Entrevista a Andrea Vaggione

Apuntes | Notas

Una joya se completa con el usuario que la resignifica


Entrevista a Andrea Vaggione

Por Delia Alicia Piña

 

Arrancó en joyería contemporánea de la mano de Cecilia Richard, completó sus estudios en Barcelona y avanza con un método creativo que le permite resolver problemas técnicos y crear. La cordobesa Andrea Vaggione dice que le encantan los metales y los suma en la medida de las necesidades de su trabajo, ingenioso, net y orgánico. “Las flores nos recuerdan que siempre podemos empezar de nuevo, renacer y reinventarnos”, destaca al  referirse a su obra, siempre inspirada en la naturaleza, sus proporciones e inflorescencias.

Cómo son sus joyas, cómo las hace y cuáles son los proyectos que la posicionan en el ámbito joyero internacional.

Se maneja en circuitos más comerciales para conseguir un mayor alcance de su propuesta. Y lo suyo se ve en tiendas de museo, como el d’Orsay; galerías, como Sophie y Caractere, y salones, como Parcours Bijoux, Maison et Objet y Première Classe. Pieza única o diseñada en serie; portable en el cuerpo u objeto de exposición, despeja dilemas y opina desde su experiencia.


_¿Cómo te iniciaste en la joyería contemporánea?

_Estudié diseño industrial en la Universidad Católica de Córdoba y luego joyería con Cecilia Richard, fui su primera alumna. Mientras hacía un master en la Católica, en 2000, Cecilia vino a dar una conferencia y presentó su tesis de arte con sus piezas cúbicas y me impactó. Quiero aprender a hacer eso, me dije entonces. Tenía la idea de ir a vivir a Europa y Cecilia me había hablado de una amiga joyera que vivía en Barcelona, Gloria Gastaldi, que hoy se dedica más a la escultura que a la joyería. Como no pude viajar en ese momento, le pedí que me enseñara. Por entonces ella no se dedicaba a dar cursos, estaba embarazada pero comenzó a darnos clases a una amiga y a mí en el garaje de su casa en obra. Ese fue el puntapié de su taller escuela galería Caelum. Y encantadas. Fuimos durante meses, aprendimos mucho, fue una hermosa experiencia, hasta nos hicimos amigas. Finalmente cinco años más tarde, en 2005, tomé contactó con Gastaldi, me fui a Barcelona y trabajamos juntas. Mi compañera de estudio de joyería, Cecilia Romero, hoy en Tarifa, España, no se dedica tanto a la joyería como yo que tengo una fascinación especial con la joyería contemporánea. Desde que comencé no pude parar de indagar, estudiar e intentar avanzar en la creación. En Barcelona trabajé luego para Laura B, una marca de accesorios de moda de Laura Bortolami, mientras estudiaba en el Taller Escuela de Joyería Barcelona de Jaime Díaz Trujillo, en Poblenou, para poder progresar en el trabajo que se me pedía.

 

“Tengo una fascinación especial con la joyería contemporánea. Desde que comencé no pude parar de indagar, estudiar e intentar avanzar en la creación”.

 

_¿Cuándo empezaste a hacer tus propias joyas?

_Cuando me mudé a Lyon. Con el derecho al paro pude acceder al sistema, que me permitió sostenerme. Como no hablaba el idioma, monté un pequeño taller en mi casa y comencé con las primeras piezas. Al principio me costó soltarme porque durante 5 años había puesto mucho de mí en el  trabajo de accesorios y me sentía identificada, hasta lo sentía propio, pero a la vez lo que hacía no era joyería contemporánea; sin embargo, durante 2011 pasé una larga etapa de transición. Ese sistema me permitió acceder a una incubadora para el desarrollo de microemprendimientos mediante la cual pude armar mi firma y, a su vez, me impulsó a presentarme en 2012 en la 6ta. edición de Talents de mode Le Tremplin des créateurs y gané, muy sorprendida, me impactó  porque por entonces porque tenía un bebe recién nacido y apenas hablaba francés, y el haber ganado implicaba montar una tienda taller, crear una empresa, participar de un salón profesional con un coach por 2 años para funcionar; fue como mover una montaña, no obstante, sin este impulso no hubiese podido arrancar mi camino.

 

_¿Cómo eran?

_Las primeras piezas fueron las de la colección A flor de piel, porque así estaba a flor de piel por todo, por el bebe, por el desarraigo, por estar nueva en una ciudad, por todo, estaba muy sensibilizada. Se trata de una propuesta floral en plata, luego seguí trabajando en latón y ahora en acero inoxidable. Casi todas las piezas tienen mucho movimiento, giran inspiradas en la inflorescencia, en cómo las flores están dispuestas en las ramas; es que aquí tras un invierno duro, la naturaleza brota y crece de manera impresionante.

Hice un curso de forja en Barcelona y cuando me mudé a Lyon no tenía taller y necesitaba  equipos para la fundición, con llama más grande para soldar, lo cual implicaba hacer mucho ruido que no era posible en un departamento. Entonces pensando en qué técnica utilizar para hacer en mi casa, empecé a trabajar con el corte láser. Mi trabajo parte de una hoja plana que golpeo para darle la forma en busca del volumen y movimiento, y lo consigo con la superposición de capas; la mayoría de los anillos giran y tienen varias capas, cinco pétalos, por lo general, son distintos tamaños de capas superpuestas que dan idea de volumen. Casi todas mis piezas empiezan en un plano, pero cuando las mirás ninguna es plana, no dejo nunca la hoja tal cual como estaba cortada.

“Solo aquello que te toca muy fuerte o moviliza, te permite crear de manera genuina, sentida, personal”.

_¿Solés aplicar el método de la solución creativa de problemas?

_Sí, es un método de vida, te diría; es la única manera de avanzar en la vida. Lo que arrancó  como un impedimento termino siendo un beneficio que me permitió crecer. El hecho de no tener un taller ni las herramientas precisas empezó como una dificultad, pero resultó una ventaja porque finalmente logré resolver problema tras problema con el poco material que disponía, o buscando otros para conseguir lo que necesitaba o pretendía. Me gustan mucho los metales y siempre prefiero soldar, en la siguiente colección Gen-Ethics, que preparaba para estrenar en Italia, necesitaba darle un poco de color a las piezas sin tener que pintarlas, entonces opté por el latón para realizar anillos. A diferencia de la plata que no tiene color, el latón es de tonalidad amarilla y lo oxidé con pátinas para darle un tono más amarronado o más oscuro, tras hacer distintas pruebas con diversos materiales.

