Entrevista a Alejandra Agusti
Apuntes | Notas
“El proceso que implica la joyería siempre es estimulante”

Alejandra Agusti es escultora, escenógrafa, diseñadora y también joyera. Su taller revela una dedicación casi exclusiva a la joyería contemporánea, con gran variedad de herramientas que fue reuniendo por necesidad, para “ensayar y probar de todo”, cuenta.
Discípula de Antonio Pujía, María Medici y Jorge Castañón, sostiene que aprender joyería le abrió un mundo de posibilidades. Como con la escultura se deja llevar y crea casi inconscientemente: “Me atrapa el material, lo trabajo y recién cuando termino descubro que hay algo de esa materialidad que me evoca una historia”.
Sus últimos trabajos fueron elegidos por la maestra inglesa Caroline Broadhead para exhibirse desde hoy en la feria Schmuck que se realiza en Munich hasta este domingo 12.
Qué hace, con qué, cómo es su proceso creativo y qué papel juega la lucha de las mujeres y la guerra en su trabajo.
_Llegaste a la joyería por la escultura.
_Empecé joyería porque hice escultura con el maestro Leo Vinci en cuyo taller conocí al artista calabrés Antonio Pujía con quien hice un seminario. Por años hice, y aún hago escultura, pero con el tiempo advertí que necesitaba mucho del otro. La escultura requiere de mucho espacio, todos los materiales son grandes e implicaban constantemente una logística y movida importantes por lo que quise indagar en una escala menor.
Una amiga tenía un local de muebles y siempre exponía piezas de joyería -de Carolina Dutari- en la vidriera que me encantaban y, al mismo tiempo, vi una nota sobre el trabajo joyero de María Medici, la contacté y arranqué. Hice primero un intensivo en verano, luego seguí estudiando por años en su taller escuela y con un grupo de compañeras participamos de la feria Puro Diseño y hasta recibimos el premio Revelación por un trabajo con materiales industriales. Una experiencia buenísima. Después pasé a estudiar también por años en el taller La Nave del maestro Jorge Castañón. Así, con la joyería se me abrió un mundo creativo súper interesante.
Sumé otros workshops, simposios, cursos y talleres, con Francisca Kweitel en Proyecto 8, por ejemplo, y de esta manera la joyería me fue atrapando.
En paralelo, siempre hago escultura que también me apasiona. Lo mismo escenografía, con la que llevo adelante un taller educativo. Siempre con las manos en talleres porque para mí es un espacio único que me permite crecer a diario.
“La joyería me abrió a un mundo creativo súper interesante”.
_¿Cómo es tu proceso creativo?
_Nunca pienso antes lo que voy a hacer salvo que sea algo por encargo o un pedido o algo hecho con un fin determinado. En general, me atrapa el material, lo trabajo y recién cuando termino descubro que hay algo de esa materialidad que me evoca una historia.
Es como un trabajo meditativo, en el que me sumerjo a la experiencia y cuando la transito y avanzo en una resolución se manifiesta una respuesta. Esto me pasa en la joyería y no tanto en la escultura. Esta supone admiración o ser vista, la gente la rodea, accede desde el afuera. En cambio, en la joyería se da una experiencia distinta: el que la lleva, la expone, le aporta mucho, le da un significado que tal vez no tenía. Tal vez, por esto último, me gusta más la joyería, porque sé que mi trabajo se completará con el otro y nunca se cómo y con quién y eso es mucho más interesante.
“Me atrapa el material, lo trabajo y recién cuando termino descubro que hay algo de esa materialidad que me evoca una historia.”
_¿Con qué materiales trabajás?
_Los materiales con los que he trabajado son muchos y variados. Empecé con saquitos de té y lana, seguí con una especie de rasta que dejan los animales al rozar el alambrado, también azulejos de demolición, ropa vieja usada, corchos, pirograbado sobre pergaminos, dedales, vainas de balas, suelas de zapatos…
Es que hay materiales que no están visibilizados y me interesa ponerlos en valor. Y en ese proceso de construcción surge una historia que puedo contar a través de mi obra, no es que tengo una intención previa sino que se genera una idea posterior.
Y sin quererlo la repetición juega un papel importante. Al relacionarme con el material puede que se genere un patrón o una secuencia, se abren posibilidades que limpian o aclaran una situación. Son elementos usados que vuelvo a utilizar o a reunir o a hacer visible y que terminan por componer una historia.
El encuentro con el material a veces es fortuito, pocas veces es deliberado. Hay mucho de intuición y hasta de revelación o que una cosa lleva a la otra y termino por ejemplo con los dedales. Siempre se da una intervención importante, como con este elemento de protección de la costura con cuya pieza participo ahora de Schmuck.
“Hay materiales que no están visibilizados y me interesa ponerlos en valor.”
Materialidades evocadoras
_La imagen de la mujer es una constante en tu trabajos.
_Sí, es cierto la imagen de la mujer está muy presente en mi trabajo, como en el collar «Alianza de mujeres» hecho con esos dedales. Una pieza que termina por retratar el comportamiento con el que las mujeres responden a la hostilidad: se protegen, se, juntan, se unen. Esta es una reflexión posterior con la joya resultante en la mano que me interesó exhibir; por eso, estoy orgullosa de que se muestre en Munich.
Mi intención es seguir trabajando con los dedales porque de alguna manera sucede algo, se empieza a dar que se enhebra una historia de protección y unión de las mujeres que me interesa seguir investigando. Es un tema que me toca en lo personal porque estas piezas derivaron en un homenaje a las mujeres de mi vida y de mi pasado, a todas las que lucharon para que podamos estar donde estamos hoy y también a las que con ese legado en la memoria seguirán peleando y conquistando.
Y respecto de la alusión a las mujeres, también participé de «Mujeres abordando la memoria», como resultado de un trabajo en la clínica de obra de la artista Dolores Casares, en el que utilicé suelas de zapatos intervenidos con gofrado. Un material que repetí en la muestra «Somos lo que hacemos» del taller de Jorge Castañón.
“La imagen de la mujer está muy presente en mi trabajo”.
_El proceso es importante.
_Es lo más importante, no me interesa el resultado. Me encanta probar, ver qué pasa con el material, cómo se comporta ante las intervenciones, cómo se desarrolla. El proceso de investigación es siempre fascinante, te permite aprender muchísimo y es lo más valioso.
El proceso me atrapa, como el que supuso la realización de esos collares caravana con los que se identifican a los animales que presenté en la primera bienal de joyería, por ejemplo. Cuando descubro el hilo conductor que va desarrollando la pieza no puedo parar.
“El proceso es lo más importante, no me interesa el resultado…”
_¿Qué te interesa mostrar con la obra que presentás en Schmuck?
_Los collares «Memoria» y «Alianza…» muestran luchas históricas por salir de un yugo, agresión o adversidad, como mencioné. Los presenté porque los procesos de trabajo que implicaron y sus resultantes son muy sugerentes; por eso, me alegró que fueran elegidas para exhibirse en esta feria de Munich.
Tanto los dedales como las vainas son elementos muy fuertes y para mí, que soy hija de inmigrantes eslovenas que se abrieron camino solas y la pelearon duro, representan esa historia invisibilizada que terminé por poner en valor, en la que la mujer tiene un papel tremendamente importante. Estas piezas aluden a esas mujeres que pudieron y debieron hacerse cargo. Cuando terminé de construir las piezas me di cuenta de lo que significaban y me dije: sí es esto, esto me representa, y resultó ser un espejo de mi historia. No solo me pareció interesante sino hasta sanador.
«Memoria» también fue elegida por Schmuck y comenzó a gestarse cuando arrancó la invasión rusa a Ucrania. Ese inicio de la guerra me movilizó, una movida de familias que se ven obligadas a huir, que se separan, parte de ellas se pierde, pero fue tal vez un proceso inconsciente que me llevó a usar esas vainas. Y representan las marcas de la conquista, la lucha por salir de la subyugación y, como siempre, las batallas cobran fuerza en la unión; tal vez por eso se dio el enhebrarlas, porque juntas se vuelven un símbolo, una manifestación de la lucha colectiva. El vacío de esas vainas usadas también tiene que ver con parte de mi familia que padeció la guerra y en su momento se topaba con rastros de una lucha impiadosa que seguía dañándolos.
Esta propuesta que llevo a Munich no es la primera que presento sino la octava creo, si no cuento mal. Fue una gran sorpresa haber sido elegida esta vez. Es que de alguna manera postularse y animarse a participar es parte de ese proceso en el que también se aprende. El intercambio con otros joyeros siempre es enriquecedor, te amplía la mirada.
“Los procesos de trabajo que implicaron (los collares «Memoria» y «Alianza…») resultaron muy sugerentes.”
_¿Trabajás con elementos hechos o usados?
_En un principio me hacía ruido trabajar de cero con metales habiendo tantos materiales y cosas hechas. Por eso, me encanta usar elementos de piezas hechas o materiales ya usados, como esas mangueras o resortes con los que trabajé cuando estudié joyería con Medici, por ejemplo.
Pero también modelar en cera que implica algo de escultura me gusta mucho, lo mismo que en madera aunque no la utilice mucho en joyería.
“Me encanta usar elementos de piezas hechas o materiales ya usados… también modelar en cera que implica algo de escultura me gusta muchos.”
_¿Cómo es tu propuesta de Ensamble Espacio?
_Es un espacio de taller que fusiona y ensambla un mix de saberes, un lugar de experimentación en el que busco acompañar en el proceso que cada uno elige y vivencia para materializar sus ideas, con ciertas herramientas por supuesto. Me interesa que quienes asisten también puedan investigar, ensayar, probar y aprovechar ese proceso para aprender, para hacer su propio recorrido en el que pueden suceder cosas, en el que puede suceder la joyería.
Me gusta acompañar, en particular, a chicos desde 10 años, entre otros, y el trabajo tiene que ver con los ensambles y encastre de materiales. Cada uno de los que vienen a Ensamble trabaja con materiales diversos en procesos que resultan siempre interesantes. Mostrar el proceso que implica la joyería siempre es estimulante, por eso repito que es lo más importante. La joyería es una rama del arte que facilita un sinfín de posibilidades. Un arte que siempre permite canalizar algo interesante.
Más allá de los intereses, el trabajo permite soltar, calmar, porque nada es urgente ni importa lo que se haga sino lo que pasa cuando se hace. En momentos en que el resultado, la urgencia y lo casi perfecto a veces parecieran prevalecer, en un espacio de taller buscamos todo lo contrario. Soltar para crear es sanador. Se trata de decidir probar qué sucede y elegir. Esto es lo que más me gusta y soy una agradecida
No preparo estudiantes de medicina que deben saber la medida correcta de una medicación, por ejemplo, sino que compartimos con estudiantes y artistas que buscan, en general, un espacio de expresión.
No obstante, en este mismo espacio de taller de joyería se aprenden y trabajan técnicas, nos dedicamos a las terminaciones como corresponde y se jerarquiza el material.
“La joyería es una rama del arte que facilita un sinfín de posibilidades.”
Un arte canalizador
_¿En todas las disciplinas con que trabajás lográs canalizar algo?
_Depende. Sólo trabajar con las manos te lleva a una conexión inesperada, auspiciosa, especial. Es como sintonizar con una especie de mantra que está en continuo y armoniza. Esto se da en la joyería y en la escultura; en escenografía, que es otra de las disciplinas en las que trabajo, está todo un poco más pautado; esto último también se dio en mi desempeño como decoradora o diseñadora de interiores en el que uno sigue ciertos criterios.
En joyería, aunque haga alguna pieza a pedido hago lo que me parece, lo que siento, porque me gusta y desafía ver qué me pasa con el otro; sobre todo, porque después ese otro participa de su exposición al llevarla de aquí para allá. Como decía, el usuario interviene en y con la pieza al portarla.
En «To The Point», y también lo replicó en una charla en su paso por Buenos Aires, la joyera y profesora alemana Daniela Malev, plantea los diversos significados de un broche de joyería de acuerdo a cómo se usa; no siempre resulta lo mismo si se lleva de una u otra manera. En ese mismo sentido, es que me interesa saber del otro, para saber cómo será como usuario de joyería, cómo le interesa portar o no una pieza de joyería porque puede que en ese uso la pieza signifique algo diferente, y está bueno estar abierta o atenta a esa posibilidad.
“Trabajar con las manos te lleva a una conexión inesperada, auspiciosa. Es como sintonizar con una especie de mantra que está en continuo y armoniza.”
_¿Pero no es más eso que el artista joyero puede expresar que aquello que el usuario aporta?
_No, si el otro no aporta o suma no siempre se da ese resultado. Es decir, cuando uno se sienta en el banco a crear para el otro es imprescindible un intercambio. En lo personal, ese contacto con el portador de una pieza de joyería es importante.
Independientemente de esto, cuando creo joyería de alguna manera tengo que generar una historia, y en el proceso se va dando; e insisto, es lo que más me interesa. Cuando hice esas piezas con fósforos, por ejemplo, todo pasaba por la necesidad de iluminar. En los distintos proyectos siempre hubo o se dio una historia.
“El contacto con el portador de una pieza de joyería es importante”
_¿Qué significa Schmuck para vos?
_Schmuck es un evento para comunicar, un encuentro internacional de joyeros que merece ser difundido porque jerarquiza el trabajo artístico de muchos y, sobre todo, muestra una diversidad interesantísima.
Participar de esta muestra es un orgullo que comparto con otras joyeras argentinas, como Cecilia Richard que fue la primera en destacarse, también, por su parte o por parte de una galería -que es otra de las posibilidades que ofrece esta feria- está Fabiana Gadano; también Jimena Ríos, Monique Lecouna y Gabriela Marcos, entre decenas de artistas de otros países.
Incluye decenas de eventos, entre exposiciones, presentaciones, visitas a ateliers, etc. en un gran circuito por Munich que sin duda conecta y enriquece. Veremos qué pasa en estos días…
Entrevista a Fabiana Gadano
Apuntes | Notas
“La joyería artística supone expresarse sobre la base de una necesidad interna”

La paradoja de visitar un acuario la llevo a canalizar su preocupación por la propagación de plásticos. Y la necesidad de tomar conciencia la hizo asumir una postura e intentar llamar la atención para paliar la acumulación creciente. “Hay tantos materiales que pasamos por alto que a lo mejor podemos agregarles valor”, se decía, y desde hace 15 años puso manos a la obra en el PET con que se hacen las botellas de bebidas para convertirlos en joyas que resultaron destacadas y hasta premiadas.
Fabiana Gadano es una de las maestras joyeras más reconocidas del país. Está dedicada a dar clases en su taller, otras escuelas y museos y en la universidad de La Plata, donde estudió Diseño industrial.
Se especializa en la transformación de uno de los materiales más sintéticos y contaminantes, creando piezas únicas que hoy exhibe en Munich, a propósito de Schmuck, la feria de joyería contemporánea más importante del mundo.
Cómo lo consigue, qué técnicas joyeras y proyectuales aplica, el “espíritu más reflexivo, analítico y crítico” que adquirió con al estudiar curaduría de arte.
Sus últimos trabajos, proyectos y opiniones que la definen.
_¿Cuál es el discurso que sostenés y con qué idea?
_Todo lo que usamos, nos ponemos y toda nuestra actitud comunica y dentro de eso está el el llevar de la joyería. Elegir ciertos materiales que de alguna manera hablen sobre algo determinado es una forma es asumir una postura. La decisión de usar plástico no implica que vaya a solucionar la problemática de la basura sino que busco concientizar o sugerir o poner el foco en que hay tantos materiales que pasamos por alto que a lo mejor podemos agregarles valor, ponerles una etiqueta estética, hacer algo más lindo o más poético, más saludable, por supuesto, que nos haga pensar en la naturaleza que castigamos día a día.
No se trata de un simple reciclado porque de por sí no tiene mucho valor, por eso tiene que haber una búsqueda, un valor agregado por lo utilitario o estético, algo que aporte sino seguimos acumulando objetos y no es el objetivo.
“Elegir ciertos materiales que de alguna manera hablen sobre algo determinado es una forma es asumir una postura”.
_¿De qué manera portar joyería en el cuerpo facilita la difusión de esa idea? ¿Es condición sine qua non?
_No es condición necesaria. Es una manera posible. Genera una posibilidad de interacción o comunicarse con otro y siempre es un motivo de conversación, especialmente cuando no son las piezas de joyería habituales.
Es que la joyería siempre comunica, aun cuando tenga puesta una simple y habitual cruz, que dice algo de mis creencias.
Cuando esas piezas no son las acostumbradas, las decodificamos y también generan otro canal de comunicación, a veces explícito porque hay gente curiosa que le interesa saber y pregunta, otras es implícito porque se interpreta según la relación que se establece. Esta es una manera.
Hay otras maneras porque la joyería no siempre es para usar. Hay personas que atesoran porque la joya tiene un valor afectivo o porque hay una idea detrás y le encantó y la comparte pero no necesariamente la lleva sobre el cuerpo. En este caso, también hay una instancia previa que tiene que ver con la comunicación, que implica enterarse, saber el por qué esa pieza, para qué se hizo, cómo se construyó. Hay muchas maneras de ver o de entrarle a la joyería. También hay muchos que no se preguntan qué es esa joya, simplemente les gusta y se la llevan y la portan o exhiben y esto tiene más que ver con lo ornamental, con el gusto personal. Es igualmente importante porque tiene que ver con el deseo que provoca una joya, revela cierta intimidad ese interés por tocarla, agarrarla y llevarla.
“El gusto por una joya tiene que ver con el deseo que provoca, ese interés por tocarla, agarrarla y llevarla revela cierta intimidad.”
_¿Hace cuánto que trabajás este material?
_Aproximadamente desde 2009. Por entonces visité el Acuario de los Dos Océanos en Ciudad del Cabo, hoy me parece controvertido porque al tener una mayor educación cuestiono la necesidad de los zoológicos y acuarios entre otros espacios de cautiverio de animales aunque entiendo que algunos buscan generar conciencia de lo hermoso que es ese mundo y la necesidad de preservarlo. Era bellísimo y entonces me preguntaba si se pudiera plasmar algo de esa belleza, qué hacer para que la naturaleza no se pierda; me hizo tomar conciencia de lo hermoso que es el mundo y lo imprescindible que es cuidarlo para que sobrevivamos y vivamos mejor.
Un par de años antes había visto en Península de Valdés unos móviles hechos de botellas que evocaban el mar que me llamaron la atención. Y me sumó mucho el seminario «Entrando al Ma» de los artistas japoneses Sayumi Yokouchi y Jiro Kamata, invitados por la entonces Casa Petit Comité, en el que trabajé con PET.
“…Me preguntaba si se pudiera plasmar algo de esa belleza, qué hacer para que la naturaleza no se pierda.”
Ampliar la mirada
_¿Qué descubriste en esa instancia que te sirvió para tu trabajo?
_Por empezar fue una semana en la que me dispuse a vivenciar, un momento de experiencias que siempre es positivo porque implica una suspensión de la rutina diaria, en el que los sentidos se ponen en alerta.
Ese concepto ma, que es un vocablo japonés que significa el espacio o tiempo entre, que puede ser una pausa o se refiere también al momento entre que bajas los palillos y te llevás la comida a la boca, también un ma pueden ser esas piedras entre los senderos japoneses en los que pisás y elegís dónde vas a dar el próximo paso, y referido a las formas puede ser la silueta que se dibuja entre nuestros perfiles mientras conversamos.
Uno de los ejercicios consistía en recuperar la silueta que se formaba entre los objetos; esto fue un descubrimiento interesantísimo que me permitió recuperar esos espacios y desde entonces me amplió la mirada en todo sentido; adquirí un repertorio formal antes no visto.
Otro, supuso sobre la base de esos ma tomar un material y, valga la redundancia, materializar estas formas y, como en esos días ya había empezado a trabajar con plásticos y gomas, elegí el PET. Un seminario de apertura a herramientas creativas que me permitió adquirir otros elementos para trabajar.
Ya había hecho otras investigaciones con el PET. Y sí, inconscientemente evoqué esas formas más orgánicas u otras más geométricas no lo sé; no importa qué fue primero sí que surgió en el hacer y resultó una punta muy provechosa.
“Me permitió recuperar esos espacios y desde entonces me amplió la mirada en todo sentido; adquirí un repertorio formal antes no visto.”
_¿Usás un material producido para desechar como residuo no biodegradable. ¿Al reconvertirlo y sacarlo del circuito buscás frenar esa circulación?
_Esa es mi intención, Y al transcurrir los años voy viendo cómo mi trabajo se hace eco de políticas de reciclado, aunque he visto que para muchos es una postura que termina desvirtuando ciertas intenciones como la mía; hay que tener cuidado de no dejarse manipular y más bien hay que adherir a planes y proyectos que realmente contribuyan a sacar el plástico del circuito vicioso de la contaminación.
Noto que hoy hay más conciencia de lo nocivo del plástico; de hecho se recicla más que cuando empecé a trabajar este material.
Además, ha habido un cambio en el material. Antes el plástico con que trabajaba tenía una calidad y ahora el PET de las mismas marcas es levemente diferente, más gomoso, no es tan quebradizo, tiene un tono más amarronado, antes era más cristalino y esto se debe a que ahora se usan botellas recicladas. Entonces, hay un porcentaje menor de producción de plástico para envases porque se utiliza el circulante; las fábricas sostienen que reciclan algo menos de un 20 por ciento; es decir, algo está cambiando. También hay una restricción, ya que para los alimentos no se puede usar cualquier tipo de plástico lo cual supone una clara trazabilidad del origen de esos plásticos.
“Hay que adherir a planes y proyectos que realmente contribuyan a sacar el plástico del circuito vicioso de la contaminación”.
Trabajar para transformar
_Con uno de los materiales más sintéticos conseguiste un aspecto muy orgánico, que no requiere de una transformación química como la que lo formó sino mecánica o ¿cómo lo lográs?
_Sí, es mecánica. Ese impacto que me causó el acuario mencionado y el leer tantas noticias sobre el desastre ambiental que provocamos en el planeta, hace que mis piezas tengan cierto trasfondo de la naturaleza. Por eso es lógico o no me sorprende que lo primero que producen o manipulan mis manos son piezas con un lenguaje orgánico que claramente remite a la naturaleza. Casi todo lo que hago evoca a lo natural.
Aunque tengo una formación muy técnica que también influye por mi carrera de diseño industrial. Como esto responde a un saber más racional, a veces los productos resultantes parecerían más rígidos, más estructurados. Pero en mi caso se filtra ese impacto al que hacía referencia por lo que tiene que ver con lo afectivo. Esto es parte del lenguaje que trabajo.
Respecto a la transformación, las operaciones son muy sencillas. Se trata de migrar técnicas, saberes adquiridos o formados en otros universos, sean de la joyería, diseño, carpintería, manejo del papel o de la construcción. Me alimento de diversos universos y hago una transformación del material casi manual, porque implica, limpiar, recortar, corrijo, trabajo con fuentes de calor suaves, como un secador de pelo, un mechero con alcohol o una vela, para apenas hacer una termocontracción ya que el material reacciona, se curva y modula. No mucho más que eso.
“Se trata de migrar técnicas, saberes adquiridos o formados en otros universos, sean de la joyería, diseño, carpintería, manejo del papel o de la construcción”.
_¿Pero aplicás técnicas de joyería?
_Me encanta la construcción manual con herramientas, y sobre el PET aplico técnicas propias de la joyería y pruebo para ver resultados, como el uso de lijas para el esmerilado. Esmerillar y aplicar calor sobre el metal para conseguir cierta maleabilidad es muy de joyería.
Esto lo complemento también con construcciones bien de joyería al incorporar metales tales como bronce, alpaca, plata y cobre con, por supuesto, gran protagonismo del PET. El metal me sirve para resolver cierta funcionalidad que con el PET es más complicado de obtener y, en general, tiene que ver con el soporte de la pieza o con la estructura en el caso de los anillos, una base en broches cuyas agujas o espinas hago en acero inoxidable o los aros que son siempre en plata. De todos modos trato de que la intervención con el metal sea mínima, que pase a segundo plano, que acompañe.
“Sobre el PET aplico técnicas propias de la joyería y pruebo para ver resultados”.
_Imaginaba que en tu taller tendrías un almacén de plásticos por morfología, color y hasta textura.
_Te muestro: tengo una selección de plásticos que me llaman la atención, acumulo muestras y colores y también el resultado de distintos experimentos. Al principio me daban y mandaban de todo pero ahora todos los que colaboran saben qué tipo de plástico uso, que es el PET. Cuando son colores raros, los conocidos me traen. Lamentablemente con el consumo familiar y de amigos me arreglo, porque cada vez hay más envases de plástico tanto para comida como para limpieza de todo tipo. Así que resuelvo sin dificultad la etapa de acumular, lavar y cortar para achicar el volumen y no sólo para realizar piezas de joyería sino también para utilizar como recipientes de teñido, por ejemplo, pero es alarmante cuanto plástico usamos.
La producción de plástico más impresionante que utilicé fue de más de 700 botellas gaseosas y agua mineral que, como fue en un principio y para un evento tan particular como la presentación en Loot Mad About Jewelry, el museo de diseño de Nueva York, la registré especialmente. Con ese procesamiento realicé la colección «Natura» con más de 220 piezas de joyería contemporánea.
Algunas botellas tienen texturas como nervaduras o puntos que son muy lindas pero que requieren de una recolección particular para tener el material suficiente, de manera, por ejemplo, de trabajar todos los módulos con esas nervaduras. Prefiero trabajar con PET liso que no es tan rígido, aunque no es común y corriente.
“La producción de plástico más impresionante que utilicé fue de más de 700 botellas gaseosas y agua mineral para más de 220 piezas de joyería contemporánea.”
_¿Cómo conseguís ese efecto satinado tipo vidrio?
_Cuando me propuse trabajar con el PET parte del desafío era cambiar ese código de inmediatez con que identificamos al plástico. Por eso trabajé para detectar cuáles eran sus atributos que hacen que lo reconozcamos y busqué cómo contradecirlos. Esas propiedades son, entre otras, el brillo por eso lo bajo con un efecto satinado y la transparencia por eso busco la traslucencia que deja pasar la luz de manera más difuminada.
Lo trabajo con el calor con un método mediante el cual realicé las piezas de la colección «H2O» que en esa primera etapa eran transparentes. Con esta serie obtuve en 2012 el Premio Adquisición del XI Salón Diario La Capital y del Museo Juan B. Castagnino de Rosario.
Segunda oportunidad
Buscaba elementos que me permitieran la calidad de la propuesta estética. Desde ya la forma y la terminación superficial que también aporta mucho. No se trata de que me interese borrar que sea plástico sino más bien evocar o provocar las ideas que están por detrás y que quiero transmitir con estas joyas contemporáneas. Sacarle brillo al material fue un paso importante y esto trajo aparejada la textura y su manejo con lija, faja esmeril o una muela o hasta con la polea; y hasta probé con el torno y hasta arenado. Es decir, me abrió un mundo, el mundo de lo sensible que percibimos.
El efecto reflectante se consigue justamente con la textura pareja que se logra con la aplicación de lija. El trabajo manual es importante, las máquinas ayudan pero la última pasada o terminación a mano hace que la pieza sea única porque con esta consigo uniformar o controlar la pieza. Así, mientras lo voy transformando dialogo con el material.
