Brazil Jewelry Week
Apuntes | Notas
"Los joyeros alertan a través de sus obras. Sorprenderán en estos momentos sombríos"

Pasado mañana comienza la segunda edición de Brazil Jewelry Week un evento que se presenta como una experiencia virtual con el tema Incorporar Obra. Una semana extendida, que se desarrollará del jueves 3 al domingo 20, con la organización de las joyeras Chrissie Barban y Miriam Mirna Korolkovas, que también actúa como curadora junto con el artista Jorge Manilla.
Con una plataforma especial creada para el evento, los artistas y sus seguidores podrán ver exposiciones, participar de charlas, conferencias y otros shows audiovisuales. La muestra principal se exhibirá hasta el miércoles 23.
“Buscamos atraer a un público que se interese en el consumo de obras de arte que se llevan en el cuerpo. Creemos que revelando el trabajo meticuloso y creativo del joyero, que construye y materializa en camino hacia su identidad, potenciamos este arte latinoamericano. Este año, más que ningún otro, se necesita del poder transformador del arte”.
“Apostamos a la capacidad de transmitir sensaciones. Invitamos a todos a participar de este encuentro que este año, como ningún otro, necesita del poder transformador del arte”, dice la joyera Chrissie Barban, una de las principales mentoras de esta semana, quien señala que se dedicará a “la expresión artística del joyero contemporáneo, el cual consagra el arte con destreza, sensibilidad y conexión con las cuestiones que provocan e instigan. Con el ‘incorporar trabajo’ pretendemos promover al artista poeta autor, que siempre está atento a la verdad interna de sus concepciones; a ese joyero que sueña en profundidad y que muestra emociones contenidas en las obras que desvela”.
Esta semana extendida, que se desarrollará del jueves 3 al domingo 20, cuenta con la curaduría de Miriam Mirna Korolkovas, una de las pioneras en joyería contemporánea de Brasil, quien ha abierto caminos desde la década del 70 no solo allí sino que también se ha destacado en el exterior. Suma aún más con la intervención del joyero de origen mexicano Jorge Manilla, denominado embajador de BJW. Tiene, asimismo, el apoyo del Núcleo Joalheria Contemporânea, una organización dedicada a la difusión de la joyería contemporánea.
“Este año nos manifestamos a través de un formato online que será difícil de dejar, porque nos proyecta al mundo y nos permite tomar contacto con joyeros e interesados en la joyería contemporánea de todo el mundo. El canal digital hoy es necesario e imprescindible y pretendemos seguir sosteniéndolo. No es una website habitual sino que ofrece una experiencia en línea. La idea es facilitar el encuentro con el joyero y su obra, consultarle sobre su proceso creativo, entender su innovación en la técnica o en el uso de materiales, conocer su obra en detalle, que lo inspiró y ese encuentro es una celebración para nosotros. La idea de BJW es generar un espacio de exposición y venta también, ya que buscaremos atraer a un público que se interese en el consumo de obras de arte que se llevan en el cuerpo”, indica Barban.
Las joyeras explican que proponen “una acción receptiva a nuevas experiencias y vínculos; que se juega por la disolución de fronteras en favor de la conjunción de países vecinos. Solo integrados, enfrentaremos el estancamiento, la incertidumbre y la indecisión. Entendemos el escenario actual, pero no nos dejaremos sucumbir”. En ese sentido, Korolkovas precisa, que “los joyeros alertan, disputan e inventan a través de sus obras. Sus expresiones sorprenderán en estos momentos sombríos que estamos atravesando”.
“Es necesario crear para comunicar, crear con compromiso, emoción e inteligencia. La voz latinoamericana me intriga, quiero ver cómo materializamos las creencias de nuestros antepasados con los sabores del presente” agrega Manilla.
Si bien Brazil Jewelry Week se constituye como un encuentro internacional de joyería contemporánea de Latinoamérica, también participan artistas de Europa. Se trata de 67 joyeros de ocho países: además de Brasil, intervienen de Colombia, Chile, Argentina y México y, del mismo modo, lograron atraer a joyeros de España, Italia y Portugal.
Entre los argentinos, están Carmen Romero, Gabriela Nirino, Lena Echelle, Patricia Mogni, Paula Castro, Rafael Luis Álvarez, Roxana Ciorda, Roxana Casale y Susana Ortíz.
Con sede en Brasil, esta jewelry week arrancó el año último para inspirar “nuevas experiencias conductuales y estéticas del acto de adornar. Nos interesa reunir a artistas contemporáneos para difundir, fortalecer y consagrar el potencial creativo de los joyeros, creando diálogos experimentales para renovar y reinventar conceptos, materiales y técnicas. Durante la primera edición, realizada en San Pablo, BJW contó con 85 expositores, de los cuales 70 eran artistas brasileros y 15 internacionales, con una importante presencia latina; la intención fue reconocerlos e intensificar el círculo de relaciones con los consumidores, al tiempo que ese primer encuentro permitió explorar nuevos mercados”.
Una relación que se proponen profundizar y estrechara pesar del formato digital o, más bien, gracias a él. En la plataforma de la segunda edición, cada artista tendrá su propia página para mostrar hasta cinco piezas en la galería, dando más protagonismo a cada joyero. Además de esta colección, se mostrará un contenido audiovisual con el backstage y lo que llaman “rituales de producción creativa que cuentan la historia detrás de las joyas”.