No abandoné la plata sino que la combiné al hacer una especie de injerto en un mismo pétalo de las piezas-flor, lo soldé en la misma placa plana de plata, hice esta intervención técnica porque quería representar la manipulación genética de las plantas.

 

“El hecho de no tener un taller ni las herramientas precisas empezó como un impedimento, pero resultó una ventaja porque finalmente logré resolver problemas con el material disponible”.

 

_¿De las piezas únicas surgen series?

_Tanto de las piezas únicas de À fleur de peau como en Gen-Ethics como de otras de mis colecciones siempre surgen series de piezas más simplificadas que son comercializadas a un valor más accesible. La mayoría de las veces desarrollo piezas a partir de un tema a pedido, para un concurso, salón o galería; o muchas otras surgen por la simple razón o ganas de expresar algo que siento o me atraviesa, y luego derivan o se amplifican, se extienden, crecen en otras piezas y se completan en una colección. Para la primera edición de Parcours Bijoux, en 2017, invitadas por Galerie Sophie me presenté junto con cinco joyeras, todas extranjeras, en pareja con franceses y con hijos nacidas en Francia. Bajo la consigna Ailleurs o En otro lado, hablamos de lo que implica el desarraigo y tener un hijo que te habla francés, entre otras implicancias. Sólo conocía a la colombiana Andrea Piñeros -el colectivo estaba integrado también por la brasileña Stella Bierrenbach, la colombiana Ana Carolina Escobary y la japonesa Miyuki Koshimizu-, nos reunimos sin contacto previo y pareció una terapia grupal en la que cada una sacaba lo que tenía adentro sobre lo que significaba para nosotras vivir en otro lado; advertimos que teníamos mucho en común y cada una lo planteó desde su punto de vista, con su lenguaje, con sus materiales y técnicas. Al reflexionar sobre este tema me di cuenta que solo aquello que te toca muy fuerte o moviliza, te permite crear de manera genuina, sentida, personal. Ese fue un tema en el que, en lo personal, fui muy profundo, fue un trabajo intenso e interesante, que me movilizó bastante. Decidí trabajar con las alas de los insectos y su migración, recordé a las chicharras de mi infancia en Córdoba, y para hacer estas piezas con alas, otra vez tuve problemas técnicos.

 

“La mayoría de las veces desarrollo piezas a partir de un tema a pedido, para un concurso, salón o galería; y muchas otras surgen por la simple razón de expresar algo que siento”.

 

_¿Cómo los resolviste?

_En plata no era posible porque es demasiado blanda y las piezas hubiesen sido muy pesadas y caras ya que al cortar hay mucha pérdida de material, estaba frustrada por no poder realizar esta idea. Y una vez más con una investigación exhaustiva y probando o con una seguidilla de ensayos y errores, para ver con qué material podía llegar a materializar este trabajo, encontré cuál era el adecuado: el acero inoxidable, pero había que poderlo soldar. Me compré una máquina y aprendí a soldar el acero para poder llevar a cabo esta propuesta. Hice solo cuatro piezas grandes con alas encadenadas o un ala adentro de la otra, por ejemplo, las que luego derivaron otras piezas más sencillas dentro de una colección más grande.

 

“Una vez más con una investigación exhaustiva y probando o con una seguidilla de ensayos y errores, para ver con qué material podía llegar a materializar este trabajo, encontré cuál era el adecuado.”

 

_¿Las joyas son solo para portar?

_No necesariamente. Antes de que se declarara la pandemia por el Covid-19 hice una pequeña colección de broches en acero con algo de plata que se expusieron en una galería de París con los soportes de madera y muchos los pedían como un objeto; tenían la intención de no portar el broche sino de tenerlo para exhibirlo con ese sostén o para colgarlo. Una pieza está pensada para ser hecha con un mensaje y para ser usada, pero no necesariamente tiene que ser aplicada o portada en el cuerpo. Una joya contemporánea se completa con el usuario que también la resignifica. Por eso hice un soporte de madera torneada que terminó formando parte de la joya, como una miniescultura que la envuelve, abriga, abraza o completa.

“Una pieza está pensada para ser hecha con un mensaje y para ser usada, pero no necesariamente tiene que ser aplicada o portada en el cuerpo.”

_Habitualmente presentás muchas de tus colecciones en salones comerciales, un circuito poco común para la joyería contemporánea.

_No, no creo. En mi experiencia, estos circuitos de comercialización me permitieron  contactar con galerías y tiendas de museos que me piden piezas únicas o que derivaron en mi participación en exposiciones. En estos días estuve una vez más en Maison & Objet and more, una feria en la que se vende a galerías o tiendas, que en la edición de este año se reconvirtió en una digital fair, hasta el 18 de este mes, aunque continúo en línea. Allí estrené la colección Ikigai, hecha en acero y madera, que se inspira en esa filosofía japonesa que busca la razón que da sentido a la vida. Un concepto fascinante e inspirador, que lleva a la búsqueda del equilibrio, la alegría de vivir, la razón por la que existimos.

Una cadena de creaciones. Una lleva a la otra. Esta es una propuesta que derivó de Ailleurs. Y a la colección más comercial la llame Levity. Es claro que por más que participe de salones profesionales que se mueven al ritmo de la moda, no la sigo, las temporadas o la moda no tienen ningún interés para mí, tampoco tengo colores que se relacionan, pero sí sigo los circuitos de distribución de la moda, porque es la manera de que se abran caminos.

 

“La moda no tienen ningún interés para mí, tampoco tengo colores que se relacionan, pero sí sigo los circuitos de distribución de la moda, porque es la manera de que se abran caminos.”

 

_¿Qué caminos fuiste tomando?

_Del salón Première Classe joulerie de París, por ejemplo, participé con ese objetivo. No supone el circuito de las galerías o museos pero en eso terminé. En noviembre próximo,  una edición de mis piezas se ofrecerán en la tienda del museo d’Orsay con motivo de la exposición Los orígenes del mundo, sobre Darwin y la naturaleza. También, parte de mi trabajo está en Casa Milà, La Pedrera de Barcelona, porque la curadora de la tienda consideró que algunas de las piezas se asemejan a los balcones de Gaudí. Y ese fue el mejor elogio del mundo, una ponderación que me emocionó.

 

“Algunas de mis piezas se exponen en la tienda de La Pedrera, porque consideraron que se asemejan a los balcones de Gaudí. Y ese fue el mejor elogio del mundo, una ponderación que me emocionó”

 

_¿Es difícil vivir de la joyería contemporánea?

