Brazil Jewelry Week
Apuntes | Notas
"Los joyeros alertan a través de sus obras. Sorprenderán en estos momentos sombríos"
Pasado mañana comienza la segunda edición de Brazil Jewelry Week un evento que se presenta como una experiencia virtual con el tema Incorporar Obra. Una semana extendida, que se desarrollará del jueves 3 al domingo 20, con la organización de las joyeras Chrissie Barban y Miriam Mirna Korolkovas, que también actúa como curadora junto con el artista Jorge Manilla.
Con una plataforma especial creada para el evento, los artistas y sus seguidores podrán ver exposiciones, participar de charlas, conferencias y otros shows audiovisuales. La muestra principal se exhibirá hasta el miércoles 23.
“Buscamos atraer a un público que se interese en el consumo de obras de arte que se llevan en el cuerpo. Creemos que revelando el trabajo meticuloso y creativo del joyero, que construye y materializa en camino hacia su identidad, potenciamos este arte latinoamericano. Este año, más que ningún otro, se necesita del poder transformador del arte”.
“Apostamos a la capacidad de transmitir sensaciones. Invitamos a todos a participar de este encuentro que este año, como ningún otro, necesita del poder transformador del arte”, dice la joyera Chrissie Barban, una de las principales mentoras de esta semana, quien señala que se dedicará a “la expresión artística del joyero contemporáneo, el cual consagra el arte con destreza, sensibilidad y conexión con las cuestiones que provocan e instigan. Con el ‘incorporar trabajo’ pretendemos promover al artista poeta autor, que siempre está atento a la verdad interna de sus concepciones; a ese joyero que sueña en profundidad y que muestra emociones contenidas en las obras que desvela”.
Esta semana extendida, que se desarrollará del jueves 3 al domingo 20, cuenta con la curaduría de Miriam Mirna Korolkovas, una de las pioneras en joyería contemporánea de Brasil, quien ha abierto caminos desde la década del 70 no solo allí sino que también se ha destacado en el exterior. Suma aún más con la intervención del joyero de origen mexicano Jorge Manilla, denominado embajador de BJW. Tiene, asimismo, el apoyo del Núcleo Joalheria Contemporânea, una organización dedicada a la difusión de la joyería contemporánea.
“Este año nos manifestamos a través de un formato online que será difícil de dejar, porque nos proyecta al mundo y nos permite tomar contacto con joyeros e interesados en la joyería contemporánea de todo el mundo. El canal digital hoy es necesario e imprescindible y pretendemos seguir sosteniéndolo. No es una website habitual sino que ofrece una experiencia en línea. La idea es facilitar el encuentro con el joyero y su obra, consultarle sobre su proceso creativo, entender su innovación en la técnica o en el uso de materiales, conocer su obra en detalle, que lo inspiró y ese encuentro es una celebración para nosotros. La idea de BJW es generar un espacio de exposición y venta también, ya que buscaremos atraer a un público que se interese en el consumo de obras de arte que se llevan en el cuerpo”, indica Barban.
Las joyeras explican que proponen “una acción receptiva a nuevas experiencias y vínculos; que se juega por la disolución de fronteras en favor de la conjunción de países vecinos. Solo integrados, enfrentaremos el estancamiento, la incertidumbre y la indecisión. Entendemos el escenario actual, pero no nos dejaremos sucumbir”. En ese sentido, Korolkovas precisa, que “los joyeros alertan, disputan e inventan a través de sus obras. Sus expresiones sorprenderán en estos momentos sombríos que estamos atravesando”.
“Es necesario crear para comunicar, crear con compromiso, emoción e inteligencia. La voz latinoamericana me intriga, quiero ver cómo materializamos las creencias de nuestros antepasados con los sabores del presente” agrega Manilla.
Si bien Brazil Jewelry Week se constituye como un encuentro internacional de joyería contemporánea de Latinoamérica, también participan artistas de Europa. Se trata de 67 joyeros de ocho países: además de Brasil, intervienen de Colombia, Chile, Argentina y México y, del mismo modo, lograron atraer a joyeros de España, Italia y Portugal.
Entre los argentinos, están Carmen Romero, Gabriela Nirino, Lena Echelle, Patricia Mogni, Paula Castro, Rafael Luis Álvarez, Roxana Ciorda, Roxana Casale y Susana Ortíz.
Con sede en Brasil, esta jewelry week arrancó el año último para inspirar “nuevas experiencias conductuales y estéticas del acto de adornar. Nos interesa reunir a artistas contemporáneos para difundir, fortalecer y consagrar el potencial creativo de los joyeros, creando diálogos experimentales para renovar y reinventar conceptos, materiales y técnicas. Durante la primera edición, realizada en San Pablo, BJW contó con 85 expositores, de los cuales 70 eran artistas brasileros y 15 internacionales, con una importante presencia latina; la intención fue reconocerlos e intensificar el círculo de relaciones con los consumidores, al tiempo que ese primer encuentro permitió explorar nuevos mercados”.
Una relación que se proponen profundizar y estrechara pesar del formato digital o, más bien, gracias a él. En la plataforma de la segunda edición, cada artista tendrá su propia página para mostrar hasta cinco piezas en la galería, dando más protagonismo a cada joyero. Además de esta colección, se mostrará un contenido audiovisual con el backstage y lo que llaman “rituales de producción creativa que cuentan la historia detrás de las joyas”.
A partir del tercer día, el evento tendrá una semana de intensa agenda online, con actividades: conferencias, charlas, diversos shows audiovisuales y talleres que serán transmitidos mediante herramientas virtuales. Al mismo tiempo, la exposición de las colecciones de cada artista permanecerá en línea en la plataforma durante 20 días, hasta el miércoles 23 de este mes.
Entrevista a Nicolás Estrada
Apuntes | Notas
“Los libros también son como una pieza de joyería”
Encontró a la joyería sin buscarla, en Barcelona, donde comenzó su formación que completó en la Hochschule de Idar-Oberstein. Quiere que una joya lo conmueva, emocione, sorprenda, llame su atención. Ese es el criterio que aplica para publicar y también para crear.
Se trata de uno de los más importantes editores de joyería contemporánea, que consiguió recopilar miles de innovadores aros, collares, anillos y, recientemente, brazaletes. Y los reúne en una serie de libros de colección que resulta una amplia muestra de lo que está aconteciendo en el mundo de la joyería de autor durante la última década, desde una visión global.
Como joyero le gusta hacer un poco de todo. “Considero que cada material tiene su momento, su estado de ánimo apropiado y sus tiempos”. Y varía entre el tallado en piedra, usar metales, aleaciones, trabajar en madera y mucho más.
Destaca que ha tenido oportunidades en las que pudo acumular experiencias y estar bien preparado para todas estas sorpresas que la vida depara. En estos meses pandémicos, se inventó un proyecto al que llama 99 días, sobre el cual sigue trabajando: un anillo por cada uno de los días que duró el primer confinamiento en Barcelona. Sus perspectivas, vivencias y creaciones.
_Estudiaste negocios y marketing y luego joyería, dos disciplinas que parecen muy disímiles ¿o no?
_En los 90 estudié Administración de empresas con un enfoque en Marketing y negocios internacionales en Boston. En 2000, cuando llegué a Barcelona, mientras hacía una maestría en marketing, hice joyería también. Es un arte que siempre me había llamado la atención, pero al que nunca me había dedicado. Allí tuve tiempo para mí por primera vez y algo de claridad en mis preferencias. En Colombia había empezado a estudiar ingeniería electrónica y después me pasé a administración de empresas. De ahí me fui a los Estados Unidos a seguir con mis estudios de negocios. En Barcelona encontré la joyería sin buscarla. Y en la escuela Massana descubrí un universo maravilloso que desconocía por completo, fue como entrar en otro mundo.
Luego en Alemania volví a tener tiempo, pude volver a enfocarme, disfrutar de la vida e inspirarme. Descubrí el maravilloso mundo de las piedras preciosas en este rincón alemán tan extraño como de otra dimensión. Y también fue bonito. En Idar-Oberstein viví unos de mis mejores años y conocí gente especial. Fue un privilegio poder hacer un paréntesis a los 40 años.
_¿Integraste el marketing y la joyería en la edición de libros de joyería?
_Yo creo que siempre estoy aplicando todo lo aprendido en todo lo que hago. Me gusta mucho acumular experiencias, estar bien preparado para todas estas sorpresas que nos va dando la vida.
“Me gusta mucho acumular experiencias, estar bien preparado para todas estas sorpresas que nos va dando la vida”.
_¿Cómo incursionaste en el mundo editorial?
_Joaquín Joaquín Canet, el director de Promopress/Hoaki, me invitó a hacer un primer libro en 2008. Eso era algo que nunca me había planteado, una de esas oportunidades que la vida me fue dando y las puertas se fueron abriendo.
_¿Tu primer libro de joyería contemporánea fue un éxito en ventas, ¿por qué creés que se dio ese fenómeno?
_Porque el libro quedó muy bien hecho, la selección fue maravillosa y el equipo de diseño, promoción y ventas de la editorial hizo y hace un trabajo fenomenal.
_¿Los tuyos fueron los primeros libros en su tipo? ¿Cómo concebiste ese formato?
_No, para nada. Hay colecciones maravillosas de Lark: la serie 500, por Marthe Le Van, que fue pionera, y es espectacular. Además de otras recopilaciones como The Ring (2000) por Sylvie Lambert para RotoVision; la increíble colección de libros por Anne Van Cutsem para Skira: A World of Rings (2001), A World of Earrings (2001), A World of Bracelets (2003), y también A World of Necklaces (2004) por Anne Leurquin.
_¿Con qué criterio elegís las joyas que publicás?
_La fotografía que recibo es muy importante, siempre trato de puntualizar que para los libros no busco piezas espectaculares, busco fotografías espectaculares de piezas espectaculares. Nunca sé de antemano cómo voy a hacer la selección, ni cómo va a quedar el libro, ni cómo lo voy a dividir. Es un proceso que se inicia una vez terminada la convocatoria, cuando recibo todo el material y empiezo a seleccionar lo que visualmente llama más mi atención. Lento, como todo en mi vida profesional.
“Para los libros no busco piezas espectaculares, busco fotografías espectaculares de piezas espectaculares”.
_¿Tus libros marcan la tendencia que se ve en la joyería contemporánea?
_Es la moda la que va por tendencias: el color amarillo para esta temporada, el rojo para la próxima. Yo nunca pensaría que hoy la tendencia es madera y para el próximo semestre es plástico. Me parecería muy triste que los joyeros nos ciñéramos a las tendencias de moda para diseñar o que seleccionáramos un material porque alguien que usó ese material ganó un premio. Me gusta pensar que la joyería es tan relevante ahora como lo fue antaño. Sólo diría que mis libros muestran el tipo de joyería que se hizo a un nivel más o menos global en un espacio de tiempo más o menos específico, pero no creo que definan ninguna tendencia.
_Tratás de tener una mirada global de la joyería contemporánea; es decir, que tus ediciones sean representativas de la joyería que se hace en todo el mundo?
_Sí, me interesa mucho enseñar una muestra global, trato que todos los lenguajes estén representados.
_¿Cómo ves la joyería latinoamericana? ¿Seguís la joyería que se hace en tu país? ¿Qué opinás de la joyería contemporánea argentina?
_Es muy raro catalogar la joyería por zona geográfica en un mundo que está cada vez más globalizado. No veo la joyería como un partido de fútbol en el que Argentina juega mejor que otro equipo, tampoco como una competición económica en la que Latinomérica pelea por salir de la pobreza y la corrupción… Mi país, yo nací en Colombia, pero he vivido 20 años en Barcelona. En Medellín desconocía la joyería que conocí en Barcelona. Mi espectro de la joyería trata de abarcarlo todo y es lo que trato de hacer desde mi Instagram, que afortunadamente no permite agrupar ni por país, ni por género, ni por amigos o conocidos. En la selección que hago para los libros tampoco voy anotando seleccionados por país. Sigo los trabajos de los joyeros que me interesan, y muchos de ellos no sé de donde son geográficamente porque eso es irrelevante para mí. Me sorprende tanto el trabajo de la joyera coreana como el del joyero costarricense, y eso es exactamente lo que busco: joyería que me emocione independientemente de haber sido realizada en la Patagonia o en el Sahara. Estas fronteras geográficas, estas banderas, estos nombres de países los considero innecesarios. Me cautiva la joyería independientemente de sí es argentina, colombiana, latinoamericana, europea o asiática.
“Las fronteras geográficas, estas banderas, los nombres de países los considero irrelevantes e innecesarios. Me cautiva la joyería independientemente de sí es argentina, colombiana, latinoamericana, europea o asiática”.
_¿Qué porcentaje representa lo publicado en relación a lo investigado; por ejemplo, 400 collares de cuántos vistosa?
_Todo es un gran proceso. Redacto una convocatoria que dura unos 120 días y difundo en redes. También mando muchos mensajes a joyeros cuyo trabajo me gustaría que apareciera en el libro. Al principio recibía poco material, después del segundo libro todo cambió radicalmente: para Collares recibí unas diez mil imágenes, para Broches unas siete mil y para Brazaletes casi cinco mil.
_¿Trabajos de qué argentinos están reflejados en tus libros?
_De muchos. No llevo un recuento por país, ni género, ni edad… Me interesa mucho que los libros abarquen un espectro amplio, pero no hay cuotas. Sin embargo, como para muchas personas esto es importantísimo (tal vez lo más importante), cada libro, en la breve biografía que cada uno de los participantes lleva, enseña el lugar de origen de cada participante y el lugar en el que reside.
_Segmentás tu propuesta editorial por piezas: aros, collares, anillos, brazaletes, ¿por qué?
_Por supuesto, porque es como se llaman los libros. Porque me parece interesante y es como me ha gustado trabajar. Ahora esa segmentación por piezas es una colección de joyería que abarca un espectro grande: son cinco temáticas que han sido muy bien cubiertas. Podrían ser también cinco capítulos de un gran libro que se ha ido formando durante una década y que abarca el gran espectro de la joyería.
“La segmentación por piezas es una colección de joyería que abarca un espectro grande: son cinco temáticas que han sido muy bien cubiertas. Podrían ser también cinco capítulos de un gran libro que se ha ido formando durante una década y que abarca el gran espectro de la joyería”.
_¿Cómo se gestó tu última compilación es sobre brazaletes? ¿Qué muestra?
_Era una temática que no habíamos considerado con la editorial porque creíamos que no habría suficientes creadores de brazaletes como para hacer un libro interesante. Tampoco creíamos que fuera una temática interesante para los seguidores de las publicaciones. Pero afortunadamente estábamos equivocados en las dos apreciaciones, la respuesta a la convocatoria fue masiva, y me siento confiado de que este libro se va a vender muy bien.
Brazaletes presenta más de 400 piezas diseñadas por 200 joyeros seleccionados entre más de 900 artistas internacionales. Esta colección de brazaletes de todo el mundo y estilos completamente diferentes sorprenderá a los lectores por su frescura, diversidad de enfoques y materiales -como oro clásico, plata y piedras preciosas, además de papel, madera, plástico y resinas- y por su colorido. Esta obra constituye una amplia muestra de lo que está aconteciendo en el mundo de la joyería de autor y es parte de nuestra serie actual, que ofrece una visión global de la joyería contemporánea.
Brazaletes incluye los prefacios de Barbara Schmidt, artista y profesora alemana, directora de la Academia de Diseño de Múnich; y de Helen Britton, artista australiana residente en Múnich, reconocida internacionalmente y ganadora de múltiples premios de joyería contemporánea.
“Esta obra constituye una amplia muestra de lo que está aconteciendo en el mundo de la joyería de autor y es parte de nuestra serie actual, que ofrece una visión global de la joyería contemporánea”.
_¿Tus libros se consiguen en Argentina?
_Por supuesto, la distribución es a escala mundial, sin embargo, el cuándo es la gran pregunta, ya que la situación actual ha hecho que todo cambie. Promopress/Hoaki tiene una excelente distribución en Argentina; en circunstancias normales, los libros se podrían conseguir en cualquier librería que cuente con una sección de arte. El problema es que, con el Covid, hay muchas librerías cerradas y eso impacta mucho en la vida del libro. De todas formas, la editorial tiene presencia en las grandes cadenas, en Yenni-El Ateneo, Cúspide, especialistas como Índigo Libros y Mercado Libre para venta online.
_¿Tu próximo proyecto editorial?
_No lo sé, el actual apenas va terminando. Yo voy poco a poco.
_¿Cómo compaginás tu trabajo como editor y con el de joyero?