A partir del tercer día, el evento tendrá una semana de intensa agenda online, con actividades: conferencias, charlas, diversos shows audiovisuales y talleres que serán transmitidos mediante herramientas virtuales. Al mismo tiempo, la exposición de las colecciones de cada artista permanecerá en línea en la plataforma durante 20 días, hasta el miércoles 23 de este mes.
Entrevista a Nicolás Estrada
Apuntes | Notas
“Los libros también son como una pieza de joyería”

Encontró a la joyería sin buscarla, en Barcelona, donde comenzó su formación que completó en la Hochschule de Idar-Oberstein. Quiere que una joya lo conmueva, emocione, sorprenda, llame su atención. Ese es el criterio que aplica para publicar y también para crear.
Se trata de uno de los más importantes editores de joyería contemporánea, que consiguió recopilar miles de innovadores aros, collares, anillos y, recientemente, brazaletes. Y los reúne en una serie de libros de colección que resulta una amplia muestra de lo que está aconteciendo en el mundo de la joyería de autor durante la última década, desde una visión global.
Como joyero le gusta hacer un poco de todo. “Considero que cada material tiene su momento, su estado de ánimo apropiado y sus tiempos”. Y varía entre el tallado en piedra, usar metales, aleaciones, trabajar en madera y mucho más.
Destaca que ha tenido oportunidades en las que pudo acumular experiencias y estar bien preparado para todas estas sorpresas que la vida depara. En estos meses pandémicos, se inventó un proyecto al que llama 99 días, sobre el cual sigue trabajando: un anillo por cada uno de los días que duró el primer confinamiento en Barcelona. Sus perspectivas, vivencias y creaciones.
_Estudiaste negocios y marketing y luego joyería, dos disciplinas que parecen muy disímiles ¿o no?
_En los 90 estudié Administración de empresas con un enfoque en Marketing y negocios internacionales en Boston. En 2000, cuando llegué a Barcelona, mientras hacía una maestría en marketing, hice joyería también. Es un arte que siempre me había llamado la atención, pero al que nunca me había dedicado. Allí tuve tiempo para mí por primera vez y algo de claridad en mis preferencias. En Colombia había empezado a estudiar ingeniería electrónica y después me pasé a administración de empresas. De ahí me fui a los Estados Unidos a seguir con mis estudios de negocios. En Barcelona encontré la joyería sin buscarla. Y en la escuela Massana descubrí un universo maravilloso que desconocía por completo, fue como entrar en otro mundo.
Luego en Alemania volví a tener tiempo, pude volver a enfocarme, disfrutar de la vida e inspirarme. Descubrí el maravilloso mundo de las piedras preciosas en este rincón alemán tan extraño como de otra dimensión. Y también fue bonito. En Idar-Oberstein viví unos de mis mejores años y conocí gente especial. Fue un privilegio poder hacer un paréntesis a los 40 años.
_¿Integraste el marketing y la joyería en la edición de libros de joyería?
_Yo creo que siempre estoy aplicando todo lo aprendido en todo lo que hago. Me gusta mucho acumular experiencias, estar bien preparado para todas estas sorpresas que nos va dando la vida.
“Me gusta mucho acumular experiencias, estar bien preparado para todas estas sorpresas que nos va dando la vida”.
_¿Cómo incursionaste en el mundo editorial?
_Joaquín Joaquín Canet, el director de Promopress/Hoaki, me invitó a hacer un primer libro en 2008. Eso era algo que nunca me había planteado, una de esas oportunidades que la vida me fue dando y las puertas se fueron abriendo.
_¿Tu primer libro de joyería contemporánea fue un éxito en ventas, ¿por qué creés que se dio ese fenómeno?
_Porque el libro quedó muy bien hecho, la selección fue maravillosa y el equipo de diseño, promoción y ventas de la editorial hizo y hace un trabajo fenomenal.
_¿Los tuyos fueron los primeros libros en su tipo? ¿Cómo concebiste ese formato?
_No, para nada. Hay colecciones maravillosas de Lark: la serie 500, por Marthe Le Van, que fue pionera, y es espectacular. Además de otras recopilaciones como The Ring (2000) por Sylvie Lambert para RotoVision; la increíble colección de libros por Anne Van Cutsem para Skira: A World of Rings (2001), A World of Earrings (2001), A World of Bracelets (2003), y también A World of Necklaces (2004) por Anne Leurquin.
_¿Con qué criterio elegís las joyas que publicás?
_La fotografía que recibo es muy importante, siempre trato de puntualizar que para los libros no busco piezas espectaculares, busco fotografías espectaculares de piezas espectaculares. Nunca sé de antemano cómo voy a hacer la selección, ni cómo va a quedar el libro, ni cómo lo voy a dividir. Es un proceso que se inicia una vez terminada la convocatoria, cuando recibo todo el material y empiezo a seleccionar lo que visualmente llama más mi atención. Lento, como todo en mi vida profesional.
“Para los libros no busco piezas espectaculares, busco fotografías espectaculares de piezas espectaculares”.
_¿Tus libros marcan la tendencia que se ve en la joyería contemporánea?
_Es la moda la que va por tendencias: el color amarillo para esta temporada, el rojo para la próxima. Yo nunca pensaría que hoy la tendencia es madera y para el próximo semestre es plástico. Me parecería muy triste que los joyeros nos ciñéramos a las tendencias de moda para diseñar o que seleccionáramos un material porque alguien que usó ese material ganó un premio. Me gusta pensar que la joyería es tan relevante ahora como lo fue antaño. Sólo diría que mis libros muestran el tipo de joyería que se hizo a un nivel más o menos global en un espacio de tiempo más o menos específico, pero no creo que definan ninguna tendencia.