_Sí, es muy difícil vivir de la joyería contemporánea. Me encantaría hacer solo piezas únicas y exponer en galerías, pero mi condición económica no me lo permite. Por eso combino las dos cosas: piezas portables al alcance, que además me permite llegar a una mayor cantidad de gente, lo cual está bueno, sobre todo, porque permite difundir más la joyería contemporánea, y piezas únicas. Que muchos puedan usar piezas de joyería contemporánea es muy importante para mí, porque eso supone que hay más gente sensible a la joyería contemporánea y hay mucha más de lo que se cree; a veces, algunos se sienten intimidados por el circuito de galerías que aparenta ser exclusivo. Me interesa democratizar la joyería contemporánea, que la gente acceda en otros lugares, está bueno que la joyería contemporánea se consiga en diversos lados. En Lyon, por ejemplo, hay una galería de arte que reúne diversas piezas de arte que incluye distintas disciplinas, que van de la joyería conceptual a objetos de iluminación; este tipo de edición acerca a más público, no siempre entendido, y se convierte en una gran oportunidad

Además, me da ganas que la gente lleve la joyería más allá del mensaje o intención propuesta; es lindo escuchar cuando la gente inventa o interpreta y arma su propio significado o mensaje, por aquello a que la remite o inspira. En el salón Resonances, de Estrasburgo, tuve un feedback inesperado con el público. Llevé Ailleurs y la presenté con un texto impreso en una gigantografía que pegué en la pared contigua al stand, y el intercambio de ideas y discusiones positivas que se generó fue increíble. Me gusta que la gente encuentre su propio mensaje en la joya.

 

“La joya de arte es un auténtico fragmento de la experiencia interna y profunda de su autor y en la que se siente reconocido.”

 

_¿Hoy en qué proyecto estás?

_Estoy en proceso, en la etapa de reflexión para la elaboración de una pieza por los 20 años para la galería Caractere de Neuchâtel, Suiza, a partir de la idea de los cuentos.

 

_¿Trabajás sola?

_Totalmente. No solo hago las piezas de joyería sino que planteo cómo comunicarlas y presentarlas y comercializarlas. Para que sea artesanal o artístico es difícil delegar o hacer con empleados, además es económicamente insostenible para mí, salvo que me dedique a full a comercializar para pagar a un empleado, y no tengo ganas de transformarme en una comercial de mis joyas, no me interesa y además me quitaría mucho tiempo para la reflexión y la creación, que ya me queda bastante poco. Ese paso no lo quiero dar. Cada vez que pienso cómo hago para hacer todo lo que tengo que hacer, respiro y me limito a hacer lo que yo misma puedo hacer. Así funciono.

Me gustaría ser parte de un colectivo, estar en un taller compartido, para conectar proyectos. Tal vez, enseñar, dar cursos de iniciación, con esos ejercicios a partir de una pinza y un pedazo de alambre; despertar interés en las manos de aquel que nunca antes hizo algo y se da cuenta que puede hacer y crear, que descubre algo fantástico para hacer, es superinteresante, así como test o talleres con niños -como mi hijo de 8 años-; me interesa sacarlos del ambiente de saturación informática y mediática y que puedan ir un poco más a lo manual. Veremos que caminos voy tomando.


Taller Abierto de Juan Vellavsky

De visita | Talleres

Taller Abierto deJuan Vellavsky


Su quehacer artístico se desarrolla entre Ingeniero Maschwitz y Parque Sarmiento, donde tiene sus talleres de joyería contemporánea y mucho más.

Es arquitecto, escultor, artista y se nota. La puerta de calle de su atelier en las inmediaciones de Parque Sarmiento está ilustrada, las paredes externas exhiben murales ocurrentes, en el interior todo es dibujo a mano alzada, mucha señalética en tiza orienta sobre lo que se hace en los distintos espacios de su taller. A la vista, fotos, frases, textos, recortes y deco en materiales recuperados, un ambiente de artista en el que se exhiben piezas terminadas, otras a medio hacer y bocetos de lo que quiere o proyecta.

Hace 20 años que decidió cambiar de escala y “concientemente diseño joyas, anteriormente lo hacía, pero todavía no era conciente de que lo hacía”, señala.

¿Por qué joyería contemporánea? Responde que no podría ser de otro modo, “si hago joyería, no es por la joyería en sí sino por la posibilidad de crear. La joyería es solo un medio para mí”.

Y lo hace en un taller organizado en diversas áreas: una está destinada a los acabados de los metales, donde trabaja con sus asistentes; otra es el showroom que -cuando no hay pandemia- se sienta a crear; en una tercera pone la resina en las piezas y se hacen los moldes de goma; dispone de un espacio semi-cubierto que está reservado a la fundición de metales, y cuenta con una cocina multiespacio, en la que se ponen las piezas en el ácido y se las neutraliza. Además, tiene una sala de esculturas, destinada a las piezas realizadas en sus 30 años de artista, y en una terraza instaló un depósito para sus materiales y más elementos.

Trabaja con máquinas, varios tornos colgantes, pulidoras, esmerilladoras, una máquina para hacer los moldes de goma o vulcanizadora, un horno de fundición, una bomba de vacío, un fundidor de metales, un receptáculo de vacío del arbolito, moladoras y variedad de herramientas, como fresas varias, limas, lijas, telas esmeriles, martillos, tas, alicates, pinzas, tenazas, destornilladores, punzones, soldadoras, paños de pulir y muchos más.

Pero esto no es todo. Tiene un segundo taller en el predio donde está su casa en Maschwitz, “solo para mí”, dice de su exclusivo espacio de creación, donde trabaja la cera y hace todo el proceso hasta convertirlo a los metales; el último proceso es el armado del arbolito y el yeso refractario para meterlo en el horno. Cuenta que próximamente tiene la  intención de trasladar la fundición de los metales a este taller, pero “no es tarea fácil -reconoce-, sobre todo porque yo construyo cada máquina. Acá no entra prácticamente nadie, es mi santuario”. Las máquinas de las que dispone en este espacio son una inyectora de cera, una bomba, una máquina de vacío para el yeso refractario, tornos colgantes y todas las máquinas necesarias para hacer escultura en madera. “Las herramientas aquí son infinitas y todas las que uso para la cera están hechas por mí”.

Los materiales que usa son metales no ferrosos, oro, plata, y latón, con los que trabaja tras aplicar su propio método, una adaptación de la cera perdida que generó para su necesidad creativa.

