Taller Abierto de Iskin Sisters

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Taller Abierto de Iskin Sisters


Gabriela Iskin presenta su nuevo espacio de exposición de joyas y arte, un showroom taller minimalista y funcional, en Olivos

Livianos, súper chatos, con cierres magnéticos, en cuero de descarne y acrílico metalizado o sublimado, siempre en su característico packaging de diseño, una cajita de cartón fácil de llevar que ahora incluye láminas de arte para enmarcar.

Las señas particulares de Iskin Sisters, la firma de dos hermanas que hace 19 años hicieron de su apellido una marca de joyería contemporánea.

Gabriela Iskin a cargo del diseño dice que siempre le gustó la joyería, “me parece que es una forma hermosa de llevar arte y contar nuestra propia historia”. Cuenta orgullosa que su team exclusivamente femenino trabaja en su reciente showroom taller de Avda. del Libertador al 2400, en Olivos.

Se trata de un espacio neutro, depurado y luminoso, en el que la impronta artística se destaca con esculturas-maniquíes en cemento texturado de Luz Tisera, y cuadros con pinturas de las artistas argentinas Nora Aslan, Mónica Fierro, María José Antelo y Guillermina Lynch, entre otras, que hoy protagonizan ese original packaging.

El showroom tiene una disposición funcional, con una larga mesa de exhibición como protagonista que se instala sobre soportes de ladrillos-nicho y tiene bustos y manos esculturales, rodeada de orejas porta-aros que visten una de las paredes, las cuales cuentan con perfiles para colgar cuadros.

Todo listo para el próximo paso: convertirlo en un espacio de exposición de arte y eventos culturales. “Este es un lugar donde no solo se pueden adquirir piezas, sino también participar en eventos con divertidos DIY y muestras de artistas locales. Este mes estrenaremos la primera exposición de arte con la escultora Luz Tisera”.

Cuando el concepto manda

El valor en la joyería es muy subjetivo, está dado por el concepto, por lo que se propone, por el lenguaje más que por el material. Y de esta idea también surge la ambientación de nuestro espacio con ladrillos, que de por sí no valen tanto pero puestos como soporte de la mesa y en esculturas que sostienen joyas cambia mucho; lo mismo ocurre con el material de cartelería y señalética que convertimos en piezas de joyas”, comenta.

Instaladas en diversas mesas de trabajo, las chicas Iskin dan vida a sus ideas a través de un proceso de diseño y fabricación que incluye el corte láser y troquelado y la estampación por sublimación.

“Todo está organizado de manera ordenada y accesible, lo que nos permite trabajar de forma fluida y creativa, teniendo en cuenta las diferentes etapas del proceso productivo”, señala la diseñadora joyera.

Nuestro propio método se basa en combinar procesos industriales con artesanales, ya que creemos en la unión de ambos enfoques para obtener excelentes resultados. Al combinar procesos industriales, como el corte láser, con técnicas artesanales, como el ensamblaje y el acabado a mano, logramos un equilibrio entre la precisión y la atención al detalle que nos permite crear piezas de joyería contemporánea de alta calidad y con acabados impecables. Además, siempre tenemos en cuenta la comodidad y la practicidad en el diseño. Nos esforzamos por asegurar que sean livianas y cómodas de usar, para que puedan llevarse de viaje, por ejemplo. Queremos que nuestras joyas sean compañeras que brinden estilo y presencia, realzando la apariencia sin comprometer tu comodidad. Buscamos crear piezas que no solo sean visualmente atractivas, sino también funcionales y versátiles”, explica.

Para esto cuentan con un almacén de materiales y de piezas listas para ensamblar, una mesa de corte de cueros, otra de estampación de acrílicos junto a la sublimadora, una de diseño y de armado de prototipos y un sector de packaging.

Utilizamos máquinas que han sido adaptadas o modificadas para satisfacer nuestras necesidades específicas para crear joyería contemporánea. A lo largo del proceso de desarrollo, nos encontramos con desafíos únicos que nos llevaron a inventar técnicas y explorar diferentes métodos para mejorar la calidad de nuestros productos finales.

«Hemos investigado y experimentado con diversos tipos de pegamentos para garantizar una unión duradera y de alta calidad y, además, hemos explorado diferentes técnicas de acabado para lograr el aspecto deseado en los materiales que utilizamos, como el acrílico.