Como la mano no hay, y es un tiempo para pensar, requiere de mucha paciencia y de estar en el aquí y ahora. Este es el gran aprendizaje que agradezco y le debo a la joyería, el cual supone respetar el tiempo que llevan los procesos, implica dedicación y asumir que no hay nada para perder y todo para ganar. Si alguna pieza sale mal o no como quería, fue un tiempo que invertí en tener una experiencia… si una pieza se derrite, se arregla o te da la oportunidad de volver a realizarla. La joyería siempre te da una segunda oportunidad.
“A la joyería le debo la paciencia, el respeto, la dedicación y el estar aquí y ahora. En joyería tenés todo para ganar, nada para perder.”
_¿Descubriste otros efectos o estás trabajando en algún otro sobre el plástico u otro material?
_La posibilidad del cambio de color fue fundamental. El color es un atributo muy importante para las formas, muy potente como herramienta de expresión y comunicación. El color no es inocente, dice mucho, permite hacer asociaciones y pensar en determinados mundos, supone muchas idas y venidas y genera un sinfín de posibilidades. Cuando logré hacer algunas transformaciones de color también se me abrió un panorama interesante. En el interín, en el proceso, en la experiencia, muchos procesos fracasaron, hubo muchas maneras de hacer que comprobé e incorporé.
El manejo del color de alguna manera fue gracias a Mabel Pena que me sugirió el uso de color, a propósito de una requisitoria de la curadora del Museo de Arte Popular José Hernández para una expo, y fue un ábrete sésamo. Trabajo con el color del plástico y a veces lo tiño o no, según lo que pretenda.
Mediante la comunicación online con mis alumnas que conocí en los cursos online que ofrezco supe de las tinturas disponibles en otros países, donde hay más circulación de insumos; así voy sumando a la lista de posibilidades. Por ejemplo, una estudiante de México me contó que probó con el pigmento de achiote que tiene un tono rojizo un poco amarronado agradable. Es ese condimento sustituto del azafrán procedente del fruto de una planta, que en el período prehispánico se empleaba en la cocina y hoy se extiende a las industrias alimenticias, cosmética y textil, ahora puedo decir que sirve para aplicarlo a la joyería contemporánea.
“La posibilidad del cambio de color fue fundamental. El color es un atributo muy importante para las formas, muy potente como herramienta de expresión y comunicación”
_¿La propiedad de termocontraíble fue clave en tu procesamiento del PET?
_Al principio fue clave y es lo más aceptable para piezas orgánicas que remiten a la naturaleza y que tanta fascinación ejercen. Una especie de compensación que hace fluir el plástico que tanto estanca. La naturaleza en el arte siempre ha jugado un papel importante, siempre genera empatía y haberlo conseguido aun con un material sintético me enorgullece. Para esto el uso del calor es fundamental.
Como contrapartida hice otra colección como «Ciudades», que gusta más a los proyectistas o arquitectos, la cual tiene más que ver con esa educación adquirida. Será porque estas piezas, que trabajé con remaches metálicos, se podrían reproducir mediante plantillas y hacer otras casi iguales. También será porque estas piezas remiten a una arquitectura modernista.
Este material es muy rebelde al pegamento por eso apelé a los saberes adquiridos en la joyería como el uso del calor y los remaches que también se usa en la talabartería y en la indumentaria.
“La naturaleza en el arte siempre ha jugado un papel importante, siempre genera empatía y haberlo conseguido aun con un material sintético me enorgullece.”
_¿Qué conceptos del diseño industrial aplicás?
_Fundamentalmente los criterios constructivos. El proceso de construcción de piezas a mano tiene esta base más técnica o saber más mecánico que deriva en la manera de armar las piezas. La diferencia es que en joyería me quedo en lo que en diseño se conoce como el prototipo, que luego al adaptar procesos se hace la producción o las repeticiones. En algunos casos las hago y en la mayoría me quedo con esa pieza original porque me permite de alguna manera controlar y manejar el resultado hasta el final.
El criterio de proyectar o pensar está siempre presente. La construcción en plástico parecería tener más que ver con lo espontáneo, con la creación artística -que para mí significa crear en base a imágenes internas o expresarse en base a una necesidad interna porque la joyería artística supone crear o expresarse sobre la base de una necesidad interna-, pero bueno en la parte de construcción de la pieza interviene una mirada proyectual. Un proyecto que supone entender cuáles son los requerimientos, sobre todo si es una pieza de uso, ya que algunos materiales y formas pueden ser más aptas que otras.
“La joyería artística supone crear o expresarse sobre la base de una necesidad interna.”
Cuando lo funcional define
_¿Siempre pensás tus joyas como piezas de uso?
_Sí. Me cuesta mucho prescindir del uso o portabilidad de una pieza de joyería, aunque repito, admito que no es su fin y no es necesario. Lo funcional ayuda y termina de definir una pieza de joyería.
“Lo funcional ayuda y termina de definir una pieza de joyería.”
_En tus últimas piezas incorporaste lo digital.
_Trabajé con archivos fotográficos digitales. Son fotos viejas de reuniones familiares, que primero trabajé con un sistema digital para achicarlas en un proceso que también tiene que ver con lo proyectual, lo cual supone un proceso de transformación y adaptación en función a la necesidad, un recurso que claramente me viene del diseño industrial. Luego las imprimí en acetatos, que intervine porque son brillosos, de esta manera otra vez volví a aplicar un saber distinto.
Cómo tratar el material sin perder la imagen me pregunté en el proceso y apliqué herramientas de abrasión y lacas para acentuar el grado de opacidad. Estas son algunas de las operaciones que realicé sobre el acetato, presente en las piezas que presentó en la expo que ahora se ve en Munich.
La incorporación de laca o un barniz al agua mate se debe a que manipulaba un acetato impreso, justamente para preservar las imágenes.
“Mi trabajo supone un proceso de transformación y adaptación en función a la necesidad, un recurso que claramente me viene del diseño industrial.”
_¿El teñido lo hacés en el proceso inicial o final?
_Se puede hacer en cualquier momento pero prefiero realizarlo en la previa, antes de armar las piezas, pero probé de todo y los resultados son siempre interesantes.
Cuando te desprendés de la pieza como objeto preciado, podés probar libremente con la confianza de que no tenés nada que perder. Si algo no me cierra sigo buscando. Si, por ejemplo, la tintura no me queda como quiero, la pierdo pero gano en otra opción con que me identifique, que me guste más. Y en esas búsquedas he tenido experiencias maravillosas con grandes hallazgos, como así también tengo una caja con piezas que ni muestro porque me parecen horribles, pasa de todo…
“Probé de todo y los resultados son siempre interesantes.”
_Además de diseño industrial hiciste la carrera de Curaduría de Arte.
_Diseño Industrial es muy práctico -además de esta carrera de grado en la UNLP hice el curso anual, School of Visual Arts, en Nueva York-, pero sentía que necesitaba un mayor basamento teórico. Entonces, opté por Curaduría para entender nuestra cultura, de dónde venimos o alimentamos en términos generales; también, me dio herramientas críticas para analizar y empezar a entender por dónde quiero ir; me aportó mucho desde el punto de vista de la semiótica para entender cómo reelaboramos y para comprender que cada uno de nuestros discursos está basado en discursos previos. Con todo, pude desarrollar un espíritu más reflexivo, analítico y crítico.
“Pude desarrollar un espíritu más reflexivo, analítico y crítico.”
_¿En qué proyectos estás trabajando?
_Estoy bastante abocada a la docencia en mi taller donde ofrezco técnicas de joyería en general no apunto a la aplicación del PET sino a cualquier material que elijan. También, brindo cursos en otras escuelas de manera online, lo mismo volveré en el segundo semestre en el MAP y en abril lo repetiré en forma presencial en el ahora Espacio Joya. Y sigo adelante con la materia de Diseño de Joyería como parte del posgrado Diseño del Indumento, de la Facultad de Artes de la UNLP, que aborda el proceso de diseño de Indumentaria y Joyería.
“Estoy bastante abocada a la docencia en mi taller donde ofrezco técnicas de joyería en general no apunto a la aplicación del PET sino a cualquier material que elijan.”
_Trabajaste en otros materiales además del PET y el metal.
_Sí, con papel, maderas, piedras y bastante en mix con metal, claro. Estuve mucho con metal porque después de Diseño industrial estuve por siete años con el maestro de origen armenio Aschian Sarquis trabajando con técnicas tradicionales en oro, plata y piedras, después seguí por otros muchos años con Jorge Castañón donde aprendí otras técnicas más experimentales, en un principio sobre metal y comenzando a pensar más en el concepto. En un momento se enseñó joyería con el mandato del manejo conceptual pero ahora es más libre.
A veces pienso un concepto que materializo en una pieza, otras es al revés; muchas, juego con el material y esa intervención me sugiere algo; también hago el esfuerzo por reconstruir a qué me lleva eso.
Y en esas cosas de la semiosis, de la experiencia, me pregunto a qué remite o por qué me resuena y me doy cuenta que hay algo, que viví algo de eso o alguien me contó y me quedó picando; eso también es muy común, inconsciente y hasta genuino; el presente o el futuro muchas veces responde a eso que ya fuiste, que ya hiciste.
En Munich
De esto se trata mi trabajo para «Missing Memories», la muestra comisariada por Juan Rusich para galería Alliages que hoy se muestra en paralelo a Schmuck en Munich. Ese volver, ese continuo activa nuestra memoria. Una herramienta reflexiva que pude adquirir a partir de los planteos del escritor Franklin Velez, como parte de los cursos de la Licenciatura en Curaduría en Artes de la Universidad Nacional de las Artes. Al tomar contacto con sus textos me di cuenta que reflejaban eso que inconscientemente había hecho, y se manifiesta una red en la que se abren y cierran caminos.
“A veces pienso un concepto que materializo en una pieza, otras es al revés; muchas, juego con el material y esa intervención me sugiere algo; también hago el esfuerzo por reconstruir a qué me lleva eso.”
_¿Qué llevaste a Munich?
_Como respuesta a una convocatoria de Alliages presento una pieza en acetato impreso de la serie descripta. Con esta fundación también formo parte de Legado, que es un proyecto en el que los joyeros donamos piezas para el museo de joyería contemporánea Espace Solidor ubicado en Cagnes-sur-Mer, al sur de Francia, y participo de sus muestras itinerantes que, en el caso de «Missing Memories» arrancó en Lille, ahora se exhibe en una galería del barrio de Schwabing en Munich a propósito de Schmuck, continuará en Melting Point en Valencia, probablemente seguirá por Madrid y también estaría en Contemporania Barcelona la feria que reversiona Joya Barcelona.
De esta muestra también participan las argentinas Monique Lecouna, Elvira Cibotti, Paula Botto Fiora y Hebe Argentieri.
Mi trabajo muestra cómo está presente la memoria, cómo vivimos en la memoria por eso tiene que ver con ese continuo al que hacía referencia, con esa permanente retroalimentación de lo que fuimos para construirnos, vivir el presente y, de alguna manera, perfilarnos hacia el futuro. La pieza de esta serie implica un desplegar, que aparece y desaparece, que en un momento está y en otro no, tal como funciona la memoria; algo nos dispara un recuerdo o una imagen y reconocemos eso que estaba adormecido. Me gusta profundizar una idea a través de una serie, en la que se da una transformación de una pieza a otra aun con un hilo conductor, por eso seguro seguiré trabajando con esta propuesta incipiente.
Tal como se muestra con este anillo es una suerte de catarata que se despliega y mueve, con imágenes que aparecen y desaparecen con impresiones sobre acetato y se completa con PET y alpaca. Me interesa trabajar este mismo continuo sobre PET, a veces una imagen tan explícita puede que cierre en vez de abrir sentidos, entonces puede que siga con imágenes pero no tan evidentes. En el anillo elegido por Alliages las imágenes están en segundo plano. Lo ambiguo te hace pensar asociar distintos conceptos por eso intentaré seguir en ese camino.
“Lo ambiguo te hace pensar asociar distintos conceptos”
_¿Y otro material?
_Bueno, recientemente trabajé con las maderas del deck que tengo en el patiecito interno del taller, Veré, no sé, quizá ya es tiempo de pasar a otro material pero cada vez que me lo planteo aparece una nueva manera tratar el PET.
En «Océanos», «Heridas», el color es muy fuerte y según como lo trabaje evoco distintas ideas. Cuando creí que esto estaba agotado, descubrí que podía trabajarlo con fajas de esmeril y no pude parar. Por eso, ya no digo de esto basta…
“Cuando creí que esto estaba agotado, descubrí que podía trabajarlo con fajas de esmeril y no pude parar. Por eso, ya no digo de esto basta…”
_Muchas de tus piezas están en galerías y museos fuera de Argentina.
_Además del museo Castagnino en Rosario y del museo francés Espace Solidor, en los que mis joyas forman parte de sus colecciones, mi obra se encuentra en la galería parisina Elsa Vanier, en la Fundación Cominelli de Brescia o en el espacio online No-gram con sede en Roma que me conecta con interesados de distintos lugares del mundo; estuve durante mucho tiempo en Quoil Gallery en Wellington con quienes participé del espacio Frame, exclusivo de galerías. En Buenos Aires, ahora estoy en la tienda del Museo de Calcos y Escultura Comparada Ernesto de La Cárcova dependiente de la UNA. Dondequiera que estén es un orgullo.
Se lanza Espacio Joya
Apuntes | Notas
“La comunidad joyera local necesitaba un punto de encuentro”

Se anuncia Espacio Joya. Tali Wasserman, de Estudio Joya, y Laura Ferrari, de Espacio AuRoom, se unen y relanzan sus escuelas taller en un emprendimiento único, abarcativo y ambicioso: una nueva escuela de joyería contemporánea que incluye un espacio de cowork, una residencia para estudiantes del interior y exterior del país, una tienda de insumos para joyeros y hasta un café bar, además de que proyectan una galería de arte.
Oficialmente se inaugurará en unas semanas pero ya funciona desde principios de este año.
En qué consiste el proyecto, qué cambia, qué ofrecerá o en qué innova. Cómo la virtualidad tendió lazos hacia una nueva realidad. Joyeros y escuelas en red.
Un recorrido común las identifica y el presente las une. Ambas comenzaron por la joyería fina o más clásica, arrancaron en escuelas de tradición joyera y siguieron su formación con diversos maestros en distintos talleres, una en la Ciudad de Buenos Aires y la otra en Córdoba capital. Tali Wasserman, de Estudio Joya, y Laura Ferrari, de Espacio AuRoom, dicen que acercarse de manera virtual en plena pandemia fue un hito en sus carreras y se convirtió en la base de un proyecto que hoy comienza a concretarse. Ya se habían contactado por un workshop de cera perdida de Rocío Bastida al que asistió Laura, quien quedó enganchada con Estudio Joya por la experiencia vivida en ese taller.
Recuerdan que en ese encuentro sembraron esos valores que hoy buscan cosechar. Por eso, sostienen que “la calidez, la empatía y la diversidad para que todos se sientan cómodos son los pilares de esta nueva propuesta”.
La novedad ya está en marcha en una casona reciclada de Villa Urquiza. Un espacio abierto al que se accede por escalera. Luminoso, con acentos de color que las identifica, y precisamente equipado en respuesta demandas de estudiantes y docentes.
“¿Qué necesitás para enseñar o aprender? fue el disparador para instalar un espacio colectivo y participativo. Así sumaron un sector especial para la fundición, un equipo de pulido y, entre otros, un banco joyero exclusivo para piezas de oro.
No dudaron en repetir la exitosa experiencia de cowork que se da en Espacio AuRoom, en Córdoba capital. “El espacio de trabajo compartido es la solución a una búsqueda personal y colectiva, y responde a una necesidad”, destacan. Además, ofrecen la segunda residencia especializada en joyería del país.
_¿Hacer alianzas es clave?
Tali Wasserman: _Sin duda, Laura con Espacio AuRoom siempre se dedicó a la llamada joyería fina y desde Estudio Joya buscamos integrar lo expresivo y lo contemporáneo, y ahora sumarlo a la técnica de oficio es genial. No es que Estudio no ofrezca técnicas sino que nos sumamos a ese fuerte de AuRoom que también viene de a poco incorporando expresiones en materiales no convencionales.
Laura Ferrari: _Es que comencé trabajando con mayoristas con productos clásicos, como alianzas, sellos o anillos de inicial y después como artista plástica fui sumando otros saberes y prácticas, porque la historia o vida laboral te impone quehaceres. Me fascina la precisión de la técnica que implica la joyería fina.
T. W.: _Tenemos un recorrido similar. Por recomendación de Miguel Mindlis, un profe de Engarce de la Escuela de la Joya donde estudié, arranqué como pasante en una empresa en la que se hacía engarce de joyería en platino para exportar y luego seguí en una fábrica en la calle Libertad hasta que en 2001 me puse un taller y abrí mi propia marca.
“Buscamos integrar lo expresivo y lo contemporáneo, y ahora sumarlo a la técnica de oficio es genial”.
_¿Cómo surgió este proyecto y en qué consiste?
L. F.: _Comenzamos a conversar en septiembre de 2021 porque me interesaba hacer algo juntas. Ambas tenemos una escuela, la mía de Córdoba con un coworking y una marca de fabricación de alianzas con muchos clientes en Buenos Aires. Y decidimos aliarnos para expandir y potenciar esta idea de compartir mucho más que joyería desde la diversidad.
Proyectamos abrir una escuela apta para todos o muchos, incluso personas con alguna discapacidad como aquellas que se manejan con lenguaje de señas u otros. Empezamos con talleres especiales y pensamos sumar becas para personas que no tienen acceso; apuntamos a que esté coordinado desde un departamento Social y podrá incluir de clases para presos, como ya se ofrecieron desde La Coope, más un cupo trans y lgtb entre los empleados. La joyería será una excusa para que en este lugar, en el que circulará mucha gente, se genere un espacio más abierto y diverso.
Cuando la joyería es una excusa
T. W.: _Funcionará una escuela taller de joyería contemporánea, un lugar de trabajo cooperativo con alquiler de espacios de trabajo exclusivo de joyería, una tienda de insumos en alianza con Casa Wasser y Metales Julio no solo para alumnos sino para la comunidad joyera local. Además de una residencia para joyeros, con alojamiento, uso de las instalaciones, horas de seguimiento de proyecto y de otros talleres con combos de 30 y 45 días en principio; ya arranca en estos días con una estudiante brasilera.
Buscamos promover o visibilidad la joyería contemporánea local en Latinoamérica mediante alianzas, intercambios o trabajos en conjunto con otras escuelas.
“La joyería será una excusa para que en este lugar, en el que circulará mucha gente, se genere un espacio más abierto y diverso.”
_¿Qué cambia en la oferta educativa que vienen brindando?
L. F.: _No es específicamente la suma de técnica y libre expresión o más artística porque de alguna manera se da en cada uno de nuestros espacios sino que el cambio o salto se da en una mayor infraestructura y disposición de recursos, equipos y maquinaria en un lugar más amplio. Además, pretendemos proyectarnos en el exterior a partir de nuestra experiencia online y de coworking. Ya contamos con una agenda de intercambio de estudiantes con escuelas de Chile y Brasil que se va a hacer extensiva a docentes.
“El cambio o salto se da en una mayor infraestructura y disposición de recursos, equipos y maquinaria en un lugar más amplio”.
_¿Es una respuesta a una necesidad?
L. F.: _En mi caso, responde a eso que hubiese querido tener cuando estudiaba: una propuesta educativa que integre taller, insumos, un espacio de trabajo cooperativo y hasta una residencia con intercambio. Muchos trabajan en su casa no pueden hacer más por falta de herramientas y creemos que este espacio va a completar y enriquecer mucho el trabajo joyero, porque se dispone de un banco, equipo de fundición, laminadora, pulido, recepción de clientes, wifi, es decir, un taller completo que responde a las necesidades de hoy.
T. W.: _Los estudiantes avanzan, crecen, arman marcas y esa respuesta tan grande requiere de una oferta acorde. Creo que lo que podía ofrecerles en relación al volumen de crecimiento daba para más. Así que esta propuesta estimula a una reacción aún mayor. Sin duda hay mucha demanda y eso, en lo personal, me lleva a que también evolucione, progrese y ofrezca un servicio más completo. Sé que soy potenciadora y he conseguido que quienes han venido a mi taller armen un estilo de vida diferente, y estoy feliz y orgullosa de eso. El quincho de mi casa que fue una alternativa en pandemia me quedó chico sobre todo después de haber tenido un local para una escuela con cerca de una docena de docentes para cien alumnos; pareció que retrocedí pero no, me permitió continuar y ahora impulsarme mucho más.
También, es una necesidad de la comunidad joyera local porque a poco de contarlo, muchos colegas se acercaron para apoyarnos, aplaudirnos o plantear sus inquietudes, que estamos teniendo en cuenta.
“(Espacio Joya) responde a eso que hubiese querido tener cuando estudiaba… Esta propuesta estimula a una reacción aún mayor. Sin duda hay mucha demanda y eso, en lo personal, me lleva a que también evolucione, progrese y ofrezca un servicio más completo”.
_¿Fusionaron ambas escuelas?
T. W.: _Ahora todo es de todos. Estudio Joya y Espacio AuRoom se convierten en Espacio Joya con sede en Córdoba capital y Villa Urquiza, con una misma escuela unificando espacios de comunicación, como la web y las redes sociales.
Sin embargo, la integración no supondrá similitud, ya que ambas escuelas conservarán ciertas particularidades con algunas propuestas que funcionan en cada uno de los lugares, como los workshops internacionales que se dictarán de acuerdo a la demanda de cada lugar y la modalidad valor del coworking que en Córdoba se da de manera permanente y entendemos que en Buenos Aires tal vez no es tan necesario sino que la demanda se dará por una necesidad de trabajo más puntual, en particular, para intercambiar o generar comunidad, creemos que se dará por estilo de vida.
“Ahora todo es de todos. Estudio Joya y Espacio AuRoom se convierten en Espacio Joya con sede en Córdoba capital y Villa Urquiza, con una misma escuela unificando espacios de comunicación”.
_¿Qué se podrá encontrar en Espacio Joya?
T. W.: _Siguen las clases regulares libres de seguimiento de proyecto, con una clase de técnica pautada y guiada. Ya este mes arrancan los workshops presenciales, como el de PET de Fabiana Gadano, y el de modelado en cera de Eliana Irazábal. Mucha de la oferta online que se dio en estos años se volverá a hacer en forma presencial aunque se preservará la modalidad virtual porque contamos con alumnos en todo el mundo: Chile, Brasil, México y España, sobre todo, además de Colombia, Venezuela e Italia, entre otros. Y pronto sumaremos a Lara Sturzenbaum que además de sus clases de joyería habituales ofrecerá clases en inglés, una vez que abramos nuestra comunidad virtual al habla inglesa.
L. F.: _En la sede de Córdoba, los contenidos seguirán un poco más estructurados en diversos niveles que sistematizan el aprendizaje de técnicas como parte de un programa que va de Inicial, Avanzado, Proyecto a Taller libre; además de workshops y clases personalizadas. Pretendemos integrar ambas modalidades o propuestas en una sede y otra, con meta a una carrera oficial.
Ahora, estamos trabajando en el montaje del cowork, del mobiliario de exhibición de la tienda y terminando de instalar a residencia
“Pretendemos integrar ambas modalidades o propuestas en una sede y otra, con meta a una carrera oficial.”
_¿Con los intercambios, pretenden una red de escuelas?
T. W.: _Hay muchas escuelas de joyería en Latinoamérica y buscamos conectarnos para potenciar saberes a través del intercambio de estudiantes y maestros. Por eso, sostenemos que este proyecto quiere ser colectivo. Si bien cada una tiene su propuesta consolidada, con Espacio Joya damos un paso más allá, con muchas ganas de hacer y acercarnos a otros.
Ya estamos en contacto con la Escuela de Joyería de Pamela de la Fuente en Santiago de Chile, la Escola Brasileira de Joalheria de Río de Janeiro, la Escola Brasileira de Joalheria y la Escola Laboratório Núcleo Joalheria Contemporânea de San Pablo, entre otras. Una de las ideas es armar giras de artistas joyeros internacionales por las escuelas asociadas. Para este año estamos en conversaciones con Jorge Manilla, eventualmente vendría Chris Kiseno y tal vez Tania Crane.
“Este proyecto quiere ser colectivo. Si bien cada una tiene su propuesta consolidada, con Espacio Joya damos un paso más allá, con muchas ganas de hacer y acercarnos a otros.”
_¿Y en el ámbito nacional?
T. W.: _Sin duda que crearemos un tejido local y el espacio nos ayudará, por ejemplo, disponiendo de este taller como espacio multiuso, auditorio incluido. Hay muchos joyeros con valiosos conocimientos que podrán hacer uso de este espacio para transmitir lo suyo. La intención es unirnos y potenciarnos entre nosotros, entre los joyeros.
Obviamente, no todo el fuerte o no todo pasa por el exterior o Europa porque acá hay muy buenos maestros y referentes que también son reconocidos internacionalmente. Por esto, nos interesa fortalecer nuestra identidad latinoamericana. La comunidad joyera local necesitaba un punto de encuentro.
L. F.: _Y sí también haremos intercambio con otras escuelas joyeras de Argentina. Ya estamos en ese relevamiento y tendiendo líneas para conectarnos y empezar a tejer esa red.
“Nos interesa fortalecer nuestra identidad latinoamericana. La comunidad joyera local necesitaba un punto de encuentro”
_¿Qué se necesita aprender de joyería hoy?
L. F. _Soy fan de la técnica pero no considero que tenés que saber todas las técnicas al cien por ciento para ser joyero. La técnica te da libertad para crear. Cuantos más recursos técnicos adquirís más posibilidades tenés para definir y hacer una joya. Si tus conocimientos son acotados probablemente tu capacidad de diseñar una joya también sea pequeña.
T: W.: _Hay muchas formas de ser joyero, depende de la inquietud y de lo que busque cada uno. A las personas les interesan distintos aspectos de la joyería. Hay algunos que quieren saber mucha técnica, otros que solo aprenden lo que necesitan para expresar lo que desean, hay quienes solo buscan una salida laboral y buscan vender piezas de joyería, otros quieren aprender solo por hobby y hay quienes no aplican técnicas de joyería sino ingenio en el uso de materiales no convencionales.
Alcance sin límites
No hay límites en el alcance de la joyería, de su aplicación, de los materiales que se usen. Los límites se corrieron bastante, se fusionan entre diversas artes. Lo mismo, no hay límite de tiempo. No se requiere de un tiempo mínimo para estudiar y poder hacer. Ahora somos más libres, solo está bueno saber qué queremos contar, con qué material nos sentimos más cómodos o si nos sirve para lo que queremos decir y ya. Vamos viendo qué herramientas o conocimientos necesitamos.
L. F.: _En el proceso de enseñanza aprendizaje de la joyería tampoco se lo ve al docente como una figura que verticalmente imparte conocimientos sino que más bien se da una relación horizontal, más de igual a igual, en la que todos aprendemos y descubrimos. Obviamente aprendemos mucho de los estudiantes, muchos de los cuales son profesionales en otras disciplinas, como diseño de moda o indumentaria, vestuario, artes plásticas en general y otras que aportan mucho al quehacer joyero; suman una mirada diferente que nos permite ver a la joya desde otros puntos de vista.
