obligatorio, por eso la terminé en marzo último. Cosía cáscaras y no me daba cuenta de su dimensión, y fue creciendo tanto que cuando me la puse me di cuenta que tocaba el piso; así se volvió una entidad y comencé a registrarla y compartirla a través de las redes. Sin pensarlo, se convirtió en una obra generosa, resultado de un proceso de  desarrollo de un pensamiento. Además de un instrumento para contar los días de la pandemia, fue un dispositivo que me permitió generar un discurso y hablar de temas que siempre me inquietaron en relación con el entorno.

“«Ábaco» se convirtió es el resultado de un proceso de desarrollo de un pensamiento… fue un dispositivo que me permitió generar un discurso y hablar de temas que siempre me inquietaron en relación con el entorno.”

_¿Cuáles?

_El hecho artístico no supone querer y obtener; cuando tenés esa capacidad de significar, de darle un sentido poético es el resultado de un proceso reflexivo. «Ábaco» me permitió hablar de manera locuaz de mi relación con el y los cuerpos.

La relación con el cuerpo es uno de los ejes de la joyería. El concepto del cuerpo puede ser tenido en cuenta de manera amplia, no solo es el sujeto o individuo sino que también puede ser el cuerpo social, el cuerpo de ideas, el territorio y hasta el planeta. Así gracias a «Ábaco» pude explorar sobre el cuerpo ampliado, que a medida que iba creciendo superaba mi propio cuerp,  entonces admitía otros.

Como por entonces se hablaba mucho de las defensas pensé en cómo generarlas y el beber jugo de naranja a diario fue un disparador, que hablaba de una persona con defensas, nutrida no solo por alimentos sino también por sus afectos, emociones, amores; si adolece de esto último no está bien nutrida, no se sostiene; lo amoroso nutre tanto como los alimento.

Otro de los aspectos descubiertos o trabajados es que la obra comenzó cuando la materialidad es ingerida, no trabajaba con la cáscara sola, primero tomaba e invitaba a ingerir el jugo. De esta manera, la materialidad está dentro de nuestra corporalidad y la cáscara pasa a ser protagonista, en un momento súper antropocentrista. Y lo digo de forma poética dándole una dimensión artística no diciéndolo de manera panfletaria o activista porque el discurso poético sensibiliza y llega a otros niveles; por eso me interesa tratarlo poéticamente.

La obra comenzó a a crecer en escala hasta marzo último, cuando la distancia social ya no existía y, aunque no se cerró la pandemia, el clima seguía siendo muy pos pandémico. Terminó en una pieza que pesa 11 k, con 16,10 m de longitud, con 741 naranjas bebidas cada día durante 2 años y 11 días, que derivaron en 1482 mitades de cáscaras cosidas con 343.824 cm de hilo para 56.316 puntadas.

Para mí es una pieza de joyería aunque muchos pudieran definirla como land art -esa corriente del arte contemporáneo en la que se crean obras en la naturaleza utilizando materiales que encontramos en ella- pero no es específicamente un híbrido entre paisaje y obra de arte, porque surgió como pieza de joyería que creció tanto que hasta puede ser soportada por otro tipo de cuerpo.

Me apoyo en la idea de joyería porque sostengo el concepto de cuerpo ampliado. Se trata de una pieza que no se transporta con un cuerpo sino que necesita de otros, remarco, de más de un cuerpo, de un cuerpo grupal, social, de un entramado humano que puede sostenerlo, lo cual habla también la necesidad que tenemos como colectivo social porque demuestra que somos con los otros.

Y también se lleva y sostiene con el paisaje, así defino que «Ábaco» es también joyería para mi tierra. De esta manera pienso mi territorio como cuerpo vivo y a nosotros como parte de ese cuerpo. Todo esto no fue algo buscado sino que la obra fue creciendo y se dio esta sumatoria de cuerpos que se fueron descubriendo y poniendo en valor; la obra me fue acercando pero esto porque tiene que ver con mi campo de interés y de reflexión. De igual modo, es un dispositivo de acción que se da por lo que genera su manipulación.

 

HaSer, un talismán

 

A partir de «Ábaco» también desarrollé el proyecto «HaSer» un talismán, joyería para un jardín, entendiendo al jardín como un cuerpo vegetal, un cuerpo vivo. De esta manera, también quise  valorar a las especies vegetales como parte y no nosotros como la supremacía humana, sino la relación interespecie porque es obvio que vivimos gracias al oxígeno que genera la vegetación. Entonces, le propuse a una red de 30 joyeros de Córdoba para, a partir de un módulo diseñado con cáscaras de naranja, crear una malla o trama. Realizamos una joya colaborativa que dialogó con una ligustrina del patio del Centro Cultural España Córdoba, como parte del ciclo Los Patios y el Cultivo del Tiempo de la edición 2021 de la Feria de Arte Córdoba.

Además de habitar el espacio, me di el permiso de generar más acciones en torno a la joya contemporánea que alimenta a otros niveles del alma… Es que lo precioso no solo es la joya material sino lo que genera como la valoración de algo por su recuerdo, por lo que despierta; así cosimos, cantamos, bailamos e hicimos que la joya viviera en otras expresiones. El cuerpo expandido a partir del crecimiento de una joya es mi aporte en este momento.

El trabajo de «Ábaco» en el territorio fue muy potente por esto terminé por afirmar y sostener que es joyería para mi tierra. Es una joyería con una gran capacidad de símbolo, de señalamiento, sobre algo que me interesa que son los cuerpos, no solo el propio o convencional, el cuerpo vivo más allá del sujeto deseante, padeciente, significante, porque el centro de la joyería también es el sujeto.

La joyería está muy ligada al sujeto individual pero hay mucho más, por eso me tomé el trabajo de demostrar y mostrar otros cuerpos, cómo la joyería está ligada a otros sujetos, a otros sostenes. Hoy poder hablar de un cuerpo colectivo o de la tierra como cuerpo es muy significativo y me interesa especialmente y comunicarlo de manera poética, insisto.

Quiero aclarar que cuando trabajé con las cáscaras de naranjas no lo hice con la intención del reciclado o para fomentarlo, por más que me parezca bien; no me interesa esta búsqueda sino que deviene de otra manera; no estoy parada en el upcyclyng aunque se dé como consecuencia.

 

“La relación con el cuerpo es uno de los ejes de la joyería. El concepto del cuerpo puede ser tenido en cuenta de manera amplia, no solo es el sujeto o individuo sino que también puede ser el cuerpo social, el cuerpo de ideas, el territorio y hasta el planeta.”

 

Polo joyero

 

_Hoy Córdoba creció mucho. ¿Es un polo joyero?

_En la actualidad hay otra escena en Córdoba. De estar sola hoy hay una red, en la que muchos alumnos se convirtieron en colegas y conformamos un polo cordobés de joyería contemporánea muy potente, con espacios de formación, circulación y difusión de obras. Así hay talleres, escuelas, tiendas y hasta servicios temáticos, como cafés, entre otros.

Se destacan el de la artista visual y joyera Rocío Moreno, quien además de su taller y tienda tiene un espacio que comparte con otras cinco joyeras más y, el de Lucas Pinto do Santos, quien además de docente de Caelum tiene Vendido, un lugar de exhibición y venta de joyería contemporánea, entre muchos otros. Me siento muy orgullosa y mantenemos una relación mediante la cual hacemos seguimiento de obra, dialogamos y reflexionamos acerca de nuestros procesos. Ya la formación, exhibición, gestión y circulación es compartida.

 

“Conformamos un polo cordobés de joyería contemporánea muy potente, con espacios de formación, circulación y difusión de obras. Así hay talleres, escuelas, tiendas y hasta servicios temáticos, como cafés, entre muchos otros.”

 

_¿Proyectos?

_Todavía estoy elaborando material que generó «Ábaco», para darle forma a través de una publicación. Dio lugar a acciones concretas que tuvieron un registro compartido en las redes sociales que lo amplificó y se sustentó en un anclaje de lectura reflexivo, y merece ser contextualizado y sistematizado. De igual modo, estoy trabajando como obra a una serie de registros fotográficos para que sean parte del cuerpo de obra de este proyecto.

En este momento, no tengo apuro, no siento que tenga que estar haciendo algo sino que las cosas se van cocinando a fuego lento y, como siempre, estoy viva, activa, reflexiva y atenta a lo que pueda darse.

Y lo que se da hoy es un proyecto colectivo denominado «Cuerpo del delito», un trabajo que hacemos con la lógica de cadáver exquisito, es decir, ese juego de palabras por medio del cual se crean maneras de sacar de una imagen muchas más, y lo hacemos entre seis joyeras que partimos de material propio, fragmentos de obra y de la poética de cada una, entre otros, que circula para derivar en 30 piezas de autoría colectiva y de esta manera cada pieza pasa por las manos de Rocío Moreno, Sol C. Sieber, Constanza Nolé, Cecilia Kesman, Andrea Libovich y las mías. Un proyecto de Caelum Galería que presentamos en la convocatoria de la Feria de Arte Córdoba que se realizará en noviembre próximo.

Además, en breve ofreceré un taller de la artista visual Eugenia González Mussano «Práctica y pensamiento en el arte contemporáneo» siguiendo con su Escuela de la sospecha. Y tengo en mente un proyecto de residencia de montaña, pero que se está pergeñando…, como todo proceso llevará su tiempo.


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Marina Massone se relanza

Apuntes | Notas

La joyería es una experiencia de vida


Entrevista a Marina Massone

Por Delia Alicia Piña

 

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Es una diseñadora industrial que supo abrirse camino con una joyería muy personal, orgánica, articulada y tridimensional. Después de casi 30 años de trayectoria, Marina Massone sigue sumando habilidades y estudios para fortalecer su propuesta.

Le cuesta las definiciones que la encasillan pero acepta que es una joyera contemporánea, una de las primeras autoras que se abrió camino desde el diseño.

Lo suyo siempre estuvo vinculado a experiencias personales, a sus lugares de residencia, a sus deseos, percepciones e inquietudes, y hoy más que nunca se afianza en ese punto de vista.

El proceso creativo es su fuerte. Le gusta investigar y no para de hacer prueba y error con diversos materiales. Se destaca también por la creación de herramientas y técnicas que le permiten hacer lo que quiere.

Cuenta como el coaching ontológico le sirvió para frenar, reenfocarse y seguir adelante, y también para ayudar a potenciar a sus alumnos.

Su nuevo taller en su casa de San Antonio de Areco y la obra que está en proceso de desarrollo y promete ser más libre y conectada con ella misma.


_¿Relanzaste tu firma de joyería o la retomaste después de un impasse?

_Previo a la cuarentena me hice un replanteo de cómo venía haciendo las cosas y ese cuestionamiento fue bisagra en mi proceso de realización de la joyería.

Llevo casi 30 o veintilargos años en esto. Arranqué entre los primeros joyeros y por entonces no había muchos, éramos muy pocos haciendo esta actividad y hasta era muy difícil de entenderla.

Tu pregunta me hace reflexionar qué significó la joyería para mí y me doy cuenta que está relacionada con cada momento que atravieso. La joyería se metió en mi estilo de vida, es una aplicación de mi profesión pero tiene que ver con mis deseos y procesos de todo tipo.

Inicié este camino una vez recibida de diseñadora industrial en la UBA y tras siete años de tener un estudio de diseño industrial. Continué mi formación en fotografía, iluminación, escenografía siempre en la búsqueda por encontrar herramientas que me permitieran potenciar las cualidades expresivas de los materiales, hasta que encontré en la joyería el espacio donde fusionar mi formación con la necesidad de expresar de una manera más artística, mis intereses, sensaciones y experiencias. Actualmente continúo con el coaching ontológico y comencé una tecnicatura en Bellas Artes.

A partir del año 2000 desarrollé mi propia marca de joyería contemporánea, Marina Massone, con joyas de formas orgánicas en las que exploré las cualidades expresivas de los materiales para formar estructuras metálicas que se mueven sobre el cuerpo.

Mis primeros trabajos de joyería tenían que ver más con una idealización del diseño, buscaba ser ortodoxa en el diseño. Mis colecciones de joyería representan lo que viví en cada etapa de mi vida. En un principio era idealista y hasta perfeccionista, un momento casi adolescente te diría.

 

Experiencia de vida

 

Con el paso del tiempo, la experiencia y la maternidad me di cuenta que no era necesario ser perfecta, que me pasaban otras cosas, que mis emociones me atravesaban y se podían reflejar en mis objetos de diseño, los cuales no estaban separados de mí sino que eran una consecuencia y hasta como mis hijos. Mis joyas son un espejo que me refleja, son retratos de cada época en que vivo.

En ese principio de mi carrera como joyera tenía muy presente el ideal de lo que quería, de hacia dónde me quería proyectar y corría tanto tras eso que hasta trabajaba hasta las 4 de la madrugada casi sin parar para cumplir, entregar, responder a la demanda, aceptando dejar mi trabajo en consignación, asistía a cuatro ferias anuales, viajaba, daba clases, atendía a mis dos hijas pequeñas hasta que paré, decidí parar y cuestionarme para qué, adónde quiero llegar, qué sentido tiene.

Antes vivía para llegar y ahora pienso cómo quiero vivir y elegí vivir diferente. Decidí bajarme de un tren a alta velocidad del que ni siquiera me daba que se movía; hoy estoy mucho más consciente y hay cosas en las que ya no me prendo.

 

“Encontré en la joyería el espacio donde fusionar mi formación con la necesidad de expresar de una manera más artística”.

 

_¿Aplicaste mucho del diseño industrial a la joyería?

_Sí. El diseño industrial crea desde la funcionalidad pero advertí que me interesaba más el proceso de realización, de creación artística, de investigación, de prueba y error de materiales. Desde el punto de vista del diseño industrial podía hacer una pieza híper funcional pero, como pretendía incorporar la experimentación en piezas para que tengan un valor más artístico, terminé haciendo joyería porque podía sumar lo funcional y lo artístico. Mi propuesta artística se define en el proceso de experimentación no en la pieza resultante.

 

“Terminé haciendo joyería porque podía sumar lo funcional y lo artístico.”

“La joyería se metió en mi estilo de vida. Es una aplicación de mi profesión pero tiene que ver con mis deseos y procesos de todo tipo”.

Reflejo personal

 

_¿Qué muestra tu joyería de hoy?

_Mi vida y sentimientos, es un reflejo mucho más directo y personal, aunque mi joyería siempre estuvo vinculada a lo que me fue pasando en estos años. Pero hoy estoy en un momento diferente.

Mientras daba clases (las dio en Diseño Industrial en la FADU y, en paralelo, en diversos talleres de Diseño y Producción de Joyería Contemporánea) percibía un límite en el proceso de enseñanza aprendizaje, y no quería poner el acento en la técnica sino en la búsqueda de la identidad. Es que a muchos les pasaban cosas y, a veces, no crecían profesionalmente o no podían desarrollar piezas porque había cuestiones personales no resueltas que los condicionaba. De esta manera, empecé a interesarme en el coaching ontológico para ver de qué manera podía potenciarlos.

Así, de la misma manera que yo veía cómo mis emociones se iban modificando o condicionando o potenciando para un lado u otro durante mi desarrollo profesional, en esta última etapa comencé a analizar cómo influye el desarrollo personal en los procesos creativos.

Porque la joyería no es solo diseñar piezas o crear piezas de arte. Cuando uno habla de arte habla de emociones porque están involucrados los sentimientos, deseos, inquietudes, estados de ánimo y experiencias.

Más que un impasse fue un reenfoque. Tuve que parar en algo que en apariencia es diferente a la joyería pero que está muy relacionado porque la joyería está estrechamente relacionada a experiencias de vida como resultado de un proceso creativo. La joyería es una experiencia de vida.

 

“Hoy mi joyería refleja mi vida y mis sentimientos de una manera más directa y personal, aunque siempre estuvo vinculada a lo que me fue pasando”.

 

_Tu interés siempre está en el proceso de creación.  

_Sí, me interesan mucho los procesos creativos y cómo reflejan experiencias y hasta la misma mente humana o los pensamientos que su vez llevan a ciertas vivencias. Y entre esas experiencias están los puntos de referencia o las ubicaciones, desde dónde mirás o te parás, que también influyen: yo pasé de la ciudad, al campo, luego a un pueblo y esto se notó en mi trabajo.

Mis primeras piezas eran muy citadinas hechas con mucha técnica en busca de la perfección, como contaba; después estando en el campo todo resultó un poco más relajado e intimista porque fue el resultado de un momento más familiar en el que me flexibilicé y sensibilicé mucho, dándome cuenta que uno no es perfecto; luego en un pueblo tradicional del que admiro la arquitectura de sus casas con el paso del tiempo, por ejemplo, empecé a incorporar el desgaste en mis piezas, que se da de manera natural en el uso. Todo esto se ve en diversos detalles o sutilezas de mis colecciones.

“Me interesan mucho los procesos creativos y cómo reflejan experiencias y hasta los pensamientos que a su vez llevan a ciertas vivencias.”

_Entonces no es que ahora te enfocás hacia piezas más artísticas.

_No es que es o será más artística y antes no lo era. Sí que ahora parto de una sensación desde la cual tomo un material y lo empiezo a explorar estableciendo un diálogo. Creo que mi aspecto artístico se ve en todo el proceso, insisto. Siempre la primera bajada es una pieza madre, única, artística, desde la cual se desprende una colección de diseño que sí será más comercial.

Estoy trabajando en una nueva colección que sin duda me llevará su tiempo de crecimiento y evolución y que todavía no se ve claramente. En la última colección, «Biguá», se advierte cierta transición hacia una mayor conexión con las percepciones y experiencias personales, porque es una colección está inspirada en una tarde de otoño en San Antonio de Areco en la que se ve cómo el  biguá, un ave de nuestros ríos, se posa en los árboles y despliega sus alas para que se sequen luego de volar al ras del río en busca de comida. Y de alguna manera «Biguá» es el puntapié de un nuevo proceso que se va a ver reflejado en piezas de joyería mucho más libres en sus trazos, sin juicios de diseño, y mostrará que estoy más conectada conmigo, no hacia dónde quiero llegar en un futuro, como lo hacía antes.

Y en ese proceso, como siempre, desarrollo una técnica propia, que surge de un diálogo o manejo del material investigando qué posibilidades y límites tiene para lograr, por ejemplo, cómo crear estructuras sólidas con láminas muy finitas como se vio en «Panal», para la cual también diseñé una máquina especial.

Cada una de mis colecciones tiene una herramienta que le corresponde. Cuanto más diseño haya en el proceso más identidad tiene el producto. Si se piensa solo en la forma final puede que por sus características tenga una identidad, pero advertí que en la medida en que desarrollaba una técnica y diseñaba herramientas específicas para aplicarla, el resultado era y es muy personal.

No creo que lo artístico esté solo en las piezas únicas porque lo creativo está en el proceso.

 

“Estoy trabajando en una nueva colección… hacia una mayor conexión con las percepciones y experiencias personales”

 

Ideas creativas

 

_¿Qué técnicas y herramientas que desarrollaste destacás?

_Para «Panal» hice un rodillo especial construido con piezas de herrería con el fin de plegar láminas de metal. Cuando hace más de diez años apliqué resina en «Mar», no se usaba mucho y le incorporé tela para conseguir una lámina muy fina que resultaba con cierta apariencia de imagen fotográfica y poco identificable. Es que cuando el material pierde protagonismo gana la idea creativa, es decir, no es lo más importante de qué está hecha la pieza sino qué voy a decir con esa pieza o qué muestro.

 

“Cuando el material pierde protagonismo gana la idea creativa, es decir, no es lo más importante de qué está hecha la pieza sino qué voy a decir con esa pieza o qué muestro.”

 

_¿Preferís el metal?

_Me interesa mucho el metal, pero trabajé con resina, PVC y cuero. Fundamentalmente utilicé con plata 925, ahora trabajo en bronce bañado tanto en plata como en oro por el costo y como no vendo materia prima sino diseño lo hago de esa manera. Lo puedo realizar todo en plata a pedido porque ya tiene un trabajo de mano de obra hecho y es el mismo proceso con otro costo. No es que hago una pieza, la fundo, le saco las coladas y queda sino que transformo el material durante un proceso.

El metal me sirvió más para la producción de piezas de diseño, que son hechas a mano con rasgos distintivos, pero utilizo diferentes tipos de materiales. El material no me define sino lo que hago con él. Mi intención era y es que la joyería llegue a todo el mundo más allá del material.

“Mi intención era y es que la joyería llegue a todo el mundo más allá del material.”

_¿Cómo definís lo que hacés?

_No sé si defino, lo hago directamente. Todo el tiempo estamos tratando de definir y terminamos encasillando en espacios y lugares limitantes, por eso me interesa y prefiero apuntar al proceso de realización de una joya de manera integral, con las emociones que puede representar, con la intención con que se hace, y también cómo y con qué se realiza.

En un principio, hace 25 años aproximadamente, veía mucha estructura o diferenciación en el quehacer joyero, en el que se separaba o diferenciaba a quién era o no joyero del diseñador, y hoy eso es ridículo.

En un seminario que el galerista Charon Kransen dio en Buenos Aires en 2008, muchos se presentaban como diseñadores de autor, diseñadores de joyería, otros como creadores de joyería contemporánea, todos tratando de diferenciarse… entonces él nos proponía que nos uniéramos en el concepto, bajo un mismo nombre, para que la gente en general nos identificara. A veces hay mucho ego, pero si no nos unimos para mostrar lo nuestro no hay demanda y es entonces cuando queda todo entre joyeros, y esto sigue pasando.