Sus máquinas de fundición también están hechas por él hace 15 años, con la ayuda de su amigo Favio Siganda y cuenta que acaba de readaptar su proceso de fundición para que funcione con un 100% de efectividad.

Con estos materiales, maquinarias, herramientas y métodos trabajo, como artista plástico trabaja con el concepto de obra y no de colección; sobre todo, a partir de pedidos. Y sigue con su serie de animalitos antropomórficos.

Además, en paralelo, está con un proyecto, “que no se lo puedo contar ni a mis perros, pero estoy muy con este tema, ojalá salga!”.


La Nave

De visita | Escuelas

¿Qué se aprende en las escuelas de joyería contemporánea?

Salimos averiguarlo y hoy virtualmente llegamos hasta La Nave, el taller-escuela de Jorge Castañón.

Cuál es y dónde queda. El taller se llama La Nave porque funciona en la calle que lleva ese nombre en el barrio de Caballito, desde hace 30 años. “Es mi pequeño lugar en el mundo” dice Castañón. Se trata de una escuela en la que participa gente que tiene ganas de comunicar a través de una joya, que quiere encontrar los mecanismos para que su discurso tome forma de joya, al decir del maestro.

Cómo es. Es un lugar pequeño, pero con cientos de herramientas prolijamente ordenadas y los suficientes bancos de joyero para que las clases sean personalizadas.

Qué se enseña. La Nave es un espacio de pensamiento y de reflexión. Y Castañón lo explica: “Todo el mundo tiene algo para decir o tiene cuestiones sobre las cuales siempre está reflexionando. Y tal vez viene acá para ver si dándole forma de joya soluciona lo que le está pasando. Por eso, en principio no hace falta saber nada, si uno sabe algo de uno mismo, alcanza y sobra. Y puede que esa sea la potencia con la que salga esa joya, más allá de la técnica. Materializar algo parecido a una joya puede ser hasta fácil pero darle ese impulso vital es único. Si cada uno encuentra su lugar y su manera de decir, ya sea en este campo o en otros, yo feliz”.

“La joyería contemporánea tiene dos vertientes principales, en líneas generales: una se orienta según los criterios del diseño y, la otra, intenta transitar por una vereda vinculada más al arte. Mi intención de trabajo está por este último camino”, dice el maestro de la propuesta de La Nave.

Modalidad de trabajo. Se trabaja con hasta cuatro personas en clases de tres horas semanales. Se aprenden y utilizan las técnicas de la joyería tradicional, combinadas con otras, las escultóricas y plásticas en general. “Todo lo que sume, material y conceptualmente, a la construcción del lenguaje necesario para crear”. Hoy se reconvirtió en un espacio virtual, en el que se llevan adelante clases a distancia con seguimiento de proyectos personalizados.

Habilidades que se aprenden. La gente que va a su taller solo ganas de trabajar, conocer y conocerse, utilizando las técnicas tradicionales y no convencionales al servicio de lo que se quiere indagar y comunicar. “La técnica es algo que inevitablemente uno necesita porque la joyería tiene una columna técnica importante. Pero cuando uno quiere elaborar o crear algo que tiene la necesidad o la obligación de comunicar no alcanza con saber la técnica. Hace falta darle ese soplo de vida. Y si puedo ayudar me siento muy satisfecho”.

Meta. La idea es que cada uno encuentre la materialidad que le sirva para hablar de lo que siente que tiene que hablar. Muchos de los que pasaron por su taller ahora tienen una identidad propia, se destacan en sus ateliers, y su trabajo se exhibe en galerías y museos del mundo; no es el objetivo de la escuela pero es la principal consecuencia.

Perfil. Las personas que se acercan son muy heterogéneas. Su saber es indistinto, algunos con ningún conocimiento de joyería, otros con muchos; en general, con saberes en un sinnúmero de disciplinas que en definitiva pasan a integrar el bagaje personal y la base para la construcción de un lenguaje propio.

Actividades. El taller a lo largo de sus décadas realizó muchas muestras colectivas, como las vistas en el Centro Cultural General San Martín, el Museo de Arquitectura, la Galería Arte y Parte y la Galería La Casa de Al Lado, entre otras.

 

 

Fotos Gentileza Santiago Cichero/AFV  para La Nación


Entrevista a Carolina Rico

Apuntes | Notas

Una producción responsable y zero waste hoy es imprescindible


Entrevista a Carolina Rico

Por Delia Alicia Piña

 

Carolina Rico fue elegida como uno de los talentos del año -al participar de Talente 2020, el concurso de talentos de arte creativo de la Gesellschaft für Handwerksmessen de Baviera- por su trabajo de cristalización de sales de bórax, pero se animó a avanzar e innovar en otros materiales. Porque prefiere hacer uso de elementos y técnicas para expresarse, dejó el proceso creativo que le dio trascendencia internacional y hoy experimenta con elementos amigables con el medio ambiente, reciclables.

Cuenta que el incentivo en el ámbito universitario fue clave para experimentar y conseguir crear de manera original. Habla de cuánto incide la intuición y cuánto la formación, de cómo se vale de piezas más comerciales para luego poder reorientarse hacia joyas más artísticas. Y da detalles de su nueva marca Gorgonia, una propuesta que fusiona la artesanía y la tecnología.


_¿Por qué elegiste diseño de indumentaria?

_Desde muy chica recuerdo a mi mamá sentada en la máquina de coser o tejiendo. Mi mamá fue docente y directora de una escuela pública, que se sostuvo, en gran parte, gracias a sus esfuerzos; mi papá también, ya que colaboró en su construcción, de modo que ambos trabajaban mucho. En sus tiempos libres, cuando no estaba trabajando en la escuela, cosía cosas para la casa, ropa para mis hermanas y para mí, y nos tejía sacos y suéteres de lana. Aún hoy lo sigue haciendo. Yo no me animaba a coser, pero me encantaba sentarme en el piso a hojear las revistas de moldes y mirar los figurines. Siempre fui tímida e introvertida, toda la vida me costó expresar en voz alta lo que pienso, así que encontraba en el dibujo y la escritura el modo de expresarme. Elegí indumentaria influenciada por mi mamá y por esos figurines que tanto miraba, y porque me pareció que era el lugar ideal para seguir explorando modos de expresión personal. En la carrera universitaria descubrí que no solo me gustaba dibujar, sino que adoraba los oficios artesanales, el trabajar con las manos y crear. Aprendí a comunicarme y contar historias sin hablar.

