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Entrevista a Vania Ruiz

Apuntes | Notas

Lo femenino hoy resuena en la región por las condiciones en las que está la mujer latina


Entrevista a Vania Ruiz

Por Delia Alicia Piña

 

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La situación de la mujer latina, “invisibilizada, menospreciada y hasta violentada” es el tema en el que se enfocó la artista chilena Vania Ruiz con su broche «Chauchera rota», y lo hizo a través de la representación simbólica de la vagina. Con esta pieza contemporánea volvió a ganar el concurso principal de la Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea, «Abran Cancha».

Es una arquitecta que prefirió hacer cosas manuales por gusto, y desde hace once años crea piezas de joyería contemporánea que resignifican lo doméstico y popular. Dice que busca recuperar e identificarse con el conocimiento ancestral a través de la joyería. Y define lo suyo con el color, las líneas orgánicas y barrocas.

Desde su taller en Viña del Mar cuenta por qué hoy elige expresarse mediante el ensamblaje y la reparación de objetos encontrados, y qué tiene su trabajo que logra captar la atención y destacarse. Su obra artística, su marca Casa Kiro, sus ideas y proyectos.


_Pasaste de la arquitectura a la joyería, ¿por qué?

_Siempre me gustó hacer con las manos, buscaba e inventaba cosas para hacer. Cuando entré a estudiar Arquitectura dejé de hacer cosas por gusto, sólo hacía lo que me pedían para la facultad, y cuando comencé a trabajar en un estudio implicaba estar mucho en la computadora. Me estaba haciendo falta hacer cosas con las manos; una colega se metió a clases de joyería y me invitó a participar de ese grupo de cuatro arquitectas, me interesó y comencé a ir.

Además, a mi mamá le encantan las joyas, me gustaba hacerle regalos, porque en realidad yo no usaba muchas joyas. Buscaba y encontraba que lo que había era muy aburrido.

Mi profe, la orfebre Carola Méndez, había aprendido a usar resina y le pedí que me enseñara, me encantó, me compré materiales y empecé a hacer pruebas. Sabía un poco de todo, me instalé en la mesa de mi comedor y de a poco ese material, o su olor, más bien, se apoderó de toda la casa y hasta de mi vida. Coincidió con la crisis de 2009 y el cierre de la empresa donde trabajaba como arquitecta, naturalmente tuve más tiempo y me puse a hacer joyas.

Arranqué a hacer piezas con el alga cochayuyo, esa que se usa en un plato tradicional de los pueblos originarios que muchos miran mal; ya no se no usa tanto y se acumula en las playas. La tenía y no me gustaba comerla, entonces la intervenía con resina. Se veía muy bien porque al cortarla quedan unas burbujas que se vuelven de un dorado iridiscente muy lindo.

En ese momento, justo empecé otro trabajo de arquitectura, el cual coincidió con que le envíe unas fotos de esas nuevas piezas a una amiga periodista que las publicó y la repercusión fue muy grande. Por eso, decidí darle una oportunidad más en serio a esta propuesta, dejé ese empleo y desde entonces me dediqué a la joyería. Ya pasaron once años.

 

“Decidí darle una oportunidad más en serio a esta propuesta y desde entonces me dediqué a la joyería”.

 

_¿Trabajás con un equipo?

_Sí, con un equipo de tres. Trabajo con una ayudante desde hace nueve años, ahora a la distancia debido a la pandemia, cada una hace lo suyo desde su casa, con los permisos vamos intercambiando herramientas, materiales y piezas por terminar. Cuento con otra ayudante que también vive en Valparaíso; ambas hacen postas y nos reunimos en la medida de las condiciones posibles; así funcionamos en este tiempo tan difícil. De la misma manera, me manejo con las piezas o terminaciones en plata, que van a un taller a Santiago. Aprendimos a trabajar a la distancia. También me ocupo de la venta online, que me obligó a incursionar en el e-commerce, lo cual reemplazó al showroom y a las tiendas en las que presentaba mis trabajos. Hago de todo, de la contabilidad, el packaging, los envíos a otros más específicos de joyería, claro. Y no me da el tiempo para más, por eso a veces el estrés… Es complicado parar, me siento y soy responsable del equipo.

 

Joyas coloridas y orgánicas

 

_¿Cómo definís las joyas que hacés?

_Tienen algo de alegría, no todas son tan coloridas porque las hay más oscuras, pero en general el color se destaca, así como las formas orgánicas de la naturaleza. De mí no salen líneas geométricas, puede que me gusten pero no soy capaz de hacerlas. Admiro a quienes consiguen realizar una pieza que repiten y con la sumatoria arman un volumen. Yo tiendo a no hacerlo porque prefiero enfocarme en una. Naturalmente hago una pieza no una suma de muchas o un fractal.

Además de lo físico de mis piezas o sus características, mi trabajo transcurre en dos mundos: el de mi marca, Casa Kiro, y el más artístico, los cuales a veces se topan pero corren por líneas independientes.

En este tiempo de pandemia, le di prioridad a mi trabajo más comercial para poder subsistir con mi equipo y tuve que relegar mi desarrollo más artístico. En este último se manifiesta una historia que voy contando a través de distintos trabajos que siempre hablan del mundo femenino. Esto puede ser porque mi familia es muy pequeña y es más de mujeres que de hombres; tiene una presencia femenina muy fuerte; o porque fui criada de una manera muy libre, bastante feminista aunque sin intención, y crecí con tanta libertad que me cuesta hacer cosas que a muchas mujeres les sale naturalmente, nunca me sentí identificada con lo que se cree el hacer de mujer ni con mi género; entonces es como que lo miro desde afuera, me resulta interesante investigar estos temas. Mi manera de ser femenina, mi modo de feminismo no es tanto por el reclamo por la igualdad de oportunidades, sino más bien un llamado a conocer nuestro poder como mujeres que siempre se invisibiliza y menosprecia. Pero ese poder es el que mantiene la civilización viva, es el poder de dar afecto y esperanza frente a lo que viene; poderes que ni yo misma acabo de entender, pero que lo voy descubriendo a través de la joyería.

 

“Mi trabajo transcurre en dos mundos: el de mi marca, Casa Kiro, y el más artístico, los cuales a veces se topan pero corren por líneas independientes”.

“En mi obra artística, se destaca el color, así como las formas orgánicas de la naturaleza. Se manifiesta una historia que voy contando a través de distintos trabajos que siempre hablan del mundo femenino”.

_¿Por eso te referís tanto a lo femenino y desde la cultura popular?

_Mi familia es de origen humilde y me encanta. Me refiero a ese conocimiento genuino, ancestral, popular, vital, con los saberes cotidianos del hacer, por ejemplo, remedios caseros, o reparar cosas, cultivar, o los trabajos manuales como los que hacían mis abuelas, pero que son indistintos de lo que se cree de tal o cual género.

En ese salto desde lo rural que se dio en mi familia, ya que mis padres fueron los primeros universitarios, se perdió ese conocimiento. Mi mamá conservó menos y yo mucho menos porque no vivíamos tan cerca de mis abuelas. Se fue perdiendo esa transmisión, se cortó ese hilo, por eso me interesa recuperarlo e ir identificándome cada vez más con mi historia a través de la joyería. Por eso, realizo pequeños homenajes con relatos que me conmueven, que son significativas para mí.

 

“Se fue perdiendo la transmisión del conocimiento ancestral, popular, con los saberes cotidianos del hacer o los trabajos manuales, por eso me interesa recuperarlo e ir identificándome cada vez más con mi historia y trabajo joyero”.

 

_Variás de materiales: el alga hierba marina, caucho, acrílico, resina sobre tela, resina y elementos encontrados, ¿qué otros y por qué hacés esa selección?

_Sí, experimenté bastante con el coyayuyo, que es un alga parda,​ comestible, rica en yodo, que habita en las costas de Chile y otros  mares subantárticos. También, con cobre, caucho, acrílico, elementos varios y la gran protagonista: la resina.

Cuando hago trabajos artísticos, los materiales son muy diferentes unos de otros, en cada serie puede que aparezcan elementos distintos porque tienen que ver con un relato que se da en una línea de tiempo.

Siempre se trata de una historia hilada con cosas que parecen similares, en función de lo que me interesa, que suelen ser los mismos temas, relacionados con lo femenino, como dije. Y los materiales y técnicas varían, lo que se mantiene es el hilo conductor de la historia.

 

“Cuando hago trabajos artísticos, los materiales son muy diferentes unos de otros, en cada serie puede que aparezcan elementos distintos porque tienen que ver con un relato… lo que se mantiene es el hilo conductor de la historia”.

 

_¿Sumás plata en las estructuras de las piezas o también otro metal?

_Sí, sólo uso plata para las estructuras de las piezas, pero no trabajo mucho con el metal.

 

Con la resina como protagonista

 

_¿La resina es para resguardar esos elementos encontrados o no siempre?

_La resina es mi material favorito, el que más uso, con el que me siento cómoda para crear y me gusta probar y descubrir que puedo representar lo que quiero. Ese polímero es un material contenedor que reacciona, es transparente, puede parecerse al acrílico y siempre acompaña a otros elementos generalmente orgánicos. En su estado líquido, en el inicio del proceso, me permite poner color, introducir otros materiales, pintar en capas, etc. Como lo uso tanto, cada vez puedo innovar más, probar, desarrollar, hacer lo que quiera.

Hay cosas de esos materiales que pasan, facilitan o forman parte de mi joyería más artística. En «Protección materna», por ejemplo, usé caucho silicona para una pieza que aludía la devoción latinoamericana de la figura de la Virgen, la figura femenina por sobre la masculina. Así, el caucho pasó de molde, como negativo, a material o parte constitutiva de la pieza, como el positivo, porque el relato me lo pedía.

En «Las Nuevas Vecinas», usé uñas acrílicas, con telas sintéticas en resina, esmaltes, hilo y algo de plata y acero para la estructura. Una reflexión de los modos de expresión de la femineidad latina, esa que se da entre nosotras y las nuevas vecinas inmigrantes.

 

“Ese polímero es un material contenedor que reacciona, es transparente, puede parecerse al acrílico y siempre acompaña a otros elementos generalmente orgánicos”.

“La resina es mi material favorito, el que más uso, con el que me siento cómoda para crear y me gusta probar y descubrir que puedo representar lo que quiero.”

_¿También usaste ingredientes de la cocina mapuche y cultivos del campo chileno, ¿cuáles? ¿Por qué y para qué??

_Sí, más en mis primeras colecciones, como «Micropaisajes», en 2010. Hacía pequeños paisajes, para los que usaba elementos del entorno o la cultura local, como ramas de curahuilla, una gramínea que generalmente termina en escobas, pero que sin secar tiene unas semillas muy bonitas que en conjunto me recordaban al pastizal de la zona de campo donde vivía mi abuela y jugaba de pequeña. Los paisajes que realizaba eran siempre evocativos de momentos de la infancia o familiares.

Otros elementos, fueron el pasto de hinojo de los humedales del Sur y generaba un paisaje con la neblina de Valdivia, tal como los recordaba. Y el merquén, un aliño típico y originario de los pueblos mapuches que se prepara moliendo ají rojo, lo usaba para espolvorear y dar color a mis paisajes del desierto, a los que sumaba elementos de mercaditos y ferias de esa zona.

Casi todo lo busco y descubro en los mercados y las ferias de los pueblos, esos bien autóctonos, de frutas y verduras, también de artesanías, las llamadas ferias de pulgas y de antigüedades. En general, las ferias me alegran el día, me permiten conocer cómo es la gente del lugar, por eso si viajo a una ciudad busco ir a sus mercados y ferias habituales, y en ellas siempre encuentro cosas interesantes.

Me gusta cachurear (buscar y revolver en lugares donde hay cosas en desuso, alimentos para consumir u objetos que pueden ser reutilizados). Las que más me gustan son las de Valparaíso y Quilpué, muy recomendables.

 

“Casi todo lo busco y descubro en los mercados y las ferias de los pueblos”

 

Poner en valor

 

_Te escuché decir que te gusta tomar elementos subvalorados, ¿te referías a estos últimos?¿Por qué creés que se los considera con poco interés y qué buscás con ellos?

_Sí, me refiero a esos ingredientes, o a la maleza o a ese alga que era mirada con desprecio. Ese tipo de cosas despiertan mi curiosidad, me interesa tomar esas que parecen no poder ser y hacer algo bonito, y que sorprendan por su simpleza, que provoquen decir “nunca me hubiese imaginado que se podía convertir en una joya”.

También, cuando paso revista a los adornos o flores artificiales que son vistos como kitsch me agrada ver algo de valor en ellos. Y me refiero no solo el material sino cosas que al final son parte de nuestra cultura e identidad y que hemos subvalorado por mucho tiempo. Es que en nuestro afán por parecer lo que no somos las descartamos, somos crueles hasta con nuestras costumbres más cercanas y reales, con nuestras maneras de ser, nos castigamos y hasta nos avergonzamos. Nuestra cultura no es tan minimalista como barroca, es cachulera, de jaula donde metemos.

Lo genuino, lo que nos define, lo encuentro en las casas más populares, donde la gente es como es y no pretende ser de otra manera; me remite mucho a mi abuela y a la estética de entonces; la cual hoy no se aprecia, pero que se reemplaza con una estética ajena, de afuera, que tenemos que mirar en una revista porque no la tenemos internalizada. La resignificación de esos elementos que nos son propios es lo que quiero mostrar.

 

“Ese tipo de cosas (los elementos descartados o subvalorados) despiertan mi curiosidad, me interesa tomar esas que parecen no poder ser y hacer algo bonito… La resignificación de esos elementos que nos son propios es lo que quiero mostrar.”

 

_Tiene que ver con historias cotidianas, costumbres populares, paisajes locales.

_Sí, y creo que esta cultura se hace más evidente en mi trabajo artístico. El color y los materiales se ponen más de manifiesto en Casa Kiro, aunque se influencian y entremezclan, claro, porque soy la misma persona que los hace. Pero en lo artístico tengo más libertad, no estoy condicionada por las exigencias, demandas o pretensiones del mercado que siempre pide cantidad. En Kiro hago piezas únicas, pero tienen un lenguaje en común con otras de la serie, hechas de la misma manera o con los mismos materiales, en las que prima el diseño, los costos y otras variables que implican tomar otras decisiones comerciales o de logística.

“El color y los materiales se ponen más de manifiesto en Casa Kiro, aunque se influencian y entremezclan, claro, porque soy la misma persona que los hace.”

_¿Qué significa Kiro?

_Kiro es el sobrenombre de mi pareja. Casa Kiro porque es donde viven los “kiros”. Es un nombre que nace en el corazón de nuestra casa; la Casa de Los Kiros, de ahí el nombre.

 

_¿Escuché cómo el cuadro anónimo y barroco del siglo XVIII «La Virgen del cerro» resultó un disparador para vos, ¿también hacés tu propio sincretismo?

_Sí, en el sentido de conjuntar y armonizar para hacer evidente algunas cosas; las presento y represento, no de manera literal sino velada, son cosas que integro o mixturo.

 

Sincretismo joyero

 

Por ejemplo, como mencionaba, me llamaron la atención y me interesé en las flores artificiales que veía en las casas cuando era chica y decidí detenerme y explorar en ese hábito popular, pero no lo repetí tal cual sino que cree otro objeto que parezca otra cosa distinta. Veía en ese gesto de decorar la intención de convertir un espacio en un hogar, una declaración de amor que creo que en esencia es femenina.

Así surgió «Fauna doméstica», una serie de flores que realicé durante mi embarazo y que incluyó la pieza «Las nuevas vecinas» con la que gané el concurso de la II Bienal latina de un ámbito doméstico introvertido a otro urbano extrovertido protagonizado por  creaturas exóticas.

También, me interesaron las fundas excesivamente decoradas que hacía mi abuela para proteger sus electrodomésticos que entonces se consideraban como pequeños lujos. Es que veía en esa decoración popular un poder invisible y a partir de esto nació «Amor doméstico», que materializó ese cuidado y amor protector a través de piezas hechas con caucho. Es decir, encontré en ese lenguaje de las fundas algo nuevo para decir.

Con el mismo material realicé «Protección materna» con la que obtuve el segundo premio de la I Bienal, aludía a la violencia de la conquista y a la imagen de la Virgen y la relacioné con la vagina protectora y creadora, a la madre como refugio de protección.

Siempre, en mis trabajos, se da una indagación conceptual que está acompañada de una exploración material, a veces con más o menos tiempo o con más o menos piezas. Es que en el trabajo artístico, la investigación lleva mucho tiempo y, a veces, la capacidad de ejecutar piezas finales es poca porque divido mi tiempo en mis dos trabajos. Decidí vivir entre medio de estos dos mundos.

 

“En mis trabajos, se da una indagación conceptual que está acompañada de una exploración material… Es que en el trabajo artístico, la investigación lleva mucho tiempo y, a veces, la capacidad de ejecutar piezas finales es poca.”

 

_¿Preferís lo barroco a lo minimalista?

_Sí, no podría ser de otra manera; yo soy así. Admiro a quienes pueden hacer piezas mínimas o despojadas, más bien; me encanta pero no me siento identificada con esa expresión. Si puedo acercarme a eso, en cierto modo, porque suelo tener muchas ideas en la cabeza y tengo que estar limpiando, dejando, soltando, reduciendo. Con el tiempo, aprendí a hacerlo, pero reconozco que la tentación de poner muchas ideas en una misma pieza es grande. No obstante, esto lo uso a mi favor; cuando hice esa serie de flores de tela sintética con resina me permití llenarlas de colores y volúmenes. No soy nada minimalista, sino que me dejo ser como soy, como quiero ser y expresarme.

 

“La tentación de poner muchas ideas en una pieza es muy grande.”

 

_De «Like a virgin» a «Chauchera rota» la vagina es un tema recurrente, ¿por qué?

_Cuando estaba desarrollando un trabajo sobre erotismo para la exposición «JoyEROS» hice impresiones de mi vagina y advertí que se parecía demasiado a la silueta de la Virgen con el manto. Pensé que era una asociación universal porque no creí haber sido la única que lo vio y lo corroboré al investigar que en tiempos ancestrales el arquetipo de la vagina era considerado un símbolo divino, de poder, que luego fue apropiado y relegado al servicio del padre e hijo.

Qué me mueve a que el tema sea recurrente… creo que es como una travesura. Me causa como esa dicha de niña haciendo una travesura y provocando al espectador. Hay veces que la gente se ha enojado, sobre todo los muy católicos, sienten que la comparación con la Virgen es ofensiva. En Polonia, por ejemplo, no quisieron poner una de mis piezas en una exposición de Joya Brava. Pero no intenta ser ofensivo, por supuesto, sí provocador.

Hay que dejar de tener vergüenza, hay que romper algunos tabúes y mitos, porque de alguna manera la vergüenza es una forma de control, sobre todo, usada con las mujeres; entonces, ser una sinvergüenza es una forma de resistencia. Hay que aceptarse como se es y reírse un poco de eso, no estar pendiente de lo que hace o dice el otro, sino aceptar cómo se expresa y manifiesta. Esto es parte de la libertad con que crecí, fui como bastante emancipada.

Y ese feminismo no intencionado, incluye el estar igual a igual con el hombre, compartiendo todo. Comparto con quien yo puedo ser quien quiero ser. Lo mío no pasa por el reclamo o el escándalo sino en mostrar naturalmente quién soy. Y esta bueno hacer visible situaciones no por experiencia o cuestiones personales.

 

“Hay que dejar de tener vergüenza, hay que romper algunos tabúes y mitos, porque de alguna manera la vergüenza es una forma de control, sobre todo, usada con las mujeres”

 

Entre la protección y el poder

 

_En «Protección materna» y «Fauna doméstica», hablás especialmente de protección frente a la violencia y del poder de la transformación o la puesta en valor, un tema que retomás o seguís con «Chauchera rota».

_Creo que la protección y el cuidado son importantes, nos definen en esencia. Admiro mucho a quienes protegen, a esas mujeres protectoras y cálidas. A veces en el afán de buscar la igualdad de condiciones le hemos quitado valor a esas virtudes. Tratamos de escapar de ese estereotipo porque nos han hecho pensar que solo tenemos que estar en casa, que no tenemos que opinar, que tenemos que quedarnos a cuidar a mamá o a los hijos o a los hijos ajenos… Y al escapar se puede perder esa cualidad de protección materna, de cuidado, pero alguien tiene que cuidar y es muy importante hacerlo; hay que enseñarles a los varones a hacerlo, no dejemos de hacerlo por  tener las mismas oportunidades que ellos.

Creo que las labores de cuidado deberían ser más valoradas por la humanidad porque si desaparecen, desaparecemos todos. Si no hay afecto, protección, sino existe ese amor maternal y paternal, ese que es más entregado o que implica una gran entrega, dejamos de existir; o sí logramos subsistir sin no hay amor en la sociedad, crecerá más el desamparo, la soledad, el abandono, hay hijos que no se quieren y eso es terriblemente triste.

Durante mi vida no creo haberme sentido en desventaja por ser mujer. Es más, varias veces tuve ventajas competitivas por serlo. Mi modo de ejercer el feminismo no es tanto para reclamar por la igualdad de oportunidades sino más bien un llamado a conocer nuestro poder como mujeres, que siempre se ha invisibilizado y menospreciado. Y es el poder de mantener las civilizaciones vivas, el de dar afecto y esperanza frente a lo que venga. Poderes que ni yo misma acabo de entender,  pero que voy descubriendo a través de la joyería.

“Mi modo de ejercer el feminismo es un llamado a conocer nuestro poder como mujeres, que siempre se ha invisibilizado y menospreciado. Poder que voy descubriendo a través de la joyería.”

_¿La situación de violencia o conflicto en Chile es algo que también querés reflejar?

_Ciertamente, gran parte de la desprotección a la que uno puede estar enfrentado tiene que ver con las leyes que nos amparan o no nos defienden, con las políticas públicas, con los derechos básicos, con la educación, de los que muchos son dejados de lado; que muchas veces es visto con una mirada reduccionista y cortoplacista, en la que impera la emergencia y se priorizan otros problemas urgentes. No se nos enseña a ser mejor persona, reflexivos o creativos sobre todo para enfrentar los desafíos a futuro. Muchas mujeres la están pasando mal, tuvieron que renunciar a sus sueños y proyectos o se recargaron de tareas haciendo mucho más de lo que hacían y no dan más. Sí, estoy pensando, elucubrando sobre ese tema que nos atraviesa.

 

_¿Cómo surgió «Chauchera rota»?

_Hace unos meses empecé a hacer ensamblajes con objetos encontrados y piezas propias, como un monedero de bronce antiguo y roto que había comprado en la feria de pulgas de Valparaíso, que había quedado por 20 años en la casa de mi madre y reapareció al ordenar en la pandemia. De tanto manipularlo al intentar repararlo apareció como un colgajo y no pude evitar volver a hacer la relación con la vagina, a la que en Chile se le dice chauchera.

La asociación de este monedero que muestra esa chauchera rota traída de Alemania a Valparaíso, una ciudad hoy empobrecida y violentada, me habló de la fragilidad de nuestro devenir, de sueños rotos, desempleos, renuncias, dependencia económica, violencia social y otras lecturas que cada uno que lo ve puede hacer, pero que remite a mujeres que siempre llevan la peor parte.

Era un monedero muy particular, cerrado como una carterita, tenía un volado que también generaba una forma y le daba una caída especial que hasta obligaba a relacionarlo con la chauchera. Sin ese volado en alambre de bronce muy frágil que lo definía, tal vez no hubiese nacida la pieza; creo que de alguna manera me llamó, me habló… así como era, tenía una energía que de alguna manera me permitió reconvertirlo en joya.

Reparé sus uniones, la intervine muy sutilmente con las mismas argollas de la malla, para fijar algunos puntos, creando un manto sugerente, agregué una base de acrílico en forma de boca gritando, porque cuando lo trabajaba me aparecía la palabra hambre, y le puse también un mecanismo de bronce para broche que la mantienen abierta. Por esto el texto que la acompaña reza: “La miseria siempre es más violenta si se tiene vagina.

 

“Hace unos meses, empecé a hacer ensamblajes con objetos encontrados y piezas propias”.

 

Chauchera rota

 

_¿Esta pieza ganadora que la hiciste durante la pandemia te condicionó el aislamiento?

_No tanto en la vida cotidiana porque con mi pareja siempre nos repartimos muy bien las tareas comunes. Sí, como dije, tuve que relegar mi trabajo artístico por el de mi marca para subsistir junto con mi equipo, y nunca paré, desde hace años porque dependo de lo que trabaje. Soy muy trabajólica. A pesar de todo, conseguí destacarme, pero más allá de la evaluación pude manifestar mucho de lo que tenía guardado; creo que terminó siendo un reclamo muy fuerte.

 

_¿Qué refleja el color de tu personalidad?

_Mucho. Me siento muy cómoda con el color. Será porque fui a clases de pintura con sólo 4 años, cuando aprendí óleo y pintura con acrílico Me gustaba mucho, fue muy divertido, jugaba con el color, con el círculo cromático, probando colores. Desde muy chica conocí e hice propio el color. Cuando lo incorporás de niña y te gusta, te genera sensaciones gratas y te hace feliz, cuando sos  grande lo tenés de manera natural. Siempre vi a mi familia hacer cosas manuales entonces hago cosas manuales con facilidad y placer. El color me sale naturalmente, no lo pienso; más bien me cuesta hacer cosas sin color. Lo monocromático es difícil para mí..

 

“Desde muy chica conocí e hice propio el color. Me sale naturalmente, no lo pienso; más bien me cuesta hacer cosas sin color”.

 

_¿De qué manera buscás materializar lo deméstico que definís como «poderoso e invisible»

_De todas posibles. Lo he hecho de varias maneras, con lenguajes y materiales diversos. La manera nunca la sé de antemano y puede ser muy diferente en un caso u otro. Para mí lo más importante es la epifanía, el momento en que se me revela y descubro el mejor cómo y por qué, entonces me doy cuenta de lo interesante, a qué me remite, empiezo a reflexionar, indagar, elucubrar… Cuando encuentro el material que me da para seguir esas hipótesis de la vida, que me ayudan a entenderme y a entender el mundo, entonces estoy frente a algo en lo que quiero meterme.

“Cuando encuentro el material que me da para seguir esas hipótesis de la vida, que me ayudan a entenderme y a entender el mundo, entonces estoy frente a algo en lo que quiero meterme.”

_En tu relato de «Chauchera rota» advertí que no tenías prevista esta obra, ¿se puso en juego la improvisación y la confianza o la visión de qué es posible? ¿Estas son actitudes constantes en vos?

_Sí, es verdad son una constante… Logré ver el potencial de ese objeto y siempre trato de emprender un trabajo con confianza. Como dije, ya había empezado a trabajar en el ensamblaje de piezas, de manera que cuando llego a mis manos no dudé en trabajarlo, incluirlo o reconvertirlo en una pieza de joyería contemporánea, en un broche; cayó en el momento justo, lo consideré de inmediato; me puse a jugar e indagar, aunque me pareció que mi asociación era obvia, y la ejecución tardó en concretarse. De todos modos, la mirada y evaluación del jurado me sorprendió gratamente

 

Destacada

 

_¿Qué tiene tu trabajo que logra captar la atención y destacarse?