_Como se compagina todo en la vida, sacando tiempo para cada cosa. También hago entrevistas a joyeros, doy cursos de joyería, conferencias de joyería. Disfruto de la variedad en mi mundo cerrado.
_¿Cómo definirías tu trabajo en joyería?
_Cuidadoso y muy trabajado. A veces impactante. Empecé con semillas de tagua y armas. Prefiero todo: el tallado en piedra, las aleaciones, el uso de metales y el trabajo en madera. Me gusta trabajar un poquito de todo. Considero que cada material tiene su momento, su estado de ánimo apropiado y sus tiempos.
_¿Compartís tu taller con Karim Oukid, ¿hacen trabajos juntos?
_Sí, compartimos taller hace muchos años. Nos ayudamos mucho, compartimos mucho, conversamos mucho, nos alabamos, nos damos ánimo y nos criticamos, y tenemos una gran amistad, pero no hemos hecho joyas juntos. Además en el taller se hace coworking con otros joyeros.
“El conocimiento y la comprensión de la herencia cultural del pasado es lo que me ayuda a comprender el presente y entrever el horizonte”
_¿He visto que aprovechaste creativamente la cuarentena, ¿cómo fue ese proceso y con qué resultado? ¿cómo son esas piezas?
_No mucho, me deprimí bastante y se me desbarató el mundo, como a mucha gente. No soy en nada parecido a los influencers que hicieron doctorados, aprendieron idiomas, pusieron sus cuerpos atléticos, se reinventaron, se salieron de su zona de confort, rompieron paradigmas, escribieron libros y encontraron el éxito durante el confinamiento. Y hubo un momento en el que ya había tomado demasiado alcohol, había disfrutado del tiempo libre, me había destrozado la espalda haciendo unas rutinas de ejercicio estúpidas e innecesarias y, como lo de escribir libros y hacer doctorados no me fluía, pues me puse a crear que es lo que se hacer. Y, para no enloquecerme al vislumbrar un futuro oscuro, me inventé el proyecto 99 días, en el que sigo trabajando: un anillo para cada uno de los días que duró el confinamiento en Barcelona.
_¿Entre hacer joyería o editorializar sobre joyería, ¿qué elegís?
_No elijo, me siento muy cómodo con todos los proyectos en los que me involucro, de lo contrario no los consideraría. Cada uno me hace crecer como persona y me aporta un montón como creador, a los libros también los considero como una pieza de joyería.
La joyería en perspectiva
El ensayo La urgencia subjetiva publicado por Joyeros Argentinos fue el puntapié inicial. La joyería en perspectiva y cómo interrogar este quehacer, una continuidad que reflexiona desde una mirada que sostiene el pensamiento crítico como herramienta necesaria para la joyería contemporánea y para la vida misma.
Caco Honorato y Mariela Vicencio trabajan la joyería contemporánea como arte en Chile, donde tienen un estudio “dedicado al desarrollo de diversos proyectos de educación, difusión y creación, para darle a la joyería contemporánea un espacio dentro del panorama cultural y artístico chileno. Cada vez somos actores más activos, críticos conscientes”, se definen, y dan respuesta a más interrogantes.
_¿Cómo instalan la crítica de la joyería contemporánea? ¿Qué importancia tiene hacerlo?
_Instalar la crítica en joyería contemporánea es una tarea muy difícil. Nosotros llevamos 20 años trabajando en la escena (Caco lleva 20 años y Mariela algo más de 10) y los avances han sido pocos. A pesar del desánimo que esto pueda provocar, para nosotros es tan necesario, fundamental más bien. Desde nuestra vereda, hacemos todo lo que podemos: hacemos clases (a artistas, creadores y joyeros), charlas, libros, muestras individuales, grupales, curatorías nacionales e internacionales. Hemos desarrollado escritura; no solo nuestra, también para otros. Hemos construido alianzas y desarrollado teoría. Pero lo que está de fondo a todo esto es el deseo de contribuir al desarrollo de un pensamiento crítico, motivar a la creación del hábito de pensar, cuestionar y hacer mapas; todo lo que signifique, finalmente, tener una posición, ver en perspectiva. En nuestra cultura, tener una posición es un gesto tremendamente conflictivo. Sabido es ya que estamos inmersos en una cultura en donde los sistemas de poder necesitan gente lo menos pensante posible. En nuestro caso en particular, podemos decir que no han sido pocos los roces y los malos entendidos que se han generado debido a nuestra posición enfática.
El pensamiento crítico no solo es una herramienta necesaria para la joyería contemporánea sino, más bien, para la vida misma. El pensamiento crítico sirve tanto para cuestionar la lógica mercantil, como para para poder abrir puertas a la poesía; todo esto es lo que está en juego. Como dijo el poeta chileno Raúl Zurita: “La poesía es la primera víctima y la primera que se levanta de entre los muertos para decir que vienen nuevos días”… y los que trabajamos en “joyería contemporánea como arte”, la entendemos como poesía visual, poesía de la materia. Existe un relato profundo detrás de la creación desde esta vereda. Los joyeros que trabajan más ligados a la artesanía o al diseño no necesitan tanto al pensamiento crítico; declaran, en general, que no es bueno para el negocio. Es una lógica completamente diferente.
_¿Qué relaciones se pueden establecer entre la joyería contemporánea y otras disciplinas? ¿Con cuáles?
_Los proyectos interdisciplinarios son tremendamente necesarios y naturales. Se nos hace imposible pensar en la “joyería contemporánea como arte” como un campo cerrado, como algo que incumbe solamente a joyeros. Si bien, existe una raíz que proviene desde el oficio de joyería (en una primera instancia), esta disciplina se encuentra atravesada por otros intereses y necesidades, por otras disciplinas. Todos reconocen la existencia de un cruce entre arte, diseño y artesanía; pero para nosotros, se hace necesario una observación más amplia de este fenómeno, ya que el arte no tiene una casa definida y no se puede limitar a un quehacer específico. En el arte se cruzan conocimientos y saberes que vienen de todos lados.
A partir de nuestra experiencia en el campo de la joyería contemporánea, lo primero que podemos identificar con claridad, es el surgimiento de una profunda necesidad de entender lo que hacemos, lo que devino en un inevitable acercamiento a la literatura; y aquí la teoría del arte se hizo indispensable. Sucedió espontáneamente, descubrimos aquí la posibilidad de desarrollar una forma de expresión. Esta posición, no solamente tiene que ver con la joyería contemporánea, sino también con la visión que tenemos de cultura y con el cómo este “relato material y simbólico de lo que hacemos” dialoga con el resto del sistema de la cultura. Nosotros hemos trabajado con psicoanalistas, antropólogos, pintores, poetas, entre otros artistas. Para nosotros, la joyería contemporánea cuenta con una naturaleza híbrida que le permite acceder de forma orgánica y natural a diálogos diversos, a un amplio rango de relaciones. Todo depende, en definitiva, de la imaginación e interés de los creadores. Es por esta razón que disentimos con ímpetu cada vez que escuchamos la insistencia de aquellas voces que defienden a las “técnicas de joyería tradicional” como principal y más importante herramienta. Reducir a la joyería contemporánea a un oficio, hablar de que “la joyería contemporánea debe tener impecable factura” como principal paradigma, o delimitar su campo de acción al mundo del adorno, son los principales enemigos de la posibilidad que tiene la joyería contemporánea de mantenerse con vida.
_¿Qué confusiones conceptuales circulan?
_Se observan que circulan confusiones conceptuales de todo tipo. La falta de interés por generar un conocimiento base en relación a la historia del arte o a la teoría de la imagen, el poco amor por la lectura y el rechazo a una posible expansión del área de trabajo, son factores que terminan, finalmente, en la conformación de un ambiente en el cual el desarrollo de pensamiento crítico -que mencionamos al principio- no logra generar su nacimiento. La nota de complacencia que se observa en todo esto, está relacionada con la posición actual del foco de atención. El foco hoy, está orientado mayormente a la fabricación de adornos para el cuerpo, de objetos “bellos” en un sentido clásico. Que estas piezas circulen y se vendan es el objetivo principal. Esto es lo que nosotros llamamos “una lógica de mercado”, algo que no tiene nada que ver con ser artista.
En la II Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea, presentamos la charla “Arte y Diseño. Territorios en disputa”; presentación que generó mucha discusión por su contenido, en el cual se reflejaban estos problemas conceptuales. Presentamos una teoría de mapa de la escena de joyería contemporánea (a través de ejemplos), con los distintos paradigmas de los diferentes campos y como estos interactúan entre sí (arte, diseño, artesanía). Las reacciones fueron variadas. Hubo una parte de la audiencia que manifestó una gran molestia por lo planteado; no querían participar de una conversación sino poner sus ideas en la mesa. Prácticamente, no recibimos preguntas. Se generó una reacción apresurada, calificando estos planteamientos como una falta de respeto a ciertos grupos; acusación que no fue respaldada en ningún caso por argumentos que pudiesen ser motivo de construcción de diálogo. Se pudo observar con claridad en aquella instancia, la necesidad imperiosa de la construcción de una identidad; lo que hace que cada creador busque su propio nombre, sus definiciones para tomar distancia del otro. Fue muy difícil agrupar a los creadores bajo un nombre común, hacer que nos veamos los unos a los otros. Para esto, fue fundamental la existencia de la Bienal, que quedó inscrita, finalmente, bajo el nombre de Joyería Contemporánea. Gracias a esto van quedando de lado las diferencias y, de a poco, va primando la necesidad de agruparnos. Pero esta agrupación no debiese navegar en la ingenuidad -como sucedía en un principio- sino, más bien, desplazarse alrededor de una mirada en perspectiva; para lo cual se hace necesario reconocer ciertos mapas, entender por ejemplo, esta gran disputa (mencionada en un principio) entre arte y diseño.
_¿Qué se puede proponer para generar audiencias interesadas en la joyería contemporánea?
_Entre las nuevas propuestas que se pueden generar, tener una Bienal como la de Buenos Aires es un buen paso, que se convierte en fundamental. Poner el foco aquí y no en Alemania (Schmuck) es un esfuerzo grande para comenzar a mirarnos a nosotros mismos. Si queremos construir una voz latinoamericana, hay mucho trabajo por hacer en este sentido. En algún momento vimos a los creadores muy interesados en ser aceptados, muy preocupados por ser vistos y circular en otros territorios, muy lejos de Latinoamérica. La joyería contemporánea es un mito principalmente europeo, por lo tanto, lo que nos corresponde es trabajar por construir “el mito latinoamericano”. En ese sentido, los artistas se desempeñan mejor que los diseñadores a la hora de crear mitos, por esta razón es que para nosotros es tan importante reforzar, fomentar y hacer crecer a la “joyería contemporánea como arte” y fomentar el surgimiento de creadores con “cuerpo de obra”.
Volvemos a la idea de que instalar el pensamiento crítico es fundamental para asegurar la calidad de esta nueva creación. Para la evolución, consideramos necesarias las instancias asociativas, tanto como la urgente instalación de “diálogos críticos” (que son profundamente diferentes a los “diálogos de relaciones públicas”). En Chile los distintos grupos de creadores funcionan en su mayoría por separado, existe muy poca comunicación y pareciera que también pocas ganas de establecer estos diálogos; por lo menos en nuestros intentos, hemos obtenido un bajo nivel de respuesta.
_¿Qué otras audiencias hay y cómo se reconocen?
_La escritora chilena Diamela Eltit que en una entrevista dijo: “Las obras eligen a su audiencia”, y pensamos que tiene la razón. Mientras la joyería esté con el foco puesto en hacer mercados de objetos bellos hechos a mano, obtendrá públicos que buscan diseño, algo original, con la tendencia del momento, que son finalmente audiencias que se mueven y eligen “por gusto”; obtendrá entonces: consumidores. Por esto mismo, nosotros planteamos la idea de que los artistas que trabajan un “cuerpo de obra” -que tiene contenido, relato, discurso- lo que hacen en el fondo es navegar en la profundidad, encontrando audiencias que no consumen (necesariamente), pero que si generan fidelidad, complicidad. Las obras de arte conectan sensibilidades, maneras de entender el mundo, generan incluso amor. Se establece aquí un compromiso. Surgen de esto las mejores audiencias y de la más diversa índole; porque hay una parte del arte que no es intelectual, no estamos hablando solo de élites, se trata del púbico aquél que vive con la necesidad presente de encontrar relatos que conecten con la realidad, intensamente. El diseño, por su parte, pareciera tener una lectura de corto plazo; lo que se genera aquí son objetos de consumo, los cuales tienden, finalmente, a lo desechable. Las obras de arte, por el contrario, generan patrimonio, construyen “una voz” que se queda dándole forma a la identidad cultural de un lugar del mundo.
Cabe también mencionar en este punto la gran importancia de las audiencias que provienen de otras disciplinas que se relacionan con lo que hacemos, como el caso del psicoanálisis y la antropología, por dar dos ejemplos en donde hemos encontrado audiencias preparadas, agudas, curiosas y que se dan el tiempo de hacer lecturas, relaciones, hacer vivir a las piezas.
Otra manera de reconocer las nuevas audiencias es mediante el grado de felicidad con que es recibida una muestra, una charla, un conversatorio. Nos pasó por ejemplo, con una muestra que llevamos a una galería y escuela de Punta Arenas, en donde la vida cultural cuesta y funciona alejada de los grandes centros. Nos sorprendió ser motivo de tanto cariño, motivación y felicidad con la que fue recibida la exposición y la charla que la acompañó. En otra oportunidad, tuvimos una sorpresa similar por la reacción con otra muestra y conversatorio llevados a cabo en una institución de educación superior, en una facultad en la que no se establece una relación directa con ninguna rama del arte. Las audiencias (no especializas en esta área precisamente) nos han llenado de preguntas, son públicos muy curiosos e interesados. A veces los nuevos circuitos son los mejores, porque no están colonizados por un determinado aparato cultural que los controla. En resumen, la clave para reconocer una buena audiencia es la curiosidad; que escasea en los círculos de la Joyería Contemporánea. Las ferias de ventas, por otro lado, son abundantes; encontrando aquí a las peores audiencias (para dar el ejemplo inverso)… ¿Cuánto cuesta? pasa a ser la única pregunta y ¡Qué caro! el comentario más recurrente.
“Instalar el pensamiento crítico es fundamental para asegurar la calidad de esta nueva creación. Para la evolución, consideramos necesarias las instancias asociativas, tanto como la urgente instalación de diálogos críticos.”
_¿Cómo construir una mirada Latinoamericana?
_Miremos un poco hacia atrás para reflexionar cómo construir una mirada latinoamericana. Si hace 10 años le hubieras propuesto a un creador trabajar con la identidad, su respuesta probablemente sería: hacer souvenirs del país. Probablemente, de esta petición, surgirían joyas con forma de mini empanada, pequeños huasos o guachos, o así mismo, cualquier cliché de identidad. Las artesanías de cada país han servido a las naciones para establecer cierta imagen; es necesario para que los habitantes de un territorio se reconozcan. Por eso que muchos creadores pensaron que basándose en una artesanía tradicional obtendrían “la fórmula de la identidad” y se podían inscribir como creadores ligados a un territorio. La “Marca Chile”, la “Marca Argentina” son territorios fáciles de reconocer y parecía en aquél entonces que el acto de hacer piezas elegantes, usables, sofisticadas era la fórmula para tener una mirada nacional y Latinoamericana. La única preocupación entonces era desarrollar una buena factura, un buen producto, con un buen marketing. Nuevamente esta lógica de mercado fue evolucionando y con el tiempo, poniéndose en crisis.
Los creadores con espíritu crítico -los más ligados al arte- encontraron nuevas maneras de pensar lo latinoamericano, sin considerar estas fórmulas, que provienen de las estrategias del diseño. Desde el arte, la pregunta de ¿qué es lo latinoamericano? se abrió de maneras insospechadas. La nueva creación no solo toma distancia de los cánones de identidad tradicionales, sino que además, pone en duda el concepto de identidad mismo, incluso. El post-colonialismo, la orfandad latinoamericana, lo homogéneo y heterogéneo… el relato ha crecido de una manera antes inimaginable desde que empezamos a dejar atrás la camisa de fuerza que era esta visión de la joyería como diseño. Todavía falta mucho, existe en este campo una fuerte presión para quedarse en el área segura de la identidad fácil de reconocer.
_¿Cómo enfrentan el momento político la joyería contemporánea en Chile? ¿Cómo se expresa?