Así, no solo se desdibuja cada vez más el límite entre el docente y el estudiante sino entre la joyería y otras artes. Más bien es un grupo creativo, de intercambio y consulta, en el que todos opinan y discuten la obra del compañero. Pensamos y resolvemos la joyería entre todos. Sí es cierto que se enseña la técnica que nos permite ese nivel de intercambio o discusión; sin esa herramienta no podemos avanzar.
T. W.: _De la misma manera horizontal, estamos gestando el proyecto. Conversando qué herramientas necesitan más los docentes o los estudiantes, cómo les gustaría o necesitan que sea el espacio en el que van a trabajar. Los participamos para tomar decisiones porque pensamos que la escuela la hacemos entre todos. Y esto excede a la joyería. Hoy todo se piensa de manera más horizontal, sobre todo, en las artes. También, pretendemos proyectarnos más allá de la joyería.
“La técnica te da libertad para crear. Cuantos más recursos técnicos adquirís más posibilidades tenés para definir y hacer una joya.”
_¿Hacia dónde?
T. W.: _Tenemos muchas ganas de incursionar en la tecnología e investigar de qué manera se puede linkear con la joyería. Tenemos algo de experiencia adquirida con la muestra interactiva « Refugiados», hecha con realidad aumentada por Estudio Joya durante la Bienal de 2018. Estamos indagando entre la realidad y virtualidad con joyas mediante. Sumar tecnología hoy es clave, entre otras, pensamos en un desarrollo en el que los estudiantes puedan tener un avatar o identidad virtual para interactuar.
Además, es fundamental lo interdisciplinario, lo cual nos obligará a maridajes con otras expresiones, como la fotografía, por ejemplo. Es claro que ampliar los límites está bueno. Y en este desdibuje surgen otros intereses que enriquecen, que nos contactan. De esta manera, la joyería para a ser un pretexto para conocernos o para entendernos más como seres humanos.
E insisto y repito: la joyería termina siendo una excusa; en muchos casos la joyería te cambia la vida, y eso es lo importante; te cambia no el estilo de vida, o sí, sino la vida como ser humano, porque podés aprender a expresarte, a conectarte con el otro, a ser más sensible a lo que te pasa y le pasa al otro, podés mejorar tu relación con el otro, podés cambiar tu manera de vincularte, podés sentirte más valorada, podés darte cuenta que sos capaz de hacer lo que querés o te proponés y mejorás tu autoestima. En las clases, con la excusa de enseñarles a limar lo que realmente me interesa es que se valoren, que sean independientes, que se animen, que se vinculen con el otro.
La joyería te atraviesa como ser humano. En este caso, es la joyería pero podría ser cualquier otro oficio o actividad, lo importante es conectarnos con nosotros mismos y con el otro.
L. F.: _ También nos interesa ofrecer experiencias. La propuesta de Espacio Joya no busca solo sentarse en un banco joyero o tras una mesa sino que apuntamos a experimentar y poder hacer. La ambientación suma, una degustación también porque no es la comida en sí sino lo que ésta habilita. Apelar a todos los sentidos para movilizar y hasta conmover desde la joyería está buenísimo y hacia eso vamos.
En ese sentido, se inscribe nuestra propuesta de Alianzas únicas, que realizamos desde hace siete años en Córdoba y ahora la traemos a Espacio Joya de Villa Urquiza. En ésta, los novios hacen sus propios anillos y le dan un significado especial, materializando su historia y siempre resultan momentos únicos emocionantes. Es otro espacio de intercambio y de disfrute de la joyería. Proyectamos repetir o ampliar esta experiencia con Joyas Compartidas entre madre-hija, amigos y más.
T. W.: _Nuestro proyecto incluye un bar en la terraza, que no estará abierto al público sino que será un espacio para seguir compartiendo antes o después de hacer una joya en una clase del taller, tras una charla, después de una de estas experiencia o en una pausa durante el coworking. Con el tiempo pretendemos ir sumando y sumando más propuesta, como una galería de arte. Vamos viendo que nos depara la joyería u otras artes…
“La joyería te atraviesa como ser humano. En este caso, es la joyería pero podría ser cualquier otro oficio o actividad, lo importante es conectarnos con nosotros mismos y con el otro”
Entrevista a Lara Sturzenbaum
Apuntes | Notas
“Pude estudiar y convertir mi hobby en una profesión”

Lara Sturzenbaum consiguió transformar un hobby en una “profesión” gracias a una carrera universitaria especializada en joyería, en Nova Scotia, Halifax, que describe de manera apasionada porque así la estudió: “enfocada -casi con obsesión- en aprender todo sobre joyería”.
Cuenta que la práctica y la dedicación a full la llevaron a obtener un título que hoy le permite aplicar a una residencia artística y a un máster. Dice que estudiar es la clave para avanzar y afirma: “Aspiro a seguir aprendiendo y hasta enseñando en la misma universidad en la que estudié”.
De paso por su Río Gallegos natal o, más bien, desde un campo en la zona cordillerana, explica cómo fue su experiencia, por qué elige un máster como transición al mundo laboral, presenta a Malercas, su firma de joyería con piezas únicas hechas en bronce y plata, habla de la enseñanza virtual de la joyería, de su fascinación por el esmaltado y también da detalles de sus investigaciones con biomateriales.
_¿Cómo empezaste en joyería?
_Empecé como muchos, jugando hasta que se convirtió en un hobby. A partir de cierta habilidad con las manos y el interés por los adornos, desde muy chica comencé a hacer bijoux para familiares y amigos. Con los años, pasé a crear piezas con piedras naturales de Río Gallegos, donde nací.
De viaje en un año sabático por Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda, conocí a una joyera en Kumeū, a 40 minutos de Auckland, que me acercó al oficio, en particular, a la técnica de soldado y me encantó, tanto que decidí buscar una carrera de grado universitario para aprender y profesionalizarme en joyería.
Apliqué a varias universidades, algunas de las cuales no me resultaron accesibles, por eso opté por la pública de Halifax, una ciudad de Nueva Escocia, en Canadá. Se trata de Nova Scotia College of Art and Design, especializada en arte, en la que estudié una licenciatura en bellas artes con especialización en diseño de joyas para orfebrería, un programa súper interesante. Me aceptaron y dieron una beca a partir de un porfolio de esas piezas hechas con esas piedras patagónicas con que comencé a experimentar. Fui totalmente enfocada a aprender todo lo que tuviera que ver con joyería y no dejé materia optativa sin asistir porque me interesaba mucho aprovechar y ver todo lo que podía.
“Fui totalmente enfocada a aprender todo lo que tuviera que ver con joyería y no dejé materia optativa sin asistir porque me interesaba mucho aprovechar y ver todo lo que podía”.
_¿Cómo es esa especialización en joyería?
_La carrera son cuatro años, con materias prácticas y teóricas obligatorias y otras optativas específicas de la disciplina elegida, que en mi caso fue joyería a full. Incluyó una orientación en prácticas profesionales muy útil que me sirvió para aprender y aplicar para residencias y para investigar sobre maestrías disponibles. Entre las obligatorias está Joyería en distintos niveles, Orfebrería, CAD/CAM Rhinoceros, Gemología, Técnicas avanzadas y otros estudios de profundización. Aprendí muchísimo.
Tengo mucho por enumerar o citar porque incluye técnicas básicas, como calado, soldado, recocido, lijado, pulido, limado, fundición (trafilado y lingotes), además de la técnica con hueso de pez sepia, modelado digital e impresión 3D con distintos materiales a otras como fotografía de joyería, electroformado, diferentes articulaciones, cierres y sistemas, reticulado, engarces, grabado químico, recubrimiento en polvo, diferentes patinas y acabados.
También, estampado con prensa hidráulica, micro soldado de precisión, plegado y hendido del metal, remachado, embutido y acanalado, forjado, cadenas, texturas con laminadora, fotograbado, diseño y fabricación de una edición limitada de joyería a elección con packaging incluido, corte láser en acrílico y materiales no convencionales y paro de citar porque hay mucho más.
Con la mira en aprender todo sobre joyería
Entre las optativas, elegí las de joyería porque, como mencioné, preferí apuntar a mi disciplina al 100%. Sumé Fotografía, Programas digitales y Tintes naturales en el departamento de Moda, para aplicarlo a los bioplásticos.
Quiero destacar, en este proceso de aprendizaje, materias como Fundición a la cera perdida, Esmalte sobre cobre en horno, Cerámica para joyeros y Orfebrería que me fascinaron. También impresión 3D en distintos materiales, entre ellos, cerámica y baño de oro.
La forma de enseñar es diferente, recuerdo que cuando recién comencé la facultad les comentaba cómo era a mis amigas de Argentina y se sorprendían de que no tenía finales, salvo excepciones, pero tenía presentaciones todas las semanas, no había opción a no entregar, sí o sí tenía que llevar la carrera al día. Muy intenso.
Los docentes son apasionados, siempre colaboraban muchísimo, buscan distintas actividades, concursos o exhibiciones en las que pudiéramos participar y aprender fuera del estudio.
En particular, destaco Orfebrería a cargo de la maestra coreana Kye-Yeon Son, a quien también tuve la suerte de tenerla como docente en Estudio I y II y además fue mi tutora de estudios independientes; aprendí mucho con ella y compartió su experiencia de vida como artista, lo cual fue muy valioso.
“Hice joyería a full, desde técnicas básicas a prácticas profesionales; todas las materias optativas también fueron de joyería… en un proceso de aprendizaje intenso.”
_El estudio universitario te aportó mucho.
_Sin duda. Cuando empecé, pensaba que estudiar en el exterior me iba a facilitar mucho todo, después me di cuenta que no pasa por ir a estudiar afuera o en el país sino por lo que se estudia, lo que uno le dedica y para qué. Es que al principio estaba muy focalizada en hacer una carrera universitaria y obtener el título, pero advertí que la capacitación no es una cuestión de grado. En Argentina hay muchos artistas joyeros que completaron su formación en el exterior pero que también aprendieron en escuelas terciarias, como la Escuela de la Joya, y en talleres escuela a cargo de maestros experimentados muy valiosos e interesantes.
Sin embargo, el título suma y mucho. Aspiro a seguir aprendiendo y hasta enseñando en la universidad NSCAD. Además de la cursada que detallé se dictan muchas otras materias optativas en Joyería que no se dieron todos los semestres así que, aún como egresada, puedo seguir aprendiendo y experimentando.
Proyecto seguir con una residencia artística y un master. Estoy analizando aplicar a al departamento de Art and Craft de la Oslo National Academy of the Arts porque me interesan los engastes no convencionales que se proponen en el programa de Metal and Jewelry, que hoy dirige el maestro Jorge Manilla. El master “Medium -and material- based art” es un programa de tiempo completo de dos años, en el que se tiene la oportunidad de continuar una investigación personal dentro de las distintas áreas, combina seminarios, críticas grupales, clases teóricas, orientación individual por parte del tutor, entre otras.
Un master es la mejor opción porque te ayuda a transitar el paso entre la universidad y el mundo laboral o el desarrollo profesional, te posiciona y orienta. Me interesa seguir formándome como artista joyera.
Estudiar una carrera universitaria de joyería me dio una visión global de esta disciplina que no conocía, no solo desde el punto de vista práctico sino también una mirada cultural e histórica. Y en esto tuvo mucho que ver la relación con docentes y compañeros internacionales porque implicó aprender de sus culturas y el significado y uso que cada uno hacía de la joyería.
“Un master es la mejor opción porque te ayuda a transitar el paso entre la universidad y el mundo laboral o el desarrollo profesional, te posiciona y orienta. Me interesa seguir formándome como artista joyera.”
“Estudiar una carrera universitaria de joyería me dio una visión global de esta disciplina que no conocía, no solo desde el punto de vista práctico sino también una mirada cultural e histórica”.
_¿Qué te gusta de la joyería?
_El poder trabajar con las manos es algo que me fascina y encuentro en la joyería la mejor alternativa de expresión, sobre todo, porque me genera mucho bienestar emocional; hacer joyería me pone en eje, me tranquiliza, me encanta.
Haber podido estudiar y convertir mi hobby en una profesión en un oficio que a diario me gratifica es una gran alegría. Las herramientas que me dio estudiar joyería hoy me permiten hacer lo que quiera.
Y estoy siempre sobre la joyería. Todo empieza y termina o me remite a la joyería, me cuesta desengancharme, hasta si salgo a caminar por el campo patagónico donde ahora estoy y termino atenta a qué elementos de la naturaleza encuentro para aplicar a la joyería o qué idea puede materializarse a través de la joyería.
“La joyería es mi mejor alternativa de expresión, sobre todo, porque me genera mucho bienestar emocional; hacer joyería me pone en eje, me tranquiliza, me encanta”
_Trabajás con biomateriales.
_Sí por eso me interesa especialmente esa orientación. Busco aprender técnicas para incorporar los biomateriales. Comencé con los biomateriales en mi tesis universitaria. Había estudiado con Carolina Etchevers y me animé a presentar un proyecto en la cátedra Estudio, ya que quería hacer algo relacionado con el medioambiente.
Transformé la cocina de mi casa en un laboratorio y probé con bioplásticos a partir de recetas con agar agar, un gel que se extrae de algas, como agente gelificante para utilizarlo como piedra en un bisel o remachado porque pensé que tenía que incluir metal pero después me di cuenta que no era necesario y le di un giro y monté bioplástico sobre bioplástico, hasta lo usé como pegamento; sumé cintas y telas y viré del plano a lo tridimensional, también con lo combiné con mostacillas.
Me doy cuenta que da para mucho más y sin duda volveré sobre este proyecto para seguir indagando. Necesito seguir haciendo pruebas sobre la durabilidad y portabilidad, sobre cómo actúan agentes externos y más. También experimenté con biocompuestos a partir de alginato de sodio y cáscaras de huevo para piezas coloradas con frutas y verduras, como repollo, remolacha, espinaca, entre otros.
Experimentar con los biomateriales en pandemia fue una buena alternativa para sobrellevarla y seguir conectada con la joyería.
Pero después de un año y medio al llegar a la facultad volví a tentarme con los metales, me subyugó la infraestructura joyera de la universidad y continué donde había dejado. De esta manera advertí que me interesa trabajar en ambos senderos y por eso trataré de seguirlos de manera paralela.
“Experimentar con los biomateriales en pandemia fue una buena alternativa para sobrellevarla y seguir conectada con la joyería.”
Entre los biomateriales y el metal
_¿Los biocompuestos son difíciles de portar?
_Sí. Muchas de las piezas hechas se sostienen y otras no tanto, por eso hay que seguir profundizando y descubriendo, probando recetas e ingredientes. Hay muchas posibilidades por abarcar. En estos últimos años se avanzó un montón. Hay muchos especialistas. Me gusta el trabajo de Alice Potts, quien reside en Londres, hizo una colaboración con una marca australiana de joyería Mimco incorporando bioplásticos de manera muy interesante.
Mi trabajo es incipiente y apunta al uso de ese material en joyería. Y esta utilización no se ve mucho.
Se ve más recuperación de materiales o reciclados que generación de nuevos materiales. La aplicación de biomateriales requiere de mucho ensayo y error, de cantidad de pruebas para sostener la estabilidad y durabilidad del material. Por eso, usarlos en joyería supone un proceso previo que también involucra pruebas de flexibilidad y color. Es una previa distinta al proceso directo sobre el metal y del esmalte.
“La aplicación de biomateriales requiere de mucho ensayo y error, de cantidad de pruebas para sostener la estabilidad y durabilidad del material. Por eso, usarlos en joyería supone un proceso previo que también involucra pruebas de flexibilidad y color.”
_Y también trabajás en metales.
_Por un lado, trabajo en la técnica de casting que es la fundición de orgánicos o que usa el material orgánico como molde; son elementos de la naturaleza, hojas, ramas y otros, muy afines, ya que me crié en el campo patagónico, donde estoy siempre colaborando con mi familia. Con este material realizo Malercas, mi firma de joyería de autor que tiene piezas únicas hechas en bronce y plata. Es una manera de captar la naturaleza de la Patagonia que siempre me inspira y portarla a través de la joyería.
En Halifax muchos no conocían Argentina, así que usaba esa inspiración en elementos patagónicos para presentársela. Extrañaba mucho porque estudiar no siempre todo es color de rosa cuando se está en el exterior.
Además, el esmaltado en metal, como destaqué, es una de mis técnicas favoritas. Y lo aplico sobre plata en piezas múltiples, cerca de cien, y reversibles; un trabajo que me gusta y siempre da para más.
Me interesa mantener estas dos líneas en paralelo; en un futuro me gustaría prescindir de mi firma comercial y dedicarme a investigar y trabajar la joyería más artísticamente. Sé que no soy la única en este camino, que hay muchos joyeros que se apoyan en una marca y en el dictado de clases para avanzar en su carrera artística. En tanto, no me canso de indagar en uno y otro material, tanto en el metal esmaltado como en bioplásticos.
“El esmaltado en metal es una de mis técnicas favoritas. Lo aplico sobre plata en piezas múltiples y reversibles.”
_¿Qué te gusta del esmalte?
_El color. Soy muy fan de color y el esmalte me permite desplegarlo, exhibirlo en su máxima potencia, jugar, y combinar hasta el infinito. Así como cuando soldé un anillo por primera vez fue un click, el descubrir la potencia del color a través del esmalte fue otro click mayor que me puso en eje, en el eje de la joyería.
Tengo pendiente profundizar en Esmaltado y la universidad me permite seguir anotándome y estudiando lo que quiera, así que cuando regrese a Halifax está entre mis principales intereses.
Es que de antemano sabía que las clases de esmaltado me iban a gustar porque, insisto, me encantan los colores. Aprendimos todas las técnicas básicas de esmaltado sobre cobre, trabajamos con hornos, no con sopletes. Aprendimos varias técnicas de las cuales tuvimos que hacer muestras, como cloisonne o champlevé, acuarelas, diferentes acabados, probar los distintos puntos de fusión del esmalte para conseguir diferentes texturas, etcétera.
Me quede con lo más simple del esmaltado y lo aplico en mi práctica. Uso esmaltes opacos porque expresan mejor lo que busco mostrar en mis piezas, aunque los transparentes son muy bellos también. Me gusta muchísimo trabajar con múltiples, combino formas geométricas estampadas con prensa hidráulica con esmalte.
Acostumbro a trabajar con dos o más colores a la vez de forma muy ordenada y eficiente; esta técnica es mi parte favorita de las piezas, elegir colores, sentarse y estar horas esmaltando.
“Soy muy fan de color y el esmalte me permite desplegarlo, exhibirlo en su máxima potencia, jugar, y combinar hasta el infinito… el descubrir la potencia del color a través del esmalte fue otro click mayor que me puso en eje, en el eje de la joyería.”
_En tu colección «Voltéame» trabajaste un tema poco usual en joyería como es la salud mental durante la pandemia.
_Sí, fue un tema que me preocupó, en particular, porque remite a todos aquellos que la pasaron solos con ansiedad y hasta depresión. Y muchos de ellos estaban bien físicamente pero no anímicamente; podés aparentar estar bien pero por dentro es una lucha. Por eso, lo representé con piezas que evidenciaban esa dualidad, reversibles con un color que de un lado es más claro y del otro un tono más oscuro; podés brillar por fuera y por dentro estás sumida en una oscuridad total.
Busqué generar conciencia sobre los efectos que tuvo el Covid-19 en la salud mental. Es a través de la teoría del color, el movimiento y las formas geométricas que mis piezas expresan esas transiciones por las que pasan las personas al atravesar y buscar recuperarse de enfermedades mentales.
Me gusta mucho trabajar el color y lo hice tanto con los biomateriales como con el esmalte; para mí la mejor opción. La colección incluye objetos, como teteras, tazas, saleros y bowls, en los que a partir de diversas tonalidades de color expresé diversas emociones, sentimientos positivos y negativos.
“Me gusta mucho trabajar el color y lo hice tanto con los biomateriales como con el esmalte es para mí la mejor opción.”
_¿Expusiste ese trabajo en una galería en Ottawa?
_Sí, fue a partir del Concurso Nacional de Estudiantes de Joyería, del que resulté una de las seis finalistas. Pude mostrar ese trabajo en la 19ª exposición anual de esa competencia en L. A. Pai Art Jewellery Galery, un espacio de arte contemporáneo que también comercializa obras. Expuse incluso algunos de los objetos que forman parte de «Voltéame». Anteriormente, las había exhibido Anna Leonowens Gallery, perteneciente a la universidad NSCAD.
Creo que destacaron «Voltéame» por la labor minuciosa y prolija de esmaltado sobre piezas frágiles; un trabajo que requirió de mucha dedicación para conseguir la habilidad necesaria. Además, creo que la eligieron por la propuesta de reversibilidad que de alguna manera le alarga su vida portable, y permite jugar y combinar.
“Destacaron «Voltéame» por el trabajo minucioso y prolijo de esmaltado sobre piezas frágiles y por la propuesta de reversibilidad que de alguna manera le alarga su vida portable.”
Clases online
_¿Estás dando clases?
_Sí, en lo por estos días aún se llama Estudio Joya. Mi acercamiento se dio porque iba a hacer una pasantía como parte de mi carrera, ya que podía realizarla fuera de Canadá, pero me agarró la pandemia. En ese entonces, estaba 24/7 en la facultad porque teníamos acceso ilimitado, pero decidí tomarme unos días, me fui y ya no pude volver por un año y medio. Tuve que suspender la pasantía pero Tali Wasserman me ofreció la secretaría de Estudio Joya y estoy en esa tarea desde hace tres años; una oportunidad que le agradezco especialmente porque me metió en el mundo de la joyería contemporánea local, crecí y aprendí un montón, particularmente, aprendí joyería en mi idioma ya que todo lo que sabía hasta entonces era en inglés.
Ahora, empecé a dar clases online de introducción a la joyería para principiantes y a colaborar en clases libres, en las que eligen las técnicas para aprender según su proyecto, un desafío súper interesante.
“Empecé a dar clases online de introducción a la joyería para principiantes y a colaborar en clases libres”
_¿Es difícil enseñar o aprender joyería de manera virtual?
_No, no lo es. Los alumnos pueden visualizar perfectamente lo que el docente quiere mostrarles, sumamos un foro de intercambio de opiniones en el conocido servicio de mensajería, a través del cual se plantean y discuten las dudas, así que estamos muy conectados, mucho más que cuando das una clase presencial y se corta hasta la próxima; también intercambiamos fotos y videos para el seguimiento de los trabajos. Hay muchos alumnos que siguen online desde que comenzó la pandemia y lo hacen desde distintos lugares del país y del exterior, con diferentes experiencias y visiones sobre la joyería, lo cual es muy enriquecedor.
Y las doy con las herramientas que adquirí mientras estudiaba en la universidad; me instalé un taller con un torno y soplete, entre otras, en mi casa de Río Gallegos. Desde allí trabajo, hasta que regrese a Halifax con el fin de aplicar a una residencia artística y empezar a proyectar mis trabajos en joyería.
Rocío Britos: de la lata a la joya
Apuntes | Notas
“Me interesa hacer joyería a partir de materiales recuperados”

Siempre supo que la joyería era lo suyo por eso empezó desde chica. Hoy Rocío Britos es arquitecta y joyera contemporánea y encontró en las latas de bebidas una opción para crear piezas únicas y orgánicas aún con el frío y filoso aluminio.
Una propuesta con la que puso un pie en el exterior y se posicionó en Tincal lab, Oporto, y AdornAxis, Nueva York.
Lleva adelante Mujeres Amazonas, una firma de joyería que realiza con su mamá, la artista plástica Analía Basilio.
Los conocimientos que transfiere de una disciplina a otra, el proceso de transformación de residuos que también aplica en su vida cotidiana y sus proyectos.
_¿Cómo te vinculaste a la joyería?
_Siempre estuve vinculada a la joyería antes que a la arquitectura. Desde chica tuve en claro que lo que me gustaba era la joyería. Durante el último año de la secundaria, a los 17 años, empecé a estudiar joyería contemporánea con Mabel Pena, a quien descubrí en la edición de 2016 de la feria de Puro Diseño con mi mamá, Analía Basilio, que es artista visual. Estudiamos las dos juntas. En paralelo comencé con la carrera de arquitectura porque sabía que me iba a capacitar o habilitar para hacer lo que quisiera en términos de diseño. La arquitectura me encanta pero la joyería es mi pasión. Y desde entonces me dedico con todo. Hasta tengo una marca más comercial, Mujeres Amazonas, que llevo adelante con mi mamá.
Mientras estudiaba arquitectura me fui comprando herramientas y me armé mi taller. En tanto conocí el trabajo de Fabiana Gadano y me apunté en su taller porque me di cuenta que, también como ella y al igual que Mabel, quería y me interesa hacer joyería a partir de materiales recuperados. Y, sobre todo, advertí que es inestimable el concepto que hay detrás de una pieza de joyería contemporánea. Desde entonces participo en sus talleres de experimentación de materiales recuperados y encontré en la transformación de latas mi opción para crear.
Seguir estudiando y seguir intercambiando en un grupo de estudio es muy valioso y enriquecedor. Trabajar con Fabiana es una inspiración, y no lo puedo dejar. El hacer joyería en un taller es mi lugar en el mundo.
Primero empecé con papeles metalizados, con envoltorios de alfajor, pero veía que había muchos artistas muy buenos trabajando y aplicando variedad de técnicas sobre papel y es una especialidad bastante desarrollada.
Buscaba algo que me gustara más, distinto, visto pero poco, y pasé a las latas, a las cuales me resistía en un principio porque me parecía un material difícil de manejar, filoso, pero después de mucho ensayo y error, pruebas y trabajo, me di cuenta que con ese material tan duro y frío podía llegar a hacer piezas orgánicas y maleables. Y me encantó el proceso que pude experimentar.
Encontrar el material justo es un logro. Poder manejarlo y trabajar con técnicas que te lleven a una propuesta genuina y original, es genial. Hay muchos artistas joyeros que trabajan con aluminio reciclado de latas, como la surcoreana Eunseok Han quien combina o une pétalos de latas con filamentos PLA, que me encanta. Es cierto que independientemente del material, cada uno hace su camino, su proceso y consigue expresarse de manera distinta.
Transformar materiales
Mi proceso de creación consiste en el aplanado, laminado, corte y pegado mediante remaches de piezas de latas, a las que eventualmente agrego engarces en plata, aunque generalmente también uso alpaca.
En esta primera etapa de mi trabajo me interesa que conservar los colores propios de las estampas o inscripciones de las latas, siempre para poner en valor o destacar el uso ese material recuperado. Y sigo líneas que genero de manera intuitiva, ya que de alguna manera me dejo llevar por las formas que se van dando en esa manipulación del material y, finalmente, le doy firmeza con resinas.
Como resultado, consigo crear piezas bien orgánicas, no ríspidas ni filosas, y logro llevar ese material a otra instancia.
Hago mucha maqueta, dibujos y armo tableros de inspiración con collages para definir diseños y líneas de trabajo para luego pasar al metal. Ese hábito de maquetear lo adquirí estudiando arquitectura.