_Sí, ahora me lo pregunto… La estética de las flores con la que gané la vez anterior fue también elegida en el circuito internacional, con requerimiento de coleccionistas incluido, no así la serie que realicé con caucho, que no tuvo tanto impacto y que a mí me encanta y significa muchísimo. Es curioso que en Latinoamérica haya tanta identificación con algunas piezas, puede ser por lo que simbolizan acá y en otros lados no. Creo que tiene que ver con el significado que nos resuena, que llega, que resulta conocido, supongo, que a lo mejor más allá no interesa o ya pasaron por eso o no les interesa hablar, no sé…

También puede ser porque lo femenino hoy resuena mucho, por las condiciones en las que está la mujer en la región, lo cual genera identificación; y ciertamente yo estoy más en sintonía con esta temática.

Creo que, además, hay algo bien honesto en mi trabajo y se advierte la coherencia entre mis distintos trabajos a lo largo de mi recorrido, y logro que se transmita a través de historias que conmueven, como las de las madres latinoamericanas que tienen una manera de ser muy distinta a las de otras regiones.

 

“Hay algo bien honesto en mi trabajo y se advierte la coherencia entre mis distintos trabajos a lo largo de mi recorrido, y logro que se transmita a través de historias que conmueven”.

 

_El nombre de tu hija de alguna manera surgió del trabajo joyero que hiciste durante tu embarazo.

_Sí. Yo no sabía que en el embarazo se liberaba tanta energía creativa, me sentí muy bien, muy feliz. Aproveché esa hermosa etapa de mi vida. Y los trabajos que he hecho entonces son algunos de los que más me han gustado. Muchos me decían que las cosas que yo hacía tenían que ver con el mar y más le di un carácter de creaturas marinas a mis piezas. Entonces pensaba qué nombre le pondría a mi hija y como coincidía en que todo lo que hacía se relacionaba con el mar, surgió Marina.

 

_¿Seguís haciendo piezas marinas?

_Seguí con algunas de esas piezas para el Museo de Arte y Diseño de Nueva York, luego de haber formado parte en 2019 de MAD About Jewelry, ex LOOT, y el año pasado participé de manera virtual. Podría seguir con esta colección por siempre, me encanta, pero me llevan mucho tiempo, son caras y me cuesta compaginar con la producción de Casa Kiro, entonces por eso ahora están un poco relegadas. Es una propuesta que va saliendo y nunca sé para dónde disparará o cómo va a terminar, me sorprende y eso está bueno.

 

“Es una propuesta que va saliendo y nunca sé para dónde disparará o cómo va a terminar, me sorprende y eso está bueno”.

 

_¿Qué sigue después de «Chauchera rota»?

_No sé, tengo una idea vaga de seguir en esta línea de trabajar con el ensamble de objetos; si me encuentro con la pieza adecuada, tal vez… Es una idea que me viene del año pasado, que tiene que ver con el estallido social…

También estuve explorando en el bordado, a propósito del hacer doméstico y quería conectarlo con mi mamá que le encanta el bordado, quiero que me enseñe, veremos… Es que las piezas anteriores me conectaron con mis abuelas y quería que ahora se enlace con mi mamá; me gustaría involucrar a toda mi familia en mi hacer joyero. Espero poder retomar en breve estos proyectos. Como siempre muchas ideas y poco tiempo…

Aun quedaron pendientes las muestras como ganadora de los concursos de las bienales, seguro será una, postulé un proyecto que no salió todavía, veremos cómo se desarrolla todo. Ahora tengo una nueva oportunidad… pero hoy cuesta hacer planes.


Entrevista a Rodrigo Acosta Arias

Apuntes | Notas

Lo mío es la joyería textil con la impronta de deconstruir y construir


Entrevista a Rodrigo Acosta Arias

Por Delia Alicia Piña

 

Afirma que la joyería textil lo define, la disfruta y se lo identifica por ella. Y elige hacerla en negro porque se siente más a gusto y puede comunicar mejor su discurso. Ese que tiene que ver con aceptarse tal cual uno es, más allá del cuerpo y del género.

Rodrigo Acosta Arias, mendocino, diseñador de la UBA, joyero, residente en Valencia donde desarrolla su obra, cuenta cómo sorteó la pandemia y consiguió revertir su efecto mediante un trabajo introspectivo y resiliente.  “Sostener la creación me permitió sanar y calmar la incertidumbre”.

Deconstruir, desestructurar y volver construir es un ejercicio que realiza a diario, no solo con sus piezas de joyería sino con su propia vida. “Cuando lo podés vivir, hacer y plasmar en un material es una catarsis maravillosa”, afirma.

De cómo transforma al textil en joya, para qué y en qué formato. Su obra, proyectos y su próximo paso por Buenos Aires, donde dictará workshops intensivos sobre «La joyería, el objeto y el cuerpo» en Taller Eloi.


_¿En este parate pandémico finalmente pudiste hacer esa revisión que planteaste hace un año?

_Este parate me vino bien para replantearme mi vida personal, que se movilizó y mucho. Me permitió frenar, pensar y mirar hacia adentro porque venía de una vorágine de correr de feria en feria, de exposición en exposición, encastrando una cosa tras otra sin descanso y todo se pinchó como un globo. Y del acelere con una gran carga horaria y trabajo a full, entonces (marzo de 2020) preparando la muestra de Munich, respondiendo a los pedidos de la feria de Milán para intentar de relanzar mi marca Acosta en plata pasé en caída libre a nada; el corte abrupto me provocó una sensación de vacío muy fuerte.

No obstante, seguí adelante con la invitación de la joyera sueca Karin Roy Anderson para exhibir los últimos fragmentos de «La necesidad de la oscuridad» en Four Gallery de Gotenburgo, donde por entonces no había muchas restricciones. Fue una presentación virtual, en ese momento inusual y muy raro, sobre todo, porque perdíamos eso tan enriquecedor que tienen las muestras de joyería que es el encuentro, el intercambio personal de percepciones, impresiones y opiniones.

 

“Este parate me vino bien para replantearme mi vida personal… Me permitió frenar, pensar y mirar hacia adentro porque venía de una vorágine”.

 

_Aprendimos a ser resilientes a la fuerza.

_Sí. A pesar de todo, este desgraciado paréntesis resultó, de alguna manera, un evento positivo. Sostener la creación me permitió sanar y calmar la incertidumbre creciente, porque como todo artista soy autónomo y si no trabajo y produzco no me puedo sostener; bueno, después hubo ayuda estatal al sector y se acomodó un poco. Y me di cuenta que seguir creando me ayudaba a transitar este momento crítico. Aunque en 2021 volver a repetir la experiencia de cancelaciones y el poco movimiento se sintió, resintió… Sin embargo, tomé la decisión de seguir creando, de crear para mí o para compartir no por la presión de tener que hacer.

Estuve trabajando a partir de libro «El camino del artista: un sendero espiritual hacia la creatividad» de Julia Cameron y me ayudó a trabajar sobre mí mismo, a darme cuenta que aparte de que crear sana, está bueno crear sin un objetivo, sin que sea para este o tal concurso, expo o galería. No está mal hacerlo con este fin, pero está mejor que fluya y que sea más natural, aunque luego se comparta.

Un trabajo introspectivo, reflexivo que me llevó a retomar el camino de investigar mucho, de leer sobre el tema que quería trabajar, con cuestionamientos muy personales. Fue liberador, sobre todo de presiones y obligaciones, que facilitó crear por crear. Y confirmé que pase lo que pase sigo siendo un artista más allá de la movida de las galerías y concurso, que, de todos modos, espero retomen en cantidad y variedad para todos porque son muy estimulantes.

Además, con la pandemia aprendimos nuevas herramientas digitales que nos permitieron comunicarnos y reinventarnos. Me costó mucho porque, como mencioné, tengo la sensación de que se pierde la magia del contacto y acercamiento cara a cara. He dado charlas, y muchos las han usado para dar clases y lo entiendo porque no se puede estar parado casi dos años, pero prefiero tomarme ese tiempo para algo más personal sin dejar de reforzar mi marca.

 

“Sostener la creación me permitió sanar y calmar la incertidumbre creciente.”

 

_Volviste a tus inicios.

_Sí. Trabajé mucho para mí y eso me permitió volver al principio, cuando hacía una pieza única y no había manera de reproducirla porque era muy personal con mucha simbología. De esa manera volví a esa raíz, a sentirme muy libre.

 

“Trabajé mucho para mí y eso me permitió volver al principio, cuando hacía una pieza única”.

 

Trabajo introspectivo sanador

 

_¿Participaste de un grupo de investigación y reflexión para un trabajo en conjunto?

_No, es un grupo en el que cada uno hizo un trabajo personal sobre el bloqueo creativo. Y lo hice no tanto por cierta traba o por una búsqueda de mi camino artístico, porque lo tengo bastante recorrido y claro, sino para encontrarme e intercambiar con diferentes personas que pasan por situaciones similares, con las mismas inquietudes, problemas y dilemas.

En esta mitad de año mi gran trabajo fue analizarme como persona con un discurso artístico muy trabajado que obviamente sale de mi sentir más profundo, pero me saqué ese traje de artista para ver qué pasaba sin ese discurso. Fueron encuentros en los que compartí, a través de esos doce capítulos que hablan de la inseguridad, bloqueos y la abundancia, entre otros;  muy fructíferos, que se terminaron reflejando en el trabajo. La intención era que cada uno lo trabaje de manera personal y lo comparta, pero me ha ayudado a entender mi recorrido, lo que estoy haciendo, dónde estoy parado y sobre todo lo que quiero a futuro con mi obra artística y al final con mi vida, porque de eso se trata.

 

“Participé de este grupo de reflexión para encontrarme e intercambiar con diferentes personas que pasan por situaciones similares, con las mismas inquietudes, problemas y dilemas”.

 

_¿Y qué querés para tu obra artística?

_Quiero seguir en este camino de crear sin tener obligación de hacerlo. Y eso supone estar en constante creación, está bueno vivir la vida de manera creativa más allá de lo que hagas, artista o diseñador o escritor, etc. Pude definir y confirmar que quiero seguir con mi obra, con mi discurso cada vez con un tono más personal, sobre todo, porque creo que mi situación tal vez puede ayudar a otros que transitan por las mismas sensaciones. Cada vez estoy más seguro de que quiero seguir con mi propuesta de joyería textil, porque me define, la disfruto y se me identifica con ella.

 

“Quiero seguir con mi propuesta de joyería textil, porque me define, la disfruto y se me identifica con ella”.

 

_No te planteaste cambiar.

_Sí, en estos meses me lo pregunté. Y sin duda el decidir por sostener mi lenguaje textil con los mismos o parecidos recursos me fortaleció. A veces las galerías te piden cambios de escala o piezas con determinadas características, pero no quiero convertirme en una máquina de hacer a pedido. Lo mío es esto: la joyería textil, con una impronta determinada, la de deconstruir y construir. No tengo que adaptarme a lo que los otros quieren que cree. Para eso está mi marca más comercial, en la que tiendas y clientes plantean o piden y respondo sin tanta libertad, porque tiene que funcionar y vender, aunque sí con una propuesta definida, claro. Ahora me concentro en colecciones pequeñas según temas que me interesen.

La pandemia me permitió volver a enfocarme en este proceso de profundizar, investigar y documentarme, y en apelar a referentes, sin tener que distraerme con tener que sacar 10 piezas en un mes porque es un pedido. Ahora, me tomo el tiempo para decidir y dejar fluir; y si solo salen 4 o 5 piezas que resultan de una propuesta interesante buenísimo.

“Lo mío es la joyería textil con la impronta de deconstruir y construir… Ahora me concentro en colecciones pequeñas según temas que me interesen”.

_Estás más presente en tu obra.

_Sí, ahora hasta pude estar más presente a nivel corpóreo, yendo un poco más allá consiguiendo jugar entre la performance y la joyería textil, explorando otros campos.

 

_Tu clave es desestructurar, deconstruir hasta en tu vida.

_Sí, sin duda este ejercicio de deconstruir y desestructurar está muy presente en mi obra. Es una práctica diaria a la hora de trabajar, más allá del dinamismo y la simplicidad que propone la corriente artística del constructivismo a la que adhiero y me atrae. Es parte de mi vida porque me deconstruí y me he vuelto a construir con los grandes cambios que hice en mi vida. Y al día de hoy me sigo deconstruyendo y construyendo nuevamente como hago con mi obra, que deshago para darle al material una nueva estructura.

Pero más allá de la deconstrucción formal, que se ve con el manejo de las formas en la obra, se da en mi discurso, en lo que pienso y digo, y muestra que estoy en constante evolución y cambio, saliendo de la zona de confort aunque asuste; creo que todos estamos un poco en eso en la vida. Y cuando lo podés vivir, hacer y plasmar en un material es una catarsis maravillosa.

Todos mis trabajos hablan de mi vida, de lo que siento o pienso, es muy autorreferencial. No tengo una joyería con un discurso social, que quizás lo tiene, pero no es un reivindicativo social.

 

“Me deconstruí y me he vuelto a construir con los grandes cambios que hice en mi vida”.

 

El negro como color identificativo

 

_¿La ausencia de color en tu obra a qué responde?

_Comencé trabajando con el blanco y era un desafío porque en lo personal nunca lo usaba, por ejemplo, en la forma de vestirme. Trataba de que ese tono, y máxime con el tipo de material, que eran antiguas camisas, queden lo más impolutas posible, perfectas. Tenía muy grabadas las palabras de mi madre que me decía que si no era muy prolijo no iba a poder ser buen costurero. Lo hice por desafío más que por una identificación. Y cuando surgió el negro, que fue en la colección «La necesidad de la oscuridad» me sentí a gusto, tuve una sensación de identificación muy fuerte.

En ese momento, me propuse hacer color y comencé a investigar con el material que tenía, camisas que me regalaban. Me di cuenta que no me servía para comunicar lo que quería, y no es que no sabía combinar colores sino porque no sentía que vibrara. Entonces volví al blanco y me di cuenta que necesitaba ver la luz de otra manera. Decidí entintar las piezas, y esto se correspondió a un momento personal en el que estaba en esa oscuridad o encierro y en el que necesitaba estar en oscuro para ver la luz desde adentro. Necesité crear esa sensación de oscuridad que supone luz al final del camino; este fue un proceso en el que comencé por vislumbrar hasta ver claramente la luz.

Y esa obra es la que iba a estrenar en Munich 2020 y que terminé por presentar en Gotenburgo. Evolucionó en un proceso en el que, en pleno encierro, comencé a hacer un velado en las piezas con el blanco entremedio que habla de lo que ocultamos y dejamos ver con las transparencias entre el negro y el blanco.

 

“Necesitaba ver la luz de otra manera; necesitaba estar en oscuro para ver la luz desde adentro.”

 

_¿En tu última colección «Anomalías» de alguna manera volviste al blanco?

_Quería trabajar con blanco porque partí de un vestido de novia de los años 70. Me enfrenté a esta pieza y decidí acercarme interactuando generando una performance para hablar un poco de la identidad, de quién soy, del género que hoy está tan presente con el debate de la ampliación de derechos. Hice una prueba en blanco, gris y volví al negro y tuve una sensación de pertenencia muy fuerte, no porque el negro sea mío en exclusividad, por supuesto, sino porque me identifico mucho. Y esas piezas resultaron como un fragmento de mi persona, de quien soy, cómo soy, cómo me visto, etc., son mi proyección.

Y el nombre es porque se considera a una anomalía como cambio con respecto a lo previsible; lo que resulta diferente. E investigando sobre identidad y género, leí mucho sobre el mito del cuerpo equivocado y me preguntaba cuál es el concepto que manejan las nuevas generaciones. A través de un trabajo reflexivo me cuestioné quién sería hoy si hubiese tenido otra educación: hombre, mujer, transgénero? Entonces advertí que esas anomalías como lo diferente se dan naturalmente desde el nacimiento, y no tiene por qué modificarse lo que se siente naturalmente.

Con la puesta performática de «Anomalías» quise reivindicar el uso de ropa más allá del género y lo hice con el vestido de novia del 77 -el año en que nací- de la madre de una amiga con la que compartimos el taller del que hablé. Para su dueña ese vestido no fue un símbolo de lo que se considera que representa naturalmente y lo iba a tirar. Se lo pedí con la intención de hacer algo, en un principio, como siempre, para rescatar retazos con los que iba a deconstruirlo y luego armar otra pieza.

Pero tuve la sensación de haberlo hecho y decidí sentirlo, usarlo, para meterme en él y percibirlo. Y esto lo dejé en evidencia con un registro fotográfico realizado en un bosque, como un espacio natural virgen. En ese contacto sentí esa bajada de línea de que esto es de mujer y no podés usarlo, pero me di cuenta de que sí podía usarlo, no en el sentido de vestimenta. Y a partir de esta performance comenzó el proceso de creación.

Entonces, las piezas no son circulares sino amorfas, anómalas, irregulares, con textiles de los vuelos del vestido, de líneas orgánicas, envolventes, que para mí representaban partes de una mujer. Es una obra sin definiciones claras para dejar que la gente lea lo que quiera leer, lo que sienta.

Son cinco piezas en la que sumo metales, latón y plata, en los cierres de bastidor y en el sistema de los broches y colgantes. Son pocas piezas porque fue la dosis justa de sanación porque sentí que con ellas ya podía cerrar ese proceso y al llegar sentí la vibración de ese cambio. En su momento pensé que iba a cerrar el ciclo del negro con «La necesidad de la oscuridad», pero no fue así.

Siempre entendemos la anomalía como algo negativo y quise darle la vuelta para mostrar que lo anómalo y diferente puede ser positivo o por lo menos para mí.

Y resultó de un proceso particular en mi vida que transité en estos meses de pandemia. Por la ansiedad que me generó, esta obra me sirvió para hacer un trabajo meditativo. No hay una sustracción del vestido sino que fui descosiendo todos los vuelos, los medí, entinté, luego los volví a coser para generar el efecto deseado. Tras descoser y hacer una costura detallista, hice mis característicos bastidores a medida. Este tipo de trabajo no lo hice anteriormente, fue un trabajo más visceral, en el que traté de concentrarme y resultó como  un mantra tranquilizador. Le sumé un trabajo de diseño, pero más que nada rescato lo que esta obra me aportó en todo mi proceso de sanación y bienestar personal. En esta obra el proceso personal fue más importante que el creativo aunque éste terminó ganado en el resultado que exhibo.

“«Anomalías» es una obra sin definiciones claras para dejar que la gente lea lo que quiera leer, lo que sienta.”

_¿A qué referentes apelás?

_A mis referentes deconstructivistas: el japonés Junya Watanabe y la creadora Rei Kawakubo de Comme des Garçons, la camada de diseñadores belgas, con Martín Margiela a la cabeza, o el californiano Rick Owens, un vanguardista del no género. O los exponentes de la arquitectura deconstructivista de fines de los 80 con las ideas de fragmentación, procesos no lineales, la no polaridad, el caos controlado. O el arte ready made, con diseñadores que trabajan en la mezcla de materiales. O artistas del arte textil como Sheila Hicks o Magdalena Abakanowicz. O utilizar las prendas como representantes del cuerpo como Louise Bourgeois y Chiharu Shiota.

Y también, obviamente, me refiero y observo mucho, en el día a día, al salir a la calle; recorrerla es muy influyente, y el intercambio de gente de otras generaciones y con otras ideas o pensamientos, más todavía.

Voy absorbiendo todo esto en mí y de alguna manera me enfoca o se convierten en disparadores de mi trabajo. Es la sumatoria de una mirada visual y mi punto de vista más introspectivo, personal o espiritual, si se quiere, que deriva en una mezcla casi inconsciente y definitoria de mi obra.

 

“Observo mucho al salir a la calle; recorrerla es muy influyente y el intercambio con gente de otras generaciones y con otras ideas, más todavía”

 

Reafirmación textil

 

_Renovaste tus votos con el textil y el negro.

_Sin duda, me reafirman como artista sin cerrarme a otras opciones, claro. Hago joyería textil, lo reafirmo y me identifico como parte de ese colectivo. En «Anomalías» está muy presente la deconstrucción y el plegado textil, cual piel arrugada; y sí, hay más trabajo de diseño.

 

“Hago joyería textil, lo reafirmo y me identifico como parte de ese colectivo.”

 

_¿Asignaturas pendientes?

_Dedicarme a profundizar más en la investigación textil. En el campo de la joyería textil, ya hay muchos que desarrollan un discurso de intervención. Me siento más cómodo en la deconstrucción y manejando el textil más puro o tal cual, sin mucha invasión para dejarlo que hable por sí solo. Cuando quise ir un paso más allá advertí que no dice lo que quiero decir, que no habla bien de mi trabajo. Será que no es lo mío, porque desde que arranqué en esto quise contar de otra manera con la joyería textil.

Mi desafío es ofrecer algo diferente tanto desde la técnica y como desde el discurso.

 

“Me siento más cómodo en la deconstrucción y manejando el textil más puro o tal cual, sin mucha invasión para dejarlo que hable por sí solo.”

 

_¿Qué es lo diferente?

_El textil está presente pero es una excusa para contar algo más profundo que tiene que ver con lo que siento como persona. Y esto fue más evidente desde «Rito Cardíaco» hasta «Anomalías».

En mi obra se ve la camisa o ahora, en esta última colección, el vestido, modificado con tratamientos y colores, sin llegar a una intervención que lo haga desaparecer o destruya, solo porque sirven de soporte para reforzar mi discurso, para contar algo distinto. Y por esta manera de trabajar, de trabajar el textil se me reconoce.

 

“El textil está presente pero es una excusa para contar algo más profundo que tiene que ver con lo que siento como persona.”

 

_Sumás otras expresiones, con la reciente performance y ¿ahora también cerámica??

_Me sumé a un proyecto de cerámica de unos amigos y surgió hacer torno y en ese momento fantasee con aprender otras técnicas para aplicarlas, como lo hice en un principio con el mix de textil y metal, y luego con la dupla del textil y la madera, también investigué con porcelana y tela.

Pero me interesaba que mis manos toquen otros materiales y texturas solo para enriquecer lo que estoy haciendo. Está bueno sentir que las manos pueden trabajar con otras técnicas y dominarlas.

Lo mismo me pasó con mi marca, «Acosta en plata». Una vez hice un curso de titanio en la escuela Fábrica 12, donde trabajo, y me dije listo esto lo guardo en un cajón hasta que tiempo después lo abrí y advertí que podía ser una salida interesante.

No obstante, con la cerámica solo se trató de practicar y alimentarme desde otro lado, no desde lo utilitario. No siempre todo lo que se hace tiene que tener una utilidad o un valor para un fin; se tiene que poder hacer algo por el simple placer de experimentar nuevas sensaciones.

Fue solo, y no es poco, por tener una experiencia creativa interesante. Solo el proceso de hacer en sí mismo siempre es enriquecedor.

“Se tiene que poder hacer algo por el simple placer de experimentar nuevas sensaciones.”

_¿El tipo de joyería que hacés aplica a otras tipologías?

_He intentado llevar mi joyería a otras tipologías, a aros, por ejemplo, y sentí que lo estaba forzando, no sólo la pieza en sí y el material, sino su relación con el cuerpo. La parte del cuerpo sobre la que más trabajo es el pecho, donde van broches y colgantes. Parecería que se limita el espacio con solo estos dos tipos de piezas pero no porque mi objetivo artístico no es generar más despliegue para otros usos sino, insisto, comunicar o dar a conocer un discurso distinto.

 

“Mi objetivo artístico no es generar más despliegue para otros usos, sino comunicar o dar a conocer un discurso distinto.”

 

_¿Proyectos?

_A propósito de las escalas y formas, tengo en mente trabajar piezas más grandes que tengan que ver con la escultura, no con una pieza portable.

Respecto de «Anomalías» proyecto presentarla en exposición. Tras las dos últimas cancelaciones de Schmuck, hay que ver qué pasa en octubre que es el mes de Joya, pero seguramente será el año que viene de manera presencial, tal vez aquí, a propósito de que Valencia es la capital europea del diseño, en Melting Point 2022, cuando gustaría compartir la performance en fotografías, porque online ya lo he hecho en redes. Veremos, con lo que pasamos aprendí a proyectar mes a mes, el resto es especulación, no tiene sentido.

Se está reactivando el circuito de ferias y exposiciones internacionales. Y Los Ángeles Art Show 2021 fue una oportunidad para mostrar mis piezas de la serie «La necesidad de la oscuridad».

 

“Tengo en mente trabajar piezas más grandes que tengan que ver con la escultura.”

 

Proyectos en la mira

_¿Seguís con el proyecto de «La belleza de la vida cotidiana», en el que liderás un colectivo joyero argentino?

_Un proyecto interesante también previsto para la frustrada edición de Melting Point. De todos modos, seguimos con las tutorías online y asesorías a pedido, pero quedó abierto. La intención es retomarlo de manera presencial, tal vez el año próximo y finalmente presentarlo. Muchas movieron su obra hecha en otras instancias.

Sigo con Taller Eloi, siempre estamos en contacto. Acepté con gusto ser uno de los tutores del exterior de la escuela, en mi caso de primer año; por ahora pudimos hacer una masterclass porque por mi forma de trabajar me cuestan las clases online sobre procesos creativos o investigaciones sino se complementan con presenciales. Veremos ahora en mi paso por Argentina si se da, pero es complicado porque viajo por cuestiones familiares directo a Mendoza

 

_¿Das clases?

_Sí en una escuela privada de Valencia que se llama Fábrica 12, en la que doy clases de técnicas, en particular de modelado en cera, y algún workshop de textil. Aquí gusta mucho la técnica no hay tanto interés por lo proyectual; muchos quieren hacer aunque no se cuestione para qué o por qué. Creo que falta entender que está bueno que tenga un sentido aprender una técnica de joyería y que permita crear un discurso propio para no calar por calar o soldar por soldar.

En un futuro no muy lejano me gustaría tener un espacio propio con laboratorio textil, además de uno de metal. Me interesa investigar y enseñar técnicas textiles, pero sobre todo lo que puede generar un trabajo textil más allá de la técnica, es decir, hay que profundizar en el aporte personal que permiten los procesos creativos.

 

“Hay que profundizar en el aporte personal que permiten los procesos creativos.”

 

_¿Cómo va «Acosta en plata»?

_Voy bien, a pesar de la pandemia. Es una marca que, desde sus inicios, hace 5 o 6 años aproximadamente, está cada vez más consolidada. Reparto mi tiempo entre ambos proyectos.

«Acosta en plata» es una herramienta económica que también me permite crear. Es difícil, porque del arte de la joyería muy pocos viven, la gran mayoría se sustenta dando clases. Y también porque justo cuando estaba tratando de ampliar la firma, sin buscar que se convierta en una marca de mucho volumen, claro, sobrevino la pandemia. Ahora se está reactivando. Mis potenciales clientes están en el norte de Europa, como Alemania, Bélgica y Francia.

Es una propuesta con un diseño más geométrico, en plata, algunas con baño de oro o acabado con negro, y ahora titanio. Son piezas artesanales que se hacen mediante un proceso mecánico y he sumado corte láser en mix con fundición, no son piezas hechas cien por ciento a mano. Y el tiempo me da porque son proyectos chicos no en grandes cantidades.

Estoy tratando de disfrutar más de lo que hago, porque claramente la vida es algo más que trabajar y trabajar.

 

“Estoy tratando de disfrutar más de lo que hago, porque la vida es algo más que trabajar y trabajar”


“Poner el foco en Latinoamérica y validarnos es importantísimo”

Apuntes | Notas

Poner el foco en Latinoamérica y validarnos es importantísimo


En 15 días finalmente comienza la III Bienal Contemporánea de Joyería Latinoamericana, pospuesta en 2020 por la pandemia. A partir de este año acontecerá en distintos lugares de Latinoamérica y podrá verse en vivo y simultáneo a través de una plataforma digital exclusiva: labienal.ar a la que se podrá acceder desde cualquier lugar del mundo a partir del próximo martes 17.