_Tratás de tener una mirada global de la joyería contemporánea; es decir, que tus ediciones sean representativas de la joyería que se hace en todo el mundo?
_Sí, me interesa mucho enseñar una muestra global, trato que todos los lenguajes estén representados.
_¿Cómo ves la joyería latinoamericana? ¿Seguís la joyería que se hace en tu país? ¿Qué opinás de la joyería contemporánea argentina?
_Es muy raro catalogar la joyería por zona geográfica en un mundo que está cada vez más globalizado. No veo la joyería como un partido de fútbol en el que Argentina juega mejor que otro equipo, tampoco como una competición económica en la que Latinomérica pelea por salir de la pobreza y la corrupción… Mi país, yo nací en Colombia, pero he vivido 20 años en Barcelona. En Medellín desconocía la joyería que conocí en Barcelona. Mi espectro de la joyería trata de abarcarlo todo y es lo que trato de hacer desde mi Instagram, que afortunadamente no permite agrupar ni por país, ni por género, ni por amigos o conocidos. En la selección que hago para los libros tampoco voy anotando seleccionados por país. Sigo los trabajos de los joyeros que me interesan, y muchos de ellos no sé de donde son geográficamente porque eso es irrelevante para mí. Me sorprende tanto el trabajo de la joyera coreana como el del joyero costarricense, y eso es exactamente lo que busco: joyería que me emocione independientemente de haber sido realizada en la Patagonia o en el Sahara. Estas fronteras geográficas, estas banderas, estos nombres de países los considero innecesarios. Me cautiva la joyería independientemente de sí es argentina, colombiana, latinoamericana, europea o asiática.
“Las fronteras geográficas, estas banderas, los nombres de países los considero irrelevantes e innecesarios. Me cautiva la joyería independientemente de sí es argentina, colombiana, latinoamericana, europea o asiática”.
_¿Qué porcentaje representa lo publicado en relación a lo investigado; por ejemplo, 400 collares de cuántos vistosa?
_Todo es un gran proceso. Redacto una convocatoria que dura unos 120 días y difundo en redes. También mando muchos mensajes a joyeros cuyo trabajo me gustaría que apareciera en el libro. Al principio recibía poco material, después del segundo libro todo cambió radicalmente: para Collares recibí unas diez mil imágenes, para Broches unas siete mil y para Brazaletes casi cinco mil.
_¿Trabajos de qué argentinos están reflejados en tus libros?
_De muchos. No llevo un recuento por país, ni género, ni edad… Me interesa mucho que los libros abarquen un espectro amplio, pero no hay cuotas. Sin embargo, como para muchas personas esto es importantísimo (tal vez lo más importante), cada libro, en la breve biografía que cada uno de los participantes lleva, enseña el lugar de origen de cada participante y el lugar en el que reside.
_Segmentás tu propuesta editorial por piezas: aros, collares, anillos, brazaletes, ¿por qué?
_Por supuesto, porque es como se llaman los libros. Porque me parece interesante y es como me ha gustado trabajar. Ahora esa segmentación por piezas es una colección de joyería que abarca un espectro grande: son cinco temáticas que han sido muy bien cubiertas. Podrían ser también cinco capítulos de un gran libro que se ha ido formando durante una década y que abarca el gran espectro de la joyería.
“La segmentación por piezas es una colección de joyería que abarca un espectro grande: son cinco temáticas que han sido muy bien cubiertas. Podrían ser también cinco capítulos de un gran libro que se ha ido formando durante una década y que abarca el gran espectro de la joyería”.
_¿Cómo se gestó tu última compilación es sobre brazaletes? ¿Qué muestra?
_Era una temática que no habíamos considerado con la editorial porque creíamos que no habría suficientes creadores de brazaletes como para hacer un libro interesante. Tampoco creíamos que fuera una temática interesante para los seguidores de las publicaciones. Pero afortunadamente estábamos equivocados en las dos apreciaciones, la respuesta a la convocatoria fue masiva, y me siento confiado de que este libro se va a vender muy bien.
Brazaletes presenta más de 400 piezas diseñadas por 200 joyeros seleccionados entre más de 900 artistas internacionales. Esta colección de brazaletes de todo el mundo y estilos completamente diferentes sorprenderá a los lectores por su frescura, diversidad de enfoques y materiales -como oro clásico, plata y piedras preciosas, además de papel, madera, plástico y resinas- y por su colorido. Esta obra constituye una amplia muestra de lo que está aconteciendo en el mundo de la joyería de autor y es parte de nuestra serie actual, que ofrece una visión global de la joyería contemporánea.
Brazaletes incluye los prefacios de Barbara Schmidt, artista y profesora alemana, directora de la Academia de Diseño de Múnich; y de Helen Britton, artista australiana residente en Múnich, reconocida internacionalmente y ganadora de múltiples premios de joyería contemporánea.
“Esta obra constituye una amplia muestra de lo que está aconteciendo en el mundo de la joyería de autor y es parte de nuestra serie actual, que ofrece una visión global de la joyería contemporánea”.
_¿Tus libros se consiguen en Argentina?