 

_¿Dibujás las piezas antes de materializarlas?

_No podría decir que lo hago siempre. Tengo un cuaderno con dibujos de piezas con detalles de armado y bocetos que son más bien trazos sobre cómo me gustaría que sea una pieza pero sin resoluciones técnicas, es decir, no es un dibujo técnico sino más bien expresivo. Dibujo también en vectores o directo en programas de modelado 3D. Pero reconozco que no sigo una metodología de trabajo, por ejemplo, tengo piezas que surgieron sin que llegue a bajarlas a boceto, directamente sentándome a trabajar.

 

_¿Qué te llevó a indagar en joyería contemporánea?

_Descubrí la joyería contemporánea cursando Diseño de Accesorios en Kweitel-Kohon. Esa materia fue un espacio que significó muchísimo para mí, un antes y un después en mi vida. En la universidad, estaba fuera de mi zona de confort, y allí aprendí a trabajar y experimentar con libertad, a nadar adentro mío, en mis dudas y en mis certezas. Cuando me sentaba a crear, sentía que las piezas decían mucho más de mí que lo que yo sabía de mí misma. Creo que la joyería era justo lo que buscaba aunque no lo supe verlo hasta un año más tarde. Cómo decirlo, siento que la joyería venía golpeando mi puerta y yo no atendía. Un año después de cursar me llegó un mail de Magalí Anidjar de Casa Petit Comité, en el que convocaba alumnos de Kweitel-Kohon y nos ofrecía la oportunidad de participar en un workshop internacional a dos  estudiantes. Me dije ya está, no puedo seguir dejando pasar oportunidades. Así que le escribí y le conté de mi trabajo de autorretrato en la cátedra y mis deseos de aprender a trabajar con el metal. Para mi sorpresa, fui ¡una de las seleccionadas! Magalí me abrió las puertas de su taller y me enseñó desde cero las bases del oficio.

 

_¿Workshop con quién?

_El workshop era sobre fundición de metales y fue dictado por el joyero belga Peter Vermandere. Cuando miro para atrás y me acuerdo del workshop me río mucho, fue como un sueño surrealista. Mi primera vez estando en un taller de joyería fue bajo la docencia de un joyero belga, en una lengua que no manejo del todo bien, aprendiendo una técnica de joyería avanzada, rodeada de un grupo de mujeres increíbles de la joyería argentina, y yo sin conocerlas. Mi ignorancia fue una bendición, podría decirse que gracias a eso pude moverme cómodamente entre ellas, y enfocarme en absorber toda la información posible. Aproveché la experiencia lo más que pude, fue una oportunidad enorme y estoy muy agradecida por eso. En ese entonces sentía mucha vergüenza de preguntar, de no saber. Lo cierto es que no hay que sentir vergüenza de decir “no sé”, venimos al mundo a aprender. Si bien se notaba que yo era una inexperta, todos me trataron muy bien. Recuerdo a todas y a Peter con mucho cariño.

“Fuera de mi zona de confort, aprendí a trabajar y experimentar con libertad, a nadar adentro mío, en mis dudas y en mis certezas. Cuando me sentaba a crear, sentía que las piezas decían mucho más de mí que lo que yo sabía de mi misma. Creo que la joyería era justo lo que buscaba”.

_¿Cuáles son esas bases del oficio joyero?

_Magalí Anidjar, de Casa Petit Comité, me enseñó joyería desde el principio. Partamos de la base que yo no sabía ni usar la sierra. Me enseñó a trabajar en chapas y alambres, calar, soldar, limar, embutir, remachar, dar terminaciones a las piezas. También a trabajar en ceras blandas y duras: tallado, goteo, baño y modelado de elementos como hilos y textiles, adición y sustracción de material.

 

_¿Qué recomendás para quienes tienen la inquietud de aprender joyería?

_Lo primero que preguntaría es cuál es su inquietud y en qué materiales le gustaría trabajar. Si quieren aprender técnica o uso de un material en particular o algo más orientado a una búsqueda de estilo y expresión. Creo que es muy personal. En mi caso, mis primeros pasos en la joyería contemporánea fueron en la facultad, con un enfoque más experimental. A partir de esto, estoy haciendo el camino inverso aprendiendo técnicas y viendo qué me resulta mejor para trabajar.

 

_¿Con qué materiales y técnicas comenzaste en un inicio?

_En un principio trabajé con yeso, fusión y modelado de plásticos. Me sentía muy atraída hacia los materiales traslúcidos, así que hice algunas pruebas de texturas y colores en jabón de glicerina y luego en plásticos transparentes, hasta que llegué a las resinas y los cristales de bórax.

 

_¿Pensás primero qué materiales y técnicas te sirven para transmitir una idea, o experimentás y vas viendo qué te permite comunicar?

_Me pasa mucho que tengo bocetos o ideas que en principio no sé cómo bajarlas. Así que me siento a pensar en características, sensaciones y palabras relacionadas a esa idea, y me voy acercando a materiales posibles, pero no suelo decidirme por uno solo. En ese punto me gusta experimentar y ver qué me permiten hacer, a dónde me llevan y cuál se adapta mejor al concepto. Mi acercamiento a las técnicas es más intuitivo. Me cuesta proyectar y planificar, suelo crear mis propias técnicas y procesos productivos. Por ejemplo, cuando estudié con Magalí Anidjar notamos que me costaba mucho trabajar con chapas, y advertimos que prefiero trabajar y construir con ceras. En la chapa no puedo calar una forma y después ver qué pasa. Si esa pieza forma parte de algo más complejo, o tiene bisagras o articulaciones, necesito tener en cuenta medidas, estructuras, pasos a seguir.

“Me voy acercando a materiales posibles, pero no suelo decidirme por uno solo. En ese punto me gusta experimentar y ver qué me permiten hacer, a dónde me llevan y cuál se adapta mejor al concepto. Mi acercamiento a las técnicas es más intuitivo.”

_¿Cuáles son esas técnicas y procesos productivos propios?

_Tiendo a improvisar y realizar cambios sobre la marcha. Cuando me faltan herramientas o insumos busco soluciones con los elementos que ya tengo o hago los propios. Actualmente trabajo con PLA -un material derivado del ácido poliláctico e impresión 3D. Estoy aprendiendo a modelar, a proyectar y pensar previamente. Debo reconocer que la impresión 3D me ayudó mucho.