Sus organizadoras, las joyeras Laura Giusti y Paula Isola, dan detalles de las novedades y explican por qué mantienen el suspenso en el anuncio de los premios del concurso principal «Abran Cancha», que se comunicarán el día de la inauguración.

El calendario completo de exposiciones y actividades, y datos de cómo se puede participar en esta actualizada edición.

La Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea se da como respuesta a la necesidad de mancomunar un recorrido identitario de creación, reconocimiento y validación de nuestro arte.

“Ayuda a crear caminos y descubrir intereses comunes, fomentar el deseo del encuentro y del trabajo colaborativo”, dicen Laura Giusti y Paula Isola, organizadoras de este evento, que suma propuestas de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, México, donde esta vez se realizarán las distintas exposiciones.

También habrá piezas contemporáneas de creativos de Israel, Dinamarca y Canadá. En total, esta bienal dará a conocer más de 570 obras.

La multiplicidad de sedes, más allá de Buenos Aires, y su acceso a la distancia mediante una plataforma online especial son sus principales novedades.

En esta tercera edición participarán 70 artistas joyeros -seleccionados de 139 concursantes- que presentarán 114 piezas de joyería contemporánea -elegidas de entre 275 piezas- en el concurso principal. Las habituales jornadas de reflexión se realizarán entre el sábado 18 y domingo 19 de septiembre.

El martes 17, a las 19, se transmitirá la inauguración del concurso en directo, se anunciarán los premios y se lanzará la plataforma que exhibirá las 25 exposiciones simultáneas, las cuales se abrirán el día de su respectivo estreno tal como hubiese acontecido de manera presencial.

Esta vez habrá suspenso. El anuncio de la premiación se hará esperar. Habitualmente se conocía con anticipación pero esta vez, como no se otorgarán en una ceremonia presencial, se mantendrá en suspenso hasta el día de la inauguración de la Bienal.

Lo que se otorgará además del primero, segundo y tercer premio del concurso «Abran Cancha» es el Premio Joya Argentina y, en esta tercera edición, el público podrá votar a su joya favorita del concurso.

La joyera Paula Isola es una de las incansables impulsoras de este acontecimiento cultural. Cuenta que la bienal es resultado de construcciones que se gestan en conversaciones e intercambio de ideas y opiniones, como resultado de un interés por ampliar la difusión de la joyería contemporánea.

Es una iniciativa de Joyeros Argentinos, la asociación que reúne al más importante colectivo de artistas locales.

Las primeras actividades tenían como fin exponer y mostrar el trabajo que se desarrolla en nuestro país sobre esta disciplina. No solo para llegar al público sino para poder estar en los museos en busca de su apoyo o espacio.

“De la muestra «Caleidoscopio», la primera expo internacional de Joyeros Argentinos, realizada en el «Simposio Area Gris» en México, en la que participaron 42 artistas; luego con «Tiempo», en 2013, la primera itinerante que arrancó en la Ciudad de Buenos Aires, siguió en Tucumán y finalmente pasó por La Plata, a «Figuraciones», en 2015, que se hizo en Buenos Aires, Santiago y Valdivia, se buscó mostrar no solo lo que hacen los argentinos para los argentinos sino comunicarnos y establecer lazos con otros países vecinos y latinos que estaban trabajando en joyería, por eso en esa expo invitamos a Joya Brava.

“Esa experiencia fue un hito en nuestro recorrido porque cruzamos la frontera y fue entonces cuando volvimos con la idea de dar un paso más. Así surgió la idea de armar una bienal y latinoamericana”, explican.

La bienal se apoya en dos pilares: una es el concurso principal y la otra son las exposiciones simultáneas que cada vez son más.

En la primera edición de 2016, además del concurso principal hubo 7 exposiciones con 70 participantes. En la segunda edición se pasó a 150 participantes en 23 exposiciones, “un boom”, dicen orgullosas, y anticipan que en la edición que ya viene se efectuarán 25 muestras.

Un evento súper interesante que, como pasa en toda gestión de arte, demandó un trabajo importante y detallista. Ni bien terminamos la primera comenzamos a organizar la segunda convocatoria y al terminar la edición de 2018 ya teníamos propuestas para la siguiente, que estamos inaugurando en días. En ese momento, tomamos conciencia de la importancia que había adquirido este encuentro. Los joyeros latinoamericanos estábamos necesitando estos espacios de intercambio y difusión”, precisa Isola.

Laura Giusti es la otra organizadora de este acontecimiento joyero. Opina que “está bueno mirar lo que pasa en otros continentes y participar de otros concursos, pero también está bueno vernos a nosotros mismos y tratar de entender qué son las cosas que nos movilizan, de qué queremos hablar.

“Y de esto se trata la bienal, de mostrar trabajos joyeros y de poder reflexionar sobre nuestra actividad, para lo cual están las jornadas en las que queremos para integrarnos, conversar y discutir sobre nuestra práctica y sobre los conceptos que hacen a nuestra identidad latinoamericana”, resalta Giusti.

Tercera edición novedosa

La tercera, en suspenso por la pandemia, se llevará a cabo entre el 17 de agosto hasta el 17 de octubre. “Tomar la decisión de finalmente realizarla implicó rever el qué y cómo de un trabajo de dos años de gestión de espacios, premios y muchas otras cuestiones. Y como no queríamos que nos pase lo mismo que el año último la bienal se plantea de manera distinta con muchas novedades”.

Laura Giusti recuerda que el primer concurso que organizó Joyeros Argentinos en 2010 para artistas argentinos fue uno de los primeros en Latinoamérica y uno de los primeros en la región que atrajo la atención en el ambiente joyero.

“La mirada hacia afuera es cultural y considera más valiosa la mirada externa que la propia. Poner el foco en Latinoamérica, vernos entre nosotros y validarnos entre nosotros es importantísimo.

“Nuestro trabajo merece ser validado por nosotros mismos, no necesitamos de un juicio externo. Y en eso nos concentramos y trabajamos para poner en valor el trabajo de los joyeros latinoamericanos, además nos proponemos generar lazos de comunicación y visibilización”, remarca Giusti.

En las jornadas de reflexión de la bienal habrá ponencias de todos los países participantes no solo del concurso.

“Estas generan una corriente de energía muy positiva y estimulante, de mucha euforia, con mucho por decantar y, sobre todo, se dan lazos que perduran y producen nuevas sinergias, proyectos y diálogos”, agrega.

Y comenta que en las tres bienales, con los concursos «Vecinos», «Puentes» y «Abran Cancha» se puso el eje en las relaciones, aunque las convocatorias tienen temas de libre.

“En esta próxima el tema de abrir cancha que acá venimos implica un sentir más latinoamericano que nunca”.

Estos concursos están pensados para latinoamericanos que viven en cualquier parte del mundo o para residentes en Latinoamérica independientemente de su nacionalidad. El resto de las propuestas de la bienal no tiene limitación.

Siempre tienen dos jurados: uno de selección y otro de premiación que evalúa las piezas a la vista y en mano, aunque “esta vez habrá jurados del exterior que analizarán a través del contacto directo de otros, siempre con un intercambio enriquecedor”, aclaran, e indican que los premiados de las distintas bienales provienen de los diversos países participantes, como Chile, Colombia y Argentina, con una muy interesante variedad de miradas dentro de la joyería latinoamericana.

Entre las actividades, además de las exposiciones simultáneas y las jornadas de reflexión, se cuentan las charlas, los talleres y en la edición anterior hasta hubo un desfile.

Qué ofrecerá labienal.ar

Labienal.ar es una plataforma diseñada especialmente para este evento que reúne en un mismo sitio todas las actividades que se realizarán durante los dos meses de la bienal, cada una con un espacio especial:

Uno para el concurso «Abran Cancha»; otro para los artistas participantes del concurso con datos de contacto de cada uno; uno especial para los jurados de selección y premiación; los patrocinadores de los premios también tendrán su espacio. Y, por supuesto, para cada una de las 25 exposiciones simultáneas que tendrán sus respectivas fotos, textos y videos.

Los artistas participantes de las exposiciones simultáneas, también con datos de contacto, tendrán lo suyo; lo mismo, los espacios que acompañan a las exposiciones de forma presencial y virtual; de igual modo, las jornadas de reflexión con cuatro módulos temáticos; los talleres organizados por artistas, gestores culturales y patrocinadores; por otra parte, las conferencias y, asimismo, las actividades que organizarán los responsables de las diversas exposiciones.

En la plataforma se anunciarán las actividades de cada semana y las inauguraciones se abrirán al público a medida que se estrenen. Todas las actividades son libres y gratuitas, a excepción de los talleres organizados por los artistas.

Desde todo punto de vista

Otra de las novedades de esta renovada edición será la activa participación del público. Hasta el 1° de octubre tanto el público en general como los participantes de la III Bienal podrán votar su obra preferida dentro del concurso «Abran Cancha». Un voto por persona.

Para poder votar, hay que registrarse en la plataforma, que es donde se emite el voto. El enlace para votar estará en cada pieza. Todo a partir del martes 17.

“Lo nuevo de esta bienal nos lo deja esta pandemia. A pesar de todo lo terrible nos dio la oportunidad de crecer y, a partir de ahora, las bienales van a poder suceder en distintos lugares de Latinoamérica.

“Esta propuesta amplía el alcance y la participación porque las exposiciones simultáneas pueden acontecer en cualquier lado y se compartirán dentro de la plataforma”, apunta Isola.

Va a haber 6 exposiciones en Chile, 3 en Brasil, 1 en Colombia, 3 en México y 12 en Argentina, que se van a inaugurar en distintas ciudades pero verse en simultáneo en la plataforma de la bienal.

“Esto nos parece súper interesante porque es mucho más accesible para los expositores que podrán realizar sus exhibiciones en su propio país y no tienen que venir a Buenos Aires. No obstante, la plataforma nos permite ver todo. Todos podremos ver todo, estemos donde estemos.

“En esta oportunidad, algunas exposiciones se realizarán en forma presencial en distintas galerías aunque se podrán ver de manera virtual. Esperamos que en la próxima edición tengamos una explosión de museos y otros espacios ocupados por la joyería contemporánea en todo el continente”, augura.

Y ya lograron que ese espacio que era de Argentina se extendiera a toda Latinoamérica, por ahora  a través de Chile, Colombia, Brasil y México. “Hay mucha gente trabajando en estos y otros de la región y está bueno trabajar juntos y construir entre todos”, añade.

Ante la consulta por el paso hacia la digitalización de este evento cultural, las joyeras comentaron que decidieron pasar a la virtualidad ante las conocidas complicaciones sanitarias por la pandemia e investigaron las mejores posibilidades para un espacio virtual adecuado a su proyecto.

“Advertimos que era más interesante que perdurara como una fuente de datos interesantes para consultar por parte de todo el mundo. Por eso, decidimos hacer un desarrollo especial con un plataforma que incluye muchas páginas: la del concurso, los artistas del concurso, cada una de las exposiciones simultáneas con sus respectivos artistas también, la de las jornadas y las conferencias, y se podrá acceder de manera libre y gratuita.

“Este es un gran cambio, que se da como consecuencia de un proceso resultante del diálogo con los participantes”, puntualizaron.

Cronograma en simultáneo

La bienal durará dos meses con un interesante cruce de experiencias y trabajos a pesar de la pandemia.

El calendario de actividades es el siguiente: http://www.lajoyeriadeautor.com/cronograma-de-exposiciones-de-la-bienal/

calendario de la III Bienal

Manos a la obra

“Se trabaja tanto como demanda la cantidad de exposiciones que incluyen a diversos colectivos artísticos. Desde hace semanas ya están manos a la obra preparando sus exposiciones y subiendo sus trabajos para que todo esté listo” en esta cuenta regresiva de días para este gran evento joyero.

Entre las oportunidades pandémicas, Isola destaca que antes no tenían una conexión tan directa con el otro trabajando por la bienal sino recién cuando el trabajo estaba listo y colgado en la exposición.

A pesar de que hoy la conexión es virtual es muy fuerte ver como todos mancomunados a full, juntos subiendo material en tiempo real”.

Como joyeras, Paula Isola y Laura Giusti también participan en distintos grupos que expondrán. Y entre sus múltiples tareas mencionan: “Además de que podemos ver en vivo y en directo cómo desde distintos lugares de Latinoamérica están trabajando en las expos de la bienal, también intervenimos en muestras en los colectivos a los que pertenecemos.

“Es que este es un trabajo colaborativo gestionado por todos y cada uno de los grupos, que siguen los instructivos especialmente preparados para que cada equipo pueda poner en línea lo suyo y funciona bárbaro. También hacemos el seguimiento de cada uno de los responsables de subir las muestras de la bienal. Es un trabajo intenso y emocionante”, detallan.

Trabajo colaborativo

El equipo principal que gestiona la bienal va más allá de Joyeros Argentinos porque “depende de qué es lo que toque hacer, sea como socios de JA o como alumnos de los talleres joyeros que exponen, por ejemplo.

“Y no nos limitamos en actividades, estamos tan abiertas que hasta, por ejemplo, en la última edición aceptamos y promovimos la realización de un desfile urbano por las calles de Palermo presentado por Taller de Metales de Florencia Gargiulo, el cual resultó una experiencia increíble”, destaca Giusti.

La bienal no termina a los dos meses porque continuará de manera itinerante. Este año también se prevé repetir la experiencia, en la medida de las posibilidades, más allá de Buenos Aires. Pero en esta ciudad la muestra principal estará fija entre marzo y abril de 2022 en el Museo Nacional de la Historia del Traje.

En la segunda bienal se llevó la muestra del concurso «Puentes»  al Museo de Arte Decorativo de Rosario, “siempre con el objetivo de superar el límite de nuestro espacio propio”.

Y también continuará porque toda la información de la bienal en línea quedará accesible de manera permanente, como documentación disponible para los artistas, los museos, las galerías, los curadores y el público interesado de cualquier ámbito o lugar.

“Lo que nosotras hacemos, y en esta bienal va a estar más presente que nunca, es darle la posibilidad a la gente para que contacte al artista.

“Como en la plataforma de la bienal van a estar los contactos de los expositores, cualquier interesado, comerciante o marchand, curador podrá acceder, pero no intervenimos en la comercialización de las obras de los”, concluyen.


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Entrevista a Nuria Carulla

Apuntes | Notas

No nos movemos por cuánto vamos a ganar sino por cómo vamos a expresarnos


Entrevista a Nuria Carulla

Por Delia Alicia Piña

 

Nuria-Carulla-La-Joyería-de-Autor

Lleva 50 años haciendo joyería, “la vida entera”, dice, ya que desde los 15 comenzó a incursionar a partir de un regalo que le hizo su padre: una joya de un alumno de la escuela Massana y la cautivó. Nuria Carulla estudió allí y desde muy joven comenzó a trabajar en Barcelona. Pero el paisaje del trópico colombiano la pudo y regresó a su país donde desarrolló su carrera como joyera y docente.

Con su experiencia elaboró un método de trabajo que le permitió salir adelante y supo transmitirlo a cientos y cientos de estudiantes que hoy consiguen o tratan de vivir de lo suyo. Es una gran maestra que pone en valor la naturaleza y levanta la bandera de la necesidad de cuidar nuestro medio ambiente para poder sobrevivir. Señala que pasó gran parte de su vida tratando de dominar la plata para obtener su máximo potencial; “me rebelo a dejarla de lado, porque perdura en el tiempo; me respalda y me deja hacer lo que quiero”,  y también destaca que prefiere los esmaltes porque le permiten conseguir el color, vital para su trabajo.

Define su estilo como colorido, muy orgánico, bien resuelto, con mucho sentimiento y observación de la naturaleza. Y lo exhibió en Buenos Aires, en ediciones de la bienal latinoamericana de la que hoy es jurado de premiación.

Definiciones, opiniones y una vasta obra que sostiene desde el oficio.


_Lleva 50 años haciendo joyería.

_Cincuenta años no le pasan a uno así no más, la vida entera, porque empecé desde muy chica. Soy hija de catalanes exiliados del franquismo. A mis 13 o 14 años, mi padre, de regreso de un viaje a Barcelona, donde pasó de casualidad por la Massana y me trajo una joya hecha por un alumno de esa escuela y me pareció que eso era lo que tenía que estudiar sí o sí. Al poco tiempo me fui con mi abuelo, que como buen catalán quería que estudiara allá, me llevó a la escuela y me matriculó en Esmalte, pero todos los días pasaba por Joyería hasta que entré y terminé por hacer ambas carreras. Mi abuelo era muy amigo del joyero Ramon Sunyer, y su hija Montserrat me invitó como aprendiz en su taller, a donde iba por las mañanas a trabajar en esmalte y por las tardes concurría a la escuela. Luego la Massana me propuso quedarme en planta para trabajar elaborando trofeos para el ayuntamiento. Después me fui a trabajar con la esmaltadora Montserrat Mainar Benedicto que había hecho el altar mayor del santuario de Montserrat. Tuve la suerte de conectarme muy bien en el medio catalán, será que me veían chiquita y sola y entonces me ayudaban… Toda la vida estuve con la joyería, solo paré un poco cuando tuve a mis hijos, entonces pintaba e ilustraba. Es que cuando uno es artista no puede dejar de hacer.

 

“Cuando uno es artista no puede dejar de hacer”.

 

_Leí sobre la importancia que le da al significado del “banco en la cultura indígena cubeo” y destaca que “lo que se representa se mantiene vivo”. ¿Qué busca mantener vivo con su obra?

_La belleza de la naturaleza, el paisaje del trópico, el disfrutar de los sentidos que nos dejan percibir. Siempre muy inspirada por el poema «Canto Espiritual» del español Joan Maragall, que me encanta, escuche dice lo siguiente: “¿Con qué otros sentidos me haréis ver
este cielo azul detrás de las montañas,
y el mar inmenso, y el sol que siempre brilla?
Dadme, en este sentido, la paz eterna
y no querré más cielo que este cielo azul.”

Y siguiendo esta idea de la percepción que permiten los sentidos, me gusta ver y leer todos los significados de los objetos que hacen los indígenas del Cauca (están al suroeste, hacia el Pacífico), los cuales me conmueven porque ellos ponen a prueba sus sentidos y se advierte el concepto que quieren comunicar, cómo trabajan con un propósito, el sentimiento que transmiten y su conexión con el medioambiente, lo cual para mí es importante.

 

“Con mi obra me gusta mantener viva la naturaleza”.

 

En conexión con la naturaleza

 

_Y en ese disfrutar de los sentidos que nos dejan percibir, ¿la joyería es un vehículo? 

_Sí. Siempre he trabajado con la naturaleza porque es tan perfecta y crea tanta armonía y belleza que es imposible no querer tocarla, estar y recrearla. En un país tan convulsionado como Colombia, en el que uno está tan inmerso en lo que sucede resulta duro tocar temas políticos. Admiro a la gente que toma a la joyería como un instrumento de protesta política. Yo protesto a través la conexión o puesta en valor de la naturaleza. Es que si estuviéramos más conectados con la naturaleza no terminaríamos promoviendo estos desastres. Representar la naturaleza es mantenerla viva y supone un compromiso para mantenerla en favor de todos.

 

“Siempre he trabajado con la naturaleza porque es tan perfecta y crea tanta armonía y belleza que es imposible no querer tocarla, estar y recrearla”.

 

_Sus piezas más comerciales o seriadas se desprenden siempre de otras únicas más artísticas, ¿cómo es ese proceso? ¿Cómo una pieza se conecta con otra?

_En mi trabajo siempre hay un tema que tiene que ver con mi entorno: la infancia, el paisaje, las personas con las que he compartido la vida y algunos eventos sociales que son imposible de dejar de tocar. Una vez que tengo el tema y las imágenes que tienen que ver con él, recurro a los recuerdos y hago muchísimos bocetos con la intención que quiero darle al trabajo. Después realizo prototipos y si no se ajustan a lo que quiero, continuo transformándolos hasta llegar a una pieza final a la que la llamo pieza ícono o pieza madre, la cual surge después de mucho trabajo. Las características de una pieza madre deben ser: que tenga calidad y aunque lleve mucho trabajo debe ser factible su realización. Asimismo, una vez que el lenguaje de esa pieza está decidido todas las derivaciones deben conservarlo y salen fácilmente si la pieza madre está bien resuelta. Es que cuando se establece el lenguaje de la pieza el resto fluye. Lo difícil es encontrar la expresión que debe tener la obra; la materialización de la idea es lo que lleva la mayor parte del trabajo. Luego, las variaciones son más sencillas.

 

“Hago muchísimos bocetos y prototipos hasta llegar a una pieza madre de calidad, con un lenguaje y bien resuelta, de la que derivan otras piezas con variaciones, más sencillas. La materialización de la idea es lo que lleva la mayor parte del trabajo”.

 

El puntapié del dibujo

 

_¿Dibuja mucho?

_El dibujo es clave para mí. Cada artista tiene su método de creación o por dónde llega a una pieza. He sido profesora de joyería por mucho tiempo y no he querido inculcar mi manera a mis alumnos porque cada uno debe hallar su forma de expresar. Es que lo importante es encontrar un método por el cual cada uno llegue a algún fin, algunos van directo al material y le dan vida, otros dibujan, otros de una hacen una pieza, otros miran y hacen ensambles y de ahí parten; las formas de llegar a la pieza es tanta como gente que quiere llegar, cada uno tiene la suya. La mía es el dibujo. El dibujo me permite visualizar rápidamente lo que funciona o no, sino en la manualidad uno se puede distraer mucho. Trabajar es dejarse llevar, pero a mí me gusta producir muchas ideas y en la medida en que produzco muchas ideas puedo elegir o ir trabajándolas y haciéndolas evolucionar. Puedo empezar con una idea y terminar con otra totalmente diferente. Con el dibujo voy encontrando la idea; cuando ya la tengo la voy puliendo con el dibujo. Antes de esto lo que hago es un trabajo de sacar de la cabeza lo que tengo en mente, esos pensamientos e hilos de ideas y lo hago mediante bocetos. Me encanta dibujar.

 

“El dibujo es clave. Me permite visualizar lo que funciona. Con el dibujo voy encontrando la idea y la puedo ir puliendo. Me gusta producir muchas ideas para elegir y trabajarlas para hacerlas evolucionar”.

 

_¿Cuándo una pieza está bien resuelta?

_Cuando obedece a lo que uno quería hacer, cuando tiene buen contraste, se comporta bien, cuando se puede fabricar con perfección; a veces cuesta un montón de trabajo porque está contrahecha o no está bien pensada. Está bien resuelta en el momento en que se vuelve simple producirla. Hago que mis piezas se vean muy bien hechas, resueltas, no improvisadas o con algo metido a la fuerza. Trabajo mucho al principio para que quede muy bien resuelta. Para un problema busco muchas alternativas de solución y enseño a desarrollar soluciones en todo el proceso, a dar herramientas para poder resolver. Desde la idea con que nace hasta su hechura o factura, una pieza puede que sea complicada de pensar pero no de hacer.

 

“Una pieza está bien resuelta en el momento en que se vuelve simple producirla. Y puede que sea complicada de pensar pero no de hacer”.

 

_¿Con ese lenguaje, una pieza comunica algo?

_No, el lenguaje es el estilo. A veces uno consigue que su pieza comunique y otras no; puede comunicar para uno, pero a otra persona no le dice nada o no le llega, por eso uno tiene sus seguidores y otros que no les gusta lo que uno hace, lo cual es súper válido; uno no tiene por qué gustarle a todo el mundo. Es parte de lo que se aprende en la vida también.

 

“Tu trabajo no tiene que gustarle a todos. Es parte de lo que se aprende en la vida también”.

 

_¿Cuál es su estilo?

_Colorido, muy orgánico, bien resuelto, muy sentido o con mucho sentimiento y con mucha observación de la naturaleza. Siempre parto de la naturaleza y del oficio bien hecho porque soy muy rigurosa.

“Poner a prueba los sentidos, tener un concepto para poder comunicar, trabajar con un propósito, transmitir un sentimiento, conectarse con el medioambiente, como lo hacen los cubeos, para mí es importante”.

_¿Cómo se construye la identidad de un artista?

_La identidad de un artista se crea a través del tiempo y del trabajo realizado, tiene que ver con los temas que aborda y la manera en que los aborda, que es el lenguaje. También con la vinculación con su entorno y su acervo cultural.

 

“La identidad de un artista se crea a través del tiempo y del trabajo realizado”.

 

_¿De qué manera podríamos salir de la etiqueta de consumidor al adquirir una pieza de joyería contemporánea?

_Si el trabajo tiene detrás una intención y es hecho para expresarse, está liberado de la etiqueta de consumidor. Los que trabajamos en joyería contemporánea no nos movemos por cuánto vamos a ganar sino por cómo lo vamos a expresar y generalmente hemos decidido llevar una vida austera.

 

“Los que trabajamos en joyería contemporánea no nos movemos por cuánto vamos a ganar sino por cómo lo vamos a expresar, y generalmente hemos decidido llevar una vida austera”.

 

Homenajes joyeros

 

_Muchas de sus colecciones son homenajes a familiares: «La vida es una ilusión», «Trópico», «Un encuentro» y «Talismanes, héroes y heroínas». ¿Sus afectos son una gran motivación? ¿La joyería le permite expresar sus sentimientos?

_La joyería contemporánea expresa sentimientos. Muchas veces en mi trabajo he hecho homenajes a mis seres queridos. Pienso que es una bonita manera de cerrar un ciclo con una persona; es una forma de expresarle mi cariño. Rendir homenaje es dar valor a la vida de alguien que nos ha conmovido o nos ha influenciado de alguna manera.

Siempre ha habido joyas para recordar y joyas que se vuelven una especie de amuleto. Es fácil recordar a mamá o hermanas o a algún ser querido por las piezas que llevaban puestas. Las que gustan de llevar piezas de joyería seguro van a ser recordadas por ese uso, porque las destacaba. Muchas piezas se vuelven joyas de familia porque tienen un significado especial, sean o no bonitas, lo cual no tiene ninguna importancia, porque cuando una abuela o mamá las lleva toda la vida uno les tiene un cariño enorme. Y cuando se mueren, uno las conserva porque nos recuerda a ellas.

 

“La joyería contemporánea expresa sentimientos.”

 

_¿Cómo es «Talismanes, héroes y heroínas»?, ¿qué significa que son piezas que se pueden llevar muy adentro? Y ¿cómo son esos mecanismos que incluyen y para qué?

_A raíz de la muerte de mi hermana hice la serie «Talismanes, héroes y heroínas», dedicado a la familia que estuvo a su lado durante su enfermedad. Los talismanes fueron inspirados en los héroes de los niños: siempre tienen un talismán que los protege de la muerte. Son piezas que se pueden abrir y dentro tienen un mensaje. Están hechas para llevar debajo de la ropa con un significado íntimo.

 

_En «Dos Rocas», alude a las piedritas de los ríos y hace un homenaje a la belleza de lo sencillo. ¿Lo sencillo siempre es más bello?