En el caso del cuero nos enfrentamos al desafío de cortarlo sin que se queme o se deteriore. Y a través de un proceso de prueba y error, desarrollamos una metodología que nos permite cortar el cuero de manera precisa y limpia, garantizando un óptimo resultado final”, precisa.

Sencillez y funcionalidad

Dice que lo suyo no pasa por la moda sino que se inspira en líneas artísticas y arquitectónicas, sobre todo, en la Bauhaus con premisas que cumplen sin dificultad: minimalismo, sencillez y funcionalidad.

Menciona que rápidamente comenzaron a cumplir su sueño de instalarse en tiendas de museo. Arrancaron por una tienda de Miami y en tres meses ya estaban en el MoMa de Nueva York. “Fue un logro emocionante y significativo para nosotras, ya que nos permitió compartir nuestro trabajo con una audiencia más amplia y conectarnos con amantes del arte y la joyería contemporánea en todo el mundo”.

Y hoy están en el Bauhaus Museum Dessau en Berlín; en La Pedrera, en Barcelona; en el Guggenheim, el Museum of Arts and Design y el Jewish Museum de NYC; el SFMOMA de San Francisco; en el Tate Modern de Londres; el Getty Museum de Los Ángeles; en la National Gallery of Art y el  Renwick Museum of Art de Washington DC y, entre otras, en Pandora della Malva una galería de joyería de Roma; en la Galerie Cebra de Düsseldorf, además del Malba y Proa en el ámbito local. “Iskin tiene una estética global que puede insertar en cualquier mercado”.

Si bien sus primeros pasos los dio sobre en el metal, Gabriela recuerda que pasó a un elemento tan flexible como el cuero cuando fue mamá. “Siempre estoy buscando materiales, como siempre, comunes, livianos, fácil de cortar, accesibles económicamente y versátiles. Es parte también de mi filosofía no trabajar con ningún material precioso porque lo precioso está dado por el diseño. Es que el valor en la joyería es muy subjetivo, está determinado por el concepto, por lo que se propone, por el lenguaje más que por el material”.

“Nuestro enfoque se centra en la experimentación de materiales y técnicas, buscando constantemente nuevas formas de expresión para desafiar los límites tradicionales de la joyería. Cuando en 2004 empecé a trabajar con cuero era bastante innovador, tenía un importante efecto visual limpio que llamaba la atención. De apariencia metal, cuando lo tocaban recién se advertía que era cuero de descarne metalizado.

«Hoy estamos avanzando en el uso de todos los descartes de la producción. Todo se aprovecha y el corte láser nos facilita generar todo tipo de formas hasta las troqueladas, siempre más geométricas que orgánicas”.

Lejos de etiquetas y definiciones dice su joyería de diseño se convirtió en un negocio que sostiene el trabajo de 12 personas, más otras externas. Y desde ese lugar indica que tienen una identidad definida por el diseño que se hace de manera artesanal pero que bien puede escalar a lo industrial.

Su propuesta es un mix entre lo orgánico y lo geométrico pero admite que prevalecen las líneas más exactas y simétricas por su formación como diseñadora industrial, con una paleta entre neutros, como la gama de plata y peltre, y acentos de color con dominio del metalizado. Señala que el negro funciona muy bien pero al color no todas se animan.

Post pandemia tuvo necesidad de sumar color para levantar un poco el ánimo y, tras una exhaustiva investigación, comenzó a estampar el acrílico con sublimación para ofrecer prints propios. Asegura que sus piezas cortadas a láser y pegadas a mano una por una tienen mucha exigencia en la terminación gracias a un fuerte control de calidad.

E insiste en que se siente “tan identificada con la Bauhaus, porque se trata de conseguir un mix entre lo que te puede dar la máquina y lo que uno puede hacer con las manos”.

A fines del año pasado desarrollaron una línea carteras, pañuelos de seda, tops y chalecos con el fin de expandir el universo Iskin. Como parte de eso, ya su clásico collar largo de cuadraditos de color metalizado pasó con el mismo diseño a carteras tubo con bolsa interior, y sus gargantillas con pétalos de líneas más sinuosas hoy se aplican a chalecos y tops. En camino a esa expansión, desde el año último también participan de la feria Maison & Objet en París.