_Por supuesto, la distribución es a escala mundial, sin embargo, el cuándo es la gran pregunta, ya que la situación actual ha hecho que todo cambie. Promopress/Hoaki tiene una excelente distribución en Argentina; en circunstancias normales, los libros se podrían conseguir en cualquier librería que cuente con una sección de arte. El problema es que, con el Covid, hay muchas librerías cerradas y eso impacta mucho en la vida del libro. De todas formas, la editorial tiene presencia en las grandes cadenas, en Yenni-El Ateneo, Cúspide, especialistas como Índigo Libros y Mercado Libre para venta online.
_¿Tu próximo proyecto editorial?
_No lo sé, el actual apenas va terminando. Yo voy poco a poco.
_¿Cómo compaginás tu trabajo como editor y con el de joyero?
_Como se compagina todo en la vida, sacando tiempo para cada cosa. También hago entrevistas a joyeros, doy cursos de joyería, conferencias de joyería. Disfruto de la variedad en mi mundo cerrado.
_¿Cómo definirías tu trabajo en joyería?
_Cuidadoso y muy trabajado. A veces impactante. Empecé con semillas de tagua y armas. Prefiero todo: el tallado en piedra, las aleaciones, el uso de metales y el trabajo en madera. Me gusta trabajar un poquito de todo. Considero que cada material tiene su momento, su estado de ánimo apropiado y sus tiempos.
_¿Compartís tu taller con Karim Oukid, ¿hacen trabajos juntos?
_Sí, compartimos taller hace muchos años. Nos ayudamos mucho, compartimos mucho, conversamos mucho, nos alabamos, nos damos ánimo y nos criticamos, y tenemos una gran amistad, pero no hemos hecho joyas juntos. Además en el taller se hace coworking con otros joyeros.
“El conocimiento y la comprensión de la herencia cultural del pasado es lo que me ayuda a comprender el presente y entrever el horizonte”
_¿He visto que aprovechaste creativamente la cuarentena, ¿cómo fue ese proceso y con qué resultado? ¿cómo son esas piezas?
_No mucho, me deprimí bastante y se me desbarató el mundo, como a mucha gente. No soy en nada parecido a los influencers que hicieron doctorados, aprendieron idiomas, pusieron sus cuerpos atléticos, se reinventaron, se salieron de su zona de confort, rompieron paradigmas, escribieron libros y encontraron el éxito durante el confinamiento. Y hubo un momento en el que ya había tomado demasiado alcohol, había disfrutado del tiempo libre, me había destrozado la espalda haciendo unas rutinas de ejercicio estúpidas e innecesarias y, como lo de escribir libros y hacer doctorados no me fluía, pues me puse a crear que es lo que se hacer. Y, para no enloquecerme al vislumbrar un futuro oscuro, me inventé el proyecto 99 días, en el que sigo trabajando: un anillo para cada uno de los días que duró el confinamiento en Barcelona.
_¿Entre hacer joyería o editorializar sobre joyería, ¿qué elegís?
_No elijo, me siento muy cómodo con todos los proyectos en los que me involucro, de lo contrario no los consideraría. Cada uno me hace crecer como persona y me aporta un montón como creador, a los libros también los considero como una pieza de joyería.
Taller Abierto de Vicky Biagiola

De visita | Talleres
Taller Abierto de Vicky Biagiola
En La Paternal, está su refugio, donde crea “arte o poesía portable” que habla de lo femenino, la sororidad, la sensualidad, el abrazo, el amor, el juego y lo social.
Dice que su taller es el lugar que habita. Pasa gran parte del día allí, es su refugio y se encuentra en La Paternal, a dos cuadras de la cancha de Argentino Juniors. Está en un barrio con veredas anchas y algunos árboles, que le recuerdan a su infancia en Lanús. Su taller está en la entrada de su casa, mirando al jardín y lo diseñó un amigo arquitecto. Es una construcción de metal y vidrio repartido de color. Vistoso, impactante. “Quería tener la sensación de estar adentro de un caleidoscopio. Los vidrios los fui poniendo yo de a poco, primero cortaba los que encontraba o me regalaban, después amigos comenzaron a donarme vidrios que tenían guardados, una artesana me hizo otros, y al final fui a ver a un vidriero con el que trabajé durante mucho tiempo cuando hacía caleidoscopios y le compré tesoros de colores que tenía en la vidriera para poder terminarlo. Necesité ir haciéndolo de a poco para imaginarme trabajando aquí, hasta que me sentí preparada para mudarme desde Palermo”, relata del lugar en que está instalada desde hace tres años, a donde se trasladó desde el taller que ahora es la sede de La Ronda, el colectivo joyero del que forma parte.
Señala que no tiene muchas herramientas, pero destaca un yunque, un martillo, un soldador y algunas pinzas. Su banco de joyero y varios muebles en los que dispone, piezas y materiales. Trabaja mucho con cobre. Disfruta de recortarlo como si fuera un papel, luego lo golpea para endurecerlo, soldarlo, volver a golpearlo, patinarlo y dibujarlo. Admite que le gusta estar cerquita de la pieza, tocarla, modificarla, darle forma, construir con la chapa de metal y combinar con otras modeladas en cera y fundidas, hasta que siente que está lista. “Que ya pueden seguir su camino, cuando se transformaron en piezas sensibles… Me encanta que tengan algo que se mueva”, explica, al referirse a una de sus series a la que llama juguetojoyas. También las denomina poesía portable o arte portable. Va encontrándoles nombres que las van definiendo a partir de lo que la gente le va diciendo. “Es una especie de construcción poética colectiva de los nombres y los sentidos. Las joyas son una expresión de diferentes momentos de mi vida”.