_Lo sencillo es bello. Trato de encontrar la belleza en lo común, en lo que veo a diario, en lo simple. Y eso tan sencillo como las piedritas de río terminó siendo lo más bello para mí. Desde chica he tenido una fascinación especial por las piedras de río y las recogía, también los pedacitos de vidrio que el agua arrastraba a la playa, y cerca de los 20 años hice una colección de piezas con esas piedritas de río. Décadas después reconocí como siempre me han gustado tanto que sigo recogiéndolas, y me plantee hacer una colección más con mis piedritas nuevamente. Son cosas que me han acompañado siempre porque me gusta la sencillez de las piedras rodadas, que no son cristalizadas ni son consideradas preciosas, como el diamante o rubí. Darle importancia a esas piedras por las que le pasamos por encima sin mirarlas es conmovedor para mí.

 

“Lo sencillo es bello. Trato de encontrar la belleza en lo común, en lo que veo a diario, en lo simple.”

 

Con el eje en el hecho a mano

 

_Ha trabajado más con plata y esmaltes.

_Yo trabajo la plata y he pasado gran parte de mi vida tratando de dominarla y de obtener su máximo potencial. También prefiero los esmaltes al fuego, que me permiten conseguir el color, sin él me resultaría difícil expresarme. Es vital para mí. Busco preservar el oficio de la joyería porque he visto cómo se le ha ido restando importancia. Pretendo dejar un dominio del oficio y transmitirlo como legado a las nuevas generaciones.

No he tocado muchos otros materiales y, ahora que toda la joyería contemporánea parecería no concebir una joya en plata, hasta algunos lo consideran un sacrilegio, más me afirmo y tomo posición: me rebelo a dejar la plata de lado. Me gusta la plata porque es perdurable en el tiempo, me respalda en el oficio y me deja hacer lo que quiera y cómo yo quiera dominar ese material. Es un material que acompañó el oficio a lo largo su historia. Lo que yo sé y hago, se viene haciendo desde hace 100 o 200 años atrás de igual manera y eso tiene un valor que hay que conservar. Hay que proteger y transmitir esa manera de hacer.

 

_¿Cuál es la importancia de conservar el oficio?

_Mucha. En este momento, conservar un oficio es muy importante porque es un legado cultural que nos es propio y nos define. No hay que dejar que muera o se pierda. Ya con las computadoras muchos hacen prototipos perfectos, geniales, que son difíciles de reproducir a mano, pero reivindico el hecho a mano, el hecho de que yo haga a mano desde hace más de 50 años muestra rebeldía, una posición en la vida, una puesta en valor de lo que se hace lentamente, sin producción en cantidades sino poco y bueno; esto es ser artesano, el artista del hacer a mano. Hay que producir lo que da o permite la mano. Y uno aprende a dejar las cosas muy bien hechas porque detrás hay una investigación que pasa de generación en generación y ha hecho posible el oficio, que ha trabajado muchas maneras de hacer, que aportan al oficio de hacer una pieza. Creo que en el uso de otros materiales no se ve tanto el oficio. Al ver una pieza uno puede advertir si hay una investigación o si tiene oficio.

 

“Reivindico el hecho a mano lentamente, poco y bueno. Hay que producir lo que da o permite la mano”.

 

_Pero no es un mandato de la joyería contemporánea que se tenga que hacer en materiales no convencionales o que no sean en metal. ¿Es indistinto cuál sea el material?

_No es mandato, pero sí parecería ser una moda. Y no me gusta que el hacer en materiales no convencionales se vuelva una moda o que no se elija el metal por moda. Es que a veces voy a exposiciones de joyería contemporánea y me doy cuenta qué está de moda, se ven colores, formas y tratamientos que se repiten y eso no está bueno. Como artistas hay que huir de lo que se impone a usar. Lo importante es lo que uno es y lo que expresa y no lo que hace influenciado por un movimiento o moda. Sigue habiendo mucha joyería en metales pero muchas veces se nos da durísimo por diversos motivos.

 

_¿El oficio puede verse independientemente del material que se usa?

_Con el oficio uno aprende a dejar las cosas muy bien hechas. Hay personas que han trabajado mucho y de forma sostenida, que han generado muchas maneras de hacer y han aportado calidad al oficio. En el uso de otros materiales a veces no se ve tanto el oficio y se advierte al observar una pieza: si está estructurada o si tiene una intención o una investigación que la respalde. Hay gente que trabaja mucho para conseguirlo y otros creen que si pueden hacerlo rápido y en cantidad está bien, y así piensan que tendrán llegada; hasta creen que es sencillo, que si le toman la mano ya está. Pero hacer algo bueno no es fácil ni sencillo. No generalizo porque hay muy buenas piezas sea cual fuere el material con que están hechas, pero también se ve mucha manualidad.

 

“Hay personas que han trabajado mucho y de forma sostenida, que han generado muchas maneras de hacer y han aportado calidad al oficio.”

 

_¿Se perdió el oficio de la joyería?

_Y sí. Creo que el 3D ha sustituido y fomentado un poco el hacer fácilmente. Muchos no tienen la paciencia que implica el hacer o sentarse en el banco de joyero o en la mesa para construir una pieza paso a paso. Pocos se están quietos y muchos quieren resultados de inmediato, repito.

“Busco preservar el oficio de la joyería porque he visto cómo se le ha ido restando importancia. Pretendo dejar un dominio del oficio y transmitirlo como legado a las nuevas generaciones.”

_Da clases en la Escuela Materia Prima, de Bogotá.

_Toda mi vida he dado clases. Yo no tengo un taller escuela, hace algunos años que trabajo en la escuela Materia Prima, donde procuramos enseñar bien el oficio, a diseñar y mostrar caminos para desarrollar la expresión, el propio lenguaje. Respetamos mucho el hecho de que cada persona escoja el camino que desea seguir. Creo que hay que aprender muy bien el oficio aunque se vaya a trabajar otro material que no sea el metal. El oficio da una disciplina y un orden de procesos que, aunque no se trabaje en metal, por ejemplo, se puede aplicar a otro material y da un manejo de las herramientas que sirve mucho. No hemos querido hacer una escuela de joyería muy contemporánea porque puede haber gente muy artista y otras que no. Los hay orfebres, artistas, muy sensibles, muy rápidos con las ideas o con las técnicas y buenos diseñadores. Una escuela debe ser muy amplia. En Materia Prima buscamos formar joyeros.

 

_¿Y se están formando artistas?

_Es que es difícil en Latinoamérica dedicarse a formar artistas porque no hay muchos museos que los incluyan en sus exposiciones, algunos salen al exterior pero no todos tienen esa posibilidad, no hay muchas galerías a las que les interese la joyería. Entonces, ¿cómo van a sobrevivir o ganarse la vida? Para mí es muy importante que los alumnos puedan ganarse la vida cuando salen de la escuela.

Yo hago joyería artística y es a lo que me hubiese gustado dedicarme en exclusiva toda la vida, pero no pude ser solo joyera artística sino que tuve que hacer joyas más accesibles para que la gente se las pueda llevar y poder vivir de eso, y en eso también he aprendido un montón.

Por otra parte, la joyería contemporánea a veces es difícil de llevar por muy voluminosa o no funcional. A veces la funcionalidad queda de lado y lo que importa es la expresión. Entonces no hay mucha gente que la lleve, pero si hace un poco de joyería de diseño complementaria con un mensaje, más gente lleva ese mensaje. También, puede encontrarse con alguien que le gusta su pieza y la lleva por años de aquí para allá, y eso es muy bonito. Hay que ser amplios a la hora de formar y a la hora de trabajar.

 

“Para mí es muy importante que los alumnos puedan ganarse la vida cuando salen de la escuela”

 

_¿Es importante el usuario, condiciona el hacer?

_No, yo no hago una pieza condicionada, solo a medida del usuario cuando me la piden. Si ajusto si se trata de diseño y cumple una necesidad de adorno. Pero como artista, no. De todos modos, trato de que mis piezas sean llevables porque que en esa medida se van a portar y van a durar en el tiempo, hasta dentro de un siglo, no sé, queda, perdura.

 

“Trato de que mis piezas sean llevables porque que en esa medida se van a portar y van a durar en el tiempo.”

 

Joyas para ser llevadas

 

_¿Cree que la funcionalidad debe ser más importante en la joyería?

_No todos reparan en la funcionalidad. A muchos joyeros contemporáneos la función no les importa, no se fijan cuánto pesa una joya o cómo se mueve en el cuerpo cuando el portador camina, tal vez porque lo que les importa es sólo el mensaje.

La función de la joyería es que la pieza se pueda poner o usar, de lo contrario está la escultura, está el arte conceptual que no necesita ser portable y en el que uno está de espectador. Pero si se pretende que alguien lleve una pieza de joyería no debe ser difícil portarla.

A veces, la joyería contemporánea termina más pendiente de una imagen, están como para la foto y eso me preocupa. En consecuencia, se ven piezas muy bonitas que fuera del cuerpo no valen mucho y entonces lo que hacemos es producir una imagen; si es lo que se quiere está todo bien. Ahora, si se quiere que las piezas sean llevadas o portadas hay que tener en cuenta a quien las va a llevar, reitero. Hay significados que son duros de llevar, que se vuelven tan sublimes que cuestan ser llevados al salir a la calle. Me gustan las imágenes que producen algunas piezas , pero me pregunto si es la joyería el espacio para mostrarlos.

 

“La función de la joyería es que la pieza se pueda poner o usar, de lo contrario está la escultura, está el arte conceptual que no necesita ser portable.”

 

_¿Pero en su obra «Sumapaz» se refería al inicio del Proceso de Paz en Colombia. ¿Cómo vive el actual momento? ¿proyecta plasmarlo de alguna manera?

_Creíamos que llegar a un Proceso de Paz sería una mejor posibilidad de vida para los campesinos y la gente del común. Esto nos produjo euforia pero fuimos viendo cómo se fue manipulado y cómo se fueron abajo las propuestas que pretendían acabar con la corrupción y la guerra, mediante un referendo que se hundió por faltarle unos pocos votos. Vemos un pueblo cansado con una gran participación de los jóvenes y artistas que le dan fuerza a un gran movimiento y nos preocupa tremendamente que otra vez seamos manipulados y caigamos en un régimen totalitario. Por el momento, estamos, por una parte, emocionados de ver el movimiento que ha surgido, pero, a la vez, por otra parte, estamos con mucho miedo de lo que pueda pasar. Por ahora, mi trabajo no se enfoca hacia una protesta política, aunque de alguna manera lo abordo y creo que hablar de la destrucción de la naturaleza es también tomar una posición política.

 

“Hablar de la destrucción de la naturaleza es también tomar una posición política.”

 

Llamado de atención

 

_¿En qué está trabajando hoy?

_En este momento estoy trabajando la colección «Sin Charco», mostrando cómo el deterioro del medio ambiente hace que ya no podamos oír constantemente el croar de las ranas. Cuando era chica vivía en la sabana de Bogotá, en la que había bañados en los que jugábamos con las ranas; lamentablemente, con el desarrollo de la ciudad los taparon con cemento y acabamos con el medio ambiente. Es un trabajo que alude a los ojos de la rana y lo hago como reclamo o llamado de atención por lo que se le hace a nuestra naturaleza. En la sabana había más de 20 especies, un animal importante para nuestros antecesores muiscas que según su cosmovisión al morir el hombre se convertía en rana y retornaba al agua; aunque pudiéramos convertirnos ya no hay donde retornar.

 

“«Sin Charco» es un trabajo que alude a los ojos de la rana y lo hago como reclamo o llamado de atención por lo que se le hace a nuestra naturaleza.”

 

_¿Cuál de sus obras es la que más la representa?

_«A lo Lejos», una obra que hace alusión en mi edad madura, al goce de disfrutar sin tantas obligaciones, de tener esta edad, es un canto a la vida para mí. Antes era muy disciplinada y todos los años hacia una colección. Desechaba la anterior e iniciaba de manera juiciosa y metódica una nueva propuesta. Me imponía a mí misma cambiar de idea porque no quería conformarme con lo que hacía ni quería repetirme. Y decidí quedarme, darle tiraje a esta idea y lo hice por cinco años. Es que estoy en un buen momento para dedicarme a gozar de la vida, a disfrutar, a hacer lo que se me da la gana, a volar, por eso lo represento con una serie de pájaros.

“Estoy en un buen momento para dedicarme a gozar de la vida, a disfrutar, a hacer lo que se me da la gana.”

_Como jurado de la próxima Bienal latinoamericana de Joyería Contemporánea, insta a participar y hacer visible el trabajo joyero. ¿De qué manera cree que una iniciativa de este tipo «ayuda a la creación de identidad? ¿cuál sería esa identidad?

_Creo que es muy importante el trabajo que ha realizado Joyeros Argentinos para concebir la Bienal (en el concurso «Puentes» de la primera edición recibió una mención destacable)  . De igual modo me parecen importantes los diálogos que se han dado en toda Latinoamérica entre los diferentes joyeros contemporáneos, lo cual nos ha permitido conocernos y tener un sentido de pertenencia; además las redes sociales y las transmisiones en vivo nos ha hecho conectar aún más. El tener un tema en común sobre el cual reflexionar desde distintos puntos de vista y lugares nos hace sentir la diversidad cultural y artística de nuestro continente.

Como jurado de premiación busco que se responda a consigna, que la pieza de joyería represente una idea, el statement contribuye a esa comprensión. Hay ideas buenas que no siempre están respaldadas con un texto. Creo que hay que aprender a presentarse y a poder explicar la idea que se tuvo para una pieza, esto es parte del trabajo que promovemos en las escuelas de joyería: tomar una foto, hacer un texto explicativo, poder exponerla, etc.

 

“Me parecen importantes los diálogos que se han dado en toda Latinoamérica entre los diferentes joyeros contemporáneos, lo cual nos ha permitido conocernos y tener un sentido de pertenencia.”

 

_¿Cómo ve la joyería latinoamericana?

_En Latinoamérica hay muchísima gente trabajando en joyería contemporánea, se ve una proliferación de artistas y veo madurez en muchos de ellos, pienso que vamos separándonos de la estética europea. ¿Diferencias? Creo que la latina es menos rigurosa pero más espontánea, más libre; es gente que hecha para adelante que se expresa libremente; somos más jóvenes y hemos ido madurando. Con el tiempo se encuentran más y mejores trabajos. La europea tiene más rigor en el hacer y tal vez menos espontaneidad.

 

“La gente latina hecha para adelante y se expresa libremente.”

 

Propuestas desde lo popular

 

_¿Algunos ejemplos?

_La joyería chilena maduró mucho en el hacer y perdurar, con propuestas que evolucionaron con una clara identidad, como Rita Soto que pone en valor un oficio artesanal y resignifica la tradicional técnica de microcestería en crin de caballo y produce piezas muy personales, una propuesta bien latina. O la colombiana Tatiana Apráez que integra la técnica prehispánica de barniz de pasto que extrae la resina del arbusto mopa mopa de Nariño en sus piezas de joyería, en un proceso de cocreación y respeto por el trabajo manual muy bueno. Christian Kiseno es muy auténtico, comprometido y sensible a lo que nos pasa en Colombia y lo expresa a través de la joyería contemporánea con destacadas llamadas de atención. Me gustan las propuestas que trabajan desde lo popular, en lo muy nuestro, que producen con una estética muy propia.

No creo que mi trabajo sea representativo de Colombia, tengo mis raíces en Europa y no puedo llegar a ser algo que no soy, es muy difícil. Mi manera de hacer es más española. Me hubiera encantado ser una bailadora de cumbia pero no lo soy. Soy una mezcla y mi trabajo muestra eso.

 

_¿Cómo es el trabajo joyero de Colombia?

_En Colombia, hay bastantes joyeros pero hemos tenido una escuela más conservadora que las que hay en Argentina. Aquí hemos impartido el oficio básicamente, hemos investigado menos otros materiales; sí los hay pero la mayoría estuvimos enfocados al diseño. Por eso hemos logrado muy buenos diseñadores de joyas; los que se han dedicado a la joyería contemporánea fueron a estudiar afuera. Llevo años formando gente y los colombianos son más conservadores del oficio y se manejan con metales, plata, en particular, tienen mucha técnica y desarrollo pero no tanta espontaneidad. Creo que en Argentina hacen más sin temor. Acá, se exige mucho que esté muy bien hecho, y si suman materiales tienen que resultar una unidad, estamos más influenciados por el diseño. Sin embargo, la técnica puede servir para estar seguros, liberarse y hacer lo que se quiere con calidad.

En Bogotá, tenemos una feria que se llama ExpoArtesanías que ha sido un espacio que nos ha ayudado a avanzar un montón y vendemos lo que hacemos. Y joyería es el rubro que más vende. Es que si uno puede vender lo que hace, se prepara mejor y aprende a producir mejor a nivel artesanal. Somos pequeños talleres que logramos una pequeña producción bien hecha y eso lo debemos a la feria, donde la mayor parte de los artistas y diseñadores hacen sus piezas con un paso a paso similar: se parte de una idea para expresar algo, de la cual surgen distintas series, y esa es la forma de trabajo que enseñé y se ve por todos lados por acá.

 

“Me gustan las propuestas que trabajan desde lo popular, en lo muy nuestro, que producen con una estética muy propia.”

 

Una metodología de enseñanza única

 

_Es su método.

_Es un método que caló hondo, que sirvió para que la gente pueda tener una producción con que sustentarse, también es una manera para poder sacar el jugo a todo el tiempo en el que uno se pasa haciendo una pieza artística. Esa pieza puede nacer con un cuestionamiento o defecto por el que uno piensa: uy lo hubiese hecho de otra manera o hubiese… hubiese… etc., y lo bueno es que a partir de la pieza madre salen series en las que uno tiene la oportunidad de corregir, y así el trabajo resulta muy bien pensado y hecho. Esa forma de trabajar nuestra se reconoce.

Sí, me enorgullezco porque le ha dado posibilidades de trabajo a muchos; he tenido cantidad de alumnos que adoptaron esta metodología y se ha expandido, logrando una forma de trabajo muy propia. En la feria bogotana que mencionaba hay más de 130 puestos de joyeros artistas no industriales. Pero hay otros artistas que no quieren saber nada con vender y terminan haciendo cosas que no tienen nada que ver con lo suyo para poder vivir. La mayoría de los joyeros contemporáneos son profesores en escuelas, pero el que no es docente ni tiene una galería a disposición, porque no siempre se compra un trabajo artístico, entonces puede tener esta alternativa de ganarse la vida con las piezas de diseño. Esto no nos convierte en mercachifles, tampoco es que hacemos una cantidad como una marca comercial internacional, sino que tenemos talleres pequeños y vivimos de lo que hacemos, más digno que esto… es una muy buena forma de vivir.

 

“Este método que parte de una pieza madre para hacer series sirvió para que la gente pueda tener una producción con que sustentarse, también es una manera para poder sacar el jugo a todo el tiempo en el que uno se pasa haciendo una pieza artística”


Entrevista a Francisca Kweitel

Apuntes | Notas

Está bueno experimentar cierta incomodidad en favor del aprendizaje


Entrevista a Francisca Kweitel

Por Delia Alicia Piña

 

Estudió joyería, “esa que despierta todos los sentidos y da la posibilidad de manifestarse en distintos formatos”, en la Massana de Puig Cuyàs pero dice que aprendió tanto o más de la vida que de joyería. Señala que este maestro le cambió la forma de ver el mundo y a apasionarse por algo. Francisca Kweitel se define como una construcción de todas las cosas que hace como docente o “empujadora” y como gestora de proyectos que priorizan el proceso de creación, que siempre es de aprendizaje, en vez del consecuente resultado.

Cuenta que su obra le sirve para transitar el tiempo, y luego ve qué le pasa; es que lo suyo está relacionado con el tiempo y el estar presente en el aquí y ahora, prestando atención. No está casada con ningún formato y destaca que aprende lo que necesita aprender para cada circunstancia.

Es titular de la cátedra de Proyecto de Accesorios de la FADU UBA, en la que la joyería contemporánea está contemplada en el programa que aborda el proyecto y los procesos creativos para todas las posibilidades que dan los accesorios.

Definiciones, reflexiones y propuestas de una hacedora que prefiere estar del lado de ser alumna para aprender.


_Te presentás diciendo que aprendiste algo de joyería, ¿qué? ¿Y qué implicó tu paso por la escuela Massana?

_Aprendí tanto o más de la vida que de joyería. Aprendí mucho del oficio de joyería, en particular, mucha técnica, tanto que hoy naturalmente doy vuelta un broche y me fijo cómo está construido y puedo advertir si falta o no técnica. Yo venía de estudiar Diseño de Indumentaria, me aburría mucho, y me fui sin terminar a estudiar a Barcelona; es que acá vivía medio sonámbula, no encontraba nada que me despertara. Me fui a vivir sola a otro país, sin tener a mi familia y mis amigos atrás, tuve que volver a generar vínculos, conocí personas súper importantes para mi vida, que hasta hoy esas amigas son familia. Y Ramón Puig Cuyàs me cambió la forma de ver el mundo, me abrió no una ventana sino un portón gigante que me hizo descubrir cosas que no estaban dando vueltas en mi entorno y me hizo apasionarme por algo. Por eso, no es la joyería en sí misma sino que es el hacer con las manos, es un modo de expresión, es el compartir los proyectos de cada uno, debatir y poner todos los sentidos sobre la mesa. Podíamos escucharlo por horas… fui por un año y me quedé tres, no podía irme de ahí. Me cambió mucho la vida y lo agradezco inmensamente. Su influencia me marcó tanto que resultó una divisoria de aguas.

Eran otras épocas, la computadora recién llegaba a mi casa e ingresaba a un buscador a ver con qué me encontraba, prefería una escuela en español, di con una ciudad como Barcelona que está marcada por el diseño. Y encontré la Massana, me presenté y me aceptaron. Había estudiado un año con Jorge Castañón, pero más como un hobby que acompañaba mis estudios universitarios, sin embargo me había entusiasmado con el hacer y las herramientas. Ese estudio se intensificó en la Massana porque iba todos los días de la mañana la noche, en las clases de Proyectos o en el taller aprendiendo técnica durante tres años de trabajo arduo. Mi aprendizaje de joyería contemporánea se dio allí porque fue muy fuerte.

 

“No se trata de la joyería en sí sino que es el hacer con las manos, es un modo de expresión, es el compartir los proyectos de cada uno, debatir y poner todos los sentidos sobre la mesa”.

 

_Y también decís que sos Proyecto 8, Cátedra Kweitel y Simposio en construcción. ¿Qué de esos proyectos te definen o cómo te definís a través de ellos?

_Muchas veces te preguntan y qué sos? en relación a lo que estudié. Yo nunca conseguí contestar que soy diseñadora de indumentaria, que es lo que estudié, porque prácticamente no trabajé como tal. Entonces contesto que soy todas las cosas que hago. Somos una construcción sobre lo que hacemos no sobre lo que estudiamos, que a veces queda un poco lejos. Somos todo lo que hacemos en relación a lo profesional y a lo personal también. Por eso me gusta contestar que soy una construcción de todas las cosas que hago.

 

“Soy una construcción de todas las cosas que hago.”

 

Intercambio visual

 

_Realizaste varias clínicas con artistas visuales, ¿por qué te interesó sumar esa disciplina?

_Fue circunstancial, porque regresé a mediados de 2001, luego se dio la debacle del país y nos quedamos quietos… En agosto de 2003 hicimos la muestra «Peu de Reina» (un juego de palabras en catalán que alude a la herramienta que utiliza el joyero para medir y calibrar en la  construcción de las joyas y que denominaba a una asociación de joyeros egresados de la Massana, interesados en generar un espacio de gestión dentro de la joyería, propuesta que se replicó con un evento en el Centro Cultural Recoleta), y en ese momento estaba buscando un taller de Proyecto similar al que hacía con Ramón Puig; es decir, sentarnos alrededor de una mesa, mostrar el proceso de lo que hacíamos y debatir entre todos. Eso alrededor de la joyería no existía en Buenos Aires. Entonces, desde el área de Coordinación del Recoleta me dieron una lista de artistas posibles que hacían Clínica de obra y, entre ellos, estaba Fabiana Barreda con quien hice mi primera clínica, que era lo que estaba buscando y resultó mucho mejor de lo que buscaba porque había interdisciplina, con intercambio entre fotógrafos, ceramistas, pintores, entre otros.  No quería una disciplina cerrada sino que me interesaba escuchar y aprender de todos. Es que aprendí a tratar a la joyería como una disciplina artística, que va más allá del oficio o la técnica, te despierta todos los sentidos y da la posibilidad de manifestarse en distintos formatos.

En la primera exposición que participé en la Massana fue con una cadena de jean que hice con pantalones reconstruidos enganchados de una manera que genera como una cadena humana y pude presentar esa instalación en medio de una muestra de joyería contemporánea. Así empecé a entender la joyería en mi vida. Con lo cual cuando volví, necesitaba continuar con esa práctica. Cómo manifestar o materializar las cosas que me pasan, lo que siento o que me gustaría hacer o hacer sentir al otro, mi consigna.

 

“La joyería artística te despierta todos los sentidos y da la posibilidad de manifestarse.”

“Así empecé a entender la joyería en mi vida: cómo manifestar o materializar las cosas que me pasan, lo que siento o que me gustaría hacer o hacer sentir al otro”.

_¿Y lo conseguiste? ¿Optaste por transmitir al otro?

_En eso estoy hace años, te lleva la vida. Para mí es muy importante ser alumna todo lo que pueda. Por eso me interesa mucho hacer clínica de obra, talleres, workshops porque me interesa estar del lado de alumna y aprender. Me apasiona ser alumna.

Pero, por otro lado, me di cuenta que me gustaba mucho también ayudar al otro a desarrollar su proceso. Y en esa clínica de obra con Barreda me encontré con Andrea Saltzman, mi profesora de la facultad que en 2005 me invitó a participar de su cátedra y empecé a trabajar con ella por ocho años y aprendí muchísimo de la docencia. Ya venía de la experiencia con Ramón, en la que era un básico debatir sobre los trabajos de cada uno. En 2010 me dijo q se iba a abrir una cátedra nueva de Diseño de Accesorios y me recomendó presentarme. E invité a Guigui Kohon a que volviéramos a hacer juntas una presentación –ya que habíamos hecho una para la Massana- y aquí nuestra propuesta interesó.

Un par de años después empecé con los talleres de Proyecto 8. Son dos espacios que disfruto mucho más que como docente, como “empujadora”; me gusta decir que soy empujadora, porque busco hacer que los otros atraviesen sus propios procesos creativos; todos necesitamos un empujón, un “vamos para allá” y me gusta mucho este trabajo.

La cátedra y Proyecto 8 tienen que ver porque yo estoy involucrada. Hace unos años, gracias a una beca del Fondo Nacional de las Artes me di el lujo de escribir sobre los procesos y encontré el paralelismo y las diferencias entre las clases en la cátedra pública, Proyecto 8 y los workshops. Todas estas propuestas, en distintos formatos, intentan empujar, ayudar, acompañar a los participantes a atravesar su propio proceso creativo, habilitando un espacio de incertidumbre que cuesta, pero que está bueno atravesar.

 

“Me apasiona ser alumna y aprender. Como docente me gusta decir que soy “empujadora” porque hago que los otros atraviesen sus propios procesos creativos; todos necesitamos un empujón”.

 

_¿El proceso creativo es más importante que el resultado?

_Me enfoco en el proceso en sí mismo, en ser responsable, en estar aquí y ahora trabajando, muy enfocados con todos los sentidos puestos en ese desarrollo creo que el resultado aparece solo como consecuencia de todo el proceso. Y lo veo y compruebo en todos los talleres que hago. Si estás dispuesto a darlo todo en ese proceso el resultado aparece y es buenísimo. El proceso es muy importante porque hace a que reconozcamos cosas nuestras, cosas que están arraigadas, prejuicios, formas de contestar automáticamente, formas de hacer con las manos, de los materiales que agarramos, de los colores que elegimos, todo en el proceso va surgiendo y es súper importante dejar que las cosas sucedan y prestar mucha atención a cómo respondemos a cada una de las actividades propuestas para entenderse mejor.