Está preparando una línea de indumentaria con la idea de aplicar elementos de la joyería, también hecha de manera artesanal. Se propone aplicar más color a través de acentos sobre la base clásica y neutra de la marca que pasa por el blanco, negro y plata; hacer un mayor aprovechamiento de los descartes; remarcar las texturas del cuero y del acrílico, y estudia sumar volumen sin que interfiera en el packaging.


Taller Abierto de Coty Nolé

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Taller Abierto de Coty Nolé


Estrenó taller en su nueva casa en La Calera, Córdoba, donde crea piezas definidas por el movimiento, la repetición y el desplazamiento

En un entorno natural de paisaje serrano, muy luminoso, con una vista hermosa, recién mudada a su casa de la Calera, en el Gran Córdoba a 10 km de la capital provincial, Coty Nolé tiene su taller estudio de joyería contemporánea.

Está dividido en dos sectores, por un lado una mesa de trabajo con herramientas de joyería, como un torno colgante, soplete y pulidora, donde hace el trabajo “sucio” y otra mesa paralela, en frente donde hace el trabajo “limpio”; dibujar, hacer planos en la compu, prototipear en papel y packaging.

Cuenta que el año pasado compró un plotter de corte de cartón que le permite calar los interiores de sus cajas y maquetear de manera más ágil.

Define a su joyería como provocadora, delicada y etérea. Son piezas definidas por el movimiento, la repetición y el desplazamiento que evidencian un diálogo constante entre los recursos que adquirió como diseñadora industrial y las técnicas de orfebrería aprendidas, que le permiten conjugar arte, artesanía y diseño.

Se inició en Caelum, el taller escuela de Cecilia Richard, un año después al abrirse la convocatoria para el Salón Diario La Capital en Rosario, donde su maestra y referente había sido seleccionada y premiada y en el afán de seguir sus pasos se presentó con las primeras piezas de su obra «Emerger» con que fue parte de la muestra.

“Desde ese momento me propuse hacer crecer esa serie y buscarle la viabilidad productiva y comercial. En 2016 registré la marca, pero fue en 2018 cuando, gracias a la propuesta de Cecilia de hacer una muestra en su espacio con Rocío Moreno, terminé de resolver detalles constructivos, packaging incluido. Así, nació Supuesto Fruto, una propuesta que se convirtió en el comienzo de mi camino joyero”, explica.

Dice que le apasiona “lo posibilitante” de la joyería, ya que admite diversidad de materiales, de procesos y, además, porque facilita la intervención de artistas, diseñadores, arquitectos, artesanos, escritores o cualquier voz que necesite contar algo.

“Soy muy afín con la escala y me permite generar mucho con poco. Me permite e interesa ampliar el horizonte significativo de la joya y la capacidad evocativa de los materiales, a través de piezas que propongan experiencias estéticas y simbólicas”.

Para esto, utiliza diferentes materiales según el trabajo que se propone. “En «Emerger», la búsqueda estética es morfológica, con un despliegue que genera volúmenes etéreos y delicados, y el protagonismo se lo disputan la pieza y la proyección de su sombra. En este caso es el metal, el material que permite elevar el plano a la tridimensionalidad, y por medio de acciones mínimas, como el calado y desplegado, genero estructuras complejas.

Técnicas propias

“Esta es una técnica que considero propia. A lo largo del tiempo fui puliendo, modificando y registrando para poder lograr simetrías y similitudes entre las piezas. Para hacer el calado, primero destino mucho tiempo a la planificación y maquetas para generar ruteos de corte industriales. El desplegado es la parte más larga en este proceso productivo, en el que adapto algunas herramientas de ferretería que sirven de ayuda”, precisa.

En «Sumergir» explica que la búsqueda es más poética. “Difícilmente las piezas se pueden replicar, tiene un argumento más íntimo, que me conecta con el pasado. El proceso comienza con la construcción interior, tejidos que luego fosilizo en resina, generando cuerpos que aparentan ser un mineral, que luego engarzo en metal.

La forma en que abordo el trabajo con la resina también es propia. Primero genero estructuras que permiten que el hilo haga un recorrido espacial, la resina tiene la finalidad de fosilizar ese tejido, para luego poder observarlo y volver a transformarlo. Luego, la forma de componer con estas gemas, tiene vínculos lúdicos, que permiten el movimiento, y algunas tienen correa de transmisión”.