Por ejemplo en su momento no tenía mandril para anillos y no podía comprar uno, así que me imprimí uno en 3D. Quería poder reproducir una forma y no lograba hacerlo manualmente, así que modelé e imprimí un molde. La impresión 3D viene a democratizar y poner al alcance de uno la fabricación de herramientas propias o diseñadas por terceros que decidieron compartirlas al mundo.

 

“La impresión 3D viene a democratizar y poner al alcance de uno la fabricación de herramientas propias o diseñadas por terceros que decidieron compartirlas al mundo.”

 

_¿Cómo es ese trabajo con PLA y qué uso hacés de la impresión 3D aplicada a joyería contemporánea?

_La impresión 3D es ideal para prototipos, suele usarse como paso previo a la fundición en metales. Mi primera intención fue recrear en 3D mis diseños en cera y producirlos directamente en PLA como pieza final, pero fallé. Este tipo de impresión no puede trabajar con tanto detalle en objetos tan pequeños. Por otro lado, no tenía en cuenta factores como ángulos de impresión, resistencia de la pieza y soportes necesarios. Las piezas no tenían la calidad y detalle que yo deseaba, además que tenían fallas estructurales que las hacían frágiles. Quería que la máquina imite texturas y objetos que modelé manualmente. Estaba usando el enfoque incorrecto y desaprovechando las cualidades de la impresora. Retrocedí un par de pasos y decidí comenzar de nuevo con el diseño y modelado de piezas planas y volúmenes más simples. Recientemente comencé a post-procesar / intervenir las piezas impresas y mezclar técnicas, como por ejemplo: fusionar piezas impresas con otras piezas modeladas por calor o fundidas, o combinar descartes de PLA fundidos con bronce. Encontré el modo de utilizar esta tecnología de producción ‘en serie’ y adaptarla desde  una mirada más personal, con procesos de trabajo más artesanales, que me permiten dejar mi huella de autor en el material del mismo modo que puedo hacerlo al trabajar manualmente el bronce.

 

“Encontré el modo de utilizar esta tecnología de producción ‘en serie’ y adaptarlo a una mirada más personal, con procesos de trabajo más artesanales, que me permiten dejar mi huella de autor en el material del mismo modo que puedo hacerlo al trabajar manualmente el bronce.”

 

_¿Cómo es tu búsqueda de materiales y procesos?

_Mi búsqueda está atada a un concepto o un universo sensorial. No me gusta casarme con ningún material, ni quedarme con el material en su estado natural. Tiendo a intervenir, a texturar materiales. Lo mismo me sucede con los procesos. A fines del año último hubo una serie de cambios en mi modo de pensar y relacionarme con el mundo. En mi elección de materiales decidí, dentro de lo posible, solo trabajar con materiales de origen natural, amigables con el medio ambiente, reciclables o bien residuos de industrias o de otras producciones. En base a esto enmarqué los límites de mi trabajo, elección de procesos y materiales.

Ahora, sigo investigando el PLA, en filamentos o procesados mediante impresión 3D. Principalmente su reciclaje, termoformado de las impresiones o fusión de los descartes. Tengo en mente investigar el reciclaje de otros materiales para crear mis piezas, como PET de botellas y PEAD utilizando envases plásticos. En un futuro me gustaría fundir y reciclar mis propios metales, como bronce y plata, y si fuera posible, me gustaría aprender a reciclar vidrio.

 

“Decidí, dentro de lo posible, solo trabajar con materiales de origen natural, amigables con el medio ambiente, reciclables o bien residuos de industrias o de otras producciones. En base a esto enmarqué los límites de mi trabajo, elección de procesos y materiales.”

 

_¿Texturás de qué manera? ¿Sobre qué? ¿Qué otro tipo de intervenciones hacés y sobre qué materiales?

_Así es. No suelo dejar las superficies lisas, a no ser que sea la intención de la pieza. Me guío mucho por el qué pasa si…, qué pasa si rompo, si agrieto, si punteo, si quemo, si rayo, si moldeo… La lista de acciones puede ser interminable según lo que el material me permita hacer: en los metales texturo superficies con martillos, lijas o fresas, mientras que en los plásticos puedo moldear con calor, fundir y mezclar colores. Me gusta ir más allá de lo que me ofrece el material y buscar resultados nuevos. Es en el proceso de búsqueda y experimentación donde encuentro una verdadera satisfacción.

“Me gusta ir más allá de lo que me ofrece el material y buscar resultados nuevos. Es en el proceso de búsqueda y experimentación donde encuentro una verdadera satisfacción.”

_¿Seguís trabajando con sal de boro?

_No, ya no utilizo bórax, ya no tiene el mismo significado que le había dado. El bórax en su forma natural es una sal, puedo cristalizarla pero tarde o temprano vuelve a su estado. Esto puede tardar días o años, dependiendo del ambiente en que se encuentra. En la resina y los barnices encontré el modo de ralentizar, a medias o del todo, ese proceso de volver a su origen. Cuando decidí dejar de usar resina, por su toxicidad, desapareció la solución. Intenté usar cristales de bórax junto a piezas de bronce e impresión 3D pero sin resina su existencia se volvió muy efímera. Y entendí que no podía seguir forzando al material a ir en contra de su estado natural, que es volver a ser sal.

 

_¿Por qué lo habías elegido?

_Hice piezas con bórax en el contexto del proyecto Congelar el fluir, un trabajo de autorretrato realizado en el ámbito de la Cátedra Kweitel-Kohon, un proyecto que me sigue representando porque mi esencia permanece, pero a su vez ya no soy la misma. Hacer ese trabajo fue como una terapia para mí, pero decidí dejar de Congelar el fluir y pasé a dejar que fluya, aprendiendo a ser más abierta con mis emociones. En su momento, quería utilizar un material que atraviese el proceso al que yo me refería, literalmente. Parte de la idea sobre  cómo en ese entonces expresaba y manejaba mis emociones, protegiéndolas, escondiéndolas o congelándolas. Un proceso sobre algo líquido, cálido (como son para mí las emociones) se transforma en una pieza sólida, defensiva. Los cristales de bórax me permitían eso: una sal que se disuelve en un medio cálido y envuelve un material poroso, suave, construyendo una estructura de cristales a su alrededor. Utilicé el huevo como punto de partida, un elemento que para mí representa un refugio. El huevo se rompe, y con él, el espacio que contenía esas emociones. A partir de ahí se desarrolla la serie: formas y colores pacíficos mutan hacia otras más fuertes y agresivas. Para expresar el concepto busqué materiales y procesos que hablaran de ese crecimiento donde lo líquido toma forma, se desarrolla y se solidifica. Por eso que decidí hacer una cristalización casera.