_El estallido social y la crisis política que estamos viviendo, marcaron un espacio de replanteamiento para la joyería contemporánea; en realidad, ha sido así en todas las áreas. Lo primero que sucede es la presencia de un gran silencio, marcado por el miedo de “tener una posición”. Esto es algo que proviene de las marcas de la “post-dictadura”, creemos nosotros. Luego se observan algunos gestos tibios, como frases políticamente correctas; todo muy bien calculado. Para nosotros fue, más bien, todo lo contrario. Escribimos en crónica y sacamos un manifiesto, se nos hacía urgente y necesario generar este material que dijera -de manera muy clara y enfática- que la “joyería contemporánea como adorno” ya no resistía dentro de un contexto como el actual. Las respuestas a esto estuvieron bastante polarizadas, como es de esperarse ante una declaración tan categórica. Aquí sigue presente el miedo, creemos nosotros. Un tiempo después, vimos surgir diversas campañas y proyectos. El estallido logró que la gente se diera cuenta que ya no era tan mal visto manifestar cierto grado de descontento; pero manifiestos u opiniones más radicales, no hubo. En este momento ya se observa con mayor claridad la apertura de un fenómeno inverso a la situación inicial; ahora todos quieren hablar, todos quieren decir algo, estar en alguna marcha. Y desde la vereda del arte, comenzó a instalarse algo que para nosotros era una mala señal: un arte político fácil, rápido, de eslogan, simple, incluso oportunista en algunos casos, podríamos decir. Arte político light, arte ONU, arte ONG, existen varios conceptos que se utilizan para definir cierta manera de ver el arte que, a nuestro juicio, no llega a ser un verdadero arte político. La reacción al momento político de Chile tiene mucho de esto. Esta manera de ver el arte político no solo carece de fuerza, sino que además, es precisamente lo contrario de lo que pretende defender; una muestra más de esta falta de pensamiento crítico en la que insistimos desde el principio.
“Para que el deseo que nació con el estallido social consiga construir un nuevo cuerpo de creación, se necesita más tiempo y dedicación, más reflexión y pensamiento crítico.”
_¿Qué trabajos se realizaron?
_Podríamos mencionar tres campañas que generaron movimiento por esos días: “Ojo Chile”, “Orfebres en Cadena”, “Orfebrería en Resistencia”. “Ojo Chile” tenía como objetivo juntar piezas realizadas en torno a la imagen de los ojos mutilados, lo que ya se había instalado en la opinión pública como el símbolo del abuso policial y de la resistencia. “Orfebres en Cadena” agrupó a artesanos principalmente, tenía algo más de gremio, pero el mismo enfoque respecto a lo político. Ellos hicieron una gran cadena juntando trozos que aportaba cada artesano. “Orfebrería en Resistencia” fue una convocatoria más abierta, en el sentido de invitar a compartir creaciones, no había un pedido específico como en las otras iniciativas, se generó más bien como una instancia que se desarrollaba en torno a la búsqueda de visibilidad.
Según nuestra mirada, todas estas instancias ayudaron a juntar a una serie de creadores, en una suerte de solidaridad de grupo. El perfil de los llamados nació desde un lugar que se encontraba vinculado principalmente a la artesanía, al oficio; a pesar de que participaron varios representantes de la joyería contemporánea. La mayoría de estas iniciativas no contaban con una curatoría, ni una textualidad, fueron más bien, algo espontáneo; lo que a nuestros ojos parece ser una contradicción, si es que queremos hablar de arte político. El llamado general obedece, mayormente, a una reacción del momento, al momento mismo, no a algo procesado.
Nosotros vemos que hay ganas, es evidente que el estallido social generó el nacimiento de un deseo profundo de que sucedan cosas. Pero aún falta mucho para que todo esto se transforme en una toma de conciencia. Aún escasean las reflexiones de fondo, desde el lenguaje y desde el discurso. Aún no se observan escenarios organizados, con paradigmas o ideas que sustenten cierta estructura conceptual. Para que el deseo que nació con el estallido social consiga construir un nuevo cuerpo de creación, se necesita más tiempo y dedicación, más reflexión y pensamiento crítico. Con el ardor de la pasión del momento, se pueden generar proyectos, sin duda; sucedió así todo este tiempo.
Pero desde nuestra perspectiva, la generación de un nuevo movimiento de creación va a requerir de una mayor profundidad, a la que no vemos forma alguna de llegar si no es de la mano del tiempo, de la reflexión y del desarrollo de una nueva consciencia sobre la importancia que tiene el pensamiento crítico en la conformación de los nuevos escenarios culturales; nos atreveríamos a decir incluso, que todos los nuevos escenarios -más allá de la naturaleza que posean- van a requerir de estas condiciones.
Por nuestra parte, seguiremos dedicando nuestra obra, nuestro discurso, nuestro lenguaje y nuestro apuntalamiento al reconocimiento consciente de la importancia que tienen estos factores en la construcción de lo que viene para el futuro; tanto desde la vereda de la creación, como en todas otras aquellas en las cuales este deseo sea aplicable. Aquí estaremos… persiguiendo el sentido… quedan todos invitados a acompañar la búsqueda.
Caco Honorato y Mariela Vicencio.
Reparación simbólica
Apuntes | Notas
"Estos ojos seguirán observando cómo cambia el paradigma"
Las joyeras chilenas Liliana Ojeda y Aranda Feres lideran la convocatoria de un proyecto de arte colectivo que pretende una reparación simbólica a la represión desatada en el país vecino, que provocó daños oculares a más de 500 personas.
Sigue abierto el llamado a participar de Ojo Chile, un proyecto de arte colectivo impulsado por las joyeras Liliana Ojeda y Aranda Feres. El cierre de la convocatoria que estaba previsto para mediados del mes último, continúa ante la demanda y la llegada de obras y para dar más tiempo ante el parate provocado por la pandemia.
Cientos de joyeros contemporáneos, orfebres, artesanos, diseñadores y artistas de Chile, Argentina, Brasil, México y hasta de España se sumaron a esta movida.
“Sentí que podía aportar algo desde mi oficio protestando a través de piezas de joyería. Me di cuenta que sería más potente si más colegas aportaban. La primera que se sumó fue mi hija Aranda y juntas lo ampliamos pensando que cuantos más fuéramos, mejor. Y así fue, se acercaron todo tipo de artistas, como ceramistas, escultores, plásticos. Dimos un paso más allá abriendo la convocatoria a artesanos, aprendices, joyeros que recién se inician, personas que se animan a expresarse a través de lo manual. La idea es que donen una pieza u objeto de determinada medida (75mm), el cual debe ser resistente ya que el fin último es una intervención callejera. Con todo, termina siendo un trabajo transversal y representativo”, explica Ojeda.
El alcance de la iniciativa pasó la frontera de Chile. “Hay participantes que no provienen de países donde ocurren estas atrocidades, pero decidieron intervenir y levantan su voz a través de su trabajo. Así, se transformó en un proyecto global”, añaden. La propuesta surgió como respuesta a la represión del 18 de octubre del año pasado, cuando comenzaron a disparar con perdigones, balines y hasta balas sobre los ojos de los manifestantes.
La meta inicial era igualar el número de personas con ojos dañados, que en diciembre último eran 352. Esto quedó registrado en una de las primeras piezas participantes que tiene grabado 1 de 352, pero lamentablemente esa cifra aumentó y hoy se consignan más de 500 personas con sus ojos lesionados o perdidos. No sólo por este incremento continúan con la convocatoria y toda persona interesada aún puede donar su obra. “Día a día vamos recibiendo piezas, cada vez hay más artistas motivados por expresar su opinión. La convocatoria es abierta a todo quien quiera hacer algo con sus manos. No se trata de una exposición de autores, no hay protagonistas individuales, sino una unión de partes que la da fuerza al todo. Por eso el montaje final también privilegiará el conjunto, la propuesta colectiva”, explica Liliana Ojeda.
Y los participantes expresan ese reparo simbólico al que se convoca de manera muy diversa. “Muchas piezas tratan de graficar con materiales varios el impacto del balín, la herida, las lágrimas, la ceguera. Otras, en cambio, son más simbólicas y menos literales. Se advierte una variedad infinita de materiales. Nunca pensamos que se podían representarse tantas versiones de ojos”, señalan las organizadoras.
La joyera Fabiana Gadano participa con piezas hechas en plástico PET reciclado de botellas que tienen forma de ojos y cuentan con remaches o incrustaciones en cobre -el metal característico que se explota en las minas chilenas- aplicados sobre tres colores de pupilas, en alusión a los balines y a la diversidad ciudadana afectada.
“Con mi participación, con un ojo en metal y plástico, busco contrarrestar la violencia sufrida por el pueblo chileno. La policía respondió a los reclamos populares de mayor igualdad social con golpes, gases y perdigones. Estos ojos son un homenaje a las víctimas de esos perdigones pero también recordatorio de las demandas de equidad, una protesta que recorre Latinoamérica”, destaca Hebe Argentieri.
“En el contexto que se vivía (y se vive) en Chile en esos momentos, mi pieza tiene un significado simbólico de un ojo ciego, blanco, que mira sin ver, pero no por eso queda ajeno a lo que pasa. Está hecha en cobre y tiene un iris de plástico traslúcido, que representa un iris dañado. Quise homenajear a todas las personas que perdieron uno o los dos ojos en manos de los carabineros, en el marco de las manifestaciones haciendo una pieza que significa ver sin los ojos, mirar ahora con el corazón y la emoción. Porque les habrán quitado los ojos, pero los ciegos están en el lado opuesto”, señala la chilena Soledad Ávila.
“Realicé un ojo en resina y acrílico, porque este último es el material con que antiguamente se hacían muchas prótesis oculares. La pérdida de uno o de los dos ojos de muchas personas en nuestro país no tiene precedente ni en los lugares ni en las épocas más violentas, y está marcando a una generación con la mutilación. No hay forma de reparar ese daño, que se provocó no sólo a quienes perdieron sus ojos sino que también afectó a sus familias y cercanos. Esta convocatoria es un grito de rabia por lo que todas esas personas pasaron y van a tener que seguir pasando, obligados a aprender a vivir de otra forma. No hay reparación posible, esto es sólo un pequeñísimo aporte desde mi oficio”, señala la joyera chilena Valentina Garretón Rodríguez.
“Mi pieza es un ojo herido, que a pesar de su dolor, sigue mirando el entorno como el ojo divino que todo lo ve. Este ojo herido es un símbolo de la vigilancia, la conciencia, la protección y la justicia. Porque el eslogan de Chile despertó hace un año es como si repentinamente todos los ojos de la ciudadanía se hubieran abierto y tomado conciencia de un colectivo sufriente, abusado y cansado. En este ojo podemos dilucidar que la mirada se abrió hacia el mundo, hay una denuncia y aunque hayan mutilado los ojos de jóvenes, mujeres y hombres, esta lucha permanece en la memoria y en la mirada de todos nosotros. Estos ojos joyeros heridos y mutilados seguirán observando y viendo cómo cambia el paradigma”, indica la joyera chilena Cecilia Roccatagliata.
El joyero brasileño Fernando Aquino, hoy residente en Andalucía, relata que siguió de cerca las manifestaciones a través de amigos y redes sociales. «Decenas de personas fueron golpeadas en el ojo, decenas quedaron ciegas porque la policía disparó intencionalmente en los ojos a la población que protestaba. Esta ceguera es completamente significativa en el mundo en que vivimos, donde las personas son tratadas como herramientas desechables, la política no está relaciona con el sufrimiento, son sordos y ciegos a los reclamos de las minorías. En Latinoamérica vivimos desde hace décadas un epistemicidio, un constante borrado de recuerdos y saberes que no se ajustan a las reglas impuestas por la cultura dominante, que no permite otras miradas. La ceguera del neoliberalismo y la ceguera provocada por la policía chilena sirvieron de inspiración para la creación de esta pieza dramática. Investigando la noticia, me encontré con una imagen de un joven con el ojo destrozado por una bala de goma, muy inflamado, enrojecido, casi saltando de su rostro, era esta imagen que quería reproducir en la joya que llamé Ceguera (Blindness) . Usé el cobre, ya que es un metal que siempre asociado con Chile y también quería tonos intensos de rojo, de ahí la elección por el esmaltado. El hilo de algodón rojo me recuerda a las suturas y también a mi conexión con Chile. Tiene nueve capas de esmalte. Me cautivó el deseo de participar en este proyecto artístico colectivo y me alegra poder expresarme como joyero».
Para la chilena Patricia Iglesias la joyería contemporánea es el pulso para reflexionar y expresar lo que conmociona, por eso decidió participar como una manera de visibilizar lo acontecido. «En esta pieza, los materiales evocan fragilidad y resistencia y me trae a la memoria otro suceso penoso, el genocidio del pueblo Selk´nam, uno de los pueblos originarios de la Patagonia, lugar al que pertenezco, parece ser que el ser humano construye, progresa y funda dejando una estela de dolor. Tejí algo parecido a un canasto con yute y cáñamo, materiales rústicos que evocan tiempos pasados, modestos y precarios, utilicé para ello el punto básico de cestería de algunos de los pueblos originarios de la Patagonia (Yagán y Kaweskar), soy de la región de Magallanes (Patagonia), lo cosí con el punto hojal de costura -que vi hacer tantas veces a mi abuela materna, ella era modista- a una estructura de alambre de cobre que construí con forma de ojo, lo teñí en varios tonos de rojo como símbolo de los ojos heridos durante el estallido social de 2019 en Chile. Mi pieza se desplaza entre la memoria, la identidad y el territorio, emplazando la identidad desde el soy y somos desde el lugar que habito. En mi obra utilizo obsesivamente el punto básico de cestería, aprendido en Magallanes, el punto de crochet aprendido de mi abuela paterna y el de hojal de mi abuela materna, donde tejo cosiendo. El tejido lo llevo más allá de su función de origen, resignificándolo y conectándome con mis raíces, evocando ese mundo hecho a mano, ancestral y que desaparece poco a poco. Elaboro tramas para construir objetos deconstruyendo el tejido, rebelándome a la idea de “rol de género”.
En tanto se produce la creación de obras, se proyecta una intervención urbana. Consistirá en la unión de las piezas para adosarlas en el muro frontal del Centro Cultural Gabriela Mistral, ubicado en la avenida O’Higgins, la principal arteria de Santiago de Chile. “Será una intervención efímera, que se realizará en la calle. Vamos a ver qué pasa con ese montaje, si se desmantela si se roban piezas o si se cuida y respeta la expresión porque es representativa, veremos… nos interesa también ver la reacción de la gente. Y porque las protestas se han hecho en las calles también pretendemos mostrar nuestro trabajo en la calle, es su lugar natural«.
Consultadas sobre la relación entre el arte y la política, Ojeda dice que no siempre están relacionadas aunque opina que “todo hecho artístico es una es una manifestación política”. Y añade: “está bueno dar testimonio y manifestar un punto de vista con lo que hacemos frente a lo que nos pasa, aunque no todos lo hacen, algunos prefieren mantener sus ideas políticas detrás del arte para no espantar, sobre todo, a los clientes».
“Aún no terminamos, continuamos en la etapa de recepción, por lo menos hasta fines de este año, ya que no muchos han podido acceder a sus talleres por el aislamiento obligatorio ante la pandemia. Tal vez en los primeros meses del próximo año se pueda salir a la calle para el montaje. Estamos planificando la logística, pero mientras siga este nivel grave de contagios de Covid en Santiago es difícil proyectar y hacer el montaje. Será una performance no permanente, pero vamos a dejarla registrada”.
Entrevista a Eva Burton
Apuntes | Notas
“No encajar es el valor agregado de lxs que hacemos joyería contemporánea”
Busca que su exploración y experimentación nunca se acaben, y para esto la curiosidad la mantiene en movimiento. La argentina Eva Burton empezó por la restauración -en el Museo de Artes Decorativas, Museo Oriental, el Instituto de Artes Latinoamericanos de la UBA y siguió en el Museo Marítimo de Barcelona- y terminó en la joyería contemporánea. En el medio, un camino de formación constante -egresada del IUNA, de la escola Massana, también pasó por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Trier- la ubica en el escenario internacional en el que ha expuesto su obra en exhibiciones, libros especializados, colaboraciones y proyectos colectivos.
Desde Bilbao, donde reside e instaló su Flashera Lab, un laboratorio que invita a la realización de proyectos y que está abierto para colaboraciones entre creativos, habla de su trayectoria, intereses y objetivo: “Destacar nuestra belleza natural, nuestras singularidades y que al salir a la calle lo hagamos empoderadxs luciendo joyas hechas con vibra positiva”.
Dice que la completa como creadora que cada quien haga su propia interpretación de su trabajo y se refleje en él y reflexione acerca de sus propias vivencias o criterios preconcebidos. Lo suyo, joyas de carácter lúdico, con las que recrea “la metáfora del patio de juego, como el inconsciente, ese lugar donde todo es posible”.