Aplico muchos procesos y sistematizaciones que he aprendido en la facultad. También muchas veces trabajando en mi taller de joyería en Marcos Paz descubrí cómo resolver proyectos arquitectónicos. Siempre ha sido un ida y vuelta entre un estudio y otro.
Solía apuntar a collares y anillos pero cuando aprendí los mecanismos que implican un broche y ahora es una pieza que me encanta. El broche tiene presencia, define una personalidad, tiene actitud. Un broche tiene una estructura, un sistema hasta milimétrico y cuidado, un soporte de obra con el que podés portar una composición interesante. Disfruto mucho de hacer un broche y portarlo me fascina.
Recientemente incursioné en aros que suponen técnicas de joyería específicas y su proceso fue un desafío que me gustó atravesar. Sobre todo, porque un par de aros hechos con mi método de las latas no resultan espejados.
“Es inestimable el concepto que hay detrás de una pieza de joyería contemporánea”.
_Te interesa centrarte en la recolección y transformación de materiales dentro de la joyería.
_Sí, sobre todo. La joyería es un oficio interesantísimo y el manejo contemporáneo le da sostén con el concepto que la define.
De esta manera, la joyería contemporánea es de arte con piezas que se pueden portar. Si a eso se le suma una clara comunicación de ese concepto que se quiere transmitir y el uso de materiales reconvertidos, como en mi caso, la joyería se consolida, proyecta y potencia.
“Con el uso de materiales reconvertidos, la joyería contemporánea se proyecta y potencia”.
_¿Qué querés comunicar?
_La importancia de reciclar para sostenernos, cuidarnos, ya que no solo involucra el medio ambiente, un trabajo de este tipo indica que es posible tener otra actitud, más responsable, más consciente, más saludable.
Y también en cada trabajo que realizo aprovecho a comunicar mis ideas según el contexto de presentación.
“Hoy a través de la joyería quiero comunicar a importancia de reciclar para sostenernos, cuidarnos… es posible tener otra actitud, más responsable, más consciente, más saludable”.
La sustentabilidad posible
_¿En «Retoños» planteaste la necesidad de adquirir conductas de reciclaje, ¿es un hábito o un ejercicio diario en tu vida?
_Eso intento. Reconozco que puedo hacer más y estoy en ese camino. Ahora vivo en Marcos Paz y adquirí muchos hábitos, como el compostaje de desperdicios porque creo que la acumulación de residuos también genera enfermedades. Trato de evitar recibir y usar bolsas plásticas, obviamente si lamentablemente llegan a mí no las tiro a la basura para no sumar; eso sí que me preocupa y desespera. Tengo una plancha de estampado y a veces hago sobres y otros productos. Sé que por la distancia y ubicación al moverme en auto implica un costo ambiental pero trato de reducirlo lo más posible.
Y también me doy cuenta que el no querer tirar para no generar desperdicio hace que acumule, pero lo controlo bastante porque si no con ese criterio te traes de todo. Por ejemplo, de obras de construcción a veces agarro restos de caños de agua que encuentro tirados y ahora los uso de base para anillos.
Por pasión y hasta obsesión por la joyería, a veces termino revolviendo en volquetes pensando que algo me puede servir para terminar en una joya. Es que si consigo rescatar algo para que el destino no sea la basura contaminante, me siento bien.
“Por pasión y hasta obsesión por la joyería, a veces termino revolviendo en volquetes pensando que algo me puede servir para terminar en una joya”.
_¿Cómo compatibilizas el manejo de metales, como la alpaca y la plata, por su origen, incluso con el papel, con esa sustentabilidad que busca no causar daño al medio ambiente? ¿O que tu actividad mantenga o no impacte en el ambiente y la calidad de vida?
_Uso metales reciclados y al fundirlos yo también trato de minimizar el desperdicio. Además hago casamiento de metales para las piezas de Mujeres Amazonas. Reconozco lo que planteás sobre el origen extractivista de los metales y su manejo, admito que me gusta mucho la joyería metálica. Cuido al detalle, investigo y pruebo para que mis piezas sean durables de manera de no generar roturas ni nuevos descartes.
Pretendo que una joya trascienda lo temporal y dure toda la vida. Y si se hace con un material que se recupera de la basura, mucho mejor. Sé que es un granito de arena pero un aporte al fin. Es más honesto plantear que uno intenta disminuir y no decir que no contamina. Hay que ser conscientes e intentar lo que se puede con un esfuerzo sostenido.
“Pretendo que una joya trascienda lo temporal y dure toda la vida. Y si se hace con un material que se recupera de la basura, mucho mejor”.
_¿Buscás que las piezas sean portables?
_Sí. Por eso, reitero, considero que las joyas contemporáneas son piezas artísticas que se pueden portar. Esa portabilidad que sostengo genera una comunicación entre el artista y el usuario, valga la redundancia, que es muy importante. También lo busco para promover la joyería de arte porque la respuesta o devolución de quien lleva una joya muchas veces sorprende y hasta completa el trabajo. Que la joyería contemporánea circule en diversos espacios es buenísimo.
“Esa portabilidad de la joyería que sostengo genera una comunicación entre el artista y el usuario que es muy importante.”
Personajes familiares
_¿De qué se trata Mujeres Amazonas?
_En la mitología clásica las mujeres amazonas son una tribu guerrera. Es una propuesta joyera que tiene que ver con una historia familiar. A mi mamá y a mí nos criaron mis tías abuelas chaqueñas que vinieron a Buenos Aires a lucharla; una de ellas es quien me enseñó a coser, todas muy trabajadoras que nos enseñaron también a ayudarnos entre nosotras.
Las mujeres con actitud tienen gran presencia en mi familia y de esta sororidad surgió el nombre. Crecí en medio de pinturas y esculturas que hacía mi mamá artista plástica.
Y esta firma de joyería contemporánea la llevo adelante con ella. Seguimos estudiando juntas. La joyería es un espacio que compartimos.
Mujeres Amazonas es una propuesta de joyería con piezas únicas en metal, como plata, alpaca y bronce, hoy de líneas orgánicas, inspiradas en la naturaleza, con mucha textura.
“Mujeres Amazonas es una propuesta de joyería con piezas únicas en metal, de líneas orgánicas, inspiradas en la naturaleza, con mucha textura”
_¿Cómo es hacer joyería con tu mamá?
_Es hermoso, compartimos todo. Desde el estudio hasta el hacer, intercambiando ideas, consultas, opiniones, comprando materiales, yendo a muestras. La joyería es un medio más para comunicarme con mi mamá, nos une mucho.
“La joyería es un medio más para comunicarme con mi mamá, nos une mucho.”
¿Pensás trabajar en otros materiales o pretendés perfeccionar tu trabajo con el manejo de las latas?
_Me gusta la materialidad, todos los materiales y, como mencioné, soy de guardar elementos para cuando fluya una idea o descubra qué puedo hacer.
Tengo mucho para experimentar con las latas, ya que es un material que puede tener más posibilidades. Además de que el desarrollo de joyas de este tipo implica mucho trabajo e incluye un tiempo de secado importante que hace a la terminación de las piezas, se puede seguir ahondando en ese proceso y descubrir más alternativas. Hoy pienso seguir asociando ese aluminio recuperado a otros metales porque me permite aplicar técnicas joyeras.
Sin embargo, aunque estoy a full en este plan, no descarto sumar o empezar a probar con otros materiales, sobre todo si son reciclados.
“Tengo mucho para experimentar con las latas, ya que es un material que puede tener más posibilidades.”
_¿Te proponés proyectar tu trabajo en el exterior?
_Me voy presentando a diversas muestras de acuerdo a la temática y veo si mis piezas responden a esa convocatoria. Me interesa mucho interrelación que se da con el público de exposiciones y ferias, no solo en muestras locales sino en el ámbito internacional, desde donde, por ejemplo, recibí mensajes gratificantes como de la muestra del desafío Tincal lab en la que una visitante me dijo “Lo vi, me enamoré y me lo llevé a casa” sobre el broche de «Rebrotes».
Su comunicación me hizo ver la proyección o alcance que puede tener la joyería, lo cual genera un diálogo, una conexión especial y pone de manifiesto sentimientos que muestran cómo una joya moviliza y lo mucho que se puede decir a través de ella.
Otro mensaje daba cuenta del trayecto de una de mis joyas y cómo de mano en mano terminó siendo elegido por unos chicos para el cumpleaños de su mamá. Que de mi taller terminen del otro lado del mundo es impactante. Esos destinos impensados de una joya son estimulantes.
Estos concursos y desafíos me gustan porque incentivan a crear, tal vez, piezas nuevas u otras que si no tuviera que responder a una convocatoria no haría o sí… Lo bueno es que podés hacer algo distinto o, más bien, puede llevarte a algo diferente; con todo, es interesante el intercambio, insisto. A veces pienso que no me va alcanzar la vida para probar y hacer todo lo que quiero y lo mucho que se puede hacer con la joyería contemporánea.
“Ver la proyección o alcance que puede tener la joyería, genera un diálogo, una conexión especial y pone de manifiesto sentimientos que muestran cómo una joya moviliza y lo mucho que se puede decir a través de ella.”
Entrevista a Monique Lecouna
Apuntes | Notas
“En la joyería contemporánea encontré más innovación que en otros ámbitos del arte”

Trabaja sobre materiales existentes para contar historias, muchas de las cuales buscan repensar lo femenino, tanto que asegura que “en este momento es obligatorio ser feminista”.
Monique Lecouna es un artista plástica en cuya obra confluyen la pintura y la joyería. “De alguna manera son lo mismo porque tratan o manifiestan mi necesidad de contar algo, de hacer”. Y su hacer cada vez más tiene que ver con lo textil.
No se considera joyera sino una artista que hace joyería. Sus piezas contemporáneas ya recorrieron galerías y exposiciones en distintos lugares del mundo y hasta forman parte de colecciones de museos. Por segunda vez fue elegida para participar en marzo próximo de la semana internacional de joyería Schmuck.
Conocé su historia a través de su obra, qué transmite y por qué. Sus intereses, trayectoria y objetivos que la llevan a seguir proyectando su trabajo.
_¿Por qué empezaste a incursionar en joyería contemporánea?
_Tengo formación en pintura en el Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y un posgrado en la escuela De la Cárcova. Siempre pinté, por eso a cada rato estoy incorporando pintura a mis trabajos de joyería.
Mi acercamiento a la joyería creo que surgió jugando haciéndome collares solo porque tenía ganas. Cada vez me fue interesando más pero advertía la limitación de no tener técnica, ya que quería hacer más y no podía; tenía la idea pero no sabía cómo materializarla.
Indagando me llamó la atención el proyecto de Taller Eloi, me encantó la propuesta de Jimena Ríos y comencé con su seguimiento de obra. Entonces no existía la escuela sino talleres de formación, en los que aprendí a medida que fui necesitando a engarzar, soldar, calar o lo que se me fue presentando. Pasé por distintas técnicas a medida que las fui precisando.
Por entonces, no conocía mucho de joyería contemporánea y descubrí un mundo increíble, en el que encontré más innovación que en otros ámbitos del arte, porque permite trabajar con cualquier material y en distintos tamaños. Lo interesante, que marca y diferencia a la joyería es que podés contar una historia, cada joya siempre tiene un relato detrás.
Empecé en 2013 en Eloi y sigo con la clínica de obra dos veces por semana, en un grupo reducido con la tutoría de Jimena Ríos. Cada una trabaja su proyecto, todos comentan y opinan, señalan cosas que tal vez no se te ocurren y suman, ves qué hace el otro, salís de tu mundo, tenés en cuenta otras miradas y eso es muy enriquecedor.
“Lo interesante, que marca y diferencia a la joyería es que podés contar una historia”.
_Tenés una línea en más en metal que presentaste en el Callenge de Tincal lab, por ejemplo, y otra más artística, que se ve habitualmente en el circuito de galerías, como en «Hasta que la muerte nos separe» vista en Lalabeyou, Madrid.
_Sí. Cuando arranqué, inicié con metales. Desde entonces trabajo sobre materiales y piezas que ya existen, no con cosas nuevas salvo que sea una pieza por encargo, y pueden ser desde un metal hasta un textil. Como la estola sacerdotal de un tío abuelo en la que trabajo para presentar en Schmuck; un textil que elegí porque me ayuda a contar mejor la historia. Siempre algo de la pieza, sea su color, textura o su historia, tiene que ver con lo que quiero decir a través de la obra. En joyería no hay nada elegido al azar o solo porque gusta.
“Trabajo sobre materiales y piezas que ya existen, pueden ser desde un metal hasta un textil.”
Historias de joyería
_¿Partís de algo que ya existe para contar una historia que ya tenés o la vas contando a partir de esa pieza o material existente?
_La historia la tengo, siempre está en mí, durmiendo aunque no sea consciente de eso, pero a veces me pasa que me regalan una pieza, como esa estola, y no es que de inmediato sé que voy a hacer sino que es un proceso; en este caso arrancó con convivir con esa pieza, viéndola permanentemente y, así, de alguna manera comenzó a crecer la necesidad de contar una historia. Se trata de un trabajo conjunto, un lenguaje; trabajo a la vez que lo pienso, no es que lo tengo definido de antemano. Es como cuando escribís un relato, lo vas desarrollando, contando, acomodando, sacando y poniendo hasta que queda claro. A veces, hay algo que cuesta más porque sé lo que quiero y lo que no me gusta; otras, no sé bien cómo pero tengo en claro lo que no es así. Siempre guardo cosas que en un momento no sé para qué y luego descubro la necesidad de usarlas durante el proceso de creación de una obra.
En la pieza que mencioné bordé una trama similar al tejido mamario que saqué de un libro de histología que me regaló una compañera de Eloi. Cuando me lo ofreció lo recibí porque me gustaron las imágenes y trabajando en esta última obra me di cuenta que me venían bien para incorporarlas. Así se construye una obra, pensándola, viendo cómo hacerla, qué requiere y se van sumando elementos con sentido.
“Se construye una obra, pensándola, viendo cómo hacerla, qué requiere y se van sumando elementos con sentido.”
_Tu formación artística te da una perspectiva y un manejo distinto de la joyería contemporánea que no se ve en otros ¿Cómo es esa mirada?
_El tener una base artística me facilitó ciertas herramientas y sí probablemente me dio otro manejo. En un inicio, al no tener un criterio joyero no tenía el prejuicio de usar un material con otro, tal vez por desconocimiento o por no tener idea de qué metal iba con qué o si debía ir o no uno con otro, por eso probaba de todo. Esa desventaja me dio la ventaja de tener la libertad de hacer y ensayar.
Además, observo mucho arte. No hay exposición que no vea en Buenos Aires. En todo viaje que realizo voy a la mayor cantidad de museos que puedo y suelo volver a ver obras y muestras una y otra vez. Tengo mis favoritos como las pinturas negras de Francisco de Goya en el Museo del Prado. Este año tuve la suerte de poder ir a la Bienal de Berlín y a la Bienal de Venecia y sé que eso en algún momento lo visto va a decantar y salir. Me gusta mucho ver lo que no conozco, nuevos artistas y conmoverme; asimismo, observar miradas distintas para percibir qué me despierta, qué me suma.
Otra de mis predilectas es la artista contemporánea belga Berlinde De Bruyckere. Fui especialmente a Maastricht, en Países Bajos, a ver su retrospectiva. Hace esculturas del cuerpo humano impactantes en cueros, textiles, pieles, pelo, madera y metales. Ya la había visto en Praga en una muestra en la que cinco artistas mujeres, Berlinde más Marlene Dumas, Tracey Emin, Kiki Smith y Louise Bourgeois exhibían su punto de vista sobre el cuerpo humano y me impresionó. También, me conmueve la pintura de la sudafricana Marlene Dumas que critica la identidad racial, sexual y social. Y la escultora parisina Louise Bourgeois nacionalizada estadounidense, la de la megaaraña, cuyo trabajo también hace referencia a la figura humana.
Me di cuenta que me gustan mucho las obras de las artistas mujeres, que puedo conocer y admirar porque ahora se muestran más. Cuando estudié Bellas Artes casi que no se nombraban a las mujeres…
“No tenía el prejuicio de usar un material con otro, por eso probaba de todo; y esa desventaja me dio la ventaja de tener la libertad de hacer y ensayar.”
_La joyería es para vos también un medio de expresión artística.
_Sin duda. No me considero joyera sino una artista que hago joyería en tal caso. Por empezar no tengo la técnica que sí tiene un joyero tradicional sino que, reitero, adquiero la técnica que necesito y me alcanza para lo que quiero hacer, y si no busco ayuda en el Taller. Sin lugar a dudas la joyería es un arte.
“No me considero joyera sino una artista que hago joyería.”
_¿Cómo es esa joyería que querés hacer?
_Es que no me planteo hacer joyería. Va surgiendo y sin quererlo me doy cuenta que voy más hacia lo textil. Antes trabajaba más en metal, y sigo haciéndolo, pero de a poco fui trabajando con textiles y ya estoy en ese camino; aunque no sé hacia dónde pero sí sé lo que quiero contar.
Mi trabajo tiene dos ejes principales: uno tiene que ver con lo formal, con materiales existentes, y el otro tiene relación con la temática de repensar lo femenino. Me parece necesario hablar y volver a hablar y seguir hablando de este tema; creo que en este momento hasta es obligatorio ser feminista. Mis últimos trabajos tienen que ver con lo femenino y, por otra parte, también con temas relacionados a la iglesia en general, con la iglesia y las atribuciones que se toma con el cuerpo femenino.
Esto lo planteo en la reciente muestra Joyas devocionales con mi obra «Joyas de luto», un trabajo en homenaje a las mujeres afganas. Cuando leí que los talibanes tomaron el poder sentí dolor y luto porque fue una vuelta atrás, ya que las mujeres debieron volver a cubrirse, no pudieron salir más solas y perdieron un montón de derechos ganados, fue un retroceso no solo para ellas sino para todas, hasta para toda la humanidad. En ese momento, sin saber de esta convocatoria de Elena Alfonsi y María Rosa Franzin, cuando la vi, dije justo para exhibir mi obra.
Trabajé en esta temática e incorporé pintura. La pieza está hecha con capas de tules y encajes negros; la primera capa es una pintura de un cuerpo femenino en su parte de adelante y desnudo en la parte de atrás, todo en un escapulario. Y fue otra oportunidad para sumar pintura. Hay obras que tienen escondido un rastro de pintura, no hace falta que se vea; por ejemplo, puedo teñir una tela con pintura porque el color que tiene no es el que quiero; trato de que haya una huella de pintura. No siempre lo hago, pero al hacerlo me ayuda a fusionar estos dos mundos: la pintura y la joyería confluyen. Cuando empecé creí que no se tocarían, pero me fui dando cuenta que de alguna manera son lo mismo porque tratan o manifiestan mi necesidad de contar algo, de hacer.
El mundo de la joyería es increíble. También miro mucha joyería y actualmente advierto que la profundidad de las propuestas es impresionante.
“De a poco fui trabajando con textiles y ya estoy en ese camino; aunque no sé hacia dónde pero sí sé lo que quiero contar”.
Repensar lo femenino
_¿Para ese repensar lo femenino la joyería es tu mejor herramienta?
_Busco repensar qué pasa con la mujer en la sociedad y qué hacemos nosotras por ese rol. Por eso, en paralelo porque no se trata de la joyería sino de la vida misma, he hecho grandes cambios en lo personal. En paralelo a que sentí la necesidad de expresarlo también sentí la necesidad de mucho cambio.
En otros trabajos también hablo de mi abuela y de mis tías para homenajearlas en sus luchas porque hicieron lo que pudieron, al igual que mi mamá que como profesora de letras y militante política también hizo su aporte, lo que pudo en el contexto que la limitaba; sin embargo, me dio alas, seguridad y conciencia por eso siento que está bueno homenajearlas. Me guío mucho por lo que siento.
“Busco repensar qué pasa con la mujer en la sociedad y qué hacemos nosotras. No se trata de la joyería sino de la vida misma”.
_Así como estos homenajes que mencionás y este último a las mujeres afganas, también lo hiciste hasta con Juan de Arco.
_Sí, siempre. Fui evolucionando desde mis primeros trabajos fuertes, a lo mejor más directos, como uno de los corsets que mencionás, hasta llegar a otros más sutiles en los que me siento más cómoda. No es el grito sino el susurro, que puede ser más permanente. No salgo con una pancarta a una marcha, aunque sí voy, pero con estas manifestaciones me expreso igual de manera genuina, en mi vida también.
“Fui evolucionando desde mis primeros trabajos fuertes, a lo mejor más directos, hasta llegar a otros más sutiles en los que me siento más cómoda”.
_Hacer y deshacer, reciclar, recuperar y poner en valor o darle un significado a piezas, que en una composición son una obra de joyería de arte, pareciera ser una constante en tu trabajo.
_Sí porque me gustan los textiles, investigo y los busco en ferias locales y durante viajes. Reitero, no es que lo veo y se me ocurre qué hacer o lo adquiero para algo en particular; aquellos telones de terciopelo manchados que adquirí los terminé usando en su parte interior en varios trabajos. No casualmente, habiendo tantas mujeres ocultadas o forzadas a ocultarse, me encantaron esos telones que ocultan, los cuales terminé usándolos en piezas que hablaban de lo femenino.
Es una constate la relación entre la pieza y la historia, mediante la cual el significado sale a la luz. Eso es lo que me pasó con el pectoral Juana de Arco, porque cuando lo estaba haciendo Jimena Ríos me dijo: “Me hace acordar Juana de Arco”…, y no me había dado cuenta hasta ese momento. Entonces, recordé que mi mamá era devota de esta santa Juana de Arco por lo que en el comedor de mi casa había un retrato de esta santa francesa. De todos modos, cuando empecé con la obra no lo tenía en claro y después fue saliendo y advertí que surgió porque toda la vida la veía a diario e inconscientemente su imagen me quedó grabada; así, algo de ella salió a la luz.
Es lo genuino y la honestidad del trabajo lo que lleva a manifestarnos tal cual somos, siempre algo de cada uno surge y eso está muy bueno.
A veces veo algunos trabajos de joyería y pienso cómo me encantaría hacerlo de esa manera, pero después me doy cuenta que no sería mío, no me representa, no sería yo. En el caso de esta pieza utilicé otro telón de teatro del cual usé la parte de afuera labrada, la de adentro la apliqué en otras piezas.
“Es una constate la relación entre la pieza y la historia, mediante la cual el significado sale a la luz.”
_¿Coleccionás piezas antiguas?
_Tengo locura por las cosas antiguas. Desde la vajilla diaria, con platos de porcelana distintos de diversos lugares del mundo que fui comprando con los años, hasta un sinfín de piezas algunas de las cuales derivan en obras.
A propósito, cuando en 2018 expuse en Bucarest tuve la oportunidad de hacer un coaching con Paulo Ribeiro y le contaba que me gustaban las cosas viejas y oxidadas porque me interesa el paso del tiempo, él me insistió en que había algo más detrás de ese afán. Entonces recordé que mi papá también compraba cosas viejas todo el tiempo en remates y las guardaba porque pensaba hacer algo con ellas pero después no lo hacía… Me hizo ver que ese interés mío tenía que ver con mi padre, que pude continuarlo y hacer algo, y eso me reconcilió con él que en un principio no aprobaba o se disgustó cuando le dije que iba a estudiar Bellas Artes, aunque me apoyó y me bancó… Por eso, siempre hay una historia y mucho por indagar dentro de uno a partir de una obra.
Cuento con muchas piezas en medio de un gran desorden porque soy bastante caótica y las piezas están dónde y cómo puedo tenerlas; sí están reunidos las lozas, por un lado, los metales, por el otro, más allá los textiles.
Respecto de ese pectoral por el que me preguntaste incluye parte de una pieza Limoges que corté especialmente con un disco diamantado. A veces respeto la forma de la pieza tal como la encontré y otras, como en este caso, la corto y adapto para que me acompañe en lo que quiero hacer.
“Tengo locura por las cosas antiguas, un sinfín de piezas algunas de las cuales derivan en obras”
_Te inspira también la literatura, como en el anillo «Mi pequeño tesoro» a partir de “Una habitación propia” de Virginia Woolf. ¿Qué tipo de lectura te gusta? ¿Ahora estás trabajando a partir de algún texto?
_Sí, obvio. Mi madre era profesora de letras, nos leía libros a diario y nos contaba historias no infantiles sino a partir de los textos que utilizaba para dar clases, como El Cid Campeador, por ejemplo, y nos inculcó la lectura. Leo un montón, tengo varias bibliotecas y hasta libros en el baño y la cocina, compro e invierto mucho en libros.
Trabajar a partir de ese libro surgió con la obra «Amuleto para proteger una habitación propia» en plena pandemia cuando me quedé sin taller y me preguntaba qué hacer; entonces comencé a trabajar en esta pieza que tiene entretelas en las que puse mis tesoros más preciados: perlas, partes de cerámicas, telas favoritas y hasta látex que es lo último que incorporé; todo esto es mi mundo. Es que sentí la necesidad de proteger mi cuarto. Me di cuenta que en realidad estaba dentro mío; mi cuarto propio es mi capacidad de crear. Tuve la necesidad de crear esa enorme pieza que me cubría, la cual me sirvió para preservar mi mundo, que se llama mi habitación propia.
Otro libro inspirador que usé fue “Agua Viva” de Clarice Lispector, para una serie de corsets que hablaban acerca de la violencia contra la mujer: incluí en su interior frases de este texto.
Con estas obras me pasó algo especial pero no siempre suelo trabajar a partir de libros o aún no me lo planteo; tal vez este recurso esté en mí y aún está un poco dormido.
A veces leo novelas y otras, como ahora, que estoy con catálogos de obras de las artistas que mencioné. También, de Anselm Kiefer, uno de los artífices del renacimiento de la pintura alemana en los años 70, cuya obra se vio en la última Bienal de Venecia, en el monumental palacio Ducal.
Hace poco me impresioné con la novela de terror “Nuestra parte de noche” de Mariana Enríquez, por cómo activa la imaginación; las imágenes se sucedían sin parar en mi cabeza y me atrajo la manera en que te va llevando con el relato.
“…Mi cuarto propio es mi capacidad de crear”
Materiales favoritos
_¿Tus materiales favoritos son las telas, las perlas, las cerámicas o porcelanas y ahora el látex?
_Las perlas me encantan por su simbolismo, son súper femeninas, tienen la delicadeza y la fuerza de una mujer y suman para lo que quiero contar, por eso están en la mayoría de mis trabajos. Hace poco incorporé el látex, sobre el cual trabajo y pruebo porque no envejece bien. Estos dos materiales fueron los que use en el anillo «Mi pequeño tesoro» del que hablamos.
Además de materiales antiguos, para no quedarme con la nostalgia de las cosas, como diría Iris Eichenberg: “Hay que actualizar la nostalgia”, sumo nuevas materialidades, el látex es uno de ellas; ahora estoy experimentando con látex líquido. También estoy añadiendo pesas de plomo que, entre otras, ya usé en «Julia».
Los hilos rojos son otros de mis elementos preferidos con los que me atrevo a bordar, no busco un bordado perfecto sino que me sirva; lo que hago con ellos me permite definir, resolver e interpretar algo de la mejor manera. Por eso, es importante ver y analizar los materiales adecuados para cada proyecto; en mi caso, cada pieza tiene el material que a mí me ayuda a expresarme.
