Diálogos sobre Joyería Responsable

Ones, pulsera en oro y diamantes de 1kt de Roc Majoral


Está abierta la inscripción para las dos charlas virtuales


Una joya que cuenta

Éclosion, collar hecho por Andrea Vaggione


Bal, máscara en acero inoxidable con pintura para grafittis, realizado por los 20 años de la galería Caractère


Taller Abierto de Fernanda Sibilia

De visita | Talleres

Taller Abierto de Fernanda Sibilia


Reestrena su estudio taller en Abasto junto a su team, donde crea joyería de diseño y objetos de deco

En un lugar abierto y luminoso, Fernanda Sibilia y su equipo priorizan el orden porque son varios los que se mueven en un espacio sin ambientes cerrados que dividan sectores. Pero más allá de la prolijidad les gusta que sea alegre y colorido, que invite a la creatividad. Y lo consiguen, porque lo que más llama la atención al ingresar es la armonía de color y formas que tiene la infinidad de piezas de joyería de diseño y objetos de deco que exhiben como en una expo, como una muestra del alcance de su propuesta: infinita porque son familias que se amplían y replican constantemente. Del techo cuelgan móviles, en las paredes hay adornos hechos por cada uno de los integrantes del team joyero y las plantas suman para dar vida al espacio. “Me gusta pensarlo como un sitio muy alegre, donde todo puede suceder. No solo por la posibilidad de crear, sino por la dinámica tan variada que se da día a día”, comenta la  joyera, que se formó en la Escuela Municipal de la Joya, que hoy lleva el nombre del maestro Sergio Lukez. “Cuando estudié no existía por acá la joyería contemporánea, por eso nunca me catalogué como tal. Es un quehacer bastante amplio y abarcativo y depende de donde uno se pare o lo que uno haga. Una disciplina que ha crecido, desarrollado y evolucionado mucho en las últimas décadas”.

Después de pasar por distintos espacios, finalmente volvió al barrio de Abasto donde reinstaló su estudio taller, que cuenta con cuatro áreas bien definidas. Por un lado, está el sector de taller propiamente dicho, donde se ubican las chapas, las herramientas, los tornos y todo lo necesario para darle forma al metal. También cuenta con un área de pintura donde realizan los acabados a mano. Y de ahí se pasa al sector de armado y embalaje, donde se ensamblan los productos, se ponen en sus respectivas cajas para terminar listos para ser enviados. Por último, cuentan con una oficina en la que se desarrolla todo lo relacionado a diseño, su proyección y hasta reuniones con clientes.

Gran cantidad de pinzas, martillos, tornos, sopletes, pulidora y un tambor para dar terminación a cada componente de sus diseños forman parte de los instrumentos del taller. Se encuentra todo lo necesario para darle forma a una pieza de principio a fin. En sector de pintura también abundan las herramientas. “Nos es fundamental tener variedad de pinceles y pigmentos”, señala Fernanda, que hace de la pintura con distintas pátinas de colores saturados su acabado predilecto.

Cuenta que antes de la pandemia tenía un equipo más sectorizado, pero desde marzo todos hacen de todo. “Una descripción sencilla sería la siguiente: Ezequiel es el que se encarga de que tengamos todo para producir, es el supervisor del taller. Julián ingresa los pedidos, separa los productos para pintar y los envía; también es el encargado de diseño de los objetos para el hogar. Marita arma y embala todos y cada uno de los pedidos. Florentina es la diseñadora y ahora pintora de cada uno de las piezas pedidas, y se encarga de las redes sociales. Y José Miguel es el asistente perfecto de todos”, detalla.

Sibilia ya tiene 24 años, una firma experta en la creación a partir de bronce martillado y enchapado en plata y oro, o patinado. La base de todas sus piezas es el bronce. Trabajar solo con este material hizo que adquiera mucha experiencia en distintos tipos de acabados, como pátinas, pintura en polvo y pigmentos, y eso es lo que hace que sus productos sean tan coloridos. Ya  prueban cosas nuevas en base a lo aprendido para generar terminaciones novedosas: superponen capas de pintura, pátinas con pigmentos, agregan detalles metalizados, las posibilidades son infinitas. Su creadora dice que “es mucho tiempo trabajando con un mismo material, por eso estoy en la búsqueda de inspiración nueva, como siempre. Nuestros disparadores son el humor, la alegría, la fantasía y los mundos imaginarios. Hoy más que nunca nos parece fundamental la diversión, tanto en lo personal como a la hora de trabajar. Hay que divertirse para poder crear. Por eso, la intención es poder transmitir esa diversión y alegría a través de nuestras piezas. Y lo intentamos mediante los  colores vibrantes y las formas que diseñamos, con un sinfín de combinaciones. Por ejemplo, en nuestra última colección hay  pájaros paseando frente al sol durante el atardecer y gatitos jugando con ovillos de lana, todo convertido en aro”.

Actualmente están haciendo piezas que acompañarán una retrospectiva de la pintora expresionista Joan Mitchel en el Baltimore Museum of Art, que se verá a partir de marzo del año próximo. Una muestra que seguirá en el MoMA a donde también llevará su aporte: Son piezas Sibilia con la paleta de color de Mitchel. “Y este año se nos abrieron nuevas puertas a nivel local y nos encontramos desarrollando productos para marcas nacionales, como Jazmín Chebar y Luna Garzón”, cuenta.


La joyería en perspectiva

Apuntes | Notas

La  joyería en perspectiva

El ensayo La urgencia subjetiva publicado por Joyeros Argentinos fue el puntapié inicial. La joyería en perspectiva y cómo interrogar este quehacer, una continuidad que reflexiona desde una mirada que sostiene el pensamiento crítico como herramienta necesaria para la joyería contemporánea y para la vida misma.

Caco Honorato y Mariela Vicencio trabajan la joyería contemporánea como arte en Chile, donde tienen un estudio “dedicado al desarrollo de diversos proyectos de educación, difusión y creación, para darle a la joyería contemporánea un espacio dentro del panorama cultural y artístico chileno. Cada vez somos actores más activos, críticos conscientes”, se definen, y dan respuesta a más interrogantes.


_¿Cómo instalan la crítica de la joyería contemporánea? ¿Qué importancia tiene hacerlo?

_Instalar la crítica en joyería contemporánea es una tarea muy difícil. Nosotros llevamos 20 años trabajando en la escena (Caco lleva 20 años y Mariela algo más de 10) y los avances han sido pocos. A pesar del desánimo que esto pueda provocar, para nosotros es tan necesario, fundamental más bien. Desde nuestra vereda, hacemos todo lo que podemos: hacemos clases (a artistas, creadores y joyeros), charlas, libros, muestras individuales, grupales, curatorías nacionales e internacionales. Hemos desarrollado escritura; no solo nuestra, también para otros. Hemos construido alianzas y desarrollado teoría. Pero lo que está de fondo a todo esto es el deseo de contribuir al desarrollo de un pensamiento crítico, motivar a la creación del hábito de pensar, cuestionar y hacer mapas; todo lo que signifique, finalmente, tener una posición, ver en perspectiva. En nuestra cultura, tener una posición es un gesto tremendamente conflictivo. Sabido es ya que estamos inmersos en una cultura en donde los sistemas de poder necesitan gente lo menos pensante posible. En nuestro caso en particular, podemos decir que no han sido pocos los roces y los malos entendidos que se han generado debido a nuestra posición enfática.