Señala que los conceptos de estas dos series son muy posibilitantes, crecen casi orgánicamente, en «Emerger empiezan a aparecer módulos que sugieren el movimiento, sin tanto volumen y justo en estos días estoy maqueteando algo nuevo que tiene que ver con las sombras que arrojan las piezas más volumétricas… como un camino inverso, estoy trabajando con la imagen que proyectan, para convertir el volumen en plano…

Además, trabaja en un proyecto colectivo con otras colegas cordobesas: Cecilia Richard, Rocío Moreno, Sol Sieber, Andrea Libovich y Cecilia Kessman, llamado  “Cuerpo del delito”, que responde a la modalidad de cadáver exquisito al que ya había aludido Cecilia Richard en la entrevista exclusiva de LJdeA-. Empezó como una actividad lúdica, en el que pudimos intervenir descartes que cada una producimos para arribar a piezas súper interesantes”.

Si bien este año aún no aplicó a ninguna convocatoria, pero ya fue seleccionada algunas de sus piezas para  exponer en espacios del rubro. Tiene como antecedente el año último, en 2022 participó de «Earrings Galore 2022-2023», una muestra itinerante que se da en Estados Unidos que selecciona aros de todo el mundo con que hizo su debut en la semana de la Joyería Contemporánea de Nueva York.

También estuvo presente en Collectiva Meeting, muestra internacional habitual de Oporto, Portugal. Y no faltó de la III Bienal Córdoba Ciudad Diseño, como disertante del panel local, lo mismo que en el Festival de Diseño de Córdoba, así como en MICA, como participante por el sector diseño.

Lo suyo también se vio en la exhibición virtual de Jewellry Activist con 70 artistas y en AdornAxis que presentó la muestra «Black & White in Color», en Palm Beach Design.

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Cursos de verano

El taller de metodología creativa de Irina Fiszelew es una de las propuesta de este verano


Taller Abierto de Sol Ríos

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Taller Abierto de Sol Ríos


La diseñadora y joyera estrenó taller en Florida. Un espacio de coworking donde desarrolla sus piezas y proyecta experimentar con otros materiales

Sol Ríos estrenó taller. Se trata de un espacio de coworking ubicado a una cuadra de la estación Florida, en Vicente López. Es un lugar de trabajo compartido con otras tres mujeres que desarrollan distintas disciplinas.

Inicialmente fue concebido como un local. Desde el primer día acordaron convertirlo en un lugar donde querer estar y sentirse cómodas, como en casa, dice. Para eso, decidieron cambios, lo transformaron y la madera pasó a ser la gran protagonista. “Cada vez que abro la puerta, siento como que el perfume de la madera me saluda. También, este espacio nos encanta porque tiene un patio que nos permite estar y trabajar a cielo abierto. Cuenta con una gran vidriera que facilita la entrada de luz natural; justo ahí está ubicado mi banco joyero”, señala.

Muestra que cuenta con las herramientas propias del oficio para cortar, dar forma y soldar metales. Y la última que sumó es una pulidora de tambor que le ayuda a acelerar los procesos, sobre todo, en las piezas más comerciales. También, como diseñadora de indumentaria, dispone de tijeras varias y máquinas de coser recta y overlock.

Comenta que su trabajo tiene un carácter intimista, mediante el cual expresa de manera consciente, a veces no tanto, experiencias y sentimientos propios pero que, a la vez, son comunes a muchos otros.

“Son experiencias que radican en la infancia y en la influencia que tuvieron mis abuelos en mi vida. Me interesan los oficios, la costura a mano y el tejido, en procesos que llevan un tiempo determinado que excede a los permitidos por las dinámicas actuales. Oficios que de niña formaban parte de un juego con mi abuela, por ejemplo, como coser vestidos para muñecas o hasta mi primera carterita de tela… ella estudió corte y confección y era la encargada de hacernos la ropa que usaba en los  momentos fundacionales de mi vida, como las batitas de bebé, mis cumpleaños y la comunión, entre otros acontecimientos. Mi abuelo amaba pintar y después que se jubiló dio clases de pintura en su casa; se dedicaba a hacer los moldes y dibujos que luego serían bordados; también era el especialista de los moños con lazos para los vestidos… En mi adultez, al volver a entrar en contacto con estos quehaceres y oficios, de alguna forma ese tiempo se detuvo y resignificó.