No es que me sienta muy identificada con la denominación de joyería contemporánea pero entiendo que es el término más simple para que el público entienda de qué se trata.

Hoy, sí son válidas las diversas denominaciones y definiciones que sirven para que desde el fuera se pueda comprender la propuesta o lo que se hace. En la actualidad, digo que lo mío es joyería, arte y diseño. Y hoy sí es válido que cada uno se llame como quiera porque, repito, ya se sabe de qué se trata.

Además de las caracterizaciones que mencioné, mi diferencial, repito, está en el proceso con todos mis recursos. El problema que se me planteó como docente fue que muchas veces tomaban mis recursos sin desarrollarse personalmente y terminaban siendo clones, por eso busque otras herramientas como el coaching para aplicarlas y tratar de ofrecer un proceso de enseñanza-aprendizaje más profundo y enriquecedor.

 

Identidad

 

La identidad de mi propuesta está dada por ciertas cualidades: son piezas orgánicas, voluminosas, tridimensionales, con luces y sombras, transparencias, con movimiento, articulación.

Pero lo principal tiene que ver con los diálogos que tengo con el material, con el proceso, con mis estados de ánimo, mis percepciones, mis experiencias e intenciones a lo largo del tiempo.

Hoy veo cómo se metió la joyería en mi vida más allá de la identidad de las joyas o del producto de diseño final. Estoy en una búsqueda de coherencia con mi propia vida. Hoy la joyería ni siquiera es el producto, cada vez me corro más del resultado.

 

“Me interesa y prefiero apuntar al proceso de realización de una joya de manera integral, con las emociones que puede representar, con la intención con que se hace, y también cómo y con qué se realiza.”

 

_Este concepto lo aplicaste no solo a joyería sino a piezas de decoración, mobiliario y luminaria, ¿seguís con estas disciplinas?

_Sigo sí, porque esos objetos son siempre parte de mi exploración personal. Muchas veces como resultado del trabajo me quedaban piezas y las transformaba en otro tipo de objetos de decoración, mobiliario y luminaria. Mi intención era hacer una joya pero en el proceso pasaban tantas cosas que terminaba en otro tipo de objetos. Muchas veces para hacer una pieza de joyería necesitaba alejarme del metal para liberarme, para no encasillarme ni caer en prejuicios, por eso me metí en cerámica, por ejemplo. Para hacer joyería trataba siempre de no buscar joyería sino llegar desde otro lugar.

Una vez el arquitecto Ricardo Blanco, pionero del diseño industrial argentino y entonces director  de esa carrera de la UBA, me dijo que cuando uno mira y no analiza, incorpora imágenes en el inconsciente y después termina creyendo que son propias y hasta puede diseñar algo muy similar al de un diseñador conocido sin darse cuenta.

Hay que buscar la esencia de lo que nos gusta, ver por qué nos gusta o qué no solo sea la imagen o resultado; si me gusta una torta, pensar qué me gusta y así descubrir, por ejemplo, que lo que me gusta es la combinación del limón con el chocolate, de dos opuestos. Cuanto más exploremos la esencia de lo que nos atrae vamos a conseguir despegarnos de eso conocido que nos gusta y poder crear algo propio, un producto con mayor identidad.

En mi proceso trato de desprenderme, de no meter imágenes en mi archivo mental sino de analizar, porque como diseñadora amo mirar, observar formas, líneas, objetos, diseños. Reitero cuando uno mira tiene que aprender a observar, grabar lo visto sino uno piensa que está haciendo piezas nuevas y no hace más que un patchwork de lo que te gusta.

De alguna manera todos hacemos algo conocido o visto, uno toma el material y termina en algo. Sé que lo mío no es una novedad total. Me importa mucho observar y tratar de ver qué hay de eso que me atrae, para quedarme con la idea borrando la imagen.  Por eso, el diálogo es tan importante: con la vida, con las esencias, con los materiales, etc.

Y sí, continúo diseñando piezas de cerámica y objetos de mobiliario y luminaria.

“Muchas veces como resultado del trabajo me quedaban piezas y las transformaba en otro tipo de objetos de decoración, mobiliario y luminaria.”

Nuevo taller en Areco

 

_Mudaste tu taller a tu casa.

_Lo que tiene de lindo este pueblo de San Antonio de Areco, es que cuando uno va a conocer la obra de un artesano va a su casa a conocer su taller no a un local. Algunos orfebres sí tienen su taller en un local pero la mayoría lo tiene en su casa, de ceramistas a cocineros.

Hoy el living de mi casa es una exposición permanente de mi obra, desde pinturas que hice para poder tener la sensación de materializar una idea, serigrafías, cajas de luz, cerámicas y hasta joyería. Tengo la casa invadida, tomada por mi arte. El que entra a mi casa, ingresa a mi mundo. Mi taller está en mi casa, un poco separado, pero allí está el universo de mi taller con el detrás de escena de la pieza de joyería.

 

“El living de mi casa es una exposición permanente de mi obra, desde pinturas que hice para poder tener la sensación de materializar una idea, serigrafías, cajas de luz, cerámicas y hasta joyería.”

 

_¿En qué consiste el proyecto Trazando identidad?

El proyecto Trazando identidad lo llevé adelante con la economista especializada en diseño Marcela Molinari para ofrecer capacitaciones a artesanos, sumando experiencias desde el manejo del producto y desde el proceso creativo.

Hice coaching ontológico no tanto por una necesidad personal, aunque me sirvió un montón, sino,  como conté en detalle, para aplicarlo en la enseñanza, en particular, a los obstáculos emocionales que veía en artesanos y diseñadores para llevar a delante sus proyectos, los cuales advertimos como transversales en el ejercicio del trabajo y en la vida misma porque tienen que ver con la manera de mirar y hacer las cosas.

Me metí como observadora para analizar y descubrir que somos producto de la programación que tenemos impresa; para ver cómo impacta la sociedad en nosotros porque no somos seres independientes que elegimos libremente, parece pero no, estamos muy condicionados. Por eso, es preciso romper con ciertas creencias, repensarnos, ponernos a prueba, y de esto se trató Trazando identidad.

Y luego apliqué el coaching a todas mis clases; hasta me dedico a coachear gente que se plantea la imposibilidad de seguir los objetivos que se propone, que no siempre tiene que ver con trabas económicas sino personales. Muchas veces cuando hablamos de las situaciones que nos pasan ponemos la culpa afuera, en el país, en las condiciones económicas, en los impedimentos impuestos, etc., y no nos hacemos cargo de algo y de esa manera no tenemos capacidad de cambio.

Nosotros no solo podemos diseñar piezas sino que hasta podemos rediseñar todo, hasta nuestra manera de ser si queremos. Es que si realmente quiero cambiar, tengo la capacidad de hacer lo que deseo, pero a veces estamos tan plantados en el pasado y su continuidad que seguimos haciendo las cosas de la misma manera. Si queremos cambios hay que cambiar! Hay que incorporar nuevos ingredientes sino voy a tener más de lo mismo.

 

“No solo podemos diseñar piezas sino que hasta podemos rediseñar todo, hasta nuestra manera de ser si queremos.”

 

_¿Cómo es el nuevo proyecto en el que estás trabajando?

_Es una suma de intereses que tenía separados y ahora encontré un formato para desarrollarlos todos juntos. Tiene que ver con piezas de joyería y también con los procesos creativos, con intereses personales, como la numerología, por ejemplo. Y en esa sumatoria  se verá la incorporación de otros materiales.

Incluirá muchas piezas coleccionables en un proceso, cuyo desarrollo va a llevar un tiempo pero no tendrá que ver con una colección convencional. Me encanta seguir haciéndolas pero ese tipo de trabajo ya forma parte de mi pasado. Pasadas pero no viejas ni desechadas, siguen vigentes. Ya la idea de la temporalidad aplicada al diseño, no corre más.

Todo suma y evoluciona porque el artista joyero cuenta su propia historia a través de su obra. De igual modo esa carrera por la producción o conseguir un resultado tampoco va más para mí. Ya sé lo que me gusta y trato de capitalizarlo.

Antes era mucho de acción-reacción, ahora me tomo un espacio para decidir; este espacio es cada vez más grande y tiene que ver con el poder personal de elegir que me lleva o aleja de dónde quiero estar.

 

“Mi nuevo proyecto tiene que ver con joyería y también con los procesos creativos. Es una sumatoria en la que se verá la incorporación de otros materiales.”


Entrevista a Tatiana Apráez

Apuntes | Notas

El pensamiento crítico permite la expresión a través de la joyería


Entrevista a Tatiana Apráez

Por Delia Alicia Piña

 

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Muy pocos países pueden hacer alarde de que su joyería contemporánea pone en valor técnicas artesanales. Aunque dice que esto ni siquiera es incipiente en su Colombia natal, la joyera, ingeniera y docente Tatiana Apráez es una de las pocas que sí puede sostener y levantar esa bandera.

En sus más de 20 años de carrera eligió el camino de la investigación, con mucho ensayo y error para metódicamente conseguir actualizar una técnica de decoración prehispánica y aplicarla a piezas de joyería contemporánea en un mix de materiales únicos.

Y le cambió la cara al llamado barniz de Pasto o técnica de mopa mopa con nuevos colores, texturas y grafismos sobre materiales inéditos. Este logro fue reiteradamente destacado fuera y dentro de su país, ya que recientemente obtuvo el Grand Prize de La Asociación de Diseño para Joyería de Japón y en días lo vuelve a exponer en Japan Jewellery Fair.

Su innovación en detalle y cómo su escuela de joyería contemporánea es referente de la mano de la maestra joyera Nuria Carulla.


_¿Cómo pasaste de la ingeniería industrial a la joyería artística?

_Me gradué como ingeniera industrial en el año 2000 y mientras hacía la tesis sentí que algo me faltaba, que no estaba plena aun haciendo la práctica de la carrera que me gustaba en el área financiera de una empresa.

Estaba a la búsqueda y en una expoartesanías conocí a la maestra joyera Nuria Carulla, me gustó su trabajo porque era súper diferente de lo que conocía pero daba clases en Cota, a 6 kilómetros al sur de Bogotá y como ya trabajaba solo disponía de los sábados; no obstante, empecé finalmente y seguí estudiando con ella por más de un año. Es que cuando uno está abierto a recibir, pasan estas cosas como encontrarte con el maestro justo.

Luego de estudiar con Nuria y ahorrar me presenté en la escola Massana y quedé. Estudié Joyería Artística con Ramón Puig Cuyàs, que era director, y también con Carles Codina, lo cual resultó una experiencia súper. Allí conocí a la joyera bogotana Linda Sánchez, con quien de regreso a Bogotá nos asociamos para crear la escuela Materia Prima.

 

“Cuando uno está abierto a recibir pasan estas cosas como encontrarte con el maestro justo”.

 

_¿Utilizás tus conocimientos de ingeniería industrial en la joyería?

_La ingeniería industrial me dio mucha estructura mental organizativa para el cumplimiento de pautas como parte de un proceso que he ido aprendiendo y desarrollando, pero que no solo adquirí al estudiar ingeniería sino también joyería, en particular, con Nuria Carulla que tiene su propio método y que ha sido una gran influencia para mí.

Sí hay mucho de la ingeniería en cuanto a procesos y construcción que he aplicado. Me gustan muchos los números, la lógica de la matemática y las habilidades financieras que me apropié para mis proyectos de joyería. También, la ingeniería industrial está muy ligada a la producción, a cómo haces un producto o prestas un servicio, y el lograr optimizar el proceso productivo para que no haya tanto desperdicio, por ejemplo, es una pericia que conseguí gracias a la ingeniería industrial y además me fue muy útil al poner en marcha mi taller y la escuela de joyería.

 

“Adquirí una estructura mental organizativa para el cumplimiento de pautas como parte de un proceso que he ido aprendiendo y desarrollando, pero que no solo adquirí al estudiar ingeniería sino también joyería.”

 

_¿El objetivo de tu trabajo es fusionar técnicas de joyería con otras artesanales para piezas más contemporáneas?

_Sí. En realidad no busqué hacer joyería contemporánea o joyería de algún tipo sino que se fue dando. Al principio, mi único fin era vincular la joyería con el mopa mopa.

A 21 años de haberme graduado puedo ver en perspectiva que los dos primeros años estuve ahondando tanto en la joyería como en las técnicas artesanales. Indagué en tejido en plata, intentando solo armar piezas y también tratando de lograr una buena calidad del mopa mopa para insertarlo en la joyería. Y no me resultó tan sencillo porque es una técnica hecha para objetos de decoración más grandes. Ese objetivo implicó descubrir muy bien esa técnica y hasta lograr un cambio de mentalidad en los artesanos. Solo estaba convencida que quería hacer algo a partir de un saber hacer autóctono de Nariño, un municipio del sudoeste de Colombia, hacia el límite fronterizo con Ecuador, de donde soy oriunda.

Entonces, después de esa búsqueda inicial, arranqué y se fue dando. Como me familiarizaba con otros materiales no convencionales de la joyería todo me fue llevando a la contemporánea. Pudo resultar una joyería medio tradicional o étnica al principio, pero como el diseño fue evolucionando me fui metiendo en este mundo de la joyería. No tenía muy claro lo de la joyería como lo de trabajar con técnicas tradicionales de Nariño.

“Estaba convencida que quería hacer algo a partir de un saber hacer autóctono de Nariño, un municipio del sudoeste de Colombia, de donde soy oriunda… No tenía muy claro lo de la joyería como lo de trabajar con técnicas tradicionales”.

Barniz reversionado

 

_¿Qué es el mopa mopa?

_Es una técnica también llamada barniz de Pasto, que es la capital del departamento donde se realiza. En alguna época también se realizó en el norte de Perú y de Ecuador, pero el único lugar donde se desarrolló como técnica artesanal viviente, es decir, que ha perdurado en el tiempo, es en la ciudad de Pasto.

Es de origen prehispánico, perteneciente a la comunidad indígena de los Quillacingas hecha con un material muy preciado y escaso con el que impermeabilizaban vasijas y hacían cuentas para collares. Con los españoles cambian los grafismos hacia dibujos de holas, flores, pájaros para objetos de decoración.

Se hace con la resina de las hojas del árbol de mopa mopa que crece Putumayo, en la entrada a la selva amazónica; en Mocoa, la capital de este departamento, están los recolectores especializados en la obtención de esta resina, quienes conocen el camino de horas que lleva a esos arbustos silvestres y hasta allí se adentran por días, dos veces al año para conseguirla.

Ellos recolectan las hojas entre las que se segrega una resina que se cristaliza, y con la que forman una especie de piedra o bola que se comercializa entre los talleristas de Pasto. Entonces comienza un proceso bastante dispendioso de limpieza y separación de residuos e impurezas, implica molerlo y golpearlo, para tenerlo listo para pigmentar.

Después que se limpia y pigmenta, entre dos personas se estira como chicle y se convierte en una hojilla como de papel, pero de mopa mopa, de un color previamente definido con dicha pigmentación. Y esto es lo que se aplica sobre un objeto de madera, por ejemplo, o la base que se quiera.

 

“El barniz de Pasto se hace con una resina que se extrae del árbol mopa mopa que implica un proceso en manos de especializados que es bastante dispendioso”.

 

_¿Entonces, entrás en escena? ¿Aprendiste la técnica y la utilizás o tomaste una parte y la aplicás?

_Trabajo con un taller de artesanos, el del maestro Germán Obando, desde hace 18 años. Lo sé aplicar, pero para mí es una técnica de artesanos. Si bien desarrollamos juntos esa aplicación, no hago más que diseñar o crear piezas de joyería sobre las que se utiliza. Ese taller y/o a lo sumo 2 o 3 más, dependiendo de la producción, trabajan a mano esa técnica.

Por mi parte, tengo un trabajo de color de años que me permitió salir del colorido de la artesanía popular que, si bien me gusta e inspiró, no pegaba mucho con lo que yo quería expresar o con la evolución hacia la que quería orientar el trabajo. Fue una labor súper ardua hasta obtener nuevos tonos y gamas, en la que el taller quiso ayudarme. Así pasé de colores muy vivos, como rojo, verde, amarillo, azul y negro en escalas muy fuertes, para pasar a los pastel y nacarados.

De esta manera hice un desarrollo para determinar cómo mezclar esas nuevas gamas para convertirlas en nacaradas con el fin de poder dar brillo porque el barniz da opaco. Prefiero que no haya un contraste muy grande porque esto se trata de una superposición de capas, así que va un blanco, encima un rosa pastel, más un amarillo y más para construir un nuevo grafismo también.

 

“Hice un desarrollo para determinar cómo mezclar esas nuevas gamas para convertirlas en nacaradas con el fin de poder dar brillo porque el barniz da opaco”.

 

_¿Todo esto supuso un estudio detallado y exhaustivo de cómo se hacía y cómo y para qué cambiarlo?

_Sí, claro. Supuso una búsqueda muy particular luego de analizar piezas antiguas para ver que existía antes y también después de mucho hablar e intercambiar con los artesanos.

Además, volví a usar mucho las hojillas o láminas de oro 24 o de marquetería, las cuales dan un tono dorado espectacular, y también de plata, que desde la época de la colonia se usaba poco en Nariño.

Introduje cambios en el grafismo habitual de los artesanos, como mencioné, a través de la superposición de colores. Diseño esos dibujos de acuerdo a las piezas que pretendo, pero siempre conservo las líneas más populares de este barniz que son los cuadros.

A ese grafismo de tres líneas característica de la cenefa prehispánica la transforme en una cuadrícula que cubre toda la pieza. Sí uso mucho los cuadros y flores, como pensamientos y margaritas de la época colonial, porque justamente es lo que me gusta o me ha llevado a usar el barniz.

 

“Volví a usar láminas de oro y plata… introduje cambios en el grafismo habitual a través de la superposición de colores… diseño dibujos pero conservo los cuadros que son las líneas más populares.”

 

_¿Qué otros aportes o intervenciones realizaste?

_También, pude hacer evolucionar elemento sobre el cual se aplica, que no solo es la madera. Por 10 años trabajé con madera, tallada, torneada de manera sencilla, de mil y unas maneras. Pero me di cuenta que para la joyería necesitaba encontrar otras bases. Entonces, hace seis años empecé a probar con el metal con texturas o pintado con pintura granulada para conseguir una mejor adherencia y para lograr los volúmenes y formas que quería para mis piezas de joyería.

Así se dio una investigación muy interesante. Después del metal, como plata, acero, aluminio y otros que hay que prepararlos, probé en cuero.

El cambiar de la madera porosa a bases metálicas obliga a trabajaras para que el barniz no se salte o no se quiebre. Analizando advertí que si la superficie tenía cierta textura exterior el mopa mopa se adhería mejor. Es decir, con los años pasé por un proceso de investigación, de ensayo y error para ajustar la técnica.

 

“Pude hacer evolucionar elemento sobre el cual se aplica… me di cuenta que para la joyería necesitaba encontrar otras bases… trabajé con madera, metal y hasta cuero.”

 

Recreación en 3D

 

_¿También sumaste impresión 3D en este trabajo tan artesanal?

_Sumé bases en 3D con prototipos diseñados en computadora que imprimo en volumen sobre los que luego aplico mopa mopa. Y últimamente mezclo madera torneada con 3D y metal para, después de mucho investigar, abrir un muy buen universo de posibilidades.

El 3D me permite hacer piezas grandes sin peso porque los filamentos son muy livianos. Pero pocas veces va solo sino que lo acompaño de madera tallada a mano con construcción en plata siempre muy pensada.

A partir de lo enseñado por los maestros de esta técnica, he tenido ánimo para seguir con la joyería. Nos hemos enriquecido mutuamente, los aportes fueron mutuos. El trabajo de las bases y el color los hago en mi taller de Bogotá y el mopa mopa de Pasto es lo último que se aplica.

 

“A partir de lo enseñado por los maestros de esta técnica, he tenido ánimo para seguir con la joyería. Nos hemos enriquecido mutuamente, los aportes fueron mutuos.”

 

_¿Con el  3D pretendés proyectarte con piezas más grandes más allá de la joyería?

_La joyería es mi base y hasta ahora ha sido todo. Me gusta aplicar el 3D a la joyería, en mix con madera y metal, claro, para que aros y broches no pesen. Ahora estoy haciendo mis primeras piezas utilitarias que son contenedores.

Desde hace un año estoy haciendo torno en madera, porque la superficie de la madera que usaba tiempo atrás era trabajada por otras personas y debía ceñirme a lo que podían o querían hacer, que generalmente estaba condicionado a su producción o a una producción que les resultara rentable, como cuentas o pequeñas piezas, es decir, más convencionales. Y no había muchos talleres de torno especializados. Por esto también empecé a dejar de lado la madera.

Entonces decidí aprender para independizarme y hacer lo que quería. Y por fin pude contar con las piezas que pretendía, con curvaturas o vaciarlas. Así, trabajo formas con movimientos con paredes de un espesor de 2mm, igualmente livianas, que es lo que también buscaba con el 3D.

Comprobé que se puede y desde hace un año empecé a hacer piezas volumétricas con paredes muy delgadas para objetos utilitarios o contenedores. Esto lleva mucho tiempo y trabajo pero se sabe que cuando quieres algo es así; imagina lo que me falta en un año 8 bases, lo cual habla de lo que me gusta, de todo lo que puedo hacer, además de la escuela y mi taller.