El pensamiento crítico no solo es una herramienta necesaria para la joyería contemporánea sino, más bien, para la vida misma. El pensamiento crítico sirve tanto para cuestionar la lógica mercantil, como para para poder abrir puertas a la poesía; todo esto es lo que está en juego. Como dijo el poeta chileno Raúl Zurita: “La poesía es la primera víctima y la primera que se levanta de entre los muertos para decir que vienen nuevos días”… y los que trabajamos en “joyería contemporánea como arte”, la entendemos como poesía visual, poesía de la materia. Existe un relato profundo detrás de la creación desde esta vereda. Los joyeros que trabajan más ligados a la artesanía o al diseño no necesitan tanto al pensamiento crítico; declaran, en general, que no es bueno para el negocio. Es una lógica completamente diferente.

 

_¿Qué relaciones se pueden establecer entre la joyería contemporánea y otras disciplinas? ¿Con cuáles?

_Los proyectos interdisciplinarios son tremendamente necesarios y naturales. Se nos hace imposible pensar en la “joyería contemporánea como arte” como un campo cerrado, como algo que incumbe solamente a joyeros. Si bien, existe una raíz que proviene desde el oficio de joyería (en una primera instancia), esta disciplina se encuentra atravesada por otros intereses y necesidades, por otras disciplinas. Todos reconocen la existencia de un cruce entre arte, diseño y artesanía;  pero para nosotros, se hace necesario una observación más amplia de este fenómeno, ya que el arte no tiene una casa definida y no se puede limitar a un quehacer específico. En el arte se cruzan conocimientos y saberes que vienen de todos lados.

A partir de nuestra experiencia en el campo de la joyería contemporánea, lo primero que podemos identificar con claridad, es el surgimiento de una profunda necesidad de entender lo que hacemos, lo que devino en un inevitable acercamiento a la literatura; y aquí la teoría del arte se hizo indispensable. Sucedió espontáneamente, descubrimos aquí la posibilidad de desarrollar una forma de expresión. Esta posición, no solamente tiene que ver con la joyería contemporánea, sino también con la visión que tenemos de cultura y con el cómo este “relato material y simbólico de lo que hacemos” dialoga con el resto del sistema de la cultura. Nosotros hemos trabajado con psicoanalistas, antropólogos, pintores, poetas, entre otros artistas. Para nosotros, la joyería contemporánea cuenta con una naturaleza híbrida que le permite acceder de forma orgánica y natural a diálogos diversos, a un amplio rango de relaciones. Todo depende, en definitiva, de la imaginación e interés de los creadores. Es por esta razón que disentimos con ímpetu cada vez que escuchamos la insistencia de aquellas voces que defienden a las “técnicas de joyería tradicional” como principal y más importante herramienta. Reducir a la joyería contemporánea a un oficio, hablar de que “la joyería contemporánea debe tener impecable factura” como principal paradigma, o delimitar su campo de acción al mundo del adorno, son los principales enemigos de la posibilidad que tiene la joyería contemporánea de mantenerse con vida.

 

_¿Qué confusiones conceptuales circulan?

_Se observan que circulan confusiones conceptuales de todo tipo. La falta de interés por generar un conocimiento base en relación a la historia del arte o a la teoría de la imagen, el poco amor por la lectura y el rechazo a una posible expansión del área de trabajo, son factores que terminan, finalmente, en la conformación de un ambiente en el cual el desarrollo de pensamiento crítico -que mencionamos al principio- no logra generar su nacimiento. La nota de complacencia que se observa en todo esto, está relacionada con la posición actual del foco de atención. El foco hoy, está orientado mayormente a la fabricación de  adornos para el cuerpo, de objetos “bellos” en un sentido clásico. Que estas piezas circulen y se vendan es el objetivo principal. Esto es lo que nosotros llamamos “una lógica de mercado”, algo que no tiene nada que ver con ser artista.

En la II Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea, presentamos la charla “Arte y Diseño. Territorios en disputa”; presentación que generó mucha discusión por su contenido, en  el cual se reflejaban estos problemas conceptuales. Presentamos una teoría de mapa de la escena de joyería contemporánea (a través de ejemplos), con los distintos paradigmas de los diferentes campos y como estos interactúan entre sí (arte, diseño, artesanía). Las reacciones fueron variadas. Hubo una parte de la audiencia que manifestó una gran molestia por lo planteado; no querían participar de una conversación sino poner sus ideas en la mesa. Prácticamente, no recibimos preguntas. Se generó una reacción apresurada, calificando estos planteamientos como una falta de respeto a ciertos grupos; acusación que no fue respaldada en ningún caso por argumentos que pudiesen ser motivo de construcción de diálogo. Se pudo observar con claridad en aquella instancia, la necesidad imperiosa de la construcción de una identidad; lo que hace que cada creador busque su propio nombre, sus definiciones para tomar distancia del otro. Fue muy difícil agrupar a los creadores bajo un nombre común, hacer que nos veamos los unos a los otros. Para esto, fue fundamental la existencia de la Bienal, que quedó inscrita, finalmente, bajo el nombre de Joyería Contemporánea. Gracias a esto van quedando de lado las diferencias y, de a poco, va primando la necesidad de agruparnos. Pero esta agrupación no debiese navegar en la ingenuidad -como sucedía en un principio- sino, más bien, desplazarse alrededor de una mirada en perspectiva; para lo cual se hace necesario  reconocer ciertos mapas, entender por ejemplo, esta gran disputa (mencionada en un principio) entre arte y diseño.

 

_¿Qué se puede proponer para generar audiencias interesadas en la joyería contemporánea?

_Entre las nuevas propuestas que se pueden generar, tener una Bienal como la de Buenos Aires es un buen paso, que se convierte en fundamental. Poner el foco aquí y no en Alemania (Schmuck) es un esfuerzo grande para comenzar a mirarnos a nosotros mismos. Si queremos construir una voz latinoamericana, hay mucho trabajo por hacer en este sentido. En algún momento vimos a los creadores muy interesados en ser aceptados, muy preocupados por ser vistos y circular en otros territorios, muy lejos de Latinoamérica. La joyería contemporánea es un mito principalmente europeo, por lo tanto, lo que nos corresponde es trabajar por construir “el mito latinoamericano”. En ese sentido, los artistas se desempeñan mejor que los diseñadores a la hora de crear mitos, por esta razón es que para nosotros es tan importante reforzar, fomentar y hacer crecer a la “joyería contemporánea como arte” y fomentar el surgimiento de creadores con “cuerpo de obra”.

Volvemos a la idea de que instalar el pensamiento crítico es fundamental para asegurar la calidad de esta nueva creación. Para la evolución, consideramos necesarias las instancias asociativas, tanto como la urgente instalación de “diálogos críticos” (que son profundamente diferentes a los “diálogos de relaciones públicas”). En Chile los distintos grupos de creadores funcionan en su mayoría por separado, existe muy poca comunicación y pareciera que también pocas ganas de establecer estos diálogos; por lo menos en nuestros intentos, hemos obtenido un bajo nivel de respuesta.

 

_¿Qué otras audiencias hay y cómo se reconocen?

_La escritora chilena Diamela Eltit que en una entrevista dijo: “Las obras eligen a su audiencia”,  y pensamos que tiene la razón. Mientras la joyería esté con el foco puesto en hacer mercados de objetos bellos hechos a mano, obtendrá públicos que buscan diseño, algo original, con la tendencia del momento, que son finalmente audiencias que se mueven y eligen “por gusto”; obtendrá entonces: consumidores. Por esto mismo, nosotros planteamos la idea de que los artistas que trabajan un “cuerpo de obra” -que tiene contenido, relato, discurso- lo que hacen en el fondo es navegar en la profundidad, encontrando audiencias que no consumen (necesariamente), pero que si  generan fidelidad, complicidad. Las obras de arte conectan sensibilidades, maneras de entender el mundo, generan incluso amor. Se establece aquí un compromiso. Surgen de esto las mejores audiencias y de la más diversa índole; porque hay una parte del arte que no es intelectual, no estamos hablando solo de élites, se trata del púbico aquél que vive con la necesidad presente de encontrar relatos que conecten con la realidad, intensamente. El diseño, por su parte, pareciera tener una lectura de corto plazo; lo que se genera aquí son objetos de consumo, los cuales tienden, finalmente, a lo desechable. Las obras de arte, por el contrario, generan patrimonio, construyen “una voz” que se queda dándole forma a la identidad cultural de un lugar del mundo.