Y las porcelanas desde ya. Tengo mías y muchas otras que me regalan, a veces vienen con restos o pedazos de una pieza rota que son verdaderos tesoros; algunos usé, otros tantos no, están ahí como esperando porque no fuerzo; cada material y cada obra tiene su tiempo; sé que los voy a usar en algún momento; cuando decante la idea que lo requiera.
“Las perlas me encantan por su simbolismo. Hace poco incorporé el látex. Los hilos rojos son otro de mis elementos preferidos. Y las porcelanas desde ya”
_¿Mencionaste que Shinji Nakaba es uno de tus artistas joyeros favoritos, ¿por qué y qué otros te interesan?
_Shinji Nakaba participó de la muestra «Verdadero lo hecho. Exvotos y joyería contemporánea» y pude ver de cerca su obra de miniaturas impecables, fascinantes, con mucha técnica y además que atrae y genera emociones, muy bello. Un ser sumamente generoso que accedió a participar de esa propuesta, quien también me conmovió al hablarme de mi obra el día de la inauguración de su muestra en Munich, una persona increíble.
Me gusta mucho el trabajo de Iris Eichenberg, muy completa, cuyas diversas expresiones tienen una profundidad e inteligencia llamativas, también quien tiene un trato súper accesible y agradable. Asistí a sus workshops ofrecidos en Buenos Aires, durante una experiencia de convivencia espectacular, con un trabajo intenso y charlas enriquecedoras.
Lo mismo que Caroline Broadhead, una artista integral que hace desde piezas de joyería hasta performances con una gran sensibilidad que invita a reflexionar. A Manon van Kouswijk también tuve la oportunidad de conocerla en Eloi y explora a través de una variedad de materiales y procesos buenísimos, y eso me gusta muchísimo. Lo mismo, como muchos otros grandes artistas, tienen un trato humilde y ameno.
“Shinji Nakaba, Iris Eichenberg, Caroline Broadhead, Manon van Kouswijk, entre otros”
_Formás parte de varios colectivos joyeros de formación, de exposición y hasta de tiendas, ¿buscás el intercambio artístico y te gusta trabajar en grupo?
_Mi relación más constante es con Eloi, por supuesto, y con Precious Collective, colectivos en los que se da un gran intercambio artístico, que va de comentarios, difusión de trabajos que ponen en valor el esfuerzo, la constancia y la propuesta, claro, a opiniones muy valederas. Para Adorment me contactó Ilaria Ruggiero a partir de mi trabajo para el proyecto de Caroline Broadhead «Postcards from the Edges» y me invitó a por mi referencia al racismo.
De estos últimos rescato la colaboración porque me gusta mucho saber que cuento con el otro y que si tengo una duda me ayudan o dan su opinión; sé que en estos grupos tengo respaldo. Aplico como una más en las convocatorias y, no obstante, el intercambio que se da es muy bueno.
Resalto Eloi porque se da una interacción más directa y muy rica, porque al tiempo que trabajo, sumo y crezco. En la clínica de obra, pasan muchas cosas buenas como que el otro siempre ve detalles que uno no advierte y mirás el trabajo en perspectiva.
“Siempre hay una historia y mucho por indagar dentro de uno a partir de una obra.”
Cuando la memoria se hace joya
_También te vas a presentar con Alliages de la mano de Juan Riusech en «Missing Memories». Trabajaste varias veces el tema de la memoria: «La memoria es un laberinto» o «Amuleto para proteger una habitación propia».
_Lo de «Missing Memories» será un enfoque personal sobre la memoria. Y sí, muchas de mis obras tratan este tema. «La ficción de la memoria: la memoria es un laberinto», como señalás por ejemplo, o los recuerdos de mi infancia presentes en «Amuleto para proteger una habitación propia», tal cual.
En todos mis trabajos está presente de alguna manera, porque no creo que alguien pueda escapar a la memoria. En esa serie denominada «La ficción de la memoria» planteo que la memoria es una ficción, porque cuando recordás y relatás un hecho lo pasás por un tamiz; es lo que recordás que sucedió no sé si es lo que sucedió exactamente; simplemente es la historia que recordás. De un mismo hecho cada uno de los presentes recuerda algo que no siempre es lo mismo, es lo que le impactó y, tal vez, se quiere olvidar de otras cosas. De todos modos, la memoria es donde todo sucede por segunda vez, y recordar es reconstruir porque la memoria es un proceso creativo.
Estas piezas reúnen fragmentos, por eso tiene bronce patinado, parte de jarrón de porcelana japonesa 1950, vidrio, metal oxidado, loza inglesa, un cairel antiguo, parte de un terciopelo devoré de un antiguo telón, que unidos son retazos de lo que uno se acuerda; junté todo y armé una nueva historia.
Muchas de estas piezas que cuento no están conmigo sino en galerías o incluso en la colección permanente de Espace Solidor, en el Contemporary Jewelled Art Gallery & Museum, en Cagnes-sur-Mer, cerca de Niza.
Una pieza que también refiere al tema es «Julia», la cual forma parte de la serie «Rastros Silenciosos» en la que trabajé con una cortina antigua, cuentas de cristal, hilos, tul, pintura acrílica, antiguas pesas de plomo para vestidos y un cierre de plata. Hoy está en manos de Felicia Li de Vonmo Studio, en China, creadora de la iniciativa «Purificando el alma» que se iba a realizar en Qinghai con una ceremonia de purificación en la naturaleza, interesante, pero se suspendió por el rebrote del Covid.
“En todos mis trabajos está presente de alguna manera porque no creo que alguien pueda escapar a la memoria”
_Y como si fuera poco, otra vez en Schmuck.
_Es increíble, muy feliz, es grato sentirse reconocida y más por Caroline Broadhead a quien, como mencioné, admiro mucho. Y es increíble porque estoy en la misma muestra de grandes referentes así que es un orgullo, me impacta. Estaría bueno estar presente, pero la distancia, el trabajo y la vida te ubican y, a veces, es más fuerte la necesidad de estar con las manos en el trabajo, en la creación, veremos porque el intercambio es fuerte, muy interesante. Que mi obra circule está bueno.
“Es increíble, muy feliz, es grato sentirse reconocida y más por Caroline Broadhead… es un orgullo, impacta.”
_¿Proyectos?
_Estoy en tres proyectos o tengo tres posibilidades de trabajo. Es que hay obras que llevan mucho tiempo de elaboración o hasta de maduración. Son piezas que cuando las termino me genera un gran vacío; entonces tengo que despedirla y de alguna manera empezar a enamorarme de la nueva. Estoy en ese proceso con «Los Mandamientos», la elegida para Schmuck 2024. Se trata de parte de una casulla sacerdotal intervenida.
También, para el año próximo quedé seleccionada para Parcours Bijoux y presenté el proyecto «Estolas de protección», derivada de otra parte de la estola que se convirtió en «Amuleto de protección mi cuarto propio», hecha además con telas antiguas, encaje, tul, perlas, algunas de esas pesas de plomo en los dobladillos que mencioné, hilos, cera y pintura acrílica, que se vio en febrero pasado en la muestra de Taller Eloi, «Amuletos», curada por Jimena Ríos y Benita de Simone, en la Casa de la Cultura de Vicente López.
Tengo otras cuatro estolas en curso; me gusta tener cosas esperándome… por eso busco trabajar en paralelo e ir viendo qué surge hasta estar bien segura y sigo a full hasta terminar. Lo importante es hacer, después se ve si se muestra o no. Tengo muchas piezas hechas que no he mostrado y se ven luego de mucho tiempo, como la que se expuso en Roma Jewelry Week, un brazalete de bronce y hierro oxidado patinado.
Ese fue un evento al que fui convocada. Últimamente me llaman de muchos lados, como para Adorment por parte de Ilaria Ruggiero, como señalé, y lo analizo porque quiero darme el tiempo necesario para crear, que es lo más importante. Esas eran piezas de metal, material al que vuelvo cada tanto, como las que exhibí hasta el sábado último en el pop up de Tienda Eloi.
“Estoy en tres proyectos. Me gusta tener cosas esperándome… Cuando termino las piezas me genera un gran vacío; entonces tengo que despedirla y de alguna manera empezar a enamorarme de la nueva.”
Laura Egea, la ganadora de BJW
Apuntes | Notas
“Es muy importante tener una personalidad creativa enriquecida”

Inquieta, curiosa, incansablemente estudiosa, amante y obsesiva de los procesos creativos. Aunque lleva un par de premios y distinciones en su haber reconoce que su carrera como joyera está empezando.
La cordobesa Laura Egea acaba de obtener el primer premio de Brazil Jewelry Week con una pieza que dejó “madurar y evolucionar” por años hasta que decidió volver a trabajarla y presentarla en diversos eventos sucedidos este año en Madrid, Buenos Aires y en la reciente semana de la joyería realizada en San Pablo.
Dice que le encanta emprender, observar y explorar procesos con nuevas materialidades y técnicas. La libertad que tienen los artistas plásticos para crear fue tema de investigación de su maestría, a partir del cual definió 100 herramientas, muchas de las cuales aplica a la joyería.
Sostiene que el estudio intensivo es fundamental y que no se puede hacer o crear sin experimentar e investigar. Cuenta que sigue un orden y sistematización para enfocarse, y se define como metódica y algo obsesiva, aunque en su vida es bastante descontracturada.
Alfileres, porcelana, sales, algunos de los materiales con que consigue innovar y llamar la atención. Qué hace, cómo trabaja, porque se retroalimenta con diversos proyectos que lleva adelante a la vez. Sus principios clave.
_Volviste con todo. Un año con muchas presentaciones y reconocimientos: primero seleccionada para la V Muestra de Orfebrería Contemporánea de Madrid; luego seleccionada para el concurso Diseño Emergente de Puro Diseño, y ahora ganadora de Brazil Jewelry Week. ¿Estas postulaciones buscaron proyectar tu trabajo en el ámbito nacional e internacional?
_Sí y además AMHE, con la que estuve a full porque construir y consolidar una marca lleva mucho tiempo. Por eso también puse en pausa a mi trabajo de arquitecta. Tuvimos (con sus socias de marca) un trabajo de coaching, con un acompañamiento reflexivo por el que nos dimos cuenta la importancia de no perder la identidad que da el desarrollo personal. Entonces, me puse a trabajar de lleno en mi propuesta de joyería y me presenté.
Es curioso porque a los seis meses después del Premio MAD en 2017 trabajé sobre una propuesta en bronce y elásticos -con la que en su momento me presenté también al concurso Diseño Emergente-, luego me tomé una pausa y ahora sí, volví a exponer mi trabajo. Pero en realidad, no me retiré del todo o solo del ámbito expositivo o público porque estuve haciendo exploraciones con alfileres de acero ya en septiembre de ese mismo año.
Entonces arranqué con varios proyectos a la vez: con las barras de bronce, con los alfileres y la porcelana, siempre con la idea de trabajar la materia y ver su respuesta en un proceso es mi pasión. Me encanta emprender, observar e investigar procesos con nuevas materialidades y nuevas técnicas es lo que más me interesa.
Volví a la joyería con la marca en el 2020 junto con Carolina Moya y Marisa Kesman, como ya contamos en LJdeA, A fines del año último reanudé mi proyecto de «Joya topográfica», con un collar y anillo, me presenté al concurso de Madrid y quedé seleccionada.
Lo bueno de trabajar en un colectivo y potenciarse con colegas es que te incentivan a trabajar y proyectarte, porque fueron ellas las que me anoticiaron sobre esa oportunidad. Nuestra intención desde el principio de AMHE, cuando éramos cuatro, era no perder nuestra individualidad como artistas, repito, y eso es lo interesante: que cada uno sume con lo suyo.
La retomé este año entonces y estuve madurando esa técnica que fue decantando y creciendo porque al pasar varios años le sume otros conocimientos adquiridos; estuve cinco años haciendo esa investigación.
“Trabajar la materia y ver su respuesta en un proceso es mi pasión”.
Trabajo de investigación
_¿Qué conocimientos?
_Hay mucho de mi quehacer que me ayudó a crecer, como ser profesora de Morfología de Arquitectura de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba, una materia en la que trabajamos en investigación por eso digo que es como un laboratorio. Si bien lo llevamos a lo espacial tiene mucho de indagación, lo cual además también está atado a mi trabajo de la maestría de Diseño en Procesos Innovativos de la Universidad Católica de Córdoba con un proyecto sobre Procesos de Diseño e Innovación para Creativos.
Es decir, todo este trabajo de investigación hizo que ese proyecto inicial haya evolucionado a punto de ser distinguido con una selección en la V Muestra de Orfebrería Contemporánea de Madrid de febrero último.
Mucho antes estudié arquitectura en la FAUD en la Universidad Nacional de Córdoba, y joyería en el taller escuela Caelum de Cecilia Richard, donde además hice varios workshops con Pilar Cotter, Silvina Romero y Gustavo Paradiso.
“Todo mi trabajo de investigación hizo que ese proyecto inicial haya evolucionado a punto de ser distinguido.”
_¿En qué consistió esa investigación de cinco años?
_Estudié los procesos creativos de artistas plásticos contemporáneos y construí 100 herramientas para trasladarlas a cualquier proceso de ideación de un creativo. Lo presentado en esos tres eventos por los que me consultabas es el resultado de ese estudio sostenido.
Vengo de una formación con base en la arquitectura, muy creativa pero que tiene un programa duro con el que tenés que responder y ajustarte a las condiciones que pide un cliente, por ejemplo. En cambio, a partir de mi gusto por el arte contemporáneo que veía en distintos viajes, observaba que los artistas tenían ciertas libertades y ese fue mi punto de partida.
Los artistas siempre fueron punta de lanza de lo que después pasa en otras áreas creativas, por esta hipótesis mía de que tienen mayor juego de acción. Analicé las circunstancias y respuestas de distintos artistas, y fue un gran desafío armas esas herramientas. Las uso mucho, también con la marca.
“Los artistas siempre fueron punta de lanza den lo que después pasa en otras áreas creativas.”
_¿Cuáles son las principales que aplicás en joyería contemporánea?
_Cuando uno tiene ciertas limitaciones está comprobado que se despierta lo creativo porque tenés que responder de todos modos. En un momento, no tenía montado un taller aunque me había comprado todas las herramientas, y resultó un desafío armar una joya sin tener que soldar, por ejemplo. Entonces empecé a buscar alternativas y surgió ese collar de barras de bronce atadas con gomas elásticas. Así una limitación que se transforma en un potencial para desarrollar y despertar la creatividad. Y es apasionante.
El llevar algo cotidiano o un elemento doméstico y ubicarlo en un lugar de objeto precioso, de joya es otro de mis principios; es lo que hago con el uso de alfileres. De acuerdo a su disposición y organización se transforman. De hecho la porcelana y los alfileres tienen una reminiscencia escolar y llevarlos a una posición de joya también es un desafío que cumple con ese principio.
Tomar técnicas propias de otra actividad, llevarlas o transformarlas para otro quehacer no pensado. Eso es innovador porque supone cambios, ajustes en esa adaptación técnica.
Y, sobre todo, buscar el límite del material. Kant planteaba que no le podés obligar a la materia que sea lo que no es, que se comporte de otra manera; es muy de diseñador imponerle a la materia algo que no quiere ser. Explorar, indagar y llevar al punto de entender el material, qué posibilidades tiene, hasta dónde podés llegar y no forzarlo. Y esta herramienta o idea fue un reto que apliqué a la porcelana porque tuve que encontrar el punto adecuado porque si la trabajaba muy blanda no sale y si ya tiene dureza los alfileres que pinchás se salen. Encontrar la posibilidad adecuada se dio en un proceso.
Como parte de «Joya topográfica», este año hice una pieza muy grande, un pectoral, en el que usé 102 mil alfileres Realizarlo, también fue una de las peleas que di porque en un principio no sabía cómo se iba a comportar el material, si iba a reaccionar con contracción, si respondía según la humedad, entre otros factores que aún estudio.
Esto mismo me pasa en el laboratorio que monté para exploración química de sales que evalúo para ver cómo responde con otros materiales, si van mejor con metal, con sogas vegetales o sintéticas, y en un ensayo de prueba y error que estudio, saco conclusiones que aplico de manera intencionada. Por eso, el estudio intensivo es clave, no se puede hacer o crear sin indagación científica me apasiona especialmente experimentar y estudiar. Esta y es una de las principales herramientas por las que me consultás.
Tomar otras cosas de otras áreas también es una herramienta o principio clave. Reconozco que tengo la habilidad de estudiar y detectar técnicas que me sirvan para la joyería, como estos métodos químicos que realizo e implica estar atenta a proporción, temperatura y tiempo, por ejemplo.
“Tengo la habilidad de estudiar y detectar técnicas que me sirvan para la joyería.”
_¿Cómo es tu proceso de creación de joyería?
_Se da con la materia. Es cierto que en un proceso de ensayo y error a veces uno va manipulando en función el interés al que quiere llegar. Estoy tratando de entregarme al proceso pero si estar atenta y observar para después aplicar lo que orgánicamente se da.
Sigo un orden y sistematización para enfocarme, soy metódica y parezco una obse, aunque en mi vida soy lo más descontracturada.
Me reconozco como una persona ansiosa pero todos los procesos que hago en la joyería son todo lo contrario, por ejemplo, colocando de 12mil a más de 100mil alfileres en diversas piezas. O incluso el tiempo que me llevaron los cristales. Es que canalizo mucho a través de la joyería. La tomo como una forma de meditación, como un mantra.
“Canalizo mucho a través de la joyería. Lo tomo como una forma de meditación, como un mantra”.
_¿Te gusta el multitasking, sos capaz de realizar varias tareas de forma simultánea?
_Me encanta y lo sostengo. Me lleva un largo período la primera parte de exploración porque me tomo el tiempo necesario y por eso arranco con anticipación. Mientras una tarea o proyecto va por un lado, empiezo otra que va por un camino diferente y es lo que se va a venir, tal vez, complementario de la anterior o no. Y lo hago por una cuestión personal, porque me enriquece y porque advertí que está comprobado que las ideas necesitan de un tiempo de decantación, de descanso para luego volver a retomarlas. Es que tengo esa sed o ganas de seguir indagando, además de que a veces me da curiosidad las cosas distintas.
Soy de ir cambiando pero he aprendido que es necesario darle tiempo a las cosas y procesos para que maduren, se expresen. Con los alfileres, por ejemplo, tengo un universo por estudiar impresionante. Le cambié la escala porque primero lo hacía con eslabones chicos que se iban conectando, ahora estoy haciendo piezas monolíticas y grandes, una de las cuales lleva ciento de miles de alfileres, una cantidad inusitada, con la que trabajo en determinadas condiciones climáticas que influyen, como la humedad, que genera cierto movimiento.
El de los alfileres es un experimento curioso porque en apariencia parece una pieza viva, con movimiento pero no. En la feria Puro Diseño, muchos visitantes se acercaban y pedían tocar las piezas porque parecía que se movían. Pero, en realidad, mi pretensión es congelar el movimiento en un instante. Me inspiré en los paisajes de pastizales que se mueven con el viento, muchos lo ven con cierta reminiscencia marina y puede ser porque hace unos meses estuve haciendo snorkel y el movimiento de los corales me hizo acordar a mis piezas de alfileres. Tienen cierto aspecto orgánico a pesar de la rigidez del alfiler y su textura fría.
No paro de descubrir. Al hacer una producción fotográfica advertí que la pieza parece que se enciende a trasluz, porque la porcelana blanca es traslúcida y se empiezan a observar aspectos que a simple vista no se ven, como si estuviera bajo el microscopio. Esta observación de la luz me viene de la arquitectura, porque tenemos toda una relación con la luz ya que la entendemos como una materialidad más. Cuando empecé a detenerme en este aspecto, pensé en todo lo que se puede sacar de eso. Ahora adquirí porcelana negra y de color, alfileres con punta de vidrio de color para seguir probando. Tengo mucho por hacer.
“Soy de ir cambiando pero he aprendido que es necesario darle tiempo a las cosas y procesos para que maduren, se expresen”.
Mucho por hacer
_¿Por qué alfileres?
_No recuerdo exactamente cómo llegué a ellos. Sí tengo presente una de las primeras piezas en la que los probé, era una banda de porcelana en forma de óvalo al que le clavé alfileres parados y parecía como si te estuvieran pinchando pero en realidad eran las cabezas de los alfileres. Una pieza de líneas arquitectónicas simples con la que empecé. Así, me di cuenta la posibilidad que tenía la porcelana y la empecé a manipular de manera distinta a la convencional. Lo último, que vuelvo a resaltar, es cómo se comporta ante la luz.
Lo interesante es que en el hacer es cuando se pueden sacar conclusiones. Me di cuenta que podía construir a partir de distintas direcciones, presiones y separaciones en superficies cual territorios que se mueven y eso fue un flash. Esto me llevó a pensar en ese juego de niña que tenía alfileres como clavos en el que ponías la mano o la cara y copiabas la forma. Estudiando inglés en Londres, en su momento, descubrí una tienda con juegos de este tipo que compré y que hasta hoy pruebo, porque me gusta lo lúdico y descubrir sistemas y funcionamientos.
“En el hacer es cuando se pueden sacar conclusiones”.
_¿Qué técnicas de joyería aplicaste en este proceso de años?
_De joyería tradicional no. La primera pieza de esta serie sobre la que charlamos tenía un mecanismo de unión y era articulada. En el camino de entender el material, como cada uno tiene su sistema de articulación o de vínculos, me fui dando cuenta qué método podía aplicar o cuál era más adecuado para lo que pretendía.
En el ejercicio de la arquitectura -que llevé adelante hasta el año pasado y que dejé en suspenso por la marca-, la docencia y la joyería, una disciplina alimentaba a la otra. La arquitectura a la joyería y, viceversa, los vínculos y sistemas joyeriles los quería aplicar a una obra en construcción en una retroalimentación súper interesante.
Creo que hoy vale la interdisciplina y ya no va a haber más compartimentos estancos entre las actividades creativas, sobre todo. Eso de que sos arquitecto, joyero, son definiciones que van a caer en desuso porque hay una mixtura sin límites, solo se sostienen como referencia.
Bueno, valga la presentación, el escritor, antropólogo y crítico cultural Néstor García Canclini planteó en el congreso de la reciente III Bienal Córdoba Ciudad Diseño que las fronteras entre el diseño, el arte y la artesanía se están borrando y son cada vez más porosas a punto tal que esos límites van a tender a desaparecer. Estoy convencida de esto, ya que esa mixtura la experimenté en este trabajo.
Volviendo a tu pregunta de la aplicación de técnicas en la obra de alfileres y porcelana, comprobé que la porcelana es un material blando, maleable y, tal como el hormigón tiene un crecimiento continuo y no tiene esa posibilidad de poder ser cortado y articulado, por eso tuve que dominarlo y seguir su crecimiento nato y orgánico con el fin de que me responda. Todo un desafío para la actual pieza monolítica; el camino más fácil hubiese sido dividirlo porque así serían piezas más chicas y controlables porque cuando el material se endurece no hay vuelta atrás.
Es decir, son piezas que no tienen una técnica de joyería clásica, pero sí esa cierta adaptación al cuerpo que tiene la joya. Quiero empezar a estudiar cómo adaptar desde el punto de vista físico o ergonómico esa cara lisa de la pieza al cuerpo, aprovechando que es un material que puedo modelar, para que el collar se lleve mejor con la forma de la clavícula, por ejemplo.
“Hoy vale la interdisciplina y ya no va a haber más compartimentos estancos entre las actividades creativas.”
_¿Cómo llegaste a Brazil Jewelry Week?
_En abril supimos de este ciclo y con mis socias coincidimos en que teníamos que ir porque nos dimos cuenta que era importante poner un pie en este territorio de la joyería latinoamericana. Desde entonces pasaron muchas cosas en nuestros respectivos quehaceres personales y con la marca, como la reciente participación en el pop up de Curatoria y el atrevimiento de tocar el timbre en Kallalith y lograr estar. En el medio, Ceci Kesman nos recordó el plazo de BJW, nos contactamos con Roxana Casale cuyo compromiso es destacable, nos informó y ayudó de manera muy empática.
Ganadora de la semana de joyería brasileña
La semana de Brasil se nota que es un evento muy pensado que acompaña a todo un movimiento latino. A veces muchos joyeros tienen esa intención y hasta pretensión de mirar hacia Europa, pero considero que es mucho mejor e importante consolidar esta ola tan fuerte y es un momento espectacular para ayudar a construir porque están pasando cosas importantes en la joyería local. Basta con ver mi Córdoba natal, donde es impresionante cómo se extiende un polo joyero que se formó en los últimos cuatro o cinco años.
En otras ciudades de Latinoamérica hay mucha efervescencia y está buenísimo poder estar, participar y hacer presencia y, sobre todo, insisto, formar parte de la construcción y ser un eslabón en el que uno puede aportar.
Es que, en lo personal no solo me interesa mucho el proceso de construcción de las piezas sino también el proceso de reflexión y crítica del quehacer joyero que se da en su propio proceso de consolidación en la región. Este es relativamente nuevo en relación a otras artes, por eso hay mucho por hacer y armar entre todos. Me interesó mucho que incluyera un simposio con la participación de embajadores procedentes de los principales países latinoamericanos, resulto un espectáculo enriquecedor como, por ejemplo, la mirada filosófica de Carmen Tapia aplicada a la joyería
No solo fue una experiencia estética alucinante sino también una vivencia con discusiones, críticas y cuestionamientos para poder crecer. Creo que desde la pregunta, aunque no se llegue a todas las respuestas, uno puede ir abordando diversos resultados y generar nuevas preguntas hasta esas que resultan incómodas.
De lo positivo e impensado que generó la virtualidad, como la posibilidad de grupos de estudios con maestros que antes parecían inaccesibles por la distancia, pasamos a encuentros de este tipo en el que se dio un intercambio súper interesante.
Siento que en mi vida hay muchos momentos mágicos, como guiada por ángeles. En marzo último tuvimos la oportunidad de encontrarnos con Luis Acosta, en su paso por Córdoba, y le preguntamos qué nos recomendaba para continuar con nuestro proceso de formación, que para mí es muy importante, y nos dijo que teníamos que hacer algo con Jorge Manilla. Lo acabamos de conocer y quedamos en contacto.
Otro ángel o persona clave que me ha marcado en este camino de la joyería es María Medici, con quien volví a tener la oportunidad de encontrarme durante Puro Diseño. Esa experiencia de tutoría para el concurso del Premio Moda Arte y Diseño, que organizaba el Museo de Arte Decorativo, fue decisivo en mi carrera: valoro mucho la mirada constante y la palabra justa de María.
Cuando le mostré mi proyecto de «PoliPéras» me destacó que la funcionalidad era lo más importante pero que debía convertirse en una pieza multifunción. Ella me ayudó a romper con muchos paradigmas.