 

“Decidí aprender para independizarme y hacer lo que quería. Esto lleva mucho tiempo y trabajo pero se sabe que cuando quieres algo es así.”

 

_¿Usás técnicas de joyería en plata y oro en piezas de mopa mopa?

_Hay un trabajo en oro en algunos broches, pero en general todas mis construcciones están hechas en plata. El trabajo en plata, torneado en madera y el 3D se hace en el taller de joyería de La Soledad, donde diseño, armo y salen las piezas listas para poner el mopa mopa en Pasto.

 

“Todas mis construcciones están hechas en plata.”

 

_¿Trabajaste en filigrana?

_Sí, por seis años trabajé en filigrana y mopa mopa, una mezcla que se ve muy bien. En un inicio  no se ensamblaban con un armado de plata liso en cambio ahora la plata está menos a la vista con un ensamble técnico muy preciso. Por años mis piezas estuvieron ligadas entre la filigrana y la madera.

Me encanta la filigrana y he querido retomar, por eso este año voy a hacer algunas piezas. Trabajo con un  taller de Mompox, que es el centro filigranero más grande de Colombia.

Un lugar colonial pequeño en el que hay un montón de talleres, un centro portuario que se destacaba en la época de la colonia porque hasta allí llega uno de los brazos del río Magdalena. Ahí estudié filigrana y eso me cambio la manera de ver y hacer joyería.

“Estudié filigrana y eso me cambio la manera de ver y hacer joyería. Este año voy a retomar y a hacer algunas piezas.”

_¿Reversionar técnicas de joyería y artesanía es una de las características de la joyería contemporánea colombiana?

_No, no creo que la joyería contemporánea colombiana esté definida por la incorporación de técnicas artesanales. Yo vengo de un departamento o un lugar muy artesanal y construí mi camino en la joyería a partir de la incorporación de técnicas artesanales, porque fue mi objetivo al incursionar en joyería, pero no es la generalidad.

La joyería colombiana dispone de muchos recursos. Sin embargo recién estamos volteando a ver de qué se tratan o si podrían incorporarse y cómo, de manera de definir una identidad de la joyería contemporánea de Colombia.

Es que la joyería contemporánea colombiana es muy incipiente y estamos luchando para generar un movimiento. En Argentina se da una movida muy grande, acá hemos sido más tímidos porque somos más recatados; nos falta impulsarnos y abrirnos.

es una joyería muy armada, con una forma de construcción técnica precisa, con lo cual pretendemos que todo ensamble muy bien, que todo quede bien puesto, alineado, más o menos orgánico, y la portabilidad sobre el cuerpo sigue siendo muy importante por lo cual está muy basada en la ergonomía. No nos atrevemos a pasar a una escala más grande porque siempre pensamos en el uso.

Todo esto está muy bueno y es súper importante, pero a veces nos detiene, nos detenemos en estos detalles y ya, no vamos más allá. Ciertamente si una pieza no está bien construida y si no funciona bien o si no ensambla para que dure más allá de tres posturas, no está bien hecha. Nos importa mucho la técnica por nuestra herencia o historia joyera que hace a nuestra idiosincrasia. Tenemos mucha tradición orfebre con piezas utilitarias muy importantes, con comunidades joyeras consolidadas, como la filigranera que mencione. Esto sí hace la diferencia en nuestra joyería contemporánea. Argentina y Chile han avanzado más en el campo de la joyería contemporánea y Colombia empieza a estar presente hace relativamente poco.

Volviendo a tu pregunta: ¡ojalá! Ojalá todos los países volvieran la mirada a sus recursos genuinos y artesanales para incorporarlos. Ojalá pudiéramos expresar nuestra propia identidad artesanal en la joyería contemporánea. Hoy no se da tanto en la suma de técnicas artesanales y sí del entorno, es decir, sí se incorpora o refleja el medio ambiente en el que vivimos.

 

“Ojalá todos los países volvieran la mirada a sus recursos genuinos y artesanales para incorporarlos; ojalá pudiéramos expresar nuestra propia identidad artesanal en la joyería contemporánea”

 

Escuela contemporánea

 

_¿Cómo es Materia Prima?

_En Bogotá tenemos varias escuelas de formación tradicional. Está el Sena, o Servicio Nacional de Aprendizaje, que es público; Artesanías de Colombia, entre público y privado; varios talleres pero sin formación continua, y otro privado ligado a la alta joyería. Entonces, los interesados en joyería contemporánea debían conocer a Nuria Carulla que era la profe por excelencia o tenías que irte a estudiar al exterior.

Esto es lo que analizamos con Linda Sánchez al regresar de la Massana y nos preguntamos: por qué irse si en Colombia hay gente muy capaz que puede formar y si además hay muchos joyeros formados que regresaron al país y tienen pensamiento crítico.

 

“En Colombia hay gente muy capaz con pensamiento crítico que puede formar.”

 

_¿Qué significa formar joyeros con pensamiento crítico? ¿Por qué es importante aplicarlo a la joyería contemporánea?

_Lo del pensamiento crítico es porque pretendemos una formación en la que se vaya armando un proceso de expresión con sentido crítico. La joyería implica poder expresarse a través de un pensamiento crítico que te lleve a eso. Es decir, creo que el pensamiento crítico es el que permite la expresión a través de la joyería.

Se trata de un proceso artístico en el que está involucrada la creatividad, pero no se da tanto a partir del papel en blanco, en el que la musa que llega, eso le pasa solo a algunos. Más bien se da través de un proceso de trabajo juicioso, con repetición a través del constante ensayo y error, con mucho maqueteo y dibujos para construir una idea. Una pieza de joyería no sale de un momento para otro sino que requiere de un proceso con un paso a paso en el que se va construyendo.

No tengo una formación artística sino que exploré la joyería artística para poder expresarme dentro de un proceso en el que necesito darle y darle para que resulte una idea que se acerque a lo que quiero. Hay muchos que tienen una capacidad innata pero por lo que he visto en la escuela la mayoría tiene y debe trabajar mucho.

Si no se hace una reflexión e indagación personal con un pensamiento crítico, no solo a partir de un concepto sino de una dedicada búsqueda sin rendirse no se avanza, porque es un proceso con muchos altibajos, el abajo te hace remontar y aprender.

Cuando los alumnos entienden -esto que nosotras también seguimos entendiendo como natural-  avanzamos juntos, porque estamos convencidos que la joyería es un proceso rumiante, en el que tenés que dar muchas vueltas de análisis, evaluaciones, reflexiones, conclusiones por eso lo de pensamiento crítico; es importante que una pieza sea el resultado de un pensamiento muy sólido.

Esta propuesta no existía y, si bien muchos joyeros contemporáneos creíamos en este proceso de trabajo, no existía una formación que lo ofreciera.

Por eso, con Linda decidimos fundar una escuela con esta orientación, de una con la presencia de la maestra joyera Nuria Carulla y de la arqueóloga con especialización en metalurgia prehispánica de Colombia Clemencia Plazas, quien fue por décadas directora del Museo del Oro y quienes nos ayudaron mucho para conceptualizar los lineamientos de la escuela. Entre las cuatro sentamos las bases de esta escuela de joyería contemporánea que funciona desde 2014 en Teusaquillo.

Materia Prima es como una creencia de que podemos aprovechar y multiplicar el conocimiento que tenemos y lo ofrecemos a muchos que están a la pesca o en busca y ha servido de plataforma de lanzamiento para las carreras de muchos que decidieron dedicarse con todo a la joyería. La mayoría de los que asisten ya vienen con una formación universitaria previa.

“Pretendemos una formación en la que se vaya armando en un proceso de expresión con sentido crítico. La joyería implica poder expresarse a través de un pensamiento crítico que te lleve a eso.”

_¿En ese proceso que ofrece la escuela se pone el acento en la investigación de materiales o en la técnica o en qué?

_Sí, se ofrece un desarrollo técnico porque en la medida en que se dominan o se escala en las técnicas se puede avanzar en la producción de formas y volúmenes originales.

Esto se hace a través de proyectos personales, en los que se ponen a prueba materiales y se investigan otros nuevos. También la construcción de las piezas de joyería es central, como destacaba.

Y como en muchas escuelas contemporáneas, la ventaja de trabajar en proyectos personales es que cada uno propone algo distinto y se da un intercambio enriquecedor.

 

“Se ofrece un desarrollo técnico porque en la medida en que se domina se puede avanzar en la producción de formas y volúmenes originales a través de proyectos personales.”

 

_El Grand Prize de La Asociación de Diseño para Joyería de Japón, no es el primer premio internacional que recibiste.

_Sí, no es el primero. Es que en un principio me presentaba en muchos concursos relacionados con la artesanía y gané varios, otro de diseño y a algunos de empresas que también destacan el diseño.

El mejor premio o el más lindo que recibí fue la Medalla a la Maestría Artesanal Contemporánea otorgada por Artesanías de Colombia -una sociedad de economía mixta que promueve el trabajo artesanal- porque destacaba mi trabajo artesanal porque logré pasarlo o transmitirlo a través de la educación del oficio, y esto es muy importante para mí.

 

“El mejor premio que recibí fue la Medalla a la Maestría Artesanal Contemporánea porque destacó mi trabajo artesanal por haber logrado transmitirlo a través de la educación del oficio.”

 

_¿Qué creés que vieron los japoneses de tu trabajo? ¿Destacaron la reversión de una técnica ancestral mixturada con la joyería?

_Eso creí o esperaba. La comunicación, y no por el idioma, ha sido muy difícil porque nuestras mentalidades son muy distintas. Lo que nosotros podemos ver o destacar no es lo mismo que ellos ven o ponderan o con qué lo relacionan. La embajada de Colombia en Japón me ha ayudado a vincularnos. Y se me ocurrió esa misma pregunta. Mi especulación de que habían destacado mi trabajo con esta técnica tan laboriosa se frustró un poco, porque si bien resaltaron que la propuesta provenía de una técnica artesanal muy compleja señalaron que hubiesen preferido otro tamaño aunque dijeron maravillarse por el volumen, y también indicaron que les recordaba al trabajo en porcelana de una dinastía japonesa.

 

“Resaltaron que la propuesta provenía de una técnica artesanal muy compleja y dijeron maravillarse por el volumen”

 

_¿Este premio te abre una puerta o te permite tener una llegada al exterior?

_Pasó y estoy súper agradecida y fue increíble; increíble que no esté específicamente ligado a la aplicación de la técnica de mopa mopa por la que doy todo, pero está bien. Voy más allá de hacerla conocer, ya que yo hago un trabajo completo que incluye nuevas formas, estructuras, colores texturas y eso es lo que realmente me interesa.

A fines de este mes hasta los primeros días de septiembre se exponen en Tokyo, en Japan Jewellery Fair y estoy muy contenta por esta nueva oportunidad de mostrar mi trabajo.

Me encantaría tener esas ganas de ir en evento en evento o no, porque no es lo que realmente me interesa. Me presenté a instancias de Nuria que me incentivó y encantada.

Sé que esto es para aprovechar y mi manera de aprovecharlo apreciar que logre que este trabajo sea considerado, se vuelva universal y así puedo darle más sustento al camino en el que transito. Y esto sí me da ímpetu para trabajar, aunque lo logré antes de haber sido premiada en Japón. Feliz de haber llegado a una obra que me ha hecho madurar profesional y personalmente.

Mi búsqueda o foco está en mi taller y en la escuela, es lo que me mueve. Y si pasan más cosas o llegan propuestas de presentaciones, bienvenidas, siempre voy a tener obra trabajada para mostrar porque no paro de camellar (recorrer mucho).


AMHE, joyería de diseño

Apuntes | Notas

Hacemos joyería de diseño brutalista, puro y lúdico


AMHE, nueva firma de diseño

AMHE-Laura-Egea-Carolina-Moya-Marisa-Kesman

AMHE es la marca de joyería de las diseñadoras cordobesas Laura Egea, Carolina Moya y Marisa Kesman.

Una es arquitecta, la otra es comunicadora social y la tercera es escultora, quienes se especializaron en Espacio Caelum, el taller escuela de joyería contemporánea de Cecilia Richard.

Con una fusión interdisciplinaria, crearon una nueva marca que se juega por piezas de diseño único. Un proyecto de siete meses que se define a través de joyas metálicas, lúdicas, intercambiables, sin género ni edad.

De su Córdoba natal, se proyecta en Buenos Aires y ya consiguió poner un pie en Nueva York.

Su proceso creativo. Cómo sus piezas resignifican viejos elementos de ferretería, entre otros; por qué son funcionales, y de qué manera se intercambian. La experiencia de compra que ofrecen. Y sus planes a futuro.


Brutalista, lúdica y de aspecto industrial. Así es AMHE, la nueva firma de las joyeras cordobesas Laura Egea, Carolina Moya y Marisa Kesman, que se juegan por piezas de diseño único que seducen.

Una apuesta exitosa que en siete meses se consolidó con una clara identidad: joyas metálicas, funcionales, sin género ni edad, que ya se proyecta en Buenos Aires y consiguió poner un pie en Nueva York.

Ellas se conocieron en Espacio Caelum, el taller escuela de la maestra Cecilia Richard, durante un workshop de la española Pilar Cotter en la especialidad de porcelana aplicada a la joyería.

Luego siguieron cursando juntas hasta que tras el aislamiento duro por la pandemia, en julio de 2020, se encontraron y se plantearon la posibilidad de hacer algo de joyería. “Le buscamos nombre al proyecto antes de armarlo de manera precisa; sin embargo, desde entonces, no paramos de reunirnos periódicamente para definirlo y de manera progresiva terminamos por dedicarnos a full”, cuentan.

AMHE es un juego de letras que surgió en una lluvia de ideas asociadas al amor, amé, querer, entre otras, en alusión a la pasión que les despierta la joyería. “Estuvimos un año y medio trabajando en el proceso creativo, maquetando mucho, definiendo conceptos y sentando las bases de la marca. Hicimos varios workshops de capacitación y salimos al mercado en noviembre último”.

Desafío conjunto

Reconocen que fue un desafío hacer joyería en grupo porque es un trabajo individual, bastante solitario, además cada una tiene su línea, estilo y una disciplina o profesión diferente: Laura es arquitecta, Carolina es licenciada en comunicación y Marisa Kesman, docente y escultora.

Sin embargo demuestran que lograron un trabajo cien por ciento artesanal, ya que “pasa por las manos de las tres con un buen aprovechamiento de los materiales y los recursos y para poner énfasis en las terminaciones”.  Forman parte de su equipo parte de su equipo de trabajo, que resulta ser un team femenino, quienes hacen el baño y algo de grabado.

Puntualizan en que pasaron por un gran proceso de aprendizaje que “llevó su tiempo porque el diseño necesita de cierta decantación para terminar de resolverse. Definido, se hizo y hace una muestra que se prueba para ver si la joya es cómoda o  pesada; es decir, se lleva la pieza al extremo en todas sus posibilidades de uso para ver si queda bien y se puede sacar, mostrar y presentar”.

Sistematizan el proceso, admiten, pero tienen mucho trabajo y estudio previo. “Están pensados y estudiados todos los detalles del diseño y construcción de la pieza. Así aprovechamos los materiales al máximo para lograr el menor desperdicio posible”.

El trabajo en conjunto fluyó muy bien porque descubrimos la fortaleza de cada una, qué podíamos sumar y así nos complementamos justo. Aprendimos la principal enseñanza de la pandemia: de las situaciones se sale colectivamente construyendo juntos.

“AMHE es un híbrido, resultado del aporte que cada una da desde su disciplina madre, con modos de pensar, hacer y resolver propios”, comentan.

Suma de las partes

Marisa Kesman es docente y tiene una mirada más artística porque le gusta mucho la escultura. Estudió joyería contemporánea con la intención de hacer piezas a escala. Trabaja en plata y cobre, y en otros materiales para piezas de aspecto escultórico. Como todas, en Caelum también realizó varios workshop con referentes nacionales e internacionales, además de Cotter, con Gustavo Paradiso y Rafael Luis Alvarez, entre otros, explorando diferentes técnicas. En 2020 desarrolló un proyecto que salió seleccionado para la DBC Jewellery & Art Expo, parte de la Semana del Diseño de Beijing, bajo la consigna Shape of Nature 2021.

Como licenciada en Comunicación Social, Carolina Moya plantea la importancia de comunicar a través de la joyería. Dice que llevar una pieza también habla de uno, muestra su personalidad y la intención de querer diferenciarse. Por esto, sostiene que no hacen moda sino un diseño muy personal dirigido a quienes quieren comunicar o decir algo con la joya que portan. A su punto de vista comunicacional suma su orientación en joyería artística con Judy McCaig, Jimena Ríos, Francine Schloeth y Marc Monzó, entre otros.

Uno de sus brazaletes, hecho con capas de acrílico y plata superpuestas y dispuestas cual estrella, se publicó en el libro «Brazaletes 400 Nuevos Diseños en joyería Contemporánea», de Nicolás Estrada en 2021. Y este año fue seleccionada para «On the move joyas», muestra itinerante comisariada por Luis Acosta, que se exhibirá desde noviembre próximo y durante 2023 en galerías de arte de países europeos.

Laura Egea, por su parte, es arquitecta y magister en Diseño de Procesos Innovativos. Tras su paso por Caelum y sus workshops de especialización se destacó por «Poliperas», un relicario contemporáneo en forma de esfera con un sistema para apertura y guardado con un kit de accesorios con que ganó el primer Premio MAD que otorgaba el Museo de Arte Decorativo. Una pieza que se distinguió por su funcionalidad, característica que señala aporta a la joyería que ofrece AMHE. Con su expertise también sumó la importancia de “maquetear para ver y probar; lo hacemos sobre el metal para verificar cómo se comporta la materia, con sus tensiones, durezas y texturas”.

Otros de sus proyectos personales fueron «Nido», un collar realizado por barras de bronce de distintas longitudes amarradas entre sí con gomas elásticas, que fue seleccionado en la edición 2018 de la Feria Puro Diseño. Y «Joya Topográfica», con la que acaba de participar de la 6º Muestra de Orfebrería Contemporánea que formó parte del Madrid Design Festival.

“Aprendimos la principal enseñanza de la pandemia: de las situaciones se sale colectivamente construyendo juntos. AMHE es un híbrido, resultado del aporte que cada una da desde su disciplina madre, con modos de pensar, hacer y resolver propios”.

Joyería de diseño

“AMHE es joyería de diseño, un punto intermedio entre la joyería contemporánea y la orfebrería clásica, sin tanta mezcla de materiales como tiene la joyería contemporánea”,  precisan y señalan que su estilo, además de por gusto, se dio porque buscaban  responder a la falta de piezas de diseño jugadas en un solo material que no fueran de joyería contemporánea.

Lo suyo es en bronce, con algo de alpaca, siempre bañado en oro 24 y plata, en chapas de 0,7 a 2 mm de espesor, con piedras en bruto y elementos de ferretería, como mosquetones de gran tamaño y grilletes y suman cadenas no convencionales con su peso pero portable.

Trabajan con las técnicas clásicas de la joyería: soldado, calador, pulido, abrillantado y un poco de fundición; en su mayoría crean desde el laminado para piezas planas.

“Lo primero que salió fue una línea de anillos geométricos en un mix con acrílico para un combo de tres, tipo manopla para usar en varios dedos; tienen un círculo interior que se hace en distintos tamaños según cada dedo; estos formatos de los círculos se fueron usando en otras piezas como las de la línea Regia. Y quedó mucho por hacer porque es una pieza que permite muchas posibilidades”.

Le siguieron varios collares, chokers, brazaletes, pulseras y aros. Todo en líneas puras, simples y algunas un poco más orgánicas por el movimiento de las piezas, como en el collar «Soberbia».

Clásicos y novedades

Tienen varias líneas de diseño: Soberbia, Atrevida, Regia, Espléndida y su intención es sumar productos.

La última novedad es Cigarette que sigue la línea de un cigarrillo, es una joya contenedora de un cigarrillo, una carta o nada, con accesorios similares a los que usan en los chokers, como el grillete, de cierto aspecto industrial.

No quieren sumar muchas líneas pero no pueden con su genio, se les ocurren ideas, se tientan, las maquetean, prueban y van sumando.

“AMHE es joyería de diseño, un punto intermedio entre la joyería contemporánea y la orfebrería clásica, sin tanta mezcla de materiales como tiene la joyería contemporánea.”

Sus piezas además de lúdicas son funcionales porque se pueden llevar de diversas formas con soportes y accesorios intercambiables.

Un choker se puede usar solo o con un pendiente o una pulsera y queda como corbatín; un collar que se luce en el pecho o también en la espalda con una línea vertebral sobre la columna.

Se destacan los anillos para uno, dos y hasta de cuatro dedos bien contundentes; son tres propuestas en plata, acrílico y oro que se usan juntos o separados y también como dije. Así invitan a jugar.

Experiencia multisensorial

Además de ofrecer una joya proponen una experiencia que va más allá. “Nuestra intención es que la compra de la joya sea un gran mimo, una experiencia gratificante.

“Para esto trabajamos con una perfumista con la que diseñamos cuatro fragancias que llevan como nombre cada una de las letras de nuestra firma. Sus aromas son sándalo, naranja, jengibre y palo santo que se presentan en una talla chica para llevar en la cartera.