Cabe también mencionar en este punto la gran importancia de las audiencias que provienen de otras disciplinas que se relacionan con lo que hacemos, como el caso del  psicoanálisis y la antropología, por dar dos ejemplos en donde hemos encontrado audiencias preparadas, agudas, curiosas y que se dan el tiempo de hacer lecturas, relaciones, hacer vivir a las piezas.

Otra manera de reconocer las nuevas audiencias es mediante el grado de felicidad con que es recibida una muestra, una charla, un conversatorio. Nos pasó por ejemplo, con una muestra que llevamos a una galería y escuela de Punta Arenas, en donde la vida cultural cuesta y funciona alejada de los grandes centros. Nos sorprendió ser motivo de tanto cariño, motivación y felicidad con la que fue recibida la exposición y la charla que la acompañó. En otra oportunidad, tuvimos una sorpresa similar por la reacción con otra muestra y conversatorio llevados a cabo en una institución de educación superior, en una facultad en la que no se establece una relación directa con ninguna rama del arte. Las audiencias (no especializas en esta área precisamente) nos han llenado de preguntas, son públicos muy curiosos e interesados. A veces los nuevos circuitos son los mejores, porque no están colonizados por un determinado aparato cultural que los controla. En resumen, la clave para reconocer una buena audiencia es la curiosidad; que escasea en los círculos de la Joyería Contemporánea. Las ferias de ventas, por otro lado, son abundantes; encontrando aquí a las peores audiencias (para dar el ejemplo inverso)… ¿Cuánto cuesta? pasa a ser la única pregunta y ¡Qué caro! el comentario más recurrente.

 

“Instalar el pensamiento crítico es fundamental para asegurar la calidad de esta nueva creación. Para la evolución, consideramos necesarias las instancias asociativas, tanto como la urgente instalación de diálogos críticos.”

_¿Cómo construir una mirada Latinoamericana?

_Miremos un poco hacia atrás para reflexionar cómo construir una mirada latinoamericana. Si hace 10 años le hubieras propuesto a un creador trabajar con la identidad, su respuesta probablemente sería: hacer souvenirs del país. Probablemente, de esta petición, surgirían joyas con forma de mini empanada, pequeños huasos o guachos, o así mismo, cualquier cliché de identidad. Las artesanías de cada país han servido a las naciones para establecer cierta imagen; es necesario para que los habitantes de un territorio se reconozcan. Por eso que muchos creadores pensaron que basándose en una artesanía tradicional obtendrían “la fórmula de la identidad” y se podían inscribir como creadores ligados a un territorio. La “Marca Chile”, la “Marca Argentina” son territorios fáciles de reconocer y parecía en aquél entonces que el acto de hacer piezas elegantes, usables, sofisticadas era la fórmula para tener una mirada nacional y Latinoamericana. La única preocupación entonces era desarrollar  una buena factura, un buen producto, con un buen marketing. Nuevamente esta lógica de mercado fue evolucionando y con el tiempo, poniéndose en crisis.

Los creadores con espíritu crítico -los más ligados al arte- encontraron nuevas maneras de pensar lo latinoamericano, sin considerar estas fórmulas, que provienen de las estrategias del diseño. Desde el arte, la pregunta de ¿qué es lo latinoamericano? se abrió de maneras insospechadas. La nueva creación no solo toma distancia de los cánones de identidad tradicionales, sino que además, pone en duda el concepto de identidad mismo, incluso. El post-colonialismo, la orfandad latinoamericana, lo homogéneo y heterogéneo… el relato ha crecido de una manera antes inimaginable desde que empezamos a dejar atrás la camisa de fuerza que era esta visión de la joyería como diseño. Todavía falta mucho, existe en este campo una fuerte presión para quedarse en el área segura de la identidad fácil de reconocer.

 

_¿Cómo enfrentan el momento político la joyería contemporánea en Chile? ¿Cómo se expresa?

_El estallido social y la crisis política que estamos viviendo, marcaron un espacio de replanteamiento para la joyería contemporánea; en realidad, ha sido así en todas las áreas. Lo primero que sucede es la presencia de un gran silencio, marcado por el miedo de “tener una posición”. Esto es algo que proviene de las marcas de la “post-dictadura”, creemos nosotros. Luego se observan algunos gestos tibios, como frases políticamente correctas; todo muy bien calculado. Para nosotros fue, más bien, todo lo contrario. Escribimos en crónica y sacamos un manifiesto, se nos hacía urgente y necesario generar este material que dijera -de manera muy clara y enfática- que la “joyería contemporánea como adorno” ya no resistía dentro de un contexto como el actual. Las respuestas a esto estuvieron bastante polarizadas, como es de esperarse ante una declaración tan categórica. Aquí sigue presente el miedo, creemos nosotros. Un tiempo después, vimos surgir diversas campañas y proyectos.  El estallido logró que la gente se diera cuenta que ya no era tan mal visto manifestar cierto grado de descontento; pero manifiestos u opiniones más radicales, no hubo. En este momento ya se observa con mayor claridad la apertura de un fenómeno inverso a la situación inicial; ahora todos quieren hablar, todos quieren decir algo, estar en alguna marcha. Y desde la vereda del arte, comenzó a instalarse algo que para nosotros era una mala señal: un arte político fácil, rápido, de eslogan, simple, incluso oportunista en algunos casos, podríamos decir. Arte político light, arte ONU, arte ONG, existen varios conceptos que se utilizan para definir cierta manera de ver el arte que, a nuestro juicio, no llega a ser un verdadero arte político. La reacción al momento político de Chile tiene mucho de esto. Esta manera de ver el arte político no solo carece de fuerza, sino que además, es precisamente lo contrario de lo que pretende defender; una muestra más de esta falta de pensamiento crítico en la que insistimos desde el principio.

“Para que el deseo que nació con el estallido social consiga construir un nuevo cuerpo de creación, se necesita más tiempo y dedicación, más reflexión y pensamiento crítico.”

_¿Qué trabajos se realizaron?

_Podríamos mencionar tres campañas que generaron movimiento por esos días: “Ojo Chile”, “Orfebres en Cadena”, “Orfebrería en Resistencia”. “Ojo Chile” tenía como objetivo juntar piezas realizadas en torno a la imagen de los ojos mutilados, lo que ya se había instalado en la opinión pública como el símbolo del abuso policial y de la resistencia. “Orfebres en Cadena” agrupó a artesanos principalmente, tenía algo más de gremio, pero el mismo enfoque respecto a lo político. Ellos hicieron una gran cadena juntando trozos que aportaba cada artesano. “Orfebrería en Resistencia” fue una convocatoria más abierta, en el sentido de invitar a compartir creaciones, no había un pedido específico como en las otras iniciativas, se generó más bien como una instancia que se desarrollaba en torno a la búsqueda de visibilidad.