_¿Cuál fue el camino que te llevó a la joyería contemporánea?
_El inicio se remonta hasta el 2005, cuando me lancé a un viaje de exploración a través de México. Luego de muchas aventuras y vueltas por el mapa, llegué a San Cristóbal de las Casas. Allí conocí a un orfebre que me abrió las puertas de su taller y me alentó a darle a mis manos el protagonismo que necesitaba en mi vida: el de hacer, el de crear. Fue así que comencé este sendero de aprendizaje, el cual continúo transitando, ya que mi objetivo es que la exploración y la experimentación nunca se acaben. En retrospectiva, veo fragmentos de un puzle que se han ido encajando con naturalidad unos con otros, construyendo mi camino como si así debía de ser. A pesar de que nunca supe con exactitud a dónde me llevaría la vida, la llama de la curiosidad ha estado siempre encendida y eso me ha mantenido en movimiento. Tal es así, que tomé la decisión de radicarme en Europa para poder emprender mi formación en esta disciplina tan específica que es la joyería contemporánea.
“Comencé este sendero de aprendizaje, el cual continúo transitando, ya que mi objetivo es que la exploración y la experimentación nunca se acaben.”
_Antes habías arrancado por estudiar Conservación y Restauración del Patrimonio Artístico, ¿Por qué? ¿Qué te aportó ese aprendizaje?
_Cuando volví de México comencé mis estudios en Conservación y Restauración y esto viene ligado a mi pulsión por conocer lo pequeño, los detalles. Durante mis años de estudios trabajé en el Departamento de Conservación y Restauración del Museo de Arte Oriental y del Museo de Artes Decorativas de Buenos Aires, así como realicé restauraciones para entidades privadas. Estas experiencias han sido claves para aproximarme a los materiales de una manera más íntima, ya que en el IUNA estudiábamos acerca del comportamiento, naturaleza y constitución de los materiales. Han sido las técnicas que se aplican en restauración las que me han servido para resolver muchos interrogantes a la hora de crear mis piezas. Cada tramo del sendero cumple una función clave.
_¿Por qué te especializaste en talla de piedras?
_Cuando estaba estudiando en la Escola Massana en Barcelona, decidí ir de intercambio a la Universidad de Ciencias Aplicadas de Trier, al Campus de Idar-Oberstein que se especializaba en el trabajo de talla en piedra. Quedé flasheada. Un semestre no fue suficiente y regresé para hacer el máster. Estuve viviendo 3 años en aquel recóndito pueblo alemán, enfocada de lleno a trabajar con piedra.
Durante los años que duró el máster fui aprendiz en el taller del Schleifer Meister Axel Petry, un tallador de piedra tradicional, quien me guío en el oficio para manipular piedras preciosas con paciencia y exigencia. Paralelamente también estuve en Austria, haciendo escultura en mármol a gran escala en una cantera bajo la tutela de Andreas Lolis, un escultor griego que es un crack. También trabajé en una fábrica donde realizábamos piezas microscópicas en corúndum, allí descubrí el mundo de las piedras sintetizadas en laboratorio.
_¿Qué importancia tienen los oficios?
_Siempre que he tenido la posibilidad de ser aprendiz en algún taller, no lo he dudado ni por un instante y he aprovechado la experiencia al máximo posible. Para mí, los oficios son la base primordial para poder hacer dejando que las manos sean libres de engendrar lo que tenemos en la mente, porque conocemos a los materiales con los que trabajamos.
“Los oficios son la base primordial para poder hacer dejando que las manos sean libres de engendrar lo que tenemos en mente.”
_¿Cuál es tu objetivo con la joyería contemporánea?
_La joyería contemporánea es mi medio de expresión. Es a través de ella que busco comunicar mi manera de ver el mundo. Pero además de transmitir mi mensaje, lo que me completa como creadora es que cada quien haga su propia interpretación de mi trabajo y se refleje en él y reflexione acerca de sus propias vivencias o criterios preconcebidos. Cuando realizo una pieza siempre dejo la puerta abierta para que haya este tipo de diálogo entre la joya y el portador.
“Me completa como creadora que cada quien haga su propia interpretación de mi trabajo y se refleje en él y reflexione acerca de sus propias vivencias o criterios preconcebidos. Cuando realizo una pieza siempre dejo la puerta abierta para que haya este tipo de diálogo entre la joya y el portador”.
_¿Cómo es tu proceso creativo?
_Mis piezas son collages, ensambles a través de los cuales pretendo reflejar mi propio mundo. Realizo “pócimas” que combinan muchos elementos y experiencia provenientes de diversos puertos y rincones. Compongo de manera lúdica e instintiva: voy oliendo los colores en búsqueda del patio de juegos, ese espacio liminal donde todo es posible.
“Compongo de manera lúdica e instintiva: voy oliendo los colores en búsqueda del patio de juegos, ese espacio liminal donde todo es posible”.
_¿A quiénes te dirigís?
_Mis trabajos desprenden buena energía, y realizo tanto colecciones como piezas únicas y comisiones especiales. Reflejan el proceso de un objeto hecho íntegramente a mano, por lo tanto, va dirigida a todas aquellas personas que valoren esa manera de hacer.
Vivir de esta profesión no resulta fácil, es por eso que he ideado una fórmula ramificando mi obra en dos direcciones: por un lado, realizo obra artística, que es representada por galerías y es exhibida en un contexto determinado, como trade art fairs o exhibiciones curadas en museos; y, por otro lado, desarrollo colecciones, series limitadas de piezas que surgen de extraer una gota de savia de esa rama y están ligadas por sus características estéticas y su lenguaje plástico. ¡Que al final está hecho todo con las mismas manos! Pero difieren, principalmente en su precio y, por ende, el público objetivo puede variar. Con esto, mi intención es democratizar la joyería y que más gente pueda acceder a ella, sin restricciones de género o edad.
Cuando estoy de cara al público en ferias o mercados de diseño me llama especialmente la atención cómo lxs niñxs reaccionan a mi trabajo. Se acercan de inmediato y miran con timidez y curiosidad. Disfruto explicándoles los procesos, animándolos a que las toquen. Es muy motivador y estimulante escuchar sus interpretaciones y ver la sonrisa o el gesto de sorpresa que se les dibuja en la cara. Proyectos que atesoro en el tintero.
“Mis trabajos reflejan el proceso de un objeto hecho íntegramente a mano, por lo tanto, va dirigida a todas aquellas personas que valoren esa manera de hacer”.
_¿Qué te inspira?
_Desde pequeña he tenido curiosidad por las antiguas culturas, especialmente las precolombinas, por su iconografía y su cosmovisión. En mi camino como artista éstos referentes han estado siempre presentes, tanto a nivel estético como por la admiración que tengo hacia sus técnicas y manejo de materiales. Tal es así que para escribir el research paper del máster en Alemania, “When Play Meets Ritual”, tomé el juego de pelota mesoamericano como objeto de estudio para reflexionar acerca de la conexión entre el juego y el ritual. La teoría del juego y el homo ludens -le humane que juega-, así como algunos íconos de la cultura pop de mi infancia emergen con ironía y un poco de nostalgia en mi obra.
_¿Trabajás una única tipología de objetos? ¿Cuáles sino?
_No, no me atengo a una única tipología, de hecho, siempre estoy buscando nuevas maneras de expresarme, de manifestarme y de transmitir mi mensaje.
Mis joyas de por sí tienen un carácter lúdico que las conecta directamente con la tipología de juguete. Algunas lo son también, como es el caso del broche “Das Autito”, que es broche y juguete a la vez. Muchas de mis piezas de la serie “Petium” (2014-2014) o “El Patio de mi Casa es Particular” (2015-2016) resultan ser tanto como joyas, así como relieves o esculturas de pequeña escala.
Fue a partir de la serie “El Patio de mi casa…”, la cual nació al inicio de mis estudios en Alemania, que comencé a investigar sobre la teoría del juego y cómo el juego es una necesidad de los seres vivos, a través de la cual podemos transformar nuestra realidad. Así, surge la metáfora de “el patio de juego” como el inconsciente, ese lugar donde todo es posible. La teoría de Freud del Fort Da también ha guiado la dirección de mi trabajo. Con este background teórico fui desarrollando conjuntos de esculturas tanto en assemblage como en talla directa en madera y piedra, así como una serie de esculturas de mesa/vajilla. Fue un momento de explosión, donde todo cobró sentido y donde encontré un modo de expresarme en diversos formatos.
_¿Qué significa que “el hecho a mano es el nuevo negro”?
_Adopto esta frase como lema de mis piezas street wear, tales como Wood Gems, Yabba Dabba Doo, In Blossom. Es un catchphrase con la que pretendo hacer reflexionar a la gente acerca de qué es lo que “nos queda bien”. En un mundo donde se nos incita a consumir todo con inmediatez, donde nos ponen productos envasados por todos lados, donde la producción en masa se come a los pequeños emprendedores, aspiro no sólo a reivindicar lo artesanal y poner en valor los oficios, sino también incitar a los consumidores a que se cuestionen de dónde provienen sus bienes materiales y puedan recapacitar acerca de lo preciado que es poder saber quién hizo aquello que poseen. Además, manifestar que lo artesanal nos sienta siempre bien, porque detrás de ello hay muchos conceptos valiosos que enaltecen nuestro ser.
Mis colecciones tienen el efecto de toque final y pueden ser llevadas tanto en el día a día como en una ocasión especial, haciendo de “cereza del postre” para completar un outfit. Su propósito es hacer destacar nuestra belleza natural, nuestras singularidades y que al salir a la calle lo hagamos empoderadxs luciendo joyas hechas con vibra positiva.
“Busco incitar a los consumidores a que se cuestionen de dónde provienen sus bienes materiales y puedan recapacitar acerca de lo preciado que es poder saber quién hizo aquello que poseen”
_¿Hacés tus piezas a mano vos sola o trabajás con un equipo?
_Todo lo hago por mí misma: diseñar, cortar, tallar, pintar, ensamblar, soldar, limar… Para algunos procesos –como fundición a la cera perdida o anodizado/chapados en oro- recurro a pequeñas empresas familiares con quienes me siento cómoda de trabajar y con quienes tengo un trato directo.
_¿Por qué flashera? y ¿Qué se hace en Flashera Lab?
_Es un término que proviene del slang argentino. Si bien puede tener diferentes interpretaciones, adopté esta palabra para hacer referencia a algo insólito, eso fuera de lo común, lo extraordinario.
Flashera Lab es mi taller personal en Bilbao donde desarrollo mi obra en joyería contemporánea. Además, imparto talleres de Joyería para que la gente pueda aprender técnicas que les permitan comunicar su mensaje y expresarse a través de esta disciplina que tanto me ha enseñado a lo largo de los años. Es un laboratorio que invita a la realización de proyectos y está abierto para colaboraciones entre creativos y a todxs aquellxs que quieran instruirse trabajando, explorando, jugando, imaginando y descubriendo. Aquí, la idea del “flash” surge como una metáfora de la energía creativa, una fuerza que nos sacude y nos incita a crear.
Parto de la base de que no hace falta experiencia previa. Las sesiones que brindo son en grupos pequeños, de hasta 3 personas en el caso de la modalidad de formación permanente, que son encuentros semanales. Hoy en día la gente tiene una agenda complicada, entonces intento brindar a las personas una alternativa que se adapte a su disponibilidad. Por eso ofrezco también clases individuales; en algunos casos se trata de clases intensivas, como es el caso del full day workshop, donde hacemos una pieza de principio a fin en una jornada. Esta modalidad suele interesarles a personas que quieren “probar” de qué se trata la joyería, o bien personas que vienen de fuera de Bilbao y que quieren aprovechar al máximo el tiempo. También resulta ser muy llamativo para personas que buscan hacer a alguien un regalo especial.
Además, también planteo la Clínica de obra, que son tutorías personalizadas para desarrollar proyectos en concreto. Es un taller de análisis y producción destinado a artistas y/o diseñadorxs que se planteen dar un giro a su trabajo, quieran incorporar nuevas técnicas o bien busquen una manera de trasladar sus obras a un contexto body-related. En este caso, si bien no hacen falta conocimientos previos en joyería, sí hace falta una idea como punto de partida sobre la cual desarrollar el proyecto.
“Es un laboratorio que invita a la realización de proyectos y está abierto para colaboraciones entre creativos y a todxs aquellxs que quieran instruirse trabajando, explorando, jugando, imaginando y descubriendo”
_¿Cuáles son las piezas que te caracterizan y por qué?
_Todas mis piezas me caracterizan porque representan un momento específico en mi carrera. Podría decir que a algunas piezas en concreto han resultado reveladoras o significado un paso importante en mi camino, un instante de click, donde descubrí algo nuevo.
El broche “Bouquet para la Condesa Magenta” y el collar “Allegro Molto Apassionato” de la serie Petium fueron como los highlights para mí en aquel momento, cuando comencé a tallar piedra y me obsesioné con poner la técnica al servicio de la composición, buscando maneras para conectar las piezas y haciendo que los sistemas de la joya fueran no sólo especiales, sino que se convirtieran en un elemento más en la sinfonía. Éstas fueron las dos primeras piezas que hice tallando en piedra el cierre del broche y el cierre bayoneta del collar. Me llevo semanas conseguirlo, ¡pero fue tan satisfactorio haberlo logrado!
La serie de vajilla escultórica que hice para Steinbeisser (un proyecto de Gastronomía Experimental en Ámsterdam); Ludens, una escultura que hice en mármol tallado; Caramelera, la escultura-juguete Toy Totem. Estas han sido piezas que me han estrujado cabeza y manos, donde trabajé hasta quedarme en vela pensando cómo resolver obstáculos técnicos y compositivos, y que al final del camino he salido revitalizada… A ver, lo que me gusta mucho, a lo que aspiro en mi obra es a hacer objetos donde sea capaz de reflejar tanto mis valores estéticos como mis fundamentos teóricos mientras disfruto del hacer. A lo mejor cuando lo explico cuesta entender que “estrujar cabeza y manos” sea sinónimo de disfrute, pero bueno ¡cada quien con sus mambos!
“Estas han sido piezas que me han estrujado cabeza y manos, donde trabajé hasta quedarme en vela pensando cómo resolver obstáculos técnicos y compositivos, y que al final del camino he salido revitalizada.”
_¿Cómo definirías tu estilo?
_Si bien puedo ser capaz de explicar o describir con palabras mi “estilo”, me interesa más la interpretación que pueda hacer el espectador acerca de ello. Entonces voy a responderte esta pregunta con una cita de mi querido profesor Theo Smeets, quien escribió un texto acerca de mi trabajo de tesis “When Play Meets Ritual”: (…) Al mirar estas joyas, en algún momento uno se da cuenta de que algo dentro de nosotros se ha perdido, desaprendido, olvidado: la alegría de jugar, el juego sin ganancia material, la vida que una vez vivimos sólo con lo elemental. Esto se mezcla con tristeza, dolor e incluso un toque de abatimiento por haber crecido, para luego alegrar el alma. Transmitir este momento de conciencia es el regalo especial que nos ofrece el trabajo de Eva Burton.
_¿Con qué materiales y técnicas has trabajado?
_Continuamente experimento con materiales y técnicas, es clave para no aburrirme y empujarme a salir de mi zona de confort. He trabajado técnicas de joyería tradicional, fundición a la cera perdida con diversos metales y métodos, esmaltes, pátinas, talla de piedra, talla de madera, cerámica, pintura, ensamble, escultura, collage, a gran escala, a pequeña escala…
_¿Creés que tu trabajo suma en transformar el concepto que se tiene de la joyería? ¿de qué manera?
_Si bien no es ese mi objetivo primordial, desde que he tomado la decisión de formarme en esta particular disciplina he trabajado sabiendo que nadaría en contra de la corriente y que mi visión de la joyería era diferente per se. Hasta el día de hoy, mucha gente no entiende lo que hago y la verdad es que no me preocupa que no encaje en un casillero específico, de hecho ese es un valor agregado de nosotrxs lxs que hacemos joyería contemporánea. Entonces, por supuesto que creo que aporto algo y me llena de felicidad formar parte de esta comunidad de creadorxs.
Hoy, estando establecida en Bilbao donde no hay mucha gente haciendo joyería contemporánea y tampoco mucha gente que conozca sobre ello, a través de Flashera intento comunicar y dar a conocer esta materia tan fascinante.
“No me preocupa que no encaje en un casillero específico, de hecho ese es un valor agregado de nosotrxs lxs que hacemos joyería contemporánea.”
_¿Tenés previsto exponer alguna obra o participar de alguna muestra?