Se ofrece junto con un pañuelo de seda que también diseñamos, al igual que una tarjeta con la info de cuántas horas de trabajo lleva la joya, sus cuidados y la garantía. Todo esto con la intención de ofrecer una especie de  recorrido con distintos momentos para después llegar a la joya. Esta experiencia se repite en la mayoría de las piezas”.

Esto lo generan desde su espacio taller y showroom en la zona norte de Córdoba capital, donde el boca a boca fue clave.

Trabajan en la proyección de la marca en Buenos Aires, y ya están en Atelier – objects of infatuation en Brooklyn y están en tratativas para estar en tiendas de diseño de Punta del Este y Miami. Su firma ya es un hito en el circuito joyero cordobés.

Córdoba, polo joyero

Y lo describen: “La propuesta de joyería contemporánea de Córdoba creció mucho en estos últimos cinco años y al puntapié inicial de Cecilia Richard se sumaron otras escuelas taller, muchos artistas joyeros y hasta accesorios como cafés temáticos; hasta en la facultad de Arquitectura de Córdoba hay una diplomatura en Joyería Urbana.

“Sin duda Córdoba ofrece el campo propicio para el germen de muchos joyeros que tienen mucho para decir”.

Puntualizan que AMHE es un concepto que hoy toma la forma de joya pero bien puede derivar en otro tipo de piezas jugando con el metal.

“No nos cerramos en la joyería. Empezamos por la joyería que nos encanta y nos reúne, pero como diseñadoras nos planteamos constantes desafíos y es posible que trabajemos con otros elementos para otros objetos de diseño.

“Hoy hacemos joyería de diseño brutalista, pura y lúdica, mañana veremos…”


Alice-Floriano-entrevista-galeria-La-joyeria-de-autor

Entrevista a Alice Floriano

Apuntes | Notas

No es posible disociar la sociopolítica de la joyería


Entrevista a Alice Floriano

Por Delia Alicia Piña

 

Alice-Floriano-galerista-Porto-Alegre-entrevista-La-joyería-de-autor

Tiene una galería en Porto Alegre especializada en joyería contemporánea y representa a muchos de los principales referentes, como Ruudt Peters, Lisa Walker, Jorge Manilla, Sofia Bjšrkman, y acaba de estrenar una muestra de la multipremiada surcoreana Nam-Kyung Lee.

También presenta joyeros noveles, porque “es un estímulo para quienes están comenzando y pone atentos a quienes trabajado desde hace tiempo”.

Aproximar al público a la joyería contemporánea es casi su obsesión. La clave de su éxito, un proyecto de vida por el que lo da todo.

Es joyera, galerista y coleccionista de “cosas interesantes e inesperadas hechas a mano con una mirada artística”.

De paso por Buenos Aires, invitada por MICA, conoció de manera directa propuestas de joyeros locales. Plantea coincidencias entre la joyería argentina y brasilera por la realidad social latinoamericana en común.


_Sos joyera y galerista.

_Sí, estudié joyería artística por cuatro años con Filomeno Pereira de Sousa, en la escuela Contacto Directo de Lisboa, una experiencia muy buena. Entonces esa escuela, que ya no existe, ofrecía más técnica y esto era muy importante para mí que buscaba, sobre todo, aprender a desarrollar conceptos; tenía también seguimiento de proyectos con un enfoque contemporáneo que me interesaba.

También estudié con el joyero suizo Christoph Zellweger en la escuela de joyería Alchimia de Florencia, e hice una especialización en Organic Form in Jewellery con Paul Wells, conocido por sus técnicas directas de trabajo del metal, en el Central Saint Martins.Y siempre estoy haciendo workshops, esos que gestiono y promuevo en Brasil, como el de Bettina Speckner, Iris Eichenberg y Ruudt Peters.

 

“Estudiar técnicas de joyería era importante para mí porque buscaba desarrollar conceptos con ellas; además me interesaba contar con seguimiento de proyectos con un enfoque contemporáneo”.

 

_¿Cómo surgió la idea de instalar una galería de joyería?

_Cinco años después de estar estudiando en Europa regresé a mi ciudad natal, Porto Alegre. Con el tiempo sentí que sostenía un monólogo porque allí no muchos hablaban de joyería contemporánea; pocos comprendían y se interesaban en qué era; si bien tenía clientes y  todo iba muy bien, sentía que quería algo más, que necesitaba hacer otra cosa.

Como tenía la experiencia de haber trabajado como asistente en la galería de Thereza Seabra en Lisboa, donde también tenía un banco joyero en el que trabajaba y hasta soñaba con tener una galería pero creía que era algo lejano a mi realidad, me decidí.

En un principio, cuando volví a Brasil me dediqué a mi trabajo en el taller hasta que quise cambiarlo. Recorriendo en busca de un lugar vi una casa muy grande que me impactó y lo primero que me dije al verla fue: quiero hacer la galería ahora y tiene que suceder! aunque no tenía para invertir, la alquilé y comencé hace siete años invitando a los joyeros que conocía, sumando workshops para también ofrecer espacios de capacitación y práctica.

 

Convicciones

 

La primera exposición que organicé fue con la joyera sueca Sofia Bjšrkman, en 2015. Es que hago las cosas cuando me da la gana y las hago porque creo mucho en ellas.

En un principio la gente se sorprendía preguntándose qué es esto, pero como ya tenía mi propia clientela, venían a curiosear en busca de una historia, esa que siempre encontraban tras una pieza en Alice Floriano.

Desde un principio tenía muy claro qué quería: algo como un ambiente de laboratorio, todo muy blanco para que se destaquen las obras, poniendo el acento en su comunicación, aprovechando las redes, que hace siete años no se usaban mucho o había pocas galerías que las utilizaban como medio de difusión.

Quería exhibir aquello que representara mi identidad, lo que verdaderamente me gusta. Por entonces, no creía que se pudiera vender joyería por e-commerce sino más bien de manera presencial, por quienes se acercaban a experimentar las piezas, pero como además de querer conquistar a los clientes de hoy pretendía y pretendo también a los clientes del mañana empecé a utilizar herramientas diversas de comunicación, redes incluidas.

 

En crecimiento y cambiante

 

Creo que la joyería va a crecer, no como una disciplina estática sino cambiante y, en mi experiencia, a la galería se acercan personas grandes con una mirada muy parecida, con quienes naturalmente tengo una gran identificación en muchos aspectos de la vida, por eso decidí apelar a otros instrumentos. No hay manera de prever quién va a comprender y apropiarse de esta joyería en un futuro.

 

“La joyería va a crecer, no como una disciplina estática sino cambiante… No hay manera de prever quién va a comprender y apropiarse de esta joyería en un futuro.”

 

_¿Por qué joyería?

_Desde niña, a los 6 años, hago joyería y accesorios. Arranqué con macramé; siempre me encantaron las manualidades. De adolescente, vendía pendientes que hacía con alpaca,  tejidos peruanos y un alicate. Después estudié Diseño de Moda y Tecnología en la Uniersidad Feevale en Novo Hamburgo, en la región metropolitana de Porto Alegre.

Luego viviendo en Zaragoza, descubrí una escuela de joyería y comencé a averiguar dónde estudiar. Estaba entre la Escola Massana, que tuve que descartar porque entonces estaba con mi bebe y no podía arreglármelas sola, y Contacto Directo en Lisboa, por el cual opté ya que contaba con la cercanía de una amiga. Así empecé a incursionar y estudiar joyería contemporánea, disciplina en la que me metí con todo.

“Hago las cosas cuando me da la gana y las hago porque creo mucho en ellas… Quería exhibir aquello que representara mi identidad, lo que verdaderamente me gusta… Además de querer conquistar a los clientes de hoy pretendía y pretendo también a los clientes del mañana”.

_¿Y qué te gusta?

_Me gustan las piezas más densas, con fuerza o cierta potencia, sobre todo, con una historia detrás, aunque no es lo único que tengo en mi galería. Me interesa mucho la joyería contemporánea que refleja la situación social; en Brasil, el país en que vivo, no es posible disociar la sociopolítica de la joyería. La joyería es una herramienta para que podamos hablar de lo que nos pasa; hablamos y nos expresamos haciendo o a través de la joyería. Y con esta creencia miro al mundo con preocupación, por cómo estamos.

Quienes comparten esta mirada expresada en la joyería contemporánea que ofrezco tienen sus joyas más clásicas y ahora buscan esas piezas u objetos que representen eso en lo que también creen.

La joya por sí sola tiene que ser algo impactante y cuando se conoce su historia, esa que representa y está por detrás impacta aún más, le da un significado especial.

 

“La joya por sí sola tiene que ser algo impactante y cuando se conoce su historia, esa que representa y está por detrás impacta aún más, le da un significado especial”.

 

Joyería contestataria

 

_Además de esa joyería que elegís o representás, ¿cómo es la joyería que vos hacés? 

_Incluye símbolos mágicos y religiosos que me interesan mucho. Busco que mi joyería sea contestataria, que tenga mucha expresión política. Es el resultado de una mezcla de mis propias experiencias personales que reflejan mi mundo, mi entorno. Y también representa cuestiones cotidianas con elementos de otras culturas con las que he tenido contacto.

A veces cuento una historia en particular y otras es un impacto de las situaciones sobre mí. Me gustan mucho los amuletos y objetos de poder de manera sutil.

He pasado por muchos materiales y técnicas. Me encanta mucho trabajar en metal. En mis últimos proyectos trabajé mucho con acrílico de descarte, objetos y maderas encontradas, hilo de pesca. Una gama muy amplia, en la que utilizo el material que me sirve con la técnica que me permite resolver el proyecto que quiero realizar.

Más que una línea relacionada con material y técnica tengo una línea de pensamiento.

 

“Busco que mi joyería sea contestataria, que tenga mucha expresión política. Es el resultado de una mezcla de mis propias experiencias personales. Y también representa cuestiones cotidianas con elementos de otras culturas”.

 

_¿De ese monólogo inicial al diálogo con otros artistas. ¿Cómo fueron esas otras expresiones u obras que en un principio decidiste poner en valor y exponer en tu galería?

_En Porto Alegre no hay propuestas en la misma línea que mencionaba, sí hay algunos más próximos pero no tan preciso en ese sentido porque están muy apegados a la forma y a la técnica que a una pieza con concepto.

En un principio estaba sola, contacté a algunos para generar un movimiento que muestre lo que acontecía en Brasil, entre los cuales estaba Miriam Korolkovas que ya la conocía de la galería de Thereza Seabra y con quien hicimos muchas exposiciones. En ese momento éramos las que más estábamos viendo cuál era el camino al que se orientaba la joyería contemporánea brasilera.

Empecé a participar como joyera de foros y eventos internacionales y sigo participando aun con la galería, aunque en realidad estoy más enfocada en promover el trabajo de los otros que el mío. Jamás paré de producir, pero tengo cada vez menos tiempo para los proyectos personales aunque estoy intentando cambiar eso.

 

Para poner en valor

 

Desde un principio, para poner en valor el trabajo del otro pienso en cómo presentar esas obras, cómo llegar a los clientes, cómo mostrarles o enseñarles una obra de joyería contemporánea.

Pero muchos joyeros de Brasil no tienen muy en claro de qué parte de la joyería forman parte. Además no siempre tienen muy en claro qué es joyería contemporánea o la joyería de arte, sin embargo hasta muchos no joyeros con intereses artísticos han participado de varios de los workshops que se dieron en mi galería.

Las primeras en ofrecer un workshop fueron la artista joyera sueca Helena Johansson Lindell, la alemana Iris Eichenberg y la japonesa Mari Ishikawa, entre otros que le siguieron.

 

“Para poner en valor el trabajo del otro pienso en cómo presentar esas obras, cómo llegar a los clientes, cómo mostrarles o enseñarles una obra de joyería contemporáneas.”

 

_¿Y qué es la joyería contemporánea?

_Es un arte portátil. No se trata de hacer muy bien una pieza de joyería, lo cual es importantísimo, sino que tiene igual relevancia la historia o el mensaje que comunica y el proceso que la sostiene.

Esta definición está más bien dirigida al público en general para poder llegar y alcanzar a un público no joyero, para no terminar hablando entre nosotros. Creo mucho en la joyería contemporánea, tiene mucho potencial, mucho por crecer y, a veces, no crece porque está muy distante de las personas en general. Por este motivo, pienso mucho qué y cómo lo voy a comunicar.

 

Jóvenes en la mira

 

Muchos jóvenes, de entre 18 y 20 años, visitan la galería pero no compran joyería contemporánea sino que más bien es adquirida por personas mayores. Me interesa que desde edad temprana comprendan la joyería y sepan que pueden portarla, que puede ser accesible para ellos y hasta les puede interesar crearla; me interesa que sepan que la joyería puede ser su opción profesional, a la cual pueden dedicarse y de la cual vivir.

No quiero que solo se acerquen a la galería las clientas de edad media de siempre, con una mente más abierta que aprecian el arte, que conocen y valoran, sino también aquellos que no conocen algo de joyería contemporánea, puedan descubrirla y darse cuenta que es mucho más que un adorno, que es una forma de expresión y que las piezas que ven siempre expresan algo y tienen una historia. Esto es más que una preocupación, es mi ocupación, porque pienso y estudio en cómo acercarme permanentemente.

Incluso muchos me preguntaron por qué siempre promuevo obras de artistas más allá de su género. Es que estoy en un país donde hay más travestis en el mundo y donde más matan travestis, por eso me interesa comunicarme con ellos y darles voz y espacio de alguna manera; y esto no es solo por su situación sino también porque me agrada estéticamente sus obras. Esta es una manera de acercarme al público, fundamentalmente porque la joyería contemporánea no es de hombres o mujeres, es más allá de cualquier género. Hablamos de lo mismo cuando represento a alguien por su obra más allá de que tenga certeza o no de su identidad.

La joyería contemporánea, entonces, más allá del material con que está hecha, de la técnica que se aplique y del género de quien la realice, es por lo que quiere decir.

Por esto, porque hay que ser muy preciso en lo que se dice, me encargo personalmente de la comunicación de la galería; claramente habrá gente más capacitada en marketing digital, pero no sé si estará al tanto o podrá comunicar lo que yo creo o pretendo de mi galería; es que la galería no es un negocio sino un proyecto de vida.

 

“La joyería contemporánea, entonces, más allá del material con que está hecha, de la técnica que se aplique y del género de quien la realice, es por lo que quiere decir.”

 

Mirada sociopolítica

 

_¿Qué querés comunicar?

_Quiero comunicar lo que creo como parte de la sociedad en la que vivo, lo que pasa también desde el punto de vista sociopolítico. Sé que a muchos artistas joyeros no les gusta referirse a la situación política, pero como somos latinoamericanos a muchos nos cuesta abstraernos de nuestra realidad: que tenemos el peor presidente del mundo, que las personas se mueren de hambre, que matan a quienes defienden derechos… ¿cómo no voy a hablar de esto? Como no soy una política no estoy activamente en otro campo sino en este, en la joyería.

Estoy haciendo joyas y a través de una joya podemos cuestionar lo que pasa, lo que nos pasa y creo que esto es muy bueno. En este sentido, claramente la joyería es una herramienta de comunicación. Creo que quienes tienen un espacio para comunicar deben apropiárselo tomarlo para hablar de lo importante que nos pasa, sea cual fuere el campo en que se desempeña.

 

“Quiero comunicar lo que creo como parte de la sociedad en la que vivo, lo que pasa también desde el punto de vista sociopolítico.”

 

_¿Alice Floriano tiene un pie en San Pablo? ¿Una galería itinerante?

_Puntualmente gestiono workshops en San Pablo, donde hay más demanda. En su momento abrí una galería que cerré cuando quedé embarazada en 2017.

Ahora organizo una especie de galería itinerante en lugares no convencionales, como bares u otro similares, los cuales son más interesantes y provocativos, atrae a otro tipo de público, que como decía siempre es la intención: ampliar la frontera de la joyería contemporánea, en los que por ejemplo exhibió Elyse Walker y la joyera japonesa Mari Ishikawa que hizo lo propio en un museo. Una experiencia interesante que pretendo repetir.

 

“Mi intención es ampliar la frontera de la joyería contemporánea.”

 

_¿Otras actividades complementarias?

_Cree grupos de estudios, subastas en favor de las comunidades indígenas e institutos necesitados y, entre otras acciones durante la pandemia, una exposición en un ambiente virtual creado junto con un cineasta que permitió adentrarse en una sala expositiva, como una mini película, la cual se mantiene en línea; bromeo que de manera infinita ya que sigue hasta que la tecnología pueda leer ese dispositivo; todo alrededor del tema máscaras, «Mask», que surgió mayo de 2020 sobre un objeto que experimentábamos y no sabíamos qué nos depararía su uso y que hasta tiene un sentido muy simbólico. La convocatoria fue muy exitosa con la participación de artistas joyeros de todo el mundo.

Por otra parte, ya vamos por la tercera edición de FIO. Surgió como un concurso para artistas joyeros brasileros pero a pedido amplié su alcance a nivel internacional para que puedan participar joyeros de otros países. Un concurso es una buena escuela, especial para joyeros interesados en probarse y desafiarse.

Arrancamos con la arquitecta y artista Nina Lima como jurado, ahora el team curatorial está en manos de Nina Lima también, Theo Smeets, Lisa Walker, Astrid Berens y Laura Cattani.

 

“Un concurso es una buena escuela, especial para joyeros interesados en probarse y desafiarse.”

“A través de una joya podemos cuestionar lo que nos pasa y esto es muy bueno.”

Porto Alegre, punto de referencia

 

_¿Cómo una galería de Porto Alegre consigue un alcance internacional tal que representa a joyeros destacados de todo el mundo y ofrece eventos que tienen gran convocatoria?

_En un principio no tenía idea que tanta gente conocía la Galería Alice Floriano, me sorprendía e impactaba que grandes referentes me tenían; hasta en la última bienal de Lisboa, los joyeros que más admiraba se me acercaban y hablaban conmigo para decirme que estaba haciendo un buen trabajo con la galería.

No lo planeé sino que la galería fue aconteciendo porque soy muy insistente porque la joyería es muy difícil y no siempre todo fluye pero es mi proyecto de vida. La clave está en que es un proyecto personal y como tal todo es sí o sí, doy todo por la galería y por la joyería contemporánea; por esto necesito que la galería acontezca. Siempre estoy a full, atenta, no relajo, siempre estoy haciendo, gestionando, pensando, proyectando y creo que es esta entrega la que hace que la galería tenga un alcance destacado.

Mi intención original era propagar la joyería contemporánea en Brasil y resultó que fue más allá de la frontera. Cuando uno tiene una convicción fuerte el crecimiento de un proyecto sin duda se da.

En consecuencia, estoy feliz de que por la Galería Alice Floriano, Porto Alegre termina siendo un punto de referencia de la joyería contemporánea. Estoy en Porto Alegre como podría estar en cualquier otro sitio, no pasa por la ciudad sino por el trabajo; funciona por las acciones que desde la galería llevo adelante.

 

“Soy muy insistente… la joyería es mi proyecto de vida… y como tal todo es sí o sí, doy todo por la galería y por la joyería contemporánea. Cuando uno tiene una convicción fuerte el crecimiento de un proyecto sin duda se da.”

 

_¿Qué otros puntos de Brasil son representativos de la joyería contemporánea o donde se desarrollan expresiones de joyería contemporánea?

_San Pablo y Río de Janeiro porque es donde están los joyeros que trabajan desde hace más tiempo. De hecho, por ejemplo, la mayoría de los participantes de la tercera edición de FIO fueron de San Pablo.

Es que este evento también tenía como fin mapear la joyería contemporánea de Brasil, quería descubrir a los joyeros que aún no habían llegado o que yo no estaba viendo.

 

“Con FIO quería descubrir a los joyeros que aún no habían llegado o que yo no estaba viendo.”

 

Nueva escuela de joyería

 

_¿Estás por abrir una escuela de joyería contemporánea?

_Sí, Algures, que significa en algún lugar en portugués. Y de eso se tratará, no importa en que lugar sino que le vamos a garantizar una buena formación en joyería. Arrancamos el próximo mes. Es que en Brasil no hay escuelas de joyería contemporánea. Me di cuenta que muchos hacían cursos cortos de manera aislada, de técnica, de escritura aplicada a la joyería, etc. pero al final muchas veces planteaban que no sabían cómo utilizar todo ese aprendizaje de manera integral.

Por eso, pretendo que se puedan preparar joyeros contemporáneos con una formación completa. El enfoque de la escuela será Joyería contemporánea con especialización en la cultura brasilera.

Estaremos a cargo con la joyera Nicole Uurbanus, de Países Bajos residente en San Pablo, y las brasileras Renata Porto y Nina Lima. Ofreceremos una carrera con dos años de joyería contemporánea básica, un año más de joyería contemporánea avanzada y un cuarto año para el desarrollo de un proyecto individual.

Se ofrecerán clases en portugués teóricas virtuales, con materias como Historia, de Arte e Historia de la Joyería, Diseño, Bordado, Ilustración y muchas más, y clases técnicas presenciales; pueden asistir de cualquier lugar del mundo porque las presenciales se pueden realizar en su país de origen ya que elegirá la escuela donde puede hacer las clases técnicas con edición y supervisión de mi escuela; ya tenemos una listas de escuelas prestigiosas y destacadas en distintos puntos del mundo con las que hacemos alianza.