Según nuestra mirada, todas estas instancias ayudaron a juntar a una serie de creadores, en una suerte de solidaridad de grupo. El perfil de los llamados nació desde un lugar que se encontraba vinculado principalmente a la artesanía, al oficio; a pesar de que participaron varios representantes de la joyería contemporánea. La mayoría de estas iniciativas no contaban con una curatoría, ni una textualidad, fueron más bien, algo espontáneo; lo que a  nuestros ojos parece ser una contradicción, si es que queremos hablar de arte político. El llamado general obedece, mayormente, a una reacción del momento, al momento mismo, no a algo procesado.

Nosotros vemos que hay ganas, es evidente que el estallido social generó el nacimiento de un deseo profundo de que sucedan cosas. Pero aún falta mucho para que todo esto se transforme en una toma de conciencia. Aún escasean las reflexiones de fondo, desde el lenguaje y desde el discurso. Aún no se observan escenarios organizados, con paradigmas o ideas que sustenten cierta estructura conceptual. Para que el deseo que nació con el estallido social consiga construir un nuevo cuerpo de creación, se necesita más tiempo y dedicación, más reflexión y pensamiento crítico. Con el ardor de la pasión del momento, se pueden generar proyectos, sin duda; sucedió así todo este tiempo.

Pero desde nuestra perspectiva, la generación de un nuevo movimiento de creación va a requerir de una mayor profundidad, a la que no vemos forma alguna de llegar si no es de la mano del tiempo, de la reflexión y del desarrollo de una nueva consciencia sobre la importancia que tiene el pensamiento crítico en la conformación de los nuevos escenarios culturales; nos atreveríamos a decir incluso, que todos los nuevos escenarios -más allá de la naturaleza que posean- van a requerir de estas condiciones.

Por nuestra parte, seguiremos dedicando nuestra obra, nuestro discurso, nuestro lenguaje y nuestro apuntalamiento al reconocimiento consciente de la importancia que tienen estos factores en la construcción de lo que viene para el futuro; tanto desde la vereda de la creación, como en todas otras aquellas en las cuales este deseo sea aplicable. Aquí estaremos… persiguiendo el sentido… quedan todos invitados a acompañar la búsqueda.

Caco Honorato y Mariela Vicencio.


Reparación simbólica

Apuntes | Notas

"Estos ojos seguirán observando cómo cambia el paradigma"


Las joyeras chilenas Liliana Ojeda y Aranda Feres lideran la convocatoria de un proyecto de arte colectivo que pretende una reparación simbólica a la represión desatada en el país vecino, que provocó daños oculares a más de 500 personas.

Sigue abierto el llamado a participar de Ojo Chile, un proyecto de arte colectivo impulsado por las joyeras Liliana Ojeda y Aranda Feres. El cierre de la convocatoria que estaba previsto para mediados del mes último, continúa ante la demanda y la llegada de obras y para dar más tiempo ante el parate provocado por la pandemia.

Cientos de joyeros contemporáneos, orfebres, artesanos, diseñadores y artistas de Chile, Argentina, Brasil, México y hasta de España se sumaron a esta movida.

Sentí que podía aportar algo desde mi oficio protestando a través de piezas de joyería. Me di cuenta que sería más potente si más colegas aportaban. La primera que se sumó fue mi hija Aranda y juntas lo ampliamos pensando que cuantos más fuéramos, mejor. Y así fue, se acercaron todo tipo de artistas, como ceramistas, escultores, plásticos. Dimos un paso más allá abriendo la convocatoria a artesanos, aprendices, joyeros que recién se inician, personas que se animan a expresarse a través de lo manual. La idea es que donen una pieza u objeto de determinada medida (75mm), el cual debe ser resistente ya que el fin último es una intervención callejera. Con todo, termina siendo un trabajo transversal y representativo”, explica Ojeda.

El alcance de la iniciativa pasó la frontera de Chile. “Hay participantes que no provienen de países donde ocurren estas atrocidades, pero decidieron intervenir y levantan su voz a través de su trabajo. Así, se transformó en un proyecto global”, añaden. La propuesta surgió como respuesta a la represión del 18 de octubre del año pasado, cuando comenzaron a disparar con perdigones, balines y hasta balas sobre los ojos de los manifestantes.

La meta inicial era igualar el número de personas con ojos dañados, que en diciembre último eran 352. Esto quedó registrado en una de las primeras piezas participantes que tiene grabado 1 de 352, pero lamentablemente esa cifra aumentó y hoy se consignan más de 500 personas con sus ojos lesionados o perdidos. No sólo por este incremento continúan con la convocatoria y toda persona interesada aún puede donar su obra. “Día a día vamos recibiendo piezas, cada vez hay más artistas motivados por expresar su opinión. La convocatoria es abierta a todo quien quiera hacer algo con sus manos. No se trata de una exposición de autores, no hay protagonistas individuales, sino una unión de partes que la da fuerza al todo. Por eso el montaje final también privilegiará el conjunto, la propuesta colectiva”, explica Liliana Ojeda.

Y los participantes expresan ese reparo simbólico al que se convoca de manera muy diversa. “Muchas piezas tratan de graficar con materiales varios el impacto del balín, la herida, las lágrimas, la ceguera. Otras, en cambio, son más simbólicas y menos literales. Se advierte una variedad infinita de materiales. Nunca pensamos que se podían representarse tantas versiones de ojos”, señalan las organizadoras.

La joyera Fabiana Gadano participa con piezas hechas en plástico PET reciclado de botellas que tienen forma de ojos y cuentan con remaches o incrustaciones en cobre -el metal característico que se explota en las minas chilenas­- aplicados sobre tres colores de pupilas, en alusión a los balines y a la diversidad ciudadana afectada.

“Con mi participación, con un ojo en metal y plástico, busco contrarrestar la violencia sufrida por el pueblo chileno. La policía respondió a los reclamos populares de mayor igualdad social con golpes, gases y perdigones. Estos ojos son un homenaje a las víctimas de esos perdigones pero también recordatorio de las demandas de equidad, una protesta que recorre Latinoamérica”, destaca Hebe Argentieri.

“En el contexto que se vivía (y se vive) en Chile en esos momentos, mi pieza tiene un significado simbólico de un ojo ciego, blanco, que mira sin ver, pero no por eso queda ajeno a lo que pasa. Está hecha en cobre y tiene un iris de plástico traslúcido, que representa un iris dañado. Quise homenajear a todas las personas que perdieron uno o los dos ojos en manos de los carabineros, en el marco de las manifestaciones haciendo una pieza que significa ver sin los ojos, mirar ahora con el corazón y la emoción. Porque les habrán quitado los ojos, pero los ciegos están en el lado opuesto”, señala la chilena Soledad Ávila.

“Realicé un ojo en resina y acrílico, porque este último es el material con que antiguamente se hacían muchas prótesis oculares. La pérdida de uno o de los dos ojos de muchas personas en nuestro país no tiene precedente ni en los lugares ni en las épocas más violentas, y está marcando a una generación con la mutilación. No hay forma de reparar ese daño, que se provocó no sólo a quienes perdieron sus ojos sino que también afectó a sus familias y cercanos. Esta convocatoria es un grito de rabia por lo que todas esas personas pasaron y van a tener que seguir pasando, obligados a aprender a vivir de otra forma. No hay reparación posible, esto es sólo un pequeñísimo aporte desde mi oficio”, señala la joyera chilena Valentina Garretón Rodríguez.

“Mi pieza es un ojo herido, que a pesar de su dolor, sigue mirando el entorno como el ojo divino que todo lo ve. Este ojo herido es un símbolo de la vigilancia, la conciencia,  la protección y la justicia.  Porque el eslogan de Chile despertó hace un año es como si repentinamente todos los ojos de la ciudadanía se hubieran abierto y tomado conciencia de un colectivo sufriente, abusado y cansado. En este ojo podemos dilucidar que la mirada se abrió hacia el mundo, hay una denuncia y aunque hayan mutilado  los ojos de  jóvenes, mujeres y hombres, esta lucha permanece en la memoria y en la mirada de todos nosotros. Estos ojos joyeros heridos y mutilados seguirán observando y viendo cómo cambia el paradigma”, indica la joyera chilena Cecilia Roccatagliata.