Si uno se entiende mejor, si sabe lo que quiere, lo que le inquieta, lo que desea, va a estar mejor con el mundo, con el otro, en la forma de relacionarse, de parase en el mundo, de compartir y todo es mucho más fácil. Cuando tenemos ideas preformateadas de lo que somos y lo que debemos ser todo se pone confuso. Por esto hago mucho énfasis en el proceso porque esta buena esa búsqueda para entenderse mejor, de aprendizaje, de descubrimiento de uno mismo es buenísimo.

 

“El resultado aparece solo como consecuencia de todo el proceso”.

 

_Esa mirada aplica a cualquier disciplina, a la vida misma. ¿Cuál es el hilo conductor de esa propuesta que te permite entrar y salir de diversas prácticas?

_Esa mirada no es fácil, es un poco sufrida pero vale la pena. Se descubren cosas que tal vez no se quieren descubrir, porque después hay que poder manejarlo, sostenerlo, ubicarlo. Y sí, es completamente interdisciplinaria, porque me enfoco en el proceso creativo no importa lo que hagas, la disciplina en la que ejercés o dedicaste más tiempo o de la que tenés más técnica o sabés conceptualmente. De hecho, siempre trato de salir del lugar conocido; cuando saben mucho de una técnica propongo que trabajen en otro material; cuando manejan mucho un material sugiero manipularlo con otra técnica para probar y descubrirse; está bueno experimentar cierta incomodidad en favor del  aprendizaje. Cuanta más interdisciplina se dé mejor, más mágico resulta.

En relación a los participantes y en el equipo docente de la cátedra, también se da. Mercedes Castro Corbat hizo Bellas Artes; los ayudantes provienen de distintas ramas del diseño, me parece que la interdisciplina aporta y enriquece a toda las partes, son distintas miradas, distintas formas de percibir, se arma un diálogo mucho más rico.

 

“Me enfoco en el proceso creativo no importa lo que hagas”.

 

Gestión de proyectos

 

_El trabajo en Simposio es distinto o similar?

_Mi trabajo en el simposio es distinto porque se trata de gestionar ese proyecto para que suceda. La gestión es inmensa. Simposio es un encuentro de cuatro días con talleres intensivos que suceden en simultáneo (exposiciones y conferencias). Intento que cada uno de los talleristas tengan una propuesta distinta a la otra para que los participantes puedan elegir. Sí coincide en que se apunta al proceso creativo, no pretendemos que se desarrollen técnicas o se den resoluciones técnicas. Cuanto más se amplíe a otras disciplinas, más interesante será.

Se inició como un simposio de joyería contemporánea; los que dan los talleres son joyeros contemporáneos, pero lo que sucede es de todas las artes, diseños y oficios; en ese sentido, se amplía y no es tan específico. Llevo hechas tres ediciones, con una coequiper distinta en cada país, Pamela de La Fuente en Chile e Isabel Trujillo y Ana C. Berrio en Colombia. Y para este año estaba previsto Brasil pero está suspendido. Ojalá se de pronto. Se hace cada tres años en una ciudad de un país latinoamericano distinto.

 

“Mi trabajo también consiste en gestionar para que los proyectos sucedan”.

 

_¿Tu actividad principal es la gestión?

_No, mi actividad principal es la docencia o mi actividad de “empujadora” en la cátedra y en Proyecto 8. La gestión está suspendida por el contexto sanitario en que estamos. Me gusta mucho hacer gestión y los proyectos alrededor de la gestión son el simposio que me lleva casi un año y medio  de trabajo. Y las muestras interdisciplinarias de Proyecto 8, que se hacen en espacios de formato distinto, por eso encarar ese montaje siempre es un desafío porque las obras de disciplinas muy diversas, y eso me encanta. La que íbamos a realizar en mayo la pasamos, esperemos, para septiembre.

Otra gestión muy importante es la de mi propia obra, porque en ese hacer puedo entender qué le pasa al otro; yo también me paro o enfrento a eso que atraviesan mis alumnos en la facultad y en Proyecto 8. Atravieso ese tipo de ejercicios también con mi obra para poder comprender lo que se experimenta. El desarrollo de mi obra no está por encima del resto, es importante y me acompaña en muchos sentidos.

 

“En el hacer puedo entender qué le pasa al otro. Atravieso ese tipo de ejercicios también con mi obra para poder entender lo que se experimenta”.

 

_¿Cómo es tu obra? ¿Qué te interesa mostrar o contar?

_No tengo un statement claro de todo mi cuerpo de obra. Soy bastante desprolija en cuanto a una disciplina en la que me especializo. Cuando me preguntan qué hacés no sé qué decir porque no soy pintora, fotógrafa o videasta. Depende de la obra que quiera materializar, el formato en que lo haga y me gusta un poco esa desprolijidad porque no estoy casada con ningún formato y aprendo lo que necesito aprender para cada circunstancia.

A partir de una obra que llamé «Desvanecer», un video que hice hace varios años, me dí cuenta que mi obra estaba bastante relacionada, sobre todo en ese momento y desde siempre, con el tiempo y con el estar presente en el aquí y ahora, prestando atención. En ese momento, estaba relacionado con mi padre que veía empezaba a envejecer y me decía a mí misma prestá atención que un día no va a estar, grabá a dentro tuyo lo que está pasando. Y a partir de entonces me di cuenta que tengo esa relación especial con el paso del tiempo, que a veces tiene que ver con dejar pasar el tiempo y hacer algo, como alguien que teje o como yo que pliego una cinta de papel o hago estas tiras de cáscara de huevos que necesitan atención focalizada, ahí y ahora, casi como una meditación estoy ahí trabajando todo el  tiempo en una misma cosa. Además porque soy lenta y me gusta hacer gala de eso, me gusta trabajar lentamente, no tengo ninguna necesidad de producir en forma desmesurada y en cantidad, me gusta enfocarme en ese hacer minucioso y progresivo, poquito y chiquito.

Me gusta enfocarme en las cosas pequeñas y de mi entorno cotidiano, en pequeños gestos que para mí son muy potentes y hacen y transmiten mucho. Y me quedo en ese hacer pequeño, minucioso, silencioso, sin hacer demasiado ruido.

Hace varios años que tengo tres obras dando vueltas que no termino del todo, que tienen que ver con el tiempo, con estar presente aquí y ahora, con lo pequeño y lo repetitivo.

“Me gusta enfocarme en las cosas pequeñas y de mi entorno cotidiano, en pequeños gestos que para mí son muy potentes y hacen y transmiten mucho.”

_¿Cruzás disciplinas? 

_No las cruzo en una obra, pero puedo hacer una instalación para una obra, un video para otra obra, una fotografía para otra más. Aunque sí, ahora sí tengo un poco esa necesidad; tengo unas obras que son instalación pero que me gustaría hacer un video a partir ella, entonces sí empiezo a pensar en esa interdisciplina.

 

_¿Y de joyería?

_Todo es posible. Es cierto que esta lluvia es como un gran cortinado si lo separo y lo cierro, tengo un collar muy largo de cáscaras de huevos y a veces aparece algo así o un objeto que parece un collar pero que es para colgar en la pared, pero para volver a vivir de eso o depender de eso, no.

 

Estallido emocional

 

_¿La experiencia de Metalistería fue para gestionar y promover la joyería contemporánea? ¿Qué te dejó?

_Una etapa maravillosa, mágica, por cómo sucedió. Un día nos juntamos a comer Silvina Río y Marina Molinelli Wells en Palermo, contiguo había un local vacío, y nos preguntamos ¿averiguamos? A la semana lo estábamos alquilando y con Marina casi que no nos conocíamos. Lo hicimos sin tener mucha idea de lo que era un negocio, expusimos nuestros trabajos y con el tiempo fuimos invitando a otras joyeras argentinas y algunas latinoamericanas también, y empezó a ser un espacio de promoción y difusión de la joyería contemporánea muy lindo. Me encantaba, aprendimos muchísimo, fuimos desde directoras de arte de una galería hasta cadetes. Estuvimos cinco años y medio pero la situación económica no daba para más. Fue una experiencia increíble, en la que se generaron vínculos maravillosos. Conocí a la joyera colombiana Claudia Vallejos, por ejemplo, y a partir de ese contacto generamos  talleres para el Centro Cultural de España, en uno de los cuales invitamos a Ramón Puig, un encuentro y experiencia espectacular. Pero es muy duro tener un espacio a la calle y te tiene que gustar, producir y producir para vender, el peso de los costos, las cuentas, era demasiado.

Cuando solté Metalistería tuve un 2010 en el que se dio un estallido emocional impresionante porque pude ir a México, República Checa, Finlandia y a México nuevamente con invitaciones a residencias, simposios, becas. Dejé la comercialización y producción para dedicarme a mi obra y llevé adelante, en México, una obra «Respira» que fue otra divisoria de aguas. Una hermosa obra con mucha interdisciplina: salía a la calle con mi mochila llena de barbijos e intercambiaba experiencias con cuanta mujer había en la calle o en los mercados vendiendo ropa bordada, haciendo bordados, sacaba fotos, filmaba videos, armé un collar con iluminación por adentro para el que tuve que aprender electricidad. Un trabajo que implicó una experiencia que me emociona muchísimo, muy enriquecedora.

 

“Metalistería me dejó un gran aprendizaje, experiencias y vínculos.”

“Los proyectos de la vida no son éxitos y fracasos sino experiencias y de todas sacas cosas que seguro están buenísimas y otras que no, pero todas enseñan algo.”

_Quedaste a cargo de la cátedra de Accesorios.

_La cátedra se propone generar un espacio de acción, investigación y constante intercambio. La propuesta original fue Diseño de Accesorios y ahora es Proyecto de Accesorios. Esto significa que la joyería contemporánea está contemplada en el programa de la materia pero no se trata de joyería contemporánea sino de accesorios que abarcan muchas otras opciones o posibilidades. Se aborda el proyecto y los procesos creativos para todas las posibilidades que dan los accesorios, que además es un trabajo que hacemos con los alumnos, qué accesorios son posibles y los construimos en equipo, no decimos desde la cátedra qué cosas son accesorios sino que se trabaja entre todos. Uno de los trabajos es «Autoretrato», en el que cada uno elige y muchos toman la joyería contemporánea, otros contenedores o accesorios para la cabeza o máscaras.

Sí, se fue Guigui Kohon después de 10 años de trabajo juntas para seguir otro camino, porque necesitaba hacer cambios. Está bueno atravesar distintas experiencias y no quedarse arraigados a una cosa. Yo me animé a empezar y terminar cosas sin ningún problema. Los proyectos de la vida no son éxitos y fracasos sino experiencias y de todas sacas cosas que seguro están buenísimas y otras que no, pero todas enseñan algo. Por eso está bueno cambiar.

Me quedé con parte del equipo con que venimos trabajando hace años. Mercedes Castro Corbat desde 2013, casi desde el inicio (2011), es parte de esta construcción, es un bastión importantísimo con quien seguimos trabajando y repensando la metodología de la cátedra. Y, cada vez más, se da el espacio para que todos los integrantes del equipo docente, aún los ayudantes que fueron alumnos y acaban de entrar, propongan y dispongan de alguna manera. Es muy bueno lo que sucede y este año se dio con mucha claridad. Entraron cuatro ayudantes y dos de ellos, Juan Musante y Clara Tipito, a los dos meses ya propusieron un ejercicio para que hicieran los alumnos este año.

Y está buenísimo el espacio que habilita a otros para desarrollar su propuesta, que coucheamos; estamos para opinar y acompañarlos. Generar ejercicios es enriquecedor, y  concreta un intercambio entre nuevas y viejas generaciones del equipo docente, que es magnífico. Los ayudantes son de Diseño de Indumentaria y de Diseño Industrial, y esa conversación o debate entre distintas miradas es enriquecedora.

 

Dedicación absoluta a la tarea docente

 

La propuesta sigue siendo la misma, todos los años y hasta en cada clase, a través de los ejercicios se revisa aquello que vamos a hacer, lo que hicimos y cómo debería volver a hacerse. Nuestra metodología se analiza y actualiza permanentemente esté quien esté en el equipo; siempre entran y salen docentes y eso es muy bueno. La tarea docente universitaria es muy ardua, tenés que darlo todo. Es de una pasión y dedicación absoluta, que si la perdés te tenés que ir, sino le hacés muy mal al alumno, al que tiene que aprender. Es un trabajo fuerte, que implica que estemos atentos, necesita mucho debate  y lo hacemos antes de cada clase; todo el tiempo estamos discutiendo el hacer para que sea claro; el cómo proponemos para que atraviesen una experiencia que les ayude a dar un paso más adelante.

Se trata de atravesar experiencias que ayuden en tu propio proceso creativo. Implican propuestas que hacen que te entiendas mejor, qué entiendas cuáles son tus deseos e inquietudes, cuáles son tus valores y, en ese descubrimiento, hay un proceso en el que se va formalizando un hacer específico que puede ser la joyería contemporánea, los contenedores o lo que sea. Una vez más el resultado es consecuencia del proceso, que es muy importante porque permite llegar a cualquier tipo de resultado. La práctica es más o menos la misma: atravesar experiencias, juntar material e ir entendiendo. La reflexión del alumno consigo mismo es muy importante, también con sus compañeros y de igual modo con el equipo docente. Se trata de debatir, compartir y, sobre todo, que el alumno tome la decisión, no que haga lo que al profesor le guste. Estas son las herramientas y les decimos, ponelas en juego. No les damos recetas para que las sigan meticulosamente y así llegar a un resultado específico que aprobamos, porque no esperamos un resultado específico sino todo lo contrario esperamos sorprendernos.

 

“La cátedra ofrece propuestas que hacen que entiendas cuáles son tus deseos e inquietudes, cuáles son tus valores, y en ese descubrimiento hay un proceso en el que se va formalizando un hacer específico que puede ser la joyería contemporánea, los contenedores o lo que sea.”

 

_Ahora el desafío es virtual.

_Sí, desde 2020 el desafío es doble. Es muy posible avanzar en este trabajo bajo esta modalidad, fue duro porque debimos ajustarnos a las nuevas tecnologías y a una forma de pensar distinta y lo logramos; tuvimos que repensar por completo algunas cosas, otras no. Algunos aspectos de la virtualidad llegaron para quedarse para siempre y está bien que así sea. Por otra parte, trabajamos sobre lo tangible, sobre objetos que se relacionan sobre el cuerpo y con un intercambio entre alumnos y docentes que es distinto pero posible; no podemos tocar ni poner el cuerpo esperamos que se recupere en otro momento. Se puede convivir entre la virtualidad y la presencialidad muy bien.

La cátedra es un espacio en el que se trabaja desde el hacer con materiales de todo tipo, que incluye lo no tangible o, por momentos, lo efímero o lo no aprehensible, y se trabaja mucho en la reflexión, en el pensamiento y el debate. Es importante que pensemos por qué hacemos lo que hacemos. Hay tiempos para cada cosa: uno hace, después piensa, vuelve a hacer o reconfigura mediante un diálogo con el otro y las cosas se entienden con el tiempo. Cuando estás atravesando ese proceso es muy difícil entender lo que sucede, a veces terminás de entender las cosas un año más tarde, ni siquiera cuando terminaste de hacerla.

Por eso, por ejemplo, en la cátedra les pido que trabajen sobre una bitácora para registrar el proceso, todo lo que pasa, con dibujos, fotos, palabras, pensamientos, reflexiones y conversaciones. Ese libro, un tiempo después, vale oro y al consultarlo aporta informaciones que permiten entender cosas que sucedieron en el camino, lo que se descartó, lo que no se tuvo en cuenta, siempre conserva mucho material para recuperar.

 

“Es importante que pensemos por qué hacemos lo que hacemos. Hay tiempo para cada cosa: uno hace, después piensa, vuelve a hacer o reconfigura mediante un diálogo con el otro; las cosas se entienden con el tiempo.”

 

_Las herramientas que se ofrecen en la universidad pública sirven para el desempeño profesional.

_Las herramientas sirven para el desempeño en la vida misma. De hecho estudié diseño de indumentaria y no trabajé como tal. Sin embargo, la universidad me dio muchas herramientas para la vida misma, que las supe aplicar de diferentes formas en distintas situaciones. Eso es lo importante. Luego hay especificidades de cómo aprender técnicas, resolver problemas, pero hay algo más grande, lo más importante es aprender una forma de estar en el mundo.

 

“La universidad me dio muchas herramientas para la vida misma, que las supe aplicar de diferentes formas en distintas situaciones. Hay algo más grande, lo más importante es aprender una forma de estar en el mundo.”

 

Exponer, atravesar y experimentar

 

_¿Hoy es imprescindible sumar otras tecnologías como el 3D o la electrónica, por ejemplo?

_Seguro, está buenísimo. Sumar siempre está bueno. Explorar, atravesarlo, experimentar, saber de qué se trata por lo menos una vez en la vida, y eso no quiere decir que lo tengas que usar para tu desarrollo artístico, de diseño o productivo. Hay cosas que se hacen de la misma manera desde hace cientos de años y funcionan perfectamente, y hay otras en las que nos invade la tecnología y está buenísimo también. Está bueno saber qué existe y también explorarlas y hasta experimentarlas, después se decidirá si en algún momento se necesitan.

 

“Hay cosas que se hacen de la misma manera desde hace cientos de años y funcionan perfectamente, y hay otras en las que nos invade la tecnología y está buenísimo también”

 

_¿Es lógica la disyuntiva entre el arte y el  diseño o son simplemente dos maneras de enfocar la creación  y no es importante platear un litigio?

_No sé muy bien si hay una disyuntiva. Son formas de crear quizá con distintas finalidades, pero lo más importante es lo cerca que están y lo festejo. Sí puede haber una discusión acerca de las diferencias o similitudes entre el arte y el diseño y está bueno que se den, pero no lo veo como una contra o como algo que hay que separar o discutir de mala manera. Existen alrededor de los procesos creativos con distintos fines, no lo sé, eso se puede discutir, pero agradezco que existan.


Entrevista a Teresa Estapé

Apuntes | Notas

Los sucesos alrededor de la joya me interesan igual o más que la joya misma


Entrevista a Teresa Estapé

Por Delia Alicia Piña

 

A la joyera catalana Teresa Estapé le gusta hablar bajo y persuade al sostener que los mensajes más poderosos están dichos en voz baja. Esta forma de decir la transfiere a su hacer con piezas minimalistas, caracterizadas por la sustracción.

Su práctica artística va más allá de la joyería, incluye instalaciones, videos, obras gráficas y objetos escultóricos que combina de manera complementaria. Mediante cualquiera de estas expresiones genera espacios de reflexión que apuntan al hecho a mano, la carga simbólica, la durabilidad, la portabilidad y los materiales de origen ético.

Pero el lenguaje de la joyería siempre está presente en lo que hace, entre otras, por los materiales que utiliza. El oro es su favorito pero decidió incursionar en cierto tipo de diamantes y perlas. Cuenta por qué y cómo es el imaginario creativo que la impulsa.

Busca que la joya sea algo más que un ornamento y señala cómo lo consigue. Habla de la joyería responsable que sostiene a diario y explica qué es el oro Fairmined que pretende usar a pleno. Sus proyectos y obras más destacadas.


_¿Qué te atrae del minimalismo?

_El minimalismo me gusta como otros estilos, por la fuerza de su simpleza. Mis piezas se caracterizan por ser mínimas, aunque ahora ya no tanto, sin embargo estoy un poco más contundente. Lo mínimo puede ser contundente, pero llegué a un punto en el que era tan mínimo que ya no podía avanzar porque era casi invisible, entonces decidí empezar a hablar con otro lenguaje. Es que había iniciado una especie de batalla con la joya. Durante mucho tiempo se me planteó la dicotomía entre el arte y la joya; la joya entendida como artesanía, y el arte como tal y pasé por varios años de disputa. Sin querer fui dejando la joya en lo mínimo para ver cuánto resistía; lo mío con lo mínimo es como un reto inconsciente. Mi trabajo sigue siendo minimalista, trabajo siempre sustrayendo no añadiendo.

 

“Lo mínimo puede ser contundente. Sin querer fui dejando la joya en lo mínimo para ver cuánto resistía”.

 

_¿Hay mucha diferencia entre el arte y la joyería? ¿La joya no es arte?

_Las joyas que yo hacía en un principio eran un destilado de mi práctica artística pero no eran tan artísticas, no partían de un concepto, no eran tan radicales en su mensaje. Y decidí radicalizarlas por la vía del minimalismo. Las dejé en la nada misma, en su mínima expresión, para ver si transmitían y así fue. La joya al final salió victoriosa de ese proceso de quitar, quitar y sigue gustando. En ese momento, me cuestionaba en el mundo de la joyería artística, que entiende su práctica como artística pero el mundo del arte la rechaza, la mira por encima del hombro, y conseguí combinar ambas disciplinas -joyería más arte- haciendo instalaciones, obras gráficas, objetos y los presentaba en galerías de arte; no obstante, cuando también veían joyas ya me miraban como intrusa porque consideraban a la joya como ornamento no como arte. Estuve durante mucho tiempo tratando de superar esa disputa hasta que dejé de estar pendiente y naturalmente ambas disciplinas pudieron convivir en paz. Y así trabajo en prácticas artísticas que no son joyas, con materiales y discursos de la joyería.

 

“Trabajo en prácticas artísticas que no son joyas, con materiales y discursos de la joyería.”

 

_¿Por ejemplo?

_En la última práctica artística que hice tomé el oro y el diamante como símbolos del poder económico, usé la joyería y la llevé al mundo de la instalación y el video. El lenguaje de la joyería siempre estuvo presente en mi práctica artística sea por los materiales que utilizo o por mi manera de trabajar que es muy minuciosa, siempre está presente mi oficio de joyera.

 

“El lenguaje de la joyería siempre estuvo presente en mi práctica artística.”

 

Trabajo muy minucioso

 

_¿Qué tienen en común tu joyería, la instalación, los videos, obras gráficas y demás prácticas artísticas que hacés?

_En lo formal, el trabajo minucioso. Si es una instalación, a veces reproduzco un movimiento o algo de una pieza de joyería a gran escala. Mi manera de trabajar es muy cuidadosa, detallista en lo pequeño. Y en lo conceptual, a partir de la joya -que podría ser otra disciplina, pero es la joyería porque es mi oficio- genero una reflexión extrapolable a lo social y antropológico que tiene que ver con la dicotomía entre precio y valor, y la pérdida de los símbolos en la sociedad contemporánea, entre otras cuestiones; esto también se da en las instalaciones, videos y en mi obra gráfica. Utilizo la joyería como espacio de reflexión, como otro podría tomar la moda, por ejemplo.

 

“Utilizo la joyería como espacio de reflexión.”

 

_¿Qué querés comunicar?

_Quiero referirme al precio, al valor, a la pérdida de símbolos, a las normas sociales. Esto es lo que quiero transmitir, es lo que siempre está presente en mi trabajo. Tomo la joya, me sitúo en la joya primitiva, en lo que significaba en su origen, que en ningún caso era un ornamento sin más sino que tenía mucho poder y simbología tanto como amuleto o representación de un grupo social o herramienta; me gusta retomar ese poder simbólico para devolvérselo, para ir en contra de esa joyería que igual que la moda podría ser el de usar y tirar. Me interesa generar conciencia de que ese objeto que está hecho a mano tiene una carga simbólica, que pretende ser durable, que está realizado con materiales lo más éticos posibles; por eso, le devolvemos ese valor y esa fuerza que tenía originalmente.

 

“Me gusta retomar ese poder simbólico que tenía la joyería para devolvérselo.”

“Me interesa generar conciencia de que ese objeto que está hecho a mano, tiene una carga simbólica, pretende ser durable y está realizado con materiales lo más éticos posibles”.

_¿Eso de sutil y esencial de tus piezas también hablan de vos?

_Imagino que sí está relacionado conmigo pero la manera de trabajar es siempre inconsciente. No es que digo voy a hablar de esto; cuando miro un grupo de joyas sobre las que estuve trabajando durante un año o dos advierto que estoy hablando de eso. No es que quiero hablar de algo, me sale y lo veo luego al analizarlo. Me cuesta un poco asociarlo a mí pero sí será así; sí tiene todo el sentido.

 

“La manera de trabajar es siempre inconsciente. No es que quiero hablar de algo, me sale y lo veo luego al analizarlo”.

 

_¿Cómo es tu imaginario creativo?

_Me di cuenta que siempre estaba recreando un mismo lugar. Lo advertí al ver mis mesas llenas de piezas y me dije: “Madre mía, esto es la casa de mis abuelos. A todos nos marca mucho la infancia, el paisaje en esa etapa, y nos marca de manera inconsciente, nos cala hondo y tiene que ver con las maneras de actuar de tus padres, lo que se ha dicho a tu alrededor, cómo se comía, etc. Lo veo en otros creadores y señalo como ejemplo a un artista icónico como el pintor Henri Matisse, cuya madre era costurera y trabajaba con telas de color, lo cual está muy presente en su obra. Cuando te pones a crear, inconscientemente sale porque es lo que tienes más arraigado. La casa de mis abuelos maternos ha sido muy especial, iba mucho, tenía mucha relación con ellos, era bastante típica del centro de Barcelona; mi abuela era muy sensible, coleccionaba objetos que cuidaba mucho y se advertía el amor por éstos, nunca había algo roto; su manera de disponer las cosas en la mesa, sus pequeños ritos; tenía muchos objetos antiguos en una casa que tenía un suelo de madera en la que se reflejaban las sombras…

Este es el paisaje interior de mi infancia, lo tengo presente e inconscientemente siempre recurro a él. Allí había muchos objetos de metal trabajado, como cajitas, campanitas, etc. Será por eso que el metal es el material al que siempre meto mano y con el que me siento muy cómoda. Sería incapaz de trabajar con barro, un material orgánico, blando, bueno seguro que podría, pero instintivamente me voy al metal, algo que necesita de cierta fuerza para moldearse pero que luego consigues llevarlo a donde quieres, que puede pasar de blando a más duro, tiene características que me gustan mucho.

 

“El metal es el material al que siempre meto mano y con el que me siento muy cómoda”.

 

El oro es su favorito

 

_¿Qué metales preferís?

_Preferir, preferir el oro, que me encanta, el latón (la aleación de cobre y cinc) me gusta mucho también, en plata también he trabajado y he probado otros materiales como el aluminio pero no me gusta mucho.

 

_¿Qué querés transmitir con la sustracción cuidada y minuciosa?

_Me gusta mucho hablar bajito. Los mensajes más poderosos están dichos en voz baja. Entonces decir mucho con poco me parece un gran reto. Me agradan esas esas composiciones o frases de escritor que en siete palabras incluyen un universo entero. Cuando hablas en voz baja o haces algo mínimo el oyente o espectador tiene que acercarse, le estás pidiendo que muestre su interés y eso es parte del juego que quiero plantear. Si haces algo muy llamativo todo el mundo lo ve y rápidamente se siente atraído, pero estamos tan bombardeados de imágenes y mensajes que pasa a ser algo más. En cambio, o en consecuencia, si conseguís que se acerque es porque tiene la intención de oír, de escuchar, de ver, de observar; así que ese mensaje dicho en voz bajita cuesta más que sea oído porque la atención se la pueden llevar otros mensajes fuertes, pero cuando llega cala de manera más profunda. Esto a veces me ha jugado en contra porque, por ejemplo, a la hora de mostrar o fotografiar mis piezas resulta hasta medio imposible.