“Para mí, es una especie de meditación activa, en la que me sumerjo en el hacer. También creo que estas técnicas y el tiempo que implican, cargan de una determinada energía a las piezas. Mis trabajos generalmente llevan muchas horas de construcción.

“La pieza «Escapulario. Belleza de la vida cotidiana», por ejemplo, implicó un verano completo, casi 90 días en los que hubo muchos momentos de destejer y volver a empezar, de incertidumbre, de no saber si los hilos de bordar de mi abuela con los que estaba tejiendo me iban a alcanzar…; siempre hay momentos donde el sufrimiento aparece, el miedo a no llegar. Evidentemente tengo un tema con el tiempo, me cuesta ordenarlo y administrarlo. Soy muy detallista y obsesiva”, admite.

Dice que le cuesta explicar por qué hace obra. Reconoce que algunas cosas no se pueden poner en palabras o plantearlas de forma racional, “porque crear es como el amor..” También señala que le cuesta entrar y salir de los trabajos, “muchas veces me pierdo en mis ideas sobre qué pieza hacer, determinar cuando está lista o con cual retomar… Tengo grabados los recuerdos sobre los procesos de trabajo, es una sensación inexplicable; puede ser una forma de volver al pasado y hacerlo presente.

“Es que la nostalgia es un elemento muy evidente en mi trabajo, junto con el tiempo y sus distintas apreciaciones; quizá esa sea una forma de explicar el por qué hago obra. Soy cuando estoy haciendo con mis manos, en ese momento es cuando encuentro un sentido y un rumbo. Una forma de resumir o de poner en palabras mi trabajo es: «Agradezco el poder y la memoria que tienen las manos. Y a mis abuelos por enseñarme el camino de los oficios»”

Recuerda que lo suyo arrancó en 2008, a los 23 años, cuando encontró un collar fabricado por su bisabuela “la catalana” hecho con la técnica era tejido con cuentas. “No recuerdo exacto cómo llegó a mis manos, pero mi abuela me lo dió junto con otros collares de metal, además de unas carteras”. Esta pieza me impactó y en lo único que podía pensar era en cómo había sido fabricado, por lo que  aprendí a tejer solamente para poder tejer con cuentas.

En ese momento recurrió a libros sobre oficios de los años 60, empezó a tejer y ya no paró; 14 años después sostiene que hay distintas formas de hacer esta técnica, según las cuentas que se usen, los hilos disponibles o los resultados que se pretendan.

“En 2015 nació mi hija y a sus 6 meses empecé a ir a clases de joyería en Taller Eloi. Buscaba aprender a trabajar con los metales para hacer un cierre cajón. Había tejido muchos collares con cuentas y no encontraba cierres que funcionaran con ese tipo de piezas. Me obsesionaba este tipo de cierre y no sabía que tan fácil o difícil resultaba hacerlo. Fue maravilloso encontrar este espacio porque no me desalentaron frente a la complejidad de las piezas. Advertí que como en todo hay se requiere de un proceso de aprendizaje para poder hacer. Para mis cumpleaños pido herramientas de joyería para poder trabajar en casa, y así fui sumando el soplete, el mandril de anillos, etc; en siete años armé el kit necesario.

Admite que le cuesta hablar de la producción artística y de joyería contemporánea, porque “todas las acciones, hechos y cosas que son llevadas a cabo en este tiempo son, indefectiblemente, contemporáneas, y ésta es una forma de quitarle sustento y significado”.

Considera que la joyería puede ser otra herramienta, otro lenguaje al servicio de las artes. “El llamar o determinar a la obra que se desarrolla como parte de la  joyería contemporánea, la despoja del sentido que tiene; un concepto que se ve reflejado en sus materiales, en la forma de ser construida o la técnica con que se realiza”.

Y explica: “El oficio de la joyería ejecutada de manera clásica involucra un proceso maravilloso, en el que aparece el fuego que todo lo transforma. Siempre refiere al cuerpo, a través de la presencia o la ausencia, lo cual puede ser un elemento representativo de una época o sociedad; y puede ser portable o no, además de que ofrece la posibilidad de trabajar en escalas tan distintas y con materiales diferentes. Asimismo, la joyería siempre acompañó al ser humano en sus rituales y estuvo cargada de significados”.

Atravesada por lo textil

Lo textil define su hacer y los materiales con que trabaja. Recuenta telas e hilos heredados de su abuela y su bisabuela, sobre todo, y repite que considera al tiempo como un material por el período de ejecución significativo que supone el tejido con o sin cuentas.