El joyero brasileño Fernando Aquino, hoy residente en Andalucía, relata que siguió de cerca las manifestaciones a través de amigos y redes sociales. «Decenas de personas fueron golpeadas en el ojo, decenas quedaron ciegas porque la policía disparó intencionalmente en los ojos a la población que protestaba. Esta ceguera es completamente significativa en el mundo en que vivimos, donde las personas son tratadas como herramientas desechables, la política no está relaciona con el sufrimiento, son  sordos y ciegos a los reclamos de las minorías. En Latinoamérica vivimos desde hace décadas un epistemicidio, un constante borrado de recuerdos y saberes que no se ajustan a las reglas impuestas por la cultura dominante, que no permite otras miradas.  La ceguera del neoliberalismo y la ceguera provocada por la policía chilena sirvieron de inspiración para la creación de esta pieza dramática. Investigando la noticia, me encontré con una imagen de un joven con el ojo destrozado por una bala de goma, muy inflamado, enrojecido, casi saltando de su rostro, era esta imagen que quería reproducir en la joya que llamé Ceguera (Blindness) . Usé el cobre, ya que es un metal que siempre asociado con Chile y también quería tonos intensos de rojo, de ahí la elección por el esmaltado. El hilo de algodón rojo me recuerda a las suturas y también a mi conexión con Chile. Tiene nueve capas de esmalte. Me cautivó el deseo de participar en este proyecto artístico colectivo y me alegra poder expresarme como joyero».

Para la chilena Patricia Iglesias la joyería contemporánea es el pulso para reflexionar y expresar lo que conmociona, por eso decidió participar como una manera de visibilizar lo acontecido. «En esta pieza, los materiales evocan fragilidad y resistencia y me trae a la memoria otro suceso penoso, el genocidio del pueblo Selk´nam, uno de los pueblos originarios de la Patagonia, lugar al que pertenezco, parece ser que el ser humano construye, progresa y funda dejando una estela de dolor. Tejí algo parecido a un canasto con yute y cáñamo, materiales rústicos que evocan tiempos pasados, modestos y precarios, utilicé para ello el punto básico de cestería de algunos de los pueblos originarios de la Patagonia (Yagán y Kaweskar), soy de la región de Magallanes (Patagonia), lo cosí con el punto hojal de costura -que vi hacer tantas veces a mi abuela materna, ella era modista- a una estructura de alambre de cobre que construí con forma de ojo, lo teñí en varios tonos de rojo como símbolo de los ojos heridos durante el estallido social de 2019 en Chile. Mi pieza se desplaza entre la memoria, la identidad y el territorio, emplazando la identidad desde el soy y somos desde el lugar que habito. En mi obra utilizo obsesivamente el punto básico de cestería, aprendido en Magallanes, el punto de crochet aprendido de mi abuela paterna y el de hojal de mi abuela materna, donde tejo cosiendo. El tejido lo llevo más allá de su función de origen, resignificándolo y conectándome con mis raíces, evocando ese mundo hecho a mano, ancestral y que desaparece poco a poco. Elaboro tramas para construir objetos deconstruyendo el tejido, rebelándome a la idea de “rol de género”.

En tanto se produce la creación de obras, se proyecta una intervención urbana. Consistirá en la unión de las piezas para adosarlas en el muro frontal del Centro Cultural Gabriela Mistral, ubicado en la avenida O’Higgins, la principal arteria de Santiago de Chile. “Será una intervención efímera, que se realizará en la calle. Vamos a ver qué pasa con ese montaje, si se desmantela si se roban piezas o si se cuida y respeta la expresión porque es representativa, veremos… nos interesa también ver la reacción de la gente. Y porque las protestas se han hecho en las calles también pretendemos mostrar nuestro trabajo en la calle, es su lugar natural«.

Consultadas sobre la relación entre el arte y la política, Ojeda dice que no siempre están relacionadas aunque opina que “todo hecho artístico es una es una manifestación política”. Y añade: “está bueno dar testimonio y manifestar un punto de vista con lo que hacemos frente a lo que nos pasa, aunque no todos lo hacen, algunos prefieren mantener sus ideas políticas detrás del arte para no espantar, sobre todo, a los clientes».

“Aún no terminamos, continuamos en la etapa de recepción, por lo menos hasta fines de este año, ya que no muchos han podido acceder a sus talleres por el aislamiento obligatorio ante la pandemia. Tal  vez en los primeros meses del próximo año se pueda salir a la calle para el montaje. Estamos planificando la logística, pero mientras siga este nivel grave de contagios de Covid en Santiago es difícil proyectar y hacer el montaje. Será una performance no permanente, pero vamos a dejarla registrada”.


Pendientes

Piezas únicas hechas a mano en bronce y resina


Lo último de Florentina Rodríguez Traverso


Proyecto Trasborde

La colección Aseo, con anillos tallados en jabón, de María del Mar Skiadaressis forma parte de Proyecto Trasborde


Anillo de Objeto Moradillo, firma de Patricia Báez


Quince artistas mujeres de La Paternal le hacen frente a la pandemia compartiendo arte


Tacurú

De visita | Escuelas

¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

El quehacer textil es la especialización de Tacurú, la comunidad liderada por la diseñadora Silvina Romero. 

Cuál es y dónde queda. Tacurú es el taller escuela creado en 2008 por la diseñadora Silvina Romero, dedicado a la enseñanza de técnicas y al seguimiento de proyectos sobre el hacer textil: producción de obras, diseño de objetos y creación de joyería contemporánea. Una propuesta que explora puntos de encuentro entre el arte y el diseño, que en general parte de materiales textiles recolectados para ser reutilizados. Está ubicado en el barrio de Palermo.

Cómo es. Está en un PH antiguo, que tiene un patio lleno de plantas que se usa para compartir actividades grupales y trabajar técnicas de enchastre. Los talleres están en tres habitaciones conectadas entre sí. El principal cuenta con herramientas para aprender distintas prácticas textiles, muchos materiales e “infinidad de cositas que fui acumulando a lo largo de los años”. También, tiene un espacio con máquinas de coser, sublimadora y tejedora de punto Knittax para experimentar tejido. “Cada une va rotando por el taller según lo que esté haciendo, aunque siempre terminábamos amuchades en una habitación porque nadie quiere perderse la charla; veremos cómo nos organizamos y cuidamos post pandemia”.

Qué se enseña. El taller escuela tiene el objetivo de divulgar técnicas textiles. Se enfoca  en el desarrollo de proyectos personales y se acompaña cada proceso, de acuerdo con lo que cada estudiante necesita. Desde hace 12 años se dicta un Taller anual de proyectos, como actividad principal. Es un espacio de encuentros semanales de dos horas y media, en el que cada uno aprende la técnica que necesita para desarrollar su proyecto; se trabaja de manera individual pero, a la vez, están todos conectados de manera colectiva, ya que se hacen ejercicios grupales. Este año se repensó y adaptó, para seguir compartiendo y aprendiendo, de manera remota, virtual. Además, se brindan varios tipos de talleres; se ven y analizan obras de distintos artistas, y se ofrecen residencias artísticas para joyeros, diseñadores y artistas que trabajan un proyecto específico durante una estadía corta, ya que generalmente no viven en Buenos Aires. Y también, se dictan seminarios a cargo de docentes invitados.