 

_¿Aplicás una técnica de joyería o adaptaste o hiciste una propia?

_En ese entonces no tenía los conocimientos de joyería necesarios así que todo era prueba y error, fui creando mis propias técnicas y procesos, como el de la cristalización casera. Hoy aplico las bases de joyería y sigo aprendiendo de forma autodidacta. Me gustaría estudiar joyería y cincelado.

 

_¿Cómo llegaste a Talente 2020 y qué significó?

_Me llegó la propuesta de la cátedra para participar en Talente 2020. Dudé mucho si presentarme pero por suerte ¡me animé! Quedar seleccionada fue un reconocimiento enorme. Releí el mail de selección muchas veces. No pude creerlo hasta varios meses después. Me dio más confianza en mi trabajo y me permitió confirmar que estoy en el camino correcto. Talente fue bueno y, además, implicó un volantazo, una conexión con la realidad tal que me hizo hacer click. Cuando llegó la comunicación de la selección y la invitación a ir a la exposición -previo a la pandemia- caí en la cuenta de que no podía pagar el pasaje y ni la estadía, ni aunque hubiese sido beneficiada con una beca. Nunca viajé ni hice envíos al exterior, y me enfrentó a situaciones lejanas a mi realidad personal. Esto se repitió tiempo más tarde, cuando recibí una invitación a participar de una exposición en el exterior. Toda esta experiencia reafirmó mi decisión de comenzar Gorgonia, mi marca de joyería y accesorios de autor. Gorgonia es la manera de seguir trabajando en el rubro, seguir aprendiendo joyería y, a su vez, generar un sustento económico para el día de mañana poder seguir experimentando y poder retornar hacia una joyería más artística.

 

_¿Por qué le pusiste ese nombre?

_En mi búsqueda de inspiración siempre acudo a formas orgánicas, naturales, ramificaciones, hongos y corales. Cuando estudiaba Indumentaria era recurrente que haga texturas, bordados y estampados representando formas naturales. Mis prendas, de forma inconsciente, siempre resultaban en estructuras defensivas. Dependiendo de la temática parecían armaduras o abrigos protectores, exo-esqueletos. Lo mismo pasó cuando hice mi autorretrato Congelar el Fluir, solo que esa vez entendí el por qué de las capas, los refugios, las formas que se expandían y envolvían en sí mismas.

Cuando empecé en Casa Petit Comité y pensé mis primeras piezas, ahí estaban otra vez las formas ramificadas que me recordaban a los corales. Ya tenía en mente construir mi propia marca, así que investigué especies, nombres, funciones y características de corales, en búsqueda de un nombre. Entre las palabras anoté: esqueletos, ramificados, formaciones y protección. A fines de 2019 me decidí por el nombre gorgonia. Es un término que agrupa un tipo de coral, de apariencia ramificada con esqueleto semiduro. Cuando pienso en las ramificaciones veo conceptos como fluir, expansión, crecimiento e inclusive florecer, así que Gorgonia me pareció que representaba mi estética.

 

_¿Cómo es Gorgonia?

_Gorgonia se fue gestando a mediados de 2019 y terminó de tomar forma a principios de este año. Hoy es mi marca y proyecto a tiempo completo. Quería crear un proyecto que transmita valores positivos y genere conciencia sobre el cuidado del medio ambiente y nuestros hábitos de consumo. Gorgonia es una fusión entre tecnología y artesanía: por un lado, me valgo de la impresión 3D para traer a la tridimensionalidad los diseños que hago en la computadora. Y, por otro lado, hago piezas en metal a mano. La gran mayoría de mis piezas son en bronce, aunque no descarto trabajar con otros metales a futuro. Predominan las formas orgánicas, utilizando alambres y chapas. Tengo algunas más clásicas, como anillos trenzados, a piezas más complejas que combinan estructuras de bronce junto a piezas impresas en 3D o plásticos reciclados. Ambas, a veces, conviven. Otras veces, los límites se borran y se vuelven una sola para un fin mayor como convertir descartes en nuevos objetos, dándoles una nueva vida. Persigo el objetivo de tener una producción responsable y zero waste porque hoy es imprescindible. El eje inspiracional es principalmente el universo marino, las formas orgánicas, la naturaleza y la Tierra, y con esta idea comunico la importancia de reducir el uso de plásticos derivados del petróleo y de cómo estos influyen en la vida marina.

 

_¿Cómo conseguís el zero waste?

_Lo consigo reciclando los descartes de mi propia producción y de terceros que trabajen con impresión 3D. Guardo todos esos desechos 3D, como impresiones con fallas, soportes y pruebas. Posteriormente los fundo y enmarco en bronce, generando piezas únicas para una línea de Gorgonia llamada Renacer. En cuanto el metal, también guardo todos los pedacitos de alambre y chapa, para poder fundirlos y/o reciclarlos a futuro, o llevarlos a alguien que pueda hacerlo. De esta manera logro que ningún desperdicio de mi producción termine en la basura y de ahí en el océano.

 

_¿Proyectos?

_En el inicio de Gorgonia, hice la distinción de mantenerla como un proyecto paralelo. Separar a la Carolina de joyería contemporánea de la Carolina de joyería ‘‘comercial’’. Recibí el consejo de no marearme con definiciones, al fin y al cabo somos la misma persona. Gorgonia es una marca muy reciente, acorde a mis valores y visión del mundo. Gracias a ella estoy comprando, de a poco, mis herramientas y voy armando mi taller de trabajo. Tengo la ilusión de que crezca y me vaya llevando hacia donde tenga que ir; en el camino iré acercándome nuevamente hacia la joyería más artística que me llevó hacia lugares como Talente. Solo que seguro tendré la oportunidad de ir.


Premio JOYA 2020

La pieza por la que el artista coreano recibió el Premio JOYA 2020


Las escenas dentro de las joyas son una especie de cofre del tesoro


Hamptons Virtual Art

Irene Palomar estrenó esta pieza hecha con plásticos recuperados


Kumite ni tsugite

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Kumite ni tsugite

Kumite ni tsugite, la primera muestra individual de la arquitecta y joyera japonesa residente en Basel Fumiko Gotô se estrena hoy, y se ofrece hasta el 30 de octubre, en Hannah Gallery Barcelona como parte del circuito off de Joya Barcelona.

Presenta una serie de 15 broches hechos con los elementos que usaban los carpinteros capacitados en construir santuarios y templos: marfil de mamut, ámbar prensado de cuerno de búfalo y plata 925.