_Pues la mayoría de los eventos que tenía programados para este año se han cancelado o pospuesto debido al COVID. Por supuesto que me ha dado pena ya que tenía muchos eventos interesantes en el calendario, pero ahora toca apechugar y esperar a que la situación mejore. Así y todo, algunas propuestas han logrado mantenerse en pie. A nivel internacional, en diciembre estaré presentando mi trabajo en Tokio, en una exposición de joyería contemporánea curada por la artista japonesa Natsumi Kaihara para la galería especializada en Artes Aplicadas, AC Gallery.
_¿Por qué Bilbao y qué proyectos tenés allí?
_Al finalizar mis estudios en Alemania, vine a Bilbao a reunirme con mi pareja. Él estaba viviendo aquí por una propuesta laboral que le había surgido y al principio pensábamos que sería algo pasajero y que nos volveríamos a Barcelona, donde ya teníamos relaciones a nivel laboral y emocional. Pero luego, poco a poco nos fue convenciendo la idea de quedarnos en una ciudad más pequeña y cuando llegó nuestro hijo Nahuel tomamos la decisión de construir aquí nuestro hogar.
Hoy, Nahui ya tiene dos años y tres meses y asiste algunas horas a una ludoteca, por lo tanto, dispongo de más tiempo para compaginar la crianza con mi vida profesional. Paralelamente al proyecto de dar clases en Flashera, continúo desarrollando nuevas colecciones y participando en eventos, colaboraciones y exhibiciones. Mi intención es vincularme a nivel local y tejer redes con la comunidad de creativos de Bilbao para afianzarme en esta ciudad y sentirme cada vez más “como en casa”. No es una tarea fácil ¡pero en eso estamos!
Entrevista a Andrea Vaggione
Apuntes | Notas
“Una joya se completa con el usuario que la resignifica”
Arrancó en joyería contemporánea de la mano de Cecilia Richard, completó sus estudios en Barcelona y avanza con un método creativo que le permite resolver problemas técnicos y crear. La cordobesa Andrea Vaggione dice que le encantan los metales y los suma en la medida de las necesidades de su trabajo, ingenioso, net y orgánico. “Las flores nos recuerdan que siempre podemos empezar de nuevo, renacer y reinventarnos”, destaca al referirse a su obra, siempre inspirada en la naturaleza, sus proporciones e inflorescencias.
Cómo son sus joyas, cómo las hace y cuáles son los proyectos que la posicionan en el ámbito joyero internacional.
Se maneja en circuitos más comerciales para conseguir un mayor alcance de su propuesta. Y lo suyo se ve en tiendas de museo, como el d’Orsay; galerías, como Sophie y Caractere, y salones, como Parcours Bijoux, Maison et Objet y Première Classe. Pieza única o diseñada en serie; portable en el cuerpo u objeto de exposición, despeja dilemas y opina desde su experiencia.
_¿Cómo te iniciaste en la joyería contemporánea?
_Estudié diseño industrial en la Universidad Católica de Córdoba y luego joyería con Cecilia Richard, fui su primera alumna. Mientras hacía un master en la Católica, en 2000, Cecilia vino a dar una conferencia y presentó su tesis de arte con sus piezas cúbicas y me impactó. Quiero aprender a hacer eso, me dije entonces. Tenía la idea de ir a vivir a Europa y Cecilia me había hablado de una amiga joyera que vivía en Barcelona, Gloria Gastaldi, que hoy se dedica más a la escultura que a la joyería. Como no pude viajar en ese momento, le pedí que me enseñara. Por entonces ella no se dedicaba a dar cursos, estaba embarazada pero comenzó a darnos clases a una amiga y a mí en el garaje de su casa en obra. Ese fue el puntapié de su taller escuela galería Caelum. Y encantadas. Fuimos durante meses, aprendimos mucho, fue una hermosa experiencia, hasta nos hicimos amigas. Finalmente cinco años más tarde, en 2005, tomé contactó con Gastaldi, me fui a Barcelona y trabajamos juntas. Mi compañera de estudio de joyería, Cecilia Romero, hoy en Tarifa, España, no se dedica tanto a la joyería como yo que tengo una fascinación especial con la joyería contemporánea. Desde que comencé no pude parar de indagar, estudiar e intentar avanzar en la creación. En Barcelona trabajé luego para Laura B, una marca de accesorios de moda de Laura Bortolami, mientras estudiaba en el Taller Escuela de Joyería Barcelona de Jaime Díaz Trujillo, en Poblenou, para poder progresar en el trabajo que se me pedía.
“Tengo una fascinación especial con la joyería contemporánea. Desde que comencé no pude parar de indagar, estudiar e intentar avanzar en la creación”.
_¿Cuándo empezaste a hacer tus propias joyas?
_Cuando me mudé a Lyon. Con el derecho al paro pude acceder al sistema, que me permitió sostenerme. Como no hablaba el idioma, monté un pequeño taller en mi casa y comencé con las primeras piezas. Al principio me costó soltarme porque durante 5 años había puesto mucho de mí en el trabajo de accesorios y me sentía identificada, hasta lo sentía propio, pero a la vez lo que hacía no era joyería contemporánea; sin embargo, durante 2011 pasé una larga etapa de transición. Ese sistema me permitió acceder a una incubadora para el desarrollo de microemprendimientos mediante la cual pude armar mi firma y, a su vez, me impulsó a presentarme en 2012 en la 6ta. edición de Talents de mode Le Tremplin des créateurs y gané, muy sorprendida, me impactó porque por entonces porque tenía un bebe recién nacido y apenas hablaba francés, y el haber ganado implicaba montar una tienda taller, crear una empresa, participar de un salón profesional con un coach por 2 años para funcionar; fue como mover una montaña, no obstante, sin este impulso no hubiese podido arrancar mi camino.
_¿Cómo eran?
_Las primeras piezas fueron las de la colección A flor de piel, porque así estaba a flor de piel por todo, por el bebe, por el desarraigo, por estar nueva en una ciudad, por todo, estaba muy sensibilizada. Se trata de una propuesta floral en plata, luego seguí trabajando en latón y ahora en acero inoxidable. Casi todas las piezas tienen mucho movimiento, giran inspiradas en la inflorescencia, en cómo las flores están dispuestas en las ramas; es que aquí tras un invierno duro, la naturaleza brota y crece de manera impresionante.
Hice un curso de forja en Barcelona y cuando me mudé a Lyon no tenía taller y necesitaba equipos para la fundición, con llama más grande para soldar, lo cual implicaba hacer mucho ruido que no era posible en un departamento. Entonces pensando en qué técnica utilizar para hacer en mi casa, empecé a trabajar con el corte láser. Mi trabajo parte de una hoja plana que golpeo para darle la forma en busca del volumen y movimiento, y lo consigo con la superposición de capas; la mayoría de los anillos giran y tienen varias capas, cinco pétalos, por lo general, son distintos tamaños de capas superpuestas que dan idea de volumen. Casi todas mis piezas empiezan en un plano, pero cuando las mirás ninguna es plana, no dejo nunca la hoja tal cual como estaba cortada.
“Solo aquello que te toca muy fuerte o moviliza, te permite crear de manera genuina, sentida, personal”.
_¿Solés aplicar el método de la solución creativa de problemas?
_Sí, es un método de vida, te diría; es la única manera de avanzar en la vida. Lo que arrancó como un impedimento termino siendo un beneficio que me permitió crecer. El hecho de no tener un taller ni las herramientas precisas empezó como una dificultad, pero resultó una ventaja porque finalmente logré resolver problema tras problema con el poco material que disponía, o buscando otros para conseguir lo que necesitaba o pretendía. Me gustan mucho los metales y siempre prefiero soldar, en la siguiente colección Gen-Ethics, que preparaba para estrenar en Italia, necesitaba darle un poco de color a las piezas sin tener que pintarlas, entonces opté por el latón para realizar anillos. A diferencia de la plata que no tiene color, el latón es de tonalidad amarilla y lo oxidé con pátinas para darle un tono más amarronado o más oscuro, tras hacer distintas pruebas con diversos materiales.
No abandoné la plata sino que la combiné al hacer una especie de injerto en un mismo pétalo de las piezas-flor, lo soldé en la misma placa plana de plata, hice esta intervención técnica porque quería representar la manipulación genética de las plantas.
“El hecho de no tener un taller ni las herramientas precisas empezó como un impedimento, pero resultó una ventaja porque finalmente logré resolver problemas con el material disponible”.
_¿De las piezas únicas surgen series?
_Tanto de las piezas únicas de À fleur de peau como en Gen-Ethics como de otras de mis colecciones siempre surgen series de piezas más simplificadas que son comercializadas a un valor más accesible. La mayoría de las veces desarrollo piezas a partir de un tema a pedido, para un concurso, salón o galería; o muchas otras surgen por la simple razón o ganas de expresar algo que siento o me atraviesa, y luego derivan o se amplifican, se extienden, crecen en otras piezas y se completan en una colección. Para la primera edición de Parcours Bijoux, en 2017, invitadas por Galerie Sophie me presenté junto con cinco joyeras, todas extranjeras, en pareja con franceses y con hijos nacidas en Francia. Bajo la consigna Ailleurs o En otro lado, hablamos de lo que implica el desarraigo y tener un hijo que te habla francés, entre otras implicancias. Sólo conocía a la colombiana Andrea Piñeros -el colectivo estaba integrado también por la brasileña Stella Bierrenbach, la colombiana Ana Carolina Escobary y la japonesa Miyuki Koshimizu-, nos reunimos sin contacto previo y pareció una terapia grupal en la que cada una sacaba lo que tenía adentro sobre lo que significaba para nosotras vivir en otro lado; advertimos que teníamos mucho en común y cada una lo planteó desde su punto de vista, con su lenguaje, con sus materiales y técnicas. Al reflexionar sobre este tema me di cuenta que solo aquello que te toca muy fuerte o moviliza, te permite crear de manera genuina, sentida, personal. Ese fue un tema en el que, en lo personal, fui muy profundo, fue un trabajo intenso e interesante, que me movilizó bastante. Decidí trabajar con las alas de los insectos y su migración, recordé a las chicharras de mi infancia en Córdoba, y para hacer estas piezas con alas, otra vez tuve problemas técnicos.
“La mayoría de las veces desarrollo piezas a partir de un tema a pedido, para un concurso, salón o galería; y muchas otras surgen por la simple razón de expresar algo que siento”.
_¿Cómo los resolviste?
_En plata no era posible porque es demasiado blanda y las piezas hubiesen sido muy pesadas y caras ya que al cortar hay mucha pérdida de material, estaba frustrada por no poder realizar esta idea. Y una vez más con una investigación exhaustiva y probando o con una seguidilla de ensayos y errores, para ver con qué material podía llegar a materializar este trabajo, encontré cuál era el adecuado: el acero inoxidable, pero había que poderlo soldar. Me compré una máquina y aprendí a soldar el acero para poder llevar a cabo esta propuesta. Hice solo cuatro piezas grandes con alas encadenadas o un ala adentro de la otra, por ejemplo, las que luego derivaron otras piezas más sencillas dentro de una colección más grande.
“Una vez más con una investigación exhaustiva y probando o con una seguidilla de ensayos y errores, para ver con qué material podía llegar a materializar este trabajo, encontré cuál era el adecuado.”
_¿Las joyas son solo para portar?
_No necesariamente. Antes de que se declarara la pandemia por el Covid-19 hice una pequeña colección de broches en acero con algo de plata que se expusieron en una galería de París con los soportes de madera y muchos los pedían como un objeto; tenían la intención de no portar el broche sino de tenerlo para exhibirlo con ese sostén o para colgarlo. Una pieza está pensada para ser hecha con un mensaje y para ser usada, pero no necesariamente tiene que ser aplicada o portada en el cuerpo. Una joya contemporánea se completa con el usuario que también la resignifica. Por eso hice un soporte de madera torneada que terminó formando parte de la joya, como una miniescultura que la envuelve, abriga, abraza o completa.
“Una pieza está pensada para ser hecha con un mensaje y para ser usada, pero no necesariamente tiene que ser aplicada o portada en el cuerpo.”
_Habitualmente presentás muchas de tus colecciones en salones comerciales, un circuito poco común para la joyería contemporánea.
_No, no creo. En mi experiencia, estos circuitos de comercialización me permitieron contactar con galerías y tiendas de museos que me piden piezas únicas o que derivaron en mi participación en exposiciones. En estos días estuve una vez más en Maison & Objet and more, una feria en la que se vende a galerías o tiendas, que en la edición de este año se reconvirtió en una digital fair, hasta el 18 de este mes, aunque continúo en línea. Allí estrené la colección Ikigai, hecha en acero y madera, que se inspira en esa filosofía japonesa que busca la razón que da sentido a la vida. Un concepto fascinante e inspirador, que lleva a la búsqueda del equilibrio, la alegría de vivir, la razón por la que existimos.
Una cadena de creaciones. Una lleva a la otra. Esta es una propuesta que derivó de Ailleurs. Y a la colección más comercial la llame Levity. Es claro que por más que participe de salones profesionales que se mueven al ritmo de la moda, no la sigo, las temporadas o la moda no tienen ningún interés para mí, tampoco tengo colores que se relacionan, pero sí sigo los circuitos de distribución de la moda, porque es la manera de que se abran caminos.
“La moda no tienen ningún interés para mí, tampoco tengo colores que se relacionan, pero sí sigo los circuitos de distribución de la moda, porque es la manera de que se abran caminos.”
_¿Qué caminos fuiste tomando?
_Del salón Première Classe joulerie de París, por ejemplo, participé con ese objetivo. No supone el circuito de las galerías o museos pero en eso terminé. En noviembre próximo, una edición de mis piezas se ofrecerán en la tienda del museo d’Orsay con motivo de la exposición Los orígenes del mundo, sobre Darwin y la naturaleza. También, parte de mi trabajo está en Casa Milà, La Pedrera de Barcelona, porque la curadora de la tienda consideró que algunas de las piezas se asemejan a los balcones de Gaudí. Y ese fue el mejor elogio del mundo, una ponderación que me emocionó.
“Algunas de mis piezas se exponen en la tienda de La Pedrera, porque consideraron que se asemejan a los balcones de Gaudí. Y ese fue el mejor elogio del mundo, una ponderación que me emocionó”
_¿Es difícil vivir de la joyería contemporánea?
_Sí, es muy difícil vivir de la joyería contemporánea. Me encantaría hacer solo piezas únicas y exponer en galerías, pero mi condición económica no me lo permite. Por eso combino las dos cosas: piezas portables al alcance, que además me permite llegar a una mayor cantidad de gente, lo cual está bueno, sobre todo, porque permite difundir más la joyería contemporánea, y piezas únicas. Que muchos puedan usar piezas de joyería contemporánea es muy importante para mí, porque eso supone que hay más gente sensible a la joyería contemporánea y hay mucha más de lo que se cree; a veces, algunos se sienten intimidados por el circuito de galerías que aparenta ser exclusivo. Me interesa democratizar la joyería contemporánea, que la gente acceda en otros lugares, está bueno que la joyería contemporánea se consiga en diversos lados. En Lyon, por ejemplo, hay una galería de arte que reúne diversas piezas de arte que incluye distintas disciplinas, que van de la joyería conceptual a objetos de iluminación; este tipo de edición acerca a más público, no siempre entendido, y se convierte en una gran oportunidad
Además, me da ganas que la gente lleve la joyería más allá del mensaje o intención propuesta; es lindo escuchar cuando la gente inventa o interpreta y arma su propio significado o mensaje, por aquello a que la remite o inspira. En el salón Resonances, de Estrasburgo, tuve un feedback inesperado con el público. Llevé Ailleurs y la presenté con un texto impreso en una gigantografía que pegué en la pared contigua al stand, y el intercambio de ideas y discusiones positivas que se generó fue increíble. Me gusta que la gente encuentre su propio mensaje en la joya.
“La joya de arte es un auténtico fragmento de la experiencia interna y profunda de su autor y en la que se siente reconocido.”
_¿Hoy en qué proyecto estás?
_Estoy en proceso, en la etapa de reflexión para la elaboración de una pieza por los 20 años para la galería Caractere de Neuchâtel, Suiza, a partir de la idea de los cuentos.
_¿Trabajás sola?
_Totalmente. No solo hago las piezas de joyería sino que planteo cómo comunicarlas y presentarlas y comercializarlas. Para que sea artesanal o artístico es difícil delegar o hacer con empleados, además es económicamente insostenible para mí, salvo que me dedique a full a comercializar para pagar a un empleado, y no tengo ganas de transformarme en una comercial de mis joyas, no me interesa y además me quitaría mucho tiempo para la reflexión y la creación, que ya me queda bastante poco. Ese paso no lo quiero dar. Cada vez que pienso cómo hago para hacer todo lo que tengo que hacer, respiro y me limito a hacer lo que yo misma puedo hacer. Así funciono.