Y cuenta qué significado tiene esta disciplina. “Hace años elijo esta manera de decir lo que me va pasando con las joyas. Es una manera de pensar en imágenes con el lenguaje de las joyas”. Tiene series en las que expresa lo femenino, la sororidad, la sensualidad, el abrazo y el amor. Series lúdicas con las que juega, anima y se divierte mientras las hace. Otra, son las sociales, con gente y manifestaciones; están también las de denuncia con fotos sobre metal y acrílico o tela. Son piezas en las que habla de gente que duerme en la calle o de la violencia policial. Algunos son collares o pulseras o balangandán o broches de conjuro.
En los últimos años comenzó a trabajar en cuero y madera, siempre expresando emociones. Son las piezas que presentó con el grupo Caracú, mentoreado con Jorge Manilla. Se trata de joyas más conceptuales. Comenzó con “anillos de la ira, guantes de la resistencia y, lo último, eslabones para un cuerpo social”, que hace unas semanas se exhibieron en forma virtual en Athens Jewelry Week.
Asegura que convive con todos los materiales, con todas esas formas de decir, modelados, construcciones, fotos, metales, madera, cuero. Su mesa de trabajo está llena de procesos, ideas inconclusas, papeles con dibujos, objetos ópticos y lúdicos. “Saldrán de aquí nuevas piezas para las muestras que esperamos poder hacer con diferentes grupos en los que participo como Fwiya, La Nave y Caracú”.
Taller de Gabriela Horvat
De visita | Escuelas
¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?
El Taller de Gabriela Horvat ofrece un aprendizaje acorde a las fortalezas, necesidades e intereses de cada uno.
Cuál es y dónde queda. El Taller de Gabriela Horvat es una escuela ubicada en el centro de Tigre, a metros del Paseo Victorica, cerca del río, en un antiguo PH con un patio en el medio, con vista a dos ginkgos y al silencio del Tigre; un espacio acogedor en el que no falta la música y un rico té.
Cómo es. Cuenta con un salón con capacidad de hasta seis alumnos, quienes disponen de un puesto para cada uno. Es un espacio súper relajado que incluye una gran mesa central donde se sientan a trabajar y a compartir experiencia.
Qué se enseña. “Intento sacar lo mejor del otro, ayudarlo a descubrir su potencial, a poner de manifiesto su identidad: quién sos y por qué vas a hacer algo, qué te representa, hacia a dónde querés ir, o acompañarlo a darse cuenta que, tal vez, cree que le gusta cierto trabajo pero su ser apunta hacia otro… Está bueno aprender a conocer la sombra de uno, eso que uno proyecta. Y eso se manifiesta jugando, empezás a hacer, y si hay un espacio en el que te sentís cómodo y está todo habilitado para hacer, surge. Se trata de encontrar ese potencial propio de cada uno”. Así, se enseña a divertirse con el hacer, a encontrarse haciendo. Se trata de un taller de joyería pero está abierto a ayudar y encontrar respuestas a las diferentes necesidades artísticas de cada uno.
“Intento sacar lo mejor del otro, ayudarlo a descubrir su potencial, a poner de manifiesto su identidad: quién sos y por qué vas a hacer algo, qué te representa, hacia a dónde querés ir, o acompañarlo a darse cuenta que, tal vez, cree que le gusta cierto trabajo pero su ser apunta hacia otro...”
Gentileza Marcelo Gómez La Nación
Modalidad de trabajo. Se ofrecen cuatro clases mensuales de tres horas semanales, con herramientas que provee el taller y materiales a cargo de cada alumna. Aun en cuarentena, la escuela funciona, ya que siguen explorándose y trabajando con lo que tienen a mano en encuentros virtuales “porque el arte sigue surgiendo, no importa con qué trabajamos… lo importante es hacer, aprender, sentir y expresar”. Se ofrece un enfoque más clínico que obliga a la introspección. Y en este sentido “cada uno hace lo que quiere, según sus intereses, sean artísticos o comerciales, porque lo importante es que cada uno pueda encontrarse y ser feliz con lo que hace”.
Habilidades que se aprenden. “Las técnicas se aprenden pero es cuestión de práctica; prefiero que cada uno se lance y haga su propia experiencia. La pretensión es estar, compartir y ser uno mismo o descubrir cómo serlo a través de la joyería”. Los medios que se usan son indistintos: puede ser cobre, bronce, plata, maderas, piedras, tejidos, resinas, pelos, trapos, etc. Y se abordan según la proyección de la maestra, que es diseñadora industrial, y amplía la propuesta habitual: mediante diversas máquinas como, por ejemplo, dos puestos de soldadura, un banco de carpintero, morsas, una caladora, muchas herramientas y muchos libros a los que se recurre en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Meta. El taller escuela busca generar espacios y oportunidades para expresarse. “La meta de mi escuela es ayudar o leer en cada persona que asiste para poder guiarla a que se exprese y brille. No se busca la exquisitez de la técnica, sino lo que cada uno quiera hacer en el universo de la joyería: más clásica o más comercial o más artística. No se incentiva seguir un role model sino a uno mismo. Desde la escuela se cranea o piensa intensamente en lo mejor que se puede sacar de cada uno”.