Me pasó con el proyecto «Unjewelry», que lo fotografiaba y pensaba: “Me van a decir ¿qué es esto? es una simple circunferencia…”, entonces hacía un video para contar por qué eso era tan mínimo, de paso sumaba disciplinas, pero no siempre me ha resultado, muchas veces eligen lo más espectacular; a veces pienso que lo mío termina siendo un auto boicot; me resulta difícil comunicarlo si no me involucro en persona. Si lo cuento y lo ves, aparece la magia; si lo tocas, cuando lo cuento, suelo ver que la mirada de quien está enfrente cambia y entra en la historia, entonces se genera un vínculo muy poderoso y consigo transmitir esa historia. Es difícil, me doy cuenta que me pierdo mucha gente pero es mi manera, me sale así, pero al que me gano, lo gano para siempre, creo.

 

“Si conseguís que el espectador se acerque es porque tiene la intención de oír, de escuchar, de ver, de observar; así que ese mensaje dicho en voz bajita cuesta más que sea oído, pero cuando llega cala de manera más profunda”.

“Si ese decir con la joya incluye contar de qué se trata el oyente entra en la historia y se genera un vínculo muy poderoso.”

_¿Con qué fin sustraés?

_Se trata del proceso de quitar, quitar, quitar hasta el punto de la desaparición o que casi no se sostenga, que su viabilidad como joya casi entre en cuestión. Cuando un anillo o una cadena muy fina te los sacas y los dejas, se pueden caer al suelo y perder. Esa chapita tan fina, la voy laminando, laminando, se tensiona tanto que tengo que parar por pedido del material, no por mí, porque si sigo se agrieta. Casi todo está al borde del desastre, que se rompa, que se pierda y eso me encanta. Me interesa dejar la pieza al borde del precipicio. Es sustraer con la violencia del guante blanco. En mi casa hay corriente de aire y a veces sopla fuerte y se caen, mis hijas me llaman: “¡Mamá las joyas!” y les digo: “Dejadlas, a ver si las encontramos…Es que me interesa mucho la acción, qué pasa con la joya, no es que nos la plantamos en el dedo y ya sino qué pasa después, si se pierde, por ejemplo. Las piezas de «Unjewelry» cobran sentido si te las pones, ese anillo no parece un anillo cuando te lo quitas, pero cuando te lo pones sí aparece; el collar si lo tienes arrugado no parece nada, pero si lo despliegas aparece una catenaria perfecta; hay unos pendientes que están unidos con lo cual tienes que romper la cadena cuando te lo pones; todos estos sucesos alrededor de la joya me interesan igual o más que la joya misma. Me aportan mucho valor, porque estoy cuestionando qué pasa con la joya, con los apegos, con los símbolos, con la visibilidad, con el show off.

Una actriz me dijo:  “Desde que me pusiste este anillo no me lo he quitado y cuando voy a los rodajes me piden que me saque todo para el nuevo vestuario, el anillo siempre se queda conmigo y nadie lo ve; ha hecho conmigo un papel de villana, otro de madre de familia, etc. Que se registre esa historia, me gusta, porque ella lo siente como muy suyo, y me cuenta también la grata sorpresa de quien le hace la manicura cuando descubre el anillo y exclama: “Qué es esto…”. Que sucedan esas cosas me hacen feliz. Hace que la joya salga del mero ornamento.

 

“Me interesa mucho la acción, qué pasa con la joya, no es que nos la plantamos en el dedo y ya sino qué pasa después. Los sucesos alrededor de la joya me interesan igual o más que la joya misma”

 

_Proponés encuentros con clientes o seguidores que eligen tu obra o para definir la pieza que quieren, ¿qué te deja esa experiencia?

_Estoy intentando trasladar a la venta online toda la experiencia del taller, a través de  fotos, textos y también con pequeños encuentros ahora virtuales, porque pensé que quizá alguien quiera que yo le cuente algo. Es que a veces se duda entre dos joyas o si el interesado quiere hacer un regalo me gusta preguntar por el destinatario; a algunos le da reparo pero he tenido llamadas con charlas interesantes. Tanto en lo virtual como en lo personal conversar directamente es una experiencia encantadora, me cansa porque lo doy todo pero me gusta mucho. Quiero explicar una historia porque noto que conecto, sea en mi taller o a la distancia. Si solo quieren solucionar un regalo o quieren una cosita para regalar el mío no es el lugar, hay mucho para ello. Pero si me elije, el objeto ya lo tiene, se lo lleva, pero yo necesito transmitirlo, contarle su historia. Entonces al comprar un collar con una pepita de oro, le tengo que contar por qué me fascinó, tengo que hacerlo partícipe porque así además de la joya se lleva su historia. Esa interacción me encanta, es cerrar el círculo y no es solo vender sino conectar, porque hay un ida y vuelta entre el que compra y yo.

Ir a un taller donde se crea o hace es muy bonito, cuando entras al espacio de alguien que está creando y ves sus prototipos, sus materiales, entrás a su mundo, te envuelve. El escultor rumano Constantin Brâncuși quería que sus piezas siempre estuvieran expuestas en su taller porque cuando se descontextualizaban se perdían, y si vendía una obra la sustituía por un prototipo de yeso porque le generaba un gran vacío, se planteaba su espacio como una instalación, una coreografía entre las piezas acabadas, las sin terminar y los materiales. Un taller tiene una fuerza e inspiración que la gente se lleva cuando lo visita; aquí está todo mi universo con las mesas de joyería, mis prototipos, mis herramientas, mis bodegones, todo el contexto que acompaña a la joya.

 

“Un taller tiene una fuerza e inspiración que la gente se lleva cuando lo visita; aquí está todo mi universo con las mesas de joyería, mis prototipos, mis herramientas, mis bodegones, todo el contexto que acompaña a la joya.”

 

Prácticas éticas

 

_¿Trabajás sola?

_Trabajaba sola, pero crecí y ya cuento con dos personas que me ayudan, una en la oficina, otra en el talle y una más desde fuera desde su propio taller. Algo raro porque yo siempre hice todo: las joyas, el packaging, las facturas, los textos, etc., pero hubo un momento en que ya no pude con todo. Me costó pero me abrí y sumé.

 

_¿Qué oro preferís?

_Uso oro amarillo 18 kilates, pero estoy empezando a usar oro Fairmined (un sello que certifica oro y metales preciosos provenientes de organizaciones mineras artesanales y de pequeña escala que desarrollan prácticas éticas). Hemos creado un colectivo de joyeros barceloneses para fomentar el uso de este oro de extracción justa. Es que en Barcelona puedo ir a la persona que me suministra el oro y me da en todos los formatos, distintos tipos de cadenas, o comprás el oro fino y lo manipulás o te lo pueden manufacturar de manera muy limitada porque el distribuidor está en Alemania y es caro. En fin, es difícil el cambio, pero lentamente estoy haciendo el tránsito hacia el cambio al metal de extracción ética, con sello Fairmined.

 

“Fairmined es un sello que certifica oro y metales preciosos provenientes de organizaciones mineras artesanales y de pequeña escala que desarrollan prácticas éticas.”

 

_¿Qué es el metal Fairmined, qué beneficios trae y qué supone la extracción ética?

_Físicamente no se distingue. Fairmined trabaja con pequeñas minerías de Colombia y Perú que no utilizan o utilizan muy poco mercurio, se extrae en condiciones de trabajo y horarios dignos, pagos justos, sin trabajo infantil y las comunidades reciben ayuda. Esto resulta un poco más caro porque al final el 5 a 10% que pagás de más es para que se hagan las cosas bien.

“Fairmined no utiliza o utiliza muy poco mercurio, se extrae en condiciones de trabajo y horarios dignos, pagos justos y sin trabajo infantil.”

_Levantan la bandera de la joyería responsable, ¿qué es?

_Es un concepto más restrictivo que implica usar materiales, oro y piedras, de extracción responsable, con una trazabilidad en la que todos los pasos que se sigan sean éticos. Lo responsable abarca mucho más, va más allá de usar oro ético, incluye a las personas y las condiciones en que trabajan y mucho más, como destacaba, todo el proceso debe ser ético. La firma catalana Majoral se ocupa de cumplirlo, por ejemplo. A eso tenemos que tender todos.

 

“Lo responsable abarca mucho más, va más allá de usar oro ético, incluye a las personas y las condiciones en que trabajan y mucho más, todo el proceso debe ser ético.”

 

_¿El colectivo joyero es de Barcelona exclusivamente?

_El colectivo se llama Origen, pero hay muchos otros en distintos países. En Barcelona estamos liderados por Medicus Mundi, que es la ONG que vio la problemática en origen: cómo contaminaba el mercurio y cuáles eran las condiciones en que trabaja la gente, y una de sus propuestas fue ir a dónde se consume el oro, ver a los joyeros que lo trabajamos, concientizarnos y fomentar la compra del oro Fairmined. De su mano, durante dos años estuvimos haciendo diversas acciones, como exposiciones, charlas, debates para animar a otros joyeros a consumir este oro, porque cuantos más seamos las pequeñas minerías en las que se trabaje bien podrán funcionar mejor. Es un esfuerzo colectivo interesante, gratificante porque pudimos darnos cuenta, cuestionarnos sobre el origen del material con que trabajamos.

Y lo decidimos en un momento en el que hay mayor conciencia mundial sobre la trazabilidad de los materiales con que trabajamos y también sobre las prácticas de la joyería, como ver qué se hace con los desechos de ácido, cuáles son las condiciones en que están las personas que trabajan en los talleres, cómo es el packaging para que contamine lo menos posible. Hay más conciencia para intentar hacer todo lo mejor posible; paso a paso porque son cambios que conllevan dificultades, hace un año que empezamos por ahora, en España, solo en Barcelona; queremos intentar abrirnos, crear una asociación y ver cómo la gente se puede asociar, estamos en desarrollo tratando de que más gente pueda colaborar

 

“Cuantos más seamos (los que usemos oro Fairmined) las pequeñas minerías en las que se trabaje bien podrán funcionar mejor.”

 

_¿Solo oro?

_Fairmined es prácticamente oro porque la plata que sacan es solo la que encuentran al lado del oro; no hacen extracción minera de plata porque ganan mucho menos, por el momento no es rentable. Los países en los que se origina el oro Fairmined son Perú y Colombia. Hay otras asociaciones de oro justo que trabajan con otros países.

Desde el colectivo Origen también compartimos información de gente que trabaja con piedras éticas; convocamos a proveedores que trabajan de esa manera para ver sus productos, pero son muy pocos.

 

Reversión de piedras preciosas

 

_¿Ese manejo del oro se da en otros de los materiales que usás en tus colecciones como el diamante?

_Me resístí durante mucho tiempo a trabajar con piedras hasta que empecé a trabajar con remanentes de diamantes de tallas del siglo 19, pequeños lotes que se utilizan para arreglar joyas antiguas que suelen estar parados o sin uso. Ya he acabado con casi todos los pequeños lotes de por acá y estoy buscando afuera, son diamantes de calidad baja, no están irradiados, busco los tallados de manera primaria porque no me gusta que brillen mucho. Estoy buscando diamantes tallados de origen ético y me está costando mucho porque como no hay demanda no se ofrece; sí hay otro tipo de piedras.

 

_Reversionaste perlas, un material de los años 50, poco usual en la joyería contemporánea, ¿por qué?

_Me planteé trabajar con diamantes y perlas, dos clásicos de la joyería, que en un principio no me gustaban porque lo encontraba ostentosos pero fue un desafío llevarlos a mi terreno, al de la joyería artística. Elegí diamantes antiguos porque tienen su historia y busqué aquellos que no tuvieran ese brillo tan fuerte o perfecto. Y las perlas, bueno es que son tan bonitas, tan favorecedoras que me rendí a ellas; tenía un collar de perlas con esa medida intermedia que llevaban las mujeres en los años 50 y 60, de más grandes a más pequeñas, y las trabajé con la intención de sacudirlas de su montaje característico. Con la idea de que solo se vean las perlas, las puse suspendidas; también las dispuse de manera más escultórica o arquitectónica: una plancha amarilla (de oro) y una esfera a cierta distancia.

Es que me da igual que sea oro y perla, porque lo que quiero hacer es componer. Así, la perla tiene el valor de esfera blanca, con esa composición se aleja del uso clásico de la joyería y pasa a ser como una pequeña escultura. Ese enfoque escultórico es casi racional, de punto y línea sobre el plano de Kandinsky, lo aleja de lo cursi, de lo clásico. Así, conseguí reversionar un clásico, pero cuesta, muchas me dicen: “Es que yo no soy de perlas”, y les digo que son para llevar de otra manera, aunque es verdad que exigen cierta actitud irreverente o manera de vestir para que funcionen mejor; creo que van bien en gente joyen que lleva chandal (jogging) y así, al perderle el respeto, la resignifican.

 

“Mi enfoque escultórico es casi racional, de punto y línea sobre el plano de Kandinsky, lo aleja de lo cursi, de lo clásico.”

 

_¿Las perlas forman parte de un proyecto personalizado que elegiste especialmente?

_Ese proyecto se llama «Symbiosis» que no tiene que ver específicamente con las perlas aunque una de ellas lleva unos pendientes de perlas. Surgió sin darme cuenta: las primeras joyas que compraba alguna persona las registraba con su nombre porque las hacía muy suyas; esa pieza me recordaba a esa persona porque siempre estaba viéndola con esa joya puesta. Entonces surgía una simbiosis entre esa persona y la joya que resultaba muy bonita. Por eso decidí elegir a personas que me inspiraran y proponerles casi como un retrato a través de una joya. Es que en ese proceso que me inspira alguien, le hago una joya y en el momento en que se la entrego se produce una simbiosis entre ella y la pieza que me parece mágica.

En el caso de la diseñadora e interiorista neoyorquina Beatrix Ost, que participó del proyecto, me la recomendó una amiga, me documenté sobre ella, advertí que tenía muchas joyas con valor simbólico y fue un desafío crear una pieza para ella. Semanas después de habérselos entregado me escribió: “Mis oídos están tan encantados con los pendientes de perlas detrás de las puertas”. Esa definición me pareció perfecta para las piezas que, como mencionaba, es una composición de perlas como esferas y planchas de oro como paredes.

Carla Huhtanen cantante de ópera especializada en música barroca y contemporánea, fue otra de las elegidas. Su collar, Carla, de dos líneas de oro está inspirado en las finas líneas que definen su fisonomía y en la vibración de su voz. Ella luce ese collar en muchos conciertos.

Cecilia Azcárate es directora creativa de la app multiplataforma de música vía streaming en Nueva York, y desde hacía años combinaba el collar de perlas recuerdo de su madre, con ropa deportiva y gafas polarizadas de biker. Dos días antes de vernos en NY el collar de su madre se rompió. “Es una señal”, me dijo cuando vio la joya que ella me inspiró. Siete pepitas de oro puro suspendidas en una fina cadena de oro, casi a modo de amuleto prehistórico, como los collares de dientes. Cuando se lo entregué hablamos del valor simbólico de la joya y de su fuerza como elemento protector.

Las elegidas son muy diferentes entre sí y me guíe mucho por intuición y al momento de entregarles las joyas, comprobé esa conexión, que es un regalo, una experiencia muy bonita para todos. Y como son diferentes, me inspiraron y obligaron a salir de mis maneras habituales e irme a otros modos que me abrieron caminos; si hubiese seguido en lo que habitualmente hacía esos caminos no se hubieran abierto.

 

“Es que en ese proceso que me inspira alguien, le hago una joya y en el momento en que se la entrego se produce una simbiosis entre ella y la pieza que me parece mágica. Las personas que me inspiraron me obligaron a salir de mis maneras habituales e irme a otros modos que me abrieron caminos”.

“Fue un desafío llevar los diamantes y las perlas al terreno de la joyería artística. Lo hice con un enfoque escultórico, casi racional, de punto y línea sobre el plano de Kandinsky.”

_¿Cuáles son los caminos?

_Ahora estoy haciendo una pieza para un ex diseñador de moda, una persona muy especial que me dió un material suyo para que lo trabajara con las joyas. Ha supuesto un reto interesante y ya llevo dos meses con este proyecto, pero sé que todos los prototipos, pruebas y todo lo hecho también me abrirán otro camino.

 

_¿La diseñdora Beatrix Ost, a propósito de tu «Symbiosis», señaló que “el cuerpo es un buen lugar para estar” ¿lo es para vos? ¿Cómo interviene tu obra en el cuerpo?

_Sí, mucho. El cuerpo es un buen lugar para que esté la joya. Por eso tengo una crítica a la joyería contemporánea, porque al ser una expresión artística en un espacio tan pequeño  todos terminábamos haciendo broches. Es que el aro pendiente tiene un límite de peso, el anillo tiene un límite de espacio al igual que el collar y el broche es el que permite crear una pieza más artística. Yo misma acabé haciendo muchas veces joyas imponibles, pequeñas esculturas con un cierre detrás y eso me generó una crisis. La joya me estaba suponiendo un límite. Estaba muy pendiente del peso y el volumen y luego le ponía el cierre detrás pero ya no estaba teniendo en cuenta el cuerpo. En ese momento, 2008, me planteé dejar que pase lo que tenía que pasar sin constreñirme a que sea una joya; las ponía en unas peanas (soporte de apoyo) para poder sacarlas y usarlas o no. Luego,  directamente fui haciendo esculturas e instalaciones para saltear ese límite y me di cuenta que nadie llevaba esas joyas-esculturas porque condicionaban la vestimenta, por ejemplo, porque era difícil que se vieran. Sentía que tenía encima, en el pecho, una pared de una galería y entonces me di cuenta que esas piezas cada vez más tenían menos que ver con el cuerpo. Por eso seguí con las instalaciones y, a la vez, conservé el hacer esas joyas tan mínimas que sí tienen que ver con el cuerpo, que se convierten en una segunda piel porque, por ejemplo, un colgante tiene un grosor de 3 décimas, ni lo notas, lo mismo que el anillo de cadena, están en contacto pleno con el cuerpo. Es decir, sí me parece muy importante el cuerpo, y es algo que la joyería contemporánea debería replantearse porque el cuerpo siempre está ahí pero las piezas son difíciles de llevar día a día, a veces son aparatosas, difícil de llevar como objeto, muchas veces la portabilidad cuesta. Definitivamente yo hago joyas para ser portadas.

 

“Conservé el hacer esas joyas tan mínimas que sí tienen que ver con el cuerpo, que se convierten en una segunda piel. La joyería contemporánea debería replantearse porque el cuerpo siempre está ahí pero las piezas son difíciles de llevar día a día.”

 

_¿Mencionaste que estás en un proyecto para un hombre, ¿tus joyas no tienen género?

_Mis joyas son femeninas. Ahora estoy por sacar joyas para hombre, pero mi mundo es de mujer porque está muy marcado por mi abuela y mi madre, que eran dos personas muy femeninas. Además creo que las mujeres no deberíamos olvidarnos de la feminidad que es muy bonita; en esta época de feminismo parece que está en contra, pero está bueno luchar por todos los derechos que tenemos que ganar tanto como por conservar ese sentirse mujer que no tiene por qué ser limitador o como tacones que te hagan caminar con más dificultad. La feminidad está muy presente en mí. Mis joyas siempre han sido para mujeres.

Cuando se acercaban hombres interesados en mis joyas me ponía muy contenta porque pensaba qué bueno que no les parezca femeninas y se la ponga de manera desacomplejada. Creo que los hombres que mejor podrían llevar mis joyas son los más jóvenes, de 15 a 18, que se ponen joyas sin ningún complejo, algunas más rotundas, otras más livianas y no les acompleja para nada. Me ha costado y me sigue costando hacer joyas para hombres, me gustaría o aspiro a que fueran sin género porque me gustaría que mujeres se pongan las de hombres sin problemas y los hombres las de mujeres, quizá con alguna adaptación, pero está bueno que los hombres dejen su lado femenino tranquilo, expuesto y puedan llevar un anillo más fino sin sentir que le resta masculinidad. Aspiro a eso, pero aún estoy en ese camino.

 

“Está bueno que los hombres dejen su lado femenino tranquilo, expuesto y puedan llevar un anillo más fino sin sentir que le resta masculinidad”

 

_Y al llevarla en el cuerpo, ¿una joya es un ornamento o una pieza artística?

_Hay de todo, muchas son ornamentales y otras tantas de expresión artística. Intento que las mías sean algo más que un ornamento aunque tampoco me disgusta la idea de hacer un ornamento, que de por sí es bonito, tiene su propia belleza, pero a mí me gusta que la joya tenga un algo más, que podría ser lo simbólico, lo que representa, la conciencia sobre el material con que está hecha, el concepto con que se trabajó y con el que el portador se identifica, porque me interesa que el portador pueda hacerla suya. Cuando haces una joya a mano tiene alma como todos los objetos hechos con las manos, tiene una vibración que no la tiene la pieza que sale de un molde y está seriada, esa conexión con el alma de quién la ha hecho manualmente y pensado con un concepto se transmite con la joya, se lleva y se siente. El mundo está poblado de un montón de objetos y hay algunos que tienen una fuerza que conmueve y ayuda a no perder nuestra humanidad, a mantener nuestros símbolos, ritos, pensamientos y a la reflexión viva.

 

“Me gusta que la joya tenga un algo más, que podría ser lo simbólico, lo que representa, la conciencia sobre el material con que está hecha, el concepto con que se trabajó y con el que el portador se identifica, porque me interesa que éste pueda hacerla suya.”

 

Arte en cualquier formato

 

_¿La joyería es un arte en pequeño formato?

_Sí, la joyería es un arte en pequeño formato. Es que en arte da igual con qué hagas algo, no importa con la disciplina con que trabajes, hay arte o no hay arte. Entonces, en la joyería puede haber tanto arte como en la pintura, en el video o la escultura, es cómo lo trabajes o la intención que le des. Entonces, la joyería artística es arte en un formato reducido que tiene que ver con el cuerpo.

 

“La joyería artística es arte en un formato reducido que tiene que ver con el cuerpo”.

 

_¿La decisión de hacer arte en joyería, video o instalaciones de qué depende?

_Depende de que el formato se ajuste a lo que quiero decir. El punto de partida es el material y los conceptos asociados que me llevan a trabajar de una manera u otra; dependiendo de esto, requiero de un lenguaje u otro para hablar o expresarme, en la mayor parte de las veces, suele ser la joya pero muchas veces el video o la instalación o hasta la fotografía que estoy haciendo ahora de bodegones (pintura o dibujo con el que se representa alimentos, recipientes o utensilios domésticos). La joya es la más cercana y la que mejor se me da, pero depende del momento o de lo que quiera hablar, veo hacia donde me lleva.

 

“El punto de partida es el material y los conceptos asociados que me llevan a trabajar de una manera u otra. En la mayor parte de las veces, suele ser la joya pero muchas veces el video o la instalación o hasta la fotografía que estoy haciendo ahora de bodegones”.

 

Joyería histórica

 

_¿Ahora de qué querés hablar o en qué estás trabajando?

_Tengo un proyecto entre manos pero no sé si quiero contarlo porque sigo estudiando y quiero tenerlo más trabajado para comunicarlo. Tiene que ver con un tipo de joyería histórica que me llama mucho la atención y quiero revisitarlo, reversionarlo para hacer piezas para reflexionar acerca de lo simbólico. Intento ir a momentos de la joyería cuando estaba cargada de evidentes simbolismos. Lo que estoy haciendo es joyería pero quizá se amplíe a otros formatos. A veces, empiezo a trabajar y si la joya se queda pequeña en cuanto a forma aparecen otras alternativas.

También estoy trabajando con oro Fairmined. Con los primeros gramos hice una pieza para exponer con el colectivo Origen. Lo primero que me interpela es el material, el cual me parece tan fascinante porque haciendo muy poco o manipulándolo muy poco se puede decir más.

Entonces, me dieron una plancha de oro fino, de 24 k sin tratar y me fascinó, es muy poroso, blando, tiene un color naranja precioso, al que me quedé mirándolo sin saber qué hacer. Y simplemente lo troquelé, le di una forma redonda, lo laminé para hacer un óvalo, le hice un agujero y le até un cordón muy fino. La propuesta era ofrecer ese óvalo fino de 0,8 g de oro 24k Fairmined de la mina La Coqueta de Colombia. No tenía que hacer una joya, eso era una joya. Eso es valioso de por sí, eso es consciencia. Lo que estaba ofreciendo es poder utilizar un oro ético, no hacía falta nada más, no era preciso tocarlo, estaba en bruto, casi que recién salido de la mina. Cada vez que trabajo ese oro lo intervengo muy poco. Algunas piezas que he hecho fueron a partir de restos opacos o mates propios del árbol de fundición, que tienen formas extrañas, como desechos de ramas de árboles, y esos retales (trozos de material), que son bellos a su pesar, los soldé en el aro de un anillo y resultó un bello feo, una fealdad que también está en la belleza, que apela a que lo mires porque es algo no esperado; genera una extrañeza que te hace reflexionar y preguntarte qué es: un trozo de un resto de oro Fairmined.

Es decir, cada vez que el trabajo con Fairmined me lleva a hablar del metal en sí que es tan poderoso por todo lo que simboliza, como valor refugio; suelo intervenirlo muy poco para solo poner en evidencia lo que es.

 

“Lo primero que me interpela es el material, el cual me parece fascinante porque haciendo muy poco o manipulándolo muy poco se puede decir mucho. Lo intervengo muy poco, solo para poner en evidencia lo que es.”

 

_¿Tu firma creció, ¿con qué propósito?

_Quería darme a conocer a más gente, más allá del boca a oreja en Barcelona que trae gente a mi taller showroom. Pues, en cada pieza pongo tanta intención y ganas que quería que le llegara a más gente, por eso empecé a trabajar en las plataformas online para poder llegar a más, entonces ya no podía hacer todo sola. Y sumé una persona en el taller para tareas rutinarias, como montar anillas, soldar cajas, pero al final ha hecho mucho más, y otra en la oficina para ayudarme con lo de online, facturas, dossiers… y esto me desocupa y me permite trabajar en proyectos más artísticos. Me permite leer más, escribir más, hacer un trabajo más artístico y desarrollar proyectos que tengo muchas ganas de realizar y que requieren de tiempo e investigación. Me da miedo crecer mucho y que se vaya de mis manos, a veces se me hace extraño, pero por otra parte me emociona tener un equipo y compartir tareas. Si pudiera mantener esta estructura que solo me libera de tiempo estoy muy contenta.

 

“(Tener un equipo) me permite leer más, escribir más, hacer un trabajo más artístico y desarrollar proyectos que tengo muchas ganas de realizar y que requieren de tiempo e investigación.”

 

_¿Tu trabajo circula en galerías?

_Sí, en particular en la galería Chiquita Room en el Ensanche de Barcelona, donde hice una exposición, un libro de artista y estamos planeando la próxima muestra; una galería pequeña que tiene vocación de centro de arte con propuestas que tienen en cuenta a la comunidad.

 

_¿El escribir es la previa de tu trabajo artístico?

_Trabajo con un profesor de bellas artes que me ayuda a abrir puertas, me aconseja lecturas y lo que escribo son conclusiones que documentan el proceso. Estudié Bellas Artes en la universidad de Barcelona y Joyería en la Massana de Puig Cuyàs, mi gran maestro, pero uno no deja de formarse y de aprender.