Me gustaría ser parte de un colectivo, estar en un taller compartido, para conectar proyectos. Tal vez, enseñar, dar cursos de iniciación, con esos ejercicios a partir de una pinza y un pedazo de alambre; despertar interés en las manos de aquel que nunca antes hizo algo y se da cuenta que puede hacer y crear, que descubre algo fantástico para hacer, es superinteresante, así como test o talleres con niños -como mi hijo de 8 años-; me interesa sacarlos del ambiente de saturación informática y mediática y que puedan ir un poco más a lo manual. Veremos que caminos voy tomando.
Entrevista a Carolina Rico
Apuntes | Notas
“Una producción responsable y zero waste hoy es imprescindible”
Carolina Rico fue elegida como uno de los talentos del año -al participar de Talente 2020, el concurso de talentos de arte creativo de la Gesellschaft für Handwerksmessen de Baviera- por su trabajo de cristalización de sales de bórax, pero se animó a avanzar e innovar en otros materiales. Porque prefiere hacer uso de elementos y técnicas para expresarse, dejó el proceso creativo que le dio trascendencia internacional y hoy experimenta con elementos amigables con el medio ambiente, reciclables.
Cuenta que el incentivo en el ámbito universitario fue clave para experimentar y conseguir crear de manera original. Habla de cuánto incide la intuición y cuánto la formación, de cómo se vale de piezas más comerciales para luego poder reorientarse hacia joyas más artísticas. Y da detalles de su nueva marca Gorgonia, una propuesta que fusiona la artesanía y la tecnología.
_¿Por qué elegiste diseño de indumentaria?
_Desde muy chica recuerdo a mi mamá sentada en la máquina de coser o tejiendo. Mi mamá fue docente y directora de una escuela pública, que se sostuvo, en gran parte, gracias a sus esfuerzos; mi papá también, ya que colaboró en su construcción, de modo que ambos trabajaban mucho. En sus tiempos libres, cuando no estaba trabajando en la escuela, cosía cosas para la casa, ropa para mis hermanas y para mí, y nos tejía sacos y suéteres de lana. Aún hoy lo sigue haciendo. Yo no me animaba a coser, pero me encantaba sentarme en el piso a hojear las revistas de moldes y mirar los figurines. Siempre fui tímida e introvertida, toda la vida me costó expresar en voz alta lo que pienso, así que encontraba en el dibujo y la escritura el modo de expresarme. Elegí indumentaria influenciada por mi mamá y por esos figurines que tanto miraba, y porque me pareció que era el lugar ideal para seguir explorando modos de expresión personal. En la carrera universitaria descubrí que no solo me gustaba dibujar, sino que adoraba los oficios artesanales, el trabajar con las manos y crear. Aprendí a comunicarme y contar historias sin hablar.
_¿Dibujás las piezas antes de materializarlas?
_No podría decir que lo hago siempre. Tengo un cuaderno con dibujos de piezas con detalles de armado y bocetos que son más bien trazos sobre cómo me gustaría que sea una pieza pero sin resoluciones técnicas, es decir, no es un dibujo técnico sino más bien expresivo. Dibujo también en vectores o directo en programas de modelado 3D. Pero reconozco que no sigo una metodología de trabajo, por ejemplo, tengo piezas que surgieron sin que llegue a bajarlas a boceto, directamente sentándome a trabajar.
_¿Qué te llevó a indagar en joyería contemporánea?
_Descubrí la joyería contemporánea cursando Diseño de Accesorios en Kweitel-Kohon. Esa materia fue un espacio que significó muchísimo para mí, un antes y un después en mi vida. En la universidad, estaba fuera de mi zona de confort, y allí aprendí a trabajar y experimentar con libertad, a nadar adentro mío, en mis dudas y en mis certezas. Cuando me sentaba a crear, sentía que las piezas decían mucho más de mí que lo que yo sabía de mí misma. Creo que la joyería era justo lo que buscaba aunque no lo supe verlo hasta un año más tarde. Cómo decirlo, siento que la joyería venía golpeando mi puerta y yo no atendía. Un año después de cursar me llegó un mail de Magalí Anidjar de Casa Petit Comité, en el que convocaba alumnos de Kweitel-Kohon y nos ofrecía la oportunidad de participar en un workshop internacional a dos estudiantes. Me dije ya está, no puedo seguir dejando pasar oportunidades. Así que le escribí y le conté de mi trabajo de autorretrato en la cátedra y mis deseos de aprender a trabajar con el metal. Para mi sorpresa, fui ¡una de las seleccionadas! Magalí me abrió las puertas de su taller y me enseñó desde cero las bases del oficio.
_¿Workshop con quién?
_El workshop era sobre fundición de metales y fue dictado por el joyero belga Peter Vermandere. Cuando miro para atrás y me acuerdo del workshop me río mucho, fue como un sueño surrealista. Mi primera vez estando en un taller de joyería fue bajo la docencia de un joyero belga, en una lengua que no manejo del todo bien, aprendiendo una técnica de joyería avanzada, rodeada de un grupo de mujeres increíbles de la joyería argentina, y yo sin conocerlas. Mi ignorancia fue una bendición, podría decirse que gracias a eso pude moverme cómodamente entre ellas, y enfocarme en absorber toda la información posible. Aproveché la experiencia lo más que pude, fue una oportunidad enorme y estoy muy agradecida por eso. En ese entonces sentía mucha vergüenza de preguntar, de no saber. Lo cierto es que no hay que sentir vergüenza de decir “no sé”, venimos al mundo a aprender. Si bien se notaba que yo era una inexperta, todos me trataron muy bien. Recuerdo a todas y a Peter con mucho cariño.
“Fuera de mi zona de confort, aprendí a trabajar y experimentar con libertad, a nadar adentro mío, en mis dudas y en mis certezas. Cuando me sentaba a crear, sentía que las piezas decían mucho más de mí que lo que yo sabía de mi misma. Creo que la joyería era justo lo que buscaba”.
_¿Cuáles son esas bases del oficio joyero?
_Magalí Anidjar, de Casa Petit Comité, me enseñó joyería desde el principio. Partamos de la base que yo no sabía ni usar la sierra. Me enseñó a trabajar en chapas y alambres, calar, soldar, limar, embutir, remachar, dar terminaciones a las piezas. También a trabajar en ceras blandas y duras: tallado, goteo, baño y modelado de elementos como hilos y textiles, adición y sustracción de material.
_¿Qué recomendás para quienes tienen la inquietud de aprender joyería?
_Lo primero que preguntaría es cuál es su inquietud y en qué materiales le gustaría trabajar. Si quieren aprender técnica o uso de un material en particular o algo más orientado a una búsqueda de estilo y expresión. Creo que es muy personal. En mi caso, mis primeros pasos en la joyería contemporánea fueron en la facultad, con un enfoque más experimental. A partir de esto, estoy haciendo el camino inverso aprendiendo técnicas y viendo qué me resulta mejor para trabajar.
_¿Con qué materiales y técnicas comenzaste en un inicio?
_En un principio trabajé con yeso, fusión y modelado de plásticos. Me sentía muy atraída hacia los materiales traslúcidos, así que hice algunas pruebas de texturas y colores en jabón de glicerina y luego en plásticos transparentes, hasta que llegué a las resinas y los cristales de bórax.
_¿Pensás primero qué materiales y técnicas te sirven para transmitir una idea, o experimentás y vas viendo qué te permite comunicar?
_Me pasa mucho que tengo bocetos o ideas que en principio no sé cómo bajarlas. Así que me siento a pensar en características, sensaciones y palabras relacionadas a esa idea, y me voy acercando a materiales posibles, pero no suelo decidirme por uno solo. En ese punto me gusta experimentar y ver qué me permiten hacer, a dónde me llevan y cuál se adapta mejor al concepto. Mi acercamiento a las técnicas es más intuitivo. Me cuesta proyectar y planificar, suelo crear mis propias técnicas y procesos productivos. Por ejemplo, cuando estudié con Magalí Anidjar notamos que me costaba mucho trabajar con chapas, y advertimos que prefiero trabajar y construir con ceras. En la chapa no puedo calar una forma y después ver qué pasa. Si esa pieza forma parte de algo más complejo, o tiene bisagras o articulaciones, necesito tener en cuenta medidas, estructuras, pasos a seguir.
“Me voy acercando a materiales posibles, pero no suelo decidirme por uno solo. En ese punto me gusta experimentar y ver qué me permiten hacer, a dónde me llevan y cuál se adapta mejor al concepto. Mi acercamiento a las técnicas es más intuitivo.”
_¿Cuáles son esas técnicas y procesos productivos propios?
_Tiendo a improvisar y realizar cambios sobre la marcha. Cuando me faltan herramientas o insumos busco soluciones con los elementos que ya tengo o hago los propios. Actualmente trabajo con PLA -un material derivado del ácido poliláctico– e impresión 3D. Estoy aprendiendo a modelar, a proyectar y pensar previamente. Debo reconocer que la impresión 3D me ayudó mucho.
Por ejemplo en su momento no tenía mandril para anillos y no podía comprar uno, así que me imprimí uno en 3D. Quería poder reproducir una forma y no lograba hacerlo manualmente, así que modelé e imprimí un molde. La impresión 3D viene a democratizar y poner al alcance de uno la fabricación de herramientas propias o diseñadas por terceros que decidieron compartirlas al mundo.
“La impresión 3D viene a democratizar y poner al alcance de uno la fabricación de herramientas propias o diseñadas por terceros que decidieron compartirlas al mundo.”
_¿Cómo es ese trabajo con PLA y qué uso hacés de la impresión 3D aplicada a joyería contemporánea?
_La impresión 3D es ideal para prototipos, suele usarse como paso previo a la fundición en metales. Mi primera intención fue recrear en 3D mis diseños en cera y producirlos directamente en PLA como pieza final, pero fallé. Este tipo de impresión no puede trabajar con tanto detalle en objetos tan pequeños. Por otro lado, no tenía en cuenta factores como ángulos de impresión, resistencia de la pieza y soportes necesarios. Las piezas no tenían la calidad y detalle que yo deseaba, además que tenían fallas estructurales que las hacían frágiles. Quería que la máquina imite texturas y objetos que modelé manualmente. Estaba usando el enfoque incorrecto y desaprovechando las cualidades de la impresora. Retrocedí un par de pasos y decidí comenzar de nuevo con el diseño y modelado de piezas planas y volúmenes más simples. Recientemente comencé a post-procesar / intervenir las piezas impresas y mezclar técnicas, como por ejemplo: fusionar piezas impresas con otras piezas modeladas por calor o fundidas, o combinar descartes de PLA fundidos con bronce. Encontré el modo de utilizar esta tecnología de producción ‘en serie’ y adaptarla desde una mirada más personal, con procesos de trabajo más artesanales, que me permiten dejar mi huella de autor en el material del mismo modo que puedo hacerlo al trabajar manualmente el bronce.
“Encontré el modo de utilizar esta tecnología de producción ‘en serie’ y adaptarlo a una mirada más personal, con procesos de trabajo más artesanales, que me permiten dejar mi huella de autor en el material del mismo modo que puedo hacerlo al trabajar manualmente el bronce.”
_¿Cómo es tu búsqueda de materiales y procesos?
_Mi búsqueda está atada a un concepto o un universo sensorial. No me gusta casarme con ningún material, ni quedarme con el material en su estado natural. Tiendo a intervenir, a texturar materiales. Lo mismo me sucede con los procesos. A fines del año último hubo una serie de cambios en mi modo de pensar y relacionarme con el mundo. En mi elección de materiales decidí, dentro de lo posible, solo trabajar con materiales de origen natural, amigables con el medio ambiente, reciclables o bien residuos de industrias o de otras producciones. En base a esto enmarqué los límites de mi trabajo, elección de procesos y materiales.
Ahora, sigo investigando el PLA, en filamentos o procesados mediante impresión 3D. Principalmente su reciclaje, termoformado de las impresiones o fusión de los descartes. Tengo en mente investigar el reciclaje de otros materiales para crear mis piezas, como PET de botellas y PEAD utilizando envases plásticos. En un futuro me gustaría fundir y reciclar mis propios metales, como bronce y plata, y si fuera posible, me gustaría aprender a reciclar vidrio.
“Decidí, dentro de lo posible, solo trabajar con materiales de origen natural, amigables con el medio ambiente, reciclables o bien residuos de industrias o de otras producciones. En base a esto enmarqué los límites de mi trabajo, elección de procesos y materiales.”
_¿Texturás de qué manera? ¿Sobre qué? ¿Qué otro tipo de intervenciones hacés y sobre qué materiales?
_Así es. No suelo dejar las superficies lisas, a no ser que sea la intención de la pieza. Me guío mucho por el qué pasa si…, qué pasa si rompo, si agrieto, si punteo, si quemo, si rayo, si moldeo… La lista de acciones puede ser interminable según lo que el material me permita hacer: en los metales texturo superficies con martillos, lijas o fresas, mientras que en los plásticos puedo moldear con calor, fundir y mezclar colores. Me gusta ir más allá de lo que me ofrece el material y buscar resultados nuevos. Es en el proceso de búsqueda y experimentación donde encuentro una verdadera satisfacción.
“Me gusta ir más allá de lo que me ofrece el material y buscar resultados nuevos. Es en el proceso de búsqueda y experimentación donde encuentro una verdadera satisfacción.”
_¿Seguís trabajando con sal de boro?
_No, ya no utilizo bórax, ya no tiene el mismo significado que le había dado. El bórax en su forma natural es una sal, puedo cristalizarla pero tarde o temprano vuelve a su estado. Esto puede tardar días o años, dependiendo del ambiente en que se encuentra. En la resina y los barnices encontré el modo de ralentizar, a medias o del todo, ese proceso de volver a su origen. Cuando decidí dejar de usar resina, por su toxicidad, desapareció la solución. Intenté usar cristales de bórax junto a piezas de bronce e impresión 3D pero sin resina su existencia se volvió muy efímera. Y entendí que no podía seguir forzando al material a ir en contra de su estado natural, que es volver a ser sal.
_¿Por qué lo habías elegido?
_Hice piezas con bórax en el contexto del proyecto Congelar el fluir, un trabajo de autorretrato realizado en el ámbito de la Cátedra Kweitel-Kohon, un proyecto que me sigue representando porque mi esencia permanece, pero a su vez ya no soy la misma. Hacer ese trabajo fue como una terapia para mí, pero decidí dejar de Congelar el fluir y pasé a dejar que fluya, aprendiendo a ser más abierta con mis emociones. En su momento, quería utilizar un material que atraviese el proceso al que yo me refería, literalmente. Parte de la idea sobre cómo en ese entonces expresaba y manejaba mis emociones, protegiéndolas, escondiéndolas o congelándolas. Un proceso sobre algo líquido, cálido (como son para mí las emociones) se transforma en una pieza sólida, defensiva. Los cristales de bórax me permitían eso: una sal que se disuelve en un medio cálido y envuelve un material poroso, suave, construyendo una estructura de cristales a su alrededor. Utilicé el huevo como punto de partida, un elemento que para mí representa un refugio. El huevo se rompe, y con él, el espacio que contenía esas emociones. A partir de ahí se desarrolla la serie: formas y colores pacíficos mutan hacia otras más fuertes y agresivas. Para expresar el concepto busqué materiales y procesos que hablaran de ese crecimiento donde lo líquido toma forma, se desarrolla y se solidifica. Por eso que decidí hacer una cristalización casera.
_¿Aplicás una técnica de joyería o adaptaste o hiciste una propia?
_En ese entonces no tenía los conocimientos de joyería necesarios así que todo era prueba y error, fui creando mis propias técnicas y procesos, como el de la cristalización casera. Hoy aplico las bases de joyería y sigo aprendiendo de forma autodidacta. Me gustaría estudiar joyería y cincelado.
_¿Cómo llegaste a Talente 2020 y qué significó?
_Me llegó la propuesta de la cátedra para participar en Talente 2020. Dudé mucho si presentarme pero por suerte ¡me animé! Quedar seleccionada fue un reconocimiento enorme. Releí el mail de selección muchas veces. No pude creerlo hasta varios meses después. Me dio más confianza en mi trabajo y me permitió confirmar que estoy en el camino correcto. Talente fue bueno y, además, implicó un volantazo, una conexión con la realidad tal que me hizo hacer click. Cuando llegó la comunicación de la selección y la invitación a ir a la exposición -previo a la pandemia- caí en la cuenta de que no podía pagar el pasaje y ni la estadía, ni aunque hubiese sido beneficiada con una beca. Nunca viajé ni hice envíos al exterior, y me enfrentó a situaciones lejanas a mi realidad personal. Esto se repitió tiempo más tarde, cuando recibí una invitación a participar de una exposición en el exterior. Toda esta experiencia reafirmó mi decisión de comenzar Gorgonia, mi marca de joyería y accesorios de autor. Gorgonia es la manera de seguir trabajando en el rubro, seguir aprendiendo joyería y, a su vez, generar un sustento económico para el día de mañana poder seguir experimentando y poder retornar hacia una joyería más artística.