Perfil. Hay quienes concurren al taller como hobby, a pasar un buen rato en grupo trabajando, otros asisten a perfeccionar su búsqueda conceptual de obra. “Todo nutre al grupo y genera una diversidad increíble, enriquecedora”.
Actividades. “Todos los años, se realiza una muestra de taller que permite aprender cómo se ponen en valor las piezas, cómo se presentan, se realiza un montaje o cómo se entiende una muestra como un todo, aprendiendo a manejar egos, etc. Este año, acumulamos fuerzas para el próximo”…


Los orígenes del mundo
Los orígenes del mundo
«En la segunda mitad del siglo, Darwin y sus adeptos, investigan los orígenes del hombre, su lugar en la naturaleza, sus vínculos con los animales y su propia animalidad en un mundo que comienza a ser comprendido como un ecosistema.
Esta revolución científica, así como los debates públicos que atraviesan el siglo, influyen profundamente a los artistas.
La estética simbolista de la metamorfosis está poblada por monstruos e híbridos, centauros, minotauros, sirenas y otras quimeras… Con Kunstformen der Natur de Haeckel, la naturaleza se convierte en arte. El mundo infinitamente pequeño, la botánica y las profundidades del océano inspiran las artes, especialmente las artes decorativas. El art nouveau y el simbolismo dan testimonio de una fascinación por los orígenes de la vida, la ontogenia y la filogenia».
El Musee d’Orsay dedica por primera vez una exposición al encuentro entre las ciencias y el arte en colaboración con el Museo Nacional de Historia Natural que refleja los principales hitos de los descubrimientos científicos con sus paralelismos en el imaginario.
Organizada junto con el Musee Orangerie y el Museo de Bellas Artes de Montreal está instalada la muestra Los orígenes del mundo. La invención de la naturaleza en el siglo XIX, desde este mes y hasta mediados de febrero próximo, para cuando pueda verse.
A propósito, varios artistas sumaron su mirada desde la joyería contemporánea como Andrea Vaggione con esta serie de piezas en acero que se inspiran, por supuesto, en la naturaleza.
Algo que necesita ser contado

Arborizar, collar en telas y pinturas de Marita Sario
Broches alfileteros Conjuros para que no vuelva a pasar de Vicky Biagiola; pulseras Mapu en alpaca oxidada de Florencia Gargiulo; Anillo para ver que está pasando de la serie Introcactus en cartón, pasta de cartón, hierro, pintura acrílica y a la tiza de Patricia Mogni; broche Coautora en cartón, madera de pino y plata de María Pía Panzica; collar de la serie Matilde, en tela de jean y fibras naturales de Ansiosa Hormona de Jessica Morillo, y brazalete Primer gesto en alambre de cobre, papel y pintura acrílica de Iona Nieva.
Algo que necesita ser contado
“Desapareció el encuentro pero no la necesidad de reinvertarlo, pensamos que los joyeros argentinos tenían que exhibir su obra, que es su palabra. Es que el diálogo completa el acto de crear -dice Jorge Castañón-. Hay una gran necesidad de que el relato que se genera en cada uno de los talleres joyeros tenga sus interlocutores y se muestre”, señalan desde Joyeros Argentinos
Un colectivo de 47 joyeros, miembros de esta asociación, presenta Desde el taller hay algo que necesita ser contado. Se trata de una expo virtual que se estrena hoy y que permanecerá en línea en el sitio de Joyeros Argentinos. La inaguración virtual es hoy, a las 19, vía facebook: https://www.facebook.com/joyerosargentinos1.
Y los que necesitan contar son Alejandra González, Ana Pardón, Andrea Serini, Anne Luz Castellanos, Ariel Scornik, Armando Sikorski, Bárbara Paz, Carmen Romero, Cecilia Meroño, Cecilia Vodanovich, Clara Zuleta, Elvira Cibotti, Fabiana Gadano, Florencia Gargiulo, Gabriela Squassini, Gabriela Fissore, Gloria Aizcorbe, Graciela Di Monaco, Graciela Lescano, Hebe Argentieri, Iona Nieva, Jessica Morillo, Jorge Castañón, Laura Giusti, Laura Leyt, Lena Echelle, Lilia Breyter, Ludovica Riccardi, Luna Ventura, Mabel Pena, Marcelo L’Evêque, María Eugenia Ramos, María Pía Panzica, María Rosa Mongelli, Marita Sario, Patricia Alvarez, Patricia Gallucci, Patricia Mogni, Patricia Trigub, Paula Botto Fiora, Paula Isola, Rafael Alvarez, Roxana Casale, Sol Flores, Susana Ortiz, Valeria Dowding y Vicky Biagiola.
Postcards from the Edges

Broche de Elvira Cibotti hecho con la postal, papel reciclado, plata y acero en una original adaptación del mokumé.

Collar de Monique Lecuona hecho con la postal y una cinta negra.
De postales a joyas por Sol Ríos, Carolina Luzardo Carella, María Forti, Francine Oeyen, Gabrielle Andreacchio y Carolina Bernachea.
Postcards from the Edges
Hace un tiempo, una postal conectaba a personas desde muy lejos; un milagro de la gestión y organización humana. La postal solía ser un recuerdo de un museo, galería de arte o tienda turística, que llevaba la imagen de una obra de arte, un lugar, una persona, un lugar emblemático o tal vez una broma. El mensaje estaba disponible para que otros lo leyeran, por lo que no podía ser demasiado privado. Hoy esta práctica está casi desaparecida, superada por las redes sociales con todas sus posibilidades de contacto instantáneo.