Entrevista a Elisa Zorraquin

Apuntes | Notas

Aprendí que el proceso es más importante que el resultado


Entrevista a Elisa Zorraquin

Por Delia Alicia Piña

 

En sus primeros pasos por la joyería contemporánea, una obra de Elisa Zorraquin inspirada en elementos de su casa, en el pueblo surfero de Torquay, en el sur de Australia, país donde reside hace más de tres años, fue seleccionada dentro de las 100 elegidas para Talente 2021, el evento que pone en valor el talento innovador de jóvenes creativos de todo el mundo.

Dice que busca “el momento en el que solo percibís para poder expresar después”, al que llama con el nombre de su maestra, la joyera neozelandesa Kirsten Haydon, a quien le reconoce la enseñanza de un método, la importancia del proceso que hoy incorporó como propio y que completó el iniciado con Francisca Kweitel en Proyecto 8.

De cómo las manijas de una cómoda terminan siendo joya. Una interesante intervención callejera en el paisaje local le abrió paso proyectar performance que incluyen su pasión por las fotos.

Su proceso de aprendizaje, su crecimiento y su decisión de integrar disciplinas como la fotografía o instalaciones performáticas para expresarse. Trabaja para participar en la Bienal de Melbourne y proyecta presentarse en la de Buenos Aires


_Estás instalada en Australia.

_Sí, hace tres años y medio me vine a Australia a estudiar una maestría en Bellas Artes con orientación en Joyería Contemporánea durante dos años en el Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT) de la Universidad de Tecnología, Diseño y Negocios de Melbourne y luego me mudé al pueblo surfero de Torquay, donde instalé mi taller en el garaje de casa en el que estoy arrancando de vuelta, tras el nacimiento de mi hijo Rafael, hace siete meses. Australia es un lugar que no conocía. Me gusta mucho el deporte, aprendí a surfear, por ejemplo, y a disfrutar de la naturaleza con mi familia y aquí se nos daba iguales oportunidades a los dos, a mi marido Nacho y a mí. Pude integrarme muy bien a la comunidad, en particular, a la de joyería contemporánea local en la que me encanta participar; me recibieron muy bien.

Previamente había estudiado Diseño Industrial en la FADU y joyería contemporánea en la escuela de María Medici y un año en Taller Eloi, de Jimena Ríos. En 2017 participé del Premio Moda Arte y Diseño (MAD) del concurso que organizaba el Museo de Arte Decorativo, orientado a joyería, con el proyecto «Ideas vivas» -una composición en la que mezclé materiales antiguos o más clásicos, como el bronce y una tela bordada, con otros que podrían ser considerados más modernos, como el acrílico y las mostacillas, trabajados con la fundición a la cera perdida, bordado y corte a láser en una serie de piezas coloridas, que incluyeron un tocado, broche y aros-, tutorada por la diseñadora Leticia Churba.

 

_¿Cómo llegaste a Talente?

_Me sorprendió gratamente quedar seleccionada como una de las cien para Talente 2021. Había aplicado en 2019 con otra obra, repetí mi osadía en 2020 y resulté elegida para la edición de este año que se da de manera virtual. Participé por impulso de mi profesora de la maestría, la supervisora de taller de joyería contemporánea del RMIT, la joyera neozelandesa Kirsten Haydon, destacada por su investigación de doctorado en Paisajes antárticos en la joyería y conocida por su trabajo en esmaltes vítreos tradicionales combinados con nuevas tecnologías y materiales industriales. Me introdujo al mundo del hacer joyería contemporánea al guiarme en el posgrado y enseñarme un método que me abrió la cabeza. Mi antecedente en joyería contemporánea fue mi propuesta para el MAD porque solo tenía una propuesta más comercial.

 

Pudo manejarlo

 

Para Talente apliqué con mi último trabajo del posgrado: «I can handle it». Me encantan mucho las fotos, me gusta empezar un proyecto haciendo fotografías, en particular, de mi día a día: de lo que hago en casa, de las caminatas por las calles del pueblo hoy o de mi barrio porteño entonces, de detalles como una flor en un balcón o una taza de café iluminada por el sol de la mañana, etc. Eso para mí es joya, es una joya de la vida, es muy especial. Me enseñó lo mucho que puedo hacer a partir de esas imágenes. Ya tenía mucho material de mi barrio de Belgrano y desde la primera entrevista para la maestría empecé a trabajar.

 

“Me sorprendió gratamente quedar seleccionada como una de las cien para Talente 2021… Mi profesora, la joyera neozelandesa Kirsten Haydon me introdujo al mundo del hacer joyería contemporánea al guiarme en el posgrado y enseñarme un método que me abrió la cabeza.”

 

_¿Cómo es ese método?

_A partir de una serie de fotos, elijo cinco imágenes –y hablo en presente porque ya es mi metodología de trabajo, que más o menos replico en cada proyecto- y empiezo a hacer 10 dibujos de cada foto, luego realizo 10 modelos de cartón de cada una, 10 en porcelana, otros 10 más con objetos encontrados y después de todo este proceso, selecciono algunos elementos para empezar a trabajar con el metal. Un proceso enriquecedor que bien pudo derivar en otro material pero mi favorito es el metal. Y el último trabajo del máster es el que presente en Talente. Fueron mis primeros pasos fuertes en joyería contemporánea, por lo cual el haber sido elegida fue importantísimo e inesperado, muy sorprendida, muy contenta. Con todo aprendí el valor del proceso porque solía tener una idea fija de lo que quería hacer y me cerraba a eso, pero tras el posgrado aprendí que el proceso es más importante que el resultado, y desde este punto de vista empezaron a salir cosas nuevas, mucho mejores de lo que hacía o esperaba.

“Aprendí el valor del proceso… aprendí que el proceso es más importante que el resultado”.

_¿El proceso pasó a ser más importante que el resultado?

_Sí, sin duda. El proceso de la joyería contemporánea, su día a día es como la vida misma. Pensar y detenerse a ver cómo arranca el día, con esas pequeñas cosas que en suma definen tu día y en consecuencia tu vida conforman un proceso que se repite en la joyería. Porque al final del día, el objeto o pieza de joyería que hice está buena, pero lo mejor es todo lo que viví e hice para realizarla; es el camino del hacer lo que vale no tanto lo que hacés en sí, sin desvalorizar esto último, claro. Y esto es lo que hoy es importante para mí. Por eso es lo que ahora me interesa mostrar más que la joyería u objetos en sí. Si ese proceso se pudiese ver o exhibir de alguna manera sería buenísimo, define mucho: cómo es el pensamiento, la idea, la inspiración, es como su secreto más interesante, no tanto por el método en sí sino ver cómo trabaja la cabeza; este es un ejercicio que en la práctica te abre la cabeza. El valor de ese proceso, el disfrute de cómo se van descubriendo cosas de a poco, el aprender a tener paciencia, que no tengo mucha, termina siendo un aprendizaje de vida. Ahora conociendo el valor del proceso, me encanta el detrás de escena de la joyería.

Este camino lo arranqué con Francisca Kweitel en Proyecto 8. En ese momento, fue un encontronazo, un encuentro con aprender a pensar de otro modo, a reflexionar para crear; un encontronazo porque me encontré con algo inesperado. Venía muy influenciada por el diseño industrial, en el que es todo medido, que funciona de una manera, con un propósito y en Proyecto 8 aprendí que no tiene por qué funcionar de esa manera o hasta no tiene por qué funcionar. Es que era nueva en eso de ir de a poco y mirar con perspectiva, mirar un poco para atrás, hacer la previa o el aguante a la joya fue divertido pero me costó en un principio. Acostumbrada a que todo es ya, ya, ya, entonces estaba en modo inmediato, rápido y fue todo un aprendizaje tomarme el tiempo para pensar, visualizar, probar y ensayar, disfrutar del proceso de crear. Cuando empecé, yo quería hacer joyería de las casas que había en mi barrio con las macetas que colgaban con flores o hasta de las plantitas que salían de las baldosas. Pero ¿cómo hacés para transformarlo en joyería? Ese fue mi desafío, hoy me doy cuenta que lo funcional es llegar a convertir la poesía que se ve en lo cotidiano, en las pequeñas cosas en un objeto y la función es invitar a otros a reflexionar.

 

“Al final del día, el objeto o pieza de joyería que hice está buena, pero lo mejor es todo lo que viví e hice para realizarla”.

 

Momentos para percibir

 

_¿A qué invitás a reflexionar?

_A valorar las cosas simples, los objetos, las pequeñas acciones, las rutinas diarias: el momento del café de la mañana en el que te perdés con la mirada y disfrutás de la luz que entra por la ventana o que salió una nueva flor en la maceta del balcón, la caída de hojas o el ruido de las hojas pateadas al caminar; insisto eso es poesía, eso son una joya potencial. Lo llamo el momento Kirsten, el momento de silencio, ese en el que solo percibís para poder expresar después. Son instantes que completan en los que nos podemos alimentar para estar bien, mirar, agradecer, para nutrirse para dar. Está bueno empezar a detenernos en estas cosas. En una clínica de la maestría, me dijeron que era demasiado optimista, pero una profesora me señaló que hacía mucha falta de eso en el mundo de hoy: falta más sencillez y eso es lo que quiero aportar con mi joyería contemporánea.

 

“El momento de silencio es ese en el que solo percibís para poder expresar después… falta más sencillez y eso es lo que quiero aportar con mi joyería contemporánea”.

 

_¿De qué manera podés materializar eso a través de la joyería contemporánea?

_Por ejemplo, hice objetos no tan portables, muy al límite de la joyería contemporánea. Los diseñé para poner en la calle, en mi casa, como señaladores que indican “acá hay valor”. Para que alguien que camina por la calle se encuentra con este objeto y se detenga a ver ese lugar cotidiano, rutinario y le de otro valor. Así lo ve el que ve, el que está en modo presente. Es como una invitación a parar y disfrutar.

Hice como una instalación, en la que sumaba esos objetos en elementos de la calle relacionado con las líneas de la calle o la arquitectura de una casa, o que tenía que ver con flores que salen entre los barrotes de una reja o en un poste abandonado o en la baranda de ingreso a un edificio y también en mi casa donde en diferentes lugares están estos objetos o estoy yo que me pongo piezas de joyería alusivas o no, y todo este trabajo lo filmé y me autofilmé haciendo cosas a diario: como regar un planta, abrir una ventana, tomar un té y otras cosas que son parte de la vida, como limpiar el baño, por ejemplo. Así, con estas pequeñas cosas cotidianas siento que muestro más, que transmito mucho. Con esta propuesta apliqué para la Bienal de Joyería de Melbourne.

Y este proceso me llevó a crear joyería como si fuera una escenografía. Sería joyería para usar pero también para explorar. Y en esto se suman los objetos y las filmaciones.

La joyería-escenografía puede ser portable o solo para explorar de pasar de un formato a otro. La joyería cumple la función de un momento especial más, ese que se da cuando te la ponés y te gusta. Es que cuando me pongo joyería entro en un momento especial, el día se convierte en especial.

“Hice objetos no tan portables, muy al límite de la joyería contemporánea. Los diseñé para poner en la calle, en mi casa, como señaladores que indican “acá hay valor.”

_¿Qué tipo de joyería te gusta usar?

_Me gustan más los aros, los uso desde los 6 años, cuando empezó a intervenir la joyería en mi vida. Entonces, aunque parezca presumida, a temprana edad empecé a hacer aros y hasta conseguía que venderlos en un local cerca de casa en Belgrano; recuerdo con cariño la generosidad de esos vecinos que aceptaban exponer y ofrecer mis aritos. Pero hoy también me encantan los broches y los collares. Uso piezas mías pero querría tener el suficiente poder adquisitivo como para tener obras de artistas que me fascinan.

 

_¿De quiénes?

_Me gustaría tener obras de la australiana Julie Blyfield que hace la joyería más bella que he visto en repusé y cincelado, técnicas tradicionales de  orfebrería que también aplica a objetos que resultan preciosos; de la norteamericana Melanie Bilenker que se inspira en el cotidiano de Filadeldia, hace fotos, dibujos y piezas con su propio pelo en una reversión de ese elemento victoriano buenísima; de la tasmana Marian Hosking que tiene joyas en plata en bajorrelieve que resaltan especímenes botánicos y aves de su isla, son encantadoras; de la alemana Bettina Speckner, que usa retratos de ferrotipo del siglo XIX como materia prima y los ensambla en la construcción de broches; de Lucy Sarneel, a quien acabamos de perder pero queda su uso distintivo del zinc y la interesante integración de objetos en sus joyas. Y de Rita Hampton, cuyas piezas de cincelado en plata son increíbles; tiene una serie de miniaturas y muchas referidas también a la naturaleza y al reino animal muy interesantes.

 

“Me gustan mucho las obras de Julie Blyfield, Melanie Bilenker, Marian Hosking, Bettina Speckner, Lucy Scarneel y Rita Hampton”

 

Hogar inspirador

 

_¿Qué presentaste en Talente 2021?

La obra se llama «I can handle it» o «Puedo manejarlo». Surgió de un trabajo de la maestría con Kirsten, que me propuso hacer una pieza de joyería u objeto por día de lo que sea en diferentes materiales, diferentes construcciones, con diferentes técnicas, en diferentes períodos de tiempos. Y esta es una serie de cinco “manijas” inspiradas elementos de mi casa. En ese proceso, hice por ejemplo una vasijita que salía de una casa antigua en la que adentro tenía una flor en resina, la cual tenía relación con la leche que le pongo al té en las mañanas y al echarlo se ven como distintos dibujos; luego hice algo en papel de aluminio, papel de manteca y una lata de atún; hice un tejido; unas manijas; un anillo a partir de una caja de cartón para reciclar. Con todos estos elementos que surgieron de mi casa armé una instalación doméstica. Investigué sobre los objetos cotidianos y me puse a ver o a seleccionarlos teniendo en cuenta sus funciones como los botones de la ropa, la manija para abrir la puerta o el cajón de un mueble; y descubrí que son cosas que pasamos por alto, que están presentes como de manera silenciosa, que nos ayudan a diario y nos abren puertas, posibilidades. Advertí cómo a partir de esos objetos surgen cosas, obras impensadas, como estas manijas que me llevaron a participar de un concurso internacional que tuvo en cuenta mi proceso de trabajo y la obra resultante. En la presentación, hice una performance en la que las dispuse en una mesa y las movía de acuerdo con lo que me permitían: una manija que me permitía pensar; otra, contemplar, una que me favorecía para mirar de una manera diferente, y más; todo con la idea de lo que permite abrir o abrirse a diferentes posibilidades. Es que los objetos cotidianos son servidores que esperan ser activados para ayudar. Una cómoda tiene tiradores que abren espacios para guardar memoria, secretos, que potencian la imaginación. Y algo que conocemos tanto como una manija o quizás tan poco, por eso lo llame «I can handle it» y se refiere a objetos que te permiten de alguna manera atravesar la vida cotidiana, son esos que despiertan o potencian la imaginación.

 

“La obra que presenté en Talente se llama «I can handle it» y se refiere a objetos que te permiten de alguna manera atravesar la vida cotidiana, son esos que despiertan o potencian la imaginación.”

 

_¿En qué materiales y técnicas?

_Son muy básicos. Trabajo el metal, algo de cera, me gustaría profundizar en cincelado.  Trabajo mucho en diseño 3D, que me permite sintetizar luego de realizar modelos y dibujos a mano. Uso mucho cobre y bronce, me gustaría usar más plata. Calo dibujos a mano con sierra. Lo más interesante es el paso de 2D a 3D; voy calando y el material se va levantando, como las plantas que crecen entre las baldosas va asomando el metal con el corte y calado. En la serie I can handle it sumé la aplicación de polvo de colores, una pintura industrial que usé porque genera un impacto visual agradable, invita a jugar, a probar; usé colores para llamar la atención y tentar a usar la pieza, a tocarla, a probarla en la mano.

 

“Lo más interesante es el paso de 2D a 3D; con el corte y calado, el metal se va levantando, se va asomando.”

 

_¿Cómo son?

_Son anillos sin la forma tradicional sino para ser llevados en la mano de manera diferente. En la presentación de la performance hasta me lo enganché en la remera como un broche. No está pensado para ser agarrado o llevado de manera habitual sino que atravesás tu mano en ellos. Bueno, son para que se usen como se quiera.

“Los objetos cotidianos son servidores que esperan ser activados para ayudar. Una cómoda tiene tiradores que abren espacios para guardar memoria, secretos, que potencian la imaginación”

_¿Tu obra forma parte de una muestra virtual internacional?

_Sí, Talente 2021 se exhibe en una muestra virtual en la plataforma de Klimt02.net, en la que se puede tener la oportunidad de entrar en contacto con los interesados, y espero que ese intercambio se dé; por ahora me contactaron por otro de mis trabajos.

 

_¿Tenés previsto exhibirlo en Melbourne?

_En septiembre próximo es la bienal de joyería contemporánea de Melbourne en la que tengo previsto participar con mi trabajo audiovisual y analizo la posibilidad de repetir la instalación doméstica de joyería en objetos de la vida diaria con el fin de  complementar la propuesta. Y también quiero presentarme con otra obra en la próxima bienal latinoamericana que se ofrecerá en Buenos Aires.

 

Salir de la zona de confort

 

_¿Proyectos?

_Proyecto aprender o tomar clínicas con artistas para sumar nuevas técnicas que me permitan hacer piezas más esculturales. Aunque me gusta mucho el corte de metal y creo que de alguna manera siempre va a estar presente, será un desafío no atarme a una idea. Como aprendí, quiero salir de la zona de confort. Siento que encontré un lenguaje visual pero quiero animarme a explorar otras alternativas.

Y tengo en mente un proyecto al que llamo Siesta, solo porque es el momento en que mi bebe Rafael duerme para dedicarme de lleno en el taller, que estoy terminando de instalar, con soldadora nueva, entre otras herramientas. Por ahora lo siento en su sillita, le doy algo de pan, se entretiene y de alguna manera hacemos joyería juntos y siento que será así de ahora en más. La maternidad es un buen tema para explorar desde la joyería contemporánea.


Ábaco

Apuntes | Notas

Ábaco es un talismán, un instrumento para contar


La artista cordobesa Cecilia Richard presenta su última obra fetiche, que establece una relación inusitada con el cuerpo. Una pieza duracional, en desarrollo, que promete porque la incógnita que supone su fin la lleva a expresar su poder creativo en un proceso cotidiano inigualable. Qué es Ábaco, qué significa, qué representa y cómo es hacer joya con un material orgánico impensado.


Ábaco es un como un talismán, es una pieza para el cuerpo. Es un instrumento para contar.

Su autora, la artista cordobesa Cecilia Richard cuenta que surge en un tiempo de excepción, que se trata de una obra duracional, que se trabaja en progreso, que está en proceso y, como lo demuestra a diario, es ilimitado, tanto como su imaginación o creatividad. Dice que crece día a día por adición.

Se trata de una obra de arte, de una expresión performática, de un megacollar -a la vista de quien se empeñe en clasificar o rotular- hecho de naranjas consumidas durante este tiempo pandémico.

“Todas las mañanas, corto una naranja por la mitad, la exprimo, bebo su jugo. Quito con la mano el hollejo restante, doy vuelta su piel y expongo su interior. Relaciono ambas cáscaras por su concavidad y mediante una costura surfilada, uno una mitad a otra, por sus bordes. Siempre la última debe estar húmeda para conservar la blandura y permitir la costura de la nueva.

«Necesita del sol para secarse paulatinamente, sino corre el riesgo de descomponerse por exceso de humedad. Cuando se seca es firme y flexible por  sus uniones, este es el modo en que se articula”.

Pieza hecha con material orgánico

Y esto lo repite a diario. Una naranja por día, como un ritual, desde el inicio de un tiempo, de este que aún no se conoce su fin… Por eso sostiene que Ábaco cuantifica, materializa el transcurrir de un tiempo

Señala que Ábaco habla de alimento, más aún, de nutrición amorosa. “Es talismán que refiere a la autodeterminación para “ayudar” a la suerte y  la magia hacia un conjuro de protección. ¿De qué me alimento? ¿Qué alimento? No hay duda de que debe ser o se necesita que sea un alimento que nutra física y psíquicamente.

Los detalles de la obra impactan al igual que su origen y constante desarrollo. Se conforma como un cuerpo flexible que va creciendo en longitud con el correr de los días. A partir del cambio paulatino de dimensión y escala, su relación inicial pasa de objeto portado, a objeto que recorre el cuerpo y luego trasvasándolo, posibilita establecer relaciones con mas sujetos, tanto así, como con su entorno y paisaje como contexto.

“Esta condición entre otras cosas, me provoca al juego, juego al que invito a participar, en distintos estadios, a seres que son parte de mi red amorosa, tejido humano que reconozco en mi vida como soporte y contexto que me humaniza. Ábaco da un sentido y se resignifica en cada nueva situación que propongo y recreo. Por eso, es un instrumento para contar”.

Relación con el cuerpo

La relación con el cuerpo no es menos sorprendente. Cecilia señala que si hablamos de joyería, tradicionalmente el cuerpo es considerado el soporte por excelencia del objeto-joya.

«Operando en este campo, me interesa la/s relación/es que se pueden establecer entre objeto /cuerpo. Al trabajar sobre este eje, crece la escala y dimensión del objeto, permitiendo accionarlo y preguntarse acerca del término cuerpo en clave ampliada: cuerpo individuo, cuerpo grupal, cuerpo social, tierra-cuerpo-hábitat, cuerpo de ideas…. Lo que invita a imaginar o pensar en un concepto ampliado también de una joyería expandida o, a la manera del concepto sobre escultura de la crítica de arte, profesora y teórica estadounidense Rosalind Krauss en su «Ensayo: La escultura en el campo expandido. La originalidad de las vanguardias y otros mitos» (1985): una joyería “en el campo expandido”.

En consecuencia, Ábaco, como objeto-joya talismán, pasa a ser un señalamiento sobre el territorio/ cuerpo, posando la mirada, generando pregunta, reflexión. Y se convierte en una obra abierta.

Reflexiona sobre si somos seres solos, aislados o somos parte de un tejido corporal mayor. Una cuestión que la interpela e invita a preguntarse ¿Qué es lo urgente en este momento?

Cuenta con una bitácora sobre este “objeto artesanal, joya, talismán, juego, alimento, acción, señalamiento, performance, fotografía, redes”. Da cuenta que arrancó el 20 de marzo de 2020 y lleva ya más de un año, y en el primer aniversario de la pandemia en nuestro país consignó: 365 naranjas (bebidas una cada día), 730 mitades de cáscara/piel cosidas, 7,85 metros de longitud, 27.240 puntadas y 169.360 cm de hilo. Y esto no es todo, continúa…

Al ritmo de la cuarentena

Como obra duracional, Ábaco tiene como premisa de trabajo desarrollarse durante el tiempo que dure la cuarentena y el distanciamiento social, y esto aún no concluye ni se avizora su fin, no tengo pensado ni previsto su conclusión o futuro y esto abarca a su exhibición en lo que a espacio físico se refiere. Todo es incierto. Ni dónde, ni cuando, ni cómo.

«De todos modos, considero como parte comunicación su publicación ocasional en redes sociales y en tiempo real. Hoy éste se conforma como medio natural de presentación abierta al público y se muestra describiendo una narrativa y configurando un cuerpo de ideas dinámico en clave poética”, explica Cecilia Richard.

Es que para la artista toda materialidad es susceptible de significar. “Como diría un amigo, me entusiasma buscar las ideas detrás de las cosas. ¿Y dónde están las ideas? ¿En la materialidad? ¿En uno? ¿En el diálogo entre ambos? ¿Son los procedimientos que accionamos el vehículo de las mismas?…”


Maison Domecq no se limita a un simple upcycling

Apuntes | Notas

Maison Domecq no se limita a un simple upcycling


Mayte Ossorio Domecq sostiene una propuesta de joyería que califica de sustentable. Se maneja con material de origen argentino que se descarta en la industria alimenticia local y que ella recupera y reusa. Los requisitos que le permitieron ser distinguida con una certificación que avala su proceso y acredita su manejo social, ambiental y económico. Cómo lo logra, cómo es el paso a paso, de principio a fin de su trabajo. La joyería que la define y revela su filosofía de vida.


_¿Por qué Maison Domecq se define como una marca de accesorios con materiales alternativos sostenibles? ¿Con qué objetivo?

_Nace con la idea del reuso y la recuperación de materiales para la generación de piezas contemporáneas. Y elegí el cuero como materia prima principal, porque es noble, de origen argentino y porque tiene mucho descarte con destino final en la basura. Esta desventaja se convierte en ventaja y permite convertir un círculo vicioso en virtuoso. El 70 por ciento de la materia prima que utilizamos proviene del reciclado. Se trata de un subproducto de la industria de la carne, es remanente de oficios y lo que hacemos es sacar ese material de un circuito contaminante.

Reusamos al máximo el material. Recibo donaciones y busco en curtiembres que acrediten la trazabilidad del origen y tratamiento del material. Saco de la basura mucha materia prima y le doy una segunda oportunidad, lo embellezco, lo recreo, diseño. Desde el año último sumé la alpaca y el latón o bronce trabajados por artesanos y esto me permite potenciar a esos pequeños emprendedores o cabezas de familia en desventaja social, y sumar mi granito de arena para intentar reactivar la cadena productiva y ofrecer una alternativa laboral además de revalorizar la técnica artesanal de pulido a espejo y de trenzado de cuero. El valor de las piezas de joyería de Maison Domecq se da porque se empiezan y terminan a mano. Un proyecto es sostenible si tiene en cuenta el aspecto ambiental, social y económico.

 

_¿Cómo conseguís que tu marca sea sustentable?

_En un emprendimiento de este tipo difícilmente puedan separarse la filosofía o forma de vida de las personas de las acciones que se llevan a cabo en la empresa. Quienes formamos parte de Maison Domecq tenemos ese pensamiento. No podría hablarse de sustentabilidad si solo se circunscribiera a una parte de nuestra vida o día. Creo que es una forma de concebir la realidad en favor del bien común.

Lo de Maison Domecq no se limita a un simple upcycling, sino que abarca las tres dimensiones necesarias en un proyecto sostenible: la social, que apunta a la revalorización de oficios y al manejo artesanal de quienes trabajan el cuero y la alpaca, quienes son elegidos especialmente como emprendedores o personas en situación de vulnerabilidad y reciben un pago justo que establece ellos mismos como trabajadores, y por eso se respeta el valor de lo que hacen o producen; involucra a ese perfil de trabajador no una empresa y es importante además de la función o trabajo que realiza.

En el caso Maison involucra desde las dos artesanas del cuero, los tres que sostienen la técnica ancestral de la alpaca, o un jubilado que hace los sacabocados, por ejemplo, hasta el fotógrafo que promueve con sus imágenes este tipo de trabajo o el programador que lleva adelante la web, entre otros. Todos estos trabajadores, proveedores incluidos, son locales; esto permite regionalizar, manejarnos con personas de la región o zona, es decir, que se facilita o promueve de una red solidaria, productiva y sustentable.