_¿Por qué le pusiste ese nombre?
_En mi búsqueda de inspiración siempre acudo a formas orgánicas, naturales, ramificaciones, hongos y corales. Cuando estudiaba Indumentaria era recurrente que haga texturas, bordados y estampados representando formas naturales. Mis prendas, de forma inconsciente, siempre resultaban en estructuras defensivas. Dependiendo de la temática parecían armaduras o abrigos protectores, exo-esqueletos. Lo mismo pasó cuando hice mi autorretrato Congelar el Fluir, solo que esa vez entendí el por qué de las capas, los refugios, las formas que se expandían y envolvían en sí mismas.
Cuando empecé en Casa Petit Comité y pensé mis primeras piezas, ahí estaban otra vez las formas ramificadas que me recordaban a los corales. Ya tenía en mente construir mi propia marca, así que investigué especies, nombres, funciones y características de corales, en búsqueda de un nombre. Entre las palabras anoté: esqueletos, ramificados, formaciones y protección. A fines de 2019 me decidí por el nombre gorgonia. Es un término que agrupa un tipo de coral, de apariencia ramificada con esqueleto semiduro. Cuando pienso en las ramificaciones veo conceptos como fluir, expansión, crecimiento e inclusive florecer, así que Gorgonia me pareció que representaba mi estética.
_¿Cómo es Gorgonia?
_Gorgonia se fue gestando a mediados de 2019 y terminó de tomar forma a principios de este año. Hoy es mi marca y proyecto a tiempo completo. Quería crear un proyecto que transmita valores positivos y genere conciencia sobre el cuidado del medio ambiente y nuestros hábitos de consumo. Gorgonia es una fusión entre tecnología y artesanía: por un lado, me valgo de la impresión 3D para traer a la tridimensionalidad los diseños que hago en la computadora. Y, por otro lado, hago piezas en metal a mano. La gran mayoría de mis piezas son en bronce, aunque no descarto trabajar con otros metales a futuro. Predominan las formas orgánicas, utilizando alambres y chapas. Tengo algunas más clásicas, como anillos trenzados, a piezas más complejas que combinan estructuras de bronce junto a piezas impresas en 3D o plásticos reciclados. Ambas, a veces, conviven. Otras veces, los límites se borran y se vuelven una sola para un fin mayor como convertir descartes en nuevos objetos, dándoles una nueva vida. Persigo el objetivo de tener una producción responsable y zero waste porque hoy es imprescindible. El eje inspiracional es principalmente el universo marino, las formas orgánicas, la naturaleza y la Tierra, y con esta idea comunico la importancia de reducir el uso de plásticos derivados del petróleo y de cómo estos influyen en la vida marina.
_¿Cómo conseguís el zero waste?
_Lo consigo reciclando los descartes de mi propia producción y de terceros que trabajen con impresión 3D. Guardo todos esos desechos 3D, como impresiones con fallas, soportes y pruebas. Posteriormente los fundo y enmarco en bronce, generando piezas únicas para una línea de Gorgonia llamada Renacer. En cuanto el metal, también guardo todos los pedacitos de alambre y chapa, para poder fundirlos y/o reciclarlos a futuro, o llevarlos a alguien que pueda hacerlo. De esta manera logro que ningún desperdicio de mi producción termine en la basura y de ahí en el océano.
_¿Proyectos?
_En el inicio de Gorgonia, hice la distinción de mantenerla como un proyecto paralelo. Separar a la Carolina de joyería contemporánea de la Carolina de joyería ‘‘comercial’’. Recibí el consejo de no marearme con definiciones, al fin y al cabo somos la misma persona. Gorgonia es una marca muy reciente, acorde a mis valores y visión del mundo. Gracias a ella estoy comprando, de a poco, mis herramientas y voy armando mi taller de trabajo. Tengo la ilusión de que crezca y me vaya llevando hacia donde tenga que ir; en el camino iré acercándome nuevamente hacia la joyería más artística que me llevó hacia lugares como Talente. Solo que seguro tendré la oportunidad de ir.
El cuerpo como soporte de la joyería
Apuntes | Notas
El cuerpo como soporte de la joyería
Usos, costumbres, propósitos o ganas de innovar y expresarse de manera diferente. La joyería se lleva en cualquier parte del cuerpo y si se utiliza en la cara y en las manos las trascienden en volumen y forma, no siempre anatómica.
Usar o no usar. O usarla dónde. Si la portabilidad de la joyería contemporánea hace a su esencia es un tema sobre el que se pronunciaron no pocos y que se discute con opiniones encontradas en muchos ámbitos del circuito joyero. Deconstruir el uso de piezas de joyería contemporánea es la obsesión de varios artistas o, simplemente, su forma de ver y crear. Por cualquiera de los dos motivos, consiguen innovar no solo en el hacer sino en el mostrar, al presentarlas en una puesta fuera de lo común o al sugerir portarlas en otras partes del cuerpo. En algunos casos, son el resultado de la idea de entablar una relación diferente con el cuerpo, usándolo como soporte y así convertirlo en vidriera corporal.
No son piezas que sólo se usan en partes distintas a las orejas, el cuello y las manos, pero si se llevan en ellas no son perfectamente anatómicas, sí cómodas aunque las trascienden en volumen y formas. Muchas nacen fuera de lugar, ya que son creadas especialmente para lucir en partes atípicas como la nariz, la boca, la frente o hasta en los pómulos o el pecho, entre otras.
Plantear otros conceptos, cambiar la funcionalidad, buscar otro propósito, salir de cánones o romper con estereotipos y liberar las formas es el resultado, en algunas ocasiones sin planteárselos. Ingrid Rizzieri, Joanne Tan, Ewa Nowak, Sara Sallam son algunas de las que apuntan a descontracturar aún más la joyería contemporánea, a mostrarla más allá de las convenciones.
Antes de estas propuestas contemporáneas, podría citarse como antecedente al dúo de diseñadores de moda holandés integrado Gjs Bakker y Emmy van Leersum que crearon una serie de joyas corporales que se vieron en el Stedelijk Museum de Ámsterdam, a fines de los 60. Gijs + Emmy y su por entonces colección disruptiva calificada como joyería futurista fueron adornos corporales semejantes a tubos de estufa, piezas de pvc que se llevaban en la cabeza, cuellos hombreras o cuellos torre-top inusuales.
¿Qué propuestas se ven hoy? La diseñadora, escultora y fotógrafa paulista Ingrid Rizzieri crea, para su firma Entrecubos, de manera artesanal piezas geométricas algo maximalistas, que desafían el entorno de la cara, jugando con la nariz y boca, y también se despegan más allá de las manos. Siguen una estructura lógica, son cero anatómicas, sin embargo resultan de un exhaustivo estudio que consigue el equilibrio, por ejemplo, entre los dedos sin detener el movimiento de las manos.
Esta diseñadora de joyas admite que no tiene una nariz pequeña y delicada, su puente es alto y podría ser fuente de inseguridad para muchas personas, pero no para ella que bromea: «Es una casita para joyería». Comenzó con accesorios geométricos en forma de cubos y siguió con piezas faciales. Creó una inusual, a la que llama anillo para la nariz. Recuerda que vio unas gafas sin montura, con patillas solo en los lados y pensó que dejaban al descubierto un espacio de diseño hermoso en la nariz. Por entonces, hacía piezas con resina y madera y, hace un año, se dedicó de lleno al estudio de los metales. Aunque llamativas, admite que las joyas faciales ya no son una novedad y cita a la cantante estadounidense de neo soul Erykah Badu, que las popularizó en el escenario.
Fue un desafío conseguir llevar este accesorio a la vida cotidiana. «Tenía que entender las diferentes formas de la nariz y cómo encajaría esta joya. Así que busqué libros de anatomía, cirugía plástica y hasta de maquillaje para entender los tipos de caras, rasgos y cómo destacarlos o adornarlos. Ese estudio fue fundamental para desarrollar joyas cómodas. No pueden tener mucha textura para no dañar la piel y necesitan encajar bien en esa región central de la cara. Para utilizar el accesorio no es necesario realizar un piercing en el puente de la nariz, ya que la joya es la presión. Sin embargo, recomiendo usar pegamento para pestañas postizas, indicadas para ojos y cara, para mantener el anillo en su lugar». Su aro nasal lo hace a pedido y se adapta a cada tipo de cara. Y fue sumando. Piezas no convencionales para el cuello, para los labios, hasta que llegó a las manos con anillos no menos inusuales, que relacionan de manera armoniosa los dedos con piezas que remiten a Calder, por ser algo cinéticos. Trabaja en bronce bañado en oro o en plata.
Como bien menciona Rizzieri, la novedad no es el punto sino el interés por realizar piezas originales. Antes que ella, Joanne Tan, joyera nacida en la periferia de Kuala Lumpur, Malasia, y residente en Londres, donde recientemente se graduó del Central Saint Martins, creó en 2016 una cápsula de joyería también centrada en la nariz. Tribal, la propuesta busca combatir la idealización mediática y la obsesión moderna de la belleza. Inspirada en «la cultura asiática de la cirugía plástica», diseñó piezas poco ortodoxas: puños nasales esculpidos en 18 quilates salpicado de perlas y diamantes, que siguen líneas curvas similares a cómo un cirujano trazaría las incisiones de una cirugía de nariz. Joanne T señala que con estos extravagantes accesorios pretende que cada uno acepte sus rasgos y no los borre por considerarlos defectuosos.
Otras propuestas más fashion que artísticas sirven también como antecedente o como señal de que se pueden llevar piezas de joyería en partes de la cara o el cuerpo, sin atarse a las convenciones. Al estilo de Rizzieri, el diseñador neoyorquino Thorn Browne hizo una propuesta de monóculos y símil lentes en metal para su colección prêt-à-porter del otoño del año último. De igual modo, las cápsulas joyeras de las colecciones de diseñadores europeos dieron cuenta de esta onda: el ucraniano Jean Gritsfeldt creó clips de gran tamaño con flores de cristal para la nariz y los labios que cuelgan sobre la barbilla reinterpretando la época dorada del cine en 2015. “Intento diseñar joyas únicas, pero que aún se puedan usar en la vida cotidiana”, sostuvo Gritsfeldt. Y la israelí Galia Lahav hizo lo propio con tiaras red para la cara y megacejas, entre otras, en 2018.
Hoy, en tiempos de reconocimiento facial, dos creativas hicieron foco más allá de la cara y las manos con un propósito determinado. La diseñadora de joyas polaca Ewa Nowak inventó, el año último, una suerte de escudo protector desde Noma, el estudio de diseño que creó con el diseñador Jarek Markowicz. Desarrolló un artefacto, símil máscara, anti IA (inteligencia artificial) ya que hace indetectable la cara de su portador para los algoritmos de identificación utilizados por las cámaras de vigilancia públicas. Su proyecto llamado Incógnito fue recientemente destacado en los Dezeen Awards 2020 en la categoría Diseño portátil y se expuso en Cómo desaparecer en Goodman Gallery, Johannesburgo.
Descripto por la diseñadora como «bisutería facial», la estructura principal del accesorio en forma de máscara consiste en una pieza de latón, que fue moldeada para adaptarse a los contornos de la cara y curvada detrás de las orejas como un par de anteojos. Cuenta con tres elementos destacados: dos círculos debajo de los ojos y un elemento rectangular colocado en el entrecejo, que se relacionan para hacer que la cara del usuario resulte irreconocible.
Mientras la máscara de Nowak se concibe para confundir los conocimientos de inteligencia artificial, este año, la neoyorquina Sara Sallam creó un tipo más actualizado de joyería anti-rastreo. Pensó en máscaras protectoras inspirada en la novela distópica 1984 de George Orwell y diseñó tres piezas de joyería que se usan en la cara, en el pecho y en el pie, con dispositivos portátiles que también buscan proteger al usuario del reconocimiento facial, la detección de latidos del corazón o el seguimiento de la marcha. «Quería crear objetos para un futuro orwelliano, donde esta vigilancia es un lugar común”. Cada pieza tiene un efecto ondulado con detalles que remiten a una perla. Y eligió este acabado como referencia a las joyas Lover’s Eye, pinturas en miniatura populares en el siglo XVIII que presentaban un ojo, a menudo rodeado de perlas.
Con perlas también trabajó Pauline Müller para su colección de joyas faciales que incentiva experiencias corporales y visuales tanto para el usuario como para los espectadores. Dice que sus piezas generan cierta y momentánea metamorfosis facial, experimentando una apariencia alterada con fuerza visceral. «Con este trabajo, espero generar una exploración lúdica pero crítica de las prácticas a menudo minuciosas de modificación corporal o facial.»
Hay piezas de joyería deliberadamente concebidas para ser diseñadas con el fin de ser reproducidas en serie por la función que pretenden cumplir. Tal son las propuestas de algunos estudiantes de la Escuela de Arte y Diseño de Lucerna que amplían la definición de joyería. El collar corpiño, en seda laminada con elásticos, para pacientes con cáncer que sufrieron la amputación de una mama hecho por la suiza Megan Kelso es otra pieza poco ortodoxa en la que incursiona tras presentar otras, como anillos protectores de dedos o adornos que se llevan en la cabeza bordeando el pabellón auricular.
Algunas propuestas de joyería-audífonos también podrían inscribirse en la categoría de piezas corporales no convencionales. Sophie Mia Willener, estudiante de la misma escuela suiza, creó piezas en bronce fundido y latón con el objetivo de diseñar audífonos “visualmente ruidosos” para hacerlos más llamativos y dotarlos de su propia autonomía formal. «Su diseño se deriva de las trompetas de oído del siglo XIX, revitalizándolas como accesorios llamativos. Usando varios complementos, el audífono se convierte en un artículo de joyería de escucha para el usuario seguro de sí mismo». En la misma línea se pueden incluir a los auriculares joyeros inalámbricos creados con metales recuperados de desechos electrónicos por la firma Planet Beyond con el fin de promover la autoexpresión.
Cuando la joyería se hace en la universidad
Varios claustros ofrecen espacios de capacitación y creación de piezas únicas e innovadoras, parte de proyectos de investigación que resultan de una formación superior especializada.
Mucho antes de llegar a galerías o museos, a vidrieras de tiendas o a su banco de joyero en ateliers personales, estudiantes universitarios desarrollan piezas de joyería contemporánea superinnovadoras.
En la cátedra de Diseño de Accesorios de la UBA; en el departamento de Gemstones and Jewellery de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Trier; en la maestría de Diseño de Joyas y Orfebrería de la Escuela de Artes PXL-MAD de Hasselt, Bélgica; en el Jewellery & Silversmithing del Edinburgh College of Arts; en la cátedra de Joyería y Objeto de L’ Escola d’ Art i Superior de Disseny de València; en el programa de Jewelry & Metalsmithing de la Rhode Island School of Design, y en la School of Jewelry & Metals Arts de la Academy of Art University de San Francisco, se incuban proyectos prometedores. Cuál es el enfoque de la formación que ofrecen que les permite resultados de calidad, qué hacen y cómo lo exponen.
En un año académico signado por el impacto de la pandemia por COVID 19, los espacios de formación en joyería contemporánea fueron adecuando la metodología de trabajo al aislamiento social para seguir adelante con sus prácticas educativas. A la hora de difundir los trabajos de graduación o de fin de ciclo de su alumnado, alianzas con medios estratégicos, eventos interactivos en las redes sociales y shows digitales, fueron algunas de las propuestas ideadas para amplificar el alcance, tanto de quienes comienzan su carrera profesional como de las propias instituciones. Tal llegada nos permite conocerlos y valorarlos. Compartimos algunos de ellos.
Universidad de Buenos Aires – UBA Argentina
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo Diseño de Accesorios – Cátedra Kweitel-Kohon
“La Cátedra Kweitel-Kohon es un espacio de acción, investigación y constante intercambio donde construir nuestros propios universos. La concepción de diseño lo planteamos como proceso, impulsando a los alumnos a bucear en diversos métodos y caminos para trabajar sobre distintos materiales, estimulando la experimentación y valorizando lo emergente y la sorpresa. No trabajamos sobre un fin programado y estipulado, sino que vamos construyendo, dialogando, debatiendo y re preguntándonos constantemente”, describen las docentes Francisca Kweitel y Guigui Kohon.