Me señaló que era importante conocer y hacer para poder resolver y encontrar posibles soluciones; que lo importante para un diseñador o creativo era indagar en esas nuevas posibilidades, y ese concepto en ese momento de transición en la joyería hizo que me explotara la cabeza. Esto fue horas antes de regresar a Córdoba -ya que cuando me enteré de mi selección a MAD estaba en Buenos Aires- e incentivada por sus palabras en ese vuelo logré empezar a resolver la multifunción de esa pieza; y eso no me había pasado antes. Por eso, estoy sumamente agradecida con el consejo y seguimiento de María Medici.
En este último tiempo también me encontré y conocí a muchos joyeros que admiraba, como a Luz Arias que fue la curadora del concurso Diseño Emergente, quien destacó mi representatividad de la joyería contemporánea en ese encuentro y esa distinción me emocionó.
Y qué decir de las embajadoras de BJW, de Jorge Manilla y de Chrissie Barban, súper agradecida de que se hayan atrevido a idear, pensar y materializar un ciclo que reunió la obra de tantos joyeros latinoamericanos.
Se generó una red y una conexión impresionante. Una comunidad con miembros de países con una estructura y problemáticas similares que se juntaron para verse y analizarse y relanzarse como colectivo, por ejemplo, en lo que respecta al valor económico del trabajo y a la especialización. En Brasil había que estar y dijeron presentes 12 firmas argentinas.
“Se generó una red y una conexión impresionante. Una comunidad con miembros de países con una estructura y problemáticas similares que se juntaron para verse y analizarse y relanzarse como colectivo”
_¿Qué creés que ven y destacan de tu trabajo?
_En estos encuentros puede observar las reacciones, tanto de estos especialistas que tienen una mirada especializada como del público en general.
Creo que lo mío llama mucho la atención porque tiene una cuestión muy háptica, que te relaciona a través de la percepción del tacto y genera una necesidad pospandémica casi irrefrenable de querer tocar.
Y me valoran mucho la opción de un material tan cotidiano como inusual y su puesta en obra que aparenta un movimiento que no es tal sino que está congelado.
Todas las piezas exhibidas me demandaron mucha energía y tenía un fuerte apego, me costaba desprenderme. En la feria aprendí a soltarlas, en particular, una obra con un pequeño universo portable que resolví con un imán y una chapa de acero inoxidable pulida a espejo que llevaba y terminé por regalársela a Luz Arias por la emoción que le causaba. Fue todo un acto de despojo al que no estaba acostumbrada y me sirvió para la feria de Brasil. Entendí que una pieza lleva una elaboración y una construcción que terminada ya no me pertenece más. Aprendí a soltar.
Muchas cosas que vi en Puro Diseño -donde vi la oportunidad de también mostrar mi trabajo ante el público de Argentina y, además, pude tener una visualización o respuesta en mi país- las pude pulir, mejorar o ampliar para BJW. Descubrí que muchos querían llevarse algo de ese trabajo y, como tenía piezas grandes, más bien escultóricas, traté de cambiar la escala y buscar otras formas para que pudieran llevárselas con mayor uso. Hice anillos más chicos, broches también más pequeños y dijes.
“Todas las piezas exhibidas me demandaron mucha energía y tenía un fuerte apego, me costaba desprenderme. En la feria aprendí a soltarlas.”
_¿Consciente de la mirada del otro, ¿cómo presentás o describís la joyería que hacés?
_Soy una curiosa y me gusta pensar y decir que lo que tengo es un laboratorio de joyería. Más allá de mi trabajo inicial en metales, como todos, con la interrelación entre el bronce y los elásticos, la porcelana, con la reconversión de los alfileres o con la generación de cristales hay una exploración creativa que hoy es en forma de joya.
Me define ese afán por investigar los procesos de diversas materialidades y la decisión de llevar un elemento cotidiano a la posición de joya contemporánea.
Y advierto que esto lo sostengo desde «PoliPéras», donde había una clara indagación en el uso. Por esto, también me interesa trabajar y jugar mucho sobre las funciones de una pieza. Esto hace a la caracterización contemporánea de mis joyas.
“Me define ese afán por investigar los procesos de diversas materialidades y la decisión de llevar un elemento cotidiano a la posición de joya contemporánea.”
_De «PoliPéras» llamó la atención el cuidado y minucioso sistema de encastre y sus funciones, el llevar el espacio de un museo a un objeto, las sugerencias de aplicaciones y hasta con un instructivo. ¿La organización, sistematización y funcionalidad son importantes en tu joyería?
_Sí, en ese momento estaba muy marcada por mi formación de arquitecta, sobre todo cómo mostré y conté ese proyecto. Esa pieza la resolví primero en 2D, es decir, con una planimetría de por medio.
Ese manual de uso es una herramienta que aplico mucho con mis alumnos de la facultad; les pido un manual de cómo usar el sistema que proponen, lo cual creo que es revelador y definitorio porque previamente están obligados a resolver muy bien el proyecto para luego poder explicarle al otro cómo se aplica.
Un manual de instrucciones ayuda a ordenar las ideas y a poder comunicarlas para que el otro pueda apropiarse y hacerse cargo. Es un excelente aprendizaje; lo fue para mí y por eso lo transmito.
También, en la facultad usamos mucho la herramienta del diagrama -una pieza gráfica abstracta, como mapas, que permiten muchas lecturas o posibilidades- que plantea el arquitecto español Federico Soriano, y de alguna manera la llevé a la joyería para presentar mis piezas. Tengo una tarjeta con un diagrama de puntos con un orden determinado que representa mi serie «Territorios» y luego hice un video en el que fusioné ese diagrama con las piezas que se van transformando. Así, estoy mezclando continuamente lo que trabajo en una y otra área de competencia, y enriquece miradas, por ejemplo el paso del 2D al 3D.
Y se da otra de las herramientas sobre las que charlamos que es la de cambiarle el soporte a una obra y que todos terminen por completarla. Esto de los soportes que completan la obra lo charle con Vicky Biagiola, otra de las ganadoras de BJW, cuya producción fotográfica de, por ejemplo, el brazalete «Grito Sudamericano» terminó por potenciarlo.
No es solo una joya en sí. La joya es el resultado de un proceso con un montón de elementos. Por eso me interesa lo que pasa en el medio: la indagación, el ensayo, la interrelación, el intercambio de soportes. El pensar este tipo de procedimientos aplicados a la joyería me apasiona.
Por esta experiencia del ida y vuelta entre el estudio y la joyería o entre la arquitectura y la joyería es que me atravesó y vuelvo a destacar el planteo de Canclini sobre ese beneficioso desdibujo de los límites entre las disciplinas artísticas.
“La joya es el resultado de un proceso con un montón de elementos. Por eso me interesa lo que pasa en el medio: la indagación, el ensayo, la interrelación, el intercambio de soportes.”
Eje conductor
_¿Con esta diversificación de propuestas, ¿cuál es el eje conductor de tu trabajo?
_El trabajo con la materia. Explorar esa diversidad de materialidades, ver nuevos modos de uso, indagar en lo que quiere ser y su límite y el manejo de lo lúdico. Esto tiene que ver con mi personalidad creativa.
Soy curiosa, viajera, me alimento mucho de muestras de arte, cine, música, me encanta la ópera. Cuanto uno más consume, ve y nutre esa personalidad creativa y termino por hacer esas conexiones en el cerebro que ni siquiera puedo rastrear o saber cómo surgieron y hasta me sorprendo yo misma; por eso es muy importante tener una personalidad creativa enriquecida, la cual trato de desarrollarla mucho.
En San Pablo, aproveché para ver obras de la arquitecta italo-brasileña Lina Bo Bardi, representativa del Movimiento Moderno, no podía no hacerlo; un imperativo ver in situ obras que vi en libros y estudié, como el centro cultural de Pompéia con esos puentes alucinantes que me emocionaron. Me escapé a probar la comida de autor de los chef Helena Rizzo y Willem Vendeven en el restaurante Maní, imperdible. Un mix inevitable que se me cuela por todos lados.
Son importantes también los espacios de intercambio en los que la sociología, la antropología y la filosofía terminan de dar sustento a esas exploraciones personales, como querer congelar el movimiento o detener el tiempo después de una pandemia es para indagar.
La vida es un instante y después de lo que nos pasó pienso en cómo hago para conservar los buenos momentos; la fotografía es una forma de congelar un instante pero hacerlo a través de la joyería es todo un desafío. Todos éstos son cuestionamientos que me inquietan y apasionan y los llevo a mi obra. La temporalidad también es un tema presente en el manejo de los cristales, por ejemplo, cuya siembra me llevó casi dos meses, en un tipo de sal.
Lo háptico también es un tema que siempre me interesó, que se expone muy bien en el libro “Los ojos de la piel”, una obra clave del arquitecto finlandés Juhani Pallasmaa que siempre llevo conmigo y trato de deshojarlo, lo mismo que “La mano que piensa, en el que plantea lo del diagrama que mencionaba.
Toda esta formación sin duda influye en mi trabajo. La clave está también es estar atento porque cuando uno busca termina por encontrar otras cosas que son igualmente interesante.
“Explorar esa diversidad de materialidades, ver nuevos modos de uso, indagar en lo que quiere ser y su límite, y el manejo de lo lúdico. Esto tiene que ver con mi personalidad creativa”
_Llama la atención tu capacidad de absorber o diversificar.
_Yo antes la sufría porque hacía mucho a la vez y permanentemente me pedían que me focalice. Ahora es un potencial porque logré encauzar mis inquietudes, armar canales y ordenarlos. Cuando era chica hasta me puse a estudiar sobre zapatos entre otras tantas cosas; me cuestionaban luego que era arquitecta y que hacía en otra o en muchas cosas a la vez; lo vivía mal porque eso me llevaba a pensar que no terminaba haciendo o hasta siendo algo, pero me estaba construyendo… hasta que logré ordenarme, hacer una bajada y síntesis. También ahora tengo la madurez para hacer estas transferencias. Sin embargo, creo que de alguna manera me adelanté a lo que hoy es y seguirá siendo valorado.
“Ahora tengo la madurez para hacer estas transferencias”
_¿Proyectos?
_Me gané una beca del Fondo Nacional de las Artes para trabajar con la cristalización química de sales aplicada a la joyería que mencionaba y fue un incentivo para retomar ese proyecto y continuar explorando.
Me gustaría trabajar sobre joyas efímeras, por ejemplo, se me ocurre probar con hielo y ver cuáles serán los resultados. Es que me encanta lo gastronómico, hice un curso durante ocho años y descubrí que la cocina también es un proceso creativo. En un documental de Jeff Table se explicaba cómo había diseñado un postre y advertí lo fabuloso que es la complejidad que hay detrás de un plato.
Tengo muchas ideas, veré en qué me enfoco, sí quiero que Jorge Manilla venga a Córdoba porque es muy pedido y esperado. Y como soy partidaria de crear redes para que todos sumen -hay espacio para todos y cada uno hace cosas distintas–, veremos cómo nos asociamos y reunimos para ayudarnos y potenciarnos.
Se abrirá una Licenciatura en Diseño en la universidad Católica, a la que fui convocada como docente. Una propuesta que se alinea con mi pensamiento de que los diseñadores no estarán más encasillados en una disciplina, porque si se logra resolver o encontrar respuestas a problemáticas de diseño después se puede aplicar a cualquier cosa, de una tarjeta, una cerámica o una joya o lo que sea.
Volví a quedar seleccionada para la misma muestra de Madrid, pero veré como lo manejo porque me demanda mucha energía y quiero poner el acento en el trabajo de obra.
“Soy partidaria de crear redes para que todos sumen, veremos cómo nos asociamos y reunimos para ayudarnos y potenciarnos”
Entrevista a Caroline Broadhead
Apuntes | Notas
“La joyería es lo que vos quieras que sea”

Por años trabajó con ropa y sillas como metáforas de una persona y exploró otros objetos que entran en contacto con el cuerpo, entre los que se destacan las joyas contemporáneas.
Líder del curso de BA Jewellery Design en Central Saint Martins, hoy profesora emérita, investigadora y gran artista visual, la maestra inglesa Caroline Broadhead se convirtió en una de las referentes mundiales de la joyería contemporánea.
Una creativa que se mueve con facilidad a través de diversas disciplinas que incluye joyería, textiles, muebles, instalaciones y colaboraciones con artistas en vivo. Así, su trabajo multidisciplinario se ve desde hace 50 años en retrospectivas, exposiciones y colecciones de galerías y museos del mundo.
Ganadora del Premio Herbert Hofmann 2022, hoy define la propuesta de la próxima edición de Schmuck.
De cómo fue ampliando su campo de trabajo y llegó a una joyería que desafía y hasta cuestiona definiciones convencionales. El objeto de sus investigaciones y su verdadero interés. Qué valora de una joya, definiciones y sugerencias.
_Comenzó haciendo joyería, fue ampliando su campo de acción y abarcó ropa, textiles, muebles, fotografía, artes escénicas, coreografías, instalaciones, performances ¿por qué?
_Mi trabajo siempre ha sido sobre ideas para cuestionar, averiguar cosas, y vi en la joyería un espacio para jugar con las posibilidades que ofrecía. Una idea lleva a otra, así que supongo que desde un principio tenía muchas ganas de mirar todas las alternativas para que mi trabajo entrara en otras áreas. Tiendo a explorar un tema o un material hasta que no se me ocurre nada más que hacer con él y entonces empiezo a buscar otro punto de partida; a veces, es una idea existente desarrollada en otro contexto.
“Vi en la joyería un espacio para jugar con las posibilidades que ofrecía… desde un principio tenía muchas ganas de mirar todas las alternativas”.
La joyería como índice de valor
_Su joyería desafía y hasta cuestiona definiciones convencionales, ¿cómo la describiría?
_Dado que la joyería tiene una historia tan sólida y, en cierto modo, un conjunto de costumbres bastante fijas, es un campo rico para explorar e intervenir. Comencé mi carrera a principios de los años 70, una época en la que se estaban redefiniendo muchas normas culturales y surgían nuevas áreas de creación respaldadas por organizaciones como el Crafts Council de UK, que defendió este auge en el replanteamiento de los límites anteriores de la artesanía.
Estoy fascinada por la forma en que las joyas encajan en el panorama más amplio de nuestras vidas. La joyería es un índice de valor y exactamente lo que valoramos siempre es de interés. Es personal por su naturaleza. Las ideas sobre el valor, la forma, el significado de los materiales, la relación con el cuerpo se superponen con otras áreas. La joyería contemporánea se ha labrado un lugar que ofrece conexiones en todo el mundo con toda una gama de enfoques e interpretaciones, lo cual es muy alentador.
“La joyería es un índice de valor y exactamente lo que valoramos siempre es de interés. Es personal por su naturaleza.”
_¿La relación con el cuerpo de una persona parece ser el hilo conductor de su trabajo ¿qué le interesa expresar o descubrir con esa presencia?
_Todo mi trabajo se relaciona con lo personal. Un cuerpo vivo no existe sin una persona y eso involucra todos los sentidos inherentes, experiencias y recuerdos que son intrínsecos a esa persona. Entonces, ya sea que un objeto se ajuste, interactúe u ocupe espacio alrededor del cuerpo, está ahí para ofrecer una experiencia, provocar un recuerdo, un pensamiento u otra respuesta.
“Sea que un objeto se ajuste, interactúe u ocupe espacio alrededor del cuerpo, está ahí para ofrecer una experiencia, provocar un recuerdo, un pensamiento u otra respuesta”.
_¿La portabilidad o la usabilidad de joyas e indumentos es fundamental para darles sentido o es condición sine qua non?
_Aprecio que hay mucho sentido en que la joyería o la ropa que se crea sea para ser vestida y usada. Sin embargo, para mí, estos también son temas para examinar, explorar y en los que se puede ejercitar y apreciar la imaginación.
“(La portabilidad o la usabilidad de joyas) son temas para examinar, explorar y en los que se puede ejercitar y apreciar la imaginación”.
_¿A través de sus piezas busca explorar el uso, el contacto, el desgaste, el paso del tiempo, lo manipulable o lo susceptible de ser modificado?
_Sí, muchas de mis piezas son para ser manejadas y manipuladas. Me gusta la idea del cambio y la interacción. La sensación es algo importante y el peso, la flexibilidad y encontrar diferentes formas de llevarlo son interesantes para mí. Algunas de las piezas más grandes, como las prendas, no estaban hechas para ser manipuladas, pero esperaba que de alguna manera hubiera una sensación de tacto y prueba que se hasta se pudiera sentir a través de la imaginación.
“Algunas de mis piezas más grandes, como las prendas, no estaban hechas para ser manipuladas, pero esperaba que de alguna manera hubiera una sensación de tacto y prueba que se hasta se pudiera sentir a través de la imaginación”.
Desafíos artísticos
_¿Se acercó a la coreografía para explorar el movimiento, la luz, la sombra y los reflejos?
_Me invitaron a trabajar con un coreógrafo en 1991. Eso fue una sorpresa y no tenía perspectivas muy alentadoras, bueno o también pudo ser que las perspectivas eran abrumadoras y, como me gusta que me desafíen o que me asusten un poco con un desafío, acepté. Estaba feliz de trabajar con bailarines y ver cómo una prenda podía moverse con o en contra de sus movimientos o incluso provocar ciertos movimientos. También fue emocionante tener un trabajo basado en el tiempo, una fecha límite muy precisa, con una audiencia en vivo y todo en menos de una hora.
Entonces, después de algunos proyectos que se realizaron en teatros, con toda la parafernalia emocionante del vestuario, de las instalaciones y de la iluminación, continué desarrollando, de manera mucho más reducida, efectos similares que podría crear en mi estudio o en una galería.
“Vi cómo una prenda podía moverse con o en contra de sus movimientos o incluso provocar ciertos movimientos. También fue emocionante tener un trabajo basado en el tiempo, una fecha límite muy precisa, con una audiencia en vivo… Continué desarrollando, de manera mucho más reducida, efectos similares.”
_¿Más que objetos en sí mismos, le interesa mostrar relaciones, interacciones?
_Creo que mis piezas representan a una persona, particularmente las prendas y las sillas. Estos objetos comparten las dimensiones de un cuerpo y están construidos para adaptarse a una persona. La ropa toma su forma de un cuerpo y proporciona capas para mostrar facetas de la personalidad que se pueden cambiar fácilmente, por lo que hay mucho para explorar sobre esto. Una silla tiene términos que se relacionan con una persona: un asiento, una espalda, brazos y piernas. Puede hablar de estabilidad y de la posibilidad de descansar o relajarse y tiene la función de soportar tu peso, puede hacer que su postura responda a su diseño. También habla de estatus, desde un taburete bajo que lo sienta cerca del piso, hasta un trono que generalmente es de una escala más grande y eleva al que se sienta por encima de los demás. Entonces, supongo que la respuesta a esta pregunta es sí.
“Mis piezas representan a una persona, particularmente las prendas y las sillas. Estos objetos comparten las dimensiones de un cuerpo y están construidos para adaptarse a una persona.”
_¿Es importante la puesta en escena de una joya o de cualquier tipo de pieza de arte para que pueda ser comprendida o para acercarla al público?
_Comunicar ideas es importante. La presentación puede dar forma a nuestras percepciones de los objetos e ideas, por lo que la forma en que la información útil se puede transmitir de manera adecuada y directa de entender es una ventaja.
“La forma en que la información útil se puede transmitir de manera adecuada y directa de entender es una ventaja.”
_Cuando mira joyería, ¿qué valora?
_Valoro la claridad de visión, una forma pertinente de comunicar una idea, el sentido del humor o ingenio y las buenas elecciones de materiales. Me gusta que me sorprendan. También valoro un reflejo de lo que es o podría ser la joyería, y una conexión con el mundo fuera de la joyería. No necesariamente todo esto en la misma pieza.
“Valoro la claridad de visión, una forma pertinente de comunicar una idea, el sentido del humor o ingenio y las buenas elecciones de materiales. También valoro un reflejo de lo que es o podría ser la joyería, y una conexión con el mundo fuera de la joyería.”
_¿Qué tiene en cuenta a la hora de elegir una pieza de joyería contemporánea en una competencia?
_Algunos de los procesos de selección en los que he estado involucrada han sido online y otros físicos, todos hasta ahora han sido con un panel de jueces. Hace una diferencia si puedes mirar de cerca o manejar el trabajo, pero si no entonces busco algo que me llame la atención, algo inusual, algo que cree asociaciones. Si hay un texto que lo acompaña, entonces busco información sobre el contexto de la obra, lo que no se comunica inmediatamente por la pieza en sí, pero que enriquece y profundiza la comprensión de la obra.
“Busco algo que me llame la atención, algo inusual, algo que cree asociaciones, y el contexto de la obra, lo que no se comunica inmediatamente por la pieza en sí”
Entre la diversión y la investigación
_¿Qué le sugeriría a noveles joyeros o postulantes a concursos como Schmuck?
_Que investiguen bien sus ideas, que vayan a donde los lleven esas ideas. Que se diviertan y entusiasmen con lo que están haciendo.
“(Les sugiero) que investiguen bien sus ideas, que se diviertan y entusiasmen con lo que están haciendo.”
_¿En la actualidad, hay diferentes estilos, intereses y hasta modos de presentar joyería, ¿qué de todo le interesa o qué tipo de objetos o piezas le gustan?
_La joyería es un campo muy amplio. No tengo un dogma sobre lo que me gusta, pero aprecio las transformaciones misteriosas de los materiales, los resultados simples de una idea compleja, las formas apropiadas de colocar el trabajo en el cuerpo, el sentido del ingenio y también aprecio el trabajo que me toca emocionalmente; y además, las cosas que me gustaría usar.
“Aprecio las transformaciones misteriosas de los materiales, los resultados simples de una idea compleja, las formas apropiadas de colocar el trabajo en el cuerpo, el sentido del ingenio, el trabajo que me toca emocionalmente y las cosas que me gustaría usar.”
_¿Qué representa la joyería contemporánea hoy?
_La joyería es lo que vos quieras que sea, por lo que el campo es muy amplio y esto lo hace realmente emocionante. Es muy saludable que haya tantos practicantes, todos con diferentes ideas y objetivos. En su punto culmine, la joyería representa una forma de arte que comenta sobre la condición humana y demuestra un proceso de pensamiento original junto con habilidades materiales y de comunicación.
“La joyería representa una forma de arte que comenta sobre la condición humana y demuestra un proceso de pensamiento original junto con habilidades materiales y de comunicación.”
_¿Cómo ve a la joyería contemporánea latinoamericana?
_Por lo que he visto en Santiago de Chile, en Buenos Aires e incluso en Munich y hasta online, me gusta la aventura, la libertad de uso de materiales y la facilidad para participar y expresar ideas que se ve en los creativos, y también me gusta algunos que enfrentan temas de sostenibilidad. Veo que hay frescura y entusiasmo. Es genial que haya algunas galerías y otras iniciativas para crear oportunidades con el fin de discutir y compartir el trabajo en distintos puntos de Sudamérica y que, a su vez, sean parte de la comunidad joyera mundial.
“Me gusta la aventura, la libertad de uso de materiales y la facilidad para participar y expresar ideas que se ve en los creativos.”
_¿Qué opina de la joyería que se hace en Argentina?
_Tuve la suerte de visitar Buenos Aires y realizar un workshop en Taller Eloi hace unos años y quedé impresionada por la forma positiva y entusiasta con la que los participantes abordaron las ideas y la manera abierta y amistosa en la que interactuaron y se involucraron con el taller y entre ellos mismos. Hay mucho potencial.
Entrevista a Cecilia Richard
Apuntes | Notas
“En la joyería, lo precioso se traslada al concepto”

Cecilia Richard es una de las maestras joyeras más importantes del país. La primera en ser reconocida en el ámbito internacional. Desde sus inicios buscó hacer piezas “con significado”. Aprendió joyería mirando y haciendo y completó con una formación académica en escultura.
Considera a la joyería como un arte visual y hoy prefiere hablar de joyería a secas. Cuenta que trabajó mucho para ampliar los límites entre la joyería, el arte, la artesanía y el diseño hasta borrarlos, con el fin de hacerlos más permeables a propuestas novedosas.
Disruptiva, innovadora, una adelantada que habla de cómo evolucionó su trabajo e hizo que la joyería creciera desde el interior del país, particularmente, en su Córdoba natal, donde hoy se consolida un destacado polo joyero.
De sus iniciáticos objetos de mano en plata a megapiezas hechas con elementos de la naturaleza que requieren de más de un cuerpo. El concepto de cuerpo ampliado y cómo una joya contemporánea es llevada por un cuerpo social y hasta por un territorio. El por qué de su opción por la enseñanza en Caelum en vez de su proyección en el exterior. Sus definiciones, reflexiones y proyectos.
_¿Sos joyera autodidacta?
_Hace muchos años que me crucé con la joyería. No era un campo específico que me llamara o sobre el que tuviera un deseo, como cualquiera la disfrutaba aunque, en particular, no me interesaba. Sin embargo, mi cruce con el quehacer con los metales data de cuando tenía 22 años, en un viaje.
Desde muy joven tuve la necesidad de hacer cosas pero que me significaran, de ser autónoma, quería activar simplemente por deseo de libertad. En 1988 ya tenía una producción artesanal que ofrecía en el Paseo de las Artes de Córdoba, se trataba de armadores volumétricos con formas determinadas, lo que hoy llamaríamos esculturas blandas. Entonces, decidí viajar a la feria de Villa Gessel con unas marionetas desarrolladas especialmente y conocí al orfebre brasilero Jorge Acevedo de Jesús, quien me enseñó los recursos básicos de la joyería. Como su forma de vida era el viaje, su taller entraba en una mochila muy ordenada. Viajé y aprendí como creo que él aprendió: mirando, como se aprende en la mayoría de los oficios, mirando y haciendo. Y esto tiene que ver con mi desarrollo en el campo de la joyería, con cómo entro a él. Esos recursos básicos eran el AB no el ABC: trabajaba con el alambre, cortaba con tijera de metales, soldaba y pulía. En un principio eso era la joyería para mí hasta que descubrí que se calaba y engarzaba.
“Desde muy joven tuve la necesidad de hacer cosas que me significaran, de ser autónoma, quería activar simplemente por deseo de libertad. Aprendí mirando y haciendo como se aprende en la mayoría de los oficios”.
_¿Qué te interesaba?
_Nunca me interesó la técnica por la técnica misma ni el diseño por el diseño en sí, sino la posibilidad atrapante que ofrece la joyería de pensar, imaginar y de llevarlo a la materia. Y esto ha sido el vector para hacer y sostenerme. Entro en la joyería buscando un medio de subsistencia haciendo algo que tuviera un significado; si me hubiese sentido presa de una mesa y de un deber hubiese soltado. El axioma que me acompaña desde entonces es el de prueba y error. Y abordé la joyería lejos de lo pedagógico y de la sistematización de conocimientos más bien desde la exploración material, técnica y formal. Eso fue mi motor.
Era principios de la década del 90 cuando no había internet ni bibliografía. Y también con un taller de mochila pude desarrollar piezas con la idea de poder generar una producción que me permitiera sostener mi austera economía, primero en Cuzco y luego durante un año en Brasil. Tras un viaje de dos años regresé a Córdoba habiendo desarrollado de manera autodidacta cierta habilidad. No he tenido un maestro que me dijera esto se hace así o que me indicara la lógica correcta de construcción de la joyería, porque la mía siempre fue experimentar, más allá de las técnicas de soldar y otros métodos constructivos mi lógica tiene que ver con la estética.