Dar una primera oportunidad laboral a estudiantes mediante pasantías rentadas forma parte de este aspecto social a tener en cuenta; son pasantías en las que pueden desarrollar una idea o propuesta creativa que sume una mejora al emprendimiento; supone elaborar, ejecutar y ver cómo eso cambia, no es un trabajo repetitivo y monótono en el que no se pueda pensar. Para Maison es importantísimo dar igualdad de oportunidad a mujeres con una remuneración igualitaria; sabemos que no siempre se respeta el trabajo femenino. Y verificamos que los proveedores no tengan trabajo infantil ni trabajo no registrado. Quiero aclarar que si bien MD exporta parte de sus productos es alto el porcentaje en el que nos manejamos en la región o zona: es un emprendimiento local que se maneja con materiales ciento por ciento argentinos, trabajados por mano de obra de nuestra zona de influencia.

La dimensión ambiental supone optimizar los recursos y lo hicimos al cambiar el tipo de iluminación por una de bajo consumo, el desagüe de efluentes con sistemas de doble descarga, la rotulación y separación de basura, el uso y reuso de remanentes de cuero y alpaca, con productos que llegan a tener un 80 por ciento de materiales usados y un 20 por ciento de nuevos. Y trabajamos a diario para minimizar la huella de carbono con acciones concretas y sencillas como desconectar el cargador del celular, usar bolsas de tela, evitar el consumo de plásticos, reducir el uso de automóviles, unificar compras y repartos, practicar una movilidad sostenible o caminar, etc. Usamos la menor cantidad de productos para reducir, aprovechamos más de una vez al reutilizar y depositamos en el contenedor adecuado solo lo necesario, reciclando; muy poco por cierto porque hasta le buscamos la vuelta a nuestros propios sobrantes.

 

_¿Cómo se relaciona esto con el uso de un subproducto de la industria de la carne?

_Sí entiendo que puede parecer contradictorio. Nuestro trabajo es sacar del circuito de la basura contaminante un descarte y recrearlo. Sí entiendo que los alimentos son responsables de al menos el 20 por ciento de los gases de efecto invernadero. Tratamos de compensar esa huella. El uso del cuero o de la piel del animal tratada mediante curtido no es a los fines de promoverlo sino de reducir su conversión en basura.

Aprovechamos el remanente de cuero no solo de la industria alimenticia sino también de la automotriz, por ejemplo, de la cual hacemos uso de sus muestras de calidad para convertirlas en etiquetas, por ejemplo. También reutilizamos cuero de otros oficios, como la marroquinería, la talabartería y la zapatería. Hay productos más contaminantes que el cuero. Hablar de cuero ecológico o ecocuero o cuerina es un material sintético no natural que puede dañar más el medioambiente lo mismo o peor que los plásticos. La durabilidad del cuero es muy superior y favorece el consumo responsable. Destaco e insisto en que usamos un subproducto de la industria alimenticia, un descarte. Considero que es una discusión difícil y hasta inconducente porque muchos reemplazan el cuero con plástico que considero mucho peor, por su toxicidad y lenta degradación. Hay que reconocer también que la industria del cuero es generadora de trabajo a pesar de que en estos tiempos pandémicos por la baja en el consumo de carne y de cuero muchas empresas están enterrando toneladas de remanentes con el terrible daño ambiental que eso está causando; esto es mucho peor que transformarlo, que reconvertirlo.

Respeto mucho otras opiniones y sé que respetan y valoran mi trabajo y la función que termino por cumplir. Es cierto, también, que el uso del descarte del plástico está curiosamente mejor visto que el uso del descarte del cuero.

 

Condiciones de sustentabilidad

 

_¿Qué premisas económicas hacen a la sustentabilidad?

_La primera idea económica que hace a la sustentabilidad es que el emprendimiento debe tener fines de lucro, debe ser rentable para poder sostener en el tiempo todos estos valores que mencioné, entre otros, el de generar trabajo, el del pago justo, el cobro por igual de mujeres y hombres y hasta la justa distribución de ganancias. Destaco que es clave pagar bien y lo que corresponde. Y la regionalización que mencionaba es fundamental: hacer acá para acá, sobre todo en el mayor porcentaje posible y repito y reconozco la excepción de mi exportación que no es tan representativa como para dar por tierra el proyecto; además sirve para la difusión de la filosofía de la marca y para mantener su motor económico. Con todo, hay que poder mantener el circuito económico, hay que poder hacerlo sustentable. Si no ganamos plata, no se crece y si no se crece se detiene la economía y todos perdemos. Insisto para que un emprendimiento sea sustentable debe lograr una ganancia, no es una ONG. Sí en esta dimensión se inscriben las ONG en tanto y en cuanto, por ejemplo, reciben  donaciones de productos o de piezas de joyería, en nuestro caso, para que puedan disponer de fondos para sus objetivos solidarios, que en muchas oportunidades buscan sostener proyectos económicos sostenibles. No se trata de manejarnos con la rigidez de la norma que nos desacredita sino cumplimos a rajatabla, sino que se trata de la búsqueda de las mejores alternativas que permitan minimizar los desperdicios, compensar la huella de carbono y ayudar a las personas a tener un trabajo sostenido en favor del bien común. Con el seguimiento de estas certificaciones o con este triple impacto conseguimos la certificación B.

 

_¿Qué significa?

_Esta certificación significó un gran aprendizaje, ya que pude entender la sustentabilidad como un todo. Un modo de concepción y de desarrollo de un emprendimiento. Y significó poder trabajar a diario en la minimización de la huella de carbono, más allá del cuestionamiento que pudiera hacerse por el uso de la materia prima.

 

_¿Y qué implican las certificaciones B y Universal de Triple Impacto que recibió la marca?

_La certificación B Corporation (también B Lab o B Corp) es por el desempeño social y ambiental, es privada para empresas con fines de lucro. Esta es otorgada por B Lab, una organización global sin fines de lucro con oficinas en los Estados Unidos, Europa, Canadá, Australia y Nueva Zelanda y una asociación en América Latina con Sistema B. Para obtener y más importante aún, mantener esta certificación, las empresas deben recibir un puntaje mínimo de una evaluación e integrar sus compromisos B Corp con las partes interesadas en su proyecto y reflejarlos en los documentos de gobierno de la empresa, además de pagar una tarifa anual basada en las ventas anuales. Es preciso volver a certificar cada tres años para conservar el estado de Corporación B. Maison Domecq continúa en este camino y evalúo su renovación.

El logro de la certificación B se consiguió en 2017 y significó un gran crecimiento como creativa y como gestora de una firma de autor como Maison Domecq. Crecimiento por el aprendizaje sobre la importancia, la necesidad y el cumplimiento de normas más sustentables, que implicaron ajustes en el proyecto y hasta para la adopción plena como filosofía de vida.

 

_¿Cómo es tu día a día que hace que todo tienda a ser sustentable? ¿Con qué sumatoria de pequeñas cosas se sostiene la filosofía que destacás?

_En primer lugar, un emprendimiento sustentable es la consecuencia de una persona sustentable. La sustentabilidad es una filosofía de vida y trato de llevarla adelante a diario justamente como señalás en la suma de pequeñas cosas. Así como mencioné que adaptamos el taller adaptamos nuestra casa con sistemas de iluminación, de desagües, de separación de residuos y de minimización de consumo de plásticos. Amo lo vintage, poder descubrir o leer su historia, soy de esas románticas que sostienen la durabilidad de todo que sea posible, no me gusta el recambio o descarte, prefiero siempre revalorizar objetos y piezas en desuso, eso es algo innato en mí que lo aplico a todo y que justamente dio origen o es la razón de ser de Maison Domecq. Con lo que hay en casa armo y hago lo que sea necesario desde una lámpara hasta la comida. Estoy siempre alerta, y no solo en casa, de todo cuanto pueda ser reutilizado, como un envase de champú que ya advertí que puede terminar siendo un aplique de luz. Practico a diario el desafío de resolver problemas sin tener que recurrir a un nuevo consumo o a comprar algo. Como diseñadora trato de hacer lo que puedo con lo que tengo. También soy de las que caminan y mucho. Todo esto aporta al cuidado del medio ambiente. Sin duda que podría hacer mucho más y mejor, estoy en ese camino y lo intento a diario, trato de ser lo más coherente posible.

 

Procedimientos para ver el paso a paso

 

_¿Cómo es la trazabilidad del origen del material que usás para poder afirmar o levantar la bandera de la sustentabilidad?

_Sí puedo y trato de trazar el origen del material que uso. Conozco a cada uno de mis proveedores, sea que adquiera o reciba donaciones, conozco quiénes, cómo y en qué condiciones trabajan esa materia prima; el tratamiento de efluentes es importante y es algo en lo que me fijo. Por ejemplo, uso cuero remanente de muestras de calidad de tapizados de autos, de lotes de exportación que finalmente quedan en desuso, de recortes de botas de uso industrial, de desperdicio de carteras y muchos más. Todo ese cuero se selecciona, se pega y se corta a mano o con materiales que se conoce su origen, se trata su remanente y se controla su descarte. Es cierto que es más factible trazar el camino del cuero que de la alpaca.

 

_¿De qué manera se sostiene de principio a fin de la cadena productiva?

_La sustentabilidad va más allá de la realización de una pieza. Hay muchos pasos que no se ven pero que hacen a que el emprendimiento sea sostenible. No quiero ser reiterativa pero mucho de esto que hablamos hace a la sustentabilidad y no se nota tanto. Una etiqueta no dice nada pero si sé que es cuero remanente de tapizados de autos, cambia. La doble descarga del inodoro de una empresa o de mi taller no pareciera tener que ver con una pieza de joyería pero si advierto que supone un ahorro de 12 litros respecto a o habitual sí incide. La trazabilidad de un emprendimiento se advierte teniendo una mirada más amplia y global.

 

_¿Cómo lográs algo diferente con lo que ya está hecho?

_Con empeño. Reutilizar es una obsesión ya para mí. Me gusta experimentar con las proporciones y generar cosas nuevas, fue mi rol en varias firmas en las que trabajé y pude consolidar esa habilidad. Me llevo muy bien con la experimentación directa. Me siento más cómoda estando horas buscándole la vuelta o una nueva función a una pieza o una parte que empezar una pieza de cero.

 

La mejor expresión de la forma

 

_¿Diseñás a través de la experimentación directa con el material?

_Sí, mi forma de trabajo tiene que ver con encontrar la funcionalidad de los cortes de un material a través del análisis de las maneras en que pueden ser conjugados o ensamblados en un sistema. Es un ensayo de prueba y error ingenioso y enriquecedor, que incluye modos de engarce o pegado de piezas de diferentes tamaños y proporciones. Se trata del proceso inverso al proyectual, en el que a priori se establece la forma que responderá a una función. En este caso, está la forma y yo soy la que debe encontrar su mejor expresión para la generación de una pieza de joyería. De esta manera, la morfología se trabaja desde las posibilidades del material; se diseña a través de la expresión del material. En la búsqueda de reacciones del material se encuentran las respuestas y no en una imagen final prefijada o diseñada. Se trata descubrimientos a través de un juego interesante. De hecho una misma pieza en dos cueros diferentes puede generar respuestas distintas, lo cual hace a cada pieza única. Así, la diferenciación está dada desde la concepción de las piezas; porque nacen de un lenguaje en el que confluyen la morfología y la tecnología dada por la materia prima y maquinaria

 

_¿Cómo se compatibiliza el diseño con los límites de lo disponible?

_El diseño es un proceso en el que se trabajan los límites para dar respuestas que satisfagan necesidades puntuales. Si poseemos una sola herramienta de trabajo hay que explorar sus múltiples posibilidades y trabajar desde sus límites, no significa coartar la creatividad sino más bien todo lo contrario, se trata de entender al máximo qué se puede hacer y cómo lograrlo. La reutilización es el fuerte de la marca. Lo que sobra de una pieza se piensa cómo hacer otra pieza y así sucesivamente hasta reducir al mínimo el desperdicio.

 

_Al reorganizar la producción en cuarentena por la pandemia, ¿pudiste seguir con la misma modalidad de trabajo sostenible?

_Los modos adquiridos de trabajo y las metas siguen intactas, aunque con modificaciones en la implementación. Volví a trabajar a full en producto, en diseño y personalicé la comunicación. Obviamente, la sostenibilidad es una filosofía que siempre está, es un modo de pensamiento, una forma de vida en la que los valores no caducan ni cambian por estar en cuarentena. Redoblamos esfuerzos para continuar en este camino a pesar de la pandemia. Mudé mi taller a casa, y las dos que trabajan más directamente en el proyecto conmigo no lo hacen todos de manera presencial sino remota; con lo cual cambiamos la ejecución de algunos procesos.

 

_¿Cómo se inserta tu firma en el nuevo contexto global?

_Maison Domecq se ajusta al nuevo contexto global. La meta de buscar la sustentabilidad del planeta parece lejos pero que si cada uno se empeña en hacer su aporte avanza, se puede sostener. Llevamos 12 años en esta tarea. Empezamos en 2009 siendo Ossorio Domecq y seguimos por el mismo camino.

 

_¿Diversificaste la propuesta?

_Sí, en otras disciplinas. El expertise logrado en tantos años de trabajo y mi educación en diseño industrial me permiten jugar con las escalas de los objetos; no hay ninguna diferencia entre una pared y una pulsera, más que su escala. Mi formación me ayudó a pensar en escalas distintas, más allá del cuerpo o fuera de él. Soy más diseñadora que joyera. Creo objetos que pueden llevarse en el cuerpo o no, aunque la referencia siempre sea la persona y, por supuesto, el tipo de usuario. Me gusta trabajar con este material. La propuesta de decoración vino de la mano de un cliente que le interesa mi trabajo, pero que lo quería a mayor escala, en un ambiente. Y lo hice en la pared de un ascensor, en la que usé vaqueta, el cuero de curtido vegetal, libre de cromo. Resultó un cambio de enfoque hacia otras aplicaciones de esta materialidad dentro del universo Maison Domecq. Entre otros proyectos, además de la continuidad de las piezas de alpaca y el de deco se sumó durante este año pandémico una línea de tapabocas en cuero cosido a mano.


Entrevista a Mica Mornaghi

Apuntes | Notas

El conocimiento me da más libertad para hacer lo que quiero


Entrevista a Mica Mornaghi

Por Delia Alicia Piña

 

El estudio es central para Mica Mornaghi: diseño, joyería, metales, gemología, sanación mediante cristales, entre otras materias que le permitieron tener las herramientas para hacer lo que quiere hoy: trabajar con piedras, «un antes y un después, un flash». Sagradas, sanadoras, influyentes, poderosas, las piedras son centrales en su vida y se concentra en tallarlas.

Comenzó intrigada por su poder, quiso darles un sentido cuando proyectaba manipularlas para hacer joyería y objetos, como con los que ganó en Talente 2020.

Dice que está bueno cuando lo aprendido permite integrar todo lo que uno es y hacer lo que necesita hacer. Y con la joyería se expresa cómo es, revela su manera de ser, sus creencias. Opiniones, definiciones, obras y proyectos.


_Empezaste con joyería en paralelo a diseño, ¿por qué?

_Porque siempre me gusto la joyería y quería saber cómo se hacía. Sí, en el primer año de la carrera de diseño textil en la UBA en 2006 empecé a estudiar joyería en el Sindicato Unificado de Relojeros, Joyeros y Afines de Buenos Aires que ofrecía mucha técnica y la libertad de manejar horarios. Luego seguí con María Medici durante tres años, además de realizar diversos emprendimientos textiles, ser ayudante de la cátedra Saltzman en la FADU por dos años y trabajar en relación de dependencia. Y después, con la técnica aprendida, me mandé y seguí por mi cuenta. Trabajaba y practicaba mucho en mi casa. Sumé el aporte de Fran Kweitel con el Simposio de joyería contemporánea En Construcción, que trajo especialistas del exterior que ofrecieron workshops imperdibles y también participe de Proyecto 8. Y senté las bases para luego decidirme a hacer un posgrado de Artes Aplicadas Contemporáneas con orientación en joyería en la escuela Massana de Barcelona. Después seguí por un máster de Joyería y Metales en Royal College of Art, una escuela orientada a la investigación en arte y diseño que ofrece un programa abierto en el que pude desarrollar mi propio proyecto sumando otras disciplinas.

 

_¿Cuál fue tu proyecto?

_Me enfoqué en tallar piedras. Siempre quise hacerlo y pude practicarlo en el segundo año con unas máquinas especiales del college. Mi trabajo final del máster fue todo en piedra, se llamó «Integrando lo sagrado y lo profano en los objetos cotidianos» porque se refiere a utensilios que usamos para comer o para el cuidado de todos los días. El concepto, la idea nace de ser conscientes y valorar nuestras acciones, nuestras rutinas y darle la importancia que tienen como ritual. Y lo potencia el valor del material, las piedras, en particular, por lo que significan para mí.

 

“La idea es ser conscientes y valorar nuestras acciones, nuestras rutinas y darle la importancia que tienen como ritual.”

 

_¿Qué significan?

_Mucho. Para mí las piedras tienen un significado especial, muy sagrado. Estudié sanación con cristales y eso me permitió conocer y entender a través de experiencias, su sentido más espiritual, ancestral y biológico. Y es por eso que en este proyecto final trabajé sólo con piedras, y particularmente en un tamaño más pequeño que el real, son amuletos, son objetos que pueden usarse o llevarse en una mano o un bolsillo, pero no es joyería portable como puede ser un anillo. Los presenté en un altar, como un nicho, un santuario, con una luz especial para reforzar la idea de que algo tan simple como un objeto que se usa a diario, también es sagrado. Se trata del mismo proyecto que presenté en Talente 2020 y resultó premiado. Me interesó profundizar en cómo las piedras incidían en la ubicación de los objetos en el cuerpo, ya que cada gema que elegí tiene una relevancia y relación con cada chakra, de acuerdo con la sanación con cristales. Hacer este máster me permitió integrar un montón de conceptos aprendidos y está bueno poder integrar todo lo que uno es o lo compone en un mismo lugar o actividad. Este fue un trabajo personal, en el que pude hacer lo que necesitaba hacer. Y lo planteé también en la disertación relacionándolo conmigo misma, mi linaje, mis ancestros, de dónde vengo, de dónde viene mi familia y cómo se relaciona con los objetos que uso; expliqué cómo mi identidad tiene que ver con mi origen, con cómo soy: un mix latino y europeo que se ve reflejado en las creencias, en la manera de ser, y la joyería me permite expresarlo. Como punto de partida toda esta búsqueda de identidad nace a partir de un collar que llevo con varios dijes-amuletos en el que me reconozco.

 

“Está bueno poder integrar todo lo que uno es o lo compone en un mismo lugar o actividad. Este fue un trabajo personal, en el que pude hacer lo que necesitaba hacer”.

 

_¿Por qué sanación de cristales?

_Siempre hice cursos y talleres por curiosa, en cuanto había algo que me llamaba, me dejaba guiar por mi intuición. Sentía que tenía todo por separado, desmenuzado. Decidí estudiar sanación con cristales y hacía prácticas terapéuticas sólo para mi bienestar, y lo elegí porque desde la joyería me intrigaba el trasfondo de las piedras, su poder. Quería darle un sentido a las piedras con las que puedo trabajar al hacer joyería. Estar abierta y atenta me permitió llegar a diferentes terapias holísticas, como al Reiki, registros akáshicos y constelaciones familiares, por ejemplo. Sumó en favor de mi bienestar, de mi crecimiento como persona.

“Me intrigaba el trasfondo de las piedras, su poder. Quería darle un sentido a las piedras con las que puedo trabajar al hacer joyería”.

_Seguiste profundizando en las piedras con gemología.

_Estudié mediante una beca durante todo este año de cuarentena en la sede londinense del Gemological Institute of America. Un instituto dedicado a la investigación y formación en el campo de la gemología y joyería, un intensivo con mucha teoría y práctica orientada en gemas para la industria. Fue mucho más revelador de lo que esperaba, muy mágico, aprendí sobre diamantes y piedras de colores a un nivel de mucha profundidad. Conocer más sobre piedras para manejarlas mejor, te abre la cabeza.

 

“Conocer más sobre piedras para manejarlas mejor te abre la cabeza”.

 

_¿Qué opinás de la extracción de piedras?

_El curso de gemología que hice incluye esa información sobre los lugares de dónde se practica la minería y cómo se extraen las piedras. De dónde viene, quién la extrajo, o cómo llegó a mí tal piedra es un tema que analizo y me ocupa. Crece la conciencia en las prácticas de la minería y la joyería, hoy se puede saber más sobre el manejo de piedras y esto es muy bueno. Este curso me dio confianza, me dio herramientas para saber cómo manejar las piedras y cómo identificar esa procedencia.

En Londres está bastante desarrollada esa conciencia, incluso podés obtener materiales reciclados y éticamente sustentables. Aunque tiene un costo mayor porque justamente hay más equidad en el sistema; y a la hora de invertir no todos los productores tienen el capital y tampoco el público para consumir, comprender y valorar estos precios. Pero falta más consciencia para que este tema se vuelva cada vez más urgente y su demanda aumente para que la accesibilidad también y por ende el sistema ayude a que todos podamos cooperar y beneficiarnos mutuamente. Hay metales como la plata y el oro reciclados y gemas con certificados de origen que permiten tener un seguimiento y localización. Hoy en día muchos de los metales se reciclan porque ya no quedan muchos lugares de dónde se pueda extraer oro y plata. Sin embargo, hay muchas marcas y diseñadores que trabajan en favor de la joyería ética. Es un tema muy amplio que le falta un montón para que esté más claro, pero creo que ya hay bastante más consciencia acerca de este tema y eso es alentador. Existen muchas implicancias: cómo se extraen las piedras, en qué condiciones de trabajo están quiénes las extraen, cuánto viaja un material hasta llegar a las manos de un creativo, en que situación política y económica está el país o región de origen; hay muchas variables a tener en cuenta para poder afirmar que una piedra o metal es sustentable o sostenible; es muy difícil que sea sustentable en todos sus aspectos, muchas veces se sostiene que sí y es sólo en una de estas variables.

 

“Crece la conciencia en las prácticas de la minería y la joyería, hoy se puede saber más sobre el manejo de piedras. Pero falta más consciencia para que este tema se vuelva cada vez más urgente y su demanda aumente para que la accesibilidad también y por ende el sistema ayude a que todos podamos cooperar y beneficiarnos mutuamente”.

 

_¿Es posible la joyería ética?

_Lo mismo, hay muchas variables de por medio. Hice una pasantía en una casa de alta joyería comercial que hace 20 años se posiciona como ethical jewellery. Entre otros, busca reinsertar a personas de lugares de conflicto, como Afganistán, Jordania y Burma, por ejemplo, en el mercado laboral a través de diversos oficios relacionados con la joyería, y esto también tiene que ver con la sostenibilidad del rubro, en el que hay un compromiso social importante.

 

“Reinsertarse en el mercado laboral a través de diversos oficios relacionados con la joyería también hace a la sostenibilidad del rubro, en el que hay un compromiso social importante.”

 

_¿Investigaste en otros materiales?

_Cuando empecé joyería, aprendía la técnica y trabajaba en metales y piedras y, al mismo tiempo, en textil. Entonces, quise investigar un poco más y también trabajé en resina y papel, después yeso, piedra pómez, fui cambiando los materiales como parte de una investigación personal. Mi próximo paso es seguir trabajando con piedras dentro de la joyería, tal vez con un enfoque más comercial. Siempre amé hacer anillos y es lo que más hice, tengo muchas ganas de volver a poner las manos en acción, ya que hace más de un año que no hago nada práctico-creativo.

“Trabajé en resina y papel, después yeso, piedra pómez, fui cambiando los materiales como parte de una investigación personal.”

_¿Que alguien porte o use una pieza de joyería le da otro significado o valor?

_Sí, claro, totalmente. Pero no por eso voy a dejar de hacer objetos, mi trabajo siempre fue bastante escultórico y me gusta trabajar el material en distintas escalas, También quiero hacer piezas que se puedan comercializar más fácil, para que al que le interese mi trabajo también lo pueda usar.

 

“Mi trabajo siempre fue bastante escultórico y me gusta trabajar el material en distintas escalas”

 

_¿Qué le aporta el otro que puede usar tu trabajo?

_Cuando alguien elige usar una pieza es porque tiene una conexión o una atracción personal con ese objeto y le pone un significado especial. Puede tener un sentido para el que la crea para  transmitir un mensaje o contar esa historia detrás, pero el que la usa o recibe puede darle un significado diferente porque a su vez crea su propia historia de lo que le resuena esa pieza, le comunica o transmite. Cada pieza tiene una historia y a través de cada material se expresa o habla  diferente.

 

“El que usa una pieza puede darle un significado diferente porque a su vez crea su propia historia de lo que le resuena esa pieza, le comunica o transmite.”

 

_¿Cuán importantes son los materiales en una obra?

_Muchísimo. Siempre son relevantes y dependen de lo que se quiera comunicar. El material tiene un valor y un peso importantísimo, hablan por sí solos y más en función de una forma, color, textura, contexto, etc. Toda materia está cargada de significado.

 

“El material tiene un valor y un peso importantísimo, hablan por sí solos y más en función de una forma, color, textura, contexto, etc.”

 

_Tu camino en el conocimiento es vasto, ¿hoy está especializado en el manejo de piedras?

_Me quiero especializar en piedras desde que comencé a tallarlas, antes trabajaba con piedras que engarzaba; no las manipulaba ni le daba la forma que quería y desde que empecé en el tallado se fue presentando un camino bastante natural porque es algo que siempre quise hacer y me remetí de lleno, aproveche la oportunidad. Aprendí a usar las máquinas, es cuestión de probar, practicar y hacer lo que uno quiera. Siento que pude hacerlo en un tiempo bastante corto porque tengo una historia con la materia que ya viene de larga data, tallaba cera para hacer piezas con la técnica de la cera perdida, hice escultura de chica, tengo conocimiento y experiencia en el manejo de volúmenes, más allá de que cada material es distinto y se trabaja con herramientas  y procesos diferentes. Descubrir y poder hacer eso que quería: tallar la piedra de esa manera fue un antes y un después, un flash. Tener la oportunidad de trabajar con un material que para mí tiene un valor tan especial, que me conecta profundamente y es todo lo que está bien para mí. Cuanto más uno sabe de un material, de una técnica y de un rubro se es más libre de hacer lo que se quiere, y así avanzar y abrirse a otras cosas.

 

“Cuanto más uno sabe de un material, de una técnica y de un rubro se es más libre de hacer lo que se quiere, y así avanzar y abrirse a otras cosas.”

 

_¿A qué?

_A seguir, a viajar y conseguir mis propias piedras, saber qué es lo que consigo, qué compro y a quién y de qué origen. Esto es lo que haré. El haber estudiado me permite saber de dónde vienen ciertas piedras, de qué zonas. Hay montones de alternativas a partir de las cuales uno puede proyectar y ver cómo conseguir materiales. Y también me interesa ir a minas y ver in situ todo el proceso. El conocimiento me da más libertad para moverme con confianza y hacer lo que quiero. Piedras hay en todos lados, el comercio es muy vasto pero saber qué se tiene es otra cosa. Esta es una buena etapa para la búsqueda de materiales y trabajar.

 

“El haber estudiado me permite saber de dónde vienen ciertas piedras, de qué zonas. Hay montones de alternativas a partir de las cuales uno puede proyectar y ver cómo conseguir materiales.”

 

_¿Qué querés hacer?

_Armar nuevamente mi taller y poder seguir tallando, y continuar con libertad para  seguir saltando de la joyería a los objetos y quien sabe que más. Pero también estoy en búsqueda de un trabajo que me de más estabilidad. Creo que no hay joyero-artista que no tenga más de un trabajo.

“Quiero armar nuevamente mi taller y poder seguir tallando, y continuar con libertad para seguir saltando de la joyería a los objetos.”