“No es una escuela de joyería exclusivamente. Está muy orientada a la producción de piezas textiles para ser usadas. Si bien esta es la especialización, la joyería es la excusa perfecta para abordar muchos temas que nos gusta trabajar en las clases”, dice la directora de Tacurú, comunidad textil

Modalidad de trabajo. “Este año, tenía previsto arrancar con una propuesta de escuela más completa, que quedó momentáneamente suspendida por la pandemia. Se trata de un programa integral de 2 años de duración que propone un recorrido por distintos saberes especialmente seleccionados, con el fin de adquirir conocimientos sólidos y variados sobre los oficios textiles y también para incorporar herramientas visuales teóricas y prácticas. La cursada está formada por 4 módulos cada año, en los cuales se aprende una técnica textil por vez, de la mano de calificados docentes que brindarán sus conocimientos y acompañarán durante el proceso de aprendizaje. Se dictará durante 6 horas semanales, dos veces por semana, repartidas en talleres textiles, un día, y talleres de herramientas visuales, otro día”.

Habilidades que se aprenden. Las técnicas que se aprenden son muy variadas: bordado, tejido, patchwork, telar, sublimación y serigrafía, como punto de partida “para experimentar, fusionar y desarmar y así lograr que la técnica esté al servicio de las ideas”.

Meta. El objetivo es capacitar en prácticas textiles artesanales. Cada persona que se acerca a Tacurú tiene propósitos particulares y diferentes.

Perfil. Los estudiantes son muy variados. Hay mucha diseñadoras gráficas, artistas visuales que buscan incorporar nuevos lenguajes, diseñadores de indumentaria que pretenden dar valor agregado a sus prendas, joyeros que quieren sumar nuevos materiales y “muches que disfrutan del hacer con textil, que es tan ameno”.

Actividades. La virtualidad permitió sumar alternativas y profundizar en proyectos, “es una gran aliada que nos permite seguir trabajando juntos compartiendo, que en este contexto es una dicha”, destaca y detalla: “Por ejemplo, disfrutamos de una serie de charlas sobre Culturas Precolombinas, a cargo de Jennifer Okragly. Ofrecemos diversos talleres, como el de cestería textil. Además, organizamos ferias y exposiciones. Estamos trabajando en la continuidad de un proyecto que hicimos en 2018, llamado Interiores, en el cual realizamos piezas de joyería a partir de la recolección y deconstrucción de prendas interiores femeninas del siglo XX. Para este año, teníamos planeada una serie de muestras de alumnas y exalumnas con el objetivo de dar a conocer trabajos textiles, pero este es otro de los trabajos que quedó pendiente para el año que viene”.


Hablo de gestos

Amarillo y negro, anillo en plata 925, ébano, vidrio e hilo de lino


Cuidado con la señora, Amarillo y verde, y No ví


Entrevista a Eva Burton

Apuntes | Notas

No encajar es el valor agregado de lxs que hacemos joyería contemporánea


Entrevista a Eva Burton

Por Delia Alicia Piña

 

Busca que su exploración y experimentación nunca se acaben, y para esto la curiosidad la mantiene en movimiento. La argentina Eva Burton empezó por la restauración -en el Museo de Artes Decorativas, Museo Oriental, el Instituto de Artes Latinoamericanos de la UBA y siguió en el Museo Marítimo de Barcelona- y terminó en la joyería contemporánea. En el medio, un camino de formación constante -egresada del IUNA, de la escola Massana, también pasó por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Trier- la ubica en el escenario internacional en el que ha expuesto su obra en exhibiciones, libros especializados, colaboraciones y proyectos colectivos.

Desde Bilbao, donde reside e instaló su Flashera Lab, un laboratorio que invita a la realización de proyectos y que está abierto para colaboraciones entre creativos, habla de su trayectoria, intereses y objetivo: “Destacar nuestra belleza natural, nuestras singularidades y que al salir a la calle lo hagamos empoderadxs luciendo joyas hechas con vibra positiva”.

Dice que la completa como creadora que cada quien haga su propia interpretación de su  trabajo y se refleje en él y reflexione acerca de sus propias vivencias o criterios preconcebidos. Lo suyo, joyas de carácter lúdico, con las que recrea “la metáfora del patio de juego, como el inconsciente, ese lugar donde todo es posible”.


_¿Cuál fue el camino que te llevó a la joyería contemporánea?

_El inicio se remonta hasta el 2005, cuando me lancé a un viaje de exploración a través de México. Luego de muchas aventuras y vueltas por el mapa, llegué a San Cristóbal de las Casas. Allí conocí a un orfebre que me abrió las puertas de su taller y me alentó a darle a mis manos el protagonismo que necesitaba en mi vida: el de hacer, el de crear. Fue así que comencé este sendero de aprendizaje, el cual continúo transitando, ya que mi objetivo es que la exploración y la experimentación nunca se acaben. En retrospectiva, veo fragmentos de un puzle que se han ido encajando con naturalidad unos con otros, construyendo mi camino como si así debía de ser. A pesar de que nunca supe con exactitud a dónde me llevaría la vida, la llama de la curiosidad ha estado siempre encendida y eso me ha mantenido en movimiento. Tal es así, que tomé la decisión de radicarme en Europa para poder emprender mi formación en esta disciplina tan específica que es la joyería contemporánea.

 

“Comencé este sendero de aprendizaje, el cual continúo transitando, ya que mi objetivo es que la exploración y la experimentación nunca se acaben.”

 

_Antes habías arrancado por estudiar Conservación y Restauración del Patrimonio Artístico, ¿Por qué? ¿Qué te aportó ese aprendizaje?

_Cuando volví de México comencé mis estudios en Conservación y Restauración y esto viene ligado a mi pulsión por conocer lo pequeño, los detalles. Durante mis años de estudios trabajé en el Departamento de Conservación y Restauración del Museo de Arte Oriental y del Museo de Artes Decorativas de Buenos Aires, así como realicé restauraciones para entidades privadas. Estas experiencias han sido claves para aproximarme a los materiales de una manera más íntima, ya que en el IUNA estudiábamos acerca del comportamiento, naturaleza y constitución de los materiales. Han sido las técnicas que se aplican en restauración las que me han servido para resolver muchos interrogantes a la hora de crear mis piezas. Cada tramo del sendero cumple una función clave.

 

_¿Por qué te especializaste en talla de piedras?

_Cuando estaba estudiando en la Escola Massana en Barcelona, decidí ir de intercambio a la Universidad de Ciencias Aplicadas de Trier, al Campus de Idar-Oberstein que se especializaba en el trabajo de talla en piedra. Quedé flasheada. Un semestre no fue suficiente y regresé para hacer el máster. Estuve viviendo 3 años en aquel recóndito pueblo alemán, enfocada de lleno a trabajar con piedra.

Durante los años que duró el máster fui aprendiz en el taller del Schleifer Meister Axel Petry, un tallador de piedra tradicional, quien me guío en el oficio para manipular piedras preciosas con paciencia y exigencia. Paralelamente también estuve en Austria, haciendo escultura en mármol a gran escala en una cantera bajo la tutela de Andreas Lolis, un escultor griego que es un crack. También trabajé en una fábrica donde realizábamos piezas microscópicas en corúndum, allí descubrí el mundo de las piedras sintetizadas en laboratorio.

 

_¿Qué importancia tienen los oficios?

_Siempre que he tenido la posibilidad de ser aprendiz en algún taller, no lo he dudado ni por un instante y he aprovechado la experiencia al máximo posible. Para mí, los oficios son la base primordial para poder hacer dejando que las manos sean libres de engendrar lo que tenemos en la mente, porque conocemos a los materiales con los que trabajamos.