Un grupo de artistas y joyeros de América del Sur y los estudiantes de BA en Diseño de Joyas de Central Saint Martins recibieron una postal del otro lado del mundo. Cada una, que representaba la imagen de alguien con algo, se transformó en una pieza de joyería para para ponerse.
Postales de los bordes fue organizada por Caroline Broadhead artista y profesora emérita del Programa de Joyería, Textiles y Materiales del Central Saint Martins.
A partir de una postal de la National Portrait Gallery sobre Queen Elizabeth I, un óleo sobre tela, de 1572, del pintor Marcus Gheeraets the Younger, Elvira Cibotti trabajó sobre la imagen de Isabel I, que “desempeñó su rol con decisión, firmeza y dureza. De ahí, la analogía con la ostra cuyo caparazón protege y oculta el interior, el mundo íntimo y personal. Dura y áspera por fuera, pero con la capacidad de dejar crecer entre sus valvas, una perla luminosa, suave y eterna, símbolo de pureza y castidad” y creó un broche con la postal, papel reciclado, plata y acero en una original adaptación del mokumé.
Una iniciativa que surgió tras un workshop que Caroline Broadhead realizó en Taller Eloi, de Jimena Ríos, el año último -el cual se repitió en Santiago de Chile-, cuando propuso participar de un proyecto: Postcards from the Edges, que ella misma ideó. «Entregó postales que había traído de UK y se llevó otras compradas en Chile y Argentina, para sus estudiantes del BA Jewellery Desing del Central Saint Martins, en Londres. La idea fue generar una experiencia de intercambio y, en particular, transformar y usar las postales como piezas de joyería.
Podíamos alterarla como quisiéramos: cortarla, quemarla, y más, e incluir otro material y referirnos o no a la imagen, pero manteniendo siempre a la postal como elemento principal«, explica Elvira Cibotti, y agrega que «la realización fue muy interesante porque nos reunimos virtualmente varias veces con las participantes, junto con Jimena Ríos para intercambiar ideas y procesos, que siempre es la parte que más disfruto».
Otra de las artistas que participó es Monique Lecuona: «Mi postal es la de Edward Enninful, estilista y editor jefe de la revista Vogue británica. En el transcurso del proyecto ocurrió el asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis. Edward escribió una nota editorial: “Racism is a global issue”. En ella hablaba de su sentimiento como de hombre de color y gay, sentía que su vida era desechable y poco valiosa. Decidí tomar esto y elegir la silueta de un collar icónico de Bvlgari, para cuestionar cuáles son los valores sociales y quién los define«.
También intervienen en el proyecto Francine Oeyen, Gabrielle Andreacchio, Carolina Luzarzo Carella, María Forti, Sol Ríos y Sofi Suaya. Además, Fariha Ahmed, Gabriela Andreacchio, Lou Boré, Sal Camboa, Alejandra Camhi, Piran Caseley, Kathy Hoi Kiu Chan, Leo Costelloe, Jessica Ens, Amy Jane Eves, Chan Huo, Layla Lin, Ayelen Mohaded, Jiho Park, Shiwangi Periwal, Clova Rae Smith, Walka escuela, Ruiyi Wang, Barbara Wei (Yixuan) y Evgenia Zembyla
It’s not just about hair
It’s not just about hair
It’s not just about hair, una colección inédita a cuatro manos: las de la argentina Agustina Ros y la italiana Giulia Vecchiato que presenta A/dornment, un proyecto curatorial de Ilaria Ruggiero dedicado a la joyería de arte contemporáneo, y que se estrena en NYC Jewelry Week.
It’s not just about hair mezcla metal con vidrio soplado por Agustina Ros buscando la combinación perfecta de estos dos materiales, que encajan justo. El vidrio se sopla directamente sobre las formas metálicas y de esta manera se logra un diálogo equilibrado con el carácter de las figuras de Giulia Vecchiato.
El proyecto se inspira en el deseo de celebrar la feminidad conectada a momentos de complicidad durante sencillos rituales diarios, pasados con amigas, hermanas y otras mujeres, centrándose especialmente en el manejo del cabello de una mujer en una sociedad determinada, como peinado y color, entre otros.
La serie consta de piezas únicas de diferentes formas y tamaños que apuntan a la multifuncionalidad y al uso alterno entre colgantes, broches, aros y pins.
Hasta el el domingo 22 en la semana de la joyería de Nueva York online.
La colección se presentó en un cortometraje artístico realizado por Alice Brazzit. Las piezas estarán a la venta en la nueva tienda exclusiva de Adornment.
Medallas joyeras
Medallas Joyeras
“Si bien es la primera vez que estamos en contacto, ustedes han estado presentes en este proyecto todo el tiempo. Son parte crucial y la razón por la que se llevó a cabo.
En marzo 2020, 3000 joyeros de 66 países se sentaron en sus bancos de trabajo y empezaron a hacer lo que mejor saben. Hicieron medallas con sus manos para honrar las manos de los trabajadores de la salud.
La inspiración para esta medalla fue un exvoto, una tradicional ofrenda que se da a los santos cuando cumplieron con nuestro pedido. Este proyecto es una manera de continuar con la larga tradición de devolver una muestra material de gratitud por una gracia concedida.
El trabajo que han hecho trasciende lo que podemos hacer nosotros.