Usa cuentas de vidrio facetado para costuras, bordados, enfilado y telar de cuentas. Destaca que acaba de incorporar un material nuevo dentro de las fibras naturales como pelo natural de su familia. Además utiliza metales nobles, como la plata 925. Construye sobre chapas, hilos y flejes de metal, y plantea que tiene ganas de empezar a experimentar en cera.

Como los saberes son universales dice que ninguna de las técnicas que utiliza le son propias aunque reconoce que quizá exista alguna manera o forma de hacer personal en su proceso creativo.

Su última obra es «Piel de duelo», un trabajo a partir de los moldes de las batitas de bebé que hacían sus abuelos, a las que sumó el pelo de su marido e hija recolectado durante la pandemia de 2020 en un proceso de trabajo que continúa y al que suma otros materiales que va definiendo paso a paso

También es una obra que se expone la muestra «Joyas devocionales» que organiza la Associazione Gioello Contemporaneo de Italia. Y además resultó seleccionada para participar del Salón Nacional de Artes Visuales 2022.

Estoy en un momento muy particular porque estoy embarazada de casi 9 meses, y el tiempo cobra vida propia e inevitablemente impone sus prioridades y ritmos mas allá de lo planificado. También, estoy trabajando sobre una producción comercial para los meses en los que haré una pausa y sigo experimentando con las batitas, intentando no perderme en las ideas y sumergiéndome en el hacer, hasta llegar a ese momento en el cual el tiempo se detiene y la meditación comienza”.

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Taller Abierto de Mai Solorzano

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Taller Abierto de Mai Solorzano


Hace joyería botánica en Forma Taller un espacio que comparte en el barrio de Belgrano

El taller de Mai Solorzano está en un edificio antiguo con techos altos que funciona como showroom y espacio de trabajo, en Avda. Lacroze y 11 de Septiembre en Belgrano.

Se llama Forma Taller lo comparte con dos emprendedoras más que trabajan en diferentes formatos, ropa y bienestar para el hogar, pero que también se inspiran en la botánica.

Hasta hace un tiempo este espacio también le servía para dar clases, hoy en impasse.

Una gran mesa de madera hace a las veces de banco de joyero y la mantiene ordenada y despejada pero admite que casi siempre termina trabajando en un espacio chiquito porque las piezas y proyectos van tomando todos los espacios.

Herramientas personalizadas

Muebles y exhibidores antiguos son el soporte de sus piezas, a las que se accede fácilmente para tocarlas, experimentar sus texturas y formas y probarlas. Un poco más allá, varias cajoneras y un par de mesas repletas de herramientas ordenadas, escondidas y bien limpias. “Tengo herramientas de joyería y otras que no son específicas para la orfebrería, algunas están modificadas para facilitar algunos trabajos, como la personalización de una pinza de corte de coladas que está amurada y se abre automáticamente. También tengo una amoladora de banco con distintas cabezas, algunas pinzas a las que les quité las algunas estrías y les deje otras; un lápiz para soldar cera que lo hice eléctrico, y una rendija especial en la mesa para detener el mandril”.

Mexicana de origen, argentina por adopción, desde hace años trabaja en Buenos Aires y lo suyo parte de la naturaleza, en particular, del mundo vegetal. “Me conecto con la botánica y la convierto en joyería. Es que tengo una conexión especial con la naturaleza, me inspira mucho. Por eso, disfruto de hacer joyería botánica. Muchas de esas joyas las realizo en metal y lo combino con piedras; la energía que éstas tienen es potente; son una especie de seres vivos viviendo a otro ritmo”, señala.

Minimalista

Dice que prefiere el estilo minimalista y le gusta resaltar los pequeños detalles de las cosas o los eventos comunes, poniendo el acento en lo más sutil.

Y esto lo hace desde hace 15 años. Se formó como diseñadora industrial  e incursionó  en la joyería porque le gustaba trabajar con diferentes materiales. “Como era muy complicado tener un taller con todos los materiales y hacer todos los productos, jugando empecé a hacer piezas para adornar el cuerpo y, poco a poco, comencé a tomármelo  más en serio y hasta lo transformé en una manera de vivir. Hice varios cursos y fui a distintos talleres y terminé por adoptar a la joyería como mi forma de expresión, ya no como un simple adorno, sino como un medio para poder transmitir un mensaje, un concepto en formato de joyería”.