 

“Los oficios son la base primordial para poder hacer dejando que las manos sean libres de engendrar lo que tenemos en mente.”

 

_¿Cuál es tu objetivo con la joyería contemporánea?

_La joyería contemporánea es mi medio de expresión. Es a través de ella que busco comunicar mi manera de ver el mundo. Pero además de transmitir mi mensaje, lo que me completa como creadora es que cada quien haga su propia interpretación de mi trabajo y se refleje en él y reflexione acerca de sus propias vivencias o criterios preconcebidos. Cuando realizo una pieza siempre dejo la puerta abierta para que haya este tipo de diálogo entre la joya y el portador.

“Me completa como creadora que cada quien haga su propia interpretación de mi trabajo y se refleje en él y reflexione acerca de sus propias vivencias o criterios preconcebidos. Cuando realizo una pieza siempre dejo la puerta abierta para que haya este tipo de diálogo entre la joya y el portador”.

_¿Cómo es tu proceso creativo?

_Mis piezas son collages, ensambles a través de los cuales pretendo reflejar mi propio mundo. Realizo “pócimas” que combinan muchos elementos y experiencia provenientes de diversos puertos y rincones. Compongo de manera lúdica e instintiva: voy oliendo los colores en búsqueda del patio de juegos, ese espacio liminal donde todo es posible.

 

“Compongo de manera lúdica e instintiva: voy oliendo los colores en búsqueda del patio de juegos, ese espacio liminal donde todo es posible”.

 

_¿A quiénes te dirigís?

_Mis trabajos desprenden buena energía, y realizo tanto colecciones como piezas únicas y comisiones especiales. Reflejan el proceso de un objeto hecho íntegramente a mano, por lo tanto, va dirigida a todas aquellas personas que valoren esa manera de hacer.

Vivir de esta profesión no resulta fácil, es por eso que he ideado una fórmula ramificando mi obra en dos direcciones: por un lado, realizo obra artística, que es representada por galerías y es exhibida en un contexto determinado, como trade art fairs o exhibiciones curadas en museos; y, por otro lado, desarrollo colecciones, series limitadas de piezas que surgen de extraer una gota de savia de esa rama y están ligadas por sus características estéticas y su lenguaje plástico. ¡Que al final está hecho todo con las mismas manos! Pero difieren, principalmente en su precio y, por ende, el público objetivo puede variar. Con esto, mi intención es democratizar la joyería y que más gente pueda acceder a ella, sin restricciones de género o edad.

Cuando estoy de cara al público en ferias o mercados de diseño me llama especialmente la atención cómo lxs niñxs reaccionan a mi trabajo. Se acercan de inmediato y miran con timidez y curiosidad. Disfruto explicándoles los procesos, animándolos a que las toquen. Es muy motivador y estimulante escuchar sus interpretaciones y ver la sonrisa o el gesto de sorpresa que se les dibuja en la cara. Proyectos que atesoro en el tintero.

 

“Mis trabajos reflejan el proceso de un objeto hecho íntegramente a mano, por lo tanto, va dirigida a todas aquellas personas que valoren esa manera de hacer”.

 

_¿Qué te inspira?

_Desde pequeña he tenido curiosidad por las antiguas culturas, especialmente las precolombinas, por su iconografía y su cosmovisión. En mi camino como artista éstos referentes han estado siempre presentes, tanto a nivel estético como por la admiración que tengo hacia sus técnicas y manejo de materiales. Tal es así que para escribir el research paper del máster en Alemania, “When Play Meets Ritual”, tomé el juego de pelota mesoamericano como objeto de estudio para reflexionar acerca de la conexión entre el juego y el ritual. La teoría del juego y el homo ludens -le humane que juega-, así como algunos íconos de la cultura pop de mi infancia emergen con ironía y un poco de nostalgia en mi obra.

 

_¿Trabajás una única tipología de objetos? ¿Cuáles sino?

_No, no me atengo a una única tipología, de hecho, siempre estoy buscando nuevas maneras de expresarme, de manifestarme y de transmitir mi mensaje.

Mis joyas de por sí tienen un carácter lúdico que las conecta directamente con la tipología de juguete. Algunas lo son también, como es el caso del broche “Das Autito”, que es broche y juguete a la vez. Muchas de mis piezas de la serie “Petium” (2014-2014) o “El Patio de mi Casa es Particular” (2015-2016) resultan ser tanto como joyas, así como relieves o esculturas de pequeña escala.

Fue a partir de la serie “El Patio de mi casa…”, la cual nació al inicio de mis estudios en Alemania, que comencé a investigar sobre la teoría del juego y cómo el juego es una necesidad de los seres vivos, a través de la cual podemos transformar nuestra realidad. Así, surge la metáfora de “el patio de juego” como el inconsciente, ese lugar donde todo es posible. La teoría de Freud del Fort Da también ha guiado la dirección de mi trabajo. Con este background teórico fui desarrollando conjuntos de esculturas tanto en assemblage como en talla directa en madera y piedra, así como una serie de esculturas de mesa/vajilla. Fue un momento de explosión, donde todo cobró sentido y donde encontré un modo de expresarme en diversos formatos.

“Mi propósito es hacer destacar nuestra belleza natural, nuestras singularidades y que al salir a la calle lo hagamos empoderadxs luciendo joyas hechas con vibra positiva.”

_¿Qué significa que “el hecho a mano es el nuevo negro”?

_Adopto esta frase como lema de mis piezas street wear, tales como Wood Gems, Yabba Dabba Doo, In Blossom.  Es un catchphrase con la que pretendo hacer reflexionar a la gente acerca de qué es lo que “nos queda bien”. En un mundo donde se nos incita a consumir todo con inmediatez, donde nos ponen productos envasados por todos lados, donde la producción en masa se come a los pequeños emprendedores, aspiro no sólo a reivindicar lo artesanal y poner en valor los oficios, sino también incitar a los consumidores a que se cuestionen de dónde provienen sus bienes materiales y puedan recapacitar acerca de lo preciado que es poder saber quién hizo aquello que poseen. Además, manifestar que lo artesanal nos sienta siempre bien, porque detrás de ello hay muchos conceptos valiosos que enaltecen nuestro ser.

Mis colecciones tienen el efecto de toque final y pueden ser llevadas tanto en el día a día como en una ocasión especial, haciendo de “cereza del postre” para completar un outfit. Su propósito es hacer destacar nuestra belleza natural, nuestras singularidades y que al salir a la calle lo hagamos empoderadxs luciendo joyas hechas con vibra positiva.

 

“Busco incitar a los consumidores a que se cuestionen de dónde provienen sus bienes materiales y puedan recapacitar acerca de lo preciado que es poder saber quién hizo aquello que poseen”

 

_¿Hacés tus piezas a mano vos sola o trabajás con un equipo?

_Todo lo hago por mí misma: diseñar, cortar, tallar, pintar, ensamblar, soldar, limar… Para algunos procesos –como fundición a la cera perdida o anodizado/chapados en oro- recurro a pequeñas empresas familiares con quienes me siento cómoda de trabajar y con quienes tengo un trato directo.

 

_¿Por qué flashera? y  ¿Qué se hace en Flashera Lab?

_Es un término que proviene del slang argentino. Si bien puede tener diferentes interpretaciones, adopté esta palabra para hacer referencia a algo insólito, eso fuera de lo común, lo extraordinario.

Flashera Lab es mi taller personal en Bilbao donde desarrollo mi obra en joyería contemporánea. Además, imparto talleres de Joyería para que la gente pueda aprender técnicas que les permitan comunicar su mensaje y expresarse a través de esta disciplina que tanto me ha enseñado a lo largo de los años. Es un laboratorio que invita a la realización de proyectos y está abierto para colaboraciones entre creativos y a todxs aquellxs que quieran instruirse trabajando, explorando, jugando, imaginando y descubriendo. Aquí, la idea del “flash” surge como una metáfora de la energía creativa, una fuerza que nos sacude y nos incita a crear.