Han arriesgado su vida.
Han trabajado una cantidad increíble de horas y esto ha impactado en su familia.
Han ofrecido sus manos para curar a los que más necesitaban.
La manera en la que han hecho su trabajo nos ha impactado de muchas maneras.
Nunca habrá suficientes medallas o palabras para agradecerles.
Somos conscientes de que sus días son largos y sabemos que están muy cansados, pero esperamos que puedan encontrar un momento de respiro para entregar y recibir esta medalla.
El trabajo de nuestras manos honra el trabajo de las vuestras.
Si quieren saber el nombre de la persona que lo confeccionó, pueden entrar en nuestra página web y poner el código que está grabado en la medalla:
www.handmedalproject.com”
Iris Eichenberg
Cranbrook Academy of Art, Michigan
Jimena Ríos
Taller Eloi, Buenos Aires
La carta de presentación, de entrega de más de 70.000 medallas que miles de joyeros de crearon para los trabajadores de la salud de distintos lugares del mundo. Un proyecto que se concreta, pero cuya autoría es secundaria, señala Jimena Ríos, impulsora junto con Iris Eichenberg: “No se trata de quién las hace sino de quién las recibe”.
Sin embargo, vale destacar la actitud de lxs que las hicieron con el espíritu de gratitud de los exvotos, materializado en el tributo de las medallas. Son manos de metal que fueron hechas desde abril hasta octubre último. Y usaron lo que tenían para decir gracias, con un diseño de una mano individual, que generó una voz colectiva que reforzó el objetivo de una gratitud compartida.
Una red solidaria llamada hand keepers, integrada por cientos de personas que recolectaron las medallas en más de 66 países, que la pasó a los hand givers que las ofrendaron a la comunidad médica. Cada medalla se registró mediante un número estampado en el reverso y quienes la recibieron pueden conocer a su autor en la página del proyecto.
El diseño partió de un exvoto tradicional argentino de la colección de Jimena Ríos. Las organizadoras pensaron en el origen histórico del oficio de joyero. “A veces nos olvidamos que hacemos objetos que cobran vida cuando alguien los usa”, señala Iris Eichenberg.
¿Por qué manos haciendo manos?: “A diferencia de la guerra, nuestra actual batalla contra el coronavirus es contra un enemigo invisible y la intangibilidad hace que el espectro sea más ominoso, un peligro que no podemos ver. Contrariamente, el metal, especialmente en joyería, es reconocido por su peso y su forma contra el cuerpo. Cuando se transforma el metal, queda un testimonio físico no solo del virus que no se ve sino también de la valentía invisible de aquellos que le dieron pelea. Las manos tuvieron una presencia poderosa en la batalla. Son símbolos, armas para nuestro cuerpo, armas para ser lavadas, esterilizadas y enguantadas, pero también portadoras del poder innato de sanar y conectar. Para los joyeros, por supuesto, son el lenguaje de la destreza y la expresión”, destacan las artistas.
Y se entregaron a los trabajadores de la salud el primer domingo de noviembre.
Esas 2400 medallas hechas en nuestro país las recibieron en más de veinte hospitales de Rafael Castillo, San Justo, Isidro Casanova, San Isidro, Vicente López, González Catán, Liniers, Recoleta, Barracas, General Pacheco, Concepción del Uruguay, Resistencia, Humahuaca, Loncopué, Córdoba, La Plata, Rosario, Mar del Plata y Ciudadela, entre otros.
Eso que no se nombra
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Eso que no se nombra


Interconectados, anillo en cobre de la serie Uno en todos y todos en uno de Montserrat Wöhlk
“Ponerle nombre a las cosas de alguna manera es darles entidad. En el mundo suceden cosas aquí, ahora, entre nosotros, a nuestro lado, que no podemos eludir, que atraviesan la vida cotidiana. Muchas de ellas son presencias que nos conmueven, nos inquietan, nos perturban, nos comprometen”, dicen los artistas de Caracú, el colectivo de arte y joyería sudamericanos tutorado por el artista Jorge Manilla, que presenta Las cosas que no se nombran en Athens Jewelry Week.
Explican que Caracú es la médula, el fondo, lo esencial, lo mejor y verdadero, eso que es muy difícil acceder y a donde quieren llegar. Y los 16 joyeros llegan a estrenar su primer trabajo colectivo en la semana de la joyería griega con una presentación audiovisual el próximo jueves.
Incluye piezas de Andrea Nosetti, Carmen Romero, Gabi Nirino, Graciela Di Monaco, Graciela Lescano, Hebe Argentieri, Laura Giusti, Lena Echelle, Marita Sario, Montserrat Whölk, Patricia Gallucci, Paula Botto Fiora, Paula Isola, Rafael Álvarez, Roxana Casale y Vicky Biagiola.
Athens Jewelry Week también ofrece presentaciones de Liana Pattihis, Lucie Hudková, Grupo Arkivet, Mária Roskó, Xiangyin Shi, Nanna Obel, Roberta Consalvo Sances, Dania Chelminsky, Grupo Unosto, Anna Zeibig, Grupo Lié, Marina Zachou, Yakinthi Oikonomou, Estudio Anamma, Galería Alliages, Galería Alice Floriano, Krama, la Academia Nacional de las Artes de Oslo, la Escuela de joyería contemporánea Assamblage y la Escuela de Diseño de la Universidad de Pforzheim, entre otros.