“En general, trabaja en bronce, pero el material que elijo deriva de lo que quiero transmitir”.

Y le gusta mucho la técnica de la cera perdida porque, obviamente, se identifica con las formas orgánicas y éstas le permiten expresarse mejor. “Cuando trabajo con materiales nuevos voy buscando de qué manera pueden llegar a la forma que tengo en la cabeza, y así disfruto mucho de explorar”.

En su taller se nota que trabaja en paralelo en diferentes proyectos. Desarrolla colecciones más accesibles de uso diario y, por otro lado, piezas menos convencionales que terminan en concursos o exposiciones.

Universo Solorzano

Acaba de terminar la última colección «Helechos», en la que las plantas joyeras invaden el cuerpo, incluye anillos que se pueden usar en todos los dedos y en todas las partes de los dedos, como las falanges; un collar con piezas móviles, aros que se combinan con piedras o no y otros trepadores.

Hoy trabaja en una de sus obras más artísticas, la cual expondrá el año próximo en una retrospectiva sobre el límite entre México y Estados Unidos. Se trata de «3185cm», hecha con un hilo de seda rojo de esa medida que se refiere a los kilómetros que recorre esa frontera,  tiene el mismo número de nudos que representa a todas las personas que perdieron la vida en su cruce en busca del llamado sueño americano. Una pieza de hace 10 años que actualiza o reversiona para demostrar la vigencia de la problemática en esta frontera caliente.

Esto no es todo en el universo Solorzano, ya que también trabaja en cerámica y con grabado, “tratando de explorar y hacer cosas sin un fin determinado; estoy en el ejercicio de hacer por placer y conectar con eso, y después tal vez puede que desarrolle una pieza específica que puede mostrarse…”

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Taller de Laura Giusti

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¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

Laura Giusti ofrece un taller en Castelar especializado en técnicas de metales y otros materiales.

Cuál es y dónde queda. El Taller de la joyera Laura Giusti, la gestora cultural que conduce  Joyeros Argentinos y es una de las organizadoras de las bienales latinoamericanas de joyería contemporánea, está en Castelar, donde recibe interesados en aprender joyería de la zona oeste, sudoeste y noroeste del conurbano y hasta de Capital Federal.

Cómo es. Es un espacio luminoso en medio de un parque de arboleda añosa. Cuenta con las herramientas y máquinas necesarias para trabajar en clase. Un banco con cinco espacios, en el que lxs alumnxs pueden trabajar junto a sus compañerxs y enriquecerse con el intercambio mutuo. Y cuenta con una amplia biblioteca de joyería.

Ampliar la mirada

Qué se enseña. Su objetivo es facilitar el aprendizaje de técnicas para que cada unx pueda materializar sus ideas en piezas de joyería. “La propuesta incentiva a ampliar la mirada para incorporar materiales e ideas, encontrar soluciones, profundizar en técnicas, aceptar desafíos y, sobre todo, disfrutar de los resultados y el camino que lleva a ellos”.

“Promovemos la experimentación individual y compartida. E incentivamos la incorporación de materiales no tradicionales con la investigación que necesariamente implica su uso y adaptación a la joyería”, destaca Giusti.

Modalidad de trabajo.

Cuenta que comienzan a trabajar el metal desde la primera clase. “Quienes ingresan, aun sin conocimiento previo, el primer día se llevan un anillo hecho por ellxs mismxs. Esa práctica inmediata está permanentemente acompañada del sustento teórico que ayuda a comprender el proceso de transformación”, destaca.

“La clase es muy personalizada, cada alumno trabaja con su proyecto y a su propio ritmo. A medida que avanzan en la práctica e ejercitan habilidades, van incorporando técnicas y soluciones. Proponemos jornadas especiales de técnicas específicas”. Aclara que se puede ingresar en cualquier momento del año, con o sin conocimientos previos.

Habilidades que se aprenden. Técnicas tradicionales de la construcción en metal, como calado, limado, soldado, pulido, embutido, anticlástic, etc. Técnicas de combinación de metales a través de la fundición, como casamientos, etc., y a través de la construcción, como embaldosado, entre otras.