Es un ecosistema de escuelas de joyería que creemos funcionará muy bien porque nos potenciamos entre todos.

Los estudiantes aspirantes no requieren de conocimientos técnicos. Pretendo que sean jóvenes ávidos y hasta puristas, súper interesados en la joyería contemporánea, la escuela no está pensada para quienes quieran distraerse con un hobby.

Me interesa un refresh de la joyería contemporánea por eso apunto a jóvenes que seguro podrán aportar otra mirada, ya no la del diseñador o arquitecto interesado en pasar a un  pequeño formato, cuyos puntos de vista influencia mucho la joyería local.

Este tipo de perfil que pretendo abriría mucho el campo. Es que un joven de 18 años promedio tiene décadas para desarrollarse y crear y eso asegura ampliar de alguna manera el alcance de la joyería contemporánea. Por otra parte, no se trata de cerrarnos a quienes a cierta altura de la vida tienen poder adquisitivo para consumir joyería, pretendemos algo más que consumidores que valoran lo distinto o lo que creen que los distingue.

 

“Con la escuela Algures pretendo que se puedan preparar joyeros contemporáneos con una formación completa. El enfoque de la escuela será Joyería contemporánea con especialización en la cultura brasilera.”

 

_De todos modos, está bueno el cruce de disciplinas.

_Sí, no está nada mal, pero me parece que muchos jóvenes no comprenden que la joyería puede ser una buena profesión y quiero ofrecer la oportunidad para que se den cuenta que es posible. Hago un esfuerzo enorme para comprender y tratar de responder a las expectativas de los jóvenes de la edad de mi hija, por ejemplo; me interesa mucho. Porque me cuestiono mucho a quiénes nos dirigimos, a quién le vamos hablar; cómo preparamos a los joyeros del futuro, cómo será la joyería contemporánea, qué hacemos para que sea, para que acontezca. Me gusta explorar todo, tener distintas miradas que enriquezcan el intercambio y la discusión.

Y quiero que la escuela se especialice en cultura brasilera porque Brasil es muy grande, parece que hay mucho pero cuando vas a buscar trabajos u obras están muy influenciadas por Europa; entonces, por qué no descubrir nuestra cultura; es muy superficial nuestro conocimiento acerca de lo que es el Brasil profundo; tenemos que estudiar más, conocer más.

 

“Me cuestiono mucho a quiénes nos dirigimos, a quién le vamos hablar; cómo preparamos a los joyeros del futuro, cómo será la joyería contemporánea, qué hacemos para que sea, para que acontezca.”

“Tengo en cuenta el impacto visual, el concepto, la coherencia en la propuesta y la técnica precisa, que es lo que hace a una joya.”

_¿Con qué criterio elegís a los joyeros de tu galería?

_Lo primero que tengo en cuenta es el impacto visual, el concepto, la coherencia en la propuesta y la técnica precisa, que es lo que hace a una joya. No podés tener una buena idea si está mal acabada. Hablamos, promovemos y hacemos joyas con esas características y esto debe ser el eje de la joyería contemporánea aunque parezca repetitivo.

Y para mí es condición que sea portable, es mi preferencia personal. Creo en la joyería contemporánea que se relaciona con el cuerpo sin ser portable, pero personalmente me encanta más lo que podés portar. Además, como es tan difícil hablar de joyería contemporánea en Brasil si fuera u optara por piezas muy conceptuales costaría más que se entiendan o acerquen.

 

“Para mí es condición que sea portable, es mi preferencia personal. Creo en la joyería contemporánea que se relaciona con el cuerpo sin ser portable, pero personalmente me encanta más lo que podés portara.”

 

Criterios de selección

 

_Tenés a muchos joyeros con una trascendencia destacada, ¿buscás ese perfil para tu galería?

_La mezcla del artista con una trayectoria con peso en el mercado con otros que están comenzando que tienen una propuesta interesante y sólida es muy bueno. Es un estímulo para quienes están comenzando y pone atentos a quienes están trabajando desde hace tiempo y, claro, está bueno tener variedad de propuestas para que el público pueda acceder.

Busco formar una opinión y por eso es importante tener propuestas posibles, fáciles de llevar porque quiero aproximar al público a la joyería contemporánea.

La galería cuenta con una tienda online que funciona muy bien, más de lo que esperaba, mejor desde fuera de Brasil que dentro. Muchas piezas de artistas del exterior son requeridas desde diversos lugares del mundo y también joyería de Brasil hacia el mundo.

En Alice Floriano están los brasileros Miriam Pappalardo, Nina Lima, Renata Porto, Kika Alvarenga, Mariah Rovery, Marcia Cirne Lima, Marina Sheetikoff, Tissa Berwanger, Cosat Tsailandesa, Vera Monfort, Virgilio Bahde, Thais Costa y Nicole Uurbanus que reside en Brasil.

Represento a cerca de 90 artistas joyeros de todo el mundo entre los cuales están Ruudt Peters de Países Bajos, Lisa Walker de Nueva Zelanda, Tanel Veenre de Estonia, Jorge Manilla de México, Sofia Bjšrkman y Marta Mattsson de Suecia, Julia Obermaier de Alemania, Hee-ang Kim de Corea del Sur, Malene Kastalje de Dinamarca, Carlos Silva y Ana Piña de Portugal, y Aisegul Telli de Turquía.

De Argentina, Agustina Ros, Andrea Vaggione, Eva Burton y Luz Arias

Tengo una lista enorme de joyeros por invitar conforme a la muestra que preveo o simplemente para el acervo de la galería. En breve se sumará Karl Fritsch, por ejemplo.

 

“La mezcla de artistas en mi galería es un estímulo para quienes están comenzando y pone atentos a quienes están trabajando desde hace tiempo y, claro, está bueno tener variedad de propuestas para que el público pueda acceder.”

 

Joyería argentina

 

_¿Cómo llegaste a MICA? ¿te interesa la joyería contemporánea argentina?

_Siempre me interesé por la joyería contemporánea argentina, y me pareció que la invitación a Mercados de Industrias Culturales de Argentina era una excelente oportunidad para ver de cerca la obra joyera local.

Conocía a muchos autores como Jimena Ríos, Jorge Castañón, Fabiana Gadano, Jessica Morillo, a las cuatro que presento en mi galería: Agustina Ros, Andrea Vaggione, Eva Burton y Luz Arias, claro, a quienes he acompañado el desarrollo de sus trabajos.

Conozco la movida de Joyeros Argentinos y la Bienal que llevan adelante con un alcance latinoamericano, lo cual me parece interesante. He participado de dos de sus ediciones con un proyecto del colectivo que lidera Renata Porto y Miriam Pappalardo.

Como artista también participé de Joya Barcelona. Ahora tengo un intercambio pendiente, un premio por el cual debo elegir un artista de Joya para exponer en mi galería, lo mismo con la semana de la joyería de Budapest. Y como galerista participé de las semanas de Milán y Atenas. Un intercambio súper interesante.

 

“Siempre me interesó la joyería argentina y conocía a muchos de sus autores… Y esta es una excelente oportunidad para ver de cerca la obra joyera local.”

 

_De lo que pudiste ver, ¿qué idea te llevás de la joyería contemporánea de Argentina?

_Me parece muy desarrollada, con muchos exponentes buenos. Me impresionó el polo cordobés que desconocía, lo mismo que muchos autores con un trabajo excelente.

Esta fue una experiencia espectacular y estoy segura que necesito venir mucho más para conocer más, para profundizar en la obra de joyeros locales y poder llevarme a la galería a buena parte de los grandes artistas que veo que hay.

 

“La joyería contemporánea de Argentina me parece muy desarrollada, con muchos exponentes buenos. Me impresionó el polo cordobés que desconocía, lo mismo que muchos autores con un trabajo excelente.”

 

_¿Algunos en la mira?

_Veremos… La proximidad de Porto Alegre y Buenos Aires es una ventaja por aprovechar y que tendré muy en cuenta, después de esta primera visita.

 

“La proximidad de Porto Alegre y Buenos Aires es una ventaja por aprovechar.”

 

_¿Ves puntos en común entre la joyería de Brasil y Argentina en general?

_Ciertamente la realidad latinoamericana en común nos puede permitir hablar de las cuestiones sociales que nos ocupan y preocupan. Es un tema que se puede trabajar muy bien.

 

“La realidad latinoamericana en común nos puede permitir hablar de las cuestiones sociales que nos ocupan y preocupan.”

 

Gabinete de curiosidades

 

_¿Qué es Gabinete de Curiosidades?

_Un proyecto que quería hacerlo desde que abrí la galería en 2015 porque une otros intereses personales. Al mudarme en 2020, tomé una sala para exponer moda de autor, objeto de diseño y arte. Durante una década estuve a cargo de la curaduría de una tienda de diseño y fue un ejercicio que hice con miras a realizarlo para mí, de acuerdo con mis gustos personales. La joyería contemporánea es mi interés principal pero no el único.

Es una mezcla de cosas interesantes e inesperadas dentro de una galería. Son piezas únicas o en pequeña escala, hechas a mano con una mirada artística.

 

“Gabinete de Curiosidades es una mezcla de cosas interesantes e inesperadas dentro de una galería. Son piezas únicas o en pequeña escala, hechas a mano con una mirada artística.”

 

_¿Proyectos?

_Gestiono diversos workshops, entre otros, en noviembre próximo con la joyera portuguesa Cristina Filipe. Este mes presento (el último fin de semana) una muestra de la joyera surcoreana Nam-Kyung Lee, ganadora de Joya 2020, Enjoia’t 2021 y Arte y Joya 2021, una selección que surgió como ganadora de Joya Barcelona.

Participaré de un circuito de galerías de Porto Alegre como parte de La Bienal de Mercosur, que se realizará desde mediados de septiembre hasta noviembre, llevando artistas visuales de mi ciudad y, ya que es un evento de la región, quiero incluir a dos joyeros de Argentina que conocí a propósito de esta visita.

Además, en el período de esta bienal expondré los trabajos de la última edición de FIO. Y en este camino sumaré mucho más en favor de la promoción de la joyería contemporánea, casi que es mi obsesión.


Magalí-Anidjar-taller-San-Cugat-del-Vallès-entrevista-La-Joyeria-de-Autor

Entrevista a Magalí Anidjar

Apuntes | Notas

Hay que buscar otras fuentes y dejar entrar diferentes puntos de vista


Entrevista a Magalí Anidjar

Por Delia Alicia Piña

 

Magalí-Anidjar-taller-San-Cugat-del-Vallès-entrevista-La-Joyeria-de-Autor

Desde San Cugat del Vallès, en Cataluña, donde ahora reside, Magalí Anidjar vuelve con sus manos a la obra, esta vez sobre la porcelana. Cuenta cómo se apropia de un proceso creativo que la reencuentra con el hacer joyero.

Tras su enriquecedora experiencia como profesora y gestora educativa en Casa Petit Comité, su espacio de intercambio interdisciplinario que llevó adelante en Buenos Aires con la participación de importantes referentes de la joyería internacional, plantea su interés de volver a las aulas como docente.

De cómo redefinirse y reconvertirse para volver al quehacer joyero, la importancia de seguir aprendiendo, la oferta educativa existente y su proyección. El valor de otros puntos de vista sobre la joyería, definiciones, opiniones y cómo es su trabajo.


_¿Estás trabajando sobre tu obra?

_Desde hace un año y dos meses estoy con mi familia en San Cugat del Vallès, en la provincia de Barcelona, Cataluña, tratando de volver a conectarme con mi trabajo porque durante los años de Casa Petit Comité, en Buenos Aires, mi obra quedó relegada por la enseñanza. Estoy volviendo y reinventándome.

Tenía muchas ganas de reencontrarme con otros materiales y, por lo que quería hacer, se impuso la porcelana.

Ya desde Argentina no encontraba quién me pudiera ayudar en esto;  mis amigas ceramistas me decían que desde hace años que no se conseguía -aunque entiendo que ahora sí- porcelana para hacerla líquida. Entonces los que saben hacían su propia formulación pero es complicado, no lograba llegar a hacerlo porque la porcelana es muy liviana, a diferencia de la arcilla, y te permite llegar a espesores bien finitos, y me interesaba esta dimensión para que las piezas resulten con un peso portable.

 

Manos a la obra

 

Además, quería indagar en la moldería, y aprendí a hacer los moldes de mis propias piezas y a modificarlas antes de que están secas. Es que se trata de piezas en porcelana de Limoges que viene premezclada y uno la prepara con agua y un agente defloculante en moldes de yeso, los hice también en madera, y las modifico cuando están húmedas, antes de pasarlas al horno.

Son piezas de color; empecé a trabajar con blanco, marrón y verde pero ahora estoy trabajando con negro y también se pueden esmaltar.

Por ahora, son piezas portables, más cerca de lo escultórico, pero bien podrían ser gigantes y me gustaría, cuestión de animarme, saltar de escala a ver qué pasa. Así saldría del espacio de la joyería que tiene que ver con portar en el cuerpo.

Para esto, estoy haciendo un curso de Moldes y Porcelana aplicada a la joyería con la joyera Trinidad Contreras, y también voy a un taller de Cerámica a alta temperatura para aprender más sobre las distintas pastas o arcillas que se pueden usar, con el fin de poder elegir cuál es la más adecuada para lo que quiero hacer; todo para independizarme y poder instalar un taller en mi casa. Hay mucho por aprender de este material, el uso del horno, los engobes, los pigmentos, es súper interesante. Estoy incursionando en un mundo que no era mío hasta ahora, estoy en proceso de apropiármelo.

 

“Por ahora, son piezas portables, más cerca de lo escultórico, pero bien podrían ser gigantes”.

“La joyería es una manera de construir espacios a mínima escala y me encanta trabajar esos espacios con humor y sorpresa”.

_¿Estudiaste joyería?

_Todo lo que estudié está conectado de alguna manera. Mi formación es en Diseño gráfico en la asociación ORT y luego hice un máster en Diseño y Dirección de Espacios Expositivos en la Elisava Escola Superior de Disseny de la Universitat Pompeu Fabra en Barcelona, donde viví poco más de tres años hace 15 atrás aproximadamente.

Comencé a estudiar joyería cuando terminaba la carrera de Diseño gráfico porque necesitaba trabajar con lo manual, lo tangible, lo tridimensional. Empecé no porque me interesase la joyería per se sino porque me parecía un formato manejable para diseñar objetos, la arquitectura –que me gusta- tiene otra escala, así que fui a por la joyería. Y descubrí que me gustaba aprender sobre los materiales, cómo desarrollar mis ideas en metales y otros materiales y me encantó el aspecto constructivo y formal de la joyería.

Mi idea era poder llevar a cabo mis diseños en tres dimensiones, intentar que fueran factible, después si eso era ponible o arte fueron cuestiones sobre las que me fui preguntando con el tiempo. Hacía, y aún hoy sigo haciendo, dibujos de formas, volúmenes para luego llegar a construir y/o cambiarlo sino no funciona, sea porque es una línea recta que no se puede soldar con una curva, por ejemplo, es decir, todo eso que descubrís al llevar a cabo ideas. Esto es lo que me fascinaba y fascina de la joyería.

En un principio, durante mucho tiempo, trabajaba en plata, madera y acrílico y los mezclaba de acuerdo con lo que necesitaba para el diseño. Tenía mucho más que ver con lo geométrico, con lo constructivo, con observaciones de la arquitectura que me encanta. La joyería es una manera de construir espacios a mínima escala y me encanta trabajar esos espacios con humor y sorpresa. No es algo planificado; es el resultado. Es que si no se dan estos factores me deja de gustar, por eso también  prefiero no repetir.

 

Estudios de joyería

 

Primero estudié en la escuela de María Medici, luego me fui a estudiar a Florencia a Le Arti Orafe Jewellery Scuola hasta que descubrí Alchimia, que entonces se ofrecía tres años de estudios: el primero para principiantes, el segundo con un artista y el tercero con dos artistas; el segundo año lo hice con el joyero portugués Manuel Vilhena y me encantó.

Después seguí estudiando en la Elisava. Y regresé a Buenos Aires y continué durante cuatro años en el Taller de La Nave de Jorge Castañón. Entonces, no me alcanzaba ir una o dos veces por semanas, quería ir todos los días pero bueno las jornadas en que concurría eran de casi todo el día; buscaba que me rindiera, hasta sentir que estaba lista para estar todo el día en mi casa haciendo joyería sola; menos me parecía una actividad extra curricular o un hobby.

 

“Esa diferenciación entre diseñador y artista es ridícula, porque no es incompatible una con la otra.”

 

_¿No te gusta la repetición en la joyería?

_Me cuesta repetir. La repetición en la joyería, se da más en la comercial, es algo complicado; te tiene que gustar repetir, pero podés hacer una pieza varias veces o en serie y eso no te convierte en una marca comercial, sin embargo, creo que esa repetición tiene que cumplir alguna función. Depende de lo que quieras expresar.

Es que todo tiene que ver con la expresión, el arte en general, incluso el diseño. Esa diferenciación entre diseñador y artista es ridícula, porque no es incompatible una con la otra. Tampoco es que uno tiene que ser un artista porque es algo bueno en sí mismo; esa obsesión por ser un artista tampoco me cierra.

Tal vez invierto mucho tiempo en pensar las cosas y me siento mejor cuando las libero cuando las hago. Pase mucho reflexionando sobre el ámbito de trabajo, el alcance de actividad, por qué se llama joyería o joyería contemporánea, qué interpreta el otro cuando decís joyería o qué es o no joyería de arte, pero esto se traslada a cualquier disciplina, como el diseño gráfico también y el arte; cada uno interpreta con las herramientas que tiene.

“Tenía muchas ganas de reencontrarme con otros materiales y, por lo que quería hacer, se impuso la porcelana…”

Proyectos

 

_Conocés el circuito de cursos y maestrías universitarias.

_Sí, y ahora quiero insertarme aún más. Me gustaría incursionar como docente, para lo cual estoy elaborando un curso para dar en algunos de estos ámbitos y está referido al diseño de objetos como vehículo conector entre la joyería y el diseño.

En mi proceso de formación a través de los años he ido analizando o rumiando sobre estas relaciones o conexiones, como las limitaciones de la joyería, o si la joyería es un arte y cómo transmitirla o comunicarla más allá de su nicho, si interesa que sea joyería o diseño.

Insisto, la dicotomía entre el arte y el diseño es un absurdo que no tiene fin, hay maneras de explicarla intelectualmente. Creo que se usan herramientas de estas dos disciplinas y de muchas otras más.

Y se ve en la práctica cómo se cruzan las profesiones; en la joyería hay muchos psicólogos, psiquiatras, médicos, químicos, arquitectos, diseñadores, y cada uno trae lo suyo y no se están preguntando si lo que hacen es arte o diseño, hacen.

 

“Me gustaría incursionar como docente, para lo cual  estoy diseñando un curso referido al diseño de objetos como vehículo conector entre la joyería y el diseño”.

 

_La joyería tiene más que ver con el hacer que con el definir.

_Sin duda. La joyería tiene que ver con lo que se hace, el definir es posterior y depende de la mirada de cada uno. Hacer es mucho más importante hacer que interpretar.

Pero me fascina cuando las interpretaciones se fusionan en una muestra, sobre todo cuando interviene más de un artista; cuando se ve un concepto en común que los une, a partir del cual cada uno suma, desarrolla, cuenta una historia, es fascinante, pero al hacerlo quien lo hace no está pensando en cómo combinar con el otro, con suerte alguien los une.

Hacer, manifestarse y expresarse es lo más importante.

 

“La joyería tiene que ver con lo que se hace, el definir es posterior y depende de la mirada de cada uno”.

 

Circuito económico

 

_¿Se vive de la joyería?

_Yo tuve que trabajar en paralelo para subsistir, porque es muy difícil vivir de la joyería, ya sea de manera artística o comercial, conozco muy poca gente que puede vivir de la joyería, hasta los famosos que están en todas las exposiciones y venden en las mejores galerías, en general, viven de la enseñanza.

Existe la fantasía de que si te dedicás podés vivir de la joyería, pero insisto la mayoría vive de la enseñanza, solo algunos logran un proyecto comercial sostenible.

Yo fui fluctuando con los años. Participé en ferias, como Joya Barcelona y Puro Diseño, y me fue bien y me entusiasmé porque me contactaron de varias tiendas de museos de Estados Unidos, por ejemplo, hasta que me agarraron las restricciones económicas de principios de la década de 2010 cuando resultaba muy caro exportar y pagaba más por exportar que el rédito que podía conseguir por la venta de mis piezas en el exterior, un absurdo.

Entonces me puse a generar un proyecto educativo; opté por enseñar más que hacer y vender.

 

“Yo tuve que trabajar en paralelo para subsistir, porque es muy difícil vivir de la joyería.”

 

_¿Cómo fue la experiencia de Casa Petit Comité?

_Muy enriquecedora, se generó un intercambio único, interesantísimo. Un taller en el que organizaba e invitaba a especialistas a dictar cursos y talleres breves.

Convoqué a expertos que sumaron otras perspectivas y experiencias, como la profesora de joyería contemporánea japonesa Sayumi Yokouchi que ofreció dos workshops, uno de siete días junto con Jiro Kamata, entonces asistente artístico en el departamento de Joyería de la Academia de Bellas Artes de Munich, sobre «Engarces creativos y Material»; o Peter Vermanderer que dio un taller «Insignia para la vida cotidiana» de fundición directa de metales.