Si bien la cuarentena por COVID 19 introdujo una nueva realidad de enseñanza remota, el lineamiento de la cátedra continúa por el camino de aceptar la incertidumbre, la duda y el cambio como parte de la vida y del crecimiento, y del proceso de construcción. “Nuestra forma de seguir los trabajos y colaborar en su desarrollo intenta ser poco invasiva, no les ofrecemos una solución a sus problemáticas, no hay respuestas fijas ni estructuradas, preferimos un cúmulo de preguntas que les abra a un nuevo análisis, pensamiento, reflexión, donde ellos encuentren su propia forma de ver y hacer las cosas”, apuntan las titulares de la cátedra.
Hochschule Trier – Universidad de Ciencias Aplicadas de Trier, Alemania
Facultad de Arte y Diseño Gemstones and Jewellery at Campus Idar-Oberstein
El perfil del departamento de Piedras Preciosas y Joyería está moldeado por el debate interdisciplinario acerca de si la joyería es artesanía, arte o diseño. “Los estudiantes pueden vincular de manera activa y sostenible sus experiencias sensuales con sus pensamientos y acciones dentro de la sociedad. Al mismo tiempo, es importante tener en cuenta que, si bien el enfoque exclusivo en la propia brújula artística y, por lo tanto, emocional a menudo puede tener un cierto efecto terapéutico, a menudo no alcanza el objetivo real del trabajo desde un punto de vista social y es por lo tanto, bastante problemático”, expresa el claustro académico en su filosofía.
Su Show de Graduados 2020 será en octubre próximo. En la plataforma IO&U, un espacio creado por un grupo de 12 joyeras y artistas contemporáneas recientemente egresadas del Campus Idar-Oberstein, se exhiben varios proyectos.
PXL-MAD School of Arts Hasselt, Bélgica
Jewellery Design, Gold- and Silversmithing
El programa de la Escuela se divide en tres años de licenciatura y un año de posgrado. También se ofrece una preparación para la pre-maestría. El departamento, liderado por artistas, diseñadores y académicos de renombre, entiende que la experimentación y la investigación son elementos centrales. “El campo de la joyería contemporánea y la fabricación de objetos ocupa un lugar peculiar dentro del mundo de las artes visuales, la artesanía y el diseño. Esta posición ambigua puede verse como inspiradora y ofrece un marco perfecto para la innovación y la actitud crítica. En este contexto en constante cambio, se anima a los estudiantes a liberarse de preconceptos, para que puedan desarrollar su perfil artístico personal. Consideramos que la metodología y el enfoque son tan importantes como el estilo y la tendencia”, define la academia.
En el marco de la pandemia, la Escuela de Artes PXL-MAD presentó sus proyectos de graduación en el Virtual Design Festival – VDF, la plataforma creada a tal efecto fue dada a conocer por la publicación especializada en arquitectura y diseño Dezeen.
The University of Edinburgh, Escocia
Edinburgh College of Art Jewellery & Silversmithing – BA (Hons)
El departamento de Joyería y Orfebrería se autodefine como un espacio pequeño y amigable. Su filosofía se basa en combinar la innovación con los conceptos artesanales tradicionales, tanto en técnicas como en materiales. El programa promueve la creación de las reliquias del futuro y los objetos sensoriales que enriquecerán la vida de las personas. “Les enseñamos a trabajar y a explorar el uso de una amplia variedad de materiales, incluidos metales preciosos, plástico, textiles, esmalte y piedra. Tenemos la reputación de mantener un alto nivel de habilidades manuales y diseño original, con el compromiso de contribuir con el desarrollo de una voz creativa clara y original a través del dibujo y el hacer”, manifiesta la Escuela de su metodología de trabajo.
Este año, la exhibición de los proyectos de graduación se hizo mediante Instagram. El evento alentó la interacción con la comunidad mediante un filtro -especialmente creado por la graduada Daniela Groza– que permitió probarse los diseños y compartir el resultado.
EASD L’ Escola d’Art i Superior de Disseny de València, España
“En las aulas y talleres del departamento de Joyería de la EASD València, se impulsa igualmente la investigación conceptual y técnica, a la vez que se analizan la responsabilidad social y las implicaciones éticas de la profesión. La observación, el análisis, la crítica y la destreza comunicativa forman parte del enfoque metodológico de las asignaturas que integran estos estudios”, detallan desde la escuela.
La experiencia de aprendizaje en el aula se complementa con una serie de actividades que contribuyen a introducir a los estudiantes en el espacio cultural de su futura actividad profesional. Algunas de ellas son: el encuentro bianual Melting Point. Joieria Contemporània València, la participación en concursos de joyería como el Premio José Arquero (Barcelona), Gioielli in fermento (Italia) o el Legnica International Jewellery Competition; también, la presencia en exhibiciones locales e internacionales como Schmuck, la Feria Internacional de Joyería en Munich, Enjoia’t y Joya Barcelona Art Jewellery & Objects.
RISD – Rhode Island School of Design, Estados Unidos
Las carreras de pregrado y posgrado, que abarcan desde la orfebrería tradicional hasta los procesos y materiales experimentales, ofrecen una comunidad unida de estudiantes y docentes totalmente comprometida con la disciplina. El análisis crítico y un intercambio abierto de ideas apoyan la exploración individual de la relación de las joyas con el cuerpo.
La propuesta digital que reemplazó este año a la habitual exposición física, incluye el trabajo de más de 200 graduados y muestra la creatividad de los estudiantes en todas las etapas del proceso de tesis, desde bocetos y borradores hasta trabajos terminados.
Academy of Art University de San Francisco, Estados Unidos
School of Jewelry & Metal Arts
“Convierte tu amor por las obras de arte para vestir en una profesión”, formula la Escuela de Joyería y Artes del Metal. La combinación de las técnicas tradicionales con tecnologías innovadoras como el láser, la electrónica y el modelado en 3D, guían una propuesta educativa que incorpora principios sostenibles en la elección de los materiales y los procedimientos, a la vez que promete el desarrollo de un fuerte sentido comercial. La institución organiza los contenidos de diseño y empresariales en seis carreras.
Por primera vez en su historia, el Show de Primavera de 2020 se realizó virtualmente, reuniendo a miles de estudiantes, líderes de la industria, educadores y miembros de la comunidad para celebrar logros y establecer conexiones profesionales con personas de todo el mundo.
Entrevista a Agustina Ros
Apuntes | Notas
“Elijo el vidrio porque me permite crear lo que imagino”
Trabaja el vidrio como pocos y dice que logró establecer una relación tal con este elemento que hasta involucra sus sentimientos. Será por eso que describe su proceso creativo con una pasión que contagia. Quién es la artista argentina que tiene un taller de investigación sobre un material inorgánico al que consigue dar formas únicas, con un llamativo manejo del color y la luz.
Va una síntesis de la previa de Agustina Ros que la llevó a destacarse en una especialidad en la que incursionan pocos.
Nació y creció en Misiones, donde desde muy chica comenzó a incursionar en el mundo del arte. Se trasladó a Buenos Aires para estudiar Artes Visuales en la Universidad del Museo Social Argentino, y además cursó talleres de dibujo, pintura, escultura y grabado. De regreso a su tierra colorada, trabajó en el taller de Artes del Fuego y por curiosidad descubrió el vidrio a la llama.
Para aprender esta técnica viajó a Barcelona, donde estudió con el artista vidriero Ferrán Collado. Completó con Simone Crestani (Italia), Amy Lemaire y Suellen Fowler; además aprendió neón y plasma aplicado al arte en vidrio con Jason Chakravarty y Joe Upham (Estados Unidos), y grabado con Paulina Cambalova (Rca. Checa). Se especializó en The Corning Museum of Glass y en Urban Glass, de Nueva York.
Tras su reconocimiento con el premio ganador del Enjoia´t Awards 2017, expuso en Melting Point Valencia, luego en Shanghai, Nueva York, Milán y, el año último, en Atenas y Off-Joya Barcelona.
Dice que Francisca Kweitel es su “hada madrina en la joyería contemporánea”, porque fomentó sus capacidades de diseño, de creatividad, de resolución y le aportó una mirada sensible y propia. “Generó en mí la necesidad de liberar, exteriorizar, para encontrar en el afuera, en el otro, en su reacción, la respuesta a todo aquello que es mi todo”. Además de esta formación que siempre destaca, sumó con la joyera barcelonesa Gemma Draper.
Instalada en la capital catalana creó Barcelona Glass Studio, desde donde se proyecta con una ambiciosa pretensión: “Generar la cultura del vidrio para posicionar este arte en el centro de la escena mundial”. Desde su taller cuenta qué hace, cómo y por qué.
_¿Por qué elegiste crear en vidrio?
_Desde el primer contacto que tuve con este material, sentí fascinación y conexión, y despertó en mí una infinita curiosidad por esta técnica tan tradicional y estricta que involucra fuego y disciplina, por la inmensidad de posibilidades creativas que ofrece, por la mezcla de tradición e innovación que implica y por su belleza. Elijo el vidrio porque me permite crear lo que imagino. Lo descubrí antes de la joyería contemporánea. Fue una elección mutua: vidrio-yo. Su aplicación surgió como respuesta de toda demanda, autenticidad, experimentación e irrupción en esquemas preestablecidos. Y me planteo proyectar un encuentro futuro entre la obra y el otro.
_¿Qué buscas decir a través de tus obras?
_Expresarme. Al inicio, la joyería contemporánea fue el medio, el conducto a través del cual encontré la exquisita forma de expresar mi arte en vidrio. Mis obras son pequeñas esculturas de materiales alternativos que esconden un fin utilitario.
_¿Cómo es trabajar con llamas?
_Intenso, demandante, peligroso, agotador y absolutamente maravilloso. Mi proceso creativo comienza con la antorcha. Trabajo tanto con llamas grandes como pequeñas, según la pieza que quiero conseguir. Soplar y modelar es lo mío. Luego, vaporizo metales nobles, como el oro y la plata, para teñir el vidrio con tonos que se desvanecen naturalmente.
Durante la manipulación de vidrio en caliente logro abstraerme del exterior e involucrarme en el proceso creador de un modo que jamás había experimentado antes de dedicarme a este material. Me conecta con mi yo interior. Cuando estoy modelando una pieza frente al soplete, variando la intensidad de la llama, soplo y doy volumen, y mientras giro permanentemente la pieza para controlar la gravedad, el fuego está a centímetros de distancia de mis manos y cara, tengo contacto directo con el material, estoy en riesgo constante y jamás puedo desviar mi atención. Es oficio, es arte. Evolucionar con él requiere entrega. Tengo una relación profunda con el vidrio, hay muchos sentimientos de por medio.
“Cuando modelo una pieza frente al soplete, varío la intensidad de la llama, soplo y doy volumen y giro permanentemente la pieza para controlar la gravedad; el fuego está a centímetros de distancia de mis manos y cara, tengo contacto directo con el material, estoy en riesgo constante y no puedo desviar mi atención”.
_¿Qué técnicas usás y en qué consisten?
_Flameworking o lamworking es el nombre de la técnica que mayormente utilizo e implica sopletes de oxígeno/gas. Trabajo con vidrio de borosilicato -un tipo de vidrio con óxidos de silicio y boro- porque me permite explorar con más libertad. Fue más conocido por la marca Pyrex -que introdujo el vidrio borosilicatado transparente de baja expansión térmica y lo utilizó para utensilios de cocina y luego para cristalería de laboratorio-; con el boro, el vidrio se destaca por ser más estable y más resistente; es que fue creado especialmente para hacer del vidrio un elemento menos frágil y más utilitario.
Con la aplicación de la técnica de flameworking, por ejemplo, me propuse crear formas mínimas, soplando y modelando el vidrio. Luego, conseguí contraste añadiendo el proceso de espejo, al usar una técnica antigua en vidrios, y envejeciendo la plata con oxidación; algunas piezas están grabadas para generar textura. Esto se ve en la colección Old reflection, resultado de una larga investigación que mostró los efectos del tiempo sobre un objeto. Me interesó provocar melancolía para despertar la noción del tiempo o recrear esa sensación de nostalgia en el otro que siempre brotan en mí cada vez que advierto las huellas que deja el pasado. Los anillos de esta serie son un paseo durante el tiempo del material: vidrio borosilicato y plata. En general, la joyería contemporánea que innova es el resultado de una larga investigación.
“Me interesó provocar melancolía para despertar la noción del tiempo o recrear esa sensación de nostalgia en el otro que siempre brotan en mí cada vez que advierto las huellas que deja el pasado”.
_¿Cómo conseguís esos colores y esa translucidez?
_La base de mi objetivo estético y conceptual siempre estuvo ligada con mi intención de proyectar mi visión, resaltando en la creación la potencia de la materia. Utilizo la luz natural como otra protagonista que influye activamente en la percepción de la obra. Busco iridiscencia en la superficie y por eso aplico vaporización de metales nobles para dar esfumados de colores tornasolados. La translucidez es la única cualidad del vidrio que busco preservar. Los anillos de la colección Gold reflection también nacieron como resultado de una investigación del color y la experiencia de la transparencia. Me encanta explorar nuevas formas de experimentar. En esta colección, las formas están sopladas y modeladas en vidrio borosilicato con flameworking. Los colores se seleccionaron probando los efectos reflectantes del oro humeante sobre las piezas sin perder la translucidez. Así cuando el anillo juega con la luz, aparecen reflejos y tonos. Es que el color y la forma brillan siempre como recurso de variación inagotable y ofrecen a la vista innumerables perspectivas influenciadas por la luz del entorno y su fluir cambiante.
“El color y la forma brillan siempre como recurso de variación inagotable y ofrecen a la vista innumerables perspectivas influenciadas por la luz del entorno y su fluir cambiante”.
_¿Aplicás un método propio para conseguir formas más modernas?
_Como no uso moldes, cada pieza es una realización única. Cada movimiento significa una inspiración momentánea y marca la esencia de cada obra. Las formas son causa y efecto de mi idealización.
_¿Cómo definirías tu estilo o estética?
_Es difícil definirse a uno mismo, porque creo que el estilo en mi obra surge naturalmente ya que me transpolo a mí misma en cada realización.
Al mismo tiempo, el discurso estético que aplico en mi trabajo se basa en la combinación entre los conceptos de arte (desarrollando mi bagaje escultórico y de pieza única), diseño (utilidad) y artesanía (técnica y material de oficio), además de armonía y equilibrio.
“Me encanta explorar nuevas formas de experimentar. En esta colección, las formas están sopladas y modeladas en vidrio borosilicato con flameworking. Los colores se seleccionaron probando los efectos reflectantes del oro humeante sobre las piezas sin perder la translucidez.”
_¿Cuán portable es una joya de vidrio? ¿Te consultan por la durabilidad?
_Constantemente. En el imaginario general las personas asocian al vidrio con la fragilidad. Mi cometido es desmitificar este concepto demostrando su resistencia. El borosilicato es un vidrio duro que fue creado molecularme para ser fuerte, como mencioné. Su composición es similiar al quarzo y, por eso, insisto, lo elijo. El resto de los vidrios blandos, como murano, float y dicroico, en cambio, son más delicados.
_¿Qué es la joyería contemporánea para vos?
_La joyería contemporánea es la conexión entre la obra y la persona. El medio que me permite comunicar fielmente mi yo y disfrutar durante el proceso creativo. Personalmente, es el momento en el que desarrollo cada creación y reflejo el corazón de la obra. Mientras trabajo con el vidrio, de repente encuentro diversos movimientos y la reflexión de luz que tanto me atrae e intento conservarla. Lo que me motiva e inspira es la búsqueda y la experimentación.
_¿Cuál es el alcance de la joyería en vidrio?
_Infinito. Cada vez encuentro más personas interesadas en el material. El vidrio necesita dedicación y entrega, constancia y paciencia, pero nos brinda millones de posibilidades, y sigue siendo muy virgen, queda mucho por descubrir y me hace mucha ilusión imaginar todo lo que vendrá.
_¿Qué otras posibilidades ves en el vidrio que te gustaría experimentar?
_Vivo en constante exploración y exprimo profesionalmente todas las vías de trabajo que mi oficio permite. Regularmente, genero clases de Introducción a la manipulación de vidrio en mi estudio de Barcelona. Desarrollo mi línea de joyería en vidrio. Además produzco para otros diseñadores y artistas.
Actualmente estoy desarrollando en paralelo, un proyecto de luminaria y objetos en vidrio con una arquitecta. Intentaremos develar una línea inspirada en mis colecciones de joyería para en un futuro comercializarla.