“Me interesó la posibilidad atrapante que ofrece la joyería de pensar, imaginar y de llevar a la materia.”
_¿La estética, el concepto y la poética son los pilares de la joyería que hacés?
_Sí, de hecho esos tres ítems son una declaración de principios para mí. La joyería es un lenguaje estético. Hoy los cánones de la joyería están abiertos, extendidos y hasta rotos pero en los años 90 no. En el 92 decidí ampliar mi quehacer artesanal e ingresé a la entonces Escuela de Artes de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba para cursar la licenciatura en Escultura que terminé en 2001.
Por entonces, en Córdoba no había quien enseñara joyería y si hubiese querido profundizar mis conocimientos técnicos no tenía opción. Ingresé como orfebre, teniendo una indagación y producción propia, con un conocimiento sobre cómo lidiar con las materialidades, con los procesos de conformación de la materia y de las formas explorados y experimentados. Para esa ampliación estudié y mi trabajo se fue enriqueciendo. La formación universitaria me permitió comprender otras lógicas posibles del lenguaje plástico y conceptualizar mi trabajo.
En paralelo, trabajaba para la Feria Internacional de Artesanías, que hasta hoy se realiza anualmente en el complejo ferial de Córdoba capital. Por más de 10 años el ámbito artesanal me contuvo y pude desarrollar una propuesta estética interesante. Pero era un espacio que se manejaba con la lógica del producto y en cierta escala, y como ya tenía una propuesta más artística empecé a necesitar otros espacios, a buscar mi nicho. No encajaba en una joyería ni en una galería, que por entonces veían a la joyería no tradicional como un pariente pobre del arte; en ese momento los límites estaban más marcados.
Soy emergente de un contexto en el que he trabajado mucho para ampliar los límites entre la joyería, el arte, la artesanía y el diseño hasta borrarlos, para hacerlos más permeables a propuestas distintas, innovadoras. En este sentido, en 2001 cerrando mi formación de grado generé mi primera muestra individual y la primera de joyería contemporánea en Córdoba en la galería Martorelli-Gasser. Una propuesta que quedó stand by hasta 2007.
“Soy emergente de un contexto en el que he trabajado mucho para ampliar los límites entre el arte, la artesanía y el diseño, para hacerlos más permeables a propuestas innovadoras”.
_Esa muestra fue clave. ¿Cómo fue esa primera propuesta de joyería contemporánea??
_Una joyería de arte hecha en plata, mi material por excelencia en mis primeros 20 años, explorado en sus múltiples posibilidades, sin piedra, ya que en un principio era de las que pensaba que no podía faltar; tardé 10 años en emanciparme de la necesidad de la piedra para legitimar la idea de joyería que en ese momento era un mandato de la joyería tradicional.
Lo mío fue y es pensar haciendo y hacer pensando, en un diálogo interno y solitario como se da en cualquier taller de joyería de arte; entonces en Córdoba no tenía muchos pares… Y hacía una joyería con forma, volumen, tridimensional, espacial, dinámica que ya no necesitaba de las piedras, que solo aparecen cuando tienen una razón de ser estética por su forma y color, por ejemplo, y no per se. Esto que ahora parece una obviedad, algo sencillo, pero en ese momento tuvo que haber un proceso para lograrlo; hoy ya no se discute porque ya se cuestionó y resolvió, por eso está bueno saber cómo era el proceso de entonces y entrar en diálogo con la historia de la joyería local, de cómo se construía estéticamente.
“Lo mío fue y es pensar haciendo y hacer pensando, en un diálogo interno y solitario como se da en cualquier taller de joyería de arte”.
_Preferiste la joyería contemporánea.
_Hubo un momento en el que era necesario hablar de joyería contemporánea o de autor u otras denominaciones porque había que diferenciarse, porque se manifestaba otra manera de hacer, y esa manera de hacer tenía que ver con el pensar la joyería como un lenguaje y una estética, y había y hay muchas maneras posibles. La joyería tradicional es un lenguaje posible que lo heredamos, que es hegemónico, eurocentrista, patriarcal, que tiene la lógica del debe ser… pone el acento en la técnica, en la destreza y es súper valioso pero no pensaba y sigo sosteniendo que no podemos quedarnos solo con eso.
La técnica nos da recursos y cuantos más recursos técnicos adquirimos tenemos más posibilidades de hacer, elegir, para decidir cuál es la mejor opción para plasmar una idea. Lo que hace a la joyería tradicional es el uso de materiales preciosos a través de una capacidad técnica precisa.
En la joyería contemporánea, nueva joyería o joyería ampliada, lo precioso se traslada al concepto. El concepto es básico y cuantos más recursos tenemos, no solo técnicos sino plásticos con la capacidad de generar e indagar en procedimientos que permitan alcanzar el modo más idóneo para significar una pieza, mejor resulta.
“En la joyería contemporánea, nueva joyería o joyería ampliada, lo precioso se traslada al concepto. El concepto es básico, pero cuanto más recursos técnicos y plásticos adquirimos, tenemos más posibilidades de hacer, elegir y decidir cuál es la mejor opción para plasmar una idea”.
Cuando un objeto se convierte en joya
_¿La joyería es un arte visual?
_Sí, claro. Un objeto se convierte en joya por su relación con el cuerpo y en una pieza de arte por su capacidad de significación. Me interesa cuando en esos procesos se desarrollan obras desde el punto de vista poético conceptual. Valoro todas las manifestaciones o las posiciones desde donde se trabaja la joyería. Yo particularmente trabajo y enseño desde la joyería contemporánea ofreciendo la posibilidad de aprender técnicas orfebres con la básica manipulación de los metales, que es axial a la joyería porque hace a su historicidad, tiene un capital propio inmenso y permite generar mecanismos para vincular el objeto al cuerpo ya que no cualquier material lo permite.
Sin embargo, la joyería contemporánea se centra en el concepto y de ahí que su materialidad es diversa.
Pero adhiero a la tendencia de dejar de sectorizar la joyería en contemporánea, de autor, de diseño o de arte sino de hablar de joyería. Hicimos nuestra ruptura, ya señalamos que estamos y evidenciamos que hay otra posibilidad. Ya se sabe, ahora hablemos de joyería, profundicemos en la joyería que sí obviamente es contemporánea, de nuestro tiempo, es de hoy. El término joyería hoy es abarcativo, y pensamos la joyería como campo del lenguaje que incluye distintas estéticas según desde donde se trabaje.
“Un objeto se convierte en joya por su relación con el cuerpo y en una pieza de arte por su capacidad de significación.”
_¿La escultura influyó en tu joyería?
_Cuando presenté la muestra-tesis en 2001 me sugerían que añadiera algunas de mis piezas escultóricas, pero no necesité justificar mi trabajo con una disciplina ya legitimada. Lo mío se trataba de joyería no de joyería escultórica o joyería como escultura a pequeña escala; más allá de influencias creo que una cosa es escultura y otra joyería. De esta manera, reivindiqué la capacidad de la joyería como disciplina en el campo de las artes visuales. Entonces, expuse piezas de aspecto arquitectónico, volumétricas, geométricas y dinámicas, porque siempre me inquietó la generación de espacio y volumen, por ejemplo.
Sin duda, que la escultura influenció en mi obra, pero antes de estudiar ya tenía mucha obra propuesta. Por ejemplo, aún tengo una pieza que hice en Perú en mi viaje de los 90, que le había regalado a mi madre, en la que ya aparecía el movimiento y también el trabajo en planos, una geometría con ciertas reminiscencias arquitectónicas, como el volumen. Y esa joyería de arte que expuse proponía una interacción con el espectador porque invitaba a ser manipulada.
“Reivindiqué la capacidad de la joyería como disciplina en el campo de las artes visuales”.
_¿Cómo eran esos objetos de mano?
_Arranqué con un cubo de 2×2 en plata que se fragmentaba en partes que se vinculaban con bisagras, una suerte de puzzle tridimensional, y fue una propuesta con la que inicié una serie de objetos de mano. Piezas que siempre se manifiestaban como la punta de un iceberg, que encerraban un proceso largo, ya que para llegar a conformarlas hubo años de trabajo. Me tomé más de un año a full para producirlas, sin pensar en el tiempo que me demandaba, la cantidad de material que implicaba o hasta qué necesitaba acelerar para ser vendida o crear para comercializar. No, nada de eso, dejé de lado esas premisas y me dispuse a experimentar y crear libremente.
Como me la planteaba como una pieza de joyería también me llevó tiempo analizar, en una instancia de diálogo interno, como decía, que siempre se da en el trabajo joyero; pensé en cómo vincularla con el cuerpo, pero no quería caer en la obviedad de ponerle un gancho para convertirla en broche, y como no admitía un elemento más decidí que fuera un objeto de mano. Un concepto que años después fue tomado por otros y hasta con evidentes características similares…
La pieza gráfica de esta obra de arte visual, ya que fue mucho más que un catálogo de presentación, circuló bastante y hasta varios años después; llegó a editoriales que colaboraron en su difusión, como Suma+ de la mano de Cayetana Mercé, lo cual le dio bastante visibilidad y fue conocida entre mis pares que no sabían de su existencia. Entré en contacto con Francisca Kweitel en 2006 y a través de ella luego con Ramón Puig Cuyàs, Gemma Draper y Estela Saez Vilanova, entre otros.
De alguna manera esta serie quedó cajoneada o en reposo, más bien, hasta que en 2007 las reedité y presenté en el II Salón Diario La Capital Diseño Contemporáneo, que admitía Joyería, organizado en conjunto con el Museo Castagnino Rosario, una ciudad que ha sido abre puertas para las expresiones de arte.
“Arranqué mi obra joyera con un cubo en plata que se fragmentaba en partes que se vinculaban con bisagras, una suerte de puzzle tridimensional, y fue una propuesta con la que inicié una serie de objetos de mano.”
Objetos de mano
_Seis años después no dejó de sorprender y fue premiada.
_Sí, esa obra que en 2001 fue innovadora siguió con igual sorpresa en 2007 en ese salón. Un objeto que por su factura, escala y materialidad es una pieza de joyería cuyo nexo es la propia acción de tomar, de agarrar con la mano. Por su confección y naturaleza, puesta de manera estática pedía ser agarrada; es que por su conformación mostraba y muestra indicios de que hay algo más que debe ser visto y puesto en movimiento. Estas piezas que recibieron el Primer Premio adquisición del VI Salón Diario La Capital, en la categoría Diseño Contemporáneo, hoy forman parte de la colección permanente del Museo Castagnino+Macro.
Reconozco que fue una propuesta que alucinó por estar en las lindes de la joyería contemporánea y el arte. Llamó la atención no solo por su realización o justamente porque ésta se realizó muy puertas adentro aunque había sido vista en 2001 pero años después comenzó a trascender en el ámbito nacional.
“Un objeto de mano que por su factura, escala y materialidad fue una pieza de joyería cuyo nexo es la propia acción de tomar”
_¿Cómo llegaste a Schmuck?
_Entonces supe de Schmuck y entusiasmada por el salón de Rosario apliqué para la edición de 2008, cuando había que realizar un envío físico, presentando dos piezas en las que trabajé en profundidad el concepto de unidad y fragmentación: el Objeto de mano y Objeto formado por dos pulseras. Este último se trató de un prisma en plata que se plegaba y desplegaba, y es el que fue seleccionado por considerar que el otro no era de joyería; es que por entonces la idea de objeto de mano no estaba validada. Así, fui la primera argentina en participar de esta muestra internacional sin más presentación o recomendación que mi propia decisión.
Quiero mencionar algo: cuando inicié tenía un amigo de familia orfebre que trabajaba en el centro de la zona joyera de Córdoba y cuando conocí su taller pensé que yo no podría estar en un lugar así, esto no lo haría ni loca recuerdo que pensé por lo lúgubre del sitio en el que se trabajaba en serie; salvo esta experiencia no volví a entrar a un taller de joyería hasta que conocí el de Jorge Castañón en 2006, aún después de trabajar con los metales desde hacía 15 años, y luego el de la casa taller de Puig Cuyàs cuando estaba en la Massana.
En Schmuck advertí que para ser parte de la escena joyera internacional tenía que estar y dedicarme a estar en ese escenario, por supuesto que implica una construcción pero preferí seguir dedicándome a la enseñanza en el ámbito local.
Desde principio de los años 2000 venía desarrollando un proceso de enseñanza aprendizaje mutuo que arrancó con Andrea Vaggione y Cecilia Romero, y pasé de hacer a sistematizar la experiencia y transmitirla. En este proceso la técnica fue siempre de la mano de la exploración formal y la experimentación.
“Fui la primera argentina en participar de esta muestra internacional sin más presentación o recomendación que mi propia decisión… Y apliqué con dos piezas en las que trabajé, en profundidad, el concepto de unidad y fragmentación.”
Opción por la enseñanza
_¿Cómo es ese proceso de enseñanza aprendizaje?
_De regreso de Schmuck muchos querían aprender el oficio conmigo, pero al no tener una formación sistematizada en joyería tenía cierto pudor; sin embargo, como a muchos les convencía mi obra -la propia obra legitima- y querían interiorizarse en mi proceso decidí poner la energía no en el ámbito internacional sino en el lugar donde vivía y vivo; así comencé a ser docente por pedido del público, ja ja… Tenía mucha demanda porque en Córdoba como mencionaba no había quien enseñara joyería, sí había algunos maestros orfebres pero no desde un taller escuela.
Vale aclarar que si bien no aprendí el oficio con un maestro, no estaba desprovista porque sí tuve una formación académica que apoyaba mi quehacer. En 2008 arranqué con mi taller escuela.
Recién cuatro años después la Cámara de Joyeros de Córdoba abrió una escuela de joyería, lo cual fue enriquecedor porque amplió el saber tradicional. De hecho hoy llevo adelante Caelum con un egresado de esa escuela de la cámara, Lucas Pinto dos Santos, quien completó su formación en mi taller, y así ofrecemos técnica ampliada.
Desde entonces, trabajo a partir del tema que inquieta a cada uno o genero el espacio que favorezca la escucha de la propia voz porque no quiero que reproduzcan la mía sino que me interesa provocar una disposición corporal que genere una relación o diálogo con la materia, para que se registre o vea si opone resistencia para lo que se quiere hacer. Por ejemplo, a la hora de calar el metal lo primero que podría sobrevenir es hacer fuerza, pero en la experimentación uno se da cuenta que lo mejor es aprender a soltar para no imponer el propio deseo sino verificar cómo se comporta y cómo logro lo que pretendo; y seguro tengo que cambiar algo, por lo pronto aflojar la mano, el brazo, entrar en contacto con el cuerpo, con la propia resistencia; es preciso establecer una conexión entre el cuerpo y la mente.
Para advertir esto, también se necesita desarrollar una técnica y la habilidad de manejarla para poder generar ese diálogo y sacar el mejor provecho de la materia. Esta es una tarea humanizante en un tiempo de enajenación, convulsión, de violencia, de velocidad; por esto, lo primero es empezar a aflojar para generar una instancia de escucha y para “escuchar” al material tengo que primero escucharme a mí misma, para encontrar mi deseo, mi voz, la propia inquietud porque lo que me interesa a mí no tiene por qué interesarle al otro.
Por todo esto, en el proceso de enseñanza aprendizaje lo fundamental es preguntarse qué quiero o qué me interesa como punta de un discurso que va a llevar a desarrollar un pensamiento. Esto es lo más importante y lo que promuevo en los procesos de enseñanza aprendizaje que llevo adelante, es un espacio en el que pensamos juntos y vemos las posibilidades técnicas, materiales y analizamos cómo operan esos componentes para establecer una significación; así acompañamos ese proceso personal. Trabajamos de manera grupal y nos enriquecemos con diversidad de miradas, cuestionamientos y experiencias. Y en la medida en que cada uno se va disponiendo o queriendo se avanza en ese proceso que tiene mucho debate.
Creo que el mejor lugar es donde cada uno está, y el mejor interrogante es el que cada uno tiene. Lo importante es lo que a cada uno le interesa o lo que le significa, aunque parezca insignificante porque valorándolo se desarrolla, proyecta, crece y crea. Si logro desplegar los recursos para que se vuelva o se convierta en lenguaje para uno, buenísimo porque lo importante es el proceso y lo que provoca. No obstante, creo que la principal instancia de formación es el contacto y enriquecimiento humano por muy básico que parezca. Si Caelum genera un espacio para preguntarse quién soy o qué quiero, misión cumplida. Después si sos o no joyero o artista no importa.
“Decidí poner la energía en el lugar donde vivo… Si logro desplegar los recursos para que ese lenguaje se convierta en uno propio, buenísimo… Si Caelum genera un espacio para preguntarse quién soy o qué quiero, misión cumplida.”
_¿Es difícil ver qué hay detrás de una pieza de joyería para advertir su concepto o lenguaje?
_En lo personal mi intención no es transmitir sino de expresar un deseo porque puede suceder o no. No estoy atrás de transmitir algo, pero sí me parece significativo cuando alguien se inquieta frente a una pieza de joyería, cuando lo atraviesa o interpela.
Creo en la joyería como disciplina dentro del arte contemporáneo pero es claro que no todas las piezas que surgen en el proceso de exploración o experimentación son artísticas ni tienen esa poética que considero una de las bases de la joyería contemporánea, puede darse o no tal como sucede frente a una pintura, por ejemplo, puede conmover o no.
En ese sentido, cierta data del concepto, en general, complementa la lectura de la obra. Una pieza puede generar o conmover y después te enterás del concepto de objeto de mano, que el soporte es la propia acción, y esto suma info que te permite profundizar en su lectura; lo sepas o no, no incide en lo que te genera la pieza.
Muchas piezas generan un disfrute estético, aunque no necesariamente tienen que ser lindas o bellas. Repito, no necesariamente tener información facilita la experiencia estética.
Mi propuesta de taller escuela es anual porque creo que los procesos de experimentación y de pensamiento llevan su tiempo de maduración. No creo en los cursos cortos e intensivos. A su vez, sí están buenos ciertos talleres especiales que no solo gestiono y propongo sino que también realizo dentro y fuera del campo específico de la joyería y del arte. Instancias que se convirtieron en puntos de tracción de nuestro propio hacer, y tienen que ver con la escritura, lectura y producción, indagaciones conceptuales, procesos creativos y mucho más.
“No estoy atrás de transmitir algo, pero sí me parece significativo cuando alguien se inquieta frente a una pieza de joyería, cuando lo atraviesa o interpela.”
Caelum como espacio facilitador
_¿Cómo es Caelum?
_Es un espacio facilitador en la escena cordobesa, desde donde salieron nuevos queridos colegas, con quienes generamos una masa crítica súper interesante. Estoy muy orgullosa y soy admiradora de muchos de sus trabajos.
El nombre remite a la constelación del cielo austral Caelum o el Cincel, que también pareciera seguir las líneas de un buril o un estilete, herramientas del escultor y del orfebre, e incluye más estrellas que también representan el caballete del pintor, todos elementos artísticos que inspiran este espacio. Más allá de esto Caelum también significa cielo, ese bajo el cual creamos.
Del taller de Cecilia Richard pasé a Caelum mediante una reforma edilicia que me permitió incorporar un salón subsuelo como espacio de exhibición. Es un espacio que en sus 15 años de existencia fue sufriendo distintas transformaciones en el contexto de una casa de plan en un barrio obrero.
Inicialmente contaba con una mesa de trabajo que era para cinco, lo que hoy es la cocina y espacios de agua era un lugar de herramientas. Cerré un patio interno para ampliar y conectamos con el subsuelo, favorecido por la topografía del lugar con diversas alturas. Abajo está la sala de exhibición que se une a Patio Caelum en el que hemos desarrollado ferias.
Caelum también tiene una llamada mesa blanca, que es como un papel en blanco a partir del cual creamos partiendo del análisis y reflexión de los procesos que realizamos, donde además aparecen nuevas materialidades y otras. Una biblioteca y la mesa orfebre propiamente dicha, que es una mesa a lo Cecilia Richard…, con la altura pero no las excavaciones convencionales. Y se agrega un espacio de herramientas.
Tenemos una repisa con los tarjetones de las exhibiciones anuales que realizamos desde 2008. Se trata de un evento pedagógico en el que seleccionamos y mostramos piezas y procesos realizados durante el año por todos los participantes de los grupos de Caelum.
“Creamos partiendo del análisis y reflexión de los procesos que realizamos, donde además aparecen nuevas materialidades y otras.”
_¿Cómo siguió tu obra?
_En los últimos ocho años he dado una vuelta de tuerca a mi obra como resultado de situaciones personales y procesos que siempre te rondan; están como soplándote la nuca y de pronto pasan al frente y entran en la escena de tu vida.
En 2015 logré emanciparme de la plata, con una transición en la que este metal comienza a dialogar con otras materialidades, pero seguía siendo protagonista.
Y en ese proceso de emancipación modifiqué mi punto de apoyo y fui incorporando otros materiales con ideas que aparecían en ciertos procesos creativos, como en «Cactácea» en 2010 que la plata convivió con tanzas elastizadas. Y en «Abla», que trabajé el concepto de ablandar las piedras desde lo poético e indagué todas las formas posibles de ablandarlas partiendo de perforar, desgranar, pigmentar y hasta vincularlas con el textil y coserlas; en eso también desgrané la acción de ablandar y en un juego de palabras resultó abla… esta materia aparece porque surge de las sierras, el entorno que habito.
A esto le siguió «Posibles diálogos entre la mano y el molle», en el que trabajé con una recolección de hojas del árbol molle presente en la zona aledaña que frecuento.
En estos proyectos, desaparece la idea tradicional de la pieza de joyería como objeto en relación al cuerpo y aparece en la acción de construcción de la pieza de joyería porque para perforar piedras necesito de las manos o de los dedos que tienen que tener una tensión específica del cuerpo, implica una actitud que requiere que mi propio cuerpo no se ponga como piedra, cómo ablandar la piedra sin ponerme como piedra; mientras que cuando cosí las hojas del molle debí alivianar mis manos de manera tal de no romperlas, entonces la consciencia del cuerpo camó.
Entonces, este proceso de reflexión va más allá de la joyería y apunta a la relación entre los objetos y el cuerpo como sujeto vivo, no es un simple soporte sino que tiene una sensibilidad y capacidad de experimentar increíbles. Esto me interesa sobre manera porque tiene un potencial de significación tremendo para los artistas.
En «Posibles diálogos entre la mano y el molle» hice un trabajo morfológico porque cosí las hojas en relación al cuerpo. Como cada obra implica un cuerpo de obra, valga la redundancia, que incluye un registro de la relación del objeto con el cuerpo y esas piezas eran efímeras, decidí electroformarlas para que quede un objeto portable y usable en los dedos, manipulables. Lo hice gracias al aporte de Rafael Álvarez quien fue uno de los que nos enriqueció con su saber.
Me gustaría destacar también el aporte que han brindado Jimena Ríos, Silvina Romero, Pilar Cotter, entre muchos otros joyeros, artistas visuales, poetas y diversos que pasaron por Caelum.
Y aprovecho para resaltar que en uno de esos intercambios albergamos la muestra de exvotos liderada por Jimena Ríos, que se presentó como ampliación del espectro de la joyería, en paralelo a una expo significativa: «Que tales cosas fuesen» en el Espacio Cultural Museo de las Mujeres en Córdoba, que mostró el potencial y alcance de la joyería contemporánea local.
“Un proceso de reflexión va más allá de la joyería y apunta a la relación entre los objetos y el cuerpo como sujeto vivo, no es un simple soporte sino que tiene una sensibilidad y capacidad de experimentar increíbles.”
Ábaco, una obra transformadora
_¿Ahora te dedicás a materiales provenientes de la naturaleza?
_Venía cosiendo materiales de la naturaleza y nos agarró la pandemia, y con la misma lógica habitual de búsqueda, recolección y registro, empecé a trabajar con cáscaras de naranja. Fue parte de un proyecto de seguimiento online en el que propuse desarrollar un proceso creativo con elementos posibles, al alcance de la mano, reflexionando sobre el material de descarte, su significación y una posible construcción poética. En esa propuesta, como siempre, fui arte y parte y desarrollé mi propia exploración.
En ese quehacer aparece «Ábaco» como consecuencia de separar la basura, actividad que hago desde hace años, y no incluir los cítricos en el compost. Con el tiempo que nos dio la pandemia pude volver a sostener las manos en la obra con más intensidad después de estar tan absorta a la actividad docente, que te toma tanta energía.
Empecé a hacer una exploración formal de la cáscara, su forma y color, y al concatenar sentidos, decidí hacer una obra duracional que se iba a extender tanto como la pandemia, aunque luego resultó a la par del aislamiento social obligatorio, por eso la terminé en marzo último. Cosía cáscaras y no me daba cuenta de su dimensión, y fue creciendo tanto que cuando me la puse me di cuenta que tocaba el piso; así se volvió una entidad y comencé a registrarla y compartirla a través de las redes. Sin pensarlo, se convirtió en una obra generosa, resultado de un proceso de desarrollo de un pensamiento. Además de un instrumento para contar los días de la pandemia, fue un dispositivo que me permitió generar un discurso y hablar de temas que siempre me inquietaron en relación con el entorno.
“«Ábaco» se convirtió es el resultado de un proceso de desarrollo de un pensamiento… fue un dispositivo que me permitió generar un discurso y hablar de temas que siempre me inquietaron en relación con el entorno.”
_¿Cuáles?
_El hecho artístico no supone querer y obtener; cuando tenés esa capacidad de significar, de darle un sentido poético es el resultado de un proceso reflexivo. «Ábaco» me permitió hablar de manera locuaz de mi relación con el y los cuerpos.
La relación con el cuerpo es uno de los ejes de la joyería. El concepto del cuerpo puede ser tenido en cuenta de manera amplia, no solo es el sujeto o individuo sino que también puede ser el cuerpo social, el cuerpo de ideas, el territorio y hasta el planeta. Así gracias a «Ábaco» pude explorar sobre el cuerpo ampliado, que a medida que iba creciendo superaba mi propio cuerp, entonces admitía otros.
Como por entonces se hablaba mucho de las defensas pensé en cómo generarlas y el beber jugo de naranja a diario fue un disparador, que hablaba de una persona con defensas, nutrida no solo por alimentos sino también por sus afectos, emociones, amores; si adolece de esto último no está bien nutrida, no se sostiene; lo amoroso nutre tanto como los alimento.
Otro de los aspectos descubiertos o trabajados es que la obra comenzó cuando la materialidad es ingerida, no trabajaba con la cáscara sola, primero tomaba e invitaba a ingerir el jugo. De esta manera, la materialidad está dentro de nuestra corporalidad y la cáscara pasa a ser protagonista, en un momento súper antropocentrista. Y lo digo de forma poética dándole una dimensión artística no diciéndolo de manera panfletaria o activista porque el discurso poético sensibiliza y llega a otros niveles; por eso me interesa tratarlo poéticamente.
La obra comenzó a a crecer en escala hasta marzo último, cuando la distancia social ya no existía y, aunque no se cerró la pandemia, el clima seguía siendo muy pos pandémico. Terminó en una pieza que pesa 11 k, con 16,10 m de longitud, con 741 naranjas bebidas cada día durante 2 años y 11 días, que derivaron en 1482 mitades de cáscaras cosidas con 343.824 cm de hilo para 56.316 puntadas.