Una expo individual exclusiva

Kumite ni tsugite, de los templos a las joyas

En el circuito off Barcelona

Reversión de una técnica ancestral

Una joyera japonesa que representa sus tradiciones

Broche contemporáneo


Gold for Future

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Gold for Future

Roc Majoral

El colectivo barcelonés Origen está dedicado a promover el uso de metales preciosos de origen conocido, de organizaciones mineras artesanales y de pequeña escala que garantizan condiciones laborales dignas y el respeto a los derechos humanos. Está formado por ocho propuestas de joyería más la ONG Medicus Mundi Mediterráneo y transitan un proceso de cambio hacia un modelo de joyería basado en la transparencia y la trazabilidad de su producto.

Además, sostienen la joyería ética y responsable distinguida con el certificado Fairmined, el único sello internacional que asegura la aplicación de métodos respetuosos con el medio ambiente.

 

La exposición Gold For Future forma parte del circuito off de Joya Barcelona y muestra piezas de inspiración mediterránea de Adoro mi oro de Katja Gold, Adriana Díaz Higuera, Emilie Bliguet Ethical Jewellery, Ilfo Unique Eco Jewels  de Jorge Pérez, Juia Jewels de Juia Amadeu, Koetania de Daniel Borràs, Roc Majoral y Teresa Estapé.

 

“La exposición reivindica que el futuro está en el origen de los materiales con los que se confeccionan las joyas. Habla, no sólo de diamantes libres de conflicto, sino de metales preciosos de las minas de procedencia, de las personas que los extraen, y apela a la huella que dejan las joyas. Origen muestra una nueva concepción artística en la que la creatividad y la belleza estética adquieren tanta importancia como los valores de la sostenibilidad y la justicia social”. La declaración de principios del colectivo joyero Origen establecido este año en Barcelona.

En la tienda Majoral de Santa Fe de Nou Mèxic, Barcelona hasta el 1° de noviembre.

Adoro mi oro de Katja Gold

Teresa Estapé

Emilie Bliguet

Ilfo de Jorge Pérez

Adriana Díaz Higuera

Juia Jewels

Koetania de Daniel Borràs

¿Qué es la joyería responsable?

Origen sostiene que hace referencia a la procedencia de las materias primas con las que se confeccionan las joyas: oro, plata, gemas o piedras y diamantes; también a las minas de las que se extraen, a las condiciones laborales de las personas involucradas en ese trabajo y a la protección del medio ambiente y la salud pública que se requiere mediante el uso de productos no contaminantes.

“Las piezas de Origen han sido elaboradas con oro y plata con Fairmined, un sello que certifica que provienen de organizaciones mineras artesanales responsables y que aplica los siguientes criterios: comercio justo; condiciones de trabajo dignas para los mineros y mineras; garantía de la igualdad entre hombres y mujeres; la ausencia de trabajo infantil, y el desarrollo comunitario. Destina una parte fija de cada gramo a proyectos sociales y medioambientales, contribuyendo al empoderamiento y al desarrollo de las comunidades. Implica, asimismo, el respeto al medio ambiente. Y en el proceso de extracción de los metales se siguen los más altos estándares internacionales para proteger el ecosistema”.


Joya Barcelona presenta

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Joya Barcelonapresenta

Con una presentación en un live de IG, se inaugura oficialmente Joya Barcelona, la feria catalana de joyería contemporánea, que realiza su primera edición virtual con galerías de expositores individuales, de colectivos joyeros y de escuelas, además de una serie de eventos off y el otorgamiento de galardones: Premio Joya, el Premio Internacional Arte y Joya, el premio de residencia Dterra, el del Museo Dor y el que da la galería romana Mydaybyday.

De la sala de exposiciones participa la argentina Mica Mornaghi con sus objetos en ágata encaje azul Integrando lo sagrado y lo profano en los objetos cotidianos.

También está la joyera valenciana Natxa González, con su firma Nathnit Design, que inspirada en las alas, su movimiento, su ergonomía y hasta su ausencia, trabaja en madera reutilizada, pintada y laqueada a mano, y en plata reciclada y, algunas piezas, enchapadas en oro.

Y, entre decenas de artistas internacionales, pueden verse obras de Malgosia Kalinska, Sara Mas, Konstanze Prechtl, Jeemin Jamie Chung, Emilie Bliguet, Omri Goren, Weinan Pan, Paola Pérez y Chama Navarro.

Malgosia Kalinska

Sara Mas

Konstanze Prechtl

Jeemin Jamie Chung

Emilie Bliguet

Omri Goren

Weinan Pan

Chama Navarro

Paola Pérez


Goldsmiths 'Fair

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Goldsmiths 'Fair

Hoy arranca Goldsmiths ‘Fair, la feria de joyería contemporánea del Reino Unido en su primera versión digital, con la presentación de 136 creativos británicos de talleres independientes, hasta el 6 de octubre.

“Esta es una oportunidad única y emocionante para acelerar nuestros planes de expandir la feria en línea y hacerla más accesible para más personas. Más de 9000 visitantes pasaron por las puertas del Goldsmiths ‘Hall en Londres para asistir al evento en vivo el año último, y esperamos atraer a muchos más visitantes en 2020 a la feria en línea no sólo del Reino Unido y del mundo. Nos complace que la plataforma digital visibilice el trabajo creativo de todos nuestros expositores”, señala Harriet Scott, directora de eventos de Goldsmiths ‘Company curadora y administradora de la feria, que este año también ofrecerá un programa de charlas, eventos virtuales.

Añade que “Goldsmiths ‘Fair siempre ha sido una plataforma para apoyar a los artesanos y continuaremos haciéndolo en línea en 2020. Nuestros expositores son una selección de los mejores joyeros y plateros contemporáneos que crean y fabrican en el Reino Unido en la actualidad. La creatividad siempre será una de las respuestas más poderosas e inspiradoras frente a una crisis y esto se refleja en las joyas únicas y contemporáneas hechas a mano que estarán disponibles exclusivamente para los visitantes de la feria en línea este mes».

Kayo Saito

Louise O’Neill

Chris Boland

Ulla Hornfeldt

Francesca Marcenaro

Mark Nuell

También presenta Shine 2020, la exhibición anual de nuevos talentos emergentes en joyería y orfebrería, que este año también se digitalizó y está en línea desde el viernes último y seguirá hasta el 22 de diciembre, con un encuentro directo en forma virtual con los creadores el miércoles 30 de este mes.