En todos, se trabajó de manera individual y también en equipos, se hicieron distintos ejercicios, se evaluaron los trabajos, se tuvo una comunicación constante con los profesores, una relación única con el trabajo y el material.

“La experiencia de Casa Petit Comité fue muy enriquecedora, se generó un intercambio único, interesantísimo. Entre los que participaron: Sayumi Yokouchi, Jiro Kamata y Peter Vermanderer.”

_Para entrar en el circuito internacional de la joyería tenés que aplicar y pagar.

_Sí, pero pasa en todas las disciplinas. Mi madre era escultora y recuerdo de chica que se quejaba de lo mismo. Para participar de concursos y exposiciones tenés que aplicar, te eligen y en su mayoría tenés que pagar.

Primero, hay que decidir si se quiere esa proyección  internacional, qué se quiere y luego hay que saber elegir, dónde participar, con quién, para qué, de qué manera, etc.

En su momento, opté por Joya Barcelona, que me costaba lo mismo que Puro Diseño… porque iba a tener -y tuve- más exposición, porque vio más gente que en La Rural, y en ese momento quería vender.

Algunos de estos eventos forman parte de circuitos muy aceitados en lo económico, por eso mismo hay que evaluar muy bien el costo beneficio.

Pero para mí lo mejor de participar del circuito internacional fue el intercambio con artistas y joyeros de distintos lugares del mundo, que permitió conocer otras obras, otras miradas y resultó muy interesante.

Otra cuestión son las ferias que cobran entradas y se nota gran resistencia a pagar para ingresar cuando después tenés que pagar por una pieza, el pago para comprar no cierra; es una modalidad que se cuestiona y a la larga va tener que cambiar.

Además muchas de estas propuestas son muy de nicho, terminan siendo eventos de joyeros para joyeros y no están bueno, son muy limitantes. Sin embargo, son una vidriera que conecta.

Por otra parte, es cierto que en el exterior, las galerías y museos te compran las piezas; la consignación es una modalidad que se da solo en Argentina y resulta una falta de respeto con el artista o joyero, te hacen cargo de un riesgo que no corresponde.

 

“Para mí lo mejor de participar del circuito internacional fue el intercambio con artistas y joyeros de todo el mundo, que permitió conocer otras obras, otras miradas y resultó muy interesante”

 

_¿Tu intención es repetir la experiencia de Casa Petit Comité en Barcelona?

_Me encantaría. Aún estoy instalándome, adaptándome, intentando sentirme cómoda con lo que hago para después proyectar y ver si sumo y a quién puedo convocar.

Solo hace poco más de un año que estoy en Barcelona y voy paso a paso. Y recién ahora se puede empezar a salir, estuvimos encerrados, más que allá, en Buenos Aires, no podíamos salir de la comarca y salvo las escuelas y los supermercados no había nada abierto.

Me gustaría mucho retomar ese proyecto y sumar otras voces. Es que cada vez más la joyería necesita alejarse de la joyería, porque hay que buscar otras fuentes de alimentación, hay que dejar entrar diferentes puntos de vista, ampliar la mirada; todavía la joyería tiene algo de medieval al remitirse solo al oficio, que está bien para aprender, pero después tiene que poder soltarse y abrirse si quiere ser considerado arte o entrar al mundo del arte. Hay que dejarse influir, y que los joyeros no solo se dediquen o enseñen joyería.

En ese sentido, destaco muchísimo el trabajo de la Cátedra Kweitel de Proyecto de Accesorios de la FADU-UBA que propone un marco conceptual amplio e interdisciplinario para  abordar los procesos creativos.

 

Necesidad de un abordaje interdisciplinario

 

En Casa Petit Comité recibí a varios estudiantes universitarios y advertí que no entraban por la joyería sino por lo conceptual, porque tenían las ideas de lo que querían hacer y sabían experimentar libremente con los materiales pero necesitaban ayuda para resolverlas  como joya. Venían a aprender cómo se hacía un broche, por ejemplo, cómo se soldaba o si convenía que haya metal. Tenían -y tienen- un camino recorrido al revés de lo que se ve en algunas escuelas de joyería, con un bagaje conceptual súper; sabían -y saben- exactamente cómo manejar los volúmenes, tienen el criterio estético y el conocimiento de la morfología que, en general, la gente que hace solo joyería no lo tiene, porque trabajan más con los ejercicios clásicos de la joyería para aprender.

Varios de esos estudiantes universitarios mostraron una capacidad especial para aprender lo que necesitaban con el fin de hacer lo que querían, como Carolina Rico que tiene ese don hacer lo que la representa en cada momento de su vida; se empodera para decidir qué le sirve, qué es lo que expresa lo que quiere y lo lleva adelante.

Sé que hay algunos talleres, como el de Jorge Castañón, con lista de espera, en los hay que demostrar un interés real para ingresar. Y también está la escuela de Jimena Ríos, la única integral, muy completa e interesante.

Es genial que exista un espacio que proponga una formación constante y profunda del oficio y otro con la amplitud y la mirada desprejuiciada que suma a otros actores del arte, como bailarines, músicos, escultores. Todas propuestas que equilibran la oferta

 

“…Cada vez más la joyería necesita alejarse de la joyería, porque hay que buscar otras fuentes de alimentación hay que dejar entrar diferentes puntos de vista, ampliar la mirada.”

 

_¿Es accesible hacer joyería contemporánea?

_No es barato hacer joyería contemporánea, en general; hay muchos que tienen recursos económicos.

Y hay otros que tienen la decisión de querer vivir de la joyería y eso es un motor increíble, hasta en la vida misma, y lo logran; se potencian, como decía, se empoderan y revalorizan. Aprenden enseguida porque tienen interés, no esperan a la próxima clase para seguir probando, avanzan, investigan y descubren solos.

Son los que tienen un bagaje conceptual importante, los que vienen del campo proyectual: ya tuvieron la idea, ya la imaginaron, ya la construyeron, la pudieron plasmar en el papel o la pudieron transmitir en palabras o con música, con lo que sea y luego prueban materializarla. Ese bagaje les permite discernir y saber lo que quieren y suelen quererlo ya; a ellos más que enseñarles, enseñan.

 

“No es barato hacer joyería contemporánea, en general.”

 

_¿Trabajar en el exterior valida lo que uno hace?

_Cuando te vas al exterior naturalmente tenés que redefinirte, contextualizarte: quién soy, qué estoy haciendo acá, o que quiero o puedo hacer acá, qué tengo para ofrecer, cuál es mi experiencia.

Tenés que adaptarte de alguna manera y encontrarte con lo tuyo. Y en eso estoy.


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Se lanzó la convocatoria a la 4ta. edición de Brazil Jewelry Week

Apuntes | Notas

"Desafiar y desafiarnos es la función del arte"


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Se lanzó la convocatoria a la 4ta. edición de Brazil Jewelry Week.

La artista joyera argentina Roxana Casale, ganadora del Premio Joya Barcelona en la edición 2020, fue elegida para participar del comité promotor.

Se trata de un team de mujeres latinas que incentivan la joyería contemporánea desde sus respectivos países, del cual también forman parte la chilena Patricia Iglesias, la brasilera Ana Calbucci, la colombiana Titi Berrio y la mexicana Carmen Tapia.

Cuándo y dónde se realizará, bajo qué modalidad y cómo participar. Reflexiones, objetivos. Enterate de todos los detalles.


Brazil Jewelry Week es un espacio donde la joyería dirige su mirada cada vez más hacia el campo del arte y no solo al de diseño. La densidad que se genera entre el concepto y valor estético amplía horizontes y enriquece las obras que creamos”, dice la joyera Roxana Casale invitada a formar parte del comité promotor de la cuarta edición de BJW, que se realizará del 1° al 4 de diciembre próximo en San Pablo.

«Historias que me habitan. Cuerpo libre. Cuerpo libro» es el tema disparador con el que se convoca a joyeros de Latinoamérica, especialmente impulsados no solo por la joyera argentina sino por la chilena Patricia Iglesias, la brasilera Ana Calbucci, la colombiana Titi Berrio y la mexicana Carmen Tapia, todas miembros de este team de mujeres latinas que incentivan la joyería contemporánea desde sus respectivos países.

El evento de este año se realizará en forma presencial en la Biblioteca Mario de Andrade, en la ciudad de San Pablo, donde se realizará un simposio, una exposición y una feria de artistas seleccionados. En paralelo, de manera simultánea, escuelas, colectivos y galerías de los cuatro países mencionados también participarán con diversas propuestas.

BJW no es solo un espacio de exposición compartido. Busca ser un lugar que propone diálogos enriquecedores en cada una de sus ediciones, construyendo vínculos, compartiendo saberes, creando lazos de comunicación y visibilidad entre artistas de la región.

“Ser expresivos no nos convierte en artistas; es importante continuar generando conocimientos y saberes, ser críticos. El desafío es unir lo expresivo con un discurso consistente”, sostiene  Casale.

Epicentro cultural

Y precisa que este evento pretende alentar a que se hable cada vez más de identidad del artista latinoamericano, en particular, del gesto artístico.

“Podemos plantearnos aquí la pregunta ¿es el cuerpo quien porta la joya? o ¿es la joya con su carga simbólica y expresiva quien porta ese cuerpo?”, se cuestiona a modo de reflexión.

Respecto de los países convocados, la artista local precisa que “Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México han sido y son epicentros culturales fuertes cada uno con su localía, contexto y mirada. Y cada una de las convocatorias que se abren en América Latina confirma cuanto tenemos para decir y hacer”.

Da cuenta de la diversidad de convocatorias que se abren en América Latina y destaca que “es importante priorizarlas frente a otras, que si bien están muy afianzadas, tal vez no son tan relevantes para nosotros y para nuestra región como parecen o pensamos. No se trata solo de exponer”.

En la medida en que entendamos nuestro territorio y lo fortalezcamos seguramente enriqueceremos nuestra obra, tanto desde la mirada individual como grupal”, agrega.

Roxana Casale trabaja en esta convocatoria dentro del contexto de un equipo de mujeres latinoamericanas que representan el quehacer joyero de sus países, como una posibilidad de llevar o comunicar sus ideas más allá de las fronteras.

Siento que desafiar y desafiarnos es finalmente la función del arte, y ser parte de proyectos como este es una gran alegría y oportunidad”.

Historias contadas con el cuerpo

“La historia que me habita representa la identidad individual de cada artista joyero. Cada identidad está compuesta por diferentes atributos y características, elementos que se manifiestan en el proceso de individualización. Individual, pero no único.

“En otras palabras, el artista joyero lleva una identidad que es en sí misma múltiple, debido a su constante transformación a lo largo de la existencia. Esa identidad individual está influenciada por características biosociales específicas en cada individuo. Así surge «Historias que me habitan. Cuerpo libre. Cuerpo libro», detalla Christie Barban, organizadora del evento.

Y especifica que buscan “revelar la historia que habita en cada uno, con el fin de mostrar la identidad social y cultural de la joyería latina contemporánea. ¿Cómo interactuamos social y artísticamente dentro de la misma comunidad? ¿Cómo nos comprometemos individualmente con esta transformación?

“La historia que me habita ofrece la posibilidad de trabajar y expresar una identidad en permanente construcción y reconstrucción, fruto de un diálogo constante a lo largo de la experiencia”.

Indica que la identidad cultural de la joyería latina contemporánea contiene una variedad de expresiones humanas que sobrevivieron durante siglos, que conservan recuerdos y rasgos antiguos. Sin embargo, en su evolución adoptan expresiones que fueron apareciendo en los diferentes períodos históricos por los que pasaron hasta llegar a la contemporaneidad y evolución.

Y destaca que «la diversidad cultural fue un factor común en los eventos de arte y joyería identitaria enfocados en la interacción constante con la diversidad cultural, en la convivencia múltiple entre diferentes culturas, sin jerarquías, para el crecimiento mutuo».

“A través del Brazil Jewelry Week, presentamos un enfoque más analítico de la percepción visual del cuerpo adornado. Considerando sus posibilidades, así como sus matices, durante la planificación del evento.

“También, en este el evento queremos cultivar el pensamiento; presentar los lenguajes creados a partir de experiencias propias y colectivas; expandir el campo de la joyería; promover el intercambio cultural; crear un puente entre lo local y lo global; romper fronteras y estándares estéticos preestablecidos. En definitiva, pretendemos discutir y reflexionar sobre la identidad social o cultural en la joyería latina contemporánea”, explica.

Feria de artistas

El evento englobará una feria de artistas joyeros seleccionados que mostrarán al público sus más recientes producciones en el campo de los trabajos “vestibles” de la joyería contemporánea regional.

Incluirá un simposio enfocado en generar un diálogo cultural, nacional e internacional, con el fin de debatir temas relacionados con lo que conforma la joyería latina contemporánea. Éste  supondrá “un espacio de diálogo con diferentes sectores -como el arte, la filosofía y la antropología- para profundizar el alcance e impacto en la comprensión de la identidad social o cultural de la joyería contemporánea”.

Además habrá una experiencia estética de ocho joyeros de Brasil y otros países, quienes crearán una exposición individual de sus proyectos. Asimismo, se ofrecerán cursos y workshops en Laboratorio Núcleo y en otras instituciones socias de BJW.

Y los joyeros seleccionados de esta próxima edición tendrán la oportunidad de participar de Joya Barcelona, entre otros premios.

Brazil Jewelry Week se realiza desde 2019 y fue concebido por Nucleo Joalheria, una organización brasileña que desde 2016 promueve la joyería contemporánea.

Fue diseñado por Chrissie Barban y cuenta con la participación del artista joyero mexicano Jorge Manilla como embajador.

Interesados en participar, curadoria@braziljewelryweek.com


Entrevista a Vivian Heidenreich

Apuntes | Notas

Muy pocos saben que existe la joyería como disciplina de bellas artes


Entrevista a Vivian Heidenreich

 

Por Delia Alicia Piña

 

Vivian-Heidenreich-retrato-entrevista-La-joyeria-de-autor

Le atrae hacer con las manos obras en pequeños formatos, tanto que dejó la arquitectura para dedicarse a full a la joyería contemporánea.

Vivian Heidenreich trabaja con el textil para mostrar el rol histórico que tiene la mujer en su uso, pero también elige otros materiales, como el esmalte sobre cobre, que se amoldan a lo que quiere comunicar, siempre referido a relatos cotidianos.

Dice que el papel de los artistas en la sociedad es poder mostrar y hacer una crítica constructiva de eso que no se puede o quiere ver, y hacia esa meta pretende orientar su incipiente carrera joyera.

Es alumna de Escuela Eloi y se especializa en joyería en la prestigiosa Academia de Bellas Artes de Munich.

Su experiencia en uno de los institutos más destacados, donde ya expuso su trabajo; lo hay que tener en cuenta a la hora de elegir un lugar para estudiar Joyería; la dinámica de las galerías que trabajan con joyería artística, y las obras que la definen.


_Estudiaste joyería en Eloi.

_Sí arranqué en Taller Eloi y me interesó muchísimo el programa de la escuela y lo quiero hacer completo. Empecé cuando ya ejercía como arquitecta, tenía un estudio con una amiga.

Paralelamente comencé a hacer joyería una vez por semana y descubrí que eso era lo mío. Dejé el estudio, me dediqué full time a la joyería en Escuela Eloi, en tanto apliqué a la Academia de Bellas Artes de Munich y conseguí ser aprobada.

 

“Me dediqué full time a la joyería en Escuela Eloi, en tanto apliqué a la Academia de Bellas Artes de Munich y conseguí ser aprobada”.

 

_¿Por qué pasaste de la arquitectura a la joyería?

_Siempre hice mucho trabajo artístico. Al mismo tiempo que estudié arquitectura en la UBA hice pintura y muchísimos talleres de escultura y cuando estaba trabajando en una pieza por fundir se la mostré a una compañera y al verla me dijo que si hacía ese formato tendría que hacer joyería; esa pieza era de formato pequeño, el cual me gusta mucho; cuando era adolescente había hecho un taller de joyería pero quedó ahí.

Esa compañera me recomendó Eloi y así empecé a incursionar formalmente en la joyería contemporánea con un curso intensivo de verano, luego un taller semanal, hasta que advertí que estaba toda la semana en el estudio de arquitectura pensando cuándo llegaría el miércoles para ir a hacer joyería.

Me encanta la arquitectura pero en Argentina cuando ejercés como arquitecta te ves obligada a ser contadora, financista, hacer marketing, etc. y me resultó cansador estar lidiando con proveedores en este contexto económico hasta que dije basta! Y fue entonces cuando opté por joyería contemporánea en Escuela Eloi.

En un principio, la escuela empezó online con proyectos en simultáneo con Cranbrook Academy of Art y contamos con la invalorable observación crítica de la artista visual y orfebre, jefa del departamento de Metales de esa escuela, Iris Eichenberg. 

También, seminarios con la historiadora y maestra en artes visuales Lori Talcott, entre otras oportunidades, únicas, que de otra manera no hubiesen sido posibles, sobre todo, si hubiesen tenido que ser presenciales, fundamentalmente por el costo. Fue una experiencia buenísima, enriquecedora, invalorable, de las que aprendí un montón.

 

“Advertí que estaba toda la semana en el estudio de arquitectura pensando cuándo llegaría el miércoles para ir a hacer joyería.”

 

_¿Hay algo de la arquitectura que apliques a la joyería?

_Lo que más disfruté de estudiar arquitectura fue la parte manual de hacer las maquetas. El hacer con las manos me atrae, pero no sé si me viene de la arquitectura específicamente. La vida profesional es muy diferente como en todas las carreras.

Puede ser que tanto en la arquitectura como en la joyería trato de alguna manera mantener al usuario en el centro. Siempre pienso en que sea cómodo, práctico y útil, tanto como poder meter en el lavarropas un collar de tela. Me dedicaba al interiorismo y ubicaba al usuario cotidiano en el centro de la historia, en ese sentido, lo mismo hago con la joyería.

Con la joyería trato de contar historias que tengan al usuario cotidiano en el centro de la escena.

 

“Con la joyería trato de contar historias que tengan al usuario en el centro de la escena.”

 

_Ahora estudiás en la Academia de Bellas Artes de Munich, ¿cómo accediste, por qué ahí y qué estás estudiando?

_Apliqué tras una entrevista exhaustiva meses antes para Schmuck und gerät, es decir, Joyería y contenedores u objetos de mesa, que ahora está dentro de Bellas Artes. Es que la técnica para hacer una cosa u otra termina siendo muy similar, como soldar o fundir oro y plata. Pero allí se hace mucha joyería y menos holloware.

 

La joyería como bella arte

 

La directora del programa es la artista visual de origen danés Karen Pontoppidan, quien se desempeñaba como profesora desde 2015 y hoy fue nombrada presidenta de la Academia de Bellas Artes de Munich, la primera que viene del mundo de la joyería, lo cual es un gran incentivo para la actividad y una gran oportunidad para mí formar parte de ese programa que se impulsa.

El profesor que la reemplazará como docente será David Clarke, un egresado del Royal College of Art especializado en platería que hace bastante trabaja con holloware, y entiendo que su designación tiene la intención de hacer crecer ese departamento.

De las academias más interesantes e importantes del mundo: la Rietveld Schröder House en Utrecht, Países Bajos; Cranbrook Academy of Art en Bloomfield Hills, Michigan, y esta, la Akademie der Bildenden Künste de Munich, me cerraba más esta última porque al ser estatal resulta más accesible y, además, logré conciliar mi vida personal mucho mejor.

Hice un seguimiento de los trabajos presentados o el alcance que han tenido los proyectos de alumnos de estas dos últimas academias y se advierte un excelente nivel. Sé que hay otras opciones, en Italia, por ejemplo, pero la elegida y a la que logré ingresar para mí es mucho mejor.

 

“Apliqué tras una entrevista exhaustiva meses antes para Schmuck und gerät, es decir,  Joyería y contenedores u objetos de mesa, que ahora está dentro de Bellas Artes.”

 

Para tener en cuenta

 

_¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir un lugar para estudiar Joyería?

_Me parece que está bueno no solo ver si los directivos son buenos joyeros sino también ver que sean buenos docentes. Para eso hice un relevamiento de las opiniones de los alumnos, lo cual recomiendo a la hora de decidir dónde estudiar sea lo que fuere tanto en el exterior como en el país. En este caso, todos los estudiantes de la academia de Munich hablaban muy bien del programa y me pareció que sus trabajos eran maravillosos.

Allí entonces estudio Joyería, dentro de un marco artístico. Y en ese camino me dedico a hacer obra, joyería artística, como otros pueden hacer esculturas, por ejemplo; es del tipo de obras que pueden verse en galerías, no son en serie; bueno, pueden ser series limitadas como las de David Bielander, artista suizo egresado de la Academia de Bellas Artes de Munich que hace series de 12, las cuales, no obstante, son piezas únicas; ciertamente otros artistas también hacen en cantidad pero nunca son piezas iguales; no son las que se mandan a fundir y se hacen cientos de la misma.

Tal vez esto no es tan rentable pero el trabajo que se aprende y desarrolla no es ni más ni menos que como otro del rubro del arte.

“Hago obra, joyería artística, como otros pueden hacer esculturas.”

_Esa joyería artística es independiente del material.