Para mí es una pieza de joyería aunque muchos pudieran definirla como land art -esa corriente del arte contemporáneo en la que se crean obras en la naturaleza utilizando materiales que encontramos en ella- pero no es específicamente un híbrido entre paisaje y obra de arte, porque surgió como pieza de joyería que creció tanto que hasta puede ser soportada por otro tipo de cuerpo.
Me apoyo en la idea de joyería porque sostengo el concepto de cuerpo ampliado. Se trata de una pieza que no se transporta con un cuerpo sino que necesita de otros, remarco, de más de un cuerpo, de un cuerpo grupal, social, de un entramado humano que puede sostenerlo, lo cual habla también la necesidad que tenemos como colectivo social porque demuestra que somos con los otros.
Y también se lleva y sostiene con el paisaje, así defino que «Ábaco» es también joyería para mi tierra. De esta manera pienso mi territorio como cuerpo vivo y a nosotros como parte de ese cuerpo. Todo esto no fue algo buscado sino que la obra fue creciendo y se dio esta sumatoria de cuerpos que se fueron descubriendo y poniendo en valor; la obra me fue acercando pero esto porque tiene que ver con mi campo de interés y de reflexión. De igual modo, es un dispositivo de acción que se da por lo que genera su manipulación.
HaSer, un talismán
A partir de «Ábaco» también desarrollé el proyecto «HaSer» un talismán, joyería para un jardín, entendiendo al jardín como un cuerpo vegetal, un cuerpo vivo. De esta manera, también quise valorar a las especies vegetales como parte y no nosotros como la supremacía humana, sino la relación interespecie porque es obvio que vivimos gracias al oxígeno que genera la vegetación. Entonces, le propuse a una red de 30 joyeros de Córdoba para, a partir de un módulo diseñado con cáscaras de naranja, crear una malla o trama. Realizamos una joya colaborativa que dialogó con una ligustrina del patio del Centro Cultural España Córdoba, como parte del ciclo Los Patios y el Cultivo del Tiempo de la edición 2021 de la Feria de Arte Córdoba.
Además de habitar el espacio, me di el permiso de generar más acciones en torno a la joya contemporánea que alimenta a otros niveles del alma… Es que lo precioso no solo es la joya material sino lo que genera como la valoración de algo por su recuerdo, por lo que despierta; así cosimos, cantamos, bailamos e hicimos que la joya viviera en otras expresiones. El cuerpo expandido a partir del crecimiento de una joya es mi aporte en este momento.
El trabajo de «Ábaco» en el territorio fue muy potente por esto terminé por afirmar y sostener que es joyería para mi tierra. Es una joyería con una gran capacidad de símbolo, de señalamiento, sobre algo que me interesa que son los cuerpos, no solo el propio o convencional, el cuerpo vivo más allá del sujeto deseante, padeciente, significante, porque el centro de la joyería también es el sujeto.
La joyería está muy ligada al sujeto individual pero hay mucho más, por eso me tomé el trabajo de demostrar y mostrar otros cuerpos, cómo la joyería está ligada a otros sujetos, a otros sostenes. Hoy poder hablar de un cuerpo colectivo o de la tierra como cuerpo es muy significativo y me interesa especialmente y comunicarlo de manera poética, insisto.
Quiero aclarar que cuando trabajé con las cáscaras de naranjas no lo hice con la intención del reciclado o para fomentarlo, por más que me parezca bien; no me interesa esta búsqueda sino que deviene de otra manera; no estoy parada en el upcyclyng aunque se dé como consecuencia.
“La relación con el cuerpo es uno de los ejes de la joyería. El concepto del cuerpo puede ser tenido en cuenta de manera amplia, no solo es el sujeto o individuo sino que también puede ser el cuerpo social, el cuerpo de ideas, el territorio y hasta el planeta.”
Polo joyero
_Hoy Córdoba creció mucho. ¿Es un polo joyero?
_En la actualidad hay otra escena en Córdoba. De estar sola hoy hay una red, en la que muchos alumnos se convirtieron en colegas y conformamos un polo cordobés de joyería contemporánea muy potente, con espacios de formación, circulación y difusión de obras. Así hay talleres, escuelas, tiendas y hasta servicios temáticos, como cafés, entre otros.
Se destacan el de la artista visual y joyera Rocío Moreno, quien además de su taller y tienda tiene un espacio que comparte con otras cinco joyeras más y, el de Lucas Pinto do Santos, quien además de docente de Caelum tiene Vendido, un lugar de exhibición y venta de joyería contemporánea, entre muchos otros. Me siento muy orgullosa y mantenemos una relación mediante la cual hacemos seguimiento de obra, dialogamos y reflexionamos acerca de nuestros procesos. Ya la formación, exhibición, gestión y circulación es compartida.
“Conformamos un polo cordobés de joyería contemporánea muy potente, con espacios de formación, circulación y difusión de obras. Así hay talleres, escuelas, tiendas y hasta servicios temáticos, como cafés, entre muchos otros.”
_¿Proyectos?
_Todavía estoy elaborando material que generó «Ábaco», para darle forma a través de una publicación. Dio lugar a acciones concretas que tuvieron un registro compartido en las redes sociales que lo amplificó y se sustentó en un anclaje de lectura reflexivo, y merece ser contextualizado y sistematizado. De igual modo, estoy trabajando como obra a una serie de registros fotográficos para que sean parte del cuerpo de obra de este proyecto.
En este momento, no tengo apuro, no siento que tenga que estar haciendo algo sino que las cosas se van cocinando a fuego lento y, como siempre, estoy viva, activa, reflexiva y atenta a lo que pueda darse.
Y lo que se da hoy es un proyecto colectivo denominado «Cuerpo del delito», un trabajo que hacemos con la lógica de cadáver exquisito, es decir, ese juego de palabras por medio del cual se crean maneras de sacar de una imagen muchas más, y lo hacemos entre seis joyeras que partimos de material propio, fragmentos de obra y de la poética de cada una, entre otros, que circula para derivar en 30 piezas de autoría colectiva y de esta manera cada pieza pasa por las manos de Rocío Moreno, Sol C. Sieber, Constanza Nolé, Cecilia Kesman, Andrea Libovich y las mías. Un proyecto de Caelum Galería que presentamos en la convocatoria de la Feria de Arte Córdoba que se realizará en noviembre próximo.
Además, en breve ofreceré un taller de la artista visual Eugenia González Mussano «Práctica y pensamiento en el arte contemporáneo» siguiendo con su Escuela de la sospecha. Y tengo en mente un proyecto de residencia de montaña, pero que se está pergeñando…, como todo proceso llevará su tiempo.
Marina Massone se relanza
Apuntes | Notas
“La joyería es una experiencia de vida”

Es una diseñadora industrial que supo abrirse camino con una joyería muy personal, orgánica, articulada y tridimensional. Después de casi 30 años de trayectoria, Marina Massone sigue sumando habilidades y estudios para fortalecer su propuesta.
Le cuesta las definiciones que la encasillan pero acepta que es una joyera contemporánea, una de las primeras autoras que se abrió camino desde el diseño.
Lo suyo siempre estuvo vinculado a experiencias personales, a sus lugares de residencia, a sus deseos, percepciones e inquietudes, y hoy más que nunca se afianza en ese punto de vista.
El proceso creativo es su fuerte. Le gusta investigar y no para de hacer prueba y error con diversos materiales. Se destaca también por la creación de herramientas y técnicas que le permiten hacer lo que quiere.
Cuenta como el coaching ontológico le sirvió para frenar, reenfocarse y seguir adelante, y también para ayudar a potenciar a sus alumnos.
Su nuevo taller en su casa de San Antonio de Areco y la obra que está en proceso de desarrollo y promete ser más libre y conectada con ella misma.
_¿Relanzaste tu firma de joyería o la retomaste después de un impasse?
_Previo a la cuarentena me hice un replanteo de cómo venía haciendo las cosas y ese cuestionamiento fue bisagra en mi proceso de realización de la joyería.
Llevo casi 30 o veintilargos años en esto. Arranqué entre los primeros joyeros y por entonces no había muchos, éramos muy pocos haciendo esta actividad y hasta era muy difícil de entenderla.
Tu pregunta me hace reflexionar qué significó la joyería para mí y me doy cuenta que está relacionada con cada momento que atravieso. La joyería se metió en mi estilo de vida, es una aplicación de mi profesión pero tiene que ver con mis deseos y procesos de todo tipo.
Inicié este camino una vez recibida de diseñadora industrial en la UBA y tras siete años de tener un estudio de diseño industrial. Continué mi formación en fotografía, iluminación, escenografía siempre en la búsqueda por encontrar herramientas que me permitieran potenciar las cualidades expresivas de los materiales, hasta que encontré en la joyería el espacio donde fusionar mi formación con la necesidad de expresar de una manera más artística, mis intereses, sensaciones y experiencias. Actualmente continúo con el coaching ontológico y comencé una tecnicatura en Bellas Artes.
A partir del año 2000 desarrollé mi propia marca de joyería contemporánea, Marina Massone, con joyas de formas orgánicas en las que exploré las cualidades expresivas de los materiales para formar estructuras metálicas que se mueven sobre el cuerpo.
Mis primeros trabajos de joyería tenían que ver más con una idealización del diseño, buscaba ser ortodoxa en el diseño. Mis colecciones de joyería representan lo que viví en cada etapa de mi vida. En un principio era idealista y hasta perfeccionista, un momento casi adolescente te diría.
Experiencia de vida
Con el paso del tiempo, la experiencia y la maternidad me di cuenta que no era necesario ser perfecta, que me pasaban otras cosas, que mis emociones me atravesaban y se podían reflejar en mis objetos de diseño, los cuales no estaban separados de mí sino que eran una consecuencia y hasta como mis hijos. Mis joyas son un espejo que me refleja, son retratos de cada época en que vivo.
En ese principio de mi carrera como joyera tenía muy presente el ideal de lo que quería, de hacia dónde me quería proyectar y corría tanto tras eso que hasta trabajaba hasta las 4 de la madrugada casi sin parar para cumplir, entregar, responder a la demanda, aceptando dejar mi trabajo en consignación, asistía a cuatro ferias anuales, viajaba, daba clases, atendía a mis dos hijas pequeñas hasta que paré, decidí parar y cuestionarme para qué, adónde quiero llegar, qué sentido tiene.
Antes vivía para llegar y ahora pienso cómo quiero vivir y elegí vivir diferente. Decidí bajarme de un tren a alta velocidad del que ni siquiera me daba que se movía; hoy estoy mucho más consciente y hay cosas en las que ya no me prendo.
“Encontré en la joyería el espacio donde fusionar mi formación con la necesidad de expresar de una manera más artística”.
_¿Aplicaste mucho del diseño industrial a la joyería?
_Sí. El diseño industrial crea desde la funcionalidad pero advertí que me interesaba más el proceso de realización, de creación artística, de investigación, de prueba y error de materiales. Desde el punto de vista del diseño industrial podía hacer una pieza híper funcional pero, como pretendía incorporar la experimentación en piezas para que tengan un valor más artístico, terminé haciendo joyería porque podía sumar lo funcional y lo artístico. Mi propuesta artística se define en el proceso de experimentación no en la pieza resultante.
“Terminé haciendo joyería porque podía sumar lo funcional y lo artístico.”
“La joyería se metió en mi estilo de vida. Es una aplicación de mi profesión pero tiene que ver con mis deseos y procesos de todo tipo”.
Reflejo personal
_¿Qué muestra tu joyería de hoy?
_Mi vida y sentimientos, es un reflejo mucho más directo y personal, aunque mi joyería siempre estuvo vinculada a lo que me fue pasando en estos años. Pero hoy estoy en un momento diferente.
Mientras daba clases (las dio en Diseño Industrial en la FADU y, en paralelo, en diversos talleres de Diseño y Producción de Joyería Contemporánea) percibía un límite en el proceso de enseñanza aprendizaje, y no quería poner el acento en la técnica sino en la búsqueda de la identidad. Es que a muchos les pasaban cosas y, a veces, no crecían profesionalmente o no podían desarrollar piezas porque había cuestiones personales no resueltas que los condicionaba. De esta manera, empecé a interesarme en el coaching ontológico para ver de qué manera podía potenciarlos.
Así, de la misma manera que yo veía cómo mis emociones se iban modificando o condicionando o potenciando para un lado u otro durante mi desarrollo profesional, en esta última etapa comencé a analizar cómo influye el desarrollo personal en los procesos creativos.
Porque la joyería no es solo diseñar piezas o crear piezas de arte. Cuando uno habla de arte habla de emociones porque están involucrados los sentimientos, deseos, inquietudes, estados de ánimo y experiencias.
Más que un impasse fue un reenfoque. Tuve que parar en algo que en apariencia es diferente a la joyería pero que está muy relacionado porque la joyería está estrechamente relacionada a experiencias de vida como resultado de un proceso creativo. La joyería es una experiencia de vida.
“Hoy mi joyería refleja mi vida y mis sentimientos de una manera más directa y personal, aunque siempre estuvo vinculada a lo que me fue pasando”.
_Tu interés siempre está en el proceso de creación.
_Sí, me interesan mucho los procesos creativos y cómo reflejan experiencias y hasta la misma mente humana o los pensamientos que su vez llevan a ciertas vivencias. Y entre esas experiencias están los puntos de referencia o las ubicaciones, desde dónde mirás o te parás, que también influyen: yo pasé de la ciudad, al campo, luego a un pueblo y esto se notó en mi trabajo.
Mis primeras piezas eran muy citadinas hechas con mucha técnica en busca de la perfección, como contaba; después estando en el campo todo resultó un poco más relajado e intimista porque fue el resultado de un momento más familiar en el que me flexibilicé y sensibilicé mucho, dándome cuenta que uno no es perfecto; luego en un pueblo tradicional del que admiro la arquitectura de sus casas con el paso del tiempo, por ejemplo, empecé a incorporar el desgaste en mis piezas, que se da de manera natural en el uso. Todo esto se ve en diversos detalles o sutilezas de mis colecciones.
“Me interesan mucho los procesos creativos y cómo reflejan experiencias y hasta los pensamientos que a su vez llevan a ciertas vivencias.”
_Entonces no es que ahora te enfocás hacia piezas más artísticas.
_No es que es o será más artística y antes no lo era. Sí que ahora parto de una sensación desde la cual tomo un material y lo empiezo a explorar estableciendo un diálogo. Creo que mi aspecto artístico se ve en todo el proceso, insisto. Siempre la primera bajada es una pieza madre, única, artística, desde la cual se desprende una colección de diseño que sí será más comercial.
Estoy trabajando en una nueva colección que sin duda me llevará su tiempo de crecimiento y evolución y que todavía no se ve claramente. En la última colección, «Biguá», se advierte cierta transición hacia una mayor conexión con las percepciones y experiencias personales, porque es una colección está inspirada en una tarde de otoño en San Antonio de Areco en la que se ve cómo el biguá, un ave de nuestros ríos, se posa en los árboles y despliega sus alas para que se sequen luego de volar al ras del río en busca de comida. Y de alguna manera «Biguá» es el puntapié de un nuevo proceso que se va a ver reflejado en piezas de joyería mucho más libres en sus trazos, sin juicios de diseño, y mostrará que estoy más conectada conmigo, no hacia dónde quiero llegar en un futuro, como lo hacía antes.
Y en ese proceso, como siempre, desarrollo una técnica propia, que surge de un diálogo o manejo del material investigando qué posibilidades y límites tiene para lograr, por ejemplo, cómo crear estructuras sólidas con láminas muy finitas como se vio en «Panal», para la cual también diseñé una máquina especial.
Cada una de mis colecciones tiene una herramienta que le corresponde. Cuanto más diseño haya en el proceso más identidad tiene el producto. Si se piensa solo en la forma final puede que por sus características tenga una identidad, pero advertí que en la medida en que desarrollaba una técnica y diseñaba herramientas específicas para aplicarla, el resultado era y es muy personal.
No creo que lo artístico esté solo en las piezas únicas porque lo creativo está en el proceso.
“Estoy trabajando en una nueva colección… hacia una mayor conexión con las percepciones y experiencias personales”
Ideas creativas
_¿Qué técnicas y herramientas que desarrollaste destacás?
_Para «Panal» hice un rodillo especial construido con piezas de herrería con el fin de plegar láminas de metal. Cuando hace más de diez años apliqué resina en «Mar», no se usaba mucho y le incorporé tela para conseguir una lámina muy fina que resultaba con cierta apariencia de imagen fotográfica y poco identificable. Es que cuando el material pierde protagonismo gana la idea creativa, es decir, no es lo más importante de qué está hecha la pieza sino qué voy a decir con esa pieza o qué muestro.
“Cuando el material pierde protagonismo gana la idea creativa, es decir, no es lo más importante de qué está hecha la pieza sino qué voy a decir con esa pieza o qué muestro.”
_¿Preferís el metal?
_Me interesa mucho el metal, pero trabajé con resina, PVC y cuero. Fundamentalmente utilicé con plata 925, ahora trabajo en bronce bañado tanto en plata como en oro por el costo y como no vendo materia prima sino diseño lo hago de esa manera. Lo puedo realizar todo en plata a pedido porque ya tiene un trabajo de mano de obra hecho y es el mismo proceso con otro costo. No es que hago una pieza, la fundo, le saco las coladas y queda sino que transformo el material durante un proceso.
El metal me sirvió más para la producción de piezas de diseño, que son hechas a mano con rasgos distintivos, pero utilizo diferentes tipos de materiales. El material no me define sino lo que hago con él. Mi intención era y es que la joyería llegue a todo el mundo más allá del material.
“Mi intención era y es que la joyería llegue a todo el mundo más allá del material.”
_¿Cómo definís lo que hacés?
_No sé si defino, lo hago directamente. Todo el tiempo estamos tratando de definir y terminamos encasillando en espacios y lugares limitantes, por eso me interesa y prefiero apuntar al proceso de realización de una joya de manera integral, con las emociones que puede representar, con la intención con que se hace, y también cómo y con qué se realiza.
En un principio, hace 25 años aproximadamente, veía mucha estructura o diferenciación en el quehacer joyero, en el que se separaba o diferenciaba a quién era o no joyero del diseñador, y hoy eso es ridículo.
En un seminario que el galerista Charon Kransen dio en Buenos Aires en 2008, muchos se presentaban como diseñadores de autor, diseñadores de joyería, otros como creadores de joyería contemporánea, todos tratando de diferenciarse… entonces él nos proponía que nos uniéramos en el concepto, bajo un mismo nombre, para que la gente en general nos identificara. A veces hay mucho ego, pero si no nos unimos para mostrar lo nuestro no hay demanda y es entonces cuando queda todo entre joyeros, y esto sigue pasando.
No es que me sienta muy identificada con la denominación de joyería contemporánea pero entiendo que es el término más simple para que el público entienda de qué se trata.
Hoy, sí son válidas las diversas denominaciones y definiciones que sirven para que desde el fuera se pueda comprender la propuesta o lo que se hace. En la actualidad, digo que lo mío es joyería, arte y diseño. Y hoy sí es válido que cada uno se llame como quiera porque, repito, ya se sabe de qué se trata.
Además de las caracterizaciones que mencioné, mi diferencial, repito, está en el proceso con todos mis recursos. El problema que se me planteó como docente fue que muchas veces tomaban mis recursos sin desarrollarse personalmente y terminaban siendo clones, por eso busque otras herramientas como el coaching para aplicarlas y tratar de ofrecer un proceso de enseñanza-aprendizaje más profundo y enriquecedor.
Identidad
La identidad de mi propuesta está dada por ciertas cualidades: son piezas orgánicas, voluminosas, tridimensionales, con luces y sombras, transparencias, con movimiento, articulación.
Pero lo principal tiene que ver con los diálogos que tengo con el material, con el proceso, con mis estados de ánimo, mis percepciones, mis experiencias e intenciones a lo largo del tiempo.
Hoy veo cómo se metió la joyería en mi vida más allá de la identidad de las joyas o del producto de diseño final. Estoy en una búsqueda de coherencia con mi propia vida. Hoy la joyería ni siquiera es el producto, cada vez me corro más del resultado.
“Me interesa y prefiero apuntar al proceso de realización de una joya de manera integral, con las emociones que puede representar, con la intención con que se hace, y también cómo y con qué se realiza.”
_Este concepto lo aplicaste no solo a joyería sino a piezas de decoración, mobiliario y luminaria, ¿seguís con estas disciplinas?
_Sigo sí, porque esos objetos son siempre parte de mi exploración personal. Muchas veces como resultado del trabajo me quedaban piezas y las transformaba en otro tipo de objetos de decoración, mobiliario y luminaria. Mi intención era hacer una joya pero en el proceso pasaban tantas cosas que terminaba en otro tipo de objetos. Muchas veces para hacer una pieza de joyería necesitaba alejarme del metal para liberarme, para no encasillarme ni caer en prejuicios, por eso me metí en cerámica, por ejemplo. Para hacer joyería trataba siempre de no buscar joyería sino llegar desde otro lugar.
Una vez el arquitecto Ricardo Blanco, pionero del diseño industrial argentino y entonces director de esa carrera de la UBA, me dijo que cuando uno mira y no analiza, incorpora imágenes en el inconsciente y después termina creyendo que son propias y hasta puede diseñar algo muy similar al de un diseñador conocido sin darse cuenta.
Hay que buscar la esencia de lo que nos gusta, ver por qué nos gusta o qué no solo sea la imagen o resultado; si me gusta una torta, pensar qué me gusta y así descubrir, por ejemplo, que lo que me gusta es la combinación del limón con el chocolate, de dos opuestos. Cuanto más exploremos la esencia de lo que nos atrae vamos a conseguir despegarnos de eso conocido que nos gusta y poder crear algo propio, un producto con mayor identidad.
En mi proceso trato de desprenderme, de no meter imágenes en mi archivo mental sino de analizar, porque como diseñadora amo mirar, observar formas, líneas, objetos, diseños. Reitero cuando uno mira tiene que aprender a observar, grabar lo visto sino uno piensa que está haciendo piezas nuevas y no hace más que un patchwork de lo que te gusta.
De alguna manera todos hacemos algo conocido o visto, uno toma el material y termina en algo. Sé que lo mío no es una novedad total. Me importa mucho observar y tratar de ver qué hay de eso que me atrae, para quedarme con la idea borrando la imagen. Por eso, el diálogo es tan importante: con la vida, con las esencias, con los materiales, etc.
Y sí, continúo diseñando piezas de cerámica y objetos de mobiliario y luminaria.
Nuevo taller en Areco
_Mudaste tu taller a tu casa.
_Lo que tiene de lindo este pueblo de San Antonio de Areco, es que cuando uno va a conocer la obra de un artesano va a su casa a conocer su taller no a un local. Algunos orfebres sí tienen su taller en un local pero la mayoría lo tiene en su casa, de ceramistas a cocineros.
Hoy el living de mi casa es una exposición permanente de mi obra, desde pinturas que hice para poder tener la sensación de materializar una idea, serigrafías, cajas de luz, cerámicas y hasta joyería. Tengo la casa invadida, tomada por mi arte. El que entra a mi casa, ingresa a mi mundo. Mi taller está en mi casa, un poco separado, pero allí está el universo de mi taller con el detrás de escena de la pieza de joyería.
“El living de mi casa es una exposición permanente de mi obra, desde pinturas que hice para poder tener la sensación de materializar una idea, serigrafías, cajas de luz, cerámicas y hasta joyería.”
_¿En qué consiste el proyecto Trazando identidad?
El proyecto Trazando identidad lo llevé adelante con la economista especializada en diseño Marcela Molinari para ofrecer capacitaciones a artesanos, sumando experiencias desde el manejo del producto y desde el proceso creativo.
Hice coaching ontológico no tanto por una necesidad personal, aunque me sirvió un montón, sino, como conté en detalle, para aplicarlo en la enseñanza, en particular, a los obstáculos emocionales que veía en artesanos y diseñadores para llevar a delante sus proyectos, los cuales advertimos como transversales en el ejercicio del trabajo y en la vida misma porque tienen que ver con la manera de mirar y hacer las cosas.
Me metí como observadora para analizar y descubrir que somos producto de la programación que tenemos impresa; para ver cómo impacta la sociedad en nosotros porque no somos seres independientes que elegimos libremente, parece pero no, estamos muy condicionados. Por eso, es preciso romper con ciertas creencias, repensarnos, ponernos a prueba, y de esto se trató Trazando identidad.
Y luego apliqué el coaching a todas mis clases; hasta me dedico a coachear gente que se plantea la imposibilidad de seguir los objetivos que se propone, que no siempre tiene que ver con trabas económicas sino personales. Muchas veces cuando hablamos de las situaciones que nos pasan ponemos la culpa afuera, en el país, en las condiciones económicas, en los impedimentos impuestos, etc., y no nos hacemos cargo de algo y de esa manera no tenemos capacidad de cambio.
Nosotros no solo podemos diseñar piezas sino que hasta podemos rediseñar todo, hasta nuestra manera de ser si queremos. Es que si realmente quiero cambiar, tengo la capacidad de hacer lo que deseo, pero a veces estamos tan plantados en el pasado y su continuidad que seguimos haciendo las cosas de la misma manera. Si queremos cambios hay que cambiar! Hay que incorporar nuevos ingredientes sino voy a tener más de lo mismo.
“No solo podemos diseñar piezas sino que hasta podemos rediseñar todo, hasta nuestra manera de ser si queremos.”
_¿Cómo es el nuevo proyecto en el que estás trabajando?
_Es una suma de intereses que tenía separados y ahora encontré un formato para desarrollarlos todos juntos. Tiene que ver con piezas de joyería y también con los procesos creativos, con intereses personales, como la numerología, por ejemplo. Y en esa sumatoria se verá la incorporación de otros materiales.
Incluirá muchas piezas coleccionables en un proceso, cuyo desarrollo va a llevar un tiempo pero no tendrá que ver con una colección convencional. Me encanta seguir haciéndolas pero ese tipo de trabajo ya forma parte de mi pasado. Pasadas pero no viejas ni desechadas, siguen vigentes. Ya la idea de la temporalidad aplicada al diseño, no corre más.
Todo suma y evoluciona porque el artista joyero cuenta su propia historia a través de su obra. De igual modo esa carrera por la producción o conseguir un resultado tampoco va más para mí. Ya sé lo que me gusta y trato de capitalizarlo.
Antes era mucho de acción-reacción, ahora me tomo un espacio para decidir; este espacio es cada vez más grande y tiene que ver con el poder personal de elegir que me lleva o aleja de dónde quiero estar.
“Mi nuevo proyecto tiene que ver con joyería y también con los procesos creativos. Es una sumatoria en la que se verá la incorporación de otros materiales.”




















































































































































