“Una parte importante de la propuesta del taller es la apertura, que promueve la experimentación individual y compartida. También incentivamos la incorporación de materiales no tradicionales, con la investigación que necesariamente implica su uso y adaptación a la joyería”.

Práctica inmediata en metales y otros materiales

Meta. “La propuesta es acompañar a lxs participantes en la búsqueda y concreción de sus propios proyectos de joyería, poniendo el acento en la búsqueda de lenguaje propio, incorporando distintos materiales no tradicionales de acuerdo a sus inquietudes y necesidades”.

Perfil. “Al taller vienen personas de todas las edades (desde muy jóvenes hasta adultxs mayorxs) con distintos objetivos e intereses que son respetados y que trato de ayudar a concretar”.

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Taller Abierto de Paula Botto Fiora

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Taller Abierto de Paula Botto Fiora


En su taller de Parque Chas, cuenta con qué materiales experimenta para crear piezas portables que buscan emocionar

Su taller está en su casa en Parque Chas en un espacio que construyó sobre una terraza. Es muy luminoso. Tiene un banco de joyero que le hizo un carpintero amigo  y una biblioteca donde guarda libros, catálogos y publicaciones de joyería. También, muchas herramientas porque le encantan, pinzas de todo tipo, martillos, mandriles, trafilas, embutidores, laminadora…

Es mi lugar de trabajo y reflexión. Entro y salgo todo el tiempo y paso muchas horas”.

Investigación y experimentación

Dice que la joyería contemporánea es su canal de expresión porque “a través la investigación y experimentación de materiales puedo plasmar ideas, emociones y sentimientos que resultan o derivan en una pieza portable. Experimento con materiales y técnicas no convencionales y busco generar piezas que trasmitan y emocionen. Pienso la joya como un acto de comunicación”.

Empezó en la joyería en 2008. “Me enteré que se abría la carrerea de Diseño de joyas en la Universidad de Palermo y me inscribí, así empezó todo. Ahí conocí a Mabel Pena, mi maestra de todos estos años, con quien fui descubriendo la joyería contemporánea. Al comienzo quería conocer el oficio, saber soldar, calar, limar, hacer engarces y aprender a trabajar con metales.

«Hice varios talleres y workshops que fueron enriqueciendo mi formación y abriendo nuevos horizontes, como con el maestro escultor Antonio Pujia, Francine Schloeth, Luis Acosta y Jorge Manilla, entre otros».

Materiales que aportan

Trabaja principalmente con papel y madera y en algunas ocasiones resina. También utiliza metales, “me gustan mucho”, pero en mucha menor proporción de lo que los usaba cuando comenzó.

Voy eligiendo los materiales que me aportan para lo que quiero comunicar. Así empecé con el papel, que me da textura, volumen, color y también con la madera balsa, que me permite hacer piezas grandes y livianas. Este es un material potente y frágil a la vez, me provee mucha expresividad”.

Utiliza técnicas de la joyería clásica y las adapta a los materiales elegidos. “Mucho de mi trabajo es experimental, voy haciendo y deshaciendo. Uso la técnica de papel de agua, para algunos trabajos, pero es una búsqueda constante”.

Reconoce que cada vez usa menos maquinarias, pero lo que más utiliza es el torno para agujerear, fresar o lijar.

Temas sociales

En este momento está trabajando en series que tienen que ver con los conflictos sociales, la desigualdad y la violencia. Son temas que la interpelan, admite.

“Las piezas expresan el hacinamiento, los intercambios y relaciones sociales; la fragmentación del espacio urbano; estar de un lado o del otro; tener que migrar buscando mejores condiciones de vida; traspasar o adaptarse a los límites, y la violencia que se incrementa en forma exponencial.

«Para tratar de expresar estos temas trabajé con madera balsa, metal y pintura en spray”.

Y no para, siempre está con algo entre manos. Acaba de participar de la convocatoria de Andrés Fonseca y Ofelia Murrieta para el aniversario de «Sepan cuantos…» de la editorial Porrúa de México, en la que se utilizó como materia prima principal el papel, hojas de ejemplares de los nueve libros de esa colección.

Ahora, trabaja con el colectivo Caracú en un nuevo proyecto; además, se está presentando a muestras internacionales y empezando algunos trabajos de investigación, como la incorporación del collage en sus nuevas piezas.

Paula-Botto-Fiora-taller-Taller-Abierto-La-joyeria-de-autor
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