_Sí, en la academia se trabajan todos los materiales y se tiene muy en cuenta cuál es la historia y posibilidades que ese material proporciona; se trata de usar el material a tu favor. Es decir, no es lo mismo hacer una pieza en oro que en bronce; el oro tiene una historia, un contenido y hasta un precio muy diferente al de otros metales y es totalmente diferente que trabajar con madera, cerámica, vidrio o papel. Es decir, el uso del material depende de la historia el tema o el mensaje que se quiera transmitir.

Se hace mucho hincapié en ver cuál es la historia que se quiere contar con la pieza que estás haciendo, qué mensaje lleva tu pieza y cuál es el tema.

 

“El uso del material depende de la historia el tema o el mensaje que se quiera transmitir”.

 

Trabajo textil

 

 

_¿Cuál es el tuyo?

_Depende mucho del trabajo que haga. Como cualquier otro artista puedo tener una línea de trabajo que vaya en un material y puedo tener otras con relatos de historias que usan varios materiales.

En este momento, estoy trabajando mucho con el textil en particular sobre el peso histórico que tiene la mujer en su uso; desde la generación de nuestras abuelas que hicieron que el textil fuera doméstico con la confección de la ropa, los textiles de la mesa y el bordado por horas; me interesa la historia que pone de manifiesto el lado femenino del textil; y obviamente, la historia sería otra si trabajara con bronce, por ejemplo.

Pero también trabajo con otros materiales que cuentan otras historias; según lo que quiero contar elijo el material adecuado.

 

“Estoy trabajando mucho con el textil, en particular, sobre el peso histórico que tiene la mujer en su uso”.

 

_En la muestra «Amuletos» de Taller Eloi también contaste una historia del quehacer cotidiano pero en otro material.

_Claro, sí. Es una obra que se llama «¿Hoy qué comemos?», una serie de collares con medallas en cobre esmaltado que ilustran las recetas que cociné durante la pandemia, una suerte de amuleto que servía para que no nos pese esa fastidiosa pregunta que surge a diario en cualquier casa.

El material es el esmalte pero terminó siendo un medio para la pintura, que es lo más importante de ese trabajo. La construcción de la obra fue parte de un proceso.

Lo doméstico y la rutina son temas que me interesan, y la pandemia me dio la oportunidad de reflejarlo; nunca antes tan potenciada la cotidianeidad!

 

“Lo doméstico y la rutina son temas que me interesan, y la pandemia me dio la oportunidad de reflejarlos.”

 

Historias cotidianas

 

_¿Cómo surgió «¿Hoy qué comemos?»?

_Surgió en plena pandemia, en la que se me hizo muy pesado definir todos los días qué comer y necesité anotarme ideas o recetas porque no quería estar pensándolo, además me aburre comer siempre lo mismo y la salida del delivery no es sostenible. Y también porque está bueno comer comida casera, que es más sana, equilibrada, estacional.

Por todo esto, decidí hacer piezas de joyería con un repertorio de platos para cocinar. Son medallas de cobre esmaltado con pintura vitrificada; una serie de platitos pintados a mano que justamente fueron al horno; numerados, hasta ahora hice 40.

Es un proyecto que se ampliará, la idea es tener acceso a la receta del platito dibujado, generar un canal de comunicación que incluya sugerencias o pedidos de piezas con determinadas recetas…

 

“Decidí hacer piezas de joyería con un repertorio de platos para cocinar. Son medallas de cobre esmaltado con pintura vitrificada.”

 

_Te gusta dibujar.

_Me encanta dibujar, pintar y hacer acuarelas. No es algo que haga mucho o muy seguido, pero lo hice durante muchos años de chica, y ahora me gustó mucho aplicarlo a la joyería contemporánea. Mi familia materna es muy artística, de hecho mi tataraabuela estudió pintura en la academia de Bellas Artes de Munich.

 

“Me gustó mucho aplicar la pintura a la joyería contemporánea.”

 

_¿«Amuletos» es la primera exposición en la que participaste?

_Fue la primera en la que expuse joyería. Ya había exhibido piezas de pintura y escultura. Estudié con el pintor Ariel Mlynarzewicz en su taller Grupo Boedo; también con el escultor Aldo Caponi y con su hijo Axel que está en la Asociación Estimulo de Bellas Artes.

En el principio de mi trabajo joyero de dediqué a full a la formación técnica en Eloi y no tanto a la obra hasta que hice pequeñas colecciones de aros y collares en plata para Tienda Eloi, pero no mucho más porque por entonces estaba estudiando Arquitectura.

Pero estoy muy contenta porque pasé de la expo de Eloi a la de la Academia de Bellas Artes de Munich, todo un salto.

“Me encanta dibujar, pintar y hacer acuarelas… y me gustó mucho aplicarlo a la joyería contemporánea.”

_¿Cómo es la experiencia de estudiar joyería en una de las academias más importantes o destacadas en su especialidad?

_La academia de Munich, con la dirección de Karen Pontoppidan, busca defender fuertemente la modalidad de enseñanza de maestro con aprendices, que no es igual a otros másteres; no hay créditos ni horarios de clases sino que lo importante es hacer análisis y discusión de los procesos de obra que se presentan, lo cual es súper interesante, práctico y enriquecedor.

 

Maestro con aprendices

 

Aprendés muchísimo con la puesta en común de diversos puntos de vista, y se dan encuentros con las docentes según la necesidad de cada alumno.

La mayoría es gente muy formada, sabe trabajar sola y pide feedback cuando lo necesita; otros solicitan un punto de partida y ejercicios; algunos hacen un proyecto de investigación no obra física.

La modalidad de estudio es abierta e intensa a la vez, y requiere de responsabilidad y dedicación. Los docentes priorizan que cada uno encuentre su camino, y están siempre dispuestos a apoyar y empujar de manera libre, lo cual a veces genera vértigo o miedo porque no sabés si estás en lo correcto, pero insisto aprendés muchísimo.

Es clara la pretensión de que durante los cuatro años y medio que lleva graduarse puedas aprender a trabajar de manera independiente, sin que alguien te diga qué hacer o no.

Los egresados de esta academia terminan con un nivel de independencia fantástico y te permite insertarte y trabajar con gran soltura en cualquier ámbito.

También hoy están sumando algunas materias teóricas con carga horaria, como historia del arte o filosofía, pero no es el fuerte de la propuesta.

Esto responde a que históricamente los estudiantes de Joyería que asisten a la academia de Munich siempre cuentan con una formación sólida y experiencia previa, por eso las discusiones de obra aportan muchísimo y son un gran desafío.

 

“Los estudiantes de Joyería que asisten a la academia de Munich siempre cuentan con una formación sólida y experiencia previa, por eso las discusiones de obra aportan muchísimo y son un gran desafío”

 

_Para llegar a un máster, ¿qué recomendarías?

_Antes de un máster recomiendo una escuela de formación integral, que incluya desde historia, preparación técnica hasta el desarrollo creativo porque con estas herramientas después podés aplicar a una universidad del exterior sin dificultad. Por esto, Escuela Eloi de Jimena Ríos me parece que es la mejor opción disponible en el país.

Allí aprendí muchísimo porque los docentes están supercapacitados y permanentemente renuevan propuestas en talleres, seminarios y workshops con consultores y artistas de renombre de vasta experiencia.

Comprobé que muchos de mis compañeros de la academia de Alemania no tuvieron ese acceso al conocimiento o esa formación integral en joyería; con lo cual, Escuela Eloi no tiene nada que envidiarle a otras academias. Entiendo que en este caso no son comparables porque los programas son diferentes, la de Munich ofrece un segundo nivel sobre el primero, no menos sólido, el cual podemos alcanzar aquí como una excelente plataforma de lanzamiento. Justamente por eso aprovecharé el receso escolar de la academia para continuar con el programa de Eloi.

Ese segundo nivel al que me refiero, que ofrece la academia de Munich, por ejemplo, no siempre requiere de estudios previos en Joyería sino que se puede acceder desde otras disciplinas del arte o prácticas afines.

Otras academias tienen una propuesta distinta, como las de Londres, Florencia o Utrecht. Incluso Cranbrook es diferente, es espectacular, costo incluido, pero trabaja con la modalidad de campus, un formato que en lo personal no me gusta; prefiero estudiar en una ciudad en la que puedo experimentar, caminar y vivir, no en un lugar apartado.

 

“Antes de un máster recomiendo una escuela de formación integral, que incluya desde historia, preparación técnica hasta el desarrollo creativo, porque con estas herramientas después podés aplicar a una universidad del exterior sin dificultades.”

 

_Con todo, ¿buscabas consolidar tu formación como joyera?

_Me interesaba tener una experiencia en el exterior, para ampliar mi horizonte y enriquecerme con el intercambio social que se da entre estudiantes de distintas culturas con un nivel académico destacado, lo cual pone la vara alto.

Acá lo que ocurre que el entorno no está a la altura porque no hay galerías donde ver, exponer o hasta vender obra ni mercado interesado. Hay desarrollo de joyería artística pero son propuestas muy de nicho y, en el mejor de los casos, se ve en contadas tiendas o de museo con otros valores que no siempre se condicen con el trabajo que implica una pieza artística.

En el exterior se puede aprender la dinámica de las galerías que trabajan con joyería artística, conocer y tener contacto con la gente del rubro y se puede entrar en ese circuito que sin duda tiene otra proyección; todo esto tiene mucho valor. Está bueno intentarlo, al menos.

Y también estudiar y desarrollarse en el exterior es una oportunidad para mostrar el trabajo argentino y su alcance; es una manera de exportar cultura, de contar nuestras historias y, de igual modo, es una oportunidad de evidenciar que en nuestro país también hay una movida joyera; sino salimos no nos ven, es difícil que nos vean o vengan a buscar.

 

“Estudiar y desarrollarse en el exterior es una oportunidad para mostrar el trabajo argentino y su alcance.”

 

Mano a mano con referentes

 

_¿Cómo fue el viaje de egresados de Escuela Eloi junto con Cranbrook?

_Fue un recorrido espectacular por talleres, estudios y galerías de Munich y Berlín. Participé de la primera parte en Munich, donde estuvimos en los estudios de Helen Britton, David Bielander, Jiro Kamata, Gerd  y Daniel Kruger.

Buenísimo porque fueron encuentros personalizados con artistas joyeros, vimos el backstage de sus joyas y sus increíbles procesos creativos. Estar mano a mano con referentes de la joyería contemporánea internacional fue una oportunidad única.

Sumamos visitas a galerías y museos, a pesar de que no estaba la feria de Schmuck pospuesta para julio. Hubo muchas exposiciones interesantes, muy bien armadas y curadas, y al no estar la feria nos dio el tiempo para recorrer bien otras muestras de joyería artística.

 

“Estar mano a mano con referentes de la joyería contemporánea internacional fue una oportunidad única.”

 

_¿La Academia de Bellas Artes también ofreció una muestra?

_Sí, se hizo en un espacio público, a la salida de la estación de subte U-Bahn Station Universität de Munich. Un lugar en el que los estudiantes pudimos exponer nuestras obras.

Las presentamos en la muestra «Deine Zauber Binden Wieder» o Tu magia vuelve a unir, basada en el principio de la Oda a la alegría, en la que realizamos como una víbora de ropa colgada unida por joyería contemporánea. Así la manga de un saco y la pierna de un pantalón se unía con un broche o el cuello de un suéter se enganchaba con un collar a la cintura de una falda, por ejemplo.

Buscamos representar el concepto de que la joyería puede ser un vínculo que una a las personas después de la pandemia de Covid 19. Una propuesta que funcionó muy bien. y aunque no fue la intención original, se planteó justo con la guerra en Ucrania y reforzó la idea de dejar de pelearnos e intentar unirnos.

Allí presenté dos collares hechos con textil de descarte y un anillo de casamiento judío, también realizado con telas de desecho.

“La joyería puede ser un vínculo que una a las personas.”

_¿Cómo es tu trabajo de joyería textil?

_Son piezas clásicas de joyería hechas en diversos textiles. Se trata de cadenas de eslabones realizados con en telas recicladas de descartes de cortinas, cosidas a mano, portables, a escala del cuerpo obvio.

Y trabajo con este material porque el descarte textil es enorme. En el mundo, cada año se generan aproximadamente 92 millones de toneladas de residuos textiles. Y ya es hora de parar, no solo por lo que implica su vertido al suelo y el consecuente efecto invernadero sino previamente por la huella hídrica, solo una remera de algodón supone el uso de más de 2000 litros de agua.

 

Lo bueno de reutilizar

 

Además hay mucho desprecio por el textil: si se rompe se tira, si está viejo también se descarta. Está bueno reutilizar, nos hemos olvidado de cómo se reparan y arreglan las cosas. A pesar de todo, acá se conserva, cuida y arregla mucho más que en otros países de Europa o de Estados Unidos.

El textil está muy relacionado a lo femenino y como dije es un tema que me interesa y define. Y también está muy vinculado a la vestimenta, está bueno empezar a asociarlo con la joyería contemporánea porque hay trabajos buenísimos hechos con descarte textil.  Uno no cuida la ropa como cuida las joyas y poner el textil en valor desde la joyería es una labor que me interesa. El textil es un material precioso que hace falta cuidar no descarar y nada mejor que la joyería para hacerlo.

 

“El textil es un material precioso que hace falta cuidar no descartar, y nada mejor que la joyería para hacerlo.”

 

_¿Cómo es tu trabajo?

_En este momento estoy haciendo joyería textil, no sé más adelante. También trabajo en otros materiales, como metales esmaltados, pero creo que mi trabajo es más de investigación. Estoy en el inicio de un proceso, que veremos a dónde me llevará.

 

“Mi trabajo es más de investigación.”

 

_¿Qué obras te definen?

_Tengo un trabajo extenso sobre mi familia. Es una pieza corporal en la que cada persona de mi familia está representada por una parte del cuerpo y a partir de esta hice un mapa familiar con moldes de costura.

Un trabajo interesante porque siempre aprender, estudiar, pensar y reflexionar de dónde venimos, de dónde saliste o quiénes estuvieron antes nos ayuda y nos da herramientas para seguir adelante.

Me gusta mucho un trabajo que hice con llaves que fue más una investigación que no se si terminó siendo una pieza de joyería o no tampoco creo que sea lo importante; fue más un punto de partida que me gustaría retomar.

Se trata de un trabajo de edición fotográfica a partir de una serie de fotos de una misma llave, armado como un rompecabezas, que es una crítica a la seguridad, o más bien inseguridad, informática por cómo entregamos toda nuestra información personal, por ejemplo al aceptar todas las cookies, para que después sepan cómo venderte más cosas; un ciberespionaje a escala masiva que incentivamos de manera inconsciente al dar esas llaves con las que se meten en nuestra vida.

 

“Aprender, estudiar, pensar y reflexionar de dónde venimos, de dónde saliste o quiénes estuvieron antes nos ayuda y nos da herramientas para seguir adelante.”

 

Metas

 

_¿Y cuál es tu intención con esta joyería?

_El rol de los artistas en la sociedad es poder mostrar eso que no se puede o quiere ver. Y me parece interesante que los artistas puedan tener una mirada externa para hacer críticas constructivas, lo cual lleva años de estudio e investigación que permitan aprender a leer o decodificar una sociedad.

Este es un papel que bien puede asumir el artista joyero. Y en este enfoque pretendo inscribirme a lo largo de mi carrera.

 

“El rol de los artistas es poder mostrar eso que no se puede o quiere ver. Y me parece interesante que puedan tener una mirada externa para hacer críticas constructivas, lo cual lleva años de estudio e investigación que permitan aprender a leer o decodificar una sociedad… En este enfoque pretendo inscribirme a lo largo de mi carrera”

 

_¿Qué criticarías hoy?

_La resistencia a aceptar la igualdad de géneros y la negación de la necesidad del movimiento feminista, aún en Alemania que se compara con otras sociedades más avanzadas en esto como la danesa. La manera en que se trabaja que hace que laburemos más y vivamos menos. Pero hay muchos otros temas que no involucran a toda la sociedad, como la inseguridad o los miedos personales que nos atraviesan e igualan, pero de los cuales no se habla mucho.

Estos son temas que podemos visibilizar desde la joyería contemporánea y eso me entusiasma.

Por ahora estoy tratando de hablar del papel de la mujer o de lo femenino en el cotidiano, en el hacer doméstico rutinario hasta ritual, porque aunque creamos que avanzamos y estamos en condiciones de más igualdad con el hombre millones de mujeres siguen relegadas y condicionadas en sus casas, se hacen cargo de tareas domésticas de todo tipo más que los hombres; nos falta mucho por hacer, decir y denunciar y creo que la joyería contemporánea es un buen vehículo.

 

“Nos falta mucho por hacer, decir y denunciar y creo que la joyería contemporánea es un buen vehículo.”

 

_¿Qué pretendés de tu futuro como joyera?

_Lo primero que me pregunto como cualquier estudiante de joyería es de qué voy a vivir. Y en este escenario es muy difícil sustentarse; la gran mayoría se sostiene económicamente con otro trabajo, como docente por ejemplo; es poco probable vivir exclusivamente de la joyería durante la primera década de trabajo. Es una cuestión que se escucha mucho en la academia, por ejemplo. Es una pena pero sabemos que son las reglas del juego.

La joyería me encanta y me gustaría que hubiera más gente dedicada a este rubro porque habría más voces, expresiones y desafíos, más variedad que siempre enriquece la discusión  y suma miradas sobre lo que nos pasa. Que se agrande el rubro haría que se amplíe el mercado o al menos eso me gustaría. Muy pocos saben que existe la joyería como disciplina de bellas artes.

 

“Me gustaría que hubiera más gente dedicada a este rubro porque habría más voces, expresiones y desafíos, más variedad que siempre enriquece la discusión y suma miradas sobre lo que nos pasa”.


Respirar, pensar y hacer de cuatro joyeros contemporáneos

Apuntes | Notas

Al usar materiales asumimos una posición política sobre el medioambiente


Entrevista a Castañón, Gadano, Pena y Lescano

Por Delia Alicia Piña

 

Dicen que cuando trabajan en el banco de joyero sucede lo inevitable: respirar, pensar y hacer joyería. Por eso decidieron que estos tres vitales verbos representen su quehacer y así denominan a una muestra de su obra. Se trata de cuatro joyeros que lograron sostener la actividad por décadas, ya que desde sus talleres se fue multiplicando esta actividad.

Jorge Castañón es el maestro pionero y en su Nave comenzó a germinar la semilla de la joyería contemporánea local que se diseminó, entre otros, en los talleres de Fabiana Gadano, Mabel Pena y Graciela Lescano.

Un recorrido que evidencia aprendizajes de técnicas, indagaciones sobre distintas materialidades y búsquedas de voces propias.

Esto se verá a partir de este viernes 8 en «Respirar, pensar y hacer de cuatro joyeros contemporáneos». Se trata de una exposición panorámica con cerca de 130 piezas que van de sus primeras investigaciones a sus trabajos más recientes, e incluye hitos, como piezas premiadas y significativas.

De cómo cambió el uso de materiales, qué buscan expresar y quiénes avanzaron de manera exponencial en la joyería contemporánea argentina.

En sus definiciones y reflexiones, una aproximación a lo que podrá verse hasta el 22 de agosto en el Museo de Arte Popular José Hernández, que incluirá distintas actividades, visitas guiadas, charlas y encuentros, y se darán como parte de las expos presenciales de la III Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea que continúa al replicarse este año.


_¿Cómo surgió «Respirar, pensar, hacer de cuatro joyeros contemporáneos»?

Fabiana Gadano: _El puntapié inicial lo dieron Laura Giusti y Paula Isola del colectivo Joyeros Argentinos, al que pertenecemos, y nos propusieron exponer en este espacio, el Museo de Arte Popular José Hernández, y estamos muy agradecidos.

No es una retrospectiva sino una exposición panorámica. Nos parece un término más representativo, porque implica un panorama más amplio y no da idea de fin de ciclo. Es una muestra del presente hacia atrás y hacia adelante también, de un presente en el que estamos trabajando y en el que nos planteamos qué seguir haciendo de ahora en más.

Jorge Castañón: _Hay una característica de este grupo que es una necesidad imperiosa de cambio y evolución. Ninguno de nosotros se estacionó mucho tiempo en un mismo trabajo ni encontró una metodología en la que se quedó trabado, sino que en cada uno hay una curiosidad que está por delante, siempre se ve un avance y una búsqueda de algo desconocido, con un horizonte que se va corriendo. Y en nuestros trabajos se nota cómo cambia ese objetivo o cómo se tira la piedra más lejos para recogerla e ir más allá.

F. G.: _Somos conscientes de este camino y que los pasos deben ser pequeños para no perder el rastro de lo que fuimos haciendo. Por ejemplo, en lo personal, hice un nuevo trabajo en madera, material que nunca había trabajado, pero aunque lo percibo como algo foráneo ni se cómo relacionarlo con lo que venía haciendo sigo adelante aun teniendo la necesidad de volver a lo que hacía o conocía, porque se trata siempre de ir sumando algo nuevo que obligue a cuestionarnos sobre eso que aparece y así avanzar y crecer.

Graciela Lescano: _Sí, tal cual. Nuestro recorrido es una sumatoria de pasos que se acumulan, que se manifiestan y hacen que la obra sea dinámica, evolucione. Se trata de mostrar una búsqueda, una investigación que en un principio no estuvo definida pero que se fue descubriendo en el hacer. Un camino que venimos transitando, en el que tratamos de no estancarnos ni repetirnos, y que decidimos mostrar.