Parto de la base de que no hace falta experiencia previa. Las sesiones que brindo son en grupos pequeños, de hasta 3 personas en el caso de la modalidad de formación permanente, que son encuentros semanales. Hoy en día la gente tiene una agenda complicada, entonces intento brindar a las personas una alternativa que se adapte a su disponibilidad. Por eso ofrezco también clases individuales; en algunos casos se trata de clases intensivas, como es el caso del full day workshop, donde hacemos una pieza de principio a fin en una jornada. Esta modalidad suele interesarles a personas que quieren “probar” de qué se trata la joyería, o bien personas que vienen de fuera de Bilbao y que quieren aprovechar al máximo el tiempo. También resulta ser muy llamativo para personas que buscan hacer a alguien un regalo especial.

Además, también planteo la Clínica de obra, que son tutorías personalizadas para desarrollar proyectos en concreto. Es un taller de análisis y producción destinado a artistas y/o diseñadorxs que se planteen dar un giro a su trabajo, quieran incorporar nuevas técnicas o bien busquen una manera de trasladar sus obras a un contexto body-related. En este caso, si bien no hacen falta conocimientos previos en joyería, sí hace falta una idea como punto de partida sobre la cual desarrollar el proyecto.

 

“Es un laboratorio que invita a la realización de proyectos y está abierto para colaboraciones entre creativos y a todxs aquellxs que quieran instruirse trabajando, explorando, jugando, imaginando y descubriendo”

 

_¿Cuáles son las piezas que te caracterizan y por qué?

_Todas mis piezas me caracterizan porque representan un momento específico en mi carrera. Podría decir que a algunas piezas en concreto han resultado reveladoras o significado un paso importante en mi camino, un instante de click, donde descubrí algo nuevo.

El broche “Bouquet para la Condesa Magenta” y el collar “Allegro Molto Apassionato” de la serie Petium fueron como los highlights para mí en aquel momento, cuando comencé a tallar piedra y me obsesioné con poner la técnica al servicio de la composición, buscando maneras para conectar las piezas y haciendo que los sistemas de la joya fueran no sólo especiales, sino que se convirtieran en un elemento más en la sinfonía. Éstas fueron las dos primeras piezas que hice tallando en piedra el cierre del broche y el cierre bayoneta del collar. Me llevo semanas conseguirlo, ¡pero fue tan satisfactorio haberlo logrado!

La serie de vajilla escultórica que hice para Steinbeisser (un proyecto de Gastronomía Experimental en Ámsterdam); Ludens, una escultura que hice en mármol tallado;  Caramelera, la escultura-juguete Toy Totem. Estas han sido piezas que me han estrujado cabeza y manos, donde trabajé hasta quedarme en vela pensando cómo resolver obstáculos técnicos y compositivos, y que al final del camino he salido revitalizada… A ver, lo que me gusta mucho, a lo que aspiro en mi obra es a hacer objetos donde sea capaz de reflejar tanto mis valores estéticos como mis fundamentos teóricos mientras disfruto del hacer.  A lo mejor cuando lo explico cuesta entender que “estrujar cabeza y manos” sea sinónimo de disfrute, pero bueno ¡cada quien con sus mambos!

“Estas han sido piezas que me han estrujado cabeza y manos, donde trabajé hasta quedarme en vela pensando cómo resolver obstáculos técnicos y compositivos, y que al final del camino he salido revitalizada.”

_¿Cómo definirías tu estilo?

_Si bien puedo ser capaz de explicar o describir con palabras mi “estilo”, me interesa más la interpretación que pueda hacer el espectador acerca de ello. Entonces voy a responderte esta pregunta con una cita de mi querido profesor Theo Smeets, quien escribió un texto acerca de mi trabajo de tesis “When Play Meets Ritual”: (…) Al mirar estas joyas, en algún momento uno se da cuenta de que algo dentro de nosotros se ha perdido, desaprendido, olvidado: la alegría de jugar, el juego sin ganancia material, la vida que una vez vivimos sólo con lo elemental. Esto se mezcla con tristeza, dolor e incluso un toque de abatimiento por haber crecido, para luego alegrar el alma. Transmitir este momento de conciencia es el regalo especial que nos ofrece el trabajo de Eva Burton.

 

_¿Con qué materiales y técnicas has trabajado?

_Continuamente experimento con materiales y técnicas, es clave para no aburrirme y empujarme a salir de mi zona de confort. He trabajado técnicas de joyería tradicional, fundición a la cera perdida con diversos metales y métodos, esmaltes, pátinas, talla de piedra, talla de madera, cerámica, pintura, ensamble, escultura, collage, a gran escala, a pequeña escala…

 

_¿Creés que tu trabajo suma en transformar el concepto que se tiene de la joyería? ¿de  qué manera?

_Si bien no es ese mi objetivo primordial, desde que he tomado la decisión de formarme en esta particular disciplina he trabajado sabiendo que nadaría en contra de la corriente y que mi visión de la joyería era diferente per se. Hasta el día de hoy, mucha gente no entiende lo que hago y la verdad es que no me preocupa que no encaje en un casillero específico, de hecho ese es un valor agregado de nosotrxs lxs que hacemos joyería contemporánea. Entonces, por supuesto que creo que aporto algo y me llena de felicidad formar parte de esta comunidad de creadorxs.

Hoy, estando establecida en Bilbao donde no hay mucha gente haciendo joyería contemporánea y tampoco mucha gente que conozca sobre ello, a través de Flashera intento comunicar y dar a conocer esta materia tan fascinante.

 

“No me preocupa que no encaje en un casillero específico, de hecho ese es un valor agregado de nosotrxs lxs que hacemos joyería contemporánea.”

 

_¿Tenés previsto exponer alguna obra o participar de alguna muestra?

_Pues la mayoría de los eventos que tenía programados para este año se han cancelado o pospuesto debido al COVID. Por supuesto que me ha dado pena ya que tenía muchos eventos interesantes en el calendario, pero ahora toca apechugar y esperar a que la situación mejore. Así y todo, algunas propuestas han logrado mantenerse en pie. A nivel internacional, en diciembre estaré presentando mi trabajo en Tokio, en una exposición de joyería contemporánea curada por la artista japonesa Natsumi Kaihara para la galería especializada en Artes Aplicadas, AC Gallery.

 

_¿Por qué Bilbao y qué proyectos tenés allí?

_Al finalizar mis estudios en Alemania, vine a Bilbao a reunirme con mi pareja. Él estaba viviendo aquí por una propuesta laboral que le había surgido y al principio pensábamos que sería algo pasajero y que nos volveríamos a Barcelona, donde ya teníamos relaciones a nivel laboral y emocional. Pero luego, poco a poco nos fue convenciendo la idea de quedarnos en una ciudad más pequeña y cuando llegó nuestro hijo Nahuel tomamos la decisión de construir aquí nuestro hogar.

Hoy, Nahui ya tiene dos años y tres meses y asiste algunas horas a una ludoteca, por lo tanto, dispongo de más tiempo para compaginar la crianza con mi vida profesional. Paralelamente al proyecto de dar clases en Flashera, continúo desarrollando nuevas colecciones y participando en eventos, colaboraciones y exhibiciones. Mi intención es vincularme a nivel local y tejer redes con la comunidad de creativos de Bilbao para afianzarme en esta ciudad y sentirme cada vez más “como en casa”. No es una tarea fácil ¡pero en eso estamos!