 

“Hay una característica de este grupo que es una necesidad imperiosa de cambio y evolución… en cada uno hay una curiosidad que está por delante, siempre se ve un avance y una búsqueda de algo desconocido”.

 

_¿Por qué una muestra grupal y por qué uds. cuatro?

F. G.: _Porque somos desde hace tiempo el grupo soporte de Joyeros Argentinos.

G. L.: _Creo que buscaron poner en valor el trabajo consecuente que se hizo por años para hacer crecer la joyería contemporánea. Cada uno de nosotros hemos tenido talleres desde los que intentamos multiplicar la joyería contemporánea.

J. C.: _Mirando hacia atrás, en la historia de la joyería contemporánea argentina, en un principio éramos unos pocos que nos conocíamos y reconocíamos. Tal vez somos una muestra de esos pocos que empezamos a marcar un mojón, a dar una señal de continuidad, que comenzamos a insistir en la joyería contemporánea. Una historia de más de 20 años, cuyos inicios se dieron en espacios poco habitados por joyeros con una concepción más contemporánea, que estábamos en la señalada búsqueda personal. La evolución de las comunicaciones y de internet también hizo posible una mayor llegada de información y de intercambio de conocimientos y expresiones, pero sobre todo está siempre la curiosidad e intención de hacer una joyería distinta a la clásica.

G. L.: _También, insisto, el valor está en haber sido consecuentes, en haber sostenido el trabajo y avanzado a pesar de los pocos que éramos, de las dificultades, de los fracasos, de la escasez de espacios disponibles, en un camino en el que aún tenemos mucho por recorrer.

F. G.: _Jorge es muy generoso al hablar en plural, porque su iniciativa en la joyería contemporánea desde su taller es única y pionera. Es uno de los primerísimos que empezó e impulsó la actividad. Nosotras tres empezamos en La Nave. Y no solo inició sino que también pudo sostenerlo por décadas.

Mabel Pena: _Y además nos brindó un apoyo constante, por ejemplo, recomendándonos a alumnos, es decir, diseminando semillas.

G. L.: Jorge fue pionero en la experimentación de técnicas e investigación de materiales. Y siempre se destacó por enseñar todo lo que sabía, sin secretos, y así formó a generaciones de joyeros contemporáneos.

J. C.: _Recuerdo que en el primer año del taller, en 1990, concurrían tres personas, al siguiente siete y para llegar a 15 pasaron muchos años, con idas y vueltas, altibajos; fueron años arduos, de mucha terquedad y obstinación. Cuando me cuestionaba qué podía ofrecer o compartir de lo aprendido en joyería contemporánea pensaba, tal vez porque la joyería clásica era de hombres, que se acercarían más hombres que mujeres y fue exactamente al revés; las mujeres avanzaron de manera exponencial en la joyería contemporánea argentina. De ahí que ellas tres son mayoría…

“Su iniciativa en la joyería contemporánea y su taller es única y pionera. Es uno de los primerísimos que empezó e impulsó la actividad. Y nosotras tres empezamos y pasamos por La Nave. No solo inició sino que también pudo sostenerlo por décadas”.

Mirada panorámica

 

_¿Qué buscan mostrar en esta panorámica?

F. G.: _Es una muestra que tiene un fin didáctico, siguiendo esta idea de que hay mucho por recorrer, que es una actividad que hace falta difundir y explicar de qué se trata. La intención es mostrar nuestros trabajos e investigaciones que hicimos a lo largo de los años. Es una exposición que busca exhibir cómo ha ido evolucionando y creciendo parte de la joyería contemporánea local, cuáles son sus propuestas, ideas y los cuestionamientos que fueron surgiendo.

 

“La intención es mostrar nuestros trabajos e investigaciones que hicimos a lo largo de los años. Es una exposición que busca exhibir cómo ha ido evolucionando y creciendo parte de la joyería contemporánea local”.

 

_¿Son sus propios curadores o sumaron otras miradas para la edición?

M. P.: _Intentamos pero no pudimos. Discutimos e intercambiamos mucho entre nosotros para definir cómo podían dialogar nuestras obras. Somos cuatro muy disímiles, cada uno con sus “yoes” internos.

J. C.: _Hay mucho recorrido, muchas etapas técnicas, muchas materialidades experimentadas que fueron sucediendo. Tal vez éste es un buen momento para reflexionar. En general, cada materialidad respondía a un pensamiento, a una experiencia, a una idea que pugnaba por manifestarse y expresarse como resultado de una búsqueda personal.

F. G.: _Y también hubo muchas inquietudes en simultáneo, las cuales se advierten en esta expo.

G. L.: _La apertura hacia otras materialidades o el paso del metal a otros se dio también por cuestiones económicas. Fue una necesidad y resultó fantástica.

F. G.: _Sí, pero me pregunto si nuestros rasgos son el resultado de un condicionante económico o responden a una elección por la fuerza expresiva que los materiales permiten.

M. P.: _Ciertamente ese problema resultó una solución, fue una necesidad que nos llevó a cambiar y a incorporar otras materialidades que terminaron por permitir expresarnos muy bien, tal vez, mejor.

G. L.: _Esa es la ventaja de la joyería contemporánea que abre un abanico de posibilidades, y es lo que va a verse en la muestra.

 

“Discutimos e intercambiamos mucho entre nosotros para definir cómo podían dialogar nuestras obras”.

 

_¿Cómo se dio ese pase del metal a otros materiales?

F. G.: _Sí, hubo una transición, pero fue surgiendo -al igual que en otras ciudades del mundo- como parte de un movimiento que tuvo que ver más con lo expresivo o con el potencial que podían ofrecer otras materialidades. Fuimos permeables a esa movida, tratando de establecer nuestros propios discursos, nuestras ideas, señalando qué queríamos contar.

M. P.: _Formamos parte del escenario del arte contemporáneo, y de esa innovación que en un principio se planteó en Europa. Además logramos participar y formarnos en diversos grupos de discusión e investigación, como Cómplices, por ejemplo, en el que comenzó a aparecer la necesidad de elegir otros materiales no convencionales.

F. G.: _Sí, se dio en una búsqueda por romper con la joyería tradicional.

M. P.: _También en esa búsqueda, que ahora exponemos, se ve la necesidad de contar con una bajada más comercial sin perder otra más esencial o expresiva, artística. Muchos nos jugamos por otros materiales.

J. C.: _El valor o el precio de los materiales no creo que haya sido el primer motivo de ese cambio. Con el paso de los años, el crecimiento de cada uno y la evolución en la mesa de trabajo, se fue afianzado y nos fuimos asignando permisos para salir de planteos más ortodoxos y pasar a otros más heterodoxos. Así fuimos pasando de situaciones más formales, que tal vez la joyería clásica tiene implícitas y respeta a rajatabla, a otras más flexibles o permeables a nuevas o diferentes ideas o discursos. Esto sin quitarle mérito alguno a una u otra expresión.

Fuimos tomando o sintiendo esa necesidad de ir corriéndonos de lo clásico o del uso del metal. Esa necesidad fue estética, plástica, comunicacional más que estrictamente técnica o de costos. Y también ambiental, porque entendimos que no estamos solos en el planeta y hay materiales que no son inofensivas; si hubiésemos seguidos los cánones de la joyería tradicional hubiésemos  cometido un grave error político ambiental. Ya, sin duda, cuando hablamos de los materiales que usamos tenemos en cuenta esta posición, porque al usar materiales asumimos una posición política sobre el medioambiente. Hoy uno se pregunta si con lo que está por utilizar genera algún daño o contribuye al mejoramiento del espacio que compartimos.

Al hablar de materiales convencionales, como los metales, sabemos que implican una extracción y su uso que tiene consecuencias. En nuestro quehacer, estos cuestionamientos son cada vez más frecuentes y debemos preguntarnos qué hacemos como habitantes de este planeta, porque no elegimos de manera inocente, es más, debemos elegir de manera más consciente.

M. P.: _Sin duda esta mayor consciencia se ha registrado en el trabajo de los cuatro.

F. G.: _Como joyeros tratamos de ser coherentes entre cómo queremos vivir y crear, y algo de eso va a verse.

“Como joyeros tratamos de ser coherentes entre cómo queremos vivir y crear.”

De materialidades y otras técnicas

 

_¿Por qué eligen cada uno de los materiales a través de los cuales se expresan?

F. G.: _Aunque ahora trabajemos con otros materiales, como plásticos, maderas, textiles o los que sean, el aprendizaje de las técnicas y la construcción de piezas, la búsqueda de los detalles en las terminaciones, el manejo de las herramientas asociadas a nuestros inicios con el metal están incorporados de tal manera que no importa en qué materiales se aplican. Las resoluciones técnicas que implica una pieza de joyería contemporánea están siempre presentes independientemente del material.

M. P.: _De todos modos, como los cuatro empezamos por el metal, en la expo va a haber una mesa metalera, aunque se verá de todo un poco.

 

“El aprendizaje de las técnicas y la construcción de piezas, la búsqueda de los detalles en las terminaciones, el manejo de las herramientas están incorporados de tal manera que no importa en qué materiales se aplican”

 

_¿La muestra es un cruce de trabajos o es una suma de sus individualidades?

F. G.: _Hay puntos de contacto pero se mostrarán trabajos individuales con un eje cronológico ordenador.

M. P.: _Sin duda las piezas estarán en diálogo, no será una puesta individual sino una muestra grupal. Tenemos muchos puntos en común. Hay una línea que, un año antes o después, aparece y evidencia coincidencias en materiales, técnicas, conceptos o expresiones.

 

“En «Respirar, pensar, hacer de cuatro joyeros contemporáneos» se mostrarán trabajos individuales con un eje cronológico ordenador… evidencia coincidencias en materiales, técnicas, conceptos o expresiones”

 

_¿Por qué «Respirar, pensar, hacer…»?

F. G.: _Porque la propuesta está atravesada por un quehacer vital con cuestionamientos que señalan cómo queremos vivir, qué mundo pretendemos, qué ideas queremos transmitir. Nuestra actividad principal es la joyería contemporánea, es nuestra forma de vida, nuestra manera de expresarnos en este momento que nos toca vivir. Se trata de poner temas en la mesa, en evidencia, que se conozca, como el del uso excesivo y contaminante de plásticos, por ejemplo.

«Respirar, pensar, hacer…» tiene que ver con una necesidad de experimentar, de disfrutar de un proceso de transformación del material, sea cual fuere, y esto se da desde un principio cuando trabajábamos con materiales más tradicionales.

J. C.: _El por qué del nombre de la muestra responde a nuestro trabajo cotidiano. Respirar es un acto reflejo que uno no controla y representa lo que no manejamos, como esos actos del alma o del corazón; al sentarnos en el banco de joyero se dibuja esa primera inhalación. Ese respirar habla de lo no previsto, de los sentimientos que uno pone en juego cuando empieza a trabajar.

Pensar viene después e implica preguntas, respuestas, dudas, pensamientos, un cuestionario constante con que uno interpela al corazón, al alma, a la emoción. Pensar es inexorable e innato y sucede cuando uno quiere reflexionar sobre lo que está haciendo.

Y en el hacer uno va construyendo, dándose permisos, habilitados desde el corazón o desde el alma, para sentir, para buscar cómo reflejar esos sentimientos y darles forma, cómo comunicar lo que uno siente o quiere transmitir con lo que está haciendo.

En el banco de trabajo se da la posibilidad de hacer, en una conversación con la materialidad, puede parecer hasta un poco loco, pero los materiales, las cosas que nos rodean, hasta las plantas y los animales hablan, todo habla, a veces no tenemos la capacidad de traducir todos esos lenguajes.

F. G.: _En muchos casos aparece la presentación antes que la representación, y se da al jugar con el material, al tocarlo nos interpela, nos muestra cómo nos estamos vinculando; esto también es pensar. A veces no lo podemos experimentar porque no estamos en frecuencia con esa vibra y en otro momento nos volvemos a cruzar con ese material u objeto y nos llama la atención y logramos crear. En el taller como en la vida a veces lo ves, a veces escuchas, a veces podes hacer; la joyería es una práctica como otras tantas en la vida.

M. P.: _Ese hacer al que aludimos en el nombre de la exposición también es una necesidad, una necesidad interna de querer expresar. Es una experiencia en la que estamos desde hace años, una búsqueda que hoy exhibimos y con la que pretendemos movilizar, contagiar, incentivar, entusiasmar, difundir, interpelar.

“Ese hacer al que aludimos en el nombre de la exposición también es una necesidad, una necesidad interna de querer expresar.”

_¿Eligieron exhibir las piezas que más los representa? 

F. G.: _Mostraremos algo muy afectivo, con trabajos que queremos mucho por diversos motivos, porque nos dio alegría hacerlos, porque nos dieron mucho trabajo y logramos lo que buscamos; hay piezas emblemáticas por haber sido premiadas y trabajos que pensamos que son representativos de nuestro recorrido.

 

“Mostraremos trabajos que queremos mucho porque nos dio alegría hacerlos, porque nos dieron mucho trabajo y logramos lo que buscamos; hay piezas emblemáticas por haber sido premiadas y trabajos representativos.”

 

_Pero muchas obras están es un museo o las tiene alguien que las compró.

J. C.: _Sí eso nos pasa mucho. Es el destino de lo que hacemos, en algún momento estuvo a la venta, fue elegido y se alejó de nosotros. Por eso, la muestra va estar acotada a lo que cada uno tiene, a veces tuvimos la suerte de que la tuviera alguien cercano, otras logramos que las piezas volvieran para este fin y otras tantas no están a mano porque las soltamos.

F. G.: _Eso está bueno también porque se cumple el cometido de llegar al otro.

M. P.: _Sí está buenísimo porque una persona se conmovió con nuestra obra y decide portarla, la lleva como propia. Y así hasta le cumplimos el deseo.

J. C.: _Esta exposición es solo un muestreo que exhibe una evolución, experiencias, experimentaciones, curiosidades, búsquedas.

 

“Esta exposición es solo un muestreo que exhibe una evolución, experiencias, experimentaciones, curiosidades, búsquedas.”

 

Búsquedas propias

 

_¿La muestra exhibe ese proceso en el que se dio esa indagación sobre los materiales y nuevos lenguajes?

F. G.: _Sí claro. Respecto de esos lenguajes que se verán o ese decir a través de una pieza, también se va a ver reflejado que en un momento hubo una necesidad y hasta cierta imposición técnica que suponía decir algo a través de una joya, que había que anudarla a un concepto. Y es cierto que en muchos casos uno se plantea tener una idea y se pregunta cómo contarla, pero en tantos otros, los cuales suelen suceder a la par, simplemente se quiere experimentar y tener la sensibilidad que permite o a que incentiva el material.

G. L.: _También, en relación a los lenguajes que se dieron y dan en la joyería contemporánea, hay uno singular que se establece cuando una pieza está en el cuerpo de otro, y entonces esa joya también habla de sus preferencias del portador y de las intenciones o no de su creador; de esta manera, hay una expresión que se lleva, que se muestra de aquí para allá. Puede que eso que uno pensó al crear una joya sea diferente de lo que interpreta el que la adquiere o lleva, pero en cualquier caso se genera un intercambio enriquecedor, el mismo que seguro puede verse en una exposición.

J. C.: _Hay una clara complicidad con el usuario o espectador. Como en cualquier estamento del arte, alguien para tener el deseo de llevar algo tiene que hacerse cómplice con el hacedor. Cuando se crea o se hace joyería contemporánea, se imagina a un receptor que tal vez entra en sintonía con lo que uno sintió. Como joyero o hacedor de objetos portables, deseo que la persona que los lleve se sienta identificada, sensibilizada con la pieza y tenga deseos de usarla y hasta, tal vez, luego elija la ropa que se va a poner para llevar o al salir a exhibir esa pieza.

M. P.: _Sí, siempre hacemos eso. Una joya contemporánea nos da información y dispara la curiosidad de quien la lleva, que suele ser gente con cierta personalidad y audacia que interpreta o reinterpreta un lenguaje que vamos construyendo con perseverancia; el haber podido resistir o insistir en la joyería contemporánea deriva en muestras panorámicas como la que proponemos.

“En muchos casos uno se plantea tener una idea y se pregunta cómo contarla, pero en tantos otros, los cuales suelen suceder a la par, simplemente se quiere experimentar y tener la sensibilidad que permite o a que incentiva el material.”

_¿Cómo describirían la voz de cada uno, a propósito de esta oportunidad de poder levantarla?

J. C.: _Me atrevo a levantar la voz en nombre de todos. Hacemos lo que es inexorable que hagamos. Para nosotros cuatro no hay manera de eludir el hacer joyería contemporánea. Creo que ninguno ya a esta altura podría hacer otra cosa. Por eso, cuando trabajamos en el banco de joyero sucede eso inevitable: respirar, pensar y hacer joyería. Como bien decía Mabel forma parte de una necesidad vital. O como explicaba Graciela implica ese hacer desde las entrañas de manera intuitiva. Uno saca cosas de adentro, son impulsos entrañables que adoptan formas no planeadas, que forman parte de ese permiso que fuimos tramitando a lo largo de estos años, permiso de sentir y de darle forma a ese sentir sin miedo al juicio, opinión o a la mirada ajena; ahora nos manejamos con más libertad. La joyería que hacemos le da forma a esos impulsos entrañables, le da forma al sentimiento.

F. G.: _Cierto. También hay rasgos característicos de cada uno de nosotros. Jorge con su trabajo de desgarrar la madera con sus vetas que muestran texturas y colores deteniéndose en ese disfrute; esas formas intestinas o aleatorias de los tejidos mantra de Graciela; o la minuciosidad resultado de la observación de la naturaleza con el recupero de materiales de Mabel, y mi juego permanente entre el mecanismo, la técnica y la transformación del material, como pet, que también me permite disfrutar de la expresión. Desde el grupo pudimos ver estos rasgos, ponerlos en valor y cruzarlos.

M. P.: _La transformación de los materiales es una constante y, en particular, entre nosotros es un desafío diario y una pasión.

 

“Para nosotros cuatro no hay manera de eludir el hacer joyería contemporánea. Por eso, cuando trabajamos en el banco de joyero sucede eso inevitable: respirar, pensar y hacer joyería.”

 

Hitos joyeros

 

_¿Muchas de las piezas elegidas marcan hitos en el trabajo de cada uno?

J. C.: _Hay algunas piezas bisagra, como mi primera pieza de madera que marcó un antes y un después en mi trabajo. Cuando fue la expo «En el país de las maravillas» mostré todas piezas de metal pero días antes de la inauguración sentí que faltaba algo y advertí que no podía ser de metal así surgió «Las madrigueras», una pieza que se verá en la muestra; lo más significativo fue lo que sucedió después: cuando volví al taller, tenía trabajos a medio hacer pero comencé a no reconocer esa materialidad con la que hasta entonces me identificaba y sentí que algo había cambiado en mí, en mi trabajo y en el taller, tanto que volver al metal me resultó imposible, no me fue posible seguir haciendo lo que venía haciendo; comencé a buscar y la madera se me aparecía; así empecé un experimento con la madera que ya no tiene fin.

G. L.: _Mi pieza clave es «De norte a sur», fue hecha para la exposición «Lazos de la tierra» Argentina Brasil 2006-2007 que se vio en la Universidad de Palermo y en Casa Curutchet, Colegio de Arquitectos en La Plata, en plata 925, hilo de chaguar

Con las técnicas de construcción y tejido. Fue la primera pieza en la que logré fusionar la joyería contemporánea con el tejido. En ese momento fue con chaguar, material tradicional de la cultura wichi, aborígenes del norte argentino. La elección del material fue un punto de partida y está relacionado con mi lugar de nacimiento, Salta.

El tejido es parte de mi vida, expresa mi historia y disfruto mucho de tejer. Aprendí a tejer antes de aprender a leer y escribir. Esta pieza fue el comienzo de una etapa de mi trabajo que sigue presente y es mi manera de expresar mis intereses estéticos y dar testimonio de la cultura de un pueblo originario.

F. G.: _El broche «Naturaleza muerta» es mi pieza bisagra. Es una de las primeras en las que trabajé con plástico PET. Tiene la terminación original, brillosa del plástico de las botellas. Fue de mis primeras experimentaciones en la construcción de volúmenes con formas orgánicas, transparentes y onduladas. También el broche-collar «Las mil fuentes del Benaco», otra significativa experimentación con PET, esta vez buscando el volumen a través de planos de corte geométrico. También juego con las transparencias, pero en esta etapa trabajaba el material con la intención de transformarlo hacia la opacidad o al satinado en lugar del brillo.

“Esta última pieza ganó Mención en Fondazione Cominelli 2018, en la convocatoria «Una joya para el lago» (refiere al lago de Garda), jurada entre otres, por una prestigiosa coleccionista de USA que se llama Helen Drutt English. Trabajé sobre un canto de la Divina Comedia que habla sobre el lago de Garda, en aquel tiempo llamado Benaco”.

M. P.: _Mi emblema es «Amazonia» porque en ella pude incorporar nuevos materiales a partir de la vivencia de un viaje al Amazonas, donde recolecté diversas semillas y otros elementos naturales, además de incorporar fotos propias que expresan mis estados de ánimo o contemplaciones del paisaje, como animales, gotas de rocío, el follaje y principalmente la exuberancia de la Amazonia. A partir de entonces, en 2007, seguí con la plata pero mixturé con diversas técnicas que me permitieron incorporar materiales no convencionales.